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Coronavirus en Brasil: la embajada china repudió un tuit racista del ministro de Educación

América del Sur/ Brasil/ 07.04.2020/ Fuente: www.clarin.com.

La embajada de China en Brasil repudió este domingo un mensaje difundido por Abraham Weintraub, el ministro de Educación brasileño, en su cuenta de Twitter, en el que vinculaba a aquel país con el origen del coronavirus. «Instamos a que corrijan los errores que cometieron y dejen de acusar sin fundamentos a China», escribió la representación diplomática de Beijing.

La polémica es con el ministro Weintraub, que el sábado publicó un tuit en el que vinculaba a China con el origen del coronavirus.

«Geopolíticamente, quién podLá saliL foLtalecido, en téLminos Lelativos, de esta cLisis mundial? Podrá ser Cebolinha? Quiénes son los aliados en BLasil del plan infalible de Cebolinha para dominaL el mundo? SeLán Cascarón o hay más amiguitos?», fue el tuit publicado en la cuenta de Weintraub.

En ese mensaje, cambió las R por la L, como forma de estigmatizar a los ciudadanos chinos. El escrito fue acompañado por una imagen de Cebolinha -personaje de historieta muy famoso en Brasil- portando una bandera de China.

Horas más tarde, el funcionario borró el mensaje. Pero la embajada china en Brasil hizo su descargo un día después.

«El 5 de abril, el ministro de Educación, ignorando la posición china en diversas gestiones, hizo declaraciones difamatorias contra China en las redes sociales, estigmatizándola al vincularla con el origen de la COVID-19″, comienza el comunicado diplomático.

El tuit estigmatizante de Weintraub, ministro de Educación de Brasil, contra China por el coronavirus.

El tuit estigmatizante de Weintraub, ministro de Educación de Brasil, contra China por el coronavirus.

«Deliberadamente realizadas, estas declaraciones son completamente absurdas y despreciables, con un cuño fuertemente racista y objetivos indescriptibles, con consecuencias negativas en el desarrollo saludable de las relaciones bilaterales entre los países. La parte china manifiesta una fuerte indignación y su repudio a este tipo de actitudes», sigue la misiva.

Después de destacar que la pandemia solo será vencida con la cooperación global, recuerda que la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la comunidad internacional se «oponen explícitamente a asociar al virus con cierto país o cierta región, combatiendo a la estigmatización por sobre todas las cosas».

Y culmina con un llamado a la retractación: «Instamos a que algunos individuos brasileños corrijan los errores que cometieron y detengan sus acusaciones infundadas contra China».

El comunicado de la Embajada de China en Brasil, después de las declaraciones estigmatizantes del ministro de Educación.

El comunicado de la Embajada de China en Brasil, después de las declaraciones estigmatizantes del ministro de Educación.

No es la primera vez que una autoridad brasileña tuvo problemas por un mensaje sobre el coronavirus publicado en Twitter.

A Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, la red social le eliminó tres mensajes por desautorizar el aislamiento social y, de esta manera, ir contra las recomendaciones del Ministerio de Salud.

Coronavirus en Brasil: se acerca a los 500 muertos y ya supera los 11.000 casos

Y tampoco es la primera desventura de Weintraub en la red social. Algunos errores ortográficos lo expusieron ante la siempre atenta, y solo a veces impiadosa, audiencia de Twitter.

Fuente de la noticia: https://www.clarin.com/mundo/coronavirus-brasil-embajada-china-repudio-tuit-racista-ministro-educacion_0_aGEUJ2Fju.html

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Gabriela Mistral, seis décadas de un legado multicultural

Por: telesurtv.net.

 

Mujer polifacética, su obra pervive a 63 años de su muerte, pues se desempeñó en áreas como la educación, el activismo social y hasta la música.

Pocos  son los que no conocen el nombre y al menos una parte de la obra de la chilena Gabriela Mistral. Nacida un 7 de abril de 1889, su prolífica obra literaria le valió el Premio Nobel de Literatura en el año 1945, siendo la primera latina en obtener este galardón, y seis años más tarde, alcanzó el Premio Nacional de Literatura en su país natal.

Redactora en sus inicios de periódicos locales, narradora y poetisa de gran habilidad para crear versos, el entorno rural en el que creció en la región de Coquimbo, dejaron impronta en su forma de expresarse y en su relación con la naturaleza.

Diplomática que se desempeñó como cónsul en Brasil, su obra es considerada como de las más destacadas en la historia mundial literaria.

Universidad de Chile@uchile

Lucila Godoy Alcayaga es una de las más grandes poetas de la literatura latinoamericana y nos enorgullece que sea parte del legado de las . Educadora, artista, y primera mujer Nobel de literatura en el continente, Gabriela Mistral es grande:https://uchile.cl/u8961 

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Mujer polifacética, su legado pervive a 63 años de su muerte, pues se desempeñó en áreas como la educación, el activismo social y hasta la música, pues escribió diferentes canciones para niños, destacándose Dame la mano.

Mistral en la educación

Sus textos hoy son obligatorios en muchos de los sistemas educacionales de Latinoamérica. Foto: Zenda

Maestra rural, fue en el pueblo de Montegrande, al interior del Valle de Elqui, donde Mistral desarrolló su labor pedagógica.

Sus textos hoy son obligatorios en muchos de los sistemas educacionales de Latinoamérica. Mientras que en Chile, existe la Orden al Mérito Docente Gabriela Mistral precisamente para honrar a esta abnegada profesora.

Ciudades 2030@ciudades2030

Recordamos con orgullo el legado de nuestra gran para una

…gran mujer, poetisa y maestra…

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Según el exintendente de Coquimbo, Claudio Ibáñez, la figura de Gabriela es trascendental porque se adelantó y aportó una mirada inclusiva para que Chile tuviera educación gratuita y de calidad.

Ibáñez dijo que Mistral es una inspiración para conseguir una nación inclusiva y de más oportunidades, «con mejor educación, ya que es el motor del desarrollo humano».

Hace 131 años, un 7 de abril de 1889 nació la poetisa chilena y Premio Nobel de Literatura – “Tengo la dicha fiel, y la dicha perdida…”

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Adelantada a sus tiempos, la poetisa escribió incansablemente sobre los profesores, el magisterio y la educación en general. Para ella, los maestros debían siempre “mostrar las bellezas y miserias de su escuela, para crear lenta pero seguramente, la simpatía de la ciudad hacia ella, ya que solo conocer conduce a amar”.

Con la premisa de que siempre se debía enseñar, tanto en el patio y en la calle como en la sala de clase, Mistral puso en marcha las escuelas al aire libre, un método que llevó a cabo en Chile y en México.

Al respecto, la profesora de la Universidad de Chile, Leonora Reyes, advierte que Mistral alimentó con osadía y sin dogmas, “una redefinición de educación pública en que primara la diversidad cultural, de ideas y pensamientos, con el protagonismo de los sujetos que la constituyen, superando las profundas desigualdades sociales que arrecian nuestra educación y sociedad.

Lucha por la igualdad

Defensora de los derechos de la mujer, los niños, y los indígenas, según los especialistas, con Mistral nacía una activista social que pertenece junto a la escultora boliviana Marina Núñez del Prado, la pintora mexicana Frida Kahlo y la poeta uruguaya Juana de Ibarbourou, a una generación de artistas latinoamericanas imprescindibles en la reivindicación de los derechos de la mujer en la región.

Gabriela Mistral (1889-1957) fue la primera persona latina en ganar el Nobel de Literatura (1945). En 1951, ganó el Premio Nacional de Literatura.

Su legado se mantiene vivo desde entonces.

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Ver los otros Tweets de Red de Ingenieras de Minas – RIM Chile

Gabriela abordó el rol de la mujer o la diversidad sexual, con un enfoque entre lo tradicional y lo progresista, y mostró su preocupación por la equidad y paridad de contenidos educativos entre niñas y niños.

Luchadora por equiparar los derechos de toda la sociedad, escribió en una ocasión: «!Más porvenir para la mujer, más ayuda! (…) Búsquesele todos los medios para que pueda vivir sin mendigar la protección. Y habrán así menos degradas (…) Hágasele amar la ciencia más que a las joyas y las sedas (…) Y se alzará con toda su altivez y su majestad».

Fuente de la reseña: https://www.telesurtv.net/news/chile-gabriela-mistral-legado-multicultural-20200406-0057.html

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La educación en tiempos de cuarentena

Por: Julián De Zubiría.

 

  • Mi última columna en la Revista Semana estará dedicada a analizar el tema que originó mi vinculación seis años atrás. En esta ocasión, tengo en cuenta el contexto que la humanidad está viviendo en la actualidad. Las dos preguntas que intento abordar son las siguientes: ¿Por qué la educación no puede parar? y ¿por qué no podrá seguir siendo la misma después de la cuarentena?

Mil quinientos millones de niños y jóvenes fueron enviados a sus casas en los 137 países que han decretado cuarentenas durante los últimos dos meses. Sin duda, ha sido la mejor de las decisiones por el favorable impacto que esta medida puede tener para detener la expansión del extraño virus. Sin embargo, la educación es un derecho y, en consecuencia, en sentido estricto, no puede parar. Si los Ministerios de Educación no asumieran su responsabilidad, estarían violando el sagrado derecho que tienen los niños y niñas de recibirla.

En Colombia la medida se adoptó desde el pasado 16 de marzo y cubrió a 9,8 millones de estudiantes. El problema grave es que todavía no hay un plan general para brindar educación de calidad a la gran mayoría de ellos. Es cierto que casi nadie estaba preparado para este cambio abrupto, pero ya llegó el momento de pensar en serio en el tipo de educación que recibirán durante su permanencia en casa. Es posible que, en el caso de los escolares, este tiempo se extienda, pues la distribución del virus sería inmanejable con millones de niños circulando todos los días libremente por las calles o transportándose en buses.

Un buen grupo de universidades y algunos colegios privados, se adaptaron rápidamente y dieron efectiva respuesta a las nuevas demandas. Formaron a sus docentes, ampliaron sus contratos con plataformas digitales, y como tenían muy buenas condiciones previas y altos niveles de conectividad, pudieron brindar educación virtual. Lo que era una excepción, se volvió la regla, y en un tiempo breve, los profesores lograron continuar sus procesos educativos mediante plataformas para el trabajo sincrónico y disincrónico. Aun así, no es posible seguir esta ruta en la educación pública, dado que tan solo el 4% de los municipios tiene buena conectividad, el 63% de los bachilleres del 2018 no tenía acceso a Internet desde sus hogares y, en las zonas rurales, tan solo el 9% de los jóvenes disponen de computador. La pandemia volvió a mostrar las inmensas inequidades de nuestro país. En este caso, en acceso a la virtualidad y conectividad. Lo que debería ser un derecho, en Colombia, sigue siendo un privilegio.

El MEN ha debido convocar a las asociaciones de directivos docentes, profesores, padres de familia y estudiantes, para conformar comités que ayudaran a diseñar una política a mediano plazo. No lo hizo. Intentó desesperadamente encontrar respuestas en sus funcionarios. Por eso envió a sus maestros a trabajar en lo que se llaman “semanas institucionales” y, luego, decretó vacaciones para maestros y estudiantes. El 19 de abril culminan y no hay un plan estratégico por fases para garantizar formación escalonada, selección de contenidos pertinentes para todas las áreas y grados, distribución de materiales o conectividad por etapas.

En educación, tenemos los ojos vendados desde hace mucho tiempo, porque no garantizamos pertinencia, contextualización, equidad, ni calidad. Es por ello que, aunque no puede parar, la educación tampoco puede seguir haciendo lo que siempre ha hecho: trabajos mecánicos, rutinarios y repetitivos, que no enseñan a leer, pensar y convivir a nuestras próximas generaciones. Llegó el momento de replantear el sistema y de incorporar un verdadero plan de renovación para garantizar un mínimo de calidad en la educación pública para los próximos meses.

En primer lugar, en Colombia hay que retomar la televisión y la radio. Esa es la única posibilidad en el corto y mediano plazo. De manera organizada y sistemática, hay que trasladar las aulas de todos los grados y áreas a la televisión. Esto exige la conformación de un comité pedagógico muy diverso, plural y amplio, de manera que se garantice una adecuada selección de contenidos pedagógicos. La pertinencia y la contextualización han estado ausentes en la educación colombiana de tiempo atrás, mucho más en tiempos de incertidumbre en los que se han tomado la mayoría de las decisiones sin la reflexión y participación necesaria. En estos momentos, la voz de los rectores y los maestros es muy importante para no tomar una decisión de esta trascendencia recurriendo exclusivamente a los criterios de los funcionarios del MEN o a la disponibilidad técnica de las programadoras. Solo las madres irresponsables “conectan” a sus hijos al televisor para poder ellas hacer otras cosas. De eso, no se trata la educación. Hay que elaborar un plan articulado nacional y regionalmente en televisión y en radio, para evitar la duplicación de esfuerzos y garantizar mínimos en la calidad, pero hay que aprovechar la coyuntura para impulsar las competencias que hoy no se forman en los niños: creatividad, pensamiento, convivencia, autonomía y lectura crítica.

Hoy en día, más de 5 millones de niños reciben alimento diario en sus instituciones educativas. Salvo casos muy excepcionales, no tiene sentido obligar a desplazar a familiares a las instituciones educativas para recoger el alimento cada semana, como ha dispuesto el MEN. La opción más viable, es entregar a las familias bonos mensuales canjeables en supermercados de cadena. Con muy buena planeación y acudiendo a la responsabilidad social, evitamos la propagación del virus. Además, se equivoca el MEN al pretender que sean los maestros quienes los entreguen. Un bono canjeable elimina la innecesaria movilidad semanal de los familiares y los docentes, en mayor medida, mientras dura la fase exponencial en el crecimiento de los contagios, que está previsto hasta mediados de mayo, aunque podría prolongarse si la cuarentena se levanta antes de tiempo y se decreta lo que eufemísticamente han llamado “aislamiento inteligente”.

Una tercera responsabilidad del Estado tiene que ver con la formación de los docentes para el manejo de la virtualidad. En Colombia el 78% de las personas tienen celular. Los docentes tendrían que formarse en la virtualidad mediante la utilización de estos dispositivos. Hay que entender que más que un problema técnico, es un problema de tipo pedagógico, que ayudaría al país a repensar los propósitos y contenidos esenciales que deberían primar en la educación básica: desarrollar el pensamiento, la creatividad, la autonomía, la solidaridad y la lectura. La formación en la virtualidad debería ser aprovechada para seguir cualificando la formación de los profesores e impulsar la necesaria transformación pedagógica que les debemos de tiempo atrás a las nuevas generaciones. Los docentes tienen la responsabilidad de cualificar su formación pedagógica y digital, el MEN la responsabilidad de brindar las condiciones para que sea posible y entre todos, tenemos que garantizar la calidad de la educación de la cual hemos carecido.

Los estudiantes universitarios han levantado la consigna de bloquear las universidades públicas, dado que muchos de ellos no tienen acceso a Internet. Se equivocan: ellos no pueden pedir que se viole el derecho a la educación. La consigna tiene que ser otra y ya ha sido adoptada en países como China, Estados Unidos, Italia o Bolivia: hay que garantizar conectividad gratuita desde el celular para todos los estudiantes universitarios que no cuenten con esta posibilidad. Así mismo, hay que divulgar que las diversas plataformas digitales permiten la conexión también mediante el uso del teléfono fijo.  Por tanto, vía celular o telefonía fija, todo estudiante universitario debe continuar sus estudios de manera virtual. Mediante alianzas con el sector privado, el Estado debe garantizar cuanto antes la conectividad. Es su obligación constitucional y ética. La consigna que deberían levantar los estudiantes universitarios en estos momentos es la de la conectividad gratuita para garantizar que se cumpla el derecho a la educación.

Los padres y madres tienen que entender que sus descendientes permanecerán en sus casas un tiempo prolongado y que, mientras dure este aislamiento, sus hijos no podrán contar con el apoyo y el consejo de sus maestros y tampoco podrán compartir juegos, deportes o actividades con ninguno de sus compañeros. En este contexto, ellos tienen la obligación de acompañar sus procesos emocionales y de orientarlos en las nuevas tareas que exige la convivencia prolongada, como serían las de arreglar los cuartos, ayudar en los oficios y el aseo general de las casas. La educación siempre debe responder a las necesidades del contexto y hoy, éstas, son algunas de ellas. El problema grave es que en Colombia la mitad de los padres golpea con un palo o un cinturón a sus hijos. Esta situación se podría agravar en una época de cuarentena y confinamiento en casa como el que todos estamos viviendo. En este extraño periodo en el que están prohibidos los abrazos, necesitamos desterrar el maltrato y aprovechar la oportunidad para que los padres dialoguen y compartan más con sus hijos. Puede ser una gran oportunidad que les de la vida y ojalá la aprovechen para proveerles seguridad, jugar con ellos y señalarles en qué han avanzado. Los profesores tenemos que hacerlo todos los días del año con grupos de 35 o 40 estudiantes. Ahora los padres lo deberían hacer con 2 o 3 niños, quienes, precisamente son sus hijos.

La responsabilidad de los maestros es cualificarse pedagógicamente y formarse en las nuevas competencias digitales que nos ayudarán a repensar la educación. Deberán orientar a los padres de sus estudiantes en las nuevas competencias que temporalmente asumirán, evaluar los procesos formativos y llevar a cabo el seguimiento del desarrollo académico y socioafectivo, de cada uno de sus alumnos. En épocas de incertidumbre, miedos y encierro, la prioridad es la salud mental de todos, empezando por la de los niños.

Ninguno puede ser indiferente a la profunda tragedia que estamos viviendo como sociedad al tener que luchar contra un enemigo microscópico que, ante el más mínimo descuido, nos infecta. Todos somos responsables para que esta crisis no se prolongue en el tiempo y para que no volvamos a la normalidad que estábamos viviendo antes, porque ahí está el engendro que hoy ha explotado: en el consumo frenético, en la destrucción de la selva, el descongelamiento de los glaciares y las crecientes inequidades sociales y económicas con las que hemos convivido. El problema más grave es que este cambio cultural no será posible sin contar con el liderazgo de los diversos educadores. La educación no puede parar a pesar de la pandemia, pero tampoco podrá volver a ser la misma. No parará, porque como sociedad, no podemos dejar que niños y jóvenes se queden sin su derecho a estudiar y no volverá a ser la misma, porque las crisis, bien manejadas, son excelentes oportunidades para impulsar el desarrollo.

PD: Agradezco inmensamente a la Revista Semana la gran oportunidad que me brindó al abrirme sus espacios durante los últimos años para ayudar a ampliar la reflexión pedagógica en el país. Sin embargo, no comparto el enfoque editorial que ha venido tomando la Revista y, en consecuencia, he decidido renunciar a partir de la fecha a su gentil ofrecimiento ¡Mil gracias a todos!

Fuente del artículo: https://www.semana.com/opinion/articulo/la-educacion-en-tiempos-de-cuarentena-columna-de-julian-de-zubiria/661969

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Guillermo Jaim Etcheverry. «Los buenos docentes, y no la tecnología, son los que van a cambiar la educación»

Por: Daniel Gigena.

a cuarentena preventiva y obligatoria se decretó horas después del encuentro con Guillermo Jaim Etcheverry, presidente de la Academia Nacional de Educación y miembro de número de la Academia Nacional de Ciencias. No obstante, Jaim Etcheverry, rector de la Universidad de Buenos Aires entre 2002 y 2006, saluda a dos metros de distancia y cualquier contacto será evitado. «Vivimos una circunstancia de excepción que alterará de manera radical nuestras vidas -dice en el departamento donde vive desde hace veinte años, rodeado de obras de artistas como Alicia Penalba, Fortunato Lacámera y Alfredo Londaibere-. También lo hará con la educación. Ante la suspensión de las clases, recurriremos a experimentar con las nuevas tecnologías. Coincido con el filósofo italiano Nuccio Ordine, cuando señala el peligro de transformar una educación de emergencia en la normalidad, el peligro de una enseñanza sin el docente mirando a los ojos del estudiante, que es lo que transforma sus vidas».

Este mes, cuando se cumplen poco más de veinte años de la publicación de su best seller La tragedia educativa , acaba de lanzar Educación. La tragedia continúa (Sudamericana). Durante veinte años, fue colaborador de la revista de la nacion con artículos en los que ahora trabaja con el propósito de darles nueva circulación. «El panorama educativo no solo no mejoró sino que ha empeorado», diagnostica.

¿Qué relación guarda el nuevo libro con el anterior?

Aquel libro, que tuvo como veinticinco reediciones, nunca lo reescribí. Ahora pensé que era un buen momento para volverlo a ver con la idea de modificar algo. Pero escribí otra cosa, con nuevos elementos y más datos. En esencia el mensaje es el mismo: la tragedia continúa. Algunos amigos me sugerían que le pusiera «la tragedia empeora», pero me pareció demasiado dramático.

¿No hubo mejoras en la educación en estas décadas?

Está peor. Las cifras indican eso; estamos estancados o peor que antes. En ese momento no estaban las pruebas PISA , por ejemplo. El mensaje es el mismo: tratar de llamar la atención sobre los graves problemas que tenemos. Muy poca gente educada, mucha desigualdad en la distribución de la educación y una calidad cuestionada. Las pruebas nacionales e internacionales demuestran lo mismo año a año. La mitad de los chicos que termina la escuela media no entiende lo que lee; dos de cada tres tienen problemas con las operaciones matemáticas más simples. Es un fracaso grande.

Sin embargo, la inversión en educación aumenta.

Sí, claramente ha aumentado, pero no se manifiesta en los logros. Sin el dinero es imposible, pero con el dinero solo no basta. Lo que está en crisis en el país es el valor social de la educación. A nadie le interesa realmente. Más allá de lo que se dice en los discursos, el interés social por la educación es muy pobre. El 70% de los padres manifiesta que está satisfecho con la educación de sus hijos y a la vez sostiene que la educación en el país está muy mal. El 80% afirma que no cambiaría a sus hijos de escuela para mejorar la educación. O sea que la gente está conforme y esa conformidad atraviesa todos los sectores sociales y niveles educativos. Por alguna razón misteriosa la mayoría piensa que la educación de sus hijos es extraordinaria.

En una entrevista, el Presidente dijo que la vuelta a las clases no le preocupaba ante la emergencia sanitaria por la pandemia.

Hoy es imposible anticipar cuál será la evolución del año escolar. La respuesta de nuestras autoridades educativas ha sido rápida y adecuada al promover el uso intensivo de las herramientas tecnológicas, como se ha procedido en muchos otros países. Una de las ventajas de esta lamentable situación es que docentes y alumnos se entrenarán en el empleo de esos útiles recursos complementarios. Pero, al igual que en otros aspectos de las relaciones interpersonales, el riesgo es que esta experiencia contribuya a instalar la idea de que la tecnología puede reemplazar el vínculo directo y presencial entre maestros y alumnos, que sigue siendo esencial, al menos en las etapas iniciales del aprendizaje.

¿Con la cuarentena estamos en pleno experimento educativo?

Vamos a ver qué va a pasar. Es muy incierto, pero entiendo que el docente es un modelo, es un ejemplo y la educación es ejemplo. El buen docente es el que sabe mucho de una materia, que siente pasión por eso que sabe y que transmite esa pasión. Cualquiera que recuerde a un buen docente lo sabe. Y además era el que exigía. Las pantallas no pueden hacer eso, son medios fríos, que no traducen emociones ni el poder de reflexión por su propia estructura. Como recurso son importantísimas, pero la tecnología no va a modificar la educación; la van a modificar los buenos docentes. En el libro menciono una entrevista a Streve Jobs, que se arrepentía de haber introducido la tecnología en las escuelas, no porque le pareciera mal sino porque había contribuido a dar la impresión de que la tecnología revolucionaría la educación. La educación depende de los docentes.

¿Qué papel deben desempeñar los padres o los adultos a cargo de chicos en esta circunstancia?

La colaboración de los padres en la educación de sus hijos durante la cuarentena es, obviamente, esencial. Es imprescindible su contribución en la selección de los materiales, en la supervisión de los aprendizajes, y sobre todo, demostrando interés por el cumplimiento de esas tareas. La imposición de horarios, la creación de hábitos de estudio, y en especial de lectura, constituye una tarea impostergable para los padres en el contexto actual.

¿En lengua y en matemática es donde más se advierte la mala calidad educativa?

Sí, y son herramientas básicas para encarar cualquier estudio. El fracaso universitario se explica por eso, porque carecen de herramientas de comprensión. Si no se entiende lo que se lee, es complicado acceder a textos de mediana complejidad. No se enseña bien lengua; el repertorio de vocabulario de los estudiantes secundarios es muy limitado. La escuela debe proveer el manejo de las herramientas intelectuales fundamentales y eso se ha perdido. Eso se adquiere con esfuerzo y trabajo.

¿Esos valores pasaron de moda?

Aprender a leer es difícil. El esfuerzo ya no le interesa a nadie, cayó en desuso. No se ha insistido más en eso.

¿A los docentes tampoco les interesa?

Han abandonado ese camino porque la pedagogía contemporánea ha acompañado ese cambio de valores. Con la entronización del «niño rey», que aprende cuando quiere y como quiere, la enseñanza es vista como una intromisión. ¿Por qué se le va a enseñar al chico si el chico ya sabe? Y la tecnología ha contribuido a eso, porque pareciera que el manejo de herramientas tecnológicas confiere inteligencia, aunque lamentablemente no es así. Los teléfonos no son inteligentes; inteligentes son los científicos que los crearon.

Otro cliché es que la escuela debe ser divertida.

Un entretenimiento más, como si fuera parte del mundo del espectáculo. Se apunta a eso: que sea light , que moleste poco. El pacto educativo básico que era la alianza de padres con maestros para educar a los chicos está roto. Hoy los padres están aliados con sus hijos en contra de los maestros o la institución escolar. Los padres quieren que no los molesten. En realidad, ser exigido es un derecho de los estudiantes, eso demuestra el interés que se tiene en el otro.

¿Estamos ante una situación irremontable?

¡No! Si creyera eso, ya estaría encerrado en la cuarentena final. Hay que llamar la atención sobre esto y hacer un esfuerzo para retomar esas cuestiones básicas. El dictado, por ejemplo, ahora es considerado una imposición, pero es fundamental para aprender a escribir. En un momento hay que sentarse a aprender algo.

¿Desde el Ministerio de Educación qué se hace, de un gobierno a otro?

Se hacen cosas y aportes, pero este es un problema social, de la base. Eso es lo que hay que cambiar. Las autoridades tienen que mostrar los problemas y no ocultarlos. A la escuela se le piden muchas cosas, pero la tarea fundamental es mostrarles a los chicos las posibilidades intelectuales que encierra la educación: ayudar a cada uno a ver sus propias dimensiones como ser humano.

¿Ahí radica la importancia de la educación?

Claro. Amoblarse por dentro, para enriquecerse como persona. Habrá que volver a poner de moda ideas así.

Durante el menemismo el objetivo era preparar a los chicos para el mundo del trabajo.

Y eso tampoco se consigue. Es una misión importante, claro, hay que saber lo fundamental para entrar en ese mundo. En todo el mundo, los mejores resultados los tienen los chicos que pertenecen a las familias del 25% de mayor nivel socioeconómico, los hijos de profesionales y los que van a escuelas con mayores recursos humanos y económicos. El nivel socioeconómico es el mejor predictor del éxito educativo. En la Argentina pasa lo mismo, pero el promedio de los argentinos mejor educados es inferior al promedio de los peores educados en treinta países. Vale decir que hay treinta países donde los estudiantes del nivel socioeconómico más bajo, y que van a escuelas de escasos recursos, están mejor formados que los mejores estudiantes argentinos.

¿Qué responsabilidad tienen los institutos de formación docente?

Fundamental. Es el tema central: no hay buena educación sin buenos docentes. Son claves. La Argentina tiene más de mil quinientos. ¿Cómo se puede controlar la calidad de semejante número? Los países desarrollados tienen cincuenta, setenta, noventa. Ahí hay un problema grave, que hay que revisar. No entendí nunca el proyecto de la UniCABA, donde convivían institutos terciarios y universidades. La docencia es una actividad social muy sensible y no puede ser una salida laboral más. El salario es un índice de la valoración social de la educación, de lo poco que se valora, pero no debe ser el único. La calidad de la formación es otro. Todos los países que mejoraron su educación lo hicieron mejorando la calidad de la formación en los institutos de formación docente.

¿Antes la escuela era una institución más democrática que en la actualidad?

Sí, debajo del guardapolvo blanco estaban el hijo del carnicero, el del obrero, el del médico, el del empresario. Se tendía no te digo a una igualdad, sino a cierta equivalencia de posibilidades. La escuela hoy eso no lo está haciendo. Eso sirvió para la cohesión social y se ha perdido. Los chicos se educan en guetos: los ricos con los ricos y los pobres con los pobres, y ahí se va reproduciendo esa estructura. Recién en la universidad, y en ciertos casos, se da la mezcla por primera vez. Son educaciones de países separados. Y hay desigualdades asombrosas entre las provincias. Después de la reforma de los años noventa, cada gobernador hizo lo que quiso y eso se ve. Es muy grave. Hay diferencias no solo dentro de las jurisdicciones, sino también entre ellas. Hay que volver a recrear una épica educativa, volver a Sarmiento.

¿Usted conoció a los tres premios Nobel de ciencias del país?

A los tres. Se sabe muy poco de las vidas de estas personas tan importantes para el desarrollo de la ciencia. Estos años no han sido favorables para las ciencias, y eso se siente. Esperemos que repunte. Ya lo decía Sarmiento, el éxito económico solo no hace a un país, en todo caso eso es una factoría; un país es éxito económico puesto al servicio de la cultura, la educación y la ciencia. Un país que no domina la ciencia está condenado al fracaso. Nuestros antecedentes son muy importantes: el primero educado y formado en instituciones públicas [Bernardo Houssay]; el segundo, Luis Federico Leloir, ya trabajando en una institución privada, y el tercero, César Milstein, trabajando en el exterior. Eso marca el derrotero de nuestra ciencia. Ojalá el próximo Premio Nobel de ciencia que tengamos trabaje en la Argentina. Si tenemos ciencia de calidad, es gracias a la labor de esta gente, sobre todo gracias a Houssay, que fue el constructor del sistema científico argentino.

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Colombia: ‘Alerta roja’ en los barrios

América del Sur/ Colombia/ 07.04.2020/ Fuente: www.cronicadelquindio.com.

 

Crece la preocupación sobre la posible prolongación del periodo de confinamiento, la escasez se empieza a evidenciar en los sectores más vulnerables.

O salen a trabajar, exponiéndose a tener un contacto directo con el coronavirus, o toda la familia pasa hambre esperando a que termine el aislamiento preventivo obligatorio. Ese es el dilema al que se están enfrentando diariamente cientos de personas en los barrios de Armenia. Muchos ya empiezan a sentir la escasez en sus despensas y prefieren que los multen a quedarse esperando en sus viviendas.

Algunos líderes comunales y presidentes de junta reconocen que la alcaldía está preparando paquetes de ayudas para llegar a los sitios donde están las personas más necesitadas, pero, al mismo tiempo, temen que, mientras esto ocurre, se esté ‘cocinando’ una crisis social de grandes proporciones, debido al desespero que genera en un padre de familia ver a sus hijos aguantando hambre.

Así mismo, argumentan que, en estos 16 días de cuarentena, no se ha presentado actos delictivos que lamentar, a excepción de un sector de la comuna 2, donde se han presentado varios atracos a establecimientos comerciales.

Este fue el panorama que describieron los líderes comunales consultados por LA CRÓNICA.“Estamos asustados”

Por estos días, visitar algunos sectores del barrio Las Colinas genera la sensación de estar cerca de una final del fútbol colombiano en la que juega el América, lamentablemente no es así, la mayoría de fachadas tiene trapos rojos porque fue la alternativa que los residentes encontraron para indicar que allí hay necesidad, que hace falta alimento, que no tienen con qué comer.  

“Acá la gran mayoría de vecinos vive de la economía informal, de lo que pueda hacer en el día. Hasta ahora no hemos recibidos ayudas de la alcaldía, ni de la gobernación. La gente asustada porque hay muchos niños y entre vecinos  nos tratamos de ayudar, pero ya se están acabando los recursos”, dijo Magaly Céspedes Solarte, residente del barrio, en el que no hay conformada una junta de acción comunal.

Por fortuna, algunos particulares han ido a dejar sus ayudas. “Hace poco vino un empresario, acompañado por la Policía, repartió pollos para cada una de las familias, eso nos ayudó mucho, gracias a Dios”.

Sin embargo, cuando la Policía no es convocada a este tipo de ayudas, sí se genera gran desorden y no todos los residentes terminan beneficiándose. “De Mercar han venido a repartir revuelto, pero como no hay quien controle, muchos se aprovechan de la situación”, explicó la ciudadana que advirtió que siempre que se lleve una ayuda al barrio es necesario contar con presencia de la fuerza pública.  

“Ya nos registramos en la plataforma de ayudas, pero nada”

En otro punto de la ciudad, Yazira Álvarez Flórez, presidenta de la JAC del barrio Cañas Gordas, manifiesta que allí el drama es igual o en mayores proporciones que en La Colinas, incluso muchos habitantes están saliendo a trabajar para conseguir cualquier peso para llevar a sus hogares.  

“Uno entre más escucha noticias, más piensa en cómo va a sobrevivir, aquí hay muchas familias que tienen niños pequeños, que requieren comida y necesitan pañales, además hay abuelos que no tienen subsidios”, dijo la líder, quien reconoció que ante la soledad de la cuarentena la gran mayoría de vecinos decide ir a dormir muy temprano para evitar a los delincuentes que siempre están rondando por las cuadras. “Imagínese donde le quiten a uno lo poquito que se gane”.

Localizado en el sector conocido como Plan Piloto, de la comuna 1, el barrio Cañas Gordas cuenta con 245 viviendas, donde residen alrededor de 300 familias.

En El Recreo, la gente solo sale para realizar las diligencias inaplazables, pasa mucho habitante de calle y ladrones en la noche.

En Las Acacias, las 2 caras de la moneda

Sandra Pimentel Sierra, presidenta de Las Acacias, admite que en el barrio hay vecinos que no requieren de ayudas del gobierno porque cuentan con reservas suficientes para pasar lo que resta de aislamiento, sin embargo, un porcentaje minoritario trabaja por cuenta propia, y ya está sintiendo el impacto negativo.

Hay familias que se han acercado a mí porque ya están pasando necesidades, a muchos les facilité mi correo para que se registraran en la plataforma. Estoy tratando de generar alarma y, desde lo poquito que uno puede, ayudarles a ciertas personas”.

Por otro lado, la líder advirtió que, al ser un sector tan comercial que se quedó sin clientes, se han presentado varios atracos.

“Durante esta cuarentena, ya robaron la carnicería, la revueltería, la hamburguesería y cuando se intentaron meter al Ara, la Policía se enfrentó con ellos y capturó a los ladrones. Debo admitir que la colaboración de la Policía ha sido mucha”.

En el barrio El Recreo la gran mayoría de ciudadanos ha cumplido con la cuarentena, sale estrictamente para lo necesario, aunque muchos ya no tienen ni para comprar.  

“Este es un sector vulnerable y las únicas ayudas que han llegado fueron por parte del padre que entregó algunos mercaditos la semana pasada, a unas 15 familias”, relató William Cuervo Ruiz, presidente del barrio.

Por allí, además del hambre que ya empieza a rondar, también suelen aparecer muchas personas en condición de calle y en las noches uno que otro ladronzuelo. “La semana pasada se metieron a la casa cural y alcanzaron a robar”, aseguró el presidente del barrio, en el cual habitan cerca de 1.000 familias.

“Nos preocupa las familias que tienen muchos niños”

Álvaro Cardona Saavedra, líder del barrio La Adiela, manifestó su temor por lo que se pueda estar gestando al interior de muchos hogares donde hay hambre, pero no quieren hacerlo público. “Hay muchos pobres vergonzantes, que no viven del día a día, que no tienen comida, y mucho menos plata. La situación se va a poner muy dura”, dijo y agregó que puede existir mucha voluntad de ayudar, pero que no hay recursos para poder hacerlo efectivamente.

No obstante, expresó que en el barrio la gente está juiciosa, respetando el aislamiento, pero  expectante para ver si es posible salir a la calle el próximo 13 de abril. “El otro asunto.


En La Adiela preocupan los pobres vergonzantes, que no admiten que requieren de ayuda urgente. 

Al caído…

En el barrio Puerto Rico, en el norte de la ciudad, no solo se está padeciendo el encierro, también los coletazos del incendio que arrasó con la urbanización en agosto del año pasado.  

“Algunos nos estábamos empezando a recuperar y debido a la cuarentena volvimos a frenarnos. La situación está muy complicada porque muchos viven del día e incluso se están organizando para salir a trabajar hoy porque no tienen cómo sobrevivir”, dijo Sandra Milena González Henao, presidenta del sector.

A pesar de que han tratado de gestionar los auxilios, hasta ahora no han recibido ni una respuesta. “Yo quisiera ayudar, pero yo no tengo, lo único que puedo hacer es pedir, pero siempre es la misma respuesta de las autoridades, hay que esperar”.

Fuente de la noticia: https://www.cronicadelquindio.com/noticia-completa-titulo-alerta-roja-en-los-barrios-nota-138059

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El camino obligatorio y permanente del teletrabajo

Por: Claudio Rama. 

En medio de la pandemia, tarde lamentablemente, se ha planteado el teletrabajo como uno de los mecanismos para construir un equilibrio viable entre la necesaria protección de la salud a través de la cuarentena y el distanciamiento social por un lado, y la protección de la calidad de vida a través del empleo y el funcionamiento de la economía por el otro.

Pero el teletrabajo debe ser visto de forma diferenciada y con un enfoque más amplio y de largo plazo. No es una modalidad flexible que atenta contra el empleo, ni una solución paliativa en el contexto de la crisis actual, ni mucho menos una forma precaria de trabajo, sino como uno de los ejes de los nuevos escenarios laborales que están instalándose en el mundo en el mediano y largo plazo de la mano de las tecnologías digitales y de las nuevas oportunidades de especialización, diferenciación y flexibilización. Es en este sentido un sendero que Uruguay debe recorrer y que debe aprovechar la circunstancia actual en la cual una parte importante del empleo tradicional se está pasando a modalidades de teletrabajo para comenzar a consolidarlo con políticas y acciones sociales acordes para los tiempos futuros. No debe ser sólo una respuesta desordenada, rápida y coyuntural al coronavirus y la necesidad de superar los riesgos de una parálisis económica total, como algunos han planteado equivocadamente. Es claro que muchas organizaciones tanto públicas como privadas están realizando transformaciones rápidas para ajustarse a esos escenarios, pero debe considerarse como una de las formas estructurales del mercado de trabajo para muchas líneas de producción y servicios que es necesario impulsar.

Es parte de la nueva economía digital basada en el mayor uso del conocimiento, que requiere recursos humanos profesionales más capacitados y marcos jurídicos de estabilidad, y que no sólo permitirán mayores oportunidades de exportar servicios, mayor calidad de vida a sus participantes, menos contaminación en las ciudades y más oportunidades a la sociedad.

El teletrabajo es una derivación del impacto arrollador de las tecnologías en el mundo del empleo como nos revela el reciente informe “La naturaleza cambiante del trabajo” del Banco Mundial. Es una oportunidad de trabajo que brinda la innovación y las tecnologías digitales, y es también resultado de la conformación de amplias plataformas digitales globales que viabilizan estas nuevas formas de trabajo en red. Es sin duda además una derivación de la nueva sociedad de acceso con un decreciente costo de internet y los equipos informáticos y una oportunidad en un mundo global de ofertar servicios más allá de las fronteras nacionales, y que los jóvenes y no tan jóvenes profesionales continúen emigrando.

Es también una derivación de las nuevas realidades de largos tiempos ociosos en el tránsito en las atiborradas ciudades, y especialmente en Montevideo cuya compleja estructura urbana sigue llevando a la población hacia el este con crecientes tiempos perdidos de transporte y de vida. También en Uruguay es imprescindible para crear oportunidad de trabajo en el interior del país que siempre tiene menos oportunidades y sufre el drenaje de recursos humanos.

No se puede pensar con el mismo paradigma que el trabajo a domicilio que se expandió hace 500 años antes de las manufacturas en el temprano capitalismo huyendo de los gremios de entonces, ni mucho menos como una expresión de lógicas de empleo precarias e informales basadas en ventajas por las diferencias de estructuras de costos y de prestaciones sociales.

La telemedicina, el teletrabajo, la teleeducación, las telecompras, el trabajo mediado por plataformas o la economía colaborativa y las miles de miles de formas de trabajo en red desde las casas, oficinas, cafés o coworking, no son formas precarias de empleo, sino nuevas formas del empleo modernas que se están expandiendo en el mundo presente y futuro, expandidas al límite gracias a tecnologías digitales, conectividad, software de trabajos profesionales y costos de traslado. Es un amplio mundo de trabajo más calificado, que no requiere fuerza bruta sino habilidades cognitivas e informáticas y que remunera al conocimiento y las competencias por encima de otras variables laborales. La mayor parte de esos empleos son de alta formación y de elevada productividad.

Al tiempo que se produce un avance de la inteligencia artificial y la automatización, también se está expandiendo el teletrabajo, de tipo especializado, muchas veces en formas tercerizadas y de alcance global. Algunos lo ven como un mundo de “call centers” y centros de apoyo como empleo, pero la realidad de los datos muestra que el teletrabajo está más asociado a tareas técnicas, tecnológicas y de profesionales universitarios, y que se desarrolla más ampliamente en los países desarrollados. Ya en Luxemburgo el 15% de la población activa está inserta laboralmente en el teletrabajo. Los países que expanden la educación a distancia para los estudiantes también al tiempo han impulsado el teletrabajo docente, que es la otra cara de la moneda de las nuevas dinámicas educativas que se requiere profundizar en forma urgente. Tanto los estudiantes como los profesores pierden tiempo de viajes, y también más se benefician ambos de sus actividades mediadas por tecnologías de comunicación digitales, tanto en la enseñanza como en el aprendizaje.

En Uruguay el teletrabajo era visto como un fenómeno marginal y no era mirado como centro de la política económica, de educación y de empleo y la pandemia, entre sus positivas y necesarias derivaciones, es expandir esta nueva modalidad laboral, y nuevas formas de aprovechar las tecnologías en un mundo laboral con menos fábricas de enormes cadenas de producción en serie, sino de más trabajos en red, con más trabajos de servicios profesionales y técnicos, y con nuevos desafíos para el mundo educativo, normativo. Las resistencias ideológicas deben superarse también ante estas nuevas realidades y se necesita un nuevo marco de regulación urgente pero que no la limite y anule.

Un interesante estudio del fenómeno del teletrabajo en Uruguay, realizado por Diego Ventura en el 2017, mostraba nuestras debilidades en la materia, verificado además en el bajo peso del sector de comunicaciones, menor incluso que el promedio regional. Mientras que en Uruguay, el sector de las comunicaciones era el 1,4% del PIB, en la región el promedio regional era 50% superior al alcanzar el 2,1% del PIB, en tanto que en los países desarrollados era el 4,2%, o sea tres veces más. Y los datos muestran la alta relación entre el desarrollo económico y el uso de las tecnologías de comunicación e información.

Fuente del articulo: https://www.republica.com.uy/el-camino-obligatorio-y-permanente-del-teletrabajo-id760170/

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