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José Martí. Obras completas. Edición crítica. Tomo 25

Argentina-Cuba/CLACSO/23 de septiembre de 2016/www.clacso.org.ar

Obras completas de José Martí

José Martí. [Autor]

Obras completas José Martí.
ISBN 959-7006-08-1
Centro de Estudios Martianos. CLACSO.
Buenos Aires. La Habana.
Septiembre de 2016

La Edición Crítica de las Obras completas de José Martí (1853-1895) recoge sus manuscritos e impresos conocidos hasta hoy: proclamas, discursos, manifiestos, comunicaciones, dedicatorias, cartas, correspondencias periodísticas, crónicas, artículos, ensayos, narraciones, obras de teatro, poemas, semblanzas biográficas, traducciones, dibujos, borradores, fragmentos de escritos y cuadernos de apuntes.

El contenido de los tomos se ha ordenado y combinado por fechas, temas y géneros, apreciando tanto la evolución y línea del pensamiento martiano como el paralelismo de su accionar político, periodístico y literario, simultaneidad que empieza a manifestarse a partir de los años 1875-1876, para intensificarse posteriormente. Organizar cronológicamente los textos nos permite observar esa evolución del pensamiento martiano, pero —a su vez— separa en diferentes tomos grupos de textos que habitualmente (y por deseo expreso del autor en su carta devenida testamento literario) se han presentado juntos, como ocurre con las Escenas norteamericanas y las Escenas europeas.
La confrontación de los textos con sus originales —o variantes de estos— ha conllevado a la natural rectificación de erratas, así como la fijación del texto más permisible. Los escritos de época han suscitado convenciones editoriales, atendiendo a los modernismos en la ortografía y el lenguaje. La peculiar puntuación martiana ha sufrido modificaciones imprescindibles, pero siempre respetando la intencionalidad del autor.

Estas Obras completas son fruto de la colaboración de investigadores y editores del Centro de Estudios Martianos, expertos conocedores de la obra y de la caligrafía de Martí, estudiosos de la obra martiana en el mundo y numerosas instituciones, que han convertido esta “obra” en reflejo de la sentencia que incluyó Juan Marinello, en 1963, en su prólogo a la edición de las Obras completas de la Editorial Nacional de Cuba: “Una edición crítica es el hombre y su tiempo —todo el tiempo y todo el hombre—, o es un intento fallido”.
Tomado de: http://www.clacso.org.ar/coleccion_jose_marti/detalle.php?id_libro=1141
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¿Qué sentido tiene la bandera de una nación?

Por: Eusebio Leal Spengler

Con profunda pena hemos venido observando que la enseña nacional, la gloriosa bandera de la estrella solitaria que no ha sido jamás mercenaria, está a la venta entre otros productos de la artesanía como si se tratara de una de ellas o de un objeto común.

Ante esto debemos meditar: ¿Qué sentido tiene la bandera de una nación? Asociada al Himno, a los actos cívicos, a la representación de todo un pueblo en conmemoraciones, festividades patrias o a media asta en ceremonias de duelo; protagonista cuando nuestros deportistas alcanzan la gloria olímpica y observan en silencio cómo asciende a lo alto del mástil; cuando se encuentran los jefes de Estado o cuando ondea simbolizando a la patria al lado de otros pabellones. ¡Cuánta sangre y sacrificios, cuántos murieron abrazados a ella, cuántos la soñaron en tierra extraña!

Fue creada en los Estados Unidos por el exgeneral al servicio de España Narciso López, nacido en Venezuela, cuya estrábica carrera política no puede opacar el mérito de haberla imaginado en compañía de Miguel Teurbe Tolón y de su esposa y prima hermana Emilia, quien fue la primera en bordarla, y de su secretario, el novelista cubano Cirilo Villaverde, autor de Ce­cilia Valdés y testigo presencial de los hechos.

Se dice que en 1849 —año previo a la confección de la bandera—, en un día estival, en el cielo de un atardecer de Nueva York, López  vio los colores de la enseña nacional, así como aquel triángulo equilátero, símbolo de la fraternidad masónica. Esos elementos encarnaban los pensamientos más puros de la revolución que recorría el mundo: libertad, igualdad y fraternidad; cinco franjas, y en el centro del triángulo, como un rayo de luz en el cielo que se abría, la estrella marcaba el porvenir de Cuba. Triángulo que debía ser rojo y no azul, aunque desafiara las leyes de la heráldica.

Ostentaba los colores republicanos de Norteamérica inspirados en los de la Revolución Francesa de 1789; colores que hoy son también los de otras naciones del mundo. Al unísono con la enseña de los cubanos surgiría la de Puerto Rico, cuyas aspiraciones independentistas quedaron frustradas hasta hoy.

Enarbolada en años difíciles, cuando aún las supremas aspiraciones de las vanguardias políticas del pueblo cubano no habían alcanzado su plenitud y no pocos se inclinaban porque la estrella solitaria fuese una más en la constelación americana, resultaría necesario recorrer un árido sendero y derramar la sangre de los precursores que se anticiparon al acto magnífico del 10 de octubre de 1868 en La Demajagua o a la solemne celebración de la Asamblea Constituyente de Guáimaro en abril de 1869.

También surgió de esos anhelos libertarios el escudo sostenido en la unión de bastos donde reposa el gorro frigio con idéntica estrella solitaria. No era otro que el tocado que llevaban los cargadores en los barrios periféricos de París y Marsella, la palma real y la isla de Cuba representada entre los peñones del cabo de San Antonio y la península de Yucatán y la llave como símbolo de la libertad prometida y tras ella el sol naciente. A su alrededor hojas de laurel y acanto en ramas símbolos de la gloria combativa y del mérito alcanzado en el campo de batalla.

¡Cuántos cadalsos, cuántas lágrimas, cuántos exilios, cuánta tristeza! para que ahora la estampen en un delantal para la cocina, en una ridícula camiseta y en otras incalificables y vulgares formas.

En nombre de todo ello hago un patriótico y ardoroso llamamiento a nuestros conciudadanos y al menos aquí en el Centro Histórico de La Habana, Patrimonio Mundial, se apeguen las costumbres públicas a las leyes vigentes y no se pisotee ni se ponga precio.

Recordad las emotivas palabras del insigne poeta que al regresar a la patria evoca el valor de la bandera cuando aún podían verse a la entrada del puerto las canteras y la vieja cárcel y el pedazo de pared donde fueron ejecutados los estudiantes de 1871:

“Si deshecha en menudos pedazos

llega a ser mi bandera algún día…

¡nuestros muertos alzando los brazos

la sabrán defender todavía!”

Fuente: http://www.granma.cu/opinion/2016-09-08/que-sentido-tiene-la-bandera-de-una-nacion-08-09-2016-21-09-41

Imagen: http://poderciudadanoradio.com/2015/07/bandera-de-cuba-se-iza-este-lunes-en-u-s-a/

 

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Panamá: Docentes y Meduca pactan evaluaciones

Centroamérica/Panamá/Septiembre de 2016/Fuente: La Estrella de Panamá

Después de dos meses de diálogo, tras el fin de la última huelga general de docentes, se definió este martes, incluir en un decreto con los incrementos salariales por $300 a 46 mil maestros, los que se harán efectivos el 1 de julio de 2017 y el segundo desembolso, de $300 adicionales, será el 1 de julio de 2019.

Eddy Pinto, vocero de la Asociación de Profesores (Asoprof), asegura que también se definió la estructura del Sistema Integrado de Mejoramiento de la Calidad de Educación (Simce), una plataforma de evaluación que reemplazará al rechazado Sistema de Evaluación de Centros Educativos (Sece).

‘Se han definido tres evaluaciones: una institucional, a las escuelas, otra a los docentes y otra a los componentes del sistema, como la comunidad educativa y las regionales’, explicó Pinto.

Además, los docentes consiguieron que las evaluaciones no condicionen los aumentos salariales, como había sido establecido en el Sece, firmado en 2014.

La tarde de ayer, los docentes y el Gobierno aprobaron la estructura del Programa Integral de Mejoramiento de los Centros Educativos (Pimce), que será incluido en el decreto sobre el Simce.

Fuente: http://laestrella.com.pa/panama/nacional/docentes-meduca-pactan-evaluaciones/23962078

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Los intelectuales en la República neocolonial

Por: Graziella Pogolotti

A la memoria de mi padre

La carencia de una investigación debidamente contextualizada ha tenido un velo de silencio sobre el papel de los intelectuales durante la República neocolonial. Habría que comenzar por definir el término. Desde mi punto de vista, incluye a artistas, escritores, científicos y maestros. Algunos se dejaron vencer por la desilusión y el acomodamiento. Quienes sufrieron en carne propia la castración independentista, optaron por caminos diversos, padecieron el desengaño, se refugiaron en sus provincias para hacer obra a pesar de todo o dejaron testimonios de las luchas mambisas.

A mi entender, el punto de giro se produce en la década del 20, cuando se constituyen las organizaciones obreras, estudiantiles y femeninas y se funda el primer Partido Comunista. Al propio tiempo, un grupo heterogéneo, bajo el signo del llamado minorismo, formula el primer documento programático que imbrica arte, nación y sociedad. La obra de Fernando Ortiz empieza a madurar. Salvando el obstáculo de su posición política, Ramiro Guerra publica un texto medular, llamado Azúcar y población en las Antillas. Emilio Roig sigue documentando su ideario antimperialista. Está emergiendo con claridad la crisis estructural de la economía cubana. La dictadura de Machado es el detonante de un estallido en el que apuntan causas económicas, sociales y políticas.

Rubén Martínez Villena pasa del liderazgo intelectual al político. Pero sus amigos del minorismo mantendrán la coherencia de una vanguardia que procura el punto de encuentro entre renovación artística, lucha política a escala latinoamericana, junto a la necesidad de dotar de un cuerpo real al espíritu de la nación.

Desde la cultura, la generación de la vanguardia introdujo un cambio sustancial en los fundamentos de la nación. Reconoció la esencial contribución africana y reveló, apropiándose de la obra de Fernando Ortiz, el tema de la transculturación como factor decisivo en lo que somos. Bajo los auspicios del gran etnólogo, promovió los estudios del folclore. Por su parte, Roldán, Caturla y Carpentier incorporaron los ritmos llegados de África a la sinfonía, y Nicolás Guillén, José Z. Tallet, Regino Pedroso y Emilio Ballagas lo hicieron en la poesía.

En el amplio universo de la historia queda mucho por valorar. Apenas me atrevo a citar unos pocos nombres como el de José Luciano Franco, visionario del Caribe, o los acercamientos económicos de Julio Le Riverend y Raúl Cepero Bonilla.

Independientemente de la orientación ideológica de sus impulsores, se produjo, a lo largo de medio siglo, contra viento y marea, ante la incuria de las instituciones oficiales, un esfuerzo por preservar y rescatar un legado. En condiciones muy precarias, se fundaron el Archivo, la Biblioteca y el Museo nacionales. Este último parecía un almacén de objetos heterogéneo, pero ahí se guardaron. Frecuenté la Biblioteca en el Castillo de la Fuerza. Sin tener nombramiento de director, José Antonio Ramos, un intelectual ejemplar, sostenía una batalla agónica por ordenar los fondos. Escribió novelas, ensayos, teatro, en un indoblegable combate por entender su país, movido en lo esencial por principios éticos. Sus ideas se fueron radicalizando hasta alcanzar una perspectiva marxista.

Pocos cubanos pudieron conocer la obra de Martí después de su caída en Dos Ríos. El autor de los Versos Sencillos tampoco valoró en su justa medida el pensamiento que había fecundado en infinidad de trabajos dispersos en la prensa latinoamericana. Así lo revela su testamento literario enviado a Gonzalo de Quesada, su albacea, desde Santo Domingo. Durante la República se inició el lento y trabajoso rescate, labor que solo a partir del triunfo de la Revolución habría de sintetizarse con respaldo institucional.

La tarea anónima de nuestros maestros merece incluirse en nuestra tradición intelectual. Me contaba Enrique Oltuski, hijo de judíos polacos, instalado definitivamente en Cuba desde los siete años, que aprendió a ser cubano con la maestra negra de su escuela pública. Lo fue tanto que integró el Movimiento 26 de Julio en la clandestinidad, trabajó junto al Che y entregó la vida toda a las responsabilidades que le confió la Revolución. Por ahí anda todavía su excelente obra testimonial. Obra humana. La historia sujeta a impredecibles coyunturas, la historia está hecha de luces y de sombras. Pero la historia y la cultura nos fueron haciendo lo que somos.

Hemos modelado nuestro idioma. No platicamos al modo mexicano. Hay palabras de uso corriente entre nosotros, impronunciables en otros países de nuestra lengua. Nuestra condición es la resultante de la asunción de numerosos componentes, del choque de contradicciones y de un origen colonial devenido neocolonial cuando emergía el imperialismo, como lo advirtió Martí y lo definió Lenin en términos de fase superior del capitalismo. Por esos motivos, urge entender que la historia no se limita a una cronología. Tampoco debe esquematizarse en polos positivos y negativos, aunque no puede abordarse desde una falsa neutralidad imposible e inexistente.

Su riqueza y su utilidad estriban en descubrir las marcas de un proceso complejo, que sigue haciéndose ante nuestros ojos. De ella formamos parte como actores conscientes y, a veces, como presencias peligrosamente inconscientes. Cerrar los ojos, aferrarnos a la rutina y evadir los desafíos de la contemporaneidad constituye una actitud suicida.

Fuente: http://www.cubadebate.cu/opinion/2016/05/31/los-intelectuales-en-la-republica-neocolonial/#.V-GxgBJGT_s

Imagen: http://www.paginapopular.net/intelectuales-del-mundo-con-scioli-zannini/

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Niños y niñas con iguales resultados educativos en Cuba

Centroamérica/Cuba/Septiembre de 2016/Autora: Alina M. Lotti/Fuente: Radio Habana Cuba

En nuestro país la equidad, el acceso y las oportunidades son similares para todos, independientemente de factores económicos, procedencia social y lugares de residencia

Las niñas cubanas obtienen iguales o mejores resultados que sus condiscípulos varones, según comentó el vocero del Ministerio de Educación (MINED), Paul Torres Fernández, durante un encuentro con la prensa.

El también subdirector del Instituto Central de Ciencias Pedagógicas señaló que lo anterior está avalado por  investigaciones, cuyos resultados son más evidentes en la enseñanza primaria, sobre todo en tercero y sexto grados.

Cuando se contrastan los rendimientos cognitivos con el nivel económico y cultural de las familias, así como los lugares de procedencia —ya sea de zonas urbanas o rurales—, los infantes cubanos presentan resultados similares.

Esta situación, considerada como excepcional en la región, constituye una aspiración para otros países, y demuestra que en Cuba la equidad, el acceso y las oportunidades son similares para todos, independientemente de factores económicos, procedencia social y lugares de residencia.

Estar en capacidad de contrarrestar esas diferencias en materia de servicios educacionales constituye una meta alcanzada por nuestras escuelas; lo cual reafirma la tesis planteada por la Unesco y otros organismos de Naciones Unidas respecto a que Cuba es un ejemplo en educación, subrayó.

Todos los niños y las niñas tienen derecho a recibir una educación, pues este es un servicio que les proporciona el conocimiento y las aptitudes que necesitan para alcanzar su potencial y protegerse contra el peligro.

Sin embargo, a las niñas se les excluye con mucha frecuencia de este proceso. De ahí que ese sea un reclamo permanente de Unicef a fin de que los Estados promuevan políticas públicas que las favorezcan.

Fuente: http://www.radiohc.cu/noticias/nacionales/106366-ninos-y-ninas-con-iguales-resultados-educativos-en-cuba

 

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Apuntes sobre la educación en Cuba

Por: David Canela Piña

No se debe educar a nadie para ser “revolucionario”, sino para que pueda descubrir y cultivar sus potencialidades

Hace poco buscaba en los periódicos del día una noticia digna de ser comentada, o al menos que atrajese mi interés. Y encontré en el periódico Juventud Rebelde del sábado 28 de abril un artículo titulado “Exámenes que trazan futuro”, que anunciaba el comienzo de las pruebas de ingreso a la universidad para el martes 8 de mayo, y comentaba los nuevos cambios que se están aplicando en los niveles de enseñanza preuniversitaria y superior.

El entrevistado, René Sánchez, director de la comisión de Ingreso y Ubicación Laboral del Ministerio de Educación Superior, declaraba que este año las áreas con mayor apertura de plazas serán las carreras “pedagógicas, médicas, técnicas y agropecuarias”, por lo que se tratan de incentivar esos perfiles vocacionales. Pero la idea que me molestó fue la que pretendía desmontar el “mito de las vocaciones”, arguyendo que “está probado de manera científica que preparándose adecuadamente se puede estudiar cualquier profesión.” Y continuaba en el párrafo siguiente: “Una carrera universitaria es una puerta más amplia a la vida, que sirve a las personas para ser más útiles, servir mejor a la sociedad, sentirse más plenos, pero no está identificada con una vocación específica.”

Nótese cómo primero realza la función social del progreso cognoscitivo a través de dos enunciados tautológicos, luego menciona, como de paso, el bienestar espiritual, y finalmente entierra la posibilidad de un vínculo de desarrollo orgánico entre ambas funciones (la social y la psicológica) a partir del cultivo de una vocación específica.

Al parecer, este funcionario jamás ha conocido a una persona que le haya confesado, dibujando un rictus de amargura y frustración en su cara, que él estudió esa carrera, pero que en realidad le hubiera gustado estudiar otra. Y si no, ¿qué sentido tendría numerar una boleta con cinco opciones, por orden de prioridad decreciente, si todas representan lo mismo para el estudiante?

¿No recuerda acaso que en La Edad de Oro, el libro más reconocido internacionalmente de José Martí, el intelectual cubano (y futuro héroe por la independencia) les narra a los niños de América las anécdotas más inspiradoras sobre la grandeza del genio, cuando éste es alentado por las fuerzas desbordadas de una vocación? En su artículo “Músicos, poetas y pintores” no deja de ilustrar, uno tras otro, los eventos que revelan la formación de una vocación temprana, y las adversidades que tuvieron que superar muchos artistas para llegar a culminarla. Así, por ejemplo, dice que a Haendel su padre “le prohibió tocar un instrumento”, porque quería hacerlo abogado, “pero el niño se procuró a escondidas un clavicordio mudo, y pasaba las noches tocando a oscuras en las teclas sin sonido”. De Miguel Ángel comenta que “en cuanto pudo manejar un lápiz le llenó las paredes al picapedrero de dibujos, y cuando volvió a Florencia, cubría de gigantes y leones el suelo de la casa de su padre”. Y de Lope de Vega cuenta que “cambiaba sus versos con sus condiscípulos por juguetes y láminas, y a los doce ya había compuesto dramas y comedias.”

¿Tampoco conoce este señor que en las escuelas primarias y secundarias, una de las tareas pedagógicas fundamentales para la enseñanza de la Historia de Cuba es demostrar la temprana “vocación revolucionaria” de los héroes, para lo cual se usan clichés como que vio la miseria y la injusticia que le rodeaba, y decidió rebelarse contra ella, amén de que una de las virtudes cardinales de su carácter es siempre la “intransigencia revolucionaria”, la cual guía sus acciones en la lucha contra el opresor?

Es comprensible este tipo de razonamientos en un funcionario que participa de este tipo de ideología de estado, ya que la educación socialista está atrapada en una contradicción ontológica: al pregonar la culminación de todas las esperanzas de bienestar en el hombre, basándose en la premisa de que las relaciones de fraternidad garantizan por sí solas la felicidad individual, termina vaciando a los hombres de contenido psíquico, y los convierte en una tabula rasa sobre la cual puede imprimirse cualquier huella. Como es una ideología esencialmente atea, le desconoce al hombre la facultad de ser un alma.

Entre las reformas que me gustaría ver fomentadas en el sistema educativo cubano está la creación de Bachilleratos en Humanidades, en Ciencias, y en Ciencias y Humanidades, además de multiplicar las escuelas de oficios, y mantener las escuelas de formación artística, tecnológica, y pedagógica. La enseñanza preuniversitaria debe ser un canal, y un puente que conduzca hacia la enseñanza universitaria, no una zaga del nivel precedente. Debe ser (como anuncia la etimología castellana), un “pre-universitario”, no una “post-secundaria”.

Otro de los aspectos que me llama la atención en las últimas reformas educacionales es la progresiva liberalización de los marcos de las carreras: en la modalidad de Concurso (creada para los estudiantes que perdieron la continuidad de sus estudios, y decidieron recomenzar) se puede optar por diferentes carreras, aunque ellas se estudien en universidades distintas, como Medicina y Psicología; se permite estudiar una segunda licenciatura, “siempre que exista la especialidad en el Curso por Encuentro” (otra modalidad, que fue concebida para los trabajadores); a los graduados de politécnico se les reconoce como vencido el nivel medio-superior, o sea, que ya salen con doce grado, como se dice popularmente; y los estudiantes universitarios pueden estudiar asignaturas que pertenezcan a los programas de estudio de otras carreras, pero sin renunciar a la carga de asignaturas del suyo.

Sin embargo, creo que la academia debiera tener un programa de estudios semi-abierto, en el cual existan 3 o 4 asignaturas básicas por semestre, y que las demás puedan ser elegidas de forma libre dentro del amplio abanico de asignaturas de los programas de carreras afines. Y un programa semi-cerrado pudiera usarse en la enseñanza preuniversitaria, en donde los estudiantes puedan seleccionar 2 o 3 cursos libres a su voluntad. Por ejemplo, que en una asignatura como Lengua Moderna, puedan elegir entre el francés, el alemán, el portugués, o el italiano, ya que el español y el inglés debieran ser las lenguas básicas de su formación lingüística.

Creo además que en la Universidad debe acabar de removerse el lastre de unas asignaturas insulsas, que hasta ahora son obligatorias por su carácter político, como Preparación para la Defensa, Economía Política, Marxismo y Sociedad, e incluso Educación Física, que puede ser opcional.

Esto me lleva a sintetizar dos tendencias: una liberal, que tiende a ampliar y disolver los límites estrechos de las carreras, y otra conservadora, la cual está vinculada a un proceso de narcisismo político. Hace unos años, se evaluaban tres pruebas de ingreso: Matemática y Español (por ser las asignaturas arquetípicas de las Ciencias y las Humanidades), y una tercera, variable, que dependía del perfil cognoscitivo de la carrera a la cual se aspiraba en primera instancia. Podía ser Física, Química, Biología o Historia de Cuba. Desde hace unos años también –aproximadamente una década–, se decantó la obligatoriedad de esta última, seguramente para “reforzar el trabajo político-ideológico” con los jóvenes, o sea, para legitimar la autoridad de un gobierno a través de la enseñanza de un discurso canonizado por la historiografía revolucionaria.

La última disposición ministerial fue declarar dos semanas de receso escolar para todos los niveles de enseñanza: una para conmemorar el triunfo de la Revolución, que se extiende hacia el final y el principio de año, y otra para celebrar la victoria de Playa Girón. Y a la semana en que cae el 19 de abril, se le ha comenzado a llamar la Semana de la Victoria. Me parece un esfuerzo decadente por reactivar un patriotismo asociado a los momentos cumbres de afirmación del sistema político.

En otra ocasión pudiera analizar las aristas de la educación que diversifican y vigorizan las identidades culturales de la sociedad cubana, como la religiosa, la racial, y la multicultural. Lo que sí es verdadero es que no se debe educar a nadie para ser “revolucionario”, ni socialista, ni proletario, sino para que pueda descubrir y cultivar las mejores potencialidades de su inteligencia y su carácter, y se eleve hacia una plenitud espiritual invirtiendo –como dice la parábola bíblica– sus talentos en la vida.

Tomado de: https://www.cubanet.org/articulos/apuntes-sobre-la-educacion-en-cuba/

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Según la OCDE: Chile y Brasil lideran países que mejor pagan a profesionales con maestrías y doctorados

Los graduados con maestrías o doctorados pueden ganar hasta cuatro veces más que quienes sólo terminaron la enseñanza media

De acuerdo al informe Education at a Glance 2016 OECD INDICATORS, Chile y Brasil son los países que mejor le pagan a los profesionales que cuentan con una maestría o doctorados.

El documento indica que en dichas naciones, los graduados con maestrías o doctorados pueden ganar hasta cuatro veces más que quienes sólo terminaron la enseñanza media, mientras que los profesionales sin estudios de posgrado perciben en promedio 2,4 veces más en Chile, dos veces más en México, 2,3 veces en Colombia y poco más de dos veces en Brasil que aquellos que cuentan con educación secundaria.

“Esto se debe principalmente a que son países que se encuentran mejorando sus niveles de profesionalización, y donde se suele recompensar de mejor forma a los profesionales que se preocupan de terminar sus carreras y seguir especializándose”, explica Néstor Milano, director ejecutivo de Laborum Chile.

Respecto a lo mismo, Andreas Schleicher, encargado del área de educación de la OCDE dijo a la BBC durante el lanzamiento del estudio que en Chile se premia el talento. «Pero también indica que el sistema educativo en Chile invierte mucho en los que lograron superar las etapas anteriores y llegan a la universidad, que son generalmente los que provienen de familias con más recursos. Mientras que aquellos que no logran cumplir esas etapas pagan un alto precio», agregó.

En una realidad opuesta está Finlandia, Estados Unidos y Reino Unido, siendo éstos los países que peor paga.

Por último, el informe reveló que en nuestro país el 22% de los adultos terminó su educación universitaria.

Foto tomada de: http://image.slidesharecdn.com/educationataglance2016-160915093518/95/education-at-a-glance-2016-1-638.jpg?cb=1473932225

Fuente de la noticia: http://www.24horas.cl/economia/chile-y-brasil-lideran-paises-que-mejor-paga-a-profesionales-con-maestrias-y-doctorados–2140297

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