La aceleración impuesta por las autoridades a las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE) ha sido fuertemente criticada por amplios sectores de la sociedad hondureña. Las protestas se han multiplicado en todo el país y cada día hay organizaciones de diferentes ramas que se suman al rechazo de las ‘ciudades modelo’ (charter cities).
Mientras estoy escribiendo la segunda parte de este reportaje, llega la noticia de movilizaciones y tomas de puentes y carreteras en La Ceiba. Los grupos aglutinados en el Movimiento Social Organizado (MOSO) exigen que se derogue la Ley Orgánica de las ZEDE, y que en todos los 298 municipios del país se realicen cabildos abiertos para declarar los territorios libres de ZEDE.
Miriam Miranda, coordinadora de la Organización Fraternal Negra Hondureña (Ofraneh), asegura que no se trata de un proyecto aislado, sino que es parte de un proyecto político bien definido, de un modelo perverso de vaciamiento y venta de territorio nacional y de expulsión de comunidades.
“Es una apuesta de la narco-dictadura que gobierna en Honduras. Tenemos una década luchando contra este proyecto. Comenzamos a recolectar firmas y presentamos recursos de inconstitucionalidad en contra de las Regiones Especiales de Desarrollo (RED). Sabíamos que los pueblos indígenas, las comunidades garífunas, iban a ser las más afectadas”, explica Miranda.
“Finalmente logramos que se declararan inconstitucionales y tuvieron que dar un golpe de estado técnico en contra de la Sala de lo Constitucional para revertir el proceso. Eso fue gravísimo porque hundieron aún más la institucionalidad del país, que ya estaba quebrantada después del golpe de 2009. Luego les cambiaron el nombre a las RED y se inventaron las ZEDE”, recuerda la dirigente garífuna.
– ¿Qué pasó después?
– El proyecto quedó como dormido durante varios años, hasta que de repente, en marzo, explotó la protesta en Crawfish Rock contra la ZEDE ‘Roatán Próspera’, montada por un consorcio de inversionistas internacionales (Honduras Próspera) sin consultar a nadie.
Eso despertó una alarma y la gente comenzó a reaccionar. Hay como un despertar del pueblo, de las comunidades y también de algunas municipalidades. Se están organizando y movilizando de forma espontánea. Están pidiendo declarar sus territorios libres de ZEDE. Es muy interesante lo que está pasando.
– ¿De qué manera está participando Ofraneh?
– Somos parte de la campaña contra las ZEDE y nos estamos coordinando con movimientos y organizaciones de La Ceiba para impulsar acciones. Hay toda una efervescencia alrededor de esta lucha y también hay alcaldes dignos que la están asumiendo y respaldando.
– Decías que las ZEDE no son algo nuevo.
– Desde los tiempos de la Colonia nos han venido imponiendo una economía de enclaves, entregando territorios enteros a las compañías bananeras, a las mineras, a la agroindustria y, más recientemente, a las maquilas (zonas francas).
Las ZEDE son una profundización, una extremización de ese mismo modelo. Un modelo entreguista al capital trasnacional, que le garantiza enormes privilegios en nombre de un falso progreso y de la ilusión del desarrollo y la generación de empleo.
Tal vez no fuimos capaces de entenderlo de inmediato, pero se trata de un proyecto político bien estructurado y muy peligroso, que viene con todo para vaciar territorios, expulsando comunidades y pueblos.
– ¿Qué es lo que más le preocupa?
– Un elemento que nos preocupa sobremanera es la tercerización de la justicia, la renuncia de la soberanía. ¿Qué va a pasar con todos aquellos mecanismos internacionales de protección de los derechos humanos? ¿Qué va a pasar con los tratados internacionales, con el Convenio 169 de la OIT, con las sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos sobre las comunidades garífunas de Triunfo de la Cruz y Punta Piedra?
También va a haber más desplazamiento. Ya hay comunidades garífunas que han quedado medio vacías y esto va a empeorar. La gente se va a ir no solamente por la miseria, la violencia, la presencia del crimen organizado, sino porque los que impulsan las ZEDE van a meter mucha plata (dinero) para “convencerla” a desplazarse. Necesitan de territorios vacíos y las pequeñas comunidades van a ser las principales afectadas.
Una vez más, Honduras se convierte en un laboratorio para experimentar nuevas estrategias y modelos nefastos. Lo hicieron con el golpe de Estado de 2009, lo repitieron con el golpe técnico de 2012 y lo volvieron a hacer con el golpe electoral de 2017. Y como les funcionó, vuelven ahora a montar otro laboratorio para ensayar un modelo que legaliza la destrucción de la institucionalidad y la soberanía, dejando ‘cancha abierta’ a los intereses de la oligarquía nacional y el gran capital transnacional.
Lo más valioso ahora, como te decía, es la reacción del pueblo. No está aceptando esta imposición, se está organizando y se está rebelando en varias partes del país. No quieren ZEDE en sus territorios. La pregunta del millón es: ¿respetarán la decisión del soberano?
– Ya han aprobado tres ZEDE. ¿Hay informaciones sobre otras en territorios garífunas?
– Además de Roatán y La Ceiba (Honduras Próspera LLC), Choloma (Ciudad Morazán) y San Marcos de Colón (Orquídea), sabemos que ya está identificada otra en la Bahía de Trujillo, donde están los inversionistas canadienses y donde, en los últimos diez años, ha habido un enorme pérdida de territorio ancestral garífunas y una profundización de la criminalización y judicialización de líderes comunitarios y defensoras de la tierra. Lamentablemente hay un secretismo absoluto de parte del gobierno alrededor de nuevas ZEDE.
– Faltan pocos meses para las elecciones generales. ¿Qué relación hay con el tema de las ZEDE?
– La aceleración impuesta a las ZEDE también tiene que ver con el tema electoral. El partido de gobierno y el mismo Juan Orlando Hernández, ambos deslegitimados y cuestionados nacional e internacionalmente, necesitan de una tabla de salvación y están jugando esta carta, prometiendo como siempre la falacia de más empleo y desarrollo.
En Honduras hay casi el 80% de economía informal y a las personas no les queda otra opción que el rebusque. Es a ellas que les van a ofrecer la ilusión de las ZEDE, para crear una expectativa y ganar credibilidad. Sin embargo están equivocados, porque desde hace rato que se les cayó la mentira.
Como pueblo tenemos un reto grande que es derogar la ley de las ZEDE. Lamentablemente, la política no ha sabido o querido conformar una plataforma de oposición unificada para parar este proyecto. Hasta el momento la política no ha hecho prevalecer el bien común y el futuro del país sobre los intereses personales.
En un país postrado como el nuestro, con una institucionalidad quebrantada, debemos apuntar a crear un nuevo modelo de convivencia, un nuevo modelo de país que sepa romper definitivamente con esta oligarquía y el capitalismo voraz.
«Este es un momento de defensa de los incuestionables logros de nuestro país, a la vez que exige de nosotros una muy profunda y lúcida meditación sobre nuestra realidad”, escribió el cantautor cubano.
El cantautor cubano Silvio Rodríguez dijo que las protestas que están teniendo lugar en Cuba han sido “preparadas y alentadas por el régimen imperial”, y argumentó que el actual es un “momento de defensa de los incuestionables logros” de la isla.
“Hace poco afirmé aquí mismo que ciertos escándalos terminarían cuando se legalizaran las protestas. No me retracto de haberlo dicho. Lo creo firmemente y creo que, más que posible, será un necesario indicio de madurez y fortaleza de nuestra sociedad. Es algo que incluso se desprende del carácter democrático y socialista de nuestra Constitución”, escribió Rodríguez en su blog Segunda Cita.
“Pero el momento en que ocurren manifestaciones preparadas y alentadas por el régimen imperial no es el mejor para sacar el tema. Este es un momento de defensa de los incuestionables logros de nuestro país, a la vez que exige de nosotros una muy profunda y lúcida meditación sobre nuestra realidad”, añadió el polémico cantautor.
La opinión del cantautor cubano:
Al socialismo le falta mucho -muchísimo- para ser justo. Quizá al final ni se llame socialismo, porque va a ser un híbrido. Pero no hay mal mayor que el cáncer imperial, que devora la vida donde esté, despojando pueblos a miles de millas de sus costas. Sus beneficiarios son un 1%, pero sus adoradores, aún cuando también son víctimas, callan sus abusos y recogen nerviosos sus migajas. Se sienten seguros bajo la inmensa sombra de la matrix todopoderosa, y ella les toca los resortes y se expresa a través de sus voces, pantallas, pedacitos de mundo a su servicio. Lógico que no nos soporten, lógico que con vernos resistir, sobrevivir y respirar nos llenen de diatribas.
Escogimos no ser dóciles asalariados, escogimos la estrella que ilumina y mata.
Que asuman su vergüenza.
Silvio Rodríguez Domínguez, cantautor Cubano.
*Con información de Resumen Latinoamericano.
Fuente de la información: https://www.tercerainformacion.es/articulo/cultura/15/07/2021/silvio-rodriguez-escogimos-no-ser-dociles-asalariados/
Toda sociedad plural se debate entre conflictos de intereses y de derechos. De ahí, la necesidad de establecer jerarquía entre los mismos.
En un artículo reciente, titulado “Legalizando delitos: Código Penal viola constitución y tratados internacionales” (Acento, 4-7-2021), la abogada Ivanna Molina aborda uno de los problemas sociales más acuciantes de la sociedad dominicana, la legalización de las prácticas violatorias de los derechos humanos.
Cualquier sociedad puede incurrir en prácticas violatorias de los derechos de las personas. La actitud democrática conlleva educar para tratar de reducir estas acciones a su mínima expresión, mientras legisla para proteger a quien, por cualquier motivo, puede verse afectado por agravios a su dignidad personal.
Uno de los signos de una sociedad democrática moderna es el avance en las superación de las prácticas estigmatizadoras, tanto en la percepción predominante del espacio público, como en las estructuras jurídico políticas de la comunidad. En este aspecto, la sociedad dominicana muestra alarmantes signos de retroceso.
Toda sociedad plural se debate entre conflictos de intereses y de derechos. De ahí, la necesidad de establecer jerarquía entre los mismos. Por ejemplo, cualquier ciudadano tiene el derecho a ejercer la libertad religiosa en una sociedad democrática, pero si el ejercicio de su fe entra en conflicto con cualquiera de los derechos humanos (como el reconocimiento de la igualdad de todos las personas independientemente de su nacionalidad, sexo, o etnia), se impone la defensa de estos derechos sobre la convicción religiosa del individuo.
La Cámara de Diputados de la República Dominicana ha incurrido en un grave desconocimiento de esta situación al aprobar un código penal que contempla el siguiente acápite: “No habrá discriminación cuando el prestador de servicio o contratante fundamente su negativa por objeción de conciencia, religiosa, ética, moral o por requisitos institucionales”.
Las posibles implicaciones del referido texto son que un empleador puede invocar su elección de conciencia para rechazar la solicitud de trabajo de una persona, si sospecha que el solicitante tiene una orientación sexual o religiosa contraria a sus preceptos religiosos. Del mismo modo, un médico podría negarse a prestar un servicio de salud, si se encuentra en la misma situación anterior del empleador. En ambos casos, se estaría incurriendo en una flagrante violación de los derechos humanos.
El respeto a los derechos de las personas impide su exclusión y las injusticias implícitas en su desconocimiento. El reconocimiento de la dignidad humana no debe relativizarse en función de las creencias personales de un ciudadano.
No es la convicción personal la que debe fijar los límites a los derechos humanos, sino estos derechos los que deben restringir el alcance práctico de las convicciones personales
DECLARACIÓN DE LOS MIEMBROS DEL CENTRO DE ESTUDIOS MAEEC-CLACSO
En los últimos días hemos visto con preocupación las noticias divulgadas por las redes sociales, respecto a la situación humanitaria hacia el interior de la sociedad cubana y la manifestación de grupos al servicio de los intereses de potencias extranjeras.
Por todos es conocida la terrible situación económica que atraviesa el pueblo de Cuba desde que los EUA determinaron arreciar el bloqueo económico contra la isla luego de la debacle del campo socialista. En medio de esas condiciones, el pueblo y gobierno cubano optaron por el desarrollo de su sociedad y continuaron trabajando por la paz y la seguridad de su pueblo.
La presidencia de Donald Trump trajo consigo nuevas medidas económicas que agravaron la vida de los cubanos en medio de la terrible pandemia de Covid-19. Aun así, el pueblo de Cuba extendió su mano solidaria a quienes la solicitaron. Ello prueba el sentido humano de la Revolución cubana y su compromiso con la vida y el bienestar de la humanidad.
Evidentemente, la pasada votación en la Asamblea General de la ONU a favor del levantamiento y suspensión del bloqueo a Cuba, es la causa primera y principal de esta nueva agresión contra el pueblo de Cuba.
En días recientes, grupos al servicio de los intereses de los EUA, aprovechando las carencias económicas y la situación sanitaria de la isla, se han manifestado y solicitado a favor de la «intervención humanitaria» de gobiernos extranjeros.
El grupo de trabajo del MAEEC denuncia estas acciones y expresa que:
1. Ningún gobierno tiene el derecho a intervenir en la isla de Cuba cuya dirección hace ingentes esfuerzos para superar la crisis del Covid-19.
2. Si el gobierno de los EUA está realmente preocupado por la situación interna de Cuba, lo que debe hacer es levantar de una vez y para siempre el injusto, inmoral e inhumano bloqueo económico.
3. Es al pueblo y gobiemo de Cuba a quienes corresponde dar solución a sus problemas internos.
4. Rechazamos la inclusión de Cuba, por parte del gobierno de los EUA, en la lista de paises patrocinadores del terrorismo.
5. Damos todo nuestro apoyo al pueblo de Cuba, a su gobierno revolucionario y a su partido que, juntos, han sabido encontrar siempre una salida digna a las dificultades creadas por la constate agresión del gobierno de los EUA.
Frei Betto: «Sin la posibilidad de invadir Cuba con éxito, Estados Unidos persiste con un rígido bloqueo»
Pocos ignoran mi solidaridad con la Revolución Cubana. Durante 40 años he visitado la isla con frecuencia, por compromisos laborales e invitaciones a eventos. Durante un largo período intermedié la reanudación del diálogo entre los obispos católicos y el gobierno cubano, como se describe en mis libros «Fidel y la religión» (Fontanar / Companhia das Letras) y «Paraíso perdido – Viajes al mundo socialista» (Rocco). Asesoro al gobierno cubano en la implementación del Plan de Educación en Soberanía Alimentaria y Nutrición.
Conozco en detalles la vida cotidiana cubana, incluidas las dificultades que enfrenta la población, el cuestionamiento a la Revolución, las críticas a los intelectuales y artistas del país. Visité cárceles, hablé con opositores a la Revolución, conviví con sacerdotes y laicos cubanos reacios al socialismo.
Cuando me dicen, brasileño, no hay democracia en Cuba, desciendo de la abstracción de las palabras a la realidad. ¿Cuántas fotos o noticias se han visto o se ven sobre cubanos en situación de pobreza, mendigos esparcidos por las aceras, niños abandonados en las calles, familias bajo pasos elevados? ¿Algo parecido a la Cracolandia, las milicias, las largas filas de enfermos que esperan años para ser atendidos en un hospital?, les advierto a mis amigos: si son ricos en Brasil y viven en Cuba, conocerán el infierno. No podrá cambiar de automóvil todos los años, comprar ropa de diseñador, viajar con frecuencia por vacaciones en el extranjero. Y, sobre todo, no podrás explotar el trabajo ajeno, mantener a tus empleados a oscuras, «orgulloso» de María, tu cocinera desde hace 20 años, y a quien le niegas el acceso a tu propia casa, escolaridad y seguro médico. .
Si eres de clase media, prepárate para experimentar el purgatorio. Aunque Cuba ya no es una sociedad nacionalizada, la burocracia persiste, hay que tener paciencia en las colas en los mercados, muchos productos disponibles este mes pueden no encontrarse en el próximo por las inconsistencias de las importaciones.
Sin embargo, si es asalariado, pobre, sin hogar o sin tierra, prepárese para experimentar el paraíso. La Revolución garantizará sus tres derechos humanos fundamentales: alimentación, salud y educación, así como vivienda y trabajo. Es posible que tenga apetito por no comer lo que le gusta, pero nunca tendrá hambre. Tu familia tendrá educación y atención médica, incluidas cirugías complejas, totalmente gratis, como deber del Estado y derecho ciudadano.
Foto: Desconocido
No hay nada más prostituido que el lenguaje. La célebre democracia nacida en Grecia tiene sus méritos, pero es bueno recordar que, en ese momento, Atenas tenía 20.000 habitantes que vivían del trabajo de 400.000 esclavos… ¿Qué respondería uno de estos miles de siervos si se le preguntara por las virtudes de la democracia?
No deseo para el futuro de Cuba, el presente de Brasil, Guatemala, Honduras o incluso Puerto Rico, colonia de Estados Unidos, a la que se le niega la independencia. Tampoco quiero que Cuba invada Estados Unidos y ocupe una zona costera de California, como es el caso de Guantánamo, que se ha convertido en un centro de tortura y encarcelamiento ilegal de presuntos terroristas.
Democracia, en mi concepto, significa el «Padre Nuestro» – la autoridad legitimada por la voluntad popular – y el «pan nuestro» – el compartir de los frutos de la naturaleza y el trabajo humano. La rotación electoral no asegura ni asegura la democracia. Brasil, considerada democracia, es ejemplo evidente de miseria, pobreza, exclusión, opresión y sufrimiento.
Sólo quienes conocen la realidad de Cuba antes de 1959 saben por qué Fidel tuvo tanto apoyo popular para llevar a la Revolución a la victoria. El país era conocido con el sobrenombre de «burdel caribeño». La mafia dominaba la banca y el turismo (hay varias películas sobre esto). El principal barrio de La Habana, hoy Vedado, tiene este nombre porque allí no podían circular los negros…
Estados Unidos nunca se resignó a haber perdido a Cuba sujeto a sus ambiciones. Por eso, justo después de la victoria de las guerrillas de la Sierra Maestra, intentaron invadir la isla con tropas mercenarias. Fueron derrotados en abril de 1961. Al año siguiente, el presidente Kennedy decretó el bloqueo de Cuba, que continúa hasta el día de hoy.
Cuba es una isla con pocos recursos. Está obligada a importar más del 60% de los productos básicos del país. Con el endurecimiento del bloqueo impulsado por Trump (243 nuevas medidas y, hasta ahora, no removidas por Biden), y la pandemia, que se centró en una de las principales fuentes de recursos del país, el turismo, la situación interna empeoró. Los cubanos tuvieron que apretarse el cinturón. Luego, los descontentos con la Revolución, que gravitan en la órbita del «sueño americano», promovieron las protestas del domingo 11 de julio – con la ayuda «solidaria» de la CIA, cuya cabeza acaba de recorrer el continente, preocupada por la resultado de las elecciones en Perú y Chile.
Foto: Desconocido
Quien mejor puede explicar la situación actual en Cuba es su presidente, Díaz-Canel: «Ha comenzado la persecución financiera, económica, comercial y energética. Ellos (la Casa Blanca) quieren una convulsión social interna en Cuba para convocar “misiones humanitarias” que se traduzcan en invasiones e injerencias militares».
«Hemos sido honestos, hemos sido transparentes, hemos sido claros y, en todo momento, hemos explicado a nuestra gente las complejidades de hoy. Recuerdo que hace más de año y medio, cuando comenzó la segunda mitad de 2019, tuvimos que explicar que estábamos en una situación difícil. Estados Unidos comenzó a intensificar una serie de medidas restrictivas, endurecimiento del bloqueo, persecuciones financieras contra el sector energético, con el objetivo de asfixiar nuestra economía. Esto provocaría el deseado estallido social masivo, para poder llamar a una intervención “humanitaria”, que terminaría en intervenciones militares».
«Esta situación continuó, luego vinieron las 243 medidas (de Trump, para endurecer el bloqueo) que todos conocemos y, finalmente, se decidió incluir a Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo. Todas estas restricciones llevaron al país a recortar de inmediato diversas fuentes de ingresos en divisas, como el turismo, los viajes cubanoamericanos a nuestro país y las remesas. Se formó un plan para desacreditar a las brigadas médicas cubanas y las colaboraciones solidarias de Cuba, que recibieron una gran parte de divisas por esta colaboración».
«Toda esta situación ha generado una situación de escasez en el país, principalmente de alimentos, medicinas, materias primas e insumos para que podamos desarrollar nuestros procesos económicos y productivos que, al mismo tiempo, contribuyan a las exportaciones. Se eliminan dos elementos importantes: la capacidad de exportar y la capacidad de invertir recursos».
«También tenemos limitaciones de combustible y repuestos, y todo esto ha provocado un nivel de insatisfacción, sumado a los problemas acumulados que hemos podido resolver y que venían del Período Especial (1990-1995, cuando se derrumbó la Unión Soviética), con graves consecuencias en la economía cubana). Junto a una feroz campaña mediática de descrédito, como parte de la guerra no convencional, que intenta fracturar la unidad entre el partido, el estado y el pueblo; y pretende calificar al gobierno de insuficiente e incapaz de brindar bienestar al pueblo cubano».
Foto: Desconocido
«El ejemplo de la Revolución Cubana molestó mucho a Estados Unidos durante 60 años. Aplicaron un bloqueo injusto, criminal y cruel, ahora intensificado en la pandemia. Bloqueos y acciones restrictivas que nunca han realizado contra ningún otro país, ni contra los que consideran sus principales enemigos. Por tanto, ha sido una política perversa contra una pequeña isla que solo aspira a defender su independencia, su soberanía y construir su sociedad con autodeterminación, según principios que más del 86% de la población ha apoyado».
«En medio de estas condiciones surgió una pandemia, una pandemia que afectó no solo a Cuba sino al mundo entero, incluido Estados Unidos. Afectó a los países ricos, y hay que decir que, ante esta pandemia, ni Estados Unidos ni estos países ricos tuvieron toda la capacidad para hacer frente a sus efectos. Los pobres se vieron perjudicados, porque no hay políticas públicas dirigidas al pueblo, y hay indicadores de la lucha contra la pandemia con peores resultados que los de Cuba en muchos casos. Las tasas de infección y mortalidad por millón de habitantes son notablemente más altas en los EE. UU. Que en Cuba (EE. UU. Registró 1.724 muertes por millón, mientras que Cuba tiene 47 muertes por millón). Mientras Estados Unidos se atrincheraba en el nacionalismo de las vacunas, la Brigada Henry Reeve de médicos cubanos continuó su trabajo entre las personas más pobres del mundo (así que, por supuesto, merece el Premio Nobel de la Paz)».
«Sin la posibilidad de invadir Cuba con éxito, Estados Unidos persiste con un rígido bloqueo. Tras la caída de la URSS, que proporcionó a la isla los medios para sortear el bloqueo, Estados Unidos intentó aumentar su control sobre el país caribeño. Desde 1992 en adelante, la Asamblea General de la ONU votó abrumadoramente para poner fin a este bloqueo. El gobierno cubano informó que entre abril de 2019 y marzo de 2020 Cuba perdió $ 5 mil millones en comercio potencial debido al bloqueo; durante las últimas seis décadas, ha perdido el equivalente a 144.000 millones de dólares. Ahora, el gobierno de Estados Unidos ha intensificado las sanciones contra las compañías navieras que traen petróleo a la isla».
Es esta fragilidad la que abre un flanco a las manifestaciones de descontento, sin que el gobierno haya colocado tanques y tropas en las calles. La resiliencia del pueblo cubano, alimentada por ejemplos como Martí, Che Guevara y Fidel, ha resultado invencible. Y a él, todos los que luchamos por un mundo más justo, le debemos solidaridad.
Tegucigalpa (Especial Proceso Digital /Por Joel Perdomo)
Antes tenía que salir a la calle a pedir para poder comer, pero un día vine aquí y él (Mario) me dijo que no debería andar pidiendo, que si yo quería podía ayudarle y él me daría al menos la comida, y así fue como me quede aquí, dijo Elvin Sánchez, un adolescente de 14 años que colabora en un pequeño negocio de venta de verduras y frutas.
– La niñez acorralada por la pandemia ha migrado de la escuela al trabajo, dice experta.
– El trabajo infantil tiene en riesgo al 16% de la niñez en Honduras.
Todos los días y muy temprano baja caminando de lo más alto de la colonia Raúl Girón en Talanga, su caminata dura un poco más de 20 minutos hasta llegar a la avenida principal del municipio, donde muchas personas, venden sus productos, en el lugar es muy común ver a infantes ganarse el pan de cada día.
La población infantil en Honduras es de 2 millones 472 mil 798, esa cifra representa el 26% de en un país con más de 9.6 millones; de esa cantidad de menores, 412 mil 122 son niños y adolescentes que trabajan para ganarse la vida, es decir que el 16.67% desarrolla labores que representan un riesgo, según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
La Organización Internacional del Trabajo (OIT), define el trabajo infantil como toda aquella acción que priva a los niños de su infancia, su potencial y su dignidad, es además perjudicial para su desarrollo físico y psicológico; porque los excluye de sus derechos como el acceso a la salud y a la educación.
Más de 400 mil menores trabajan en Honduras, según datos de la Secretaría del Trabajo.
Trabajo por el estudio
Él (Elvin) actúa como si fuese el dueño del negocio, sabe a la perfección dónde está ubicado cada producto, conoce el precio de más de 15 de estos, que se venden en cuatro carretas llenas de frutas, verduras y otras mercancías; a la par está Mario, (propietario) quien, por su parte, atiende a las personas y es quien cobra, lo que Elvin le indica.
Elvin sabe sumar y restar, no necesita calculadora para saber cuánto gastan los clientes; siempre está listo para atender a quien llega a lugar, su faena inicia las 7:30 AM y termina a las 4:00 PM, entre esas horas se gana dos tiempos de comida y algo de dinero para llevar a su hogar, donde vive con su abuela y su mamá.
Antes de la llegada de la pandemia, trabajaba media jornada en la mañana, porque en la tarde estudiaba, ahora su día es distinto ya que solo trabaja, pues las clases en línea no son de su agrado. “Espero que esto termine para poder regresar al colegio”, dijo mientras se acomoda su desgastada mascarilla para protegerse del COVID.
A su padre no lo conoció y su madre es una mujer que se dedica a lavar ropa, su abuela por su edad, ya no puede laborar, “pero ella cuida la casa mientras nosotros salimos a trabajar” cuenta Elvin, justo en el momento en que amarra dos libras de tomates que un cliente le requiere.
Es muy común en las calles de Tegucigalpa y San Pedro Sula ver menores de edad trabajando en las calles.
¿Y te contagiaste de COVID? Le consultó al infante el enviado de Proceso Digital, mientras le observa y acompaña, y respondió: No, que yo sepa no, nunca he sentido nada, ni tos, ni gripe, tampoco mi mamá ni mi abuela, ellas están bien gracias a Dios, concluyó.
En Honduras más 50.5% de menores de edad realizan labores agrícolas, un 20% en el comercio, un 10.6% en la industria manufacturera, 3% en la construcción y el restante 17% entre otras labores que son consideradas de alto riesgo para los niños y niñas en Honduras.
Niños en condición vulnerable
Como Elvin, hay al menos 412 mil 122 menores, el 16% de la población infantil de la nación, que trabajan a diario para ganarse la vida, desarrollan labores que suelen ser sumamente peligrosas ya que les toca salir de sus viviendas, tomar sus propias decisiones, además por trabajar, se autoexcluyen de derechos fundamentales como la salud y la educación.
Basta con un pequeño recorrido por el Bulevar Morazán en la capital de Honduras, donde se aprecian decenas de menores de edad vendiendo cacahuates, dulces, bolsitas de agua, mascarillas, repuestos para automóviles, otros se dedican a limpiar vidrios en los escasos 120 segundos que marca la parada de vehículos en los dos semáforos que funcionan en el lugar.
Unos 17 mil niños y niñas trabajan en la capital Tegucigalpa, capital de Honduras.
Cuando solo faltan 10 segundos para que semáforo se ponga en verde, Carlitos, abandona la calle y se coloca a la orilla, espera nuevamente la señal en rojo para poder ofrecer cacahuates en el mayor tiempo posible a unos cuatro o cinco conductores de vehículos para ofrecer sus productos, pocos le compran, pero él sigue ofreciendo.
Dinero para la comida
Carlitos sale todos los días de la colonia El Carrizal, ubicada en salida al norte de la capital, hasta el bulevar en mención, para comenzar su día a ofrecer cacahuates con sal y dulces, los vende a cinco lempiras y generalmente se logra ganar un poco más de 130 lempiras diarios, ese dinero lo lleva a su hogar para costear la alimentación.
¿Y porque vienes hasta acá para vender? Le consultó el interlocutor de Proceso Digital, – “Pues porque aquí se me permite vender libremente, allá (en la zona donde vive), los lugares buenos para vender ya están muy ocupados, entonces se vende menos y se gana menos, por eso yo prefiero venir hasta acá”, comentó.
Dijo que no viene solo, que en la otra cuadra un amigo está trabajando. ¿Y a qué se dedica tu amigo? – “él limpia vidrios y a veces vende mascarillas”.
La pandemia, el detonante
El “Análisis Situacional de Derechos de la Niñez y Adolescencia en el Municipio del Distrito Central” elaborado cada año por Aldeas Infantiles SOS, Save The Children y World Visión, indica que más de 17 mil menores en edades de entre 5 y 7 años se encuentran laborando. Esta cifra representa un 6% de una población infantil de 400 mil en el municipio.
La pandemia ha sido un detonante que ha provocado el colapso de las sociedades sin excepción, Honduras se encuentra muy golpeada y eso ha incrementado considerablemente el trabajo infantil, eso nos indica que la niñez no tiene un futuro prometedor, comentó Elsa Ramírez, directora de Previsión Social de la Secretaría del Trabajo.
El trabajo infantil es permitido en Honduras, pero para adolescentes mayores de 14 años, sin embargo, la mayoría de los menores que trabajan no cuentan con permiso laboral, porque prefieren el sector informal donde no hay tantos requisitos para desarrollar una actividad que le permita obtener algo de dinero. Se trata de la diferencia entre comer o no y muchas veces entre vivir o dejarse de la mano de Dios.
En las zonas rurales del país los infantes desarrollan las peores formas de empleo.
Las ciudades con trabajo infantil
Al respecto, Ramírez, sostiene que no todo lo que se mira en la calle, es trabajo infantil, ese es un problema mayor para el país, porque esos son menores que están en un riesgo inminente, que, pese a que desarrollan una actividad para lucrarse, no hay disciplina para mejorar las oportunidades, su esfuerzo se encamina a obtener dinero y nada más.
El país afronta una grave crisis de mendicidad, este fenómeno se manifiesta cuando uno de los miembros de la familia está presente en las actividades laborales que desarrollan los menores en las calles y avenidas de una determinada ciudad, “es lamentable porque los padres creen que si su hijo les ayuda van a mejorar su condición económica”.
Tegucigalpa, San Pedro Sula, La Ceiba, Choluteca y Roatán, son las ciudades donde el fenómeno del trabajo infantil se ha acentuado; es por ello por lo que son esos lugares los que deberían intervenirse para reducir el impacto de este tema que afecta a más de 400 mil menores que no tienen oportunidad de estudio.
Pocos permisos y falta de presupuesto
“Las cifras podrían ser mucho mayores, porque no se tiene un dato preciso, sin embargo, estos infantes no tienen un buen futuro, porque no están estudiando, no se están preparándose para mejorar su condición de vida, es decir están cerrando la puerta a las oportunidades”, contó Ramírez.
A todo esto, la Secretaría del Trabajo, apenas otorgó 342 permisos de trabajo a adolescentes a nivel nacional, esta cifra tiene que ver con que son pocas las familias interesadas en que sus hijos trabajen conforme a la ley; porque gran parte de ellas se dedican al comercio informal entonces sus hijos siguen esa línea.
“Yo considero que Honduras debe tomarse tiempo para revisar las peores formas de trabajo infantil y erradicarlas, ya que aquí tenemos muchas como: la minería, cohetería, agricultura, buceo, melón, langosta y trabajos domésticos; tenemos programas preventivos pero los mismos no son suficientes”, indicó la funcionaria.
Añadió que una de las debilidades que afronta el país para contrarrestar ese fenómeno, es que no se tiene un presupuesto asignado para atender como corresponde, tampoco se tiene un dato exacto de los niños trabajando, no se sabe quiénes son y dónde están exactamente.
Dos amigos y un trabajo
En el centro de la ciudad capital, Álex de 13 años, hala en su silla de ruedas a su viejo amigo –José-, ambos viven en una colonia cercana al lugar donde todos los días se mueven para vender productos como gel de manos, mascarillas y alcohol clínico.
Ellos tienen un poco más de dos años de trabajar juntos, y no precisamente vendiendo productos para la bioseguridad, ya que, para poder vender, buscan mercancías de acuerdo con la época “ahorita lo que más vendemos son mascarillas, porque ya sabe estamos en pandemia”, comentó José.
El pequeño Alex recorre todo el centro de la ciudad con su amigo, mientras lo carga va anunciando que lleva mascarillas, guantes, gel antibacterial y alcohol; su acompañante acomodado en una vieja silla de ruedas muestra las mercancías a las personas que deambulan por una de las zonas más visitadas de centro de la ciudad.
Como ya se acercan las 4:00 de la tarde, ambos se ponen de acuerdo para merendar algo después de una cansada y soleada jornada, entonces Alex deja a José en un sector con sombra en el parque Central de Tegucigalpa y se desplaza a comprar la comida, ese día decidieron comprar una pizza de 100 lempiras para llevar a casa.
“A veces gano hasta 150 lempiras, para mi es bueno porque es peor no tener nada, desde que le ayudo a él, pues tengo algo de dinero, más que todo a mí me sirve para comer y comprar ropa de vez en cuando, hay días que nos va mal, pero al menos sacamos la comida”, relató.
Alex no estudia porque prefiere trabajar, pues de no hacerlo, no tendría como ayudarles con la comida a sus tíos con quienes vive desde hace 6 años. Conoce poco de sus padres, pero vive agradecido porque al menos tiene que comer y por ello no tienen nada de qué avergonzarse.
El Ministerio Público
Un menor de edad espera que el semáforo marque en rojo para salir a vender sus productos.
El Ministerio Público, cuenta con dos dependencias para atender conflictos en menores de edad, la Fiscalía Especial de la Niñez y la Unidad Contra la Trata y Explotación Laboral; ambas constantemente están desarrollando acciones preventivas de abusos contra niños y niñas.
“Son estas dos dependencias las que casi siempre le dan el seguimiento respectivo a los casos que se detectan, los mismos están fuera del marco legal de trabajo de los menores”, comentó un funcionario del Ministerio Público en conversación con Proceso Digital, al tiempo que sostiene que las acciones son constantes durante el año.
Hace escasos días, ambas fiscalías en el marco de la Operación Omega VI, realizaron inspecciones en sectores como: El Hatillo, La Tigra, La Cantadora, El Piliguin, Los Plancitos, con la finalidad de verificar que no se está utilizando mano de obra infantil en labores de agricultura en la siembra de repollo, zanahoria y cultivo de flores ornamentales.
La Fiscalía acciona cuando el ente administrativo – en este caso la Secretaría del Trabajo-, considera que existen ilícitos en una determinada acción, si la investigación comprueba, entonces se procede con la denuncia. Otra forma es cuando se realizan operaciones sorpresas en los campos donde se presuma que hay menores, concluyó.
Sin datos exactos sobre el trabajo infantil
Olvin Villalobos, ministro de la Secretaría del Trabajo y Seguridad Social, dijo que es lamentable que esa gran cantidad de menores se encuentren en esa situación, ya que los niños y adolescentes, no deberían estar trabajando sino estudiando porque esa es la base fundamental para su desarrollo de un país.
Sin embargo, asegura que se hacen esfuerzos máximos de parte de la Secretaría, para realizar constantemente inspecciones a nivel nacional de manera que se verifique que en algunas empresas no se esté utilizando fuerza laboral infantil “porque es inaceptable desde todo punto de vista”, indicó el funcionario.
“Nuestros esfuerzos están encaminados a que esas cifras disminuyan; estamos buscando alternativas de solución, pronto tendremos apoyo de la comunidad internacional, lograr tener una base de datos, así como mediciones completas para saber dónde están y que hacen los niños”, indicó Villalobos.
Asimismo, sostiene que urge la implementación de un plan de intervención para erradicar el trabajo infantil, ya esa propuesta debe seguirse construyendo mientras a la par se siguen desarrollando acciones para no dejar que problema sea aún mayor.
El trabajo infantil se expande…
Según la OIT unos 160 millones de niños trabajan en todo el mundo y en los últimos cuatro años, se registra un incremento de 8.4 millones de infantes que decidieron trabajar; la mayoría de ellos se encuentran en situación de riesgo debido a las labores que desarrollan y a la llegada de la pandemia del COVID-19.
Un informe publicado recientemente por el organismo, señala que “los avances para erradicar el trabajo infantil se han estancados por primera vez en 20 años”, que además la tendencia de esos esfuerzos se han invertido, esto, en relación a que entre el periodo 2000 – 2016, las cifras de estos casos se redujeron en 94 millones.
Según la Organización Internacional del Trabajo, el 70% de los casos de trabajo infantil -112 millones de niños y niñas- desarrollan labores en el sector agrícola, seguido del 20% -31,4 millones de infantes que se dedican a brindar servicios y el 10 por ciento -16,5 millones de menores trabajan en el sector industrial.
De los 9 millones 444 mil 679 de hondureños, según el Instituto Nacional de Estadística, el 51.33% son mujeres y 48.67 hombres; pero de ese total, 2 millones 472 mil 798 son niños y niñas y por sexo representan el 50% para cada uno, es decir que el 26% conforman la urbe infantil del país.
La llegada de la pandemia a Honduras disparó el desempleo abierto de 5.7 al 10.9 %, según cifras oficiales, este incremento significó más de 445 mil nuevos desempleados en la nación, que cuenta con una Población Económicamente Activa de 3 millones 655 mil 653.
Aún después de nueve años de la existencia de una política pública orientada a incrementar la participación de mujeres y la protección de sus derechos, vemos que la pandemia tuvo una grave afectación sobre el poco avance obtenido
Panamá es uno de los países de América Latina que ha establecido planes de igualdad de género desde el poder ejecutivo, específicamente la Ley N° 71 de 2008, que crea el Inamu, la Ley N°4 de 1999, por la cual se instituye la Igualdad de Oportunidades para Mujeres y La Política Pública de Igualdad de Oportunidades para las Mujeres (Ppiom) establecida por la Inamu en el año 2012.
Aún después de nueve años de la existencia de una política pública orientada a incrementar la participación de mujeres y la protección de sus derechos, vemos que la pandemia tuvo una grave afectación sobre el poco avance obtenido. En conmemoración del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, la ministra de Trabajo y Desarrollo Laboral, Doris Zapata Acevedo, indicó que “aún persisten barreras estructurales que impiden la participación plena de la mujer en actividades económicas, debido a obstáculos como la discriminación al momento de la contratación, en el acceso para ocupar altos cargos de mando y la desigualdad salarial”.
Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (INEC), el desempleo afectó mayormente a las mujeres (8,8%) en comparación con los hombres (5,8%). Lo anterior obedece a varios factores culturales y sociales:
1. Las mujeres en el hogar en su gran mayoría son las responsables de la educación (virtual) de sus hijos.
2. Las mujeres en el hogar se ocupan del cuidado de otros familiares que requieren ayuda, tales como adultos mayores, personas con discapacidad y personas con enfermedades mentales.
3. La mayoría de las plazas de trabajo altamente afectadas por la recesión económica son las de hospitalidad, saloneros, venta al por menor, donde una gran parte son ocupadas por mujeres.
4. Los trabajos con mayor riesgo de contagio durante la pandemia son ocupados en su mayoría por mujeres: enfermería, limpieza, trabajo social, y en Panamá inclusive la fuerza pública.
Todo lo anterior ha generado no solo una inequidad superior a la existente prepandemia, sino que también incrementó en mujeres el burnout o síndrome de desgaste profesional debido a que no solo deben cumplir con sus obligaciones laborales durante su jornada de trabajo, sino que deben hacer malabares para cumplir con sus obligaciones familiares simultáneamente.
Algunas propuestas que deben empezar a ser discutidas por su impacto sobre la igualdad y equidad serían las siguientes:
1. El periodo de licencia de maternidad, periodo de lactancia y fuero laboral deben ser revisados en nuestra legislación laboral a fin de garantizar que dichos derechos sean expeditos, y que estas pausas laborales no conlleven que la trabajadora se vea truncada en su crecimiento profesional, incluyendo salarios, ascensos y evaluaciones de desempeño.
2. Revisar todas las leyes laborales que creen algún tipo de protección o fuero y verificar su verdadero impacto. Muchas de estas normas en vez de salvaguardar el puesto de trabajo lo que hacen es crear una discriminación, porque desde el punto de vista de negocios se convierte en un riesgo contratar a personas que mantienen fueros ilimitados, difíciles de objetar y no sujetos a su desempeño ni productividad.
3. Establecer planes, sean estatales o de la empresa privada, dirigidos a cubrir la necesidad y costo de guarderías y de centros de atención integral a la primera infancia.
4. Proteger el derecho al subsidio de maternidad que otorga la CSS, que debió ser reconocido a trabajadoras embarazadas durante la pandemia.
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