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Diez claves para entender la situación de los refugiados en Grecia

Asia/Siria/Europa/Grecia/06 de septiembre de 2016/Fuente: publico

Tras el «acuerdo de la vergüenza» entre la UE y Turquía, la llegada de migrantes a las costas de las islas del Egeo, fundamentalmente a Lesbos, no ha dejado de producirse, a pesar de que desde hace meses se haya silenciado.

MITILENE.- Desde 2015, más de un millón de personas que huyen de la guerra ─fundamentalmente de Siria─ han pasado por Grecia. El 20 de marzo, la Unión Europea y Turquía firmaron un acuerdo con la intención de frenar ese flujo de refugiados y las fronteras de Europa se cerraron. En la actualidad, se calcula que entre 40.000 y 70.000 personas están atrapadas en Grecia.

Las 10.000 personas que se encontraban en el campo de Idomeni, en la frontera con Macedonia, fueron realojadas a partir del 24 de mayo en los alrededores de Tesalónica, al norte del país. También siguen llegando refugiados a las costas de las islas del Egeo, fundamentalmente a Lesbos, aunque desde hace meses se haya silenciado. Este es un decálogo para comprender la situación actual tras un recorrido por los campos de Lagadikia, Oreokastro, Sindos y Veria, ubicados en el norte peninsular, y de Moria y Kara-Tepé en Mitilene, la capital de Lesbos:

Entre 40.000 y 70.000 personas están atrapadas en Grecia. - TOMÁS PARRA

Pintada en la entrada al campo de Oreokastro, en los alrededores de Tesalónica. – TOMÁS PARRA

1. El acuerdo alcanzado el pasado 20 de marzo entre la Unión Europea y Turquía es conocido como “Acuerdo de la vergüenza”. El mismo supone la devolución a Turquía de todos los inmigrantes irregulares y refugiados que lleguen a las islas del Egeo a partir de esa fecha. A cambio se estudia, con más mimo que nunca, la adhesión de Turquía a la UE y se negocia que los ciudadanos turcos pueden acceder sin visado al territorio Schengen, aunque por el momento este aspecto está paralizado y Turquía exige su cumplimiento.

El pacto se selló bajo la excusa de que se podía considerar al país euroasiático como un lugar seguro y, por tanto, capaz de albergar allí a los refugiados que huyen de la guerra y tratan de acceder a Europa a través de la costa griega. El golpe de Estado de principios de julio, los recientes atentados que han sacudido al país, así como la sombra de la restauración de la pena de muerte en Turquía demuestran que no lo es y que está lejos de cumplir los estándares de “país seguro” que recoge la Convención de Ginebra, firmada por los mismos Veintiocho que hoy abandonan el espíritu integrador con el que un día se fundó la Unión Europea.

Las llegadas por la ruta Turquía-Lesbos no han dejado de producirse. - TOMÁS PARRA

Puerta de acceso a Moria, antiguo campo de refugiados convertido desde marzo en un centro de detención, en la isla de Lesbos. – TOMÁS PARRA

2. El flujo de llegadas no se ha detenido. Aunque es considerablemente menor, las llegadas por la ruta Turquía-Lesbos no han dejado de producirse. Antes del 20 de marzo, cada día llegaban a la costa griega una media de 1.740 migrantes. Tras el pacto, la media estaba en 47, aunque en las últimas semanas la cifra ha aumentado a 100 y se prevé que los acontecimientos en Turquía puedan reactivar esta ruta. La consecuencia del acuerdo no es el cerrojo al tránsito en el mar, sino la reactivación de vías más peligrosas, como la que va de Libia a Lampedusa (Italia). Las organizaciones humanitarias han alertado en más de una ocasión de que en esa ruta hay una presencia mucho mayor del Estado Islámico y que la práctica totalidad de las mujeres que acceden a Europa por esa vía han sufrido agresiones sexuales. En lo que va de año, más de 160.000 personas han accedido a Europa y cerca de 4.000 han perdido la vida en el mar. Entre ellos centenares de niños.

Interior del campo de Oreokastro, en los alrededores de Tesalónica. - TOMÁS PARRA

Interior del campo de Oreokastro, en los alrededores de Tesalónica. – TOMÁS PARRA

3. Objetivamente, la situación de los campos de refugiados que abarrotan el país es menos dramática de lo que cabría imaginar. Aunque sobreviven en naves industriales o descampados alejados de cualquier lugar transitable y hacinados en tiendas de campaña provistas con lo mínimo e imprescindible, allí se les garantizan tres comidas al día, ropa, agua, luz y una sensación de semi-seguridad. Estas medidas podrían aceptarse como temporales, muy temporales, pero todas las autoridades hablan de que es posible que los procedimientos de solicitud de asilo (para quienes estaban en Grecia antes de la firma del acuerdo) se demoren hasta dos años.

Si estos lugares se convierten en asentamientos a largo plazo, urge mejorar las condiciones de falta de privacidad, de una dieta nada variada, de ausencia de actividades que permitan su desarrollo personal y profesional. Del mismo modo, debería exigirse con más ahínco que se informe a los solicitantes de asilo de los plazos que se barajan. Pese a la decepción inicial al saber que sus próximos dos años los pasarán ahí, podrían organizarse y volver a sentirse productivos, superando así el trauma que supone una rutina desde hace seis, ocho o diez meses que consiste en despertarse, comer, esperar que pasen las horas y dormir.

Mujeres cocinando en el campo de Sindos, en los alrededores de Tesalónica. - TOMÁS PARRA

Mujeres cocinando en el campo de Sindos, en los alrededores de Tesalónica. – TOMÁS PARRA

4. Las mujeres son las más perjudicadas por la situación en estos campos. El miedo a salir al baño (siempre situado fuera de la nave) durante la noche las obliga a dormir con pañales. No importa que tengan 20, 40 ó 60 años, su dignidad ya se ha perdido. Se turnan para hacer guardias nocturnas y vigilar las tiendas en las que viven mujeres para evitar que se produzcan violaciones. A las embarazadas, además, se les debería proporcionar una dieta infinitamente más variada.

Los refugiados parodian la visita "express" de periodistas en Idomeni. – HASAN TOPAL

Los refugiados parodian la visita «express» de periodistas en Idomeni. – HASAN TOPAL

5. El acceso a los campos para los periodistas, pese a las referencias que se leen en prensa, no es complicado. La burocracia es lenta y se requiere un permiso específico del Ministerio del Interior para acceder a todos aquellos campos que gestionan los militares y otro de la Alcaldía pertinente para acceder a los que se encuentran bajo control municipal. Una vez obtenido el permiso, las propias autoridades que custodian el acceso facilitan todo lo necesario, desde la entrada hasta información y cifras. Se permite hacer entrevistas y fotografiar las instalaciones. Los militares, pero fundamentalmente los refugiados,critican la labor de todos los periodistas que “llegan a un campo, se les deniega el acceso al no haber solicitado el permiso, recopilan dos testimonios dramáticos, dos fotografías chocantes y se vuelven con un titular a sus vidas acomodadas”, en sus propias palabras.

Una niña dibuja en una pared del campo de Sindos, en los alrededores de Tesalónica. - TOMÁS PARRA

Una niña dibuja en una pared del campo de Sindos, en los alrededores de Tesalónica. – TOMÁS PARRA

6. El Gobierno griego, pese a los fallos y a la infinidad de aspectos cuestionables, es el único de los países de la Unión que se ha comprometido a hacer algo cuando Hungría, Austria o Macedonia han cerrado su frontera a cal y canto y cuando el resto de países han acogido con cuentagotas a perfiles de refugiados muy concretos. Del más de un millón de personas que han pasado por Grecia desde 2015, sólo se ha reubicado a 3.000 y se estima que en la actualidad hay 66.400 refugiados repartidos en más de sesenta campos de todo el país. La limosna que recibe de la UE para gestionar todos esos campos (unos seis millones de euros) es absolutamente insuficiente. Más, si se compara con los 6.000 millones que va a recibir Turquía en dos fases por colocar a sus gendarmes como muro de contención y por violar sistemáticamente los derechos de los 2,7 millones de personas que huyen del horror y que se estima que se encuentran en el país. Por el contrario Grecia, incluso, se ha comprometido a incluir en su sistema educativo a todos los niños y adolescentes a partir de este septiembre.

Un vigilante griego reparte comida entre los refugiados de Kara-Tepé, en la isla de Lesbos. - TOMÁS PARRA

Un vigilante griego reparte comida entre los refugiados de Kara-Tepé, en la isla de Lesbos. – TOMÁS PARRA

7. El pueblo griego, sin duda, es quien debe recibir el mayor de los reconocimientos. Con sus medios y su solidaridad sostienen los fallos de un sistema desbordado. Hay campos gestionados por completo por vecinos de los pueblos cercanos, hay familias griegas que han acogido a familias completas de refugiados en sus casas, hay cientos de ciudadanos anónimos que de su bolsillo han pagado equipos de rescate a las decenas de voluntarios que se encuentran custodiando la costa de Lesbos.

Manuel Elviro Vidal, voluntario de Proemaid, vigilando la posible llegada de embarcaciones a la costa sur de la isla de Lesbos. - TOMÁS PARRA

Manuel Elviro Vidal, voluntario de Proemaid, vigilando la posible llegada de embarcaciones a la costa sur de la isla de Lesbos. – TOMÁS PARRA

8. Imprescindible también es la labor de voluntarios y organizaciones humanitarias. En Grecia hay miles de voluntarios trabajando en los campos, miles de personas que han dejado sus vidas para mejorar las de los demás, que les garantizan bienes de primera necesidad, que entretienen a los más pequeños para que dediquen el menor tiempo posible a entender el horror que les queda por delante o a recordar el que dejaron atrás, que imparten clases y talleres de cualquier cosa. Pero fundamentalmente, hay voluntarios que custodian las costas griegas para reducir todo lo posible las muertes en el mar, como todo el equipo de Proem-aid. Bomberos, socorristas y personal sanitario que desde hace un año pasan cada noche en las playas y que han auxiliado a más de 50.000 personas de las aguas del Egeo con sus medios y su trabajo desinteresado. Las organizaciones pequeñas conocen el terreno y se organizan a la perfección. Las grandes, en cambio, deberían hacer autocrítica. Hay demasiadas organizaciones humanitarias, de todos los países, de todos los grandes organismos. Su falta de coordinación hace que la ayuda esté mal gestionada y se inviertan infinidad de recursos, materiales y económicos, de manera inútil.

Onio Reina, uno de los fundadores de Proemaid, reclamando un 'paso seguro' entre Turquía y la UE. - PROEMAID

Onio Reina, uno de los fundadores de Proemaid, reclamando un ‘paso seguro’ entre Turquía y la UE. – PROEM-AID

9. Son muchísimas las organizaciones y partidos políticos en toda Europa que reclaman un paso seguro. Este consistiría en facilitar el acceso de los migrantes desde Turquía hasta Grecia, pagando por subir a un ‘ferry’ los 42 euros que pagaría cualquier viajero por recorrer los 16 kilómetros de distancia que hay entre ambas orillas y no los hasta 4.000 que les pueden llegar a cobrar las mafias. Mafias de las que los medios de comunicación no hablan y que, una vez facturada esa cantidad por pasaje, montan a 50 personas en una embarcación que parece de juguete. Les cobran aparte un chaleco relleno de polietileno expandido (porexpan) que se hunde y hace el efecto contrario al que se le presupone a un chaleco salvavidas y los lanzan al agua, cuando muchos de ellos no han visto el mar en la vida, con un motor que ha sido reutilizado cientos de veces y que posiblemente les dejará a la deriva en mitad de la travesía. Por si fuera poco, las mafias ─y lo que viene a continuación está sacado de testimonios de los propios migrantes y de organizaciones humanitarias─, aliadas de los guardacostas turcos, disparan y hunden la mayoría de las embarcaciones cuando llevan unos cientos de metros recorridos. Los guardacostas los interceptan, los devuelven a la orilla y vuelta a empezar. Otros 4.000 euros. Quién sabe hasta cuántas veces.

Refugiados palestinos en el campo de Lagadikia, en los alrededores de Tesalónica. - TOMÁS PARRA

Refugiados palestinos en el campo de Lagadikia, en los alrededores de Tesalónica. – TOMÁS PARRA

10. Esta no es una crisis de refugiados sirios. Si bien son una notable mayoría, hay miles de paquistaníes, iraquíes y afganos en Grecia, entre otras muchas nacionalidades. Son los grandes silenciados de esta crisis. Los sirios, con suerte y tras un periodo largo, lograrán el asilo en algún país europeo, algo que será más fácil para las familias con niños o para aquellos que tengan familiares ya en Europa. Todos los demás, en cambio, pese a huir de las mismas guerras, son considerados migrantes económicos para la Unión, lo que automáticamente les deja fuera de cualquier posibilidad de asilo.

Un hombre protesta tras las alambrada de espino colocada en el campo de Moria, en la isla de Lesbos. - TOMÁS PARRA

Un hombre protesta tras las alambrada de espino colocada en el campo de Moria, en la isla de Lesbos. – TOMÁS PARRA

CODA. Las personas que buscan refugio en la Unión Europea huyen de las bombas y la guerra. La mayoría de los varones tenía dos opciones: unirse a algún bando o huir, solos o con sus familias. Hay una tercera, que era aceptar la muerte. Quienes no quisieron empuñar un arma y matar a sus compatriotas decidieron salir de allí. No son terroristas, no vienen a nuestros países a atentar. Europa, negándoles el acceso, está violando decenas de tratados internacionales que ha firmado y con los que se ha comprometido. No es sólo un deber moral, sino de cumplimiento de estos tratados, garantizar la seguridad de las personas que huyen de un conflicto armado o que son perseguidas en sus países de origen por cualquier razón. Es una obligación asegurar el respeto a la dignidad de todos ellos. Y es aún más fundamental el cumplimiento de los derechos de los niños. Lo que es absolutamente ilegal es externalizar el drama de millones de seres humanos, ponerse una venda en los ojos y hacer oídos sordos a las peticiones de quienes no hacen más que reivindicar que Turquía no es un país seguro.

Fuente: http://www.publico.es/internacional/diez-claves-entender-situacion-refugiados.html

Imagen: www.publico.es/files/article_main//files/crop/uploads/2016/09/02/57c9a84f603e0.r_1473020223452.0-118-830-546.jpg

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Siria: El desesperado rostro de la guerra

Asia/ Siria/30 de agosto de 2016/ Fuente y Autor/Siempre/Bernardo González Solano

El mundo sufre fortísima crisis humanitaria. Por atender el bosque se pierde el árbol. El siglo XXI empezó mal: los atentados terroristas que derrumbaron las Torres Gemelas en la ciudad de Nueva York el 11-S de 2001, dieron paso a un imparable derramamiento de sangre desde el centro mismo del último imperio: Estados Unidos de América (EUA), que se ha extendido al Viejo Continente (en varias de sus milenarias capitales), a Asia y al Oriente Medio, donde no ha parado la matanza (por todas las razones ideológicas y religiosas posibles).

Desde hace un lustro, en Siria, lo que se inició como una revuelta popular se ha convertido en una guerra civil en la que se han implicado varios países de la región, y varias de las potencias que forman parte del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU). Esta guerra ya casi suma 300,000 muertos y millones de heridos. Aparte de las víctimas mortales castrenses (que no son la mayoría), la población civil y especialmente los niños, son los que sufren principalmente las consecuencias de ese enfrentamiento en el que EUA y Rusia ya están implicados.

Los infantes sirios nacidos hace cinco años no conocen otra vida que la de los sótanos, los refugios, la escasez de alimentos, de medicina, la muerte de sus padres, hermanos y el resto de la familia. En el último de los casos, abandonar el país, en calidad de refugiados con el propósito de tratar de llegar a la Unión Europea, cruzando el Mediterráneo donde muchos miles ya han perdido la existencia. A últimas fechas, fotografías de infantes supervivientes y de cadáveres de pequeños ahogados, han impactado en todo el planeta. La crudeza de las imágenes de dos niños sin futuro podrían representar una oportunidad para que la guerra en Siria llegara a su fin, lo cual no es seguro.

Pero, al mismo tiempo, también significan el desinterés de la Humanidad por el sufrimiento de nuestros semejantes en países que la mayoría no saben ubicar en los mapas. En resumen, el mundo se ha deshumanizado. El sufrimiento de millones y millones de seres humanos no les importa a la mayoría. Cada quien se preocupa únicamente por lo suyo. Lo que significa, simple y llanamente que “cada quien se rasque con sus uñas”. Esa es la verdad. Lo demás es hipocresía.

De acuerdo a United Nations Children´s Fund (UNICEF: Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia), 8.4 millones de niños están afectados por el conflicto armado en Siria. En lo que va del mes de agosto, ningún convoy con ayuda humanitaria internacional ha podido llegar a ninguna de las zonas asediadas por los combatientes en territorio sirio, ni en Alepo, al norte del país, la segunda ciudad más importante donde residían 1.5 millones de habitantes, dividida por los enfrentamientos desde 2012, ni en otras partes donde más de 500,000 civiles carecen de lo elemental para sobrevivir.

Por esto, de acuerdo con Peter Salama, director regional para Oriente Próximo y el Norte de África de UNICEF, 3.7 millones de sirios han nacido tras el inicio de la guerra civil en 2011, y entre ellos 151,000 son refugiados desde el primer día de sus vidas porque nacieron en el seno de familias cuyos jefes tuvieron que abandonar su patria. Asimismo, apunta el funcionario internacional: “Las vidas de estos niños están marcadas por la violencia, el miedo y el desplazamiento”. Además, dos millones de infantes no reciben ningún tipo de educación en el país, según SaveThe Children en el país, y tampoco otros 700,000 niños nativos de países vecinos.

Las cifras de UNICEF son apabullantes: en territorio sirio, de los 13.5 millones de personas en situación desesperada, la mitad son menores de 18 años, y 6.5 millones de niños tuvieron que huir de sus hogares convirtiéndose en desplazados forzados, aparte de otros dos millones que todavía viven en lugares difíciles donde no pueden llegar los pocos  organismos internacionales de ayuda humanitaria que todavía tratan de hacerlo. El organismo de la ONU asegura que las violaciones contra menores de edad son asunto cotidiano. El año pasado se registraron más de 1,500 agresiones graves. Más del 60% fueron asesinatos y mutilaciones por el estallido de todo tipo de bombas en sitios de tránsito, incluso para ir a la escuela.

La angustiosa situación se da no sólo en Alepo, sino en las áreas leales a Damasco bajo el asedio de los adversarios del “gobierno”. En ese cerco están encerrados, por lo menos, más de 100,000 niños que viven en sótanos donde apenas sobreviven, como el resto de una población exhausta tras cinco años de carnicería e impunidad en Siria. Parte de los civiles que aún se encuentran en la desdichada ciudad de Alepo están bajo el control de los rebeldes. De tal suerte, los sitios a los que los somete el régimen impide la llegada de alimentos, electricidad, agua, medicinas y productos de primera necesidad. Además, algunas ONG denunciaron un aumento de los ataques contra los colegios en las ciudades de Idlib y Alepo. Seis centros educativos fueron atacadas en menos de siete días.

Entre bombardeos indiscriminados de escuelas y hospitales –más de 25 en lo que va de 2016–, el régimen de Bashar al-Asad usa armas no “convencionales” como los barriles bomba, gases químicos como el cloro o el temible napalm (que en la guerra de Vietnam causó miles de muertos), prohibido por todos los tratados de protección de civiles en conflicto. La razón del veto mundial para este tipo de materiales mortíferos, es la imposibilidad de dirigirlas con precisión sobre objetivos militares.

Muchos niños tienen que permanecer en Siria y otros tratan de escapar –con sus familias o solos–, con destino a Europa y algunos países vecinos con la esperanza de encontrar una vida más segura. De acuerdo a información proporcionada por el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), en el mes de junio último había dos millones y medio de infantes sirios con la condición de refugiados. En la Unión Europea hay 214,355, la mayoría de los cuales se encuentran, en Alemania (82,520); Hungría, 45,625; y en Suecia, 27,975, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Así, los refugiados infantiles son el grupo más débil y vulnerable. Los niños sufren abusos, tráfico, enfermedades y explotación laboral y sexual. Y muchos mueren ahogados en el mar Egeo y el Mediterráneo.

En 2015, más de la mitad de los casos estudiados por la ONU los “niños soldados” eran menores de 15 años, un 30% más que el año anterior. “Los niños están siendo utilizados para matar”. El mejor ejemplo de lo anterior se presentó en la noche del sábado 20 de agosto en la ciudad de Gaziantep, Turquía, en una fiesta nupcial, cuando un menor de entre 12 y 14 años de edad, se convirtió en un suicida-terrorista al estallar una carga explosiva que causó por lo menos 51 muertos y 94 heridos. Este atentado es el más mortífero registrado en el país en lo que va del presente año –el acto terrorista en el aeropuerto de Estambul en junio pasado causó 45 muertos–, y al momento de escribir está crónica todavía nadie se atribuía la autoría del mismo, aunque el presidente Recep Tayyip Erdogan acusó al Estado Islámico como probable autor de la masacre.

En tales circunstancias, el miércoles 17 de agosto, circuló en los medios una fotografía  que dio la vuelta al mundo por el efecto viral de las redes sociales que tanto bien y tanto daño causan en los días que corren. La imagen del pequeño Omran Daqneesh, de cinco años de edad, ensangrentado y polvoriento como su patria, Siria, recorrió todo el planeta en segundos. “El niño de la ambulancia”, se tituló la foto. Su corta y  dramática historia está ligada a la guerra en Alepo.

Un vídeo proporcionado por el Aleppo Media Center –activistas enemigos del régimen de Bashar al-Asad–, proyecta el momento en que los rescatistas sacan a Omran, conmocionado, de entre los restos de su hogar, en el barrio de Qaterji, junto a sus cuatro hermanos, uno de los cuales moriría pocos días después.

La foto que ya se hizo famosa, muestra a Omran sentado en una silla color naranja. La imagen es el símbolo de la sinrazón de la guerra civil en Siria. La impresión es apabullante: el horror en grado sumo. El niño mira sus manos, manchadas con su propia sangre y trata de limpiarse en sus sucios pantalones cortos. La expresión vacía, en shock. El autor de la foto, Mahmud Rslan, dijo a la agencia AFP. “He tomado muchas fotos de niños muertos o heridos por los bombardeos, lo que ocurre cotidianamente en la parte rebelde de Alepo…lo normal es que estén desmayados o lloren. Pero Omran estaba ahí sin voz, con la mirada perdida. Es como si no comprendiera muy bien lo que le acababa de suceder”. No era para menos.

Era forzoso que está fotografía remitiera a otra imagen fotográfica, la de un niño ahogado en una playa turca cuando intentaba llegar, con su familia, a la isla griega de Kos. El nombre del pequeño: Aylan Kurdi. Recorrió el mundo como sucedió con Omran Daqneesh . El fenómeno fue similar en ambos casos, el seguimiento de la noticia fue masivo. Todo el mundo se impactó con las imágenes. Pero nada cambió. Todo sigue igual. La guerra continúa en Siria y en muchas otras partes. La suerte de los niños es la misma. VALE.

Fuente: http://www.siempre.com.mx/2016/08/el-desesperado-rostro-de-la-guerra/

Imagen: www.siempre.com.mx/wp-content/uploads/2016/08/3298-Berna.jpg

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La educación al rojo vivo: las escuelas de Alepo resultan dañadas tras la reanudación de los conflictos

 Asia/ ALEPO, República Árabe Siria, 30 de agosto de 2016 /Fuente y autor: UNICEF/ Basma Ourfali y Yasmine Saker

La reanudación del conflicto de Alepo ha puesto en peligro a los niños, después de que las escuelas hayan sido objeto de ataques en las últimas semanas. UNICEF construyó en 2013 una escuela intermedia para niñas que transmitió algo de calma a las niñas desplazadas del vecindario. Sin embargo, tras los fuertes bombardeos del pasado 31 de julio, las estudiantes huyeron para no volver.

– En Alepo, la vida de un niño se ha vuelto aún más peligrosa con la escalada de los ataques y el conflicto en toda la ciudad en las últimas semanas. Los niños están expuestos a un peligro aún mayor a causa de los bombardeos y el conflicto existentes en la República Árabe Siria, que han perjudicado especialmente a la educación. Las escuelas de Alepo han sido objeto de ataques y los combatientes han ocupado muchas de ellas, dejándolas destruidas o dañadas.

La escuela del vecindario 1070 transmitió algo de calma en la que suele ser la cruda realidad de 5.000 familias que viven en torres de bloques de cemento a medio construir en un asentamiento para desplazados situado en los suburbios del oeste de Alepo. Conforme las familias que escapaban del conflicto de las zonas rurales se reubicaban en los vecindarios del 1070, Tishreen y Al-Riyadeh en 2013, las escuelas existentes se vieron sobrepasadas. La escuela del 1070 se convirtió en un lugar de esperanza en el que los niños podían empezar a construir futuros nuevos.

UNICEF ha instalado un total de 130 aulas prefabricadas por toda la ciudad de Alepo como respuesta a las necesidades de educación de los niños desplazados.

Además, UNICEF construyó la nueva escuela del 1070, la única escuela intermedia para niñas del vecindario, consistente en 17 aulas prefabricadas con retrete e instalaciones de saneamiento. La escuela comenzó con 660 estudiantes, y en 2015 se instalaron 15 aulas prefabricadas adicionales. Gracias a las campañas de “Regreso a la escuela” de UNICEF al inicio de los años académicos 2014-15 y 2015-16, las matriculaciones aumentaron hasta alcanzar 2.500 estudiantes.

>>  Declaración del Director Ejecutivo de Unicef, Anthony Lake, sobre la situación de los niños de Alepo

“Una oportunidad para vivir momentos de su infancia perdida”

Hanaa Singer, Representante de UNICEF en Siria, visitó la escuela del 1070 en febrero de este año para conocer a las estudiantes y los profesores.

Imagen del UNICEF
© UNICEF Syrian Arab Republic/2016
Las balas atravesaron las paredes de las clases prefabricadas construidas por UNICEF en la escuela del 1070 de Alepo en medio de los ataques y el conflicto existentes, que han ocasionado daños en 12 escuelas de la ciudad.

“A pesar de las condiciones de vida miserables que las rodean, las niñas de esta escuela tan limpia y organizada se sentían felices y llenas de energía. La escuela les dio la oportunidad de vivir momentos de su infancia perdida”, afirmaba Singer. “Esas niñas y la pasión que sentían por la educación me inspiraron mucho. Ni siquiera las dificultades que habían vivido con sus familias tras ser desplazados por el conflicto eran un impedimento para tratar de alcanzar su sueño de recibir una educación”.

Sin embargo, las niñas también le hablaban a Singer de los peligros que tenían que afrontar solo para ir a la escuela y del miedo que les daba salir a jugar al patio de la escuela durante los descansos.

“Escuchaba incrédula a las niñas cuando me hablaban del francotirador que había cerca de allí, que parecía disfrutar al atormentar a las estudiantes apuntándolas de vez en cuando para asustarlas. Todas las niñas pedían un ‘muro’ que las protegiera y les permitiera respirar durante los descansos”, contaba Singer.

UNICEF respondió rápidamente y trabajó con la escuela para construir un muro de acero que permitiera a las estudiantes entrar a la escuela de forma segura, así como jugar y moverse por el patio. El muro se terminó de construir en unos días, y una estudiante de 16 años, Ahlam, que conoció a Singer durante su visita, tuvo una idea: “¿Por qué no lo pintamos? Se ve muy aburrido”. De modo que las estudiantes diseñaron y pintaron el muro con colores vivos y lo nombraron “el muro de la esperanza”.

Abandonar una escuela muy preciada

Con la escalada del conflicto el 31 de julio, los morteros y las bombas obligaron a las familias ya desplazadas del vecindario 1070 a volver a escapar. La directora de la escuela del 1070 relató a UNICEF lo ocurrido aquel día:

“Cuando comenzaron los ataques, las estudiantes estaban en la escuela recibiendo clases estivales de recuperación. A las 11 de la mañana escuchamos explosiones cercanas y enviamos de inmediato a las estudiantes a casa. Pensamos que sería lo de siempre y que podríamos regresar a la escuela al día siguiente. Pero nunca lo hicimos”.

El conflicto existente sigue afectando al vecindario y, mientras 35.000 personas permanecen desplazadas, otras se refugian en centros de socorro de urgencia, en casas de familias y amigos o en mezquitas, parques y calles. La escuela del 1070 ha quedado profundamente dañada. El 9 de agosto, la directora pudo hacer una breve visita a la escuela.

“Vi cristales rotos, ventanas rajadas y puertas destrozadas. Había libros esparcidos por el suelo y mezclados con restos de proyectiles y bombas. Las paredes del lado de la escuela expuesto a los francotiradores estaban llenos de agujeros de balas. Una de las clases prefabricadas estaba quemada”.

Imagen del UNICEF
© UNICEF Syrian Arab Republic/2016
Ventanas rotas en la escuela del 1070. Los ataques y el conflicto recientes han producido todos los daños.

En la escuela se estaban llevando a cabo clases estivales de recuperación para ayudar a las niñas a recuperar los años de educación perdidos como resultado del conflicto, así como actividades de ayuda psicosocial para ayudarlas a sobrellevar el trauma de la violencia que las rodea. Con las familias dispersadas y la escuela en medio de una zona de conflicto activo, todo esto ha debido detenerse. La directora de la escuela le dijo a UNICEF:

“Para mí, esta escuela es como mi casa. Fui la directora desde que abrió en 2013. Si la destruyeran por completo, yo ayudaría a reconstruirla, ladrillo a ladrillo”.

Desde el 31 de julio, 12 escuelas de Alepo han resultado dañadas por los bombardeos y el conflicto y ocho más han sido ocupadas por los combatientes. Las 20 escuelas se encuentran en los vecindarios colindantes con la escuela del 1070.

La respuesta de UNICEF

El acceso de los niños de Alepo a la educación se está viendo amenazado cuando todos los niños de la República Árabe Siria deberían estar a punto de regresar a la escuela en septiembre. UNICEF está agilizando las ayudas para Alepo y el resto del país y poniendo toda su atención en ayudar a que los 2,1 millones de niños que no van a la escuela vuelvan a estudiar. Sin embargo, ni los profesores ni los niños saben aún cuándo podrán regresar a su preciada escuela del 1070.

UNICEF está trabajando con las autoridades educativas de Alepo para garantizar que los niños desplazados no se queden atrás en su educación. Con tantas escuelas dañadas o afectadas aún por el conflicto, se están planificando alternativas. Al mismo tiempo, UNICEF está preparándose para ampliar su programa de auto aprendizaje, diseñado para ayudar a los niños a seguir aprendiendo hasta que logren regresar a la escuela.

El pasado febrero, Ahlam, de 16 años, le dijo a UNICEF: “Mis amigas y yo sabemos que si no vamos a la escuela, no tendremos un futuro”.

UNICEF ha ampliado las labores de asistencia para las 35.000 personas desplazadas por la parte oeste de la ciudad a causa del conflicto reciente. UNICEF está colaborando con las clínicas móviles para poder ofrecer servicios de salud en pediatría, nutrición y maternidad a las familias desplazadas, así como equipos móviles de ayuda psicosocial. Con sus aliados, UNICEF ha repartido ropa para los niños desplazados.

Toda la población de Alepo se enfrenta a una crisis de agua que expone a los niños y las familias a posibles brotes de enfermedades transmitidas por el agua.

Al tiempo que las escuelas resultaban dañadas a causa de la escalada del conflicto actual, ocurría lo mismo con lainfraestructura de electricidad necesaria necesaria para abastecer las estaciones que proporcionan agua al total de los dos millones de habitantes. El conflicto existente hace imposibles las reparaciones. Como respuesta, UNICEF y sus aliados han ampliado enormemente los servicios de agua de emergencia. Sin embargo, es fundamental reparar la infraestructura de electricidad, ya que el bombeo de agua es el único modo de cubrir las necesidades de los dos millones de residentes de la ciudad. Si no se restaura el sistema de bombeo de agua, los niños y las familias se verán obligados a recurrir a fuentes de agua poco seguras, exponiéndose así a posibles brotes de enfermedades transmitidas por el agua.

Fuente: http://www.unicef.org/spanish/infobycountry/syria_92554.html

Imagen: www.unicef.org/spanish/infobycountry/images/13384ibc1.jpg

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Respuesta de la UNESCO a la Crisis en Siria

www.unesco.org

El conflicto sirio comenzó en marzo de 2011 y ha dado lugar a la mayor crisis humanitaria del mundo de los últimos años. La situación en el país y las condiciones de los refugiados en los países vecinos siguen empeorando.

Actualmente casi 13,5 millones de sirios necesitan asistencia y 6,5 millones de ellos se encuentran desplazados dentro de su propio país, de los cuales la mitad son niños, luchando por sobrevivir y hacer frente a la crisis. Asimismo, más de 4,5 millones de personas han huido a países vecinos, un tercio de las cuales son niños y jóvenes en edad escolar. Se estima que 8,1 millones de niños y jóvenes sirios dentro del país y en los países vecinos necesitan recibir educación.

Por otra parte, el patrimonio cultural del país está expuesto continuamente a amenazas de destrucción, pillaje y tráfico ilícito. Importantes sitios y monumentos han sido destruidos o han sufrido daños considerables.

La UNESCO se ha mostrado activa en la respuesta a la crisis, en particular brindando asistencia a los refugiados sirios y a las comunidades de acogida del Iraq, Jordania y el Líbano, y salvaguardando el patrimonio cultural de Siria. La respuesta de la UNESCO aborda las necesidades humanitarias y la ayuda para el desarrollo a largo plazo, generando complementariedades y sinergias entre estos ámbitos. Esta respuesta se integra en los procesos coordinados desde el plano nacional y se ajusta plenamente al Plan de Respuesta Humanitaria para Siria 2016 (HRP) y al Plan Regional para los Refugiados y la Resiliencia 2016-2017 (3RP).

En la esfera de la educación, la respuesta de la UNESCO se centra en la educación y el empoderamiento de los jóvenes, ofreciendo oportunidades educativas a los jóvenes afectados por la crisis en el Líbano, Jordania y el Iraq y mejorando la calidad de su enseñanza y aprendizaje, tanto en entornos formales como no formales.

Los ámbitos prioritarios de la acción de la UNESCO en Siria son la formación de docentes en materia de enseñanza técnica y profesional, los programas de aprendizaje acelerado, las actividades extraescolares y el apoyo psicosocial.

Dentro de la respuesta humanitaria a la crisis de Siria, la principal carencia sigue siendo la educación y, en particular, la educación posterior a la primaria. Sobre la base de los logros alcanzados hasta la fecha, la UNESCO se ha esforzado por consolidar aún más sus actuaciones y profundizar el alcance de su respuesta abordando las disparidades en el aprendizaje de los jóvenes de Siria, Jordania, el Líbano y el Iraq. En febrero de 2015, la UNESCO puso en marcha un programa para la reducción de las disparidades en el aprendizaje de los jóvenes, que contribuirá a facilitar el acceso a la educación secundaria y superior, mejorar su calidad y construir unos sistemas educativos que tengan una mayor capacidad de adaptación para los jóvenes afectados, de entre los 15 y los 30 años, tanto dentro de Siria como en la región.

En la esfera de la cultura, la UNESCO hace hincapié en salvaguardar el rico patrimonio cultural de Siria. Desde el inicio de la crisis, la Directora General ha insistido firmemente en ello, haciendo un llamamiento a todas las partes en el conflicto y a las autoridades sirias para que respeten y protejan el patrimonio cultural.

Además, se ha alertado y movilizado a los países vecinos, la INTERPOL y los colaboradores institucionales para hacer frente al tráfico ilícito de bienes culturales muebles. En agosto de 2013 la UNESCO organizó una reunión de alto nivel sobre la salvaguardia del patrimonio cultural de Siria, en la que los participantes aprobaron el Plan de acción de la UNESCO de medidas urgentes de salvaguardia y estrategias para después de la recuperación.

En el marco de ese Plan de acción, la UNESCO puso en marcha un “Proyecto de salvaguardia de emergencia del patrimonio sirio” de tres años de duración, orientado a atenuar la destrucción y la pérdida del patrimonio cultural y a formular medidas prioritarias para después del conflicto, así como acciones a medio y largo plazo, como forma de restaurar la normalidad y la cohesión social en Siria. En el marco del proyecto, la UNESCO creó el Observatorio Internacional del Patrimonio Cultural Sirio, que supervisa y evalúa la situación del patrimonio cultural de Siria.

Mediante sus iniciativas, la UNESCO alentó al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a aprobar la resolución 2199, en la que se condena la destrucción del patrimonio cultural y se adoptan medidas vinculantes para luchar contra el tráfico ilícito de antigüedades y objetos culturales procedentes del Iraq y de Siria.

Por otro lado, en Siria y en los países vecinos (Iraq, Jordania, Líbano y Turquía) se han organizado una serie de actividades de formación sobre la lucha contra el tráfico ilícito de objetos culturales de Siria y sobre las más avanzadas herramientas de conservación y restauración del patrimonio arquitectónico. La UNESCO y el UNITAR (el Instituto de las Naciones Unidas para Formación Profesional e Investigaciones) firmaron un acuerdo para proteger los sitios del patrimonio cultural y natural con las tecnologías geoespaciales más modernas.

Además, la UNESCO ha llevado a cabo una campaña de concienciación en los medios sociales para sensibilizar al público en general sobre las amenazas a las que se enfrenta el patrimonio cultural de Siria, así como una campaña global, Unite4Heritage (“Unidos por el patrimonio”), que se puso en marcha en marzo de 2015. El objetivo de esta campaña, de gran popularidad, es hacer frente a la propaganda de odio, intolerancia y violencia con mensajes de unidad, tolerancia y solidaridad, y suscitar apoyo en favor de la protección del patrimonio en todos aquellos casos en que se encuentre amenazado por el sectarismo y la violencia extrema. La campaña ha generado también interés en los medios de comunicación, con la publicación de más de 500 artículos en la prensa internacional.

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Siria: Inauguran en Damasco exposición de enseñanza y formación.

Con la participación de 44 instituciones académicas y científicas comenzó hoy en Damasco, Siria, la Exposición de Enseñanza y Formación 2016, dirigida a los estudiantes del nivel medio y superior.

Asia/Siria/23.08.2016/Autor y Fuente: http://www.prensa-latina.cu/

El evento, hasta el próximo miércoles, es auspiciado por las empresas Masarat y Syriatel, de telecomunicaciones, y las universidades de la capital, Tartus, Hama y Alepo, y la Unión Nacional de Estudiantes, entre otras entidades.

Como parte de las actividades se incluyen subvenciones gratuitas a los alumnos aprobados en el bachillerato, ofrecidas por centros de formación y universidades del país y que cuentan con el respaldo del Ministerio de Educación Superior.

Además, se ofrecerán orientaciones y consejos a los estudiantes mediante conferencias y talleres de trabajo que determinan las especialidades a elegir, así como encuentros con las universidades para conocer detalles al respecto.

Esta exposición es la segunda de su tipo organizada en Damasco a partir del año 2015, según información de los organizadores.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=21230&SEO=inauguran-en-damasco-exposicion-de-ensenanza-y-formacion

Imagen: http://sana.sy/es/wp-content/uploads/2016/08/2-138-660×330.jpg

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Jordania permite la escolarización de niños sirios sin permiso de Interior

Asia/Siria/23 de agosto de 2016/Fuente: wradio

Las autoridades jordanas han decidido permitir la escolarización de los niños sirios a partir de septiembre aunque no cuenten con la llamada «tarjeta de seguridad», informó a Efe hoy una responsable del Ministerio de Educación.

(EFE).- Las autoridades jordanas han decidido permitir la escolarización de los niños sirios a partir de septiembre aunque no cuenten con la llamada «tarjeta de seguridad», informó a Efe hoy una responsable del Ministerio de Educación.

La directora del departamento de Educación, Jaulah Abul Haiya, explicó que ya han dado instrucciones a la escuelas públicas sobre la nueva medida, lo que beneficiará a miles de niños.

Hasta ahora, los sirios necesitaban para poder registrarse en las escuelas unos documentos de seguridad expedidos por el Ministerio del Interior.

Por ello, Abul Haiya calificó la medida de «remedio colectivo para todos los niños sirios que carecen de dicho documento».

Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), alrededor de 75.000 niños podrán beneficiarse de esta medida, una cifra que para la responsable de Educación es «exagerada».

Esta decisión se produce después de que Human Rights Watch (HRW) pidiera a mediados de mes a las autoridades jordanas que revisaran las políticas que restringen el acceso a la escuela de los niños refugiados sirios.

En el informe «Tememos por su futuro: barreras a la educación de los niños refugiados sirios en Jordania», la organización señaló que 80.000 de 226.000 refugiados sirios en edad escolar no estaban matriculados en la educación formal durante el pasado año.

HRW alabó por ello la reciente decisión de no exigir el permiso de seguridad, que significa -agregó- «un avance en los esfuerzos significativos de Jordania para apoyar la educación de los niños sirios». EFE

 Fuente: http://www.wradio.com.co/noticias/internacional/jordania-permite-la-escolarizacion-de-ninos-sirios-sin-permiso-de-interior/20160823/nota/3224794.aspx
Imagen: https://s.yimg.com/ny/api/res/1.2/mwNlEs2RvKnRLNyOq2tdLw–/YXBwaWQ9aGlnaGxhbmRlcjtzbT0xO3c9NjMwO2lsPXBsYW5l/http://media.zenfs.com/en_us/News/ap_webfeeds/fb136e6600a3d0056c0f6a706700e15f.jpg
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Un tercio de los menores sirios solo conoce la guerra civil

Asia/Siria/23 de agosto de 2016/ Fuente: Prensa

Los niños se ven amenazados por los abusos, el tráfico, las enfermedades y la explotación laboral y sexual. Buena parte de los ahogados en el Mediterráneo eran menores.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) estima que 8.4 millones de niños están afectados por el conflicto: la muerte, el estruendo de las bombas, el hambre y otras violaciones de derechos humanos. “Sus vidas están marcadas por la violencia, el miedo y el desplazamiento”, apunta Peter Salama, el director regional para Medio Oriente y el Norte de África de Unicef. Además, dos millones de menores no reciben ningún tipo de educación en el país, según Save The Children, y unos 700 mil en los países vecinos.

En Siria, de los 13 millones y medio de personas que se encuentran en situación desesperada, según Unicef, la mitad son menores de 18 años. Unos 6.5 millones de niños han tenido que abandonar su hogar convirtiéndose en desplazados forzados y dos millones aún se encuentran en localidades difíciles de alcanzar para las organizaciones de ayuda humanitaria que todavía permanecen operando en el campo de batalla.

“En Siria, la violencia se ha convertido en algo común, ha llegado a los hogares, las escuelas, las clínicas, los parques y los lugares de trabajo”, alertaba el pasado marzo Salama. Las violaciones contra los menores de edad son constantes. Unicef apunta a que más de mil 500 agresiones graves se produjeron en 2015. Más del 60% consistió en asesinatos y mutilaciones por artefactos explosivos en lugares de tránsito, como por ejemplo el camino hacia la escuela.

Muchos niños se quedan en Siria y otros marchan –solos o con sus familias– hacia Europa y los países vecinos en búsqueda de una vida más segura. El pasado junio había dos millones y medio de niños sirios con la condición de refugiado, según las últimas cifras del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur, por su acrónimo en español). En la Unión Europea (UE) hay un total de 214 mil 355, la mayoría de los cuales se encuentra en Alemania (82 mil 520), seguido de Hungría (45 mil 625) y Suecia (27 mil 975), según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Aunque la mayoría de los niños que llega al territorio comunitario procede de Siria (un 25%), también arriban de Afganistán e Irak.

Una de cada cinco personas que llegaron a la UE desde Siria el año pasado era un menor, explica la OIM. Se trata de los más débiles y vulnerables considerando la peligrosa ruta por el mar Egeo que deben hacer para alcanzar las costas helenas. Los niños, continúa la OIM, se ven amenazados por los abusos, el tráfico, las enfermedades y la explotación laboral y sexual. Buena parte de los ahogados en el Mediterráneo eran menores. Como el pequeño Aylán, también convertido en símbolo de toda una guerra y el consiguiente drama de los más de 3 millones de refugiados que aguardan en Turquía el fin del conflicto.

En 2011, al inicio del conflicto, los bandos enfrentados reclutaban a menores entre 15 y 17 años para luchar en segunda línea de combate. Pero conforme avanzó y la guerra se recrudeció, “todas las partes” implicadas comenzaron a reclutar a niños de tan solo siete años, normalmente sin el consentimiento de sus padres, explica la ONU.

Y los datos hablan por sí solos: en más de la mitad de los casos estudiados por la organización tan solo en 2015 los niños soldados eran menores de 15 años, un 30% más que en el año anterior. “Los niños reciben entrenamiento militar de participación en combate. Son instruidos en el mantenimiento de armamento y en la evacuación de heridos de guerra. Están siendo utilizados para matar”, advierte Unicef.

Fuente: http://www.prensa.com/opinion/tercio-menores-sirios-conoce-guerra_0_4557294335.html

Imagen:ep00.epimg.net/internacional/imagenes/2016/06/16/actualidad/1466095631_588910_1467566591_noticia_normal.jpg

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