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Tras la racionalidad emancipadora del docente

Por: Iliana Lo Priore. 

ililopriore@gmail.com.

Intentar precisar la posición del  docente respecto de la producción de saberes o conocimientos en el campo de la   educación escolar, nos desafía a interrogarlo en  torno a la posibilidad de su estatus  de sujeto epistémico o  productor de saberes y conocimientos en un sentido que no restringe lo epistémico exclusivamente al conocimiento elaborado por vía de la investigación formalmente cientificista.  Ello conlleva a revisar los aspectos que condicionan de manera general tanto la formación del docente como en particular su práctica educativa. Esto supone de suyo que su abordaje se haga con base en la asunción crítica de los paradigmas o racionalidades en disputa que se han formulado para ello. Esto lo hacemos  por cuanto creemos necesario siempre explicitar los supuestos a partir de los cuales se asume una mirada o punto de vista  por cuanto así se define su alcance y profundidad.

Luego que Habermas (1992),  definiera inicialmente los paradigmas teóricos en disputa en el  campo de la producción de conocimientos, se han perfilado mucho más  las implicaciones de los paradigmas técnico-instrumental, práctico-estratégico y reflexivo-emancipador con base en la relación que guardan  los intereses sociales y el conocimiento para evidenciar y concluir que no hay saberes o conocimientos desinteresados, deslegitimando así, por un lado, la presunta  neutralidad del conocimiento científico, y, por otro lado, legitimando las justificaciones ético-políticas en la producción del mismo  conocimiento; siendo ambas posturas, la de la neutralidad y la de la objetividad del conocimiento científico, expresiones ideológicas del paradigma positivista o técnico-instrumental.

De allí que  siendo la acción educativa una acción societal interesada o intencional desde la perspectiva sociopolítica (Freire, 1999), surge como más pertinente la escogencia de las opciones paradigmáticas práctico-estratégica y reflexivo-emancipadora, mucho más la segunda que la primera,  para la indagación en torno a la producción epistémica o de la lógica productora o recreadora de conocimientos y saberes por parte de los educadores. A diferencia de la racionalidad técnico-instrumental que concibe al docente individualistamente y no de manera colectiva, y circunscribiéndolo centradamente al proceso instrumental de enseñanza-aprendizaje en donde lo inscribe como repetidor de conocimientos elaborados por otros,  como un técnico que aplica o adecúa un saber-hacer del  repertorio o menú de estrategias, técnicas, procedimientos e instrumentos prescriptos en un currículo, la racionalidad práctico-estratégica, así como la racionalidad-emancipadora, enmarcan a los docentes en un contexto mucho más amplio que los inscribe como interpretantes éticos de su práctica, el primero, y como intelectuales orgánicos o praxísticos con base principalmente de los aportes de Gramsci (1967) y otros  (Giroux, 1990), el segundo.

La racionalidad práctico-estratégica concibe a los docentes desde su profesionalidad (Grundy, 1998), como productores de conocimiento y saberes de conformidad  con su compromiso ético-moral de la formación autónoma o dignificadora colectiva e interaccional de los otros, los estudiantes, con base en el  uso de su  capacidad interpretativa ante los requerimientos imprevisibles y  azarosos e incertidumbres que surgen contextualizadamente en su relación didáctico-pedagógica. Por esto, se asocia a los enfoques fenomenológicos o hermenéuticos al tratar de comprender las situaciones cotidianas que viven los docentes en su ejercicio.  De aquí que la producción o construcción de saberes y conocimientos y, en consecuencia, su innovación pedagógica, se infiere desde una “epistémica espontaneidad pedagógica experiencial” ya que responde a la inmediatez de su necesidad aúlica, en la que se subordina la creación o producción de los medios, a los fines éticos que los preceden, sin que ello obvie  que se concreten esas necesidades en la formulación formal de proyectos de investigación bajo los enfoques señalados, desde el sentido que le otorgan a sus actos, si se abren posibilidades institucionales para que los sistematice, formule  y realice.

La racionalidad o paradigma reflexivo-emancipador considera y promueve la concepción del docente como intelectual praxístico (teórico-práctico) desde su inicial formación hasta su ejercitación profesional y formación permanente, ya que resalta la capacidad impugnadora de los docentes como analizantes críticos cuestionadores de los aspectos de control y de poder instituidos que limitan su actuación, y de sus posibilidades de transformación, en las instituciones escolares. Entendiendo éstas en tanto instituciones de la sociedad para la  reproducción de las hegemonías políticas en lucha: las de dominación y las de liberación, con sus implicaciones tanto para la autoconciencia y las actuaciones políticas asumidas, como para las concepciones de la educación institucional y sus pedagogías y didácticas, en el marco de las luchas por el cambio progresista de las sociedades determinadas históricamente. Desde este punto de vista que profundiza y radicaliza en mucho el paradigma  práctico-estratégico, la epistémica espontaneidad pedagógica experiencial, al proponer y evidenciar que la práctica se modifica sustancialmente  al comprenderla desde la teoría crítica y cambiando las relaciones de poder y control de su contexto institucional, y que para lograrlo es imprescindible  articular la epistémica espontaneidad  con los enfoques y metodologías de la investigación militante o comprometida (por ejemplo, la investigación-acción transformadora, el socioanálisis o autoanálisis institucional), genera de esta manera, la  autorregulación o autonomía de sus experiencias para producir sus saberes y conocimientos y, por tanto, sus innovaciones educativas alternativas a las de la racionalidad técnico-instrumental.

Por todo lo expuesto, consideramos que la racionalidad reflexiva-emancipadora es  la opción más pertinente en el contexto sociohistórico actual en que se desenvuelve la educación regional centro-suramericana y caribeña  para revisar y orientar la producción de conocimientos o saberes en la formación docente y en la realización de  su práctica profesional en las instituciones escolares, así como para su formación permanente.

Al destacar la opción reflexivo-emancipadora, no la suscribimos en su totalidad como la han propuesto los autores europeos y norteamericanos por más críticos que éstos sean, sino que la recontextualizamos o resignificamos interculturalmente desde la perspectiva decolonizadora de los conocimientos y saberes que la dependencia cultural  colonial, neocolonial y globorrecolonizadora nos han impuesto, y desde el enfoque de la pedagogía de la liberación latinoamericana, que propone para afirmar la identidad liberadora del docente una ética contextual que sustituya la concepción reproductora del “ser-para-sí” por la del “ser-para-el-otro”.  Pedagogía liberadora que, a su vez, la inscribimos en la resistencia y lucha político-cultural o ideológica contra el proceso contemporáneo de globorrecolonización neoliberal o transnacional, que bajo la denominación ideologizadora de “globalización”, que connota semánticamente homogeneidad e igualación entre los países solapando la desigualdad que induce entre ellos, pretende reforzar redefiniéndolos, los lazos de sujeción dominadora y explotadora  de nuestras naciones y pueblos a los centros hegemónicos del capitalismo neoliberal mundial.

De lo expuesto, se desprende que privilegiamos la reflexión ético-epistémica del docente sobre su ejercicio profesional cotidiano. Asumiéndola en su acepción de doble flexión, teniendo en cuenta  los efectos resentidos de la sujeción limitante del contexto de control y de poder institucional  escolar sobre   su práctica didáctico-pedagógica y, su refracción expresada en forma de autonomía ético-cognitiva para  la producción de saberes y conocimientos, así como de  innovaciones didáctico-pedagógicas. Asimismo, por favorecer de este modo, su praxis educativa en función de los otros (sus estudiantes, el entorno comunitario, la sociedad, la nación y la humanidad).

Por ello, la consideramos como el punto basal desde el cual  hay que impulsar el reconocimiento de su potencialidad y trascendentalidad emancipadora para impulsar su redignificación, — ya no  de forma demagógica con base en una mística sacrificial manipuladora como en el pasado que le negaba auténticos reconocimientos a su denodada tarea–, por parte de los Estados-gobiernos y de la sociedad en general, al empoderarlo institucionalmente  como edificador de una educación de mayor calidad por ser más pertinente sociocultural y políticamente. Contrarrestando de esta manera, la planificación tecnocrática (o expertócrata) de la educación que descalifica y excluye la participación protagónica de los docentes porque  los concibe como meros receptores de sus elaboraciones curriculares, por su naturaleza reproductora de la división social y jerárquica del trabajo capitalista (“unos piensan y otros hacen”, “unos mandan y otros obedecen”).

REFERENCIAS

Freire, P.  (1999).  Política y educación. México: Siglo XXI.

Giroux, H.  (1990).  Los profesores como intelectuales. Barcelona: Paidós

Gramsci, A.  (1967).  Los intelectuales y la organización de la cultura. México: Grijalbo

Grundy, S.  (1998). Producto o praxis del curriculum. Morata: Madrid

Habermas, J.  (1992).  Conocimiento e interés. Madrid: Taurus

 

 

Correos: ililopriore@yahoo.es; ililopriore@gmail.com. Twiter: @ililopriore

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Mensaje de fin de año al Magisterio Internacional

OVE, 31 de diciembre de 2016.  Por: Luis Bonilla-Molina

El año 2016 fue un año especialmente difícil para el ideal de la educación para todos y todas. Luego del consenso global alcanzado en Incheon  Corea y el acuerdo de los ODS de Naciones Unidas en 2015, especialmente al incluir una meta educativa (la 4), el neoliberalismo profundizó su ofensiva contra la educación pública.  El riesgo de un Apagón Pedagógico Global (APG) se expresó de una manera más nítida mediante:

(1) la profundización de la fragmentación de la pedagogía a escala planetaria  utilizando modas educativas, que en este  caso se expresaron en reformas del sector centradas en algunos de sus componentes.  El abandono de lo Pedagógico se disfrazó con propuestas de transformación educativa centradas en las pruebas estandarizadas y adaptaciones curriculares;

(2) un creciente número de ministros de educación o sus equivalentes nacionales que no solo no provienen del campo educativo sino que son empresarios.  Esta tendencia se está normalizando a tal punto que cada vez son menos las voces que reclaman la conducción de la educación y los sistemas escolares por parte de pedagogos, profesores y maestros experimentados.  Claro está al consensuarse un mínimo del 6% del PIB y del 20% del presupuesto público de las naciones para el sector educativo un importante segmento de las finanzas públicas aparecen disponibles para los intereses del mercado. La desinversión real en salarios y condiciones de trabajo de los docentes viene acompañada de creciente interés en la compra de tecnología de rápida obsolescencia y el negocio detrás de los programas sociales alimentarios, que desde la perspectiva empresarial hace de la educación un sector de especial interés económico;

(3) la destrucción de la profesión docente mediante (a) el renovado ataque a la imagen pública y el prestigio social de los docentes  culpándonos de todos los problemas sociales ; (b) el acorralamiento de la opinión docente al tema salarial, llegando en algunos casos a la exigencia que no opinen de lo sustantivo del hecho Pedagógico; (c) el permitir y auspiciar la desactualización y la asincronía épocal de los centros y universidades de formación docente como preludio a su desaparición. Los programas de formación de vía rápida como el impulsado por la administración Obama o los encargos a entes para su diseño como el caso de la contrarreforma mexicana son solo expresiones de la tendencia mundial a despedagogizar la formación docente por el riesgo que para los instalados en el poder tiene una formación para la interpretación holística del hecho educativo y la sociedad. La instrumentalización de la formación docente emerge como la pauta; (d) el ataque a las organizaciones sindicales del magisterio  para romper la unidad del magisterio y permitir la flexibilización de la labor docente y la pérdida de las conquistas de estabilidad laboral. Los 3000 despidos este año en Argentina y los miles en México son evidencia de ello; (e) la implementación creciente y casi universal de pruebas estandarizadas de desempeño docente de carácter punitivo que limitan lo Pedagógico a lo requerido por sistema de gobernabilidad dominante y el modo de producción del capitalismo del siglo XXI;  (f) la virtualización de la profesión docente acompañada de un énfasis propagandístico creciente por la educación en el hogar. Llama la atención que la ministra de educación designada por  el Sr. Trump sea una defensora de la educación en casa y el papel de los sistemas escolares de evaluadores de esos aprendizajes.

(4) la tendencia a la universalización de las pruebas estandarizadas limitadas a cuatro áreas de aprendizaje (matemáticas, lectura y escritura, surfeo de ciencias y habilidades tecnológicas)  que implican de partida un abandono de las tareas centrales definidas para los sistemas escolares por sus legislaciones y por el consenso publico: la construcción de ciudadanía y el desarrollo integral de la personalidad.  PISA es el mejor ejemplo de ello.

Todo ello ocurre en el marco de la más reciente etapa de la nueva era de industrialización y el comercio mundial basada en la revolución científica tecnológica. Las iniciativas de reformas del mundo del trabajo que abren paso a jornadas laborales de 12 horas diarias y 60 semanales fundamentadas en su utilidad para alcanzar el éxito industrial y de producción agrícola en Asia, así como las políticas orientadas a la destrucción de los empleos de vendedores directos y de la profesión docente forman parte de un nuevo modelo de gobernabilidad a escala planetaria de corte profundamente autoritario.

El giro global para hacer del hogar doméstico el nuevo lugar para el consumo (online), el aprendizaje, el ejercicio de la ciudadanía (virtual) y él trabajo tanto inmaterial como de maquila están despertando sueños Orweleanos en las élites capitalistas.

A pesar de ello, los sectores de avanzada y la izquierda pedagógica anticapitalista tiene aún serias dificultades de comprensión integral  del proceso de transformaciones capitalistas  del presente y al estar centradas en buena medida en lo reivindicativo, lo económico o una parte del derecho a la educación expresan limitaciones en su articulación internacional más allá de los aparatos super estructurales de coaptación.

No solo es posible resistir los intentos de destrucción de la condición humana del capitalismo mundial sino también avanzar a la construcción compartida de otro mundo posible. Ello demandará conciencia del tiempo histórico y disposición para juntarnos por parte del magisterio en todos los rincones del planeta.

Por ello mi mensaje está orientado a recuperar el papel esperanzador y promotor de sueños del magisterio mundial Juntos podemos hacer del año 2017 una oportunidad para el despertar de los deseos de trabajar juntos por sociedades más abiertas, democráticas, justas, solidarias, ecológicamente viables, antipatriarcales, plurales y soñadoras que garanticen una educación pública de calidad para todos y todas.

Próspero año 2017 para el magisterio internacional expresado en luchas, resistencias, otras reformas educativas posibles y unidad de los Maestros, profesoras, estudiantes, comunidades y hombres y mujeres que vivimos del trabajo honesto.

¡A seguir soñando y luchando pedagogos del mundo!

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Escuela Inclusiva: Del concepto al efecto

Por: Noelia Fernández (Plataforma Reivindicativa).

¿Una escuela igual para todos? ¿Cómo es posible? ¿No somos diferentes?

Estas son algunas de las preguntas que suele hacerse el profesorado de los centros docentes, incluso de los centros educativos preferentes para el alumnado con algún tipo de necesidad educativa especial. Centros donde la sensibilización hacia este tipo de alumnado debería ser más notable.

Trabajo como profesora de Audición y Lenguaje y Pedagogía Terapéutica en un centro con Aula Preferente para alumnado con Trastorno del Espectro Autista (TEA). Desde mi práctica docente observo como el concepto de inclusión todavía no llega a estar del todo claro para todos los docentes, aún formando parte de un colegio donde el alumnado con TEA cuenta con todos los apoyos   y medios necesarios para hacer efectiva la inclusión de la que hablamos.

Cuando se habla de una educación equitativa, no podemos confundir este término con una educación exactamente igual para todos. Se trata de una educación donde la atención a lo largo del proceso de enseñanza-aprendizaje sea la más adecuada y adaptada para acceder a los contenidos planteados y poder lograr los mismos objetivos propuestos para el resto del alumnado sin necesidades educativas especiales.

En el caso de los alumnos con Trastorno del Espectro Autista, es básico que todo el profesorado del centro conozca las estrategias metodológicas y los recursos más apropiados para facilitar el acceso al currículo. Además de la formación continua y la dedicación, es imprescindible contar con sensibilidad. Una sensibilidad que no se aprende, que no se enseña, que se nace con ella. ¿Realizarías una actividad de audición si hubiese un alumno sordo en tu grupo-clase?, ¿pondrías vídeos para explicar un tema contando con un alumno ciego en tu aula? Me atrevería a decir que a ningún docente se le ocurriría excluir de tal forma a un alumno. ¿Por qué con otro tipo de trastornos y dificultades no se tiene la misma sensibilidad?

El alumnado diagnosticado con TEA necesita una serie de adaptaciones para poder comprender el entorno que le rodea, el contexto de cada situación y más concretamente, las tareas diarias a las que se ve expuesto. Necesitan claves visuales (pictogramas) para entender los conceptos más abstractos, un ambiente tranquilo y estructurado, delimitación de espacios, explicaciones secuenciadas y muy desglosadas por pasos… Necesitan apoyar toda explicación oral en imágenes, necesitan un orden en el aula (una pizarra llena solo de letras supone un caos interior para ellos), necesitan un adulto organizado que pueda anticiparles en todo momento que va a pasar (la desorganización e improvisación tan frecuente en las aulas les crea crisis de ansiedad).

Además de conocer la teoría de cada trastorno, conozcamos también su realidad diaria y de que manera se ven las dificultades reflejadas en el aula. Conozcamos la forma en que podemos solventar estas dificultades y no crear más necesidades. Y sobre todo, dotemos de sensibilidad al equipo docente. Es la pieza clave. No importan los cursos a los que se haya asistido, los seminarios realizados, los grados superados. Sin sensibilidad hacia las necesidades de los más vulnerables no es posible educar en igualdad. Pero como hemos apuntado anteriormente, con sensibilidad se nace. Es el principal factor de que la inclusión no llegue a efectuarse realmente después de llevar tantos años concienciado en esta tendencia. Mientras tanto, algunos seguiremos luchando por una escuela inclusiva REAL y por una educación equitativa de CALIDAD.

Fuente: http://www.laeducacioncuantica.org/educacioncuantica/SEducacionCuantica?PN=16&PE=2&WEBLANG=1&NOTICIA=1027

Autor Fotografía:Plataforma reivindicativa

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Las Tendencias de las Reformas Universitarias en América Latina

Por: Jorge Díaz Piña

El presente ensayo intenta clasificar las tendencias o direcciones que las reformas educativas en la educación universitaria están tomando en Latinoamérica con la finalidad de establecer y comparar su naturaleza sociopolítica desde el análisis crítico de los discursos.  Hemos escogido caracterizarlas a partir de esa naturaleza primordialmente por  la afirmación de Paulo Freire, resultante de sus indagaciones educativas,  de que la esencia de la educación es política (1990).

Aunque no existe una definición compartida sobre el término “reforma educativa”, es posible aproximarnos a ella desde algunas propuestas realizadas por reconocidos investigadores en la materia. Uno de ellos, Popkewitz (2007),  concibe la reforma como parte del  proceso de regulación y reproducción social orientado fundamentalmente a reactualizar las relaciones de poder y movilidad social en una sociedad históricamente determinada teniendo en  consideración  las contradicciones de ese contexto ya que, en última instancia, la explican. Por otra parte, Torres (2000), la considera como conjunto de acciones políticas desplegadas desde los organismos internacionales y los Estados/gobiernos  en función de la reformulación y reorientación educativa en los planos global, regional y nacional.

Ambas definiciones pueden integrarse en una redefinición que articule los componentes faltantes en una y otra sin que con ello caigamos en un sincretismo inconsistente. En consecuencia, se pudiera conceptualizar la reforma educativa como un campo de lucha por adelantar acciones de hegemonía ideológica o de significación sociocultural a través de cambios institucionales en el terreno educativo como expresión  de la dinámica de intereses globales, regionales y locales contrapuestos entre  diferentes grupos, clases o bloques sociales, unos reformistas y otros regresivos o contrarreformistas, ambos reproductores, y los revolucionarios o de transformación radical.

Los tres agrupamientos expresarían correspondientemente las tendencias de los distintos tipos de reforma educativa  que a nuestro parecer actúan en América Latina y al interior de cada nación en particular,  asumiendo por definición de tendencia la que comparten Massón y Torres “la dirección u orientación que asume este {el fenómeno educativo} en su desarrollo, resultante de la conjugación de las condiciones, factores y leyes externas e internas asociadas a este fenómeno” (2011, p.16).

Los dos primeros, el primero más que el segundo, actuarían en concordancia con los organismos internacionales que tratan de imponer una hegemonía educativa globalizadora a favor de los centros de poder mundial del capitalismo neoliberal  (BM, OMC, FMI y otros), y sin afectar significativamente el orden social establecido en beneficio de las clases sociales dominantes y en detrimento de las condiciones de vida de los mayoritarios sectores populares; mientras que el tercero, actuaría en función de contrarrestar las tendencias neoliberales y globales en la educación a través de unificar criterios  y creación de organismos  regionales como la ALBA, entre otros, y que impulsan en sus naciones transformaciones estructurales que propicien y alcancen la justicia, la equidad e igualdad sociales en democracias populares o socialistas.

Las tendencias discursivas que signan las distintas  reformas requieren ser también definidas a fin de precisar los aspectos que las identifican, así como señalar sus características más resaltantes o reveladoras  ya que de esta manera podremos realizar la comparación. De aquí que las identifiquemos descriptivamente del siguiente modo:

Reformistas: acciones políticas orientadas a mejorar  la educación de las mayorías pero sin afectar su dinámica estructural desigualadora y clasista reproductora ni orientada a reforzar o fortalecer  cambios sustanciales en las condiciones de vida y trabajo que se pudieran propiciar en la sociedad. Reproductoras del discurso de los organismos internacionales liberales y neoliberales globalizadores aun cuando  maticen algunos de sus aspectos.

Contrarreformistas: acciones políticas gubernamentales concatenadas o sectoriales que tienden a mantener, sin producir cambios significativos que no sean los de la retórica discursiva en los marcos legales  de adecuación a los discursos de los organismos internacionales neoliberales pero preservando concepciones que los contradicen también, ubicándose en definitiva dentro de los mismos paradigmas y parámetros de la situación y condiciones estructurales en que se ha mantenido la educación institucional. Dichas acciones propenden a acentuar regresivamente en la mayoría de los casos, los factores de exclusión de los sectores populares y a beneficiar aun más a los sectores ya privilegiados.

 Revolucionarias: acciones políticas gubernamentales dirigidas a favorecer cambios estructurales en la educación que acompañen y refuercen interactivamente los que se propician con el mismo sentido de justicia, equidad e igualdad en un marco de democracia popular o socialista en toda la sociedad. Desatienden y rechazan las orientaciones discursivas neoliberales y globalizadoras de los organismos internacionales  y  de  los  centros   de  poder mundial del capitalismo, enmarcándose en políticas de solidaridad y complementariedad educativas con los países y naciones de la región a través de la creación de organismos  de integración regional.

En 1918 se inició en América Latina en la ciudad de Córdoba (Argentina), la insurgencia político-cultural de los estudiantes universitarios al reclamar beligerantemente la realización de la Reforma Universitaria.  A partir de aquí el movimiento reformista universitario se propagó por toda la nación y por toda la región latinoamericana.  Fue un acontecimiento histórico que detonó la implicación del estudiantado en las luchas revolucionarias desde entonces y hasta hoy.

El movimiento  por  la  Reforma  Universitaria, según Portantiero (1978)  devino en un proceso de politización radical de los estudiantes universitarios, debido a  que su dinámica de lucha descubría las fuerzas conservadoras del orden oligárquico-clerical que sujetaban las instituciones universitarias para favorecer la reproducción de una sociedad que tan solo a ellas beneficiaba en todos los órdenes en detrimento de las mayorías.

En no pocos casos, con base en el autor citado,  el desarrollo de la lucha universitaria por la reforma generó organizaciones políticas de carácter nacional que participaron decisivamente en la agitación social, organización de masas y confrontación militar a favor de los cambios revolucionarios que exigían las distintas sociedades. Ese fue el caso, para tan solo señalar un ejemplo triunfante, de los estudiantes universitarios cubanos con la constitución del Movimiento 26 de Julio que lideró  la lucha que dio al traste con el régimen dictatorial de Fulgencio Batista en 1958.

En general, el movimiento por la Reforma Universitaria latinoamericana ha sido un proceso de forja y contestación revolucionaria  ideológico-política del estudiantado. La explicación de esto radica en que a medida que se develaba  la naturaleza estructural de la universidad latinoamericana al servicio de los intereses de las oligarquías liberales que explotaban y sometían a la mayoría de los pueblos, los estudiantes tomaban conciencia y comprendían la necesidad de radicalizar políticamente sus objetivos de lucha, y de ese modo, asumían comprometerse con el cambio liberador de toda la sociedad.

De allí, que la Reforma Universitaria sea concebida como un proceso implicante del estudiantado en las luchas de liberación nacional anti-imperialista y por el socialismo que se libraron y libran históricamente en América Latina. Hay que aclarar, que no por ello, subordinaron la lucha por la reforma académica y administrativa de las universidades.  Este objetivo, inicialmente tan solo de reivindicación estudiantil, devino en objetivo político estratégico de las fuerzas progresistas y revolucionarias latinoamericanas, al entender que sin la transformación de las universidades, así como de todo el sistema educativo oligárquico-liberal, no se lograría la emancipación cultural e ideológica de los pueblos sometidos; en consecuencia, la Reforma Universitaria  inscribía en todos sus planos (estructural, académico, administrativo, de gestión, de servicios y otros)  las tareas primordiales del movimiento revolucionario en América Latina.

Para Rama (2005), luego de la Reforma de Córdoba, la que considera la primera reforma de la educación universitaria latinoamericana, se han producido dos más, una segunda y una tercera. Estima que la primera reforma impulsó un modelo universitario caracterizado por la autonomía y cogobierno de la institución universitaria, su naturaleza pública y no privada, la gratuidad de su acceso y la exigencia del suministro de los recursos financieros para sus gastos por parte del Estado.  La relación tensa entre universidades y gobiernos, junto a la de sociedades-gobiernos que se desarrolla posteriormente, explican el tipo de universidad que prevalecerá, será la autónoma y cogestionada, pública, gratuita, laica y liberal profesionalizante.  Siendo esto el resultado de luchas sociales, culturales y políticas que se libraron a todo lo largo del siglo XX en América Latina.

La segunda reforma, la ubica en las décadas de los ochenta y noventa del siglo XX, y la caracteriza fundamentalmente por el peso creciente que adquiere el incremento de las instituciones privadas de educación universitaria, su diferenciación institucional, su regionalización, el crecimiento significativo de la matrícula, su reorganización académico-administrativa y la pérdida relativa de la influencia de la educación universitaria pública. Sin embargo, resalta el citado autor, que esa transformación sufrida facilitó y promovió un aumento de la inequidad social, de género y étnica en la educación universitaria de América Latina y el Caribe.

La tercera reforma la destaca a partir del presente siglo XXI por la influencia externa de los nuevos escenarios tecnológicos y económicos a nivel mundial, así como por la cada vez mayor fiscalización y regulación de los gobiernos a través de la formulación de políticas públicas de la educación universitaria.  De allí la presión discursiva por mejorar la calidad educativa con el propósito de participar competitivamente en la neoliberal transnacionalización o globalización económica, y el desarrollo tecnológico de la educación virtual a nivel universitario, lo que está ocasionando una nueva  tensión autonomía-gobiernos y competencia-complementariedad en la región.

No obstante los señalamientos expuestos por Rama (ob.cit), las razones que con anterioridad hemos indicado otorgan a la Reforma Universitaria de Córdoba la condición de hito histórico y referencial ideológico-político trascendente para determinar el carácter o naturaleza regional frente a la globalización de las reformas universitarias actuales, sin dejar por ello de tener en cuenta el tiempo transcurrido, los cambios dados y los aspectos coyunturales del presente. El largo alcance de los objetivos transformadores propuestos y  alcanzados parcialmente la hace vigente históricamente pese a su necesaria recontextualización. Por ello, los aspectos generales derivados históricamente de la Reforma de Córdoba que han permanecido vigentes  para su consideración en las propuestas discursivas de las reformas actuales, son los siguientes:

a) dinámica estructural universitaria, que destaca su organización autoritaria jerárquica o no en sistemas o subsistemas  y su supeditación o no a agentes externos, bien sean éstos privados o públicos, su relacionamiento sistémico o no con el entorno u otros sistemas (la sociedad y sus necesidades y  el Estado con sus políticas), y la existencia o no de su condición reinstituyente o garantizadora de modificaciones y adaptaciones a través de la democracia y autonomía universitarias; b) dinámica de gestión institucional, aludiendo con ello a las políticas de formación, investigación, extensión universitarias, y administrativa,  y c) dinámica de gestión funcional-administrativa, referida a los procesos que garantizan el funcionamiento de institución a lo interno (normas, procedimientos, tecnologías, etcétera, y las relaciones que establecen los integrantes de la institución (estudiantes, profesores, trabajadores, autoridades, etcétera). Advirtiendo además, que cada una de las tres dinámicas es calificada según su cualidad definitoria en tanto sea del tipo conservadora, regresiva o progresiva, lo que facilitará definir el nudo discursivo que la clasifica con el correspondiente  tipo de reforma revolucionaria, reformista o contrarreformista como la tipificamos al comienzo.

Como se puede comprobar en las evidencias de los documentos que circulan a propósito de la reforma universitaria en la región, las tendencias en América Latina y el Caribe son diversas. Hay tendencias reformistas, contrarreformistas y revolucionarias, sin embargo, en esta heterogeneidad resaltan hegemónicamente aspectos discursivos comunes, especialmente los  impregnados de políticas educativas y discursivas reformistas y contrarreformistas que obedecen fragmentaria y reproductoramente a las dinámicas de gestión institucional y dinámicas de gestión funcional-administrativa, que contrarrestan y bloquean   las tendencias revolucionarias, las cuales responden a dinámicas estructurales universitarias que articulan consistentemente a las otras dinámicas señaladas en un sentido auténticamente renovador.

 

REFERENCIAS

Freire, P.  (1990).   La naturaleza política de la educación. Cultura, poder y liberación. Barcelona: Editorial Paidós.

Massón R. M. y Torres C. A. (2011).  La educación comparada y tendencias Educativas Caracas: Centro Internacional Miranda.

Popkewitz, T.  (2007).  El mito de la reforma educativo. Un estudio de las respuestas de la escuela ante un programa de cambio. Barcelona: Editorial Pomares.

—————     (1994). Política, conocimiento y poder: algunas cuestiones para el estudio de las reformas educativas. Revista Educación (2005).

Portantiero, J. C.  (1978). Estudiantes y políticas en América Latina. México: Editorial Siglo XXI.

Rama, C. (2005)  La tercera reforma de la educación superior en América Latina. Caraca: UNESCO/Fondo Editorial IPASME.

Torres R. M. (2000)  Reformas educativas en América Latina en la década de Revista Tiempo de Educar, No 14.

Fuente y autoría imagen: http://attacmurciaagcssspp.blogspot.com/2010/10/capitalismo-competitividad-y-educacion.html

 

 

Correo: diazjorge47@gmail.com

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Las políticas educativas en Finlandia no se orientan a sacar buena nota en PISA

Por: Rosa Maria Torres
En las pruebas PISA 2015 (cuyos resultados se dieron a conocer mundialmente en diciembre de 2016) Finlandia se ubicó en el lugar 4 en lectura, 5 en ciencias y 12 en matemáticas a nivel mundial. Comparados con los resultados de PISA 2012, los puntajes de Finlandia cayeron en las tres categorías evaluadas: 5 puntos en lectura, 10 en matemáticas y 11 en ciencia. Es a partir de esta inquietud que el periodista Joe Heim de The Washington Post entrevistó al experto finlandés Pasi Sahlberg. Ver «Finland’s schools were once the envy of the world. Now, they’re slipping» (Las escuelas finlandesas fueron alguna vez la envidia del mundo. Hoy, están resbalando) (Dec. 8, 2016).

Decidí traducir al español las respuestas de Sahlberg por considerar que no solo esclarecen la situación finlandesa sino que pueden inspirar a otros países que participan o quieren participar en PISA, muy especialmente los latinoamericanos.

Ya es usual que los países de América Latina y el Caribe que participan en PISA se ubiquen en los últimos lugares de la lista. Volvió a suceder en PISA 2015; los 10 países participantes de la región se ubicaron a la cola de los 73 países participantes en el mundo. Como también ya es usual, para quienes obtienen bajos puntajes o no avanzan, el asunto pasa a convertirse en tragedia nacional; quienes mejoran puntajes, aunque sea levemente, celebran a lo grande. Todos piensan que la calidad de sus sistemas escolares, y el propio futuro de su educación, se juega en PISA. Todos se disponen a mejorar puntajes y rankings en la siguiente ronda, a preparar mejor a los estudiantes para las pruebas y a seguir las indicaciones que la propia PISA ofrece para lograrlo.

A todos los países, los que lamentan y los que festejan, les vendría bien interesarse en conocer mejor por qué Finlandia viene bajando puntajes y posiciones en el ranking mundial de PISA, y cuál es la postura de Finlandia frente a PISA y frente a sus propios ‘resbalones’ en las comparaciones internacionales. Sin duda, en el desapego finlandés por PISA y por las pruebas estandarizadas en general, radica una clave importante del éxito sui generis del modelo educativo finlandés.

P. ¿Qué piensa usted que explica mejor el descenso de Finlandia en los resultados de PISA? ¿Es que más países han alcanzado lo que estaba haciendo Finlandia o hay algún cambio fundamental en Finlandia en cuanto a qué y cómo están aprendiendo los alumnos? 
 
R. Ha sido difícil explicar por qué algunos países, incluido Finlandia, han venido teniendo un buen desempeño en las comparaciones internacionales de sistemas escolares. Ha sido igualmente difícil explicar de manera precisa por qué hay países que están bajando en estos resultados. Cuando miramos a los resultados de PISA en los países de la OCDE siempre debemos adoptar una mirada más amplia que simplemente los puntajes promedio en las pruebas.

Una dimensión importante es la equidad en educación, esto es, ¿cuán justo es el sistema escolar con niños que vienen de diferentes contextos? Aún en esta perspectiva más amplia ha habido un declive notable en el desempeño de Finlandia, tanto en los resultados de aprendizaje de los alumnos como en la equidad del sistema educativo (como sabemos hoy, estas dos dimensiones van juntas). He sugerido tres razones principales para este declive, que empezó ya hace más o menos 8 años.

● Primero. Ha habido una visible y alarmante tendencia a la baja en el desempeño educativo de los estudiantes varones durante la última década. Este fenómeno es más pronunciado en Finlandia que en cualquier otro país de la OCDE. En consecuencia, Finlandia es el único país en el que las mujeres obtienen mejores resultados que los vaorones no solo en lectura sino también en matemáticas y ciencia. Un factor que explica esta brecha de género en el logro escolar en Finlandia tiene que ver con la disminución de la lectura por placer entre los varones. Finlandia solía tener los mejores lectores escolares del mundo hasta inicios de los años 2000; ya no. Los ítems de las pruebas PISA dependen fuertemente de la capacidad de lectura comprensiva de quienes toman las pruebas. La aparición de las tecnologías «de mano», como los teléfonos inteligentes, entre los escolares en esta década ha acelerado probablemente esta tendencia.

● Segundo. El incremento rápido del «tiempo de pantalla» se está comiendo a menudo el tiempo destinado a los libros y a la lectura en general. Según algunas estadísticas nacionales, la mayoría de adolescentes en Finlandia pasa más de 4 horas al día en Internet (sin incluir tiempo de televisión) y el número de usuarios intensivos de Internet y otros medios (más de 8 horas diarias) está aumentando, igual que lo está haciendo en Estados Unidos, Canadá y otros países. Investigaciones recientes sobre cómo Internet afecta el cerebro – y, por tanto, el aprendizaje – sugieren tres consecuencias principales: procesamiento más superficial de la información, mayor distracción, y alteración de los mecanismos de auto-control. Si esto es cierto, hay razón para creer que mayor uso de las tecnologías digitales para la comunicación, la interacción y el entretenimiento hará más difícil la concentración en temas conceptuales complejos, como son los de las matemáticas o la ciencia. La mayoría de países están observando este mismo fenómeno de distracción digital entre los jóvenes.

● Tercero. Finlandia ha estado viviendo un revés económico serio desde 2008, el cual ha afectado a la educación más que a otros sectores públicos. Una austeridad sostenida ha forzado a la mayoría de los más de 300 municipios a cortar gastos, fusionar escuelas, aumentar el tamaño de las clases, y limitar el acceso al desarrollo profesional y el mejoramiento escolar. La consecuencia más dañina de estas limitaciones fiscales es la reducción de personal de apoyo, asistentes de clase, y personal de educación especial. Anteriormente, la fortaleza de Finlandia había sido el número relativamente pequeño de estudiantes con bajo rendimiento. Ahora, el número de estudiantes con desempeño inadecuado en lectura, matemáticas y ciencia se está acercando a los promedios internacionales. En Finlandia éste es probablemente el motor más significativo de inequidad creciente dentro de la educación. Un adagio finlandés para esto podría ser algo así como: La equidad en educación llega a pie y se va a caballo.

Creo que el hecho de que la mayoría de países de la OCDE han configurado sus políticas educativas nacionales – currículo, tiempo de enseñanza, evaluación – alineándolas con PISA, en la esperanza de incrementar los puntajes en PISA, ha afectado la posición de Finlandia a nivel internacional. Las políticas educativas en Finlandia no se orientan a sacar buena nota en PISA.

P. Estos nuevos resultados de PISA, ¿han generado preocupación entre los líderes educativos en Finlandia? 

 
R. PISA se usa más como una medida que confirma los resultados de las evaluaciones y las investigaciones nacionales, dentro de Finlandia, que como una métrica por sí misma. Esto significa que la mayor parte de resultados de PISA 2015, por ejemplo, eran bien conocidos en Finlandia. PISA 2015 no fue gran novedad en los medios finlandeses. Las autoridades comentaron estos resultados diciendo que Finlandia está todavía entre los 10 países con mejor desempeño dentro de la OCDE; al mismo tiempo, expresaron preocupación en torno a la creciente desigualdad y a la equidad erosionada en educación, las cuales han sido marca en las escuelas finlandesas. El desempeño alarmantemente bajo de los varones y la creciente disparidad regional también son temas de preocupación mencionados por las autoridades finlandesas.

Hay un número creciente de estudiantes inmigrantes en las escuelas en Finlandia. Ninguno de ellos habla finlandés al llegar, y aprender finlandés requiere más esfuerzo que muchas otras lenguas. PISA 2015 reveló una brecha relativamente grande entre los estudiantes no nacidos en Finlandia y otros estudiantes en las tres dimensiones medidas. Pese a que no es grande el número de estudiantes provenientes de familias inmigrantes en la muestra de PISA (alrededor del 4%), esta brecha de aprendizaje es un problema creciente en Finlandia. Pero no es un factor que explicaría la caída en la situación general.

P. ¿Puede anticipar algunos cambios que consideraría Finlandia para enfrentar esta caída?

R. PISA no es visto en Finlandia como un detonador de reformas educativas. No habrá ningún nuevo cambio en las políticas inspirado por PISA. El Ministerio de Educación ha lanzado un programa nacional dirigido a mejorar la educación primaria y el primer ciclo de la educación secundaria. Este programa incluye más pedagogías centradas en el alumno, más involucramiento de los estudiantes en la escuela, más actividad física para todos los estudiantes, y más tecnología en las aulas. El modo finlandés de pensar es que la mejor manera de enfrentar un desempeño educatvo insuficiente no es incrementar los estándares o el tiempo de enseñanza (o de deberes) sino hacer de la escuela un lugar más interesante y agradable para todos. Mejorar la motivación de los estudiantes hacia el estudio y el bienestar de la escuela en general están entre las principales metas de la actual política educativa en el país.

P.  Muchos países han tratado de aprender de lo que ha logrado Finlandia en educación. ¿Deberían estos nuevos resultados dar pausa a otros países? ¿Qué lecciones deberían aprender otros países de este declive y qué lecciones debería sacar Finlandia de estos resultados?

R. Finlandia sigue siendo un país con uno de los sistemas escolares de más alto desempeño en el mundo. Diría que Finlandia continúa siendo un ejemplo interesante para otros porque en muchos sentidos su sistema escolar es muy diferente del de Japón o Canadá, ambos con alto desempeño en PISA. Lo que debemos subrayar es que PISA nos cuenta solo una pequeña parte de lo que sucede en la educación de un país. La mayor parte de lo que hace Finlandia, por ejemplo, no se ve en PISA. Sería miope concluir, solo mirando a los puntajes de PISA, dónde están los buenas ideas y la inspiración en educación. La educación inicial, una profesión docente altamente valorada, un foco importante sobre el bienestar y el desarrollo integral de los niños, y modelos alternativos de responsabilidad, continúan siendo área útiles de interés de Finlandia para los demás.

Diría que ahora es importante para otros mirar más de cerca cómo Finlandia enfrentará esta nueva situación de resultados internacionales que decaen.

La primera lección es ciertamente que la mejor manera de reaccionar no es ajustar la escuela para tratar de lograr puntajes más altos en PISA. En los próximos años, los observadores extranjeros verán una enseñanza y un aprendizaje más integrados interdisciplinarmente en las escuelas finlandesas, lo que reducirá el tiempo de instrucción en matemáticas y ciencia. También verán más énfasis en las artes y en la actividad física en todas las escuelas.

La segunda lección es que el mejoramiento sostenible de la educación requiere proteger y realzar la equidad y la igualdad en la educación. Los visitantes internacionales verán posiblemente una conversación más intensa entre partidos políticos y opiniones acerca de cómo hacer que el sistema educativo sirva mejor a todos en Finlandia.

Finalmente, lo que Finlandia debería aprender de estos resultados recientes es que reducir el gasto en educación siempre tiene consecuencias. Es miope pensar que un desempeño educativo alto y el mejoramiento continuo de las escuelas pueden hacerse mientras se reducen los recursos. Falta ver si políticos y burócratas finlandeses se toman estas lecciones en serio.

Fuente: http://otra-educacion.blogspot.com/

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La evaluación de la Reforma

Por:  Manuel Navarro Weckmann

«Si la evaluación, per se, fuese tan poderosa como afirman los reformadores hoy, y machacaron por años los que ocuparon antes sus puestos, no sería lógico estar en la situación de estancamiento y postración en las dimensiones que permiten observar los resultados del examen PISA (la mayoría de los estudiantes de 15 años no alcanzan, o a duras penas, al nivel elemental). De ser cierta la relación directamente proporcional entre examinar a alumnos y profesores y, por ello, aumentar la calidad, hubiéramos ya superado a todos los países de la OCDE… Manuel Gil Antón 

Recién el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) dio a conocer el pasado 6 de diciembre los resultados del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes 2015 (PISA, por sus siglas en inglés) por parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), cuando el Secretario de Educación Pública ya estaba culpando a los gobiernos anteriores y justificando por qué se debería de continuar aplicando la reforma educativa en nuestro país, junto con su vocero oficial en la Organización “Mexicanos Primero”.

La prueba se aplica a estudiantes de 15 años que cursan, el último nivel de secundaria o el primero de media superior. Por decisión del gobierno federal y a diferencia de las aplicaciones anteriores que habían sido muy superiores (33,806 en 2012) en cantidad de estudiantes para poder comparar cada una de las entidades federativas de manera particular en el esquema mundial y revisar así posibilidades particulares de los sistemas educativos, en el 2015 en nuestro país participaron solamente 7,500 estudiantes, aproximadamente, pertenecientes a 275 escuelas. 88% del estudiantado pertenece a localidades urbanas y 12% a rurales. 87.7% asiste a escuelas públicas y 12.3% a escuelas privadas.

Un dato importante que se obtuvo en 2012, es que las entidades con un mayor porcentaje de estudiantes en los niveles altos (4 a 6) fueron Aguascalientes, Nuevo León, Querétaro y Chihuahua, con 8%. Estas entidades presentaron el doble del porcentaje que se registra a nivel nacional; o que Las seis entidades con una media significativamente mayor a la media nacional son Querétaro, Distrito Federal, Aguascalientes, Chihuahua, Nuevo León y Colima.

Pero más allá de las cantidades de estudiantes a los que se les aplicó la prueba, lo cual no nos permite análisis más a detalle, lo único cierto tiene que ver con que es la primera evaluación internacional que se aplica a nuestro país y que, al rebasar los cuatro años de aplicada la reforma en nuestro país, corresponde, con todos sus resultados, al presente gobierno asumir su responsabilidad en la misma.

Como lo menciona el informe de la OCDE, en lectura, el desempeño se mantuvo estable desde el 2009 (la última vez que lectura fue el principal foco de la evaluación). En promedio, el rendimiento en matemáticas mejoró en 5 puntos por cada tres años desde 2003, no así este año de aplicación, y más allá de ello, que lo que México invierte en educar a cada estudiante entre las edades de 6 a15 años, es solamente el 31% del promedio de lo que se invierte en el resto de los países de la OCDE, con lo que se demuestra que, luego de venir creciendo (lento por supuesto), que en esta evaluación en que existe estancamiento.

Lo que indica el documento de manera clara y precisa, es que la razón del gasto acumulado en relación con el PIB del país es más baja en México (1.6) que, en muchos otros países Latinoamericanos, incluidos Costa Rica (3.1), Brasil (2.4), Chile (1.8), Colombia (1.8), la República Dominicana (1.7) y Perú́ (1.7), situación que demuestra el poco interés real que el gobierno federal ha puesto con motivo de la llamada reforma educativa, lo cual apoya en poco o en nada el trabajo que se hace desde las aulas para buscar continuar el avance que se venía dando en las evaluaciones anteriores desde el año 2000 que se aplicó por vez primera en nuestro país.

Una evaluación que demuestra lo equívoco de las políticas públicas en materia educativa en nuestro país y que refrenda que se requiere de una nueva visión que no centre sus esfuerzos en culpar a docente, quien ya se ha evaluado y demostró lo contrario, en donde más del 85% obtuvo buenos resultados. ¿Cuál será el siguiente pretexto del fracaso educativo?

https://manuelnavarrow.com

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«De selvas a potreros», de Stanley Heckadon-Moreno

Por: Olmedo Beluche

La cultura de potrero en Panamá

De la enorme pila de material bibliográfico que consulté para la elaboración de mi tesis doctoral, que intenta una historia agraria de Panamá, el libro que más me impresionó por la descripción de las formas de vida campesinas y su evolución en el tiempo es “De selvas a potreros. La colonización santeña en Panamá: 1850 – 1980”, del Dr. Stanley Heckadon-Moreno. Es un libro hermosamente redactado, que prueba que la ciencia no tiene que estar reñida con lo ameno, y que acierta en explicar las causas económicas capitalistas que le han impuesto al campesino azuerense la cultura de potrero, la cual  no hace parte de su propia naturaleza campesina.

Alguien de extracción puramente urbana solo puede aprender acerca de la cultura campesina, o através de libros maravillosos como el de Heckadon, o viviéndola personalmente.  Esta lectura me ha servido para racionalizar experiencias personales que adquirí gracias a la guía de Herasto Reyes, gran periodista y revolucionario originario de Vallerriquito, quien me presentó a los líderes del Movimiento Campesino de Veraguas, después Moviiento Campesino de Panamá, muchos de los cuales se habían organizado junto a Héctor Gallegos, en interminables giras desde Santa Fe a Montijo, pasando por Las Palmas, Cañazas y Viguí. Así conocí a algunos que ya no viven como Evaristo Ortega, y otros que siguen luchando, como “mi presidente”, Ricardo Barría.

Heckadon estudia la vida campesina a partir de una preocupación: la destrucción incesante de nuestros bosques. En 1950, tres cuartas partes de Centroamérica estaban cubiertas de bosques, pero en 2009 no llegaba al 30%. Es un proceso inclemente que liquida anualmente 376 mil hectáreas de bosque centroamericano y 50 mil hectáreas en Panamá. Aunque habitualmente se culpa al campesino santeño y su cultura agrícola de la deforestación, lo novedoso del libro de Heckadon es que demuestra que: la pequeña propiedad, combinada con la agricultura de roza para la subsistencia, mantiene un equilibrio con la naturaleza, hasta que el mercado capitalista y la necesidad creciente de dinero la transforman en una máquina de matar bosques.

Heckadon demuestra cómo durante el periodo colonial y la postindependencia, la agricultura de roza y la cría de ganado, aunque implicaba tala y quema, al garantizar la subsistencia de nuestros campesinos, estos también equilibraban su producción con pequeñas variaciones de parcelas y dejando tierras en descanso.

Otro descubrimiento inesperado del libro de Heckadon es la inexistencia de propiedad privada en el campo en Azuero, antes de 1850. La mayor parte  de la tierra era de propiedad comunal o municipal, principalmente los bosques aledaños a los pueblos, que compartían más o menos equilibradamente los ejidatarios, quienes poseían sus parcelas bajo un régimen de usufructo de hecho.

La destrucción de los bosques, la migración incesante a nuevas zonas, la degradación rápida de la tierra y su conversión en potreros cercados, a una hectárea por vaca, no son intrínsecos al campesinado, sino al desarrollo del sistema capitalista panameño a partir de la construcción del ferrocarril a mitad del siglo XIX, y con más fuerza a partir de 1903. Heckadon demuestra cómo la política liberal hizo de la propiedad comunal de la tierra el enemigo y cómo promovió e impuso en la cultura campesina la propiedad privada y la potrerización de la tierra mediante una cantidad de leyes que iniciaron con la república. Robo y privatización de la tierra de la que se aprovecharon algunos políticos encumbrados.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=221016

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