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La LSPD y su ineficacia: los gobernadores

Por: Abelardo Carro Nava

En estos días, en los que la arena política se encuentra más que caldeada por los sucesos en lo que se ha visto envuelto el Presidente de México, el escenario educativo no podía quedarse atrás, resultado, como parece obvio, de la desmedida insistencia de un Secretario de Educación que busca posicionarse, a toda costa, en la carrera por la Presidencia de la República, no obstante que varios políticos le llevan la delantera.

Con su fiel aliado, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Aurelio Nuño, ha emprendido una férrea lucha para hacer creer a propios y extraños, que el nuevo Modelo Educativo y las exigencias que plantea la misma evaluación, serán los elementos que vendrán a mejorar la vida de millones y millones de seres humanos que habitan mi México querido.

Falsa idea es ésta, y no me refiero precisamente a que la evaluación y el modelo propuesto – con todas sus inconsistencias e imperfecciones – sean los que permitan mejorar las condiciones de vida de las personas. No, el asunto no va por ahí. Me refiero a la falta de eficacia que ha encontrado lo que a través del Pacto por México, conocimos como “Reforma Educativa”, mal llamada por cierto, y que fue aprobada por los legisladores de la mayoría de los partidos políticos, consumándose tal hecho, en lo que conocemos como Ley General del Servicio Profesional Docente. Me explico.

En esta Ley, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 11 de septiembre de 2013, en su Título primero, Capítulo I, Artículo 1, párrafo tercero, se lee: “El marco normativo aplicable en las entidades federativas se ajustará a las previsiones de esta Ley. Los servicios de Educación Básica y Media Superior que, en su caso, impartan los ayuntamientos se sujetarán a la presente Ley. Las autoridades educativas locales deberán realizar las acciones necesarias con los ayuntamientos. En el mismo apartado pero en el Artículo 4, sobre las definiciones que incluye el documento, en la fracción IV se menciona que por Autoridad Educativa Local se entenderá: “Al ejecutivo de cada uno de los estados de la Federación y del Distrito Federal, así como a las entidades que, en su caso, establezcan para la prestación del servicio público”. Y si esto no fuera suficiente, en el Capítulo II de dicha ley, sobre la Distribución de Competencias, artículo 8, se refieren las acciones que les corresponden a las Autoridades Educativas Locales; de hecho, en todas sus fracciones se específica, las competencias que habrán de poner en marcha para lograr los propósitos normativos y educaciones en sus respectivas localidades.

Como podemos darnos cuenta, a los gobiernos de los estados, en el papel, les fue conferida una gran responsabilidad en la aplicación de la normal como tal; sin embargo, la realidad ha sido otra, porque si algo carece precisamente estos aspectos normativos, es de su aplicación y/o funcionamiento. Como es de pensarse, éste, más que ser un problema de naturaleza educativa, tienen que ver con un asunto eminentemente político dados los costos que de su ejecución pueden desprenderse. El asunto, vaya, es claro, ni los gobernadores quieren asumir el compromiso de aplicarla, ni el Secretario de Educación pretende echarse un round con éstos.

¿Por qué amedrentar y estigmatizar a los docentes cuando hemos hablado hasta el cansancio que el gran problema educativo no radica del todo en ellos? Desde mi punto de vista, es una salida fácil y simplista culpar al magisterio de los problemas sin que haya un serio y fuerte llamado de atención a quienes integran la Confederación Nacional de Gobernadores (Conago), por ejemplo.nuño-computo-yucatan

Ahí es en donde me gustaría – y créame que a muchos nos gustaría –, que el Secretario Nuño apretara las tuercas y se pusiera rudo como lo hace con el magisterio ¿Por qué no exigirles a los mandatarios locales que cumplan y brinden los cursos gratuitos, idóneos, pertinentes y congruentes con los niveles de desempeño que se desea alcanzar para la formación continua, actualización de conocimientos y desarrollo profesional del personal docente y personal con funciones de dirección o de supervisión que se encuentren en servicio? (LSPD: 6). La respuesta es simple, no desea hacerlo y, si lo ha hecho, éstos no le han hecho caso. Peor aún, ¿por qué no exigirles a los gobernadores cumplan y brinden las tutorías que corresponden a cada uno de los profesores que no obtuvieron un resultado satisfactorio en la evaluación de su desempeño? Sería bueno que en este sentido, explicara qué pasa con estos aspectos en cada una de las entidades, pero también, que revisara cada una de los presupuestos, porque bien a bien, no se sabe a dónde va a parar el dinero que se destina para cada caso en específico.

Ciertamente la tarea educativa es inmensa. Mover al Sistema Educativo Mexicano, va más allá de un ataque frontal contra el magisterio. Varios investigadores, intelectuales, académicos, profesores y colegas de la pluma y las letras, lo hemos afirmado y constatado. ¿Será que en la calle de República de Argentina de la Ciudad de México no hay personas con la capacidad suficiente para tomar las riendas de una educación tan necesaria en un país tan vapuleado como el nuestro?

Me gustaría ver, ese choque con los gobernadores. Con seguridad, los costos políticos serían altos o altísimos pero… ¿acaso no es la educación una prioridad en el gobierno de Peña Nieto?

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-lspd-y-su-ineficacia-los-gobernadores/

Imagen: kaosenlared.net/wp-content/uploads/2016/04/aurelio_nuno_1.jpg

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¿Cuál es el verdadero nivel de cobertura de agua y saneamiento de América Latina y el Caribe?

Por Germán Sturzenegger

IMPLICANCIAS DEL NUEVO OBJETIVO DE DESARROLLO SOSTENIBLE (6)

¿Sabías que en septiembre del año pasado (2015)  la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)? ¿Sabías que esta nueva agenda de desarrollo establece 17 objetivos y 169 metas? ¿Sabías que, en su mayoría, estas metas tienen fecha de cumplimiento en el 2030? Si no sabías nada de esto, no participes de una charla con profesionales del mundo del desarrollo. Para bien o para mal, ¡es de lo único que hablan! Si quieres integrarte a esas charlas, revisa rápidamente esta página de Naciones Unidas y, como se dice en inglés, “you’ll be ready to go”.  

Para los que trabajamos en agua y saneamiento (AyS), que los ODS hayan definido un objetivo para el sector representa una muy buena noticia. El Objetivo 6 establece como meta “Garantizar la disponibilidad y gestión sostenible del AyS para todos”.  Las metas 6.1 a 6.3 definen para 2030: “lograr el acceso universal y equitativo al agua potable de calidad, a un precio asequible para todos (6.1)”, “lograr el acceso equitativo a servicios de saneamiento e higiene adecuados para todos […] (6.2)“ y “mejorar la calidad del agua mediante […] la reducción a la mitad del porcentaje de aguas residuales sin tratar […] (6.3)”.

Detrás de estas descripciones un poco burocráticas, se esconden cosas muy interesantes. En primer lugar, se plantea como meta el acceso universal a servicios de agua, uno de los pendientes de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). En segundo lugar, se incorpora la variable calidad del servicio, un aspecto fundamental del que carecían los ODM. No es suficiente ahora con tener acceso a una fuente mejorada de agua, una definición laxa que abarcaba niveles de servicio no ideales como el acarreo de agua (en tanto no superase cierta distancia o tiempo). Para contribuir al cumplimiento de las metas del ODS, el hogar tiene ahora que disponer de acceso a una fuente o servicio que brinde agua de manera suficiente (al menos 50 litros habitante día), accesible (en la vivienda o dentro del predio), continua (sin interrupciones), potable (libre de micro-organismos y sustancias químicas que constituyan un peligro para la salud) y asequible (a un precio que no afecte la economía del hogar, usándose como regla que el costo del AyS no supere el 5% del ingreso total del hogar).

Las buenas noticias también llegaron en materia de saneamiento, estableciéndose no sólo la universalidad del acceso, sino también la introducción de una meta de tratamiento de efluentes fecales: reducir a la mitad el porcentaje de aguas residuales que  no reciben ningún tipo de tratamiento (hoy en la región en el orden del 28% de las aguas negras recolectadas y del 18% de las aguas generadas). Bajo este marco, será considerado acceso a saneamiento adecuado únicamente aquellos casos donde existan instalaciones sanitarias privadas (dentro de la vivienda o predio) mediante las cuales el desecho fecal o agua negra se trate en el lugar o se transporte y se trate en otra instalación (una planta de tratamiento, por ejemplo).

Esta nueva agenda, formulada con una visión de desarrollo más integral y ambiciosa que la planteada por los ODM, abre una serie de desafíos que los países de la región deberán enfrentar durante los próximos 15 años. Para ilustrarlos, imaginemos un país de América Latina y el Caribe (ALC) con un nivel de acceso a fuentes mejoradas de agua del 98% (definición  según criterios ODM). ¿Qué pasaría si consideramos algunas de las variables que componen la nueva definición de acceso como accesibilidad, continuidad y potabilidad? El gráfico 1 refleja lo que pasaría. La cobertura bajaría del 98% al 58% (40 puntos porcentuales menos). Estos datos son imaginarios, pero realistas al mismo tiempo.

Gráfico 1. Implicaciones del ODS en la cobertura de agua

Imaginemos ahora que el mismo país tiene un nivel de acceso a saneamiento (estándar ODM) del 83%, distribuido de la siguiente manera: 65% con red de alcantarillado, 11% con fosa séptica y 7% con letrina. ¿Qué pasaría si consideramos algunas de las variables que componen la nueva definición como privacidad (que la instalación sanitaria no sea compartida) o la existencia de tratamiento (tanto dentro como fuera del sitio)? El gráfico 2 muestra lo que pasaría en este caso. La cobertura bajaría del 83% al 37% (46 puntos porcentuales menos).

Gráfico 2. Implicaciones del ODS en la cobertura de saneamiento

El ODS sectorial plantea así dos grandes desafíos para la región. El primero, alcanzar cobertura universal en un período de 15 años en un escenario donde 34 millones de personas aún no tienen acceso a una fuente mejorada de agua y 106 millones a saneamiento adecuado. El segundo desafío, igual o más complejo que el anterior, es mejorar la calidad de los servicios existentes, tanto en zonas urbanas como rurales, para cumplir con los nuevos parámetros de continuidad, accesibilidad y potabilidad.  Se estima que en ALC más de 200 millones de personas (un tercio de la población total) cuentan con servicio intermitente o no continuo (menor al parámetro de 24/7). Los niveles de agua no contabilizada, por su parte, continúan oscilando entre el 40% y 50% del agua producida, y, en zonas rurales, se estima que el 30% de los sistemas de agua presenta problemas de funcionalidad, es decir, no funcionan o lo hacen por debajo de sus especificaciones técnicas de diseño en materia de cantidad, continuidad y calidad.

La operación y mantenimiento demanda inversión, pero también estrategias orientadas a mejorar los indicadores de gestión de las empresas prestadoras: su gobernanza corporativa, su gestión financiera, su gestión comercial. Únicamente con este combo de inversión y gestión, el cumplimiento de estas nuevas metas será una realidad. El desafío es grande, pero también la oportunidad de priorizar aspectos de la agenda sectorial, relegados en los últimos 25 años.

Únase a la conversación sobre agua, saneamiento y desarrollo sostenible en la Semana mundial del agua 2016 organizada por el Instituto International del Agua de Estocolmo (habrá transmisión en vivo). #wwweek

En esta publicación, relacionada a la Semana mundial, puede encontrar más información sobre los desafíos de ALC para cumplir con el Objetivo 6: Los desafíos de la agenda de desarrollo post-2015 para el sector de agua y saneamiento en América Latina y el Caribe: Conclusiones de la Semana Mundial del Agua 2015

Fuente: http://blogs.iadb.org/agua/2016/08/29/cual-es-el-verdadero-nivel-de-cobertura-de-agua-y-saneamiento-de-america-latina-y-el-caribe/

Imagen: blogs.iadb.org/wp-content/blogs.dir/97/files/2016/08/GPhoto-ODS.jpg

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Pistas sobre la educación en el mundo (4)

Por. Renato Opertti

Especialista en Educación, OIE-Unesco

El desafío en plasmar un perfil de egres yace en cómo reorganizamos los niveles educativos y su vinculación.

En el tercero de esta serie de artículos señalábamos que los perfiles de egreso, esto es lo que se espera que el estudiante logre al completar un nivel educativo cualquiera, tienden a definirse en torno a ciclos etarios y a una serie de competencias que son consideradas las bases de un actuar individual y ciudadano competente en la sociedad. Ahora bien, el desafío en plasmar un perfil de egreso, supongamos para las edades de 3 a 18 años, yace fundamentalmente en cómo reorganizamos los niveles educativos y la vinculación entre ellos.

La estructura tradicional de niveles educativos compartimentados tiene, en general, dificultades para dialogar y construir colectivamente –son los casos más notorios entre educación primaria y media, y entre media y terciaria–. Choca fuertemente con la idea de un perfil de egreso que aspira a priorizar las necesidades de desarrollo integrado y balanceado del estudiante, así como apoyar una progresión fluida y armoniosa en los aprendizajes. Precisamente, la compartimentación de niveles implica, en los hechos, que los estudiantes sean las víctimas de la ausencia de una visión y de una acción compartida entre ellos. A vía de ejemplo, si las maneras en que se enseñan las matemáticas en primaria difiere sustantivamente de cómo se lo hace en la educación media, y asimismo no hay continuidad en el abordaje y en los contenidos de los temas, se violentan las oportunidades de aprendizaje de cada alumno, y en particular de aquellos con más necesidad de ser apoyados. Previsiblemente el resultado sea las altas tasas de expulsión generadas, en gran medida, por una mala praxis del sistema educativo.

Alternativamente a una educación de feudos, la tendencia en el mundo es progresar hacia formas más integradas y coherentes de organización de los niveles educativos. Los sistemas educativos deben ajustar sus estrategias curriculares, pedagógicas y docentes a las maneras de aprender de alumnos. Precisamente, la nueva agenda educativa mundial 2030 aprobada en el 2015, que compromete a los Estados miembros de las Naciones Unidas en el logro de una serie de metas al 2030, se refiere, entre otras cosas, a universalizar el egreso de una educación de calidad equitativa de 12 años valorada por la relevancia y la efectividad de los aprendizajes. Un ejemplo que va en esta dirección es el Programa de Educación Básica en África, impulsado por la Unesco, que consiste en desarrollar una educación mínima obligatoria ininterrumpida e integrada de nueve a diez años sustentada en enfoques por competencias. La experiencia nórdica se orienta en similar dirección.

A la luz de estos desarrollos, un perfil de egreso de 3 a 18 años podría anclarse en una educación básica ampliada que integre los niveles inicial, primario y medio (3 a 14) y en una educación de jóvenes que combine educación secundaria y técnico-profesional (15 a 18). La educación básica y de jóvenes compartirían una visión educativa de conjunto, un núcleo de temas y contenidos fundamentales a desarrollar, una concepción unitaria de centro educativo, estrategias de enseñanza y de aprendizaje, criterios e instrumentos de evaluación de los estudiantes y un núcleo de docentes formados para apoyar ruteros personalizados y progresivos de aprendizaje (sin discontinuidad entre los niveles). Esto no implicaría, en modo alguno, la “colonización” de un nivel educativo por otro –no se trata de primarizar la educación inicial ni la media– sino de concebir una nueva forma de organizar la educación.

Discutamos tres implicancias fundamentales de esta idea. En primer lugar, se tendría un marco educativo, curricular y pedagógico común a los niveles inicial, primario y medio, articulado precisamente en torno a la educación básica ampliada y a la educación de jóvenes. Dicho marco reflejaría un acuerdo político, ciudadano, social y educativo sobre para qué, en qué y cómo educar involucrando diversidad de instituciones y actores de dentro y fuera del sistema educativo. Dicho marco tendría un carácter vinculante para la definición de los planes y programas de estudio de cada nivel incluida la evaluación. Sobre esta definición serían luego direccionadas las inversiones que se requerirían para realizar los planes de infraestructuras, equipamientos y materiales de enseñanza y de aprendizaje.

En segundo lugar, se abrirían espacios y oportunidades para que en el Estado, la sociedad civil y el sector privado se articulen diversidad de propuestas alineadas con el perfil de egreso de 3 a 18 años y en las modalidades de educación básica y de jóvenes. El Estado garante aseguraría que ese abanico de propuestas contribuyera a universalizar oportunidades educativas de calidad para todos.

En tercer lugar, empoderaría a los centros educativos para que con los debidos apoyos de un sistema educativo pensado para apoyar a los alumnos, asuman plenamente la responsabilidad de buscar las estrategias pedagógicas más eficaces para igualar en los resultados.

En definitiva, una educación que sirva a un actuar competente en sociedad tiene que buscar las maneras en que todos los componentes de un sistema educativo tengan una función clara, vinculante y de corresponsabilidad con sostener los procesos de enseñanza y de aprendizaje.

Fuente: http://www.elobservador.com.uy/pistas-la-educacion-el-mundo-4-n965578

Imagen: static.elobservador.com.uy/adjuntos/181/imagenes/011/757/0011757044.jpg

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La Ciencia y la Ética

Por. Luis Montero Cabrera

La necesidad de conocer lo nuevo es uno de los ingredientes más notables de la conciencia humana. La propia supervivencia de una especie como la nuestra ha basado su progreso en este mundo sobre la base de adaptarlo a sus necesidades. Los que no se interesaban por conocer lo nuevo que les permitiera vivir, o vivían peor o no vivían para reproducirse.

Lo que llamamos ciencia en la contemporaneidad es precisamente la forma sistémica de conocer lo nuevo a nivel tanto individual como social. La ciencia moderna ha ido creando y sigue perfeccionando métodos para que las verdades encontradas sean verificables por todos y por lo tanto sean patrimonio de todos.

Sin embargo, aunque el conocimiento humano no tiene límites intrínsecos pues nadie puede impedir que algo cognoscible se conozca, la utilización de esos conocimientos tiene que tenerlos, sobre todo a nivel social. Las sociedades modernas se basan en leyes que impiden el daño a otros. Las culturas occidentales tienen códigos de ética compartidos: honrarás a tus padres, respetarás tu pareja, no matarás, no robarás, no calumniarás ni mentirás, no codiciarás lo de otros, son parte de los mandamientos bíblicos de Moisés, adoptados de facto por casi toda la humanidad, creyente o no. Significan una base esencial de convivencia civil. Por ello nadie debe usar algo que conoce para dañar a otro o a la sociedad. Y esa pudiera ser una base simple de la ética científica. Pero esta ética tiene peculiaridades. El robo de saberes, la envidia de la sabiduría de otros, datos inciertos reportados como comprobados, al daño a otros basado en competencias, le son problemas más atinentes.

La historia tiene pasajes ilustrativos. Se cuenta que un monje italiano que se hizo llamar Giordano Bruno expuso ideas acerca del cosmos basadas en los postulados de Copérnico y que eso le costó la vida por la intolerancia de sus coetáneos a lo nuevo. Muchos lo consideran como un mártir de la libertad de las ideas científicas y por ello tiene un monumento en la Plaza Nabona de Roma, donde mismo fue quemado vivo en el año 1600 DC.

Un episodio interesante ocurrió en nuestra Patria. Carlos J. Finlay publicó en Anales de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la Habana, 18 : 147-169 un artículo aparecido en 1882 titulado “El mosquito hipotéticamente considerado como agente trasmisor de la fiebre amarilla”. Este artículo fue traducido en colaboración con el propio Finlay y apareció en ingles en New Orleans Medical and Surgical Journal, 9 : 601-616, en el propio año. El asunto fue incluso planteado por Finlay en la Conferencia Sanitaria Internacional que tuvo lugar en Washington, DC, en 1881. Sin embargo, en el año 1929 se emite una “Medalla de Oro del Congreso” de los EEUU para un grupo nominal de personas “en especial reconocimiento al alto servicio público rendido y por las afecciones contraídas en el interés de la humanidad y la ciencia como sujetos voluntarios para las experimentaciones durante investigaciones de la fiebre amarilla en Cuba”. En 1956 y 1958 se adicionaron sendos nuevos nombres a esa lista. Pero en la lista sigue sin aparecer el de Finlay, el protagonista principal comprobado de uno de los descubrimientos biológicos de mayor trascendencia del siglo XIX. Por cierto, este hecho tiene muchos aspectos interesantes que bien podrían motivar nuevos comentarios ulteriores, aunque lo tomemos aquí solo para ejemplificar un caso lamentable de afrenta a la ética científica.

Más recientemente en el siglo XX, un oportunista de la ciencia llamado Trofim Lisenko, en la antigua URSS, llegó a ser nombrado en un cargo burocrático tan extraño hoy en día en la ciencia como “director de genética” de la Academia de Ciencias de la URSS. ¡Como si alguien pudiera decidir lo que es bueno y malo en la genética aparte de los conocimientos que puede aportar la ciencia y la investigación de todos! Su influencia en la ciencia soviética fue enorme y la imposición de sus puntos de vista personales hizo que ese inmenso país, lleno de brillantes inteligencias, en general ignorara o calificara como idealistas o antidoctrinarios algunos descubrimientos universales tan importantes como el del ADN en 1953. Sus polémicas acerca del conocimiento científico, desde el poder, llevaron a que un colega tan serio y prestigioso como Nikolai Vavilov fuera arrestado en 1940 y condenado a muerte en 1941. Su pena fue conmutada por la de prisión, pero murió en ella en 1943, en difíciles condiciones. Más tarde la memoria de Vavilov fue rescatada en la propia Unión Soviética y su nombre lo ostenta hoy un importante centro de investigaciones ruso. El irrespeto por la ética y la ignorancia de los propios principios filosóficos que decían promover algunos hicieron que un experimento social formidable, como pudo ser la URSS, se manchara irremediablemente en el campo del saber donde debió ser campeona y ejemplo.

Tomemos el caso de la ciencia más contemporánea. La ingeniería genética ha logrado intervenir con toda conciencia en la información que trasmite una célula reproductiva para la generación de un nuevo ser vivo. Esto le permite potencialmente al ser humano crear individuos, animales o vegetales, cuyos genes no son todos producto de sus progenitores ni de sus propias mutaciones casuales. Es la ilusión de la novela de Frankenstein hecha realidad pero sobre bases absolutamente posibles y conscientes. Se está usando para muchos propósitos en beneficio de la humanidad. Por supuesto que también puede usarse en perjuicio, como casi cualquier conocimiento nuevo y su aplicación. Lo que impide que nos dañemos es la ética científica, nuestras leyes escritas o no que proscriben el uso del saber para afectarnos negativamente de cualquier forma. Lo incorrecto es ignorar o perseguir el saber, y menos por sospechas de que pueda ser perjudicial.

Existen hoy prácticas agrícolas para promover la producción más conveniente que se basan en la biotecnología. Ya hemos comentado como más de un centenar de personas cuyo aval científico es el de haber obtenido un premio Nobel emitieron un documento apoyando cultivos transgénicos no comerciales frente a posiciones contrarias de algunas organizaciones que argumentan la defensa a ultranza del medio ambiente. Se trata de defender el nuevo saber, con ética, frente a posiciones irreflexivas que se edifican sobre ideas conservadoras e intransigentes. Es de toda justicia rechazar el uso del conocimiento para mentir, engañar, y robar al ignorante inocente, en lugar de instruirlo y ayudarlo a que las nuevas tecnologías formen parte de su cultura y también de sus tradiciones. Pero escontra natura de la condición humana rechazar el conocimiento, por nuevo y riesgoso que sea. Lo racional es apropiarse de él lo más profundamente posible para evitar fallos éticos irreparables. La historia así lo enseña.

Fuente: http://www.cubadebate.cu/opinion/2016/09/04/la-ciencia-y-la-etica/#.V80ATlvhDIU

Imagen: www.observatoriobioetica.org/wp-content/uploads/2013/12/Some-lights-and-shadows-in-assisted-reproduction..jpg

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Neuronas espejo: Mentes conectadas sin brujería

Por: Marco Iacoboni

Las neuronas espejo son células que se activan durante la ejecución y observación de una acción específica. Se han vinculado a muchos comportamientos y habilidades, desde la empatía y el aprendizaje por imitación, hasta su implicación en trastornos como el autismo.

Las neuronas espejo fueron identificadas en los cerebros de los monos macacos por un equipo de investigadores italianos durante una serie de experimentos realizados en la década de 1990.

Los investigadores, que estaban estudiando cómo el cerebro controla los movimientos de la mano y la boca,  implantaban microelectrodos en los cerebros de los primates con el fin de supervisar la actividad de las células individuales, mientras que los animales alcanzaban trozos de comida y los llevaban a sus bocas. Estos experimentos revelaron que la actividad de ciertas células aumentaba cuando los monos realizaban esta acción.

Las células en cuestión se encuentran en la corteza premotora, una parte del cerebro involucrada en la planificación y ejecución de los movimientos, por lo que el hallazgo no era en sí mismo particularmente sorprendente.

Por casualidad, sin embargo, los investigadores descubrieron que algunas de las mismas células también se disparaban débilmente cuando los animales se limitaban a observar a los investigadores poner comida en sus propias bocas, y se dispararon con más fuerza cuando vieron a otros monos realizando la misma acción.

Posteriormente, el mismo equipo de investigadores identificó las neuronas espejo en varias otras regiones del cerebro del primate. También encontraron células que se activaban cuando los monos observaban una acción, así como cuando escuchaban el sonido relacionado con ella.

Pero, ¿qué significa todo esto? El papel preciso del sistema de las neuronas espejo en los monos todavía no se conoce, aunque los investigadores que las descubrieron creen que realizan dos funciones:

En primer lugar, estarían involucradas en la comprensión de las acciones de los demás. La observación de una acción activa el sistema de neuronas espejo para generar una representación de la misma, transformando la información visual en conocimiento de la intención de las acciones de los demás. (No debe confundirse con la conocida Teoría de la Mente). La segunda función propuesta es la de imitación o aprender a realizar una acción mediante la observación de otros.

Para entender mejor este importante avance de las neurociencias, te propongo visualizar este documento gráfico: “Mentes conectadas sin brujería”, en el que se hace un repaso por uno de los grandes descubrimientos de las últimas décadas, a lo largo de una entrevista realizada por Punset al neurocientífico Marco Iacoboni, de la Universidad de California.

Fuente: https://desqbre.wordpress.com/2014/10/06/neuronas-espejo-mentes-conectadas-sin-brujeria/

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Escuela y teorías de la resistencia por Henry Giroux

América del norte/ EEUU/Septiembre 2016/Henry Giroux/http://www.pedagogica.edu.co

En los últimos 10 años los educadores radicales han desarrollado varias teorías acerca de las nociones de reproducción y resistencia. En este artículo, Henry Giroux analiza críticamente las principales posiciones de estas teorías, encontrándolas inadecuadas como fundamento para una ciencia crítica de la escolarización. El concluye delineando las direcciones para una nueva teoría de la resistencia y escolarización que contiene una comprensión de cómo el poder, la resistencia y la acción humana (el agenciamiento humano) pueden transformarse en elementos centrales en la lucha por la justicia social en las escuelas y en la sociedad.

Escuela y teorías de la resistencia El concepto de “resistencia” es relativamente nuevo en la teoría educacional. Las razones de este abandono teórico pueden atribuirse en parte a las fallas de ambos acercamientos, conservadores y radicales, a la escuela.

Los educadores conservadores analizaron la conducta de oposición primariamente a través de categorías psicológicas que sirvieron para definir a tal conducta no sólo como desviada, sino fundamentalmente como desorganizadora e inferior, una falla de parte de los individuos y los grupos sociales que la exhibían.

Los educadores radicales, por otra parte, ignoran en general el trabajo interno de la escuela y tendieron a considerar a las escuelas como “cajas negras”. Debajo de un discurso primariamente concerniente a las nociones de dominación, conflicto de clase, y hegemonía, ha habido un silencio estructurado en cuanto a cómo los maestros, estudiantes y otros viven sus vi-das cotidianas en la escuela. En consecuencia, ha habido un sobreénfasis en cómo los determinantes estructurales promueven la desigualdad económica y cultural, y un subénfasis en cómo el agenciamiento humano se acomoda, mediatiza y resiste a la lógica del capital y sus prácticas sociales dominantes.

Más recientemente, han surgido un número de estudios educacionales que tratan de llevar más allá los importantes pero de alguna manera, limitados a ciertos teóricos de la teoría de la reproducción. Tomando los conceptos de conflicto y resistencia como puntos de partida para sus análisis, estas posiciones han buscado redefinir la importancia de la mediación, el poder y la cultura en la comprensión de las complejas relaciones entre las escuelas y la sociedad dominante. En consecuencia, el trabajo de un número de teóricos ha sido instrumental al proveer un rico cuerpo de literatura detallada que integra la teoría social neomarxista con estudios etnográficos para iluminar la dinámica de la acomodación y la resistencia en cuanto ellas actúan en los grupos contraculturales dentro y fuera de las escuelas70.

La resistencia, en estas posiciones, representa una significativa crítica de la escuela como institución y apunta a las actividades y prácticas sociales cuyos significados últimos son políticos y culturales. En contraste con una vasta cantidad de literatura etnográfica sobre la escuela en los Estados Unidos e Inglaterra71 , las teorías de la resistencia neomarxistas no han sacrificado la profundidad teórica ante el refinamiento metodológico.

Esto es, los recientes estudios neomarxistas no han seguido el método de ofrecer meramente unos análisis descriptivos superexhaustivos de los funcionamientos internos de la escuela. En cambio, ellos han tratado de analizar cómo actúan las estructuras socioeconómicas determinantes incluidas en la sociedad dominante, a través de las mediaciones de la clase y la cultura, para dar forma a las experiencias antagónicas de la vida cotidiana de los estudiantes.

Rechazando el funcionalismo inherente a las versiones conservadoras y radical de la teoría educacional, las posiciones neomarxistas han considerado el curriculum como un complejo discurso que no sólo sirve a los intereses de la dominación sino que también contiene aspectos que proveen posibilidades emancipatorias. El intento de unir las estructuras sociales y de agenciamiento humano para explorar la manera en que interactúan dialécticamente representa un avance significativo en la teoría educacional.

Por supuesto, las teorías neo-marxistas de la resistencia también están rodeadas de problemas y yo sólo mencíonaré algunas de las más sobresalientes aquí. Su logro singular es la importancia primaria que asignan a la teoría crítica y el agenciamiento humano como las categorías básicas a usar en el análisis de las experiencias cotidianas que constituyen los funcionamientos internos de la escuela.

Es central a las teorías de la resistencia un énfasis sobre las tensiones y conflictos que median en las relaciones entre el hogar, la escuela y el lugar de trabajo. Por ejemplo, Willís72 demuestra en su estudio de los “lads” —un grupo de varones de clase trabajadora que constituye la “contracultura” en una escuela secundaria inglesa— que mucha de su oposición a las etiquetas, significados y valores del curriculum oficial y oculto está informado por una ideología de la resistencia cuyas raíces están en las culturas “shopfloor” ocupadas por los miembros de sus familias y otros miembros de su clase. El ejemplo más poderoso de este modo de resistencia de los “lads” está en su rechazo de la primacía del trabajo mental por sobre el manual. No sólo los lads rechazan la pretendida superioridad del trabajo mental, también rechazan su lógica subyacente de que respeto y obediencia se deben dar, a cambio de conocimiento y éxito.

Los “lads” se oponen a esta ideología porque la contra-lógica incluida en las familias, los lugares de trabajo, y la vida de las calles que conforman su cultura señala una realidad diferente y más convincente. Entonces, una contribución importante que ha surgido de los estudios de resistencia es la comprensión de que los mecanismos de la reproducción nunca son completos y siempre se enfrentan con elementos de oposición parcialmente comprendidos.

Además, este trabajo apunta a un modelo dialéctico de la dominación, uno que ofrece alternativas valiosas a muchos de los modelos radicales de reproducción analizados previamente. En lugar de ver a la dominación simplemente como el reproductor de fuerzas externas, por ejemplo, el capital o el Estado, los teóricos de la resistencia han desarrollado una noción de reproducción en la cual la subordinación de la clase trabajadora se ve no sólo como el resultado de las limitaciones estructurales e ideológicas incluidas en las relaciones sociales capitalistas, sino también como parte del proceso de auto-formación dentro de la clase trabajadora misma.

Un tema clave planteado por esta noción de dominación es la cuestión de cómo la lógica que promueve variadas formas de resistencia se vuelve implicada en la lógica de lareproducción. Por ejemplo, las teorías de la resistencia han tratado de demostrar cómo los estudiantes que rechazan activamente la cultura escolar frecuentemente muestran una lógica y visión del mundo que confirma más que critica las relaciones sociales capitalistas existentes.

Dos ejemplos demuestran este punto. Los “lads” de Willis rechazaban la primacía del trabajo mental y su ethos de apropiación individual, pero haciendo así cerraban cualquier posibilidad de conseguir una reacción emancipatoria entre el conocimiento y el disentimiento. Rechazando el trabajo intelectual, los “lads” desestiman el poder del pensamiento crítico como una herramienta de transformación social73.

La misma lógica es mostrada por los estudiantes del estudio de Michelle Fine sobre las deserciones de high schools alternativas en el Souter Bronx de Nueva York74. Fine había supuesto que los estudiantes que desertaban de estas escuelas eran víctimas de “desamparo (debilidad, impotencia) aprendido”, pero ella descubrió en cambio que eran estudiantes más críticos y astutos políticamente de las escuelas alternativas.

“Para nuestra sorpresa colectiva (y consternación) los desertores eran esos estudiantes más propensos a identificar la injusticia en sus vidas sociales y en las escuelas, y los más preparados para corregir una injusticia criticando o desafiando a un maestro. Los desertores eran menos deprimidos, y habían alcanzado niveles económicos equivalentes a los de los estudiantes que permanecieron en la escuela”75.

Hay una cierta ironía aquí; mientras tales estudiantes eran capaces de desafiar a la ideología dominante de la escuela, ellos fracasaban en reconocer los límites de su propia resistencia. Abandonando la escuela, estos estudiantes se ubicaban en una posición que los excluía de los caminos políticos y sociales conducentes a la tarea de reconstrucción radical.

Otro rasgo importante y distintivo de las teorías de resistencia es su énfasis en la importancia de la cultura y, más específicamente, la producción cultural. En los conceptos de producción cultural encontramos la base para una teoría del agenciamiento humano, construida a través del medio activo, progresista, colectivo, de las experiencias de los grupos oprimidos.

En un trabajo más reciente, Willis elabora esta idea, sosteniendo que la noción de producción cultural “insiste en la naturaleza activa, transformadora de las culturas y en la habilidad colectiva de los agentes sociales, no sólo para pensar como teóricos, sino para actuar como activistas. Las experiencias vitales, los proyectos individuales y grupales, el conocimiento secreto ilícito e informal, los miedos y fantasías privadas, el poder anárquico amenazante que surge de la asociación irreverente.., no son agregados meramente interesantes…

Estas cosas son centrales determinadas, pero también determinantes. Ellos deben ocupar, “fully fledged in their own right”, un lugar transformador teórico y político vital en nuestros análisis. Esto es, en parte el proyecto de mostrar las capacidades de la clase trabajadora para generar formas de conocimiento colectivas y culturales, aunque ambiguas, complejas y frecuentemente irónicas, no reducibles a las formas burguesas, y la importancia de esto como una de las bases del cambio político76.

Como Willis sugiere, las teorías de la resistencia señalan nuevas maneras de construir una pedagogía radical desarrollando análisis de las maneras en que clase y cultura se combinan para ofrecer los lineamientos de “política cultural”. En el núcleo de tal política está una lectura semiótica del estilo, rituales, lenguaje y sistemas de significado que conforman los terrenos culturales de los grupos subordinados. A través de este proceso se vuelve posible analizar qué elementos contra-hegemónicos contienen tales campos culturales, y cómo tienden a incorporarse a la cultura dominante y subsecuentemente a despojarse de sus posibilidades políticas.

Está implícita en tal análisis la necesidad de desarrollar estrategias en las escuelas en las que se pueda rescatar a las culturas de oposición de los procesos de incorporación con el objeto de proveer la base para una fuerza política viable. Un elemento esencial de tal tarea ha sido abandonado generalmente por los educadores radicales, es el desarrollo de una pedagogía radical que ligue una política de lo concreto no sólo con los procesos de reproducción sino también con la dinámica de la transformación social. La posibilidad de tal tarea ya existe y está presente en el invento de los teóricos de la resistencia de ver a las culturas de los grupos subordinados como más que el subproducto de la hegemonía y la derrota77.

Otro rasgo importante de la teoría de la resistencia es una comprensión mas profunda de la noción de autonomía relativa. Esta noción está desarrollada a través de un número de análisis que señalan esos momentos no reproductivos que constituyen y apoyan la noción crítica de agenciamiento humano. Como he mencionado, la teoría de la resistencia asigna un rol activo al agenciamiento humano y la experiencia como eslabones mediadores clave entre los determinantes estructurales y los efectivos vividos. En consecuencia, se reconoce que las diferentes esferas o sitios culturales —escuelas, familias, medios masivos— están gobernados por atributos ideológicos complejos que frecuentemente generan contradicciones dentro y entre ellos. Al mismo tiempo, la noción de dominación ideológica unitaria y que todo lo abarca en su forma y contenido es rechazada, y se sostiene correctamente, que las ideologías dominantes mismas son frecuentemente contradictorias, como lo son las diferentes facciones de las clases gobernantes, las instituciones que las sirven, y los grupos subordinados bajo su control

Considerando las debilidades de las teorías de la resistencia, haré varias críticas que representan puntos de partida para el ulterior desarrollo de una teoría crítica de la escuela.

Primero, aunque los estudios de la resistencia señalan esos sitios sociales y “espacios” en los que enfrentan y desafían a la cultura dominante los grupos subordinados ellos no conceptualizan adecuadamente el desarrollo histórico de las condiciones que promueven y refuerzan los modos contradictorios de resistencia y lucha.

Lo que falta en esta perspectiva son los análisis de esos factores mediados cultural e históricamente que producen una gama de conductas de oposición, algunas de las cuales constituyen resistencias y otros no. Dicho en forma simple, no toda conducta de oposición tiene una “significación radical”, ni es toda conducta de oposición una respuesta bien definida a la dominación.

La idea aquí es que ha habido demasiado pocos intentos de los teóricos educacionales de comprender cómo los grupos subordinados encarnan y expresan una combinación de conductas reaccionarias y progresistas —conductas que encarnan las ideologías que subyacen a la estructura de dominación social y contienen la lógica necesaria para superar a la misma.

La conducta de oposición no puede ser simplemente una reacción de impotencia, sino que puede ser una expresión de poder que está abastecida por y reproduce la gramática más poderosa de la dominación.

Entonces, en un nivel, la resistencia puede ser la simple apropiación y muestra de poder, y puede manifestarse a través de los intereses y discurso de los peores aspectos de la racionalidad capitalista. Por ejemplo, los estudiantes pueden violar las reglas escolares, pero la lógica que informa tal conducta puede tener sus raíces en formas de hegemonías ideológicas tales como racismo y discriminación sexual. Más aún, la fuente de tal hegemonía frecuentemente se origina afuera de la escuela. Bajo tales circunstancias, las escuelas se vuelven sitios sociales donde la conducta de oposición simplemente aparece, surgiendo menos como una crítica a la escuela que como una expresión de la ideología dominante.

Esto está más claro en la descripción de Angela McRobbie de alumnas de sexto año en Inglaterra quienes, haciendo valer agresivamente su sexualidad, parecen estar rechazando la ideología oficial de la escuela con su énfasis sexualmente represivo en la prolijidad, pasividad, sumisión y “femineidad”78. Su oposición toma la forma de tallar los nombres de los novios en los bancos escolares, lucir ropas ajustadas y maquillaje, ostentando sus preferencias por los muchachos más grandes, maduros y pasando interminables cantidades de tiempo hablando de muchachos y novios. Se podría sostener que este tipo de conducta de oposición, más que sugerir resistencia, muestra primariamente un modo opresivo de discriminación sexual.

Su principio organizador parece estar ligado a las prácticas sociales conformadas por el objetivo de lograr desarrollar un casamiento sexual y en última instancia exitoso. Entonces, parece subrayar una lógica que tiene poco que ver con la discriminación sexual que caracterizó la vida de la clase trabajadora y la cultura masiva en general.

Esto no significa decir que tal conducta puede darse por perdida y describirse simplemente como reaccionaria. Obviamente, el hecho de que esas jóvenes actúen colectivamente y traten de definir para sí mismas lo que ellas quieren de la vida contiene un momento emancipatorio.79 Pero en el análisis final, este tipo de oposición está in-formado de una lógica de dominación más que de liberación.

La escuela simplemente se transforma en el lugar donde se expresa la naturaleza opuesta de esos imperativos. En resumen, las conductas de oposición se producen entre los discursos y valores contradictorios. La lógica que informa un acto de resistencia dado puede por una parte estar ligado a intereses que son específicos de clase, sexo o raza.

Por otra parte, puede expresar los momentos represivos inscritos en tal conducta por parte de la cultura dominante más que un mensaje de protesta contra su existencia.

Para comprender la naturaleza de tal resistencia, debemos ubicarla en un contexto más amplio para ver cómo ella es mediatizada y articulada en la cultura de tales grupos de oposición. Por una falla en la comprensión de la naturaleza de la resistencia, la mayoría de las teorías de la educación trataron de alguna manera, superficialmente el concepto.

Por ejemplo, cuando se acentúa la dominación en tales estudios, los retratos de las escuelas, los estudiantes de clase trabajadora y la pedagogía de aula frecuentemente aparecen demasiado homogéneos y estáticos como para ser tomados en serio. Cuando se discute la resistencia, su naturaleza contradictoria generalmente no se analiza seriamente ni se trata dialécticamente la conciencia contradictoria de los alumnos y los maestros.

Un segundo punto débil en las teorías de la resistencia es que ellas raramente toman en cuenta aspectos concernientes a sexo y raza. Como lo ha señalado un número de feministas, los estudios de resistencia, cuando se analizan dominación, lucha y escuela, generalmente ignoran a las mujeres y los aspectos sexuales, y se centran en cambio en los hombres y aspectos de clase80.

Esto ha significado que las mujeres no son consideradas en conjunto o se las incluye sólo en términos que reflejan los sentimientos de los grupos contra-culturales masculinos que se están describiendo, Esto acarrea un número de importantes problemas que futuros análisis deben resolver.

Un problema es que tales estudios fallaron en explicar la noción de patriarcado como un modo de dominación que corta transversalmente varias esferas sociales y que media entre hombres y mujeres dentro y entre las diferentes formaciones de clases sociales. El punto aquí es, por supuesto, que la dominación no está informada singularmente ni agotada por la lógica de la opresión de clase, ni afecta a hombres y mujeres de manera similar.

Las mujeres, aunque en grados distintos experimentan dobles formas de dominación, en el hogar y en el lugar de trabajo. Cómo las dinámicas de estas formas se interconectan, reproducen y mediatizan en las escuelas representa un área importante de investigación continua.

Una tercera debilidad que caracteriza a las teorías de la resistencia, como lo señala Jim Walker, es que ellas se han centrado orimariamente en los actos abiertos de la conducta estudiantil rebelde81. Limitando así sus análisis, las teorías de la resistencia ignoran las formas menos obvias de resistencia entre los estudiantes y malentendieron frecuentemente el valor político de la resistencia abierta. Por ejemplo, algunos estudiantes minimizan su participación en las prácticas rutinarias de la escuela mientras que al mismo tiempo muestran conformidad externa con la ideología de la escuela, optando por modos de resistencia que son silenciosamente (poco) subversivos en el sentido más inmediato, pero que tienen el potencial de ser progresivos políticamente a la larga.

Estos estudiantes pueden usar el humor para desorganizar una clase, usar la presión colectiva para desviar a los maestros de las lecciones, y voluntariamente ignorar las direcciones del maestro mientras tratan de desarrollar espacios que les permitan escapar del ethos del individualismo que penetren en la vida escolar.

Cada tipo de conducta puede indicar una forma de resistencia si surge de una condena ideológica latente o abierta de las ideologías represivas subyacentes que caracterizan a las escuelas en general. Esto es, sí vemos estos actos como prácticas que involucran una reacción política consciente o semiconsciente contra las relaciones de dominación construidas por la escuela, entonces estos estudiantes están resistiendo a la ideología de la escuela en una manera que les da el poder de rechazar al sistema en un nivel que no los hará impotentes para rechazarla en el futuro.

No renunciaron a su acceso al conocimiento y las capacidades que pueden permitirles moverse más allá de las posiciones específicas del callejón sin salida, del trabajo alienante que la mayoría de los rebeldes llamativos ocuparán eventualmente82

Lo que los teóricos de la resistencia fallaron en reconocer es que algunos estudiantes son capaces de ver a través de las mentiras y promesas de la ideología escolar dominante pero deciden no traducir este descubrimiento en formas extremas de rebelión. En algunos casos la causa de esta decisión puede ser una comprensión de que la rebelión abierta puede ser impotente ahora y en el futuro. No es necesario decirlo, ellos pueden también pasar la escolaridad en sus propios términos y aun enfrentar oportunidades limitadas en el futuro. Pero, lo que es de importancia fundamental aquí es que cualquier otra alternativa parece ideológicamente inocente y limita cualquier esperanza trascendental para el futuro que estos estudiantes puedan tener83.

Una cuarta debilidad de las teorías de la resistencia es que no han prestado suficiente atención al aspecto de cómo la dominación alcanza la estructura de la personalidad misma. Hay poco concerniente a la relación frecuentemente contradictoria entre comprensión y acción. Parte de la solución de este problema puede estar en descubrir la génesis y operación de esas necesidades socialmente construidas que atan a las personas a las estructuras de dominación más amplias.

Los educadores radicales mostraron una lamentable tendencia a ignorar la cuestión de las necesidades y los deseos en favor de expresiones centradas en la ideología y conciencia. Una Psicología crítica se necesita que señale la manera en que la “no-libertad” se reproduce en la psique de los seres humanos.

Necesitamos comprender cómo las ideologías dominantes impiden el desarrollo de necesidades multifacéticas en los oprimidos, o en otras palabras, cómo las ideologías hegemónicas actúan para impedir en los grupos oprimidos la creación de necesidades que van más allá de la lógica instrumental del mercado Yo estoy involucrado aquí con tales necesidades radicales como esas que representan el empuje vital hacia nuevas relaciones entre hombres y mujeres, las generaciones, las diferentes razas y la humanidad y la naturaleza.

Más específicamente necesitamos comprender cómo remplazar por las necesidades radicales organizadas alrededor del deseo de un trabajo significativo, solidaridad, sensibilidad estética, eros y libertades emancipatorias, la codicia egoísta, agresiva, calculadora de los intereses capitalistas. Las estructuras de necesidades alienantes —esas dimensiones de nuestra psique y personalidad que nos atan a relaciones y prácticas sociales que perpetúan los sistemas de explotación y servidumbre de la humanidad— representan un de las áreas más cruciales desde las cuales dirigir una pedagogía radical.

La cuestión de la génesis histórica y la transformación de las necesidades constituye, en mi mente, la base más importante para una teoría de la práxis educacional radical. Hasta que los educadores puedan señalar las posibilidades de desarrollo de “necesidades radicales que desafíen el sistema de intereses y reproducción existentes y apunten a una sociedad emancipada”84, será excepcionalmente difícil comprender cómo las escuelas funcionan para incorporar a la gente, o lo que eso puede significar para el establecimiento de una base para el pensamiento crítico y la acción responsable.

Dicho de otra manera, sin una teoría de las necesidades radicales y una psicología crítica, los educadores no tienen manera de comprender a la gama y la fuerza de las estructuras sociales alienantes tal como se manifiestan en los aspectos vividos y no discursivos de la vida cotidiana85.

Fuente:

http://www.pedagogica.edu.co/storage/rce/articulos/17_07pole.pdf

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Los libros de texto suspenden en sostenibilidad

Septiembre 2016/ecologistasenaccion /http://www.ecologistasenaccion.org/

“Si fuera millonaria… compraría un deportivo, una scooter, un yate privado, ya que si cojo el autobús llegaré tarde…”. Esta cita, contenida en un libro de inglés, es uno de los ejemplos sobre los valores antiecológicos que se fomentan en los libros de texto.

El estudio, realizado por Ecologistas en Acción sobre 60 libros de texto, afirma que los mismos no mencionan la creciente insostenibilidad del modelo económico y social actual y ocultan el deterioro acelerado de todo lo necesario para vivir: el agua y el aire limpio, el territorio fértil y los alimentos sanos…

Confunden de forma sistemática el bienestar con el crecimiento económico, a pesar de las numerosas y crecientes evidencias, tanto humanas como ambientales, en contra de dicha idea. En este sentido los libros de texto no relacionan la destrucción ambiental con el actual modelo de desarrollo que prioriza la economía monetaria y especulativa sobre todas las cosas.

Alaban sin cesar las posibilidades de la tecnología sin analizar ni cuestionar los grandes desastres ambientales derivados del escaso debate y control social que hay sobre los usos y orientaciones de la misma. No mencionan que el control empresarial y militar de la ciencia y la tecnología han hecho de ellas un factor impulsor de primer orden en la degradación de las condiciones de vida.

Los libros de texto ignoran de forma sistemática los trabajos gratuitos que históricamente vienen realizando las mujeres y la naturaleza y que son claves para la sostenibilidad, de la misma manera que se desprecia con el calificativo de “atrasadas” a todas las culturas que han sido capaces de vivir en armonía con su entorno.

No solamente ignoran uno de los conceptos básicos para entender la sostenibilidad, como es el de los límites físicos al crecimiento, sino que además educan de forma clara para que las chicas y chicos se incorporen felizmente a un mundo de consumo, hipermovilidad y sobreurbanización que esquilma los recursos del planeta. Los libros de texto apenas mencionan la existencia de las multinacionales y el papel que estas juegan en el saqueo y destrucción de los ecosistemas y culturas; las escasas ocasiones en que aparecen las empresas es con carácter publicitario.

Como conclusión del estudio, Ecologistas en Acción afirma que los libros de texto actuales sirven fundamentalmente para legitimar el actual sistema de destrucción ambiental. Los libros de texto ayudan bien poco a fomentar actitudes y comportamientos en la línea de respetar y salvar el planeta. Como los libros de texto representan el conocimiento que la sociedad considera serio y objetivo, Ecologistas en Acción considera que urge una profunda revisión de todas las categorías y conceptos con los que el sistema educativo, y la sociedad en su conjunto, se plantean la relación de la sociedad con la Naturaleza.

Ecologistas en Acción va a comenzar una campaña de información y difusión del informe, que tendrá como destinatarios principales a profesores, editoriales, autoridades educativas, sin dejar de lado a la ciudadanía en general.

Fuente:

http://www.ecologistasenaccion.org/article6099.html

Fuente imagen:

https://lh3.googleusercontent.com/fYO0R_9YyLb8wlumBL69ekapavzxyaWmmqgWR8gpqH28twIMWjF7tSms3g3Yrg_0hhGmig=s128

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