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Más del 90 por ciento de piezas arqueológicas de Siria están seguras.

Asia/Siria/26.02.2017/Autor y Fuente:http://prensa-latina.cu/
Más del 90 por ciento de las piezas históricas de la arqueología de Siria están en lugares seguros tras ser recuperadas, según informes del Ministerio de Cultura divulgados hoy en Damasco.

Los datos al respecto fueron expuestos por el titular de la citada cartera, Mohamad al Ahmad, durante la sesión semanal del Parlamento sirio y en la que valoró altamente la labor realizada con ese objetivo en todo el país.

En ese sentido, subrayó la abnegada labor de especialistas y trabajadores del Departamento de Antigüedades y Museos, pobladores y unidades del Ejército sirio en la mayor parte del territorio nacional.

Las organizaciones terroristas realizan obras secretas de exploración y excavación en los lugares que están bajo su control, en búsqueda de antigüedades para robar, saquear y comercializarlas, indicó

Al-Ahmad dijo que las autoridades intensifican contactos con entidades como la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), Interpol y la Aduana internacional para recuperar las piezas arqueológicas robadas.

Señaló que la restauración de antigüedades y rehabilitaciones al respecto requieren de un elevado financiamiento y para alcanzar este objetivo el ministerio ha suscrito un contrato de asociación con la Secretaría Siria para el Desarrollo y la Red Aga Khan, entre otras.

Siria, antes del 2012, era considerada el paraíso de la arqueología internacional con 758 sitios representativos de las más importantes civilizaciones de la historia, como la romana, bizantina, árabe y cristiana, fundamentalmente.

Datos oficiales recientes indican que de 758 sitios arqueológicos, 85 tienen daños menores, a 104 se les causaron serias destrucciones y 24, incluida la parte antigua de Palmira, están totalmente afectados. Esa última fue retomada por el Estado Islámico, Daesh, en diciembre de 2016.

Esta nación del Levante posee seis lugares decretados como Patrimonio de la Humanidad a partir de 1980, como la ciudadela de Bosra, los cascos históricos de Damasco y Alepo, Palmira, las llamadas Aldeas de los antiguos pueblo del norte y el Crac-Castillo- de los Caballeros, en la provincia de Homs.

Fuente: http://prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=66423&SEO=mas-del-90-por-ciento-de-piezas-arqueologicas-de-siria-estan-seguras

Imagen: https://2.bp.blogspot.com/-Y6nc7oXud1k/WEgWmNaCXBI/AAAAAAAADD0/6dKGnqs7v3cpvdxGDDtKIXkGmbiF0l-AwCLcB/s1600/546666.jpg

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Declaración de Geert Cappelaere, instando a todas las partes en las conversaciones de Ginebra a dar prioridad a las necesidades de los niños de Siria

Asia/Siria/24 d febrero de 2017/Fuente: UNICEF

«La imagen desgarradora de un adolescente llamando a gritos a su padre pocos minutos después de haber perdido las dos piernas en lo que parecía un asalto en Idlib la semana pasada es otro brutal recordatorio de que los niños siguen siendo atacados en el conflicto de Siria.

Mientras en Ginebra continúan los esfuerzos para reunir a todas las partes en conflicto –una guerra que dura ya casi seis años- como un intento de lograr el restablecimiento de la paz, nosotros hacemos un llamamiento a todas ellas para que demuestren su liderazgo en pro de los derechos de los niños.

Por eso, les instamos a hacerse la siguiente pregunta: ¿Y si fuesen sus hijos?

Desde el inicio de este año, al menos 20 niños han muerto en ataques y muchos más han resultado heridos, incluyendo una niña que, con sólo un día de vida, fue víctima del bombardeo de su casa en la zona rural de Damasco. Además, casi dos millones de niños continúan sin acceso a la ayuda humanitaria que necesitan con urgencia.

Las cifras son un sombrío indicio de que el cese en las hostilidades anunciado en diciembre pasado aún no se ha traducido en hechos en materia de protección y asistencia humanitaria para todos los niños de Siria. Hasta ahora, sólo tres misiones inter-agencia han llegado a los niños en las zonas asediadas y de difícil acceso.

El coste inconmensurable en vidas y sufrimientos debería avergonzar al mundo y llevarle a tomar medidas inmediatas para encontrar una solución política a la guerra.

Recordamos a todas las partes en conflicto que su obligación, de acuerdo con el Derecho Internacional Humanitario, es proteger a los niños en todo momento, dondequiera que estén y sin importar quién tenga el control de la zona en la que viven.

Los niños siguen siendo víctimas de una violencia constante y generalizada en todo el país. Además, se les sigue privando de lo básico para cubrir las necesidades que les permitirían salvar la vida.

Las partes en el conflicto deben proporcionar acceso inmediato, incondicional y sostenido en el tiempo a todos los niños que necesitan asistencia en todo el país. El asedio debe terminar. Es inaceptable que se retiren de los convoyes los suministros que salvan vidas, igual que es inadmisible el uso del agua como arma de guerra.

De la misma manera, todas las partes en conflicto y aquellos que tienen influencia sobre ellas deben actuar con un extremo sentido de urgencia para silenciar las armas para siempre.

Es hora de que las partes, junto a cualquier persona que lleve en su corazón los intereses de los niños sirios, se sienten a hablar de ellos.
Los más de diez millones de niños sirios que sufren directa y diariamente las consecuencias de este conflicto sólo quieren una cosa: tener paz y que les devuelvan la infancia.

Las partes en conflicto y aquellos que las apoyan les deben a los niños de Siria poner fin a esta guerra de una vez por todas”.

Fuente: https://www.unicef.org/spanish/media/media_94908.html

Imagen: https://www.unicef.org/spanish/media/images/UN027717.jpg__Syria_Feb_23_Statement.jpg

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Casi medio millón de menores sirios escolarizados en Turquía

Turquia/23 febrero 2017/Fuente: Prensa Latina

Turquía ofreció enseñanza gratuita a 483 mil menores sirios en edad escolar, según informó hoy el ministro de Educación turco, Ismet Yilmaz, en una entrevista concedida a la agencia de noticias Anadolu.
La cifra supone algo más de la mitad de los 850 mil niños sirios que se encuentran en el país, sobre un total de 2,75 millones de refugiados según los datos de Naciones Unidas.

El ministro indicó que el gobierno trata de ampliar el programa de educación gratuita, integrando en la escuela pública a los escolares extranjeros con los locales y aplicando programas intensivos con un plan de estudios programado con maestros árabes y turcos, para preparar a los menores sirios para cuando tengan que volver a su país una vez que la guerra haya concluido.

‘Queremos proporcionar educación no sólo a nuestros propios hijos, sino también a aquellos que se han refugiado en mi país y aquellos que no son capaces de vivir en el suyo propio. Si una persona es ignorante, él o ella estará expuesto a riesgos adicionales estén donde estén’, dijo Yilmaz.

Aunque la Unión Europea se comprometió a entregar a Turquía 300 millones de euros (unos 319 millones de dólares) para el programa educativo de los niños refugiados, el ministro señaló que hasta el momento solo se transfirieron 90 millones de euros.

Turquía asegura que desde el inicio de la guerra civil en Siria en 2011, el país destinó cerca de 25 mil millones de dólares para ayudar y ofrecer servicios básicos a los desplazados por el conflicto que cruzaron sus fronteras.

Fuente:http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=63863&SEO=casi-medio-millon-de-menores-sirios-escolarizados-en-turquia

 

 

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Familia siria que soñaba con una nueva vida, recupera su esperanza

Asia/Siria/17 de febrero de 2017/Fuente: ACNUR

Abdel Moein y su familia se encontraban entre los cientos de refugiados sirios cuyas vidas quedaron paralizadas después de que una orden ejecutiva, la cual quedó revocada, suspendiera temporalmente el reasentamiento en los Estados Unidos.

Más de 15 personas estaban abarrotadas en una pequeña habitación durante un ventoso día de invierno en las Montañas libanesas de Shouf. Familia, amigos y vecinos estaban reunidos para despedir a la familia de refugiados sirios, quienes estaban destinados a una nueva vida en los Estados Unidos.

Algunos de ellos reían y otros lloraban, mientras Abdel Moein Al Abed de 37 años y su esposa Fatima, de 31 años, salían y entraban de la habitación, dando besos y abrazos a sus seres queridos. Ellos se apresuraron a alistar sus maletas junto con sus gemelos de ocho años, Mohamad y Jomaa, y Shahd, su hija de cinco años.

“Estábamos tan felices, todos nosotros. Yo estaba aún más feliz por mis hijos”, dijo Abdel Moein, recordando el momento del año anterior, en el que recibió la llamada del ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, y le dijeron que él y su familia estaban siendo considerados para el reasentamiento en los Estados Unidos. “Quiero que ellos tengan una buena educación, un buen futuro”.

“Yo estaba aún más feliz por mis hijos. Quiero que ellos tengan una buena educación, un buen futuro”.

Mientras se preparaban para recomenzar sus vidas en Tampa, Florida, la familia se vio incluida entre los cientos de refugiados sirios cuyas vidas quedaron en suspenso el mes anterior, cuando su entrada a los Estados Unidos se vio temporalmente suspendida. Después de haber esperado años para tener la oportunidad de reconstruir sus vidas, esta noticia resultaba devastadora.

“Me dijeron que la salida sería el 7 de febrero, así que nos preparamos para esa fecha y renuncié a mi trabajo. Empacamos nuestras cosas y notificamos al dueño de la casa que nos iríamos. Vendí la mayoría de nuestros bienes”.

Pero el entusiasmo duró poco. Abdel Moein estaba mirando las noticias cuando escuchó sobre la orden ejecutiva y la paralización del programa. Poco después de esto, él recibió la llamada que temía: su reasentamiento sería pospuesto hasta nuevo aviso.

“Mi hijo Mohamad estaba tan emocionado que a veces lloraba y me preguntaba: ¿Cuándo vamos a tomar el avión?, mi hija Shahd también me preguntaba. Yo no sabía qué decirles. ¿Qué podría decirles? ¿Que estábamos a punto de viajar pero ahora no?”, dijo su esposa Fatima.

Pero una semana más tarde, la esperanza de la familia volvió. “Llamaron de nuevo el 5 de febrero y dijeron que ya podríamos viajar. Dijeron que la restricción había sido revocada”, dijeron.

El equipo del ACNUR en el terreno identifica y refiere a los refugiados más vulnerables para reasentamiento, tales como las personas que necesitan asistencia médica, sobrevivientes de tortura y mujeres y niños en riesgo. Las revisiones iniciales del ACNUR incluyen la verificación de documentos y escaneos de iris para verificar la identidad de los solicitantes, así como una evaluación de vulnerabilidad para confirmar su elegibilidad para reasentamiento.

Los candidatos elegidos por la Agencia de la ONU para los Refugiados pasan después por un detallado monitoreo por parte de las autoridades de los Estados Unidos, quienes llevan a cabo sus propios procesos y de forma independiente deciden si aceptan al refugiado para reasentamiento.

El proceso puede tardar hasta dos años, e involucra chequeos de seguridad interagenciales, entrevistas personales, chequeos de seguridad biométricos, revisión de antecedentes, diferentes bases de datos, y a varias agencias del Gobierno Federal de los Estados Unidos.

Antes de partir hacia los Estados Unidos, los solicitantes aceptados reciben un curso de orientación cultural de cinco días, con el fin de prepararlos para su nuevo hogar. En este se cubren aspectos como educación, atención médica y empleo.

“Quiero presentar algo positivo. Quiero que las personas piensen en mí como un musulmán que tiene algo muy positivo que ofrecer”.

A su llegada, ellos fueron recibidos por agencias locales de reasentamiento, las cuales brindan alojamiento y asistencia financiera durante un periodo inicial de tres o cuatro meses, así como cursos de idioma y ayuda para encontrar trabajo.

Abdel Moein y Fatima anticipan algunos de los desafíos iniciales para su adaptación, pero dicen que están determinados a integrarse tan rápido como sea posible a sus nuevas vidas. “Todo será diferente aquí. Será difícil al inicio, y todos necesitamos aprender el idioma. Pero trabajaremos muy duro y nos adaptaremos”, dijo Abdel Moein.

Fatima quiere asegurarles a las personas que tienen preocupaciones sobre el programa de reasentamiento de refugiados. “Hemos huido de Siria por la guerra y los problemas ahí. No estamos buscando problemas. Solo queremos vivir en paz y con seguridad”.

Abdel Moein apoya a su esposa, y dice que quiere pertenecer a la comunidad que lo acoge e intentar retribuirle.

“Quiero presentar algo positivo. Quiero que las personas piensen en mí como un musulmán que tiene algo muy positivo que ofrecer. Eso ayudará a cambiar la percepción que tienen sobre nosotros”.

La familia ahora está en los Estados Unidos.

Fuente: http://www.acnur.org/noticias/noticia/el-sueno-de-una-familia-siria-de-tener-una-nueva-vida-se-reaviva/

Imagen: www.acnur.org/fileadmin/_processed_/csm_02.2017.16_Reasentamiento_EUA_Familia_019a08be54.jpg

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Siria: La generación robada

Asia/Siria/14 de febrero de 2017/Fuente: noticiasdealava

Una guerra de casi 6 años, el éxodo y la pasividad de Europa están condenando a la miseria y a la muerte a millones de niños. El futuro de un país se diluye lentamente entre las ruinas de Siria y en los campamentos de refugiados.

No son solo casi seis años de guerra. Es la guerra “más brutal de la actualidad”. El conflicto sirio está siendo especialmente demoledor para los menores. Más de ocho millones de niños y niñas necesitan ayuda humanitaria desesperadamente. Y la necesitan hoy. La guerra, el éxodo y la indiferencia de las autoridades internacionales están poniendo en peligro toda una generación de una región.

¿Qué es mejor? ¿Quedarse en el infierno que se vive en Siria o jugarse la vida en el Mediterráneo y en campos de refugiados infames? Lorena Cobas, responsable de Emergencias de Unicef Comité Español, expone las preferencias de su organismo: “Lo mejor siempre es que los niños puedan estar con sus familias y en la medida de lo posible en su lugar de origen. Para esto es necesario que puedan estar seguros. Desde Unicef hacemos un llamamiento para que los civiles y especialmente los niños no sean objetivos en una guerra que no tiene nada que ver con ellos”.

La vida en Siria se ha recrudecido en los últimos meses. El 70% de la población no tiene acceso regular a agua potable. De hecho, el corte del suministro es utilizado como un arma de guerra. “Cuando no hay otra opción, lo que hacemos es llevar agua en camiones cisterna”, señala Cobas, “pero esto es una solución temporal y además es muy costosa. Lo importante es restaurar los sistemas de agua que han sido destruidos o establecer sistemas de agua fijos”.

Conseguir alimentos también es complicado. Desde Unicef se intenta fortalecer el poco comercio que hay. “Una de nuestras líneas de acción está siendo ayudar a productores locales”, explica la responsable, “les damos apoyo a las familias. En vez de dar un alimento, les damos un vale para que puedan comprar en estos comercios”.

Los constantes ataques indiscriminados también hacen que la educación sea una actividad de riesgo. Una de cada tres escuelas en Siria está destruida, dañada o siendo utilizada con fines militares, lo que deja a la mitad de los niños sirios, 2.700.000, fuera de la escuela. “Esto es muy grave”, se lamenta Lorena Cobas, “hemos diseñado un programa de autoaprendizaje para que ellos puedan seguir las clases desde su casa con un acompañamiento de su familia. No vamos a parar hasta que los niños puedan volver a la escuela. No se trata solo de aprender. Se trata de romper el ciclo de la pobreza llevando a los niños a la escuela”.

Se estima que ahora mismo la educación en Siria ha retrocedido dos décadas y que, si no se actúa con celeridad, las ayudas monetarias a largo plazo podrían ser de 10.700 millones de euros. Pero Cobas apunta además al aspecto más humano: “Los niños necesitan sentirse niños, tener una rutina, estudiar, estar con otros niños, jugar, recuperarse… Esos niños han visto niveles de violencia inimaginables para nosotros. Han visto matar gente, incluso a miembros de su familia. La única manera que tienen los niños de recuperarse emocionalmente es recuperar la normalidad, estudiar y que les permitan que el día de mañana puedan ser niños que no repliquen lo que están aprendiendo, que es a relacionarse en medio de una guerra. Tenemos que darles otras oportunidades y otra visión de la vida en sociedad”.

Para colmo de males, los niños son también víctimas al ser reclutados por grupos armados. Y cada vez lo hacen con niños más pequeños. En 2015 más de la mitad eran menores de 15 años: “Están reclutando niños de 7 años. Los utilizan de muchas maneras: como cocineros, porteadores o como primera línea de guerra en ataques”.

Con una generación de niños comprometida, Lorena Cobas admite que la única manera que ven para que se recupere el país es invertir en la infancia: “No podemos permitir que estos niños que no han perdido las ganas de recuperarse y de recuperar su país se pierdan. Hay que invertir en su educación y protección. Mientras no consigamos esto, seguiremos engordando este círculo vicioso. Educación, protección y que tengan lo más básico para vivir. De esta manera estos niños en el futuro podrían recuperar Siria”.

LOS NIÑOS REFUGIADOS Si en Siria los niños viven en un infierno, lo que encuentran otros muchos miles como refugiados es un limbo insoportable. Cada vez son más países en los que miles de niños pasan el invierno en la intemperie, sin escolarizar y a merced de redes de trata de personas. Es más, en los últimos meses se ha detectado que en los campos de refugiados incluso ha aumentado el número de matrimonios infantiles. Sara Collantes es una especialista en políticas de infancia de Unicef y conoce bien el drama: “Teniendo en cuenta que el matrimonio infantil ya existía en los países de origen de los niños que están en campos de refugiados de Europa, no es de extrañar que veamos este fenómeno en Europa. Las familias sienten que no tienen otra salida más que dejar que una niña se case con una persona adulta contra su voluntad. Es una manera para salir adelante y poder soportar la presión económica para sobrevivir. Creen también que incluso es una medida de protección para la niña”.

Lo que más duele al pasear la vista por los campos de refugiados es la pasividad de las autoridades europeas ante el sufrimiento de miles de niños y familias. “Se han destinados recursos, pero detectamos que hay una gran lentitud en la gestión de los mismos”, explica Collantes, “el sistema de asilo europeo no funciona correctamente. Los procesos son muy lentos, hay que eliminar las trabas burocráticas y los problemas de gestión de las solicitudes de asilo aportando más apoyos técnicos para que los recursos de primera llegada puedan gestionar hábilmente y con celeridad las solicitudes”.

Las exigencias son siempre hacia las instituciones, pero el ciudadano de a pie también puede ayudar a los niños refugiados. “Siempre está la vía de colaborar con las diferentes organizaciones que trabajan por los refugiados”, confirma Sara Collantes, “pero lo que también puede hacer la gente es seguir informándose de lo que está ocurriendo y pedir responsabilidades a sus representantes políticos. Hay muchas vías para hacer llegar la voz a distintas instancias a nivel local, autonómico o estatal y que quede claro que la ciudadanía quiere una solución urgente y duradera para proteger los derechos de los refugiados”.

Fuente: http://www.noticiasdealava.com/2017/02/07/mundo/la-generacion-robada

Imagen: static.noticiasdealava.com/images/2017/01/04/bin_22379036_con_11921253_19145_1.jpg

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Refugiados sirios respiran una nueva vida en una pequeña aldea alemana

Alemania/13 febrero 2017/Fuente: acnur.org

Cuando las escuelas en la aldea de Golzow se encogían, los refugiados sirios llegaron para salvarlas de una caída.

En 2015, un grupo de niños refugiados sirios salvó una famosa escuela alemana del desastre, y ahora ellos respiran una nueva vida en la encogida aldea de Golzow. Casi dos años después, se han convertido en parte indispensable de la vida comunitaria.

“No teníamos vida allá en Siria, siempre teníamos miedo. Yo solo quería paz, nada más”, dijo Halima Taha, una refugiada siria de 30 años, quien huyó de la guerra en su hogar hace cuatro años junto con su esposo y tres hijos. Al llegar a Alemania, se ofrecieron a mudarse a Golzow, una pequeña aldea en la frontera con Polonia.

En ese momento, Halima no tenía idea de lo que significaba la llegada de la familia para los habitantes de la aldea. En ese entonces, la disminución de la población de la aldea significaba malas noticias para la escuela primaria de Golzow, conocida por los cinéfilos de todo el mundo como el escenario de “The Children of Golzow”, un épico documental de 42 horas filmado durante cinco décadas.

Sin embargo, la fama de la escuela no fue suficiente para salvarla de los efectos de una progresiva disminución. Durante los últimos ocho años, la población de Golzow disminuyó en un 12 por ciento, dejando solo 835 habitantes. Después, en marzo de 2015, lo impensable sucedió. Por primera vez desde su apertura en 1961, la escuela no logró la cantidad necesaria de estudiantes para una clase de recepción.

“No teníamos vida allá en Siria, siempre teníamos miedo”.

“Muchas personas se han ido en los últimos años”, explicó la directora de la escuela, Gabi Thomas. “No había padres jóvenes que tuvieran hijos que asistieran a la escuela. La actividad y la vida son muy importantes en una región rural, y estas son aportadas por los niños”.

La comunidad estaba angustiada, temían que esto fuera el principio del final de su amada escuela. Eso hasta que el alcalde de Golzow, Frank Schütz, ideara una solución inspiradora. Él les solicitaría a las autoridades locales que encontraran familias con niños en edades de escuela primaria que quisieran mudarse a los muchos apartamentos vacíos en Golzow. “Fue una ventaja añadida que estuviéramos ayudando a personas que también nos ayudarían a nosotros”, dijo el alcalde Schütz.

A sesenta kilómetros, Halima y su joven familia recién llegaba al principal centro de recepción en Brandenburgo, en Eisenhüttenstadt, sumamente agotados después de tres años y medio de un duro trayecto desde Siria hasta Alemania. Cuando les preguntaron si les gustaría mudarse a un apartamento donado en una aldea cercana, ellos aprovecharon la oportunidad.

“No nos importaba a qué clase de lugar íbamos, siempre y cuando estuviera limpio y fueran buenas personas”, dijo Halima. “Pensamos, ¿Por qué no?”. Meses después, su familia junto con otra familia de refugiados sirios llegó a Golzow, trayendo consigo a seis niños en edad escolar justo a tiempo para el nuevo año escolar.

A pesar de que eran un poco mayores que sus compañeros de clase, tres recién llegados se unieron a la clase de recepción, alcanzando el número mínimo de 15 estudiantes. Era una situación de ganar-ganar, donde el grupo se lograba salvar y los sirios ahora tenían un nuevo hogar.

Cerca de dos años después, una de las niñas que salvó la escuela, la hija de 10 años de Halima, Kamala, se ha adaptado rápidamente a su nueva vida. “Claro que muchas cosas han cambiado”, dijo ella, rodeada por un grupo de amigos alemanes durante un receso.

A pesar de que Kamala y su familia son musulmanes, ella disfruta aprender sobre las costumbres alemanas. “En Siria, nunca celebramos Navidad ni Pascua ni Halloween”, dijo ella, en un alemán casi fluido. “Me gusta más la Pascua porque podemos ir a buscar huevos de chocolate”.

Kamala es una estudiante brillante y ha sido promovida de una clase de recepción introductoria al tercer grado, donde sus materias favoritas son matemáticas, música y deportes. Fuera de la escuela, ella tiene mucho para mantenerse ocupada, juega bádminton con sus amigos en un club después de la escuela, o aprende a montar los ponis de su vecino.

“Me gusta más la Pascua porque podemos ir a buscar huevos de chocolate”.

“Ellos quieren conocer sobre nosotros y nosotros sobre ellos”, dijo Kamala sobre sus compañeros alemanes. “Hay mucho por hablar y explicar. A veces traduzco para los demás en árabe o alemán”.

Así como sus hijas, los padres de Kamala, Halima y Fadi están tan acomodados que a menudo actúan como mediadores entre los recién llegados y los locales. El febrero pasado, ayudaron a recibir a una tercera familia a Golzow.

“Los ayudamos mucho, cuando ellos no sabían dónde estaban o cómo funcionaban las cosas”, dijo Halima, quien creía que era lo mínimo que podían hacer dada la bienvenida que recibieron ellos de la aldea.

“Todos nos recibieron con flores”, recordó Halima. “Yo estaba muy sorprendida, no pude hacer nada más que llorar. Si vienen más familias, serán muy bienvenidas. Golzow es muy abierta, es una aldea muy pequeña y las personas son muy lindas”.

Halima y su familia ahora poseen la condición de refugiados y una visa que les permite vivir y trabajar en Alemania durante los próximos tres años. Halima trabaja medio tiempo como intérprete de árabe para una caridad alemana que ayuda a solicitantes de asilo. Mientras tanto, Fadi está en búsqueda de un empleo y practica para su prueba de manejo. Él también disfruta pescar y cuidar su jardín con sus vecinos.

Aun así, por todo el trabajo que ha llevado acomodarse a la vida en la aldea, Fadi y Halima aún extrañan sus antiguas vidas. “Puede ser difícil”, dijo Fadi de 40 años, quién tenía un negocio de bienes raíces en su natal Latakia. “Teníamos una buena vida en Siria. Pero después llegó la guerra y tuvimos que huir. Ahora estamos intentando tener una buena vida de nuevo. Todos nos ayudamos aquí. Golzow es una segunda familia para nosotros, pero claro, queremos que la masacre en Siria se acabe para poder volver”.

“Me gustaría que mis hijos volvieran a Siria algún día”, concuerda Halima. “El hogar es el hogar, después de todo. Mientras esperamos, los niños necesitan aprender, estudiar y tener buenas carreras. Por lo menos aquí estamos a salvo”.

Fuente:http://www.acnur.org/noticias/noticia/refugiados-sirios-respiran-una-nueva-vida-en-una-pequena-aldea-alemana/

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Más del 40% de los niños sirios refugiados en Turquía no van a la escuela, pese al importante aumento de matriculaciones.

Por: Unicef/04-02-2017

Cerca de medio millón de niños de Siria refugiados están matriculados en escuelas en Turquía. Pero a pesar de un aumento de más del 50% en las tasas de matriculación desde el pasado mes de junio, más del 40% de los niños en edad escolar –es decir, 380.000 niños refugiados- siguen sin tener acceso a la educación.

“Por primera vez desde que comenzó el conflicto en Siria, el número de niños sirios que van a la escuela en Turquía es mayor que la cifra de niños que permanecen fuera de ella”, dijo el director ejecutivo de UNICEF, Justin Forsyth, tras visitar los programas de UNICEF en el sur de Turquía.

“Turquía debería ser felicitado por este gran logro. Pero si no se proporcionan más recursos, sigue habiendo un riesgo real de ‘una generación perdida’ de niños sirios, privados de las capacidades que un día necesitarán para reconstruir su país”.”

Turquía es el hogar de más de 1,2 millones de niños refugiados, lo que le convierte en el principal país de acogida de niños refugiados en el mundo.

UNICEF, junto con el gobierno de Turquía, está contribuyendo a fortalecer el sistema educativo, aumentar el acceso a la educación y mejorar la calidad de la educación inclusiva para los niños sirios y los niños turcos vulnerables.

Desde 2013, UNICEF ha ayudado a construir, renovar o reformar cerca de 400 escuelas, y ha formado a unos 20.000 profesores sirios voluntarios. 13.000 profesores aproximadamente reciben incentivos mensuales.
Además están en marcha iniciativas para incluir a los niños sirios en un programa nacional de ayudas que conceda prestaciones en efectivo a las familias para que puedan enviar y mantener a los niños en la escuela.

Un total de 2,7 millones de niños sirios están fuera de la escuela en toda la región, la mayor parte de ellos dentro de su propio país asolado por la guerra, donde millones de niños siguen en peligro debido a un conflicto que se acerca a su sexto aniversario. Unos 300.000 niños están atrapados en 15 zonas bajo asedio en Siria, y otros 2 millones están en áreas que llevan tiempo sin recibir ayuda humanitaria esencial a causa de los combates y el acceso restringido. Esta cifra incluye a 700.000 niños en zonas controladas por el autodenominado Estado Islámico.

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