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Argentina: Ciudad, sin clases: el 90% de los docentes adhirió al paro

Miles de docentes se sumaron al paro propuesto por los gremios en rechazo a la «insistencia del Gobierno de la Ciudad de mantener las escuelas abiertas».

Alrededor del 90% de los equipos de docentes de todos los niveles educativos de la Ciudad de Buenos Aires adhirió al paro de este martes, que fue propuesto por los gremios del sector en rechazo a la «insistencia del Gobierno de la Ciudad de mantener las escuelas abiertas» a pesar de la segunda ola de contagios masivos por Covid-19.

Integrantes de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), el Sindicato Argentino de Docentes (Sadop), la Asociación Docente de Enseñanza Media y Superior (Ademys) y la Unión Argentina de Maestros y Profesores (Camyp) adhirieron al paro al no reconocer la legitimidad del fallo de la justicia porteña que obligó a escuelas y colegios a recibir a sus alumnados para clases presenciales.

El lunes de esta semana todos los gremios convocantes remarcaron el «alto nivel de acatamiento» al paro de 24 horas dispuesto en las escuelas de la Ciudad de Buenos Aires en rechazo del fallo de la justicia porteña, que autorizó la presencialidad en los establecimientos, tras la solicitud de Rodríguez Larreta.

Los sindicatos rechazan el regreso a la presencialidad en las aulas ante «el descontrolado aumento de los casos por la Covid-19» al tiempo que respaldan el decreto vigente hasta el viernes 30 de abril y «el cumplimiento de todas las medidas sanitarias».

El decreto del presidente Alberto Fernández 421/2021 dispuso desde las 20 del viernes último nuevas restricciones en el Área Metropolitana Buenos Aires (AMBA), de la cual la Ciudad forma parte, para evitar la propagación de la pandemia de coronavirus que azota al país en esta segunda ola, y con nuevas cepas.

«A última hora de la noche del domingo, el jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta, sosteniéndose por una estrategia de Lawfare, dio la orden de continuar con la presencialidad escolar desconociendo el Decreto de Necesidad y Urgencia dictado por el Poder Ejecutivo Nacional que indica la suspensión temporal por dos semanas de las clases presenciales como medida de cuidado sanitario», expresaron Angélica Graciano, secretaria general UTE-Ctera, y Paula Galigniana, secretaria de Comunicación, Prensa y Difusión del gremio de docentes.

«Desde el comienzo del ciclo lectivo 2021 venimos denunciando y reclamando tanto a las autoridades ministeriales como al propio Larreta las deficiencias de los protocolos vigentes así como también la falta de inversión en infraestructura e insumos para poder llevar adelante una presencialidad cuidada», comunicaron desde el sindicato.

Por su parte Jorge Adaro, secretario adjunto de Ademys, expresó a Télam que «habrá paro de actividades hoy y mañana porque necesitamos pasar a la virtualidad mientras siga la ola ascendente de contagios» por Covid-19.

Mientras tanto, la secretaria general del gremio, Mariana Scayola, denunció a El Destape Radio que a esta situación se suma «la presión de Larreta que es la de realizar descuentos en los sueldos si hacemos paro, porque no llegamos a fin de mes», tras lo cual solicitó «suspensión de la presencialidad, vacunación masiva y equipos para la virtualidad».

«Los docentes están dispuestos a dar esta pelea. Estamos discutiendo entre contagiarnos o no«, convino, y citó como ejemplo que «ayer una docente no conseguía cama de terapia intensiva».

Scayola aseguró que «el gran evento masivo que produjo esta segunda ola fue la apertura de las escuelas» y por eso para ella «lo que hacen Larreta y Acuña es de un cinismo completo», en referencia a sus declaraciones en favor de la educación ya que «en diciembre redujeron el presupuesto educativo».

Según Scayola, «ayer hubo un 90% de acatamiento al paro y hoy será similar«, en referencia a este martes.

En tanto, Sadop realizará «una retención de tareas presenciales» y continuará con la virtualidad, «como determinó la medida oficial», indicaron en un comunicado en referencia al decreto presidencial.

Fuente: https://www.minutouno.com/ciudad/clases-el-90-los-docentes-adhirio-al-paro-n5186031

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Libro (PDF): Pandemia, política econômica e as mudanças na orden juridica

Reseña: Clae


Editado por el Instituto RTM de Direito de Trabalho e Gestao Sindical y Belo Horizonte 2020, este libro fue organizado por Giovani Clark, Ícaro Moreira Ursine, Ricardo Antonio Lucas Camargo y Samuel Pontes do Nascimento. Se pregunta cuáles son los frutos que se están escogiendo para enfrentar la pandemia del covid-19.

La obra está compuesta de trabajos con diversos abordaje sobre el tema, producidos por docentes y disertantes de las universidades brasileñas PUC Minas, UFMG, UEMG, UFPI, UFRGS UFJF, USP, UFV y de Instituciones de Enseñanza Superior de Argentina y Uruguay, que investigaron, debatieron e intercambiaron informaciones sobre los acontecimientos durante el largo y difícil 2020, todos reunidos por el grupo de estudios de la Fundação Brasileira de Direito Econômico (FBDE) y del Grupo de Estudios e Pesquisa em Direito Econômico Washington Peluso Albino de Souza.

Livro – Panademia, Política Econômica e as mudanças na ordem jurídica 2020

Fuente e imagen:  https://estrategia.la/2021/03/17/pandemia-politica-economica-e-as-mudancas-na-orden-juridica/

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Al fin, Perú ha parido una izquierda popular

Por: Ricardo Jiménez A.

En la década de 1990’. la dictadura de Alberto Fujimori derrotó las organizaciones subversivas armadas y, mediante una combinación de represión, violación de derechos humanos y corrupción desatada en todos los niveles del estado y la sociedad, impuso una constitución y un modelo económico ultra neoliberales, que han significado un enriquecimiento ilimitado de los súper ricos a costa de las inmensas mayorías precarizadas o en una débil e insegura integración por el consumo y el crédito, asimilada vagamente como “clase media”.

Parte de ese proceso, fue la descomposición de la izquierda histórica, fragmentada hasta lo indecible, desorientada ante las nuevas realidades, especialmente, la pérdida de sus vínculos masivos y orgánicos con los sectores populares; vínculos que nunca pudo volver a recomponer. Es por ello, que las alternativas electorales contrarias a la derecha neoliberal surgieron de otros sectores distintos y más o menos nuevos, como los del nacionalismo de Humala, quien vertiginosamente traicionó esas aspiraciones apenas llegado al gobierno. O como VeróniKa Mendoza, surgida como figura al romper con la traición humalista y cuya base más ancha está en la clase media ilustrada, culta, progresista y ambientalista.

Hoy, de sorpresa, sin que nadie lo viera venir, por fin surge en el Perú una izquierda auténticamente popular, tras la candidatura de Pedro Castillo. Prueba de ello es justamente la sorpresa e invisibilidad con que ganó estas elecciones en primera vuelta, debido a que las miradas de analistas, medios de comunicación y aún de las militancias de izquierda clasemedieras, ni lo esperaban, ni lo querían.

A todos ellos incomoda esta corriente política que, a mano y sin permiso, sin “big data” y estrategias de “tweeter”, viene desde Los Andes profundos, siempre despreciados con racismo y clasismo, del movimiento rondero campesino y urbano, el más importante movimiento social del país, parte de Alba Movimientos en Perú, de los sectores sindicales de profesores, que han sido los más combativos y críticos al abandono neoliberal de la educación en los últimos años, y que tiene la capacidad de disputar los cerros pobres de Lima, porque habla su mismo lenguaje y lo mueven los mismos abandonos, olvidos, descontentos y esperanza.

Se trata de una izquierda popular, auténticamente autónoma, sin complejos y que no busca ni acepta chantajes de la derecha. Un ejemplo, es cuando el candidato Pedro Castillo, profesor y rondero, de 52 años de edad, señaló públicamente que en Venezuela no hay dictadura y que los venezolanos, sin injerencia externa, deben resolver ellos sus problemas, mostrando que era un mito innecesario sumarse a las calumnias de derecha contra Venezuela para “ser una izquierda aceptable” en el país. Otro ejemplo, cuando señala que, si el congreso, que será altamente fragmentado y con mayoría de bancadas de derecha, no quiere apoyar el llamado a Asamblea Constituyente, usará sus facultades presidenciales para cerrarlo, lo cual trasmite un mensaje de voluntad y coraje político que lo hace creíble y da garantías para sumarse, sin el temor a indecisiones y traiciones posteriores.

Por cierto, que tiene errores y limitaciones. ¿Acaso alguna obra humana no? Que pueden ser graves y deben cambiarse, como su rechazo al enfoque de género y los derechos de la diversidad sexual. Que reflejan, además, las limitaciones de su ancha base popular que todavía tiene estos prejuicios y desconocimientos. También hay denuncias de corrupción sobre algunos líderes o candidatos de este movimiento, algo de lo que no escapa, literalmente, ninguna fuerza política en el Perú; además, hay que decirlo, son, en cualquier caso, mínimas ante las corruptelas industriales de los partidos de derecha.

Pero, como decía el cubano universal, José Martí, “el sol tiene manchas. Los desagradecidos solo ven las manchas. Los agradecidos, la luz”. Y no hay dudas que esta luz popular abrirá caminos y nuevos escenarios, independientemente de lo que pase en segunda vuelta y de cara a un neoliberalismo peruano que se cae irremediablemente a pedazos, y que, de alcanzar nuevamente el gobierno, en la segunda vuelta electoral del próximo domingo 6 de junio, es altamente probable que ni siquiera pueda terminar su mandato, dadas las tendencias a la crisis social y la descomposición políticas, estructurales e irreversibles.

Pero eso será otra historia. Ahora toca sumar todos los esfuerzos a esta nueva izquierda popular que al fin ha parido el pueblo peruano.

Fuente: https://www.tercerainformacion.es/opinion/21/04/2021/al-fin-peru-ha-parido-una-izquierda-popular/

Fuente Original: https://ricardojimeneza.blogspot.com/2021/04/al-fin-peru-ha-parido-una-izquierda.html

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Argentina: Educación a distancia en barrios populares, faltan computadoras y conectividad

Por Laura Vales/Pagina12

La segunda ola reactualiza el grave problema en las villas y asentamientos. Barrios de Pie piensa en dos soluciones: generar vía impuesto más fondos mediante un impuesto a las empresas que prestan servicios de internet y de telefonía y  darle más fortaleza a los acompañantes comunitarios y promotores educativos dentro de cada barrio

Con la llegada de la segunda ola de covid no quedan dudas de que la escuela tiene por delante, todavía, un buen tiempo de educación combinada. Y en los barrios populares, la falta de conectividad y de computadoras vuelve a aparecer como un grave problema, la principal restricción para que los chicos mantengan una continuidad en sus aprendizajes. En marzo, vecinos que integran los movimientos de la UTEP realizaron una encuesta educativa en villas y asentamientos de todo el país. Relevaron 16 mil casos y encontraron el siguiente panorama: la mayoría de los alumnos se conecta con la escuela con whatsapp, mientras que los que pueden hacer clases por zoom o meets son muy pocos, apenas el 14 por ciento.

Por otra parte, en 6 de cada 10 hogares hay un sólo dispositivo, en general un teléfono celular, y que es de uso compartido. Para conectarse, la mayoría depende de datos móviles.

La investigación pudo hacerse por el despliegue que tienen los movimientos sociales en los territorios. Las vecinas y vecinos que trabajan en comedores populares realizaron las entrevistas, en 14 provincias –aunque con acento en el conurbano bonaerense– que luego procesó el Movimiento Barrios de Pie. “Es una encuesta muy amplia, si se tiene en cuenta que los muestreos suelen tomar unos 2 mil casos y este incluyó 16 mil”, señaló Lucía Bianchi, directora de la Universidad Nacional de BdP.

El primer dato que llama la atención de la encuesta es que el 76 por ciento de los alumnos mantienen el contacto con la escuela por whatsapp. Obviamente, esto está relacionado a que en los barrios no hay conexiones estables de acceso a internet que les permitan usar otras herramientas como las reuniones por meet o zoom, que son las empleadas para poder seguir una clase virtual.

Encuesta Educativa en barrios populares. Fuente: BdP

Así, la mayoría aseguró que se contactó todos los días con la escuela, pero se puede pensar que si prácticamente todas las comunicaciones son por whatsapp, la actividad principal es recibir tareas, mientras que la posibilidad de que los docentes desarrollen temas o den explicaciones complejas queda limitada.

En los hogares, quienes ayudan a hacer las tareas son las madres … y casi nadie más. Los números son muy claros en esto. La pregunta fue ¿quién te acompañó a hacer las tareas escolares? y las respuestas fueron: mi mamá (63,3 por ciento), seguido de un hermane (8,8 por ciento), otro familiar o persona (6,3 por ciento) y como último y menos mencionado el padre (5,9 por ciento). Más de la mitad de los chicos dijeron que necesitarían tener una ayuda externa para hacer los deberes o trabajos prácticos.

Otro dato lapidario sobre la desigualdad es la falta de dispositivos: Sólo 17 de cada cien chicos tienen una computadora o teléfono propio para conectarse a la escuela. En el mismo sentido, 66 de cada cien viven en hogares donde el único recurso es un celular de uso compartido.

Finalmente está el tema de la conectividad: entre los que se conectan con datos móviles (44%), los que tienen conexión fija pero con mala señal (15%)y los que no tienen ningún tipo de internet (18% por ciento) hay más de un 75 por ciento de alumnos con problemas graves de conectividad. Es decir que las tres cuartas partes de la población escolar de las villas y asentamientos no puede conectarse a clases virtuales.

Con los resultados de la investigación, en Barrios de Pie piensan en dos caminos para implementar soluciones. Uno es generar más fondos para dar conectividad a los barrios populares, mediante un impuesto a las empresas que prestan servicios de internet y de telefonía, que con la pandemia han tenido ganancias extraordinarias.

“Evaluamos presentar un proyecto de ley que grave los beneficios de estas grandes empresas prestadoras de servicios. En el país ya existe un fondo fiduciario que depende del ENACOM para llevar conectividad a los barrios, pero necesitamos que esa inversión llegue a más lugares y lo haga a mayor velocidad”, dijo Daniel Menéndez, coordinador de Barrios de Pie, a Página/12. “Si no se acelera el proceso de dar conectividad, la inequidad educativa va a ser enorme.

Otra política que consideran necesaria es la de darle más fortaleza a los acompañantes comunitarios y promotores educativos dentro de cada barrio, es decir, que haya una red de vecinas y vecinos que puedan acompañar a los chicos con las tareas y mantenerse en contacto con los maestros. Esto implicaría articular a los movimientos sociales con la escuela para ampliar el acceso a la educación, siguiendo un camino que ya se hizo para garantizar el acceso a la comida, al coordinar el trabajo del Estado con el de los trabajadores de los comedores populares.

Lucía Bianchi agregó que “el acompañamiento que pueden dar las comunidades es muy grande, porque en los barrios ya existen centros comunitarios, educativos y comedores con gente que puede acompañar a la escuela, no como algo antagónico,sino con un trabajo comunitario y en relación con el acompañamiento a la escuela. Ese encuentro sería muy positivo, aunque hay que tener en claro que en el primer año de pandemia tampoco hubo un trabajo con los espacios comunitarios para dotarlos de computadoras y conectividad. Pero pensar en esa trama es central porque vamos a tener, por mucho, esquemas de educación mixtos”.

https://www.pagina12.com.ar/337024-educacion-a-distancia-en-barrios-populares-faltan-computador

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Los pandemials y la expansión de la idiotez

Por Darío Balvidares*                                                         

Conforme avanza la pandemia, los contagios aumentan, las camas de terapia intensiva disminuyen y se acaban, los trabajadores de la salud con agotamiento sostenido, mientras los pandemials desafían el mundo real, imponiendo los intereses de la idiotez y fallos judiciales de dudosa procedencia y deficiencia argumentativa, que invitan a docentes, auxiliares, estudiantes y familias a coquetear con los contagios, la enfermedad y la muerte, dando lugar a la decisión política del jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, el neoliberal, Horacio Rodríguez Larreta.

A diferencia de los Centtennials, Millennials y otras catalogaciones que describen comportamientos generacionales de manera epocal dentro del contexto de clase que el capitalismo impone; los pandemials fueron apareciendo por generación espontánea y abarca un variopinto rango de edades, géneros y estatus sociales.

Pero los más peligrosos son los pandemials que toman las decisiones políticas y los pandemials periodistas, unos porque traman nuestro destino y otros porque construyen el paupérrimo sentido común desde lo que se dio en llamar la “opinión pública”.

No todo es una cuestión de la “grieta” vernácula, de hecho en lo que respecta al tema de la educación presencial o a distancia en el contexto covid-19, viene de una reunión (virtual) de carácter mundial en la que la UNESCO[1] convocó a funcionarios de educación de distintos países,  entre los que participó el ministro de educación de la Nación, Nicolás Trotta.

Justamente, “mantener las escuelas abiertas” fue el primer tema en la que los disertantes coincidían en que la “presencialidad es lo último que hay que cortar”.

En realidad, la premisa ya la había decidido la propia UNESCO (uno de los motores  principales de la reforma confiscatoria de la educación pública) y un referente del Banco Mundial (el otro motor) que también participó del evento, de ahí que con ese mandato y la bajada posterior al ineficaz Consejo Federal de Educación, el propio ministro Nicolás Trotta hizo declaraciones como ésta:

 

“… en las escuelas, como en aquellos lugares donde se logra cumplir con los protocolos, hay bajo riesgo de contagio, lo demuestra la evidencia (…) No se van a cerrar las escuelas…[2]

Algo similar dijo la ministra, Soledad Acuña, en la Ciudad de Buenos Aires:

las escuelas tuvieron ‘un nivel bajísimo de casos que dieron positivo’ y que ‘no hubo contagios en las burbujas dentro de las que se dieron esos casos’…[3]

Mientras se incumplía el primer día del judicializado DNU presidencial, que suspendía por 15 días la educación presencial, ambos “engrietados” coinciden, no sólo en estas apreciaciones sin sustento científico, también lo hacen en relación con los convenios firmados con ong y fundaciones empresariales[4].

Frente a los pandemials y otros practicantes de la idiotez y en relación con estas manifestaciones es importante informarse. Un artículo de la revista The Lancet titulado “La reapertura de la escuela sin una sólida mitigación del COVID-19 corre el riesgo de acelerar la pandemia” contradice el remanido argumento esgrimido tanto por el ministro de educación de la Nación, como por la ministra de la Ciudad de Buenos Aires, recordando que Soledad Acuña, es la misma que decía que:

“Tenemos millones de papers científicos que confirman que los chicos no son un factor de transmisión masivo, que las escuelas abiertas, al revés de lo que se pensaba, son un espacio, con protocolos, no solo necesarios sino posibles”[5]

Afirmaciones que demuestran que tampoco hubo lectura del informe que desarmaba el mito:

“A lo largo de la pandemia de COVID-19 ha existido un mito persistente de que los niños apenas se ven afectados por la enfermedad. Nada podría estar más lejos de la verdad”, asegura Henrietta Fore, directora ejecutiva de UNICEF (…) Si bien los niños pueden enfermarse y propagar la enfermedad, esto es solo la punta del iceberg de la pandemia. Las interrupciones en los servicios clave y las crecientes tasas de pobreza representan la mayor amenaza para los niños. Cuanto más persista la crisis, más profundas serán sus repercusiones en la educación, la salud, la nutrición y el bienestar de los niños. El futuro de toda una generación está en riesgo”[6].

Cabe agregar que los pandemials del ineficaz Consejo Federal de Educación habían establecido el “semáforo” como herramienta indicativa de los alertas, el que se fijaba como “rojo” cuando la circulación viral se estableciera en más de 200 contagios cada 100 mil habitantes, ese número es largamente superado casi en todo el país. En el momento que escribo este artículo en la Ciudad de Buenos Aires hay 1200 contagios cada 100 mil habitantes. ¿Quién se robó el semáforo?

La máquina de destrucción masiva

El partido gobernante de la Ciudad (PRO) se ha caracterizado por ser una suerte de máquina de impedir, con la baja sistemática del presupuesto educativo, que cuando asumió (2007) rondaba el 28%, que tampoco significaba demasiado, hasta este 2021 que está en el 17%.

Pasado un año de la pandemia el gobierno de la Ciudad no invirtió en la conectividad siendo uno de los impulsores discursivos de las bondades de la tecnología y estigmatizando de manera continua la falta de capacitación, al mismo tiempo que  suprime la entrega de computadoras tanto a estudiantes como a los propios docentes;  a quienes trata de “fracasados” que terminan en la educación, dijo la misma ministra, pandemial, Soledad Acuña:

“… son personas cada vez más grandes de edad, que eligen la carrera docente como tercera o cuarta opción luego de haber fracasado en otras carreras…[7]

Los mismos que quieren borrar la historia de 29 profesorados y los turnos noche de las escuelas secundarias.

Los mismos que tienen inconfesables off short, como el empresario Gabriel Sánchez Zinny, ex Director de Escuelas en provincia de Buenos Aires y que, actualmente, ocupa el cargo de  Director de la Unidad de Evaluación Integral de la Calidad y Equidad Educativa porteña (UEICEE); fue declarado “persona no grata” por los sindicatos UTE y ADEMyS,  es el responsable,  junto a la exgobernadora, María Eugenia Vidal (que terminó su mandato con 340 escuelas cerradas por problemas de infraestructura), de las muertes de la docente, Sandra Calamano y el auxiliar, Rubén Rodríguez por la explosión en la escuela número 49 de Moreno el jueves 2 de agosto de 2018.

Este pandemial comparte con otro, Esteban Bullrich (ex ministro de educación, primero en la Ciudad de Buenos Aires y luego de la Nación y actual senador nacional) Formar Foundation (actualmente inactiva), una off short que fuera denunciada en el caso conocido como Panamá Papers, con domicilio en  Florida[8], paraíso fiscal de Estados Unidos.

Durante sus gestiones todo el sistema educativo sufrió una campaña sistemática de precarización y tercerización en manos de ejecutivos de fundaciones “amigas” ocupando cargos públicos, desmantelando programas y recortando el presupuesto en áreas sensibles, sin inversiones en equipamiento tecnológico (computadoras y plataformas de conectividad en las escuelas y conectividad gratuita en los barrios más humildes).

El gobierno de Horacio Rodríguez Larreta (ex director del Grupo Sophia financiado entre otras fuentes,  por la Banca de Boston durante la década del ‘90) en la Ciudad de Buenos Aires no sólo no  invirtió en todo el 2020 en tecnología, ni tampoco en infraestructura para adecuar las aulas de las escuelas a los requerimientos de seguridad e higiene que la situación requiere.

Estos son, simplemente, algunos recordatorios para ver que los pandemials no son sólo producto de un virus, son los destructores de lo público, lo privatizadores de lo común, los que desconocen la solidaridad con el cinismo que la idiotez que antepone sus intereses fundamentalistas y mezquinos les otorga.

Los pandemials habitan en el poder judicial

Con ese mismo cinismo del idiota “la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo, Tributario y de Relaciones de Consumo de la Ciudad de Buenos Aires falló a favor de la presencialidad…[9]

 En los fundamentos del fallo citan la  Ley 26.206  (LEN) en su el Artículo 4°

El Estado nacional, las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tienen la responsabilidad principal e indelegable de proveer una educación integral, permanente y de calidad para todos/as los/as habitantes de la Nación, garantizando la igualdad, gratuidad y equidad en el ejercicio de este derecho, con la participación de las organizaciones sociales y las familias.”

Y luego refiere el Artículo 5º 

“El Estado nacional fija la política educativa y controla su cumplimiento con la finalidad

de consolidar la unidad nacional, respetando las particularidades provinciales y locales”.

Sin la pretensión de un análisis jurídico, sino a través de un simple análisis del discurso, está claro que el “El Estado nacional, las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tienen la responsabilidad”.

Pero el Artículo 3 expresa que: “La educación es una prioridad nacional y se constituye en política de Estado” y el  Artículo 5° determina al Estado nacional fijar la política educativa.

Eso es lo que hace al argumento del gobierno nacional decretar la suspensión de las clases por 15 días en virtud de la urgencia que amerita el avance desmesurado de los contagios y que el gobierno de la Ciudad no deba pedir la inconstitucionalidad del DNU presidencial, manifestando que  se vulneran las “particularidades provinciales y locales”, puesto que la crisis sanitaria producto de la pandemia no es ninguna “particularidad” propia de la Ciudad.

Incluso el Artículo 129 de la propia Constitución Nacional establece:

“La ciudad de Buenos Aires tendrá un régimen de gobierno autónomo, con facultades propias de legislación y jurisdicción, y su jefe de gobierno será elegido directamente por el pueblo de la ciudad.

Una ley garantizará los intereses del Estado nacional, mientras la ciudad de Buenos Aires sea capital de la Nación…”

De acuerdo con el artículo, el gobierno de la Ciudad es autónomo y los  habitantes votan sus autoridades, sin embargo el mismo artículo agrega que se garantizará los intereses del Estado Nacional, algo que el gobierno/equipo de los pandemials no está garantizando.

Incluso el artículo 128 instituye:

Los gobernadores de provincia son agentes naturales del Gobierno Federal

para hacer cumplir la Constitución y las leyes de la Nación.

No hace falta mayor explicación, para no subestimar al lector de este artículo, sí señalar

que para los pandemials  “su ideología constituye el velo que les tapa la realidad”, además de escasear en lectura o por lo menos en compresión e interpretación de texto.

De ahí las contradicciones, el vicejefe de Gobierno porteño había expresado que: “Si hay una segunda ola tendremos que parar con la presencialidad por 10 o 15 días”[10]

Y no solo hacen lo contrario, sino que se transforman en sofistas de folletín, exponen al conjunto de la población al contagio ilimitado, usan a esos “tribunales” que excretan fallos a pedido, pero jurídicamente nulos, como ya lo definió el juez federal  en lo Contencioso y Administrativo, Esteban Carlos  Furnari que dejó sin efecto la resolución de la Cámara de Apelaciones porteña que habilitaba las clases presenciales en la Ciudad por no tener competencia sobre el tema.

Una para el final

El equipo de pandemials que “administra” la Ciudad de Buenos Aires, con Horacio Rodríguez Larreta como “líder”, desobedece el fallo de la Justicia Federal.

Estamos frente a un crecimiento exponencial de contagios y los Pro-Pandemials juegan con la enfermedad; tampoco invirtieron en infraestructura hospitalaria y no reconocen  la profesionalización de los enfermeros/as.

La Corte Suprema  tiene en sus manos un tema jurídico de fácil solución, que pone de manifiesto si desde ese Olimpo, también folletinesco, pueden ver la realidad que nos impone el virus, mas allá del DNU que es necesario, pero del todo insuficiente.

Los docentes interpelan el delirio del gobierno porteño con su lucha por la vida, mostrando que la realidad del covid-19 no es discursiva, es letal.

*Profesor y Licenciado en Letras (egresado FFyL – UBA)

Fue docente durante 30 años en la Escuela de Comercio 3 DE 7 Hipólito Vieytes de la que se jubiló como Rector en 2015.

Investigador en Política Educativa; autor de La educación en la era corporativa, la trama de la desposesión Editorial Herramienta – Contrahegemonía 2019 y La novela educativa o el relato de la alienación Redes Cultura 2005 (con prólogo de Osvaldo Bayer).  Además de decenas de artículos publicados en Rebelión; Contrahegemonía Web y Otras Voces en Educación.

Productor periodístico y columnista del programa “La Deuda Eterna” (FM Flores 90.7 CABA y Radio La Retaguardia entre 2006 y 2020).

 

[1]Un año de COVID: priorizar la recuperación de la educación para evitar una catástrofe generacional” 29/03/2021

https://en.unesco.org/news/one-year-covid-prioritizing-education-recovery-avoid-generational-catastrophe

[2] https://www.telam.com.ar/notas/202104/550481-trotta-no-se-van-a-cerrar-las-escuelas.html

[3] https://www.minutouno.com/politica/clases-presenciales/acuna-admitio-que-varias-escuelas-no-pudieron-abrir-hoy-sus-puertas-n5185666

[4] https://laeducacionenpedazos.blogspot.com/2021/03/los-mios-los-tuyos-y-los-nuestros-all.html

[5]  https://www.nueva-ciudad.com.ar/notas/202102/45379-acuna-dijo-que-les-nines-no-contagian-dura-respuesta-de-especialistas.html

[6] https://news.un.org/es/story/2020/11/1484262

[7] https://www.laizquierdadiario.com/Pobres-viejos-zurdos-y-fracasados-brutales-definiciones-de-Soledad-Acuna-sobre-la-docencia?utm_source=lid&utm_medium=wp&utm_campaign=article-social-actions

[8] https://opencorporates.com/companies/us_fl/N06000009549

[9] https://www.minutouno.com/politica/ciudad-buenos-aires/que-dice-el-fallo-que-permite-las-clases-presenciales-la-n5185512

[10] https://www.ambito.com/politica/diego-santilli/santilli-si-hay-una-segunda-ola-tendremos-que-parar-la-presencialidad-n5170813

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Perú – Arequipa: Escolar en pobreza extrema ganó primer lugar en COAR de entre más de 14 mil estudiantes

Arequipa: Escolar en pobreza extrema ganó primer lugar en COAR de entre más de 14 mil estudiantes

Blanca Flor de 14 años ingresó al Colegio de Alto Rendimiento (Coar) Arequipa, ocupando una de las 2,685 becas ofrecidas a escala nacional.

Gran alegría ha causado Blanca Flor Llallacachi Layme, una menor de 14 años, quien pese a residir en un entorno de pobreza extrema, logró ocupar el primer puesto en el ranking de ingreso al Colegio de Alto Rendimiento (Coar) Arequipa para completar sus estudios secundarios.

Blanca Flor destacó entre 14 mil 250 escolares que concursaron por una de las 2,685 becas ofrecidas a escala nacional; logrando el primer puesto para el Coar Arequipa.

El Gobierno Regional de Arequipa calificó este logro como una inspiración y ejemplo de perseverancia; la estudiante llega como alumna del Centro Rural de Formación de Alternancia C.R.F.A. “Allin Yachaywasi” y actualmente reside en el centro poblado de Tolconi del distrito de Chachas, provincia de Castilla.

Si uno se esfuerza y persevera en la vida puede lograr sus sueños, sin importar que estudie en una zona ubicada a más de 10 horas de la ciudad”, indicó Blanca Flor.

Se supo que la menor cursó su primaria en el centro rural mencionado bajo un sistema basado en la interacción. Es decir, dos semanas de residencia en la escuela y las otras dos en su casa practicando lo aprendido.

Apoyo

“Que este primer puesto al COAR Arequipa, sea sólo el inicio de grandes logros para tu familia y tu tierra Tolconi. Con muchachas como tú el país tiene esperanza”, felicitó el gobernador Cáceres Llica a Blanca Flor.

La primera autoridad regional le entregó una laptop y un diccionario para que estudie de manera adecuada, tras destacar entre 14,250 escolares que concursaron por 2,685 becas a nivel nacional, logrando el máximo puntaje al COAR Arequipa.

En otro momento, Blanca Flor agradeció al gobernador regional por visitar recientemente Tolconi para entregar una ambulancia y anunciar la dotación de agua potable y desagüe para su centro poblado.

DATOS

– En el 2019 la menor participó en la Feria Escolar Nacional de Ciencia y Tecnología Eureka 2019 con un proyecto de cocina saludable para mejorar la calidad de vida de los pobladores.

– En el 2020 ganó la etapa regional del Tinkuy 2020, con una iniciativa sobre el aprendizaje en plena pandemia desde el lejano Tolconi.

Fuente de la Información: https://peru21.pe/peru/arequipa-escolar-en-pobreza-extrema-destaco-entre-14-mil-250-estudiantes-y-gana-el-primer-lugar-nnpp-noticia/

 

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Argentina: Pedagogía del virus: postales más acá de la grieta

Pedagogía del virus: postales más acá de la grieta

Crónica y voces de un día agitado en CABA, donde los chats del colegio se madrugaron con el desafío porteño al DNU nacional, con hijxs como rehenes de una pelea judicial-política. ¿Qué hacer? ¿Cómo reaccionar frente a la confusión, en medio de una pandemia? La vuelta a la virtualidad, de los chats de madres y padres a las clases por Zoom. La voz de docentes en paro, y lo que pasaba en algunas aulas; lo que dicen lxs chicxs, en casa. Las diferencias entre lo privado y lo público, o los privados de clases. Cómo no caer en la dicotomía entre abrir y cerrar, y tener criterios propios cuando la salud, la educación, el trabajo y la vida nos ponen ante el asombro y el aprendizaje constante.

“Estimadas familias” comienza el mail enviado por el Ministerio de Educación porteño en la madrugada del lunes, a la 1.54.

Soledad lo abrió sorprendida por la hora y por la noticia. El asunto: “Continuamos con las clases presenciales” (pero todo con mayúsculas). El texto: “Queremos contarles que, dada la resolución judicial de público conocimiento, continuaremos con las clases presenciales en la Ciudad de Buenos Aires  tal como lo hicimos estos dos meses en todos los establecimientos educativos, dándole continuidad a los planes de organización establecidos por cada institución y aplicando el protocolo vigente”.

Días antes del mail un Presidente había anunciado otro pasaje a la virtualidad educativa durante 15 días en medio de las crecientes estadísticas sobre contagios y muertes, y un Jefe de Gobierno había decidido ir en sentido opuesto, promoviendo la presencia escolar.

Todo ocurre en un año electoral, lo cual permite sospechar que el SARS-CoV-2 no es el único virus suelto en estos extraños tiempos, ni lo único que explica estas batallas de poder, o tal vez de impotencia.

Soledad trabaja como empleada doméstica y vive con su hijo Patricio (11 años)  en Villa Alsina. Desde allí el niño debe viajar a la escuela Olegario Víctor Andrade, de Boedo. “Más allá de lo que digan yo tengo mi criterio: que no vaya a clases. Primero porque ni él ni yo somos de riesgo, pero mi mamá que vive al lado, sí”, explica Soledad. “En el WhatsApp de padres de la escuela había dos mamás que querían clases presenciales. Y 23 que no. Estaban de acuerdo con el paro o con clases virtuales. Yo creo que es porque se están viendo más contagios. Hay una mamá que tiene pensamiento de derecha, pero tampoco quería clases presenciales porque le pasa como a mí: sabe que la enfermedad no es solo un riesgo, sino un costo económico y un costo de energía que no podemos permitirnos. Ella sabe que Larreta no le va a bancar ese costo. Así que lo votará, pero no quiere contagiarse”.

Salió del grupo

Escenas de la vida laboral: “Yo trabajaba en cuatro casas, pero en dos se cortó por esto de la pandemia. O sea que me quedé con la mitad del trabajo. Me dijeron que no vaya, por ahora. Pero el ‘por ahora’ puede ser dos semanas, o meses, o nunca más. Si no salgo, no tengo ingresos. Pero si salgo, no me puedo permitir contagiarme. Y mi hijo tampoco”.

Cree Soledad que no se entiende casi nada de lo que pasa: “Pero yo nací en Argentina, así que estoy acostumbrada a que las cosas no se entiendan”. La confusión en tiempo y espacio es uno de los signos de la locura, de la alienación. Agrega Soledad: “Ya de chica me llevaron a ver la Carpa Blanca, y no se entendía nada, o se entendía que estaba todo mal”.

El domingo a la noche, frente al anuncio de Horacio Rodríguez Larreta de continuar con las clases presenciales, el grupo telefónico formado principalmente por madres,  ardió. “Unas decían que era una vergüenza que hubiera paro. Otras estaban de acuerdo. Una madre salió del grupo. Dos proponían hablar de los buzos de egresados. Y otra puso ‘váyanse a dormir que son las doce menos cuarto de la noche’. Después llegó el mail del gobierno”.

Soledad logró que su hijo vaya solo tres veces por semana a la escuela: “Así es menos exposición, y menos gasto de boleto. Estoy viendo de dejarlo ir solo, porque sería otro boleto menos. Yo trato de acompañarlo al estudiar, pero siempre es mejor que esté en la escuela, aprende más. Con lo de las tres veces por semana es una especie de equilibrio: que socialice, que aprenda, y que haya menos riesgo”. Antes de la pandemia la escuela era de 8 horas. Pasó a la virtualidad en 2020 y este año comenzó con turnos o burbujas de cuatro horas. “Antes les daban de comer a los chicos todos los días. Ahora les dan una bolsa de comida pero muy cada tanto. Esas cosas también cambiaron”.

Palabras privadas

En una escuela de Almagro hay hojas A4 pegadas en las paredes con palabras que ningún niño pronunciaría: “Responsabilidad”, “Tolerancia”, “Empatía”, “Cuidado”, “Respeto”, “Acompañamiento”. Empatía figura cuatro veces. En la escuela no hay niños ni actividad aparente. Los gremios calcularon un 90% de acatamiento al paro. Una directiva, en la entrada, dice. “No podemos hablar con periodistas” y agrega “buenos días”, frase que aplicada a este lunes parece tan vacía como le ocurre tantas veces a esas palabras impresas con tinta negra y buenas intenciones en A4.

Por la vereda, con mochilas rodantes y uniformes, pasan niños de una escuela privada cercana, que tuvo clases presenciales. Quienes viven lejos de la escuela, en esos casos, suelen ser  llevados y traídos en auto, cosa infrecuente para quienes asisten a las escuelas estatales y deben viajar en transporte público.

Así fue la brecha en la Ciudad: privadas con clases y públicas, o privadas de clases.

Me quedé sin datos

“Es un desastre de los dos lados, tanto del Gobierno Nacional como del de la Ciudad. No puede ser que a las 11 de la noche nos enteremos si hay o no clase: no tienen en cuenta ni la organización familiar, laboral ni los sentimientos de los chicos. No están a la altura del momento político y de pandemia en el que vivimos; deberían parar con la política partidaria y electoral y gobernar para el pueblo”, dice Miguel, papá de Lola, de 11 años y de Amanda, de 6. Ambas van a la escuela pública en la Ciudad y no tuvieron clases presenciales. Lola, por el paro de los gremios docentes, y Amanda tuvo clases virtuales.

Lola discute con lo que escucha por televisión: “El año pasado ya lo vimos. Cerrar es para cuidarnos y no contagiarnos ni contagiar”. Lo dijo sabiendo que por 15 días no podrá ir a gimnasia, ni teatro ni a inglés. Cuenta Miguel que desde la escuela mandaron una comunicación el domingo diciendo que no habría clases presenciales. “Horas antes de recibirla, el nivel de incertidumbre en los grupos de WhatsApp fue algo nunca visto: padres, madres y cuidadores que no sabían cómo harían para ir a trabajar y para trasladarse a las escuelas, porque el transporte es solo para esenciales”. El rol que en otros tiempos podían cumplir abuelas y abuelos hoy está en tela de juicio por el riesgo de contagio de quienes no están vacunados o lo están solo con la primea dosis, en un sistema que sigue tomándose sus tiempos.

“Seguimos en estado de alerta y movilización. Este lunes 19 no vamos a las escuelas, paramos. La docencia defiende la no presencialidad en las escuelas”, se lee en un comunicado de Ademys, gremio de docentes de la Ciudad. En CABA, sólo el 15% de les docentes tienen alguna dosis de la vacuna y temen tal vez ser contagiados, y contagiar a su vez al alumnado y sus familias.

En uno de los grupos de WhatsApp una madre virtualizada clamaba ayuda este lunes: “No pude conectar a Santino porque me quedé sin datos en el celular, me pueden pasar lo que hicieron, por favor”. El caso se repite en miles de familias de la Ciudad que al no poder pagar los servicios que proveen Internet, se quedan afuera de la virtualidad.

Hacés algo o te callás

Cuenta Bernardina, empleada pública que vive con su hija que va al 7º grado de un colegio privado de Flores: «La síntesis es una frase del grupo de WhatsApp de mamis: ‘¿A las diez de la noche nos avisan que vamos a arrancar la semana así? Es demasiado’. Ya estamos acostumbradas a resolver lo que no hacen las instituciones. Así que ante el primer indicio de que se nos venía esto, nos pusimos a chequear la información y al mismo tiempo, a organizarnos para ambas opciones, más allá de lo que luego dijeran los anuncios. En el grupo nunca hubo ni un solo comentario con olor a grieta. Creo que a todas les pasó lo mismo que a mí: cuando iba a poner algo, pensaba: mejor acá no: es demasiado.  No es un lugar para indignarse ni descargar. Son esos momentos y espacios donde hacés algo o te callás”.

Antes de las 23 del domingo el colegio mandó una nota diciendo que el lunes iba a seguir tal cual lo anunciado el viernes (modalidad virtual) y que durante el día nos iban a avisar cómo seguía todo.

“A las 17 todavía no había ninguna comunicación, o cosas contradictorias. Entonces resolvemos las madres cómo organizarnos para poder trabajar y atender las tareas, si son virtuales, o correr para llevar y traer a los chicos del colegio. Esta semana justo habíamos comenzado a volver a una cierta normalidad de horarios. El año había empezado con una cursada de 4 horas, y en abril ya había alcanzado a 3 días de doble jornada y dos de jornada extendida. Y justo cuando habíamos alcanzado un respiro para poder trabajar sin cargar con todo el peso de la escolaridad encima, se vino esto, que es peor porque es incertidumbre que se suma al cansancio. Yo estuve todo el tiempo muy desconfiada de que las condiciones garanticen que la presencialidad no sea peligrosa, especialmente porque en los horarios de almuerzo, donde obviamente los chicos se sacan el tapaboca, no había control ni burbuja ni nada. Pregunté al colegio y no me respondieron. Sentí cierto alivio con los anuncios de cuidados, pero la verdad es que a mi hija le cambió el humor desde que volvieron las clases presenciales. Cambió la apatía por otra energía. Y eso es algo que no podés obviar.»

La educación vacante  

Muy serio baila León frente a la computadora. Tiene cuatro años y está en salita de cinco de un jardín público. Ana, su mamá, embarazada nuevamente, relata: “La primera propuesta que recibimos en febrero fue que tenía que ir una hora y media por día todos los días. Conciliar eso con el trabajo es imposible. Pero a la vez es obligatorio mandarlo si no tenés un justificativo que lo exceptúe, aunque el gobierno no te garantice las condiciones para que el mismo protocolo que confeccionó se cumpla. El riesgo de no mandarlo sin justificativo nos dijeron que es, directamente, perder la vacante”.
Ana no quiere ser mal pensada: “Pero para mí lo que buscan es bajar el grandísimo déficit de vacantes que tienen. La falta de vacantes en la Ciudad es crónica y es mucha, aunque no se difunden datos oficiales. El otro día leí en el diario Tiempo que este año se solicitaron 117 mil para los tres niveles: inicial, primaria y secundaria, pero la recibieron 61.200. El resto, el 47,7% del total, quedó sin lugar asignado”.

Con el establecimiento abierto, el grupo de madres y padres solicitó por carta aireadores que se suponía que el gobierno de Ciudad debía mandar por protocolo. La opción, a la espera de tal milagro y sólo apta para tiempo templado: dejaban abierta la puerta de calle del jardín para que el aire pudiese correr. “Pero con el anuncio del Presidente y después el de Larreta fue una confusión total. León ya dijo que no quiere ver más a esos ‘señores’ en la televisión, sino dibujitos animados. En el grupo de WhatsApp mucha gente dijo que prefiere que sus hijos no vayan a clase hasta que todo esté más claro. Pero hubo que hacer cartas para aclarar la situación por lo que hablábamos antes: el miedo a perder la vacante”. Esta semana León sabrá si va a tener clase presencial o virtual, mientras clama por no seguir viendo a los señores.

Natacha, del barrio Agronomía, también mandó cartas a la escuela pública de sus mellizos para aclarar que no los enviará a clases porque cree que el DNU del gobierno nacional tiene el valor de una ley superior a lo que disponga la Ciudad, y no quiere dejar de cumplirla. “Mi situación es privilegiada, mi marido y yo trabajamos desde casa, tenemos Internet, computadora, y a la vez creemos que el eje del problema no es la educación ni la economía, sino la salud. Creo que las medidas restrictivas tendrían que haber llegado incluso antes, sin esperar los 30.000 contagios diarios. A mis hijos los veo bien, pero tienen períodos de mucha angustia, o en los que no pueden dormir. A mí también me pasa. Creo que es saludable estar angustiado en una situación pandémica tan difícil”.

Salir del binarismo

Juan Giménez dirige la escuela Creciendo Juntos de Moreno (inicial, primaria y secundaria), que no es estatal ni privada, sino de Gestión Social. “Somos el tercero en discordia” cuenta, matizando desde el Conurbano con su experiencia de una escuela autoconstruida, los vaivenes de lo que ocurre en estos días. “Este año armamos dos grupos por año intercalándose una semana cada uno para permitir la presencialidad, y los chicos venían. No faltaban. El año pasado pese a la pandemia armamos una olla popular, la escuela estuvo abierta para salir del binarismo de cerrar o abrir. Abríamos aunque no hubiera clases presenciales para que las familias tuvieran un punto de contacto. La escuela no es solo el lugar en el que se dictan clases, sino que es un elemento más de la comunidad en el territorio”.

La escuela cobra una cuota de 1.500 pesos por alumno. El año pasado los ingresos fueron del 30%. “Nos salvó que hay algunos sueldos que se pagan directamente desde el Estado y las ATP”. Inscribieron de todos modos a quienes no podían pagar, con el plan de trueque por trabajo de mantenimiento de la escuela, y fundamentalmente para que no se sigan cayendo chicos del sistema, explica Juan. “Y hasta pudimos crear un nuevo primer grado, para garantizar que puedan entrar todos los chicos que vienen del preescolar”.

Lo actual: “Todo es muy complejo. El virus no es una pavada, hemos tenido familiares de estudiantes fallecidos, y toda una situación muy tremenda. El año pasado hubo también el suicidio de un chico de 16 años. Entonces es complejo lo pedagógico, pero también lo social”.

En Moreno la conectividad es muchas veces una ilusión óptica y se hace a veces impensable la virtualidad al estilo porteño. “Ya hay profesores que armaron grupos de WhatsApp al menos para estar en contacto con el grupo de chicas y chicos, mandarles algún material, que contesten con algún audio, pero que no se pierda la conexión. Yo veía escuelas que en la virtualidad aparecían en la pantalla con uniformes y hasta preceptores que tomaban lista. Eso es un sector minúsculo. Nosotros no podemos hacerlo”.

En 2020 varios cursos de primaria estuvieron en contacto a través de Facebook. “Con los grandes se va haciendo más difícil, porque consiguen trabajo, porque se desenganchan. El año pasado pudimos mantener un 60% de contacto razonable, pero el resto no tenía conexión, o era muy inestable, y así empezás a perder el vínculo”.

Creciendo Juntos aceptó las restricciones frente a la pandemia. “Vemos lo que está pasando en Moreno” aunque siguen defendiendo como cuestión de fondo la educación presencial: “La educación es presencial. Lo virtual puede ser un rato, pero imagínate que aquí hay familias que no tienen celulares para cada hijo, y ni hablar de computadora. Además, esa virtualidad muchas veces se transforma en un simulacro educativo”.

Por eso Juan tampoco acuerda cuando gremios o escuelas suspenden o postergan las clases con argumentos débiles: “No anda el inodoro, no empiezan las clases. Yo comparto que las escuelas tienen que estar impecables, pero tampoco podés dejar a los chicos en el aire. Acá hay problemas desde siempre. Con Scioli, agravados por Vidal, porque en el macrismo terminaron de destrozar a la educación. Pero hay que romper también esa cosa burocrática de dejar a la familia afuera. Lo estatal perdió la dimensión de la escuela como territorio, y se quedó con la escuela como edificio del que no se apropia la comunidad”.

Por eso Giménez plantea, como suele ocurrir en Creciendo Juntos, que hay que generar cosas nuevas. “Las escuelas tienen que ser un espacio, un motor de organización en las comunidades. Pero si los maestros están en la idea de salvarse, de lo individual… lo individual nos comió a los docentes. Yo tengo mi salario, pero muchas familias no. Entonces, ¿qué hacemos con eso? Cuando caemos en eso se empantana todo en el temor, en el miedo, que permite que rebrote el discurso de que los docentes son vagos que no quieren trabajar. Ese discurso es injusto, porque no siempre es así. Pero es el discurso que gana la batalla comunicacional”.

Juan cree que muchas veces la escuela trata a las familias como maniquíes. “Aquí las familias forman parte activa de la comunidad educativa. Incluso hemos insistido y logrado que intervengan y cuestionen también lo pedagógico. Eso ha generado algunas crisis, nos obligó a hacer cambios, pero no hay que tenerle miedo a los conflictos sino comprende el protagonismo, la participación, la toma de decisiones. Porque ahí está la posibilidad de cambiar las cosas”.

No se sabe qué formas tomará ese proyecto de cambio durante estos meses, entre un virus cada vez más excitado y una sociedad cada vez más confundida. Por ahora, la sensación es que más y más docentes van sumándose al paro. Los días dirán, y se verá mejor el rol político y judicial de personas y espacios de poder que consideran tener entre manos el destino de millones de personas.

Frente a tales incertidumbres, Juan, con los pies en el Conurbano, recuerda algo que siempre plantea Cristina, una de las fundadoras de Creciendo Juntos: “Todo se puede, menos rendirse”.

Fuente de la Información: https://www.lavaca.org/portada/pedagogia-del-virus-postales-mas-aca-de-la-grieta/

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