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Protegiendo el mundo submarino

Por Antonio Quezada Pavón

Era un guagua, como decimos en la Sierra, y ya soñaba con el océano lleno de color y vida y de fantásticas criaturas. Tuve la suerte de tener una tía viviendo en la hermosa ciudad de Manta y muy temprano aprendí a amar y a explorar nuestro mar. Mi primer descubrimiento fue darme cuenta de que el mar sabía salado, nada extraño para un longuito interandino como yo. Con el tiempo quise hacerme marino -como mi venerable primo mayor, que era el héroe familiar-, pero finalmente estudié ingeniería y me alejé de las olas marinas. Cuando me establecí hace casi cuatro décadas en Guayaquil, nuevamente se despertó mi secreta pasión por el mar.

Y ya grande en mi vida tomé la decisión de hacerme buzo hace más de 15 años en las que he acumulado medio millar de inmersiones en muchos lugares de los océanos Pacífico, Atlántico e Índico. Como Master Scuba Diver he tomado numerosas especialidades de buceo, pero la que más me ha cautivado es la fotografía submarina. Debo reconocer que no soy un fotógrafo submarinista, simplemente soy un buzo con una cámara submarina, lo cual me ha dado el gran privilegio de explorar algunos de los más increíbles paisajes sumergidos, como son los tiburones en nuestras islas Galápagos, que es uno de los sitios de buceo más importantes del mundo, o los de Jardines de la Reina en Cuba, o los más agresivos en la Bahía de Sodwana en Sudáfrica; los pequeños y hermosos peces tropicales en Bonaire, en Bali, en las Maldivas o en la Gran Barrera de Coral de Australia.

He aprendido que todo en este planeta afecta o es afectado por el océano y las aguas prístinas en las que yo soñaba de pequeño son ahora muy difíciles de encontrar, siendo cada vez más escasas y amenazadas. Los seres humanos nos mantenemos como los líderes depredadores en la Tierra y fui testigo y he fotografiado sus consecuencias. He tratado de conmover a mis lectores y alumnos, sacándoles de su indiferencia con impactantes imágenes de cómo se destruye el coral y se agrede al océano. Pero si bien esto tiene algún mérito, doy vueltas en círculos. Por eso creo que la mejor manera de generar un cambio es vender amor. Sí, voy a transformarme en un casamentero que una a mis paisanos de todas las regiones del país con el mar.

Con mis fotografías y las perfectas imágenes de mis amigos fotógrafos submarinistas profesionales tenemos la oportunidad de revelar los animales y el ecosistema que está escondido debajo de la superficie del océano. Ustedes no pueden enamorarse y defender algo que no conocen que existe. Esa es la misión de la fotografía conservacionista. Este año la costa ecuatoriana se ha beneficiado de una larga temporada de mantarrayas gigantes  y ballenas jorobadas, que migran anualmente atraídas por el abundante plancton que viene con la corriente fría de Humboldt. El avistamiento de ballenas es un negocio turístico recientemente explotado y que atrae a miles de visitantes de todo el país y del exterior. Desde este año ya está regulado y las lanchas han sido inspeccionadas y ofrecen alguna seguridad.

Pero lo más hermoso es bucear con las mantas birostris -mantarraya diablo- y el bajo más cercano con abundantes animales es el Cope, de 52 km² y una profundidad promedio de 15 m, localizado a 32 km de Ayangue, Santa Elena. Con el incremento de la densidad del plancton las mantas se alinean formando una larga cadena de alimentación y su curiosidad hace que las burbujas de los buzos las atraigan, transformando la inmersión en un verdadero ballet submarino, donde los bailarines son mantas de 7 m de largo y tonelada y media de peso, y los buzos somos unos maravillados espectadores. Esto ha hecho que yo tenga una larga y apasionada relación con el océano y lo defienda tenazmente. Ojalá ustedes caigan también en este lazo amoroso. (O)

Esta noticia ha sido publicada originalmente por Diario EL TELÉGRAFO bajo la siguiente dirección: http://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/columnistas/1/protegiendo-el-mundo-submarino
Imagen de uso gratuito tomada de: https://pixabay.com/p-14787/?no_redirect

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Cuba: Asegura ante la ONU que el capitalismo no será nunca histórica ni ambientalmente sostenible

Centro América/Cuba/Septiembre 2016/Noticias/http://www.lainformacion.com/

En un discurso, centrado en una crítica al neoliberalismo, el representante cubano ha señalado que en los países industrializados se están reproduciendo los patrones «irracionales» de producción y consumo del capitalismo que llevan «a la destrucción de las condiciones de vida del planeta».

En este sentido, ha criticado que incluso pudiendo no se actúe para acabar, por ejemplo, con la pobreza explicando que los millones de dólares que se destinan a arsenales nucleares y convencionales, sumados al gasto militar anual, «desmienten a los que afirman que no existen recursos para eliminar la pobreza y el subdesarrollo».

Rodríguez Parrilla ha advertido de que se están extinguiendo las sociedades de bienestar, al tiempo que crece la pobreza y se aplican «brutales programas de ajuste neoliberal contra los trabajadores, los jóvenes y los emigrantes», desarrollándose «peligrosamente oscuras fuerzas neofascistas».

El canciller cubano ha continuado señalando al capitalismo como culpable de la crisis migratoria que vive Europa, provocada «por el subdesarrollo y las intervenciones de la OTAN», y ha indicado que esta situación saca a la luz la «crueldad, naturaleza opresiva, ineficacia e insostenibilidad» del orden internacional vigente, olvidándose los países de ofrecer respuestas basadas en los Derechos Humanos y la dignidad de las personas.

En un año que concluyó con la histórica firma de los Acuerdos de París, en los que casi 200 países se comprometieron a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, el incremento de la temperatura global ha sido uno de los protagonistas, y así lo ha subrayado Rodríguez Parrilla, que ha recordado que 2015 fue «el peor año en cuanto a cambio climático».

En este sentido, ha reiterado la solidaridad de Cuba con los pequeños países insulares, los que quedan en situación de mayor vulnerabilidad ante el calentamiento global y para los que ha pedido un trato «justo, especial y diferenciado».

Así, ha concluido indicando que si bien se espera que los países industrializados «avancen en el cumplimiento de sus obligaciones» –con respecto a los Acuerdos de París– sólo los «datos tangibles» en materia de financiación y transferencia de tecnologías a países en desarrollo «podrán fundamentar las esperanzas de supervivencia de la especie humana».

«El capitalismo, sin embargo, nunca será histórica ni ambientalmente sostenible», ha finalizado el cubano.

Fuente:

http://www.lainformacion.com/meteorologia/cambios-climaticos/Cuba-ONU-capitalismo-ambientalmente-sostenible_0_956304457.html

Fuente imagen:

https://lh3.googleusercontent.com/iycviE5tvSSXQAHl8OLhFAaS-FblPcLDqMFmk6LYGsX_me3isqFAQc3WGseRb7Fpzf-Rug=s152

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José Martí. Obras completas. Edición crítica. Tomo 25

Argentina-Cuba/CLACSO/23 de septiembre de 2016/www.clacso.org.ar

Obras completas de José Martí

José Martí. [Autor]

Obras completas José Martí.
ISBN 959-7006-08-1
Centro de Estudios Martianos. CLACSO.
Buenos Aires. La Habana.
Septiembre de 2016

La Edición Crítica de las Obras completas de José Martí (1853-1895) recoge sus manuscritos e impresos conocidos hasta hoy: proclamas, discursos, manifiestos, comunicaciones, dedicatorias, cartas, correspondencias periodísticas, crónicas, artículos, ensayos, narraciones, obras de teatro, poemas, semblanzas biográficas, traducciones, dibujos, borradores, fragmentos de escritos y cuadernos de apuntes.

El contenido de los tomos se ha ordenado y combinado por fechas, temas y géneros, apreciando tanto la evolución y línea del pensamiento martiano como el paralelismo de su accionar político, periodístico y literario, simultaneidad que empieza a manifestarse a partir de los años 1875-1876, para intensificarse posteriormente. Organizar cronológicamente los textos nos permite observar esa evolución del pensamiento martiano, pero —a su vez— separa en diferentes tomos grupos de textos que habitualmente (y por deseo expreso del autor en su carta devenida testamento literario) se han presentado juntos, como ocurre con las Escenas norteamericanas y las Escenas europeas.
La confrontación de los textos con sus originales —o variantes de estos— ha conllevado a la natural rectificación de erratas, así como la fijación del texto más permisible. Los escritos de época han suscitado convenciones editoriales, atendiendo a los modernismos en la ortografía y el lenguaje. La peculiar puntuación martiana ha sufrido modificaciones imprescindibles, pero siempre respetando la intencionalidad del autor.

Estas Obras completas son fruto de la colaboración de investigadores y editores del Centro de Estudios Martianos, expertos conocedores de la obra y de la caligrafía de Martí, estudiosos de la obra martiana en el mundo y numerosas instituciones, que han convertido esta “obra” en reflejo de la sentencia que incluyó Juan Marinello, en 1963, en su prólogo a la edición de las Obras completas de la Editorial Nacional de Cuba: “Una edición crítica es el hombre y su tiempo —todo el tiempo y todo el hombre—, o es un intento fallido”.
Tomado de: http://www.clacso.org.ar/coleccion_jose_marti/detalle.php?id_libro=1141
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¿Qué sentido tiene la bandera de una nación?

Por: Eusebio Leal Spengler

Con profunda pena hemos venido observando que la enseña nacional, la gloriosa bandera de la estrella solitaria que no ha sido jamás mercenaria, está a la venta entre otros productos de la artesanía como si se tratara de una de ellas o de un objeto común.

Ante esto debemos meditar: ¿Qué sentido tiene la bandera de una nación? Asociada al Himno, a los actos cívicos, a la representación de todo un pueblo en conmemoraciones, festividades patrias o a media asta en ceremonias de duelo; protagonista cuando nuestros deportistas alcanzan la gloria olímpica y observan en silencio cómo asciende a lo alto del mástil; cuando se encuentran los jefes de Estado o cuando ondea simbolizando a la patria al lado de otros pabellones. ¡Cuánta sangre y sacrificios, cuántos murieron abrazados a ella, cuántos la soñaron en tierra extraña!

Fue creada en los Estados Unidos por el exgeneral al servicio de España Narciso López, nacido en Venezuela, cuya estrábica carrera política no puede opacar el mérito de haberla imaginado en compañía de Miguel Teurbe Tolón y de su esposa y prima hermana Emilia, quien fue la primera en bordarla, y de su secretario, el novelista cubano Cirilo Villaverde, autor de Ce­cilia Valdés y testigo presencial de los hechos.

Se dice que en 1849 —año previo a la confección de la bandera—, en un día estival, en el cielo de un atardecer de Nueva York, López  vio los colores de la enseña nacional, así como aquel triángulo equilátero, símbolo de la fraternidad masónica. Esos elementos encarnaban los pensamientos más puros de la revolución que recorría el mundo: libertad, igualdad y fraternidad; cinco franjas, y en el centro del triángulo, como un rayo de luz en el cielo que se abría, la estrella marcaba el porvenir de Cuba. Triángulo que debía ser rojo y no azul, aunque desafiara las leyes de la heráldica.

Ostentaba los colores republicanos de Norteamérica inspirados en los de la Revolución Francesa de 1789; colores que hoy son también los de otras naciones del mundo. Al unísono con la enseña de los cubanos surgiría la de Puerto Rico, cuyas aspiraciones independentistas quedaron frustradas hasta hoy.

Enarbolada en años difíciles, cuando aún las supremas aspiraciones de las vanguardias políticas del pueblo cubano no habían alcanzado su plenitud y no pocos se inclinaban porque la estrella solitaria fuese una más en la constelación americana, resultaría necesario recorrer un árido sendero y derramar la sangre de los precursores que se anticiparon al acto magnífico del 10 de octubre de 1868 en La Demajagua o a la solemne celebración de la Asamblea Constituyente de Guáimaro en abril de 1869.

También surgió de esos anhelos libertarios el escudo sostenido en la unión de bastos donde reposa el gorro frigio con idéntica estrella solitaria. No era otro que el tocado que llevaban los cargadores en los barrios periféricos de París y Marsella, la palma real y la isla de Cuba representada entre los peñones del cabo de San Antonio y la península de Yucatán y la llave como símbolo de la libertad prometida y tras ella el sol naciente. A su alrededor hojas de laurel y acanto en ramas símbolos de la gloria combativa y del mérito alcanzado en el campo de batalla.

¡Cuántos cadalsos, cuántas lágrimas, cuántos exilios, cuánta tristeza! para que ahora la estampen en un delantal para la cocina, en una ridícula camiseta y en otras incalificables y vulgares formas.

En nombre de todo ello hago un patriótico y ardoroso llamamiento a nuestros conciudadanos y al menos aquí en el Centro Histórico de La Habana, Patrimonio Mundial, se apeguen las costumbres públicas a las leyes vigentes y no se pisotee ni se ponga precio.

Recordad las emotivas palabras del insigne poeta que al regresar a la patria evoca el valor de la bandera cuando aún podían verse a la entrada del puerto las canteras y la vieja cárcel y el pedazo de pared donde fueron ejecutados los estudiantes de 1871:

“Si deshecha en menudos pedazos

llega a ser mi bandera algún día…

¡nuestros muertos alzando los brazos

la sabrán defender todavía!”

Fuente: http://www.granma.cu/opinion/2016-09-08/que-sentido-tiene-la-bandera-de-una-nacion-08-09-2016-21-09-41

Imagen: http://poderciudadanoradio.com/2015/07/bandera-de-cuba-se-iza-este-lunes-en-u-s-a/

 

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Los intelectuales en la República neocolonial

Por: Graziella Pogolotti

A la memoria de mi padre

La carencia de una investigación debidamente contextualizada ha tenido un velo de silencio sobre el papel de los intelectuales durante la República neocolonial. Habría que comenzar por definir el término. Desde mi punto de vista, incluye a artistas, escritores, científicos y maestros. Algunos se dejaron vencer por la desilusión y el acomodamiento. Quienes sufrieron en carne propia la castración independentista, optaron por caminos diversos, padecieron el desengaño, se refugiaron en sus provincias para hacer obra a pesar de todo o dejaron testimonios de las luchas mambisas.

A mi entender, el punto de giro se produce en la década del 20, cuando se constituyen las organizaciones obreras, estudiantiles y femeninas y se funda el primer Partido Comunista. Al propio tiempo, un grupo heterogéneo, bajo el signo del llamado minorismo, formula el primer documento programático que imbrica arte, nación y sociedad. La obra de Fernando Ortiz empieza a madurar. Salvando el obstáculo de su posición política, Ramiro Guerra publica un texto medular, llamado Azúcar y población en las Antillas. Emilio Roig sigue documentando su ideario antimperialista. Está emergiendo con claridad la crisis estructural de la economía cubana. La dictadura de Machado es el detonante de un estallido en el que apuntan causas económicas, sociales y políticas.

Rubén Martínez Villena pasa del liderazgo intelectual al político. Pero sus amigos del minorismo mantendrán la coherencia de una vanguardia que procura el punto de encuentro entre renovación artística, lucha política a escala latinoamericana, junto a la necesidad de dotar de un cuerpo real al espíritu de la nación.

Desde la cultura, la generación de la vanguardia introdujo un cambio sustancial en los fundamentos de la nación. Reconoció la esencial contribución africana y reveló, apropiándose de la obra de Fernando Ortiz, el tema de la transculturación como factor decisivo en lo que somos. Bajo los auspicios del gran etnólogo, promovió los estudios del folclore. Por su parte, Roldán, Caturla y Carpentier incorporaron los ritmos llegados de África a la sinfonía, y Nicolás Guillén, José Z. Tallet, Regino Pedroso y Emilio Ballagas lo hicieron en la poesía.

En el amplio universo de la historia queda mucho por valorar. Apenas me atrevo a citar unos pocos nombres como el de José Luciano Franco, visionario del Caribe, o los acercamientos económicos de Julio Le Riverend y Raúl Cepero Bonilla.

Independientemente de la orientación ideológica de sus impulsores, se produjo, a lo largo de medio siglo, contra viento y marea, ante la incuria de las instituciones oficiales, un esfuerzo por preservar y rescatar un legado. En condiciones muy precarias, se fundaron el Archivo, la Biblioteca y el Museo nacionales. Este último parecía un almacén de objetos heterogéneo, pero ahí se guardaron. Frecuenté la Biblioteca en el Castillo de la Fuerza. Sin tener nombramiento de director, José Antonio Ramos, un intelectual ejemplar, sostenía una batalla agónica por ordenar los fondos. Escribió novelas, ensayos, teatro, en un indoblegable combate por entender su país, movido en lo esencial por principios éticos. Sus ideas se fueron radicalizando hasta alcanzar una perspectiva marxista.

Pocos cubanos pudieron conocer la obra de Martí después de su caída en Dos Ríos. El autor de los Versos Sencillos tampoco valoró en su justa medida el pensamiento que había fecundado en infinidad de trabajos dispersos en la prensa latinoamericana. Así lo revela su testamento literario enviado a Gonzalo de Quesada, su albacea, desde Santo Domingo. Durante la República se inició el lento y trabajoso rescate, labor que solo a partir del triunfo de la Revolución habría de sintetizarse con respaldo institucional.

La tarea anónima de nuestros maestros merece incluirse en nuestra tradición intelectual. Me contaba Enrique Oltuski, hijo de judíos polacos, instalado definitivamente en Cuba desde los siete años, que aprendió a ser cubano con la maestra negra de su escuela pública. Lo fue tanto que integró el Movimiento 26 de Julio en la clandestinidad, trabajó junto al Che y entregó la vida toda a las responsabilidades que le confió la Revolución. Por ahí anda todavía su excelente obra testimonial. Obra humana. La historia sujeta a impredecibles coyunturas, la historia está hecha de luces y de sombras. Pero la historia y la cultura nos fueron haciendo lo que somos.

Hemos modelado nuestro idioma. No platicamos al modo mexicano. Hay palabras de uso corriente entre nosotros, impronunciables en otros países de nuestra lengua. Nuestra condición es la resultante de la asunción de numerosos componentes, del choque de contradicciones y de un origen colonial devenido neocolonial cuando emergía el imperialismo, como lo advirtió Martí y lo definió Lenin en términos de fase superior del capitalismo. Por esos motivos, urge entender que la historia no se limita a una cronología. Tampoco debe esquematizarse en polos positivos y negativos, aunque no puede abordarse desde una falsa neutralidad imposible e inexistente.

Su riqueza y su utilidad estriban en descubrir las marcas de un proceso complejo, que sigue haciéndose ante nuestros ojos. De ella formamos parte como actores conscientes y, a veces, como presencias peligrosamente inconscientes. Cerrar los ojos, aferrarnos a la rutina y evadir los desafíos de la contemporaneidad constituye una actitud suicida.

Fuente: http://www.cubadebate.cu/opinion/2016/05/31/los-intelectuales-en-la-republica-neocolonial/#.V-GxgBJGT_s

Imagen: http://www.paginapopular.net/intelectuales-del-mundo-con-scioli-zannini/

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Niños y niñas con iguales resultados educativos en Cuba

Centroamérica/Cuba/Septiembre de 2016/Autora: Alina M. Lotti/Fuente: Radio Habana Cuba

En nuestro país la equidad, el acceso y las oportunidades son similares para todos, independientemente de factores económicos, procedencia social y lugares de residencia

Las niñas cubanas obtienen iguales o mejores resultados que sus condiscípulos varones, según comentó el vocero del Ministerio de Educación (MINED), Paul Torres Fernández, durante un encuentro con la prensa.

El también subdirector del Instituto Central de Ciencias Pedagógicas señaló que lo anterior está avalado por  investigaciones, cuyos resultados son más evidentes en la enseñanza primaria, sobre todo en tercero y sexto grados.

Cuando se contrastan los rendimientos cognitivos con el nivel económico y cultural de las familias, así como los lugares de procedencia —ya sea de zonas urbanas o rurales—, los infantes cubanos presentan resultados similares.

Esta situación, considerada como excepcional en la región, constituye una aspiración para otros países, y demuestra que en Cuba la equidad, el acceso y las oportunidades son similares para todos, independientemente de factores económicos, procedencia social y lugares de residencia.

Estar en capacidad de contrarrestar esas diferencias en materia de servicios educacionales constituye una meta alcanzada por nuestras escuelas; lo cual reafirma la tesis planteada por la Unesco y otros organismos de Naciones Unidas respecto a que Cuba es un ejemplo en educación, subrayó.

Todos los niños y las niñas tienen derecho a recibir una educación, pues este es un servicio que les proporciona el conocimiento y las aptitudes que necesitan para alcanzar su potencial y protegerse contra el peligro.

Sin embargo, a las niñas se les excluye con mucha frecuencia de este proceso. De ahí que ese sea un reclamo permanente de Unicef a fin de que los Estados promuevan políticas públicas que las favorezcan.

Fuente: http://www.radiohc.cu/noticias/nacionales/106366-ninos-y-ninas-con-iguales-resultados-educativos-en-cuba

 

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Apuntes sobre la educación en Cuba

Por: David Canela Piña

No se debe educar a nadie para ser “revolucionario”, sino para que pueda descubrir y cultivar sus potencialidades

Hace poco buscaba en los periódicos del día una noticia digna de ser comentada, o al menos que atrajese mi interés. Y encontré en el periódico Juventud Rebelde del sábado 28 de abril un artículo titulado “Exámenes que trazan futuro”, que anunciaba el comienzo de las pruebas de ingreso a la universidad para el martes 8 de mayo, y comentaba los nuevos cambios que se están aplicando en los niveles de enseñanza preuniversitaria y superior.

El entrevistado, René Sánchez, director de la comisión de Ingreso y Ubicación Laboral del Ministerio de Educación Superior, declaraba que este año las áreas con mayor apertura de plazas serán las carreras “pedagógicas, médicas, técnicas y agropecuarias”, por lo que se tratan de incentivar esos perfiles vocacionales. Pero la idea que me molestó fue la que pretendía desmontar el “mito de las vocaciones”, arguyendo que “está probado de manera científica que preparándose adecuadamente se puede estudiar cualquier profesión.” Y continuaba en el párrafo siguiente: “Una carrera universitaria es una puerta más amplia a la vida, que sirve a las personas para ser más útiles, servir mejor a la sociedad, sentirse más plenos, pero no está identificada con una vocación específica.”

Nótese cómo primero realza la función social del progreso cognoscitivo a través de dos enunciados tautológicos, luego menciona, como de paso, el bienestar espiritual, y finalmente entierra la posibilidad de un vínculo de desarrollo orgánico entre ambas funciones (la social y la psicológica) a partir del cultivo de una vocación específica.

Al parecer, este funcionario jamás ha conocido a una persona que le haya confesado, dibujando un rictus de amargura y frustración en su cara, que él estudió esa carrera, pero que en realidad le hubiera gustado estudiar otra. Y si no, ¿qué sentido tendría numerar una boleta con cinco opciones, por orden de prioridad decreciente, si todas representan lo mismo para el estudiante?

¿No recuerda acaso que en La Edad de Oro, el libro más reconocido internacionalmente de José Martí, el intelectual cubano (y futuro héroe por la independencia) les narra a los niños de América las anécdotas más inspiradoras sobre la grandeza del genio, cuando éste es alentado por las fuerzas desbordadas de una vocación? En su artículo “Músicos, poetas y pintores” no deja de ilustrar, uno tras otro, los eventos que revelan la formación de una vocación temprana, y las adversidades que tuvieron que superar muchos artistas para llegar a culminarla. Así, por ejemplo, dice que a Haendel su padre “le prohibió tocar un instrumento”, porque quería hacerlo abogado, “pero el niño se procuró a escondidas un clavicordio mudo, y pasaba las noches tocando a oscuras en las teclas sin sonido”. De Miguel Ángel comenta que “en cuanto pudo manejar un lápiz le llenó las paredes al picapedrero de dibujos, y cuando volvió a Florencia, cubría de gigantes y leones el suelo de la casa de su padre”. Y de Lope de Vega cuenta que “cambiaba sus versos con sus condiscípulos por juguetes y láminas, y a los doce ya había compuesto dramas y comedias.”

¿Tampoco conoce este señor que en las escuelas primarias y secundarias, una de las tareas pedagógicas fundamentales para la enseñanza de la Historia de Cuba es demostrar la temprana “vocación revolucionaria” de los héroes, para lo cual se usan clichés como que vio la miseria y la injusticia que le rodeaba, y decidió rebelarse contra ella, amén de que una de las virtudes cardinales de su carácter es siempre la “intransigencia revolucionaria”, la cual guía sus acciones en la lucha contra el opresor?

Es comprensible este tipo de razonamientos en un funcionario que participa de este tipo de ideología de estado, ya que la educación socialista está atrapada en una contradicción ontológica: al pregonar la culminación de todas las esperanzas de bienestar en el hombre, basándose en la premisa de que las relaciones de fraternidad garantizan por sí solas la felicidad individual, termina vaciando a los hombres de contenido psíquico, y los convierte en una tabula rasa sobre la cual puede imprimirse cualquier huella. Como es una ideología esencialmente atea, le desconoce al hombre la facultad de ser un alma.

Entre las reformas que me gustaría ver fomentadas en el sistema educativo cubano está la creación de Bachilleratos en Humanidades, en Ciencias, y en Ciencias y Humanidades, además de multiplicar las escuelas de oficios, y mantener las escuelas de formación artística, tecnológica, y pedagógica. La enseñanza preuniversitaria debe ser un canal, y un puente que conduzca hacia la enseñanza universitaria, no una zaga del nivel precedente. Debe ser (como anuncia la etimología castellana), un “pre-universitario”, no una “post-secundaria”.

Otro de los aspectos que me llama la atención en las últimas reformas educacionales es la progresiva liberalización de los marcos de las carreras: en la modalidad de Concurso (creada para los estudiantes que perdieron la continuidad de sus estudios, y decidieron recomenzar) se puede optar por diferentes carreras, aunque ellas se estudien en universidades distintas, como Medicina y Psicología; se permite estudiar una segunda licenciatura, “siempre que exista la especialidad en el Curso por Encuentro” (otra modalidad, que fue concebida para los trabajadores); a los graduados de politécnico se les reconoce como vencido el nivel medio-superior, o sea, que ya salen con doce grado, como se dice popularmente; y los estudiantes universitarios pueden estudiar asignaturas que pertenezcan a los programas de estudio de otras carreras, pero sin renunciar a la carga de asignaturas del suyo.

Sin embargo, creo que la academia debiera tener un programa de estudios semi-abierto, en el cual existan 3 o 4 asignaturas básicas por semestre, y que las demás puedan ser elegidas de forma libre dentro del amplio abanico de asignaturas de los programas de carreras afines. Y un programa semi-cerrado pudiera usarse en la enseñanza preuniversitaria, en donde los estudiantes puedan seleccionar 2 o 3 cursos libres a su voluntad. Por ejemplo, que en una asignatura como Lengua Moderna, puedan elegir entre el francés, el alemán, el portugués, o el italiano, ya que el español y el inglés debieran ser las lenguas básicas de su formación lingüística.

Creo además que en la Universidad debe acabar de removerse el lastre de unas asignaturas insulsas, que hasta ahora son obligatorias por su carácter político, como Preparación para la Defensa, Economía Política, Marxismo y Sociedad, e incluso Educación Física, que puede ser opcional.

Esto me lleva a sintetizar dos tendencias: una liberal, que tiende a ampliar y disolver los límites estrechos de las carreras, y otra conservadora, la cual está vinculada a un proceso de narcisismo político. Hace unos años, se evaluaban tres pruebas de ingreso: Matemática y Español (por ser las asignaturas arquetípicas de las Ciencias y las Humanidades), y una tercera, variable, que dependía del perfil cognoscitivo de la carrera a la cual se aspiraba en primera instancia. Podía ser Física, Química, Biología o Historia de Cuba. Desde hace unos años también –aproximadamente una década–, se decantó la obligatoriedad de esta última, seguramente para “reforzar el trabajo político-ideológico” con los jóvenes, o sea, para legitimar la autoridad de un gobierno a través de la enseñanza de un discurso canonizado por la historiografía revolucionaria.

La última disposición ministerial fue declarar dos semanas de receso escolar para todos los niveles de enseñanza: una para conmemorar el triunfo de la Revolución, que se extiende hacia el final y el principio de año, y otra para celebrar la victoria de Playa Girón. Y a la semana en que cae el 19 de abril, se le ha comenzado a llamar la Semana de la Victoria. Me parece un esfuerzo decadente por reactivar un patriotismo asociado a los momentos cumbres de afirmación del sistema político.

En otra ocasión pudiera analizar las aristas de la educación que diversifican y vigorizan las identidades culturales de la sociedad cubana, como la religiosa, la racial, y la multicultural. Lo que sí es verdadero es que no se debe educar a nadie para ser “revolucionario”, ni socialista, ni proletario, sino para que pueda descubrir y cultivar las mejores potencialidades de su inteligencia y su carácter, y se eleve hacia una plenitud espiritual invirtiendo –como dice la parábola bíblica– sus talentos en la vida.

Tomado de: https://www.cubanet.org/articulos/apuntes-sobre-la-educacion-en-cuba/

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