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Los tímidos esfuerzos de China por paliar el estrés escolar

Por: EFE

Montañas de deberes, múltiples actividades extraescolares y poco tiempo para jugar, así es la vida para decenas de millones de niños en China, un país con una histórica y estricta educación que empieza a hacer leves esfuerzos por paliar el estrés infantil.

En la ciudad de Shanghái, en el este del país, la Comisión de Educación anunció la pasada semana una campaña para reducir la presión que sufren los niños desde temprana edad por lograr buenos resultados académicos.

Entre otras cosas, los profesores tendrán prohibido recetar a los alumnos clases extraescolares y, además, durante las dos primeras semanas del semestre, que comenzó hace unos días, no podrán hacer exámenes de clasificación.

Como respuesta, tres entidades organizadoras de competiciones matemáticas anunciaron  que no habrá concursos este año, para aliviar la presión sobre los escolares.

Y es que muchos padres ven en los concursos un punto extra que puede darles a sus hijos ventaja a la hora de solicitar entrar en una escuela superior y para ganarlos los someten a intensas clases extraescolares.

Tras diez años como profesora en Pekín, Tania Saleem lo sabe bien. «La mayoría de mis niños tienen clases extraescolares de música, baile, idiomas… es demasiada presión para tan corta edad, ya que los padres esperan que sus hijos sean perfectos», explica a Efe esta profesora de 33 años, originaria de Pakistán.

Los niños empiezan a vivir esa presión desde muy pequeños, pues la educación es vista como un «paso a paso», primero buscar entrar en «la mejor escuela superior» para luego poder acceder a «la mejor universidad». «Es muy agotador para los niños, no es sano», apunta Saleem.

La obsesión por los padres es tan grande, asegura, que en ciudades como Pekín muchos buscan vivir en zonas cercanas a las mejores universidades (escasas en el país, comparado con el gran número de estudiantes), donde también están las mejores escuelas secundarias.

Toda la educación primaria y secundaria está enfocada hacia el «gaokao», el examen de acceso a la universidad al que se enfrentan cada año unos 10 millones de estudiantes, todo un acontecimiento que decide el futuro de los jóvenes.

Para que sus hijos logren buenos resultados y entren en la universidad deseada, que les facilitará tener un buen y bien remunerado trabajo, los padres invierten durante años enormes cantidades de dinero en tutores, escuelas privadas o clases particulares. Y los hijos, tiempo y mucho esfuerzo.

En opinión de Scholastica Tanyi, de 30 años, profesora originaria de Carolina del Norte (EEUU), esta concepción tan sacrificada del estudio está cambiando poco a poco. «Algunos padres más jóvenes son más relajados y entienden que sus hijos necesitan otro tipo de esparcimiento», explica a Efe.

El fin de la política del hijo único ayudará también a rebajar la presión, pues durante décadas los padres sólo han tenido un descendiente en el que volcar sus esfuerzos.

Tanyi enseña inglés en una academia y ve cómo con solo 9 años los niños se llevan libros y libros de deberes a sus casas. «Muchas veces llegan a la clase de inglés preocupados porque no les ha dado tiempo de hacer los deberes», comenta.

Por las noches se acuestan tarde para hacer las tareas y por las mañanas madrugan mucho si no les ha dado tiempo. La presión es tal que en algunos lugares como Hong Kong han saltado las alertas.

El año pasado, 35 estudiantes se suicidaron en Hong Kong, según datos de la Oficina de Educación y en los últimos diez días, en coincidencia con el arranque del semestre, lo ha hecho otros tres estudiantes.

Según un estudio del Instituto de Educación de Hong Kong en 20015, cerca del 50 % de los estudiantes de secundaria presentan algún signo de depresión, mientras que una cuarta parte del alumnado habría considerado la opción del suicidio.

Algunas escuelas están tomando cartas en el asunto, como el Colegio I de Nankín, un centro internacional que ha implementado una especie de sistema bancario escolar, que permite a los alumnos pedir prestadas décimas de su nota si suspenden, con la condición de que las devuelvan después haciendo méritos o en exámenes posteriores.

Según explicó a la prensa local Yu Hongmei, profesora del centro, este plan funciona, ya que no solo reduce el estrés de los alumnos sino que también los estudiantes que solicitan puntos tienen «más interés en el estudio y estén más concentrados».

Fuente: http://www.canarias7.es/articulo.cfm?id=453744

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¿Dónde está la pedagogía y la pedagógica en la educación? Aproximaciones.

María Magdalena Sarraute

mmsarraute@gmail.com

Es necesario, antes de abordar la centralidad pedagógica como tema central de ésta investigación, precisemos la definiciones de pedagogía, desde las diferentes posturas existentes, por ello, se puede iniciar con la definición con Guanipa (2008:26), quien menciona que etimológicamente la pedagogía se desprende del griego “paidos”, que significa niño y “gogia”, que quiere decir, llevar o conducir, es decir, “conducción de niños” y la autora expresa que su origen estuvo principalmente referido  “a la actividad laboral ejercida por esclavos de llevar y traer niños para su instrucción personal”. Asimismo, expresa que es un “conjunto de saberes que se ocupan de la educación, y como ciencia de carácter psicosocial ligada a los aspectos psicológicos del niño en la sociedad”.

En otra postura, parafraseando a Freinet (1973:17), la pedagogía debe estar basada en el niño, en sus posibilidades, necesidades y deseos, el mencionaba en su método que el niño debe aprender en la escuela, como aprende en la vida. La escuela tiene que ir al encuentro con la vida para servirla y basándose en ella dar un dinamismo y una motivación a la educación. “La escuela por la vida y para la vida”. La pedagogía de Freinet, exalta la capacidad creadora de los niños e intenta ayudarles a triunfar y a tener plena conciencia de sus posibilidades, la escuela en definitiva tiene que tomar a los niños tal como son a partir de sus necesidades, y de sus intereses.

Por otro lado, Pérez (2003:23), expresa que la pedagogía depende del modelo pedagógico en que se sitúe, es por ello que la “manifestación de una pedagogía tradicional que ha diseñado toda una estrategia para manipular a los alumnos, bajo los criterios de un paradigma escolar hegemónico”, en ese sentido, el autor sitúa el proceso pedagógico, como un proceso de dominación, donde la relación docente – estudiantes es desde la enseñanza frontal del aprendizaje, es pedagogía del oprimido o bancaria como lo menciona Freire.

De igual forma, Pérez (2003:32), desde la postura de una corriente postmoderna, manifiesta “la pedagogía que vendrá deberá ser un discurso para rescatar el sujeto en su mundo de vida, para ponerlo a pensar en el universo, en la totalidad y para redefinir a la pedagogía sobre sus bases ontológicas como discurso de la creatividad para impulsar actos creativos”.  Desde, ésta postura, la pedagogía potencia la liberación del sujeto, que conoce su contexto, siendo pertinente con sus actos.

Por otro lado, desde una postura marxista de la pedagogía, el hombre es apreciado como un actor social, creado por la sociedad al momento que crea ésta. Siendo éste, resultado de la experiencia y no de la reflexión, es decir, es producto de lo vivido en el entorno.

Ahora bien, parafraseando a Freire (2008), la pedagogía del oprimido, como pedagogía humanista y liberadora tendrá, pues, dos momentos distintos aunque interrelacionados. El primero, en el cual los oprimidos van desvelando el mundo de la opresión y se van comprometiendo, en la praxis, con su transformación, y, el segundo, en que, una vez transformada la realidad opresora, esta pedagogía deja de ser del oprimido y pasa a ser la pedagogía de los hombres en proceso de permanente liberación.

Otra característica de la pedagogía desde Freire, es que como está basada desde la práctica, ella está permanentemente sometida a cambios, transformaciones, recursividad, reorientaciones y reformulaciones, ya que el hombre es un ser inacabado, por ende, siendo éste el centro del proceso, es obvio que el método tendrá que seguir su ritmo de dinamicidad y desarrollo como una constante reformulación.

Para Torres (2014:31), la pedagogía, en momentos de despolitización y tecnocratismo es:

Una práctica política y ética, pues conlleva presentar y promover conocimientos, visiones de la realidad, de la vida comunitaria, ideales y aspiraciones en pro de un mundo más justo; obliga a implementar estrategias y recursos didácticos, destinados a imaginar y diseñar vías para mejores futuros posibles; nos hace conscientes de representaciones y valoraciones sobre nosotros, la comunidad, los otros y, asimismo, sobre el medio ambiente.

 En ese sentido, todos y todas los actores del hecho educativo y cultural, tenemos un gran compromiso en develar la agenda neoliberal y promover acciones alternativas para poder mantener las relaciones entre el mundo y el aula, para la promoción de una pedagogía emancipadora y pertinente.

 Asimismo, Torres (2014:53), una pedagogía del optimismo y del empoderamiento se basa en:

Incidir en todos los temas del pasado y del presente, haciendo ver que siempre la innovación y las luchas por la justicia y por mejorar la sociedad son imprescindibles para tener éxito. Precisamos de otros enfoques y metodologías que realmente estimulen el pensamiento crítico y optimista, y no aquellas que impiden imaginar otro futuro y que no nos permiten empoderarnos para hacerlo posible.

Ahora bien, desde una postura crítica de la pedagogía, podemos parafrasear a Giroux (1993), ya que él la ve como una práctica social y cultural que plantea el cuestionamiento a las formas de subordinación y dominaciones que crean inequidades. Asimismo, cuestiona las relaciones de dominación que emergen de las consideraciones económicas.

Según, McLaren, (1997:270) la pedagogía crítica invita a analizar la relación entre experiencia, conocimiento y orden social, con una perspectiva transformadora:

Todo el proyecto de la pedagogía crítica está dirigido a invitar a los estudiantes y a los profesores a analizar la relación entre sus propias experiencias cotidianas, sus prácticas pedagógicas de aula, los conocimientos que producen, y las disposiciones sociales, culturales y económicas del orden social en general (…). La pedagogía crítica se ocupa de ayudar a los estudiantes a cuestionar la formación de sus subjetividades en el contexto de las avanzadas formaciones capitalistas con la intención de generar prácticas pedagógicas que sean no racistas, no sexistas, no homofóbicas y que estén dirigidas hacia la transformación del orden social general en interés de una mayor justicia racial, de género y económica.

En ese orden de ideas, para la investigadora, la pedagogía, es la ciencia que estudia la totalidad del hecho educativo, permitiendo la construcción de aprendizajes significativos emancipadores y de objetivaciones desde la valoración cultural, saberes y experiencias desde el contexto socio-cultural-histórico de los actores educativos involucrados. Esto hace que el docente se convierta en un acompañante o vehículo para la edificación de un proyecto de vida, al implicar al estudiante desde sus experiencias previas en la construcción de un conocimiento con sentido “común-crítico” y así pueda transformarse en un sujeto consciente, comprometido con su realidad y en pro de un mundo más justo.

La pedagogía, debe potenciar en el proceso de enseñanza y aprendizaje, una relación horizontal del hecho educativo, donde el maestro y el estudiante en ese proceso dialógico enseñen y aprendan el (la) uno(a) del otro(a) para la liberación y emancipación de ambos(as), es decir, forjar ciudadanos(as) que sus acciones sean pertinentes con la realidad que le rodea.

A manera de cierre, la pedagogía será dominante o liberadora según la intencionalidad que se tenga. En ese sentido, una pedagogía hegemónica, propiciará la reproducción, la memorización de conocimiento, la despolitización y tecnocratismo; en otro sentido, una pedagogía liberadora, propiciará la construcción de ciudadanía, la formación integral de la personalidad, la emancipación, la pertinencia del hecho educativo, transformación y la revolución cultural.

Ahora bien, después de haber paseado por las posturas de la pedagogía, se precisará a discernir sobre la Centralidad Pedagógica de la Educación, que emerge del develamiento de la dominación del conocimiento y de la instrumentalización del saber, para potenciar la mirada de la totalidad de la educación. En ese sentido, De Sousa (2005) nos menciona que la Globalización Contrahegemónica es una mirada integral de la globalización, se enfrenta a la idea implícita de la globalización neoliberal. Mantiene que las conexiones transnacionales se pueden aprovechar como el medio para lograr la distribución más equitativa de la riqueza, el poder y las comunidades sostenibles. La Globalización contrahegemónica, a diferencia de la globalización neoliberal, utiliza los activos de la globalización para oponerse a cualquier forma de dominación por la hegemonía, y opera a partir de un proceso de abajo hacia arriba que hace hincapié en la potenciación del papel de lo local.

Asimismo, De Sousa (2005:76), la refiere principalmente centrada en la universidad, para ponerla de nuevo como ejemplo, y la define de la forma siguiente:

La globalización contra hegemónica en la universidad, en cuanto bien público, significa específicamente lo siguiente: las reformas nacionales de la universidad pública deben reflejar un proyecto de nación centrado en las preferencias políticas que califiquen la inserción del país en contextos de producción y de distribución de conocimientos cada vez más transnacionalizados y cada vez más polarizados entre procesos contradictorios de transnacionalización, la globalización neoliberal y la globalización contra hegemónica. Este proyecto de nación debe ser resultado de un amplio contrato político y social especificado en varios contratos sectoriales, siendo uno de ellos el contrato educativo y dentro de este el contrato de la universidad como bien público.

Por otro lado, la centralidad pedagógica de la educación es justicia social, es por ello que Tedesco (2012), nos expresa los retos y desafíos que tiene la educación en la Región para construir sociedades más justas, minimizar las desigualdades sociales y formar ciudadanos. En ese sentido, se debe edificar una sociedad más justa que oriente las acciones de los actores sociales y particularmente de los actores del proceso educativo y así consolidar una educación de calidad para todas y todos como condición necesaria para lograr la igualdad y la justicia social de nuestros pueblos.

Ahora bien, hablar de Centralidad Pedagógica de la Educación es revelarse contra el mercado neoliberal dominante en los sistemas educativos y es por eso que Torres (2006) nos menciona que el neoliberalismo ha convertido al sistema escolar en un mercado; donde la educación ha sido reducida a un bien más. Los sistemas educativos y las creaciones culturales, en general, se reducen a mercancías, pero disimulando las redes económicas y los intereses políticos que se esconden detrás de esta posición mercantilista. Asimismo, expresa que “las políticas neoliberales…preconizan y generan una fuerte reducción del sector público,…contribuyen a desvalorizar las instituciones escolares públicas,…a centrar las miradas sólo en un tipo de contenidos curriculares, mientras otros son eliminados del trabajo que debe realizarse en las aulas” (p. 20). Estas condiciones generan deterioros del sistema escolar, alterando las principales finalidades de la educación y potenciando la exclusión social de los grupos menos favorecidos, situando el sistema escolar a uso exclusivo del mundo empresarial.

En este sentido, hablar de Centralidad Pedagógica de la Educación es hablar de la implicación cultural en el proceso de enseñanza y aprendizaje de la educación, es por ello que nos referiremos inicialmente a la Ley Orgánica de Educación (2009) cuando menciona la “formación del potencial creativo”, el cual se impulsa mediante el proceso educativo de apropiación y superación de la cultura, el individuo se proyecta y rehace en un circular retorno crítico y virtuoso sobre sí mismo. En otros términos, el saber y el saber-hacer que facilita la educación se subordinan y disponen en función del ser.

Para ello, el educando procede, en un primer momento, denominado como “el particular”, a reconocer el tema; aquí la subjetividad del estudiante se expresa como pre-juicios o supuestos sobre el tema (sus ideas o significados previos al respecto). En un segundo momento, llamado “el universal”, se reconoce ante los otros que son los autores objetivados en los textos que lee al tratar de comprender sus ideas o significaciones expuestas (en este momento su reconocimiento puede ser más favorecido por la intersubjetividad si intercambia y discute sus puntos de vista con los demás participantes de la actividad bajo la mediación del docente, que lo promueve por medio de asimilarla a la dinámica de una comunidad interpretativa); y, un tercer momento, denominado “enriquecimiento del particular”, en el que distanciándose de lo leído y desarrollando por escrito su texto o significados atribuidos, retorna a sí mismo, reconociendo su subjetividad cambiada mediante la objetivación realizada al reconstruir lo objetivado.

En ese contexto, la intersubjetividad, encuentro de interlocutores que buscan la significación de los significados (Freire, 1993), surge como condición indispensable para que el individuo pueda transformar la cultura y la sociedad, ya que como individuo aislado no podría hacerlo. Solo mediante la interacción con los otros es posible lograrlo. Esta interacción exige que entre sí los individuos se reconozcan como sujetos con capacidad de objetivación (de producir bienes culturales) de conformidad con finalidades escogidas y acordadas. Es a través del reconocimiento que le brinda el otro que el individuo se reconoce a sí mismo como sujeto. El proceso de enseñanza y aprendizaje en esta concepción sociocultural, es reconstrucción de la subjetividad por medio de las experiencias realizadas que conducen dialécticamente a negaciones mediante la crítica, la interacción social y la praxis objetivadora. (Sarraute, Díaz y Lo Priore, 2011).

Asumida culturalmente entonces, la centralidad pedagógica, es compromiso formativo. Para el educando en una dinámica de negación dialéctica, y para el educador es interacción favorecedora de esa negación mediante la crítica, la co-reflexión, la discusión y la re-creación orientada en la acción. En consecuencia, la tarea del educador no será la de modelar a los educandos, sino la de incitar y promover la praxis de los estudiantes, propiciando experiencias formativas o de enseñanza y aprendizaje de subjetivación y objetivación emancipadoras (Sarraute, Díaz y Lo Priore, 2011).

Ahora bien, como en primer momento se asume la centralidad pedagógica como implicación cultural, es necesario dejar claro que la cultura se entiende como la valoración que se atribuye a la significación de objetos, prácticas, haceres, saberes, expresiones, hechos y otros, que en un determinado contexto, y en sus más diversos ámbitos, da sentido a la identidad individual y grupal y la cohesión de colectividades, resultante de una configuración histórica selectiva, dominante e hibridizadora de significaciones que las luchas por la hegemonía ideológica (o dirección intelectual y ética de las clases y grupos sociales) han impuesto en las sociedades como significaciones legítimas e ilegítimas.

Lo ideológico respecto de la significación cultural refiere a la connotación o efectuación valórica que los intereses de las clases y grupos sociales en pugna por la hegemonía social le endosan, expresa o implícitamente, sobre significándola reproductora o transformadoramente en el contexto de las luchas que se libran en el plano cultural o del sentido social, y que toman forma en los contrapropuestos proyectos culturales que se confrontan. Debido a ello, la revolución es también y primordialmente proyecto cultural en todos los ámbitos y planos de lo económico, lo político, lo social, lo ecológico y otros.  Los cambios que se deben producir allí (en la cultura laboral o del trabajo, en la cultura política, en la cultura académica, etcétera), solo se posibilitarán si las representaciones ideológicas que significan y orientan las prácticas son relevadas culturalmente en la conciencia de los individuos que las reproducen.

Por otro lado, hablar de Centralidad Pedagógica de la Educación, también es hablar de la práctica pedagógica del maestro, en ese sentido, Mejías (2008), nos menciona que el proceso de enseñanza y aprendizaje se convierte en:

Un campo reflexivo, dando paso por esta vía a la constitución de una política de la experiencia, donde emerge un maestro que se constituye en sujeto de saber desde su territorio, produciendo una re-territorialización de la pedagogía, en la cual la práctica social de ésta adquiere forma en el ejercicio concreto de la política del aula y de las prácticas pedagógicas del docente. (p.65)

Asimismo, menciona Mejías (2006:53), que los maestros tienen que hacer notable,

La emergencia de esos saberes pedagógicos propios que se han liberado del aprisionamiento que les producían los paradigmas, los enfoques y los modelos universalistas recomponiendo su práctica desde pedagogías no universales, muchas de ellas híbridas, en diálogo y confrontación con esos saberes constituidos, dando forma a las geopedagogías que tienen su explicación en la localización no sólo geográfica, sino categorial, que les da un carácter y una identidad a esas formas y prácticas locales de la pedagogía. Igualmente, han abierto el camino al uso de nuevas tecnologías que son recontextualizadas desde su práctica, su contexto, su aula y su saber pedagógico.

Es por ello, que en la Centralidad Pedagógica la relación de dominación que nos mencionada Dussel (1980), cambia y se convierte en una relación donde el maestro o maestra y estudiante aprenden permanentemente de cada uno, desde la dialogicidad, desde las negaciones dialécticas, propiciando procesos de significaciones otras para alcanzar la objetivación.

Por su parte, Bonilla (2014), citado por Red Global/Glocal por la Calidad Educativa, nos expresa que volver a la centralidad pedagógica, es potenciar la pedagogía como el vehículo que con sus componentes y elementos posibilita una interpretación de la totalidad educativa como hecho político, desde la especificidad concreta del aula y sus interrelaciones con la realidad social histórica.

En este sentido, según Bonilla, citado por Red Global/Glocal por la Calidad Educativa (2014:294):

La educación adquiere una potencia revolucionaria pues no solo tiene una epistemología que vincula lo local con lo global como totalidad sistémica, sino que entiende la dialéctica entre contexto, centros educativos y transformación de la realidad. Esto convierte a la pedagogía en una profesión subversiva para el capitalismo de la postguerra y más aún en su etapa neoliberal. La pedagogía es contraria a la premisa de fragmentación de la realidad y la acción de sumisión que demanda el modo de producción capitalista.

 Por consiguiente, la centralidad pedagógica nos trae consigo una mirada totalizadora de la educación, donde su medula está en el cambio de relaciones entre el maestro o la maestra y el estudiante, y demás actores de la comunidad educativa, padres, representantes, comunidad, autoridades, Estado, entre otros, donde existe la posibilidad de transformar la realidad por la implicación de los participantes y de satisfacer las necesidades socioeconómicas de nuestros pueblos de la Patria Grande.

Por otro lado, la consolidación de la centralidad pedagógica, está en crisis por los procesos permanentes de despedagogización de la educación, ya que existen para Fernández, en la Red Global/Glocal por la Calidad Educativa (2014:51):

dos invariantes, unas cosntantes, en todas las contrarreformas educativas a escala internacional. Si bien hemos hablado de reformas, también las contrarreformas están presentes y las dos invariantes una es: el tema curricular, que rompe con la centralidad de lo pedagógico y deja al  tema de una técnica que es parte, una parte, de la pedagogía, el esfuerzo de transformación; y la otra esta el debate de la calidad, visto también como un simple fragmento. Entonces las contrarreformas muchas veces entran por el debate curricular o por el debate de la calidad. Eso preocupa a muchos docentes.

 En este sentido, la despedagogización emerge de la colonización del conocimiento y del saber, es por ello que Dussel (1980:11), analiza esa colonización y dominación, Asimismo, resalta la importancia de dejar claro que la pedagógica no debe ser confundida con la pedagogía. “La pedagogía consiste en la ciencia del aprendizaje y la enseñanza; y la pedagógica es una parte de la filosofía, que piensa la relación cara-a-cara del padre con el hijo, del maestro con el discípulo, del filósofo con el no-filósofo…”

En la pedagógica convergen la erótica y la política; es como un puente entre las dos, pero que tiene su propia consistencia. El padre-Estado, dominando a la madre-cultura, posibilita que ésta, encargada frecuentemente de educar al hijo en su primera infancia; el padre (ahora también el maestro) «prolonga su falocracia (erótica) como agresión y dominación (la política) del hijo: el filicidio» Dussel (1980:14) a través de la cultura.

En esta relación de dominación neoliberal, el Estado colonial traiciona su propia cultura, asumiendo la del colonizador, por esa razón, el hijo es educado en una cultura con un determinado êthos como totalidad simbólica de un pueblo. En Latinoamérica, el hijo americano tiene por madre a “la india”, a la cultura popular. Su padre, «el español» ha asesinado a su hijo, violando a la mujer india, vino a ser padre opresor, maestro dominador y etnocida: su pedagogía es dominadora, introyectando en el joven (el hijo) la cultura ajena como la mejor y la única.

Es por ello, que en la despedagogización de la educación, el maestro lo convierten en un ego magistral que pretende que el discípulo recuerde (como en Sócrates) sin que cree nada nuevo: el alumno resulta ser un ente orfanal (huérfano, como el Emilio de Rousseau). He aquí la polaridad sobre la que se desarrollará toda la pedagógica dusseliana: entre el ego magistral opresor y el niño o joven como ente orfanal manipulado.

El maestro no puede presentarse ante el discípulo como el portador de todos los derechos, siendo éste considerado como una tabula rasa propicia al adoctrinamiento irrespetuoso de su alteridad originaria. Pero esto es lo que pretende la pedagógica dominante, vigente. El hijo y el discípulo son momentos de la Totalidad, pero son también «exterioridad metafísica», en un movimiento de «dialéctica analéctica», que constituye la anti-pedagógica o «pedagógica de la liberación», que significa una situación ana-edípica erótica y políticamente pos-imperial.

En ese sentido, desde esa ruptura de dominación, la transformación educativa es la premisa conceptual que plantea la necesidad de la recuperación de la centralidad pedagógica en el encuentro educativo. La visión mercantilista de la educación rompió con la visión de totalidad en la actividad escolar, fragmentando cada uno de sus componentes. En esa orientación conceptualmente se establece que toda dinámica de cambio educativo debe estar acompañada con la visión de totalidad que es propia de la Pedagogía en el campo educativo.

Para disminuir o eliminar la despedagogización de la educación, es necesario dignificar la labor de docente y su formación permanente y continua. Asimismo, se debe garantizar para todos y todas los estudiantes, programas de alimentación escolar adecuados a su edad, dotación de uniformes, útiles escolares y materiales didácticos, tanto de uso colectivo como individual. Además, se deben desarrollar modelos escolares alternativos, el acceso a tecnologías de información y comunicación, incorporación de los saberes socioculturales a las dinámicas de enseñanza-aprendizaje, entre otros aspectos. Bonilla (2014), menciona que la inclusión educativa implica, el fortalecimiento permanente del encuentro pedagógico, de los procesos de enseñanza-aprendizaje y académicos junto al desarrollo integral de la personalidad, la construcción de pensamiento crítico y la formación de ciudadanía para la democracia participativa y protagónica.

Por último, para recuperar la Centralidad Pedagógica es necesario que exista una educación eficiente, destinada a la formación de  la identidad de cada ciudadana y ciudadano, un  habitante participativo capaz de actuar consciente y solidariamente en los procesos sociales. Una formación para la vida, el desarrollo de una conciencia ciudadana para la convivencia, la paz, la conservación, defensa y mejoramiento del ambiente, la calidad de vida y para el uso racional de los recursos naturales. La centralidad pedagógica debe garantizarnos el desarrollo de competencias comunicativas en atención a los procesos de comprensión y producción del lenguaje oral y escrito, la comunicación del saber destinado a la formación del pensamiento y al desarrollo de destrezas y sus capacidades científicas, técnicas, humanísticas y artísticas, la formación para el trabajo y el desarrollo socio productivo del país.

Referentes:

Bonilla Molina, L. y Rodríguez, E. (2001). Reforma educativa, poder y gerencia. Caracas: Tropykos.

Bonilla – Molina, L. (2014). La Calidad de la Educación. Ideas para Seguir Transformando la Educación Venezolana. Caracas: CIM- MPPEUCT.

De Sousa, B. (2005). La Universidad del Siglo XXI. México: UNAM.

Dussel, E. (1980). La Pedagógica Latinoamericana. Bogotá: Nueva América.

Freire, P. (1993). ¿Extensión o comunicación?  México: Siglo XXI.

________(2008). Pedagogía de la Autonomía. Argentina: Siglo XXI.

_________(2008). La educación como práctica de la libertad. Argentina: Siglo XXI.

Guanipa, M. (2008).Guía de estudio. Universidad Rafael Belloso Chacín. Maracaibo: URBE.

Ley Organización Orgánica de Educación (2009). Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela N°. 5929. Fecha: 15/8/2009.

Lo Priore, I., Díaz, J., y Sarraute, M. (2011), Lineamientos para el Desarrollo Curricular de los Programas Nacionales de Formación. Caracas: MPPEUCT.

Mejías, M. (2004). Leyendo las políticas educativas de la globalización. Presentación en el panel sobre reformas educativas en América Latina en el XX Congreso de la CIEC Santiago de Chile Enero 8-14 de 2004. Consultado el 6 de julio de 2013, en: http://www.planetapaz.org/campanas/educacion/politicas_educativas.pdf.

_________ (2006). Cambio Curricular y Despedagogización en la Globalización. En Revista Docencia. Número (28). Colombia

__________ (2008). Educación(es) en la(s) Globalización(es) (I). Entre el Pensamiento único y la Nueva Crítica. Perú: Fondo Editorial del Pedagógico San Marcos y Colombia: Editorial Desde Abajo.

Red Global/Glocal por la Calidad Educativa (2014). Informe Mundial sobre la Calidad Educativa 2014. En este debate: ¿De qué se está hablando? Caracas: Centro Internacional Miranda

Tedesco, J. (2012). Educación y Justicia Social en América Latina. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica de Argentina.

Torres, J. (1994), Globalización e Interdisciplinaridad: El currículo integrado. Madrid: Morata.

Torres, J. (1994). El currículo oculto. Madrid: Morata.

Torres, J. (2005), Educación en Tiempos Neoliberales. Madrid: Morata.

Torres, J. (2014). Organización de los Contenidos y relevancia Cultural. En la Revista Cuaderno de Pedagogía. N°. 447 (Julio – Agosto)

Torres, J. (2014). De la Democracia al Neoliberalismo de la Mano del Curriculum. En la Revista Cuaderno de Pedagogía. N°. 447 (Diciembre). PP. 28-31.

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Ecuador: La derecha repite la misma historia

Por: Patricio Montesinos

Lo que está ocurriendo en Ecuador previo a las elecciones generales del venidero domingo no es para nada novedoso. La derecha siempre teme perder en las urnas, y por esa razón acude a la violencia para generar miedo y tensiones entre los votantes.El reciente intento de atentado con explosivo contra la presidenta de la Asamblea Nacional de esa nación sudamericana, Gabriela Rivadeneira, es un ejemplo más del actuar intimidatorio y terrorista de las élites conservadoras de Nuestra América con el propósito de hacerse del poder.

Tal manera de accionar de la derecha recalcitrante se ha visto en Ecuador, Venezuela, Bolivia, El Salvador, Nicaragua, Brasil, Argentina y Brasil, y parece ser un “procedimiento” escrito en un libro de subversión elaborado, claro, en Estados Unidos.

El empleo de la violencia por las fuerzas neoliberales es activada tras una intensa campaña mediática dirigida a denigrar de los gobiernos y los partidos progresistas de la Patria Grande, por supuesto, enlazada con Miami, la ciudad norteamericana “especializada” desde hace mucho tiempo en sembrar la desestabilización en Latinoamérica y el Caribe.

Evidentemente ese desesperado actuar violento responde a que la derecha es consciente de que le es difícil imponerse a través de los votos en una contienda pacifica como la que se escenificará en Ecuador en los comicios de este 19 de febrero, y sobre los cuales nadie tiene dudas son cruciales para el destino de ese Estado y de Nuestra América.

Un triunfo del partido Alianza País, de su candidato presidencial, Lenín Moreno, y de hecho la continuidad de la Revolución Ciudadana liderada por el actual mandatario, Rafael Correa, pondría contra las cuerdas a quienes han repetido como papagayos la “famosa” frase del “fin de ciclo del progresismo” en la Patria Grande.

La posible victoria de la izquierda ecuatoriana significaría un fuerte anticiclón frente a los vientos huracanados de neoliberalismo que soplan nuevamente desde el Sur del Río Bravo hasta la Patagonia, pero que están condenados, más temprano que tarde, a desaparecer porque son solo provocados y de corta duración.

Como escribí en un anterior artículo, soy de los que piensan que el pueblo de la patria de Correa goleará de zurda a los conservadores el venidero domingo, pese a la guerra mediática y las agresiones, incluidos atentados, de que es blanco.

Confío en que los ecuatorianos sabrán defender su Revolución Ciudadana, y si así no fuera habría que convertir otro revés en victoria. Dejar a un lado cualquier indicio de pesimismo antes de la contienda electoral es hoy vital para lograr el triunfo.

Recuerdo al invicto líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro. En las peores circunstancias nunca dejó de pensar y luchar por la victoria, motivo por el cual no conoció, junto a su pueblo, la derrota.

Fuente: http://www.cubadebate.cu/opinion/2017/02/17/ecuador-la-derecha-repite-la-misma-historia/#.WKjZ-ziaz_s

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CNN ante la Revolución de la Comunicación

Por: Fernando Buen Abad

«Vamos a la Revolución Comunicacional en Medios, Redes, Calles y Paredes” N.M.

Edición 68 de “Contacto con Maduro” 20 de noviembre del añ o 2016.

Mientras hay gobiernos neoliberales que suspenden, de manera inconsulta y unilateral, las “Leyes de Medios” más avanzadas; mientras hay gobiernos derechistas que alientan la “auto-regulación” de los monopolios mediados. Mientras el proceso de concentración mediática protagoniza sus luchas inter-burguesas atropellando con monopolios la libertad de expresión de los pueblos… ocurren en las bases de los pueblos fenómenos de trascendencia, cuantitativa y cualitativa, de primer orden. Acudimos a un momento realmente apasionante de la lucha de clases expresada, también, en los medios de comunicación. Hoy la situación nueva es esta: Nicolás Maduro llama a una Revolución de la Comunicación.

Décadas -de la lucha reciente- han dejado sobre la mesa de la Historia Latinoamericana una experiencia magnífica -y renovada- a propósito de la soberanía de los pueblos en materia de “medios de comunicación de masas”. Se trata de una experiencia que no puede omitir el debate sobre la propiedad privada de las herramientas para la producción. (Cámaras, micrófonos, televisoras, imprentas, teléfonos…) tampoco se elude el uso de los mass media como armas de guerra ideológica contra los pueblos. Pero la parte más difícil, la más huidiza acaso, radica en la conquista de la unidad de los medios y los modos para comunicarnos, para hacer visibles las luchas emancipadoras, impulsadas por el espíritu revolucionario que recorre al mundo con brújula al Socialismo… debate y lucha simplemente extraordinarios.

En su madurez actual, tal convocatoria no tolera ya la idea de que alguien, de un modo u otro, se beneficie individualmente con los recursos y riquezas que son de todos, incluyendo el espacio aéreo, los satélites y la red radio-eléctrica, que son recursos tan vitales como el agua, como la tierra, como las minas… En su estado actual la convocatoria es el clamor colectivo más avanzado que se opone a la dilapidación, al dispendio, a la irresponsabilidad y a la agresión permanente que algunos usufructuarios del espacio radioeléctrico perpetran diariamente.

Una convocatoria definitoria. De nada le sirve la “soberanía” por la soberanía misma sin un programa Socialista para la transformación comunicacional nacido desde las bases organizadas de los trabajadores, obreros y campesinos… En su estado actual la convocatoria a una Revolución de la Comunicación rechaza todo quietismo sobre las ideas y todo autoritarismo de las formas. La convocatoria a una Revolución de la Comunicación desde sus raíces más hondas es magnífica pero insuficiente sin un programa político de acción directa hacia la Comunicación Revolucionaria para modificar radicalmente el paisaje de barbarie y miseria actual, es decir programa para ganar las herramientas de producción comunicativa bajo control de los trabajadores y las comunidades.

De nada sirve, la convocatoria a una Revolución de la Comunicación sin un plan, (ideas, acuerdos, metodología… praxis) impulsado, por ejemplo, desde el “empoderamiento” del pueblo. Poder económico, poder de ideas, poder creativo… poder Socialista. Desde 1910, con el estallido de la Revolución Mexicana, apareció en Latinoamérica el proceso de “producción de sentido” revolucionario que marcó, también, la historia toda del siglo XX. Una tras otra, las luchas revolucionarias del continente probaron ser (además del “motor de la historia”) el motor de la producción de sentido que expresa claramente la lucha de clases con símbolos, también.

Es el caso de las imágenes de Emiliano Zapata, Francisco Villa, las “adelitas”… la música, la literatura, la fotografía, el cine… la propaganda, la prensa revolucionaria y, en general, los procesos revolucionarios que maduraron al calor de la lucha de clases y al calor de las fuerzas emancipadoras de cada frente y de cada proceso histórico. La Revolución semiótica permanente.

Es ese el aporte semiótico revolucionario de Cuba, Nicaragua, Venezuela, Ecuador, Chile, Argentina, Brasil… que cambiaron el modo de entender el mundo y de expresarlo. Es el aporte semántico que encontró diversidad de significantes con raíz popular incuestionable. Es el “signo” que orienta la certeza social de que otro mundo es posible y que esa posibilidad no es una entelequia sino una realidad que tiene tiempo, lugar y signos concretos. Es el aporte de las luchas revolucionarias que el aparato monopólico dominante ha invisibilizado y ha deformado ante los ojos de los propios pueblos que, además, padecen el desfalco semiótico de su Historia reciente bajo la metralla de las armas de guerra ideológica del capitalismo.

Nicolás Maduro llama a una Revolución de la Comunicación. ¿Por qué no? Latinoamericana… mundial, universal. No podemos desestimarlo, es preciso integrarse con delegados de base, con delegados de los movimientos sociales que en todo el mundo construyen comunicación no alienante, comunicación para la libertad. Organicemos una fuerza que se sume de inmediato desde el este de Los Ángeles hasta la Patagonia; que convoque a los cientos de miles de comunicadores, radios, televisoras, periódicos, sitios Web… trabajadores de la comunicación de base que, de un modo u otro, desde sus organizaciones, acepten caminar con la Revolución de la Comunicación. Esto no es nuevo, sólo es urgente. Si no respondemos, los años próximos nos verán derrotados como nunca.

Están dadas las condiciones el mundo ha despertado tal conciencia sobre el papel de los medios, sus virtudes y sus amenazas, que ya una fuerza objetiva con que se bañan diariamente las subjetividades más diversas. Esta es una hora buena, están encendidas las máquinas de los corazones que alimentan las máquinas filmadoras, radiofónicas, televisivas… No hay mucho que discutir. Ya hay organizaciones que entienden lo qué debe hacerse a estas horas y entienden lo que debemos construir para las horas venideras. No hay tiempo que perder. Sumemonos cuanto antes, un congreso, encuentro, asamblea…. organizador (y en movimiento) para acordar acciones directas de inmediato, caminando hombro con hombro alumbrados con la lección Revolucionaria, que también en materia de comunicación, propone Maduro.

Convoquemos un congreso dinámico y creativo para la Revolución Socialista de la Comunicación, convoquemos a las experiencias más convocantes, acordemos una marcha de ideas y organizaciones unidas y en sintonía con los logros nacidos de la Revolución, démonos la oportunidad de la hora y aprendamos todos, desde abajo y para siempre, la dialéctica de la comunicación que los pueblos impulsan en su ascenso revolucionario. Una Revolución de la Comunicación que recorra el mundo. Una fuerza no uniforme que luche contra la alienación, contra el secuestro mercachifle de los medios de Comunicación, contra los peligros ideológicos, contra las formas de los anti-valores y las persecuciones de todo tipo.

Organicemos lo que ya existe, sin conformismo, arribismo, ni vedetismo… organicémonos desde los que mejor se hace y movilicemos mil iniciativas nuevas, frescas… esta vez sin protagonismos estériles, pongamos por estrella única esta Revolución y regalémosle los mejores frutos de nuestras mejores definiciones, aprendizajes y acciones en transición permanente. Vallamos rápido y directo, sin dejarnos abrumar y derrotar por la palabrería ni los espejismos, vallamos de inmediato, pensando bien y haciendo lo correcto. No es imposible. Discutamos sólo lo necesario, lo que nos fortalezca unidos, y acordemos métodos para discutir las diferencias fraternalmente, progresivamente, fértilmente. Total las urgencias del presente son las prioridades del debate y de la lucha. Fijemos una agenda y fijemos un calendario. Sin ponernos trampas, dilaciones ni desvíos.

Hagamos nacer, desde abajo, un programa político de Comunicación que nos ayude a orientarnos en la unidad organizada. Un programa Político de Comunicación que sepa diagnosticar y pronosticar, que se ayude con lo mejor de la ciencia y los mejores científicos militantes, que se ayude con los técnicos y que se ayude desde las prácticas directas creadoras, día a día, de experiencias magníficas… radios, televisoras, cinematográficas, editoriales… organicémonos como un brazo en lucha, nacido del mismo cuerpo social revolucionario en desarrollo. Organicémonos como una fuerza que, tarde o temprano, será una sola en todo el mundo.

No impongamos nuestras recetas, no dependamos de “las recetas”. Aprendamos de las lecciones concretas de los pueblos, aprendamos, desde abajo, cómo se construye y se organiza un pueblo… aprendamos de lo mejor y ofrezcamos lo mejor que tengamos. No dictemos “verdades” de sabio o de burócrata… mejor ampliemos el diagnóstico, el debate y el pronóstico. Ampliemos el diagnóstico, el debate, el pronóstico y la lucha sobre la propiedad privada de las herramientas de trabajo comunicacional, ampliemos el debate y la imaginación sobre la creación de los lenguajes nuevos.

La Revolución de la Comunicación debe radiografiar los huesos mismos de toda estructura de comunicación, explorarlos críticamente, desde sus entrañas. Ya la anunció Nicolás Maduro y es indispensable que empujemos entre todos, que hagamos nuestra tal batalla, que ayudemos y nos ayudemos a aprender. Inventar o errar al lado de todos los pueblos. Levantemos continentalmente la bandera de la Revolución de la Comunicación que tiene un futuro magnífico, nadie puede hacerse sordo, todos estamos obligados a levantar la voz.

¿De qué manera hay que explicar lo importante que es la convocatoria de Nicolás Maduro a una Revolución de la Comunicación armada con cuantos medios sea necesario para liberar a la humanidad de todo aquello que la hace prisionera en los límites de sus más elementales necesidades? Habrá que disponer de los mejores logros tecnológicos y las mejores experiencias sociales para convertirnos en militantes de la verdad, transformadores revolucionarios de la conciencia para la creación de una sociedad sin clases, sin propiedad privada. Revolucionarios de la Comunicación militantes en la ciencia, la educación, la tecnología… la poesía, para activar todas las fuerzas sociales en la resolución de los problemas de la vida práctica.

Ya podríamos acordar, de inmediato, estar listos para avanzar en la organización de todo nuestro caudal comunicacional revolucionario. Intervengamos internacionalista y solidariamente, intervengamos política y científicamente, intervengamos como se debe. Como una fuerza organizada desde y con los medios de comunicación para “tomar el cielo por asalto”. Que el mundo sepa que se abre una nueva etapa de lucha gigantesca y profunda que es de todos nosotros los que soñamos el triunfo definitivo de la Revolución Permanente. ¿Podríamos apresurarnos?

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=223099

Imagen: http://ipmark.com/tecnologia-y-medios-predicciones-2016/

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Mujeres en la ciencia

Por: Ignacio Mantilla

Se celebró la semana pasada el “Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia”. Aunque la fecha reservada para esta conmemoración, el 11 de febrero, pasó inadvertida en nuestro medio, quiero aprovechar este espacio para destacar las razones que tuvo la Asamblea General de las Naciones Unidas en el año 2015 para proclamar este “Día Internacional”, que se celebrará todos los años.

Dice la correspondiente resolución que: “con el fin de lograr el acceso y la participación plena y equitativa en la ciencia para las mujeres y las niñas, y además para lograr la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas, la Asamblea General de las Naciones Unidas decide proclamar el 11 de febrero como el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia”.

Una pregunta que seguramente todos alguna vez nos hemos hecho es: ¿y para qué sirve un Día Internacional? La respuesta nos la da la propia Asamblea General, en la expedición de las resoluciones en las que designa una fecha como Día Internacional.

En definitiva, la ONU ha aclarado que el propósito de los Días Internacionales es “sensibilizar, concientizar, llamar la atención, señalar que existe un problema sin resolver, un asunto importante y pendiente en las sociedades para que, a través de esa sensibilización, los gobiernos y los estados actúen y tomen medidas o para que los ciudadanos lo exijan a sus representantes”.

Pese a los esfuerzos de la ONU en el caso que nos ocupa, la verdad es que las mujeres siguen enfrentándose a barreras en su formación científica, que no parecen fáciles de vencer. Actualmente, las cifras que brinda este mismo Organismo internacional indican que la probabilidad de que las estudiantes terminen una carrera, una maestría o un doctorado en Ciencias es del 18%, 8% y 2%, respectivamente. Para los estudiantes masculinos, en cambio, es del 37%, 18% y 6%

En general, la participación de las mujeres investigadoras (en todas las áreas de las Ciencias) es baja: menor del 40% en los países de la OCDE, con excepción de Portugal y Estonia, pero sin alcanzar siquiera, en estos países, un 50%. Los niveles más bajos (menores del 20%) están en Japón y Corea (OCDE, MSTI – febrero 7 de 2017).

En la Universidad Nacional, las profesoras vinculadas a las Facultades de Ciencias en las diferentes Sedes representan, en todas ellas, menos del 30% del total de profesores de esas Facultades. En la Sede Medellín, por ejemplo, solo 29 de los 134 profesores de Ciencias son mujeres, el 21.6%.

Aun cuando se habla mucho sobre la necesidad de que haya más mujeres investigadoras, poco se hace. Muchos talentos se pierden, otros permanecen ocultos y algunos otros son deliberadamente opacados. Tampoco se intenta atraer a las niñas hacia las ciencias, más bien los esfuerzos se encaminan a estimular y patrocinar reinados de belleza.

Quiero exponer el ejemplo de dos mujeres científicas excepcionales, matemáticas ambas, distanciadas por cerca de 1600 años. Una de ellas, de las primeras mujeres matemáticas de la que se tiene noticia, llamada Hipatia, murió en Alejandría a comienzos del siglo V, linchada por una turba de cristianos, acusada de ser una mujer entregada al pensamiento y la enseñanza libres. A Hipatia se le conoce como la “Mártir de la Ciencia”. Por su irracional y cruento asesinato y por sus especiales aportes en geometría, álgebra y astronomía, la figura de Hipatia se ha convertido en un verdadero mito. Algunos movimientos feministas la reivindican como paradigma de una mujer liberada. Para las ciencias, se trata de un oscuro capítulo que debe presentarse en la historia como un hecho terrible que no debe repetirse. Es un gran contraejemplo. Es la indiscutible evidencia de que la ceguera colectiva humana, que opaca la inteligencia, sí existe.

La otra admirable científica es Maryam Mirzajani, una joven matemática iraní, quien se formó en pregrado en la Universidad de Tecnología Sharif de Teherán y actualmente es profesora de la Universidad de Stanford. Maryam fue galardonada en 2014 con la Medalla Fields, siendo la primera mujer de la historia en recibir este premio equivalente al “Nobel de las matemáticas”. El premio le fue otorgado por sus impactantes, trascendentales y originales investigaciones sobre geometría, teoría de superficies de Riemann y sistemas dinámicos. Su origen y su gran talento producen la admiración de la comunidad matemática mundial, pero despierta también la envidia de algunos matemáticos de primer nivel.

Estas extraordinarias científicas son apenas una pequeña muestra y un indiscutible ejemplo de las valerosas y talentosas mujeres, que a pesar de encontrar condiciones muy adversas o tener oportunidades limitadas, han logrado destacarse como científicas de gran nivel. La Medalla Fields, otorgada por primera vez a una mujer matemática, es también el reconocimiento del importante aporte femenino a las matemáticas y la reivindicación del pensamiento de Hipatia de Alejandría, que tuvo que esperar 16 siglos.

La celebración del “Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia” debe entonces invitarnos a reflexionar sobre la exaltación que merecen las mujeres por su trabajo científico, su tenacidad y sobre la urgente necesidad de acercar a las niñas a las ciencias.

Finalmente, mi vocación docente me impulsa a dejar tareas. En este caso la pregunta es ¿Y cuál es la diferencia entre un “Día Internacional” y un “Día Mundial”? Como en muchas ocasiones, el profesor no conoce la respuesta y espera aprender de sus alumnos.

Fuente: http://www.elespectador.com/opinion/mujeres-en-la-ciencia-columna-680480

Imagen: http://aulaverde.masverdedigital.com/?p=3348

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Jornada única y costos de la educación

Por: Ángel Pérez Martínez

Al Gobierno nacional a través del Ministerio de Educación Nacional, MEN, la ha faltado liderazgo, gestión y recursos para avanzar en la jornada única para más de 8 millones de estudiantes de la educación oficial

Según los datos del MEN, En el 2013 de los 10.629.565 estudiantes de la educación preescolar, básica y media solo el 18 por ciento asistía a colegios con jornada única o completa, de ellos más del 90 por ciento lo hacían en colegios privados.

El gobierno del Presidente Santos en su segundo mandato se comprometió a avanzar en la jornada única para la educación oficial como una estrategia para cerrar brechas entre los estudiantes que asisten a colegios privados de buena calidad y quienes asisten a la educación oficial. Además, a partir de diversos documentos que analizaron la experiencia de Chile, de otros países y la evidencia nacional, el MEN sustentó que cuando los estudiantes permanecen más tiempo en el establecimiento educativo mejora la calidad, la convivencia y la participación laboral femenina; así mismo disminuye el embarazo juvenil y la deserción escolar.

También, desde cuando inició el gobierno, la entonces Ministra de Educación Gina Parody aceptó que para mejorar la calidad de la educación y establecer programas como la Jornada única, el país requería más recursos para la educación preescolar, básica y media, según ella: “mientras Chile invierte 4.500 dólares al año por estudiante. Nosotros, con la devaluación, invertimos alrededor de dos millones y medio de pesos, o sea, 800 dólares. En la OCDE el promedio es de 8.400 dólares por estudiante al año. Por ahí comienza la inequidad, apuntó”.

La Ministra tenía razón en el año 2014 la Secretaría de Educación de Bogotá invertía 4 millones de pesos por estudiante en jornada completa y un estudio realizado por Economía Urbana para el MEN encontró que una canasta de costos ideal para la jornada única en el sector oficial tenía un precio cercano a los 5 millones de pesos para dicho año. Estos costos aún están lejos de los pagos, entre 7 y más de 15 millones de pesos anuales, que realizaron las familias en los tres mejores colegios (privados) de Bogotá, Cali y Medellín, de acuerdo con las pruebas SABER 11, donde se confirma: la calidad en educación es costosa.

Los directivos del MEN en el año 2014 conocían que el desarrollo de la jornada única tenía tres obstáculos de los cuales dependía desde la gestión pública su éxito o fracaso. El primero era aumentar el 30% de la actual infraestructura educativa y las dotaciones escolares; el segundo, mejorar las condiciones de los estudiantes para facilitar su aprendizaje: alimentación escolar (pasar de refrigerio a almuerzo), transporte, espacios recreativos y deportes, bibliotecas y aulas especiales, según proyecto educativo del colegio; y tercero, las condiciones laborales de los docentes, donde existía un dilema: aumentar la jornada laboral a los actuales docentes e incrementar su salario, o nombrar más docentes con el mismo salario que reciben quienes hoy laboran en la educación oficial.

Al finalizar el año 2016, sorprende los pobres resultados alcanzados en el programa de jornada única, por ejemplo, en infraestructura educativa la meta a 2030 es construir 51.134 nuevas aulas de clase, 30.000 aulas en el cuatrenio 2014 a 2018, Gobierno Santos. Según el informe de gestión del MEN 2014- 2016, entre 2015 y 2016 apenas se entregaron 3.571 nuevas aulas, el 18% de la meta. Sin embargo, el número de estudiantes en jornada única promovidos por el programa alcanzó 374.494 estudiantes en el 2014 y 500.000 alumnos en el 2016, que equivale sólo al 6 por ciento de la matrícula oficial. Lo anterior significa que el incremento de jornada única por aulas nuevas sería de 142.840 estudiantes (supuesto de 40 estudiantes por aula) y el resto utilizando colegios existentes que era lo más fácil de hacer y sin costo por infraestructura, a no ser que se mejorará o ampliará nuevos espacios educativos. Destaco que al retrasarse las metas para la jornada única, los costos asociados a alimentación escolar, trasporte y nuevos docentes, entre otros, no se producen.

Más grave, el tema de los docentes y la jornada laboral aún no se define, FECODE plantea que se requieren 100.000 docentes adicionales para la jornada única, el MEN propone 30.000 para el actual periodo de gobierno, sin embargo, la experiencia de los colegios privados de buena calidad en Colombia y de otros países indican que la jornada única en las instituciones escolares, 7 u 8 horas al día, es atendida por un sólo equipo de docentes, que trabajan 6 horas en aula y 2 horas en planeación o apoyo, con un currículo único, el respectivo plan de estudios y un sistema de evaluación integral.

El país tiene que tomar una decisión que es costosa y permanente: mantiene los 330.000 docentes con los salarios actuales y para desarrollar la jornada única agrega cerca de 100.000 más. O busca un acuerdo con el magisterio para ampliar la jornada laboral de los docentes, acompañada de una mejora de sus salarios, lo cual se puede realizar con gradualidad de acuerdo con la meta fijada hasta el año 2030, el MEN debe ser consiente que los docentes que tienen un trabajo extra o ingresaron a la educación oficial incentivados por la jornada laboral se opondrán. En el próximo artículo explicaré porque es mejor esta segunda opción para los docentes y de manera especial para los niños y adolescentes en la garantía del derecho a la educación con calidad.

Fuente: http://www.dinero.com/opinion/columnistas/articulo/jornada-unica-y-costos-de-la-educacion-por-angel-perez/242144

Imagen: http://radiorsd.pe/noticias/minedu-aprueba-aplicar-jornada-escolar-completa-en-36-colegios-de-ancash

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La virtud de las esposas

Por: Lidia Falcón

“Es costumbre monárquica el robar, pero los Borbones exageran”
Charles Maurice Talleyrand

La sentencia que absuelve a la infanta Cristina nos retrotrae a los prudentes años de la dictadura cuando la sabia y tradicional organización social establecía el orden en que debían situarse los papeles del hombre y de la mujer, del marido y de la esposa. El mandaba y ella obedecía. A salvo de las convulsiones que nos ha traído el feminismo que pretende abolir las santas normas que estableció el Patriarcado.

Sabido debe ser, y hay que recordarlo siempre, que el Código Civil de 1888, restablecido en su integridad a partir de 1939, después de que el Caudillo, por la Gracia de Dios, anulara la revolucionaria legislación de la II República, establecía que la mujer casada no tenía capacidad jurídica para ninguno de los actos que implicaran el patrimonio propio o del matrimonio. De tal modo, ni podía contratar una cuenta corriente ni realizar ninguna operación mercantil ni civil sin el consentimiento de su marido. Era por tanto sabido, que una mujer casada no era responsable de ninguna operación económica que fuera más allá de comprar la comida y los pañales del niño.

Bien deben de creer las juezas que han dictado la sentencia en el célebre juicio de la sociedad NÓOS que nos hallamos en aquella época de gran placidez que fue la dictadura, como la calificó el entonces ministro de Interior, Jaime Mayor Oreja, en tiempos del gobierno de Aznar. Y placidez debía reinar en el seno del matrimonio Iñaki Urdangarin y Cristina de Borbón, puesto que ésta obedecía santa y mansamente las órdenes de su marido.

Del mismo modo –de otra manera hubiese quedado desairada-, han absuelto a la esposa de Diego Torres. Otra buena y obediente esposa que no tenía ni mando ni conocimiento en los negocios del marido.

Esposas cristianas, que cumpliendo el mandato divino, están bajo el mando de quien es dueño de su vida. Ciertamente la Biblia habla de que “el varón dominará tu concupiscencia”, pero en tan íntimos temas no va a entrar una sentencia judicial en 2017. El Antiguo Testamento no trata de la participación de la mujer en los negocios del marido, pero por analogía habrá que entender que este domina a su mujer en todas las decisiones económicas, como sancionó el Código napoleónico que se aprobó en nuestro país en aquella ya lejana época de 1888.

Esas juezas que han considerado que formar parte del Consejo de Administración de la sociedad Aizoon, una entidad que manejaba millones de euros al año, firmar las actas de las reuniones, tener disponibilidad de las cuentas corrientes, ratificar los acuerdos que se tomaban de administración y firmar las declaraciones a Hacienda, no significa ni conocer el manejo interno de la sociedad ni tener responsabilidad alguna en los negocios, transacciones y cobro de comisiones y mordidas que se llevaron a cabo durante varios años en esa entidad ficticia que se llamaba NÓOS.

Para las magistradas tampoco significa que la infanta estuviera al corriente, y aprobara, las transacciones que su marido realizaba aunque las ganancias afluían generosamente a la economía doméstica. Desde los pañales de los niños a los sellos de correos, pasando por vacaciones, comidas y viajes, la trama de Aizoon y Nóos surtió a la familia Urdangarin de fondos suficientes para disfrutar de una regalada vida. Y eso que los dos cónyuges y los cuatro hijos lo tenían todo pagado, por ser miembros de la Casa Real, cuyos presupuestos aprueba cada año el Parlamento.

Las juezas de este juicio han ratificado la arriscada defensa de la infanta Cristina que el fiscal Horrach ha realizado durante la instrucción del proceso y la han exonerado de toda responsabilidad. En consecuencia, yo espero que a partir de ahora, en cualquiera otro proceso en el que se dilucide la responsabilidad patrimonial de los cónyuges, se estime que la esposa no puede ser inculpada por ninguno de los actos en que haya participado si ha sido su marido quien se lo ha pedido.

Como decía el ínclito abogado de la infanta, Miquel Roca, ella firmaba por amor, argumento de tanto peso cuanto que el amor mueve el mundo, y los negocios también. El amor es el cemento más duro para consolidar una unión. Una información asegura que la hermana menor del Rey no se siente culpable, y me pregunto ¿por qué había de sentirse cuando la Biblia, el Código Civil de Napoleón y la sentencia judicial dictada por tres mujeres – nada menos- la exonera de toda responsabilidad?

Y puesto que la infanta en su declaración en el juicio dijo 189 veces que “no sabía” lo que le preguntaban, 59 que “no lo recordaba” y 58 “lo desconozco”, no cabe duda de que condenarla por lo que había organizado y negociado su marido, de lo que ella era absolutamente ignorante, hubiera sido una injusticia.

Doña Cristina tampoco cree que su marido sea culpable. La pareja se considera una víctima y piensa que desde el palacio de La Zarzuela les han dejado “solos” y no les han defendido como ellos esperaban. Argumenta que todo es fruto de una conspiración contra su esposo.

Como también deben serlo las acusaciones que se hicieron a los otros participantes de la trama valenciana y madrileña. La sentencia, de 741 folios, echa por tierra la llamada trama valenciana. Los cinco altos cargos de la Generalitat que contrataron con Urdangarin las cumbres de turismo y deporte Valencia Summit entre 2005 y 2007 por valor de 3,4 millones, resultaron absueltos. Su estrategia de negar los hechos, sostener su inocencia y rechazar un acuerdo con el ministerio público resultó un éxito rotundo. Las tres magistradas entienden que los contratos fueron válidos y las tres ediciones de la Valencia Summit “se celebraron de forma satisfactoria” y a precios de mercado.

También quedó exonerada Mercedes Coghen, consejera delegada de la fallida candidatura olímpica de Madrid 2016, que pagó a Urdangarin 114.000 euros para hacer funciones de lobby ante los miembros del Comité Olímpico Internacional. Finalmente, el tribunal absolvió, contra el criterio del fiscal, a la esposa de Torres, Ana María Tejeiro, al hermano de esta y contable de las sociedades, Marco Antonio Tejeiro, y a Salvador Trinxet, arquitecto del entramado societario que sirvió a Torres para blanquear los fondos que había ocultado a Hacienda. En resumen, de los 17 acusados han absuelto a 10.

Ciertamente hubiera resultado muy descompensada la condena a Ana María Tejeiro con la absolución de Cristina de Borbón, pero ya se me escapa el motivo de la benevolencia mostrada con el hermano y los demás socios y organizadores de una trama que ha esquilmado al erario público varios millones de euros.

Y no nos olvidemos que la justicia le devolverá a la Infanta, aproximadamente, 372.000 euros. La diferencia entre los 587.000 euros que le reclamaba el fiscal Horrach como partícipe lucrativo de los delitos fiscales de Iñaki Urdangarin y que ya depositó en diciembre de 2014 y los 265.088 euros que finalmente le impone el tribunal. Es decir que la sentencia le sale a devolver.

Después de esta sentencia, es de esperar que también se de crédito a las declaraciones de Rosalía Iglesias y Ana Mato que nada sabían de los negocios de sus maridos Luis Bárcenas, ex tesorero del PP, y el de la exministra de Sanidad, Jesús Sepúlveda, alcalde de Pozuelo de Alarcón, enjuiciadas en la trama central del caso Gürtel que se celebra desde el pasado octubre en la Audiencia Nacional.

Ellas saben que no hay mejor prueba de inocencia que ser una obediente esposa.

Fuente: http://blogs.publico.es/lidia-falcon/2017/02/18/la-virtud-de-las-esposas/

Imagen: https://psicologiaymente.net/psicologia/grandes-diferencias-entre-hombre-y-mujer

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