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Nicaragua, cooperación genuina, educación especial

Nicaragua celebra Foro Internacional de Educación Especial «Avanzando con Inclusividad»

Nicaragua celebra Foro Internacional de Educación Especial «Avanzando con Inclusividad»

Por: Kenneth Chávez

Fuente: http://www.el19digital.com/articulos/ver/titulo:43377-nicaragua-celebra-foro-internacional-de-educacion-especial-avanzando-con-inclusividad

El Ministerio de Educación (Mined), dio por inaugurado este jueves el Foro Internacional de Educación Especial, bajo el lema «Avanzando con Inclusividad», el cual apunta a fortalecer la Ruta de Educación Especial que impulsa con gran prioridad el Gobierno del Presidente Daniel Ortega y la compañera Rosario Murillo.

El evento se estará desarrollando en Managua este 23 y 24 de junio, con la amplia participación de madres y padres de familia, docentes, directores y delegados departamentales y municipales, además docentes y especialistas en Educación Especial de Bolivia, México y Perú.

Nicaragua celebra Foro Internacional de Educación Especial "Avanzando con Inclusividad"

Durante este foro, se estarán abordando importantes temas, tales como la evaluación diagnóstica y psicopedagógica; la educación temprana, y las buenas experiencias de madres y padres de familia en la atención de sus hijos e hijas en materia de Educación Especial.

El compañero Salvador Vanegas, Asesor Presidencial en temas de Educación, indicó que las metas de este año siguen siendo avanzar en consolidar la Ruta de Educación Especial e Incluyente, desde la integración de todos los niños, niñas, adolescentes y jóvenes que tienen alguna discapacidad, y que puedan irse integrando a las distintas modalidades de Educación Especial.

Nicaragua celebra Foro Internacional de Educación Especial "Avanzando con Inclusividad"

“Desde las Escuelas Especiales que están dedicadas a atender a diferentes discapacidades, para el desarrollo para los niños; hasta las aulas incluyentes, donde niños con discapacidades leves pueden participar activamente en el Programa Educativo Regular, con atención especializada”, sostuvo.

Refirió que los docentes nicaragüenses vienen creciendo en capacidades; se vienen capacitando enlenguaje de señas; se capaciten sobre la atención de condiciones especiales, como es la hiperactividady el tema del autismo.

Nicaragua celebra Foro Internacional de Educación Especial "Avanzando con Inclusividad"

La especialista mexicana, doctora María Elvira Robledo, quien tiene muchos años trabajando en educación, con enfoque hacia la estimulación temprana del hogar a la educación preescolar en el niño, destacó este modelo que impulsa el Gobierno de Nicaragua, para el desarrollo de niños con capacidades diferentes.

“El desarrollo neurológico del niño; para mí esto es la base de todo; si el niño en estructura fisiológica está bien, no tiene por qué tener ningún problema en el ámbito académico”, explicó.

Nicaragua celebra Foro Internacional de Educación Especial "Avanzando con Inclusividad"

“En lo personal me parece excelente que el Gobierno incorpore este tipo de políticas a favor de laeducación especial, y me parece más extraordinario que el Gobierno se está ocupando. Porque una cosa es la preocupación, otra el que se hable, y otra que se ocupe”, manifestó.

La especialista, dijo que importante es que este tipo de niños (con discapacidad) no se sientanexcluidos; tomando en cuenta que es una situación muy complicada cuando los excluyen en la casa, los excluyen en todo ámbito donde ellos se desenvuelven.

La doctora Robledo, destacó el hecho que un grupo de docentes nicaragüenses, se fueron a capacitar a México sobre técnicas de vanguardia e innovación, sobre la Educación Especial, algo que aporta en gran manera para este modelo educativo.

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Cooperación genuina, Nicaragua, prevención de desastres

NICARAGUA: Escuelas de Chinandega reanudan sus actividades

NICARAGUA: Escuelas de Chinandega reanudan sus actividades

Por: Radio La Primerísima

Fuente: http://www.radiolaprimerisima.com/noticias/general/205096/escuelas-de-chinandega-reanudan-sus-actividades

Unos 600 centros educativos del departamento de Chinandega reabrieron sus puertas para recibir a las 126 mil estudiantes, quienes regresan a las aulas de clases luego que las actividades educativas fueran suspendidas el por terremoto del pasado jueves 9 de junio.

Desde horas muy tempranas. Los alumnos del Instituto Nacional Miguel Ángel Ortez hicieron presencia en ese centro de estudio.

El director de este centro, Marvin Montes, expresó que a pesar de haberse suspendido por una semana las clases, existe una voluntad de parte de los docentes por avanzar con el contenido del calendario escolar, incluso hasta piensan sostener encuentro los fines de semana para que los estudiantes terminen en el tiempo indicado sus estudios.

La recomendación a la comunidad educativa es mantener la calma y estar preparados durante los sismos que son más notorios en el territorio nacional.

Los estudiantes y docentes aseguran que están preparados para este martes que se realice el Segundo Ejercicio Nacional de Protección y Salvaguarda de la vida ante amenazas múltiples de la naturaleza.

El gobierno mantiene de esta forma su compromiso de garantizar la educación a todos los estudiantes del país, además de brindar la seguridad necesaria ante cualquier tipo de eventualidad.

Por su lado, la coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía, Rosario Murillo, dijo que hay que ponerse al día al referirse a la pérdida de una semana de clase en esa zona del país.

“En Chinandega reiniciamos las clases hoy y estamos ya viendo el programa que presentó el Ministerio de Educación para ponernos al día. Perdimos una semana de clase y tenemos que ponernos al día y esperamos que podamos continuar con el programa, el plan de estudios de este año, esperamos que los sismos vayan disminuyendo y ese es el pronóstico que han hecho los especialistas”, indicó.

La dirigente subrayó que el Gobierno está terminando la reparación de los colegios que sufrieron daños.

“Esperamos esta semana concluir todo el proceso de reparación de los daños que sufrieron. Fueron daños menores, gracias a Dios”, sostuvo.

En total son 129 mil 375 estudiantes de preescolar, primaria, secundaria y de educación de jóvenes y adultos los que se están incorporando a sus clases en este departamento.

Contabilizan 3,381 réplicas del terremoto

Las autoridades del INETER registran hasta la fecha  3 mil 381 réplicas del terremoto ocurrido en Puerto Morazán.

La directora de Sismología de INETER, Virginia Tenorio, indicó que del total de sismos, 566 fueron localizados, agregó que en los últimos días los temblores han disminuido en magnitud, pues la más alta fue la del día domingo con una magnitud de 3.0 grados.

Señaló que el último sismos han sido sentidos por los pobladores de la zona, debido a son bastantes superficiales, la mayoría a cinco kilómetros de profundidad.

Por otro lado, informó que en cuanto a la actividad sísmica en el país, registraron dos sismos en el volcán Telica, de 2.3 y 2.6 grados en horas de la noche del sábado pasado. Además reportaron igual cantidad de temblores en Masaya, pero solo uno fue localizado  con una magnitud de 2.1 grados.

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Descolonizando. Diálogo con Yuderkys Espinosa Miñoso y Nelson Maldonado-Torres

Iberoamérica/19 de Junio de 2016/Kaosenlared

Diálogo con Yuderkys Espinosa Miñoso y Nelson Maldonado-Torres

Por: José María Barrosos

Tenemos la oportunidad de presentar una entrevista con dos de las mayores voces del grupo modernidad-colonialidad. Ambas son referencias, tanto a nivel teórico como práctico, en la lucha por la decolonización mundial a través de sus aportaciones epistemológicas y de acción.

Yuderkys Espinosa Miñoso, nacida en Santo Domingo, República Dominicana, es una de las más importantes voces sobre feminismo decolonial antirracista. También es una importante activista del Grupo Latinoamericano de Estudios, Formación y Acción Feminista (GLEFAS) mediante el cual llevan a la práctica las reflexiones teóricas envuelta en su producción de conocimiento.

Nelson Maldonado-Torres, nacido en Puerto Rico, es docente en la Universidad Estadual de Nueva Jersey. Posee una gran producción sobre la teoría decolonial, siendo especialmente importantes sus contribuciones hechas al giro decolonial. Además de su producción teórica es un activista envuelto en diferentes movimientos sociales.

Iberoamérica Social: Para comenzar el diálogo considero importante que definamos lo que va a ser el centro de la conversación, la descolonización. En la visión general de la población, la descolonización se dio por concluida al ser expulsados los gobiernos colonizadores del poder político y, de esta manera, conseguir la independencia los pueblos colonizados. ¿Qué pensáis acerca de esta definición de descolonización?

Taller en Casa de las Mujeres, Temuco, Chile 15 y 16.03.14 (2) (1)Yuderkys: En primer lugar quiero hacer una acotación que considero oportuna. No creo que esta idea de que la descolonización ocurrió o se dio por concluida con las independencias nacionales sea tan generalizada como dices. De hecho, creo que es una mirada que ha estado más en la cabeza de los grupos dominantes de la naciones que surgen de estos procesos “independentistas” y también  quizás en la cabeza de algunes historiadores y cientistas sociales. Pero lo cierto es que, como nos recuerdan los grandes movimientos indígenas y populares que se han dado en diferentes momentos de la historia reciente y de más largo plazo aun luego de las independencias; y como me lo han recordado insistentemente compañeras feministas de origen indígena y afrodescendientes,una cosa han sido estos relatos construidos por las clases dominantes y otra cosa lo que han vivido los grupos racializados bajo el yugo posterior del colonialismo interno y el imperialismo de las ex-metropolis. Las luchas anticoloniales que atraviesan la historia de América Latina de norte a sur muestran que para una parte importante de la población la descolonización nunca ocurrió, más bien lo que ocurrió fue una reconfiguración del sistema mundo moderno colonial a partir de los procesos independentistas y el surgimiento de los nuevos Estados-nación. Esta reconfiguración no sirvió sino para la conformación de grupos dominantes ahora internamente, grupos que continuaron la labor iniciada por los colonizadores de antaño. Por esto las independencias nacionales poco cuentan como hito en la historia larga de saqueo, imposición, exterminio, dominación y explotación de los pueblos indígenas y descendientes de africanos en América Latina.

En este sentido la descolonización la veo más como un programa en continuo desarrollo y por desarrollar, no es algo que se haga de una vez y para siempre y mucho menos en manos de una élite interesada. La descolonización es procesual y siempre ha estado en camino sin poder completarse. Añadiría algo más, la descolonización podríamos pensarla también como condición, una condición permanente que nos hace ser los sujetos histórica y geopolíticamente definidos que somos. Para regiones como las nuestras, para el sujeto colonial, podríamos pensarla como el motor de “nuestra” historia.

En Sudáfrica (1)Nelson: La noción de descolonización como la búsqueda de la independencia es parte de la historia oficial de los Estados-nación que se hicieron independientes de imperios europeos en el siglo diecinueve y luego en el veinte. Forma parte de sus narrativas de legitimación y, por tanto, es un eje central de la educación y la formación de ciudadanxs. La escuela y la universidad así como los medios de comunicación en masa, entre otras esferas de la cultura y el conocimiento, se encargan de implantar la noción básica que el Estado-nación es la creación de algo nuevo que rompió con el colonialismo y que le permite a todas y todos los miembros del Estado-nación aspirar incorporarse a la Modernidad a través del progreso y del desarrollo. Las independencias son propuestas como eventos épicos que generan una temporalidad, una espacialidad, y una subjetividad distinta, más allá de las dinámicas de la colonización. Es una idea paralela a la noción de que la creación de Estados-nación europeos después de la Ilustración representan un nuevo comienzo donde la razón puede finalmente utilizarse como elemento orientador en la construcción de sociedades modernas. Se trata de presupuestos fundacionales que motivaron el surgimiento de las ciencias sociales y que marcaron todo el resto de las ciencias europeas, entre tantas otras esferas, por ofrecer un ejemplo. Esto explica que la idea de que la descolonización concluya con la independencia obtenga un carácter fundacional y, de alguna manera, normativo en ciertos círculos donde se ha producido una identificación con las narrativas modernas de los Estados-naciones y de sus instituciones. También explica por qué la idea es tan frecuente en la Academia y por qué a muchas y muchos académica/os les parezca anacrónico, meramente ideológico, o irrelevante hablar de descolonización hoy. Al hacerlo son consistentes con su preparación, su disciplinamiento, por así decirlo, y su posicionalidad institucional.

Lo que ocurre, sin embargo, es que estos mitos fundacionales no han sido demasiado exitosos en imponerse porque, para empezar, el Estado-nación nunca ha podido formarse del todo, particularmente en territorios que fueron colonizados por los europeos o convertidos en periferia. Lo que existe más bien son intentos de homogeneización nacional y estos son poco exitosos. La escuela, por ejemplo, no es accesible a todo el mundo y su calidad varía demasiado, lo que hace imposible la tarea de implantar un convencimiento generalizado sobre los mitos fundacionales de los estados nación o de la Modernidad en las educandas y educandos. Además, la continuidad, y en muchos casos el empeoramiento, de las formas de jerarquización de la diferencia y de la desigualdad en la distribución de recursos y bienes se vuelven parte de una realidad que atestigua contra estos mitos fundacionales.  De aquí que, como bien apunta Yuderkys, muchos movimientos y comunidades han sido portadoras de un sentido común distinto a la norma que el Estado-nación, la escuela, la universidad, y los medios de comunicación en masa han intentado implantar en la población. Para estas comunidades la descolonización continúa siendo un proyecto incompleto. A partir de esa experiencia y conocimiento las narrativas fundacionales de la Modernidad y de los Estados-nación modernos aparecen como mitos irracionales, por lo que estos sectores  típicamente buscan no ser integrados a la Modernidad o al proyecto de Estado-nación, sino a continuar y/o a crear otras formas de pensar, sentir, y existir, y a descolonizar la cultura, la sociedad, la economía y las instituciones del Estado moderno. Proceso que demanda un nuevo tipo de conocimiento y, utilizando el lenguaje académico actual, unas nuevas “ciencias”.

Yuderkys: Es clave lo que apunta Nelson, nuestros Estados-nación y las instituciones que abrigan, han construido una historia oficial y han necesitado de estos mitos fundacionales para legitimarse aun en contextos muy adversos a su plena realización. Hay algo que me interesa resaltar sobre esta cuestión, se trata de la trama que ayuda a ocultar el mito: mientras el mito fundacional independentista anuncia el fin del de la empresa colonial y el inicio de una “patria” soberana, lo que se piensa como el comienzo de un tiempo de autogobierno donde el destino está en las propias manos del pueblo liberado, no hay un discurso como éste que muestre de manera más patente el éxito en la colonización mental de los pueblos colonizados. La interiorización de la mirada, los deseos y las aspiraciones del colonizador por parte del pueblo colonizado. Así, los gritos de independencia van acompañados de unos ideales y de unos discursos que no solo refuerzan la expansión del eurocentrismo y su mirada racista del mundo sino que lo naturalizan de tal forma que no es posible verlo. Me recuerda lo que Rivera Cusicanqui denuncia: la forma en que el discurso oficial oculta más que lo que muestra. Se logra convencer del compromiso con la descolonización y la construcción de un destino propio al tiempo que no hacemos otra cosa que aspirar y emular el proyecto producido por la filosofía, las ciencias políticas… el discurso de la Modernidad. Un buen ejemplo de ello han sido las posiciones y las trayectorias de las izquierdas y de los proyectos “populares” en América Latina. ¿Podríamos decir que ellos han contribuido efectivamente a los procesos de descolonización? La respuesta variará dependiendo de quién responda, pero lo indiscutible es que en la respuesta una puede encontrar un discurso y una apuesta muy contradictoria, que al tiempo que muestra un compromiso con la descolonización o las luchas antiimperialistas, muestra un profundo compromiso con las ideas de progreso y bienestar producidas por la Modernidad y que es impuesta a los colonizados.

Por último, quiero llamar la atención respecto a la manera en cómo estos discursos sobre la descolonización la mayor parte de las veces han obviado un debate y una atención al racismo epistémico como la expresión más fidedigna de la pervivencia de la razón imperial en estos mitos fundacionales, y en los programas posteriores que han surgido en diferentes momentos de la historia nacional.

Nelson: En efecto, Yuderkys, la colonización de la mente (lenguaje, ideas del yo y percepciones de otras personas o grupos, deseo, ideas de productividad y de plenitud, categorías de análisis, presuposiciones acerca de la razón y de criterios de veracidad, etc.) y el racismo epistémico son excluidos por completo cuando se piensa que la descolonización acabó, o acaba (pensando en casos como los de Puerto Rico, de donde soy, el cual nunca ha sido independiente, en los términos que se entiende usualmente), con la tal llamada independencia política (la que nunca es, en realidad, tan independiente de todas formas).  Esta colonización y este racismo epistémico son justo los que llevan a pensar que el colonialismo es distinto a la Modernidad y que, una vez se consiga la independencia, la nueva nación puede entonces olvidarse de la descolonización y enfocarse en progresar, desarrollar y modernizar. Todo esto cambia cuando se advierte que el colonialismo, en la Modernidad, deja de ser simplemente una relación política y se convierte en un sinnúmero de jerarquías ontológicas, epistemológicas y de poder (es decir, en lo que se ha intentado teorizar como colonialidad, entre otras formas) que incluye la dimensión política pero que va mucho más allá de ella, llegando inclusive a definir en gran medida quienes somos (como nos vemos, qué deseamos, etc.; la colonización de la mente y de la subjetividad). Es decir, hay colonialidad más allá de simple colonialismo, y esta colonialidad está ligada indisolublemente con la Modernidad como régimen espacio-temporal, de formación de la subjetividad, y como ideal civilizatorio. Entonces, hablar de Estado independiente dentro de la Modernidad, no hace irrelevante a la descolonización sino todo lo contrario, pues apunta a la continuidad de la colonialidad y por tanto a la relevancia de la descolonización, la que, en este contexto, puede ser también denominada como de(s)colonialidad o decolonialidad, entre otras posibles formas.

IS: Ambos concordáis en que los Estados-nación se valieron de los mitos fundacionales, a través de la historia oficial, para su fallido intento de homogeneizar la población. De forma conjunta, y como mecanismo base de lo anterior, se produce el racismo epistémico que arrasa con toda forma de producción de conocimiento que no se encuentre en los límites de la razón occidental. Esto me lleva a la pregunta, ¿es posible continuar profundizando en los procesos de descolonización bajo el sistema de Estados-nación que persiste en imponer esa ilusoria homogeneidad?

Nelson: Yo haría dos puntos iniciales con relación a esta pregunta. El primero sería matizar la idea de que el racismo epistémico “arrasa” con las formas de conocimiento que no se encuentren dentro o se ajusten a la razón occidental. Diría que el racismo epistémico intenta a veces arrasar, a veces incorporar o domesticar, a veces cambiar el significado y reducir, y a veces excluir, entre otras varias acciones posibles, las formas de conocimiento que no se ajustan a sus intereses. Es decir, la eliminación es una entre varias modalidades de la acción racista/colonizadora, y, de forma más amplia aún pero ligada a las otras dos, deshumanizadora. Otro punto importante sería reconocer que muchas veces el intento, mecanismo, y/o el proceso de eliminación no es completamente exitoso, ya sea porque no logra identificar adecuadamente la forma de llevar esto a cabo (porque, a veces, tampoco realmente entiende lo que confronta), o porque las respuestas que se dieron a tal intento complicaron la situación y no hicieron posible la eliminación. Se podría continuar matizando y complicando el punto, pero la idea principal es que colonialidad o racismo, epistémico o no, no siempre intenta o resulta en la eliminación. Esto apunta entonces a la necesidad de reconocer la presencia de lo que queda y de lo que surge dentro del contexto de la colonización.

El segundo punto está ligado al primero, particularmente a la idea de que la respuesta de las colonizadas y los colonizados puede dificultar e inclusive hacer imposible objetivos del proyecto colonizador, racista, o deshumanizador. Esto ocurrió en el sistema de centros imperiales y periferias coloniales o territorios periferializados a nivel global, y continúa ocurriendo bajo el de un sistema jerarquizado de Estados-nación. Ocurrió aún en el contexto de la plantación y la esclavitud racial y tantos otros. El punto es que debemos siempre contar con la agencia de las colonizadas y los colonizados y con la complejidad de sus prácticas y formas de pensamiento.

Relacionado a esto habría que considerar que quizás por definición la descolonización nunca ocurre en contextos que ella misma escoge. Es decir, la descolonización es respuesta a la colonización, y la colonización es siempre brutal y deshumanizante. Entonces no podemos esperar tener el contexto ideal para que ocurra la descolonización, sino más bien que la descolonización, como proyecto, incluye el reto a la colonialidad no importa las formas que esta tome o el contexto donde se confronte.

residuos de una quema de obras de arte conoció como Shackville en Cape Town (1)Esto es un punto importante que uno encuentra en el trabajo de Chela Sandoval, por ejemplo, particularmente en su formulación de conciencia oposicional. Sandoval lamenta el pesimismo de aquellas y aquellos que piensan que ya no existen las condiciones para posicionarse en contra del sistema hegemónico y recuerda que, en su larga y extremadamente difícil lucha, las colonizadas y los colonizados han construido un arsenal de tecnologías oposicionales que permiten continuar el proyecto de la descolonización. Piénsese solamente en la identificación de fracturas y contradicciones internas en las estructuras hegemónicas, o en el cimarronaje, para solo mencionar un par de entre muchas otras formas de acción de las colonizadas y los colonizados que pueden interpretarse como parte de lo que Sandoval denomina una metodología de las oprimidas y los oprimidos (“methodology of the oppressed”).

Por supuesto, no reconocer la agencia de las colonizadas y los colonizados o su legado teórico y práctico es justo uno de los resultados de ese racismo epistémico que mencionas. Lo mismo ocurre con pensar que la descolonización no es relevante hoy. El texto de Sandoval mismo debe considerarse, a mi manera de ver, como una contribución a la profundización en la tarea de descolonizar el conocimiento desde la teoría y práctica de mujeres de color (lo que Sandoval llama U.S. Third World Feminism), producido no menos que en las “entrañas del monstruo”, es decir en los Estados Unidos, uno de los países hegemónicos que sostiene el sistema de Estados-nación. Los lugares y las posibilidades de descolonización han sido y continúan siendo masivas.

Como último quisiera añadir, siguiendo a Fanon, que la descolonización no tiene garantías y esta no se lleva a cabo porque uno considere que las condiciones pueden resultar en el fin de la Modernidad, incluyendo su sistema de Estados-nación. Uno lleva a cabo la descolonización porque no es posible concebir la vida con dignidad y en comunidad si no es como lucha contra la colonialidad y como proyecto de inter-relacionalidad humana y harmonía con el ambiente más allá de la Modernidad. Entonces, como dicen en Mozambique y Sudáfrica: “a luta continua“, frase que apunta a una temporalidad de la descolonización, distinta al marco temporal de los Estados-nación, inscrito en sus mitos fundacionales y homogeneizantes–otro ejemplo más de la continuidad de la decolonialidad hoy. El reto es tomar todas estas contribuciones en serio. Ahí es justamente que veo la relevancia principal del Pensamiento decolonial y del Giro decolonial, entendidos de forma amplia, hoy.

Yuderkys: Coincido en que debemos evitar caer en narraciones que contribuyen a enterrar la agencia del pueblo oprimido y su resistencia histórica. Esta, la resistencia, siempre ha estado a pesar y en contra de la presión por parte de los Estados-nación y los intereses del gobierno de turno. Esa resistencia interrumpe en variadas y múltiples manera el relato colonial y de la Modernidad que nos reduce a pasado, a cosa superada, a apuestas vencidas que ya no corresponden al tiempo presente. Los Estados-nación en América Latina a través del sistema educativo, pero también incluso como nos recuerda Breny Mendoza: a través de la construcción de símbolos y héroes patrios que rescatarían el origen múltiple (negro, indio y español) del sujeto nacional elevando un reconocimiento del indio y el negro muerto que queda sepultado en los orígenes de la nación para ser desconocido en las luchas y las apuestas del presente nacional. Lo que me llama la atención es encontrar este tipo de operaciones en ciertas narraciones provenientes de las ciencias sociales en la Academia latinoamericana, así como, y aún más triste, en discursos provenientes de movimientos sociales: el feminismo, el de la liberación sexual, el anarquismo, en muchas de las izquierdas, e incluso que algunos de aquellos que se están nombrando como descoloniales. En estos relatos hay un doble movimiento, por un lado hay una condena al Estado racista, neocolonial, pero por otro lado hay una especie de acuerdo tácito en la efectividad de la empresa colonial y el Estado dependiente, dominado por los intereses de las élites y del capital en la destrucción de toda otra forma de vida, de pensar y estar en el mundo. En esta mirada el capital ya domina todo espacio de la vida en sociedad a nivel global, no hay más que orden capitalista y orden moderno.  Me recuerda algunos debates que he sostenido con mi amigo y colega, el filósofo Santiago Castro Gómez, y los debates que escuché cuando asistí al “Primer Congreso Internacional de Comunalidad: Luchas y estrategias comunitarias. Horizontes más allá del capital”, celebrado en Puebla en octubre del año pasado. Fue evidente allí la oposición entre quienes viniendo del marxismo ortodoxo no pueden ver las variadas y múltiples formas de resistencia de pueblos y comunidades enteras que racializadas, etnizadas, olvidadas, han quedado por siglos en los márgenes del Estado-nación y de su deseo de emular el orden de la vida y el camino del “progreso” propuesto por la Modernidad y el capital. Estas variadas formas de resistencia y agenciamiento se han puesto en práctica en una diversidad de experiencias de memoria, de preservación de creencias, espiritualidad y de formas de alimentar el lazo comunal y una organización basada en el convencimiento de la interrelación de la vida. Como nos recuerda Gladys Tzul, por fuera de las formas de organización impuestas por el modo estatal, su ideal de democracia representativa e instituciones ejecutoras, los pueblos y comunidades indígenas, por ejemplo, han desarrollado sus propios dispositivos de gobierno, sus propias formas de deliberación, toma de decisiones y organización de la vida colectiva. Estas formas otras de organización de la vida común, estas formas de vivir aún como parte de la “realidad realmente existente” atentan sin lugar a dudas contra el deseo de uniformidad e imposición del modelo occidental de gobierno como aquel que sería él único realmente válido y promisorio. Atenta contra la mirada sesgada y pesimista de que ya nada hay por fuera del modelo centrado en el Estado y la democracia moderna, con su separación del mundo privado y público y sus consecuencias en términos de responsabilidad en las esferas de la reproducción; con su idea de naturaleza-cultura que implica el dominio y la explotación de la primera a beneficio de lo humano; con su institución del matrimonio heterosexual (u homosexual que hoy ya es lo mismo) monogámico; con la producción jerarquizada de una subjetividad dicotómica masculina-femenina; con su apuesta en un desarrollo máximo de la técnica y el desarrollo tecnológico; con el abandono de la relación directa con la tierra, con el territorio, la autosostenibilidad y producción de alimentos; con los procesos de urbanización, construcción de grandes infraestructuras, mega ciudades donde se aglomeran gran cantidad de la población y en donde el valor monetario finalmente termina de intervenir en todo tipo de intercambio. Aunque nos parezca mentira, este modelo no se ha terminado de completar y aún hoy en muchos territorios hay otros modos de organización basados en otras genealogías y formas de experimentar la vida en relación. Es lo que autorxs como Arturo Escobar, Marisol de la Cadena y Mario Blaser, nombran como ontologías relacionales.11059624_940687725974818_2244232637343359092_n (1)

No sé si habría una “racionalidad” en estas otras formas de organización de la vida comunitaria en el sentido de pensarse y enunciarse a sí mismas como opositoras o antagonistas al sistema mundo-colonial moderno pero efectivamente constituyen una afrenta a su intento de constituirse como “El modelo” y devenir de la humanidad. Terminan, búsquenlo o no, siendo programas oposicionales, metodologías de resistencia a la opresión, como diría Sandoval. En un momento crítico como al que asistimos, de procesos de destrucción masiva y acelerada de estos estilo de vida y formas de estar-ser en el mundo -cuando la minería a cielo abierto, la militarización de la sociedad, la expulsión y desterritorialización forzada, los procesos amplios de descampesinización y urbanización de sociedades hasta hace pocos años fundamentalmente agrícolas, como China, o, más cercano, Colombia, cuando la pedagogía de la violencia y el terror produce una guerra interna contra los cuerpos de mujeres y varones racializados y empobrecidos, y las comunidades y territorios durante décadas olvidados están hoy en la mira del gran capital gracias a las “riquezas naturales” sobre la que se asientan produciendo procesos de fractura acelerada de formas preservadas de vínculo comunal respetuoso de la interconexión de la vida, se hace entonces necesario más que nunca, un programa de recuperación de esa memoria histórica de oposición, de autonomía, de resistencia activa. Porque lo que sí es un peligro que nos acecha es el intento de borrarla, de desconocerla, de hacer como si no hubiera existido y fueran solo pasado deseado o aborrecido. Nuestros proyectos políticos tienen que acogerse a esa mirada relacional, esa perspectiva no fragmentada de la opresión/dominación, y sus vínculos con las propuestas de futuro, con nuestros horizontes de felicidad y deseo que acompañan nuestras estrategias y que prescribimos a través de nuestras prácticas y miradas de mundo. “Nosotras morimos para que ustedes puedan tener sus smartphones“, nos recuerda Caddy Adzuba, activista africana. En nuestros proyectos políticos no puede estar ausente una reflexión y un debate urgente sobre cómo queremos el mundo, que modelos de organización y gobierno de la vida comunal han de ser posibles para garantizar la vida del planeta, cuáles son las consecuencias del modo de vida basado en el consumo y en el desarrollo tecnológico en el que vivimos cada vez más personas en el mundo y que proponemos como aspiración al resto. Para ello es necesario partir por reconocer el lugar que han tenido estos programas otros de la Modernidad en preservar aquello que nos hemos empeñado en destruir; es necesario volver a mirar allí donde hemos dejado de mirar y estar dispuestxs a (des)aprender. Se necesita mucha humildad, se necesita sabernos ignorantes, se necesita de un afán de construcción de memoria, afán por develar y recuperar una memoria histórica de resistencia, de lucha y oposición anticolonial, que en sí mismas fueron apuestas de vida en sociedad más allá del capital, más allá de la colonialidad.

Sobre tu pregunta, te diría que el Estado-nación hace ya mucho tiempo que ha estado ahí, él ha representado desde su surgimiento la prueba fehaciente del triunfo a gran escala de la gesta colonizadora, la incorporación de la mirada y el orden propuesto por el colonizador en grupos de la población local en los territorios colonizados que se sometieron a las directrices del nuevo orden y el nuevo tiempo instaurado a partir del hecho colonial. Esta aceptación de las reglas del juego del colonizador permitió el surgimiento y el desarrollo de una élite local que rige los destinos del proyecto nacional dando continuidad al modelo civilizatorio impuesto por los colonizadores. Estos grupos representantes y cuidadores de la continuidad del proyecto moderno, racista, patriarcalista, capitalista… son clave para entender el colonialismo interno. Sin embargo, y a pesar de ello, los Estados en América Latina gracias a su debilidad y desvarío, no han podido completar su objetivo y a veces han resultado un problema menor que aquel que nos representa el proyecto de una sociedad global regida por el libre mercado con sus instituciones y mecanismos transnacionales. Piensen en los “mecanismos de ayuda al desarrollo”, la banca mundial, las Naciones Unidas, las ONGs locales, los intereses transnacionales que pretenden controlar la producción de alimentos, de medicamentos y enfermedades, patentar bienes de la humanidad. Las más de las veces el Estado está en manos de élites dominantes que trabajan conjuntamente con estos estamentos, y a veces, de tanto en tanto hay propuestas que han llegado al Estado y que intenta desafiarlos, en sus propios términos estamos de acuerdo, pero al fin y al cabo terminan siendo un desafío. Lo cierto es que aún y a pesar que sabemos que los Estados-nación con sus proyectos de democracia global al fin y aún en el mejor de los casos representan la cara más cercana de la colonialidad, tampoco podemos darnos el lujo de pretender ignorarlos o prescindir de ellos. La experiencia histórica nos demuestra que ante su ausencia quedamos totalmente en manos del capital, sin mediación y sin mecanismos de protección alguna. Ejemplos como el golpe en Honduras, la muerte de Chávez en Venezuela y el proceso paulatino de descalabro del proyecto que intentó impulsar, el retorno a gobiernos de ultraderecha como el macrismo en la Argentina, el golpe de Estado a Dilma en Brasil, lo que se viene luego de Evo Morales en Bolivia… nos alertan en la necesidad de preservar el mal menor que nos permita un marco base de garantía de derecho sobre el cual seguir apostando proyectos de justicia y buena vida que atenten contra esos marcos y el orden desde donde han sido concebidos. Y digo todo esto al tiempo que mantengo el optimismo: pienso por ejemplo que de este momento que se está cociendo y que devendrá seguramente en una etapa funesta mucho más opresiva para los sectores más empobrecidos y desprotegidos en nuestros países, podría devenir  una etapa de renovación y rearticulación de los movimientos sociales y las luchas anti y descoloniales…y es que uno de los problemas que seguimos enfrentando en las formas de gobiernos populistas, como lo que hemos tenido en la última década en varios países de América Latina, es que producen un debilitamiento en los movimientos sociales, una dependencia al Estado y una política estadocentrista, que diluye toda forma de radicalidad, que suspende la crítica bajo la lógica del “enemigo común” y del si no estás con nosotros eres parte de “las fuerzas enemigas que nos acechan”. Eso significa en poco tiempo la criminalización de la protesta y por tanto la negación y el olvido de aquellos proyectos de vida de poblaciones enteras que siguen siendo aniquilados en nombre de la “nación”. Es al fin la paradoja de la política que nos habita.

IS: Voy a recuperar un trecho de Yuderkys para comenzar la siguiente pregunta. “Se necesita mucha humildad, se necesita sabernos ignorantes”. La Modernidad se encargó de establecer lo universal como categoría, situando las dicotomías racional-irracional, superior-inferior o moderno-tradicional siempre desde una perspectiva hegemónica occidental donde ella se considera como lo válido y el resto como no válido. Sin embargo, al considerarnos como ignorantes nos reconocemos como ausentes de conocimiento sobre el otro, lo que sería un primer paso para reconocer la diferencia desde la igualdad. No obstante, los sistemas educativos, de forma general, insisten en mostrar la realidad como única, convirtiendo a la mayoría de las personas en periferia. ¿Qué propuestas educativas aporta la perspectiva decolonial para traer “la humildad y la ignorancia” a los estudiantes? ¿La estructura educativa pensada a partir de un currículo nacional es coherente con la mirada decolonial?

Yuderkys: A ver si me explico. Cuando hablo de la necesidad de practicar la humildad y la conciencia de la ignorancia estoy hablando desde el punto de vista de una intelectual de origen subalterno, en compromiso con los saberes otros de la Modernidad, pero que ocupa un lugar de frontera entre quienes tienen la legitimidad en la producción de saber y quienes no lo tienen. Con relación a ese primer grupo yo soy apenas la negra molestosa que de tanto gritar y arriesgarse incluso a la humillación, ha logrado cierto nivel de atención, debo ser algo así como una rara pieza de colección que logra entrar a duras penas a determinados circuitos de escucha en donde al parecer he logrado cierto nivel de audibilidad. Con relación al segundo grupo, soy definitivamente una privilegiada. En estos momentos podría decir que gozo de ese privilegio de lograr ser invitada a lugares generalmente reservados a una pequeña elite blanco-mestiza burguesa que es la que habita regular y, al parecer, naturalmente estos espacios; soy alguien que a pesar de toda la experiencia de marginación ha logrado superar el enmudecimiento al que somos condenadas la gente de donde procedo. Cuando hablo de la necesidad de una práctica de la ignorancia y de la humildad, estoy hablando desde el lado blanco (de poder) de esa división. Efectivamente estoy convencida que la primera gran tarea a la que se debe “el/la intelectual comprometidx” que pulula en el mercado de oferta y consumo del conocimiento, es la de someterse al silencio. No un silencio como desinterés o como indiferencia, sino como muestra de su compromiso con la subalterna.  El/la intelectual comprometidx, ese generalmente blancx, blancx-mestizx de origen burgués/clase media debería ejercitar más la escucha y menos el hablar por. Debería practicar el ceder la palabra y abandonar algo de su protagonismo del micrófono y de la tinta. Dejar el palco vacío, habitar de vez en cuando el silencio de palabra, como gesto que acompañe los esfuerzos de la gente oprimida, subalternizada, racializada…, por encontrar y ensayar su propia voz. Esa voz que sí, sabemos, no es paradigma de originalidad o de transparencia alguna (¿Acaso alguna voz lo es? ¿La nuestra lo es?) pero, una voz al fin. Entonces cuando digo que hay que practicar la humildad lo digo para el grupo de quienes de manera prepotentes han creído tener la verdad en las manos, de quienes se han creído en la posibilidad de salvar o iluminar a aquellxs que nada saben o son pura reproducción de doble conciencia. A la manera de Ranciere y su maestro ignorante, pero más allá de él quien desde su experiencia histórica solo piensa en una relación maestro-alumno donde las marcas geopolíticas, de clase, raza y género desaparecen. En ese sentido, no creo que a la y el subalterno se le pueda pedir esto, por el contrario, la tarea educativa sería apoyarles en su esfuerzo por (re)construirse o producirse como seres de conocimiento y de saber válido. Y sí, claro que la descolonialidad sabe, reconoce y apuesta en este sentido. Desde mi experiencia concreta con mis colegas y cómplices del Grupo Latinoamericano de Estudio, Formación y Acción Feminista (GLEFAS), concebimos la formación política como  un aspecto fundamental. Desde el inicio supimos y apostamos por la formación como forma de dar a conocer los esfuerzos de teorización y construcción de pensamiento feminista subalterno en América Latina. Apostamos por la lectura de textos producidos por autoras indígenas, afrodescendientes, campesinas, populares o en todo caso en franco compromiso con la descolonización del feminismo. Apostamos por una formación fuera de la universidad pero no por ello menos rigurosa o de baja calidad, una formación centrada en divulgar aquellas voces silenciadas por las reglas de circulación del conocimiento, al mismo tiempo que pensar y tratar a cada alumna/o como autor/a…como alguien capaz de pensar y complejizar su pensamiento y su capacidad de crítica. Con el tiempo esto coadyuvó a posicionar el feminismo decolonial en América Latina. Muchas de las activistas y voces que hoy presionan y hacen lo que hay que hacer para posicionar el feminismo decolonial o para habilitar algunas de sus preguntas en la Academia o fuera de ella, han pasado por nuestra propuesta formativa o se han nutrido de ella. Esta red de interés, este campo de conciencia cada vez más amplio está dispuesto a pedir la muerte de la voz grandilocuente, estamos haciendo la tarea de “localizar” los conocimientos producidos por campos teóricos como el feminista o del género y la sexualidad. Están/mos interviniendo en los espacios académicos para exigir algo de silencio al ruido que ya termina siendo esa voz que no para de hablar, que llena todo el espacio de la escucha impidiendo escuchar la voz pequeña en el pasillo, o que llega desde la calle. Esa voz de alcantarilla, como la he llamado. La práctica de la conciencia de la ignorancia y de la humildad, no la podremos enseñar en el aula como un programa general porque hoy día a ella llegan generalmente sujetos de muy disímiles orígenes -y que la gran Oxum me libre de reforzar a una estudiante de origen maya, guaraní, del Chocó o de Mata´e los indios a que calle su voz. Sin embargo, creo que será de la práctica concreta de la exigencia que vendrá del negro y la negra, del/la indígena envalentonada que la/el intelectual, comprometidx o no, aprenderá a callarse, a admitir su ignorancia… un poco…aunque sea un poco.

Nelson: Tanto la dimensión de la humildad como la del reconocimiento de la ignorancia apuntan a un asunto central que típicamente es dejado de lado, o no reconocido como relevante en la tarea del aprendizaje y sobre todo en la producción de conocimiento y de la investigación. Se trata del tema de la actitud. Las disciplinas académicas modernas tienden a definirse tanto por el objeto que estudian como por el método, y si no tienen un método específico se lo intentan inventar. A mi forma de ver, la perspectiva decolonial no solo cuestiona la idea del método como garantizador de verdad y revela la importancia de la actitud en la producción de conocimiento, sino que también resalta la importancia de lo que podría llamarse una actitud decolonial. Es decir, que la descolonización es una práctica, al igual que una forma de sentir y de conocer, y también un tipo de actitud que define la postura del sujeto cognoscente frente al mundo y otros sujetos cognocentes.

En conversación con el trabajo de Frantz Fanon y de Chela Sandoval he estado teorizando a la actitud decolonial como una actitud de amor en el mundo colonial, o de lo que Sandoval denomina “amor decolonial.” El amor decolonial es expresión de nuestro deseo por otrx ser humano en un espacio donde cuerpos, conocimientos, y experiencias son segregadas y segregados. Veo al amor decolonial como forma de conexión y de inter-relación, como raíz del interés por la búsqueda de la comunicación y la conexión erótica con unx otrx. Este amor es peligroso en la Modernidad/colonialidad, pues intenta cruzar fronteras establecidas y crear nuevas formas de ser, poder, y conocer.

El amor decolonial envuelve a la actitud de reconocer nuestros límites ante lo que no conocemos pero también de mostrar nuestra rabia ante todo aquello que fomente todo tipo de separación deshumanizadora.  El amor decolonial lleva al deseo de formar comunidad de insurgentes en contra de la colonialidad, y juega un rol crucial en el encuentro intra- e inter-cultural entre grupos subalternos mismos. Sin este tipo de amor, el yo que traumatiza o el yo traumatizado de la Modernidad/colonialidad puede hacer llevar aún a la crítica a la colonialidad a un tipo de hibris que impide la formación de comunidad contra la colonialidad en vías de crear un mundo donde muchos mundos puedan relacionarse entre sí y donde creen nuevos mundos.

La perspectiva decolonial contribuye a la formación de estudiantes con la introducción de contenidos ignorados o deslegitimados por la Modernidad, con el estudio crítico de los mecanismos que operan en esta deslegitimización (sexismo, racismo, y tantos otros “ismos”), y con la promoción de una actitud que intenta establecer relación con otrxs seres humanos más allá de las murallas que la Modernidad ha creado entre nosotrxs mismxs. Para esto la perspectiva decolonial identifica y avala al pensamiento fronterizo que establece relaciones entre dos o más mundos lingüísticos, y a la transdisciplinariedad decolonial que establece lazos entre el conocimiento académico, el conocimiento producido en el activismo, y las formas de conocer y ser que aparecen en el arte, entre muchas otras formas. Este esfuerzo rebasa los límites del Estado-nación y sus coordenadas espacio-temporales, y muchas veces ocurre, tal y como Yuderkys menciona, fuera de la Academia y de las aulas formales de clase. Lo que obviamente no quiere decir que no se den intentos interesantes dentro de la universidad, sobre todo en espacios que pueden considerarse fronterizos. Déjame comentar un momento sobre uno de estos espacios.

He tenido lo que considero la ventaja de haber desempeñado la mayor parte de mi carrera académica en unidades que fueron creadas para fortalecer el pensamiento de la descolonización. Cierto, esto es una excepción en los espacios universitarios, pero vale la pena darle su visibilidad y reconocimiento. Me refiero a lo que en los Estados Unidos se conoce como los espacios de Estudios Étnicos, incluyendo a los estudios afro-americanos y de la diáspora africana, los estudios indígenas, los estudios asiático-americanos y de la diáspora asiática, los estudios desde y sobre “latinxs” en los EEUU, etc. Estos espacios surgieron y se desarrollaron como parte de una revolución social y epistémica alimentada por la lucha por los derechos civiles en los Estados Unidos, por la lucha por la descolonización en distintas partes del llamado “Tercer Mundo,” y por la lucha de mujeres “de color” contra el machismo nacionalista y el feminismo blanco.

En la Universidad de California en Berkeley, donde enseñe e investigué por siete años, fue una huelga estudiantil dirigida por una coalición de grupos de estudiantes “de color” que llevó a la formación de estos espacios. El nombre de la coalición de estudiantes era el “Frente para la Liberación del Tercer Mundo” (Third World Liberation Front), y buscaban la creación de una Escuela del Tercer Mundo (Third World College) dentro de la universidad. El propósito de la Escuela y de sus unidades era la de contribuir al empoderamiento de los grupos subalternos y a la descolonización de los Estados Unidos y del mundo. También la Escuela se planteaba como espacio fronterizo entre el resto de la universidad y las comunidades subalternas de donde se intentaría reclutar a muchos de sus estudiantes.

Fue en el Departamento de Estudios Étnicos donde en el 2005 se llevó a cabo la conferencia donde surgió el concepto de Giro decolonial, la que trajo a pensadorxs latinoamericanxs, latinxs, caribeñxs, y afro-americanxs para continuar explorando las conexiones que existían entre estas formaciones y pensar en otras formas del Giro decolonial a nivel global. Eso fue en el 2005. Luego, en el 2007 o 2008 formamos un grupo de Feminismo decolonial que, con la dirección de María Lugones desde Binghamton, donde había otro colectivo, establecimos contacto con otros grupos en Bolivia y México. No todxs lxs envueltxs trabajábamos en la Academia.

Doy esto como ejemplos del tipo de conversaciones y proyectos de producción de conocimiento que buscaban y buscan desconectarse de la colonialidad del poder, del ser, y del conocimiento plasmada en la universidad, aún dentro de la misma universidad, y de promover conexiones diversas entre grupos subalternos y formas subalternas de conocer. La universidad para nada es la única, y estos ejercicios no han de llegar muy lejos si no se conectan con esfuerzos parecidos fuera de la universidad. Puedo dar ejemplo de otros proyectos que destacan más esa dimensión. Pero lo que quisiera enfatizar es que para hacer esto se necesita renunciar a los criterios profesionales y de excelencia moderno/colonial de las universidades junto a su actitud moderna/colonial y liberal ante el mundo social actual. Por esto que sea tan difícil avanzar la práctica y el Pensamiento decolonial dentro de estas instituciones. Por esto también que la perspectiva decolonial a veces le pueda resultar tan antipática a aquellxs que todavía son leales a disciplinas, métodos particulares, o al ethos de las “artes liberales” y de las ciencias humanas supuestamente radicales. La perspectiva decolonial llama atención a la importancia de una actitud decolonial como actitud amorosa que le da orientación a la indignación, que promueve el respeto de sí y la insurgencia rebelde, y que incrementa el deseo de entablar relación y crear comunidad con otrxs. Puede estar en la universidad y en las aulas, pero nunca meramente dentro de ellas, lo que es otro ejemplo del tipo de actitud que promueve la perspectiva decolonial.

cartel-conversatorio-GLEFAS2 (1)Yuderkys: Creo que Nelson pone un tema que es necesario abordar en nuestras conversaciones sobre la praxis descolonial. Al llamado Giro descolonial muchas veces se lo ha intentado desacreditar porque sus varios de su impulsores e impulsoras iniciales y que terminaron convirtiéndose en las voces referentes más importantes, están ubicados en la Universidad, son académicxs de profesión y algunxs de ellxs están en Universidades Norteamericanas. Fue interesante ver cómo académicxs de América Latina, que por varias de las razones que menciona Nelson se sintieron en peligro, desarrollaron una especie de desconfianza y animadversión hacia este programa de crítica, oponiéndose muy tempranamente a esta teorización bajo el argumento de que se trataba de una teoría importada y no más que otra nueva moda del momento. Lo que me llamó poderosamente la atención fue ver a académicxs cercanxs y conocidxs cuyos programas de estudios son un ejemplo de la dependencia académica en nuestras universidades usando semejante argumento para justificar su resistencia a un programa que aun dentro de la universidad estaba llamando la atención respecto del problema de la colonialidad del saber y la necesidad de una autonomía epistémica. Mucha gente piensa que yo estoy en la universidad, a veces esto en espacios activista es incluso usado para intentar desacreditarme -vale decir que esto proviene de activistas universitarias o que frecuentemente citan y siguen con devoción académicas blancas, más o menos comprometidas, y, últimamente, a veces, también de color pero que están validadas por ser de Europa o los EEUU-. Más allá de intentar explicar este tipo de recelo hacia quienes nos hemos dedicado a producir teoría aquí y al lado, la cuestión es que no, yo no estoy en la Academia, no tengo un puesto universitario y nunca lo he tenido. Soy parte de un movimiento que se ha empeñado durante años en mostrar que era posible producir pensamiento propio desde fuera de la universidad, aposté también a una práctica que para las feministas siempre nos fue afín como lo es el aprendizaje autodidacta, autodirigido. Para muchas de nosotras, poder llegar a leer voces que no han sido parte de la teoría mainstream, ha significado una práctica de aprendizaje y búsqueda autónoma de conocimiento. Así pudimos llegar a autoras feministas negras, indígenas y de color, tanto en América Latina como en otras regiones del mundo, a las que nunca hubiéramos llegado de otro modo, ya que en los programas universitarios no han figurado como voces de saber sino hasta muy recientemente y, vale decir, gracias a nuestras producciones y la tarea de promoción de sus obras que hemos llevado adelante. Sin embargo, desde mi propia experiencia, a veces, debo decir, bastante crítica y pesimista sobre las posibilidades y los límites de las instituciones, puedo ver que han ocurrido lentamente algunos pequeños cambios en las universidades. Esto es gracias al esfuerzo realizado por docentes comprometidxs con el programa decolonial que han logrado habilitar algunos pequeños espacios de escucha de nuestras voces y de otras voces generalmente silenciadas o negadas por la Academia, y también gracias a una presión desde abajo. Un ejemplo cercano es lo que una activista, pensadora y docente como mi compañera de ruta, la feministas afrocaribeña, Ochy Curiel, logró hacer en la Escuela de Estudios de Género en la Universidad Nacional de Colombia. Junto a Mara Viveros, afrocolombiana, lograron hacer cambios importantes en los programas de estudios introduciendo voces otras del feminismo, que generalmente no caben en la Academia. Esto se multiplica en otras universidades e instituto conocidos. Pienso en María Teresa Garzón en el Posgrado de Estudios Feministas e Intervención Social del CESMECA, en Chiapas. Pienso en Karina Ochoa en la Escuela de Sociología en la UAM; Breny Mendoza en el Departamento de Estudios de Género en la Universidad de Los Ángeles; Encarnación Gutiérrez en la Universidad de Giessen, Alemania; Tjasa Kancler en la Universidad de Barcelona, Marina Grzinic en la Academia de Artes de Viena … la lista se hace cada vez más larga. Hoy vemos un renovado interés por lo que estamos diciendo en algunos espacios académicos. Y eso es bueno, no porque crea que debamos abandonar la lucha porque se reconozcan otros modelos y prácticas de producción de pensamiento que han quedado silenciados o desautorizados, sino porque también es importante incidir allí en donde se están formando muchxs de nuestrxs jóvenes. La universidad se ha convertido en una etapa obligatoria en nuestras vidas globalizadas, a ella acude una población muy variada proveniente de los más disímiles orígenes. Hoy están llegando a ella cada vez más población negra afrodescendiente e indígena, y migrantes racializados en países del llamado “Primer Mundo”. Es importante que estas generaciones encuentren allí al menos algunos nichos que les ofrezcan otras cosas, otras ideas que cuestionen el eurocentrismo de la universidad y propongan espacios cada vez más amplios de pluriversidad. En los últimos años a varias de nosotras, feministas descoloniales, nos invitan frecuentemente a estos espacios académicos en América Latina pero también en Europa y los EEUU. Es gratificante ver cómo a ellos llegan lxs estudiantes racializadxs, migrantes de los países del llamado “Tercer Mundo”, o de zonas muy apartadas de las grandes ciudades. Llegan y te dicen cosas como: “por fin siento que el feminismo tiene algo para decirme”. Me lo han dicho así, textualmente y de diferentes maneras luego de terminada la conferencia o la clase a la que me han invitado. Es alentador escuchar y ver este tipo de reacciones que cada vez se hacen más frecuentes. Lxs estudiantes presionan para que incluyan voces latinoamericanas, caribeñas o africanas en la bibliografía. Presionan para que nos inviten a quienes estamos siendo parte de esta revolución epistémica. Lo decolonial definitivamente tiene mucho que aportar a los espacios de enseñanza, formales y no formales. Varias de nosotras estamos interesadas, por ejemplo, en pensar metodologías de educación popular decolonial. Con María Lugones, Karina Ochoa y Diana Gómez tuvimos una conversación al respecto en donde pensamos cómo sería eso de una metodología de educación popular desde el feminismo decolonial. Salió publicado en el primer volumen de Pedagogías decoloniales que editó Katherine Walsh hace dos años. Allí planteamos una serie de desafíos a la manera en cómo el feminismo ha venido haciendo educación popular. Es interesante seguir avanzando en este tipo de apuestas.

Nelson: Vale la pena abundar en esta área porque resalta la importancia de los movimientos por descolonizar la universidad, los que han estado en aumento recientemente. Al momento se están dando de forma muy fuerte en Sudáfrica, donde estudiantes luchan por una educación libre de costo y descolonizada. Esto lo pude ver muy de cerca durante mi estadía en Sudáfrica en los primeros meses de este año, donde tuve la oportunidad de participar en eventos y actividades con estudiantes activistas. De Sudáfrica, el movimiento “Rhodes Must Fall” pasó a la Universidad de Oxford en Inglaterra. También en la Universidad de Warwick se lucha contra el currículo blanco y en Holanda se creó el movimiento por la “Universidad de Color.” La lista sigue.

Todo esto tiene mucho que ver con el aumento de estudiantes “de color” en universidades metropolitanas o nacionales históricamente dominadas por un estudiantado blanco o criollo y mestizo. En la medida en que la segregación formal de los espacios educativos ocurre y que nuevos cuerpos entran en el ámbito universitario, las posibilidades de las demandas por la descolonización de la universidad aumentan. Esos cuerpos que entran también tienen mentes, lo que explica por qué a la desegregación de cuerpos en el espacio universitario típicamente le sigue la demanda por la descolonización del conocimiento, lo que lleva a nuevos intentos de segregación. El neoliberalismo racial y el racismo de Estado de antemano están bien dispuestos a, y en realidad nunca paran de continuar la segregación de cuerpos y a controlar el acceso de ciertas poblaciones a las instituciones del capital y del Estado. La privatización y el aumento de los costos de la educación son mecanismos neo-segregacionistas en la universidad. Esto naturalmente lleva a que los movimientos por la descolonización de la universidad hoy tiendan también a luchar por una universidad libre de costos y por una sociedad que no tolere ni el liberalismo que reduce los problemas creados por la colonialidad a temas de diversidad e inclusión, ni el neoliberalismo que impone la privatización de los bienes colectivos y la austeridad fiscal que opera en beneficio de la continua acumulación de la riqueza en manos de unos pocos.Policia y seguridad privada es diferente de un espacio seguro (1)

En Sudáfrica, por ejemplo, el movimiento estudiantil negro actual comenzó cuestionando los símbolos de la autoridad académica y política liberal en un contexto de alta segregación económica, social, y epistémica que se atreve denominarse como democracia (en “Rhodes Must Fall”), y rápidamente se volcó también a montar una oposición masiva al incremento de los costos de matrícula (en “Fees Must Fall”). De ahí que, en oposición conjunta al liberalismo y al neoliberalismo, estos movimientos llamen a una educación “libre de costos y descolonizada.”  El llamado por la descolonización, lejos de ser un anacronismo, revela las distintas formas en que las políticas hegemónicas liberales y neoliberales continúan produciendo un orden de carácter segregacionista y colonial. La juventud negra ha hecho una contribución sustancial a la conciencia política del país mientras la universidad ha mostrado ser un campo de lucha donde distintos modelos de orden social, económico, y epistémico entran en pugna.

Estos movimientos, y tantos otros esfuerzos paralelos de mayor o menor intensidad, crean grietas en la universidad hegemónica –y esto es sin todavía hablar aquí del significado de universidades indígenas y de tantos otros proyectos no-hegemónicos. Estas grietas conectan instituciones y proyectos en el llamado Norte con otras en el llamado Sur global y viceversa. Pero ni las grietas, ni las conexiones, le resultan obvias o de mucho interés a la mayoría de lxs profesores universitarios, críticxs o no, dentro del sistema educativo hegemónico, cuyas concepciones sobre el conocimiento y coordenadas espacio-temporales están marcadas por la colonialidad. Por eso ven una relación simple entre Norte y Sur, sin ver los sures del Norte, los nortes del Sur global, u otros tantos espacios y tiempos que desafían los ejes espacio-temporales hegemónicos. Por esto, a veces ocurre que profesorxs del norte critican a los movimientos estudiantiles por estar aparentemente importando temas del Sur, y los del Sur acusan a los movimientos por importar teorías del Norte, sin querer darse cuenta de que muchas de esas teorías o ya existían en el Sur o se crearon en espacios fronterizos entre distintos sures, más allá de la división Norte/Sur. En esa ignorancia o atrevimiento delatan su compromiso con el orden colonial de las cosas, más allá de toda su retórica crítica. Estamos en un contexto donde el liberalismo de lxs profesorxs se concibe como radical frente al neoliberalismo creciente de las burocracias administrativas universitarias, mientras ambos son cuestionados y confrontados por discursos y prácticas decoloniales empuñados principalmente por sectores del estudiantado y de aliadxs en y más allá de la universidad.

Estos y otros movimientos por la descolonización crean nuevos espacios y tiempos. Estos también, cuando ocurren en la universidad, toman el lugar de las aulas como espacios donde se comparte el conocimiento. Los movimientos generan nuevas ideas, nuevas prácticas y estrategias, nuevas actitudes y nuevas formas de ser. Todo esto implica que la lucha por la descolonización del conocimiento en la universidad también pasa por la descolonización, no sólo del conocimiento y del poder–en la alianza entre estudiantes y trabajadores, por ejemplo–, sino también del ser–en cuanto se crean nuevas subjetividades y nuevas formas de vivir el espacio y el tiempo. Entonces, el reto mayor no consiste solo en descolonizar el conocimiento como si fuera un tema o una práctica aislada, sino de vincularla y adelantarla en relación a otras formas de descolonización.

Todo esto tiene que ver directamente con la pregunta inicial sobre la humildad epistémica, pues solo con esta humildad lxs profesorxs podrán concebir a los movimientos estudiantiles por la descolonización de la universidad como espacios donde se está dando el tipo de instrucción y formación con el que algunxs dicen estar comprometidxs. Entonces no es solo cuestión de cambiar las dinámicas pedagógicas dentro del aula y de añadir contenidos nuevos, sino de que tanto profesorxs como alumnxs salgan de las aulas y entren en contacto con los movimientos por la descolonización. No hay excusa ninguna cuando esos movimientos están ocurriendo o debieran de ocurrir en esas mismas instituciones.

IS: Para finalizar, me gustaría profundizar sobre lo decolonial a nivel orgánico. Tengo el conocimiento de que existe cada vez una mayor y más articulada organización al interior de movimientos de género y raza con una perspectiva decolonial. Sin embargo, a veces siento la falta de que, al mismo tiempo en que se realizan las luchas concretas de cada grupo, se establezca una organicidad de solidaridad donde a través del problema común, la colonialidad, se luche conjuntamente por las opresiones concretas. Puede que mi visión esté equivocada, y no pretendo que juguéis a ser futurólogos, pero ¿Qué visión y perspectivas tenéis sobre la organicidad más amplia dentro de los movimientos decoloniales?

Nelson: Esto es un tema muy importante al igual que muy complicado porque, en primer lugar,  no se puede generalizar demasiado sobre luchas concretas. Para empezar, los movimientos sociales son múltiples y cada uno de ellos tiende a ser altamente heterogéneo. También tienden a distinguir entre principios, tácticas, y estrategias y pocas veces uno puede esperar un consenso absoluto en la forma de entender cada una de estas en cada movimiento. Además, a veces lo que para la mayoría dentro del movimiento es táctica puede entenderse como principio o estrategia desde afuera, etc. llevando a juicios y conclusiones inadecuadas. Los movimientos sociales, particularmente los contra-hegemónicos, son una realidad viva sumamente compleja, lo que hace difícil hablar de luchas concretas como un todo. A lo sumo uno puede hacer aseveraciones tentativas y abiertas.

En segundo lugar, creo que la perspectiva decolonial, mientras lleva siglos elaborándose a la vez es muy temprana, en el sentido que todavía está en el proceso de tomarse en serio de forma más generalizada y que tiene muchos desafíos por delante. Estos desafíos incluyen continuar la exploración de la colonialidad en distintos órdenes de la existencia humana (lengua, instituciones, epistemologías, relación con la “naturaleza,” etc.) al igual que la forma en que la Modernidad reajustó y reajusta, inventó e inventa, y combinó y combina formas de explotación, dominación, y deshumanización. También hay que tener en cuenta las múltiples experiencias, formas de vida, lenguajes, y culturas desde donde se piensa con una perspectiva decolonial. Y tampoco hay que olvidar que la perspectiva decolonial en principio es una perspectiva abierta, lo que quiere decir que sus tareas nunca encontrarán fin en tanto y en cuanto se dedica no solo a intentar superar a la Modernidad/colonialidad sino también a evitar que elementos de la misma retornen. Entonces nunca habrá una perspectiva decolonial completa del todo o perfecta, y de ser así, siempre es posible que detalles en la perspectiva puedan ser parte de la causa por la cual, a nivel de la vida compleja de movimientos sociales, estos sean incapaces en momentos dados de formar conexiones cuando estás son posibles. Para esto hay que continuar elaborando y refinando la perspectiva continuamente e hilándola con la práctica de los movimientos. Mientras no logremos entender el significado de raza y género y las formas en que se relacionan, por ejemplo, la teoría puede contribuir a separaciones que disminuyen la posibilidad de coaliciones profundas entre movimientos.

En tercer lugar, mientras a veces la perspectiva teórica está más avanzada en ciertos puntos que una práctica, por lo que entonces puede ayudar a radicalizar una práctica, a veces es todo lo contrario: la práctica tiene dimensiones más ricas y complejas que las que provee la teoría. Entonces los movimientos sociales (e intelectuales así como los artísticos, por ejemplo) pueden recurrir a esas otras prácticas, y no solo a la teoría (o a la producción artística, para citar otro ejemplo), como fuentes para crear dinámicas de inter-relación y coalición con distintos otros movimientos.

Creo que hay que tener estos tres puntos muy claros al hablar del tema que propones. Habiendo hecho esas precisiones, me gustaría hacer otros tres puntos respondiendo más específicamente a tu pregunta. En primer lugar, es parte del legado de la Modernidad que tendemos todavía a utilizar los conceptos dominantes para entender nuestras causas. A veces, problemas graves que he visto en movimientos que luchan contra la dominación de raza o de género es que se quedan estancados en definiciones liberales (o a veces marxistas tradicionales) de lo que significa un concepto o el otro, aun cuando puedan estar utilizando cierta terminología del Giro decolonial. Esto lleva a que se fomente la desconexión en vez de nuevas formaciones de comunidad y de actividad de coalición. Aún el mismo concepto de interseccionalidad lo he visto usado, no tanto para poder construir conexiones, sino para, ya sea disimular prácticas no-interseccionales con una retórica interseccional, o para montar sobre el mismo cierto tipo de políticas de identidad basadas en una visión fragmentaria de la opresión, lo que no hace sino más que crear más fragmentación.  En esto se tiende a ignorar tanto, el significado particular de la interseccionalidad dentro del derecho, que fue donde emergió el concepto, como los debates en cuanto al término por parte particularmente de feministas decoloniales, incluyendo a Yuderkys.

Es decir, el primer punto sería que en la medida en que continuemos operando, tanto en la teoría como en la práctica, con conceptos que no nos permitan entender los límites de las definiciones que hemos recibido, aun por parte de ciertos discursos críticos, sobre lo que es la raza, el género, la sexualidad, y la clase entre otras formas de diferenciación social, y de sus relaciones, tanto más difícil se nos hará establecer una práctica que se oponga a la colonialidad y la formación de comunidades insurgentes que desafíen a la misma sin que se vuelvan cómplices de la estructura que intentan desafiar. Me parece que el feminismo decolonial ha venido desempeñando un rol crucial en esta área.

El segundo punto es que conviene, para evitar caer al nivel de fragmentar movimientos y socavar las posibilidades de solidaridad, tanto continuar explorando los límites de los conceptos que utilizamos y las formas en que los mismos se relacionan (primer punto), como mantenerse enfocadx en ideas que pudieran considerarse centrales en la práctica decolonial. Recientemente en otro escrito identificaba dos de estas ideas que me parecen centrales a la perspectiva y a la práctica decolonial. Identificaba las mismas con la noción de la decolonialidad como proyecto incompleto (en contraste, por ejemplo, con la noción habermasiana de la Modernidad), por un lado, y a la conciencia coalicional y oposicional, por otro. La conceptualización de conciencia coalicional y oposicional la tomo directamente del trabajo de Chela Sandoval, quien ha trabajado el tema por muchos años, pero la idea de la decolonialidad como proyecto incompleto es también parte central del mismo. De hecho fueron las feministas chicanas, de forma más consistente que varios de los chicanos no feministas, las que mantuvieron la noción de una continuidad en la lucha descolonizadora después de que el paradigma de la colonización perdió apego por parte de una cantidad de intelectuales chicanos. Y esto me parece que fue en parte por las relaciones de coalición que mantenían con otros grupos de feministas de mujeres de color, incluyendo mujeres indígenas que mantenían la importancia de la idea de descolonización. Es decir, que en el feminismo chicano y en el feminismo de mujeres de color, las nociones de la descolonización como proyecto incompleto y la de la necesidad de forjar una conciencia coalicional y oposicional se enriquecían mutuamente: el compromiso con la descolonización incluía la oposición a la colonialidad y llevaba a la coalición, y la coalición hacía que se continuara el compromiso, no con una noción específica de liberación u otra, sino con la descolonización como proyecto. De aquí la importancia de la noción del “cuerpo como puente” (como propuesto en la antología, This Bridge Called My Back) en el feminismo de mujeres de color en los Estados Unidos, y la centralidad de la coalición y la descolonización en feministas tales como Gloria Anzaldúa (Chicana) con su noción decolonial de mestizaje, o María Lugones (“latina” de los EEUU/Argentina) con su proyecto “teorizar coaliciones contra opresiones múltiples,” por ejemplo.

Conviene entonces tomar en serio las distintas propuestas que intentan examinar críticamente los conceptos básicos de nuestros análisis (primer punto), y enfocarse en las dimensiones que pueden considerarse más comunes y centrales de la perspectiva y la práctica decolonial (segundo punto) para superar los límites de cualquier tipo de narcisismo y de arrogancia identitaria (hegemónica o no) y la hybris de la crítica negativa por otro que a veces se alojan en movimientos sociales e intelectuales entre otros. Se vuelve pues necesario, y este es mi tercer punto, estudiar e intentar poner en práctica las propuestas que más avancen la conciencia de un proyecto compartido e incompleto de la descolonización. Ya antes mencioné la coalición de grupos de estudiantes “de color” que formaron el Frente para la Liberación del Tercer Mundo (Third World Liberation Front) y el colectivo al que Sandoval se refiere como el Movimiento de Mujeres del Tercer Mundo dentro de los Estados Unidos (U.S. Third World Woman Movement). Estos son movimientos que, pese a cualquier límite que tengan, han mantenido como prioridad la lucha continua contra la colonialidad y la formación de lazos profundos a través de diferencias, a partir de lo cual han inventado tecnologías de lucha al igual que conceptos y prácticas de afiliación y reafiliación que les permite constituirse como movimiento y comunidad.  Estudiar este tipo de movimientos, así como las ideas y expresiones artísticas que surgen o son inspirados por los mismos es una actividad de educación crucial para todo tipo de movimiento anti-sistémico hoy. Se trataría de un estudiar práctico que se da en la educación política y teórica pero también fuera de toda aula: en el esfuerzo de entrar en relación con otrxs también comprometidxs en el proyecto descolonizador.

Para terminar esta ya larga intervención diría que criticar a la colonialidad o hacer un análisis decolonial es una cosa, y llevar a cabo una práctica decolonial, y no solo participar en un movimiento anti-sistémico cualquiera, es otra tanto o más compleja que incluye el análisis y la crítica pero envuelve la formación de nueva comunidad y la coalición entre ideas, sentimientos, y cuerpos. Los movimientos más radicales son aquellos que no olvidan esto y que intentan ejercer esa práctica, pensamiento y sentimiento, que como decía antes son tanto de rabia como de amor (una rabia y un amor decolonial). Creo que esto se está dando mucho más de lo que creemos, pero muchas veces ocurre en movimientos o en sectores de movimientos que no son conocidos ampliamente, o que son conocidos pero malinterpretados por las ciencias sociales o políticas hegemónicas. Entonces también hay que darse a la tarea de visibilizarlos y tomarlos en serio, mientras también se advierte la presencia de problemas y contradicciones en otros movimientos, aun cuando estos se consideran explícitamente decoloniales.

Yuderkys: Me siento identificada tanto con la preocupación que expresa la pregunta como con cada uno de los elementos abordados por Nelson, en su respuesta. Voy entonces a partir de lo ya dicho para aportar algunos otros elementos.

Antes que todo, debo recordar que yo vengo del movimiento social, durante al menos 20 o 25 años de mi vida fui sobre todo una activista; una activista que progresivamente se fue interesando cada vez más en el pensamiento y en la crítica interna, en los límites de la política feminista de la que puedo dar cuenta. Con los años esto se ha invertido un poco, mi corazón y mis compromisos siguen estando allí en las trincheras de la denuncia, en la marcha y la intervención callejera, pero en los últimos años ha operado un cambio que me ha llevado más hacia el lado del mundo de las ideas. Paso mucho de mi tiempo leyendo noticias, conversando con personas de diferentes partes del mundo, estando atenta a publicaciones y a las nuevas producciones de conocimiento que vienen de corrientes no hegemónicas de los feminismos y de otros campos del saber de aquí y de allá. No es que piense separado estos dos mundos, en mi experiencia nunca han estado separados, pero hay algo así como un énfasis allí en donde una está poniendo el cuerpo y el hacer. Y hay una forma de poner el cuerpo que es muy particular cuando tu hacer está puesto en el diálogo, la escritura, en poner atención a los discursos en el intento de desvelar lo oculto y responder la pregunta de lo que hace posible nuestro presente, el estado actual de las cosas.

Por otro lado ya mi cuerpo no es el de antes. Ir y estar en espacios del movimiento feminista -que es donde he estado fundamentalmente- se hace cada vez más difícil para mí en muchos sentidos. Los años me pesan y creo que les pesan también a las jóvenes que hoy son la carne que nutren los feminismos de la región. No sabemos muy bien cómo bregar nuestras diferencias de temporalidades, experiencias y comprensión de las cosas. Pero más allá de las disquisiciones personales-políticas que me alejarían de lo que quiero abordar con ustedes, lo cierto es -y debo decirlo mal que me pese- que todos esos largos años me han valido para acumular una profunda desilusión en la eficacia de los llamados nuevos movimientos sociales urbanos, como el feminista, el de la sexualidad disidente o las llamadas izquierdas. No es que deje de creer en su necesidad, en el importante rol que están llamados a cumplir. Lo que me pasa cada vez más es ver sus compromisos profundos con la Modernidad, su papel en la expansión del orden del mundo y las ideas de verdad que ésta nos propone. Esto tiene que ver con lo que señala Nelson: la manera como nos volvemos (re)productores de ese mundo dicotómico, categorial, fragmentando analítica y políticamente.

El grave problema que enfrenta nuestra política y nuestro hacer por la transformación social y la justicia tiene que ver con la imposibilidad de superar esa mirada categorial, esa política anclada a categorías pretendidamente universales y homogéneas que sufren del delirio de la unicausalidad. Para muchas feministas y feminismos el patriarcado es el origen de todos los sistemas, emulando así la gesta del marxismo con el sistema de clases. La mirada interseccional no nos ha servido para extirpar de raíz este mal de un análisis anclado en el género como explicación central que explicaría la opresión de “las mujeres” y de los géneros disidentes. Como mucho, la interseccionalidad ha servido como mención clave que parecería hacer posible que un discurso pase los controles y no prenda las alarmas de la sospecha o la acusación de racismo. Como mucho la interseccionalidad lo que ha logrado es producir una nueva sujeta particular que requiere de un tratamiento igual de particular, como “caso”, o como “variación” a la sujeta normativa del feminismo. Esto lo vengo sosteniendo hace rato. Lo que hemos logrado producir es la nueva sujeta interseccional: una sujeta (im)posible, mitad mujer (blanca), mitad (varón) negro, como nos recuerda Lugones.

Quizás hay quien piense que esto no tiene que ver con la pregunta que nos haces sobre la política descolonial concreta, quizás hay quien piense que no tiene que ver con las posibilidades de un programa descolonial ampliado a nivel orgánico, pero no es así. Creo al igual que Nelson, que mucha de la política feminista y de nuestras izquierdas sigue anclada a un programa moderno eurocentrado de transformación. Esto tiene que ver con esa imposibilidad de desarrollar una crítica profunda a los postulados, las ideas de verdad y de bien que sostienen su política. Es por eso que hoy cuando vemos una especie de despertar de una conciencia sobre el racismo y se renuevan los discursos antimperialistas, anticoloniales, o, por ejemplo, contra el extractivismo, vemos como nunca los límites de las respuestas posibles por parte de estos movimientos. En el fondo no se logra ver la colonialidad que impregna los programas liberatorios que proponen y llevan adelante. Por ejemplo, es impresionante cómo nuestras izquierdas y nuestros movimientos populares han incorporado las agendas más liberales de los movimientos LGTTB o sociosexuales, o cómo se insertan y se comprometen en las demandas hegemónicas del feminismo blanco eurocentrado. Como ya argumenté alguna vez, las agendas del feminismo blanco la podemos ver ya hasta en ciertos discursos de movimientos indígenas que son referentes importantes para todxs nosotras, como el zapatismo. Se vale hacer este llamado de atención.

Estoy convencida que todo esto tiene que ver con este problema que estamos enunciando: la fragmentación de la mirada y del análisis que produce una fragmentación igual en la agenda política. Es así que parecería que el problema de la violencia hacia “las mujeres” termina siendo un problema de género, un problema de las mujeres por ser mujeres sin poder comprender la complejidad histórica de la matriz de dominación que la produce. Comprender esa matriz permitiría encontrar los lazos profundos entre los procesos de modernización y occidentalización y los procesos de patriarcalización, contrario a la mirada que produce el discurso feminista más expandido. Comprenderla permitiría construir el problema no como un problema “de las mujeres” -con el cual, como mucho, a los varones les toca “solidarizarse”- sino como un problema de la comunidad toda en su conjunto. Así como los muertos de Ayotzinapa son los muertos de todos, las muertas de Ciudad Juárez lo son; estas últimas no son las muertas de las feministas, no sólo las feministas deberían llorarlas. Y, por igual, la política feminista no debería, en revancha, pensar los cuerpos desaparecidos de las trabajadoras supernumerarias de las maquilas, de las violadas en las guerras internas, de las maltratadas u acuchilladas en las villas y los barrios populares como cuerpos cargados de una particularidad que los descuajaría sin más de la violencia sistémica producida por una matriz de opresión que actúa con la misma saña en contra de toda la comunidad de origen. La política feminista no puede desatenderse de un análisis delsistema mundo moderno capitalista racista como si ello no definiera la vida de “las mujeres”, y no como agregado, sino como parte de la trama misma que define sus vidas como mujeres. Si nos duele que la sociedad no llore de la misma forma a “nuestras” muertas quizás la solución esté, no en hacerlas más nuestras que nunca, sino en estar dispuestas a abandonar la pretensión de propiedad, quizás esté en un trabajo de deshacer el cuarto propio para volverlo cuarto comunitario. ¿Cómo socializar el llanto? ¿Cómo hacer que la comunidad toda llore aquellas a las que le han arrebatado?

Es necesario abandonar esta fragmentación de las luchas y comprender que los procesos de descolonización, contra el racismo, contra el patriarcalismo y contra el régimen heterosexual implican, necesariamente, pensar los cuerpos desechables tanto de varones como de mujeres, como de subjetividades que enfrentan la normatividad del género y la sexualidad moderno-colonial provenientes de comunidades indígenas, afro, campesinas, poblaciones, barrios populares, villas, trabajadores supernumerarias, etc. Hay una relación entre las violencias hacia los cuerpos de todos estos orígenes, sectores, grupos marginalizados que no debería ser seccionada de un lado y del otro, por las izquierdas, los movimientos indígenas, campesinos, populares y feministas o de la disidencia de género y sexual. “Cual de mis yo sobrevivirá a todas estas liberaciones”, nos recuerda Audre Lorde al final de su poema Quién dijo que era fácil, recordando la esquizofrenia a las que nos somete una política de identidad para la cual hay una categoría nodal desde donde todo podría ser explicado. Desde la crítica a esta forma de organización de la política, pienso que no se trata tanto de la solidaridad necesaria con “otros” movimientos, se trata de que la descolonización debe sobre todo producir procesos de resistencia activa ampliada que excedan y confronten esta descuartización del cuerpo social. Los movimientos de descolonización son sobre todo movimientos que deberían restaurar el lazo que nos vincula, acogerse al llamado a una ontología relacional en el sentido que lo vienen planteando autores como Mario Blaser y Arturo Escobar.

En este mismo sentido, creo que sería injusto de mi parte no reconocer las prácticas descolonizadoras como parte de un movimiento más amplio que ha estado antes siquiera que comenzáramos a nombrarnos más recientemente como decoloniales. Mucho de las llamadas luchas anticoloniales llevadas a cabo por comunidades indígenas, afro, campesinas en los territorios han tenido una fuerte impronta en este sentido de impedir la fractura del lazo comunal, de la vida en relación. Esto no significa construir una mirada ingenua y no problemática de estas apuestas, pero estoy convencida que hay allí fracturas con la Modernidad que pueden servirnos aun.

Por José María Barroso Tristan

Para citar este artículo: Barroso, J. M. (2016). Descolonizando. Diálogo entre Yuderkis Espinosa Miñoso y Nelsón MaldonadoTorres. Iberoamérica Social: revista-red de estudios sociales VI, pp. 8 – 26. Recuperado de: http://iberoamericasocial.com/descolonizando-dialogo-yuderkys-espinosa-minoso-nelson-maldonado-torres

Fuente original: http://iberoamericasocial.com/descolonizando-dialogo-yuderkys-espinosa-minoso-nelson-maldonado-torres/

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La Calidad de la Educación y la Investigación como estrategia para aprender a aprender en la Universidad

LA CALIDAD DE LA EDUCACIÓN Y LA INVESTIGACIÓN COMO ESTRATEGIA PARA APRENDER A APRENDER EN LA UNIVERSIDAD

                            Lección Inaugural del Año Académico

2016 – UNAN León

Miguel De Castilla Urbina

6 de Abril, 2016

  1. LA EDUCACION Y EL DESARROLLO SOCIAL

             

La Educación es la función social que permite,  facilita y promueve la realización y participación de las personas en todos los espacios de la vida en sociedad, acompañando a los seres humanos desde que nacen hasta que mueren, a través de diferentes medios, maneras y modos formales, no formales e informales.

La educación formal,  es la misma educación  escolar y se diferencia de las otras maneras, porque ésta es sistemática, intencionada y organizada, conforme a fines y objetivos, para la transmisión de los avances de la Cultura y de la Ciencia en todas sus manifestaciones; constituyéndose por este motivo en un derecho humano fundamental, al que todos los estados y gobiernos están en el deber de dar respuesta y satisfacer.

La educación escolar a la vez que transmite los conocimientos, saberes, habilidades, destrezas y competencias en todos los ámbitos de la ciencia y la técnica, contribuye a la reproducción de la herencia cultural y la construcción de la memoria colectiva de un país o sociedad determinada.

Pero la educación escolarizada no es una función neutra, blanca e incontaminada de la vida social, como proceso de socialización, a la vez que promueve y desarrolla niveles mínimos de cohesión social alrededor de los intereses de las clases dominantes en una sociedad determinada, forma al componente básico del proceso productivo, como es las calificaciones de la fuerza de trabajo.

Como función de los Estados, la educación escolar se piensa en términos del presente pero mirando al futuro, olvidar esto al momento de planificar la educación, ha provocado  en numerosas oportunidades el surgimiento de verdaderos cuellos de botella y callejones sin salida a los sistemas escolares en nuestros países, y eso ha dado pie para someter a juicio su calidad y por tanto la calidad de su principal producto, esto es: la Calidad de la Educación y como consecuencia la calidad de las sociedades de la que es parte.

  1. LA CALIDAD DE LA EDUCACION

La Calidad de la Educación es, junto al cambio climático, el fundamentalismo religioso y étnico, las migraciones forzadas y la globalización económica, financiera y cultural,  uno de los problemas de hoy en todos los países, como expresión de los múltiples desencuentros entre las demandas económicas, sociales y culturales y las ofertas de los sistemas escolares y las escuelas.

En entrevista reciente de la televisión internacional, al Premio Nobel de Economía, el escocés Angus Deaton, al referirse a la crisis mundial del capitalismo, afirmaba que “todo pasa por la calidad de la educación”, e igual, hace pocos domingos  una revista televisiva en Nicaragua, decía que “la calidad de la educación era el mayor desafío del país en la actualidad”, y cuando después de la presentación de una encuesta patrocinada por el COSEP y la OIT, sobre Empresas Sostenibles de Nicaragua 2015, a finales de febrero pasado, los periodistas preguntaron al Director Ejecutivo de FUNIDES, sobre la relación entre empleo y educación en Nicaragua, él aseguró que: “la educación era la principal política pública de generación de empleo de mayor calidad.  Con una mano de obra bien calificada, se asegura puestos de trabajo de mayor productividad y por ende de mejores salarios”. (Chamorro, 2016).

En este contexto, el tema de la Calidad de la Educación propuesto para esta Lección Inaugural del Año Académico 2016 de la UNAN-León, como: “Necesidad, Responsabilidad y Esperanza”, es absolutamente pertinente respecto al debate contemporáneo de hoy en Nicaragua o cualquier país del mundo, sea en países altamente desarrollados como Francia, Alemania, Japón, Finlandia o Corea del Sur, o sea en Nigeria, Brasil, Guatemala,  Bangladesh o Costa Rica.

La variedad de las demandas  de los diferentes actores y sectores sociales es tal, que no existe concepto único, absoluto y universal sobre Calidad de la Educación, que sea adecuado a todos los que preguntan por ella en todos los países, y  ni siquiera un concepto único dentro de un mismo país.

El pedagogo panameño Juan Bosco Bernal, citado por Juan Bautista Arríen  y otros en el año 1996, en la obra Calidad de la Educación en el Istmo Centroamericano, explica esta situación así: “Es difícil encontrar un concepto de calidad de la educación que sirva a todos los países, a todas las generaciones de población y a todos los modelos de sociedad.  Pues la calidad es siempre un término relativo que admite comparaciones y, porque cada nación, de acuerdo con sus requerimientos y expectativas socio-educativas, lo mismo que en el marco de sus definiciones de políticas, concibe su ideal de educación, las normas y el papel que deben jugar los agentes y actores educativos (escuela, docentes, padres de familia, medios de comunicación, etc.), para asegurar su cristalización”. (Arríen, 1996).

La relatividad del concepto sobre Calidad de la Educación, depende de la posición que ocupa en la estructura y dialéctica social, la persona, grupo de personas o instituciones que cuestionan y piden cuentas de los resultados de la educación de acuerdo a sus intereses.  Múltiples actores sociales podrían mencionarse para comprobar la heterogeneidad de puntos de vista respecto a este tema.

Una síntesis de las posiciones de diferentes grupos sobre Calidad de la Educación en América Latina y el Caribe y por ende en Nicaragua, a manera de hipótesis, podría ser la siguiente: a) por un lado, como se mencionaba líneas arriba, la posición de los empresarios y las cámaras empresariales sobre la cantidad y calidad de “los recursos humanos” que les ofrecen las universidades públicas y privadas y los Institutos de Educación Técnica y Profesional; y b) por el otro, la posición de los defensores del Derecho a la Educación,  que reclaman educación pública, gratuita y de calidad para todos, en especial para los hijos e hijas de las poblaciones empobrecidas.

  1. LA CALIDAD DE LA EDUCACION SEGÚN LOS EMPRESARIOS

La relación Universidad-Empresas, ha sido uno de los temas recurrentes en el debate neoliberal contemporáneo de las instituciones de Educación Superior en los últimos veinticinco años en América Latina y el Caribe.  Múltiples reuniones, investigaciones, seminarios y congresos se han dedicado a la misma.  Muchas Universidades han entregado su autonomía académica a los departamentos de recursos humanos de las empresas.

Las conclusiones apuntan a recomendar extremos como los siguientes: 1) conjuntamente con las funciones clásicas del tríptico orteguiano referidas a la Investigación, la Docencia y la Extensión, hay que crear una nueva función orientada a la relación Universidad-Empresas; 2) la función de Extensión Universitaria debiera ser sinónimo de relación Universidad-Empresa, de esta manera, en el futuro, la relación de servicio (Docencia, Investigación) de la Universidad con la comunidad, será sustituida por la relación de la docencia y la investigación con las empresas; 3) la relación de las Universidades con las Empresas, debiera seguir el ejemplo japonés de la Motorola, la Honda y la Sony, que para facilitar y acortar los caminos y distancias  entre sus demandas y las ofertas universitarias, compraron a varias Universidades en México, Brasil y Argentina.

En mi obra, Educación y Lucha de Clases en Nicaragua, en 1980, al referirme a la relación entre Educación y Fuerza de Trabajo, afirmé:“cualquier sistema social necesita producir y reproducir, tanto las condiciones como los factores en que fundamenta su existencia.  En este sentido, la fuerza de trabajo como factor básico del proceso productivo, está sujeto a la necesidad ineludible de ser producida y reproducida.

Pero la reproducción de las calificaciones de la fuerza de trabajo, no implica tan sólo la socialización de la naturaleza humana, en destrezas y habilidades, necesarias para el desempeño de unas tareas en un puesto determinado del proceso productivo, sino que también y al mismo tiempo, la socialización de los individuos en las ideas, normas, valores, costumbres, hábitos y concepción del mundo y de la vida dominantes”. (De Castilla, 1980)

El tema  de la relación Universidad-Empresa, es  de mucha actualidad en Nicaragua, debido a la beligerancia del sector privado, respecto a la defensa de sus intereses.  En un artículo de opinión en el diario La Prensa,  del 8 de marzo pasado, el Presidente del COSEP al referirse a los resultados de la encuesta mencionada anteriormente, afirmó lo siguiente: “las empresas tienen dificultades para encontrar trabajadores con habilidades básicas, necesitamos trabajadores que puedan resolver problemas matemáticos, que tengan capacidad de análisis de prioridades y buena ortografía y redacción.  En el caso de las habilidades técnicas hace falta mayor conocimiento de inglés, mejor manejo de programas informáticos y el manejo de maquinarias específicas.

La falta de honestidad y comportamiento ético y la poca capacidad de adaptación a nuevas situaciones del negocio encabezan las áreas a desarrollar para encontrar trabajadores con habilidades socio-emocionales.

En el encuentro con el Consejo Nacional de Rectores hicimos énfasis en el nivel de insatisfacción con el sistema educativo nacional.  Más del 20 por ciento de las empresas considera que la oferta de egresados competentes es insuficiente y más del 25 por ciento de las empresas considera insuficiente la oferta de capacitación técnica de Inatec. (Aguerri, La Prensa, marzo 2016).

Por su parte,  Juan Sebastián Chamorro, director del Funides, al referirse a los valores que necesitarían los empresarios que el sistema escolar y especialmente las universidades enseñen a sus estudiantes, expresa que “se muestran dificultades en el manejo de valores, ética en el trabajo y honestidad, que también preocupa, disposición al trabajo, puntualidad y buenas costumbres en el trabajo” (Chamorro, La Prensa, marzo 2016).

La intelectualidad del empresariado nicaragüense está clara sobre el doble rol de la educación escolarizada, por un lado la formación de personal con capacidad para resolver problemas matemáticos, análisis de prioridades, buena ortografía, redacción, inglés y programas informáticos, y por el otro el aprendizaje de valores relacionados con la disciplina laboral y las buenas costumbres en el trabajo.

  1. LA CALIDAD DE LA EDUCACION COMO UN DERECHO HUMANO

Respecto a la Calidad de la Educación como un Derecho Humano, el referente no es una entidad externa al proceso educativo como serían las empresas, sino que es el propio sujeto del mismo, o sea el o la estudiante que aprende.  Los niños y niñas, los adolescentes, jóvenes y adultos que aprenden.

Considerando que la Educación Primaria es la Educación que sirve de base al edificio de los sistemas escolares, para Katarina Tomasevski exRelatora Especial sobre el Derecho a la Educación, de la Comisión General de Derechos Humanos de Naciones Unidas, las cuatro características que deben poseer las escuelas para garantizar el Derecho a la Educación, son las siguientes:   a) Disponibilidad, b) Accesibilidad, c) Aceptabilidad y d) Adaptabilidad.

  1. a) Sobre la Disponibilidad, Tomasevski afirma que, la primera obligación de todo Estado es asegurar que existan escuelas primarias a disposición de todos los niños y todas las niñas en edad escolar.  Si bien el Estado no es el único inversor, las normas internacionales de derechos humanos, lo obligan a ser el inversor de última instancia, a fin de asegurarse de que todos los niños en edad escolar dispongan de escuelas.
  1. b) La característica de Accesibilidad como constitutiva del Derecho a la Educación, está relacionada, tanto con la situación social de la familia del potencial estudiante, como con la promoción y apoyo del estado para que éste logre acceder al servicio escolar público gratuito.  En este aspecto, deberán revisarse tanto las tasas de cobertura según nivel educativo, como las probables causas que impiden que un sector de la población en la edad escolar correspondiente, no accede a la oferta educativa pública o privada de su localidad.  En Nicaragua, por ejemplo, se han detectado comunidades en las que hay escuelas con maestros (Disponibilidad), hay niños  y niñas en edad escolar, pero un sector de éstos no acuden a matricularse a las escuelas, debido a la situación de desempleo y pobreza de la población.
  1. c) La característica de Aceptabilidad implica que el contenido de la enseñanza que se imparte en las escuelas sea aceptable para padres y madres de familia y para los propios estudiantes de acuerdo a sus expectativas, necesidades, intereses y cultura.  Las patologías educativas relacionadas con el desperdicio escolar, (abandono, bajo rendimiento, ausentismo) no sólo tienen su origen en la situación de pobreza de las familias de los estudiantes, sino que también en la gestión y el currículo de la propia escuela.  Entre más cercana es la vida de la escuela a la vida cotidiana de las comunidades y demandas de los estudiantes, más y mejores serán los aprendizajes y más alta la calidad de la educación.
  1. d) Las presiones de la mundialización han aumentado la necesidad de la Adaptabilidad… El problema que se plantea en la actualidad, es hacer que la educación responda a la realidad inmediata a la que hacen frente los niños, niñas, jóvenes y adultos en su propia comunidad, así como a las realidades mundiales en rápida evolución.

Los Estados cumpliendo con su deber, de acuerdo a lo establecido en los marcos jurídicos  nacionales, “deben asegurar que existan escuelas primarias a disposición de todos los niños” (DISPONIBILIDAD); simultáneamente y de manera complementaria, el estado “garantizará el acceso a las escuelas públicas disponibles, sobre todo de acuerdo con las normas existentes por las que se prohíbe la discriminación”, la principal garantía para el acceso es la gratuidad  de la educación (ACCESIBILIDAD); las escuelas dispuestas y los estudiantes accediendo a las mismas, el paso siguiente es que la enseñanza ofrecida sea aceptable, en este orden, “el Estado está obligado a cerciorarse que la educación sea aceptable tanto para los padres como para los niños” (ACEPTABILIDAD), y que también sea adaptable, “el hecho de que en la Convención sobre los Derechos del Niño, se hayan puesto de relieve los mejores intereses de cada niño y la niña, pone de relieve la necesidad de que el sistema de educación se vuelva adaptable y lo siga siendo” (ADAPTABILIDAD). (De Castilla, 2007)

El Estado de Nicaragua, en el período 1990 – 2006, fue uno de los países en que la apuesta neoliberal mejor cumplió con su cometido de negar el Derecho a la Educación a la niñez y juventud empobrecida.  Con la organización e imposición del modelo de administración financiera del sistema escolar y la educación conocido como Autonomía Escolar, a la vez que excluyó a un amplio sector de estudiantes de los centros educativos públicos, negando la matrícula escolar y la permanencia a quienes no pudiesen pagar los aranceles de matrícula y las mensualidades, inculcó en los estudiantes que pudieron escaparse de la expulsión, los valores propios del dinero y el mercado convirtiendo a las escuelas en verdaderas pulperías. (De Castilla, 2007)

Frente a esta situación, con el triunfo del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), en noviembre del año 2006, el Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional (GRUN) que iniciaba su gestión en enero del año 2007, tomó la decisión de eliminar todos los acuerdos y disposiciones ministeriales, que servían de fundamento jurídico al modelo privatizador mencionado, recuperando la gratuidad de la educación como requisito fundamental del Derecho a la Educación, que había sido inaugurado e institucionalizado durante los años ochenta del pasado siglo en el contexto de la Revolución Popular Sandinista.

No obstante, el Derecho a la Educación no es solamente el derecho al acceso a la escuela, sino que éste incluye el Derecho a una Educación de Calidad como lo propusiera la exRelatora sobre el Derecho a la Educación de la ONU, Katerina Tomasevski.  Ofrecer solamente gratuidad, para que la población empobrecida pueda incorporarse a los servicios escolares, es como buscar solucionar el problema habitacional de un país, entregando gratuitamente casas de plástico y cartón a las familias empobrecidas.

Por ello es que, conjuntamente con la instauración de la gratuidad en las escuelas, en el año 2007 el Gobierno Sandinista realizó la Gran Consulta Nacional para la elaboración del nuevo Currículo Nacional Básico, el que fue elaborado en el año 2008 y puesto en marcha a partir de febrero del año 2009.  Con la elaboración del nuevo currículo se inició el proceso de totalización del cumplimiento del Estado nicaragüense del Derecho de la Educación en Nicaragua, tarea que, a través de numerosos mecanismos, continúa en la actualidad y es permanente, como punta de lanza, acicate y apoyo del nuevo modelo de sociedad que construimos entre todos, a través de múltiples procesos comunitarios, locales y nacionales; de alianzas estratégicas y de articulación entre los diferentes sectores sociales e institucionales; con énfasis en la unidad en la acción, el protagonismo de las mujeres,  de la juventud y comunitario y la responsabilidad compartida entre todos los sectores para enfrentar las grandes tareas de la reconstrucción nacional.

  1. LA CALIDAD DE LA EDUCACION: UNA CONSTRUCCION SOCIAL COMPLEJA

Responder a las demandas de los empresarios y a las de los defensores del derecho a la educación, es una tarea difícil y compleja, principal  y fundamentalmente porque la Calidad de la Educación, es una construcción social multivariable de articulación y convergencia de múltiples factores y determinaciones exógenas y endógenas al hecho educativo concreto, en cualquier lugar o situación que éste se dé.

Esto es de mucha importancia aclararlo, porque el análisis tradicional acerca de la Calidad de la Educación, casi siempre  focaliza su atención en las condiciones y circunstancias acerca de lo que pasa en el interior de los centros educativos, obviando el entorno social de donde vienen los estudiantes, que es en quienes se realiza y materializa la Calidad de la Educación.  Por este motivo es que cuando cualquier actor social le pide cuentas a la educación y se refieren a su calidad, inmediatamente fija su mirada en las escuelas y especialmente en los maestros,  maestras y los currículos.

Como se comprenderá esta concepción es falsa, en tanto ignora el origen social del estudiante. Los niños, niñas, adolescentes y jóvenes de la educación primaria y secundaria pasan la mayor parte del tiempo en sus hogares y en los diferentes escenarios de su entorno social, en relaciones de aprendizaje  y socialización en los valores, usos y costumbres dominantes,  con los miembros de su familia, padres, hermanos, tíos, abuelos, etc, o con sus pares generacionales,  en los lugares de reunión de las esquinas de la cuadra, los ciber, los parques, los espacios deportivos, etc.

De las veinte y cuatro horas del día, al menos en el caso de Nicaragua, porque en otros países es diferente, diez y nueve horas, muchachos y muchachas viven fuera de la escuela y sólo cinco horas pasan en las escuelas en relaciones de aprendizaje escolarizado, con sus maestros, maestras y compañeros o compañeras de aula.

No son iguales las posibilidades de un niño, niña o joven de las clases altas, comparadas con las posibilidades de otros y otras de las clases medias, y las posibilidades de otros y otras de los sectores empobrecidos. Las posibilidades económicas de las familias de donde proceden unos y otros son diferentes.  No son iguales, son desiguales,  y por lo tanto serán desiguales las oportunidades de aprender de los niños y niñas de una y otra clase o sector social.  Son una expresión de la desigualdad social, y de la reproducción de  las clases sociales y de la desigualdad social de cara al futuro a través de la educación escolarizada.

Si la Calidad de la Educación se observa y se mide en la cantidad y calidad de los aprendizajes de los estudiantes, no es igual la cantidad  y calidad de los aprendizajes en un colegio privado bilingüe o de origen extranjero o religioso de la capital, que en un colegio privado seglar tipo zaguán, o una escuela o instituto público; no es lo mismo una escuela o colegio privado de la capital, que colegios privados en los Municipios, o escuelas públicas urbanas que escuelas públicas rurales.  O escuelas urbanas y rurales del Pacífico que escuelas en el Caribe.  No son iguales los aprendizajes de la lectura de niños que han realizado los tres niveles de preescolar, que los que no los han realizado o vienen de preescolares comunitarios.  No es igual.  El origen social del estudiante lo marca.

Un actor exógeno fundamental en el proceso de construcción de la Calidad de la Educación es la familia.  La Calidad de la Educación escolar es la calidad de lo que se aprende y parte de lo que se aprende es el currículo escolar, una mezcla equilibrada de conocimientos, técnicas, fórmulas, reglas, metodologías y valores y principios.  Las familias no participan o participan muy poco en el proceso de enseñanza-aprendizaje del curriculum escolar, de las matemáticas, las geografías o las gramáticas, no obstante, son decisivas en el proceso de formación, construcción y enseñanza de valores y principios.  Lo bueno, y lo malo, lo bello y lo feo, la honradez, la palabra empeñada, la palabra que da vida y la palabra que mata, el respeto, el amor a la vida y a la naturaleza y el amor y la solidaridad con el prójimo en especial con los que sufren los humillados y explotados, se aprenden primero en la casa y en el hogar.  La escuela lo que hace es apoyar y reforzar el universo axiológico construido en el seno familiar.

Por ello, es equivocado e injusto preguntarle solamente a los maestros y maestras por la falta de cortesía y el trato brusco entre  los estudiantes;  por la basura en las calles y la falta de respeto de los y las estudiantes por las leyes, normas y reglamentos, los símbolos patrios y los legados, sus maestros y maestras, sus compañeros y sus mayores, porque la responsabilidad primero está en manos de padres y madres de familia.

Otro actor social en la forja de valores y antivalores en la sociedad contemporánea y por ende en la forja de la Calidad de la Educación, son los medios de comunicación social, especialmente los programas de televisión, telenovelas, películas y noticiarios.  El televisor y más modernamente la internet y el facebook, han pasado a ser los nuevos miembros de las familias en el proceso de forja y transmisión de los valores en nuestras sociedades.  Igual que los abuelos, hermanos, padres y madres.  El abuelo televisor, el hermano televisor, el papa televisor y la mama televisor.

Reconociendo a la Escuela y todo lo que esta significa, como decisiva para la forja de la Calidad de los aprendizajes de los estudiantes que acuden a ella, especialmente de los aprendizajes de conocimientos y saberes científicos y humanísticos, en Nicaragua en la actualidad y desde años recientes, se vive una verdadera batalla de cara a la  transformación  de todas las maneras y formas de concebir y  hacer educación escolar.  Es un proceso cultural de modernización y cambio de todo lo que se ha conocido hasta hoy como sistema escolar, en el que paulatinamente se han venido integrando y articulando diferentes actores, instituciones y entidades educativas y culturales en especial el MINED, CNU e INATEC los tres organismos rectores de la educación nacional y está encaminado a ofrecer educación de calidad a la población que demanda servicios educativos en los centros públicos del país, con especial énfasis en la niñez rural y de barrios empobrecidos y jóvenes y adultos analfabetos de la Educación Especial, posalfabetización y de la Educación Profesional y Técnica.

Todo un proceso holístico, permanente y sistemático, que habrá de producir en el futuro cercano, no sólo la refundación del Sistema Educativo Nicaragüense, sino que mejores productos y resultados, hombres y mujeres nicaragüenses con más elevadas capacidades y valores para hacer de nuestro país un mejor país.

La ampliación y elevación de la calidad de la Educación Primaria responde a los pedidos de quienes luchan por el Derecho a la Educación de los sectores empobrecidos en todo el mundo.  Por eso es que cuando la UNESCO se ha referido al Derecho a la Educación en los grandes Foros Mundiales sobre la Educación como los de Jomtien, Dakar o Incheon, se refiere fundamentalmente a la Educación Primaria.

  1. LA CALIDAD DE LA EDUCACION SUPERIOR

Cuando los empresarios reclaman personal capacitado para sus empresas, las preguntas van orientadas a las instituciones  de Educación Técnica y Profesional y de la Educación Superior, en especial a las Universidades.  En Nicaragua, existe una mesa de diálogo entre el Consejo Nacional de Rectores y el COSEP sobre este tema. En esa instancia, dice el Presidente de la organización gremial, José Adán Aguerri: “hicimos énfasis sobre el nivel de insatisfacción con el sistema educativo nacional”.

Respecto a esta problemática, seguramente economistas y empresarios junto a planificadores de la educación superior ya tendrán varias horas de vuelo respondiendo a estos desafíos.  No obstante, para quien escribe, militante a tiempo completo de la causa por el Derecho a la Educación, nuestra preocupación fundamental es el o la estudiante que aprende en las universidades.

En este orden, antes que ubicar a las Universidades como una variable independiente al servicio de las empresas, la tarea que propongo debiera animarnos, estimularnos y ocuparnos primero, es la transformación del actual modelo académico universitario, camino a que una vez alcanzado este propósito, entonces puedan las Universidades, haciendo valer su autonomía, cara a cara, de tú a tú, enfrentar el diálogo con las empresas y con todos los actores, sectores e instituciones que demandan sus servicios.

Con el propósito de ofrecer nuestra humilde contribución al debate de las ideas sobre la Universidad de hoy y del futuro en Nicaragua, a continuación presentamos  un conjunto de ideas que eventualmente podrían servir  para provocar y estimular el mismo.

El punto de partida para pensar la Universidad de hoy y del futuro en Nicaragua debiera de ser, la certeza y convicción de que la sociedad nicaragüense, y en especial su comunidad científica y académica,  está inmersa en un contexto de mayor tamaño y envergadura a nivel planetario, bautizada por futurólogos y prospectivistas como Sociedad del Conocimiento y de los Aprendizajes.

A manera de síntesis, algunos componentes que integran a esta construcción social, son las siguientes: a) la Revolución Científica y Técnica, expresada hoy en “la capacidad de los Conocimientos para generar nuevos Conocimientos”; b) el Conocimiento, considerado hoy como “el recurso” fundamental del proceso productivo, más importante aún que los propios recursos humanos o el dinero; c) la Revolución Informacional y la internet, según la cual, los Conocimientos son diseminados a nivel mundial apenas se producen y d) la Educación, de hoy y del futuro, concebida como un proceso “permanente”, que acompaña a las personas durante “toda la vida”, en las familias, en las escuelas (Básica, Media y Superior) y más allá de las escuelas.  Por eso, tarea fundamental de la educación escolarizada debe ser, enseñar al estudiante a “aprender a aprender”.

Frente a los retos y exigencias de la Sociedad del Conocimiento y de los Aprendizajes, ¿Cuáles son los desafíos de la Universidad contemporánea en el mundo y con particular énfasis en Nicaragua?

Dos son las alternativas: o la Universidad cambia y se transforma, reinventándose a sí misma, elevando su calidad;  o se convierte en un obstáculo y una rémora para el desarrollo social, negando su propia naturaleza e identidad histórica de organismo vanguardia del desarrollo cultural, científico y técnico.

El primer paso deberá ser, la certeza respecto a la imposibilidad de que en las actuales circunstancias, la Universidad pueda enseñar todos los conocimientos que el estudiante necesita aprender para su desempeño en su vida profesional; por ello el “lugar” del cambio y transformación de la Universidad, debe ser, en el corazón de la institución cultural, esto es, en su Currículum, y principalmente, en las prácticas del Currículum, en las asignaturas, las aulas de clase  y laboratorios universitarios, en la reunión cotidiana de estudiantes con sus maestros y maestras.

Por ese motivo, es de la mayor importancia, que la Universidad, a la vez que introduzca al estudiante enseñándole la teoría y el método de la especialidad de su carrera, y le enseñe los valores propios de una sociedad sana y una ciudadanía responsable,  también le enseñe a continuar aprendiendo autónoma e independientemente por su propia cuenta, actualizando, renovando, ampliando y profundizando esos conocimientos, una vez que haya egresado de la misma. (De Castilla, 2008)

El método a través del cual los estudiantes continuarán aprendiendo por su propia cuenta, después que hayan egresado de las aulas universitarias será la INVESTIGACIÓN, es decir, una de las tres funciones sustantivas clásicas de la Universidad, conjuntamente con la Enseñanza de las profesiones y la Extensión universitaria  (o vinculación con el entorno).

Hasta hoy, la investigación en la Universidad Pública nicaragüense, por lo general se ha realizado en Centros o Institutos de Investigación adscritos a las Vice Rectorías de Investigación y/o en las Facultades.  En los Centros o Institutos, profesionales de alto nivel, graduados  en universidades extranjeras, realizan proyectos de investigación especializados con el apoyo financiero de organismos internacionales, del Gobierno de la República y/o del presupuesto universitario, producto del 6 por ciento constitucional.  Por su parte, en las Facultades, profesores con vocación investigativa realizan de manera autónoma proyectos de Investigación, y estudiantes del último año de sus carreras, que tutoreados por sus profesores, realizan Proyectos de Investigación para ser presentados en eventos académicos como las Jornadas Universitarias de Desarrollo Científico (JUDC) o como Tesis de Grado o Monografías.

Como es posible observar, este modelo de Universidad, por sus propias características, no enseña al estudiante a investigar para continuar aprendiendo a través de la investigación, durante toda la vida del graduado universitario.  Por ello lo que aquí se propone, es romper con el actual Modelo de Universidad, que por un lado, separa a los Centros de Investigación y a sus investigadores, de las Facultades, sus Carreras,  profesores y estudiantes; y por el otro,  hace de la investigación una actividad casuística, espontánea y poco estructurada, más relacionada con vocaciones e intereses individuales, que con la visión, misión y los planes, políticas y vida académica de las instituciones universitarias. (De Castilla, 2008).

En este orden, lo que proponemos es un salto de calidad hacia adelante, redimensionando el rol de la Investigación y la Docencia en la Universidad, articulando en un solo movimiento, como si fuesen una sola función, las funciones de Docencia e Investigación, para que los estudiantes, a la vez que aprendan las teorías, métodos y valores  del currículo de cada carrera, aprendan a seguir aprendiendo autónoma e independientemente, más allá de las aulas, permanentemente durante toda su vida, mediante la investigación.

Por ello la idea de Universidad que proponemos, es la de la Universidad, que a la vez que articula a los investigadores de los Centros de Investigación y a los docentes y estudiantes de las Carreras y Facultades alrededor de Proyectos de Investigación comunes, haga de la Investigación el EJE del Currículum Universitario, que atraviesa transversalmente todas las asignaturas del Currículo de cada Carrera.

Que para profesores y estudiantes, investigar en la Universidad  signifique: Aprender a Aprender, que sea igual a decir Aprender a Investigar en las Asignaturas del Plan de Estudios de su Carrera, para que mañana, una vez que los estudiantes hayan egresado de la Universidad, puedan por su propia cuenta, autónoma e independientemente, sin la guía de ningún profesor o profesora, continuar aprendiendo en las mismas Asignaturas, u otras colaterales que el desarrollo científico aconseje, permanentemente, durante toda su vida.

Para este enfoque, no se trata que los estudiantes sólo aprendan a investigar en Asignaturas como Técnicas de Investigación, Investigación Documental, Metodología de la Investigación, Asignaturas con Trabajos de Curso, Estadística aplicada  a la  Investigación, Investigación Aplicada, Prácticas de Formación Profesional y/o Trabajos de Graduación, eso es lo tradicional, eso es lo ya ganado y es lo correcto, no obstante, ahora de lo que se trata, es de que con los conocimientos, destrezas  y competencias aprendidas en esas Asignaturas, también aprendan a investigar en las Asignaturas propias del Currículo de la Carrera que cursa el estudiante como sujeto de aprendizaje y que es en quien se realiza la Calidad de la Educación.

Las Asignaturas relacionadas con Metodología y Técnicas de Investigación son el Eje que atravesará transversalmente las Asignaturas del Currículo de cada Carrera, en ellas los estudiantes aprenden a investigar, y eso es fundamental, sin ese aprendizaje no se puede hacer nada; ahora de lo que se trata es de que con ese aprendizaje también aprendan a investigar investigando en las Asignaturas del Plan de Estudios de su Carrera mientras son estudiantes universitarios, para que mañana, una vez que estén fuera de la Universidad, sepan qué investigar, cuándo investigar, dónde investigar, cómo investigar, cómo aplicar lo investigado, cómo medir el impacto de lo aplicado, etc, en el campo disciplinario especializado de su carrera y más allá.

Investigar en las Asignaturas del Currículo de cada Carrera, no significa que en cada Asignatura se realizará una investigación de manera separada, como si fuera Trabajo de Curso, por el contrario, lo que se procuraría sería la integración, articulación y el trabajo colaborativo, cooperativo y complementario entre los (o las) docentes de las diferentes Asignaturas en cada semestre del Currículo Universitario, agremiados alrededor de proyectos de Investigación ad hoc.

Según esta propuesta, la Investigación sería para el estudiante, el método para “aprender a aprender” (aprender a investigar), y después continuar aprendiendo autónoma y permanentemente en las Asignaturas del Plan de Estudios de su carrera, más allá de la Universidad, durante toda su vida.  Esta sería la Universidad de Investigación al servicio de la Enseñanza de las futuras generaciones de profesionales.  Una Universidad de Calidad para una Educación de Calidad.

En el polo contrario estaría anclada la otra Universidad, la nuestra, la fundada en 1812.  En ella se parte de la creencia, que en las cuarenta y ocho Asignaturas de los Planes de Estudio de las Carreras, cabe todo el conocimiento que los estudiantes necesitan aprender para su desempeño en su vida profesional de hoy y el futuro.  Esa es la Universidad de Enseñanza.

En este orden, si para la Educación Primaria y Secundaria, la búsqueda respecto a la elevación de la calidad avanza sobre los rieles de las Rutas Educativas, lo que incluye un amplio programa de articulación entre los subsistemas educativos y de formación y capacitación docente en diferentes disciplinas impartido por la UNAN-Managua, la UNAN-León, URACCAN y BICU; encuentros locales periódicos con Madres y Padres de familia de Preescolar y Primer Grado; Congresos Municipales de Educación; elaboración de Materiales Pedagógicos para elevar la calidad de la transición de Primero a Segundo y a Tercer Grado; Investigaciones socioeducativas MINED-CNU etc., para la Universidad nicaragüense, la conversión de la Universidad de Enseñanza en Universidad de Investigación, será disponerse a convertir a la institución bicentenaria en una Universidad de Calidad, para una Educación de Calidad.

Nuestra propuesta sobre la investigación como Eje del Currículum es consecuente con lo que expresa hoy el discurso educativo en el mundo, especialmente con los cuatro Pilares de la Educación propuestos por la Comisión Internacional sobre la Educación para el Siglo XXI en su Informe conocido como La Educación encierra un Tesoro. (Delors, 1998)

El antecedente conceptual y filosófico de este Informe fue presentado en la obra Aprender a Ser, dada a conocer en 1972 por la primera gran Comisión Internacional para el Desarrollo de la Educación,  integrada por la UNESCO y presidida por el ex Ministro de Cultura de Francia, Edgard Faure.  Esa obra, junto a situar desde entonces en el centro del  debate educativo en el mundo, el gran tema de la Educación a lo largo de toda la vida  (la Educación Permanente), proféticamente anunció los portentos culturales de hoy, con  todos los descubrimientos e innovaciones de los cuales somos testigos en la actualidad. (Faure, 1972)

Veintidós años después, en 1994, la UNESCO convocó a la Segunda Comisión Internacional para pasar revista a la situación de la Educación en el mundo, esta vez presidida por el ex Ministro francés Jacques Delors y con el nombre de Comisión Internacional sobre la Educación para el Siglo XXI.

El Informe de la Comisión fue publicado con el nombre de La Educación encierra un tesoro, siendo su principal apuesta lo que la Comisión llama “Los cuatro pilares de la educación”: Aprender a Conocer, Aprender a Hacer, Aprender a Convivir y Aprender a Ser.  Por su contemporaneidad, coherencia y armonía interna, estos en pocos  años se han convertido en el paradigma de nuestra época para muchos procesos de reforma educativa, encarnando las prácticas educativas de  muchos países, especialmente en los procesos de programación curricular y de formación y capacitación de recursos humanos para la educación, en Ministerios de Educación, Centros Nacionales de Aprendizajes y Educación Técnica, Universidades y demás Instituciones de Educación Superior y Educación Terciaria.  En Nicaragua, cuando el Ministerio de Educación realizó, en el año 2007, la Gran Consulta Nacional del Curriculum y la formulación del Nuevo Curriculum, para la Educación Preescolar, Primaria, Secundaria y de la Educación Normal en el año 2008, los Cuatro Pilares integraron parte del conjunto de ejes transversales para la Educación Básica y Media del país.

Este antecedente y la necesidad de coherencia respecto a la continuidad educativa de los estudiantes nicaragüenses en su tránsito por la educación escolarizada, desde Preescolar hasta la Educación Superior y la Educación Posgraduada, obliga a asumir a los Cuatro Aprendizajes planteados por la Comisión Internacional de la UNESCO, como referentes, tanto para los procesos de transformación curricular en la Educación Superior, como para los procesos de formación y capacitación de los docentes universitarios y por ende para  construir el perfil profesiográfico  acerca de los nuevos roles de los mismos.

El primer Aprendizaje propuesto por la Comisión es el de Aprender a Conocer. Este Aprendizaje se refiere directa y explícitamente a la materia prima fundamental de la institución conocida como Universidad, como son los conocimientos.  Aprender a Conocer que es igual a decir: Aprender a saber, o igual a decir: a aprender a aprender.  Aprender conocimientos en las aulas de clases universitarias, conocimientos que en su gran  mayoría, son producidos por los Institutos, Laboratorios o Centros de Investigación e Innovación universitaria, en el ejercicio de su función de investigación.  Es la articulación entre Investigación y Docencia Universitaria, como una sola función.

La Comisión Internacional de la UNESCO, conecta este aprendizaje con la Educación Permanente, expresando que el mismo “supone aprender a aprender, para poder aprovechar las posibilidades que ofrece la educación a lo largo de la vida”.  Como es posible observar, “Aprender a Conocer”, se relaciona directamente con lo que nosotros hemos venido proponiendo respecto a la “investigación como eje del curriculum universitario” para que los estudiantes aprendan a aprender a través de la investigación.

“Aprender a Conocer” como eje transversal del Curriculum universitario, obliga a que los primeros que aprendamos a conocer, saber y aprender a aprender, seamos los docentes universitarios, y a que tengamos a este Aprendizaje, como uno de los principales roles de nuestro quehacer, en las circunstancias actuales de explosión exponencial de los conocimientos como característica de la Sociedad del Conocimiento y los Aprendizajes.  Aprender a conocer ha de ser un aprendizaje útil y fundamental para nosotros como personas y actores sociales, y útiles para nuestro trabajo con nuestros estudiantes, a quienes debemos enseñar a aprender, a conocer y aprender a aprender.

El segundo Aprendizaje propuesto es el de Aprender a Hacer.   Aprender a hacer docencia en la Universidad significa hoy por hoy, no sólo conocer a profundidad la ciencia o el arte que se enseña, lo que implica no ir al aula de clases en la mañana, sin antes revisar en la computadora los nuevos descubrimientos y hallazgos científicos surgidos durante la madrugada en los laboratorios, centros de investigación,  congresos científicos y revistas especializadas de otros países mientras dormíamos; sino  que también estudiar, e igual pasar revista cotidianamente, sobre los nuevos  descubrimientos en los campos de la neurociencia acerca de cómo aprenden los jóvenes de la llamada generación net en la actualidad; sobre las didácticas especiales relacionadas con la rama del saber que se enseña y en especial de la psicopedagogía y los enfoques que privilegian al estudiante sus aprendizajes e interaprendizajes, fomentan la autonomía, la reflexión, la crítica y la libertad de expresión, camino a la construcción de los aprendizajes, y  que los estudiantes de manera individual sean partícipes directos de su propio aprendizaje, para que ellos, en comunidad con sus profesores, aprendan a aprender, Saber y Conocer, y aprendan a Hacer a Convivir y a Ser.

En síntesis, esto quiere decir que el docente universitario debe desplazar la centralidad del interés educativo, de él mismo, que en el pasado se autoasumía dueño y poseedor de todos los conocimientos, a los estudiantes como sujetos de aprendizaje en todos los espacios de la vida académica, desde el aula de clases, pasando por los laboratorios, hasta las prácticas en el terreno.  El profesor como facilitador, mediador y triangulador, entre los contenidos disciplinarios y los temas de investigación que procura enseñar y resolver, y los propios estudiantes con quienes crea una comunidad horizontal de producción de conocimientos y de aprendizajes.

En este contexto, asumir a la Universidad como profesión u oficio, asumirnos y reconocernos universitarios, nos obliga a pensar que la institución se realiza en nuestras prácticas, y por ende en nuestras actividades como investigadores, docentes y extensionistas, y que esa actuación cuenta con un escenario privilegiado, como es el aula de clases con nuestros estudiantes; ahora no solamente para mediar entre unos contenidos curriculares determinados y los estudiantes como sujetos de aprendizajes, sino para convertir al aula de clase en taller de investigación, en donde profesores y estudiantes investigan juntos, y en ese proceso, en comunidad, producen juntos nuevos conocimientos y nuevos aprendizajes (tal como lo proponía Wilhelm Von Humboldt en su propuesta sobre “la educación basada en la búsqueda del conocimiento”), y posteriormente esos conocimientos y esos aprendizajes se “extienden”, comunican y ofrecen a la sociedad, para “aplicarse” y hacerse vida en el desarrollo social.

El tercer Aprendizaje se refiere a Aprender a convivir.  Al referirse a este Aprendizaje, la Comisión de la UNESCO expresa: “Aprender a vivir juntos desarrollando la comprensión del otro y la percepción de las formas de interdependencia realizar proyectos comunes y prepararse para tratar los conflictos, respetando los valores del pluralismo, comprensión mutua y paz”.  Este aprendizaje, según nuestro enfoque, se relaciona directamente con la búsqueda de que el aula de clases sea una comunidad de producción de conocimientos y de aprendizajes.  Una comunidad horizontal, en la que, a la manera de Freire, todos aprendemos de todos en posición de interaprendizajes; los profesores, a la vez que mediamos entre el curriculum y los estudiantes, y/o entre el problema de investigación que investigamos colectivamente estudiantes y profesores, juntos aprendemos unos de otros.

Por ello, aprender a convivir, también deberá significar el trabajo cooperativo y colaborativo disciplinario, interdisciplinario y transdisciplinario entre profesores, antes de presentarse a la sala de clase con sus estudiantes.  El eje central para la planificación e integración de las prácticas del currículo debe ser la investigación.  La idea es que los docentes decidan colectivamente sobre los temas de investigación que serán llevados como propuestas a los estudiantes para convertirlos en proyectos de investigación en el aula de clases, alrededor de los cuales se organicen estudiantes y profesores (o viceversa) para aprender investigando  o investigar aprendiendo.

Así, docentes y estudiantes, en dos momentos que avanzan en un continuo sistémico, del trabajo de gabinete en la sala de docentes al salón de clases con los estudiantes, la Universidad va poco a poco construyendo una comunidad de aprendizajes a través de la investigación, cuyos productos son nuevos conocimientos y nuevos aprendizajes.

El cuarto Aprendizaje propuesto por la Comisión de la UNESCO esAprender a Ser.  Respecto a éste la Comisión de la UNESCO expresa:“Una concepción más amplia de la educación debería llevar a cada persona a descubrir, despertar e incrementar sus posibilidades creativas… lo cual supone trascender la visión puramente instrumental de la educación (…) Aprender a Ser para que florezca mejor la nueva personalidad y se esté en condiciones de obrar con creciente capacidad de autonomía, de juicio y responsabilidad personal”.  Precisamente a esta cualidad trascendente de la educación, más allá de la concepción de la persona como mera tuerca del aparato productivo, es a lo que nos referíamos anteriormente cuando mencionamos que la educación cumple funciones cualitativamente superiores, de cara al desarrollo del ser humano, concebido éste proceso, como la libertad de los seres humanos frente a todos los poderes fácticos que pugnan por imponérsenos.

Así, el más grande éxito del docente universitario hoy, es lograr que su estudiante o estudiantes aprendan a ser autónomos, aprendan a saber y conocer el contenido del currículo de sus Carreras; de manera tal, que él, o ellos, aprendan a valerse por sus propios medios, esto es, que cuando eran estudiantes aprendieron a conocer y aprendieron a aprender en su asignatura y las demás asignaturas del currículo, a través de las diferentes maneras de investigar que aprendieron en el transcurso de su carrera de cara al desarrollo de la sociedad de la cual son parte.

Es la educación enseñando a SER al ser humano, a ser autónomos e independientes, y en ese proceso, a la vez que los docentes enseñan a sus estudiantes a que aprendan a SER autónomos, ellos también alcanzan su propia autonomía.  Ser autónomo significa conocerse a sí mismo; poseer y defender convicciones y creencias, contraer compromisos y cumplirlos.

El cambio de roles de los estudiantes y sus maestros hacia la investigación y su educación permanente, no podría ser, no debería ser, un proceso de carácter individual de un maestro y un grupo de estudiantes, sino que éste debería ser un proceso colectivo e institucional.  Es la Universidad la que debe cambiar hacia la investigación y la educación permanente, y con ella y en ella, los docentes, los investigadores y los estudiantes, o al revés, los estudiantes (razón de ser y existir de la Universidad), los docentes y los investigadores.  Los docentes, que por ser docentes son (somos) investigadores, y los investigadores que, además de serlo, y por lo mismo son (deben ser) también docentes.

COLOFON

La Educación de Calidad en el contexto de la Sociedad del Conocimiento y los Aprendizajes, es una NECESIDAD y una urgencia de los tiempos que corren para la Educación escolarizada y sus niveles de Preescolar, Primaria y Secundaria.  Pero más urgente aún es para la Educación Superior y las Universidades, a las que, dada la explosión de los conocimientos en todos los ámbitos de la Ciencia y  las demandas del Desarrollo Económico y Social nacional e internacional, hace años,  como a los muchachos a la hora de los exámenes, se les terminó el tiempo.  Responder a  la necesidad de elevar la Calidad de la Educación es una RESPONSABILIDAD de los líderes políticos y educacionales de todos los países, con especial énfasis de los dirigentes de los Consejos Universitarios de nuestras Universidades Públicas en América Latina y el Caribe.  La Educación y en ella y con ella su Calidad es el futuro. Toda educación escolar, sus fines y objetivos, es por definición una idea de futuro y el futuro es la ESPERANZA de un mundo en paz y bienestar para todas y todos compartido.

BIBLIOGRAFIA

–         Aguerri, José Adán (2016).   Por qué necesitamos una alianza por la Educación, Diario La Prensa, martes 8 de marzo de 2016, página 11 (Opinión) Managua, Nicaragua 2016.

–         Arríen, Juan Bautista y otros (1996).  Calidad de la Educación en el Istmo Centroamericano, UNESCO – San José, San José Costa Rica, 1996.

–         Chamorro, Juan Sebastián (2016).  Jóvenes entre el subempleo y la Emigración (Política de Educación es clave). Diario La Prensa, miércoles 9 de marzo del 2016, página 1, (Sección Activos) Managua, Nicaragua.

–         De Castilla Urbina, Miguel (1980) Educación y Lucha de Clases en Nicaragua.  Editorial UCA, Managua, Nicaragua.

–         De Castilla Urbina, Miguel (2007). El Derecho a la Educación en Nicaragua: la Herencia Neoliberal, Editronic, Managua, Nicaragua 2007.

–         De Castilla Urbina, Miguel (2008).  La Reforma Universitaria, Troya y mí idea de Universidad, Editorial Lea, Managua, Nicaragua, 2008.

–         De Castilla Urbina, Miguel (2013). La Educación basada en la búsqueda del conocimiento mediante la investigación, (Conferencia en la UNI) Inédito.

–         Delors, Jacques (1998).  La Educación Encierra y Tesoro, Fundación El Comercio, Quito, Ecuador.

–         Faure, Edgar (1972) Aprender a Ser, La Educación del Futuro,Alianza. Editorial, Madrid, España

Fuente: http://migueldecastilla.blogspot.com/

Imagen de uso publico tomada de: https://i.ytimg.com/vi/JODbq2u0Rtw/maxresdefault.jpg

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Adoptan Plan de Manejo de Biodiversidad del Gran Canal de Nicaragua

Centroamerica/ Managua/ Prensa Latina

Un plan de manejo de la biodiversidad en la ruta del Gran Canal Interoceánico de Nicaragua fue firmado entre HKND Group, concesionaria del megaproyecto, y la Fundación Amigos del Río San Juan (Fundar), publicaron hoy medios oficiales.

El objetivo del programa es continuar el trabajo en el cuidado y preservación de los recursos naturales en la zona por donde atravesará la vía húmeda de 276 kilómetros de longitud, que unirá los océanos Atlántico y Pacífico.

Laureano Ortega, de la Agencia de Promoción de Inversiones de Nicaragua (ProNicaragua), destacó que el convenio resulta una medida responsable para un proyecto de tal magnitud.

Con colaboraciones de este tipo se le garantiza al pueblo nicaragüense que se cuidará del medio ambiente y el bienestar social de la población, enfatizó.

Ortega reiteró que HKND comenzará los trabajos del Canal por la zona de Brito (su puerta de acceso al Pacífico) con la construcción de un puerto temporal.

Norvin Torres, director de Fundar, afirmó que en los meses previos al inicio de las obras del Canal desarrollarán cinco planes de investigación, los cuales están previstos en el Estudio de Impacto Ambiental y Social, aprobado en noviembre.

Entre ellos citó los referidos a reforestación de biodiversidad terrestre, restauración de biodiversidad acuática y compensación del proyecto.

El programa de manejo incluye una propuesta a HKND de que el trabajo sea acompañado por un comité científico internacional, conformado por especialistas que han supervisado proyectos similares en todo el mundo.

También darán cabida a un comité científico nacional formado por expertos de las universidades públicas y profesionales nicaragüenses que trabajan los temas de biodiversidad terrestre, acuática, áreas protegidas, planificación, restauración de ecosistemas y sistemas de información geográfica, concluyó el director de Fundar.

Con una inversión valorada en 50 mil millones de dólares, la construcción del Canal Interoceánico creará un cuarto de millón de empleos y duplicará el Producto Interno Bruto de esta nación centroamericana.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?option=com_content&task=view&idioma=1&id=4984651&Itemid=1

Imagen tomada de: http://www.el19digital.com/files/articulos/122868.jpg

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Nicaragua, VIH, prevención, cooperación genuina

NICARAGUA: El Mined trabajará en la prevención de VIH y abuso sexual

NICARAGUA: El Mined trabajará en la prevención de VIH y abuso sexual

Por: Rosmalia Ann González

Fuente: http://www.elnuevodiario.com.ni/nacionales/395565-mined-trabajara-prevencion-vih-abuso-sexual/

Autoridades educativas realizarán congresos con estudiantes y padres de familia para abordar estos temas.

El Ministerio de Educación (Mined) desarrollará una serie de encuentros en los colegios públicos y privados de todo el país con el fin de prevenir los abusos sexuales y casos de VIH, anunció Rosario Murillo, coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía.

Estas acciones se trabajan en conjunto con la Procuraduría de Derechos Humanos y el Ministerio de Salud (Minsa) para que se detecte oportunamente en las escuelas los signos de alarma.

“Vamos a realizar congresos a nivel municipal, departamental y nacional, culminando el 30 de agosto sobre este importante tema, prevención del abuso sexual en las escuelas y colegios”, indicó Murillo a medios oficialistas.

En cuanto a los congresos municipales de prevención del VIH serán realizados del 13 al 15 de julio, los departamentales del 20 al 22 y el nacional se realizará el 27 de julio.

Según datos oficiales del Ministerio de Salud (Minsa), existe  un acumulado de 9,390 personas con VIH en el periodo de 1987- 2014, siendo 7,452 las personas portadoras de VIH.

«De las nuevas infecciones de VIH reportados en 2014 (a Junio) el 73% son personas con entre 20 y 44 años, mientras que  las personas adolescentes (15-19 años) representan el 8% y niñez el 2%. Estos datos reflejan que la epidemia en Nicaragua continúa afectando a la población joven y económicamente activa», se  mencionó en el estudio «Derechos de la niñez y la adolescencia ante el VIH», realizado por la Federación Coordinadora Nicaragüense de Organismos No Gubernamentales que trabaja con la Niñez y la Adolescencia, Codeni.

El abuso sexual contra menores de edad representa el 80 por ciento del total de los casos de violencia sexual que anualmente atiende el Instituto de Medicina Legal (IML), dijo el doctor Zacarías Duarte, director de esta instancia, a El Nuevo Diario en marzo de 2015.

Duarte dijo en esta ocasión, que de los 5 mil casos de violencia sexual que reciben anualmente, 4 mil corresponden a menores de edad.

A nivel de educación superior, las universidades que integran el Consejo Superior de Universidades Privadas (Cosup) firmaron ayer un documento donde se establece las conductas inapropiadas, entre las que se mencionó el acoso sexual.

«Este es un tema muy sensible del que nadie quiere hablar, pero del que los rectores de las universidades del Cosup hemos considerado, pues debe existir una actitud proactiva de parte de la universidad para delimitar en cada caso cuando hay imputación fundamentada y probada», comentó  el doctor Adrián Meza Soza, director del Instituto Superior “Pablo Freire”, sin embargo, no se refirió sobre las medidas que tomarán estas casas de estudios superiores en estas circunstancias.

  • El año pasado el IML registró un 80% de casos de abuso sexual a menores de edad.
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10 datos que no sabías sobre el trabajo infantil

Nicaragua-Managua/16 Junio 2016/fuente: El Nuevo Diario

El 12 de junio de cada año se celebra el Día mundial contra el trabajo infantil. La Organización Internacional del Trabajo (OIT), lo instituyó a partir de 2002 con el propósito de dar a conocer el alcance del problema y promover iniciativas para resolverlo.

Te compartimos 10 datos que no sabías sobre el trabajo infantil:

  1. 168 millones de niños y niñas están actualmente en situación de trabajo infantil en el mundo.
  2. A nivel mundial, aproximadamente uno de cada diez niños se encuentra en situación de trabajo infantil y en África uno de cada cinco.
  3. El trabajo infantil está presente en muchas ocupaciones, especialmente en las economías rural e informal.
  4. En muchos casos, el trabajo infantil es generado por la pobreza de las familias y comunidades.
  5. En las cadenas de producción, el trabajo infantil está presente en los talleres pequeños o en los hogares, lo que dificulta su identificación y erradicación.
  6. El trabajo infantil niega a las niñas y niños sus derechos a estar libres de peligro, a una educación y formación profesional de calidad, y a jugar y descansar.
  7. La meta para 2025 es lograr la eliminación de las peores formas de trabajo infantil en todas sus formas, de acuerdo a los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
  8. Los niños que trabajan en campos y granjas, en fábricas, como empleados domésticos, en empresas informales como la minería artesanal, o como vendedores ambulantes o recogedores de basura; pueden ser víctimas de la explotación sexual comercial o verse obligados a participar en conflictos armados o en el tráfico de drogas.
  9. Los jóvenes que tuvieron que trabajar cuando eran niños tienen sistemáticamente más probabilidades de tener que conformarse con trabajos familiares no remunerados.
  10. Los niños que abandonan prematuramente la escuela, en general, están expuestos a un mayor riesgo de quedar excluidos del mundo del trabajo.

Fuente: http://www.elnuevodiario.com.ni/nacionales/395127-10-datos-que-no-sabias-trabajo-infantil/

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