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Colombia: Crisis en los aprendizajes

Crisis en los aprendizajes

Los estudiantes de educación básica y media del Área Metropolitana de Bucaramanga completan en diciembre nueve meses sin asistir a sus instituciones educativas, por el confinamiento COVID-19. Es tan grave que se habla de una catástrofe generacional internacional. Es necesario y urgente asegurar una reapertura parcial para enero, que sea segura, consultada con las autoridades del área de la salud, con los padres de familia y con la comunidad educativa.

Las alertas de UNESCO y UNICEF son: el confinamiento prolongado afecta la salud física y mental de los estudiantes, sin un horario estructurado pierden sus rutinas, sus amigos y el espacio protector de su integridad. Los más vulnerables enfrentan riesgos, tales como trabajo infantil, violencia y abuso sexual. Un alto número de estudiantes van a perder el desarrollo de las competencias básicas y caerán por debajo del mínimo en los niveles esperados. Si antes de la pandemia teníamos una grave crisis de aprendizaje y unas brechas educativas entre los alumnos del sector privado y los del sector oficial, y entre los del sector urbano y los del sector rural.

Para UNICEF en Colombia el 50% de los niños menores de 10 años no tienen las competencias de lectura necesarias para comprender un texto simple. PISA 2018 reporta que el 50% de los estudiantes de 15 años solo alcanzaron el nivel 2 de 6 en lectura y ciencias; en matemáticas, los resultados de los niños de ingresos bajos y los estudiantes de altos ingresos la diferencia es del 14%.

Los más afectados con el cierre de las escuelas son los estudiantes en condiciones de vulnerabilidad, es decir, los indígenas, los niños con discapacidad, los migrantes, los niños de zonas rurales y los niños que por causa de la pandemia cayeron en la pobreza extrema. No podemos seguir dilatando la decisión de abrir las escuelas y diseñar estrategias pedagógico-didácticas que partan de un auténtico diagnóstico sobre el grado de desarrollo social, emocional y cognitivo de cada niño. La crisis impone transformaciones profundas. No sigamos ignorando la niñez.

Fuente de la Información: https://www.vanguardia.com/opinion/columnistas/fundacion-participar/crisis-en-los-aprendizajes-HX3154922
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Diego fue a encontrarse con su amigo

Diego fue a encontrarse con su amigo

Atilio Borón

Exactamente el mismo día, pero cuatro años después que Fidel, Diego abandonaba este mundo, y cual ese barrilete cósmico descubierto por Víctor Hugo Morales en México, emprendía vuelo para encontrarse con su amigo, consejero y protector, por no decir “casi un padre”, que es lo que tal vez sería más correcto afirmar.

¿Cómo explicar esta coincidencia? ¿Azar, predestinación, magia, un inescrutable código astral? ¿Quién podría jugarse por una respuesta? Quien esto escribe se declara incompetente para descifrar esta inescrutable concordancia. Tal vez solo se atrevería a conjeturar que quizás los ídolos se atraen mutuamente. Diego y Fidel lo hicieron en vida, y tal vez esa misma circunstancia hizo que ambos partieran de viaje exactamente el mismo día.

La admiración y el afecto que se profesaban eran extraordinarios. Diego llevaba a Fidel tallado en su cuerpo, en su piel, en esa zurda maravillosa que dibujó algunas de las más prodigiosas filigranas vistas en una cancha de fútbol. También lo llevaba en su corazón y en su mente. Porque Diego era puro pueblo hasta sus vísceras y, como Fidel, su afán de justicia así como su repudio a toda forma de opresión y explotación eran insaciables.

Por eso fue un hombre que, en materia política, nunca tuvo dudas y en cada coyuntura crítica siempre se ubicó en el lado correcto de la barricada. Jamás fue contaminado por el eclecticismo posmoderno o el culto al aséptico “ni-ni” de tantos intelectuales y políticos de una supuesta izquierda.

Sabía muy bien por donde pasaba la línea que separaba a opresores de oprimidos y tomaba partido al instante. Esta sabiduría popular unida a su agudo instinto de clase lo llevó a ejercer una defensa incondicional de la Revolución Cubana, de la Venezuela chavista, de la Bolivia de Evo, del Ecuador de Correa y de los gobiernos populares en Brasil, Uruguay y la Argentina, consciente de que las oligarquías dominantes y sus amos imperiales jamás le perdonarían su virtuosa irreverencia.

Su notable protagonismo en la gran batalla de los pueblos de Nuestra América en contra del ALCA en Mar del Plata en noviembre del 2005 hubiera bastado para asignarle un sitial prominente en la historia de las luchas antimperialistas. Pero no se quedó solo en eso. Años después lo encontraríamos en Colombia, marchando junto a Piedad Córdoba a favor del malogrado proceso de paz. Allí donde se libraba un combate contra el imperialismo, Diego no tardaba en enrolarse.

Su empeño por la causa de la emancipación popular iba parejo con su repudio a los ricos y poderosos que condenaban a sus pueblos a la miseria, la enfermedad, la ignorancia. Fue coherente hasta el fin. Y se fue, puntualmente, a juntarse con su gran amigo; a unir la potencia imperecedera de sus testimonios para seguir siendo fuente de inspiración en la aún inconclusa tarea de liberar a los pueblos de la dominación del imperialismo y sus lamebotas locales.

Diego se fue, sí, pero los grandes ídolos populares gozan de un raro atributo: continúan perturbando el sueño de los opresores porque su muerte los convierte en inmortales. Tal como ocurre con Fidel, Chávez, el Che, Evita, Perón, Allende y Néstor, su presencia latirá aún con más fuerza en las batallas que se avecinan por la construcción de un nuevo mundo una vez extinguida la pandemia.

(Tomado de Página 12)

Fuente de la Información: http://www.cubadebate.cu/opinion/2020/11/26/diego-fue-a-encontrarse-con-su-amigo/

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Se movilizan en Argentina contra nuevo proyecto sobre el aborto

Se movilizan en Argentina contra nuevo proyecto sobre el aborto

Miles de personas se movilizaron este sábado en Buenos Aires y en varias ciudades del interior de Argentina para expresar su rechazo a un nuevo proyecto de ley para legalizar el aborto, esta vez impulsado por el presidente del país, Alberto Fernández.

La marcha, que en la capital tuvo epicentro en el palacio del Congreso, fue convocada por 150 organizaciones de la sociedad civil agrupadas en el colectivo Unidad Provida, con el fuerte respaldo de la Iglesia Católica y de la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de Argentina.

El denominador común fue reivindicar la defensa de «las dos vidas» -la de la madre y la del niño por nacer- ante la decisión de Fernández de enviar el pasado día 17 un proyecto de ley para legalizar la interrupción del embarazo.

«La mayoría celeste va a salir una y todas las veces que sean necesarias para garantizar los derechos a la vida de todos los argentinos», aseguró Memé Moscoso, abogada de Portal de Belén, una de las organizaciones convocantes.

Un proyecto para legalizar el aborto ya había sido debatido en 2018, durante el Gobierno de Mauricio Macri (2015-2019), quien dio vía libre para su discusión tras años de intentos por parte de la izquierda y de grupos feministas para impulsar la iniciativa.

En aquella ocasión, la Cámara de Diputados avaló el proyecto, pero el Senado lo rechazó, en medio de masivas movilizaciones a favor y en contra.

«Condena a muerte»

El proyecto de Fernández permite el acceso a la interrupción del embarazo hasta la semana 14 de gestación, y más allá de ese plazo si la mujer sufrió una violación o corre peligro su vida, únicos dos supuestos por los que en la actualidad se permite abortar legalmente en Argentina.

El presidente ha argumentado que los abortos ocurren en forma clandestina y ponen en riesgo la vida y la salud de las mujeres por lo que, a su juicio, el «dilema» que debe superar el país es si los abortos se practican clandestinamente o en el sistema de salud.

«El presidente no está diciendo la verdad cuando dice que la legalización del aborto es una prioridad de salud pública. Hay más de cien causas prioritarias por las que mueren las mujeres, y mucho más en pandemia. Mueren quince veces más embarazadas que quieren tener a sus hijos, 20 veces más mujeres por desnutrición o HIV y 300 veces más por cáncer de mama», afirmó Ana Belén Mármora, portavoz de Unidad Provida.

El proyecto para legalizar el aborto va acompañado de una iniciativa gubernamental denominada «Plan de los mil días», que prevé dar asistencia sanitaria y económica a las madres durante la gestación y hasta los 3 años de edad del niño.

Para María Sol Srebot, de la organización Frente Joven de la ciudad de Rosario, «el Gobierno cayó en la contradicción irracional de defender los derechos de algunos niños por nacer con un proyecto y, simultáneamente, en condenar a muerte a otros con el proyecto de aborto legal«.

La nueva iniciativa proaborto, que responde a una promesa de campaña de Fernández, jefe de Estado desde finales de 2019, se estima que volverá a tener el apoyo necesario en la Cámara de Diputados, aunque de nuevo podría ser rechazada en la Cámara Alta, ya que, aunque el oficialismo tiene mayoría absoluta, el aborto genera diferencias en el seno de los principales grupos políticos.

La Iglesia Católica reitera su rechazo

Días después de que la movilización de este sábado fuera convocada por grupos provida, la Conferencia Episcopal Argentina, que reúne a los obispos católicos del país, llamó a sumarse a la manifestación «para expresar el valor y el respeto por la vida humana desde su concepción hasta su muerte natural».

Desde entonces, se han multiplicado los mensajes de diversos prelados en contra del proyecto de ley.

Incluso el pasado miércoles se hizo pública una carta del papa Francisco, en la que el pontífice argentino señala que «el problema del aborto» no es un asunto «primariamente religioso sino de ética humana», anterior a «cualquier confesión religiosa», y sostiene que es bueno preguntarse si «es justo eliminar una vida humana para resolver un problema».

Fuente: EFE
Fuente de la Información: https://www.ultimahora.com/se-movilizan-argentina-contra-nuevo-proyecto-el-aborto-n2916143.html

 

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El derecho a la educación hoy

El derecho a la educación hoy

Luis Bonilla-Molina

(Artículo elaborado para la CLADE)

  • Introducción

Estos meses de pandemia han significado un desafío sui generis para las organizaciones y personalidades que defendemos el derecho humano a la educación. La velocidad y novedad de los acontecimientos han retado perspectivas, generado una turbulencia epistémica sin precedentes.

Durante los últimos años se habían ignorado muchas de las advertencias sobre un escenario como el que vivimos con el COVID-19, de impacto profundo de la aceleración científica-tecnológica en la educación. La masividad de la virtualidad y el desembarco de las propuestas educativas digitales se han presentado en oposición a la presencialidad y no, como realmente son, un complemento epocal del trabajo pedagógico en las aulas. Esto por supuesto está asociado a nuevas formas de privatización y mercantilización en curso, tendencias que amenazan con profundizar exclusiones y odiosas segmentaciones.

Les docentes han tenido que asumir contingentemente el desarrollo de modelos de aprendizaje determinados por el acceso o no, a la virtualidad. El sostenimiento del vínculo pedagógico ha demandado un renovado vínculo entre docentes, familias y estudiantes que debe servir para repensar la educación en la post pandemia.

En este contexto se realiza la XI Asamblea de la CLADE.  La Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación constituye la más importante coalición y convergencia de voluntades y experiencias en defensa del derecho a la educación, por ello, esta Asamblea es crucial para fortalecer y ampliar las correlaciones de fuerzas existentes en esta dirección.

  • ¿Qué es el derecho humano a la educación?

La perspectiva que defendemos del derecho a la educación es de carácter amplio y, considera que su cumplimiento pleno está asociado a los avances en los demás derechos; es decir, reivindica su intersectorialidad, interdependencia y complementariedad.

Se reivindica el papel del Estado como garante de este derecho, lo cual implica la obligación que tienen los gobiernos de proporcionar condiciones de igualdad para desarrollar los procesos de enseñanza-aprendizaje, procurando con ello disminuir el impacto en lo educativo de las múltiples asimetrías y exclusiones que caracterizan a las sociedades.

Cuando se quiere verificar cuál es el nivel de cumplimiento de un país, respecto al derecho humano a la educación, existen un conjunto de elementos y parámetros a tomar en cuenta. Estos son:

Primero, que cuente con un marco jurídico para normar el cumplimiento de este derecho, de rango Constitucional y orgánico, desarrollado en leyes y normas especiales, en correspondencia con los preceptos y definiciones alcanzadas en las convenciones internacionales;

Segundo, la capacidad institucional con la que cuente el Estado para instrumentar ese marco jurídico. Los Ministerios de Educación o sus equivalentes, suelen ser las instancias encargadas de instrumentarlo, para lo cual deben contar con instancias y dependencias que garanticen el desarrollo en sus dimensiones de financiamiento, pedagógicas, formación docente, infraestructura y equipamiento, planes y programas, supervisión y gestión, sistema escolar y perfiles profesionales de egreso, calidad y pertinencia.

Desde nuestra perspectiva, la calidad educativa se debe realizar con una praxis de educación emancipadora y liberadora, con pensamiento crítico para potenciar las capacidades de transformación radical de la sociedad, perspectiva de género y anti patriarcal, ética ecológica y solidaridad;

Tercero, que cuente con presupuesto público suficiente para garantizar la inclusión educativa, con un piso mínimo del seis por ciento (6%) del producto interno bruto (PIB) del país. En este aspecto es importante desglosar el uso del presupuesto en educación, para que su ejecución y las prioridades que se determinen, sean el resultado de un amplio consenso social;

Cuarto, la suficiencia del presupuesto es vinculante y se constata por: a) la capacidad para crear y sostener tantas instituciones educativas como se requieran en cada uno de los territorios, adecuadamente equipadas con materiales y equipos acordes para las distintas labores pedagógicas, b) políticas y programas de compensación para disminuir y hacer desaparecer las desigualdades para el aprendizaje de los estudiantes producto de limitaciones preexistentes en el acceso a otros derechos, c) un sistema de remuneración y condiciones de trabajo del personal docente acorde con la elevada y digna labor que realizan, d) un sistema educativo que garantice educación como continuo humano, con expresiones nítidas en la cobertura y prosecución, f)una red de centros de formación docente (inicial y continua) que garantice la adecuada y actualizada calificación de maestras, profesores y personal que coadyuva al proceso educativo, entre otros elementos;

Quinto, el vínculo de la educación con la calidad democrática de un país, las posibilidades de contribuir al buen vivir de los ciudadanos, la paz y la felicidad colectiva. En este sentido, son muy importantes las prácticas y culturas de gestión escolar que se orienten a la transparencia, toma de decisiones compartidas, control social de los procesos pedagógicos y administrativos;

Sexto, la contextualización de la educación, que pasa por la articulación entre conocimientos, procesos de enseñanza-aprendizaje y necesidades de los territorios. Esta contextualización no puede ser un localismo aislacionista, sino un proceso dialéctico entre lo local y lo global;

Séptimo, las posibilidades que tenga la población en edad escolar de inscribirse y permaneceren escuelas, planteles educativos y universidades cercanas al territorio que habitan. La cercanía de los centros educativos a los lugares de vivienda de la población en edad escolar es un determinante muy importante en la accesibilidad;

Octavo, la capacidad de los sistemas escolares para constituir sujetos autónomos, críticos, creativos y vivan la solidaridad y el encuentro como una praxis cotidiana. En este sentido los aprendizajes significativos deben ser aquellos que posibiliten la construcción compartida de una sociedad de justicia social, paz, inclusión, libertad de opinión;

Décimo, el apoyo institucional a las educaciones populares, a las propuestas educativas no convencionales que garantizan llegar con propuestas pedagógicas flexibles y contextualizadas, a sectores de la población en edad escolar que en otras circunstancias no lo haría. La educación continua, encuentra en las educaciones populares, comunitaria, indígena según sus usos y costumbres, y de las diversidades, son expresiones del acceso al derecho a la educación;

Décimo primero, lo que se hace para garantizar la democratización del conocimiento, para que no sean solo las clases burguesas y los instalados en el poder quienes manejen y usen el conocimiento reciente. La democratización del conocimiento está referida tanto a la memoria histórica y la cultura ancestral, como a los elementos teóricos fundantes de las ciencias, el desarrollo de capacidades para construir localidad desde lo común, así como las innovaciones derivadas de la aceleración científico – tecnológica. Nadie tiene el derecho a decidir sobre lo que “conviene” o no enseñar, sino que es el trabajo educativo emancipador, el que posibilita constituir sujetos autónomos, con base al pensamiento crítico, que les permita a les estudiantes y egresados, situarse críticamente ante lo tradicional y lo emergente.

  • El neoliberalismo y el derecho humano a la educación

Desde su aparición, el neoliberalismo desarrolló una ofensiva sin precedentes sobre el derecho humano a la educación. Los ataques al tamaño del Estado y sus compromisos con las agendas sociales, se tradujeron en el plano educativo en una versión manipulada del paradigma de sociedad educadora, impulsando en consecuencia, la transferencia a les ciudadanos, las familias, les docentes y estudiantes, de muchas de las responsabilidades y competencias que se consideraban encargos para los gobiernos.

El neoliberalismo desarrollo su propia versión de la co-responsabilidad ciudadana, instalando la idea que al ser la educación un bien compartido, todes teníamos que aportar económicamente en su sostenimiento, flexibilizando la obligación financiera y presupuestaria de los Estados con el derecho a la educación.

Con discursos elaborados, que en muchos casos tomaban para sí y manipulaban categorías y definiciones que habían pertenecido al campo popular, el neoliberalismo instaló iniciativas de destrucción de lo público en educación.  La privatización, mercantilización, estandarización, cultura evaluativa, el desfinanciamiento y la desactualización programada de la formación docente, constituyeron expresiones de esta ofensiva neoliberal.

Ofensiva que avanzó de manera desigual en la región, gracias a las resistencias estudiantiles, docentes, comunitarias y de la sociedad civil, durante las décadas de los ochenta y noventa del siglo pasado.  Durante las dos décadas del siglo veintiuno, el neoliberalismo uso la calidad y la pertinencia educativa como caballos de Troya para destruir la educación pública, avanzar en las ideas empresariales en educación y abrir paso a modelos como “home School”.

Siendo el campo de las tecnologías informáticas y digitales uno de los sectores con mayores niveles de expansión económica a nivel mundial, los grandes capitales se orientaron a la generación de un modelo híbrido entre presencialidad y virtualidad en la educación, que tenía como primer paso, presionar a los gobiernos para que facilitaran las condiciones para que les estudiantes se dotaran de computadores y conectividad. Mientras tanto, las grandes corporaciones monopolizaban el desarrollo de plataformas virtuales de uso masivo, la arquitectura de la nube, producción de contenidos digitales de quinta generación, así como las propuestas de educación con uso de herramientas informáticas, el acceso a los algoritmos y el manejo de datos personales.

  • El derecho a la educación en la nueva situación de pandemia y post pandemia 

La pandemia del COVID-19 se convirtió en una oportunidad para el impulso de la agenda puesta en marcha por el neoliberalismo educativo. La necesidad que tuvieron la mayoría de Estados del mundo de pasar a un modelo de cuarentena preventiva para proteger la vida de sus ciudadanos, conllevó a una crisis de sentido y orientación de los sistemas escolares. Se hacía necesario garantizar la continuación del vínculo pedagógico y, unos Estados que habían desestimado el impacto de la aceleración científico-tecnológica en los sistemas escolares, terminaron cediendo ante el modelo de educación virtual de las grandes corporaciones tecnológicas.

Es absolutamente falso que los gobiernos no pudieron prever un escenario como este.  En el marco del Foro Mundial de Educación, realizado en el año 2015 en Incheón, Corea del Sur, las grandes corporaciones tecnológicas anunciaron el desembarco masivo de la virtualidad en un horizonte máximo de diez años. Bastaba repasar las cifras públicas de inversión de estas corporaciones para constatar que estaban invirtiendo enormes volúmenes de dinero en esta orientación. Y como el sector empresarial no invierte para perder o dejar congeladas sus mercancías, era previsible el cumplimiento de este anuncio. La mayoría de gobiernos no construyeron plataformas virtuales propias para sus sistemas escolares, ni repositorios de contenidos digitales lo suficientemente dinámicos, versátiles y actualizados, lo cual facilitó el desembarco impune las grandes empresas tecnológicas.

Los escépticos señalaban que se requeriría un acuerdo mundial para producir un evento que garantizara el desembarco global de una iniciativa de este tipo. El COVID-19 posibilitó el surgimiento de las condiciones de posibilidad para este asalto paradigmático.

En las primeras semanas de declaración de cuarentena, las grandes corporaciones desembarcaron amparadas por el paradigma neoliberal de transferencia de las competencias y responsabilidades de los Estados nacionales, a las familias, estudiantes y docentes.  Se produjo en corto tiempo un nuevo modelo de privatización educativa. Fueron las familias, docentes y estudiantes quienes tuvieron que comprar o repotenciar equipos de computación, pagar el acceso a internet y planes de datos, buscar y suscribirse (incluso hasta pagar) plataformas virtuales.  La mayoría de los Estados nacionales se desentendieron de sus obligaciones de garantizar las condiciones mínimas para el desarrollo de los procesos de enseñanza-aprendizaje, e igualdad para realizar el trabajo educativo.

   Esta privatización abrupta se impuso, con terribles consecuencias para el derecho a la educación. Se produjo una odiosa e inequitativa estratificación, primero, entre docentes que tenían o no posibilidades de garantizar continuidad del vínculo pedagógico en escenarios virtuales; segundo, esto fue aún mayor en la población estudiantil, creándose cuatro estratos diferenciados entre quienes a) contaban con acceso a computadoras, internet y una familia de apoyo educativo, b) aun teniendo computadores e internet carecían de apoyos familiares, pues su entorno estaba concentrado en sobrevivir en una situación económicamente tan difícil, c) solo disponían de televisión o radio para relacionarse con un modelo educativo referenciado en el pasado, que afirmaba la idea de estar en las fronteras de múltiples exclusiones, d) finalmente estaban en zonas de difícil acceso, a donde no llega la radio ni la televisión, pero a donde, en muchos casos, tampoco llegaron los prometidos módulos de auto aprendizaje.

Comienzan a mostrarse cifras que evidencian los estragos de este modelo de privatización impuesto en la pandemia del COVID-19. Mientras en Ecuador la Unión Nacional de Educadores (UNE) denuncia que el 75% de les estudiantes no pudieron acceder al modelo de educación virtual en casa, es decir 3.250.000 niños, niñas y jóvenes, en Panamá, gremios docentes como la Asociación de Profesores de la República de Panamá (ASOPROF) y la Asociación de Educadores Veragüenses (AEVE) señalan que un país de menos de 800.000 estudiantes, casi 300.000 quedaron fuera de cualquier posibilidad de continuidad del vínculo pedagógico. Las evidencias empíricas muestran dimensiones preocupantes de este fenómeno en los restantes países de la región. Los datos extra oficiales en el sector universitario muestran un importante decrecimiento de la matrícula durante la pandemia.

Todo esto ocurre, en medio de demandas crecientes por alfabetización digital crítica, por alfabetización en los algoritmos necesarios para crear en el mundo digital. Se cierne un nuevo modelo de conocimiento reproductor, a partir del consumo de materiales y plataformas elaboradas por las grandes corporaciones tecnológicas.

Esto último está muy vinculado al riesgo de producir un modelo de educación bancaria virtual, con el agravante que en muchos casos se está trasladando el modelo frontal de enseñanza a medios tecnológicos.

  • La coyuntura y el horizonte estratégico: es imposible abordar la una sin lo otro

Muchos docentes, autoridades e incluso algunos gremios docentes consideran que en la post pandemia retornaremos a la presencialidad, tal y como estaba en febrero de 2020. Este deseo de volver a la situación conocida ha generado, abandono de una parte importante de los cuestionamientos que se le hacían al carácter reproductor de la ideología dominante por parte la escuela y, un retiro silencioso de iniciativas que procuraban el emerger de una educación emancipadora y liberadora.

El neoliberalismo educativo instaló la falsa disputa entre presencialidad y virtualidad, y como esta se vincula a ganancias de las grandes corporaciones, es previsible que en la post pandemia se siga tensionando en este sentido. Ciertamente volveremos a las escuelas presenciales, pero ya nada será igual. La estratificación que vimos en la pandemia, amenaza a tener un correlato en los planteles educativos y las aulas cuando cese la cuarentena.

Escuelas enteras podrán ser estratificadas de acuerdo a su capacidad y disponibilidad, de trabajar con computadores, conexión a internet, inteligencia artificial, análisis de metadatos. Hacerlo o no, significará un nuevo modelo de exclusión que podrá marcar el desarrollo profesional de les estudiantes y sus posibilidades de inserción laboral en el futuro. En un contexto de reducción sensible del empleo por efectos directos de la cuarta revolución industrial, esta situación puede ser dramática para pueblos enteros.

Es importante trabajar el derecho a la educación y la inclusión educativa en las claves epocales del siglo XXI, en su tercera década. Pero ello no es un tema solo de voluntad, se requiere actualizar muchas de las premisas que nos resultaron útiles hasta hace muy poco.

  • Aceptar pasivamente la marginalización o rebelarse epistemológicamente y en la acción

Millones de estudiantes y docentes, en el marco de la pandemia, fueron ubicados por la fuerza de los hechos en el borde de lo educativo. Esta situación amenaza con extenderse en la post pandemia, afectando de manera sensible el derecho a la educación. Romper con esta lógica del neoliberalismo implica desarrollar y articular de manera regional las demandas emergentes y las agendas vinculadas.

Conexión universal gratuita a internet de banda ancha con conexión 5G, dotación de equipos de computación con alta capacidad para trabajar en plataformas virtuales y contenidos digitales, alfabetización en los códigos y lenguajes de los algoritmos informáticos, formación docente inicial y permanente para poder acompañar la aceleración de la innovación científico tecnológica con perspectiva de buen vivir, ecológica, solidaria, feminista, diversa, así como presupuesto educativo bajo contraloría social con un mínimo de referencia del 6%, constituyen parte importante de las temáticas asociadas a la defensa del derecho a la educación en la postpandemia.

No se puede aceptar el sostenimiento de la estratificación educativa como forma de marginalización social a gran escala. Resistir a ello, implica abrirnos a un quiebre de paradigmas y la eliminación de la brecha epistemológica que ha impuesto el capital en los últimos años; ruptura que precede a la construcción de adecuadas y eficientes resistencias pedagógicas.

  • Por una agenda urgente

Es urgente trabajar en un nuevo pacto social inclusivo, que allane la elaboración actualizada de estrategias para la superación de las viejas y nuevas exclusiones, que coloque a tono la aceleración de la innovación científica-tecnológica con la formación docente y las actividades pedagógicas, que garantice condiciones iguales de aprendizaje para todes les estudiantes, con capacidad de vincular innovación con tradición.

Esta agenda tiene que apalancarse en la renovada alianza entre docentes, familias y estudiantes, convocando a todos los sectores de la sociedad. La CLADE es actor fundamental para propiciar este encuentro.

Fuente de la Información: https://luisbonillamolina.wordpress.com/2020/11/15/el-derecho-a-la-educacion-hoy/

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Ecuador: La Democracia en América

La Democracia en América

Ecuador, lunes,  23 de Noviembre, 2020

Juan J. Paz y Miño Cepeda

En 1831 el francés Alexis de Tocqueville (1805-1859), junto con Gustave de Beaumont, fue enviado a los Estados Unidos de América, para informarse sobre el sistema penitenciario, que despertaba enorme interés. Tras nueve meses de recorrer el país, Tocqueville escribió Del sistema penitenciario de los Estados Unidos y de su aplicación en Francia (1832), que mereció el Premio Montyón, de la Academia Francesa; pero luego publicó el primer tomo de una voluminosa obra titulada La Democracia en América (1835), cuyo segundo tomo apareció cinco años más tarde (https://bit.ly/3kSn6Gj).

El éxito de La Democracia en América fue inmediato, además de haber sido premiado con 8.000 francos por la Academia Francesa. Se transformó en un “best seller” entre políticos y estudiosos, porque descubrió, para el mundo europeo de la época, un régimen republicano y presidencialista, con un tipo de “democracia” inédita. De hecho, Tocqueville inicia la obra señalando: “De las novedades que durante mi estancia en los Estados Unidos atrajeron mi atención, ninguna sobresale tanto entre mis recuerdos como la igualdad de clase, común á todos los ciudadanos. Descubrí allí sin trabajo la influencia provechosa que ejerce este hecho primordial en la sociedad. Él da al espíritu del pueblo una determinada dirección y cierto curso á las leyes; á los gobiernos máximas nuevas en que inspirarse, y particulares hábitos á los gobernados”.

La obra de Tocqueville ha pasado hasta el siglo XXI como un clásico de las ciencias sociales para la comprensión de las relaciones entre Estado y sociedad civil, sobre el valor de las libertades y la democracia, sobre el sentido de la “igualdad de clases” a la que alude su autor. Hay centenares de estudios sobre el tema. Esquematizando en algo las ideas, Tocqueville se refiere al tipo de “democracia” que encontró no solo en la institucionalidad y las leyes, sino, ante todo, en la “asociatividad” de los ciudadanos, para crear comunidades de base igualitarias, que garantizan su “libertad”. Desde luego, son conceptos con sentido propio del autor, porque Tocqueville encuentra, al mismo tiempo, sus límites en el dominio de las elites o en la existencia de la esclavitud. Pero advierte la tendencia a la “democratización” general, que la interpreta posible y deseable también para Europa: “Una gran revolución democrática se realiza entre nosotros”.

Si Tocqueville habría visitado la América Latina naciente de aquellos tiempos, sin duda habría tenido que escribir sobre la ausencia de toda democracia y el estrangulamiento de las libertades, a consecuencia del despegue de regímenes con dominación oligárquica y exclusión social. En 1831 gobernaba en Ecuador el general Juan José Flores, vinculado al conservadorismo de los hacendados serranos. Pero actuaba también un político de enorme formación intelectual: el millonario guayaquileño Vicente Rocafuerte (1783-1847), quien sería presidente del país entre 1835-1839. Por haber estudiado en Europa y haber vivido varios años en los EEUU, forjó una conciencia más adelantada que el común de sus connacionales, de modo que fue el primer mandatario ecuatoriano en preocuparse por el fortalecimiento del Estado y de la institucionalidad, la construcción de caminos y otras obras públicas (único presidente en la historia que puso su propio dinero para financiar algunas obras), el desarrollo de la educación, la implantación del laicismo (no lo logró), el crecimiento económico y la sujeción de los intereses privados al interés nacional, debiendo emplear una férrea autoridad para imponer la ley. Por cierto, Rocafuerte también escribió un folleto titulado “Ensayo sobre el nuevo sistema de cárceles” (1830), en el que destacó el sistema penitenciario estadounidense, que admiraba tanto como a ese país.

A casi dos siglos de aquella época, la democracia en los EEUU sin duda cuenta con otro tipo de estudios, tanto como la que se ha cultivado en América Latina y, desde luego, en Ecuador. La igualdad ya no es el rasgo característico de la gran nación otrora admirada en Europa y en el propio continente. La obra Capitalismo Progresista (2020), de Joseph E. Stiglitz resulta demoledora, pues verifica que el crecimiento del PIB del país no acompañó necesariamente al mejoramiento social y que se alteró desde 1980: la economía se ralentizó, el nivel de vida decayó, la desigualdad se volvió creciente, incluyendo las desigualdades de raza, condición étnica, género y oportunidades, la desigualdad en sanidad y, desde luego, en riqueza, pues el 1% de la cima dispone de más del 40% de la riqueza total del país.

El panorama en América Latina es aún más desalentador, según todos los estudios sobre el tema realizados por CEPAL, FMI, BM o PNUD. En Ecuador, si bien la tendencia hacia una mayor equidad se estancó desde 2014, ha recuperado el camino de la concentración acelerada de la riqueza desde 2017, con la reimplantación del modelo empresarial de desarrollo, y se agravó radicalmente desde 2020 bajo la pandemia del coronavirus, que privilegió supuestas políticas de “empleo”, pero a costa de los derechos laborales. Las condiciones de vida y de trabajo en el país se deterioraron como nunca antes, conforme puede seguirse en los distintos estudios que realiza la Unidad de Análisis y Estudios de Coyuntura del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Central del Ecuador (https://bit.ly/2UMM8Md), así como en los diversos informes internacionales de las mismas entidades antes citadas. Y a la economía acompañó el descalabro inevitable de la democracia.

Stiglitz comprobó que el ritmo de las desigualdades en los EEUU es fruto de la confianza desmedida en los supuestos del mercado libre. Cuestiona severamente la conducción presidencial de Donald Trump, demostrando los niveles aún mayores de concentración de la riqueza a los que se llegó durante este gobierno. Pero lo mismo que dice Stiglitz es posible encontrar en América Latina, región en la cual las ideas del “neoliberalismo” se ajustaron bien a los intereses y visiones de empresarios conservadores, atrasados y rentistas, que son responsables, junto a los gobiernos que los han representado, del derrumbe de las condiciones de vida y de trabajo en la mayoría de países.

A pesar de los datos económicos y sociales, la democracia en los EEUU sigue considerándose como un patrimonio histórico. Este rasgo, que es una especie de herencia ideológica de la valoración que realizara Tocqueville, se advierte de inmediato en A Promised Land (hay traducción al español), el reciente libro de Barack Obama, presidente de los EEUU entre 2009 y 2017. Se trata del primer tomo de sus memorias (1.129 páginas), que resulta importante para entender la historia inmediata de la potencia americana, escrito como un relato enganchador para quien lo sigue. Allí se inserta la idea de que la democracia, la libertad y la igualdad constituyen la esencia del sistema norteamericano. En ese marco, la “era Trump”, como lo ha destacado el mismo Obama en diversas entrevistas a propósito de su libro (por ejemplo, la que publicó “El País”: https://bit.ly/3ft3Ga5), evidentemente ha representado una especie de “ruptura” con la tradición histórica. Y ha resultado inédita su intemperante posición en torno a los resultados electorales, pues Trump proclamó, como si lo hubiera aprendido de algún otro político latinoamericano, que se había producido un escandaloso “fraude” en su contra.

Lo insólito es que el gran fraude, según Rudy Guliani (ex alcalde de New York y abogado de campaña de Trump) y Sydney Powell (otra abogada), habría sido orquestado desde Cuba, con máquinas de Venezuela y Hugo Chávez de por medio (https://bit.ly/35PTGEj). Esto demuestra no solo que América Latina tiene particular importancia estratégica para los EEUU, sino que la diplomacia Trump siempre ha estado muy clara que en la región resultan “enemigos” los gobiernos que no se alinean con sus políticas.

En América Latina, en cambio, el fantasma de Venezuela y de Cuba no llama la atención, porque lo han usado las derechas políticas y económicas cada vez que quieren evitar o paralizar caminos sociales que corten el poder que ha estado bajo su hegemonía. De modo que, aunque en los propios EEUU esa acusación suena ridícula y en el mundo ha provocado burlas, en nuestra región resulta convincente para quienes quieren defender un tipo de “democracia” puesta al servicio de las elites conservadoras.

Fuente de la Información: http://www.historiaypresente.com/la-democracia-en-america/

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Ecuador: Cabildo de Guayaquil evaluará resultado de proyecto educativo en la zona de Monte Sinaí

Cabildo de Guayaquil evaluará resultado de proyecto educativo en la zona de Monte Sinaí

El Municipio y Unicef evaluarán los resultados del proyecto Educando en el Camino de Monte Sinaí, con el fin de asegurar un avance y conocer las condiciones de donde parte este plan de apoyo educativo.

Educación en pandemia

Educando en el Camino, iniciativa de la alcaldesa Cynthia Viteri y la Dirección de la Mujer, se ejecuta mediante el Centro de Desarrollo y Autogestión y el Ministerio de Educación, y brinda tutorías con sesiones individuales y grupales de máximo seis niños.

La iniciativa fue instaurada por el cabildo de Guayaquil para suplir la falta de recursos técnicos y tecnológicos y combatir la deserción escolar en Monte Sinaí ante el confinamiento obligado por la pandemia del COVID-19.

“Con Unicef (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) y la organización Desarrollo y Autogestión en diciembre haremos un levantamiento de la línea base con una muestra de los niños y las niñas del proyecto, para saber cómo está su nivel de estudios y que cuando termine el programa se pueda hacer un comparativo de la entrada y salida, para evidenciar los resultados y el aporte del proyecto”, informó la directora municipal de la Mujer, Vivianne Almeida.

Mientras tanto, los 273 tutores de este programa, involucrados en la atención directa a 6.000 niños y niñas del sector de Monte Sinaí, el pasado lunes 23 de noviembre terminaron su capacitación en temas de protección infantil.

El trabajo contó con la coordinación de la Dirección de la Mujer, el Consejo Cantonal de Protección Integral de Derechos de Guayaquil (CCPID-G) y la Junta Cantonal de Protección Integral de Derechos.

“La capacitación a los tutores se ha venido dando desde hace varios días, bajo una articulación con el Consejo Cantonal de Protección Integral de Derechos, para que todos tengan herramientas sobre temas de derechos de la niñez, políticas de protección y sepan cómo deben actuar ante una situación de vulneración de derechos”, explicó Almeida.

Ella también indicó que se atendieron las medidas de bioseguridad para evitar los contagios de COVID-19, por lo que los maestros fueron capacitados por grupos.

Actualmente solo unos pocos tutores faltan de capacitarse y lo realizarán en una próxima entrega del curso.

En el desarrollo del proyecto, los niños recibieron kits escolares que incluían lápices de colores, tijeras, juegos geométricos y materiales que se utilizan en el trabajo educativo.

Fuente de la Información: https://www.eluniverso.com/guayaquil/2020/11/27/nota/8064340/cabildo-evaluara-proyecto-educativo-monte-sinai

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Venezuela: Jóvenes larenses recibieron títulos como investigadores penales

América del Sur/Venezuela/29-11-2020/Autora: /Fuente: ultimasnoticias.com.ve

112 jóvenes recibieron sus acreditaciones como Técnicos Superiores Universitarios en Investigación Penal, programa de formación avalado por la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad (UNES) Lara.

El Gobernador de la entidad, Adolfo Pereira, presidió el acto solemne de grado, en el auditorio “Julio Pérez Rojas” en la sede gubernamental ubicada en Barquisimeto.

Se trató de la octava cohorte de graduandos en la entidad que se incorporan al Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), según informó Pereira, y quienes pasarán “a reforzar las filas de los organismos de seguridad  larenses”, recalcó.

Por su parte, el comisionado jefe Franklin Aguilar, director de la Unes resaltó que luego de dos años de formación y a pesar de la pandemia por covid 19, cada uno de los jóvenes lleva consigo todos los conocimientos necesarios para ponerlos en práctica.

Uno de los graduandos, Bryan Reynold, señaló su agradecimiento por el logro de la meta de estudio a la oportunidad brindada por el Presidente Nicolás Maduro. Mientras, Mariangel Peraza, indicó que como investigadora penal, ella y sus compañeros, se encuentran “comprometidos con el servicio del pueblo”.

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