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Entrevista a Pierre Krähenbühl: «Israel sabía dónde estaban las escuelas que bombardeó en Gaza»

Entrevista a: Pierre Krähenbühl

EL ESPAÑOL habla con el Comisionado General de la ONU para los Refugiados Palestinos sobre los retos que enfrenta esta comunidad tras 70 años de conflicto.

Como parte de la nueva doctrina de su política exterior, Donald Trump ha amenazado con cortar la financiación a aquellas agencias de la ONU que se han mostrado críticas con Israel. En el punto de mira se encuentran el Consejo de Derechos Humanos, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) o la UNRWA (la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos).

EL ESPAÑOL habla de ello con el Comisionado general de UNRWA, Pierre Krähenbühl, en su reciente paso por Madrid. De origen suizo, este funcionario europeo tiene a sus espaldas 25 años de experiencia en conflictos armados de medio mundo, habiendo trabajado durante más de una década en la organización neutral por naturaleza, el Comité Internacional de la Cruz Roja. En esta entrevista explica además los principales retos a los que se enfrenta la mayor comunidad de refugiados del mundo, hoy relegada en foros políticos y mediáticos tras las tragedias surgidas de conflictos regionales como los de Siria, Iraq, Libia o Yemen.

Después de la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, el Ejecutivo israelí ha aprobado la construcción masiva de asentamientos o propuesto el traslado de la embajada norteamericana de Tel Aviv a Jerusalén. ¿Han estudiado cómo podrían afectarles algunas de estas medidas?

No, porque es pronto para valorarlo. En una situación como la de Gaza sí hay que tomar en cuenta la posibilidad de que pueda haber un conflicto armado en el futuro y hay que prepararse. También hay que prepararse para que haya más colonias y que eso tenga un impacto. Lo que pueda pasar con la cuestión de la embajada es una cuestión política, pero evidentemente hay una serie de cosas que pueden suceder.

Entre ellas estarían los recortes a la aportación que EEUU hace anualmente a la ONU, como ha sugerido en alguna ocasión Trump. Agencias como la UNESCO o la UNRWA podrían verse directamente afectadas por haber sido críticas con Israel. ¿Se han planteado este escenario?

Los Estados Unidos han sido de manera constante el mayor contribuyente al presupuesto general de Naciones Unidas, donde las aportaciones de los países son voluntarias. No conviene especular sobre eso. De momento, no ha habido ninguna señal específica hacia UNRWA así que es mejor seguir con el diálogo y ya veremos lo que sucede.

Lo que sí estamos presenciando es cómo la doctrina de ‘mano dura’ de gobernantes del estilo Trump, Vladimir Putin, Recep Tayyip Erdogan o Bashar Al Assad se está extendiendo por una Europa cada vez más encerrada en sí misma. Una Europa que ha cerrado varias de sus fronteras a miles de refugiados. Como persona que trabaja con ellos, ¿cómo ve usted el futuro?

Hay una herencia de la segunda Guerra Mundial, que queda recogida en la Carta de Naciones Unidas o en la Convención de Refugiados de 1951 y que muchas personas consideran como algo de un tiempo pasado. Tenemos que decidir si queremos vivir en un mundo que se rija por un marco legal internacional reconocido o en otro. Me parece muy importante que los países europeos no abandonen su compromiso histórico con estas Convenciones y lo digo porque a menudo son ellas los que las ponen como ejemplo para decirles a los países de América Latina, de África, de Asia lo que tienen que hacer.

Pero hemos visto que los convenios se han violado en propio suelo europeo. Un ejemplo es el acuerdo firmado entre la UE y Turquía tras la llegada masiva de refugiados. Varias organizaciones de DD.HH., incluida la ONU, denunciaron que contravenía el Derecho Internacional…

Hay un riesgo de que el sistema internacional se desmorone y Europa tiene que preguntarse qué tipo de futuro quiere gestionar. No podemos utilizar estos marcos de derecho internacional para imponérselos a otros si no estamos listos para aplicárnoslos. No obstante, hay que decir también que ha habido varios países europeos que han sido muy abiertos a la hora de recibir a refugiados. Hay que entender que pueda haber reacciones de miedo entre la población que se pregunta qué va a pasar. Por otro lado, ha habido manifestaciones de solidaridad que han influido en algunos procesos políticos europeos.

Con el brexit, en el Reino Unido, ha sucedido justo lo contrario. O lo que está pasando en Hungría, Austria o más cerca, en Francia, con la ultraconservadora Marine Le Pen con opciones reales de llegar al poder. Como persona que está en contacto con los representantes de algunos de estos líderes, ¿tiene la impresión de que las aguas son cada vez más turbulentas?

Así es, por eso mi papel es describir la situación que viven los refugiados en países como Siria, Líbano o Gaza y explicar por qué hay que respetar sus derechos. El papel de cómo acogerles en Europa es competencia de ACNUR (la Agencia de la ONU para los refugiados), no nuestra. Lo que sí puedo dar es un ejemplo, mi propio país, Suiza. Si en Líbano hay una población de cuatro millones de habitantes, en Suiza somos ocho. En Líbano han acogido a más de un millón y medio de refugiados, lo que significa que en Suiza tendríamos que haber acogido, en términos proporcionales, a unos 3 millones, ¡y ya tenemos debates emocionales por acoger solo a 3.000!

Resulta paradójico que países de Oriente Próximo con recursos mucho más limitados sean los más solidarios.

Es cierto que Europa tiene ahora sentimientos encontrados de miedo y solidaridad. Durante muchos años, sus dirigentes pensaron que los problemas del Medio Oriente se iban a quedar allí y que si uno no entraba en sus procesos políticos no habría consecuencias. Eso refuerza mi mensaje de que lo más importante hoy en día es legitimar la acción política y la negociación. Europa ya no es ajena a lo que ocurre en el Medio Oriente.

Siria…Aún tenemos esa imagen en la retina, también de 2014, en el campo de refugiados de Yarmouk, (Damasco) con miles civiles desesperados que salieron de las ruinas para recibir la ayuda de la UNRWA. Muchos eran palestinos…

Sí. Es una comunidad que enfrenta el doble trauma: el trauma de los abuelos, de los padres y ahora una nueva generación de refugiados de Palestina que tienen que vivir la experiencia de la pérdida de hogares, empleos, la pérdida de miembros de su familia por la catástrofe que es el conflicto en Siria. La generación más joven que no tenía la experiencia del ’48 (primera guerra árabe-israelí) o del ’67 (guerra de los Seis Días) ahora entiende lo que todo eso representa.

¿En qué situación están ahora?

Antes del conflicto en Siria había 560.000 refugiados de Palestina en Siria, hoy quedan 440.000 o sea que 120.000 huyeron del país, 32.000 están en el Líbano y 16.000 fueron a Jordania, países en los que también trabajamos. Aquí les hemos integrado en nuestros programas. Les apoyamos con asistencia como ya hacíamos con los refugiados palestinos que estaban allí. Los demás que salieron de la región y llegaron a Europa, Brasil, Asia salen del ámbito del trabajo de UNRWA.

Hablando de procesos políticos. En Oriente Próximo llevan 70 años con un proceso político enquistado, el conflicto israelopalestino. ¿El mundo lo ha olvidado?

Cuando uno piensa lo que significan siete décadas sin una solución política a la situación que produjo un desplazamiento forzoso inicial de 700.000 personas (1948), es tremendo. Una comunidad que hoy supera los 5 millones de personas, que no ve horizonte político ni personal (empleo, libertad de movimiento, etc) y sobre la que se acumulan las presiones. No, no se puede olvidar a la misma población que tiene Noruega, Madrid o Singapur en medio de este Medio Oriente tan inestable.

Hay gente que dice que la propia UNRWA se ha convertido en un problema más a resolver dentro del conflicto, que afianza la falta de perspectivas de los palestinos creando dependencia…

Hay que explicar dos cosas. Una es que la intención nunca era la de necesitar una organización como UNRWA durante décadas, la idea era acompañar a una comunidad de refugiados unos meses o un par de años hasta que se lograra la solución política. Una forma de fracaso internacional es la ausencia de ella, lo que implica, precisamente, que tengamos que mantener nuestras actividades. Esto nunca fue la idea inicial. Por otra parte, desde 1950 dos millones de refugiados palestinos han salido de nuestras escuelas. Algunos no han logrado encontrar un empleo, pero muchos sí y me los encuentro en Argentina, Brasil, Chile, EEUU, Europa, en los países del Golfo, en la misma Palestina. Estamos contribuyendo a desarrollar la columna vertebral de un futuro Estado Palestino, ayudando a una base que puede contribuir a una situación mucho más estable en el futuro.

Dos niños juegan en una calle de Gaza.

Dos niños juegan en una calle de Gaza. Khalid Atif Hasan UNRWA

Pero casi dos millones de palestinos hoy, con educación o no, no pueden salir de sitios como la Franja de Gaza. Este año se cumple una década del bloqueo impuesto por Israel…

La asistencia sigue siendo necesaria porque no hay otra salida. Al mismo tiempo hay que tener un discurso muy claro. El bloqueo de Israel es ilegal. Si seguimos así en Gaza no solamente vamos a tener una situación insostenible pronto sino que también van a faltar todas las condiciones básicas para la supervivencia. La actividad de UNRWA es apoyar y aliviar el sufrimiento en este sentido y tener un discurso público claro sobre las consecuencias de la ausencia de solución política para que los que tienen esa responsabilidad hagan su trabajo.

Usted, como representante de la Agencia de la ONU que nació precisamente para darles asistencia y protección, ha dicho en su última conferencia en Madrid que los refugiados palestinos viven hoy peor que antes. ¿Cómo explica eso?Cuando digo que la situación es peor es porque el espacio político que se abrió con el Proceso de Oslo se ha cerrado. Ya no hay proceso político serio y eso, con todos los conflictos regionales, ha empeorado las perspectivas para los palestinos aunque el apoyo que han recibido haya sido muy importante. Las actividades que hacemos en Gaza son inmensas. Apoyamos a 1 millón de personas con ayuda alimentaria. Al mismo tiempo es una cifra escandalosa porque nunca debería suceder en Gaza donde la gente tiene altos niveles de educación. Medio millón de alumnos acuden a nuestras 700 escuelas. Hay que concienciar al mundo de que no todo se puede solucionar de parte de UNRWA.

Sigamos con Gaza. Durante la guerra de 2014, 44 personas que buscaron protección en siete de sus escuelas murieron (más de 200 resultaron heridas) por bombardeos israelíes. ¿En qué punto está la investigación?

La investigación que hizo Naciones Unidas estableció la responsabilidad de Israel en esos siete casos. Lo que ocurra después de esa investigación es algo que sale de mis manos porque es un proceso que continúa en Nueva York entre Naciones Unidas y los israelíes a nivel político. Nosotros hicimos el trabajo que había que hacer con la contribución de todos los datos que teníamos sobre esos acontecimientos.

Datos como las coordenadas que le pasaron al ejército israelí para evitar precisamente que bombardearan sus instalaciones…

Lo notificamos, sí. En el caso de la escuela de Jabalia se hizo 17 veces; en la de Rafah, 33 veces. Todo el mundo sabía donde estaban, Israel también. Ahora, yo no soy un juez militar que pueda dictaminar si los bombardeos de las escuelas sucedieron con intención porque en un caso tan complejo como el de Gaza, donde hubo una guerra en un ámbito tan urbanizado, este tipo de situaciones pueden darse. Justamente por eso notificamos el lugar exacto de nuestras escuelas y, si usted toma la parte positiva de eso, hay otros 300.000 desplazados que sí pudimos proteger.

Eso es difícil de explicar a las familias de las víctimas…

Estoy de acuerdo. Lo ocurrido es inaceptable, pero protegimos a 300.000 y eso es una vez y media la población de mi ciudad, Ginebra. No es poco. Nosotros también perdimos a 11 colegas en 50 días, algo que muy pocas organizaciones pueden decir haber experimentado.

¿Esperan una indemnización por parte de Israel?

Después del conflicto de 2009 hubo un proceso similar al que se esta realizando ahora mismo en Nueva York y que contribuyó a la primera indemnización por parte de Israel. El proceso que se inició tras la guerra de 2014 no se ha concluido todavía y no sabemos si habrá indemnización o no en este caso. Es algo que se discute entre la sede y con los israelíes.

El ejército israelí siempre alegó que Hamás escondía armas en esas escuelas. ¿Las había?

No, eran solo componentes. No fueron cohetes como tal ni nada parecido. Los grupos palestinos las pusieron en instalaciones o escuelas vacías donde no había desplazados durante la guerra y nosotros las descubrimos en inspecciones que la UNRWA organizó. Igualmente, lo condenamos públicamente porque violaron la neutralidad de nuestras instalaciones. Lo mismo que con los bombardeos israelíes sobre nuestras escuelas. Yo mismo hice un briefing al Consejo de Seguridad desde Gaza para también condenar esta situación.

En marzo de 2014, usted asume el Comisionado de la UNRWA. Meses después llegaría la guerra más sangrienta entre Israel y Hamás en la Franja. Su organización estaba en el punto de mira de todas las partes. ¿Tuvo ganas de abandonar?

No, qué va… Uno no se rinde cuando hay dificultades. Para ningún conflicto armado hay soluciones simples. Suele ser al contrario. Lo que siempre me impresiona en esos momentos es el coraje de la gente que sobrevive en el contexto, cómo buscan sus propias soluciones.

Evidentemente, a veces fallamos y no logramos resultados impresionantes. Siempre habrá críticas, es parte del trabajo, lo acepto, pero cuando pienso en que hemos protegido a 300.000 personas durante este conflicto en medio del desastre, eso fue un logro increíble

Fuente: http://www.elespanol.com/mundo/oriente-proximo/20170317/201480332_0.html

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Por qué paran las mujeres el 8 de marzo

Por:

Por Cecilia Bazán

Las mujeres trabajan más y por menos dinero que los hombres. Son mayoría en los índices de trabajo informal y precarización. No es una opinión sino un hecho y por eso se convoca a un paro mundial de mujeres el próximo 8 de marzo. La efeméride surgida del incendio en una fábrica donde trabajaban mujeres ha sido muchas veces frivolizada, pero esta medida busca reivindicarla.

Quienes lo impulsan dicen que reconocer el trabajo no remunerado de las mujeres, tanto de cuidados como de tareas domésticas, es un peldaño importante en la escalera hacia la igualdad. “El paro está orientado a la denuncia de las diferencias económicas que el estado de cosas marca entre géneros”, define Julieta Fantini, integrante del colectivo Ni Una Menos Córdoba.
El paro es apoyado por esta organización y tendrá su versión en muchas ciudades del mundo, sostenido por agrupaciones feministas, políticas y sindicatos.

Australia, Bolivia, Brasil, Chile, Costa Rica, República Checa, Ecuador, Inglaterra, Francia, Alemania, Guatemala, Honduras, Islandia, Irlanda del Norte, República de Irlanda, Israel, Italia, México, Nicaragua, Perú, Polonia, Rusia, Salvador, Escocia, Corea del Sur, Suecia, Togo, Turquía, Urugua y Estados Unidos ya tienen convocatorias propias. “Si nuestro trabajo no vale, produzcan sin nosotras”, alegan.

En Córdoba, el 8 de marzo habrá una movilización de tres horas a partir de las 13. “Paramos las tres horas que no nos pagan por trabajos domésticos, en un promedio general”, señala Fantini.

El sentido del paro. La brecha salarial entre hombres y mujeres en Argentina ronda el 27 por ciento. Pero el paro de mujeres no solo es aplicable a las “asalariadas” sino que abarca a las mujeres monotributistas, las que trabajan por su cuenta y a las amas de casa.

“Este paro marca un punto de partida, abre la posibilidad de pensar en un cese de actividades de mujeres, más allá de su condición salarial”, define la socióloga Marisa Fournier, coordinadora de la Diplomatura en Género, Políticas y Participación de la Universidad Nacional de General Sarmiento.

“Muestra que somos trabajadoras por dentro y por fuera de la familia, asalariadas o no, precarizadas o no, pero hay algo que tiene que ver en lo que representamos las mujeres para la reproducción de la vida que este paro pone en agenda”.

Esta investigadora y docente sitúa la iniciativa del 8 de marzo en un contexto en el que “la organización territorial, política, que venimos teniendo en Argentina desde la conquista de la democracia es fruto de un trabajo enorme e inmenso de las que nos abrieron el camino, militantes y académicas feministas”, que hoy tienen 80 o 90 años.

“A toda esa construcción densa se suma la movida del Ni Una Menos, que hizo un uso inteligente y comprometido de las redes sociales. Son estas cosas que se conjugan para que en Argentina podamos estar planteando un paro internacional de mujeres”, grafica en diálogo con Día a Día.

Fournier pone de manifiesto lo importante que es el “reconocimiento de todo lo que hacen las trabajadoras comunitarias, las educadoras comunitarias, el activismo cultural, lo que no es estatal pero sin lo cual la reproducción de la vida se debilita”. Y pone como ejemplo los centros de desarrollo infantil del conurbano bonaerense –su ámbito de investigación– sin los cuales muchas chicas y chicos estarían en la calle todo el día sin contención.

Una importante brecha. ¿Qué tan grande es la diferencia de horas de trabajo entre sexos? Los datos de la Encuesta sobre Trabajo no remunerado y uso del tiempo generados por un módulo de la Encuesta Anual de Hogares por el Indec en 2013 permiten observar que tanto la participación en el mercado de trabajo remunerado como la distribución de los trabajos domésticos no remunerados (los quehaceres domésticos, las tareas de cuidados de niños, niñas y adolescentes y el apoyo escolar) se encuentran atravesadas por profundas desigualdades de género.

Según lo reseña un artículo de los investigadores María Marta Santillán Pizarro y Hugo Rabbia, ambos del Conicet, “las mujeres afrontan el doble del costo temporal en la realización de trabajos domésticos y de cuidados no remunerados en el hogar respecto de los varones, incluso cuando ambos participan del mercado de trabajo remunerado”.

“Las mujeres con empleo y con menores ingresos realizan hasta 5 horas más de trabajo doméstico no remunerado que los varones en igual situación, mientras que en las mujeres desocupadas o inactivas la desigual distribución de estas tareas alcanza diferencias de hasta 6 horas en los menores quintiles de ingreso”, describe el trabajo.

Los datos muestran “un panorama donde las desigualdades de usos del tiempo entre varones y mujeres de Argentina son marcadas y reflejan la persistencia de un patrón de división sociosexual del trabajo”.

Las tareas domésticas y de cuidado de niños, niñas y adolescentes implican la existencia de una “doble jornada” de trabajo para las mujeres con empleo, al tiempo que las actividades no remuneradas abocadas a la satisfacción de las necesidades de dependientes menores de 5 años constituyen una jornada laboral excluyente para las mujeres desocupadas o inactivas, especialmente aquellas de hogares con varios ingresos.

Desigualdad, violencia. El 19 de octubre de 2016 se dio un antecedente del paro de mujeres, convocado también por diversas organizaciones sociales y de mujeres, movilizado por el conmocionante femicidio de Lucía Pérez, abusada y torturada en Mar del Plata.

Es que entre las denuncias del paro de mujeres se busca reconocer que “que estas violencias económicas aumentan nuestra vulnerabilidad frente a la violencia machista, cuyo extremo más aberrante son los femicidios”. La desigualdad económica, social y cultural, está vinculada a la violencia contra las mujeres, afirmó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en un informe de 2014.

“Paramos para hacer visible que mientras las tareas de cuidado no sean una responsabilidad de toda la sociedad nos vemos obligadas a reproducir la explotación clasista y colonial entre mujeres. Para salir a trabajar dependemos de otras mujeres. Para migrar dependemos de otras mujeres. Paramos para valorizar el trabajo invisibilizado que hacemos, que construye red, apoyo y estrategias vitales en contextos difíciles y de crisis”, postulan oficialmente las organizadoras del Paro de Mujeres.

Ni una Menos, inspirador. A modo de manifiesto, un grupo de mujeres de Estados Unidos busca objetivos comunes en el paro: “Al plantear un feminismo para el 99 por ciento, nos inspiramos en la coalición argentina Ni Una Menos”, afirman.

“La violencia contra las mujeres, como ellas la definen, tiene muchas facetas: es doméstica, pero también del mercado, de las relaciones de propiedad capitalista, y del Estado; la violencia de las políticas discriminatorias contra las lesbianas, las trans y las queer, la violencia de la criminalización estatal de los movimientos de migrantes, la violencia de la encarcelación masiva, y la violencia institucional contra los cuerpos de las mujeres a través de la prohibición del aborto y la falta de acceso a la salud y el aborto libre”, dice el texto traducido y publicado en español por el colectivo de comunicación Emergente, y que en su versión original firman Linda Martín Alcoff, Cinzia Arruzza, Tithi Bhattacharya, Nancy Fraser, Barbara Ransby, Keeanga-Yamahtta Taylor, Rasmea Yousef Odeh y Angela Davis.

Los distintos cambios que se están generando con la lucha de las mujeres tienen impacto en el universo masculino. “Estamos como en un momento de mucho movimiento y este reposicionamiento de nosotras genera un desconcierto en el género masculino, que ya no encuentra el lugar conocido para ellos. Y desde allí también se puede explicar hipotéticamente el crecimiento de la crueldad y la violencia hacia nuestros cuerpos”, analiza María Fournier, de la Universidad de General Sarmiento.

Sí pueden parar, pero con aviso

Por ahora, poco se habla del paro de mujeres entre las diferentes cámaras empresariales de Córdoba. Los representantes de las mismas alegan que por el momento no ha habido interés o no han sido notificados de una participación masiva.

Indican que las empleadas que eventualmente quieran participar de la marcha del 8 de marzo podrán hacerlo por su derecho a huelga, pero solicitan que se avise la medida con anticipación.

Desde la Cámara de Supermercados aseguran que se pueden organizar con el personal masculino para tener cubierta la franja horaria del paro, mientras que desde la Cámara de Comercio de Electrodomésticos para el Hogar sostienen que apoyan la igualdad de género y que no le impedirán a ninguna mujer ir a la marcha.

Cómo pueden participar el 8 de marzo

Hay muchas opciones. Desde abandonar las tareas algunas horas o el día completo, apoyar desde la vereda de casa o en las redes sociales, toda acción que haga visible la protesta suma, dicen las impulsoras.

“Los varones pueden acompañar encargándose de aquello que dejamos de hacer en el momento del paro”, sugieren desde Ni Una Menos.

¿Te podés imaginar un día sin mujeres? Sucedió en Islandia el 24 de octubre de 1975, cuando el 90 por ciento de las ciudadanas abandonó sus puestos de trabajo para manifestarse por la igualdad de derechos.

La marcha en repudio a Donald Trump el día después de su asunción y los temas que vienen llevando a las mujeres argentinas a la calle de forma masiva en los últimos dos año hacen que este 8 de marzo se llene de sentido. “Tenemos fe desde las diferentes comisiones que integramos el movimiento que esto va a tener impacto, por el contexto político, social del mundo”, aseguran desde Ni Una Menos Córdoba.

“Este paro abrirá las puertas para sucesivos paros más planificados, con más tiempo de tejidos, densos, es como una herramienta de trabajo para los años sucesivos. Más allá del éxito cuantitativo que tenga, sí marca un punto de inflexión en relación al trabajo, las violencias y las mujeres luchando por esas cuestiones”, sintetiza Fournier.

El 8 de marzo se alzará la voz sobre la desigualdad económica como una barrera para que la mujer consiga su autonomía y pueda empoderarse. Una “violencia invisible” que aún sigue pendiente de resolver, enfatizan las organizadoras.

 Fuente: http://www.diaadia.com.ar/cordoba/por-que-paran-las-mujeres-el-8-de-marzo

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Israel apuesta a la enseñanza de habilidades cibernéticas

Israel/04 febrero 2017/Fuente: Primera Hora

Están enseñanado programación en cuarto grado y cifrado, codificación y hackeo desde décimo grado.

Israel está depositando grandes esperanzas en la juventud del país en su intento por convertirse en un líder mundial en tecnología y seguridad digital.

Con ese fin, estudiantes de cuarto grado de algunas primarias están aprendiendo programación mientras que algunos de décimo estudian tácticas de cifrado, codificación y cómo detener hackeos. Incluso hay dos jardines preescolares que enseñan habilidades informáticas y robóticas.

Israel anunció esta semana la creación de un centro nacional para la educación cibernética, con el objetivo de aumentar la reserva de talentos para las unidades de inteligencia militar y preparar a los niños para posibles carreras en las agencias de defensa, la industria de la tecnología de punta y el mundo académico.

«Ustedes los estudiantes necesitan fortalecernos con su curiosidad», dijo el primer ministro Benjamin Netanyahu durante una feria israelí de tecnología cibernética, a estudiantes de secundaria que participaban en un programa de entrenamiento supervisado por autoridades de defensa. «Sus años en los servicios de seguridad serán años dorados para la seguridad de la nación», agregó.

Desde hace mucho tiempo, Israel se ha caracterizado como una «nación cibernética», pero las autoridades enfrentan una escasez de expertos para mantenerse al día con las necesidades de defensa del país y del sector.

Para construir una mina de talento, Israel ha comenzado con los más jóvenes: enseñando a los niños los elementos básicos de internet.

«En primer grado aprenden las letras, luego cómo leer y escribir. Estamos construyendo el siguiente nivel de conocimiento: cómo codificar», dijo Sagy Bar de la Fundación Rashi, un grupo filantrópico que dirige el centro de educación cibernética, una empresa conjunta con las agencias de defensa y las instituciones académicas de Israel.

El centro también supervisará los programas educativos lanzados en los últimos años, entre ellos el programa piloto Gvahim del Ministerio de Educación, que introdujo clases de computación y robótica en cuarto grado en 70 escuelas.

Luego lo hará con el programa extracurricular Magshimim, que entrena en habilidades cibernéticas de nivel universitario a estudiantes de secundaria talentosos que provienen de zonas desfavorecidas.

Los dos programas sirven para alimentar la aclamada Unit 8200 de la inteligencia militar israelí, que intercepta las comunicaciones digitales y recopila información sobre los enemigos de Israel en todo Medio Oriente. Se trata del equivalente de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de Estados Unidos.

Muchos miembros de dicha unidad se incorporan a las ramas de tecnología de punta y ciberseguridad de Israel. Algunas de las compañías tecnológicas más exitosas han sido fundadas por los veteranos de la unidad.

El servicio militar es obligatorio para la mayoría de los judíos egresados de la escuela secundaria en Israel, lo que le da a la inteligencia militar el poder de alistar a los mejores y más brillantes del país. Para este sector, es una situación de ganar-ganar.

En el programa Magshimim, los aspirantes deben contestar primero un cuestionario en casa, con acertijos y desafíos que involucran matemáticas, lógica y algoritmos. No es necesario tener experiencia informática previa e incluso pueden buscar respuestas en línea o pedir ayuda a los padres. La idea es reclutar a estudiantes que no se sientan intimidados por los desafíos, explican los organizadores.

Quienes son aceptados en el programa se reúnen dos veces a la semana después de la escuela para tomar clases de tres horas, completan 10 horas semanales de tareas relacionadas con cibernética y participan en talleres dos veces al año.

Durante un taller reciente para estudiantes de décimo grado en una escuela en la ciudad de Beit Shemesh, un grupo de 15 religiosas judías asistió a una conferencia sobre inteligencia artificial. Durante la clase, una de las chicas estaba tejiendo una kipá naranja, el tradicional gorro judío.

Del otro lado del pasillo, en un salón de clases, varios adolescentes tecleaban en sus laptops: jugaban a que una red había sido hackeada y tenían 45 minutos para detectar un código informático e infiltrarse en el sistema del intruso para determinar su identidad.

«¡Ya entré!», exclamó de repente un estudiante. El hacker ficticio era un personaje popular de dibujos animados.

Fuente:http://www.primerahora.com/noticias/mundo/nota/israelapuestaalaensenanzadehabilidadesciberneticas-1204454/

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Israel punishes family members for acts of relatives

Por: Zvi Bar

The family apartment of Maher al-Hashlamoun, a Palestinian jailed for killing an Israeli settler in 2014, in the West Bank city of Hebron, after Israeli forces punitively destroyed it in October 2015. Israel is escalating the use of such collective punishment, following Sunday’s truck ramming attack in a settlement near Jerusalem that killed four of its soldiers.

Muhesen AmrenAPA images

After issuing orders to demolish their home and rounding them up in detention centers, Israel now plans to revoke the Jerusalem residency of the relatives of the man who ran a truck into a group of Israeli soldiers at a settlement near Jerusalem on Sunday, killing four and injuring more than a dozen others.

The Palestinian man, identified as Fadi Ahmad Hamdan al-Qunbar, 28, was shot dead at the scene.

The sweeping order, issued by interior minister Aryeh Deri on Tuesday, is a striking expansion of Israel’s tools of collective punishment against an alleged attacker’s family.

It would strip at least a dozen people of their right to live in their home city of Jerusalem.

The Israeli human rights group HaMoked, which is representing the family, reported that more individuals were notified on 11 January that their residency would be revoked.

“Let this be known to all who are plotting, planning or considering carrying out an attack, that their families will pay a heavy price for their actions and the consequences will be severe and far-reaching,” Deri said.

“This is a decision that signals a new era against terrorism and terrorists who use their status to carry out attacks against citizens,” Deri added. The move is supported by prime minister Benjamin Netanyahu.

Illegal

Israel occupied the West Bank, including East Jerusalem, in 1967. It later annexed the city in violation of international law, a move not recognized by any country.

Israel treats East Jerusalem’s indigenous Palestinian population as if they were mere “permanent residents” whose ability to stay in the city is contingent on Israeli permission.

In its December resolution, the UN Security Council condemned all of Israel’s measures “aimed at altering the demographic composition, character and status of the Palestinian Territory occupied since 1967, including East Jerusalem.”

It confirmed that such measures, including “the construction and expansion of settlements, transfer of Israeli settlers, confiscation of land, demolition of homes and displacement of Palestinian civilians,” are “in violation of international humanitarian law” and previous resolutions.

As the occupying power, Israel is also bound by the Fourth Geneva Convention, which outlaws “collective penalties” and states that no person “may be punished for an offense he or she has not personally committed.”

But since there have been no effective international measures to hold Israel accountable, it has continued to use collective punishment with impunity for decades.

Punishing children

Like other forms of collective punishment Israel uses, particularly the punitive demolition of family homes, these measures are reserved for Palestinians; Israel does not use collective punishment against the families of Jews who carry out attacks.

Some of al-Qunbar’s relatives were summoned Tuesday morning to Israel’s Population and Immigration Authority, where they received a letter that said the family is “suspected of having connections to ISIS,” and members are considered a security risk “as long as they remain in Israel,” according to the Tel Aviv newspaper Haaretz.

Israeli police raided the homes of other relatives, delivering revocation orders.

Al-Qunbar’s mother’s status is also being revoked supposedly on the basis that she made a false claim 30 years ago when she first received her residency status upon marrying her husband, a Jerusalemite.

Among those who now face becoming stateless are two children in the al-Qunbar family aged 11 and 17.

Other voices in the Israeli government have called on the family to be expelled to Syria or Gaza.

“Disloyalty” to an occupation

While thousands of Palestinians in Jerusalem have had their residency revoked under various pretexts, the first instance of revocation for “lack of loyalty” didn’t occur until 2006, when Israel stripped three elected Palestinian lawmakers and the Palestinian Authority’s minister for Jerusalem affairs of their status.

Human rights groups appealed this move to Israel’s high court, where a decision is still pending.

But a lack of judicial ruling has not stopped occupation authorities from advancing this new avenue of expelling Palestinians from Jerusalem.

Last January, four men were stripped of their residency before they were convicted of anything.

Three of the men were charged with throwing rocks at passing traffic, allegedly leading to a fatal accident of one driver. The fourth man was accused of committing an attack on a bus in which three Israelis were killed and several others wounded.

Israel said the revocations were for lack of loyalty to the state. HaMoked is appealing this decision, arguing there is no allegiance implied in Palestinians’ permanent residency status.

Also last January, a bill was introducted in Israel’s parliament that would allow the cancellation of permanent residency on grounds of “disloyalty” to Israel.

At least 13 Palestinians have since had their residency revoked over the last year on the basis of breaching loyalty to the state, according to documentation by Community Action Center at Al-Quds University.

When the Israeli government first made rumblings of introducing the new grounds for revoking residency, Israeli analyst Zvi Bar’el predicted in Haaretz, “That’s how it works when rights are trampled. You start small, get the people used to it, and then you can move on to the mass phase.”

Revoking citizenship

Meanwhile, human and civil rights group Adalah, based in Haifa in the north of present-day Israel, and the Association for Civil Rights in Israel (ACRI) are petitioning an Israeli court to reject Deri’s attempts to revoke the citizenship of Alaa Zayoud, a Palestinian citizen of Israel, who was sentenced to 25 years in prison for attempted murder.

Adalah and ACRI are also demanding Israel annul the 2008 amendment to its Citizenship Law that allows revoking citizenship for “breach of loyalty.” To date it has exclusively been used against Palestinian citizens.

“A minister who chooses to employ such moves only against Arab citizens, in an effort to serve his own narrow political interests, drags the court into his discriminatory struggle against Arab citizens and, by doing so, stains the court,” Adalah said.

The Israeli high court refused to revoke the citizenship of Israeli Jewish citizen Yigal Amir, who assassinated then-prime minister Yitzhak Rabin in 1995.

In its decision to uphold Amir’s citizenship the court stated, “society has expressed its reservation about this brutal murder, but that is no reason to revoke Amir’s citizenship, not because of the killer’s dignity, but because of the dignity of that right [to citizenship].”

Last February, the government attempted to expand its ability to revoke the citizenship of someone in absentia.

 Fuente: https://electronicintifada.net/blogs/charlotte-silver/israel-punishes-family-members-acts-relatives

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En el estéril sur, israelíes y árabes trabajan para reverdecer Oriente Medio

Israel/Enero de 2017/Fuente: CCIU.org

Hileras de maíz, espinacas, zanahorias y capuchina se desarrollan cerca del borde del Kibutz Ketura, en el estéril Valle de Aravá, al sur de Israel. Cerca, una antena parabólica con espejos destila 400 litros de agua potable por día, y los desechos de alimentos se convierten en gas de cocción en un tanque cargado con sacos de arena.

El “Centro Off Grid” del Instituto de Estudios Ambientales de Aravá prueba y modela tecnología para comunidades que están desconectadas de servicios públicos como agua, electricidad y alcantarillado. Es parte del objetivo del instituto de mejorar los intereses ambientales y humanos en la región a través de la cooperación ambiental. Los tanques que producen gas de cocción están diseñados para ser utilizados por Neguev Bédouin, mientras que los cultivos y sistemas de purificación de agua se desarrollaron con la región Turkana de Kenia, que tiene un clima similar al valle de Aravá.

Los acuíferos que suministran agua subterránea al proyecto son compartidos con la vecina Jordania, señala el rabino Michael Cohen, involucrado con el instituto desde 1996.

“El medio ambiente es una constante que nos permite seguir avanzando”, dijo Cohen. “Las líneas, las fronteras, los muros, las divisiones – al ver el medio ambiente todos desaparecen”.

El Valle de Aravá es un desierto seco, desolado que se extiende desde el Golfo de Aqaba y Eilat hasta el extremo sur del Mar Muerto. Al oeste está el desierto del Neguev de Israel; al este están las montañas rocosas e irregulares que rodean el valle Wadi Rum de Jordania.

El Instituto Aravá de Estudios Ambientales, establecido en 1996, se encuentra a unos 25 kilómetros al norte de Eilat, en el Kibutz Ketura, una pequeña comunidad con vistas a las montañas de arenisca en el lado jordano de la frontera.

El instituto es un centro académico y de investigación que acoge estudiantes de Israel, Jordania, Cisjordania y otros lugares. El enfoque en el medio ambiente ofrece a los estudiantes una plataforma para abordar y discutir los conflictos en la región.

“Este es el único lugar que lleva a estudiantes jordanos, palestinos e israelíes a estudiar juntos. Comparten el mismo salón de clases, el mismo comedor, el mismo césped”, dijo el doctor Tareq Abu Hamed, director académico del instituto y ex científico jefe adjunto del Ministerio de Ciencia de Israel y científico Jefe interino.

“No intentamos convencer a ninguna de las partes”, dijo Abu Hamed. “Los exponemos a la realidad de esta región y los alentamos a hablar de ello”.

El programa ha producido 935 graduados desde que se estableció en 1996. Alrededor del 29 por ciento son israelíes judíos, y alrededor del 24 por ciento son árabes de Israel, Jordania y los territorios palestinos. La mayoría del resto son de Estados Unidos y Canadá. Los cursos de pregrado y posgrado del programa se imparten en inglés y están acreditados por la Universidad Ben-Gurion del Neguev en Beersheba. La facultad incluye dos profesores árabes y uno de EE.UU., mientras que el resto son en su mayoría israelíes.

Los estudiantes jordanos son reclutados a través de un anuncio en árabe que dice: “Ven a estudiar el medio ambiente en el valle de Aravá”. Cuando los futuros estudiantes llaman al número de teléfono que aparece, descubren que el programa está ubicado en Israel, dijo Cohen, y puede decidir si sigue adelante o lo deja. Los estudiantes palestinos llegan al programa a través del boca a boca, los alumnos palestinos y los contactos del instituto con las universidades y ONGs palestinas.

A los estudiantes se les da un foro para discutir la situación política y social de la región, y presentar su parte de la historia, en un seminario semanal. Por ejemplo, antes del Día de la Independencia de Israel, los estudiantes palestinos dan una presentación sobre la Nakba y los estudiantes israelíes exponen sobre la Guerra de Independencia de Israel. A diferencia de otras universidades mixtas en Israel, el instituto anima a los estudiantes a hablar sobre el conflicto, dijo Abu Hamed.

La idea de abordar el conflicto ahora es prepararlos para colaborar en proyectos ambientales en el futuro.

“Hacemos las actividades narrativas y aprendo del otro lado, igual que ellos aprenden de mí. Creo que puede mejorar mi vida diaria, especialmente donde vivo”, dijo Mohannad Nairoukh, de Jerusalem Este. “Aprendí a contenerme. Quiero escuchar primero la otra perspectiva, luego dar mi opinión”, dijo.

Los estudiantes israelíes, la mayoría de los cuales son de centro-izquierda políticamente, también comienzan a cambiar. Cuando se sienten culpados por el conflicto, o si alguien legitima a Hamas, por ejemplo, pueden verse moviéndose más a la derecha, dijo Ben Yelin, de Haifa. La ubicación aislada ayuda a mantener todo tranquilo, mientras que el uso del inglés como idioma compartido nivela el campo de juego, dijo Yelin, a diferencia de la corriente dominante en la sociedad israelí.

El enfoque en mejorar el medio ambiente, que beneficia a todos en la región, les ayuda a encontrar un terreno común, dijo Yelin.

Fuera de clase, los estudiantes viajan en Israel, Jordania y Cisjordania. Los estudiantes israelíes visitaron la aldea palestina de Wadi Fukin para recoger aceitunas este año, mientras que estudiantes palestinos visitaron el norte de Israel.

El intercambio cultural les ayuda con sus estudios ambientales también. Los estudiantes israelíes visitaron una aldea de la Ribera Occidental y vieron el sistema de gestión de agua que la comunidad había desarrollado durante cientos de años, dijo Zohar Weiss, de Karmiel. El estudiante palestino Nairoukh no estaba familiarizado con el compostaje antes de aprenderlo de sus compañeros de clase israelíes.

Los caminos divergen

Mientras que los estudiantes israelíes y árabes están en pie de igualdad durante sus estudios, después de graduarse sus caminos divergen. Las oportunidades para trabajar en el campo son limitadas en Cisjordania y Jordania, especialmente para las mujeres árabes. El hecho de que hayan estudiado en Israel también puede ser problemático.

“Tuve esta conversación con un estudiante jordano sobre cómo me percibe la gente por estudiar en Israel, ¿lo pongo en mi CV?, ¿las empresas me aceptarán o no?”, dijo Nairoukh.

Algunos recibieron permisos para estudiar en Israel por el instituto y es probable que no puedan trabajar en Israel después de graduarse.

El programa ve a la población estudiantil mixta como una ventaja para proyectos futuros. Los centros de investigación del Instituto realizan investigaciones transfronterizas, lo que significa que los israelíes se asocian con jordanos y palestinos, dijo Abu Hamed. Los estudiantes jordanos pueden llevar a cabo la investigación en su lado de la frontera, ayudando tanto al instituto como a sus propias carreras, dijo Abu Hamed.

Los exalumnos del programa celebran reuniones regionales que giran entre Israel, Jordania y Cisjordania, y pueden recibir financiamiento para proyectos conjuntos.

“Queremos que colaboren entre sí para resolver los problemas ambientales de la región, por lo que todo lo que hacemos aquí está estructurado de acuerdo con este propósito”, dijo Abu Hamed.

Los estudiantes pueden aplicar el trabajo relacionado con estos problemas en el centro “Off-Grid Hub”, que actúa como sitio de demostración y pruebas para estudiantes y las nuevas empresas, dijo Tal Holzman, una guía para el instituto. El centro actúa como puente entre los académicos y la gente en el terreno que necesitan la tecnología, dijo Holzman.

‘Hacer mi lugar verde como aquí’

De un tercio a la mitad de la población mundial está fuera de la red hasta cierto punto, dijo Holzman, lo que significa que carecen de acceso a instalaciones como la electricidad y el agua corriente. El centro se centra en las comunidades en estas áreas, tales como el área de Turkana del norte de Kenia. El desarrollo de tecnología para estas áreas beneficia a la gente en el terreno, ayuda a poblaciones cercanas y amplía el mercado de energía renovable, dijo Holzman.

“Kenia tiene el mismo clima que esta región de Arava”, dijo Martin Ekaale Echwa, estudiante de Kenya centrado en la agricultura sostenible. “La forma en que el sistema de goteo ha transformado este desierto, llevaré este conocimiento a casa para hacer que mi lugar sea verde como aquí”.

El sistema de destilación por satélite, diseñado por SunDwater, funciona sin electricidad ni infraestructura. Convierte agua salada o agua contaminada en agua dulce potable, que puede usarse tanto para beber como para riego. La placa espejo-alineado dirige la luz del sol sobre una caldera de agua, evaporando el agua y produciendo vapor de agua puro. El satélite rastrea el movimiento del sol durante todo el día, y el monitor del sistema y la bomba son alimentados por energía solar. La unidad en el instituto destila agua gris de los dormitorios.

El sistema de biogás fue desarrollado por los estudiantes para uso de los beduinos del Neguev. El biogás se compone principalmente de metano y dióxido de carbono y es producido por bacterias que descomponen los materiales orgánicos. El agua y los residuos orgánicos entran en el tanque y el biogás se distribuye a través de una bomba. El gas se puede utilizar para cocinar, calentar, iluminar y generar electricidad, y el agua se puede utilizar como fertilizante.

El sistema estaba siendo utilizado por los beduinos, pero la bomba seguía rompiéndose, por lo que los estudiantes agregaron sacos de arena a la parte superior del tanque. El peso de los sacos de arena comprime el gas, que ahora se puede distribuir sin usar una bomba.

El instituto tiene proyectos sobre el terreno en África y Oriente Medio, pero ahora planea expandirse para ganar influencia en la región y llegar mejor a los responsables políticos, dijo Abu Hamed.

“Creemos que es hora de construir otro Instituto Aravá en Cisjordania o en Jordania para tener otra sección, organización palestina o jordana que tenga la misma visión que la nuestra. Así es como podemos expandir más en Oriente Medio”, dijo Abu Hamed.

Fuente: http://www.cciu.org.uy/news_detail.php?title=en-el-est-ril-sur-israel-es-y-rabes-trabajan-para-reverdecer-oriente-medio&id=17011

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Libro: El mundo árabe desde Sudamérica : posicionamientos y visiones a partir de la Primavera Árabe

Reseña: Esta compilación es el fruto de la tarea de colaboración entre el Programa de Estudios sobre Medio Oriente del Centro de Estudios Avanzados de la Universidad Nacional de Córdoba y el Instituto Rosario de Estudios del Mundo Árabe e Islámico (IREMAI), mediada a través de encuentros y talleres de trabajo realizados en los últimos años. Así, este trabajo procura materializar los resultados de investigaciones individuales y colectivas que convergen en torno a la agenda interregional sudamericano-árabe, sus contenidos, actores, discursos y representaciones. en dicho esfuerzo confluyen diversos enfoques disciplinarios: la comunicación, la historia, la ciencia política y las relaciones internacionales.

Fuente de Descarga: http://biblioteca.clacso.edu.ar/novedades/novedades_inicio_detalle.php?id=12159

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Israel: Mano a mano: educación con respeto mutuo

Israel/15 diciembre 2016/Fuente: Nuevo Mundo Israelita

Las escuelas Mano a Mano (Yad VeYad) son seis centros educativos únicos ubicados en Israel, donde estudian juntos cientos de niños judíos, musulmanes y cristianos. En ellos se les enseña en ambos idiomas (hebreo y árabe), se les instruye acerca la historia de sus pueblos de origen y, sobre todo, la característica fundamental de estos institutos es que se exalta que todos los seres humanos poseen el mismo valor, pueden vivir juntos y respetarse dejando a un lado diferencias religiosas, sociales y geográficas

El sistema educativo de Israel está compuesto por cinco tipos de escuelas: estatales, estatales religiosas judías en lengua hebrea, estatales árabes musulmanas o cristianas, estatales drusas en lengua árabe y colegios privados.

Para estudiar en cualquiera de ellas no existe ningún tipo de limitación, pero debido a las distintas tendencias culturales los niños árabes (cristianos o musulmanes) rara vez se ven en escuelas judías y viceversa. La diferencia radica tanto en la lengua en la cual se imparte la enseñanza como en el pensum, la historia y los días feriados que cada uno conmemora.

El proyecto Mano a Mano

Mano a Mano es un proyecto de educación integrada árabe-judía, fundado en Jerusalén en 1998, que actualmente cuenta con seis escuelas en todo Israel, ubicadas en Jerusalén, Tel Aviv, Haifa, la Galilea, Kfar Saba y Tira-Wadi Ara. Su misión es formar una sociedad fuerte, inclusiva y compartida, gracias a la educación bilingüe.

Actualmente, más de 1550 estudiantes judíos y árabes, y más de 3000 miembros de las respectivas comunidades, integran estos centros educativos donde se les imparte desde muy pequeños la tolerancia, el respeto y la convivencia en armonía entre musulmanes, cristianos, judíos y drusos.

El plan de estudios es particular, ya el calendario escolar reconoce las distintas festividades religiosas judías, así como las musulmanas y cristianas. Estas escuelas se sustentan con fondos públicos y donaciones privadas, y reciben a niños de todos los estratos sociales.

Los alumnos estudian juntos, y se les enseñan las distintas culturas, historias y religiones del país: se estudian la Torá y el Corán, y se conmemoran tanto Yom Haatzmaut como la Nakba.

La proyección de Mano a Mano es que durante los próximos diez años se funde una red de 10 a 15 escuelas más, apoyadas por las comunidades, en las cuales más de 20.000 ciudadanos judíos y árabes estén involucrados.

La sede de Jerusalén

Fue la primera escuela del proyecto, y se inició en 1998 con 20 alumnos alojados en un aula provisional. Actualmente cuenta con 677 estudiantes del Este y Oeste de Jerusalén.

El grupo es étnica y religiosamente diverso. Este núcleo es el único de la red que abarca desde preescolar hasta secundaria, y se imparten actividades de diálogo, artes expresivas, voluntariado y estudios cívicos.

Sede de Tel Aviv-Yafo

Es una de las sedes más recientes: fue construida en 2013 por una comunidad de judíos y árabes que buscaban crear una educación compartida en Yafo, el suburbio antiguo de Tel Aviv.

Originalmente se logró la aprobación municipal para el funcionamiento del preescolar, el cual atendería a 35 niños. Desde entonces el crecimiento ha sido acelerado, y actualmente 233 niños estudian en este centro desde preescolar hasta segundo grado, con muchas familias en lista de espera.

La escuela está ubicada en un edificio dotado por el municipio de Tel Aviv-Yafo, y es operada conjuntamente por el ayuntamiento y el Ministerio de Educación.

Actualmente, más de 1550 estudiantes judíos y árabes, y más de 3000 miembros de las respectivas comunidades, integran estos centros educativos donde se les imparte desde muy pequeños la tolerancia, el respeto y la convivencia en armonía entre musulmanes, cristianos, judíos y drusos

Sede de Haifa

Haifa se ha caracterizado siempre por ser una ciudad de gran convivencia entre judíos, árabes y otras minorías; no obstante, hasta hace poco el sistema educativo no lo reflejaba. Por esta razón, en 2011 Mano a Mano empezó a trabajar con los habitantes locales para desarrollar una comunidad compartida. Durante estos cinco años se han realizado actividades y programas de cuidado infantil para 12 niños judíos y árabes.

Fue en este 2016 cuando se dio apertura al primer grado, y se tiene el objetivo de implementar en los siguientes años hasta el sexto grado de primaria. Actualmente, 113 niños entre preescolar y primer grado asisten a esta sede.

Sede de la Galilea

Comenzó en 1998, cuando una masa crítica de padres árabes y judíos decidieron que querían un tipo diferente de educación para sus hijos en que prevaleciera un deseo en común: “que crecieran juntos”. Está ubicada en la región de Misgav, cerca del pueblo árabe de Sajnim.

Como en todas las escuelas Mano a Mano, las clases son impartidas por maestros judíos y árabes, y todos los estudiantes aprenden tanto el hebreo como el árabe. Actualmente tiene 207 alumnos entre primero y sexto grado. La literatura, el arte y la tecnología son parte de un nuevo plan llamado “Proyecto de Libros Aumentados”, donde se enseña acerca del medio ambiente y la vida sustentable.

Preescolar de Tira-Kfar Saba

Inició sus clases en septiembre de 2015, y gracias al esfuerzo de los padres se espera convertirlo en una escuela completa en los próximos años.

Cuenta con 45 estudiantes y, aunque la cifra es baja con respecto a las demás sedes de Mano a Mano, en un año se han logrado muchos adelantos. La escuela es privada y funciona con los auspicios de Beit Berl y de la Fundación Berl Katznelson.

Sede de Wadi Ara

Inaugurado en 2004, este núcleo se encuentra en la ciudad árabe de Kfar Kara, en el valle del Wadi Ara. Se inició con 105 estudiantes, desde preescolar hasta tercer grado. Sin embargo, cada año la escuela ha logrado añadir un nivel, y hoy en día cuenta con 270 estudiantes hasta el sexto grado.

Esta sede fue fundada gracias al esfuerzo de un comité de padres judíos y árabes, que buscaban la esperanza en una región con una larga historia de conflicto y violencia, quienes unidos hicieron presión ante el Ministerio de Educación hasta que la escuela recibió aprobación oficial. Es la única escuela Mano a Mano ubicada dentro de un pueblo árabe.

Los árabes en Israel

La población de Israel está constituida mayormente por judíos. Sin embargo, el país alberga una gran gama de culturas, nacionalidades y religiones.

Actualmente, el 20% de los ciudadanos israelíes son árabes, en su mayoría musulmanes, quienes mantienen su idiosincrasia; según estudios de proyección, sobre la base de sus tasas de natalidad, en el año 2025 este grupo representará una cuarta parte de la población total de Israel.

Desde la creación del Estado israelí en 1948, se ha tratado de integrar a este grupo en todos los ámbitos. Muestra de ello es la ley promulgada en 1952 que les otorgó formalmente la ciudadanía, con lo que legalmente adquirieron sus derechos y obligaciones como cualquier otro israelí.

Las autoridades de Israel catalogan a los ciudadanos árabes en cuatro grupos: tres de orden religioso (musulmanes, cristianos y drusos), y un cuarto relacionado con su modo de vida (beduinos).

El porcentaje más alto de los árabes corresponde a los musulmanes, de los cuales el 42% son niños menores de 15 años.

Los árabes israelíes participan en todos los ámbitos de la vida nacional, poseen sus propios partidos políticos y representación en el parlamento (Knesset). En los medios de comunicación, la literatura, el teatro y sobre todo el sistema escolar se mantiene el uso de la lengua árabe, que es el segundo idioma oficial de Israel.

Actualmente, el idioma árabe se enseña en 600 escuelas de esa comunidad, y las asignaturas impartidas abarcan la gramática, sintaxis, expresión, lectura y estudio de la literatura árabe clásica y moderna, lectura de periódicos y el conocimiento del mundo musulmán.

Fuente:http://nmidigital.com/mano-mano-educacion-con-respeto-mutuo/

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