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Guatemala: La Matías Delgado promueve Academias Experimentales

Están dirigidas a jóvenes estudiantes del sector público, entre séptimo y tercer año de bachillerato.

Guatemala/28 de marzo de 2016/Elsalvador.com

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Las ASEx (Academias Sabatinas Experimentales ASEx) son una iniciativa de innovación y experimentación de métodos, técnicas y recursos educativos para que estudiantes del sector público entre 7° y último año de bachillerato complementen su formación académica desarrollando competencias en el área de las comunicaciones y gestión empresarial que les permitan destacarse como protagonistas del desarrollo local en sus comunidades de origen.

Los estudiantes que egresan, conocen y dominan información y tecnología avanzada que potencian su capacidad analítica para insertarse con mayor ventaja en el medio académico.

Son capaces de crear sus propios emprendimientos y de aprovechar las oportunidades en el mercado laboral en diferentes sectores. Tienen la flexibilidad necesaria para adaptarse a un proceso de cambio a nivel local y nacional.

Los estudiantes logran sus competencias en un ambiente universitario que los obliga a estar en contacto con la realidad, estableciendo relaciones con sus pares y con profesionales destacados, adquiriendo conocimiento, identidad y arraigo con el país.

El proceso de formación estimula el sentido de orgullo de la nacionalidad salvadoreña, para forjar una juventud comprometida con valores para una convivencia pacífica y democrática, identificándose con el emprendimiento y la innovación para el desarrollo empresarial.

La UJMD ha diseñado un sistema de enseñanza-aprendizaje basado en 40 módulos de formación por competencias, con un promedio de duración de 40 horas cada uno. Son permanentemente evaluados y enriquecidos por profesionales identificados y comprometidos con la educación como medio para la transformación personal y nacional.

El pensum tiene cinco áreas de formación: tecnología, emprendimiento, comunicación, investigación y experimentación.

Impacto

El proyecto busca dar oportunidades a estudiantes del sector público a nivel nacional para desarrollarse con excelencia en un entorno inclusivo, equitativo, participativo e innovador. Mediante este proyecto la UJMD garantiza que su proyección social tiene un alcance e impacto a nivel nacional.

Los estudiantes que participan en la academia viven una experiencia educativa de estándares superiores a la media nacional que les motiva la búsqueda de oportunidades de estudios superiores, porque adquieren disciplina y prácticas que les permite responder fácilmente a las exigencias universitarias. Adicionalmente desarrollan competencias que les permite insertarse en el mercado laboral con mayores ventajas.

Los centros educativos de donde provienen los estudiantes se benefician con el liderazgo y la madurez que los estudiantes adquieren en las Academias, son proactivos, son propositivos, son innovadores y fomentan el  trabajo en equipo. Son capaces de transformar su entorno irradiando: entusiasmo, liderazgo, comunicación efectiva y emprendimiento.

Las comunidades, municipios y gobiernos locales aprovechan y apoyan el talento y las competencias de los estudiantes que están en las ASEx, dando oportunidades de participación en la elaboración de artículos para prensa, organización de  eventos, actos públicos, promoción de grupos juveniles y programas de recuperación ambiental entre otros.

Para la Universidad el desempeño de los estudiantes en las ASEx, ha motivado el compromiso de crear oportunidades de continuidad de estudios superiores para lo cual ha diseñado un sistema de becas que cubre matrícula, materiales y gastos personales. Además ha gestionado becas en otras instituciones de educación superior a nivel nacional e internacional.

Las ASEx reflejan la misión educativa de la UJMD de formar a través de la investigación, la docencia y la proyección social estudiantes con alta competencia, con espíritu de investigación e innovación, sólida moralidad, profunda sensibilidad humana y clara visión de futuro.

 Fuente: http://www.elsalvador.com/articulo/negocios/matias-delgado-promueve-academias-experimentales-105789
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La educación por «competencias» y el neoliberalismo

 La educación por “competencias” pretende presentarse como una pedagogía de “última generación” capaz de salvar al sistema capitalista de su crisis y a las nuevas generaciones del desempleo. Es el concepto mágico al que se apegan los ministerios de educación para justificar las reformas educativas ordenadas por el Banco Mundial, incluido no sólo el currículo académico, sino también las relaciones laborales con los docentes.

En Panamá, país donde los vuelos teóricos no alcanzan grandes alturas, la doctrina de las “competencias” ha sido resumida por el MEDUCA en su Decreto Ejecutivo 920, fuertemente denunciado por los gremios docentes.

Sin la menor pretensión de creernos expertos en pedagogía, pero forzados por las circunstancias de la lucha de clases que rodea nuestras aulas, nos hemos visto obligados a un repaso rápido del tema para tratar de comprender todo lo que está en juego detrás de las benditas “competencias”.

Empecemos por señalar que hay tres elementos implicados en este asunto: 1. La base epistemológica subyacente a la teoría de las competencias; 2. La propuesta pedagógica concreta; 3. El marco social, económico y político en que surge.

La epistemología de las competencias:

La epistemología o concepción teórica y metodológica subyacente a la pedagogía de las competencias suele ser falsamente presentada como un desarrollo del constructivismo pedagógico de Piaget, Vygotsky y Freinet. Nada que ver. En todo caso su origen epistemológico es completamente opuesto al constructivismo pedagógico.

Según Nico Hirtt, pedagogo belga dirigente del grupo Appel pour une Ecole Démocratique (APED), la pedagogía de las competencias nace del “constructivismo filosófico” (también llamado radical o epistemológico o “relativismo”) no del “constructivismo pedagógico”. Para el constructivismo filosófico, la realidad depende de la construcción mental del observador, la cual, a su vez, se basa en las experiencias personales. De manera que para esta perspectiva la ciencia no busca la “verdad”, ni el conocimiento “objetivo”, porque existen tantas verdades como observadores haya.

Hirtt nos alerta para no confundir “constructivismo pedagógico” (Piaget, Vigotsky) con “constructivismo epistemológico”.

Para Piaget y Vygotsky, la existencia del mundo real u objetivo no estaba cuestionada. La pedagogía debía llevar al estudiante hacia el conocimiento (como fin último de la educación) mediante una serie variada de técnicas en la que el educando es ente activo para que vaya “construyendo” ese conocimiento a partir de experiencias concretas y compresibles para él: “… los conceptos se adquieren más fácilmente y más eficazmente cuando durante el aprendizaje el educando pasa por un proceso de (re)construcción de conocimientos…, por su participación en un proceso hipotético-deductivo”, dice Hirtt.

Para el “constructivismo filosófico”, lo que está en construcción no es el conocimiento, sino  la propia realidad. Desde esta perspectiva la realidad es hasta cierto punto “inventada” (por las experiencias anteriores, las percepciones y los datos empíricos). Nunca se podrá llegar a conocer la realidad tal como es, o sea, nunca habrá conocimiento objetivo. Esta perspectiva se remonta a Kant y hasta el subjetivismo extremo. En ella han trabajado epistemólogos muy reputados en las universidades del siglo XXI: Watzlawick, Glaserfeld, Prigogine, Luhman, Morin y Maturana.

Porque no viene a cuento, no vamos a entrar aquí en el debate epistemológico, ni en la crítica correcta de las deformaciones del positivismo con toda su carga de pretendida “objetividad” al servicio de intereses concretos, sin caer en los extremos relativistas de esta corriente “constructivista”.

Para el debate pedagógico, que es el que nos interesa ahora, el problema del “constructivismo filosófico” es que desdeña el conocimiento (en el cual no cree) como objetivo último del proceso educativo, y cambia el acento hacia los procedimientos, las metodologías, las actitudes y aptitudes subjetivas del educando, como fin primordial de la educación.

De ahí deriva que se valore más la capacidad del docente de desarrollar “programas analíticos por competencias” que su real capacidad para transmitir conocimientos. De ahí que, como es el caso de Panamá, sea un requisito para ser docente pasar por los cursos de docencia superior (volcados al manejo de las TIC’s) que los postgrados de especialidad.

La propuesta pedagógica de las Competencias:

Aclarado lo anterior, es fácil comprender las diferencias abismales entre la pedagogía constructivista (Piaget, Vygostky) y la pedagogía fundamentada en la “educación por competencias”.

El objetivo central de la educación, para el constructivismo piagetiano, era el conocimiento, es decir, la comprensión del mundo (natural y social) mediante conceptos que el educando iba construyendo con una batería de técnicas propuestas por el docente que llevan al estudiante a resolver problemas. Aquí las técnicas pedagógicas son un medio para un fin: el conocimiento.

En la educación por competencias, el conocimiento como tal deja de ser el objetivo central del proceso educativo, y pasa a jugar un papel secundario, dándose prioridad a las técnicas, las cuales pasan de medios, para convertirse en el objetivo prioritario de la educación. Eso es lo que está detrás del famoso slogan de: “saber hacer”.

La educación por competencias se carga de un plumazo todo lo que en la educación procuraba la “comprensión” de la realidad, al calificarlo como “saberes muertos”, sin valor (ni de mercado, ni moral). De manera que es más importante, para las competencias, que el estudiante sea capaz de manipular un “data-show”, a que haya comprendido cabalmente los conceptos centrales de las ciencias naturales y sociales.

El corazón de las competencias, y el objeto de la evaluación, no son los saberes (conocimiento), sino las actitudes y el comportamiento del estudiante: responsabilidad, eficiencia, iniciativa, ejecución, trabajo en grupo, adaptación a circunstancias cambiantes, etc.

La pedagogía de las competencias lo resume en sus tres pilares: saber ser (comportamiento), saber hacer (habilidades) y saberes (conocimientos). Dividen las competencias en tres niveles según las capacidades que se entregan al educando: Básicas (efectividad personal), genéricas (mayor empleabilidad) y específicas (dominio funcional de un área).

En palabras de Nico Hirtt: “Entre los dos tipos de enfoque, la relación con el error se encuentra completamente al revés. En la pedagogía constructivista, lo más importante no es que el educando culmine la tarea, sino que haya aprovechado su trabajo (y sus errores eventuales) para progresar en el descubrimiento y dominio de conocimientos. En la enseñanza de competencias, el progreso en el dominio de conocimientos no es un objetivo en sí mismo. Sólo cuenta el resultado final. Adiós al derecho de error, pero por sobre todo, adiós a la utilización del error como palanca pedagógica”.

La principal víctima de las competencias es la búsqueda de “la verdad sobre el mundo” (conocimiento racional) y es lógico que así sea, puesto que la filosofía (epistemología) que les da origen (constructivismos filosófico) ha declarado a la realidad como un hecho “imaginado” (no objetivo) y relativo.

Eso explica que las reformas educativas en boga lleven a su aniquilación a los cursos cuyo objetivo es la reflexión y comprensión del mundo: filosofía, historia, sociología. Y los cursos enfocados al conocimiento concreto, tengan por objeto, no el conocimiento conceptual, sino las técnicas (saber hacer).

Por eso en Panamá, el MEDUCA se ha cargado cursos como el de “Historia de las Relaciones de Panamá con Estados Unidos” y en general ha comprimido la Historia en un pensum abigarrado a abordar en poco tiempo, más volcado a fechas y personajes, que a la comprensión de los procesos.

Por eso en las universidades, cursos como Sociología, Historia y Filosofía tienden a ceder espacios a favor de Inglés y las famosas TIC’s.

En mundo marcado por la crisis económica y social, la injusticia, la desigualdad, la discriminación, la corrupción generalizada, no es muy conveniente para las clases dominantes que los estudiantes reflexionen sobre la realidad, es mejor atiborrarlos de la falsa idea de que si hablan inglés y saben manejar una computadora se habrán salvado del desempleo y la miseria.

¿Quiénes están detrás de las competencias?

Es evidente que una pedagogía sustentada sobre las competencias (“saber hacer” y “saber ser”) y no sobre el conocimiento (“saberes”), se propone como centro del proceso educativo no la formación de un trabajador especializado o profesional en un área específica, sino de un asalariado dúctil (“capaz de adaptarse a todas las circunstancias”), un “utility”.

En este enfoque pedagógico de las competencias se profundiza el proceso que Carlos Marx llamaba la transformación del “trabajo concreto”  en “trabajo abstracto” que realiza el capitalismo. Es decir, para el sistema capitalista cada vez importa menos la capacidad de un trabajador de crear un producto a partir de su dominio de una técnica o de su habilidad personal. El sistema, promoviendo la simplificación de los procesos laborales y su división social impone tareas simples (mecánicas) que cualquiera puede realizar  (Taylorismo y Fordismo). De esta manera se abarata el costo de la mano de obra y se aumenta la plusvalía y la ganancia empresarial.

No es casualidad que la pedagogía de las competencias sea impulsada por organismos financieros como el Banco Mundial, junto a toda la batería de medidas neoliberales que han empobrecido a la clase trabajadora, incluida la desregulación laboral que ha llevado al empleo precario y a los bajos salarios. Después de todo, “competencias” es un concepto empresarial, derivado de “competitividad”, sinónimo de “productividad”, o mayor explotación de la fuerza de trabajo por el capital.

Helen Bertrand, dirigente docente francesa, establece la coincidencia en el tiempo, lugar y origen institucional de la pedagogía de las competencias con la imposición del modelo económico neoliberal en Europa y Francia. Un primer referente es el informe de Michel Drancourt (“Le fin du Travail”, 1984), que señala: “Debemos tomar iniciativas políticas… (consistentes) en degradar los reglamentos, los derechos adquiridos, los hábitos administrativos, los corporativismos en el sector público, las estructuras de enseñanza tradicionales típicas del estado de bienestar”.

Bertrand señala que en 1989, la Mesa Redonda de los industriales europeos (ERT) exigió “una reforma acelerada de los sistemas de enseñanza y de sus programas… (para que) la educación y la formación se consideren inversiones estratégicas vitales para el éxito de la empresa del futuro”.

En 1991, en Francia, la Ley Aubry, creó “el balance de las competencias” profesionales.  En 1995, el Informe Mine, publicó “El trabajo en veinte años”, donde se señala la necesidad de reformar el Código de Trabajo y la educación en Francia.

La Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE),  que reúne a las potencias capitalistas, publicó en 1995 “La flexibilidad del tiempo de trabajo” y en 2001 “¿Qué futuro para la escuela?”. Entre 2000 y 2006, la Unión Europea aprueba el marco de referencia para las “competencias-clave”, necesarias “para el aprendizaje a lo largo de la vida, para el desarrollo personal, la ciudadanía activa, la cohesión social y la empleabilidad”.

Helene Bertrand cita a todos estos organismos y comisiones europeas quienes confiesan que su objetivo es abaratar el costo de los procesos educativos para transferir al estudiante la responsabilidad por su propia formación (“cultura de la responsabilidad”):

De esta forma, a nombre de la “formación a lo largo de la vida”, el asalariado termina siendo responsable de su “empleabilidad”. Debe formarse permanentemente, incluso en su tiempo libre, para ser competitivo para la empresa. El patrón se deshace así de la obligación de financiar la formación profesional continua (…). Si el trabajador debe constituir su propio capital de competencias originales y flexibles, que reemplazan el escalafón de calificaciones reconocido a nivel nacional, los diplomas y programas, tal y como se les reconoce en la actualidad, no van a tener utilidad”, dice Bertrand.

Ojo, porque aquí la siguiente víctima de este modelo de competencias son los diplomas y títulos, los cuales ya no tendrán un peso concreto en el currículo del trabajador, sino que pasarán a ser una “competencia” más entre otras.

Eso explica que en los últimos años en Panamá hayamos conocido propuestas como el “examen de barra” cada 5 años para que los titulados como abogados tengan que validar reiteradamente su profesionalismo. Medidas parecidas se han planteado para el sector médico, donde el título obtenido luego de muchos años de estudio no daría seguridad profesional, sino un examen periódico de las “competencias”.

En esta corriente también entran medidas como las tomadas en el sistema de evaluación de concursos de la Universidad de Panamá, en que las ejecutorias profesionales dejan de tener valor cumplidos los cinco años, con lo que se obliga al profesional a tener que estar buscando títulos constantemente para no perder su status profesional (puntismo).

Incluso el reciente Decreto 920 del Ministerio de Educación que pone en entredicho la estabilidad del docente de la básica y la media al someterlo a más de 15 criterios de evaluación (competencias) que si no se cumplen pueden llevarle camino al desempleo.

Sin embargo, los programas por competencias no son algo nuevo en Panamá. Si algo bueno se puede decir de la actual ministra de Educación, Lucy Molinar, es que ella no es la única responsable de la implementación del esquema educativo neoliberal. Sus antecesores en el cargo ya habían avanzado por este camino. Los famosos “programas analíticos por competencias”, que se han convertido en el fetiche de la reforma curricular, ya son pan de cada día en la básica y la media y en todas las universidades privadas.

El balance de la aplicación de esas reformas pedagógicas constituye un mentís a la principal afirmación de las autoridades en el sentido de que estas reformas son la tabla de salvación del país y que nos conducirán por la senda del “desarrollo”. Las “competencias” sólo han servido para seguir abaratando la fuerza de trabajo y sometiendo a los docentes mayores dosis de “stress” y explotación.

Bibliografía

  1. Bertrand, Helen. La evaluación de las competencias: ¿Qué está en juego?. En: Competencias: un desastre pedagógico. Un debate sobre la política educativa en Europa. Cuadernos de Formación del PRT de Costa Rica. San José, s/f.
  2. Hirtt, Nico. L’approche par competences: une mystification pédagogique”. EN: Competencias: un desastre pedagógico. Un debate sobre la política educativa en Europa. Cuadernos de Formación del PRT de Costa Rica. San José, s/f.
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UNESCO Institute for Statistics (UIS): Measuring inclusive and equitable quality education and lifelong learning for all

 Education 2030

Measuring inclusive and equitable quality education and lifelong learning for all 

The Sustainable Development Goals (SDGs) will remain just that – a set of goals – without accurate data that countries can use to monitor progress and develop evidence-based policies. In response, the UNESCO Institute for Statistics (UIS) is leading the development and production of the frameworks and indicators needed to monitor SDG 4 to ensure equitable and inclusive quality education and lifelong learning for all by 2030.

To guide this work, the UIS is chairing the Technical Advisory Group (TAG) on post-2015 indicators, which includes technical experts from UNESCO, the EFA Global Monitoring Report, UNICEF, the World Bank and the OECD, as well as representatives of different Member States and civil society organizations. The TAG has released a new proposal presenting a framework for thematic monitoring of SDG 4 (including 43 indicators) based on extensive consultations with Member States, experts and the public. These indicators are included in the Education 2030 Framework for Action, which was adopted by Member States at UNESCO’s General Conference in November 2015. 

 

At the same time, the UIS is working with partners to develop the initiatives needed to produce a range of new indicators especially in priority areas, such as learning, equity and education finance.

– See more at: http://www.uis.unesco.org/Education/Pages/Education-2030.aspx#sthash.IVEtwgRp.dpuf

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Panamá: Histórica deuda con la población indígena

los  grupos  más  marginados  y vulnerables

Panamá/ 21 de marzo de 2016/La Prensa

Los pueblos aborígenes que existen en el país representan el 12.3% de la población total y son los  grupos  más  marginados  y vulnerables

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La condición de vida de los pueblos originarios de Panamá en temas como acceso a educación,  servicios básicos e ingresos es inferior a la de pueblos indígenas que viven en países vecinos como Colombia y Costa Rica.

La situación de vulnerabilidad y pobreza en la que viven estos pueblos  quedó en evidencia en el informe denominado Latinoamérica Indígena en el Siglo XXI, publicado el pasado mes de febrero por el Banco Mundial.

Se trata de un análisis profundo de las condiciones de vida de los más de 42 millones de aborígenes en Latinoamérica. Se detalla, por ejemplo, que cerca de uno de cada tres indígenas latinoamericanos vive en pobreza, pese a los avances logrados por los países de la región.

El documento indica que el 47% de los 417 mil 559 indígenas de Panamá vive en áreas pobres; mientras que en Colombia el 32% de un millón 378 mil indígenas está en esa condición. En Costa Rica el 16% de los 100 mil indígenas habita en áreas pobres.

El informe también se refiere al acceso que tienen los pueblos comarcales a la electricidad. El 76% de las personas indígenas del país que viven en áreas rurales no  cuenta con el servicio. En Colombia es el 52% y en Costa Rica, 51%.

El mejor indicador que tiene Panamá es el acceso al agua, pues del estudio se desprende que solo un 5% de este sector de la población no tiene el líquido.

UNA VERDAD VISIBLE

Williams Barrigón, consultor y asesor indígena del Congreso Emberá Wounaan, manifestó que la situación no resulta extraña, y es que de acuerdo con el mismo documento “los indígenas latinoamericanos se beneficiaron menos que el resto de pobladores de la bonanza económica que registró América Latina en la década pasada”.

A su juicio, a pesar de que Panamá ha desarrollado una de las economías más pujantes de la región en las últimas dos décadas es uno de los países con uno de los peores índices de distribución de la riqueza, lo que afecta, particularmente, a los pueblos originarios. “Hemos sido excluidos de esa riqueza”, apunta.

Los planteamientos de Barrigón son respaldados por el Atlas de Desarrollo Humano Local: Panamá 2015, elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.

En ese compendio se precisó que, en promedio, la inversión por habitante en Panamá es de 486 dólares, sin embargo, en las comarcas Emberá Wounaan, Ngäbe Buglé y Guna Yala esta cifra se encuentra por debajo de los 200 dólares.

Por otro lado, Barrigón hizo  referencia al sistema de educación público, que desde su punto de vista es “paupérrimo”.

“En  el proceso de enseñanza las infraestructuras son más que deficientes y ni se hable de la calidad de enseñanza, en la que ni siquiera se aplica la interculturalidad de los pueblos indígenas”, expresó.

Sobre este aspecto, en el informe de Latinoamérica Indígena se detalla que solo el 62% de la población indígena en áreas urbanas completa el nivel primario, un 18% el secundario y solo un 3% culmina el nivel universitario.

Esta situación los obliga a tener menor acceso a empleos altamente calificados y a tener ingresos hasta cuatro veces inferiores a los que genera la población no aborigen.

Por su parte, Ricardo Miranda, miembro del Congreso General Ngäbe Buglé, indicó que todos los informes que se han hecho respecto al modo de vida de la población indígena “son reiterativos en evidenciar la posición de vulnerabilidad, pobreza y desigualdad de la cual hemos sido víctimas”.

En su opinión, es poco lo que los diferentes gobiernos, desde que se inició la vida democrática, han hecho en favor del desarrollo integral de los territorios comarcales.

En el aspecto de salud, manifestó que con los años se ha agravado e incrementado la cantidad de personas de esa población con enfermedades de transmisión sexual, sin que nadie atienda la situación.

Además, recordó que en las áreas aborígenes las muertes maternas son hasta cinco veces más que en las zonas no comarcales.

“Lamentablemente, todas las atenciones que se dan en nuestros pueblos están por debajo del estándar de atención en comparación con otras áreas del país”, señaló Miranda.

Agregó que los logros que se han obtenido por parte de los indígenas han sido producto de medidas de presión como cierres de vías, protestas y otras acciones populares y no por políticas de Estado integrales que eleven la calidad y condición de vida de la población indígena del país.

Tanto Barrigón como Miranda coincidieron en que los planes y programas que se impulsen desde  los estamentos del Gobierno para la población indígena no pueden ser aislados, sin objetivos y a corto plazo, sino todo lo contrario: deben ser integrales, consensuados y con visión de futuro.

 LO QUE SE DEBE HACER

Para María de los Ángeles Vásquez, del centro regional de la Universidad de Panamá en la provincia de Darién y quien lleva 20 años trabajando en zonas comarcales, la situación antes descrita responde a que “no ha habido una real integración de estas comarcas”.

“Nos hemos preocupado más por las características particulares del indígena que en educarlos de  mejor manera”, señaló Vásquez.

Añadió que la cultura de los indígenas no puede convertirse en una excusa o barrera para llegar hasta ellos. “Tenemos que hacer todo el esfuerzo del mundo, no importa cuánto cueste, en crear programas de educación bilingüe para que ellos tengan mejores posibilidades de acceso tanto a la secundaria como a la universidad”, indicó.

Por su parte, Jorge Familiar, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, señaló que si se quieren lograr los objetivos de “reducir la pobreza e impulsar la prosperidad compartida”, la región  debe “luchar contra la discriminación y exclusión para que todos los latinoamericanos cuenten con las mismas oportunidades de tener una vida mejor”.

Es por ello que desde ese organismo internacional se exige a los gobiernos que profundicen la implementación práctica de marcos jurídicos progresistas que protejan los derechos de los pueblos indígenas.

Además de que se redoblen los esfuerzos para eliminar las barreras geográficas, lingüísticas y sociales que impiden que los pueblos indígenas participen en la toma de decisiones.

Y finalmente, se asegura que “la educación podría ser la clave para alcanzar el desarrollo con identidad, pero es necesario mejorar la calidad del sistema educativo”.

PROGRAMA DE GOBIERNO

Sobre el tema, el presidente de la República, Juan Carlos Varela, señaló la semana pasada que el Gobierno está comprometido con el desarrollo integral de los pueblos originarios en consulta con sus comunidades, respetando sus autoridades tradicionales, así como su patrimonio histórico, cultural y ambiental.

De hecho, se comprometió a revisar en abril próximo el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, relacionado con los derechos de los pueblos indígenas y tribales.

Por otro lado, el plan de Gobierno de Varela contempla una inversión superior a los 325 millones de dólares distribuidos en una variedad de 187 proyectos ya consensuados con las distintas comunidades.

Al respecto, Diana Candanedo, jefa de Planificación de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt), manifestó que desde esa institución se trabaja en elaborar una hoja de ruta, con el objetivo de generar estrategias que impulsen el desarrollo de comunidades campesinas e indígenas a través de los procesos de investigación  y desarrollo tecnológico.

Lo que se  busca, precisó,  es generar conocimiento e innovaciones que permitan  mejoras en los sectores vulnerables del país, principalmente en áreas como seguridad alimentaria, saneamiento, uso adecuado de los recursos hídricos, entre otras

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Puerto Rico.Educación con perspectiva de género no es educación sexual

Puerto Rico/ 13 marzo 2016/  Fuente: EL NUEVO DÍA

En las escuelas públicas del país son dos temas distintos. La educación con perspectiva de género examina los constructos sociales que se han levantado en cuanto a cómo deben comportarse hombres y mujeres. Con frecuencia, la educación con perspectiva de género se confunde con educación sexual. Sin embargo, se trata de dos temas que, aunque relacionados, enfocan conceptos diferentes. En las escuelas públicas de Puerto Rico, además, llegan a los estudiantes de maneras muy distintas.

El Departamento de Educación estableció el 25 de febrero de 2015 la “Política pública sobre la equidad de género y su integración al currículo del Departamento de Educación de Puerto Rico como instrumento para promover la dignidad del ser humano y la igualdad de todos y todas ante la ley”.

Definió, entonces la perspectiva de género según lo hizo anteriormente el Instituto Interamericano de Derechos Humanos como el “enfoque teórico de análisis que facilita repensar las construcciones sociales y culturales de la distribución del poder entre mujeres y hombres y que afectan de manera directa las formas de relacionarse de las personas en todos los ámbitos”.

La educación con perspectiva de género no es educación sexual.

La educación sexual se concentra en los conceptos sobre cómo crecemos los seres humanos en términos anatómicos y cómo manifestamos nuestras relaciones sexuales. Mientras la educación con perspectiva de género examina los constructos sociales que se han levantado en cuanto a cómo deben comportarse hombres y mujeres, la educación sexual explora el aspecto fisiológico y el comportamiento sexual de las personas.

La educación con perspectiva de género reconoce las diferencias socioculturales de la inequidad, que suelen privilegiar lo masculino y subordinar lo femenino, una relación que afecta a todas las personas. Admite, además, que la inequidad de género y el discrimen producen violencia, principalmente contra las niñas y las mujeres.

La educación sexual o educación sobre sexualidad, de otro lado, contempla el desarrollo físico de las personas, la descripción y función de sus órganos sexuales, el sistema reproductivo, la reproducción, las prácticas sexuales saludables, la prevención de las enfermedades de transmisión sexual, las relaciones amorosas saludables, entre otros temas. Puede considerar las influencias de factores biológicos, psicológicos, sociales, económicos, políticos, culturales, legales, históricos, religiosos y espirituales, según lo establece la Organización Mundial de la Salud. Además, la educación sexual, cuando se imparte con una perspectiva de género, también explora los conceptos relacionados con la orientación sexual.

La educación sexual en el Departamento de Educación de Puerto Rico se imparte solo como parte de la clase de Ciencias de Salud, que usualmente toman los estudiantes en el nivel secundario durante un solo semestre. Esta mirada fugaz a la sexualidad ha sido criticada por pedagogos y salubristas que insistentemente han reclamado una enseñanza más comprensiva y abarcadora de un tema que es esencial para el desarrollo humano.

En cambio, mediante la Carta Circular Número 19 del año escolar 2014-2015, el secretario de Educación, Rafael Román, ordenó la incorporación de la perspectiva de género de manera transversal en los currículos escolares, las prácticas educativas y las actividades extracurriculares.

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Diversos profesionales redactaron guías y materiales para la equidad de género específicas para cada materia con actividades diseñadas por nivel escolar. Estas guías están disponibles para la evaluación del personal escolar, madres, padres y estudiantes en el portal de la agencia. Desde mi perspectiva es un tema que incluso se puede trabajar desde la educación inicial, considerando que en ocasiones el profesor tiende a estigmatizar y dividir los juguetes que pueden utilizar los niños y los que no pueden manipular, de igual manera ocurre con las niñas, es interesante pensar la posibilidad de recursos que pudieran sugerir relaciones de igualdad y equidad entre los géneros desde cuentos, historias, juego de roles, dramatizaciones, entre otras, invitando a descubrir que todos tenemos las mismas oportunidades, perneando todo precepto que pudiera resultar discriminante.

Como ejemplo, en una clase de Estudios Sociales, los alumnos de cuarto grado leerán el cuento Revolución en Lares y reconocerán que tanto hombres como mujeres asumieron papeles protagónicos y de trascendencia en el Grito de Lares. O en la clase de Álgebra, utilizarán la media y la desviación estándar de un conjunto de puntos anotados por jugadoras de la Women’s National Basketball Association para ajustarla a una distribución normal y estimar porcentajes de la población.

“Es importante que el estudiantado vea que el baloncesto es una actividad humana que disfrutan y practican hombres y mujeres”, lee el propósito de la actividad denominada “Apúntenselo, ¡cómo anotan!”.

En mi opinión no se deben dividir labores ni tareas, ni proponer actividades diferenciadas, preeminente es promover y conversar acerca de los nuevos roles, donde se reparten las responsabilidades familiares, promover el cambio de costumbres e ideas estereotipadas, insistir en la formación de docentes en matera de género, también debe trascender la formación a padres y madres, a través de campañas de difusión. Finalmente la disparidad entre los géneros es un gran defecto que requiere de atención, reflexión y constante revisión desde el ámbito educativo, en pro de construir sociedades más justas y equitativas.

Fuente de la Noticia:

http://www.elnuevodia.com/noticias/locales/nota/educacionconperspectivadegeneronoeseducacionsexual-2173434/

Referencias http://www.catedradh.unesco.unam.mx/webmujeres/biblioteca/Genero/LA%20PERSPECTIVA%20DE%20GeNERO.pdf

http://www.unicef.org/lac/informe_gap_1parte(7).pdf

Imagen 1 http://rec-end.gfrcdn.net/images/tn/811/0/3827/2623/900/789/2016/03/12/20140220_prhoy_escuelamontesori_amr_39722518.jpg

Imagen 2 https://imgs.universogay.com/200×200-transformando-21437-2014-10-6-142120.jpg

Socializado por:

Dulmar Pérez. Candidata al Doctorado Pedagogía, Magister en Docencia Universitaria, Especialista en Docencia para la Educación Inicial. Ha publicado artículos internacionales y nacionales PEII-A Investigadora adscrita al CIM. Coordinadora CNIE en Barinas.

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Honduras: Trompadas y patadas en las escuelas

videos fueron captados en dos colegios de segunda enseñanza.

Honduras/23 de marzo de 2016/La Tribuna

bullying

En menos de una semana, dos videos fueron captados en dos colegios de segunda enseñanza. En el primero se observa cuando dos alumnas se agarran del pelo, se dan sopapos y patadas, mientras sus compañeros, lejos de detener la pelea, las instigan para que sigan lastimándose. El video, por supuesto se hizo viral en las redes sociales. El pleito entre estudiantes no es algo del otro mundo. Lo insólito es que los mismos compañeros de colegio las inciten a que sigan golpeándose. Se observa cuando otros estudiantes encaramados en un muro, lejos de inmutarse, más bien hacen barra, divirtiéndose con la golpiza, gritándoles “pegale, dale duro”. Unos días después varios estudiantes, en otro centro de estudios de secundaria, protagonizaron una batalla campal. Allí se puede observar el molote grabado por varios compañeros con sus teléfonos celulares. En el incidente participaron 12 mujeres estudiantes, mientras sus compañeros vitoreaban cada acción de violencia que realizaban las jovencitas. Estas se dieron de puños, patadas, empellones y tirones de pelo, vestidas con el uniforme del instituto. También aquí se escucha a uno de los jóvenes cuando anima a una de las alumnas a continuar la pelea: “Dale, dale; eso gorda; dale p…”, le dice mientras las graba y se ríe.

No hace mucho se produjo un caso sonado de bullying que acabó en hecho trágico. Estas actitudes nocivas, del acoso de los más pendencieros y fornidos contra sus compañeros más débiles, es un fenómeno que ha cobrado carta de ciudadanía en muchísimas escuelas públicas y privadas del país. La mala conducta alentada por falta de orientación adecuada en el hogar, proyectada bien por abulia, desidia, de los maestros y autoridades en los centros educativos, gravemente afectan la población estudiantil. El abuso se torna mucho más violento cuando muchos estudiantes van a sus clases drogados o ingeridos de bebidas alcohólicas. El comportamiento del acosador dominante peligrosamente colinda con un comportamiento delincuencial. El “bullying” no se circunscribe solo a intimidación entre compañeros estudiantes ya que también sucede con docentes hacia los alumnos. En muchísimas escuelas, con la orientación de maestros y autoridades, se están ventilando por las redes sociales campañas del no “bullying” escolar. Pero esta práctica repugnante también se ha dado en niños y niñas de corta edad, incluso en los grados de primaria. Más indignante aún cuando los padres de los muchachos acosadores son notificados de la repudiable acción de sus hijos, en vez de intervenir para llamarles la atención, orientarlos y evitar que continúe el hostigamiento, se ponen en una actitud de ofendidos a negar la denuncia y a proteger a su vástago.

 La Secretaría de Educación, desde el año pasado, ha puesto a disposición varios números telefónicos para recibir todo tipo de denuncias de irregularidades que se presenten en los centros educativos. Fue creada una campaña de denuncias contra el Cyberbullying, bajo el lema “No se convierte en monstruo por las redes sociales”, con el acompañamiento de varias empresas privadas. Sin embargo el problema continúa, y hasta que no haya sanciones ejemplares para los perpetradores y se deduzcan responsabilidades legales, esos pleitos instigados por los mismos compañeros, el acoso escolar y la apática actitud de personas con autoridad para frenar la violencia, va a continuar.

fuente: http://www.latribuna.hn/2016/03/24/trompadas-patadas-las-escuelas/

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Honduras: Unah invertirá L20 millones en educación a distancia

Honduras/ 28 de Marzo 2016 / 11:18 PM / Jorge Monzón /La Prensa

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Con el objetivo de exponer el modelo educativo de los Centros de Recursos de Aprendizaje a Distancia (Craed) y los retos a superar, se llevó a cabo en El Progreso, Yoro, el primer foro interregional de este sistema que impulsa la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (Unah).

Las autoridades de los Craed en todo el país se dieron cita en un salón de la alcaldía de la Perla del Ulúa para definir rutas sostenibles para el crecimiento de este sistema educativo que cada vez tiene mayor demanda.

Los tutores de los Craed manifestaron sus experiencias al participar en este modelo al tiempo que recordaron el desarrollo histórico de los mismos, expresó Carlos Ochoa, director del sistema de Educación a Distancia de la Unah. “Sabemos que se tienen mucho desafíos en este sistema. Estos tienen que ver con recursos e infraestructura. Necesitamos libros, material audiovisual y mayor formación docente pues no todos manejan la modalidad a distancia”, dijo.

Ochoa informó que la Unah invertirá este año 20 millones de lempiras en el área tecnológica en los ocho Craed del país. Sin embargo, admitió que debido a una matrícula de más de nueve mil estudiantes y, que continúa creciendo, la Unah debe ampliar la infraestructura de este sistema lo más pronto posible. Para suplir la demanda se necesita invertir en infraestructura aproximadamente unos 80 millones de lempiras en una primera etapa para los cuatro Craed que tienen mayor demanda y necesidad.

Este sistema de la Unah tiene sedes en El Progreso, Siguatepeque, Tocoa, La Entrada, El Paraíso, Juticalpa, Choluteca y Tegucigalpa.

Carreras. En los Craed se imparten las carreras semipresenciales de Administración de Empresas Agropecuarias y Pedagogía. “Tenemos un convenio general con la Universidad Nacional de Educación a Distancia de Costa Rica para desarrollar una maestría en Psicopedagogía y las carreras técnicas en Bibliotecología y Estadísticas de Ciencias de la Salud.

La apertura de nuevas carreras tiene un proceso que dura años debido a que hay que hacer estudios”, agregó.

El Craed de El Progreso tiene unos 1,300 estudiantes y se pretende construir más aulas a través de la donación del terreno por parte de la Municipalidad.

Experiencia. Moisés Pavón, estudiante del Craed de El Progreso, trabaja en su propio negocio y expresó que le resulta vital la existencia de este sistema. “Lo que he aprendido me ha ayudado para poder administrar mi negocio. Los alumnos egresados del colegio y que deben trabajar, tienen la opción”, expresó.

fuente: http://www.laprensa.hn/inicio/942137-417/unah-invertir%C3%A1-l20-millones-en-educaci%C3%B3n-a-distancia

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