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Criminalidad juvenil y victimología animal: prevención de la victimización

Por: Marillanos Reolid Rodenas

RESUMEN: El abuso de niños y jóvenes hacia colectivos vulnerables merece toda nuestra atención, por ello incidimos en que los animales son un colectivo vulnerable de primer orden. La violencia interpersonal está relacionada con el maltrato animal. Cuando el maltrato animal solía ser trivializado por la gente diciendo: «Es sólo un perro» o «los chicos son chicos», los investigadores y expertos reconocen ahora que la crueldad, maltrato o negligencia en cualquier forma deben tomarse en serio. El maltrato animal es a menudo «la punta del iceberg» y la primera señal de advertencia de un individuo o familia en problemas. Reconociendo el vínculo entre el maltrato animal y otras formas de violencia en la familia, se proporciona a los profesionales en todos los campos una herramienta más para prevenir la violencia en nuestra sociedad. Al trabajar juntos y compartir esta información con los demás, la conciencia pública se elevará y a su vez, aumentará la intervención y la eficacia en la prevención de la violencia y el maltrato familiar en todas sus formas.

PALABRAS CLAVE: Criminalidad, Victimología, Educación, Vínculo, Prevención.

ABSTRACT: The abuse of children and young people towards vulnerable groups deserves our full attention, so we stress that animals are a vulnerable group of first order. Interpersonal violence is related to animal abuse. When animal abuse used to be trivialized by people saying: «It’s only a dog» or «boys will be boys», researchers and experts now recognize that cruelty, abuse or neglect to be taken seriously. Animal abuse is often «tip of the iceberg» and the first warning sign of an individual or family problems. Recognizing the link between animal abuse and other forms of violence in the family, it provides professionals in all fields a tool to prevent violence in our society. By working together and sharing this information with others, it will raise public awareness and in turn, increase the involvement and effectiveness in preventing family violence and abuse in all its forms.

KEY WORDS: Crime, Victimology, Education, Link, Prevention.

INTRODUCCIÓN

La violencia juvenil afecta a todas las comunidades, a todos los miembros de la sociedad. Por supuesto entre los miembros de esa comunidad incluimos a los animales como colectivo vulnerable y necesitado de protección especial.

La violencia juvenil es una causa principal de muerte en los adolescentes y adultos jóvenes. Mientras que la violencia juvenil es un problema importante en nuestra sociedad, hay esperanza. Podemos mejorar la salud y seguridad de nuestros jóvenes y nuestras comunidades mediante la prevención.

La violencia juvenil incluye varios comportamientos, tales como peleas, la intimidación, la violencia relacionada con las pandillas, y el homicidio. Estos comportamientos incluyen el uso intencional de la fuerza física o el poder por una persona joven para amenazar o dañar a otros. Estos comportamientos nocivos pueden comenzar temprano y continuar en la edad adulta. El joven puede ser una víctima, un delincuente o un testigo de la violencia.

La violencia se define como «el uso deliberado de la fuerza física o el poder, amenaza o de hecho, contra otra persona, animales o un grupo, que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones” (Dahlberg, 2002). La investigación y los programas que abordan la violencia juvenil incluyen típicamente las personas entre las edades de 10 y 24 años, aunque los patrones de la violencia juvenil pueden comenzar en la primera infancia.

Dado que el abuso de niños y jóvenes hacia colectivos vulnerables merece toda nuestra atención, incidimos de nuevo en que los animales son un colectivo vulnerable de primer orden. La violencia interpersonal está relacionada con el maltrato animal.  Cuando el maltrato animal solía ser trivializado por la gente diciendo: «Es sólo un perro» o «los chicos son chicos», los investigadores y expertos reconocen ahora que la crueldad, maltrato o negligencia en cualquier forma deben tomarse en serio. El maltrato animal es a menudo «la punta del iceberg» y la primera señal de advertencia de un individuo o familia en problemas.

PATOLOGÍA PSIQUIÁTRICA (TRASTORNO ANTISOCIAL Y DE CONDUCTA) Y PSICOPATÍA EN NIÑOS Y ADOLESCENTES

En la cuarta edición del Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM–IV) define el trastorno de conducta como «un patrón repetitivo y persistente de comportamiento en el que los derechos básicos de los demás o principales normas o reglas sociales apropiadas para su edad son violados» y requiere que al menos 3 de los 15 síntomas diferentes estén presentes en el último año para el diagnóstico (American Psychiatric Association, 1994: 90). Entre los síntomas de la lista están las clasificadas bajo «engaño o robo», «destrucción de la propiedad» (que engloba piromanía y vandalismo), y «la agresión a personas y animales» (que incluye la crueldad hacia las personas o los animales, el robo con la confrontación de la víctima, y la actividad sexual forzada). Existe una vinculación entre los síntomas del trastorno de conducta y comportamientos utilizados para caracterizar a graves delincuentes juveniles violentos (ver Loeber, Farrington y Waschbusch, 1998: 14-15).

En la quinta y actual edición del Manual, (DSM-5), añade características descriptivas al especificador para el diagnóstico de trastorno de conducta para personas que cumplan con todos los criterios para el trastorno y que también se presentan con limitadas emociones prosociales, tales como la empatía y la culpa limitada.

El trastorno de conducta se caracteriza por un comportamiento que viola cualquiera de los derechos de los demás o principales normas de la sociedad. Al menos 3 síntomas deben estar presentes en los últimos 12 meses con uno de los síntomas después de haber estado presente en los últimos 6 meses. El trastorno se diagnostica generalmente antes de la edad adulta. En el DSM-5, los criterios para el trastorno de conducta son similares al del DSM-IV, pero el especificador de limitadas emociones prosociales, falta de empatía, culpa limitada y poca preocupación por los sentimientos, deseos, y el bienestar de los demás es nuevo en el DSM-5, lo que sería también la crueldad con los animales.

Estos jóvenes, con rasgos antisociales suelen puntuar alto en Psicopatía, medida en cuestionarios como el PCL-R de Hare. La definición de Trastorno de Personalidad Antisocial o Disocial viene a definir los parámetros de la psicopatía en términos conductuales. Podemos resumir este matiz importante de esta precisa diferencia diagnóstica concluyendo que «la mayoría de los individuos con trastornos antisocial no son psicópatas, sino que tienen rasgos psicopáticos» (Hare y Hart, 1995).

Hay evidencia sustancial para valorar la evaluación de la crueldad con los animales como un síntoma específico de desorden de conducta y como correlato de otras formas de conducta antisocial en la niñez, juventud y la edad adulta. (Arluke et al. 1999).

FACTORES DE RIESGO EN CRUELDAD ANIMAL VINCULADOS A VIOLENCIA INTERPERSONAL

El abuso animal puede variar en la frecuencia, la gravedad y la cronicidad; obviamente cuanta más prevalencia exista en el maltrato hacia los animales peor pronóstico tendremos a la hora de evaluar al niño o al joven y más difícil será intervenir con él.

La violencia por parte de menores hacia los seres humanos o animales puede tomar la forma de abuso o negligencia física, sexual o emocional. Aunque la mayoría de las investigaciones de crueldad animal implican negligencia, muchas veces se descubre negligencia y el abuso intencional.

Los abusadores juveniles a menudo se jactan de la crueldad hacia los animales que han perpetrado, en numerosas ocasiones a través de las redes sociales, ya que no perciben el maltrato animal como un delito grave. A menudo admiten el maltrato animal, pero no otras formas de violencia, que puede ser un punto de partida que hay que tener muy en cuenta para investigaciones y procesos penales.

El Dr. Randall Lockwood, vicepresidente senior de Ciencias Forenses y Proyectos Anti-Crueldad de la ASPCA y un experto reconocido internacionalmente en la conexión entre crueldad animal y la violencia humana, ha identificado una serie de factores de riesgo para evaluar un nivel de peligrosidad en un abusador de animales que puede estar en riesgo de cometer violencia contra personas en el futuro. Estos factores se pueden aplicar en las evaluaciones de riesgos y de letalidad en la revisión de historias clínicas.

Los factores determinantes incluyen:

  • El número de víctimas, la gravedad de la lesión, y las lesiones repetidas en las víctimas. Varios animales muertos o heridos en la misma instancia o infligir heridas múltiples sugieren un mayor potencial de violencia incontrolada.
  • Vulnerabilidad de la víctima: la violencia contra los animales en particular los pequeños o no amenazantes, indica que los autores obtienen una sensación de poder y control a través de la violencia contra los más vulnerables.
  • Premeditación del acto: superación de los obstáculos para iniciar o completar el abuso; la víctima fue obligada o no incapacitada físicamente.
  • La planificación a largo plazo de los actos violentos sugieren la posibilidad de procesos de pensamiento psicopáticos. El abuso que incluye la representación de un animal incapaz de escapar es sugestivo de un mayor grado de violencia premeditada intencional.
  • El abuso que implica el contacto directo o restricción física y la oportunidad obvia para presenciar la respuesta de la víctima (por ejemplo, golpear, estrangular, aplastar) puede ser un indicador más grave que las acciones que son más remotas (por ejemplo, el tiro, el envenenamiento, el atropellamiento intencionado), etc..
  • La ausencia de un motivo económico sugiere que el acto en sí era lo suficientemente gratificante para el autor.
  • La víctima animal fue agredida sexualmente o mutilada, o el autor indica la excitación sexual como consecuencia de los abusos.
  • Muchos violadores en serie y los autores de homicidios sexuales reportan la excitación sexual a través de la dominación violenta de los animales. La violencia erótica hacia los animales debe ser considerada como una señal de advertencia para la violencia más generalizada.
  • El autor documentó el incidente a través de fotos, videos, o un diario de notas; el autor volvió a la escena del abuso de revivir la experiencia.
  • La documentación de la crueldad indica que los actos de violencia son una fuente continua de placer para el autor y pueden indicar la probabilidad de la repetición o la escalada de la violencia para alcanzar el mismo estado emocional gratificante.

El abuso es a menudo cíclico e intergeneracional. Cuantos más casos de abuso humano y animal se informen y denuncien y cuanto antes los profesionales puedan intervenir para romper los ciclos de violencia, mayor será la tasa de éxito.

¿POR QUÉ LOS NIÑOS Y ADOLESCENTES SON CRUELES CON LOS ANIMALES?

Las respuestas son complejas y multifactoriales, tanto como saber por qué se produce la violencia.

Kellert y Felthous (1985: 1122-1124) entrevistaron a los abusadores y descubrieron una serie de motivaciones que pueden caracterizar a los adultos en cuanto a la crueldad con los animales, algunos de los cuales también pueden ser aplicables a maltrato animal perpetrado por menores:

  • Para controlar a un animal (es decir, el maltrato animal como disciplina o «entrenamiento»).
  • Para tomar represalias contra un animal.
  • Para satisfacer un prejuicio contra una especie o raza (por ejemplo, el odio hacia los gatos).
  • Para expresar la agresión a través de un animal de manera instrumental.
  • Para mejorar la propia agresividad (por ejemplo, el uso de una víctima animal para prácticas de tiro).
  • Para impresionar a la gente por diversión.
  • Para tomar represalias contra otras personas (por herir a sus mascotas o abusar de los animales en su presencia).
  • Para desplazar la hostilidad de una persona hacia un animal (es decir, atacando a un animal vulnerable cuando atacar al objetivo humano es demasiado arriesgado).
  • Para experimentar el sadismo no específico (es decir, disfrutando del sufrimiento experimentado por la víctima animal, en sí mismo).

Informes de casos y un estudio realizado por Ascione, Thompson y Black (1997) sugieren una serie de motivaciones de desarrollo relacionadas:

  • Curiosidad o exploración.
  • La presión de grupo (por ejemplo, los compañeros pueden alentar el maltrato animal o exigir como parte de un rito de iniciación).
  • Mejora del estado de ánimo (por ejemplo, el maltrato de animales se utiliza para aliviar el aburrimiento o la depresión).
  • Gratificación sexual (es decir, el bestialismo).
  • Abuso forzado (es decir, el niño está obligado a maltratar un animal por un individuo más potente).
  • El apego a un animal (por ejemplo, el niño mata a un animal para evitar su tortura a manos de otra persona).
  • Fobias animales (que causan un ataque preventivo contra un animal temido).
  • La identificación del niño con el abusador (por ejemplo, un niño víctima puede tratar de recuperar un sentido de poder al victimizar a un animal más vulnerable).
  • Juego postraumático (es decir, recreando episodios violentos con una víctima animal).
  • Imitación.
  • La autolesión (es decir, el uso de un animal al infligir lesiones en el propio cuerpo del niño).
  • Ensayo para la violencia interpersonal (es decir, la “práctica” de la violencia con los animales callejeros o mascotas antes de participar en actos violentos contra otras personas).
  • Vehículo para el abuso emocional (por ejemplo, hiriendo a la mascota de un hermano para asustar a los hermanos).

Ascione, FR y Arkow, P., eds. 1999. Maltrato Infantil, Violencia Doméstica y Abuso Animal: Vinculación de los Círculos de Compasión para la Prevención e Intervención. West Lafayette, IN: Purdue University Press.

CRIMINALIDAD JUVENIL Y MALTRATO ANIMAL

A menudo se piensa que cuando los niños son crueles con los animales es una fase exploratoria del desarrollo. Esto puede ser cierto en parte, pero la intensidad, la frecuencia y la motivación de sus actos deben ser considerados y tenidos en cuenta. Cuando un niño crece en un ambiente lleno de violencia – como testigo, víctima o perpetrador – puede haber muchos factores detrás de su motivación para dañar a los animales.

Los expertos e investigadores del abuso animal y la violencia interpersonal, han conectado los actos de maltrato animal con la intimidación, el castigo corporal, tiroteos en las escuelas, los abusos sexuales y las conductas psicopáticas en el desarrollo de los niños. Los niños a menudo se sienten impotentes cuando son abusados por adultos y pueden encontrar sus propias víctimas para ejercer el control y obtener una sensación de poder. Ellos pueden abusar de la mascota de un hermano o compañero como venganza o maltrato emocional. El abuso animal también puede ser parte de un ritual de iniciación para convertirse en un miembro de una pandilla. Los adolescentes han grabado en vídeo la tortura de animales para reproducirlo más tarde, cuando se sienten aburridos.

Todas las situaciones de abuso de los animales deben ser tomadas en serio. Entender por qué los niños pueden abusar de los animales es la clave para poner en marcha las estrategias de intervención adecuadas.

El abuso animal puede ser un indicador y un predictor de otros actos violentos. Esto ha sido bien documentado en numerosos estudios de investigación y ha llevado al maltrato animal a estar catalogado como uno de los criterios para el diagnóstico de los trastornos de conducta en la infancia, como sabemos. Los niños impresionables que son testigos de abuso, se vuelven insensibles a la violencia y la capacidad de sentir empatía con la víctima. Es bien conocido que el abuso es a menudo cíclico y que la única manera de detener el ciclo de violencia es la intervención temprana; cuanto antes se intervenga mayor será la tasa de éxito.

Muchos niños, especialmente los varones, cometen algún tipo de acto cruel contra un animal, en algún momento de su infancia y algunos de éstos se convierten en un peligro para la sociedad. En el caso de los jóvenes, existe un ejemplo muy bien documentado, el caso de Luke Woodham, que asesinó a su madre y a sus dos compañeros de escuela y torturó y asesinó a su propio perro con anterioridad (Ascione, 1999).

Las investigaciones muestran que los tiradores de colegio (school shooters) a menudo tenían algunos casos de crueldad animal previos. Pero nadie pensó mucho en ello, sino que pensaban que eran cosas de niños. Sin embargo, estos niños crecieron hasta ser hombres violentos. (Arkow, 2001).

Las entrevistas con más de 100 asesinos en serie y de masas mostraron  que la mayoría tenía un historial de algún tipo de maltrato animal en sus infancias. (Wright, J., & Hensley, C. , 2003). De entre los asesinos en serie y en masa son estudiados los antecedentes de crueldad hacia animales en los casos de Eric Harris y Dylan Klebold, Kip Kinkel, Mitchell Johnson y Andrew Golden, Michael Carneal, Luke Woodham, Brenda Spencer, Lee Boyd Malvo, Jeffrey Lionel Damher, Arthur Shawcross, Ted Bundy, Edmund Emil Kemper III, Carroll Edward Cole, Albert de Salvo, Peter Kurten, Richard Trenton Chase, David Berkowitz, Patrick Sherrill, etc..

CONCLUSIONES

La atención de la familia y los contextos sociales de la comunidad en la vida de los niños es fundamental para la comprensión de la conducta violenta. Esto es válido para el caso especial del  maltrato animal. Como Widom (1989) y tantísimos investigadores han demostrado, una historia de abuso y negligencia infantil coloca a los individuos en riesgo de ser infractores penales al llegar a la edad adulta, y de ser potenciales criminales violentos.

La crueldad hacia los animales es muy a menudo una parte del paisaje de la violencia en la que los jóvenes participan y para los que están expuestos. El número de animales que son víctimas de esos abusos es, en la actualidad, difícil de estimar.

Los padres, maestros, educadores y los propios jóvenes deben ser informados de que el maltrato animal puede ser una señal significativa de una tendencia a la violencia y perturbación psicológica y que no debe ser ignorado.

También, ser testigo de maltrato de animales es una forma de exposición a la violencia que debe ser evaluado de forma rutinaria, ya que puede tener efectos significativos en los jóvenes (Boat, 1999). A menudo los niños están profundamente apegados a sus mascotas y observando el abuso violento o muerte de una mascota a manos de otros pueden ser emocionalmente devastador.

Como parte de la búsqueda de programas efectivos de prevención e intervención de la violencia juvenil, las organizaciones de protección animal y profesionales de la criminología y otras disciplinas educativas como la educación social y humanitaria, han estado desarrollando esfuerzos educativos y terapéuticos que incorporan el contacto con animales a través de terapias asistidas por animales (Duel, 2000). El tema de fondo de muchos de estos programas es que enseñan a los jóvenes a entrenar, cuidar, e interactuar con animales, de modo que reducirá cualquier tendencia que puedan tener para la agresión y la violencia.

Estos programas suponen que los niños son más propensos a cometer maltrato animal cuando su capacidad de empatía se ha visto socavada o comprometida (Bavolek, 2000). Desarrollar un sentido de empatía por los animales es un puente hacia una mayor empatía por los demás seres humanos, por lo que la violencia hacia ellos será menos probable.

Los programas educativos, tanto a nivel pre-profesionales y profesionales, deben dar mayor énfasis a la capacitación sobre el maltrato animal y su superposición con otras formas de violencia en la familia y la comunidad. Estos deben ir dirigidos jueces, fiscales, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, veterinarios, maestros y profesores, educadores sociales y profesionales del Trabajo Social, médicos, abogados… además de a las escuelas y la sociedad en general. Por ello, además de los profesionales expertos en violencia interpersonal y maltrato animal que lo llevan haciendo años atrás y algunas organizaciones de protección animal, la Sociedad Española contra la Violencia -SECVI- ha puesto en marcha el proyecto Prevent Link Project, que va destinado a profesionales de todas las disciplinas, a colegios y a la sociedad en general para prevenir la violencia hacia humanos y animales.

A través de la programación educativa en las escuelas y la conciencia pública sobre el bienestar animal y la forma en que está vinculada a la violencia humana, podemos tratar de intervenir antes de que la violencia se inicie o se intensifique. Un componente clave de la educación social y humanitaria es el desarrollo de la empatía, lo que ayuda a los niños a transferir la empatía hacia los seres humanos.

Reconociendo el vínculo entre el maltrato animal y otras formas de violencia en la familia, se proporciona a los profesionales en todos los campos una herramienta más para prevenir la violencia en nuestra sociedad. Al trabajar juntos y compartir esta información con los demás, la conciencia pública se elevará y a su vez, aumentará la intervención y la eficacia en la prevención de la violencia y el maltrato familiar en todas sus formas.

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Artículo Publicado Originalmente en: http://cj-worldnews.com/spain/index.php/es/criminologia-30/animales-y-violencia/item/2930-criminalidad-juvenil-y-victimologia-animal-prevencion-de-la-victimizacion

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“Los profesores en activo tendrán que certificar que no son delincuentes sexuales” y otras ideas “novedosas” para prevenir la delincuencia sexual

Por: Abel González

El pasado 6 de noviembre el diario ABC nos sorprendía con la noticia de que la Conferencia General de Educación recomendaba que las Comunidades Autónomas incluyan “el requisito para el acceso y ejercicio a las profesiones, oficios y actividades que impliquen contacto habitual con menores no haber sido condenado por sentencia firme por algún delito contra la libertad e indemnidad sexual”.

 Para aclarar un poco más la cuestión el titular tampoco deja lugar a dudas: “los profesores en activo tendrán que certificar que no son delincuentes sexuales”.  Con la lectura pausada de esta noticia se puede uno imaginar que detrás de esta medida se encuentra el interés de los políticos de evitar que los menores sean víctimas de delitos sexuales por parte de sus educadores, ya que dentro de esta modalidad delictiva y de esta victimización concreta los educadores son los principales autores.  Nada más lejos de la realidad. Aunque una reflexión un poco más profunda nos pudiera indicar que lo que se quiere es criminalizar una profesión, ya que se puede intuir que todos los profesores son agresores sexuales en potencia. Nada más lejos de la realidad.

Relacionado con la noticia también hubo participación en Twitter de dos colegas del grupo de investigación “MediaCrim” (Media Criminology) de la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA),Víctor Núñez y Pedro Campoy. El primero de ellos llegaba a decir que como padre prefiere en el colegio no haya expederastas y que se reinserten en otro oficio. El segundo decía que la prevención no la veía y que la finalidad era populista. Debemos analizar ambas cuestiones porque pienso que tienen un fondo muy interesante para el debate, en el primer caso, por supuesto que todos los padres dirán que no quieren exdelincuentes en los centros escolares de sus hijos, pero la realidad puede no ser tan sencilla, ¿qué sabemos realmente de los abusos y agresiones sexuales a menores?, ¿son los profesores los que las realizan en mayor medida?, una vez que se es delincuente, ¿lo es uno para siempre?, ¿qué sucede con el escarnio público al que se pueden ver sometidos los docentes?, ¿lo tratamos como daños colaterales? En el segundo caso, en el que se debate si es una media populista, considero que es un ejemplo más del cambio en la cultura del control puesto que las políticas del control del delito han sido sustraídas a los expertos y han pasado a ser lideradas por los políticos. En definitiva, la economía, los medios de comunicación y la totalidad del sistema institucional determina la percepción de peligro (Garland, 2005).

Al hilo de estas cuestiones debemos dar mayor importancia en nuestras investigaciones a la vertiente política de la Criminología, eso sí, apoyada en la evidencia criminológica. En las siguientes líneas, tomando el caso de los menores víctimas de delincuencia sexual y de los autores de estos delitos, pretendo hacer una análisis de criminología política basado en lo que conocemos sobre esta cuestión.

En primer lugar, ¿qué sabemos de la delincuencia sexual sufrida por los menores? A este respecto existe una revisión exhaustiva del estado de la cuestión de los abusos sexuales a menores por parte de Lameiras, Carrera y Failde (2008) en el que se analiza el perfil de la víctima y del agresor, así como las estrategias que pone en marcha para someter a la víctima. Siguiendo esta revisión se halla un 20-25% de niñas y un 10-15% de niños que sufren abuso sexual, pero que es clínicamente significativo solo entre el 4-8% de la población infantil, aunque se ha generado una amplia alarma social que no refleja la situación real de la problemática. El agresor suele ser una figura intrafamiliar (asociado con la figura paterna) y a partir de los 13 años el agresor es desconocido para el 20% de las mujeres y el 50% de los hombres víctimas de abusos. Hemos de señalar que en esta revisión no se habla de profesiones de riesgo. Y aquí tampoco se tiene en cuenta el acoso sexual con la utilización de Internet, medio en el que suelen ser los propios menores los que acosan a otros menores.

En segundo lugar, ¿qué sabemos de las medidas que se proponen para la prevención de la victimización sexual? En este caso es clave, aunque referido a programas de intervención con agresores, pero totalmente extrapolable a medidas preventivas para la víctima, que lo que se proponga tenga las siguientes características(Redondo, Martínez y Andrés-Pueyo, 2011: 77): base teórica sólida, que dé cuenta de la explicación del comportamiento antisocial y de los factores relevantes que pueden facilitar su prevención; programas estructurados y directivos, multifacéticos, que deben aplicarse con la máxima integridad y con responsables institucionales comprometidos. Por lo tanto, como se puede observar, una simple medida como la que se propone por la Conferencia General de Educación no tiene visos de ser muy efectiva.

Relacionado con las medidas propuestas también se habla de registros de delincuentes sexuales como los que se han puesto en marcha en otros países. Pero, ¿qué consecuencias tiene?, ¿estos registros son efectivos para la reducción de la delincuencia sexual? Para responder a estas preguntas hay dos trabajos muy interesantes, el primero de ellos resume la experiencia estadounidense con los registros de delincuentes sexuales y su posible trasvase a la legislación española en el que se concluye que no tienen un encaje constitucional en España porque forma parte del denominado “Derecho Penal del Enemigo”, y que los estudios han mostrado que son medidas inefectivas (Fernández-Pacheco, 2014). En este último sentido baste recordar el estudio deLevenson y Cotter (2005) en el que se analizaba a 183 sujetos condenados en Florida por delitos sexuales y a los que se aplicó la Ley Megan al incluir sus datos en registros públicos que se notificaban a la comunidad en la que residían, y que concluye que el principal problema es la pérdida de trabajo, las amenazas y el acoso que sufrían; también se indicaba que los condenados tenían una acusada falta de apoyo social, que es, paradójicamente, uno de los principales factores que previenen la reincidencia en casos de delincuencia sexual. De esta manera parece ser que la propia medida de tener registros públicos de delincuentes sexuales fomenta la reincidencia más que la protección de las víctimas potenciales.

Y, por último, ¿qué se puede proponer para tratar de proporcionar una prevención más eficaz sin menoscabar derechos fundamentales? Si nos preocupa este problema a nivel político se deberían plantear guías al estilo de las de la Agencia de Salud Pública de Canadá, que, además, deberían encuadrarse dentro de un programa estatal de prevención de la violencia sexual sufrida por menores, en el que haya un fuerte apoyo de centros de investigación en la materia. Y aquí debemos recordar que en España no existen grandes programas nacionales de prevención de la delincuencia (de ningún tipo) y quizás esta es la vía más adecuada para una prevención más eficaz, en vez de proponer medidas que  criminalicen una profesión o generen un miedo infundado en la sociedad.

Referencias

Fernández-Pacheco, C. (2014). Registros de delincuentes sexuales y prevención del delito. Análisis de la experiencia estadounidense.Estudios Penales y Criminológicos, 34, 383-422.

Garland, D. (2005). La cultura del control. Crimen y orden social en la sociedad contemporánea. Madrid: Gedisa.

Lameiras, M.; Carrera, M.V.; y Failde, J.M.  (2008). Abusos sexuales a menores: estado de la cuestión a nivel nacional e internacional.Revista d´estudis de la violencia, 6.

Levenson, J.S. y Cotter, L.P. (2005). The effects of Megan´s La won sex ofender reintegration. Journal of Contemporary Criminal Justice, 21 (1), 49-66.

Redondo, S.; Martínez, A.; y Andrés-Pueyo, A. (2011). Factores de éxito asociados a los programas de intervención con menores infractores. Madrid: Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad.

Publicado Originalmente en: http://cj-worldnews.com/spain/index.php/es/criminologia-30/seguridad/politica-criminal/item/2910-delincuencia-sexual-profesores

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Datos esenciales de planificación estratégica en la educación superior

Escrito por Isabel S.

Crear, implementar y dominar un plan estratégico bien diseñado en una institución de educación superior es uno de los primeros pasos que deben darse para recorrer el camino hacia la acreditación y la excelencia. Los siguientes datos, desarrollados por varias instituciones norteamericanas y europeas, reflejan la realidad actual de la planificación estratégica.

 

Publicado Originalmente en: http://www.u-planner.com/es/blog/datos-esenciales-de-planificacion-estrategica-en-la-educacion-superior?utm_campaign=U-strategy%20es&utm_content=36522540&utm_medium=social&utm_source=linkedin

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S.O.S. No es Venezuela, es México

Ilka Oliva Corado

México está siendo secuestrado, torturado, masacrado y desaparecido nada más y nada menos que por el gobierno de Peña Nieto.

La pregunta urgente que nos hacemos muchos es, ¿qué está esperando Almagro y la OEA para aplicarle a Peña Nieto la Carta Democrática? ¿Acaso el gobierno no está violando los Derechos Humanos de los ciudadanos mexicanos? ¿Acaso no incita y ejerce la violencia desde su brazo armado?¿Acaso el gobierno de Peña Nieto no está secuestrando, torturando y masacrando ciudadanos? ¿No está saqueando el país? ¿Acaso no reprime las manifestaciones sociales? ¿Acaso no es un genocidio el que lleva acabo?

¿Qué más es lo que necesita Almagro para aplicar de urgencia la Carta Democrática y denunciar a nivel internacional la dictadura de Peña Nieto? Ajá, es que no es Maduro ni Venezuela. ¿En dónde están Hillary Clinton, Obama y Biden denunciando a nivel internacional la masacre que realiza Peña Nieto contra su propio pueblo? Así como denunciaron al “dictador” Maduro.

 ¿En dónde están Uribe y retahíla denunciando a Peña Nieto y exigiendo la intervención militar estadounidense en México? Así como exigen que lo haga con Venezuela.

¿En dónde están los presidentes del mundo manifestándose por el asesinato de los maestros en Oaxaca por parte del gobierno, así como se manifestaron por la masacre de Orlando? Ajá, es que no es Estados Unidos y ahí no hay que tratar de quedar bien.

 En México el terrorismo corre a cuenta del propio gobierno. ¿Por qué no están denunciando esto Telemundo, Televisa, Univisión y CNN en Español? Así como tienen sus diez minutos diarios del noticiero dedicado a Venezuela y a atacar a Maduro. Peña Nieto se da la libertad de asesinar estudiantes y maestros. Asesinar periodistas, defensores de Derechos Humanos, campesinos y sindicalistas. De asesinar niños, adolescentes y mujeres. Los feminicidios en México superan a los de Latinoamérica. Ha llenado de fosas clandestinas el país, hace correr ríos de sangre, ¿en dónde está la denuncia y la intervención internacional en defensa del pueblo mexicano?

 ¿En dónde están esos artistas internacionales que denuncian todos los días la “hambruna” que vive Venezuela por culpa del “dictador” Maduro, en dónde están denunciando la dictadura de Peña Nieto en México? ¿Qué sucede con los medios de comunicación internacionales que han creado un manto de impunidad como protección a los corruptos, violadores y asesinos del gobierno mexicano? ¿Por qué no denuncian y envían corresponsables y realizan enlaces en vivo como lo hacen con Venezuela, denunciando la “calamidad” que vive el pueblo en manos del “opresor” Maduro. Gran responsabilidad tienen los medios que callan en complicidad.

 ¿En dónde está el mundo diciendo “Todos somos México” así como hace una semana dijeron “Todos somos Orlando”? ¿En dónde están esos mexicanos que hace unos días enfurecieron por la monumental derrota ante Chile en el juego de la Copa América, en dónde están enfurecidos por lo que hace su gobierno con su pueblo? ¿Es acaso más importante un juego de fútbol, en un campeonato malogrado por la corrupción de la FIFA que la denuncia social en defensa de la vida? ¿En dónde está esa gente graduada de universidad, grandes oradores, intelectuales que viajan alrededor del mundo dictando conferencias en contra de Maduro, en dónde están denunciando el genocidio que realiza Peña Nieto?

 ¿En dónde está el mundo manifestándose por México? México pide ayuda a gritos, envía señales de alarma, de emergencia, de catástrofe, clama por una democracia, por un gobierno que respete a sus ciudadanos. Pide un alto al genocidio, a los secuestros, a las torturas; un alto a las desapariciones forzadas. Pide un alto al saqueo, a la corrupción, a la venta de la tierra.

 En México tenemos un espejo, lo que sucede en ese país es lo que quiere hacer Estados Unidos con el resto de América Latina, lo que sucede hoy en México ya lo vivimos en el triángulo norte de Centro América, hace unas décadas con las dictaduras y los genocidios de los cuales aún no logramos reponernos.

 ¿Tenemos el descaro de preguntarnos entonces el por qué de la resistencia de los gobiernos progresistas latinoamericanos hacia Estados Unidos? ¿Nos preguntamos entonces el por qué la fuerza del capital está en contra de Venezuela? Lo increíble, lo esperanzador es que en México, a pesar de tanta sangre derramada, de tanta opresión, el pueblo siga resistiendo. Digo, el pueblo real. Con la frente en alto y el pecho erguido, aunque literalmente le esté lloviendo balas.

No hay que ser mexicano, docente ni estudiante para apoyar la denuncia de los maestros mexicanos, hay que ser tan solo humano y saber que la causa cuando es justa despertará la furia de los traidores y contra ellos tenemos que unirnos los que queremos cambiar el mundo por uno más justo.

 El México de pies descalzos sigue resistiendo, ni Estados Unidos por tenerlo de patio trasero ha podido con él. Y vemos entonces a los herederos de las Adelitas, de Pancho Villa, de Emiliano Zapata y de Lucio Cabañas gritar desde las calles enardecidas: ¡Viva México, cabrones!

 Y aunque el mundo guarde silencio y la mediatización pretenda esconder la impunidad, ese grito que revienta desde el río Bravo hasta el Usumacinta, que se explaya por los mares de aguas internacionales, es el llamado de la sangre que solo escuchan los que a pesar de 500 años de genocidio y saqueos se rehúsan a que América Latina sea vasalla de traidores vende patrias. Y se unen al rugido para que estalle en todos los rincones del mundo y que quienes no lo quieran ver lo escuchen: ¡Viva México, cabrones! ¡Viva México, aunque nos despedacen a metralla!

 No, no es el gobierno de Maduro masacrando venezolanos, es el gobierno de Peña Nieto masacrando mexicanos en resistencia y dignidad.

 Yo soy México, ¿y usted?

Fuente del articulo: https://cronicasdeunainquilina.com/2016/06/21/s-o-s-no-es-venezuela-es-mexico/#more-5158

Fuente de la imagen:http://questiondigital.com/wp-content/uploads/2016/06/mex-oaxaca-represion4.jpg

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La ineficiencia neoliberal

Alfredo Serrano Mancilla

La crítica más común al capitalismo viene casi siempre por la falta de justicia en su forma de repartir. El capitalismo parte de una premisa esencial: la concentración es la base para su patrón de acumulación. Actualmente, son 147 corporaciones las que controlan el 40% de la economía mundial según el estudio “La Red de Control Corporativo Global” (The Network of Global Corporate Control), publicado en la revista científica PlosOne.

Estas “súper entidades”, como así las denominan en el informe, son conglomerados que abarcan diferentes dimensiones del universo económico global (financiero, comercial, productivo, etc.) llegando a controlar hasta el 80% de las cadenas globales de valor. El 1% de la población mundial posee tanto dinero líquido o invertido como el 99% restante de la población mundial. 

Esta concentración es más avanzada de la que existiera en el siglo pasado. El neoliberalismo, basado en una economía financiarizada globalmente y fragmentada geográficamente en lo productivo, es el gran responsable de esta involución desigual. Sin embargo, el capitalismo neoliberal jamás presumió de ser justo. De lo que sí lo hace es de ser más eficaz que cualquier otro sistema económico. Sin embargo, sobre su eficiencia hay más de mito que de verdad. Veamos que pasó en el último año.

En el 2015, las empresas estadounidenses obtuvieron beneficios récord por un valor de más de 1,6 mil millones de dólares; de los cuales solo invirtieron el 31%. Dicho de otra forma: de cada 10 dólares que obtuvieron como ganancia, sólo se inviertieron 3, y los 7 restantes se acumularon en forma de patrimonio improductivo, ocioso, alejado de la economía real. 

Esos 7 dólares se quedaron descansando sin ganas de producir. Grandes ollas de dinero no destinadas a ninguna actividad económica. Una hucha cada vez más grande pero cada vez más ineficiente. Una suerte de abundancia inútil.

El actual capitalismo no es eficiente ni siquiera bajo sus propios criterios económicos. Acumula sin reinvertir. Pero además tampoco le gusta la competencia. Todo lo contrario. Cada vez más, existen gigantes corporaciones con alto poder de mercado impidiendo un verdadero grado de competencia.

Las barreras de entrada son múltiples (la tasa de creación de pequeña empresa en Estados Unidos está cerca de su nivel más bajo desde los años 70). Se dispone de mecanismos de expulsión de las pequeñas y medianas empresas en la mayoría de los sectores de mayor generación de valor agregado. 

Estamos en la era de las megafusiones entre corporaciones de alcance global. En 2015, las grandes empresas del mundo dedicaron 4,7 billones de dólares para comprarse entre ellas y crear conglomerados todavía más grandes (cifra récord en la historia mundial; un incremento de 42% frente al año anterior). Abusando de los eufemismos, a eso es lo que le llaman ser más competitivos. Lo que sucede realmente es que son más grandes porque se comen a las más chicas.

El capitalismo neoliberal no sabe cómo aumentar su tasa de productividad global. No sabe cómo afrontar una significativa parálisis de innovación tecnológica. No se generan nuevas fuentes de riqueza, ni de crecimiento económico. Así lo sostiene la tesis de “estancamiento secular” de Lawrence Summers (ex secretario de Tesoro de los Estados Unidos), que no ve ninguna manera de que la economía pueda reactivarse si no es través de burbujas especulativas. 

La economía de la deuda también se ha impuesto de manera ineficaz. Es un peso muerto que actúa como freno para crear riqueza. Los deudores ordenan el sistema económico solo para satisfacer a los acreedores, con tasas de interés usureras. La política monetaria lanza “billetes” en helicóptero para sanear cuentas de la banca privada, pero no a favor de inversiones productivas. 

Ni siquiera la última compra de deudas del Banco Central Europeo destinada a empresas no financieras servirá para reactivar la economía real porque solo pretende sanear balances contables intoxicados. La política fiscal restrictiva, recortadora de inversión pública, derechos sociales y empleo, también es clave en impedir que la demanda efectiva se recupere. El empobrecimiento salarial tampoco reactiva el consumo privado.

En un reciente artículo en The Economist, “Too much of a good thing” (Demasiado bueno), se señala que los altos beneficios pueden ser un signo de enfermedad debido a que cada vez existen más empresas expertas en extraer riqueza que en crearla, como sucede en los mercados monopólicos u oligopólicos. 

Anteponen la recompra-reventa a las inversiones productivas. El capitalismo prefiere trabajar lo mínimo para ganar lo máximo. Puede que esta dinámica sea considerada como eficiente desde la perspectiva de la maximización del beneficio de unos pocos privilegiados. Pero lo que no se puede afirmar es que sea eficiente en lo económico. Es ineficiente ambientalmente; es inútil para mantener una demanda estable; es infructuoso para crear empleo con salarios dignos; ineficaz para aumentar sostenidamente la productividad. La ineficiencia neoliberal es responsable de la actual adormecida economía real. Y además empobrece a las mayorías.

Fuente del articulo: http://actualidad.rt.com/opinion/alfredo-serrano-mancilla/210170-ineficiencia-neoliberal

Fuente de la imagen: http://www.correodelorinoco.gob.ve/wp-content/uploads/2016/06/Neoliberal.jpeg

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Domingo sangriento en Oaxaca: Lo que sabemos y lo que no

Blanca Heredia

De los terribles hechos ocurridos el domingo pasado en el estado de Oaxaca sabemos, con certeza, poca cosa.

Sabemos que desde el inicio de la semana pasada y en protesta por la detención de sus líderes más importantes, integrantes de la Sección 22 (CNTE) iniciaron un conjunto de acciones y movilizaciones de carácter violento. Entre estas: bloqueos en 10 puntos del estado de Oaxaca, uno de ellos en el crucero de la Hacienda Blanca que obstaculizaba las entradas y salidas de vehículos de carga a la carretera federal México-Oaxaca.

Sabemos que el bloqueo del crucero de la Hacienda Blanca resultaba especialmente sensible, pues limitaba la circulación de pipas cargadas con gas propileno de la refinería Ing. Antonio Dovalí Jaime. Ello, pues el personal de la refinería había venido alertando a las autoridades estatales que la instalación estaba al límite de su capacidad de almacenamiento y requería con urgencia descargar gas a fin de evitar que el muy considerable volumen de material inflamable acumulado en la refinería pudiese provocar un accidente de proporciones mayores.

Sabemos que las exhortaciones del gobernador Cué a los elementos de la CNTE a levantar sus bloqueos no tuvieron mayor efecto y que las mesas de diálogo entre representantes de la Coordinadora y funcionarios del IEEPO (Secretaría de Educación de Oaxaca) no habían conseguido ningún avance. Así, las autoridades toman la decisión de desplegar un operativo con policías estatales y federales el domingo pasado para dispersar a los manifestantes y liberar las vías bloqueadas por estos.

Sabemos que el operativo deriva en un largo conjunto de enfrentamientos entre integrantes y simpatizantes de la CNTE, por un lado, y fuerzas de seguridad, por el otro. A partir de un cierto momento, esos enfrentamientos se tornaron crecientemente violentos y según consta en fotografías y microdatos asociados, algunos elementos policiacos, quienes portaban armas, comenzaron a dispararlas.

Sabemos, finalmente, que muy tristemente en esos enfrentamientos perdieron la vida ocho personas, todas civiles y ninguna de ellas maestro/a en activo, y que resultaron heridos alrededor de 50 policías y más de 100 civiles.

Poco más o menos, eso es lo que sabemos con algún grado de certeza. Para entender y explicar lo ocurrido, carecemos, hasta el momento, de información clara y confiable sobre aspectos clave de lo ocurrido.

No sabemos, por ejemplo, si participaron activamente o incluso provocaron la escalada de violencia en los enfrentamientos del domingo pasado grupos ajenos a la CNTE, ‘infiltrados’ entre sus filas y vinculados directa o directamente con organizaciones guerrilleras o con otros grupos violentos. Básicamente, pues a pesar de menciones en medios, no contamos aún con evidencia cierta con respecto a su presencia, identidad y, en su caso, grado y nivel de participación.

No sabemos tampoco qué o quién provocó, en concreto, el tránsito del uso de gases lacrimógenos por parte de la policía al empleo de armas de fuego por parte de un grupo de ésta. No hay, además, claridad ninguna sobre cuántos y cuáles elementos policiacos dispararon, ni sobre quién se los ordenó.

No sabemos qué tanto de lo ocurrido el domingo pasado en Oaxaca fue producto de una terrible concatenación de hechos que se salieron de control o bien el resultado de actos deliberados provocados por sujetos o grupos interesados en escalar el conflicto y tensar la situación al máximo.

En suma, fuera del tiempo y espacio en el que ocurrieron los hechos, carecemos de respuestas mínimamente satisfactorias con respecto a aspectos claves de lo ocurrido, tales como: identidad de todos los actores relevantes involucrados; sucesión y concatenación específica de hechos; motivación de los actores; y modo específico de accionar de estos.

La escasez de información confiable y la confusión reinante, producto (en muchísimo) de la falta de una estrategia de comunicación gubernamental profesional y responsable, pero también de las notorias limitaciones de la mayoría de nuestros medios de comunicación para informarnos con oportunidad y con base en evidencia, ha contribuido a la feria de dimes y diretes de siempre.

En breve, fuera de unas pocas y muy valiosas interpretaciones útiles para ayudar a entender lo poquito que sabemos a ciencia cierta de lo ocurrido en Oaxaca el domingo pasado, el grueso de lo mucho dicho hasta ahora al respecto no ha ayudado a esclarecer nada. Ha servido sólo y sobre todo para reiterar creencias, prejuicios, filias y fobias preexistentes.

Sin una investigación a fondo y en serio por parte del gobierno federal, pero también de los que viven de informarnos, nos quedaremos igual que siempre. Es decir, con muertos y heridos a granel que terminarán siendo usados por actores políticos y sociales para avanzar sus propias agendas.

Fuente del articulo: http://www.mexicanosprimero.org/index.php/educacion-en-mexico/enterate/noticias-de-hoy/1571-domingo-sangriento-en-oaxaca-lo-que-sabemos-y-lo-que-no-opinion

Fuente de la imagen: http://media.imparcialoaxaca.mx/imagenes/large/576a91ffa20541a41dffb3ab.jpg

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No sólo por lo que serán mañana, sino por quienes son hoy

Julieta Guzmán

Hace un par de días me encontré con la siguiente cita, atribuida a Stacia Tauscher, “Nos preocupamos por lo que una niña o niño será mañana, pero olvidamos que ya es alguien hoy” (traducción mía). Creo que Tauscher expone muy claramente lo que pasa en muchas sociedades actualmente: nos preocupamos del porvenir de las niñas y niños, pero no les procuramos lo necesario para su desarrollo desde que nacen.

El desarrollo infantil es (o debe ser) un proceso continuo que despliega el potencial y habilita el pensamiento, la agencia y la voz de las niñas y niños en relación con la sociedad en la que viven y con el mundo. El desarrollo, en su sentido más amplio, involucra lo físico, la salud, lo cognitivo, lo socioemocional, la habilitación comunitaria y la identificación cultural específica. Este proceso requiere de una serie de apoyos para que cada niña o niño llegue a su máximo potencial.

Es crucial que estos apoyos lleguen a tiempo. En cuanto a la salud y nutrición, por ejemplo, sabemos que las niñas y niños deben comenzar a recibir seguimiento y apoyo desde la gestación. Pero ¿qué sabemos con respecto a la educación? ¿Cuándo deben empezar a recibir apoyo? Si consideramos que todos lo seres humanos comienzan a aprender desde que nacen y entendemos la educación como un proceso que apoya a los seres humanos para que tengan la posibilidad de seguir aprendiendo a lo largo de su vida, la respuesta es: la educación comienza el día uno de vida. Por ende, el apoyo debe comenzar a más tardar el día uno de vida con lo que se conoce como educación inicial.

No se trata de escolarizar a los bebés ni a sus cuidadores, sino de fortalecer las prácticas de crianza. La educación inicial debe entenderse como un proceso continuo e integral con fines educativos que involucra a todos los adultos cercanos a las niñas y niños (Jarillo, 2014). Lo que busca es que los adultos les ofrezcan experiencias de aprendizaje estimulantes y desafiantes, en un ambiente que resguarde su salud e integridad física y en el que se sientan apoyados y queridos.

Dado que las prácticas de crianza son tan diversas y múltiples como lo son las infancias, la educación inicial no debe ser prescriptiva. En cambio, debe caracterizarse por complementar y potenciar la educación que inicia en el entorno familiar, respetando la diversidad cultural, al mismo tiempo que propone procesos de calidad que favorecen el desarrollo integral de niñas y niños.

Las niñas y niños en cualquier momento de su desarrollo disponen de capacidades diversas que conforman el acervo de habilidades, construcciones y conocimientos con las que se desarrollan y comprenden el mundo. Por lo tanto, la educación inicial ofrece la posibilidad de una intervención oportuna de acuerdo a cada etapa del desarrollo.

Es un reto para la sociedad, así como para el Estado que la representa, garantizar que cada niña y niño –desde que nacen y a lo largo de su vida- reciba lo que requiere para desarrollarse y hacer efectivos sus derechos (a la vida, la salud, el desarrollo, la participación, la expresión y la educación) de manera integral, no segmentadamente y no de manera sucesiva.

Aunque nuestras niñas y niños comienzan a ir formalmente a clases en su primer día de preescolar, comienzan a aprender desde que nacen. Es necesario que cada vez se reconozca más y se brinde más apoyo al nivel inicial de educación. Estado y sociedad deben colaborar y encontrar la manera de coordinar las acciones de múltiples sectores a favor de las niñas y niños más pequeños, no sólo por lo que serán mañana, sino por quienes son hoy.

Fuente del articulo: http://www.mexicanosprimero.org/index.php/educacion-en-mexico/nuestra-opinion/item/no-solo-por-lo-que-seran-manana-sino-por-quienes-son-hoy

Fuente de la imagen: https://c1.staticflickr.com/9/8156/7341271816_9090846d99_b.jpg

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