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La OCDE sigue viendo a Panamá como un país poco transparente

Panamá / http://newsinamerica.com/ / 9 de Noviembre de 2016.

En el encuentro, Panamá y otros países, incluyendo Bahrein y Líbano, se comprometieron a intercambiar automáticamente información de cuentas financieras con otros países.

El foro de la OCDE sobre transparencia fiscal consideró este viernes que “Panamá no cumple satisfactoriamente” en materia de transparencia fiscal, aunque el gobierno del país centroamericano aseguró que ha tomado medidas para superar sus deficiencias.

El informe fue divulgado durante la plenaria del Foro Global sobre Transparencia e Intercambio de Información con Fines Fiscales de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), celebrada en Tiflis,Georgia.

En el encuentro, Panamá y otros países, incluyendo Bahrein y Líbano, se comprometieron a intercambiar automáticamente información de cuentas financieras con otros países.

Gian Castillero, asesor de la cancillería panameña, dijo a AFP que el gobierno “no esperaba una buena calificación”, en vista de que los avances que se han hecho para blindar el sistema financiero de Panamá no pudieron ser tomados en cuenta para este informe, que abarca de julio 2012 a junio 2015.

“En gran parte de este período, las leyes que adoptó Panamá en su compromiso de transparencia fiscal no estaban vigentes”, explicó Castillero.

Hizo énfasis en dos normas que fueron aprobadas a principios de 2015 por el Congreso, una de las cuales levanta el velo de los beneficiarios de empresas offshore y la otra inmoviliza las acciones al portador.

Fuente: http://newsinamerica.com/pdcc/la-ocde-sigue-viendo-a-panama-como-un-pais-poco-transparente/

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Costo educativo, en el debate.

Alzas en la anualidad de hasta $500 y de $95 en el costo de la matrícula para el año escolar 2017, aplicarán algunos colegios particulares.

Las constantes quejas por el aumento de costos en la educación particular han generado una gran polémica entre padres de familia, propietarios de escuelas y el Órgano Legislativo.

Existen al menos cinco documentos en los que actualmente se proponen reformas legislativas que incidirían en el presupuesto que destinan las familias a la educación de sus hijos.

Las nuevas disposiciones legales van desde incentivos fiscales para los padres; la ampliación de la llamada Beca Universal, que por ahora solo se aplica a los estudiantes en colegios con un gasto anual de hasta $1,000; y la eliminación de las donaciones exigidas a los padres de familia.

Unos 152 mil estudiantes acuden a colegios particulares en todo el país. La demanda ha ido en aumento ante las evidentes carencias en infraestructura y currículum que tiene el sistema de enseñanza público.

Los representantes de colegios privados apoyan la idea de que a los padres de familia se les reconozca el dinero destinado en la educación de sus hijos, cuando esta inversión debería ser una obligación del Estado. Pero por otro lado, han mostrado una rotunda oposición a la idea de regular los costos de los servicios que ofrecen.

Propuestas en diversos caminos

El 18 de enero de este año, un grupo de diputados liderado por Juan Carlos Arango presentó lo que hoy es el proyecto de ley 307 que busca adicionar un numeral al artículo 709 del Código Fiscal sobre los gastos deducibles al impuesto sobre la renta a favor de los contribuyentes que incurren en gastos escolares.

Esta iniciativa, ya admitida en la Asamblea y pendiente de discusión, establece una remuneración a los padres de familia que tienen que hacerle frente a matrícula, mensualidad, así como útiles y transporte escolar. El gasto se les reconocería como una deducción en el pago de impuesto al fisco.

El beneficio no solo se extendería a la educación básica y media, sino también a la universitaria, cuando los dependientes aún se encuentren bajo la tutela de los padres.

Incluso esta deducción del impuesto también podría aplicarse a los contribuyentes que sufraguen sus propios estudios, según apunta el referido proyecto.

El anteproyecto de ley 136, que presentó el 2 de marzo pasado el diputado Raúl Pineda, es otra de las propuestas que está en la mesa. Su intención es modificar la Ley 40 de 2010 sobre el programa de Beca Universal.

La última modificación a la Ley 40 de 23 de agosto de 2010 estipula un tope de mil dólares para matrícula y mensualidad para los estudiantes que van a colegios particulares y que tienen acceso a este beneficio. Dicho límite reduce el número de escuelas privadas que pueden aplicar al plan de ayuda estatal.

La idea de este anteproyecto es que los estudiantes de escuelas particulares cuyo gasto anual supere los 2 mil dólares también se vean favorecidos.

El diputado Leandro Ávila y otros tres compañeros hicieron una propuesta similar, a diferencia de que estableció tope de beneficiarios para cada familia, de dos y hasta tres estudiantes para el caso de los estudiantes de escuelas públicas; y de uno hasta dos para el caso de estudiantes de colegios privados. Los límites de los que habla empezarían a regir después de cinco años a partir de la entrada en vigencia de la ley.

Argumenta que los estudiantes de colegios particulares se beneficiarían con la Beca Universal, siempre y cuando la suma de la matrícula y las mensualidades no excedan los 3 mil dólares.

En esta línea de propuestas, el diputado Miguel Ángel Fanovich presentó en septiembre pasado un anteproyecto que encendió luces de alarma entre los dueños y representantes de colegios privados y gremios empresariales.

El planteamiento de Fanovich y su copartidario Francisco Alemán es adicionar artículos a la Ley 47 de 1946, orgánica de educación, al proponer que el costo de la anualidad y la matrícula solo podrá ser elevado mediante asamblea general de padres y acudientes, convocada por la dirección del colegio con la anuencia de la junta directiva de la asociación de padres de familia.

El Ministerio de Educación (Meduca) actuaría como moderador en esta asamblea, al tiempo que sería facultada para reglamentar el proceso de consulta, el cual según el anteproyecto debería realizarse por lo menos con seis meses de antelación al período de matrícula para el año lectivo subsiguiente.

Además, establece que todo cambio en el costo de la anualidad y matrícula de estos centros escolares deberá ser publicado por el Meduca en tres diarios de circulación nacional durante los 10 días hábiles previos al periodo de matrícula del año lectivo siguiente.

Este anteproyecto también señala que ningún plantel de educación particular podrá solicitar o exigir donaciones en dinero o especie a los acudientes como un requisito de admisión.

Del mismo modo, proponen que estos colegios no podrán hacer cambios en sus uniformes escolares durante cinco años, contados a partir de su última modificación.

Este controvertido anteproyecto resulta ser más severo, según sus opositores, al señalar que la directiva de los colegios particulares debe asegurar el uso de los libros y útiles escolares por lo menos tres años de períodos escolares consecutivos.

La Asociación Nacional de Centros Educativos Particulares advirtió ayer que llama la atención que los diputados desconocen que el 70% de los colegios particulares tienen cuotas mensuales menores a los 150 dólares y que al menos 40 mil estudiantes de escuelas privadas son beneficiados con la Beca Universal, pues sus costos totales no exceden los mil dólares anuales.

“Esta realidad, que debe ser evaluada en el marco de los grandes desafíos que enfrenta el sector educativo oficial, que debiera ser la gran prioridad, hace evidente que, antes de intentar coartar la posibilidad que particulares participen en la creación y organización de centros educativos particulares, urgen más bien, normas que incentiven la actividad…”, indicó la asociación.

Fuente:http://impresa.prensa.com/economia/Costo-educativo-debate_0_4594040616.html

Imagen:http://images.prensa.com/economia/analizados-Autoridad-Proteccion-Consumidor-escolares_LPRIMA20161009_0073_26.jpg

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La revolución educativa ya llegó.

Por: Rodrigo Noriega.

En Sudáfrica, un grupo de estudiantes de la Universidad de Cornell de Estados Unidos desarrolló, conjuntamente con las autoridades educativas de ese país, un modelo de currículo educativo para el equivalente sudafricano de escuelas rancho. En esta especie de bohíos, sin electricidad ni tecnología avanzada, los estudiantes sudafricanos están aplicando un nuevo paradigma de aprendizaje basado en la experiencia. La revolución educativa llegó a Sudáfrica.

Periódicamente nos sorprenden los logros académicos de estudiantes panameños. La chica que estudia neurociencia en Harvard, el chico de escuela pública que regenta una fábrica de una transnacional en México, el muchacho del ghetto de San Joaquín quien obtiene una admisión para una de las mejores academias de formación de pilotos en Estados Unidos y solo le pide al IFARHU el apoyo para concretar sus sueños. El talento sobra en Panamá.

Hoy en día, al menos unas 100 escuelas tienen clubes de debate. Esta modalidad de formación interdisciplinaria, le enseña a los jóvenes a trabajar en grupo, a analizar un problema, a documentarse y estudiar estadísticas para construir un argumento. Esta actividad no solo los forma mejor sino que los prepara para la ciudadanía y la democracia. A diferencia del concurso de oratoria, los eventos de debates recompensan mucho más que saber hablar en público. Esto es solo el comienzo del proceso de transformación educativa. Poco a poco distintas iniciativas están construyendo la nueva educación, paralela y subyacente a la vieja educación formalista y autoritaria.

Hace unos meses conocí un niño de unos dos años de edad, proveniente de un hogar con limitaciones económicas importantes. Sin más, el niño tomó un celular y lo empezó a manipular. En cuestión de minutos estaba haciendo llamadas y dejando mensajes guiándose únicamente por las imágenes que tenía la pantalla del aparato. El niño quería leer las palabras que aparecían y le pedía a un adolescente que le explicara lo que allí decía. Esa posibilidad de aprendizaje era casi inexistente para la gran mayoría de los niños pobres de todo el mundo. Esa realidad puede cambiar si se ayudan a generar entornos más favorables para el aprendizaje y la exploración intelectual de la niñez del país. Por eso es que es más importe invertir significativamente en la educación preescolar, que ningún otro segmento académico.

Seguimos insistiendo en educar a la juventud de hoy, como nos educaron a nosotros, y no de la forma que ellos aprenden actualmente. Yo usé por primera vez una computadora en 1983 para hacer un trabajo de escuela. Antes de eso, solo conocía los videojuegos y las maquinitas de los distintos sistemas que ofrecía el mercado. En una revista se ofrecían computadoras portátiles tipo laptop que necesitaban ser ensambladas y cuya memoria dependía de una grabadora de casete. Para armar esa computadora portátil había que ir a la Electrónica Balboa. Después de unas cuantas semanas, el aparato necesitaba de largas sesiones de redactar códigos del tipo: “IF “X”=”0” THEN GOTO 210”.

Hoy en día casi ningún usuario escribe códigos de programación, y los equipos que usamos tales como celulares, tabletas y toda la demás gama de artículos electrónicos tienen más poder de computación que los que usó la NASA para enviar a la Misión Apolo a la Luna.

Los jóvenes de hoy ya están aprendiendo de la forma más avanzada que existe. Las mejores escuelas solo pueden aspirar a desarrollar en sus estudiantes las herramientas que le permitan sistematizar el uso de la información para transformarla en conocimiento. Sin embargo, la mayoría de las escuelas ni siquiera puede hacer eso. Hace más de 35 años la doctora Ligia Herrera, geógrafa humana, llamó la atención sobre el hecho de que Panamá tenía regiones desiguales de desarrollo, en las cuales hasta 30% de la población económicamente activa era analfabeta funcional. Es decir, que apenas podían leer o escribir su propio nombre, a la vez que su conocimiento matemático solo le permitía sumar y restar. Esta población únicamente podía ejecutar instrucciones muy simples y carecían de capacidad para manejar la complejidad de la vida moderna.

¿Qué proporción de nuestra población estará en esa situación actualmente? Posiblemente, tengamos un porcentaje similar lo que significaría que al menos un millón de personas en nuestro país caen en esa categoría. La esperanza y la realidad nos han demostrado que se puede superar este problema.

Hace una década, en Burunga (distrito de Arraiján, provincia de Panamá Oeste) se encontró que una familia estaba cazando animales de varias especies protegidas para venderlos a compradores inescrupulosos. La nieta de la doctora Ligia Herrera, la geógrafa Ligia Castro, quien dirigía la entonces Autoridad Nacional del Ambiente quiso averiguar porqué se dedicaban a esta actividad. El descubrimiento de que básicamente eran analfabetas funcionales fue una sorpresa. Tan próximos a centros urbanos y en pleno siglo XXI había panameños en esta situación. Por una vez los astros se alinearon y esta familia formó parte de un proyecto de alfabetización y de educación no formal. En aproximadamente nueve meses adquirieron los conocimientos y herramientas para aprender a usar una computadora y de esta forma se convirtieron en micro empresarios.

Ese es el tipo de medida que debió tomar el gobierno con todos los funcionarios que tenían salarios inferiores a los 600 dólares al mes. Usualmente ese nivel salarial representa un nivel educativo incompleto y, por consiguiente, una baja productividad. Imaginemos que esos 35 mil funcionarios completaran su educación al nivel más alto posible, y aprendieran a usar plenamente todas las herramientas informáticas. El consiguiente cambio social producto de una política así tendría muchos mayores beneficios que la opción utilizada.

Como sociedad tenemos muchos sesgos sobre la forma de educar que ya no corresponden con la realidad. Cualquier chico con un celular tiene acceso a las principales bibliotecas del mundo. Ese joven que pierde su tiempo en horas de obsesivo chateo y maniática interrelación con las redes sociales, podría estar usando ese tiempo en los tutoriales académicos totalmente gratis que abundan en internet, explorando los océanos virtuales que nos ofrece Google y desarrollando nuevas aplicaciones para el mundo que será de ellos.

La revolución educativa ya llegó a Panamá y no nos hemos dado cuenta. Probablemente, si no cambiamos el enfoque de nuestra educación permanezcamos atrapados por la visión rentista de los gremios docentes y perder la gran oportunidad de dar un salto cuántico como país. Todos vivimos en un universo digital, y así como la imprenta revolucionó el sistema escolar y al mundo hace más de 500 años, hoy las herramientas electrónicas han cambiado para siempre nuestra forma de aprender y de relacionarnos con el mundo. Que descanse en paz el viejo orden del conocimiento.

Fuente:

http://www.prensa.com/blogoterapia/panama-educacion-revolucion-disciplina_7_4581361819.html

Imagen: 

http://images.prensa.com/fotogalerias/electronicos-NASA-Mision-Apolo-Luna_LPRIMA20160922_0022_34.jpg

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Panamá y México definen diversos proyectos de cooperación.

                         Centro América/Panamá/05.11.2016/Autor y Fuente:http://www.tvn-2.com/

Diplomáticos de Panamá y México acordaron la ejecución de 21 proyectos bilaterales de cooperación para los próximos dos años, en materias de ciencia, educación y cultura, informó hoy la Cancillería panameña.

En la VIII Reunión de la Comisión Mixta de Cooperación Técnica y Científica y la IX Reunión de la Comisión Mixta de Cooperación Educativa y Cultural, en Ciudad de Panamá, ambos países definieron como sectores de cooperación ambiente, protección social, pesca, salud, emprendimiento y diplomacia.

También, televisión educativa, educación especial, inclusiva, técnica e intercultural, desarrollo artístico, derecho de autor y juventud, indicó la Cancillería de Panamá en un comunicado en el que no precisó la fecha de la reunión.

 Así, el VIII Programa de Cooperación Técnica y Científica 2017-2018 quedó conformado por 11 proyectos, y el IX Programa de Cooperación Educativo-Cultural por 10 proyectos.

«Ambos programas cuentan con los elementos necesarios para determinar su viabilidad técnica y financiera», indicó la fuente oficial.

Las delegaciones acordaron ejecutar el Programa de Cooperación mediante acciones de capacitación, intercambio de experiencias y asesoría técnica para la formación de recursos humanos.

Las reuniones culminaron con la lectura y aprobación de la cartera de proyectos que formarán parte del Programa de Cooperación Bilateral 2017-2018 y la firma de las Actas y Programas de Cooperación Bilateral Panamá – México (2017-2018), precisó la fuente.

La viceministra encargada de Asuntos Multilaterales y Cooperación de Panamá, Rebeca de Rojas, y el embajador mexicano, José Piña Rojas, suscribieron el acta del Convenio Técnico-Científico.

El acta de Cooperación Educativa Cultural fue firmada por De Rojas y la directora general de Cooperación Técnica y Científica de la Agencia de Cooperación para el Desarrollo de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México, Martha Navarro Albo.

Panamá y México tienen relaciones diplomáticas desde hace 112 años.

Fuente:http://www.tvn-2.com/nacionales/Panama-Mexico-proyectos-cooperacion-Noticias_0_4609789025.html

Imagen:http://images.tvn-2.com/nacionales/Acido-Saint-Stiglitz-Nueva-York_7937532.jpg

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Historia panameña, ¿ciencia o ideología?

Por: Olmedo Beluche

En Panamá, al mes de noviembre se le conoce como el “mes de la Patria”, ya que en su transcurso se conmemoran multiplicidad de gritos independentistas, algunos verdaderos y otros supuestos, en diversos municipios. Produciéndose la ironía de que es el país que más independencias celebra, siendo uno de los más dependientes del imperialismo norteamercano en América Latina. Por supuesto, la ocasión es propicia para, además de festejar y cantar loores a la patria, reflexionar sobre nuestra historia nacional, a ver si alguna moraleja extraemos de ella que sea útil para el presente.

Desde el aparato del estado, entes gubernamentales, medios de comunicación e ideólogos de diversa calaña aprovechan la ocasión para repetir los consabidos mitos y falacias erigiendo estatuas de pulido bronce a los abuelos de la oligarquía istmeña y trastocando hechos. Esta labor es particularmente enjundiciosa en torno a la conmemoración del 3 de Noviembre de 1903, fecha en que se produjo la separación de Panamá de Colombia.

Es que cuesta trabajo presentar una intervención armada norteamericana y un acto de vil traición a la patria, panameña y colombiana, como si fuera un acto de heroica liberación. Por ello, los ideólogos de la burguesía panameña se esfuerzan por remozar y apuntalar el mito al que cada año le salen más grietas por donde se escapa la simple verdad del acontecimiento tan celosamente escondida a los ojos del pueblo.

Ya lo dijo Carlos Marx hace tiempo: “la ideología dominante es la ideología de la clase dominante”. Porque la ideología es tan o más efectiva que las armas para garantizar la dominación, la opresión y la explotación. Mientras un pueblo crea los cuentos de la clase dominante no hará falta reprimirlo para imponer el orden.

Lo que da grima es ver tanta gente seria, tanto historiador profesional y hasta autotitulados marxistas que, con toda candidez, repiten los cuentos de hadas que relata la oligarquía y sus amanuenses. Francamente asombra tanta ausencia de pensamiento crítico.

Una actitud crítica no requiere haberse leído los tres tomos de El Capital, ni hacer gárgaras con El Manifiesto Comunista. Basta con usar la lógica y preguntarse: ¿La historia que nos echan sobre el 3 de noviembre es cierta o es falsa? ¿Tiene sentido todo lo que se afirma? ¿Qué dicen los hechos?

La historia puede ser ideología o puede ser ciencia. Lo que distingue a la segunda de la primera son los hechos objetivos, es decir, lo que realmente pasó. Y los hechos están ahí a la vista del que quiera ver, en multiplicidad de libros de historiadores reputados, nacionales y extranjeros. Pero cierta izquierda inconsecuente prefiere quedarse en el marco de los prejuicios y hacerse eco del mito porque es más cómodo y así no se corre el riesgo de caer mal. Misma actitud que prevalece sobre el debate respecto a los derechos sexuales y reproductivos, en especial de las mujeres. Mejor seguir la corriente.

Cuando alguien saca a relucir los hechos bochornosos que rodearon la “indepencia” de Colombia, la primera tontería que suele responderse es que se trata de un “antipatriota” que no quiere a Panamá. Por esta vía resulta que quienes trabajaron para que Estados Unidos impusiera un canal controlado “como si fueran soberanos” son los patriotas, los próceres. Quien cuestione ese proceder es antipatria. Ya de salida los argumentos se mueven al terreno de los prejuicios y la actitud científica se esfumó.

De ahí deriva en que debemos llamar “independencia” al acontecimiento que convirtió a Panamá en un protectorado de Estados Unidos, logrado por la ocupación militar de facto del Istmo por miles de soldados yanquis y decenas de acorazados del Army Navy, que creo la Zona del Canal, que impuso nuestra versión de la Emienda Platt en el artículo 136 de la Constitución de 1904. Hecho en el que los actores centrales fueron los empleados de la transnacional imperialista Panama Rail Road Company y la Compañía Nueva del Canal (francesa) y su adminstrador en Nueva York, William N. Cromwell.

No hace falta el ingenio de Galileo Galilei para preguntar con suspicacia: ¿Si fuera cierto que la separación es un acto de liberación del pueblo panameño frente a la opresión colombiana, dónde están las luchas de liberación, las manifestaciones populares, las insurrecciones y las proclamas? ¿Los liberales de Victoriano y Belisario Porras? Victoriano peleaba por la tierra y los derechos de los indígenas, como consta en sus biografías. Y Belisario escribió como colombiano y contra la separación en La Venta del Istmo (mayo de 1903).

O, ¿el gobierno colombiano oprimía, “mantenía en el olvido” sólo al pueblo panameño, o también al cartagenero, antioqueño, tolimense y caucano? ¿Los comerciantes istmeños eran también oprimidos o participaban de ese gobierno? ¿No fueron Tomás Herrera y José D. Obaldía presidentes de Colombia? ¿Y Justo Arosemena, José A. Arango, Manuel Amador Guerrero y tantos otros senadores, funcionarios y ministros? ¿No eran corresponsables?

Es evidente que la “leyenda dorada” y la seudomarxista “versión ecléctica” pretenden exonerar a la oligarquía comercial panameña de los males que aquejaban a Colombia, convirtiéndolos en supuestos adalides de la “liberación nacional”. No se entiende como alguien que se llame marxista pueda defender una falacia tan evidente.

Los argumentos más sofisticados, llegados a este punto, se mueven al siglo XIX, para justificar los acontecimientos de 1903. La “prueba” serían las llamadas “actas separatistas” de 1826, 1830, 1831, 1840, el estado federal de 1855. Pero resulta que la interpretación de esos acontecimientos es fruto de una historia reescrita luego de 1903, para justificar la separación, y se ha hecho descontextualizando el conjunto de las circunstacias específicas que los rodearon y que afectaron a toda Colombia.

Labor de falseamiento e ideologización de la historia desembozadamente propuesto por Carlos Gasteazoro, padre de nuestra historiografía, en su presentación de la reedición del Compendio de Historia de Panamá, de Sosa y Arce, publicado por la Universidad de Panamá en los años 70. Asunto que ya hemos abordado en nuestro ensayo Estado, nación y clases sociales en Panamá (1997) y en el artículo El debate del Centenario, publicado por la Revista Lotería (2006), y que no vamos a repetir aquí.

La suma de toda la ignorancia posible la expresan quienes en una osadía sin parangón ni sonrojo, alegan que ya existía una “nación panameña” desde que Balboa descubrió el Mar del Sur, e incluso antes con nuestros pueblos originarios. ¿Nuestros indígenas eran “panameños”? ¿O eran ngabes, bugleres, kunas, cuevas, bokotas, bribri, etc.? ¿Balboa era panameño o era español?

Estos argumentos expresan una ignorancia tan supina que no merecen mayor demostración, cuando en este continente, pese a las ideas precursores como Miranda, la idea de la indepencia, es decir la ruptura de la nación hispanoamericana, no quedó sólidamente colocada sino hasta el fracaso de la Constitución de Cádiz en 1810. Y, aún después, le costó a los libertadores sumar a su proyecto nacional a las clases explotadas como indígenas y esclavos negros, quienes veían a la oligarquía criolla como enemiga fundamental y al rey español como aliado en la lucha por sus derechos.

Pero el paroxismo irracional, rayando en la xenofobia, llega cuando, acabados todos los argumentos, se dice que “bueno, pero los gringos nos hicieron un favor, porque si no estaríamos vueltos un desastre como lo es Colombia”. Y, sí, Colombia duele, y es lamentable la situación a la que ha sido conducido el hermano pueblo por una oligarquía antidemocrática y paramilitar. Pero esa no es la discusión.

Los crímenes de la burguesía colombiana contra su pueblo no justifican los crímenes de la burguesía panameña contra el suyo. Además, nadie ha propuesto volver a ser una provincia de Colombia. De lo que se trata es de reconocer a los enemigos de nuestros pueblos, colombiano y panameño: el imperialismo norteamericano y nuestras clases gobernantes. Y eso es lo que no quieren que sepa el pueblo y por eso usan la historia como ideología. Sólo sobre la base de esa verdad podremos luchar por una unidad continental con un fundamento más realista y efectivo que soñado por Bolívar al crear la Gran Colombia.

Finalmente, la verdadera dimensión del acontecimiento de noviembre de 1903 la da el hecho de que los siguientes 100 años de nuestra historia, el pueblo panameño tuvo que luchar contra las consecuencias del hecho: el Tratado Hay – Bunau Varilla y la presencia norteamericana en el canal. Esto es una verdad irrebatible.

En esa lucha contra el imperialismo norteamericano, y no contra Colombia, en la que generaciones panameñas forjaron con sangre de sus verdaderos héroes (en 1925,1947, 1964) se formó la nacionalidad panameña, resisitendo la asimilación y la aculturización anglosajona.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=218793&titular=historia-paname%F1a-%BFciencia-o-ideolog%EDa?-

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República y proyecto de Nación: pasado y futuro

Por: Marco A. Gandasegui Hijo

Hay una pregunta de fondo: ¿Contribuyó la creación de la República —el 3 de Noviembre de 1903— al proyecto de nación de los panameños? La respuesta a la pregunta no la podemos encontrar en el estudio de los personajes o solo en los textos existentes sobre los acontecimientos de aquella fecha. Es necesario someter a un exhaustivo examen la historia centenaria de la República para determinar si hemos avanzado en la consolidación de nuestro proyecto de nación o si, por el contrario, nos hemos estancado o si hemos retrocedido.

En el caso de Panamá, el 3 de Noviembre de 1903 existía un grupo de panameños decidido a hacer realidad un proyecto de país que le permitiera a esa elite tomar plena posesión de la ruta de tránsito y disfrutar de su enorme potencial económico. Hemos usado el término ‘proyecto de país’ y no proyecto de nación, ya que no está muy claro si estas eran las intenciones de los próceres. Ricaurte Soler calificaría a este grupo social separatista como ‘clase antinacional’.

El proyecto de emporio comercial de los conspiradores del 3 de Noviembre fracasó. EE.UU. tomó posesión de la posición geográfica y de la ruta de tránsito. Pero los ‘próceres’ dejaron las bases para construir la República. Otros grupos sociales iniciaron la lucha por la recuperación de la ‘soberanía’ perdida y por el ‘proyecto de nación’. Así lo entendió Diógenes de la Rosa, quien le planteó al país la necesidad de dejar atrás las pequeñeces del debate en torno al 3 de Noviembre y que comenzáramos todos a construir la nación panameña. Con más pesimismo, también lo planteó Roque Javier Laurenza.

En más de cien años de República hay que preguntarse nuevamente, como lo hicieron De la Rosa y Laurenza: ¿tenemos la capacidad para dirigir a un pueblo dispuesto a caminar hacia la consolidación de un proyecto de nación? La respuesta es afirmativa. Por un lado, persisten las dudas sobre las circunstancias que marcaron el nacimiento de la República el 3 de Noviembre de 1903. Por el otro, hay que decir con claridad y fuerza que en los cien años de República se han despejado las dudas sobre la existencia de un pueblo panameño que impulsa un proyecto de nación en permanente proceso de construcción.

Hay que mencionar tres hitos en la lucha por constituir el proyecto de nación de los panameños. En primer lugar, el rescate de la República producida por los liberales populares encabezados por Belisario Porras. La alianza entre el arrabal de Santa Ana y los pequeños agricultores de Azuero le dio vida nacional al país y recompusieron los pedazos dejados por el fracaso de los conspiradores de 1903. En segundo lugar, la reincorporación a la nación por parte de la llamada pequeña burguesía de Acción Comunal y el liderazgo posterior de su caudillo Arnulfo Arias.

Tercero, el populismo de Omar Torrijos que creó un amplio abanico social que incluyó a la clase obrera, las organizaciones campesinas y los empresarios nacionales. Las luchas estudiantiles y la gesta del 9 de Enero sirvieron de antecedente e inspiración para que la alianza populista recuperara la soberanía perdida.

La alianza de estas cuatros clases sociales —empresarios nacionales, capas medias, obreros y campesinos— le permitió a la nación negociar el fin de la colonia norteamericana en territorio panameño, la evacuación de las bases militares y la transferencia del Canal.

No existe, en la actualidad, claridad sobre qué grupo social debe encabezar el país. La alianza entre las cuatro clases sociales que logró negociar con éxito los Tratados Torrijos-Carter parece haberse desvanecido. Los campesinos y obreros, que identificaron su proyecto de nación, se encuentran a la defensiva. Los empresarios han perdido el ímpetu y, a la vez, el discurso nacionalista que los caracterizó durante buena parte de la segunda mitad del siglo XX. Regresaron al poder, a fines del siglo XX, los conspiradores del 3 de Noviembre de 1903, sin proyecto de nación, protegidos por las bayonetas norteamericanas.

Este grupo, formado por conspiradores y especuladores, toma decisiones sobre el país, sin proyecto de nación. Sus flancos están abiertos a los ataques tanto externos como internos. En este 3 de Noviembre corresponde a los panameños reflexionar no solo sobre el pasado de la República, sino también sobre el futuro de la Nación.

Fuente: http://laestrella.com.pa/opinion/columnistas/republica-proyecto-nacion-pasado-futuro/23969060

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Panamá: Ologwagdi, el guardián del escudo

Centroamerica/Panamá/04 de noviembre de 2016/www.prensa.com/Por: Ohigginis Arcia Jaramillo

El artista guna fue escogido por la Comisión de los Símbolos Patrios  para corregir las anomalías en el escudo nacional de armas.

Los elementos que ideó Nicanor Villalaz en 1904 para el escudo de Panamá fueron adulterados con el tiempo: piqueta en lugar de azadón, águilas de cualquiera especie o colores a gusto de los gobernantes del momento.

Era un símbolo patrio viciado, hasta que en 2010 hubo un malestar colectivo en el país luego de que el Gobierno de entonces imprimió 60 mil pasaportes con un escudo en el que se plasmó un mazo y no el azadón, que representaba el trabajo.

La situación motivó la creación de la Comisión Nacional de los Símbolos Patrios en 2012, la cual se encarga de cuidar que los emblemas: la bandera, el escudo y el himno se apeguen a sus diseños originales.

LA SELECCIÓN

En el caso del escudo, la Comisión eligió a Armando Díaz, quien prefiere que lo llamen Ologwagdi, para mantener vivo e intachable el legado de Villalaz.

Hoy, desde un pequeño espacio en el Ministerio de Educación en Ancón, este artista guna cura las heridas de la insignia nacional.

Su labor implica dibujar y pintar siete escudos modelos con 10 estrellas, que representan a las 10 provincias, para entidades como la Presidencia de la República, la Corte Suprema de Justicia y la Asamblea Nacional. Estos escudos serían el camino a seguir para futuras réplicas.

Ologwagdi sabe la responsabilidad que tiene sobre sus hombros. “Sería mi mayor legado en mi carrera artística”, sostiene el guna de 63 años, quien espera concluir el trabajo en 2017.

El también activista considera que el escudo es un símbolo “perfecto” desde su creación, ya que su selección fue de manera democrática.

Precisamente, en noviembre de 1903 se llevó a cabo un concurso a través del cual se recibirían proyectos de modelo para el Escudo Nacional. En total, se presentaron más de 100 propuestas, pero la elegida fue la de el también poeta Villalaz.

“No fue un escudo impuesto por una monarquía. Fue un concurso y lo considero un buen ejercicio democrático, pensando en cómo se gobernaban los países en aquel momento”, acotó.

Cada día, este pintor nacido en la provincia de Colón retoca los óleos, ya que tardan hasta meses en secarse. Su idea es hacer escudos intachables que sean dignos de un país como Panamá.

A la vez, lamenta que durante estas últimas décadas no se le haya dado la importancia que merece. “Lo que hago está muy adherido a la vida y también a la patria”, subraya Ologwagdi, quien ha pintado murales en Bolivia y Costa Rica, y tiene pendiente elaborar uno en Estados Unidos.

EL NACIONALISMO

Su arte siempre lleva tintes nacionalistas y sus argumentos también lo denotan. Por ejemplo, plantea que en el tema educativo hubo

retrasos cuando entre 2009 y 2014 el Ministerio de Educación decidió eliminar la asignatura de relaciones entre Panamá con Estados Unidos. “Eso fue un bajón para los estudiantes de secundaria. Estos chicos nos representarán en el futuro y deben conocer la historia”, aportó.

Este gobierno decidió incluir l materia nuevamente dentro del currículum del sistema educativo.

Ologwagdi, de baja estatura, pómulos salientes y voz pausada, considera que dibujar y pintar las correcciones del escudo es una labor muy afín con su discurso. No duda en señalar que este trabajo será un buen cierre para su vida artística.

Por otra parte, en pleno mes de la patria, en el que se le brinda una atención especial a los símbolos patrios, indica que los ciudadanos deben “hacer patria”, es decir defender las causas justas.

Entre los ideales de Ologwagdi están las mejoras al obrero de la construcción, que se le brinde la importancia al tema educativo y a los estudiantes, así como que la clase política sea más transparente.

“Me considero un ciudadano más, pero con gestión de patriota. Nuestro escudo, bandera y también el himno tienen vida para mí”, dijo.

Además, pidió “respeto” para el uso de estos emblemas, no solo en el país sino en el extranjero. En ese sentido, recomendó a los músicos, deportistas y profesionales que salen del país y que quieren mostrar estos símbolos patrios colocarlos siempre por delante.

“He visto a algunos que llevan la bandera como toalla o como una capa y eso no debe ser. Deben presentarla adelante o al lado, ya que se trata de la tela de nuestros amores”, puntualizó.

Ologwagdi, quien pinta y habla sobre la patria, aduce que solo con ser un ciudadano responsable se le rinde tributo a Panamá, sobre todo hoy 3 de noviembre, cuando la nación está de fiesta.

Tomado de: http://www.prensa.com/sociedad/Ologwagdi-escudo-perfecto_0_4612038801.html

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