Uruguay / 15 de julio de 2018 / Autor: Guillermo Dutra / Fuente: El País
Días pasados, el gobierno reconoció a la empresa como espacio de aprendizaje para avanzar en la implementación de la Formación Dual, como una alternativa de calidad para la calificación de los trabajadores. ¡Todo un avance!
A partir de una convocatoria del Ministerio de Trabajo, organizaciones del sector público, Pit-Cnt y cámaras empresariales acordaron promover procesos de enseñanza que se instrumentarán articuladamente entre empresas y centros educativos técnico profesionales.
Mediante experiencias demostrativas, durante 2017-2018 se obtendrían insumos para validar diseños curriculares y rever el marco normativo vigente con miras a solucionar los vacíos legales existentes.
Dicha complementariedad de roles permitirá a:
Inefop, financiar los costos que insuma la formación de tutores; parte de la remuneración que percibirán los aprendices desde el sector privado y un porcentaje de las horas que el tutor dedicará en la empresa para apoyar el proceso de aprendizaje.
ANEP/CETP y la UTEC, involucrar en esta dinámica al menos nueve sectores productivos.
Las instituciones educativas, formular las propuestas formativas, así como identificar empresas interesadas en ser parte de este sistema.
Las empresas del sector público o privado, contribuir al aprendizaje teórico-práctico de la persona en términos de pertinencia.
Propuesta.
Un cupo total de 1.000 vacantes facilitará que adultos y jóvenes mayores de 15 años puedan suscribir con la empresa formadora un contrato laboral a término, y en él se consignarán las responsabilidades de cada parte.
Una Comisión Interinstitucional con mayoría gubernamental —figura de gestión predilecta de este gobierno— será la que aprobará las propuestas y los contratos laborales que correspondan.
Hasta aquí, el medio vaso lleno. El contraste con la experiencia alemana tal vez pueda ayudar el análisis de esta iniciativa. Ésta, como no podía ser de otra manera, no escapó a la típica gradualidad que ha caracterizado las políticas públicas uruguayas.
Gradualismo.
Cuesta entender por qué los antecedentes de experiencias formativas de alternancia que están siempre prontos a arrogarse ANEP y UTU/CETP, así como el conocimiento acumulado en el sector privado, no habilitaron un estadio superior que el experimental. Una vieja e insatisfecha demanda de calificaciones por parte de los empresarios, el estructural desempleo juvenil que padecemos y los niveles de deserción educativa, definitivamente exigen mayor coraje en las respuestas.
Según parece, hay que esperar dos años más para contar con la regulación del contrato de aprendizaje que dé a las empresas la certeza que necesitan en el terreno y que no les supo dar la última Ley de Empleo Juvenil.
La vasta experiencia internacional demostró que su aplicación no precariza el empleo ni desplaza trabajadores adultos; sino ver estudio del Dr. Héctor Hugo Barbagelata de fines de los 80. Los firmantes del citado acuerdo podrían acceder fácilmente a estos registros y sus misiones al exterior les habrán dado oportunidad de adquirir conocimiento in situ.
Si son los éxitos alcanzados por la Formación Dual en Alemania lo que se busca, vale tener en cuenta:
La función de «flag ship» que cumple el sector privado: un 70% del aprendizaje se cumple en el ámbito de trabajo. Las cámaras empresariales supervisan y certifican las empresas involucradas; las apoyan en la búsqueda de aprendices; registran los contratos de formación; certifican aprendices, organizan los exámenes de formación e invierten en promedio 18.000 euros al año por estudiante. Son los empleadores quienes identifican los nuevos campos para una calificación profesional adicional.
El financiamiento estatal (de 4.750m de euros) está centrado en el funcionamiento de las 1.600 escuelas profesionales públicas para que puedan hacerse cargo del restante 30% del proceso de aprendizaje. A su vez, hace investigación prospectiva, organiza el desarrollo (ulterior) de los estándares de formación y apoya a los jóvenes desempleados o en desventaja.
El rol de los sindicatos negociando la retribución del aprendiz, supervisando el proceso de formación, participando en la formulación de estándares para la formación empresarial y siendo parte de la comisión examinadora.
Las bases.
Los resultados de ese colectivo esfuerzo son consecuencia de un diálogo social que no se queda en la foto y cada parte, en aras de un interés superior, ha abandonado su zona de confort y asume la responsabilidad que le compete. Esto ha permitido que el 60% de los jóvenes alemanes reciban formación dual y que el desempleo juvenil sea de un 7%. Una oferta de 327 profesiones habilita que se incorporen 500.000 aprendices cada año; entre éstos, el 44.2% concluye su formación y termina trabajando en su campo profesional.
Claro que todo esto ocurre en un país que ocupa a nivel mundial el cuarto lugar en el Índice de Desarrollo Humano, es líder de la Industria 4.0 y la robotización no le está significando pérdida de empleos.
A modo de cierre, brota en mi memoria una reflexión que Milán Kundera plasmó en su libro «La insoportable levedad del ser»: «Aquel que quiere permanentemente llegar más alto tiene que contar con que algún día le invadirá el vértigo». Reconociendo tal límite, a todos pregunto: ¿no cabría en Uruguay subir unos escalones más en materia de Formación Dual?
Fuente de la Noticia:
https://www.elpais.com.uy/economia-y-mercado/insoportable-levedad-sistema-dual.html
ove/mahv