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La “insoportable levedad” de la política

Por: Carolina Vásquez Araya

Las alturas tienen como característica una acentuada falta de oxígeno.

El mundo está patas arriba. No solo como producto de los eventos provocados por el cambio climático o la absurda e irresponsable manera de destruir lo que ha sido puesto a nuestro cuidado. Simplemente, por la pérdida de sensatez de la abrumadora mayoría de gobernantes, políticos y empresarios cuyo único objetivo en la vida es acumular poder, riqueza y capacidad de maniobra para hacer de otras naciones un cobijo para sus actos de corrupción. Cuando señalamos a los títeres de nuestros países en decadencia, no debemos olvidar quienes jalan de los hilos. Como consecuencia de esta miopía se pierden valiosas oportunidades para reforzar los valores humanos y aquellos de las utópicas democracias.

Los aires de las alturas ocasionan pérdida del sentido de la realidad, alucinaciones, sensación de invulnerabilidad y un desapego absoluto hacia la consecuencia de las acciones. Este síndrome lo conocen bien los políticos, los multimillonarios y, por supuesto, los montañistas -aunque estos últimos recuperan el sentido común en cuanto bajan de las cimas- y sus efectos tienen impacto sobre decisiones capaces de cambiar el rumbo de la Historia. Eso sucede con tal abundancia en los círculos elevados del poder que, cuando algunos de esos potentados actúan con inteligencia, parecen héroes de leyenda.

Los miserables gobernantes del triángulo norte de Centroamérica, sumada Nicaragua, son por el momento y para el resto de los latinoamericanos, un ejemplo penoso de esa pérdida de capacidad humana. No solo se han apoderado de todas las instancias creadas para proteger los valores democráticos y las leyes; también se han transformado en déspotas con ínfulas de poseer el poder absoluto para garantizarse la impunidad por sus crímenes de lesa humanidad, por sus delitos económicos, por su evidente incapacidad y, de paso, para crear una valla infranqueable contra los esfuerzos por contener la corrupción.

Aunque este sea el ejemplo local de mala gestión y perversas intenciones, también en los demás continentes las ambiciones por el poder compiten por los primeros lugares en sus afanes por conseguir el control geopolítico del planeta, no importando cuántas vidas inocentes se aniquilen al paso de sus tropas, sus misiles y sus negociaciones indecentes por mantener el control económico. Para ello se crean instituciones de alto nivel mundial como instrumentos de coerción, cuya naturaleza escapa a cualquier tipo de control, incluidos los abundantes tratados y convenciones suscritos para defender los derechos humanos y de la naturaleza.

Quizás por este ambiente de caos, cuyas incidencias acaparan la atención de enormes conglomerados empresariales a los cuales pertenecen las mayores entidades de prensa del mundo, los minúsculos ciudadanos -quienes poblamos los países menos desarrollados- jamás tendremos la visión exacta de cómo funcionan las políticas globales y tampoco por qué ninguna potencia se interesa por nuestro insignificante destino.

Los discursos sobre libertad y democracia mueren de muerte natural en cuanto rozan nuestras fronteras y se convierten en palabras vacías ante las provocaciones de los gobernantes más corruptos del orbe. El único mecanismo de protección está, por lo tanto, en manos de pueblos hambrientos, condenados a la ignorancia y sometidos al abuso constante de sus gobiernos; y son estos, también, quienes reciben los golpes más duros del sistema que nos rige.

El control absoluto del poder es capaz de destruir todo el andamiaje legal que nos protege.

Fuente de la información e imagen: www.carolinavasquezaraya.com

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Patriarcado y neoliberalismo cultural: la ofensiva perfecta

Por: Silvia Carrasco

El neoliberalismo, cuyo propósito es la mercantilización absoluta de la vida humana, se camufla apelando a la libre elección, a los deseos subjetivos o al sentimiento identitario. Son expresiones culturales, aparentemente de izquierdas, que actualizan una explotación que afecta, principalmente, a las mujeres.

El patriarcado es la institución más antigua que conocemos en la historia de la Humanidad. En cualquiera de sus formas y manifestaciones, la dominación física, económica, política y simbólica de las mujeres atraviesa todas las sociedades, culturas y épocas hasta nuestros días. Y todas las culturas que conocemos, tanto las que nos han precedido como la nuestra y sus contemporáneas, han hecho una magnífica labor naturalizando la subordinación a partir de la diferencia sexual entre mujeres y hombres, a través de la socialización basada en roles, comportamientos y marcadores diversos. A este conjunto de normas, prácticas y valores que conforman y condicionan las experiencias de ser mujeres y hombres culturalmente específicos lo llamamos género. El género es un concepto analítico y, a la vez, el mecanismo de reproducción del patriarcado. Porque el patriarcado persiste y se reinventa, como todos los sistemas de relaciones de poder. Aplicando la lúcida distinción de Alicia Puleo[1], en la mayoría de los países del mundo sigue vigente como coerción, donde la inferioridad y la sujeción de las mujeres es legal. Y en aquellos en los que supuestamente disfrutamos de igualdad ante la ley, no solo el patriarcado de consentimiento disciplina diariamente a las mujeres –abandonadas por la interiorización de sus mecanismos– de mil maneras, sino que, además, se rearma como parte de una ofensiva que intenta eliminar a las mujeres como sujetos de derecho.

No debería sorprendernos que las grandes corrientes del pensamiento y la acción política marxistas, y quienes las han desarrollado, hayan tenido serias dificultades para deshacerse y distanciarse críticamente del patriarcado, pues todo lo impregna a la hora de intentar comprender el mundo y proponer formas alternativas de organizar la sociedad. Pero sería esperable encontrar la superación de este lastre en las aportaciones más recientes, las ecosocialistas: perspectivas holísticas situadas en la búsqueda de un sistema-mundo basado en la justicia global en todas sus dimensiones; es decir, una justicia global alejada de la ingenuidad utópica de tiempos anteriores a la constatación del daño ya irreversible causado en el Planeta, tanto como del crecimiento ilimitado al servicio del beneficio corporativo.

Sin embargo, la estrategia cultural del neoliberalismo actualiza como nunca los mecanismos del patriarcado y parece suspender la capacidad de análisis progresista que se aplica, en cambio, con éxito a la economía política de la globalización. El neoliberalismo cultural se podría definir como el conjunto de disposiciones y actitudes favorables al neoliberalismo económico y al debilitamiento del Estado promovidas por medio de la cultura de masas y todos sus medios de penetración. Es la agenda ideológica que convierte en aceptable la expansión ilimitada del mercado, y para lograrlo rompe los instrumentos de la articulación política colectiva y la solidaridad social necesarias con que poder hacerle frente.

Las máscaras del neoliberalismo cultural camuflan y resignifican la explotación extractivista que convierte hasta la última célula de los cuerpos de las mujeres en materia prima del mercado de la vida, habiendo colonizado a la izquierda política con el núcleo de su engaño. Como conversos, ideólogos y políticos “de izquierdas” consagran la explotación de las mujeres (piénsese en la prostitución o en el alquiler de los úteros) como el súmmum de los nuevos derechos, como si esas prácticas fueran bendecidas por los mantras de la libertad de elección y los deseos subjetivos. Repiten que no es lo mismo vender un riñón para pagar deudas –algo inadmisible moral y políticamente– que aceptar dinero por dejarse penetrar “si la mujer lo decide”, una mujer cuya dignidad se convierte en ajena a la dignidad propia de quien emite el juicio. Porque las mujeres no somos ciudadanas iguales en el imaginario patriarcal, por eso somos víctimas más invisibles. Pero vayamos por partes.

Como materialistas, sabemos que la primera acumulación por desposesión en la historia de la Humanidad es la del acceso sexual y la apropiación de la capacidad reproductiva de las mujeres a manos de los hombres, mucho antes de que la hegemonía del capital sobre la naturaleza y sobre el trabajo definieran el capitalismo neoliberal en las últimas décadas del siglo XX. La agenda feminista es indisociable de todo proyecto emancipador de la humanidad, que no es tal si no comienza por erradicar los mecanismos y los efectos de aquella primera acumulación, la desigualdad más antigua, abrumadora y transversal, la subordinación de las mujeres. El ecosocialismo, síntesis del socialismo y el ecologismo político, denuncia el doble carácter injusto y depredador de un modelo de producción y organización del mundo insostenible.

El ecosocialismo y, en general, toda la izquierda autodenominada transformadora, así como el feminismo, constituirían, por tanto, un proyecto político alternativo a la mercantilización de la vida humana en cualquiera de sus formas. Deberían representar la esperanza de hacer más justo el mundo que compartimos, deteniendo y revirtiendo el extractivismo y la explotación del planeta y de la Humanidad –incluidas las mujeres, claro está–. Pero las propuestas políticas concretas que formula esta izquierda parecen haber abandonado el análisis materialista de la realidad en lo que se refiere a la emancipación de las mujeres, abandonando en paralelo buena parte de la agenda feminista.

Sin embargo, una izquierda transformadora, que enarbola la bandera de lo verdelo rojo y lo morado, es del todo irreconciliable con la explotación sexual y reproductiva de las mujeres, que se basa en el extractivismo aplicado a nuestros cuerpos. Lo esperable sería que luchara enconadamente contra las industrias globales que promocionan la demanda de mujeres y niñas como objetos sexuales al servicio de los hombres. ¿Qué ocurre con esa pornografía que se satisface por medio de la trata? Comprendiendo como comprende el funcionamiento del mercado y el consumo, la izquierda debería denunciar cómo se reproduce la posición subalterna y cosificada de las mujeres en las mentes de los adolescentes y los jóvenes por medio del negocio criminal de la pornografía, que les induce a excitarse con el sometimiento violento de niñas y mujeres. Debería comprender, más que ninguna otra posición política, que la igualdad entre mujeres y hombres es incompatible con la mercantilización de las relaciones y que el consentimiento de las mujeres no es más que el precio de la supervivencia en la mayor de las desigualdades. ¿Qué clase de trabajo devalúa a la trabajadora con los años y la “experiencia”? ¿En cuál otro trabajo la alienación del propio cuerpo, la disociación inducida por el consumo de drogas, es la única posibilidad de mantener el empleo?

Porque ni los hombres tienen derecho a consumir cuerpos de mujeres pobres que no les desean, ni los hombres y mujeres ricos tienen derecho a consumir cuerpos de mujeres en situaciones precarias de todo el mundo con tecnologías reproductivas al servicio de un derecho inexistente a ser padres, socavando su salud con hormonaciones intensivas y embarazos indeseables. La izquierda debería ser la abanderada de la lucha contra el comercio mundial que convierte el derecho de los niños a tener una familia en compraventa de bebés encargados a la carta y gestados por mujeres empobrecidas.

El ecosocialismo como filosofía política es la antítesis de las ideas que sustentan estas prácticas. Otro tanto hay que decir de un feminismo que no lo es cuando se conjuga en plural –feminismo(s)– para defender prácticas como las antes referidas. Pero las formaciones políticas que ahora representan estas tendencias han sido las primeras víctimas de la gran operación de resignificación del análisis y la lucha feminista en los últimos años. La expansión y consolidación del capitalismo neoliberal, desterritorializado y desregulado, se impone más fácilmente a partir de las teorías identitarias que promueven la subjetividad individual y disocian la experiencia subjetiva de toda realidad material, incluida la realidad material del sexo. Aún más si se presentan con el discurso de la transgresión liberadora o el de los derechos humanos. Y como todo lo que tiene que ver con el origen de la opresión patriarcal, la cuestión del sexo, a quienes les afecta en primer lugar es a las mujeres.

Así como en una pesadilla que sintetiza Un mundo feliz de Huxley y 1984 de Orwell, cuando nos hemos convertido en la materia prima de las actividades criminales más lucrativas del mundo, las mujeres somos reducidas a funciones fisiológicas por un lenguaje que nos borra: “cuerpos menstruantes”, “cuerpos gestantes”, etc. Decía recientemente Eva Borreguero en El País (8/06/22) que la invisibilización social de las mujeres a manos de los talibanes tiene el mismo efecto que referirse a las mujeres como “personas con vagina”, pues son viejas y nuevas formas de borrarlas. De esta manera, el género y todos sus artificios ya no son opresión, sino que se perciben como expresión de la identidad.

En la misma línea, se puede interpretar ahora, con diversas leyes en la mano, que la infancia libre de limitaciones sexistas que no reproduce roles tradicionales ni preferencias antiguas, puede ser indicativa de haber nacido en “un cuerpo equivocado”. Y que ese cuerpo debe ser hormonado y mutilado para encajar, creando dependencia farmacológica de por vida para alcanzar su verdadera identidad (por cierto, esta tendencia afecta a tres chicas de cada cuatro casos sin que ello haya constituido una señal de alarma política y social hasta el momento). Por otra parte, la prostitución ya no es cosificación y explotación, sino trabajo sexual empoderante. Y la lista sigue: la explotación reproductiva se convierte en altruismo; la ficción legal y médica de la transexualidad se convierte en un derecho a cambiar el sexo registral sin filtro ni límite alguno, con todas sus consecuencias, ocupando los espacios de las mujeres y suplantándolas; y la violencia contra las mujeres, que es la principal herramienta del patriarcado para reproducir la subordinación social y cultural a pesar de la igualdad formal que establecen las leyes, pasa a ser violencia contra una identidad sentida: puede considerarse víctima de ella todo hombre que se declare mujer. La contradicción más flagrante es que las propias bases de la emancipación de las mujeres y de las políticas de igualdad impulsadas por la izquierda se convierten ahora en papel mojado.

Una izquierda transformadora debería ser, por definición, contraria a la falacia de la libre elección, resucitada por el neoliberalismo hace cuarenta años a pesar de haber sido desmontada por el marxismo hace casi doscientos. El propio cuerpo no es un activo de mercado y la lucha colectiva no es ni una suma de subjetividades ni, mucho menos, un repertorio de deseos inducidos por el mercado y centrados en el individuo. ¿Cuál es entonces la alternativa ideológica al beneficio de las grandes corporaciones, de las opciones que dicen representar el ecosocialismo y los autodenominados feminismos, si abrazan su cultura?

Aquella célebre contradicción secundaria de la que hablábamos, que siempre debía esperar a la resolución de los conflictos capital-trabajo, se ha liquidado por la vía de considerar obsoleta la agenda feminista, renunciando a alcanzarla. De un plumazo, se menosprecia una tradición política, intelectual y de lucha de los últimos trescientos años en un momento de retroceso en el que los hombres jóvenes se adhieren al negacionismo de la violencia patriarcal de la derecha, o al borrado de las mujeres de esta izquierda impostora. La reacción del movimiento feminista, tal y como ha ocurrido en todas las ofensivas patriarcales de la historia, es objeto de burla, persecución, silencio e indiferencia cómplice ante intimidaciones y agresiones por parte de jóvenes cuyas camisetas dicen –sin escandalizar a nadie– “Kill the TERF”. La mordaza y la autocensura revelan el éxito del nuevo orden.

Pero por encima de todo es necesario darse cuenta de que, en esta operación del neoliberalismo cultural, con la resignificación ideológica y la rendición política en la izquierda, es el propio concepto de Estado de derecho el que está en riesgo. Se trata de una ofensiva perfecta que se ceba, en primera instancia, en la persistencia naturalizada del patriarcado porque sus víctimas no importan en la misma medida que los hombres. Ya sabéis, primero vinieron a por las mujeres.

[1] Puleo, Alicia. “Libertad, igualdad, sostenibilidad. Por un ecofeminismo ilustrado”. Isegoría: Revista de Filosofía Moral y Política, nº 38, enero-junio, 2008, 39-59.

Fuente de la información e imagen:  https://www.elviejotopo.com

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Las escuelas y su problemática diaria

Por: Manuel Alberto Navarro Weckmann

«Resulta muy importante que se regule y transparente la recepción, uso y destino de las cuotas escolares.»

De acuerdo con el calendario oficial de la Secretaría de Educación Pública (SEP), vigente para las escuelas públicas y particulares incorporadas al Sistema Educativo Nacional, estamos a unos días de que inicie el ciclo escolar 2022 – 2023 que, de acuerdo con la información vertida al menos en la mayoría de las entidades federativas, se hará en formato presencial, con las implicaciones que ello tiene para la propia educación.

La educación ha sido muy golpeada por muy diferentes factores, no solo por la deuda que tiene el modelo de la cuarta transformación con las comunidades escolares, sino por el impacto de la pandemia en la deserción, el vandalismo a los centros escolares, la estimación del Banco Mundial de un rezago de dos años de escolaridad, amén de los problemas docentes en lo que se refiere a prestaciones, cambios, asignaciones y un salario que no termina de hacer justicia a una labor que mucho se dice en el discurso pero poco en la realidad que agobia al magisterio.

Hoy el problema que se vive en las aulas tiene que ver poco con el discurso de ninguno de los tres órdenes de gobierno pues, mientras en estos se habla de grandes obras de infraestructura, oportunidades de convenios internacionales y nuevos planes de estudio, a realidad es que a terreno de piso en el centro escolar hay cada vez más problemas porque se convive con tres planes de estudio a la par y que no termina de aterrizar un modelo de capacitación y formación docente que apunte a resolver las necesidades que se tienen para mejorar el proceso de enseñanza – aprendizaje.

Los libros de texto llegan a los grandes almacenes oficiales de los centros urbanos, sin embargo, no hay camioneta oficial que los lleve hasta las escuelas, la impresión de las constancias, boletas, certificados, servicio de internet, teléfono, materiales didácticos de apoyo al aprendizaje, hojas para evaluaciones, la reposición de vidrios, gas para calentones, reparación de fugas de agua, entre muchos otros aspectos, son cubiertos por el propio personal docente y los cada vez menos padres y madres de familia que cooperan para sufragar estos avatares a los que se enfrentan día a día los centros educativos, mismos que se han cubierto con rifas, kermeses y otras actividades que se hacen en conjunto en las comunidades escolares de las escuelas oficiales.

Resulta muy importante que se regule y transparente la recepción, uso y destino de las cuotas escolares, no solo que la autoridad grite a los cuatro vientos que nos son obligatorias, sino que, si no puede apoyar como es debido, que es como ha sucedido en las últimas 8 décadas, brinde al menos un camino, una alterativa que de cauce para que los centros educativos puedan estar en condiciones de garantizar un derecho que como establece la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO por sus siglas en ingles) es un derecho humano fundamental que permite sacar a los hombres y las mujeres de la pobreza, superar las desigualdades y garantizar un desarrollo sostenible como es la educación.

Fuente de la información: https://profelandia.com

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Descolonizar la educación: ¿proyecto o impostura?

Por: Mauro Jarquín Ramírez*

 

A principios de 2015, un estudiante de la Universidad de Ciudad del Cabo en Sudáfrica lanzó heces fecales sobre una estatua del imperialista británico Cecil Rodhes, considerada monumento al colonialismo. El hecho detonó el inicio del movimiento Rhodes Must Fall, que llegó a cuestionar contenidos y prácticas coloniales en la educación de ese país y más allá de sus fronteras. En cuestión de semanas, la protesta se extendió a otras instituciones del mundo, apuntalando una potente discusión sobre la descolonización de la educación superior en universidades como Oxford, Harvard y la Escuela de Economía de Londres, donde estudiantes preguntaron: ¿mi currículo es blanco? La trascendencia fue tal, que la propia Quacquarelli Symonds, compañía conocida por sus rankings internacionales, llegó a hablar en 2020 sobre la necesidad de discutir la descolonización de la educación. Así, un debate presente desde mediados del siglo pasado, relativo a la superación de estructuras de dominación colonial en la cultura y la educación, obtuvo nuevo aliento, ya no particularmente en África o América Latina, sino en el corazón de Occidente.

Aunque en México el debate sobre la descolonización educativa no es nuevo, la temática se ha convertido en elemento central de la narrativa educativa oficial a raíz de la difusión del Nuevo Marco Curricular. Nadie podría negar los síntomas de colonialidad presentes a lo largo de un sistema educativo donde el racismo y la discriminación institucional son parte de cotidianidad en gran cantidad de escuelas, públicas y privadas. La ausencia de justicia curricular, autonegación de culturas y lenguas por temor a la discriminación; violencia física; marginación, etcétera, forman parte de las trayectorias escolares –y de vida– de estudiantes principalmente indígenas, afromexicanos y de clase trabajadora. Lo anterior ha conducido a hechos indignantes, como cuando recientemente un estudiante otomí fue quemado por sus compañeros de una telesecundaria en Querétaro por ser indígena y “no hablar bien español”. Visto así, es necesario apuntalar un cambio en el funcionamiento del sistema educativo que permita superar una antiquísima matriz de dominación “racial”/étnica y conduzca a prácticas docentes, de organización escolar y de interacción comunitaria de carácter democrático, mediadas por un diálogo intercultural.

Lamentablemente, pese a tratarse de un tema complejo donde intervienen elementos estructurales y relativos a la experiencia individual de quienes habitan las escuelas, su abordaje público ha sido superficial. Los intercambios recientes se han circunscrito a una interpretación provocativa que, a la luz de una particular lectura de la propuesta curricular, afirma que la Nueva Escuela Mexicana (NEM) tiene como “ideología subyacente” o “fundamento epistémico” a las epistemologías del sur, una propuesta teórica que resulta polémica en el ámbito de las ciencias sociales. Lo anterior ha generado una reacción poco meditada de ciertos sectores de la academia liberal para quienes tal propuesta teórica (y, por tanto, el marco curricular) es “folclórica y ridícula”; “anticientífica, antimatemáticas, ideologizada, encumbra la superchería popular”; “una escuela del Amazonas enseñando el gran método para reducir cabezas” para “producir chairos en serie” o “embrollo doctrinario”.

Más allá del tono reaccionario e intransigente usado, afirmar que dicha propuesta es el “fundamento” de la NEM es una falacia. El proyecto educativo no es sólo currículo, sino también marco jurídico, modelos de carrera docente, formas de gestión escolar, políticas específicas, financiamiento, modos de vinculación Estado-magisterio, etcétera. Elementos que condicionan directamente el trabajo cotidiano en las aulas, intervienen en el desarrollo del currículo oculto y cuya genealogía conceptual apunta más a nociones gerenciales de la educación que a cualquier desarrollo teórico descolonial.

Lo importante aquí es que anclar el debate en tal falsa concepción no permite discutir con propiedad hasta dónde descolonizar la educación en la 4T se presenta como proyecto o hasta qué punto estamos frente a una impostura.

A la par de impulsar un cambio curricular, un proyecto de descolonización educativa buscaría llevar a cabo iniciativas gubernamentales orientadas a fortalecer la interculturalidad, la pluralidad epistémica y un diálogo respetuoso entre saberes y experiencias de vida en el ámbito educativo, que se han planteado tanto en México como en otras partes del mundo. Éstas podrían dar cobertura en áreas de política al cambio curricular en curso y permitir un mejor desarrollo de estudiantes indígenas y afromexicanos: a) incrementar acceso a educación superior; b) atender problemas de desnutrición; c) incorporar perspectivas interculturales en la carrera docente; d) fomentar intercambio académico internacional; e) fortalecer escuelas normales rurales, y f) consolidar formación continua en docentes.

Por el contrario, la impostura de la descolonización educativa sería mantener una beligerancia discursiva, mientras persiste una carencia de acciones para cambiar el funcionamiento del sistema. Esta mentira con apariencia de verdad podría resultar muy peligrosa porque, más allá del engaño inmediato, podría terminar por vaciar de contenido en la discusión pública una exigencia histórica de quienes más han sufrido y resistido la opresión política y la explotación capitalista.

Es tiempo de que, a propósito de Bonfil Batalla, dejemos de pensar la diversidad cultural del país en tanto pinceladas de un pasado glorioso que se vive como cosa muerta.

* Profesor FFL/UNAM

Fuente de la información: https://www.jornada.com.mx

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En la Nueva Escuela Mexica ¿Los ATPs pa’ cuándo?

Por: Joel h. Orozco

«El Asesor Técnico Pedagógico es esa figura que con sus recursos económicos, con su ética y con su voluntad, siempre se encuentra al tanto de todos los cambios pedagógicos y educativos para poder contribuir, apoyar y ayudar a todos los docentes de su zona.»

Últimamente se habla mucho de la Nueva Escuela Mexicana y del Plan Curricular 2022 a implementarse en el ciclo escolar 2023 – 2024, como parte de la transformación educativa que necesita nuestro país, como si ésto fuera la cura para todos los problemas que existen en él. Éste cambio de paradigma educativo, que empezaremos a vivir en los próximos años, con grandes deficiencias en la infraestructura escolar, con enormes problemas de rezago y abandono educativo post-pandemia, una revalorización magisterial que sólo ha quedado en el discurso y en la politiquería de la SEP. Con grandes pendientes que resolver, por ejemplo; el programa de Escuelas de Tiempo Completo, la estabilidad de los compañeros que pertenecen al Programa Nacional de Inglés (PRONI), falta de prestaciones y derechos laborales perdidos y olvidados por el SNTE, además de incongruencias, desigualdades y problemas en la Unidad para el Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros (USICAMM) tanto nacional, como en cada unidad estatal.

Otro pendiente, que por varios años ha sido postergado y que cabe destacar, en ningún lado de la Nueva Escuela Mexicana se aborda, son los Asesores Técnico Pedagógicos, que desde la entrada en vigor de la Ley General del Servicio Profesional Docente (LGSPD), le otorgó sustento académico y administrativo dentro de las estructuras educativas estatales y federal, ya que por algún tiempo, estas plazas fueron por comisión o de encargo sindical. LGSPD dio carácter y fundamento legal para que los ATPs estuvieran adscritos a las zonas escolares con la finalidad de apoyar en lo concerniente a lo académico y a lo pedagógico a supervisores, a directivos, a docentes y principalmente a los alumnos, como se menciona a continuación:

Acompañar, apoyar, asesorar y recomendar a los colectivos docentes conforme a las necesidades de mejora de las prácticas educativas detectadas, a partir de las evidencias, observaciones, visitas y requerimientos expresados por estos colectivos, así como de los procesos y resultados de aprendizaje de los educandos y favorecer experiencias de aprendizaje. Además de formación que incidan en la transformación de las prácticas educativas con la finalidad de mejorar el aprendizaje y desarrollo integral de niñas, niños, adolescentes y jóvenes en la escuela. (SEP, 2020, P.9).

 

Con la promulgación de la Ley General del Sistema para la Carrera de Maestras y Maestros (LGSCMM) y con la derogación de la Ley General del Servicio Profesional Docente (LGSPD), ésta figura educativa ha quedado al margen, debido a que sólo son tomados en cuenta cuando la carga administrativa o académica sobre pasa las estructuras de cada secretaría de educación estatal, para apelar a su trabajo en la capacitación o en la puesta en práctica de programas de pilotaje, ya que muchas veces, hacen funciones que no son acordes a lo que en verdad deben atender en sus zonas escolares. No olvidemos que una de las promesas de la política educativa actual, menos carga administrativa, sigue siendo una farsa y quienes están resintiendo estas cuestiones son los supervisores, los directivos (más aun los que están frente a grupo) y los ATPs que, aunque muchas autoridades no lo quieran reconocer, hacen tareas de índole administrativa y se enajenan en el discurso inverosímil de que dicha función es respetada y valorada en todos los aspectos.

Sin embargo, el nuevo plan curricular 2022 y la puesta en marcha de la NEM, así como la USICAMM, tienen deudas pendientes con los ATPs, por un lado, existen generaciones que aún no han sido basificados y que no tienen la categoría definida, para ser precisos, tercera y cuarta generación. Debido a la derogación de las leyes pasadas y a situaciones que atañen a la falta de voluntad de algunos gobiernos estatales, los cuales se lavan las manos echándole la culpa a falta de techo financiero, inconsistencias administrativas y legales con la SEP. También existen ATPs que no cuentan con bono de movilidad para realizar la asesoría, el acompañamiento y brindar una orientación pedagógica a las escuelas que lo necesitan y que requieren mejorar los resultados académicos o para contribuir en la consolidación de todos aquellos programas educativos que la mayoría de las veces, no son puestos en práctica por falta de capacitaciones que impacten o que sean de provecho al no invertir en una verdadera actualización magisterial, debido a reducciones económicas por parte de las autoridades estatales y federales. Es aquí, donde el ATP, con su empereza académica; es fundamental para ser el enlace entre las reformas educativas, trabajo que no es fácil, debido a que la realidad en las escuelas es el lado opuesto al discurso reformista que impera sexenio tras sexenio. El Asesor Técnico Pedagógico es esa figura que con sus recursos económicos, con su ética y con su voluntad, siempre se encuentra al tanto de todos los cambios pedagógicos y educativos para poder contribuir, apoyar y ayudar a todos los docentes de su zona.

No olvidemos que en el ámbito de formación continua y desde los cursos de inducción a su categoría, no han recibido adecuadas capacitaciones para mejora en su devenir académico, son pocos los diplomados, los talleres o los cursos que la mayoría de las veces le sirven para mejorar su función. ¿Qué podemos decir del incentivo de promoción horizontal?, donde se encuentran en el mismo grupo de desempeño que los supervisores y los directores, una situación desleal e injusta, debido a que la mayoría del presupuesto de éste incentivo se reparte entre estas autoridades educativas. Aspecto que es totalmente contrario en promoción vertical, donde queda por debajo de un directivo de acuerdo al organigrama por ascenso. Situación que pone de manifiesto que ésta figura, en algunas situaciones si es tomada en cuenta y para otras no, siendo relegada a conveniencia de recursos económicos, de intereses laborales o caprichos políticos que sólo buscan denostar el trabajo del Asesor Técnico Pedagógico.

La mística de la Nueva Escuela Mexicana, que es el enfoque humanista, también debería de llevarse al ámbito laboral, pues existen puntos de desencuentro donde quedan pendientes de resolver inconsistencias por la gran mayoría del magisterio nacional; como un aumento salarial a cuenta gotas, falta de seguridad social, pérdida de derechos laborales, mejores condiciones de las escuelas y las diversas situaciones de los Asesores Técnico Pedagógicos en todo el país, quienes en los próximos meses serán los encargados de llevar a buen puerto las actualizaciones programadas para el Plan Curricular 2022. Sin embargo, ¿Quién más para actualizar o capacitar en los próximos años?, ¿Jefes de sector o de nivel, supervisores, directivos o docentes? todos los anteriores con una inmensa carga administrativa. La respuesta no es ofertar esta función con carácter temporal, sino darle el verdadero valor académico – pedagógico dentro de las estructuras educativas tanto estatales como federal, respetando sus derechos y mejorando sus garantías laborales, porqué si hablamos del tema educativo en un gobierno donde la austeridad republicana a lacerado los recursos que se invierten, también la educación tendría que ser de índole de seguridad nacional, así como lo es el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) y el Tren Maya.

Fuente de la información:  https://profelandia.com

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China: Y cuando despertó, China todavía estaba ahí

Y cuando despertó, China todavía estaba ahí 

Aram Aharonian

Y cuando despertó, China todavía estaba ahí

Aram Aharonian*

La guerra en Ucrania ha puesto fin a la ilusión de la posguerra fría de que el peligro de otra gran guerra ya no existe. Al comienzo de la guerra en Ucrania, el presidente estadounidense Joseph Biden cometió un error al expresar sus temores –o amenazas- sobre la posibilidad de una Tercera Guerra Mundial, con lo que acrecentó el temor del fin de la humanidad. Y ahora provocó a China enviando a Nancy Pelosi a Taiwán

Las sanciones impuestas a Rusia por EEUU y sus repetidoras en una dividida OTAN causaron un aumento en los precios del petróleo que, paradójicamente, aumentó los ingresos de Rusia, lo que le permitió duplicar su esfuerzo de guerra. Estas preocupaciones finalmente llevaron al primer ministro francés, Emanuel Macron, a apoyar una solución diplomática inmediata e incluso sugirió evitar humillar a Rusia.

Las principales economías occidentales se están acercando a la recesión, si es que ya no lo están; y, sin embargo, las tasas de inflación continúan aumentando, alerta Michael Roberts. Las últimas encuestas de actividad empresarial, denominadas índices de gerentes de compras (PMI), muestran que tanto la zona del euro como EEUU se encuentran ahora en territorio de contracción.

A principios de junio, la subsecretaria de Asuntos Europeos y Eurasiáticos de EEUU, Karen Donfried, describió la política y los motivos de su gobierno: “Ucrania es la víctima de la agresión, Rusia el agresor. Lo que está en juego para ellos no es simplemente la independencia de Ucrania, sino también la voluntad del mundo democrático de proteger el orden internacional basado en reglas diseñadas por Estados Unidos de las garras del presidente ruso Vladimir Putin, un autoritario sin disculpas”.

El mensaje pareciera dirigido no solo a Rusia sino también a China. A medida que China asciende económica y políticamente, su disputa con Estados Unidos se vuelve más feroz. La capacidad de EEUU de confrontar a China es limitada y restringida.

A fines de julio, los presidentes Joe Biden y Xi Jinping sostuvieron una conversación telefónica de dos horas en la que el chino advirtió que Washington no debe jugar con fuego en Taiwán ante la anunciada visita a esa isla de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.

Poco antes, el subsecretario adjunto para Asia Oriental del Departamento de Estado, Jung Pak, acusó a Pekín de provocaciones contra rivales en el mar de China Meridional, y fue tan lejos como para sostener que, dado su comportamiento agresivo e irresponsable, es cuestión de tiempo que ocurra un incidente o un accidente grave entre las fuerzas armadas que recorren la zona.

La situación de Taiwán, independiente de facto desde 1949 y a la que Pekín considera parte indivisible de su territorio, es uno de los asuntos más espinosos en la agenda mundial: aunque Estados Unidos y sus aliados no le reconocen estatus de país independiente, Occidente mantiene unas relaciones más que cordiales con Taipéi, le proporciona constante ayuda militar y, en general, la usa para hostigar a una China que miran con recelo y animadversión, pero del cual dependen en gran medida sus economías.

La región marítima del sudeste asiático reviste una importancia estratégica clave por ser zona de tránsito de 30 por ciento de las mercancías a nivel global y es objeto de reclamaciones entre los estados que ocupan sus costas. Es difícil obviar la arbitrariedad imperialista detrás de las potencias obstinadas en patrullar con embarcaciones y aviones militares un área ubicada a decenas de miles de kilómetros de sus costas.

Si se involucrara en un conflicto militar contra China, los costos relacionados serían astronómicos. La guerra podría generar un colapso de los mercados financieros estadounidenses. Al final, a menos que haya un conflicto nuclear, Estados Unidos no podría vencer a China militarmente.

El estratega chino Huang Renwei, vicepresidente ejecutivo del Instituto de la Franja y la Ruta y Gobernanza Global de la Universidad de Fudan señala la debilidad inherente de la estructura de poder estadounidense y argumenta que, desde el 2020, China y Estados Unidos entraron en una fase de estancamiento estratégico que posiblemente continúe con altibajos por 30 años.

El concepto de “fase de enfrentamiento estratégico” fue acuñado por Mao Zedong en el texto “Sobre la guerra prolongada”. La teoría de Mao era que la guerra contra Japón consistía en tres fases: la ofensiva japonesa, el estancamiento sino-japonés estratégico y la contraofensiva china.

Sin embargo, la fase de estancamiento actual entre China y Estados Unidos es de diferente naturaleza: la competencia estratégica entre las dos potencias aún no ha entrado a un enfrentamiento militar directo y China aún no ha establecido como un objetivo estratégico la derrota militar de EEUU. En cambio, el objetivo chino es luchar por un nuevo orden mundial justo y equitativo con prosperidad para todos los países.

La razón por la que esta relación entró en un estancamiento estratégico es la llamada “dualidad” de las estructuras de poder en Estados Unidos, caracterizada por el hecho de que, por un lado, el país se encuentra en un proceso de caída económica y política, pero por el otro aún es una potencia militar relativamente fuerte. La dualidad de China es lo opuesto: se encuentra en un proceso de ascenso pero también muestra muchas debilidades. La “dualidad” evoluciona gradualmente con el tiempo.

La hegemonía del dólar estadounidense ha beneficiado enormemente, en términos históricos, a los intereses estratégicos de Estados Unidos. Sin embargo se extralimitó en el uso de este poder y su credibilidad ha sido puesta en duda.

En los próximos 30 años, China enfrentará la dura realidad de que los países occidentales, liderados por Washington, rechazarán y difamarán el rol y la participación de China en el viejo orden mundial. Para Huang Renwei, China debe tomar la iniciativa y cambiar el panorama internacional existente para crear un nuevo orden mundial. Admite que pueden pasar generaciones hasta que este nuevo sistema sea establecido.

La duración del estancamiento estratégico dependerá de la velocidad con la que cambie la correlación de fuerzas: en la década de 2030 se dará un cambio decisivo en la correlación de fuerzas global, cuando la economía de China, medida por su PIB, supere a la de Estados Unidos. Huang cree que en la década de 2040, China se pondrá a la altura de Estados Unidos en las áreas de ciencia y tecnología.

Huang considera que en esta etapa de estancamiento estratégico, Estados Unidos hará un gran uso de sus ventajas en poder blando, cuyo costo-beneficio excede ampliamente al de un enfrentamiento directo. Así, la intensidad de la competencia de poder blando entre ambas potencias tomaría el centro de la escena.

El final incierto

Serguei Lavrov, el canciller ruso, señaló que estadounidenses y británicos extienden la guerra en Ucrania porque “están lejos” y “la Unión Europea asume el 40 por ciento de los daños económicos derivados de las sanciones”. A su entender, “no cabe duda de que a los ucranianos no les permitirán seguir con las negociaciones hasta que los estadounidenses decidan que ya han hecho un alboroto y han sembrado suficiente caos y ahora se les puede dejar solos”.

El objetivo del bloque anglosajón, dijo,  es “volver a Europa contra Rusia”. Como las guerras poseen un comienzo detectable pero un final incierto, añadió que el actual alcance geográfico del operativo ruso  ya es diferente al que estaba sobre la mesa durante la ronda negociadora celebrada entre las delegaciones ucraniana y rusa en Estambul (Turquía) en marzo pasado.

“Ahora la geografía es otra. No se trata solo de la República Popular de Donetsk y de Lugansk, sino también la provincia de Jerson y de Zaporozhie y algunos otros territorios, y este proceso continúa de forma constante y persistente”, aunque lo que nos vende la televisión hegemónica es otra cosa.

“Con ira impotente”, siguen llenando Ucrania con armas de cada vez más largo alcance: “Los objetivos geográficos se alejarán de la línea actual más allá”. Entonces, “no podemos permitir que en la parte ucraniana que va a controlar el presidente Vladímir Zelenski o alguien, quien lo releve, se esté desplegado un armamento que represente una amenaza directa para nuestro territorio y el de las repúblicas que declararon su independencia y quieren determinar su futuro”.

Mientras, sigue la campaña de terror sobre una eventual guerra entre potencias nucleares, puesta en escena por el casi octogenario Joe Biden. No es una amenaza a ningún país en particular, sino a la humanidad, ya que terminaría el ciclo de la vida –al menos humana- en la Tierra. Lavrov afirmó que que Rusia sigue comprometida con el principio de que en una guerra nuclear no puede haber un ganador y que nunca debe librarse-

El canciller precisó que los países occidentales saben en qué casos Rusia se vería obligada a emplear armas nucleares; la doctrina rusa habla de una “amenaza existencial” para usarlas. La consideración no tranquiliza, pues los adversarios que se ha ganado Rusia  incluyen, dentro de sus hipótesis, lanzar misiles sobre ese país

Pero héte aquí que los historiadores nos recuerdan que jamás se produjo una transición hegemónica sin guerra, mientras queda en claro la decadencia de Estado Unidos como hegemón y el ascenso de China, en un proceso que no será inmediato, pero que hoy parece inevitable.

Mientras hablamos de transición hegemónica, ya ni contamos los días de guerra en Ucrania ni los muertos que produce la conflagración, ni las masacres, muertes, bombardeos, exhibición obscena de armamentos bélicos, repetición de vaticinios de los seudoanalistas geopolíticos en diarios, revistas, radios y, sobre todo, en televisión y redes sociales.

El mundo ha cambiado, aunque las grandes usinaw de la información y comunicación en manos de pocas grandes empresas, nos hagan creer que no es así y hoy destaca el dominio de China de las tecnologías de la actual revolución industrial ( la inteligencia artificial, redes 5G y la computación cuántica, entre otras). Esta situación es similar al dominio por EU, un siglo atrás, de la organización científica del trabajo, la adopción de los avances tecnológicos de la época y su aplicación al arte de la guerra.

Pero esta transición será diferente a las anteriores, señala Raúl Zibechi, porque la potencia decadente depende de la ascendente (sus economías están entrelazadas), porque involucra regiones y naciones cuya población tiene diferentes colores de piel, que involucra una historia de colonialismo y racismo de Occidente contra Oriente, del Norte contra el Sur, y porque no habrá un mundo hegemonizado por China, ni por EEUU, ni por ninguna otra potencia, sino un mundo fracturado en dos grandes bloques, con varias regiones y hasta continentes oscilando entre uno y otro.

Como la transición se resolverá mediante guerras, es importante tener en cuenta que el sector de defensa de China está desarrollando nuevas armas de manera más eficiente y entre cinco y seis veces más rápido que EU, según un alto mando de la fuerza aérea. La ventaja china radica en su base industrial y la escala de su investigación, mientras las principales exportaciones de EU son commodities agrícolas y armas.

China se presenta como un miembro constructivo de la comunidad internacional: neutral, comprometido con la paz y parece estar siempre dispuesta a defender la integridad territorial y el derecho de los pueblos a la libre determinación. La integridad territorial es un capítulo importante en su política exterior, al igual que la no injerencia en los asuntos internos. Claro: China tiene su flanco frágil en los conflictos en Tibet, Xinjiang, Hong Kong y Taiwán.

La política de cerco establecida en Europa frente a Rusia guarda grandes similitudes con la que está trazando EEUU en su entorno inmediato mediante la promoción del AUKUS, la alianza estratégica militar entre Australia, el Reino Unido y EEUU;  el reflote del Diálogo de Seguridad Cuadrilateral (QUAD), un foro estratégico informal entre EEUU, Japón, Australia e India, además del fortalecimiento de las alianzas antiChina de todo tipo en el Pacífico Occidental, entre otros.

Lo cierto es que aunque parecía distraída, la onda expansiva de la guerra en Ucrania obligó a China a una moderación activa que puede permitirle incrementar su influencia y su respetabilidad entre los países africanos, asiáticos o latinoamericanos. El conflicto la obligó a posicionarse ante dos países enfrentados con los que mantenía importantes relaciones, pero a vez dejar sentado que su principio de no injerencia no debe deteriorar más sus relaciones con Estados Unidos y sus socios del oeste europeo.

La crisis de Ucrania “no es algo que queramos ver”dijo Xi Jinping a Joe Biden en su cumbre virtual de marzo pasado. Para China, las principales economías debieran estar centradas en la recuperación pospandémica, en la recomposición de las cadenas industrial y de suministro mundiales. Hoy los principales temas de conflicto con EEUU y sus socios europeos son los temas de derechos humanos y de las minorías, el estado de vigilancia y sus dudas sobre la democracia declamativa occidental como sistema de gobierno.

Lo cierto es que Biden se ve constreñido por un margen de maniobra mucho menor de lo que admite e incluso contempló levantar algunos de los aranceles a productos chinos establecidos durante la era Trump para reducir la hasta ahora imparable inflación que genera un enorme malestar entre los estadounidense y que ya se ve como factor principal de la anticipada derrota electoral de su partido en noviembre.

En el nuevo concepto estratégico de la OTAN aprobado el pasado 29 de junio se definía a China como “un desafío” y se denunciaban sus métodos para “subvertir el orden internacional basado en las normas”, de Occidente. El documento subrayaba que China “busca el control de sectores tecnológicos e industriales clave” abusando de su ventaja económica. Estados Unidos responde, pues, al desafío chino con las amenazas de su brazo armado internacional, una OTAN con sus tentáculos expandidos a Oriente.

Al contrario que Rusia, incapaz de lastimar a EEUU pero sí a una Unión Europea empecinada en su guerra de sanciones contra Moscú, China sí puede afectar y mucho a la economía estadounidense. Como Rusia, China puede resistir una guerra económica mejor que Estados Unidos o Europa. Ya lo está ensayando con su larguísimo confinamiento.

La visita a Taiwán de la presidenta de la Cámara de Representantes de EEUU, la octogenaria Nancy Pelosi, tercera en la cadena de mando civil estadounidense, fue de una clarísima provocación a Pekín. Duró menos de 24 horas, pero tendrá consecuencias profundas que se harán sentir en el mediano plazo. Es poco probable un enfrentamiento militar, pero desató la tormenta que se está gestando en el Mar de la China meridional. Para Beijing, EEUU usó el disfraz de la democracia para violar la soberanía china.

Tampoco se sabe hasta dónde puede llegar su respaldo a Taiwan, cuando EEUU y sus socios europeos realizan envíos masivos de dinero y armas a Kiev para frenar la invasión rusa. Ni se sabe hasta dónde llegaría en realidad la promesa de defender militarmente a la isla, esbozada por Biden un par de meses atrás..

Los analistas advierten, pero pocos los escuchan: cuanto más se presione a Pekín a acatar las directrices occidentales, mayor es la probabilidad de una escalada bélica y una internacionalización del diferendo ucraniano.

Augusto Monterroso, un escritor guatemalteco-mexicano, escribió el cuento más corto de la historia, de siete palabras: Cuando despertó el dinosaurio todavía estaba ahí.  Cuando termine la guerra en Ucrania, China todavía estará allí.

*Periodista y comunicólogo uruguayo. Magíster en Integración. Creador y fundador de Telesur. Preside la Fundación para la Integración Latinoamericana (FILA) y dirige el Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)

Fuente de la Información: https://www.nodal.am/2022/08/y-cuando-desperto-china-todavia-estaba-ahi-por-aram-aharonian/

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Argentina: Jubilación vs. especulación

Jubilación vs. especulación

Julian Barbero

Crecen los riesgos de sostener la previsión jubilatoria en paralelo a un recrudecimiento de las condiciones de vida de los adultos mayores. Mientras tanto, los fondos se destinan a empresas privadas para el desarrollo de sus proyectos.

A través del tiempo la previsión social adoptó diversas formas influenciada por la estructura poblacional y laboral del país, además de la constante utilización de los fondos jubilatorios para transferir recursos a empresas y fondos privados, como las Administradora de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP) de los 90.

Desde la época de la dictadura militar del 76´ la desocupación y la informalidad crecieron de manera constante ocasionando un grave problema al sistema en su conjunto, volviéndose un motivo de debate en la actualidad. Así, el nivel de empleo y aportes actuales tienen una relevancia fundamental para abordarlo.

La situación es preocupante tanto para los trabajadores activos como para jubilados y pensionados que dependen del sistema de solidaridad implementado a partir del 2008. Ello genera tensiones institucionales y reclamos de las organizaciones sindicales, de jubilados y autoconvocados en todo el país.

El jueves 22 de julio se llevó a cabo una jornada nacional de lucha que tuvo réplica en Capital Federal, Salta, Rosario, Misiones, Rio Negro, Córdoba y Santa Cruz, entre otros, exigiendo un aumento de emergencia; una mínima de $120.000; movilidad automática por inflación y por sueldos; entre otros reclamos.

A su vez, en Córdoba, el problema de las jubilaciones provinciales sigue latente ante las modificaciones de la ley. La Unión de Educadores de la Provincia (UEPC) hace poco más de dos meses lanzaron una “Consulta Popular por la reforma del Régimen Jubilatorio” que contempla la derogación de la Ley 10694; la derogación del diferimiento de dos meses en el cobro de aumentos a los jubilados; el cumplimiento del pago del 82% móvil y la eliminación del descuento por doble beneficio.

Composición del trabajo y aportes

La vida laboral en el país comienza a muy temprana edad. Según el INDEC alrededor de 742.000 niños y niñas de 5 a 15 años realizan al menos una actividad productiva. Está claro que ninguno de ellos se encuentra regulados por la ley y lo más preocupante es la condición en que lo realizan: uno de cada tres manifestó tener cansancio y exceso de frío o calor al efectuar su trabajo.

La actividad es aún más intensiva entre los adolescentes de 16 y 17 años, donde 520.000 realizan al menos una. Además, el 64% de ellos se encuentran bajo relaciones salariales de tipo precario o con acuerdos cuentapropistas informales.

Dentro de la población considerada económicamente activa no es menos preocupante la situación: la cantidad de desocupados sumada a la de ocupados y subocupados demandantes llegó el mes pasado a superar las 6,2 millones de personas rozando el 30% del total de la población económicamente activa. Y de los cerca de 20 millones de ocupados en el país sólo 9,4 millones cuenta con aportes jubilatorios.

A lo largo del tiempo el Estado aprobó distintos planes financiados desde el fondo del Sistema Integral de Previsión Social (SIPA) para paliar levemente la pobreza. En la actualidad, el régimen de Asignaciones Familiares supera las 10 millones de personas y según el INDEC para el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) se presentaron más de 13,4 millones de personas como solicitantes. El mismo informe comenta que “el porcentaje hubiese sido mucho mayor si se tuviera en cuenta a todos los integrantes que conforman el hogar”.

Esta situación que afecta a millones de familias sin posibilidad de obtener los ingresos suficientes para su subsistencia, ni siquiera aún teniendo posibilidades de trabajar, también crea un gran agujero negro en el sistema solidario de previsión.

Condiciones de vida de los jubilados en la actualidad

Según el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del INDEC en lo que va del año hubo una inflación del 36,2%, y los alimentos 40%, causando una fuerte devaluación que deterioró los ingresos de toda la población trabajadora del país. El Índice salarial hasta el mismo mes de mayo establece que los trabajadores registrados aumentaron su salario en 28,1%, y los no registrados un 22,3%, muy por debajo de la inflación en el mismo periodo.

Específicamente, un informe de InfoRegión reveló que la suba de alimentos, medicamentos y gastos de vivienda a fines de junio hizo llegar la Canasta Básica Total de los adultos mayores a los $107.300, lo que equivale a casi tres jubilaciones mínimas.

Así vemos como el mínimo jubilatorio legaliza la indigencia encontrándose actualmente en $37.525, mientras que la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM) se encuentra en $30.000. Son alrededor de 310.000 adultos mayores los que cobran ese monto mínimo.

Además, a partir de los 60 años se acrecientan los problemas relacionados a la salud, ocasionando gastos aún mayores en el sostenimiento de la vida. De cada 10 personas de 60 años y más, 6 tienen hipertensión arterial y alrededor del 27% cuenta con alguna discapacidad. También se acentúan aún más los problemas relacionados a dolores, movilidad, ansiedad y depresión, entre otros.

Ante dicha situación muchos adultos mayores deben seguir con algún tipo de actividad laboral para sostener un mínimo de ingresos. Según el Dossier Estadístico de las Personas de Edad del INDEC uno de cada cuatro adultos mayores sigue trabajando para garantizar su vida.

En la Encuesta Nacional de Uso de Tiempo 2021 del mismo organismo menciona que casi un millón de personas mayores a 60 años realizan algún tipo de trabajo para subsistir.

Financiamiento y utilización de los recursos

Por su lado, la preocupación del Fondo Monetario Internacional (FMI) en Argentina es el equilibrio fiscal. El mismo busca reducir los gastos sociales, de inversión productiva y desarrollo económico del país en pos de garantizar el pago de intereses de la deuda. Una de las variables de ajuste buscan ser las jubilaciones ya muy deterioradas por lo comentado anteriormente.

Esto lleva a organismos como el Centro de Implementación de Políticas Públicas (CIPPEC) a elaborar gran cantidad de materiales con el fin de justificar un aumento de la edad jubilatoria y así lograr instalar lo que parece irremediable: un ajuste aún mayor a los jubilados presentes y futuros.

Lo cierto es que Argentina se encuentra entre los países con mayor edad jubilatoria de toda Latinoamérica, junto con Brasil, Chile, Costa Rica y Honduras, y sólo por debajo de México donde se jubilan a los 68 años.

Dicha situación se modificó por última vez en 1993 bajo el gobierno de Menem estableciendo explícitamente un aumento en la edad jubilatoria. En en 2002 el Gobierno Nacional, a través del decreto 1934/2002, “flexibilizó” el mínimo impuesto por la ley anterior permitiendo su ingreso con menos años dependiendo de algunas condiciones específicas, por ejemplo la cantidad de años de aportes o la reducción del monto a cobrar hasta cumplir los años correspondientes. (WEB)

La forma de financiamiento actual a través de un sistema solidario es relativamente reciente. En 2008 se impulsó la Ley 26.425 del Régimen Previsional Público que modificó el esquema de los aportes, pasando de ser administradas por las AFJP, a manos del Estado Nacional a través del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS).

El FGS sirvió para realizar múltiples operaciones dentro del sistema financiero donde el Estado podría invertir parte de ese capital en la compra de títulos/bonos y participar en la compra de acciones de empresas privadas, con el motivo de “resguardar” los aportes jubilatorios.

En el año 2009 logró posicionarse como uno de los cuatro fondos con mayor crecimiento del mundo. Aunque, la fragilidad del sistema salió a la luz cuando al terminar el gobierno de Macri el FSG redujo su valor en 9.000 millones de dólares. En la actualidad se encuentra en alrededor de 51 millones de dólares superando el monto máximo registrado en 2017.

De todas formas, una diferencia a destacar respecto de 2015 es la composición de la cartera de inversiones, ya que en ese entonces los proyectos productivos y de infraestructura representaban el 12,9% del total mientras que hoy son el 3,3%. Lo cierto es que las mayores inversiones del FGS se encuentran en Banco Macro S.A, Telecom Argentina S.A., Grupo Financiero Galicia S.A.y Ternium Argentina S.A., financiando sus proyectos privados.

Hace poco más de un mes el exdiputado Juan Carlos Díaz Roig, dijo en una comisión del Senado que “¿Por qué no utilizamos esa rentabilidad para subir la base de la jubilación mínima y anular la PUAM?”. Frente a la situación descrita con anterioridad, dicha pregunta pareciera ser la más lógica de todas.

Aunque al parecer no se tiene prevista dicha operatoria, ya que en marzo de este año el Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE) y la Anses comenzaron a definir los sectores donde serán invertidos los recursos del FGS. El presidente del BICE, José Ignacio de Mendiguren, comentó que trabajaban “para definir los sectores estratégicos donde se van a aplicar esos recursos” con la idea de que se destinen a sectores “productivos” del país.

Así, las necesidades actuales se continúan postergando y la única planificación es atar nuestra futura jubilación a los rendimientos otorgados por el mercado financiero y las empresas privadas más grandes del país.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Fuente de la Información: https://rebelion.org/jubilacion-vs-especulacion/

 

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