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Represión y censura

Por: Leonardo Díaz 

Dos noticias aparentemente inconexas coincidieron el pasado 4 de mayo. La primera: Profesores de Derecho se pronuncian sobre restricciones a la libertad y uso de la fuerza durante emergencia, se refiere a la postura de unos abogados docentes sobre los abusos de las fuerzas policiales cuando hacen cumplir las órdenes oficiales del confinamiento. La segunda, La ONU urge a proteger la libertad de prensa durante la pandemia  informa sobre las declaraciones del secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, António Guterres, sobre los peligros de las restricciones a la libertad de prensa en el contexto de la pandemia del COVID-19.

Ambas informaciones son dos caras de un mismo problema: los límites del estado de excepción dentro de una sociedad democrática.

La actitud autoritaria valida el daño a la dignidad de las personas bajo la excusa de la protección ciudadana. Los dos mecanismos emblemáticos de los Estados autoritarios para llevar a cabo dicha “protección” son la represión y la censura. Mediante la primera, se emplea el daño fisico y psicológico contra el cuerpo humano para disuadir a la ciudadanía de emplear los espacios físicos como escenario para movilizaciones que debiliten el control político. Mediante la segunda, se cierran los medios de acceso a los significados que los ciudadanos necesitan para interpretar sus experiencias sociales, en otras palabras, se lleva a cabo un silenciamiento hermenéutico.

Lo que caracteriza a los Estados autoritarios es la normativización de prácticas que, en el seno de una sociedad democrática, se ejecutan dentro de ciertos límites, en circunstancias excepcionales (peligro de salud pública, posibilidad de disolución política), durante un período muy limitado de tiempo y siempre como producto de un debate parlamentario previo que les otorgan legitimidad.

Recalco el hecho de que dichas prácticas se hacen dentro de unos límites, es decir, a pesar de las circunstancias excepcionales, el Estado de una sociedad democrática debe intentar ejercer las acciones especiales dentro de unos límites establecidos por el respeto al marco constitucional, a los derechos humanos y a la naturaleza dialogante de una sociedad abierta.

Por tanto, no es aceptable que, bajo la excusa de la pandemia del COVID-19, un Estado permita el uso desproporcional de la fuerza física contra la ciudadanía, el abuso de poder, o infrinja castigos no contemplados en la ley para las infracciones ciudadanas.

Como inaceptable resulta, también, el intento de ocultar información y distorsionarla, o entorpecer el trabajo de quienes tienen la función de proporcionarla. La información fidedigna y el acceso abierto a la lectura de los significados sociales constituyen los recursos más eficientes con que cuenta una sociedad democrática para resolver las situaciones problemáticas.

Fuente:  https://acento.com.do/2020/opinion/8814259-represion-y-censura/

Imagen: https://pixabay.com/photos/censorship-limitations-610101/

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En Haití la opción es entre morir de hambre hoy o por Covid-19 mañana

Centro América/ Haití/ 12.05.2020/ Fuente: www.panorama.com.ve.

El fuerte crecimiento de los precios que acompaña la epidemia agravará aún más la recesión económica que vive el país.

El nuevo coronavirus causó pánico en las autoridades de Haití y las organizaciones de derechos humanos en razón de la extrema debilidad del sistema de salud, pero las consecuencias económicas de la pandemia podrían ser aún más devastadoras que las sanitarias entre la población mayoritariamente pobre.

Con ocho muertes, según el último balance oficial divulgado el jueves 30-A, la Covid-19 está recién en sus comienzos en Haití, donde el confinamiento y el distanciamiento social constituyen un lujo inaccesible para gran parte de los habitantes, que viven de la economía informal.

Los comerciantes callejeros de Petionville, una comuna ubicada en las alturas de Puerto Príncipe, la capital, protagonizaron manifestaciones contra el vano intento de la alcaldía de limitar su actividad a tres días por semana.

Las compras nerviosas que siguieron al anuncio, el 19 de marzo, de los primeros casos de Covid-19 en el país, luego decayeron, y hoy los clientes son muy mesurados en sus compras, más aún teniendo en cuenta que sus ingresos se han desplomado.  

Los cereales constituyen dos tercios de los aportes energéticos diarios de los haitianos más pobres. Sin embargo, el precio del arroz aumentó más del doble en algunos mercados del interior del país en relación al año pasado.

La coordinación nacional de seguridad alimentaria destaca que la inflación se ha acelerado desde marzo.

El fuerte crecimiento de los precios que acompaña la epidemia agravará aún más la recesión económica que vive el país desde el último otoño boreal.

«Con la crisis que se avecina, es esperable que el crecimiento caiga 4% como consecuencia del colapso del sector agrícola, cuya demanda se reduciría considerablemente», reconoció el primer ministro Joseph Jouthe durante una cumbre sobre las finanzas del país que este año se realizó de manera virtual.

– Peligro de hambruna –  

La agricultura pesa apenas 21% en el PBI, pero concentra la mitad de los empleos, subraya el economista Etzer Emile.

Los campesinos haitianos, poseedores de explotaciones extremadamente pequeñas, han visto sus ingresos reducirse enormemente, lo que ha agravado sus dificultades para preparar la próxima cosecha, amenazada además en algunas regiones por la sequía.

Mucho antes que la pandemia de Covid-19 paralizara la economía mundial, Naciones Unidas había calculado que 40% de los haitianos tendrían necesidad de una ayuda humanitaria de urgencia en el presente año.

Esas proyecciones, realizadas en octubre de 2019, establecían que a partir de marzo de 2020 alrededor de tres millones de habitantes del país estarían en situación de insuficiencia alimentaria severa, el escalón previo a la hambruna en la clasificación empleada por la ONU.

Sólo las remesas enviadas por los haitianos que viven en el extranjero, que totalizan más de 3.000 millones de dólares al año en promedio, han evitado que el conjunto de la población caiga en la pobreza extrema.

Hasta ahora, esa suma representaba un tercio del PIB.

«Los haitianos dependen de las transferencias de dinero para la alimentación, la educación e incluso los funerales», señala el economista Kesner Pharel.

Instalada en su mayoría en Estados Unidos, la diáspora haitiana ha sido golpeada de lleno por el desempleo masivo que afecta a la primera potencia mundial.

El Ministerio de Economía y Finanzas de Haití prevé que en los próximos meses esa ayuda financiera se reduzca en una cuarta parte.

«Se suele decir que cuando la economía estadounidense se resfría la haitiana sufre una pulmonía. Los millones de empleos perdidos en Estados Unidos van a provocar una agravación de la extrema pobreza aquí, sin dudas», dijo Pharel.

Fuente de la noticia: https://www.panorama.com.ve/mundo/En-Haiti-la-opcion-es-entre-morir-de-hambre-hoy-o-por-Covid-19-manana-20200502-0045.html

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Costa Rica: Hacia una educación emancipadora

Hacia una educación emancipadora

Paulo Blikstein redaccion@larepublica.net | Lunes 11 mayo, 2020

Estamos viviendo un tiempo muy interesante para la educación, y por interesante quiero decir trágico. Es trágico porque cientos de millones de niños  no tienen acceso a sus escuelas o maestros y podrían no tenerlo por varios meses. Para muchos de esos niños, estar fuera de la escuela puede tener terribles consecuencias para su aprendizaje, salud y bienestar. Por supuesto, las escuelas para familias acomodadas están ofreciendo actividades de aprendizaje en casa por lo que el impacto para esos niños no será tan malo. Pero lo que realmente me preocupa son los niños que no pueden obtener una buena experiencia educativa desde su casa. Esta pandemia nos muestra una realidad que hemos tratado de ignorar durante mucho tiempo. Y la realidad es que, a pesar de la idea de que Internet está democratizando el conocimiento y la información, eso en realidad no es cierto. La información no es conocimiento. Ver no es aprender. Explicar no es enseñar. Tal vez habíamos pensado que era cuestión de accionar un interruptor e ir al aprendizaje en línea, pero nos dimos cuenta que la educación es mucho más que tener acceso a la información y vídeos. Estamos dando cuenta de que el aprendizaje va más allá de simplemente asistir a clase y responder a preguntas; se trata de ser parte de una comunidad, mediada por profesionales altamente capacitados, donde muchas cosas suceden mucho más allá de la simple transmisión de la información. Los educadores progresistas han estado diciendo esto durante aproximadamente un siglo. Desde John Dewey hasta Jean Piaget; desde Seymour Papert , Cynthia Solomon y Edith Ackermann hasta Paulo Freire. Este último  diría que la educación debe ser una experiencia de emancipación, por encima de todo. Y lo que quiere decir con emancipación es ir de donde estás a donde podrías estar; yendo de la conciencia de lo real, el aquí y ahora, a la conciencia de lo posible. En otras palabras , aceptando el mundo tal como es, tomando conciencia de que puede hacerlo mejor, que puede hacer su vida mejor, y que puede hacer mejor la vida de otros . Seymour Papert , Cynthia Solomon, y Edith Ackermann insistieron en que es un proceso de construcción que ocurre mucho más eficientemente cuando se trata de construcción de artefactos externos, la depuración de ellos, y se pueden compartir con otras personas. Pero todas esas teorías, no importa cuán poderosas sean, tienen un gran problema. Dependen de maestros en contacto cercano con los estudiantes lo que hace de la docencia un trabajo muy sofisticado. Ser maestro es probablemente uno de los cinco trabajos más complejos del mundo; y ser un maestro constructivista es mucho más difícil.

Pero cuando le digo esto a nuevas empresas de tecnología y a los gobiernos, normalmente la respuesta que recibo es que es no escalable, no hay manera de hacer esto económicamente viable.  Entonces, me imagino si hiciéramos la misma pregunta sobre la cirugía cardíaca .

¿ Es la cirugía cardíaca económicamente viable ? Le decimos a nuestros pacientes que Costa Rica decidió no hacer cirugía de corazón, porque es no escalable? La mayoría de las cosas importantes comienzan siendo completamente no escalables.

Volviendo a la pandemia y la educación, lo que ha estado sucediendo en educación es que solemos querer todos los beneficios sin costo. Queremos programación, robótica, aprendizaje socio-emocional,  habilidades del siglo 21 – sin costo significativo -sin decisiones difíciles, sin cambiar la lógica de nuestros sistemas educativos. Es como querer una cirugía cardíaca al costo de una aspirina.

Por lo tanto, espero que estemos aceptando un hecho simple: la educación, como la atención médica, y la democracia, es difícil y costosa. Ninguna aplicación o sistema basado en la nube lo mejorará . No lo mejoraremos reemplazando a docentes con tecnología. Lo que lo mejorará es un esfuerzo coordinado y bien diseñado que durará décadas.  Y debemos hacerlo pronto. Los jóvenes no pueden esperar veinte años . El espíritu de nuestro tiempo es el espíritu de la urgencia de la transformación, no la transformación que llevará 30 años, que esperará a que los niños se gradúen, vayan a la universidad, obtengan un doctorado y luego comiencen a hacer algo.

Los jóvenes son conscientes de que no tendrán futuro si no comienzan ahora.

Paulo Blikstein

Fuente de la Información: https://www.larepublica.net/noticia/hacia-una-educacion-emancipadora

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República Dominicana: Niños y niñas del CAID con atención a distancia a través de Telegram

América Central/República Dominicana/10-05-2020/Autor(a) y Fuente: acento.com.do

El Centro de Atención Integral para la Discapacidad (CAID), recinto Santo Domingo Oeste, inició un canal de comunicación vía Telegram entre los terapeutas y los usuarios activos, a través del cual se facilita información y recomendaciones de gran utilidad a las familias.

A raíz de la suspensión de los servicios de manera presencial, por el período de emergencia y el toque de queda en el país, dispuestos por el presidente Danilo Medina para frenar el ritmo de contagio del coronavirus (COVID-19), el centro ha desarrollado una modalidad a distancia para llegar a sus beneficiarios.

El director del CAID Santo Domingo Oeste, doctor Moisés Taveras, señaló que esta modalidad da respuesta a la necesidad de las familias y al compromiso institucional de continuar brindando servicio de calidad, con el mismo amor de siempre, como dice la primera dama Cándida Montilla de Medina y de acuerdo a lo que permita la realidad que actualmente vive el país.

“Para el CAID el bienestar de nuestros usuarios ha sido siempre nuestra prioridad, por esta razón durante la situación actual por el coronavirus hemos buscado alternativas para continuar brindando acompañamiento a nuestros niños y sus familias”, indicó el doctor Taveras.

Agregó que en adición a la información general compartida, en horarios establecidos, las familias pueden interactuar con los profesionales de los diferentes servicios del centro para un acompañamiento más directo.

El CAID, principal iniciativa de la primera dama de la República, Cándida Montilla de Medina, ha democratizado el acceso de los niños y niñas de cero a doce años de edad, con Síndrome de Down, Trastorno del Espectro Autista (TEA) y parálisis cerebral, a atenciones especializadas.

 

Fuente e Imagen: https://acento.com.do/2020/salud/8815348-ninos-y-ninas-del-caid-con-atencion-a-distancia-a-traves-de-telegram/

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OVE entrevista a Peter Mclaren “la educación es una forma de política”

Luz Palomino y Luis Bonilla-Molina entrevistan en exclusiva para Otras Voces en educación

 

Habíamos leído a Peter McLaren, pero fue hasta comienzos del siglo XXI cuando tuvimos la oportunidad de escucharlo “en vivo” y conversar con él. A donde iba (y va) Peter McLaren era (y es) una especie de espectáculo, con mucha gente alrededor suyo, queriendo sacarse fotos con él y que le firme sus libros.

Peter McLaren es autor de más de 50 libros, traducidos cada a varios idiomas, es Profesor Distinguido en Estudios Críticos, Co-Director The Paulo Freire Democratic Project y deInternational Ambassador for Global Ethics and Social Justice

Es un “rock star” de la pedagogía crítica; en la intimidad una bella persona, un ser humano excepcional y un gran amigo. Es un hombre de tatuajes, con un cierto estilo tejano y contundente pensamiento revolucionario. Su casa es un santuario donde hay trozos de su recorrido por el mundo

Desde el 2004 comenzamos a tener una estrecha relación pedagógica y personal con Peter. Lo llevamos varias veces a Venezuela, a compartir con colectivos pedagógicos, en el Centro Internacional Miranda (CIM) y la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV).

En el 2005 se lo presentamos al comandante Hugo Chávez en un evento en el Palacio de Miraflores donde participaban intelectuales de distintos lugares del mundo.  Luego nos acompañaría en la conformación de la línea de investigación de pedagogías críticas del CIM.

Años después impulsamos una cátedra del pensamiento de Peter McLaren en la UBV, la cual en su momento se aprobó. Luego, el común amigo y compañero de sueños Sergio Quiroz fundó el Instituto McLaren de Pedagogías Críticas, centro de formación e investigación que se ha convertido en un centro de referencia del pensamiento crítico continental.

Antes de la muerte de Sergio Quiroz, teníamos la oportunidad de compartir clases cada dos años en el Instituto ubicado en La Ensenada, Baja California Sur, México. Estoy seguro que seguiremos coincidiendo allí para reivindicar el legado de Sergio.

Peter es considerado uno de los exponentes mas renombrados de las pedagogías críticas en el mundo, por ello nos pareció importante compartir esta entrevista con les lectores de OVE.

 

 

Peter, cuéntanos un poco tu historia personal, como llegaste a las pedagogías críticas?

Primero quiero agradecer a mi hermano Luis Bonilla-Molina y la compañera Luz Palomino por esta oportunidad de comunicarme con los lectores y colaboradores del portal Otras Voces en educación.

Nací después de la Segunda Guerra Mundial, cuando mi padre regresó de luchar contra los nazis en Europa; crecí en mi Canadá natal en la década de 1950. En nuestra familia éramos de clase trabajadora, y mis antepasados ​​vinieron de Escocia e Irlanda. Parece que mi tatarabuelo paterno perteneció a la comunidad de viajeros irlandeses, muchas veces conocidos como gitanos irlandeses.

Mis antepasados ​​se establecieron en Ontario, Canadá y eran granjeros o trabajadores itinerantes. Mi padre formaba parte de la clase trabajadora hasta que los televisores se pusieron de moda y se unió a una empresa holandesa de electrónica que vendía televisores. Entonces pudimos comprar una casa modesta. Fui la primera persona de mi familia en ir a la universidad.

Durante la década de 1960 fui parte del movimiento de la contracultura, y como «hippie» hice varios viajes al sur de la frontera, a San Francisco y Los Ángeles, para explorar los movimientos de protesta estudiantil. Mientras estuve allí, aprendí sobre los movimientos de derechos civiles y el movimiento del poder negro. Comencé a leer sobre Martin Luther King, Malcolm X, las Panteras Negras; tuve la oportunidad de escuchar a los manifestantes que estaban en contra de la invasión norteamericana a Vietnam.

Vivía en habitaciones con otros hippies y veía como el FBI allanaba casas y se llevaba a prisión a jóvenes que se negaban a unirse al ejército y luchar en Vietnam. También conocí al poeta Allen Ginsberg y al Dr. Timothy Leary, el famoso sumo sacerdote del LSD, considerado el hombre más peligroso de Estados Unidos y quien luego sería enviado a prisión.

Llegué a Estados Unidos varios meses después de que Martin Luther King fuera asesinado, y regresé a Canadá poco después de que Bobby Kennedy cayera asesinado. Estaba triste y abatido, sentía que Norteamérica iba a arder en llamas.

Al no estar conectado a ningún grupo radical de izquierda, decidí inscribirme en la universidad. Estaba muy interesado en la literatura y estudié inglés actual e inglés antiguo. Después de graduarme con una licenciatura, fui al Toronto Teachers College durante un año y enseñé en la escuela primaria durante 5 años. Hice una maestría por la noche mientras trabajaba como maestro, y me inscribí en la Universidad de Toronto para hacer un doctorado.

Al mismo tiempo, un diario que escribí sobre mis experiencias docentes se publicó en 1979 y se convirtió en un best-seller canadiense. Cuando escribí mi diario definitivamente estaba en la izquierda políticamente hablando, pero no contaba con las palabras, los conceptos, las teorías que me ayudaran a profundizar mi conciencia política y forjar un compromiso con el socialismo.

Todavía estaba cautivo por la ideología burguesa, y en ese momento estaba aprendiendo mucho de lo que posteriormente jugaría un papel importante en mi pensamiento. Fue entonces cuando descubrí el trabajo de Paulo Freire, y ello fue por casualidad. Una vez que leí a Freire, descubrí a otros maestros norteamericanos que estaban motivados de manera similar por el trabajo de Freire.

Eso me llevó a despertar un interés especial en Trotsky y otros revolucionarios marxistas. Recuerdo que tomé clases con Michel Foucault, quien en ese entonces enseñaba en Toronto. Era un excelente maestro, pero yo estaba más interesado en la tradición marxista. También había auditado una clase con Ernesto Laclau cuando enseñaba en la Universidad de York.

Comencé a leer vorazmente obras de marxismo y estudios culturales, principalmente de la Escuela de Frankfurt y sus exponentes. También estaba interesado en la teología de la liberación latinoamericana.

Crecí desdeñando a los académicos liberales. La política liberal es una política de personas ricas que quieren parecer que se preocupan por la humanidad, sin hacer ningún sacrificio personal para hacer del mundo un lugar mejor. Los liberales unas veces están diez grados a la izquierda del centro, principalmente durante los buenos tiempos y luego, diez grados a la derecha del centro cuando los tiempos económicos se tornan difíciles y los afectan personalmente.

Mi trabajo en pedagogía crítica se profundizó considerablemente después de recibir invitaciones de varios países para unirme a diversas discusiones políticas y comprender el impacto que el capitalismo de austeridad neoliberal que se estaba imponiendo fuera de los Estados Unidos.

Entonces, al reunirme con camaradas en Brasil, Argentina, Croacia, Serbia, Polonia, Grecia, Israel, Palestina, Pakistán, India, China, Venezuela, México, Costa Rica, Taiwán, Colombia, Tailandia, Japón, Hungría, Perú, Alemania, Austria, Malasia, Hong Kong, Cuba, Turquía, el Reino Unido, Suecia y Finlandia y México, ello realmente me abrió los ojos a una perspectiva internacional sobre las políticas educativas.

Cuando uno vive en los Estados Unidos y es de izquierdas se suele tener pocas posibilidades de desarrollo político, pero tuve la suerte y oportunidad de hacer amigos y colegas fuera de los estrechos recintos de los Estados Unidos. Estas oportunidades me ayudaron a profundizar mi reflexión personal y teórica sobre el trabajo de Paulo Freire, el humanismo marxista y la teología de la liberación y me proporcionaron un contexto más amplio, con matices, para explorar el impacto que han tenido Paulo Freire y otros en la educación y su relevancia para las pedagogías críticas a nivel mundial.

 

Precisamente, esa sensibilidad por los asuntos sociales y pedagógicos, nos permite preguntarte ¿Cuáles consideras que son los elementos más significativos de la crisis educativa mundial actual??

El mayor desafío educativo que tenemos hoy es la eliminación de la pobreza (que solo puede ocurrir adecuadamente bajo el socialismo), el fin de la injusticia económica y la eliminación del sistema del capitalismo racial.  Esto se relaciona con otro desafío: construir una sociedad socialista en la que se compartan la tierra, la riqueza y el poder político, y se respete la dignidad de todas las personas.

En los Estados Unidos existe una gran preocupación por los problemas culturales que rodean la identidad y la justicia racial, étnica y de género. Sí, esto es importante, estoy de acuerdo. Pero el principal problema que veo es la desigualdad económica que el capitalismo no puede resolver, especialmente asociadas al «casino global» en el que vivimos.

Millones de seres humanos han sido devastados por la austeridad neoliberal, el empobrecimiento, el empleo precario y han sido declarados excedentes de trabajo. El uno por ciento más rico de la humanidad controla más de la mitad de la riqueza del mundo, mientras que el 80 por ciento de la población tiene que conformarse con solo el 4.5 por ciento de las riquezas.

La clase capitalista transnacional está llevando a cabo un programa de neoliberalismo que consiste en una reforma fiscal regresiva, una desregulación y privatización generalizadas, subsidios ampliados al capital, ruptura de sindicatos y recortes masivos al gasto social.

La actual crisis mundial es de sobreacumulación, donde la absorción rentable de los excedentes resulta imposible por la falta de mercados por la precariedad de los posibles consumidores. El costo de esta crisis de sobreacumulación se está transfiriendo a las clases trabajadoras y populares. La crisis actual es de sobreproducción / bajo consumo, donde es extremadamente difícil para el sistema capitalista descargar los excedentes de manera rentable.

Recuerdo muy bien, a partir de mis experiencias de vida, las recientes crisis sufridas por el capitalismo desde mediados de la década de 1990: la crisis del peso mexicano de 1995, el colapso financiero asiático de 1997-98, la recesión de 2001 y el estallido de la burbuja financiera en 2007- 8.

Estas crisis fueron lo suficientemente malas para los pobres, pero como señala mi compañero William Robinson, luego de los ataques terroristas del 11 de septiembre, Estados Unidos comenzó a militarizar la economía global, desde un énfasis en la informática y la tecnología de la información hasta lo que hoy se llama el «complejo militar y la seguridad petrolera».

Todo es ahora «negociable» y, por lo tanto, una fuente de especulación y acumulación, lo que lleva a la consolidación del capital financiero transnacional depredador, donde los operadores financieros ganan dinero haciendo nada más que especular, a partir de atrapar el dinero en las fluctuaciones del mercado.

La financiación de las escuelas públicas ahora es vulnerable al saqueo y al robo. La privatización de la educación es desenfrenada, ya que los fondos públicos se están desplazando para subsidiar escuelas privadas, y los ejecutivos de empresas están siendo contratados por juntas escolares y universidades para instituir un «modelo de negocios» en la educación, centrado en la obtención de ganancias y las reformas impulsadas por el mercado.

Las escuelas en los EE. UU se están convirtiendo en excluyentes, ya que las oportunidades para los estudiantes de minorías y de clase trabajadora son cada vez más escasas. Existe una disparidad evidente entre las escuelas que atienden a estudiantes negros y latinos/a versus las que acogen estudiantes blancos. Los patrones arraigados de viviendas segregadas, la pobreza creciente y la falta de recursos públicos para la educación han destruido las oportunidades para muchos estudiantes de clase trabajadora que se ven obligados a trabajar en empleos mal remunerados en el sector de servicios, sin seguro médico u otros beneficios.

La educación bilingüe, en su mayor parte, ha desaparecido a medida que los inmigrantes se ven obligados a ir a aulas donde el único idioma de enseñanza es el inglés.

El costo de la educación universitaria hace prohibitivo que muchos estudiantes de los barrios obtengan una educación universitaria.

El sistema educativo, a través de «organizaciones de gestión educativa» está reproduciendo las jerarquías y estratificación de clases existentes en la economía capitalista, generando «esclavos asalariados» para asegurar que el sector corporativo tenga un número suficiente de trabajadores. Para ello se profundiza el modelo educativo que divide el trabajo manual e intelectual.

Los salarios de los docentes no coinciden con el aumento en el costo de vida, y los sindicatos de docentes están bajo asalto constante. La calidad de la escolaridad en los distritos ricos supera con creces el de las escuelas en los distritos de clase trabajadora.

La segregación racial sigue siendo indiscutible, ya que la educación es ahora un escenario de exclusión de clase y racial. Básicamente es un sistema de dos niveles, diseñado para crear graduados universitarios y generar una fuerza laboral no calificada de bajos salarios, ello ocurre incluso ahora que los trabajadores están siendo despedidos como resultado de la pandemia actual.

Las políticas de disciplina en las escuelas tienen un mayor impacto en los estudiantes latinos y afroamericanos. Existe una disparidad racial en las sanciones por varios delitos, especialmente punitivas con los estudiantes afroamericanos y latinos /a quienes son suspendidos o sancionados de manera desproporcionada por los oficiales escolares.

Las tasas de graduación son significativamente más bajas para los estudiantes afroamericanos y latinos. Las pruebas estandarizadas de alto riesgo y las reformas educativas basadas en estándares alineados con las necesidades de capital y la creación de una fuerza laboral productiva que tengan las habilidades y actitudes específicas solicitadas por la comunidad empresarial. Se están cerrando las oportunidades para que los estudiantes pobres y minoritarios tengan éxito en escuela y puedan ingresar a la universidad. Estos estudiantes se convierten en parte de la reproducción intergeneracional de la desigualdad de clase: los pobres se empobrecen y los ricos se enriquecen.

Los trabajadores tienen derecho a acceder al conocimiento científico, técnico, filosófico, económico e histórico. Pero están excluidos de muchas instituciones de educación superior.

Los presupuestos de educación deben basarse en las necesidades de los estudiantes, no en los dictados de corporaciones u organismos financieros internacionales.

La educación sigue al servicio de las grandes corporaciones e instituciones financieras internacionales, es decir, de la clase capitalista transnacional. Las diferencias de clases, ahora además racializadas, afectan las posibilidades de una nutrición sana de los estudiantes y ellos son privados del acceso a los recursos económicos y el capital cultural necesarios para tener éxito en las instituciones burguesas.

La desigualdad de clases racializadas es la mano invisible que pretende conducir e impulsar nuestras actividades como maestros, intentando limitar nuestro trabajo a la reproducción del «consenso o ideología legitimadora», mediante sistemas escolares administrados por la clase dominante, asegurando que las ideas hegemónicas sean las de la clase dominante. A ello nos resistimos desde las pedagogías críticas.

Al obligar a los estudiantes a aceptar la ideología dominante, la escolarización en la sociedad capitalista naturaliza y reproduce sin crítica las relaciones sociales de producción. Mientras que los educadores críticos luchan por la ciudadanía crítica, las escuelas públicas se han creado para forjar la ciudadanía del consumidor, que acepta el trabajo enajenado bajo el capitalismo como un hecho y promueve el cumplimiento de las demandas del capital.

Otro desafío importante es el cambio climático y salvar al planeta del desastre ecocida (que incluye pandemias). El Partido Republicano en los Estados Unidos está lleno de negadores del cambio climático, y ellos deben ser desafiados.

Y otro problema importante es la amenaza de una guerra nuclear. El principal violador de la legalidad internacional y el principal perpetrador de la ilegalización internacional son los Estados Unidos, nación que en este momento está siendo liderada por un loco, Donald Trump.

Solo como un ejemplo, señalo el hecho que se necesitarían 69 paredes del tamaño del monumento de Vietnam para enumerar a todos los vietnamitas que fueron asesinados en la invasión estadounidense de Vietnam.

Gran parte de la barbarie del siglo XX es tanto una consecuencia de la modernidad, como un producto de relaciones sociales capitalistas específicas. Debemos reconocer la difícil situación de los pueblos indígenas que durante los últimos 500 años han estado librando alguna forma de lucha anticolonial: se resisten a la amputación cultural, la eliminación y el genocidio. Crear socialismo es la única posibilidad que tenemos para abordar todos estos serios desafíos a la actual crisis educativa mundial.

 

Peter, ¿consideras que la formación de profesores se corresponde a los actuales retos que enfrentan los y las docentes? ¿Cuáles deberían ser las reelaboraciones en materia de formación inicial y continua de les educadores en la actualidad?

¿De qué sirve la formación docente si su ideología está desenfocada? Los estudiantes están siendo influenciados por la movilización de extrema derecha y neofascista en internet. Al mismo tiempo, los jóvenes están descubriendo plataformas de internet que promueven una crítica del capitalismo global.

No estamos entrenando maestros para luchar contra un mundo de escasez de alimentos, escasez de agua, destrucción ambiental y cambio climático, posible guerra nuclear y la seguridad de que enfrentarán más crisis dentro del sistema capitalista a medida que pase el tiempo. Estamos enseñando a los estudiantes a adaptarse a la sociedad tal como es, en lugar de cambiarla de la manera radical necesaria para sobrevivir y sobrevivir con dignidad.

No quiero que los estudiantes se adapten a un sistema roto. Y no quiero que arreglen un sistema roto porque si está roto, puede que no esté en el camino correcto. Quiero que los estudiantes puedan comprender qué cambios sistémicos deben hacerse y luchar por esos cambios; en resumen, quiero que transformen el sistema de una sobreacumulación capitalista al socialismo.

Lo que necesitamos es construir ciudadanos socialistas, como el Che Guevara a menudo nos lo recordaba. Pero, no nos convertimos de repente en socialistas, sino solamente instituyendo los cambios necesarios en las relaciones sociales de producción. Esto debe ir acompañado de una educación social. Y esto significa que necesitamos formación docente para un futuro socialista. Para mí, la mejor manera de lograr esto es a través de la pedagogía crítica revolucionaria.

Los desafíos que traen el neoliberalismo, el populismo autoritario y el resurgimiento del fascismo, así como las tensiones políticas entre los grupos de poder plantean oportunidades formidables para las pedagogías críticas, para el desarrollo continuo de la visión de la pedagogía crítica de un futuro socialista.

Y aunque no hay garantías de que prevalezca la pedagogía crítica, la lucha por un futuro socialista debe continuar si se quiere lograr el progreso hacia un futuro socialista sostenible.

La realidad objetiva solo tiene sentido para cada uno de nosotros cuando intentamos examinarla. De lo contrario, podemos ignorarla o seleccionar ciertos aspectos que se ajusten a nuestros deseos subjetivos.

La realidad objetiva con demasiada frecuencia se reduce al telón de fondo que contrasta contra nuestros propios conceptos, privados y autoseleccionables. Si bien el mundo más grande de pobreza, dolor y sufrimiento aparentemente a menudo es «irrelevante» para nosotros, esto no significa que no nos influya esa realidad más grande.

Una de las diferencias que impulsa las pedagogías críticas radica en la medida en crear las condiciones de posibilidad para conocer de manera reflexiva el mundo fuera de la burbuja subjetiva que llenamos con amigos, familiares y actividades selectas.

El objetivo manifiesto de la pedagogía crítica es crear una transformación social y personal radical, a partir de la comprensión de las diversas formas de opresión que se entrecruzan entre lo pedagógico y lo político, lo que subraya la verdad de que toda educación es una forma de política.

Pero los educadores críticos no somos un grupo monolítico. Los educadores críticos revolucionarios somos socialistas o nos inclinamos mucho hacia el socialismo. Esta perspectiva no es compartida por todos los educadores críticos, muchos de los cuales se describirían a sí mismos como liberales o de izquierda liberal.

Muchos educadores críticos de inclinación progresista buscan crear reformas dentro de la sociedad capitalista corporativa existente, sin cuestionar los presupuestos económicos básicos sobre los cuales se construyó ese orden social.

A veces, esta exclusión de la visión política se basa en preocupaciones pragmáticas (es decir, no podemos permitirnos esperar a que ocurra la revolución antes de hacer las reformas necesarias), y en otras ocasiones es por razones más pragmáticas, ya que la pedagogía crítica no radical puede ser aceptada por una amplia red política, compuesta por varias representaciones de centro izquierda y liberal de izquierda.

Muchos, si no la mayoría de los educadores críticos, probablemente apoyarían los siguientes temas progresivos asociados con una democracia liberal: la educación es un proceso sociopolítico diseñado para crear pensadores críticos que estarán motivados para usar sus habilidades críticas para crear una sociedad equitativa y diversa; la educación debe estar centrada en el alumno y algunas de las teorías de aprendizaje más importantes incluyen enfoques deweyeanos, freireanos y vygotskyianos que enfatizan la interacción social y la cognición, el diálogo, el razonamiento dialéctico, la experiencia del alumno, la comunicación, la colaboración y la construcción de la comunidad; la educación no puede ser políticamente neutral y debe ponerse del lado de los oprimidos para construir una sociedad socialmente justa que enfatice los derechos humanos y económicos. En su mayor parte, estos temas son importantes y, en cierta medida, desempeñan un papel importante en la formación del profesorado. Pero esto es insuficiente, ya que pueden practicarse hasta cierto punto dentro del ámbito de las sociedades capitalistas, es decir, sin cambiar el sistema.

La formación de profesores(as) debe centrarse en crear un universo social fuera de los imperativos de los intereses capitalistas, fuera del status quo. Y eso significa crear un sistema educativo que pueda trabajar hacia este objetivo. Estamos lejos de lograr esto. El propósito debe ser ir mas allá de la reforma al cambio sistémico.

 

¿Qué ha significado la crisis del COVID-19 para el magisterio mundial? ¿Considera que el COVID-19 y las medidas que se adoptaron en materia educativa afectan al derecho a la educación?

La pandemia ciertamente me ha hecho consciente de cuán interconectados estamos como sociedad humana. Todos somos vulnerables y, por supuesto, algunos de nosotros somos más vulnerables que otros.

La pandemia ha iluminado los diversos grados de vulnerabilidad social. No existe la igualdad cuando hablamos de vulnerabilidad. Dependemos unos de otros, pero ¿cómo han tratado algunos países a seres humanos de manera tan injusta y, a la vez, con una brutalidad inimaginable?

Grandes abismos de desigualdad han sido expuestos de nuevas maneras como resultado de esta pandemia. Y a los Estados Unidos no les está yendo bien con, al momento de darles esta entrevista, más de 60,000 muertes han ocurrido por el COVID-19, más muertes que las que sufrió Estados Unidos durante la invasión de Vietnam.

Hay un viejo dicho: cuando Estados Unidos estornuda, México contrae neumonía. Bueno, eso es literalmente cierto ahora. Lo que EE. UU. exhala, México lo inspira. Pero también ha hecho que EE. UU. sea más vulnerable y ha aumentado su deseo de construir más muros, detener la inmigración y mantener a los refugiados políticos fuera de sus fronteras. Compartimos el aire con otros y, sin embargo, algunos países tienen una mejor calidad del aire. Sin embargo, el nuevo coronavirus puede sobrevivir tanto en aire limpio como en aire contaminado.

El manejo capitalista de esta pandemia también ha exacerbado el racismo contra los asiáticos. Mi esposa es china y hemos sido puestos en cuarentena por lo que no hemos tenido que experimentar eso, pero nuestros amigos sí.

Debido al estado de salud previo de varias personas, estas corren más riesgo de perder la vida por el patógeno que otras. Los grupos más vulnerables en los EE. UU. son pueblos indígenas, afroamericanos y latinos que han sido privados de atención médica adecuada durante toda su vida.

Todos los que luchan por una atención médica adecuada están en mayor riesgo: personas pobres, migrantes, personas encarceladas, personas con discapacidades, personas trans y queer y personas con enfermedades y afecciones médicas duraderas como problemas cardíacos o pulmonares.

La atención médica para estas personas no es accesible ni asequible. ¿Y qué hay de las poblaciones carcelarias con un número desproporcionado de reclusos negros y latinos? ¿Y qué hay de las infraestructuras de salud pública de otros países, países más pobres?

Los que habitan en esos países son los que tienen más probabilidades de ser amontonados en morgues o camiones que esperan ser enterrados.

Todo esto nos muestra al capitalismo salvaje y las diferencias económicas existentes, dentro y entre las poblaciones globales, y como parte de las brechas de ingresos y riqueza que existen.

Muchos de los que sobrevivirán a COVID-19 se encontrarán desempleados después de recuperarse. Entonces, si bien ahora están luchando por sus vidas mañana lo harán por categorizados como prescindibles una vez que sobrevivan, si es que sobreviven.

Se ha puesto en marcha un modelo educativo de contingencia. Los estudiantes asisten a clases que parecen estar muy alejadas de los problemas del día a día y, sienten que están perdiendo el tiempo aprendiendo sobre temas que no los ayudarán a ellos, sus familias o sus comunidades a sobrevivir.  Ahora estos estudiantes tienen mayores posibilidades de reconocer las mentiras y los engaños provenientes de la Casa Blanca de Trump, ya que los cadáveres se acumulan en morgues improvisadas. Están cuestionando los comentarios poco éticos de Trump y su compromiso con la vida humana sobre su propio ego patológico y narcisista.

Estas realidades fueron estudiadas y están impregnadas en los trabajos de pensadores como Marx y Freire. Necesitamos reiniciar nuestras economías, sí, pero debemos hacerlo con la atención médica universal. Y debemos hacerlo con un compromiso con las normas internacionales de distribución de atención médica que exigen que los más necesitados sean los primeros en recibir las vacunas.  La pregunta sería ¿Cómo creamos estándares internacionales que sean vinculantes?

Algunos políticos dicen que la pandemia matará a las personas mayores que agotan los recursos de la sociedad y la pandemia reducirá las cargas sobre el sistema de atención médica y liberará viviendas para las personas más jóvenes. Estos comentarios se hicieron aún más escalofriantes, ya que son formulados de una manera desapasionada, pragmática y profesional. Se hacen eco de Aktion T4, el programa para la eutanasia involuntaria en la Alemania nazi, un proyecto de asesinato en masa que cobró la vida de aproximadamente 300,000 personas entre 1939 y 1945. El programa se basó en la teoría de la eugenesia, la higiene racial y las preocupaciones presupuestarias. Ciertas personas fueron seleccionadas como «Indignos de la vida» o «seres inútiles» y fueron asesinados por inyección letal, gas u otros medios. Que tengamos políticos en los estados Unidos que consideran condenar tan fácilmente a seres humanos como «seres inútiles» a una muerte “inevitable” por la pandemia debería servir como una advertencia de que lo impensable podría volver a ocurrir, y esta vez en un país que se jacta de su preocupación por los derechos humanos.

Los estudiantes están pagando ahora por clases en línea y muchos no podrán terminar de pagar sus clases universitarias como resultado del efecto que la pandemia está teniendo en los empleos y la economía. Y, sin embargo, todavía están cargados con enormes deudas.

La crisis de COVID-19 ha hecho que muchos se den cuenta de cómo las sociedades capitalistas neoliberales no están preparadas de manera grotesca para manejar una crisis de esta magnitud y que todo el sistema es corrupto.

La actual crisis del Coronavirus ha revelado a muchos estudiantes que el sistema por el cual están siendo preparados para ser parte de él, necesita ser reemplazado por un sistema que valore la cooperación y la sostenibilidad, la democracia económica.

Marx nos ha enseñado que el capitalismo es un sistema que produce y reproduce la desigualdad: pobreza en un polo, riqueza en el otro. Este es un buen momento para concentrarse en estudiar esta realidad y las posibilidades de revertir tal situación. Las personas se han vuelto más conscientes de las desigualdades que se manifiestan en la vida cotidiana de los estudiantes fuera de la escuela.

Estamos escuchando en las noticias o experimentamos déficits alimentarios de primera mano, acceso inadecuado a la salud y la salud mental, la brecha de aprendizaje digital, problemas con la estabilidad de la vivienda y acceso a tecnología educativa e internet, niños pertenecientes a familias sin hogar, niños de trabajadores migrantes y niños refugiados que Estados Unidos mantiene en jaulas lejos de sus familias, todo ello solo por nombrar algunos problemas.

Algunos de mis estudiantes están interesados ​​en la idea de reorganizar la sociedad a lo largo de las líneas de cooperativas de trabajadores que buscan construir lugares de trabajo alternativos que puedan pasar de las organizaciones de empleadores/empleados a aquellas en las que los empleados también son empleadores.

Están surgiendo ideas de una democracia de abajo hacia arriba en lugar de una democracia de arriba hacia abajo. Esto es progreso, pero esto no eliminará una sociedad de mercado impulsada por las ganancias. Necesitamos ir más allá de esto e imaginar cómo sería la sociedad sin un aumento de ganancias. Sin ese enfoque, es posible que no sobrevivamos en el futuro. La lección que creo que debe aprenderse es que debemos aprovechar la oportunidad de reconstruir la sociedad sobre la base de los principios socialistas.

 

 

A partir de su experiencia docente y social ¿cuales serían algunas de las propuestas alternativas en la actual coyuntura del magisterio americano?

La pedagogía crítica revolucionaria sigue siendo una alternativa viable en la escolarización de los Estados Unidos, pero ha tenido dificultades para incursionar en el sistema escolar público.

En respuesta a los de la extrema derecha (antiglobalistas, supremacistas blancos, etno-nacionalistas) que temen a la pedagogía crítica como una forma de adoctrinamiento socialista de la juventud estadounidense, quiero subrayar que la pedagogía crítica es una forma de invitación a pensar, no de adoctrinamiento.

Lo que les decimos a los demás es esto: no estamos aquí para ayudarlo. Pero si ves que tu libertad y liberación están unidas y enredadas con las mías, entonces construyamos proyectos juntos. Los educadores críticos no imponemos nuestros puntos de vista e ideologías a los estudiantes, sino que creamos espacios de respeto y comprensión mutuos en los que debatir y debatir cuestiones políticas que siguen siendo controvertidas en el ámbito público más amplio. Tratamos de contribuir a que participemos en definiciones y acciones para que la sociedad avance en dirección de la libertad.

Guiados por la colaboración y no por la competencia, debemos entablar estos debates más allá del conocimiento teórico abstracto, con la intencionalidad de transformar los elementos opresores de nuestra realidad política para crear acciones y alternativas significativas para nuestro universo social, dando nueva vida a nuestra realidad comunitaria a través de una orientación práctica-acción, o praxis reflexiva profunda. Una profunda praxis reflexiva conlleva necesariamente a concretar la solidaridad y la unidad.

El año pasado, en 2019, tuvimos numerosas huelgas de docentes en distritos que tuvieron una gran participación sindical. Estas huelgas incluyeron una paralización de actividades por siete días por parte de la United Teachers Los Angeles y una huelga de tres días por parte de maestros de Denver, fundamentalmente originadas por la reforma salarial.

Los maestros de Virginia Occidental hicieron huelga durante dos días contra la privatización de las escuelas, los maestros y maestros de Oakland en ocho escuelas chárter accionaron contra la privatización y los maestros y empleados escolares de Chicago realizaron una huelga exitosa para poner una enfermera y una bibliotecaria en cada escuela y apoyar a los estudiantes sin hogar.

Los maestros en Little Rock Arkansas realizaron una huelga de un día contra la resegregación racial de las escuelas y en un esfuerzo por proteger su membresía y reconocimiento sindical. Los maestros en Dedham, Massachusetts se declararon en huelga y ganaron exitosamente un aumento en los salarios de los maestros y la implementación de protocolos contra el acoso sexual. En Indiana, Carolina del Sur, Carolina del Norte, Virginia y otros lugares se llevaron a cabo días de acción «Red for Ed» en los capitols estatales que pedían más inversión gubernamental en educación.

Los educadores críticos revolucionarios estamos fuertemente inclinados a valorar la perspectiva del socialismo en los asuntos del control popular de los recursos y la producción, para la distribución equitativa de los recursos, para el multiculturalismo, los derechos de los homosexuales y los derechos de las mujeres. Consideramos que la sociedad debe garantizar los derechos básicos con respecto a la alimentación, la vivienda, la atención médica y los ingresos. Estos derechos básicos deben incorporarse a la constitución.

La educación debe ser gratuita y todas las deudas de los estudiantes deben cancelarse. La contaminación por combustibles fósiles debería terminar y deberían adoptarse sistemas de energía sostenibles. El túnel excluyente de las escuelas de pobres que conducen de la escuela a la prisión debe terminar y, junto con ella, el sistema industrial de la prisión que se beneficia financieramente del encarcelamiento masivo.

La reforma migratoria debe comenzar con la abolición de ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas) y los campos de internamiento que el gobierno de los Estados Unidos ha establecido para separar a los niños refugiados de sus familias. La amnistía y un camino viable para la ciudadanía deberían estar disponibles para los inmigrantes indocumentados, muchos de los cuales están actualmente encerrados en estos campos de prisioneros administrados por el gobierno como ejemplos de «humanidad excedente».

¡Estos son problemas sociales que pueden abordarse temáticamente en nuestro sistema educativo hoy! Los educadores críticos ponemos un fuerte énfasis en desafiar la política exterior de EE. UU. y la forma en que dicha política es impulsada por los intereses de los bancos y corporaciones transnacionales.

La pedagogía revolucionaria crítica resuena como una alarma sobre los usos que se le están dando al aprendizaje automático y la inteligencia artificial, a saber, el sistema de guerra electrónica actual y las capacidades militares de nueva generación que están desarrollando los militares estadounidenses.

Los educadores críticos tienen razón en preocuparse de que los avances en la detección acústica y electromagnética de infrarrojos, electroópticos y de radar estén llevando el desarrollo de la inteligencia artificial a las manos hambrientas del estado de vigilancia.

Los educadores críticos apoyamos la soberanía de los grupos indígenas, luchamos por la protección de los derechos reproductivos de las mujeres y por poner fin a la división del trabajo por género. También estamos comprometidos en reconstruir el movimiento laboral y aumentar la afiliación sindical.

¿Por qué los estudiantes deben encontrarse con esta cruda realidad una vez que se gradúen? Estas cuestiones deben abordarse como parte de un plan de estudios socialista. La pedagogía crítica es una filosofía de praxis cuyos profesionales captan el proceso de enseñanza y aprendizaje como un medio para promover la agenda política y moral alternativa dentro del contexto de las poderosas fuerzas económicas y sociopolíticas que existen en la sociedad en general.

Al hacerlo, los educadores críticos hemos desenmascarado las relaciones de producción, economía moral existentes y las premisas epistemológicas que han ayudado a dar forma a los discursos, prácticas y valores educativos dominantes. Hemos logrado esta tarea al desarrollar y apropiarnos críticamente de varios lenguajes o sistemas de inteligibilidad (es decir, la escuela de teoría crítica de Frankfurt, la crítica marxista de la economía política, la teoría feminista, la teoría de la actividad histórico-cultural, la teoría crítica de la raza) que iluminan las explicaciones sobre la vida social y muestran cómo se fabrica la opresión a través de sistemas de mediación (es decir, lenguaje, cultura, discurso, organización institucional, formaciones sociopolíticas, fuerzas y relaciones de producción) y cómo la gente común puede alcanzar un nivel extraordinario de conciencia crítica de su entorno.

Al final se trata de aprender a tomar medidas para transformar su entorno para que sus necesidades físicas, existenciales e intelectuales estén más satisfechas. La pedagogía crítica proporciona diferentes marcos explicativos para explicar las distorsiones ideológicas que a menudo acompañan el conocimiento oficial que se enseña en los planes de estudio federales, estatales o locales. Pero lo más importante, como filosofía de la praxis, es que ayuda a los maestros a descubrir e interpretar lo que ocurre en la vida cotidiana, especialmente en sus dimensiones políticas. Pongamos estas ideas al frente y al centro de nuestros sistemas escolares.

Los educadores críticos somos pequeños en Estados Unidos, pero a medida que el socialismo logra más legitimidad con las continuas crisis del capitalismo, se pueden abrir puertas y lograr victorias. Aquí invocaría el espíritu y la praxis de los zapatistas «preguntando caminamos», o «caminando, hacemos preguntas», el camino del guerrillero / pedagogo. Esto es diferente de «predicando caminamos». Buscamos crear una forma de organización horizontal en lugar de una forma de organización vertical.

Como un ingeniero amigo de Eduardo Galeano le dijo: lo «único que se hace desde arriba son los pozos» (lo único que puedes hacer de arriba a abajo son los agujeros»).

No podemos ser doctrinarios en nuestro enfoque, despreciando a otros que tienen opiniones diferentes. Como socialistas revolucionarios, no iniciamos nuestra lucha continuamos una senda construida colectivamente. Podemos crear las condiciones de posibilidad para un futuro socialista. ¡El desafío depende de nosotros!

 

 

 

 

 

 

 

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Panamá: Docentes, estudiantes y familias hablan sobre la educación no presencial

Redacción: The Conversation

Ante la pandemia en la que nos encontramos a escala global, desde la sociología de la educación hemos coordinado un estudio exploratorio que se acaba de publicar y que presta especial atención a la voz de los agentes educativos y sociales.

Se trata de saber cómo están percibiendo y experimentando, principalmente los estudiantes y las familias, un fenómeno inédito que genera tantas inquietudes como interrogantes: algo que empezó siendo excepcional y sobre lo que ahora se dice que dará paso a una “nueva normalidad”, sin saber muy bien a qué apunta este término.

Lo que sí es cierto es que esta pandemia marcará un antes y un después en el ámbito de la educación y abre escenarios de incertidumbre creciente.

El trabajo de campo para esta primera radiografía se ha llevado a cabo mediante una veintena de entrevistas. Así, hemos hecho un recorrido desde el primer ciclo de Educación Infantil (0-3 años) hasta la universidad para poner en evidencia la diversidad de situaciones que atraviesan nuestro sistema educativo en el proceso de adaptación de las tareas presenciales a las virtuales.

El perfil de entrevistados es muy variado: hemos recogido testimonios de mujeres y hombres, de ámbito urbano y rural, de diferentes lugares de la península y de las islas.

En el caso de estudiantes, las personas entrevistadas son de ESO y Bachillerato. En el de las familias, son madres y padres que hablan, o bien a título individual, o como miembros de asociaciones de padres y madres de alumnos, así como profesorado y representantes sindicales que también responden desde su rol de madres y padres.

Una llamada de atención sobre la desigualdad

El balance nos lleva a hacer una llamada de atención sobre la desigualdad educativa y social y sobre las consecuencias que esta crisis está teniendo y tendrá en la intensificación de las desigualdades.

Esta pandemia hace de cristal y de lupa: refleja y amplifica nuestros límites y nuestra respuesta a los mismos.

Las conclusiones indican que, una vez más, los grandes perdedores de esta pandemia son los colectivos socialmente vulnerables y que más alejados están de una cultura escolar que pasa ahora por ser una cultura de la era digital.

Un eje transversal y común a todos los testimonios es la importancia de lo público, en momentos de necesidad, en el marco de políticas de orientación marcadamente neoliberal.

En cuanto a los estudiantes, surge la pregunta de si, en un momento tan difícil como este, tiene sentido seguir enviando “cantidades exageradas de deberes” (alumna, 4º ESO, Cuenca) en lugar de aprovechar la coyuntura para promover un aprendizaje significativo para la vida sobre cuestiones relacionadas con la pandemia, la sociedad, las personas, la ciudadanía, los cuidados y lo digital.

“No es el método adecuado”

El debate se ha situado sobre una sensación de pérdida curricular, cuando podría estar siendo un momento para aprender y crecer “de otra manera”. Así lo ilustra una de las estudiantes:

“No me entero de nada… En muchas materias nos mandan copiar sin conocer realmente el objetivo de dicha tarea, y creo que no es el método más adecuado”.

Alumna de 1º Bachillerato.

“Que descubran lo valioso de estar en familia”

También una de las maestras afirma:

“Durante este tiempo de confinamiento se debería hacer más hincapié en que descubran lo valioso que es estar en familia, desarrollen autonomía, aprendan a hacer tareas que suelen hacer sus padres y que así tengan más tiempo para estar juntos. Esto también es aprender y, sobre todo, ser”.

Maestra de Infantil 0-3.

“Esto va a tener un impacto en el aprendizaje”

Otra representante del profesorado coincide:

“Esta situación va a tener un impacto en el aprendizaje. Depende de cómo lo tratemos, este impacto será beneficioso o perjudicial. No tanto a nivel de contenidos como a nivel emocional”.

Maestra de Infantil 0-3.

“Trabajar en la distancia con el alumnado de necesidades”

Por otra parte, desde el ámbito de la gestión se llama la atención sobre el alumnado de necesidades especiales:

“También habría que hacer un apartado especial para el alumnado con necesidades de apoyo educativo. Con estas criaturas es más difícil trabajar en la distancia, para ellos es fundamental tener un referente que les motive y acompañe en el proceso de aprendizaje”.

Directora de CEIP.

“El profesorado no está presente”

Por su parte, las familias señalan que la mayor dificultad que encuentran en este momento es la falta de acceso o competencias TIC, así como suplir las tareas docentes.

“La mayoría de las familias han tratado de contribuir a la normalidad coordinándose y contactando con los y las docentes. Hay que entender que para todos ha sido una situación muy compleja y alarmante. De un día a otro cambia la manera de enseñar, el profesorado ya no está presente, están sus recomendaciones, la familia pasa a ser la que toma las riendas del proceso”.

Directora CEIP.

“Es complicado teletrabajar con niños en casa”

A ello se suma el debate, desde una mirada feminista, sobre la carga global de trabajo:

“Muchas mujeres han perdido sus posibilidades de conciliar vida laboral y familiar. Para quienes tienen la suerte de teletrabajar, está siendo muy complicado poderlo hacer con los niños en casa. Quienes se ven forzados a salir para realizar su trabajo tampoco tienen redes de apoyo”.

Responsable del sindicato FEsp-UGT.

“Se podrían comprar ordenadores en lugar de libros”

Será necesario un seguimiento de los posibles desequilibrios que esto ocasione en la división sexual del trabajo, si se ha abierto una nueva posibilidad para la corresponsabilidad o se incrementan las brechas de género. Incluso, se ofrece alguna clave de adaptación a la cultura digital:

“Con el dinero que se gastan las familias en libros de texto podrían comprar ordenadores portátiles sin problemas y no sería nada difícil que hubiera contenidos digitales para todos los niveles… Sin embargo, esto no se hace por el interés de las editoriales. Como, además, existe el bono libro, las familias no son conscientes del dinero que desembolsa la administración”.

Profesor de FP.

Estas voces están lanzando señales que la sociología tiene en cuenta para elaborar un diagnóstico y fundamentar la toma de decisiones responsables. Las ciencias sociales tienen una labor fundamental en proporcionar imágenes de la realidad sistemáticas, obtenidas de forma rigurosa, para producir un conocimiento fidedigno al servicio del bien común de la sociedad.

Nuestro balance no puede ser más positivo, a tenor del compromiso con que los diversos agentes educativos están sabiendo hacer frente a esta difícil situación que nos ha abierto la pandemia.

Pero nos lleva a hacer también una llamada de atención sobre la desigualdad educativa y social y sobre las consecuencias que esta crisis está teniendo y tendrá desde la mirada transversal de la desigualdad.

Fuente: https://theconversation.com/docentes-estudiantes-y-familias-hablan-sobre-la-educacion-no-presencial-137758

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Reaprendiendo a vivir

Por: Marisol Vicens Bello

Nuestro país al igual que los demás del mundo está encarando la pandemia del coronavirus, lo que nos ha permitido beneficiarnos de las experiencias de otros, y debería servirnos de aprendizaje en múltiples aspectos.

Aunque todavía es más lo que se desconoce que lo que se conoce del letal y altamente contagioso virus del SARS-Cov-2, hay un hecho cierto y es que hasta tanto no se haya aprobado y puesto en venta una vacuna efectiva contra este, tendremos que aprender a vivir con este enemigo invisible.

La cronología de su propagación nos facilita seguir en tiempo real qué ha dado resultado y qué no en países más avanzados y cómo el manejo de la enfermedad del covid-19 ha ido evolucionando positivamente con la utilización de distintos medicamentos destinados a otros fines que han demostrado alguna efectividad en estos casos.

Pero también nos ha permitido advertir las posibles diferencias que podrían existir en su impacto en países desarrollados versus países como el nuestro, en los que un porcentaje de la población desgraciadamente vive en condiciones deplorables que los hace desarrollar mayor resistencia y donde de alguna manera todos hemos convivido en distintos grados con falta de higiene o debidas condiciones de salubridad de las aguas, del sistema de depósito de los residuos sólidos, de los mercados, del transporte público.

Si bien la prioridad de las autoridades debe ser seguir trabajando incansablemente para garantizar la protección de la salud de nuestra población y tratar en cuanto sea posible de evitar una escalada en los casos disponiendo efectivas medidas de aislamiento, concomitantemente debe velar porque haya la debida sincronización entre la evolución de la enfermedad y la reducción de las medidas de confinamiento conforme mejoren las condiciones permitiendo una reinserción gradual. 

Múltiples países ya han hecho públicos sus planes previendo distintas etapas, y diversas prestigiosas organizaciones han presentado sus propuestas, y en general hay bastante coincidencia entre medidas de protección, orden de prioridad e identificación de los últimos que ingresarán debido a sus vulnerabilidades, describiendo detalladamente lo que se puede hacer en cada etapa, quiénes pueden hacerlo y cómo deben hacerlo, tomando en consideración las necesidades de todos los sectores. Pero el éxito del confinamiento y de su desescalada reside en el debido cumplimiento de las medidas y en la rigurosidad con que se exija imponiendo las sanciones correspondientes.

Y ahí precisamente es que estamos fallando, pues conforme han ido transcurriendo los más de 40 días que lleva el confinamiento unos han cumplido, otros han incumplido sin mayores consecuencias,  mientras algunos  salen de sus casas sin justo motivo o desafían las restricciones una vez pasa la patrulla policial, y otros tantos se están cansando de cumplir, lo que ha ido relajando las medidas antes de que se haya ordenado oficialmente una gradualidad, y se está operando una especie de estado de sálvese quien pueda en el que muchos han optado por abrir las puertas traseras de sus negocios o volver  a buscársela a las calles.

Por eso es indispensable que la aprobación de la nueva extensión del estado de emergencia sirva para que las autoridades presenten el plan de desescalada del confinamiento debidamente coordinado a nivel nacional y de reinserción gradual de los sectores y su cronograma de aplicación, plan que  debe incluir las medidas económicas que deben ser aprobadas mediante leyes o decretos para mitigar el duro impacto de la crisis y la preservación de los empleos, así como las sanciones que se aplicarían por incumplimiento.

En medio de la incertidumbre de esta terrible crisis sanitaria, hay dos cosas ciertas, que tendremos que reaprender a vivir en nuestra nueva normalidad que ya no será más estado de emergencia, y que habrá una gran recesión económica.  Por eso los ciudadanos debemos conocer cuanto antes las medidas y acciones que serán aplicadas, así como el horizonte que nos espera.

Fuente: https://acento.com.do/2020/opinion/8812045-reaprendiendo-a-vivir/

Imagen: https://pixabay.com/illustrations/syringe-shot-medicine-bottle-1884758/

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