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Más de 100.000 docentes dejaron de ejercer en los últimos dos años en Venezuela, según FVM

Carmen Teresa Márquez, presidenta de la Federación Venezolana de Maestros (FVM), informó que en tres años los docentes han llevado a cabo más de 4.000 protestas en la nación, pero el Gobierno «no ha dado respuesta en cuanto al aumento salarial y a la discusión de la contratación colectiva».

En ese contexto, precisó que los salarios de los profesores no alcanzan, por lo que muchos han desertado de planteles educativos. A ello, dijo, se le suma que las escuelas «están en pésimas condiciones».

Por otro lado, deslizó que buscan tener encuentros con el Ministerio de Educación para que den información sobre el mantenimiento de los colegios, la organización y la contratación colectiva de maestros que «está paralizada».

En entrevista a Onda, dijo que en los últimos dos años «más de 100.000 docentes abandonaron las clases, las escuelas, están en otros oficios y otros se fueron del país».

Entre tanto Édgar Machado, presidente del Sindicato Venezolano de Maestros del Distrito Capital, subrayó que hay una gran cantidad de profesionales de la educación que sopesan sobre retornar a las aulas o dedicarse a otra tarea que le dé más dividendos.

«El docente no ha tenido vacaciones, ha estado tratando de sobrevivir con estos salarios de hambre y con más de 850 días sin ajuste salarial», manifestó.

Más de 100.000 docentes dejaron de ejercer en los últimos dos años en Venezuela, según FVM

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«Con o sin actas, Estados Unidos quiere el petróleo de Venezuela»

«Con o sin actas, Estados Unidos quiere el petróleo de Venezuela»

Entrevista a Claudio Katz

Fuentes: Indymedia Trabajadoras/es [Imagen: Pozo petrolero venezolano. Embajada de la República Bolivariana de Venezuela]

Estados Unidos siempre intentó repetir en Venezuela lo que hizo en Irak o Libia, señala en esta entrevista el economista e investigador del CONICET Claudio Katz. “Las elecciones en territorios con petróleo ambicionado por el imperio nunca son normales, porque incluyen un componente geopolítico de enorme gravitación”.

Indymedia Trabajadoras/es: – ¿Como evalúas la coyuntura imperante en Venezuela luego de las elecciones?

Claudio Katz: – Ya pasaron 13 días y continúa la discusión de las actas, que es un tema muy controvertido y no existen hasta ahora datos sólidos para evaluar lo sucedido. El Consejo Nacional Electoral mantiene el anuncio de un triunfo de Maduro, pero sin la información detallada por provincias, mesas o distritos. Ese organismo cuenta con 30 días para dar a conocer esos informes, pero la demora genera muchas dudas, que no quedan zanjadas con la presentación de las actas por parte de cada partido ante el Poder Judicial.

La principal explicación oficial del bache actual es el sabotaje que sufrió el sistema electoral. Un ciberataque con hackeo general, que saturó las redes mediante un tráfico espurio, es decir utilizando una nueva modalidad de conspiración digital.

La existencia de ese apagón electoral es totalmente creíble en el escenario actual de guerras informáticas. Si Israel utiliza la inteligencia artificial para practicar un genocidio personalizado en Gaza, es totalmente factible que Venezuela haya sufrido la embestida contra las redes que denuncia el gobierno. Pero esa acusación debería ser verificada con indicios o evidencias, que hasta ahora ningún funcionario aportó. De todas formas, me parece que la difusión de las famosas actas no resolverá el problema.

Claudio Katz, economista e investigador del CONICET, profesor de la UBA e integrante de Economistas de Izquierda (EDI).

 – ¿Por qué?

– Simplemente porque la derecha no reconocerá un resultado adverso. Para ellos cualquier elección perdida equivale a un fraude. Desde 1999 hubo 35 elecciones en Venezuela y sólo convalidaron los dos comicios que ganaron. En los casos opuestos desconocieron los números finales. En la peleada disputa del 2013 se realizó el recuento que demandaron y tampoco aceptaron el veredicto de ese conteo.

La derecha solo acepta competir si previamente tiene garantizado el triunfo. Esa postura invalida cualquier elección. Actúan igual que Trump, que desconoció su derrota frente a Biden, clamando por un fraude que nadie pudo demostrar. Para colmo, ahora difundieron su propio conteo anunciando que González Urrutia ganó por un margen del 60 al 80% a su favor. No muestran ningún documento serio que corrobore esa afirmación. Improvisan e inventan afirmaciones totalmente inverosímiles.

Además, la difusión de las actas no resuelve nada por el carácter atípico de esta elección. Los comicios estuvieron precedidos por el acuerdo de Barbados, que definió una convocatoria acorde a las relaciones de fuerza que mantienen las dos fuerzas en conflicto. La derecha aceptó concurrir al cabo de varios años de fiasco con Guaidó. No pudieron sostener más, al corrupto fantoche que se autoproclamó presidente sin ningún conteo de actas. Por esa derrota avalaron participar en comicios generales, con integrantes en el Consejo Nacional Electoral. Incluso convalidaron la travesura del oficialismo que restringió severamente el voto de los emigrados.

Por su parte, el gobierno aceptó la presencia negociada de observadores internacionales, que no es un dato natural de cualquier elección. En Estados Unidos, Francia, Israel o Inglaterra no irrumpen los inspectores extranjeros, con la naturalidad con que desembarcan en los países de la periferia. La elección estuvo condicionada por ese compromiso previo.

Nicolás Maduro y Edmundo González Urrutia a la hora de votar en las últimas elecciones presidenciales.

 – ¿Y qué pasó?

– La derecha suscribió el acuerdo suponiendo que tenía ganada la elección, pero desconoció ese compromiso cuando comenzó a notar que su victoria era incierta. A partir de ahí reinició las provocaciones de siempre. Corina Machado tomó las riendas de la campaña y el gobierno decidió lógicamente inhabilitarla por su participación en incontables intentos golpistas. El oficialismo también restringió la presencia de conspiradores disfrazados de veedores internacionales, en un legítimo acto de soberanía. El típico escenario de confrontación directa entre el oficialismo y la oposición reapareció a pleno.

 – Es decir que, en tu opinión, la derecha retomó la acción golpista…

 Es la conducta que invariablemente recrea ese sector desde el fallido golpe contra Chávez en el 2002. Han acumulado un incontable acervo de provocaciones. Tan solo recordemos el paro petrolero, los ataques armados desde Colombia, las guarimbas, el intento de asesinato de Maduro mediante un dron, el desembarco de mercenarios y una guerra económica que incluye 935 sanciones unilaterales de Estados Unidos.

Ahora intentaron instalar que su triunfo estaba asegurado y cuando percibieron que algo salía mal retomaron la violencia contra el chavismo. A los incendios, asesinatos y convocatorias al golpe militar, esta vez le sumaron la simbólica destrucción de estatuas de Chávez.

Guarimbas antichavistas en Caracas el lunes 29 de julio de 2024. Foto: EFE/ Henry Chirinos.

– Con gran acompañamiento de la prensa internacional…

– Sí, por supuesto. Esa complicidad es decisiva porque articula desde Miami toda la campaña contra Venezuela, con el repetido argumento del fraude. Es el mismo estandarte que utilizaron los incipientes bolsonaristas contra Dilma y los racistas de Santa Cruz contra Evo. Pero nunca recuerdan el único fraude efectivamente comprobado, que hicieron sus colegas en México en el 2006.

Los medios también repiten con toda impudicia que en Venezuela impera una dictadura, omitiendo que esa definición se amolda actualmente en la región a un solo país: Perú. Nadie nombra a Boularte y a la cúpula militar que tumbó a Castillo.

Lo más curioso es la denigración del sistema electoral venezolano, cuando incluye mecanismos de mayor legitimidad democrática que los modelos ponderados por la prensa occidental. Ese esquema no está sometido al filtro del Colegio Electoral de Estados Unidos, que permite seleccionar presidentes sin el voto mayoritario de los sufragantes. Y no se sostiene, además, en los pilares plutocráticos que predominan en ese país, donde el dinero define quién se queda con los principales cargos. Tampoco está a sujetos a las distorsiones que imponen las circunscripciones de Inglaterra o Francia o al chantaje del balotaje que prevalece en nuestra región. Más insólitas son las lecciones de republicanismo que enuncian los voceros de la monarquía española.

La vara que se ha impuesto para juzgar a Venezuela es totalmente arbitraria. La gran emigración sufrida por esa nación presentada como un caso único de todo el planeta. Se olvida, por ejemplo, que en términos porcentuales hay más uruguayos que venezolanos fuera de su país y nadie tipificaría de dictadura al sistema político que tienen nuestros vecinos del Plata. Venezuela padece la misma hemorragia de población que México, Centroamérica o el Caribe por las mismas razones de empobrecimiento.

– ¿Quién está ganando la pulseada dentro de Venezuela?

– Es difícil saberlo. Por el momento parecería que la guarimba fracasó y que se repite el gran rechazo de la sociedad a la violencia de la ultraderecha. Después de una o dos jornadas de provocaciones, volvieron las marchas masivas a favor del gobierno y de la oposición y reapareció el terreno favorecido por la mayoría de la población. Hay un gran deseo que paz, que torna muy difícil el golpismo callejero propiciado por Corina y su deslucido candidato a presidente. Ese personaje está acusado de complicidad con actos criminales, porque habría utilizado su cobertura diplomática para facilitar la guerra sucia de la CIA en Centroamérica.

– ¿Cuál es el juego de Estados Unidos?

– El mismo de siempre para apropiarse del petróleo. Conviene recordar el sincericidio de Trump, cuando declaró que bajo su gestión “Venezuela estaba a punto de colapsar y nos hubiéramos quedado con todo el combustible de ese país”. Las elecciones en territorios con petróleo ambicionado por el imperio nunca son normales, porque incluyen un componente geopolítico de enorme gravitación.

El Departamento de Estado siempre intentó repetir en Venezuela lo que hizo en Irak o Libia. Si Chávez hubiera terminado como Sadam Hussein o Gadafi, nadie mencionaría en la prensa mundial lo que sucede en una perdida nación de Sudamérica. Una vez que logran su cometido de tumbar al presidente diabolizado, los voceros mediáticos de la Casa Blanca se olvidan por completo de esos países. Hoy nadie sabe quién es el presidente de Irak o Libia.

Tampoco se habla del sistema electoral de Arabia Saudita. Como Estados Unidos no puede presentar a los jeques de esa península como adalides de la democracia, simplemente silencia el tema. No hay que ser ingenuos en la disputa de Venezuela. Con o sin actas, Estados Unidos quiere el petróleo.

Los mandantes yanquis ya han concertado con la derecha venezolana un compromiso de privatización de PDEVESA y observan con gran preocupación el ingreso del país a los BRICS que está negociando Maduro. Por eso se apropiaron de CITGO, de las reservas monetarias en el exterior, aumentaron las sanciones y cerraron el acceso a cualquier tipo de financiamiento internacional. Anhelan repetir lo hecho en Ucrania para tener un subordinado tipo Zelensky al frente del país.

Pero como fallaron una y otra vez, Biden optó por negociar y Chevron reanudó la perforación en la faja del Orinoco. Compatibilizó ese guiño con provocaciones diplomáticas y ejercicios militares en Guyana. Trump parece apostar a la brutalidad de otro golpe, pero es pragmático y veremos que sucede si logra otro mandato.

– Mientras tanto, trabaja con Milei para crear un eje regional frontalmente contrapuesto a Maduro…

– Sí, y por esa razón, una victoria de la derecha en Venezuela tendría consecuencias nefastas para la Argentina. Milei opera codo a codo con Corina Machado y su canciller y ministra de Seguridad participan con toda naturalidad (como si no fueran funcionarias), en las manifestaciones frente a la embajada venezolana en Buenos Aires. Milei fue el gran auspiciante del fallido pronunciamiento de la OEA a favor del Urrutia. La hipocresía de ese organismo no tiene límites. Luego de avalar el golpe en Bolivia y en Perú, dictan sermones de democracia para Venezuela.

– ¿Por qué Lula se desmarca con otra propuesta?

– Me parece que junto a Petro y López Obrador motoriza una reacción defensiva, registrando las terribles consecuencias que tendría un gobierno ultraderechista en Venezuela. Para disuadir esa perspectiva, buscan restaurar los puentes de negociación entre oficialismo y la oposición. Saben que esas tratativas van más allá de la mera publicación de actas y su consiguiente impugnación con la denuncia de fraude. AMLO centró el problema en rechazar la injerencia de la OEA y sumó a Cristina. En cambio, Lula no logró el aval de Boric, que refuerza su sometimiento a la Casa Blanca.

Yo creo que la crisis de Venezuela transparenta una gran divisoria del progresismo latinoamericano, entre un sector que afianza su perfil autónomo y otro que ha optado por sumarse al libreto del Departamento de Estado. Los medios de comunicación halagan a este último grupo, que todos los días defrauda más a sus votantes.

Nicolás Maduro en conferencia de prensa. Imagen: captura de video de TeleSUR.

– En todos los escenarios, Venezuela sigue partida en dos….

– Sí. Es un país fracturado en torno a dos bloques con gran sostén social. Es tan falsa la imagen mediática de un gobierno solitario y aislado, como el supuesto de una derecha sin raigambre. Al parecer el oficialismo recuperó influencia con el repunte de la economía y la mejora de la seguridad en las calles. La masividad de sus actos indicaría cierta recomposición de la decaída moral de sus seguidores. Pero, paradójicamente, si se confirma que triunfaron en los comicios, ese resultado obedecería a la baja participación en las elecciones. Ese ausentismo ilustra un gran nivel de disconformidad que afortunadamente la derecha no captura.

– Por lo tanto, a tu entender, una confirmación del triunfo oficialista debería ser evaluada como un dato positivo para la izquierda…

– Sí, puesto que implicaría una derrota de la ultraderecha en la disputa de esta elección. Es como preguntarnos si aquí celebraríamos una derrota electoral de Milei. Un fracaso de los peones del imperio, en un país asediado por sanciones económicas y atacado por los medios comunicación es siempre promisorio. Ese resultado se inscribiría en los éxitos recientes frente a la derecha que hemos visto en México y Francia.

– ¿Ese es el sentido del Manifiesto que firmaste apoyando el voto por Maduro?

– Si, lo suscribí partiendo de registrar las terribles consecuencias que tendría un triunfo de la derecha para la región y especialmente para nosotros en Argentina. No hay que ser un gran analista, para imaginar el implacable revanchismo contrarrevolucionario que iniciaría Corina Machado si llega al gobierno. Es increíblemente ingenuo suponer que esa victoria abriría un período de mayor democratización. La condición para concebir algún avance popular en el futuro es la victoria del oficialismo.

En cierta medida debemos aprender del pasado. Hay una larga tradición de críticas de izquierda a los gobiernos que se quedan a mitad de camino, o que retroceden en la senda de los cambios radicales que auspiciamos nosotros. En esas situaciones, la solución nunca pasa por tirar el bebé con el agua sucia para empezar todo de nuevo. Por ese sendero, el retroceso siempre es mayor. Observemos lo ocurrido con la restauración del capitalismo luego de la implosión de la Unión Soviética. Por ese desenlace hemos padecido 40 años de brutal neoliberalismo.

– ¿Estás planteando entonces un sostén crítico al oficialismo?

– Yo comparto en muchos terrenos las objeciones del chavismo crítico a la política económica, al debilitamiento del poder comunal, a la convalidación de boliburguesía y a la inadmisible intervención a los partidos de izquierda, que no aceptaron el molde exigido por el gobierno. Hay también problemáticos casos de judicialización de las protestas sociales y una escasa tolerancia a los cuestionamientos expuestos dentro propio campo. El antecedente del rumbo seguido por Nicaragua prende todas las alarmas.

Pero ninguna de estas objeciones me hace dudar del campo en que debe situarse la izquierda. Debemos estar en un terreno frontalmente opuesto al enemigo principal, que es el imperialismo y la ultraderecha. Ese posicionamiento es la condición para cualquier otra consideración.

– ¿Pero no cabe explorar una tercera vía para la izquierda de crítica simultánea a Maduro y a Corina Machado?

– Lo veo totalmente irrealista y te lo resumo en el ejemplo práctico de la participación en las marchas que convulsionan al país. La vida política venezolana está sacudida por grandes movilizaciones del oficialismo y la oposición. En esa acción callejera se juega gran parte del devenir de la crisis. Si uno asume como propia la identidad de la izquierda: ¿a cuál de las dos manifestaciones debería concurrir?

Como es totalmente impensable que un socialista participe en los actos de los colegas de Milei, Trump o Le Pen, si decide no participar en las marchas del chavismo, tan solo queda la opción de quedarse en casa. Allí se podrá profundizar el estudio del marxismo, pero con total divorcio de la acción política.

Esa desvinculación no se remedia escribiendo una proclama, elaborando un artículo, reuniendo a un pequeño grupo o evaluando una y otra vez por qué razón la izquierda está aislada. Tampoco sirve juzgar desde una invariable condición de minoría a los movimientos que mantienen su enraizamiento popular. Hay que intervenir en los escenarios políticos tal cual se presentan, para encontrar vías de construcción de nuestro proyecto socialista.

Fuente: https://argentina.indymedia.org/2024/08/11/entrevista-a-claudio-katz-con-o-sin-actas-estados-unidos-quiere-el-petroleo-de-venezuela/

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Fuente de la Información: https://rebelion.org/con-o-sin-actas-estados-unidos-quiere-el-petroleo-de-venezuela/

 

 

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Ultima Hora. Dignidad, esperanza y organización para recuperar la Democracia en Venezuela

SIN ACTAS NO HAY LEGALIDAD EN LA ELECCIÓN PRESIDENCIAL

La jornada electoral presidencial del domingo 28 de julio ha culminado con una enorme decepción para la gran mayoría del pueblo venezolano. El Consejo Nacional Electoral (CNE) emitió un boletín después de la medianoche, en el cual da como ganador a Nicolás Maduro, a pesar de que Elvis Amoroso anunció que correspondía sólo al 80% de las actas escrutadas. Como la diferencia entre Maduro y González Urrutia es de sólo 704.114 votos, el 20% restante de actas por escrutar, que correspondería aproximadamente a 2.514.694 votos, es una cifra que perfectamente puede modificar el resultado final de las elecciones, de manera que el boletín del CNE con el cual proclamaron como presidente electo a Nicolás Maduro este lunes 29 de julio, no se basa en una “tendencia irreversible” de la votación, sino todo lo contrario. Por esta causa, la proclamación que ha hecho el CNE es completamente ilegal, pues las cifras aportadas no demuestran que Maduro haya ganado las elecciones.

Adicionalmente, dicho boletín no se sustentó en el informe de la comisión técnica integrada por los testigos de los representantes de los candidatos y el representante del CNE, ni fue suscrito por éstos, según lo establece el protocolo respectivo, tal como lo denunció el candidato del partido Centrado, Enrique Márquez. Pero, además, el presidente del CNE, Elvis Amoroso, realizó la adjudicación y proclamación como ganador a Nicolás Maduro como ganador de la contienda electoral sin que previamente se haya producido la totalización del 100% de las actas de escrutinio, lo cual violenta procedimientos claves para garantizar la legitimidad del ganador proclamado.

Hasta que no se haya contabilizado el 100% de las actas, y corroborado dichas actas con las que existen en manos de los testigos electorales del candidato de oposición Edmundo González Urrutia, no puede el CNE definir quién es el candidato ganador de las elecciones presidenciales. La oposición con el 73% de las actas de escrutinio emanadas de las propias máquinas del CNE ha presentado votación a favor de Edmundo González de 2 a 1 respecto a Nicolás Maduro. Es por esa razón que consideramos fundamental que el CNE permita una auditoría de la votación y publique de inmediato los resultados detallados por Estados, Municipios, Parroquias, centros de votación y cada mesa electoral.

Nos preocupa igualmente la denuncia realizada por el candidato opositor Enrique Márquez, quien afirmó este lunes que el boletín leído por Elvis Amoroso a media noche, no salió de la sala de totalización, y que por tanto el origen de ese boletín sería completamente irregular. A lo que se une la suspensión de la transmisión de actas que ejecutó el CNE a las 7 de la noche del domingo, y la expulsión de los testigos de oposición tanto del CNE principal como de numerosos centros de votación.

El pueblo venezolano, dentro y fuera del país, sabía que no estaba participando en unas elecciones totalmente democráticas ni competitivas. Con proscripción de candidaturas; presos políticos; artimañas “técnicas” como: cambiar a electores de circunscripciones de forma unilateral un día antes de la elección; disminuir la cantidad de mesas de votación para generar retrasos y por ende, el desgaste del electorado; enviar máquinas defectuosas a los centros de votación para retrasar el proceso; impedir la presencia de veeduría internacional amplia y con credibilidad; evitar la labor de los testigos electorales; impedir desde 2010 la posibilidad de inscripción en el Registro Electoral Permanente de los venezolanos migrantes en el exterior; etc, fueron sólo algunas de las tácticas utilizadas por el partido-Estado-ente electoral para aferrarse ilegítimamente al poder como fue consumado de madrugada ante la mirada estupefacta de todo un país y el mundo. Ni las dictaduras argentina y chilena, las más cruentas del siglo XX latinoamericano, se atrevieron a semejante fraude electoral cuando sus élites gobernantes organizaron las elecciones que dieron de ganador a Alfonsín y la salida de Pinochet en 1983 y 1988, respectivamente.

El resultado final de la gran jornada cívica que protagonizó el 57% del electorado, incluyó no sólo el ejercicio del derecho al voto sino una gran movilización autónoma e independiente de la sociedad que se auto organizó sin maquinaria, sin recursos, padeciendo persecuciones, chantajes, amenazas y el saldo siempre de personas detenidas que sólo ejercen su derecho a la participación política consagrada en la Constitución Nacional. Estamos, para quienes aún lo dudan, ante la consolidación de un régimen autocrático que no admitirá jamás su derrota frente a su ilegitimidad social y política, porque la miseria, la depauperación de la vida cotidiana con los servicios públicos decadentes, la pérdida de todos los derechos laborales y de la seguridad social propiciado por las políticas económicas del gobierno neoliberal de Nicolás Maduro, no le dan forma de contar con respaldo de ningún tipo. Sería absurdo pensar que una sociedad que ha padecido el éxodo del 30% de su población por la crisis económica (precedente a las sanciones internacionales contra Venezuela, que agudizan la situación), la represión y persecución por pensar distinto y el hambre, haya respaldado a sus verdugos con el voto: ese mito se lo creen sólo quienes desde el poder asumen tener el “derecho a gobernar” irrespetando la voluntad popular.

A escasas horas de este desconocimiento por parte del gobierno -y del CNE controlado por él- se generó un inmediato rechazo en las calles de todo el país, especialmente en los sectores populares, otrora bastiones del chavismo, que ya comienzan a ser duramente reprimidos, tanto por fuerzas de seguridad del Estado como por funcionarios de civil, incrementándose las prácticas de violaciones masivas a los derechos humanos de la población. En menos de 12 horas ya el Observatorio de Venezolano de Conflictos contabiliza 187 protestas en 20 estados del país. No existe contradicción entre la movilización electoral y la protesta. Exhortamos a los funcionarios policiales y militares a respetar los derechos constitucionales, especialmente: la protesta pacífica, la libertad personal, la integridad física y la vida.

Las distintas fuerzas políticas de oposición tienen una gran responsabilidad en sus manos para construir un espacio amplio de cambio que aglutine a todas aquellas personas comprometidas con la reinstitucionalización del país, para contar con las mínimas garantías políticas y construir así caminos viables para salir de la severa crisis humanitaria que padecemos. Estamos ante un Estado criminal que no cesa en su afán persecutorio y en la construcción de “enemigos” para responsabilizar siempre a otros de los errores de gestión que ellos cometen. El impulso transformador y el entusiasmo que vivimos en estos meses de campaña, más la lucha perseverante y digna que han sostenido distintas fuerzas de trabajadores como los docentes, las enfermeras, los siderúrgicos y petroleros, entre otros, deben sumarse en un amplio frente social y político antifascista/antidictatorial, para llevar adelante formas organizativas que logren un reconteo / auditoría electoral de los resultados del 28-J, tal y como han sugerido países como Brasil y Chile, con la participación de la única veeduría internacional creíble que acudió al proceso: el Centro Carter y la Misión de Naciones Unidas.

La historia de 200 años de liberación que ha protagonizado el pueblo venezolano no puede ser pisoteada por más tiempo. La fuerza del pueblo venezolano, su esperanza, su alegría y su solidaridad debe ser el centro de las acciones que guíen el camino frente a un poder totalitario amparado sólo en la fuerza de la represión, porque quedó demostrado que el pueblo perdió el miedo y todos sabemos que los resultados anunciados por el CNE no coinciden con la voluntad popular expresada en las urnas. La unidad de todos los actores políticos y sociales, para ello será fundamental. No es momento para esperar milagros ni mesías, es momento de defender el voto con todas las actas de la votación y construir un frente único en esa dirección.

Los abajo firmantes,

 

Abrahan Carrillo, Ingeniero Industrial en formación (UNA), Autónomo PYME.

Adrián Torres Marcano, Profesor en la Universidad Central de Venezuela (UCV) / Filosopaz.

Alexis Mercado, Universidad Central de Venezuela (UCV).

Alicia Ponte Sucre, Profesor Universitario, Medicina.

Aida Rebeca Rojas, Docente jubilada de la Universidad de Carabobo. Gente del Deporte.

Aliex Mora Profesora Titular. UC. CED

Alirio Rangel Díaz, Agricultor Red de Semilleristas y productores de papa y hortalizas del Estado Trujillo.

Amanda Querales Valdivieso, Artista y trabajadora social de la UCV.

Ana Cristina Henríquez, escritora y cineasta.

Ana M Tortolero, Profesora Titular Jubilada Universidad de Carabobo.

Ana Rosa Arandia, Prof. Titular Jubilada Universidad de Carabobo.

Anadina Salvatierra, Profesora Jubilada de la Universidad de Carabobo.

Anamaría Correa, Profesora jubilada Universidad de Carabobo.

Andrea Gotopo, Abogada de la Universidad de Los Andes (ULA).

Andy Delgado, profesora CENDES – UCV

Anna María Díaz, comunicadora social.

Ángel Enrique Zambrano, abogado, dirigente vecinal.

Ángel Rafael Lombardi Boscán, Director Centro de Estudios Históricos LUZ (Universidad del Zulia), Premio Nacional de Historia.

Ángela Di Stasio, Profesora Universidad de Carabobo.

Antulio Rosales, Profesor universitario en York University.

Ana T. Gómez, Socióloga de la Universidad Central de Venezuela (UCV).

Ana González, Comunicadora Social, Universidad Católica Andrés Bello (UCAB).

Arnoldo Gomez, Profesor Universidad de Carabobo.

Aulides García, Economista UCV.

Aura Henríquez, Profesora Universidad de Carabobo.

Belinda Colina. Profesora de la Universidad del Zulia (LUZ).

Benjamín Scharifker

Blanca Elena Salas. Profesora titular activa.Enfermería. Universidad de Carabobo.

Carlos Alberto Molina, Antropólogo, Profesor Universitario. Movimiento por la Democracia.

Carlos Araujo Ferrer, Abogado.

Carlos Alberto Nieto Palma, Coordinador General de Una Ventana a la Libertad.

Carlos Silva, Profesor.

Carlos Walter, médico, profesor universitario de la UCV, CENDES.

Carmen Caleya, Gerente universitario.

César Bencomo, Antropólogo Universidad Central de Venezuela (UCV).

César Oviol, dirigente popular.

Cecilia Montero. Profesora Universidad del Zulia (LUZ).

Consuelo Iranzo. Profesora Titular Universidad Central de Venezuela (UCV).

Corteza Agüero Rodríguez, Profesora de educación media jubilada, abogada.

Daniel Ramírez-Carrillo. Antropólogo, Universidad Central de Venezuela (UCV).

Diamora Guevara, abogada.

Doris Castrillón, Profesora Universidad de Carabobo.

Douglas Gómez, Secretario Ejecutivo de la CUT.

Edgar Rolando Smith, Profesor Universidad de Carabobo. OAE.

Edgardo Lander, Profesor titular jubilado de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Plataforma Ciudadana en Defensa de la Constitución.

Edwin Sambrano Vidal, Abogado defensor de DDHH, integrante del Espacio CONSENSO.

Eleonora Cróquer Pedrón, Instituto de Estudios Críticos, México.

Emiliano Terán Mantovani. Profesor investigador CENDES UCV.

Emily Da Silva, Politóloga UCV, investigadora social. Movimiento por la Democracia.

Felix Guillén, profesor de derecho laboral, UJAP.

Fabián Chacón, abogado.

Fabiola Arroyo Poleo, Activista de la comunidad venezolana en Perú.

Fanny Barbera, Profesor Universidad de Carabobo.

Francisco Javier Lasarte Valcárcel, Profesor jubilado de la Universidad Simón Bolívar (USB).

Francisco Javier Rodríguez, ingeniero.

Francisco Javier Tascón Gutiérrez, médico.

Francisco Javier Velasco Páez, Director del CENDES UCV, profesor-investigador, miembro del Observatorio de Ecología Política de Venezuela.

Freddy Colmenares , Profesor Universidad de Carabobo.

Freiman Páez García, Sociólogo Militante y Activista Social de Guasdualito, estado Apure.

Gabriela Ramírez, Ex defensora del pueblo y ex diputada.

Gésime O., Docente Facultad de Odontología. Universidad de Carabobo.

Glexsy Dugarte. Comunicadora Social. Docente en la Universidad Internacional de Aguascalientes.

Golfredo Dávila. Ingeniero. Coordinador de la Unión Nacional de Acción Social, Sindical y Gremial.

Guillermo Tell Aveledo, profesor UNIMET/UCV.

Gustavo Márquez Marín, Plataforma Ciudadana en Defensa de la Constitución.

Héctor Navarro. Profesor titular jubilado de la UCV. Plataforma Ciudadana en Defensa de la Constitución.

Himilco Villasmil. Economista, educador, cantautor, dirigente político.

Inés Quintero, Historiadora.

Iraida Tapias, abogada.

Isandra Villegas, Profesora Universidad de Carabobo.

Ismenia Brito. Antropóloga. Sector salud. Maracaibo.

Jacqueline Richter, Profesora en la Universidad Central de Venezuela (UCV).

Jairo Brandao, Psicólogo clínico. Valencia.

Jeudiel Martínez, Sociólogo de la Universidad Central de Venezuela (UCV)

Jesús Puerta. Profesor UC. Grupo Pensamiento Crítico

Johnny Alberto Alarcón Puentes. Profesor de la Universidad del Zulia.

Joaquín Landaeta Pérez, Profesor Universidad de Carabobo.

José Gregorio Darwich Osorio. Profesor Titular de la UCV.

José Jesús Betancourt Sanoja, Médico, dirigente social y político del Estado Cojedes. Movimiento por la Democracia

José Parra, Maestro jubilado.

José Ramón Ortíz, Naturopatia, Sector Salud.

José León Uzcátegui, Profesor titular jubilado de la Universidad de Carabobo (UC). Grupo Pensamiento Crítico.

Juan Carlos Apitz, Decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la UCV

Juan Carlos Barrios. Docente jubilado.

Juan Cristóbal Castro, profesor de la Pontificia Universidad de Valparaíso.

Juan García. Plataforma Ciudadana en Defensa de la Constitución.

Juan Luis Sosa, Abogado, Investigador Social. Director de la A.C. Construyendo Valores para la Convivencia.

Karla Padrón, Internacionalista de la Universidad Central de Venezuela.

Keymer Ávila, investigador y profesor de la Universidad Central de Venezuela (UCV).

Laura Rojas, Economista.

Liliana Buitrago, Docente e Investigadora.

Lucila Méndez de Alam, Profesora Universidad de Carabobo.

Luis Bonilla Molina. Docente e investigador en ciencias sociales.

Luis Mogollón. Plataforma Ciudadana en Defensa de la Constitución. Comité Nacional de Trabajadores en Lucha.

Luisa Gomez H., Socióloga, Profesora Titular Jubilada Universidad de Carabobo.

Luis Ramírez, Abogado, Escritor y Político.

Luz Marina Garcés. Profesora jubilada Universidad de Carabobo.

Luz Mely Reyes, periodista, premio mundial de libertad de expresión.

Mabel Mundó. Investigador docente. De Desarrollo cultural y educativo

Magdalena López. Kellogg Institute for International Studies, University of Notre Dame /Centro de Estudos Internacionais, (ISCTE-IUL)

Manuel Antonio Cárdenas Minguet, Ex Director de la Escuela de Relaciones Industriales de FaCES de la Universidad de Carabobo.

Manuel Llorens, psicólogo, profesor de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB)

Manuel Sutherland, Director del Centro de Investigación y Formación Obrera (CIFO).

María Albers. Profesora Titular Jubilada Universidad de Carabobo.

María Cruz Fadoul, socióloga.

Maria Leal, Profesora Universidad de Carabobo.

Maria Luisa Maldonado, Profesora Universidad de Carabobo.

Maria Teresa Boulton, investigadora fotografía.

Mariano Crespo, jubilado Universidad Pedagógico Experimental Libertador (UPEL), Maracay.

Mariella Abraham de Quintero, Profesora Universidad de Carabobo.

Marlene Talavera, Profesora Jubilada de la Universidad de Carabobo.

Marisela Betancourt, Politóloga.

Marisol Aguilera. Profesora universitaria, USB.

Masaya Llavaneras Blanco. Profesora Asistente, Huron University College (Canadá).

Melvis Humbría, dirigente nacional del MAS.

Merlin Serrano Corrales. Socióloga de la Universidad Central de Venezuela (UCV).

Mijail Vargas Valez, abogado UGMA (Venezuela) y UBA (Argentina). Migrante en Argentina.

Milena Granado, Profesora Universidad de Carabobo

Moisés Durán, Sociólogo Universidad Central de Venezuela (UCV).

Nancy Oñate de Gómez, Profesora de la Universidad de Carabobo.

Nelly Prigorian, profesora- investigadora, PhD Ciencias Políticas.

Nelly Arenas. Profesora Titular Jubilada, Universidad de Carabobo.

Nelson Suárez. Educador Carabobo.

Nicmer Evans, Politólogo, miembro del Movimiento Democracia e Inclusión y del Espacio Político CONSENSO.

Nidia Cárdenas. Historiadora y profesora universitaria.

Nilio Parra. Activista comunitario Maracaibo.

Ninoska Rivero, Abogada.

Ocarina Castillo. Profesora titular jubilada UCV.

Oly Millán Campos. Prof. UCV. Plataforma Ciudadana en Defensa de la Constitución.

Omaira de Corredor, Profesor Universidad de Carabobo.

Omar Vázquez Heredia, Investigador académico y profesor universitario.

Oscar Fuenmayor. Docente. Maracaibo.

Óscar Rodríguez H. Economista y Abogado de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Ex profesor universitario.

Patricia Parra Hurtado, Politóloga de la Universidad Central de Venezuela (UCV), migrante en Argentina.

Pedro Capett. Profesor de LUZ.

Rafael Herrera, Profesor Jubilado, Universidad de Carabobo.

Rafael Parra, estudiante de Ingeniería en Agrobiotecnología, Instituto Tecnológico de Chascomús del CONICET – Universidad Nacional de San Martín.

Rafael Uzcátegui, Sociólogo y defensor de DDHH.

Rafael Venegas, Profesor Universidad Central de Venezuela (UCV) y Secretario General de Vanguardia Popular.

Raul Fachin Viso, Profesor Universidad de Carabobo.

Rebecca M. Blackwell, socióloga, investigadora científica y docente universitaria.

Ricardo J Olivero M., Profesor Universidad de Carabobo.

Roberto López Sánchez, Profesor en la LUZ (Universidad del Zulia). Plataforma Ciudadana en Defensa de la Constitución.

Rose Mary Hernández Román. Docente de la Universidad «Rómulo Gallegos».

Rosmary Díaz, Ingeniera de Sistemas de la UNEXPO. Artista venezolana.

Samir El Hamra Herrera, Profesor Titular de la Universidad de Carabobo.

Santiago Arconada Rodríguez. Activista social. Plataforma Ciudadana en Defensa de la Constitución.

Sergio Noguera. Profesor Universidad de Carabobo.

Sofía Viloria. Plataforma Ciudadana en Defensa de la Constitución.

Teresa López de Maldonado, Profesora Universidad de Carabobo.

Tulio Hidalgo Vitale, Profesor Universidad de Carabobo.

Thony Navas, Sindicato de Salud Ccs, miembro de Consenso y Comité Nacional de Conflicto Trabajadores en Lucha.

Víctor García Padilla, Profesor Jubilado Facultad de Ingeniería.

Victoria Bigio.

Wilma Gómez, Universidad de Carabobo.

Wladimir Abreu, profesor de Filosofía Antropológica de la Universidad de Carabobo (UC).

Yelena Alejandra Carpio Cuesta, Abogada feminista.

Yslanda Vargas, Profesora Universidad de Carabobo.

Yoember Angulo, Abogado, UCV.

Yuri Valecillo, SNTP, Fotógrafo.

Zoila Amaya. Profesora UC.

 

 

Para suscribir este documento, enviar correo electrónico a: escuelanuestraamerica@gmail.com

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Ultima Hora. Venezuela: La Otra Campaña demanda transparencia como garantía de los Derechos Políticos

*LA OTRA CAMPAÑA DEMANDA TRANSPARENCIA COMO GARANTÍA DE LOS DERECHOS POLÍTICOS

En el día de ayer millones de venezolanos expresamos nuestra voluntad en las urnas electorales. En un evento histórico, se buscaba avanzar a la reconstitucionalización del conflicto venezolano al tratar de dilucidar quién ejercerá la Presidencia de la República los próximos 6 años.
Aunque hubo un resultado oficial, anunciado por el Rector Elvis Amoroso, dando ganador al actual Presidente Nicolás Maduro, el mismo ha sido cuestionado por distintos sectores de la oposición, por organizaciones sociales y por ciudadanos que fueron testigos de los resultados de sus mesas electorales.
Resultan preocupantes las denuncias que hasta este momento circulan respecto a la falta de acceso de uno de los factores en pugna a las actas y a la transmisión de datos; así como la incompatibilidad entre los datos presentados por el CNE y el 40% de las actas en manos de un sector de la oposición. Este sector, tiene el deber de sustentar con datos sus denuncias. Cualquier vulneración a la expresión de la voluntad de las mayorías no es solo contra una parcialidad, sino contra el derecho que tenemos como pueblo venezolano a autodeterminarnos, a decidir nuestro futuro colectivo, en democracia. En ese contexto, corresponde al CNE cumplir escrupulosamente con su deber de transparencia y auditabilidad de actas y resultados. El acceso de todos los partidos involucrados en la contienda electoral, así como de la ciudadanía, al conteo público de los votos, y la clara divulgación de los resultados mesa a mesa, estado por estado, son garantías fundamentales para el ejercicio de los derechos políticos de todo el pueblo venezolano y una fuente de credibilidad del proceso electoral.
Frente al ejercicio del derecho a la manifestación de distintos sectores sociales a propósito del resultado electoral, La Otra Campaña exige a los cuerpos de seguridad, que actúen en estricto apego a los estándares de derechos humanos. Igualmente, exigimos a los liderazgos de todo el espectro político, que ejerzan sus derechos con responsabilidad y sin alentar la violencia.
*Gobierne quien gobierne, los derechos se defienden!*

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Mundo de las Ideas: ¿Por qué hablar de brecha epistémica y sus componentes?

¿Por qué hablar de brecha epistémica y sus componentes?

 Luis Bonilla-Molina

 

Tendríamos que comenzar por precisar el concepto que unifica la problemática que nos ocupa. La Brecha epistémica es la distancia que existe entre nuestras ideas e interpretaciones sobre los factores determinantes y asociados a la situación actual, tanto de los sistemas escolares como de las universidades, y lo que realmente ocurre. Se trata de una pérdida de perspectiva, sentido y profundidad teórica, que impide valorar y ponderar adecuadamente los nudos problemáticos, sus lugares de enunciación, así como las rutas de abordaje propositivo de las expectativas sociales sobre la educación y la noción de crisis educativa.

Se suele hablar de brecha tecnológica, cultural, económica, material, entre otras, pero no es común mencionar la epistémica, lo cual limita al campo de actuación de las resistencias anti sistémicas en educación, pero sobre todo la construcción de alternativas adecuadamente situadas. Si algo ha trabajado el capitalismo en las últimas décadas es la destrucción sistemática de las condiciones materiales[1], conceptuales[2] y paradigmáticas[3] que podrían evitar que exista esa brecha epistémica en la academia, sindicatos y gremios magisteriales, organizaciones estudiantiles y de la sociedad civil.

La fragmentación de la realidad y carrera desenfrenada de la bibliometría (Jiménez y otros,2024) por adaptarse a la cultura evaluativa, ha promovido el estudio de partes inconexas de la realidad, cada vez más delimitadas, a tal punto que resulta complicado entender las conexiones de los resultados de muchas pesquisas que intentan adentrarse en la telaraña de los problemas educativos.

Este trabajo va en vía contraria, intentando identificar los temas más relevantes (no son los únicos) de la Brecha Epistémica: a) incomprensión del impacto de las revoluciones industriales en la educación, los sistemas escolares, la universidad y la industria educativa, (desfase creciente desde la tercera revolución industrial, surgimiento de la paradoja del cambio), b) desconocimiento de las diferencias, similitudes, puntos de encuentro y desencuentro de los proyectos del capital en educación,  c) agotamiento del régimen biopolítico y subordinación de las expresiones de éste, al nuevo régimen predictivo de reproducción capitalista (social, cultural, simbólico, material), d) atasco del paradigma disciplinar, problemas para la implantación de los paradigmas transdisciplinario y complejo, incapacidad sistémica para encarar la convergencia transdisciplinaria (en todo el sistema escolar y la universidad, la construcción de conocimiento y la formación profesional),  e) despedagogización (despolitización, curricularización, cancelación de la idea de la docencia como actividad intelectual orgánica, docencia como administración curricular, lógica del operario ilustrado, pérdida de sentido social del aprendizaje, paradigma del aprendizaje a lo largo de la vida, coaching educativo), f) fosilización de los arquetipos institucionales educativos (Comenio en el siglo XXI, el tamaño institucional sí importa, los diseños profesionales como producto, la investigación como eje real en tiempos de aceleración de la innovación), g) limitado estudio de la relación de los modelos de gestión empresarial con los modelos de gestión escolar y universitaria, h) incomprensión de la deriva neoliberal de la UNESCO (la UNESCO como proyecto del orden mundial derivado de las post guerras, las seis reformas de la constitución de UNESCO, del rol progresista de la UNESCO al vampirismo educativo capitalista),i) El know-how docente en el presente, j)El tránsito del Apagón Pedagógico Global (APG) al estallido de la burbuja educativa, k) problemas epistémicos para entender las implicaciones educativas de la transformación digital de los sistemas escolares; l) la cultura evaluativa en educación, ll)  Estos doce elementos forman parte de un proyecto ambicioso de estudio, análisis, comunicación y organización alternativa que hemos decidido emprender para contribuir a la resolución de la brecha epistémica; en este trabajo nos limitaremos a estudiar elementos constitutivos del segundo de los elementos de la brecha epistémica, esperando contar con las energías necesarias para concluirlo y lograr los apoyos institucionales necesarios para poder culminar esta tarea.

Un proyecto de investigación permanente

Lo descrito forma parte de un proyecto ambicioso de estudio, análisis, comunicación y organización alternativa que hemos decidido emprender para contribuir a la resolución de la brecha epistémica. En este trabajo nos guiamos por el paradigma INVEDECOR (Lanz,1994) que plantea que todo proyecto de transformación con perspectiva radical de teoría crítica debe contener por lo menos cuatro dinámicas simultáneas, convergentes y en permanente diálogo; estas son: investigación desde la práctica para ir al encuentro de la teoría, educación mediante la socialización de los resultados de investigación y reflexión participativa, comunicación desde abajo, en modelo de redes autónomas no jerárquicas que permita difundir las experiencias alternativas y, finalmente organización de quienes trabajan, investigan, socializan, enseñan y aprenden, para construir tejido social que posibilite no solo resistir sino construir alternativas raizales (Fals Borda,1982)

 


[1] La llamada sociedad de la información ha producido una intoxicación de información superflua e irrelevante que crea una tupida maleza que dificulta el acceso a información debidamente fundamentada. La sociedad de la información no ha significado una mayor democratización del conocimiento científico, crítico y transformador.

[2] Los discursos posmodernos, por ejemplo, son una narrativa que procura confundir los análisis de resistencia anticapitalista. Recomiendo leer a Jameson (1992) Posmodernismo: la lógica cultural del capitalismo avanzado.

[3] La superposición de paradigmas y el ocultamiento de la creación del mercado educativo como espacio de disputa inter capitalistas que va acompañado de caminos no siempre coincidentes para los sistemas escolares y universidades, eleva exponencialmente la falta de referentes perdurables y la confusión analítica de quienes actúan de manera desprevenida, en una sociedad de dominación cada vez más compleja.

Fuente de la Información: https://luisbonillamolina.com/2024/06/18/por-que-hablar-de-brecha-epistemica-y-sus-componentes/

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Escuelas en Venezuela: ¿garantes de educación o espacios en el olvido?

La defensora de derechos humanos Gloriana Farías criticó la violación del derecho al aprendizaje en Venezuela.

En entrevista con Radio Fe y Alegría Noticias, la abogada de Cecodap señaló que no sólo existe un problema de asistencia a los centros educativos, sino también de baja calidad educativa.

La especialista explicó que fallan varios factores en las escuelas venezolanas, como la ausencia de profesores y servicios básicos como electricidad y agua potable, lo que vulnera el derecho a la educación.

No obstante, la jurista consideró que la escuela sigue siendo un espacio garante de los derechos de la niñez, donde los maestros cumplen un papel importante a pesar de la precariedad.

Farías resaltó que los centros educativos podrían brindar a los estudiantes el acceso a otros derechos como la alimentación y la recreación.

Asimismo, reconoció el esfuerzo y dedicación de los docentes por continuar asistiendo a las aulas y brindar educación a los alumnos en comunidades populares, a pesar de las difíciles circunstancias económicas y sociales que ellos mismos enfrentan.

Escuelas en Venezuela: ¿garantes de educación o espacios en el olvido?

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La Calidad educativa dentro del paradigma de la cultura evaluativa neoliberal

La Calidad educativa dentro del paradigma de la cultura evaluativa neoliberal

Luis Bonilla – Molina

Fragmento de un texto mayor

El concepto

La calidad educativa es un término polisémico, es decir, tiene varios significados que se adecuan a distintas orientaciones del discurso educativo. Su bondad es que se asocia al “sentido común” ciudadano que la educación sea cada vez mejor para los niños, niñas, adolescentes y estudiantes en general. Su perversión es lo opuesto, porque esa “bondad” interpretativa le resulta útil al neoliberalismo educativo para los fines mercantiles que se plantea.

La idea de calidad educativa no ha sido aceptada por todos los actores educativos de manera uniforme. La mayoría ha simplificado el término como el esfuerzo para que cada vez la educación sea mejor, que es tan amplio que permite que se ponga en marcha cualquier rango de operaciones de cambio que se correspondan al sistema de valores de quien lo defiende. La idea de la adaptabilidad de la educación a los requerimientos “sociales” complementa esta simplificación y abre paso a operaciones diversas de estandarización y mejora continua desde la lógica del mercado, que tienen como lugar de enunciación el discurso de la calidad educativa.

La derecha educativa encuentra en la calidad total que termina promoviendo la estandarización, competencia y clasificación en las dinámicas institucionales de los sistemas escolares y universidades, el relato necesario para la defensa del sostenimiento del estatus quo burgués, sustentado en las diferencias entre clases sociales con argumentos como el esfuerzo personal y las competencias como motores del éxito. Por eso, el pensamiento de derechas y neo conservador es el mayor aliado y defensor de todos los sistemas jerárquicos que termina construyendo la cultura evaluativa neoliberal en educación.

El neoliberalismo educativo ha capturado para sus fines la denominación de calidad educativa, debido a la precaria disposición de los sectores críticos para plantearle una disputa del término. Eso crea un problema práctico para las resistencias anticapitalistas en educación, porque “hablar mal” de las políticas escolares y universitarias que presentan al público los gobiernos neoliberales, con la etiqueta de reforma por la calidad educativa, coloca a quienes lo hagan como sectores o individualidades que se oponen a que mejore la educación.

La única forma de romper esta hegemonía ideológica instalada en la sociedad consiste en entrar a la disputa conceptual y operacional de la calidad educativa, con un horizonte transformador alineado a los fines de proyectos alternativos. Sectores radicalizados se oponen a ello con el argumento que eso es conciliar con el sistema al “ceder” en una disputa que para ellos se restringe al medio empresarial, para lo cual consideran que resulta suficiente plantear que la calidad educativa es burguesa; en términos prácticos esta declaración “principista” no tiene ningún valor concreto para enfrentar las iniciativas de privatización, mercantilización y estandarización educativa neoliberal que se presentan con la etiqueta de calidad educativa. Salir “bien en la foto” no significa que se contribuya a la construcción de una política educativa anticapitalista con influencia de masas.

Tampoco se trata de aceptar acríticamente los determinantes conceptuales neoliberales del término calidad educativa, en razón de la pluralidad de significantes que contiene el mismo significado, en un abanico de opciones útiles para la adecuación de los sistemas escolares y las universidades a los requerimientos del modo de producción capitalista.

Así como la palabra amor no tiene el mismo significado para un burgués que para un proletario, nadie plantea crear otra palabra que lo exprese, sino que se construyen significados alternativos que expresen la identidad de clase; así lo hizo Marx en el tercero de los Manuscritos económicos y filosóficos (1844) para romper con la noción romántica patética del amor burgués cuando dijo Si amas sin despertar amor, esto es, si tu amor, en cuanto amor, no produce amor recíproco, si mediante una exteriorización vital como hombre amante no te conviertes en hombre amado, tu amor es impotente, una desgracia.

En este sentido, las definiciones coyunturales que se elaboren deben ser vistas como parte de propuestas de transición que intentan impulsar iniciativas contra hegemónicas para construir correlaciones de fuerza que hagan posible “popularizar” entre los oprimidos el sentido, direccionalidad y expresiones de una educación que contribuya al pensamiento crítico, creatividad, solidaridad y sentido de justicia social integral como componentes centrales de proyectos pedagógicos emancipadores y liberadores (en plural).

Para Deming (1982) la calidad solo puede definirse en relación a la acción del sujeto. A partir de este enunciado simple, surge todo un campo de disputa ideológica, teórica, conceptual y operacional respecto a quien es el centro de lo educativo, a partir de quien se define la calidad, debate que tensiona los distintos campos de la izquierda educativa en sus definiciones pedagógicas. Surgen cuatro grandes concepciones en esta materia: a) el centro de lo educativo, el sujeto de la educación es el estudiante, b) el sujeto central para producir un cambio es el trabajador de la educación (docente, director y personal que coadyuva al hecho educativo), c) el centro del que hacer educativo es la comunidad y es en los cambios culturales del entorno donde se evidencia la calidad, d) el eje de los escolar y universitario es la sociedad (democracia y ciudadanía, desarrollo nacional y fomento de la productividad, empleabilidad). Estos campos de disputa se reflejarían en los cuatro modelos de implantación de la calidad educativa neoliberal que abordaremos más adelante.

Para el neoliberalismo educativo el sujeto es la mercancía que crea mercancías, como superación del modelo manual de hacer máquinas (primera revolución industrial) y de máquinas haciendo máquinas (segunda revolución industrial).

El sector de la izquierda que desecha las disputas educativas antes que se alcance la revolución total, tratándolas peyorativamente de reformas, opta por señalar que el centro de lo educativo es la transformación comunitaria, colocando al contexto en el centro del que hacer educativo; ahí también existen matices desde el campo de las educaciones populares (en plural), por ejemplo quienes defienden la teoría Freireana de que el papel de la escuela no es hacer la revolución sino construir las mentalidades que la harán posible. Otros sectores de izquierda, vinculados a las pedagogías críticas, prefieren concentrarse en la construcción de ciudadanía crítica y democracia desde abajo, como parte de una disputa ideológica estratégica. Algunos sectores sindicales y gremiales postulan que los cambios sustantivos en la educación dependerán de las condiciones materiales de vida y salariales de los docentes, así como la posibilidad compensatoria de la escuela respecto a las diferencias existentes entre los estudiantes producto de su origen social. Finalmente, están quienes postulando las pedagogías activas y participativas colocan al estudiante en el centro del cambio educativo.

Un caso, casi singular, es el del movimiento pedagógico colombiano que se mueve en varios de estos campos, comunitario, sindical, pedagógico y social. Esta experiencia puede tener aspectos con los cuales se puede diferir, pero es innegable que constituye una de las mejores síntesis de articulación en marcha, de los distintos enfoques de resistencia pedagógica. Es decir, nuestro punto de vista es que una propuesta integral debe tomar en cuenta cada una de las cuatro opciones de énfasis educativo y no caer en la trampa de colocar una por encima de las restantes; la dinámica educativa es mucho más rica que una simple escogencia de un enfoque.

Por su parte, la opción más consensuada en los sectores ideológicos vinculados a la perspectiva del capital es colocar al estudiante como centro del que hacer educativo, sin que esto signifique abandonar las otras perspectivas. Esta decisión se expresa en concreto, en la priorización de las pruebas estandarizadas de aprendizaje para los primeros niveles de enseñanza, así como la productividad y jerarquización académica, adaptación a los requerimientos de empleabilidad y extensión[1]-investigación[2] centrada en las expectativas del estudiante en el sector universitario, todo ello en el marco de la calidad educativa. La dinámica de la calidad educativa neoliberal ha venido moviendo su énfasis cada vez más hacia las llamadas habilidades blandas, la inteligencia emocional y la empatía.

La calidad educativa promovida por el capital, lo que procura al final es que la “mercancía educativa” que resulta ser el estudiante moldeado por el perfil de egreso que se construye con la estandarización de los procesos pedagógicos, tenga posibilidades de una empleabilidad adaptativa y situada que haga posible la mejora continua del modo de producción capitalista.

Dimensiones y niveles de la calidad educativa  

La calidad educativa neoliberal procura expresarse en las distintas dimensiones (Bonilla,2024;2014) de lo pedagógico (didácticas, currículo, evaluación, planeación, gestión), con la tendencia a la fragmentación propia del capitalismo en el sector. Es decir, no logra construir una propuesta pedagógica integral de calidad educativa, sino líneas de acción en materia de currículo o didácticas, evaluación o gestión del aula.

Sus promotores suelen referirse a la calidad educativa como “calidad didáctica”, “Calidad curricular”, “calidad de los planes de estudio”, “calidad evaluativa”, “Calidad en la planeación escolar y gestión del aula” -o institucional- pero no muestran un camino que intente armonizar sus “propósitos” de manera dinámica en la pedagogía como ciencia(s) de la educación.  No obstante, se ha generalizado su uso relacional con las distintas facetas pedagógicas.

La contradicción capitalista de trabajar la dominación como totalidad de la vida y las instituciones, escondiendo su accionar mediante la presentación fragmentada de sus iniciativas, se muestra claramente en el tema de la calidad educativa neoliberal y su precaria capacidad de relación con las pedagogías. Resulta complicado intentar armonizar las acciones, estrategias y criterios de valoración, que formula el neoliberalismo como formulaciones de calidad educativa para cada uno de los componentes de la pedagogía. Esta carencia de complementariedad sistémica intenta ser resuelta con la convergencia de estándares, indicadores y metas, pero estos esfuerzos se muestran caóticos al momento de su concreción educativa en las aulas.

Por otro lado, si partimos de los seis niveles (Bonilla,2014) que deben comprender las políticas educativas en materia de calidad educativa (aula, aula-plantel, aula-comunidad, aula-región, aula-proyecto nacional, aula-geopolítica educativa)[3] con sus cincuenta y cuatro campos de operacionalización básica[4], la calidad educativa neoliberal se convierte en un significante vacío, en una consigna bonita que tiene muy poco de pedagógica. Sin embargo, desde una perspectiva crítica se debería aprovechar esta grieta en la discontinuidad de las políticas educativas capitalistas para posicionar un enfoque integral e integrador de la calidad educativa asociado a proyectos emancipadores de conjunto.

Principios de la mejora continua en educación

Para lograr sus propósitos, el paradigma corporativo de la calidad plantea el principio de la mejora continua que en realidad es un enunciado que contiene a su interior cuatro principios: planificarhacerverificar y actuar. En la propuesta neoliberal de la calidad educativa estos principios se adaptan para convertirse en procesos centrados en estandarizar para la planificación educativa (didácticas, currículo, evaluación), estableciendo criterios, protocolos y dinámicas que permitan ejecutar la acción escolar y universitaria mediante modelos de gestión de aula e institucional posibles de evaluar mediante pruebas y mecanismos estandarizados, así como clasificaciones sujetas a los estándares (objetivos, metas, indicadores) que permitan actuar en tiempo real con criterios de ajustes y cambios permanentes (pertinencia, relevancia, eficiencia, eficacia, impacto e innovación).

Los principios de la mejora continua, aplicados a la propuesta neoliberal de calidad educativa, develan las reales intenciones de esta operación de cambio: intentar resolver el desfase entre la aceleración de la innovación científico tecnológica y lo que se enseña en las instituciones educativas, mediante políticas públicas y orientaciones institucionales que sincronicen lo escolar y universitario al modo de producción capitalista. Para el capitalismo los sistemas escolares y las universidades no son sistemas auto referenciados, sino que sus protocolos, rutinas, actividades, procesos y productos deben corresponderse a los requerimientos de la producción, mercado y consumo en cada momento histórico.

Como el neoliberalismo educativo no logra construir una propuesta integral e integradora de calidad educativa, a pesar del diseño del modelo de mejora continua para los sistemas escolares y la universidad, intenta entonces abrirse paso mediante la operacionalización a escala mundial de prácticas de calidad educacional centradas en los aprendizajes, la enseñanza y el cambio institucional.

Calidad educativa como logro de aprendizaje y factores asociados

La UNESCO, instancia que creó en 1994 -en medio del paradigma empresarial de la Gestión de la Calidad Total (GCT)- un instituto como un nombre tan pomposo como el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad Educativa (LLECE), tampoco logró construir un “modelo de calidad educativa multisituado”. No podía hacerlo, porque UNESCO es una institución del orden burgués dominante[5] y por lo tanto tiene los límites propios de una institución que instrumenta, no que define el horizonte último de la educación en el marco del capitalismo.

El LLECE comenzó a recorrer el camino de las pruebas estandarizadas como instrumento para desarrollar la calidad educativa fundamentada en los aprendizajes.  Cuando trabajemos más adelante, las pruebas estandarizadas del LLECE ahondaremos en el tema, por ahora nos interesa destacar que la calidad centrada en los aprendizajes no ha sido un desarrollo de la calidad educativa neoliberal, sino una muestra de su incapacidad para instrumentar de manera amplia, integrada e integradora su propio paradigma. En este caso, se habla entonces de educación centrada en el estudiante y de calidad basada en evidencias de logro de aprendizaje.

La calidad educativa neoliberal basada en los logros de aprendizaje, usa como herramientas los objetivos y metas curriculares para el diseño de baterías de preguntas que muestren evidencias de logro o insuficiencia del mismo.  Sin embargo, en este campo tampoco procura tener una visión panorámica y de conjunto de los logros alcanzados por los sistemas escolares, por el contrario se “prioriza” los aprendizajes “relevantes” para el modo de producción en la coyuntura entre tercera y cuarta revolución industrial, sintetizados en el paradigma STEM (Matemáticas, Ciencia, Tecnología, Diseño y lectura instrumental). Las llamadas pruebas de calidad educativa son en realidad mediciones estandarizadas de logros en determinados aprendizajes de ciencias, matemáticas, lectura, escritura, manejo de tecnología computacional.

Como resultado de las críticas que se formularon a los primeros estudios de logros de aprendizajes, por no tomar en cuenta factores asociados al aprendizaje, muchas de estas pruebas, incluidas las del LLECE UNESCO, los incorporaron. Para el Segundo Estudio Comparado en Educación (SERCE), el LLECE creó dos grupos de factores asociados, el primero vinculado a los estudiantes (nivel socio económico y cultural, prácticas educativas en el hogar, participación de la familia en la escuela, clima escolar positivo y clima escolar negativo, organización del aula, disponibilidad de libros y materiales en el aula) y, el segundo, denominado nivel escuela (infraestructura escolar, satisfacción docente, programas compensatorios).

Más adelante analizaremos otras pruebas estandarizadas que encajan en el paradigma de la calidad educativa centrada en el logro de aprendizajes y sus factores asociados.

Los logros de aprendizajes evaluados mediante pruebas estandarizadas y el estudio de los factores asociados, son solo fragmentos muy pequeños del trabajo educativo, pero permiten avanzar en la cultura evaluativa neoliberal y posesionar el paradigma de mercancías educativas, bajo los cánones de instancias como el Banco Mundial (BM) la OCDE, entre otras.

En el caso de la universidad, la calidad en los logros de aprendizajes se vincula a los productos que generen los estudiantes en materia de publicaciones, investigaciones, trabajo de extensión comunitaria, obtención de fuentes externas de financiamiento y construcción de un polo de atracción para la movilidad docente y estudiantil; también en los sistemas de seguimiento de los egresados y su inserción laboral.

Calidad educativa centrada en el desempeño docente

Los sistemas de calidad educativa fundamentada en el desempeño docente podemos ubicarlos en cuatro grandes categorías: a) centrados en el perfeccionamiento docente para que pueda contribuir de manera más eficiente a la superación de la brecha entre conocimiento impartido y aceleración de la innovación científico, tecnológica y cultural; b) centrados en la transición de lo presencial a lo virtual, los cuales enfatizan en “aprender a aprender”, “aprendizaje autónomo” y otras iniciativas que van colocando al docente como un acompañante del proceso de aprendizaje estudiantil; c) centrados en la contención de la beligerancia social y gremial docente, vinculando sus resultados a sistemas de remuneración, primas, escalafones, ascensos, que procuran romper con la unidad magisterial y, d) los que combinan algunos o todos los anteriores.

La calidad educativa neoliberal centrada en los docentes, coloca los resultados en los logros de aprendizaje de los estudiantes como un punto de partida para el diseño de sus modelos, protocolos y sistemas.

Calidad educativa fundamentada en los logros institucionales

Un sector del neoliberalismo educativo, que asocia plenamente las dinámicas escolares y universitarias al universo de la fábrica y la empresa, considera que el eje de la calidad tiene que ser el comportamiento organizacional de las instituciones educativas. En este sentido diseña una batería de indicadores de logro y metas de trabajo que sirven de soporte para sus sistemas de clasificación y jerarquización. Consideran los sistemas basados en logros de aprendizaje y el docente como subsidiarios de la calidad educativa institucional.

La calidad educativa centrada en logros institucionales elabora sistemas de clasificación diferenciados para los primeros niveles de enseñanza respecto a la educación universitaria. En el primero de los casos se constituyen jerarquizaciones institucionales con base a prosecución, abandono escolar, rendimiento en las pruebas estandarizadas aplicadas en los planteles educativos, actividades extra escolares, asistencia diaria (estudiantil y docente), días efectivos de clase trabajados, actualización del personal docente, entre otros. Estos sistemas tienden a guiar los programas de inversión extraordinaria que hacen los ministerios de educación.

En el caso de las universidades se establecen sistemas de acreditación, rankings, incentivos a la bibliometría y sistemas de remuneraciones y cargos vinculados a la productividad como sinónimos de calidad educativa neoliberal.

Un elemento central de la Gestión de la Calidad Total (GCT) en el plano institucional lo constituye el planteamiento del cero desperdicio.  En consecuencia, la estandarización homologa el cero desperdicio a cumplir el total de días de clase, desarrollar todo el currículo, priorizar el aprendizaje de lo que tributa a las pruebas estandarizadas, reprobar al que no lleva el ritmo de aprendizaje, establecer ritmos de administración de conocimientos, alcanzar las competencias que requiere el sistema; lo que no tributa a estos fines es considerado como desperdicio, que hay que ir reduciendo hasta llegar a cero.

Instituciones de Evaluación de la Calidad Educativa

En las últimas cuatro décadas se ha construido una red de Agencias Nacionales de la Calidad Educativa (u otras denominaciones homologables) que institucionalizan los procesos de gestión de la calidad educativa neoliberal.  Estas agencias suelen estar vinculadas al LLECE-UNESCO, el departamento de las Pruebas PISA de la OCDE, los sistemas norteamericanos de evaluación, y, las divisiones educativas del Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, la Organización de Estados Americanos (OEA) y más recientemente de la Corporación Andina de Fomento (CAF) y la CEPAL.  Incluso instancias alternativas multilaterales como MERCOSUR y la Comunidad Económica para América Latina y el Caribe (CELAC) están desarrollando líneas de trabajo sobre calidad educativa, cada vez más ubicadas en la perspectiva neoliberal.

La comprensión de la inserción territorial del paradigma de la calidad educativa neoliberal en los países, sistemas escolares y universidades de la región, pasa por el estudio de estas agencias de calidad, que también tiene el nombre de agencias de acreditación para el sector universitario.

Seguiremos ….


[1] Defendemos el estilo de extensión universitaria críticos, mostrados e impulsado por Tommasino (2019) en “Modelos de Extensión universitaria en las universidades latinoamericanas del siglo XXI.

[2] Son múltiples los enfoques alternativos de investigación, nos parece de especial importancia reivindicar el método de investigación acción participativa de Fals Borda y el de INVEDECOR de Carlos Lanz.

[3] En el año 2024, en el marco de la consulta nacional por la calidad educativa en Venezuela, Bonilla-Molina, Luis plantea el modelo de análisis comparado del cubo, que tiene seis niveles de análisis.  Una síntesis de este modelo está disponible en el video siguiente https://www.youtube.com/watch?v=DfAwYUPvp94

[4] Ver modelo teórico de la calidad educativa de Luis Bonilla-Molina (2014)

[5] La incomprensión de esta realidad llevó a procesos progresivos como lo fue la revolución Bolivariana (1999-2013)a

 

Fuente de la Información: https://luisbonillamolina.com/2024/06/16/la-calidad-educativa-dentro-del-paradigma-de-la-cultura-evaluativa-neoliberal/

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