El presidente de Sinvemane, Jesús Quijada detalló que los salones no cuentan con pupitres suficientes para la cantidad de alumnos. Además, la falla de los servicios dificultará el proceso educativo.
El magisterio insular se reunió para evaluar el inicio de clases y a simple vista lo vislumbra lleno de complicaciones. Definitivamente, las protestas por las reivindicaciones laborales marcarán los horarios de los docentes, quienes además suman problemas como el alza del pasaje y las fallas en los servicios públicos.
El presidente de Sinvemane, Jesús Quijada, aseguró que el Gobierno nacional violenta todos los derechos humanos de los docentes y niños. «Realizamos un estudio profundo con los 27 sindicatos de la Federación Venezolana de Maestros. Hicimos un exhorto al diálogo franco y sincero con las autoridades ministeriales y hasta el presidente, para canalizar el contrato colectivo».
Asimismo, le preocupa que los miembros del magisterio insular y los alumnos, lleguen a escuelas sin agua y con baños poco higiénicos.
Quijada detalló que los salones no cuentan con pupitres suficientes para la cantidad de alumnos. Además, le asombra que le pidan a los docentes ambientar los salones.
«Ni la Zona Educativa, ni la Dirección regional de Educación proporciona materiales para ambientar los salones. El docente está subpagado, pasando hambre, con necesidades y si no puede mantener su hogar, como va a ambientar un salón».
El presidente de Sinvemane añadió que el aumento del pasaje es otra piedra de tranca para que el maestro llegue a las aulas.
«El magisterio insular está dispuesto al diálogo. Estuvimos cinco meses en la calle para un incremento salarial que no se produjo. Este conflicto se va a desarrollar poco a poco».
Los docentes dicen que el 2 de octubre será el regreso a clases y la realidad golpeará tanto a docentes, como representantes y alumnos.
En su libro “Education for the democracy: international experiences inventory”, el profesor Pedro Ignacio Leiva Neuenschwander afirma: “La educación para la democracia está orientada al desarrollo, socialización y discusión en torno a los valores democráticos, principios del buen vivir, derechos, deberes y obligaciones fundamentales que tenemos los peruanos y peruanas para lograr una convivencia armónica en la sociedad”. (https://tinyurl.com/bdduud9v)
En ese contexto, el proceso educativo se prolonga en la vida social con experiencias diarias de aprendizajes en la vida de los ciudadanos. De allí que el fortalecimiento y el impulso de la democracia depende del conocimiento y práctica activa de los valores y los principios del “buen vivir”, con participación de la ciudadanía protagonista y responsable de construir espacios de discusión.
Ante esta realidad social, es prioridad de los educadores poner en práctica, fomentar y difundir los valores y principios democráticos del “buen vivir” para formar a través del proceso de enseñanza a ciudadanos y ciudadanas solidarios, honestos, responsables, justos, tolerantes y comprometidos con su comunidad.
La democracia, como forma de vida, requiere del respeto de los derechos humanos y la práctica de los valores democráticos. La democracia es una forma de vida que hacemos cuando impulsamos la práctica de los valores democráticos como la justicia para contribuir al fortalecimiento de la cultura democrática.
La justicia es un valor que se ha convertido en un derecho garantizado por la Constitución Política del Perú en su artículo 139° sobre los Principios de la Administración de Justicia. En la Declaración Universal de los Derechos Humanos se considera que el respeto a la dignidad intrínseca y los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana, constituye el fundamento de la libertad, la justicia y la paz en el mundo.
La democracia, como sistema político moderno, es una forma de vivir en sociedad que sólo es viable si se fundamenta en conjunto de valores como la libertad, la igualdad, la justicia, el respeto, la tolerancia, el pluralismo y la participación, que requiere de una compleja estructura de procedimientos e instituciones que la hagan posible. Estos valores, que son fundamentales para su funcionamiento, son el resultado de la evolución de nuestras sociedades. Los siete valores fundamentales de la democracia son: Honestidad, Solidaridad, Responsabilidad, Pluralismo, Libertad, Justicia social, Tolerancia e Igualdad.
Estos temas se comentan en el estudio “La educación para una ciudadanía democrática en las instituciones educativas: Su abordaje sociopedagógico”.
“La educación ciudadana es uno de los temas educativos de mayor actualidad, además de abordar aspectos esenciales de la dimensión personal y social del estudiante, posee puntos de contacto importantes con otras direcciones de la práctica educativa”. (https://tinyurl.com/zfn5bmw2). Aun cuando en esta última década del siglo la democracia se ha perfilado como el sistema político en que se desarrolla la vida de los países latinoamericanos, el sistema democrático no ha sido capaz de dar respuesta a todas las necesidades sociales de sus naciones.
No olvidar el “caso peruano”. A propósito de la crisis de democracia, Alexander Benites y Luis Valverde en su ensayo “El estancamiento de la democracia en el Perú”, señalan que: “En las décadas de los años ochenta y noventa, los países latinoamericanos alcanzaron uno de los logros políticos más importantes desde su independencia: la conformación de regímenes con características mínimas para ser catalogados como democráticos”. (https://tinyurl.com/33zw3x3s). Sin embargo, los autores afirman que “el sistema político peruano empieza a degradarse de forma acelerada a raíz de la normalización del uso de mecanismos institucionales extremos, tales como la vacancia presidencial y la disolución del congreso”.
“Esta situación se produce, en parte, por la incapacidad de los gobiernos de la región para dar solución a las graves desigualdades sociales que han caracterizado al continente, pero también por la inexistencia de una institucionalidad realmente democrática. Los sistemas democráticos coexisten con una tradición política arraigada en el autoritarismo y la inexistencia de normas de tolerancia política o participación democrática” (Basombrío 1991, Chaffee, Morduchowiscz & Galperin 1997).
Educar para la ciudadanía democrática requiere pensar en forma integral y profunda en la organización completa del sistema educativo. Es fundamental que la escuela esté alerta a esta exigencia histórica que nos corresponde, el desarrollo del Perú.
RaúlAllain. Escritor, sociólogo y analista político. Consultor Internacional en Derechos Humanos para la Asociación de Víctimas de Acoso Organizado y Tortura Electrónica (VIACTEC).
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
“La calle y lo comunitario descolonizan el arte, porque aquí no tenemos escuela de muralismo y en la universidad te enseñan sólo arte europeo”, descerraja Jesús en la ronda que se fue formando en el local del colectivo Arto Arte, empeñado en intervenir la ciudad desde el distrito de San Cristóbal.
En grupo nació hace trece años en los Altos de Fucha, en el mismo distrito, a raíz de encuentros musicales. Se definen como “un colectivo interdisciplinar y de artistas que viene trabajando desde el año 2009, en la articulación de procesos comunitarios por medio de la intervención artística en el espacio público desde el muralismo y el accionar comunitario” y consideran que la participación de la comunidad es la clave de la creatividad artística y del derecho al acceso a la ciudad.
Más allá de esa definición que aparece en su web, son militantes sociales que se vuelcan en sus comunidades para fortalecerlas a través del arte, sobre todo de murales que siempre se elaboran en colectivo, de forma co-participativa y co-creativa.
Una de las cuatro integrantes actuales de Arto Arte, Clara, razona que “encontramos personas que no terminaron la primaria y nos mostraron sus habilidades en los talleres de arte”. Consideran el muralismo como una forma de comunicación popular y sostienen que se trabajo consiste en “acompañar los procesos populares y barriales”.
Ese acompañamiento los llevó a crear la Bienal de Arte Comunitario, cuya primera edición se realizo en 2017 y este año organizarán la cuarta en apenas dos meses bajo un lema decidido comunitariamente y muy adecuado para estos tiempos de progresismos: “Ninguna Decisión Sobre Nosotros Sin Nosotros”.
Se trata, señala Clara, de “encuentros a través de las artes para pensarnos colectivamente”. Jesús tercia diciendo que se trata de “encuentros para discutir, porque estamos viendo que lo cultural puede movilizar al barrio desde el momento que tomamos calles, parques, canchas deportivas y cualquier espacio público donde vamos forjando la gráfica popular”.
Una definición algo más formal, dice: “El trabajo del colectivo se ha enmarcado en revitalizar y reflexionar sobre los espacios comunitarios para la localidad y la ciudad a través de proyectos de investigación y creación artística, generando diálogos entorno a la importancia del espacio público, la memoria, el territorio, el patrimonio y el medio ambiente, lo que nos ha consolidado como un referente de la localidad y la ciudad en cuanto a proceso artísticos desde la artes plásticas, el arte urbano y el arte comunitario a partir de la investigación participativa artística y la creación colectiva de diversos lenguajes artísticos” (recorriendonuestrasvoces.com).
Un arte para la paz
Hace cinco años realizaron el mural más grande de Bogotá, “Conexión Arbórea”, que lo definen como “un mural en torno a la memoria y la vida”. Tiene 1.400 metros cuadrados y lo plasmaron con el apoyo de Machete Colectivo Gráfico, otro grupo de artistas comunitarios. Fue el fruto de un trabajo de investigación con la población de dos barrios de San Cristóbal, indagando sobre la memoria y el medio ambiente.
Se trata de una metáfora del modo en que las cosas encuentran su lugar y su relación con la vida. “La memoria y la vida encuentran en esas conexiones el puente de transición entre el pasado y el futuro, que se descubren en el diálogo con los más cercanos”, explican los autores.
Otro de los proyectos fue Cuadras Armónicas, que consiste en pintar fachadas de viviendas que de algún modo cuentan su historia, con el objetivo de que “al caminar pudieras detenerte frente a cualquier casa y contemplar la historia de tus vecinos, de tus abuelos, de las plantas y los animales que te rodean” (http://colectivoartoarte.blogspot.com/).
En su objetivo de embellecer los barrios y las calles de San Cristóbal, apelan a diferentes técnicas de intervención artística y de murales, como el mosaico, la pintoescultura, el stencil, el grafitti y el grabado. Lo que les interesa no es la búsqueda de la perfección artística, sino “reflexionar por medio de estos lenguajes artísticos sobre asuntos que nos tocan a todos: la memoria histórica barrial, la flora y fauna de los Cerros Orientales de Bogotá, el acceso al arte y la generación de una cultura de reconciliación y no violencia”.
En un país que lleva casi un siglo de violencias ininterrumpidas, la propuesta de Arto Arte y de otros colectivos volcados en el arte comunitario, nos dice que el impulso de una cultura de la no violencia puede ser uno de los modos del anti-capitalismo concreto, no teórico ni discursivo.
El estallido como viraje social y cultural
El video “Una plegaria por las víctimas del Estado” (https://goo.su/7M5FP) denuncia la violencia policial durante el estallido. Arto Arte incursiona en varias modalidades: murales, audiovisuales, gráfica, textos, fotos, y todo aquello que les permita conectar con la cultura popular y afianzar las redes de abajo. Este video se realizó durante la revuelta y trasmite denuncia y creación colectiva.
“Durante el estallido salieron muchos artistas a dejar impresa, en paredes y calles, su visión del conflicto y del país”, añade Jesús. Fue un desborde de creatividad y de expresión colectiva. “Abundaron los encuentros colectivos de primeras líneas, feministas, artistas y estudiantes, que tomaban las calles y pintaban en colectivo, en medio de diálogos políticos. Nadie salía a pintar solo”.
Relatan que en la realización de algunos murales se juntaban cien, doscientas o más personas, desafiando la represión policial. De ese modo surgió el colectivo Recorriendo Nuestras Voces (recorriendonuestrasvoces.com) en base a la respuesta de ocho organizaciones del distrito San Cristóbal, a las que se fueron sumando otros colectivos formados durante la revuelta.
“Lo colectivo cambia la estética”, agrega Edwin, generando un debate sobre la descolonización del arte. Luego de varios intercambios, parecen acercarse a una suerte de consenso: lo que descoloniza el arte es lo colectivo/comunitario, superando la herencia de la firma individual de la obra, de neto corte burgués y capitalista; pero no sólo, también hacerlo en el espacio público, ocupando sitios que se resignifican con murales, grafitis y sobre todo con la presencia masiva de vecinos y vecinas.
“Lo que descoloniza es la calle”, sería una buena síntesis del debate. Pero alguien agrega la influencia de lo indígena en todas las expresiones artísticas de la revuelta. Lo popular-barrial se va impregnando de las estéticas y cosmovisiones del principal actor colectivo de Colombia: los pueblos originarios, muy particularmente del mundo nasa y misak, pese a que son apenas el uno por ciento de la población.
Mural colectivo en la Unitierra de Bogotá
Luego de la revuelta, los colectivos de San Cristóbal hicieron una suerte de cartografía de todos los grupos del distrito: “Llegamos a 136 organizaciones, pero deben existir algunas más”, tercia Clara. Una cantidad enorme para una población de medio millón de personas.
Para cambiar el mundo, destacan los zapatistas, hace falta un tanto de dignidad. No se trata de herramientas ni de caminos. El mundo puede cambiarse desde cualquier lugar y con los modos más diversos. Los murales de Bogotá enseñan algo de eso: una sociedad otra está burbujeando, desde muy abajo, en el seno de este mundo decadente.
Este 16 de septiembre de 2023 se cumplieron 50 años del asesinato del cantautor, compositor, poeta y director de teatro chileno Víctor Jara. No fue ningún «error» ni un «exceso» en medio del caos represivo después del golpe. Los que conocen el Ejército chileno entenderán que es una máquina perfecta que funciona con absoluto orden o mando vertical, sin la mínima posibilidad para realizar cualquier improvisación.
«…¡Qué espanto causa el rostro del fascismo!
Llevan a cabo sus planes con precisión artera
Sin importarles nada
La sangre para ellos son medallas
La matanza es un acto de heroísmo…»,
escribía Víctor en las últimas horas de su vida desde el Estadio Chile, en el centro de Santiago, convertido por los militares en un campamento de reclusión y tortura. Él era uno de los símbolos artísticos del gobierno de la Unidad Popular, militante comunista, uno de los más talentosos directores teatrales de su generación en América Latina y el embajador cultural de Chile de Salvador Allende.
Tenía que ser uno de los primeros objetivos militares de los golpistas. Después de varios intentos de investigación de su asesinato —la más seria y efectiva fue realizada por el equipo de los periodistas del canal Chilevisión, a cargo de mi amigo Pedro Azocar—, por fin se pudo dar con los autores materiales y varios de ellos terminaron presos casi medio siglo después. Pero todavía no sabemos los nombres de los autores intelectuales ni los detalles del mecanismo de muerte que fluía en aquellos trágicos tiempos, entre Pinochet y los verdugos con uniforme en los centros de tortura y exterminio que funcionaban por todo el país.
El Ejército chileno sigue manteniendo sus macabros secretos y los asesinos siguen muriendo de viejos orgullosos de su «misión» cumplida. A cambio, la generación que en aquellos tiempos cumplía servicio militar continúa alcoholizándose y con graves trastornos sicológicos.
El asesinato de Víctor Jara, al igual que el saqueo del museo de Bagdad bajo la vigilancia de los militares norteamericanos o la destrucción de los monumentos y libros soviéticos por los nazis ucranianos, fue un operativo militar dirigido contra el corazón del enemigo: su cultura.
En 1970, después del asesinato en una manifestación del joven comunista chileno Miguel Ángel Aguilera, Víctor escribió una de sus más tremendas canciones; ‘El alma llena de banderas’ decía:
«Ahí, debajo de la tierra
No estás dormido, hermano, compañero
Tu corazón oye brotar la primavera
Que, como tú, soplando irán los vientos».
Mucho se habló de la profecía de varios de sus textos (‘Soldado, no me dispares’, etc.). No lo creo, era una lógica simplemente racional frente a la cruda realidad de una lucha a muerte, sin necesidad de adornos literarios sobre lo «místico», «los presentimientos» o los «destinos». Víctor, igual que sus compañeros del arte popular y políticamente comprometido, entendía perfectamente a qué se exponía. Fue un combatiente, no una víctima, visto desde esta perspectiva. Simplemente hasta el final cumplió con lo que cantó, igual que el presidente Allende.
Me parece muy escandaloso e increíble que lo que más impresiona a la gente sea la capacidad de los artistas o los políticos de ser consecuentes. Si lo que nos enseñaron como tan normal era cambiarse muchas veces de chaqueta cuando nos convenga, adaptar nuestros discursos «para evitar problemas», o después de escribir más de década sobre los crímenes de la dictadura en Chile, en los tiempos la Unión Soviética, después en la época de Yeltsin pedir luego entrevista a Pinochet para presentarle las disculpas públicas por criticarlo «siendo joven e influenciado por la propaganda comunista»; como lo hizo un conocido periodista ruso y luego, orgulloso, contárselo a sus lectores. Lamentablemente, no fue el único. ¿Cuántos artistas y políticos hicieron últimamente las mismas o peores cosas? En el caso de Chile al revés, muchos ex pinochetistas se arrepintieron y condenaron la dictadura porque hablar bien de Pinochet se hizo oficialmente un mal negocio. En este extraño mundo vivir y morir según lo que cantas o lo que dices parece ser lo más increíble y raro.
Hablar de Víctor Jara hoy no es solo recordar la tragedia de Chile de hace 50 años, es tocar la esencia de la gran construcción antiimperialista nacional y a la vez muy internacionalista latinoamericana del siglo pasado, una urgente búsqueda de la identidad propia y una cultura auténtica, arraigada en nuestras tierras y nuestra sangre. El arte de Víctor y el de los que como él han sido el antídoto a las modas enajenantes que nos imponen, un instrumento de profunda transformación humana:
«…Que no es guitarra de ricos
Ni cosa que se parezca
Mi canto es de los andamios
Para alcanzar las estrellas
Que el canto tiene sentido
Cuando palpita en las venas
Del que morirá cantando
Las verdades verdaderas
No las lisonjas fugaces
Ni las famas extranjeras
Si no el canto de una lonja
Hasta el fondo de la tierra…»
El mes de septiembre es primavera en Chile. Igual que las semillas de las flores del Atacama, que largos años pueden dormir bajo la arena del desierto, despertando cuando las nubes del Pacífico les traen agua, el corazón de Víctor un día escuchará brotar la primavera de Latinoamérica y del mundo. Con tantas letras, tantas notas y tantas vidas sembradas en el mapa musical del mundo, los hijos humanos del futuro descubrirán este sólido y tan necesario continente de sueños, el continente llamado Víctor Jara.
Decenas de trabajadores y trabajadoras activos y jubilados, sindicatos, corrientes sindicales y políticas y activistas, marcharon este lunes en Caracas para exigir un salario igual a la canasta básica y contra el cese de la criminalización de la protesta y a los que luchan. También lo hicieron en otras ciudades del país.
La concentración tuvo lugar en la Plaza Morelos en horas de la mañana, donde se hizo entrega de un documento en la Defensoría del Pueblo con las demandas centrales. Posteriormente tomaron la calle para marchar por la Avenida México hasta la sede de la Fiscalía General de la República, en Parque Carabobo, y hacer entrega de otro documento con diferentes denuncias, pero no fue recibido.
En la protesta se congregaron diversos sectores como educación, universitarios, salud, pensionados, jubilados y activistas por los derechos humanos, exigiendo por los salarios y por el cese de persecución y represión. Levantando y cantando consignas como «No estamos desfilando, estamos protestando» y “Quiero un salario digno y vivir con dignidad” se hacían sentir en la protesta, a la vez que se alzaban pancartas con demandas como «Por un salario igual a la canasta básica” y también reclamando el derecho a la negociación colectiva.
En el caso de los docentes, reclaman que desde el Ministerio de Educación se niegan a retomar las discusiones del contrato colectivo. Además, reclaman que más de 60% de las escuelas no están en condiciones aptas para retomar las actividades escolares.
Durante la protesta se observaba cómo integrantes de las fuerzas policiales, uniformados y de civil además de miembros de grupos paraestatales, grabando a todos los asistentes a la protesta, como medida de hostigamiento a los manifestantes.
Van más de 500 días de que en el país no hay aumento del salario mínimo. El último aumento fue en marzo de 2022, cuando el Gobierno lo subió a 130 bolívares al mes, casi 30 dólares en ese entonces, un monto que se ha reducido un 87 % hasta 3,86 dólares, como consecuencia de la devaluación del bolívar frente al dólar. Entretanto, el costo mensual de la canasta básica de alimentos, calculada para una familia de cinco personas, supera los 500 dólares, de acuerdo al Cendas.
Durante la protesta se anunció que el próximo miércoles 20 de septiembre habrá una movilización del sector universitario. Posteriormente se indicó que convocarán a una “gran movilización” en octubre en la que esperan amplia participación de todos los gremios y activistas.
El llamado de los trabajadores y las trabajadoras, jubilados y pensionados, es salir a las calles peleando por sus derechos fundamentales, como es el derecho al salario. Por eso exigen salarios y pensiones indexados al costo de la canasta básica, diciéndole NO a la bonificación del salario, por la discusión y cumplimiento íntegro de los contratos colectivos y basta de despidos, NO a la represión y el cese a la criminalización de la protesta y de los que luchan. Es fundamental al mismo tiempo la organización, realizando asambleas en los distintos lugares de trabajo y que sean los propios trabajadores que decidan cada paso de lucha y de manifestación.
Hoy manifestamos nuestra profunda convicción en defensa de uno de los pilares básicos de nuestra Nación
Por María José Lubertino
De cara a las próximas elecciones es imperioso reflexionar sobre los derechos humanos más básicos y las propuestas de los candidatos con probabilidades de resultar electos.
Vemos con preocupación las expresiones del candidato más votado en las PASO, buscando socavar los derechos conquistados en el acceso libre y gratuito de la educación pública y a las políticas públicas dirigidas a fomentar el desarrollo científico-tecnológico nacional.
Milei impulsa un sistema de “vouchers cheque educativo”. Propone “descentralizar la educación entregando el presupuesto a los padres, en lugar de dárselo al Ministerio, financiando la demanda”. Su programa educativo, en caso de ser electo, generó polémica, ya que indicó que eliminaría la obligatoriedad y la gratuidad del sistema educativo actual. “El sistema de la obligación no funciona -dijo-. Si querés estudiar, vas a tener un voucher y vas a poder estudiar. El tema de la obligatoriedad es querer controlar a los seres humanos e imponer tu patrón moral. El que quiera estudiar, estudia, pero obligar no me gusta”, expresó Milei. Además, pretende eliminar la obligatoriedad de la Educación Sexual Integral (ESI) en todos los niveles, modificar el Estatuto docente y cambiar el diseño curricular. De concretarse dicho programa, se configuraría un grave retroceso en materia de derechos.
La visión de políticas públicas de los autoproclamados “libertarios” es la de un Estado nacional ausente y un Estado policial. La propuesta contiene la destrucción de los consensos básicos de la democracia: negación de los crímenes del terrorismo de Estado cometidos durante la última dictadura, así como desmantelar las políticas de educación, ciencia, cultura y género.
El sistema de vouchers tendría la finalidad, en la visión de Javier Milei, de transferir los recursos a los padres y no al Estado para financiar la educación (Getty Images)
En el caso de Patricia Bullrich, entre sus iniciativas propone declarar a la educación como servicio esencial con la finalidad de evitar huelgas; establecer con las provincias un acuerdo federal de 14 años de escolaridad con 190 días anuales de clase; implementar un sistema de presentismo para estudiantes y docentes en todo el país; vincular la escuela secundaria al mundo del trabajo; 100% de escuelas con internet, con wifi en cada aula; modernizar el sistema universitario, ofreciendo becas para carreras estratégicas y estudiantes de sectores vulnerables, impulsando carreras más cortas y títulos intermedios y fortaleciendo y vinculando al CONICET con el sector productivo mediante asociaciones público privadas para la investigación y desarrollo. Si bien en este caso hay muchas propuestas que compartimos, nos preocupa que algunas de las iniciativas encubran nuevas formas de criminalizar a la protesta social y a las organizaciones de trabajadores/as de la educación o que encubran sistema en los cuales el Estado termina financiando el valor agregado de las empresas.
La mejor manera de evitar la “protesta” del sector educativo es garantizar buenos presupuestos. Cuando el macrismo habla de alianzas púbico privadas, el Estado puso los recursos y los privados se llevaron las ganancias. Hemos tenido malas experiencias en esta materia con los gobiernos en los que Bullrich fue ministra.
Mejor que decir es hacer. El candidato Sergio Massa no sólo propone sino que en su rol de Ministro de Economía ya ha presentado iniciativas concretas como el proyecto de financiamiento educativo que repercutirá favorablemente. La iniciativa busca destinar el 8% del PBI a financiar la educación, aumentando en dos puntos lo establecido en la ley vigente. La medida está enfocada a que se destine un 6,5% a la cobertura de educación entre los 45 días a los 3 años – una demanda de larga data del movimiento de mujeres aun insatisfecha-, también a la educación obligatoria y a la formación docente. El otro 1,5% restante, hasta completar el 8%, sería para apuntalar a la educación universitaria. “Aumentar la inversión en el sistema educativo es la mejor inversión que puede hacer una sociedad”, señaló Massa.
Entre las propuestas, se contempla un ciclo lectivo efectivo de clase de 190 días como mínimo, se mantendrá la distribución “uno a uno” de libros a todos/as los/as estudiantes de los niveles inicial, primario y secundario y la entrega de equipamiento tecnológico. Se ampliará la cobertura del nivel inicial, se universalizan las salas de 3, 4 y 5 años, y se Iniciará el proceso de cobertura para sala de 2 años. Con este financiamiento se asegurará, en el nivel primario, un mínimo de 25 horas semanales de clase y que al menos un 50% acceda a escuelas de jornada completa. Tambien se ampliará la oferta de carreras universitarias y preuniversitarias según las áreas de vacancia territoriales y desarrollos regionales, se acortará la extensión de las carreras universitarias y se otorgarán títulos intermedios. Massa ratificó la vigencia de la Paritaria Nacional Docente, el Fonid (Fondo Nacional de Incentivo Docente) y el Programa nacional de compensación salarial docente y promete potenciar los programas de desarrollo profesional en la formación docente.
Sergio Massa propone ampliar la inversión del Estado en Educación pública (Getty Images)
Como profesora de la Universidad pública, ejerciendo la docencia desde hace cuarenta años, como orgullosa doctora de la UBA y como madre de hijos que estudiaron en la educación pública, la hemos defendido con la pluma, la palabra y poniendo el cuerpo en las aulas, en las cooperadoras y en las calles cada vez que diferentes gobiernos la amenazaron, la recortaron o la pusieron en riesgo.
Sobrevivimos al menemismo, que quería arancelar y poner cupos en el ingreso universitario y rechazamos los recortes de la Alianza y del macrismo. Hoy junto con centenares de profesores/as, decenas de miles de graduados/as y estudiantes manifestamos nuestra profunda convicción en defensa de la educación pública y la universidad pública laica y gratuita como pilares básicos de nuestra Nación, siendo formadoras de científicos y profesionales para el desarrollo nacional a través de sus diversas carreras y líneas de investigación. La educación superior pública, no arancelada y de ingreso libre e irrestricto es una de las banderas distintivas de nuestro país que permitió construir una identidad nacional caracterizada por garantizar la dignidad, igualdad y movilidad social ascendente de todos/as los/as habitantes del suelo argentino. Nuestras Universidades Públicas han sido reconocidas a nivel internacional por su excelencia académica y sus aportes a la comunidad científica.
Convocamos a la comunidad a expedirse públicamente en oposición a aquellas expresiones contrarias al sistema democrático y contrarias a la defensa irrestricta del derecho a la educación.
Creemos en la educación pública como generadora de los valores democráticos que supimos construir en estos 40 años de democracia ininterrumpida. Reafirmamos un sistema educativo que continúe bregando por abarcar a todos. Que siga sumando estudiantes para formar a los científicos y profesionales que ayuden a construir un país inclusivo, con justicia social, ecológica y de género.
¿Cómo la inteligencia artificial cambiará la forma de enseñar?
ChatGPT ha abierto un mundo de oportunidades para mejorar la calidad de la educación en el mundo. | Foto: Getty Images/iStockphoto
En los docentes está la clave que permitirá impulsar con esta herramienta la creatividad y el pensamiento crítico.
En Colombia aumentó el uso de la inteligencia artificial (IA) un 25,8 por ciento, reveló el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), convirtiendo a esta herramienta en una oportunidad para el desarrollo económico, tecnológico y social del país.
En el sector educativo la llegada de herramientas como Chat GPT, desarrollada por OpenAI, está transformando los procesos de enseñanza. Gracias a su facilidad para recopilar información, la capacidad de responder ejercicios, redactar ensayos y resolver cualquier problema o examen, se ha posicionado como un asistente digital que, pese a las bondades que otorga, representa todo un desafío a la hora de enseñar.
Para Fernando Valenzuela Migoya, reconocido como uno de los líderes más influyentes en educación tecnológica en América Latina, el uso de la IA tiene un potencial ilimitado en el campo educativo. “Si los docentes adoptan esta herramienta tecnológica en su ejercicio pedagógico diario pueden diseñar mejores experiencias de aprendizaje, desarrollar contenidos y prácticas más allá de memorizar”, explicó el educador mexicano.
Su uso en la educación, además de simplificar las explicaciones de los maestros, permite identificar dificultades, adaptar la enseñanza a las necesidades y habilidades de los estudiantes y lograr una intervención personalizada. “A través de ella también se puede potenciar la creatividad y el talento de los estudiantes en la creación y edición de contenidos”, dijo el experto.
Ante riesgos como el plagio, la cultura del poco esfuerzo y la posibilidad de que los estudiantes acudan a ChatGPT para hacer sus tareas sin utilizar su pensamiento crítico, Mónica Llanda Brijaldo, directora del Departamento de Formación de la Facultad de Educación de la Universidad Javeriana, cree que “el profesor debe generar estrategias alrededor del uso de esta herramienta antes que prohibirlo”.
Para la directora, los docentes deben enfocarse en la creación de actividades para volver a despertar la curiosidad y creatividad en las aulas de clases. Mónica Llanda Brijaldo considera necesario “desarrollar conocimientos y, sobre todo, propuestas éticas para que los estudiantes no tengan o no sientan la necesidad de copiar a partir de lo que estos sistemas le entregan”. Con una visión similar, Valenzuela indicó que esta herramienta debe ser usada con mucha precaución y entender que tecnologías como Chat GPT articulan datos para dar una respuesta, pero no significa que sea ciento por ciento correcta, o que no tenga errores. “Es necesario regular, filtrar y adecuar la respuesta, ese es el trabajo que hay que empezar a hacer ahora”, enfatizó
Fuente de la Información: https://www.semana.com/educacion/articulo/como-la-inteligencia-artificial-cambiara-la-forma-de-ensenar/202303/
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