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Libro: El mundo árabe desde Sudamérica : posicionamientos y visiones a partir de la Primavera Árabe

Reseña: Esta compilación es el fruto de la tarea de colaboración entre el Programa de Estudios sobre Medio Oriente del Centro de Estudios Avanzados de la Universidad Nacional de Córdoba y el Instituto Rosario de Estudios del Mundo Árabe e Islámico (IREMAI), mediada a través de encuentros y talleres de trabajo realizados en los últimos años. Así, este trabajo procura materializar los resultados de investigaciones individuales y colectivas que convergen en torno a la agenda interregional sudamericano-árabe, sus contenidos, actores, discursos y representaciones. en dicho esfuerzo confluyen diversos enfoques disciplinarios: la comunicación, la historia, la ciencia política y las relaciones internacionales.

Fuente de Descarga: http://biblioteca.clacso.edu.ar/novedades/novedades_inicio_detalle.php?id=12159

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La Educación: Entre la inquietud de sí y el emplazamiento del poder-saber para “ser”

Jorge Díaz Piña

diazjorge47@gmail.com

 

Sin el propósito de simplificar lo que es complejo, podemos proponer  que pese a las demás determinaciones que las envuelven, y  de las que nos ocuparemos después,  las prácticas educativas que regulan los procesos de enseñanza-aprendizaje o “prácticas pedagógicas interactivas de resignificación constructiva” en la educación escolar a diferentes  niveles, éstas se encuentran condicionadas por la relación tensa entre la inquietud de sí mismos de los estudiantes y el emplazamiento del poder-saber para “ser” que la institución o dispositivo escolar propicia sobre aquellos.

La noción inquietud de sí mismo (epimeleia heauteu) es recuperada y actualizada de la cultura griega antigua por Michel Foucault en su texto Hermenéutica del sujeto (2009), atribuyéndole el significado siguiente, “la epimeleia heauteu es una actitud: con respecto a sí mismo, con respecto a los otros, con respecto al mundo… implica cierta manera de prestar atención a lo que se piensa… acciones que uno ejerce sobre sí mismo” (p. 28).  Este ocuparse o preocuparse reflexivamente de sí mismo por parte del sujeto,  según Foucault (ob. cit.), también implica su relación con “la verdad”, o régimen de verdad hegemónico e histórico impuesto en una sociedad dada,  asumiéndolo como efecto y causa del poder-saber.  Para el caso que nos ocupa, la verdad se relaciona con los discursos o regímenes veridictivos  de los otros, esto es, de los discursos  legitimados como verdaderos por el poder-saber de los docentes y de la institución escolar (sus saberes, sus  conocimientos, sus hipercorrecciones, sus exhortaciones e imperativos éticos y morales, etcétera).  En Foucault (1978), “la ‘verdad’ está ligada circularmente a  los sistemas de poder que la producen y la mantienen y a los efectos de poder que induce y que la acompañan” (p. 189)

Estos últimos discursos, en tanto los otros pretenden incidir en la conducta o modos de ser de los estudiantes, son acciones o prácticas discursivas de poder que se articulan con los saberes producidos con anterioridad sobre ellos para  normalizarlos (tecnologías disciplinarias) como cuerpos dóciles y útiles en términos foucaulteanos (saberes examinadores, psicológicos, sociológicos, médicos, diagnosticadores prácticos, etcétera), por consiguiente, son formas de poder-saber ya que para Foucault (1985), “es efectivamente en los discursos donde poder y saber vienen a articularse” (p. 231).  De aquí que se considere a la institución escolar como un dispositivo de emplazamiento del poder-saber para “ser” que actúa sobre la inquietud de sí de los estudiantes, ”estudien para ser alguien en la vida” se les reitera predicativamente. Aquí el término “ser” está referido a su uso generalizado para indicar al tipo de hombre o mujer, presuntamente realizador de estos, que declarativamente  los sistemas educativos manifiestan querer producir ideológicamente para la reproducción o transformación de las sociedades.

Actuación institucional o normalizadora, o de la gubernamentalidad –a decir de Foucault–, sobre los estudiantes que registra una dimensión tensional graduada según sea mayor o menor la discrepancia o distancia entre la inquietud de sí y el emplazamiento del poder-saber para “ser”.  Que pudiera traducirse desde el imaginario del estudiante como la tensión  entre lo que “yo soy o quiero ser” y “lo que la escuela quiere que yo sea”. Tensión que puede expresarse en comportamientos estudiantiles que irían desde la franca resistencia a las imposiciones del poder-saber hasta manifestaciones de renuencia,  o evasión, abarcando además,  las de adecuación simulada y las de adaptación por el cese  transitorio  o definitivo de las resistencias y renuencias.  Con respecto a los efectos de rechazo que produce el poder por más que este  enmascare y justifique su fuerza o coacción  persuasora, el mismo Foucault (1985), advierte que “allí donde hay poder hay resistencia” (p. 116).

Las resistencias, las renuencias y las evasiones estudiantiles contribuirían, en su vinculación con otros condicionamientos que trataremos, a explicar la mal denominada deserción estudiantil, ya que consideramos que la escuela por reproductora  es  su propiciadora principal por “desertógena”,  debido a sus excluyentes prácticas de emplazamiento del poder-saber para “ser”.  Asimismo, ayudarían a comprender la ideológicamente manipulada estigmatización de los estudiantes culturalmente resistentes, renuentes y evasivos como de “bajo rendimiento académico”, y de los docentes y escuelas públicas que los toleran al  no excluirlos por la “baja calidad  educativa” que se les endilga por ello, sin que dicha tolerancia implique el reconocimiento dignificador de su otredad cultural, su  modo de ser diferente al que prescribe la escuela.

En los casos de los estudiantes que son inducidos a excluirse o “desertar”, opera además su reflexión evaluadora del tiempo existencial suyo  comparado con la temporalidad de permanencia en las instituciones escolares para egresar definitiva o certificadamente en correspondencia con las posibilidades de manutención del contexto sociofamiliar de procedencia popular o de clase empobrecida y marginada socioeconómicamente.  El tiempo de permanencia escolar para “ser” es percibido como muy prolongado y excesivo para mantener su trayectoria o recorrido en él, presionando para su exclusión consentida o “deserción”. En estos casos, opera la significación de “ser” dada por Heidegger (2010), en su obra El ser y el tiempo: el sentido del ser es el tiempo.

Lo expresado anteriormente respecto a los docentes, no obsta para señalar que además de ser reproductores del discurso emplazador del poder-saber de “ser” de la gubernamentalidad ante los estudiantes, registran una ambivalencia, por cuanto muchos de ellos son también portadores-continuadores  de su inquietud de sí estudiantil pasada pero perdurable en el tiempo, no sin modificaciones, que resiste, es renuente, evasiva  y simuladora de su adecuación institucional a la escuela. Producto tanto de su  procedencia social clasista de sectores excluidos, marginados o populares, de su origen étnico o condición de género, como de su recorrido escolar para optar por “ser docentes”, y de las vicisitudes o experiencias no-realizadoras o des-realizadoras por contraventoras de la gubernamentalidad transitadas en su trayectoria de vida profesional.  Los docentes estarían así, envueltos en una dialéctica del sí mismo y las obligaciones institucionales contraídas.

Es de resaltar que el acervo sociocultural que portan  los docentes de origen popular o no-moderno, pese a su ambivalente adecuación a la cultura moderna durante  su trayectoria de formación y ejercicio profesional escolar, es refractaria a la naturaleza sociocultural clasista dominante, hegemónica o moderna de la escuela capitalista. Naturaleza que es legitimada ideológicamente como neutral, universal o científica, y que le justifica establecer estándares meritocráticos de evaluación compulsiva de comparación  jerarquizadora o calificadora-descalificadora de  docentes, estudiantes y escuelas.  Esto,  bajo la apariencia de un presunto propósito igualador  de la calidad educativa. Estándares establecidos con base en predeterminadas pruebas con un  baremo que parten de establecer desempeños anticipados descalificadores por elitescos socioculturalmente, o a sabiendas que son  logros que pocos pueden alcanzar, es decir, son reveladores del oculto trasfondo sociocultural desigual  clasista de la sociedad.  Instrumentos complementados con desempeños de dificultad media o baja, u otras gradaciones,  para revestirlos de objetivos,  equilibrados o justicieros.  Asimismo, son  revelados como estimulantes de la rivalidad  entre docentes, estudiantes y escuelas, en función de articularlos a la supuesta competitividad económico-empresarial neoliberal globalizadora.

Ello explicaría muchas de las conductas docentes descomprometidas o disfuncionales para la gubernamentalidad respecto de  la institución escolar, y su “resistencia al cambio”, por lo que los culpan del “bajo rendimiento” de los estudiantes y de la “baja calidad” de las escuelas, y no a la estructura reproductora clasista de la institución escolar que provoca su relativa disfuncionalidad con relación a la eficacia cualificadora de la fuerza de trabajo  acorde con las exigencias de la capitalista división del trabajo; relación también estimada perversamente por capitalizadora de un bien  considerado público por gratuito, desde la lógica mercantil economicista de la rentabilidad costo-beneficio del capital por la tecnocracia contracultural  neoliberal que desea privatizarlo. Por consiguiente,  se les descalifica e indignifica al no querer comprender la ambivalencia que los atraviesa, ya que es debida a las contradicciones clasistas y socioculturales que cruzan al dispositivo reproductor de la institución escolar que se ve obligado, por la  propia dinámica desigualadora y excluyente que le es congénita al capitalismo, a cooptar o escoger a los educadores de los sectores sociales distintos a los dominantes. Contradicciones clasistas y socioculturales que no puede admitir el sistema capitalista ya que se sustenta ideológicamente en la irreal y fetichista  “igualdad social” jurídico-liberal.

Por otra parte, la ambivalencia que sufre el tipo de docente referido, le ocasiona patologías severas que afectan su bienestar físico y mental, al verse obligado sin convicción interna  a realizar su oficio profesional.  Patologías que van desde su estresamiento hasta afecciones psicosomáticas más severas.  De la cuales no se sobrepondrá  si no hace conciencia de las causas que originan su situación y no se dispone reflexiva y comprometidamente a contrarrestar las dinámicas institucionales de poder que lo coaccionan y, que a su vez,  le hacen coaccionar a los estudiantes, impidiéndole atenuar y superar sus efectos.  Sin hacerse ilusiones pedagogistas en las cuales refugiarse y reguardarse ya que éstas si no se encuentran articuladas a posibilidades  de cambio de las estructuras reproductoras, no incidirán en la transformación de las relaciones escolares. De aquí que deba  incluir en sus reflexiones y prácticas,  alternativas radicales de transformación que le puedan llevar a optar estratégicamente a luchar por  nuevas instituciones educativas de contrapoder, incluso  desescolarizadas, correspondientes  anticipadamente a una nueva sociedad sin estructuras de dominación y reproducción clasistas principalmente, no únicamente.

Retomando el hilo en torno al  modo de ser de los estudiantes, señalamos  que además de marcar su inquietud de sí, tiene que ver con la formación sociocultural de su habitus, su código  y su identidad personal.  El habitus, categoría propuesta por Bourdieau (1977), define las relaciones entre las disposiciones y tomas de posición en los individuos a partir de las determinaciones que produce su origen de clase social.  Las estructuras sociales objetivas preexistentes predisponen las conductas en tanto estructuras de percepción, pensamiento y acción en el mundo sociocultural; esto es el habitus, estructuras estructurantes “heredadas” por transmisibles y reiterables en un contexto dado, de disposiciones perdurables en los sujetos. Es un haber histórico o “biográfico” de los individuos o grupos,  un acumulado sociocultural hecho ser o corporeidad.   A diferencia del código, con el que guarda también semejanzas, concepto incorporado por Bernstein (1998), que refiere a la gramática seleccionadora e integradora subyacente y reguladora de la orientación prevaleciente de los  significados  relevantes, las formas de su realización y los contextos evocadores en los individuos, adquiridos tácitamente según su procedencia sociocultural familiar y de clase social.

Ambos conceptos, inciden en la constitución subjetivadora e individuante de las identidades personales y grupales o comunitarias como identificaciones con valoraciones, concepciones, creencias, normas, representaciones, etcétera, que permiten reconocer y reconocerse a las personas en su singularidad social, y como  disposiciones adquiridas y posicionamientos duraderos del carácter  ante sí, ante los otros y ante el mundo o entorno.  Aunque las disposiciones duraderas del carácter que identifica a los individuos perduren, no son invariables, ya que, de acuerdo con  Ricoeur (1996), la identidad, a través de someterse a su despliegue narrativo como modalidad reflexiva de sí, –identidad narrativa–, puede sufrir variaciones al restituirle el relato su movimiento retrospectivo, permitiéndole así a los sujetos la reapropiación personal de su historicidad.

No obstante estos condicionamientos del  habitus, del código y     de las disposiciones adquiridas que configuran las identidades,  –imprescindibles para comprender  la actuación de la inquietud      de sí de los estudiantes que resisten, son renuentes, simuladores de su adecuación y evasivos frente al emplazamiento escolar del poder-saber para “ser” al tratar de imponer ideológicamente su instituida cultura escolar,  que igualmente responde a concepciones y representaciones   clasistas de los grupos  sociales dominantes y hegemónicos en la sociedad, y que provocan el desencuentro y la confrontación socioeducativos causantes de esos comportamientos estudiantiles al no reconocerles su condición ético-cultural dignificadora diferente–, deseamos agregar las determinaciones de base  que reivindica Guattari (1996), las semióticas asignificantes y las significantes que constituyen desde su más  temprana edad a los individuos y preconfiguran sus disposiciones posteriores como, por ejemplo, las de aprender.

Él utiliza las categorías de semiótica asignificante y semiótica significante para tratar los componentes semióticos que contribuyen a producir la subjetividad, teniendo en cuenta la obra de Stern (2005), El mundo impersonal del infante.  En esta obra, la subjetividad pre-verbal se expresa a través de semióticas simbólicas asignificantes en una relación problemática y complicada con la máquina social lingüística o semiótica significante.  Esa subjetividad pre-verbal, pre-cognitiva o pre-individual, que subyace a todos los modos de subjetivación, es encubierta e ignorada.  Antes de la adquisición del lenguaje, los niños y niñas construyen activamente formas de percibir, de expresarse y de experimentarse a sí mismos en el mundo por medio de una semiotización no verbal diversificada y diferenciada.

El texto de Stern (ob.cit.),  socava la supuesta unidad del sujeto al enumerar la multiplicidad de “sis” o “yoes”, de relaciones y de afectos pre-verbales que lo constituyen.  Él distingue tres sentidos de sí.  Un sentido de sí emergente, de sí nuclear y de sí intersubjetivo que preceden la aparición del sentido de sí verbal.  El sentido de sí, en los tres primeros casos, no significa un concepto de sí, ni un conocimiento de sí, ni una conciencia de sí ya que esas experiencias no son traducidas o expresadas por el lenguaje, la consciencia o la representación.  Los distintos sentidos de sí, anteriores al sentido linguístico de sí, no constituyen etapas pero si son niveles de subjetivación o vectores de subjetivación no verbales que se manifiestan en el transcurrir de la vida de manera paralela con el habla y la conciencia.

La relación consigo mismo presupone un posicionamiento que es existencial o afectivo antes de ser linguístico o cognitivo, y que es el centro de la subjetividad. Más aún, es a partir de ese núcleo asignificante que podrá haber significación y lenguaje.  Este asunto tiene implicaciones importantes para nuestros planteamientos ya que sobre esa subjetividad asignificadora que perdura a lo largo de la vida, actúa el emplazamiento del poder-saber para “ser”, que trata de manipular los afectos, las percepciones,  los ritmos, los movimientos, las duraciones, las intensidades y otras semióticas asignificantes.  Actúa tratando de  controlar y modular los efectos de subjetivación y des-subjetivación.

Una estrategia para neutralizar, ordenar y normalizar o disciplinar la acción de las semióticas simbólicas y asignificantes de la inquietud de sí que exceden las significaciones dominantes en la escuela, esto es, la representación y los significados, consiste en jerarquizar estas últimas.  La subjetivación asignificante o afectiva funciona fuera de la conciencia y  expresa la matriz existencial desde la que se asimilan las experiencias a partir de las cuales surgen  pensamientos, formas percibidas, actos identificativos y sentimientos verbalizados.  Es un reservorio en el cual toda experiencia creativa puede prosperar.  Asimismo, todo acto de aprendizaje en última instancia, depende del sentido de sí emergente en los meses iniciales.

Guattari (ob. cit.) indica que es desde estas subjetividades de sí articuladas como universo protosocial, de carácter pre-verbal, que son  adquiridos los caracteres familiares, étnicos, de clase, etcétera, a modo de inconsciente cultural por medio de la comunicación contigua, es decir, el habitus, el código sociocultural y las disposiciones duraderas del carácter que forman la identidad, y en definitiva, la inquietud de sí.

Después de haber expresado nuestras consideraciones respecto a la dialéctica de la inquietud de sí  de los estudiantes y docentes, y del emplazamiento escolar del poder-saber para “ser” sobre ellos, queremos cerrar señalando una posibilidad  terapéutica liberadora, en cuanto atención a sí mismos, para contrarrestar los efectos de las acciones de poder de la gubernamentalidad escolar.

Creemos que es posible inscribir la inquietud de sí en el contramarco de la reconstrucción hermenéutica crítica de la subjetividad alienada o del cuidado de sí,  cura sui, en tanto tecnología del yo, de repensarse y hacer retroacciones terapéuticas sobre sí mismos a partir de la revelación narrativa de las sujeciones institucionales de la escuela que los han constituido, a semejanza de lo referido con anterioridad sobre la identidad narrativa en Ricoeur (1996).

 Terapéutica de autoanálisis socioinstitucional recíproco de interpelaciones  y co-interpretaciones entre estudiantes, entre docentes y, entre docentes y estudiantes, funcionando como agenciamientos colectivos de enunciación, propuesta formulada por Félix Guattari. 

Agenciamientos  que reflexiva  y satisfactoriamente corroan las subjetivaciones de poder interiorizadas  como   significaciones y representaciones  sujetantes dentro de sí (semióticas significantes), hasta donde sea realizable como experiencias de “conversión”.  Sin creer que se puede hacer coincidir plenamente el sí mismo consigo mismo, pero que gratifican y potencian placenteramente el deseo reiterable de emancipación que se manifiesta al renombrar el mundo o de resignificar lo significado para cambiarlo (semióticas asignificantes y contrasignificantes), cuando se sentidiza que no se debe ser objeto de poder, sino ser sujetos con poder de transformación de sí y de la sociedad.

REFERENCIAS

Bernstein, B.  (1998).  Pedagogía, control simbólico e identidad. Madrid: Editorial Morata.

Bourdieu, P.  (1977).  La reproducción.  Barcelona: Editorial Laia.

Foucault, M.  (1978).  Vigilar y castigar. México: Siglo XXI Editores.

—————–  (1985).   Historia de la sexualidad (I). La voluntad de saber.  México: Siglo XXI Editores.

__________  (2009). Hermenéutica del sujeto. México: FCE.

Guattari, F.  (1996).  Caosmosis. Buenos Aires: Editorial Manantial.

Heidegger, M.  (2010).  El ser y el  tiempo.  México: FCE.

Ricoeur, P.  (1996).   Sí mismo como otro. Madrid: Editorial Siglo XXI.

Stern, D.  (2005).  El mundo interpersonal del infante. Buenos     Aires: Editorial Paidós.

Imagen Autor: Frato

Correo: diazjorge47@gmail.com

 

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Venezuela: Gobierno garantizó este año la inversión para las universidades.

La Revolución Bolivariana le entregó a las universidades públicas mil millones de bolívares diarios. El ministro Arreaza instó a reconocer el esfuerzo del presidente Maduro quien le ha dado a las casas de estudios una consolidación.

América del Sur/Venezuela/07.01.2017/Autor y Fuente: http://www.mppeuct.gob.ve/

Durante la última sesión ordinaria del año del Consejo Nacional de Universidades (CNU) realizada este martes, en la sede de la Universidad Nacional Experimental Politécnica de la Fuerza Armada Nacional (Unefa), el ministro del Poder Popular para Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología, Jorge Arreaza, informó que a pesar de ser un año de dificultad económica en Venezuela, el presidente Maduro ha garantizado la inversión para las universidades.

En este sentido agregó que el Presidente hizo todo lo que tenía que hacer para garantizar esta inversión, «no solo para que se mantuvieran abiertas, sino para honrar los compromisos de la segunda Convención Colectiva Unitaria de los trabajadores y trabajadoras de educación universitaria y para poder incluso abrir nuevas carreras y universidades en el país», acotó.

Comentó que en el año 2015 se destinaron 134 mil millones de bolívares para las universidades públicas de Venezuela, “este año superan los 350 mil millones de bolívares. Cada día de este año la Revolución Bolivariana le entregó a las universidades públicas mil millones de bolívares».

Instó a reconocer el esfuerzo del presidente Maduro quien le ha dado a las casas de estudios una consolidación moral este año. En este sentido explicó que durante la sesión del CNU se estuvo debatiendo una propuesta presentada por la Asociación de Rectores de Bolivarianos (Arbol) en relación con las medidas económicas tomadas por el Presidente para la protección de la moneda y la economía.

“Vimos los avances en el Plan Siembra Universitario, más de 1.500 hectáreas, un primer esfuerzo, pero venimos prácticamente de nada, el año pasado», detalló el ministro Arreaza, y dijo que el Presidente Obrero aprobó más mil millones de bolívares para proyectos productivos para 39 universidades, que están en pleno proceso de ejecución”.

Destacó que las empresas de equipos médicos, integradas por estudiantes de varias universidades del país, se están constituyendo con el apoyo del Banco Bicentenario quien “se va a reunir con las universidades que tienen parques tecnológicos para reactivarlos con recursos, para que podamos investigar y tener resultados en el desarrollo tecnológico e innovación para alimentar la Agenda Económica Bolivariana”, afirmó.

Recordó que recientemente el presidente Maduro aprobó 2 mil becas para posgrados y aumentó el 50% de las becas de pregrado en las diferentes modalidades. Asimismo, enfatizó que se está terminando este año en paz a pesar de la política de la derecha de hacer paros y guarimbas. «Tenemos que reconocer el trabajo conjunto de rectores, rectoras y movimiento estudiantil para garantizar no sólo que siga la academia, sino la universidad como aporte a la Nación».

Finalmente puntualizó sobre la necesidad del fin de la universidad rentista y el avance hacia las universidades productivas en Venezuela.

Fuente: http://www.mppeuct.gob.ve/actualidad/noticias/gobierno-garantizo-este-ano-la-inversion-para-las-universidades

Imagen: http://www.mppeuct.gob.ve/sites/default/files/styles/medium/public/media/images/cnu13.jpg?itok=7szikXJd

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UNESCO anuncia nueva publicación acerca de la educación sobre el Holocausto en América Latina

América Latina/06 de Enero de 2017/Ibercampus

El libro que estará próximamente disponible para descarga, recoge los aportes de los principales historiadores y educadores de todo el mundo y examina las oportunidades que surgen acerca de la educación sobre el Holocausto en diversos contextos culturales y ámbitos educativos, con un fuerte enfoque en las cuestiones que enfrentan los educadores de América Latina.

La UNESCO anuncia una nueva publicación dirigida a quienes en América Latina están involucrados en el tema de educación sobre la historia del Holocausto. Titulado: La enseñanza del Holocausto en América Latina: Los desafíos para los educadores y legisladores, el libro es una adaptación para el contexto latinoamericano de la publicación Holocaust Education in a Global Context, editada por la UNESCO en 2011, en colaboración con el Centro de Educación y Memoria Topografía del Terror.

El libro, que estará próximamente disponible para descarga, recoge los aportes de los principales historiadores y educadores de todo el mundo y examina las oportunidades que surgen acerca de la educación sobre el Holocausto en diversos contextos culturales y ámbitos educativos, con un fuerte enfoque en las cuestiones que enfrentan los educadores de América Latina. El texto discute primeramente las evoluciones en curso en este campo, tanto en los planes de estudio como en libros de texto, presenta conclusiones de investigación empírica sobre educación acerca del Holocausto y ofrece perspectivas para enseñar sobre este tema de forma comparativa en relación con otras atrocidades ocurridas en la historia.

También incluye casos de estudio de distintos lugares del mundo, con un énfasis en la forma en que los países que aún sufren divisiones internas a través de la educación siguen trabajando el tema del genocidio del pueblo judío y otros crímenes que tomaron lugar en la Segunda Guerra Mundial. A continuación, se analiza el significado, objetivos y métodos de la educación sobre el Holocausto en varios países de América Latina, con énfasis en por qué es tan relevante enseñar en el mundo actual sobre este capítulo de la historia universal.

La Enseñanza del Holocausto en América Latina es el resultado de las actividades de la Red de la UNESCO para la Educación sobre el Holocausto y otros genocidios, lanzada en 2014 junto a 9 países de la región, con el fin de mejorar la cooperación en este campo a nivel regional.

Fuente: http://www.ibercampus.es/unesco-anuncia-nueva-publicacion-acerca-de-la-educacion-sobre-el-holocausto-32261.htm

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Arte y transformación social en Venezuela para el 2017

Por Néstor Viloria
Profesor de UNEARTE

El arte original

La premisa de todo creador es producir una obra original, Simón Rodríguez afirmó “La América no ha de imitar servilmente… si no ser original…”
Esa búsqueda nos lleva inevitablemente a la batalla cultural, a la batalla de los símbolos, la cual se libra en la mente de los seres humanos.
Adolfo Colombres, antropólogo, escritor, e investigador Argentino sostiene que “Toda dominación cultural y estética, cualquiera sea el contexto en que opere, de hecho implica una negación de la diversidad o, al menos, de que esa diversidad pueda generar propuestas tanto o más válidas que las del sector dominante. O sea, la dominación consiste en negar al arte de los otros la condición de tal, o, en el mejor de los casos, reconocerle algún valor, pero declararlo inferior”.
Luis Britto García advierte que “la guerra cultural, como la internacional, no es peleada sólo por el aparato político: para ella se movilizan todos los recursos económicos y sociales. Comienza cuando ante la cultura dominante surge una subcultura que diverge de ella. La batalla se traba cuando esa subcultura contradice abiertamente a la cultura dominante: desde entonces se convierte en contracultura”.

Laboratorio de Danza UNEARTE Mérida

         Entre las adversidades a vencer, para creadores y creadoras, artistas, está el no sucumbir ante la tentación de imitar la estética de los centros de poder, incluso hay que mantenerse atento para que esa obra original a la que muchos llegan, no se convierta en un objeto más del mercado, siendo despojado  de su esencia y  convertidos  en mercancía. El solo hecho de crear obras musicales, escénicas, plásticas, audiovisuales, con rasgos propios genera, en los Centros de Poder que ejercen la hegemonía Cultural en el planeta, la sensación de amenaza puesto que el impacto en la población de una producción simbólica que no esté controlada por esos centros de poder puede colocar en jaque al aparato de dominación, por esta razón se activan  sus mecanismos o más bien su metabolismo depredador para transfigurar la obra, hasta llevarla a ser una mercancía para la venta, despojándola de sus rasgos fundamentales o naturalizando esos rasgos hasta el punto en que adquieren una significación banal.

Ejemplo de este proceso se puede ver en lo ocurrido en la primera década del siglo XXI en Venezuela, con la producción musical comercial llamada “neofolclor”, lo cual ocurre precisamente en un momento histórico donde las músicas populares pasan de una condición de resistencia, una postura contracultural, a una posición de vanguardia o de avanzada en la construcción de una nueva hegemonía cultural, contextualizada en plena efervescencia en el ejercicio de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, donde se expresa que las culturas constitutivas de la venezolanidad gozarán de especial atención. En este ejemplo se puede ver con claridad como canciones con poesía, ritmos o instrumentaciones propias de la música popular-tradicional venezolana sufrieron intervenciones que las transformaron en una mercancía, en un producto despojado de toda sensibilidad propia de la cultura popular a la cual pertenece y pasándola al campo de la cultura dominante, en consecuencia, incidiendo a través de esta en la mente de los seres humanos, debilitando el carácter insurgente y su valor identitario para insertarla en el sistema de consumo.

Ciclo de Conversas Descolonizadoras
Cátedra Libre de las Culturas Populares – UNEARTE

En la Venezuela del siglo XXI el objetivo estratégico es, en palabras de Zacarías García, mantener la búsqueda de la “estética necesaria”, trabajar para alcanzar una producción simbólica que contribuya en el fortalecimiento de la identidad nacional y regional, no como reliquia intransmutable, fetiche, ni panfleto,  si no como obra de arte legítima, auténtica, que se reconozca en nuestros imaginarios, que agite las consciencias sensibles y permita derrotar el sistema de consumo y restablecer el sistema de valores.

El arte y la transformación social

En UNEARTE, a través de los Proyectos Artísticos Comunitarios, se viene transitando de la formación estrictamente enfocada en la disciplina artística, que mantiene su dinámica dentro de los límites de la propia disciplina, evitando salir de su campo de conocimiento,  hacia la formación artística que se vincula con la sociedad, con su contexto, que dialoga con las comunidades, lo que nos conduce a una formación transdisciplinaria.

En palabras de Boaventura de Sousa Santos expuestas en su libro La universidad del siglo XXI se transita del conocimiento universitario definido como “un conocimiento predominantemente disciplinar cuya autonomía impuso un proceso relativamente descontextualizado con relación al mundo cotidiano de las sociedades”. Por el contrario,  “el conocimiento pluriuniversitario es un conocimiento contextual en la medida en que el principio organizador de su producción es la aplicación que se le puede dar. Es un conocimiento transdiciplinar que por su propia contextualización obliga a un diálogo o confrontación con otros tipos de conocimiento”.

Grupo Estable Danza Tradicional
Programa UNEARTE va a la Escuela

El compromiso de todo uneartista apunta al diálogo respetuoso con nuestras culturas populares, con nuestros saberes ancestrales, con nuestra sociedad, con nuestras ciudades, con nuestras comunidades. Desde que el Comandante Chávez creó UNEARTE en el año 2008 hasta diciembre de 2016, han egresado 1312 profesionales de las artes, estos creadores y creadoras cuentan con herramientas para avivar ese diálogo con las comunidades, a través de este pueden reconocer al otro, a la otra, como fuente de saberes, condición fundamental para un ejercicio profesional que contribuya con la convivencia pacífica y respetuosa, esas fortalezas adquiridas deben mantenerse en el compromiso con el país.
En 2017 se presenta la tarea de iniciar el  Programa Nacional de Formación Avanzada (PNFA) en “Artes y Culturas del Sur”, el primer programa de post-grado de UNEARTE,  diseñado por el equipo del Vicerrectorado Académico bajo la responsabilidad de la profesora Inés Carolina Pérez Wilke. El PNFA está diseñado para formar profesionales, investigadores y creadores que aporten al país y al mundo, conocimientos y prácticas artísticas que contribuyan en el ejercicio de la soberanía, la independencia; a través de la producción simbólica e intelectual que reflejen identidades locales, nacionales y regionales. De esta forma se plantea la superación de paradigmas de la modernidad, que no reconocen los saberes y formas de creación latinoamericanas, la tarea es la descolonización del conocimiento y de la producción simbólica.

El arte en Venezuela es una inversión social


Jornadas de Investigación UNEARTE 2016

En el neoliberalismo  la educación pública es un “gasto social”, esto lo vemos en países vecinos donde la educación universitaria es privada en más del 80%. Para nosotros no es así, en la República Bolivariana de Venezuela, por norma constitucional la educación es pública gratuita y de calidad hasta el nivel de pregrado, es decir, la educación es una “Inversión Social” concepto desarrollado por el fundador de UNEARTE el Comandante Hugo Chávez y defendido  por el Presidente Nicolás Maduro para beneficio de la juventud creadora de Venezuela.
A pesar de todos los intentos hechos desde la Asamblea Nacional, la MUD y los poderes fácticos internacionales, para restablecer el neoliberalismo en Venezuela; expresados en la guerra contra nuestra moneda y nuestra economía, y a pesar de los bajos precios del petróleo, la inversión Social del Gobierno Bolivariano por cada estudiante de UNEARTE en este año 2016 ha sido cercano a dos millones de bolívares, calculado con base en la matrícula total de estudiantes.

El Presidente Nicolás Maduro ha dado muestras claras de voluntad para defender la inversión social, ha tomado medidas para neutralizar el ataque al bolívar y ha logrado un acuerdo histórico entre países productores OPEP y no OPEP para recuperar los precios del petróleo, con lo cual entramos al 2017 en mejores condiciones que las que tuvimos al inicio de este año. Es momento de mantenernos en batalla, el aporte voluntarioso y consciente de cada joven, cada hombre, cada mujer, cada creador, creadora, cultoras, cultores, artistas, será decisivo para alcanzar nuevas victorias en el 2017.

Referencias:

Boaventura de Sousa, Santos (2008). La universidad en el siglo XXI, para una
reforma democrática y emancipadora de la universidad. Caracas: Centro
Internacional Miranda.
Britto García, Luis (2015). El imperio contracultural. Del Rock a la Postmodernidad.
Caracas: Fondo Editorial FUNDARTE.
Colombres, Adolfo (2014) Teoría transcultural de las artes visuales. Caracas:
Ediciones ICAIC-CNAC.
García, Zacarías (2016). Conferencia en Jornadas de Investigación UNEARTE.
Caracas.

Fuente: http://arteyculturanesviloria.blogspot.com/2016/12/arte-y-transformacion-social-para-el.html?spref=tw%20%E2%80%A6
Todas las imágenes insertas en el texto de este artículo son parte del archivo de la Universidad Nacional Experimental de las Artes.

La imagen del encabezado pertenece a la colección  Africa Imens. (1980)  de Bertina Lopes (1924 – 2012) expuesta en el Centro de Arte Moderna Manuel de Brito (CAMB), Parque Anjos, Algés, Lisbon, Portugal. Disponible en: https://c2.staticflickr.com/8/7259/27172623985_ede57bfd05_b.jpg

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Las Tendencias de las Reformas Universitarias en América Latina

Por: Jorge Díaz Piña

El presente ensayo intenta clasificar las tendencias o direcciones que las reformas educativas en la educación universitaria están tomando en Latinoamérica con la finalidad de establecer y comparar su naturaleza sociopolítica desde el análisis crítico de los discursos.  Hemos escogido caracterizarlas a partir de esa naturaleza primordialmente por  la afirmación de Paulo Freire, resultante de sus indagaciones educativas,  de que la esencia de la educación es política (1990).

Aunque no existe una definición compartida sobre el término “reforma educativa”, es posible aproximarnos a ella desde algunas propuestas realizadas por reconocidos investigadores en la materia. Uno de ellos, Popkewitz (2007),  concibe la reforma como parte del  proceso de regulación y reproducción social orientado fundamentalmente a reactualizar las relaciones de poder y movilidad social en una sociedad históricamente determinada teniendo en  consideración  las contradicciones de ese contexto ya que, en última instancia, la explican. Por otra parte, Torres (2000), la considera como conjunto de acciones políticas desplegadas desde los organismos internacionales y los Estados/gobiernos  en función de la reformulación y reorientación educativa en los planos global, regional y nacional.

Ambas definiciones pueden integrarse en una redefinición que articule los componentes faltantes en una y otra sin que con ello caigamos en un sincretismo inconsistente. En consecuencia, se pudiera conceptualizar la reforma educativa como un campo de lucha por adelantar acciones de hegemonía ideológica o de significación sociocultural a través de cambios institucionales en el terreno educativo como expresión  de la dinámica de intereses globales, regionales y locales contrapuestos entre  diferentes grupos, clases o bloques sociales, unos reformistas y otros regresivos o contrarreformistas, ambos reproductores, y los revolucionarios o de transformación radical.

Los tres agrupamientos expresarían correspondientemente las tendencias de los distintos tipos de reforma educativa  que a nuestro parecer actúan en América Latina y al interior de cada nación en particular,  asumiendo por definición de tendencia la que comparten Massón y Torres “la dirección u orientación que asume este {el fenómeno educativo} en su desarrollo, resultante de la conjugación de las condiciones, factores y leyes externas e internas asociadas a este fenómeno” (2011, p.16).

Los dos primeros, el primero más que el segundo, actuarían en concordancia con los organismos internacionales que tratan de imponer una hegemonía educativa globalizadora a favor de los centros de poder mundial del capitalismo neoliberal  (BM, OMC, FMI y otros), y sin afectar significativamente el orden social establecido en beneficio de las clases sociales dominantes y en detrimento de las condiciones de vida de los mayoritarios sectores populares; mientras que el tercero, actuaría en función de contrarrestar las tendencias neoliberales y globales en la educación a través de unificar criterios  y creación de organismos  regionales como la ALBA, entre otros, y que impulsan en sus naciones transformaciones estructurales que propicien y alcancen la justicia, la equidad e igualdad sociales en democracias populares o socialistas.

Las tendencias discursivas que signan las distintas  reformas requieren ser también definidas a fin de precisar los aspectos que las identifican, así como señalar sus características más resaltantes o reveladoras  ya que de esta manera podremos realizar la comparación. De aquí que las identifiquemos descriptivamente del siguiente modo:

Reformistas: acciones políticas orientadas a mejorar  la educación de las mayorías pero sin afectar su dinámica estructural desigualadora y clasista reproductora ni orientada a reforzar o fortalecer  cambios sustanciales en las condiciones de vida y trabajo que se pudieran propiciar en la sociedad. Reproductoras del discurso de los organismos internacionales liberales y neoliberales globalizadores aun cuando  maticen algunos de sus aspectos.

Contrarreformistas: acciones políticas gubernamentales concatenadas o sectoriales que tienden a mantener, sin producir cambios significativos que no sean los de la retórica discursiva en los marcos legales  de adecuación a los discursos de los organismos internacionales neoliberales pero preservando concepciones que los contradicen también, ubicándose en definitiva dentro de los mismos paradigmas y parámetros de la situación y condiciones estructurales en que se ha mantenido la educación institucional. Dichas acciones propenden a acentuar regresivamente en la mayoría de los casos, los factores de exclusión de los sectores populares y a beneficiar aun más a los sectores ya privilegiados.

 Revolucionarias: acciones políticas gubernamentales dirigidas a favorecer cambios estructurales en la educación que acompañen y refuercen interactivamente los que se propician con el mismo sentido de justicia, equidad e igualdad en un marco de democracia popular o socialista en toda la sociedad. Desatienden y rechazan las orientaciones discursivas neoliberales y globalizadoras de los organismos internacionales  y  de  los  centros   de  poder mundial del capitalismo, enmarcándose en políticas de solidaridad y complementariedad educativas con los países y naciones de la región a través de la creación de organismos  de integración regional.

En 1918 se inició en América Latina en la ciudad de Córdoba (Argentina), la insurgencia político-cultural de los estudiantes universitarios al reclamar beligerantemente la realización de la Reforma Universitaria.  A partir de aquí el movimiento reformista universitario se propagó por toda la nación y por toda la región latinoamericana.  Fue un acontecimiento histórico que detonó la implicación del estudiantado en las luchas revolucionarias desde entonces y hasta hoy.

El movimiento  por  la  Reforma  Universitaria, según Portantiero (1978)  devino en un proceso de politización radical de los estudiantes universitarios, debido a  que su dinámica de lucha descubría las fuerzas conservadoras del orden oligárquico-clerical que sujetaban las instituciones universitarias para favorecer la reproducción de una sociedad que tan solo a ellas beneficiaba en todos los órdenes en detrimento de las mayorías.

En no pocos casos, con base en el autor citado,  el desarrollo de la lucha universitaria por la reforma generó organizaciones políticas de carácter nacional que participaron decisivamente en la agitación social, organización de masas y confrontación militar a favor de los cambios revolucionarios que exigían las distintas sociedades. Ese fue el caso, para tan solo señalar un ejemplo triunfante, de los estudiantes universitarios cubanos con la constitución del Movimiento 26 de Julio que lideró  la lucha que dio al traste con el régimen dictatorial de Fulgencio Batista en 1958.

En general, el movimiento por la Reforma Universitaria latinoamericana ha sido un proceso de forja y contestación revolucionaria  ideológico-política del estudiantado. La explicación de esto radica en que a medida que se develaba  la naturaleza estructural de la universidad latinoamericana al servicio de los intereses de las oligarquías liberales que explotaban y sometían a la mayoría de los pueblos, los estudiantes tomaban conciencia y comprendían la necesidad de radicalizar políticamente sus objetivos de lucha, y de ese modo, asumían comprometerse con el cambio liberador de toda la sociedad.

De allí, que la Reforma Universitaria sea concebida como un proceso implicante del estudiantado en las luchas de liberación nacional anti-imperialista y por el socialismo que se libraron y libran históricamente en América Latina. Hay que aclarar, que no por ello, subordinaron la lucha por la reforma académica y administrativa de las universidades.  Este objetivo, inicialmente tan solo de reivindicación estudiantil, devino en objetivo político estratégico de las fuerzas progresistas y revolucionarias latinoamericanas, al entender que sin la transformación de las universidades, así como de todo el sistema educativo oligárquico-liberal, no se lograría la emancipación cultural e ideológica de los pueblos sometidos; en consecuencia, la Reforma Universitaria  inscribía en todos sus planos (estructural, académico, administrativo, de gestión, de servicios y otros)  las tareas primordiales del movimiento revolucionario en América Latina.

Para Rama (2005), luego de la Reforma de Córdoba, la que considera la primera reforma de la educación universitaria latinoamericana, se han producido dos más, una segunda y una tercera. Estima que la primera reforma impulsó un modelo universitario caracterizado por la autonomía y cogobierno de la institución universitaria, su naturaleza pública y no privada, la gratuidad de su acceso y la exigencia del suministro de los recursos financieros para sus gastos por parte del Estado.  La relación tensa entre universidades y gobiernos, junto a la de sociedades-gobiernos que se desarrolla posteriormente, explican el tipo de universidad que prevalecerá, será la autónoma y cogestionada, pública, gratuita, laica y liberal profesionalizante.  Siendo esto el resultado de luchas sociales, culturales y políticas que se libraron a todo lo largo del siglo XX en América Latina.

La segunda reforma, la ubica en las décadas de los ochenta y noventa del siglo XX, y la caracteriza fundamentalmente por el peso creciente que adquiere el incremento de las instituciones privadas de educación universitaria, su diferenciación institucional, su regionalización, el crecimiento significativo de la matrícula, su reorganización académico-administrativa y la pérdida relativa de la influencia de la educación universitaria pública. Sin embargo, resalta el citado autor, que esa transformación sufrida facilitó y promovió un aumento de la inequidad social, de género y étnica en la educación universitaria de América Latina y el Caribe.

La tercera reforma la destaca a partir del presente siglo XXI por la influencia externa de los nuevos escenarios tecnológicos y económicos a nivel mundial, así como por la cada vez mayor fiscalización y regulación de los gobiernos a través de la formulación de políticas públicas de la educación universitaria.  De allí la presión discursiva por mejorar la calidad educativa con el propósito de participar competitivamente en la neoliberal transnacionalización o globalización económica, y el desarrollo tecnológico de la educación virtual a nivel universitario, lo que está ocasionando una nueva  tensión autonomía-gobiernos y competencia-complementariedad en la región.

No obstante los señalamientos expuestos por Rama (ob.cit), las razones que con anterioridad hemos indicado otorgan a la Reforma Universitaria de Córdoba la condición de hito histórico y referencial ideológico-político trascendente para determinar el carácter o naturaleza regional frente a la globalización de las reformas universitarias actuales, sin dejar por ello de tener en cuenta el tiempo transcurrido, los cambios dados y los aspectos coyunturales del presente. El largo alcance de los objetivos transformadores propuestos y  alcanzados parcialmente la hace vigente históricamente pese a su necesaria recontextualización. Por ello, los aspectos generales derivados históricamente de la Reforma de Córdoba que han permanecido vigentes  para su consideración en las propuestas discursivas de las reformas actuales, son los siguientes:

a) dinámica estructural universitaria, que destaca su organización autoritaria jerárquica o no en sistemas o subsistemas  y su supeditación o no a agentes externos, bien sean éstos privados o públicos, su relacionamiento sistémico o no con el entorno u otros sistemas (la sociedad y sus necesidades y  el Estado con sus políticas), y la existencia o no de su condición reinstituyente o garantizadora de modificaciones y adaptaciones a través de la democracia y autonomía universitarias; b) dinámica de gestión institucional, aludiendo con ello a las políticas de formación, investigación, extensión universitarias, y administrativa,  y c) dinámica de gestión funcional-administrativa, referida a los procesos que garantizan el funcionamiento de institución a lo interno (normas, procedimientos, tecnologías, etcétera, y las relaciones que establecen los integrantes de la institución (estudiantes, profesores, trabajadores, autoridades, etcétera). Advirtiendo además, que cada una de las tres dinámicas es calificada según su cualidad definitoria en tanto sea del tipo conservadora, regresiva o progresiva, lo que facilitará definir el nudo discursivo que la clasifica con el correspondiente  tipo de reforma revolucionaria, reformista o contrarreformista como la tipificamos al comienzo.

Como se puede comprobar en las evidencias de los documentos que circulan a propósito de la reforma universitaria en la región, las tendencias en América Latina y el Caribe son diversas. Hay tendencias reformistas, contrarreformistas y revolucionarias, sin embargo, en esta heterogeneidad resaltan hegemónicamente aspectos discursivos comunes, especialmente los  impregnados de políticas educativas y discursivas reformistas y contrarreformistas que obedecen fragmentaria y reproductoramente a las dinámicas de gestión institucional y dinámicas de gestión funcional-administrativa, que contrarrestan y bloquean   las tendencias revolucionarias, las cuales responden a dinámicas estructurales universitarias que articulan consistentemente a las otras dinámicas señaladas en un sentido auténticamente renovador.

 

REFERENCIAS

Freire, P.  (1990).   La naturaleza política de la educación. Cultura, poder y liberación. Barcelona: Editorial Paidós.

Massón R. M. y Torres C. A. (2011).  La educación comparada y tendencias Educativas Caracas: Centro Internacional Miranda.

Popkewitz, T.  (2007).  El mito de la reforma educativo. Un estudio de las respuestas de la escuela ante un programa de cambio. Barcelona: Editorial Pomares.

—————     (1994). Política, conocimiento y poder: algunas cuestiones para el estudio de las reformas educativas. Revista Educación (2005).

Portantiero, J. C.  (1978). Estudiantes y políticas en América Latina. México: Editorial Siglo XXI.

Rama, C. (2005)  La tercera reforma de la educación superior en América Latina. Caraca: UNESCO/Fondo Editorial IPASME.

Torres R. M. (2000)  Reformas educativas en América Latina en la década de Revista Tiempo de Educar, No 14.

Fuente y autoría imagen: http://attacmurciaagcssspp.blogspot.com/2010/10/capitalismo-competitividad-y-educacion.html

 

 

Correo: diazjorge47@gmail.com

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Venezuela: Misión Sucre forma a 10.880 carabobeños

Venezuela/29 diciembre 2016/Fuente: Mppeuct

Para 2017 el programa tiene la meta que elevar el número de estudiantes o triunfadores, como se les conoce a sus participantes, a más 19.000 personas en sus aulas de clase.

La Misión Sucre forma a 10.880 carabobeños en los distintos programas educativos que ofrece en la entidad, programa creado por el Comandante Hugo Chávez en 2003, para combatir la exclusión en el sistema universitario tradicional.

El coordinador de la Misión Sucre en Carabobo, Marcos Medina, destacó que para 2017 el programa tiene la meta que elevar el número de estudiantes o triunfadores, como se les conoce a sus participantes, a más 19.000 personas en sus aulas de clase.

«La meta que nos hemos planteado es superar los 19.000 triunfadores para el primer trimestre de 2017. Para ello cada una de las 93 aldeas universitarias que funcionan en Carabobo tiene la responsabilidad de captar 100 estudiantes», dijo.

El funcionario recordó que desde el pasado 5 de diciembre y hasta el próximo 18 de enero está abierto el proceso de preinscripción para cursar estudios universitarios en la Misión Sucre.

En Carabobo este sistema de educación universitaria ofrece 12 programas de formación, entre ingenierías, licenciaturas y estudios técnicos superiores.

Medina detalló que las carreras que se imparten en la entidad son Ingeniería en Refinación y Petroquímica, Gestión Ambiental, Comunicación Social, Administración, Tecnología de la Producción Agroalimentaria, Informática, Turismo, Construcción Civil, Electrónica, Electricidad, Química y Mecánica.

Los carabobeños interesados en incorporarse a esta misión educativa deberán presentarse en cualesquiera de las 93 aldeas universitarias con los siguientes recaudos: fotocopia de la cédula de identidad, copia simple del título de bachiller y copia simple de las notas certificadas.

 

Fuente:http://www.mppeuct.gob.ve/actualidad/noticias/mision-sucre-forma-10880-carabobenos

 

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