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Continuar respondiendo ante la crisis alimentaria

Por: Roberto Patiño

La crisis alimentaria sigue siendo una de las principales emergencias que vivimos los venezolanos, ahora profundizada en la coyuntura inédita de la pandemia del covid-19.

Todos los vectores del problema del acceso a alimentos se han agravado. La crisis hiperinflacionaria, la escasez de combustible, el colapso de servicios, además del decrecimiento en la producción agrícola, convergen para continuar poniendo a un número cada vez mayor de venezolanos en situaciones de riesgo y emergencia alimentaria. Se afectan de manera significativa poblaciones tan vulnerables como la infantil y la de la tercera edad.

El Banco Central de Venezuela reconoce variación de precios acumulada en 7 meses (enero-julio) de 505,74% y en un año 2.239%, mientras que Fedeagro señala que esta es la peor situación de la agroindustria en 50 años. Esto significa que en medio de una brutal crisis económica (ahora global a causa de la pandemia) los venezolanos tienen menos dinero con el que comprar alimentos en una oferta aún más limitada.

Esta situación es más extrema en el interior del país, como reportan líderes de Alimenta la Solidaridad en estados como Falcón y Zulia, en los que el acceso a alimentos se ha restringido sustancialmente en mercados y cadenas de distribución. De igual forma, la crisis de combustible y servicios básicos dificultan el transporte, preparación y preservación de la comida. En las comunidades del país se está cocinando con leña ante la falta de gas y los constantes cortes y fallos del sistema eléctrico afectan el uso de refrigeradores y neveras.

En el movimiento Caracas Mi Convive hemos estado enfocados en enfrentar la crisis alimentaria desde sus primeros momentos, a través de iniciativas como Alimenta la Solidaridad, en la que los más afectados tiene un rol protagónico en el funcionamiento y sostenibilidad de las soluciones a la emergencia.

Estos emprendimientos cobran una nueva dimensión ante el contexto de imposición de un régimen dictatorial que estamos viviendo. El Estado no genera soluciones para la crisis, sino que por el contrario la instrumentaliza para fortalecer sistemas de control y represión, o la manipula con fines propagandísticos. Sin el apoyo de instituciones, y muchas veces bajo hostigamiento oficial, los ciudadanos buscan formas de vinculación y encuentro que les permitan dar respuesta a la emergencia diaria.

En el contexto del agravamiento de la crisis alimentaria que estamos viviendo en el país, el fortalecimiento y la ampliación de las redes de apoyo y de iniciativas autogestionadas desde la sociedad civil es de una importancia vital. En muchos casos, representan la única opción de acceso a comida para grupos familiares, así como la posibilidad de vinculación a agrupaciones y organizaciones de apoyo.

Nuestros comedores de Alimenta la Solidaridad Petare, por ejemplo, se han mantenido en funcionamiento no solo bajo las difíciles condiciones de la pandemia y la cuarentena general, sino también lidiando con la grave situación de violencia desbordada que vive la comunidad petareña desde hace varios meses.

Hace pocos días, Alimenta la Solidaridad Petare celebró 3 años de funcionamiento. Esta es solo una muestra de las difíciles condiciones que estamos viviendo, pero, también, de los logros y esfuerzos que las personas están realizando para continuar respondiendo a la crisis nacional desde el encuentro y la convivencia.

robertopatino.com

Fuente e Imagen: https://www.elnacional.com/opinion/continuar-respondiendo-ante-la-crisis-alimentaria/

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La ética, una tarea de todos y de todas

Por: Dinorah García Romero

La educación ética no sobra en este país en ninguno de los sectores ni en ninguno de los actores. Las diferentes instituciones y cada ciudadano hemos de hacer un esfuerzo para  analizar qué tanto estamos contribuyendo para que este país avance en materia de ética.

Diversos países del mundo atraviesan situaciones difíciles, provocadas por múltiples causas. Uno de estos factores causales está vinculado al comportamiento ético. Si miramos más allá de nuestras fronteras, nos encontramos con el caso de Perú, de Israel, de Líbano, de Brasil y otros. En España, Italia, Bielorrusia y Polonia también se viven momentos complejos, provocados por actuaciones apartadas de los requerimientos de la ética.  Al fijar la vista en el ámbito local, nos damos cuenta de que el debate está en un momento de ebullición, particularmente con respecto al comportamiento de instituciones y de funcionarios del gobierno que ha concluido su trabajo. La sociedad dominicana fortalece su sensibilidad con respecto a las acciones y a los discursos que marginan la ética. Han adquirido fuerza los grupos y las acciones orientadas a restablecer una ciencia tan importante como la ética, tanto en las instituciones del país como en las personas que prestan servicio en el sector público. Las manifestaciones de la sociedad dan señales del interés y de los medios que se han de disponer para mejorar significativamente el funcionamiento ético en las instituciones del Estado y en los servidores públicos. Es necesario que el foco de atención tenga una perspectiva integral. La ética en el sector privado es tan urgente e importante como en el sector público.

El sector privado ha mostrado más capacidad  de control y de creatividad para gestionar en silencio sus problemas éticos. Esta gestión inteligente pone en acción un sistema de control que crea dificultades para que se conozca y se analice a fondo cómo opera en el sector privado el rigor ético. En ambos sectores hay instituciones y personas que actúan con apego a la ética. En sendos sectores, hay instituciones y personas que se separan de esta ciencia. Pero es necesario indicar que el comportamiento ético no solo ha de afectar la dimensión institucional en cualquiera de los sectores, público y privado; también ha de tenerse en cuenta en la práctica individual y colectiva. Especialmente, ha de construirse una cultura ética desde la vida cotidiana. Es en el día a día cuando debemos tener en cuenta cuánto nos acercamos o nos alejamos de una actuación ética que evidencie respeto a la propia dignidad y a la de los demás. Es en los hechos más comunes y sencillos donde debemos tratar de identificar qué capacidad tenemos para forjar transparencia y respeto a los bienes individuales y colectivos. Los desafueros éticos se están convirtiendo en hechos naturales; y esta situación afecta profundamente el desarrollo de las personas y de la sociedad.

La educación ética no sobra en este país en ninguno de los sectores ni en ninguno de los actores. Las diferentes instituciones y cada ciudadano hemos de hacer un esfuerzo para  analizar qué tanto estamos contribuyendo para que este país avance en materia de ética. Esta realidad obliga a pasar del análisis a la identificación de prácticas concretas que están bloqueando un funcionamiento social y personal digno y nítido. En este campo no vamos a progresar si solo esperamos que los otros cambien sus actitudes y prácticas ante la confrontación ética que viven.

En las raíces de la constante violación a los principios éticos que norman la sociedad, las instituciones y la práctica de las personas, están la carencia de educación social y ética; la crisis de corresponsabilidad institucional y ciudadana, así como la debilidad del sentido de pertenencia a una nación que requiere de nuestro empeño para fraguar una institucionalidad sólida, justa y al servicio de todos. La actuación ética no es coyuntural; obliga en la vida cotidiana a todos los ciudadanos, grupos e instituciones. Desde esta perspectiva, no es posible exigirle a otro lo que estoy violentando en la vida diaria, aunque sea un detalle. En esto la coherencia tiene un rol protagónico. El país espera nuestra contribución personal, institucional y como colectivo, para avanzar en el campo de la ética política, económica, cultural y social. La ética ha de ser una tarea de todos y de todas en la vida diaria.

Fuente: https://acento.com.do/opinion/la-etica-una-tarea-de-todos-y-de-todas-8860500.html

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Horizonte común

Por: Manuel Gil Antón

Y, sin embargo, la educación se mueve. Dejemos a un lado consideraciones críticas. Más allá de cualquier debate, en todas las circunstancias imaginables de la diversidad inmensa del país, el primer día de clase millones de personas inauguraron, otra vez, un sendero al horizonte compartido: el camino a la escuela como condición y expectativa de un futuro mejor. Ha de hacerse, es lo esperado, natural y recurrente: iniciar el nuevo año escolar.

Con independencia de las consideraciones en torno a la idoneidad de lo propuesto por la SEP, miles de miles de niñas, niños y adolescentes retornaron al intento de aprender. Cientos de miles de maestras y maestros al proceso posible para conseguirlo, y millones de madres y padres, abuelos, tías y vecinas, en algún lugar de la casa, tomaron la cazuela por el mango sin saber cómo se hace esa extraña sopa de letras, dispuestas, eso sí, a acompañar a las criaturas lo más y mejor posible. De muchos modos: disfrazada la sala de salón, o un rincón de la recámara como remedo del aula; la parte más alta del ropero con los cuadernos recargados en el burro de planchar, sin olvidar la mesa chaparrita al lado del puesto en el mercado donde varias personas, menores en talla al metro y veinte, miran una pantalla compartida mientras la madre de una despacha.

Una proporción enorme de la sociedad se dispuso a iniciar, otra vez, senda a la escuela, a esa extraña manera de decir presente desde la casa, sin poder evitar salir algunos pues la necesidad aprieta y otros en un galerón abierto.

Visto así, como un movimiento social cuyo caudal es enorme, apreciamos la importancia de la educación para nosotros, sea como sea la manera de ocurrir y suceder. Conmueve la cuota de esperanza invertida en su posibilidad aún en las peores condiciones. Una cubeta volteada sostiene un pedazo de madera y ya está el pupitre listo, pues un banquito de ordeñar de altura baja lo completa.

¿Ya me toca a mí? Chispas, creo le puse la clase de tercero al de primero y no anotó nada. No le hace, algo se les pegará. La cosa es atinarle a sus preguntas. Si no acabalé hasta sexto, cómo le hago si me pide ayuda con eso del núcleo del sujeto. Pues ya veremos, el chiste es que no dejen de estudiar para ser alguien en la vida.

Pese a todo, siguió viva la convicción: es mi herencia, no te puedo dar otra cosa. Será tu haber mientras hoy es mi deber sentarte frente a la tele. Y muchísimas maestras, junto a montones de profesores se las ingenian para no perder contacto con “sus niños”: ¿cuántas vimos que descolgaron la Última Cena para poner, en esa pared, la más grande, con letras coloreadas a manera de fondo del salón, el maravilloso mensaje de bienvenido 6º. A. Y el profe que da asesoría a media noche a madres angustiadas. También esos mensajes: “maestra, luego le mando la tarea, cuando junte los centavos para hacer una recarga. Sí la hice, de veras, pero no tenía ya datos”.

Alguien presta la cochera donde llega su internet para quien ocupe. Van el lunes en “la pasajera” cartas de docentes para entregar en las casas con algunos ejercicios y actividades. Y en papel mal doblado a veces, regresan el jueves.

Un país con esperanza. Una tierra confiada en el vínculo, cual sea, proveedor de aprendizajes o al menos de algo parecido para no dejar caer esa tozuda confianza en el estudio. ¿Tendrá éxito la estrategia del gobierno? ¿Las inventadas por los colectivos docentes en su contexto? No sabemos. Tratar de hacerlo es lo más educativo en estos días.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/horizonte-comun/

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La entelequia educativa

 Mauro Jarquín

Un camión de la policía estatal embiste a estudiantes de la escuela normal rural Francisco de Quiroga en Michoacán, durante una protesta para solicitar apoyos del gobierno con el fin de realizar actividades culturales; como resultado, varios estudiantes heridos, uno de ellos en condición grave. En el Presupuesto de Egresos de la Federación se propone un recorte de más del 90% del presupuesto destinado a las escuelas normales, formadoras de docentes. Se presenta también una Iniciativa de la Ley General de Educación Superior, en la cual se consideran elementos que abren la puerta a la exclusión educativa y docentes del Estado de México y Veracruz viajan a la Ciudad de México para exigir la resolución a distintas demandas pendientes. Todo esto prácticamente en la misma semana. Al parecer, el panorama educativo nacional no ha cambiado mucho a dos años de gobierno de la 4T,    salvo por la legitimidad de la cual goza el gobierno federal en amplios sectores del magisterio.

Más allá de las vicisitudes multinivel (federal, estatal, municipal) y partidista que desarrolla toda política, y el recurrente asedio directo a las instituciones formadoras de docentes por parte de autoridades estatales -entre las cuales el gobernador Silvano Aureoles ocupa un lugar importantísimo- lo cierto es que ha terminado por aclararse algo que muchos no esperaban y otras voces se han negado a aceptar: la continuidad del neoliberalismo en rubros importantes de la política educativa nacional, el cual, declarado en algún momento muerto, sigue vivito y coleando. Muestra de ello es el recorte presupuestal a programas docentes y escolares, la proliferación de alianzas público-privadas con grandes consorcios empresariales para la provisión del servicio educativo público, la creación de mercados educativos con el pretexto de la imperativa digitalización en tiempos de pandemia y post pandemia y el continuo golpeteo a la profesión docente, por la vía del des-financiamiento federal o de la represión física a nivel estatal.

Los elementos mencionados son herencia directa del neoliberalismo en educación, entendido este tanto en clave de política económica (ampliación de espacios de inversión al capital, contención del gasto público en servicios sociales) como de políticas de gestión de las poblaciones y colectivos (generación de lógicas disciplinarias y subjetivaciones específicas) solo que ahora recubierto de una retórica de cambio y primacía de los intereses populares.  Algo que no resulta precisamente novedoso en el contexto latinoamericano si tomamos en cuenta la experiencia en años recientes de Ecuador y Brasil, por ejemplo.

Si partirnos de la máxima cristiana por sus frutos los conoceréis, podemos afirmar con seguridad que la gran transformación educativa de la 4T es realmente una entelequia; es decir, una cosa irreal que habita en la imaginación de la burocracia educativa, de algunos cuadros del lopezobradorismo y del propio Presidente. Dicha idea ha generado cierto arraigo en distintos sectores de la población mexicana, lo cual responde parcialmente a que para la opinión pública ha resultado cuando menos nebuloso el proceso de diseño y ejecución de la política educativa en el sexenio en curso, con todo y el desfase entre el discurso público con el cual se han justificado las decisiones oficiales, los elementos clave plasmados en los documentos rectores de política educativa y los hechos concretos de su actuación.

Basta dar un vistazo tanto al Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024 como al Programa Sectorial de Educación 2020-2024, en los cuales se hacen afirmaciones como: “el proyecto educativo de la presente administración garantizará el respeto a los derechos del magisterio, el fortalecimiento de las escuelas normales publicas, la creación de un sistema de promoción vertical y horizontal justo, y el reconocimiento del esfuerzo que realiza el personal docente en el aula” o “ningún joven que desee cursas estudios de licenciatura se quedará fuera de la educación superior” para comprender el desarrollo de una grandes expectativas que siguen vigentes en el el magisterio y las comunidades educativas.

En el Plan se afirma que durante el periodo neoliberal “se pretendió acabar con la gratuidad de la educación superior”, que “los ciclos básico, medio y medio superior fueron vistos como oportunidades de negocio para venderle al gobierno insumos educativos” y que “se emprendió una ofensiva brutal en contra de las normales rurales”. Ante ello, afirma, el gobierno federal se comprometió a “mejorar las condiciones materiales de las escuelas del país, a garantizar el acceso a todos los jóvenes a la educación y a revertir la mal llamada reforma educativa”.

Por su parte, el Programa matiza la retórica de ruptura total al recordar el compromiso adquirido por el Estado mexicano respecto a la realización del Objetivo de Desarrollo Sostenible 4, enfocado a “garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad y promover oportunidades de aprendizaje”, lo cual plantea una continuidad tácita en ciertos rubros de política pública. Aún así, el documento afirma un cambio profundo en el proyecto educativo a través del desarrollo de seis objetivos prioritarios: a) educación equitativa, inclusiva, intercultural e integral; b) educación de excelencia; c) revalorizar a las maestras y los maestros; d) entornos favorables para el proceso de enseñanza-aprendizaje; e) derecho a la cultura física y f) fortalecer la rectoría del Estado en la educación. Todos articulados en 30 estrategias prioritarias y 274 acciones puntuales.

El preocupante desfase entre retórica y acción resulta cada vez más claro. Es curioso ver cómo a escasos dos meses de la publicación del Programa, sus contenidos parecen ya quedar inoperantes. Como muestra, dos cuestiones:

La acción puntual 1.6.4, perteneciente a la Estrategia Prioritaria 1.6, respecto a la obligatoriedad y gratuidad de la educación media superior y superior consiste en: “promover la revisión de los mecanismos de selección y admisión de estudiantes para la inclusión de grupos sociales desfavorecidos en las oportunidades de acceso al sistema, respetando, en su caso, la autonomía de las universidades. No obstante, en la Iniciativa de Ley General de Educación Superior se mantiene una política de exclusión educativa fundada en los “requisitos” de las instituciones de educación superior, lo cual permite pensar que “estamos frente a una inaudita cesión de una función del Estado (garantizar la educación) a lo que decidan establecer las autoridades de las instituciones públicas y también las de las privadas” (https://www.jornada.com.mx/2020/09/12/opinion/016a2pol). ¿Hasta qué punto dicha sesión fue producto de un acuerdo cupular entre burocracias universitarias y élites empresariales del CCE y la COPARMEX? Aún no lo sabemos.

Por otro lado, la acción puntual 4.1.4, de la Estrategia Prioritaria 4.1 respecto a asegurar las condiciones de infraestructura física educativa, considera: “fortalecer la infraestructura y el equipamiento de las escuelas normales y de las instituciones de educación superior formadoras de maestras y maestros”. Algo prácticamente impensable tras las proyecciones de gasto destinadas a las necesidades de las escuelas normales así como programas de formación docente.

En un contexto de confusión respecto a la práctica concreta de la política educativa lopezobradorista, el presupuesto y la unidireccionalidad de la toma de decisiones han resultado clarificadores. Y es que es importante preguntarnos que, sin fortalecimiento a la profesión docente, sin acciones afirmativas del Estado por extender la educación superior a un número cada vez mayor de jóvenes (más allá del proyecto de Universidades para el Bienestar Benito Juárez García), sin inversión considerable en educación de primera infancia, sin un criterio novedoso para evaluar el sistema educativo nacional (dada la primacía acrítica por la prueba PISA, establecida también en el Programa), sin una participación real de las distintas expresiones magisteriales en las discusiones sobre el desarrollo de su trabajo, etc.,  resulta muy complicado aceptar la narrativa de la transformación.

Es verdad que la reforma constitucional de la 4T desvinculó la evaluación docente de su permanencia en el empleo, y con ello puso fin a la terapia de choque a la cual había sido sometido el sistema educativo nacional. Sin embargo, dado el apoyo electoral brindado por el magisterio en la campaña electoral de López Obrador, así como su entrega constante en el trabajo en el aula, ya sea física, virtual o inexistente, tal medida debería ser el inicio de un sistemático cambio educativo de largo aliento, y no un dispositivo de control sobre la crítica y la movilización. Alguien podrá decir que de poco sirve señalar las inconsistencias de la política educativa en curso. Sin embargo, vale la pena reconocer que la educación es esencialmente, un campo en disputa. Una disputa que se construye con las luchas cotidianas y que en términos concretos, no está definida a priori. Y ante el contexto de un gobierno que pese a ciertas definiciones aún se construye, resulta fundamental identificar las los claroscuros, para llamar a caminar en un sentido distinto.

Twitter: @MaurroJarquin

Fuente: https://profelandia.com/la-entelequia-educativa/

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Consejos para hacer un buen uso de la mascarilla en el aula

Por: Educación 3.0

Debe cubrir la boca y la nariz, si se manipula deberá ser desde las gomas laterales y, si se guarda, tendrá que ser en un lugar seco y ventilado. Estas son algunas de las indicaciones sobre cómo deberían usar las mascarillas en la vuelta al cole para evitar la propagación del virus entre los más pequeños que ofrece el virólogo Estanislao Nistal.

Junto con el material escolar tradicional, este año los niños mayores de 6 años deben llevar además una mascarilla durante toda la jornada escolar. En muchos colegios solo se admiten las mascarillas quirúrgicas, una decisión muy meditada que busca la seguridad y comodidad de los más pequeños durante el día.

El virólogo y profesor de Microbiología de la Universidad CEU San Pablo, Estanislao Nistal, señala que “el uso de mascarillas quirúrgicas es el más recomendado en los niños que acuden a los colegios porque el tamaño del poro permite respirar con facilidad y al mismo tiempo retener una gran cantidad de partículas que posiblemente contengan el virus y que este no salga al ambiente”.

En este sentido añade que “el no recomendar otro tipo de mascarillas, por ejemplo, las sanitarias o higiénicas, tiene que ver con que esas mascarillas tienen una menor capacidad de retener el virus o las gotas que salgan de nuestra boca. Tienen un tamaño de poro mucho mayor y eso permite que respiremos mejor, pero al mismo tiempo que estemos con la posibilidad de propagar el virus de una manera mucho más fácil”.

Por el contrario, “el no recomendar mascarillas FFP2 o N95 se debe a que estas mascarillas tienen un tamaño de poro mucho más pequeño y son mascarillas que dificultan la respiración de los niños y esto hace que cualquier actividad física o que suponga un esfuerzo se vea dificultada”.

Cómo usar la mascarilla en el aula

Padre e hijo con la mascarilla puesta

El virólogo insiste en la importancia de usar correctamente la mascarilla para mantener la higiene y contener la propagación del virus y, para ello, señala las claves para hacerlo:

  1. Debe cubrir tanto la boca como la nariz, pero también los posibles espacios laterales por donde pueda salir el aire, es decir, que esté totalmente cerrada alrededor de boca y nariz. En este sentido, recomienda usar el alambre de la parte superior que permite asegurar, fijar y cerrar los espacios que pueda haber entre la nariz y la mascarilla.
  2. En el caso de manipularlas, siempre hay que hacerlo desde las gomas de los laterales.
  3. A la hora de guardar las mascarillas o mantenerlas en un lugar durante un tiempo, deben estar en unas condiciones que permitan que estén aireadas y limpias, preferentemente en un lugar seco. Así, se podrán reutilizar. Se recomienda guardar las mascarillas en sobres de papel o materiales desecantes, en un espacio en el que se pueda colgar la mascarilla, siempre que podamos identificar cuál es la de cada uno, ya que su uso es personal.
  4. Se recomienda usar una mascarilla quirúrgica al día; se trata de un uso que permite mantener las condiciones de higiene y prevenir complicaciones que puedan tener los niños a la hora de concentrar bacterias y suciedad que puedan afectar a su salud.

Otras medidas de higiene

En cuanto al lavado de manos, “es una de las medidas higiénicas más eficaces a la hora de contener las infecciones causadas por virus respiratorios o por virus que causan enfermedades gastrointestinales”. Añade que es especialmente importante en niños ya que, en las clases, los pequeños pueden compartir juguetes y desarrollan actividades que suponen contacto físico. A su vez, el uso de algo que desinfecte las manos va a contener la posible transmisión de esos virus a otros compañeros en clase.

Por eso, para él “las tres medidas principales que van a contribuir a la contención de un virus: el uso de mascarillas, el lavado de manos reiterado y la distancia interpersonal”. En ese sentido recuerda que “si todos somos capaces de mantener estas tres premisas en mente, vamos a ser capaces juntos de combatir y de contener la epidemia”.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/noticias/consejos-para-hacer-un-buen-uso-de-la-mascarilla-en-el-aula/

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Cinco consejos para desenganchar a los niños de las pantallas

Por: ABC

Aunque se haya podido acentuar en estos últimos meses, el abuso de las pantallas viene de atrás.

Los interminables meses de confinamiento se convirtieron en una «tormenta perfecta» para que los niños se engancharan a las pantallas. Mientras muchas familias se vieron obligadas a teletrabajar, los más pequeños quedaron bajo el amparo de los móviles, las tabletas y la televisión. Estas mismas herramientas también se convirtieron en el principal recurso educativo con el que conectarse a las clases en línea y seguir aprendiendo. Y, al acabar la jornada lectiva, los momentos de ocio (individual y en familia) se vieron reflejados en los mismos dispositivos. «¿Se abusó de las pantallas? Sí, pero no creo que debamos buscar culpables. Todos lo hicimos lo mejor que pudimos. Ahora solo podemos mirar hacia atrás e intentar aprender algo de aquella etapa», reflexiona Manuel Armayones, profesor de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) e investigador del eHealth Center.

Aunque se haya podido acentuar en estos últimos meses, el abuso de las pantallas viene de atrás. «Se trata de un abuso, no de una adicción. Entendemos que es un problema cuando distorsiona otras esferas de la vida personal», puntualiza Armayones. En el caso de los niños, una exposición abusiva a estas tecnologías puede generar un excesivo malestar, irritabilidad y aislamiento. A largo plazo, la actividad sedentaria puede alterar las horas de sueño y puede provocar problemas de sobrepeso u obesidad. Algunos estudios, publicados en revistas científicas como The Lancet, también sugieren que el uso excesivo de las pantallas en menores podría lastrar su desarrollo cognitivo. De ahí la necesidad de romper el vínculo de dependencia con la tecnología, es decir, de una «desconexión digital».

Los expertos recomiendan limitar el tiempo dedicado a las pantallas en función de la edad. Por norma general, se recomienda que los menores de dos años no hagan un uso rutinario de las pantallas. De tres a cinco años, se recomienda un uso máximo de 30 minutos diarios. De seis a doce años, se aconseja usarlas una hora al día como mucho. Y de trece a dieciséis años, el límite es de dos horas diarias. Hasta ahora, se estimaba que los niños españoles pasaban unas tres horas diarias enganchados a todo tipo de pantallas. Pero durante el confinamiento, los pequeños aumentaron su consumo de televisión hasta un 70 %, y el uso de móviles, tabletas y consolas subió un 80 %, tal y como recoge el último Boletín de información sobre el audiovisual en Cataluña (BIAC), de Kantar Media.

Armayones, experto en el impacto de estas nuevas tecnologías y autor del libro El efecto smartphone: conectarse con sentido, apunta cinco consejos para hacer que los niños desconecten de las pantallas.

1. Establece unas normas claras

El primer paso para regular el uso de las pantallas en menores es establecer normas claras. «Hay que mantener una conversación sincera para que entiendan por qué no pueden estar todo el día «enganchados» y «por qué deben seguir algunas normas», explica Armayones. En este sentido, hay que explicarles qué se puede (y qué no se puede) hacer con el móvil, cuánto tiempo se le puede dedicar y en qué momentos hay que reducir su uso.

«Todos sabemos que los venenos son veneno en función de la dosis. Con las nuevas tecnologías pasa lo mismo», explica el experto. «Cuánto es mucho o cuánto es poco depende del efecto que tenga en la vida personal. En el caso de los niños, hay que prestar atención a si el uso de estos dispositivos cambia su comportamiento o si las actividades que realizan, como es el caso de los videojuegos, les crean una cierta adicción», añade.

2. Negocia sin miedo

Más allá de las recomendaciones generales, Armayones recuerda que «no hay normas de oro para el uso de los móviles» y que, por lo tanto, «como cada niño es diferente, las condiciones se pueden pactar». De ahí la importancia de negociar el tiempo de uso. «Si un niño se porta bien y tiene buen rendimiento escolar, a veces podemos dejarle el móvil un ratito más. En otros casos, cuando vemos que el uso de estas herramientas genera un problema, es importante restringir su uso», explica el experto. Asimismo, hay que aclarar que el tiempo pactado también puede variar en función de las circunstancias. En periodos de exámenes, por ejemplo, habrá casos en los que será necesario reducir el uso de estas herramientas.

«Hay que recordar que abordamos esta conversación como padres; ni como amigos, ni como colegas. Hay veces que, nos guste más o menos, tenemos que imponer ciertas normas», comenta. Por eso mismo, la última palabra siempre debe recaer en los progenitores.

3. Antes que prohibir, es mejor ofrecer alternativas

Los límites sobre el uso del móvil pueden resultar más llevaderos si, a cambio, se ofrece una alternativa. Las actividades al aire libre, por ejemplo, resultan claves para el desarrollo de los más pequeños. Y en ellas no hace falta depender de ningún elemento tecnológico. «Los niños nunca piden el móvil cuando están en la playa o en un parque acuático, porque se lo están pasando bien y andan entretenidos. Sí lo piden, por ejemplo, cuando vamos a comer y se aburren con las conversaciones de los adultos. Esto nos debería hacer pensar», comenta.

Las alternativas al móvil pasan por actividades recreativas de todo tipo: desde jugar al aire libre hasta hacer deporte, pintar, hacer manualidades, leer un cuento o pasar un rato en familia. «Es lo que se ha hecho toda la vida. No tiene más secretos», explica Armayones.

4. No prediques, también da ejemplo

De nada sirven los consejos sobre el buen uso del móvil si los niños ven que sus padres hacen justamente lo contrario. Antes de predicar, pues, es mejor intentar dar ejemplo. «Enseñamos muchas más cosas a los niños cuando no les intentamos enseñar nada que cuando sí intentamos hacerlo», comenta Armayones. «Si queremos enseñar a los niños que no deben depender de una pantalla, es imprescindible que los mayores les demostremos lo mismo con nuestras acciones», señala el investigador, quien también recuerda que el uso excesivo de las pantallas también perjudica (y mucho) a los adultos. De hecho, se estima que los adultos miran el móvil cada diez minutos. Y los menores de 25 años, cada siete.

5. Con seguridad y sin contraseñas

Los móviles que utilizan los niños deben estar siempre bajo supervisión, de modo que nada de contraseñas en estos dispositivos. Y es mejor no utilizarlos a puerta cerrada. «Es más importante la seguridad de los niños que su privacidad. Por eso es fundamental que estemos pendientes de cómo utilizan el móvil y de qué hacen con él», comenta. Para ello, el experto también recomienda aplicaciones diseñadas para el control parental de estos dispositivos.

Y un consejo extra: paciencia en tiempos de rebrotes

La incierta expansión de la pandemia de la COVID-19 hace temer que haya nuevos confinamientos. «No hay que culpabilizar ni a los padres ni a los niños. Ambos lo han pasado mal y ambos lo han llevado lo mejor que han podido», reflexiona el profesor de la UOC. Ahora, pues, toca aprovechar los periodos de calma para desconectar del móvil y pasar más tiempo en familia alejados de las pantallas. Estos momentos servirán para «cargar las pilas» de cara a un futuro incierto. Y, cuando llegue otro (posible) encierro, tocará adaptarse de nuevo a las circunstancias, siempre con cabeza y empatía.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-cinco-consejos-para-desenganchar-ninos-pantallas-202009130126_noticia.html

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La Federación Plataforma Trans, indignada por un nuevo crimen de violencia machista

Por: Tercera Información

En lo que llevamos de 2020, el número de víctimas de violencia machista asciende a 32 y en menos de un año este constituye el segundo feminicidio de una mujer trans en Asturias.

En la noche del pasado sábado se conocía la noticia del asesinato de Susana, mujer trans de 61 años y residente en Oviedo a manos de un hombre, presuntamente su pareja que ya se encuentra detenido.

Según ha declarado un portavoz policial, los primeros indicios apuntan a un crimen de violencia machista.

En lo que llevamos de 2020, el número de víctimas de violencia machista asciende a 32 y en menos de un año este constituye el segundo feminicidio de una mujer trans en Asturias, por lo que desde la Federación Plataforma Trans consideran imprescindible abordar desde el sistema educativo, con una asignatura de obligado cumplimiento en el respeto a la igualdad de género y la diversidad sexual para acabar con la lacra de las violencias machistas y contra los discursos de odio hacia la diversidad sexual y en concreto hacia las mujeres trans.

En esta misma línea la federación lleva años trabajando y reclamando de manera urgente un marco legislativo estatal que dé protección y reconocimiento en derechos a las personas trans a través de la Ley Trans Estatal que ya fue registrada en 2018 y nunca terminó de arrancar en la pasada legislatura y en la actual se vive una situación de «inmovilismo» con respecto a ella.

“Los discursos negacionistas de la violencia de género por parte de la ultraderecha y los sectores ultra conservadores están suponiendo un aumento de esta, pero no podemos obviar que también el discurso negacionista de la identidad de las personas trans y con mucha más virulencia de las mujeres trans por parte del sector ‘feminista trans excluyente’ (TERF) y su influencia e intoxicación, está provocando un aumento en el odio hacia las personas trans que se traduce, después, en agresiones en las calles, escuelas, lugares de trabajo, en distintas formas y niveles de violencia”, declara la presidenta de la Plataforma Trans, Mar Cambrollé.

“Las mujeres trans sufrimos las mismas violencias que las mujeres que no son trans, nos asesinan igual, pero además se suman más componentes de odio y menos protección ante estas violencias que la impunidad está normalizando,  por eso es necesario que aparezca la voluntad política para, con valentía, generar ese marco legislativo con la Ley Trans y frenar esta situación sangrante que vivimos las personas trans para quienes todavía después de 42 años la democracia no ha llegado”, concluye Cambrollé.

Fuente  e Imagen: https://www.tercerainformacion.es/articulo/actualidad/14/09/2020/la-federacion-plataforma-trans-indignada-por-un-nuevo-crimen-de-violencia-machista/

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