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Educación física: experiencias que llegaron para quedarse

América del Sur/Uruguay/21-06-2020/Autor(a) y Fuente: www.republica.com.uy

Los docentes del área han creado iniciativas pedagógicas y lúdicas para estar presentes como área de conocimiento en tiempos de crisis sanitaria.

Además del trabajo en las plataformas educativas, los docentes de Educación Física han creado iniciativas pedagógicas y lúdicas para estar presentes como área de conocimiento en tiempos de crisis sanitaria. Algunas de esas iniciativas llegaron para quedarse en el retorno a la presencialidad. Una radio escolar, canales de Youtube, juegos adaptados al hogar, en esta nota aparecen apenas algunos ejemplos de las decenas de experiencias que se están realizando en todo el país, informaron a LA REPÚBLICA desde el Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP).

El estado de situación sanitario actual en nuestro país obliga hoy a todos los actores y agentes educativos directos e indirectos a repensar y replanificar la educación. Ésta debe y deberá por gran tiempo adecuarse a una “nueva realidad”, pero en definitiva el proceso educativo debe continuar porque es un derecho fundamental.

En ese sentido el CEIP ha elaborado una batería de estrategias y herramientas que han permitido que el proceso educativo de enseñanza-aprendizaje no solo no se interrumpiera, sino que por el contrario continuara y se transformara. En ese proceso, se ha tomado como buque insignia la virtualidad, gracias al uso generalizado de las nuevas tecnologías y recursos de la información y la comunicación.

Ahora bien, en el entendido que la Educación Física es Educación amparada bajo la Ley General de Educación, la Convención de los Derechos del Niño/a y el Adolescente y la Ley de Obligatoriedad de la Educación Física en las escuelas públicas, además de integrar el Programa de Educación Inicial y Primaria 2008, desde el área de Educación Física se entiende que se debe seguir funcionando más que nunca en la búsqueda siempre constante de una educación de calidad e integral.

En la cuarentena y más allá

Además del trabajo en la plataforma CREA, los docentes de Educación Física de todo el país han explotado su creatividad en estos meses y han creado propuestas lúdico-pedagógicas para continuar enseñando la educación física en tiempos de crisis sanitaria.

En el departamento de Rocha, las docentes del área han impulsado un canal de Youtube y desarrollado divertidos juegos para hacer en casa, entre ellos el “Juego de la Oca” adaptado a los hogares.

También convocaron a través de Whatsapp a todos los docentes a realizar videos de juegos y desafíos con actividades para que cada familia pueda hacer con sus hijos de acuerdo a sus posibilidades de cada familia. Por otra parte, se invitó a filmar con los celulares aquellas actividades que consideran importantes para visualizar la realidad de los alumnos y la comunidad, y los mismos fueron compartidos entre todos los docentes de la jurisdicción.

La convocatoria fue un éxito y recibieron más de 80 vídeos como devolución.

Como tantas otras, la jurisdicción de Rocha ha comenzado el proceso de retorno a la presencialidad y los docentes consideran seguir con la edición de los vídeos, pero ahora con una temática volcada hacia la vida en el centro escolar, para los alumnos que no asisten a clases y también para darle una continuidad a las actividades de los niños que voluntariamente asisten a la escuela.

Fuente e Imagen: https://www.republica.com.uy/educacion-fisica-experiencias-que-llegaron-para-quedarse-id771355/

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Uruguay es pionero en ratificar convenio de OIT sobre violencia y acoso laboral

Redacción:  presidencia.gub.uy

Uruguay ratificó el Convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), relacionado con la violencia y el acoso, y se convirtió en el primer país en validarlo. El director general de la OIT, Guy Ryder, agradeció especialmente al Uruguay y a su presidente, Luis Lacalle Pou, y destacó la tradición democrática, el profundo respeto a los derechos laborales y la fortaleza del diálogo tripartito en el país.
Guy Ryder y Ricardo González Arenas
Pie de foto:Guy Ryder y Ricardo González Arenas

El Convenio 190 fue aprobado por la Conferencia Internacional del Trabajo en 2019 y Uruguay se convirtió en el primer país en ratificarlo, este 12 de junio, tras haber transitado el proceso de adaptación del Parlamento nacional, el 17 de diciembre de 2019, y la promulgación de la ley n.º 19849.

Según el sitio web de la Cancillería, Ryder agradeció especialmente al Uruguay y a su presidente, Luis Lacalle Pou, por esa ratificación y destacó la fuerte tradición democrática, el profundo respeto a los derechos laborales y la fortaleza del diálogo tripartito en el país. En ese sentido, recordó, en una ceremonia virtual realizada en Ginebra, que, antes de la fundación de la organización, en 1919, el país ya contaba con leyes pioneras, como la n.º 5350, sobre la jornada laboral de 8 horas.

Ryder resaltó que el Convenio 190 protege a los trabajadores de todas las formas de violencia y acoso con una definición amplia, lo que permite la adaptación a la realidad del mundo del trabajo actual, y subrayó el contexto en el que se ratifica este acuerdo, caracterizado por un aumento de este tipo situaciones, asociado a la pandemia de COVID-19.

Por su parte, el representante permanente de Uruguay ante las Naciones Unidas en Ginebra, Ricardo González Arenas, recordó la activa participación del país durante las negociaciones de este convenio, que se extendieron durante dos años.

Afirmó que esta ratificación refleja el compromiso uruguayo con el sistema multilateral, la protección de los derechos humanos y, en particular, la OIT, como un ámbito tripartito de elaboración de normas en materia de relaciones laborales y su sistema de control.

A su vez, alegó que se trata de los instrumentos más importantes del marco normativo uruguayo vigente y que demuestran la determinación del Estado de combatir la violencia y el acoso.

Fuente: https://www.presidencia.gub.uy/comunicacion/comunicacionnoticias/uruguay-convenio-oit

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Amplía Uruguay reinicio de clases escolares presenciales

América del sur/Uruguay/18 Junio 2020/prensa-latina.cu

Sin cifras todavía hoy de asistencia, 848 escuelas y jardines de infancia de Uruguay reabrieron en la segunda etapa de la vuelta a clases presenciales bajo la pandemia del la Covid-19.

De acuerdo con lo planificado por autoridades, salvo en Montevideo y en el Área Metropolitana se habilitó la reanudación de la actividad docente en la Educación Inicial y Primaria, Secundaria y Enseñanza Técnica.

Fuentes institucionales estiman un potencial de asistencia de alrededor de 400 mil alumnos pero como es de carácter voluntario, medios recuerdan que en la primera fase a principio de mayo, con centros escolares rurales y especiales, la concurrencia fue de un 50 por ciento.

Autoridades gubernamentales reconocen la persistencia de temores por parte de tutores de menores, pese a divulgados protocolos sanitarios de acceso a los recintos respecto a uso de nasobucos y máscaras transparentes, distanciamientos físicos y otras muchas medidas más.

Desde un inicio, la presidente de la Federación Uruguaya del Magisterio, Elbia Pereira, manifestó temores debido a la dificultad de impedir con los alumnos más pequeños el acercamiento social y la insuficiencia de materiales higiénicos.

Ante esta nueva fase, la Sociedad Uruguaya de Pediatría, que consideró oportuno el cierre por el gobierno con la llegada de la Covid-19 en el país, lel 13 de marzo, en el presente evalúa que se continúa presentando con pocos casos y baja circulación del virus en la comunidad en la mayoría del territorio nacional-

Pero aclaró que a excepción de la situación en la frontera con Brasil, principal foco preocupante, que es necesario vigilar, y precisamente el departamento limítrofe Rivera, quedó excluido del retorno a las aulas presenciales.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=374448&SEO=amplia-uruguay-reinicio-de-clases-escolares-presenciales
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Esa irresistible compulsión por mentir

Por: Atilio A. Boron

 

Ya nos parecía extraño que Mario Vargas Llosa permaneciera en silencio ante las calamidades de la pandemia. Sobre todo las sufridas en sus dos países, el de origen, Perú, y el de su adopción, España. Allí se refugió después de haber sido repudiado por sus compatriotas  hace hoy exactamente treinta años –un 10 de Junio de 1990- tras su humillante derrota a manos de Alberto Fujimori en la elección presidencial de ese año. Como era previsible aprovechó la ocasión de esta plaga para dar a conocer otra de sus tantas mentiras que parecen verdades -arte maligno del cual es un refinadísimo cultor- para alabar al gobierno de su amigo Luis Lacalle Pou que, según el escritor,  decidió combatir al Covid-19 apelando a “la responsabilidad de los ciudadanos” y declarando  “que nadie que quisiera salir a la calle o seguir trabajando sería impedido de hacerlo, multado o detenido, y que no habría subida de impuestos, porque la empresa privada jugaría un papel central en la recuperación económica del país luego de la catástrofe.”

Quien lea estas líneas comprobará que su indudable talento como escritor es tan grande como su ignorancia en materia de economía y estadística. También que su resentimiento contra la izquierda exacerba este defecto y lo induce a extraer conclusiones que se desmoronan como un castillo de naipes ante la más suave brisa. Aplaude el hecho de que en Uruguay sólo se registren 23 muertos a causa del coronavirus, pero insólitamente le atribuye ese mérito a un presidente que asumió pocos días antes del estallido de la pandemia. Su obcecación lo mueve a desconocer que antes de la presidencia de su amigo Lacalle Pou hubo quince años de gobierno del Frente Amplio (al que descalifica por sus  “equivocaciones notables en política económica” aunque reconoce que se respetó “la libertad de expresión y las elecciones libres”) durante los cuales la salud pública fue una de las prioridades de la gestión del médico Tabaré Vázquez, durante diez años, así como durante el interregno de José “Pepe” Mujica. Fue esto: la fuerte presencia del estado en el terreno de la sanidad y no las palabras huecas e insulsas de Lacalle Pou lo que protegió al pueblo uruguayo de la pandemia.

A contrapelo de las políticas de la izquierda en Uruguay, en sus patrias de nacimiento y adopción el desastre producido por las ideas que Vargas Llosa publicita con tanto fervor es estremecedor. Con 5.738 muertos el Perú figura en el 21º lugar en la lista de 215 estados y territorios compilados por la Organización Mundial de la Salud.  España ocupa el 6º lugar en el ranking  gracias a las 27.136 víctimas del Covid-19 condenadas por las “políticas de austeridad” de los sucesivos gobiernos neoliberales que asolaron a ese país. Otros gobiernos admirados por el escritor: el de Ecuador con sus 3.690 muertos se coloca en el puesto número 17 mientras que el 19º está reservado para el Brasil de Jair Bolsonaro con un saldo luctuoso de 38.701 muertos.

Pero la medición del impacto de la pandemia y la eficacia de las políticas gubernamentales se muestran de modo más nítido si se controla el número de muertos por millón de habitantes. Bélgica, uno de los portaestandartes de la reacción neoliberal, registra 831muertos por millón de habitantes y el Reino Unido de su admirado Boris Johnson tiene un índicede 606/millón y un poco más abajo, en el sexto lugar, encontramos a España, con 580 muertos por millón de habitantes. Ecuador con 209, Brasil con 182 y Perú con 174 continúan en el pelotón de la vanguardia. Como se puede apreciar, todos países con gobiernos fieles a los cánones del neoliberalismo. Mucho más abajo en ese ranking necrológico está el Uruguay, con 7 muertos por millón, una performance notable, sin duda, igual a la que exhibe Japón. Pero mucho más meritorio es que esa misma cifra sea la que tiene Cuba, tan denostada por el hechicero neoliberal. Igual que Uruguay y el Japón pero sin que ninguno de estos dos países sufra la asfixia de un encarnizado bloqueo que se extiende a lo largo de sesenta años, que los maleantes que gobiernan Estados Unidos sólo atinaron a endurecerlo aún más en el medio de la pandemia.

Implacable crítico de Alberto Fernández –“lamentaremos la derrota de Macri”, dijo el escritor poco después de la victoria del candidato del Frente de Todos- y los gobiernos “populistas” de la Argentina Vargas Llosa debería saber que con sus 717 víctimas de la plaga este país exhibe una tasa de letalidad de 16 muertos por millón de habitantes, lejos, muy lejos de los valores que registran España y Perú, inclusive de Estados Unidos con sus 348 por millón.  Y que en el país que gobierna su amigo Sebastián Piñera,  este índice es ocho veces mayor que el de la Argentina. En efecto,  en el más antiguo experimento neoliberal de América Latina y en donde la privatización de la salud ha sido llevada a sus extremos durante casi medio siglo el índice llega a 130 por millón.

Conclusión: la pandemia exige para su control una fuerte presencia del estado para proteger a la población, cosa que no se logra cuando la salud y los medicamentos son onerosas mercancías. La experiencia actual refuta los funestos delirios de los mentores intelectuales de Vargas Llosa: Popper, von Hayek, Berlin, Revel y compañía, responsables indirectos de políticas que sólo en los Estados Unidos produjeron más de 115.000 muertos. Afiebrados delirios que contrastan con los sobrios números de Cuba, Uruguay, China, Vietnam y Venezuela. Sí, la bloqueada república bolivariana que, como el Uruguay, también tuvo apenas 23 muertos por el Covid-19. Sólo que cuando se estandardiza esta medida por millón de habitantes la tasa en ese país no alcanza siquiera al 1 por millón, contra el muy plausible 7 del Uruguay.  Pero todas estas cosas las calla el escritor, y no creo que sea porque desconozca algo tan elemental. Ha dado sobradas pruebas de que ignora las complejidades teóricas de la Economía Política y los fundamentos matemáticos de la Estadística. Pero cálculos tan simples como los que hemos expuesto más arriba están al alcance de cualquier persona que conozca las cuatro operaciones básicas de la aritmética. Me niego a admitir que Vargas Llosa sea incapaz de tan elemental tarea. Pero su fanatismo lo lleva, una y otra vez, a mentir para defender una causa perdida. No parece haber caído en cuenta de que aparte de las cuantiosas pérdidas humanas el Covid-19 hizo algo más: descerrajarle el tiro de gracia al neoliberalismo como fórmula de gobernanza. ¡Game over! Y si no me cree que por favor se dedique a leer los diarios de la mal llamada “comunidad financiera internacional” (en realidad una tropa de truhanes y bandidos de “cuello blanco”) que allí le explicarán con pelos y señales sus planes para el mundo que amanecerá cuando la pandemia haya sido controlada. Y en ese mundo el neoliberalismo se convirtió en una mala palabra que, si se la pronuncia, se lo hace en voz baja y mirando de reojo a los costados.

Fuente e imagen:  https://atilioboron.com.ar/esa-irresistible-compulsion-por-mentir/

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Usos y abusos de los juegos demócratas: entre nacionalismos y chovinismos el gran abrazo

Por: Eduardo Camín

 

Nunca como hoy la cuestión de la democracia ocupó un lugar tan destacado en las luchas políticas y sociales de América Latina. La reciente contienda electoral en Uruguay, nos deja algunas enseñanzas para reflexionar profundamente sobre los usos y abusos de la democracia, en ese profundo desuso de la ideología, que se podría resumir como una derrota (la izquierda) con sabor a triunfo y un triunfo con sabor a derrota (la derecha).

Es así que, en ese vale todo, el tiempo del hombre político actual parece destinado a reducir a fogononazos efímeros los esfuerzos tendientes a instaurar órdenes de convivencia, que se sueñan para abarcar los grandes ciclos históricos, ignorando aquellas enseñanzas de que los hechos sociales sólo cobran valor en su conjunto, según el ritmo que la medida del tiempo define y dosifica.

Una visión de la democracia con sus reglas de juego electorales se ha puesto en marcha sin contar con los que esperan. En época de globalización, no es el tiempo quien aguarda a los hombres, sino los hombres quienes han de buscar la ocasión de montar en marcha el tren electoral del tiempo democrático. La argumentación claro está, se basa en las concepciones de «democracia en general» sin precisar su caracter clasista.

Un hecho puede ilustrar nuestra argumentación. Cuando asistimos a un encuentro entre militantes de las fuerzas en contienda de centroderecha y centroizquierda que entre banderas partidarias y símbolos patrios se fusionaron en un gran abrazo, cantando a viva voz el himno nacional, este significativo hecho tuvo una lectura sesgada a través de las redes sociales.

Pero creemos que plantear así el problema, fuera de las clases sociales, pretendiendo considerar la nación en su conjunto, es sencillamente denegar su propia historia. Por eso la defensa que se hace de la democracia burguesa por medio de discursos, gritos y lágrimas hipócritas no hace más que defender al reformismo burgués.

La innovación, como ansia, exigencia, o consecuencia de toda acción política ha de contar con la novedad. Sin embargo, el tren del tiempo democrático, arrastra los vagones del desarrollo, progreso y realidad, pero pensar los posibles vínculos de unidad entre democracia y desarrollo obliga a definir claramente el proyecto social y los postulados éticos-políticos a las que obedece.

Si adjetivamos el desarrollo como democrático estamos manteniendo una concepción de la sociedad y la acción política fundada en los valores constitutivos del ser humano.

Pero hablar de democracia implica como supuesto necesario plantear el tema de su capacidad de audeterminarse, es decir, de fijarse sus metas en libertad, atendiendo las exigencias de sus pueblos. Por lo tanto es evocar el tema de la dependencia en que se encuentra là región en el plano del capitalismo internacional, y conduce por ello mismo a entender la lucha por la democracia en tanto que lucha por la liberación nacional.

El desarrollo en su conjunto de esferas que lo constituyen, es decir, lo político, lo social, lo cultural, lo económico, es un todo indivisible y sólo si entendemos la democracia como el fundamento que explica, da sentido y orienta el desarrollo humano podríamos construir un proyecto democrático. De no ser así, se produce una castración en la concepcion teórica y en la puesta en práctica de la misma como opción política.

Desarrollo y democracia son complementarios si se mantiene el contenido de ambas categorías y se piensa en ellas sin limitar o reducir su explicación. Si eliminamos los contenidos políticos, sociales económicos o culturales del desarrollo y de la democracia, nos encontraríamos con conceptos que pierden su significado.

La teoría del desarrollo capitalista contempla la democracia como un factor dependiente del crecimiento y amplitud del mercado y del acceso de los ciudadanos al llamado consumo de masas de una sociedad.

En realidad el desarrollo para el capitalismo, es democrático cuando las grandes masas de la población pueden acceder sin más restricciones que las de su valía personal a los beneficios del progreso : cuando se generaliza el derecho al crédito y se puede consumir y mantener un mínimo nivel de ahorro para tiempos de crisis; cuando el proceso de crecimiento económico es lo suficiente estable para favorecer la negociación de sueldos, salarios y mejoras en las condiciones de trabajo y creación de empleo, es decir cuando hay cierta estabilidad.

El gobierno del progresismo uruguayo, condicionó – en parte- su funcionalidad, a la doctrina de transformar el desarrollo al servicio del desarrollo económico como búsqueda de la eficiencia en el consumo y el mercado. De esta forma la democracia transfiere así su existencia a la esfera económica desde la cual queda definida como factor destinado a potenciar dicha eficiencia, perdiendo toda su vitalidad política.

La nueva política económica de Uruguay será mas de lo mismo. Tal vez en lo que atañe al liberalismo la burguesía nacionalista lo toma como arma para privatizar en su beneficio el capital social aún en manos del Estado y limitar la capacidad de regulación de que dispone el Ejecutivo, ya sea transfiriendo partes de las atribuciones al Parlamento, ya sea apropiándose ella misma de la otra parte en nombre de los derechos sagrados de la iniciativa privada.

Bajo este principio de explicación, el desarrollo es un continuo proceso de mejoras en la racionalización del mercado y el grado de consumo de la población y la democracia el procedimiento político que hace posible su existencia.

La identidad generada entre democracia y mercado capitalista favorece el establecimiento de las doctrinas que ideólogicamente contemplan el subdesarrollo como etapa previa en la construcción de una economía de mercado.

Los eufemismos  países en desarrollo o emergentes o procesos de modernización no es más que filantropía occidental que potencializara a su maxima expresión la bofetada de la miseria. La crisis del capitalismo no disminuye, se multiplica exponencialmente, amenazando con destruir ya no la clase trabajadora sino a todo el planeta, su cultura y su civilización.

Pero sabemos que no será en el marco de las actuales tendencias, que aunque sean necesariamente opuestas en el plano general de lo ideológico, se hacen compatibles con los diversos aspectos particulares del ejercicio político, de la democracia impidiendo la respuesta necesaria bajo el manto adulador del interés nacional, cómplice de la prevaricación que justifica las irresponsabilidades del aparato de Estado.

Fuente e imagen: http://estrategia.la/2019/11/28/usos-y-abusos-de-los-juegos-democratas-entre-nacionalismos-y-chovinismos-el-gran-abrazo/

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Uruguay: Uno no sabe si cuando hablamos de ellos, los muertos queridos nos escuchan

Uno no sabe si cuando hablamos de ellos, los muertos queridos nos escuchan

Por Mario Hernandez

M.H.: Eduardo Germán Hughes Galeano, nació en Montevideo el 3 de septiembre de 1940 en el seno de una familia de clase alta y católica de ascendencia italiana, española, galesa y alemana. Fue un niño muy creyente, sabía que esa búsqueda de Dios en los demás permanece, aunque la figura de Dios con mayúscula se le cayó por el agujerito del bolsillo y nunca más lo encontró. Como él mismo recordaba, en ese período místico de la infancia, empezó a garabatear dibujos, en la adolescencia, sus primeras caricaturas fueron publicadas en El Sol, un semanario socialista de Uruguay con el seudónimo “Hughes”. En los 60 fue editor del semanario Marcha y luego director del diario Época. Tenía 31 años cuando publicó Las venas abiertas de América Latina, un texto que encarnó la educación sentimental y política de varias generaciones, un clásico de la izquierda latinoamericana, por el cual fue censurado por las dictaduras uruguaya, chilena y argentina.

V.Z.L.: Hermoso recuerdo que hacés de Eduardo, a través de algo muy importante, abrevar en la infancia. Porque ahí es donde podemos afirmar, estar seguros, se juega a cara o cruz el destino de la gente.

Me parece muy bien que empieces esta recordación de Eduardo, que tendría de estar vivo con 80 años, para la que me convocaste, a partir de contar datos de su vida infantil que en general no son muy tomados en cuenta por los lectores que se lanzan a la obra escrita en general aunque, por supuesto, siempre hay alguno que le interesa conocer un poco más de quién está detrás de ese libro.

Ahí está Eduardo, también nombraste un libro que es fundamental en la cultura latinoamericana como Las venas abiertas de América Latina aunque te cuento, porque he tenido muchas charlas con Eduardo a partir de nuestra amistad, pero también muy importante en la vida cotidiana de uno el compartir el trabajo, y nosotros hemos sido durante años compañeros de trabajo, dirigimos en distintos momentos la revista Crisis, y también en el final de la primera etapa la hemos dirigido en conjunto, hemos trabajado mucho juntos. Eso da un conocimiento más profundo de las personas.

Y terminando lo que había empezado sobre Las venas abiertas de América Latina recuerdo que una noche habíamos ido a comer, estábamos sentados y de golpe se levanta una pareja de jóvenes y se acercan a hablarle del libro y de cómo los había influido en su vida. Cuando se fueron le dije “qué fuerte que ha sido lo que sembraste con ese libro” y él me contesta “sí pero llega un instante en que preferiría que la gente se acerque a preguntarme por las otras cosas que he escrito, porque pareciera que quedo pegado para siempre a un solo libro”.

No es así, porque si bien la figura de Eduardo empezó a difundirse en América Latina, en España y otras partes donde se tradujo su obra que tuvo un gran ímpetu en Occidente en ese momento, también es cierto que a veces uno deja con algo de nuestra vida una huella tan profunda, que sin prejuicio que luego se pueda decir desde el punto de vista más estrictamente literario, artístico, uno pueda elegir algún otro texto de algún otro momento de la vasta escritura de Eduardo, también es cierto que ese libro, si bien toca zonas muy políticas, ideológicas, ya desnuda que Eduardo tenía un talento muy potente para el arte de la escritura.

M.H.: Libros que marcan, como a vos te ha marcado tus Conversaciones con Enrique Pichon Rivière ¿no?

V.Z.L.: Sí. Son de la misma época. Tengo conciencia que ese libro, por el tema que abordaba estaba dirigido a un público no tan extenso como Las venas…, sin embargo, también había un auge del psicoanálisis y una lectura social de lo que podían llamarse los conflictos de cada sujeto  y pocas personas como Pichon habían navegado por ese río y que me cruzara con él, siendo yo joven con todas las preguntas y desafíos y el coraje para desafiar a un maestro, rindió su fruto y fue también una obra que por ser de un género no común, porque no son habituales los libros de diálogo, siguiendo el camino de Platón, que sus diálogos marcaron todo un estilo en la cultura de Occidente; pero es cierto, a veces uno queda marcado con un libro.

Pero en el caso de Eduardo, si bien Conversaciones…, ya que los comparaste, tuvo una gran difusión, también es cierto que Las venas abiertas de América Latina tuvo una difusión por fuera de lo común de los escritores latinoamericanos. Debe ser uno de los libros más, me atrevo a sospechar, difundidos en las últimas décadas del siglo pasado y que ahora sigue siendo material de lectura para muchos jóvenes.

M.H.: Voy a mencionar, para no quedarnos solo en Las venas abiertas de América LatinaVagamundo y otros relatos de 1973, Memorias del fuego de 1982, El libro de los abrazos de 1989, Las palabras andantes de 1993, Patas arriba. La escuela del mundo al revés de 1998, Una historia casi universal de 2008 y Los hijos de los días de 2012, entre otros.

Mencionaste la juventud, no te voy a preguntar por la pinta que tenían ustedes, tanto vos como Eduardo, me imagino que no solamente se acercaban parejas de jóvenes, seguramente también hermosas mujeres en aquellos años. Pero no quiero introducirme en estos temas que son muy privados, no quiero que Regine se enoje. Pero quiero referirme a temas personales, porque me acabo de enterar que jugaban al fútbol en Palermo, en el circuito KDT, vos, Eduardo, Jorge Asís, Kovadloff, cosa que me sorprendió porque lo tengo muy ubicado en otro espacio y lugar intelectual y político.

V.Z.L.: Sí, pero la gente cambia. Yo lo quiero a pesar de que tenemos una mirada distinta sobre el mundo, porque hemos compartido miradas parejas en aquellas épocas. Además le debemos todos, en general, las gigantescas traducciones que hizo de la obra de Güimaraes Rosa uno de los más grandes escritores latinoamericanos y que él lo tradujo con una dedicación y una perfección que nos abrió la puerta a una obra que es de las pocos que me alcanzan los dedos de una sola mano para mencionar entre las que me han tocado profundamente el alma.

Su traducción es de un nivel impecable, porque Güimaraes Rosa inventa una lengua brasilera para reflejar la vida de una zona muy dolorosa, desértica, brutal, única del Brasil. Con un lenguaje muy especial, casi como un dialecto del portugués. Yo leí con mucho cuidado la obra en ese portugués especial y no una vez, porque estaba enamorado de ese libro, con gigantescas dificultades.

Ese es un libro que marca la cultura latinoamericana y Kovadloff fue capaz de traducirlo y recrear en español. También Eduardo Galeano, que fue el que lo convocó para la revista lo quería mucho. Y volviendo al fútbol, se podían dar la mano entre Galeano y nuestro amigo traductor para ver quién jugaba peor, los dos estaban muy entusiasmados, pero la verdad es que uno desde la literatura y el otro desde la filosofía han curtido obra importante, pero en la historia del fútbol, ni en el submundo aparecerían.

Por más que Eduardo después escribió un libro sobre el fútbol que también fue muy leído. Después de haberlo visto jugar, porque jugábamos en el mismo equipo, no leí su libro, jugaba tan mal que cuando me enteré que iba a sacar un libro del tema no lo leí. Él amaba el fútbol y las pasiones más populares.

Y ya que hablás del amor y las compañeras, hay una parte positiva en esto, yo le presenté a quien fue la mujer de su vida, con quien se casó y vivió desde 1974 hasta el final de su vida. Una historia de amor muy fuerte con Elena Villagra, abogada, que había sido esposa de Rodolfo Ortega Peña, con quien estaba el día del atentado a Rodolfo. A ella también le pegaron un tiro en la cara, la bala entró y salió, pudo haber muerto también, como Rodolfo que falleció ahí en Arenales y Carlos Pellegrini.

Elena quedó muy conmocionada, yo era muy amigo de ella y obviamente mucho más de Rodolfo Ortega Peña, habíamos armado un grupo de intelectuales que defendíamos los Derechos Humanos y editábamos libros y revistas, junto también con Gustavo Roca, el hijo de Deodoro Roca, el de la gran Reforma Universitaria; con Eduardo Luis Duhalde, su gran compañero en el trabajo pero también en la escritura y en la edición; han editado hermosas revistas históricas y de militancia como Militancia y De frente. Y como yo era muy amigo de Eduardo y más todavía de Ortega Peña, conocía a Elena y después de la muerte de Ortega, ella todavía conmovida no solo por esto sino porque ella también había sufrido ese brutal ataque de la Triple A y llevaba en su rostro la marca de esa bala.

Ella estaba muy angustiada, muy marcada por su tragedia, me llamaba y hablaba con ella, íbamos siempre a un mismo bar a charlar para tratar de ayudarla para salir a flote de esa angustia. Un domingo a la mañana, me llama Elena para charlar, recuerdo que ese día yo también estaba muy caído por algunas cosas personales que me habían pasado, entonces sentí muy fuerte tener que ir a encontrarme con Elena y escuchar otra vez la historia del atentado y todo su dolor, y se me ocurre llamarlo a Eduardo. Lo llamé y le conté quién era Elena, lo mal que estaba y lo mal que estaba yo también para ir a juntar dos tristezas. Le pedí que me diera una mano y como él era muy generoso vino, nos pusimos a charlar los tres y yo había quedado en ir a almorzar a la casa de Federico Vogelius.

M.H.: Que había sido el mentor de Crisis.

V.Z.L.: Claro, el fundador de la revista que lo había invitado a Eduardo a dirigirla y luego a mí a ser parte de la revista y a hacerme cargo de la dirección cuando Eduardo por razones políticas tuvo que alejarse de Buenos Aires. Entonces le digo a Eduardo que lo conocía mucho a Vogelius también, que viniera a comer y la invitamos a Elena. Nos fuimos a San Miguel a la quinta de Vogelius, almorzamos todos juntos y como él era un hombre de mil actividades simultáneas se tuvo que ir, pero nos invitó a quedarnos ahí hasta el día siguiente. Eso hicimos.

A la noche tomamos unos vinos, seguimos una hermosa conversación, yo vi que ellos seguían conversando y yo estaba muy cansado y me fui a dormir. Serían las 5 am antes de que amaneciera, me golpean en la puerta y era Elena que me dice “perdón Vicente, somos nosotros” los hago pasar y entran tomados de la mano. La voz de Eduardo en nombre de ambos me dice que se habían enamorado y que le había propuesto que se casaran. Y que como yo había generado ese encuentro y también había sido amigo de Rodolfo O. Peña, tenía que ser algo así como un padrino y me pidieron mi “bendición” a ese encuentro porque en poquitos días iban a arreglar sus papeles y se iban a casar.

Yo pensé que Eduardo había tomado algo, pero Elena estaba muy emocionada y nada de bebida. Eduardo tampoco, porque tampoco era de tomar mucho. Así que me desperté un poco mejor y me sentí parte de una historia de amor. O sea que sí, es cierto que Eduardo era muy buen mozo, le gustaba vestir bien, desprolijo, pero elegante; Elena también era una mujer hermosa y muy inteligente e hicieron una fantástica pareja que duró hasta hace cinco años cuando Eduardo murió.

M.H.: Siempre sacás un conejo de la galera, no dejás de sorprenderme.

V.Z.L.: Mejor recordar a Eduardo desde un lugar que tal vez la gente no conoce, porque es un recuerdo íntimo y además un recuerdo feliz, porque recordar a los amigos y compañeros muertos no es fácil.

La última vez hablamos de otro gran amigo, que también era muy amigo de Eduardo, Julio Cortázar, ahí quise recordar esa gigantesca tarea en el campo de los Derechos Humanos que él siempre mantuvo en secreto pero de la que fui testigo porque trabajábamos juntos en ese campo. Ahora de Eduardo quiero recordar esto.

Y ya que estoy, también quiero hablar del cariño que supe que Eduardo me tenía, por más narcisista que suene, porque hay un libro que se llama Días y noches de amor y de guerra donde cuenta historias de gente que conoció, un libro con mucho éxito. Son historias cortas, algunas del Che Guevara, otras de Juan Gelman, de revolucionarios, artistas que él conoció, de gente también muy humilde pero que provocaron impacto en él. Y si prestás atención vas a ver que de todos cuenta una historia, pero de mí cuenta cuatro historias muy fuertes que él conoció y que le impresionaron mucho de mi vida, que no las he contado. Porque yo le conté algunas, otras las vivió conmigo.

Eduardo escribía tan hermosamente bien, que por más que el personaje soy yo y que me nombra y todo, son historias que yo nunca cuento ni jamás escribí. Él las convirtió más que en algo mío, en cuatro historias de un personaje, en el que él me convirtió. Entre ellas cuenta un partido de fútbol, del equipo del que hablábamos antes.

Fuimos a un campeonato de distintos diarios y revistas y nos inscribimos como “Crisis”. Y yo en general, por más que amo el fútbol y lo he jugado mucho, como era domingo y yo los sábados me acostaba tarde por hábito y porque tenía una intensa actividad política, hasta revolucionaria me atrevo a decir, que hacía que los sábados fueran de reuniones que terminaban muy tarde.

Recuerdo que el viernes anterior a ese domingo estábamos con Eduardo en la revista preparando el último número y me dice “Vicente este partido no lo podemos perder”, me hace la cabeza y después me dice “y nos falta uno porque (no me acuerdo cuál amigo periodista no iba a poder ir) no conseguimos a nadie, así que por más que vayas con un ojo medio abierto y el otro cerrado vení que tenés que jugar”.

Yo fui con los dos ojos abiertos porque arreglé mis cosas para dormir temprano, fui al partido y puse toda mi pasión como solía hacerlo. También es cierto que comparado con el resto de “Crisis” adquirí ahí un protagonismo, porque los otros jugaban bastante mal. La cosa es que por suerte, porque la suerte interviene mucho en el fútbol, íbamos cero a cero y como en las películas para chicos, jugábamos con alma y vida, ellos jugaban mejor pero no podían hacernos un gol. Y ya cuando terminaba el partido veo que uno del equipo nuestro corre y siento que es la oportunidad, corro y me quieren agarrar pero llego hasta el arco y le pego a la pelota en el aire y de cabeza metí el gol.

Ese gol y esa jugada Eduardo la registra en Días y noches de amor y de guerra. Pasan los años y cuando alguna gente joven me habla de fútbol yo cuento que jugaba bien, pero como ahora soy un hombre grande, con el pelo todo blanco me miran como si mintiera o tuviera grandes fantasías. Entonces yo esgrimo la prueba fundamental y los mando a leer ese libro y ese cuento. Así que Eduardo, aunque uno no sabe si cuando hablamos de ellos los muertos queridos nos escuchan, yo gracias a él pude más de una vez decir con emoción y orgullo que cuando jugaba al fútbol jugaba bien.

Fuente de la Información: https://rebelion.org/uno-no-sabe-si-cuando-hablamos-de-ellos-los-muertos-queridos-nos-escuchan/

 

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Uruguay: Según encuesta del SMU, 82% de los uruguayos está de acuerdo con la eutanasia

América del Sur/Urugay/Ladiariaeducacion.uy

El relevamiento lo realizó Equipos Consultores.

La Comisión de Bioética y Derechos Humanos del Sindicato Médico del Uruguay (SMU), en el marco de los 100 años de la institución, planteó el tema de la eutanasia y el final de la vida realizando diferentes actividades.

Para profundizar en el tema encomendó a Equipos Consultores un sondeo del que surgió que el 82% de los encuestados manifestó estar de acuerdo en que un médico pudiera poner fin a su vida en el caso de tener una enfermedad con sufrimientos insoportables.

Según el informe que publicó el SMU en su página web, la aprobación de la eutanasia es más frecuente entre la población de Montevideo en el rango de edad de 30 a 44 años y mayor en mujeres que en hombres, en los que tienen una autoidentificación ideológica de izquierda y en los que no tienen una autoidentificación religiosa.

Con relación al suicidio asistido, 44% contestó afirmativamente “y sin dudas” a la posibilidad de que un médico le proporcione los medios necesarios para que la propia persona le ponga fin a su vida; 18% respondió “probablemente sí”, el 23% se manifestó en contra “con toda seguridad” y un 11% “creía que no” pero no estaba seguro.

Además, 52% de las personas estuvo de acuerdo en interrumpir tratamientos inútiles, 24% con prolongar la vida artificialmente y 22% en dejar la libre evolución de la enfermedad.

93% de los encuestados manifestó que el médico debe comunicar claramente la situación de enfermedad a los pacientes y /o a sus familiares, mientras que 73% afirmó que el paciente debía conocer su situación de enfermedad, 16% afirmó que sólo la familia debía conocerlo.

La encuesta fue realizada entre el 13 y el 14 de mayo de 2020 sobre una muestra representativa de la población del Uruguay mayor de 18 años. La modalidad utilizada fue la telefónica mediante aparatos móviles.

Julia Galzerano, responsable de la Comisión, dijo que “sumando las respuestas de quienes están plenamente convencidos y quienes están convencidos sobre la eutanasia y el suicidio médicamente asistido se llega a un 80% de personas a favor en nuestro país”.

“Nos parece que a los uruguayos les interesa el tema y que es necesario hablar del mismo. Si nos basamos en esta encuesta de opinión, la gente tiene la idea de que se necesita legislar en el tema eutanasia, sobre todo a quienes tienen enfermedades, la están pasando mal y sin alternativas terapéuticas”, dijo, según el portal del SMU.

Cabe recordar que el diputado colorado Ope Pasquet presentó, el 11 de marzo, un proyecto de ley para legalizar la eutanasia y el suicidio médicamente asistido.

El legislador sostiene que “toda persona adulta es dueña de su propia vida y debe poder disponer de ella, mientras no haga daño a otros”, lo que se trata de un criterio “radicalmente liberal” que “impregna nuestras leyes, que no castigan la tentativa de suicidio”.

Fuente:https://ladiaria.com.uy/articulo/2020/6/segun-encuesta-del-smu-82-de-los-uruguayos-esta-de-acuerdo-con-la-eutanasia/

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