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Comunidad del Saber

Por: Javier González Sánchez

 “Con mis maestros he aprendido mucho; con mis colegas, más; con mis alumnos todavía más”, dice un proverbio hindú.

El conocimiento no sólo se encuentra en los profesores, la manera de alcanzarlo no es a través de calificaciones y exámenes. Compartir el saber es la mejor forma de aprender. Pero existe mucha reticencia en el sistema educativo europeo a los cambios. Esto supondrá que muchos jóvenes se instruyan en un modelo que no les permite sacar todo su potencial.

Cada vez hay más docentes que intentan innovar en sus aulas. Incentivan la participación del alumnado tanto en las clases como en el desarrollo de la vida universitaria. Restan importancia a las calificaciones para dársela a otros factores como el trabajo en equipo o el esfuerzo por aprender. Los más reacios a los cambios defienden que estos profesores apoyan un modelo educativo que se sale de lo tradicional. Se trata de justo lo contrario. Lo que buscan estos métodos de enseñanza es la vuelta a los orígenes de las universidades, donde los alumnos no sean los únicos que van a aprender, sino también los maestros. Una vez obtenido el título de profesor muchos olvidan que se trata de una profesión en la que no sólo se trata de enseñar a los demás; el profesor se sumerge en un proceso constante de aprendizaje constante.

Universidad procede del latín universitas, en el latín medieval se utilizaba para designar cualquier comunidad de carácter colectivo. El significado que tiene en la actualidad este término no se introdujo hasta el siglo XIV. Con la transformación que han sufrido las universidades en las últimas décadas los estudiantes han perdido algo muy valioso: la sensación de sentirse parte de una comunidad.

María Acaso, profesora de la Universidad Complutense de Madrid, define al buen maestro como aquel intelectual que es capaz de transformar la universidad a través de la creación de pensamiento crítico. El modelo educativo que defiende Acaso intenta generar espacios académicos más individualizados. Se trata de volver al concepto de comunidad académica, que el profesor no sea el único poseedor de conocimientos.

Muchos alumnos se quejan de que sus profesores no saben sus nombres ni se interesan por ellos. Un profesor que de verdad quiere enseñar a un alumno lo conoce, tiene contacto con él para saber adaptar el trato y los métodos de enseñanza más adecuados.

Hay profesores que intentan mantener una relación cercana con sus pupilos y romper este mito de lejanía entre maestro y alumno. La mayor traba que encuentran es la masificación de las aulas. Es difícil que una sola persona pueda ofrecer atención personalizada a grupos tan numerosos. El número idóneo para que un profesor pueda atender las necesidades de todos los miembros de una clase se encuentra entre 30 y 35. En un aula lo normal es que tengan que enfrentarse a más de 70 alumnos.

Algunos universitarios están tan acostumbrados al modelo de calificaciones que cuando un profesor aplica nuevas técnicas reaccionan de forma negativa. Consideran al profesor como alguien duro e inflexible que les hace trabajar demasiado. El sistema educativo genera jóvenes demasiado sensibles a unas críticas que casi nunca reciben. El alumno universitario está acostumbrado a recibir elogios a través de números en un test. Un buen profesor no es el que más suspende, pero tampoco el que tiende al aprobado general. Un buen profesor es el que te da las bases para que desarrolles tu propio pensamiento. Como decía Santiago Ramón y Cajal, los golpes de un maestro no te hieren, “te esculpen”.

Fuente: http://www.opinionynoticias.com/opinioneducacion/26046-comunidad-del-saber

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Más del 25% de las flores se enfrentan a la extinción, muchas incluso antes de que sean descubiertas

Por: Luís Fernández

Los científicos afirman que la actividad humana podría significar el final para una cuarta parte de todas las plantas con flores, creándose un gran impacto en la cadena alimentaria.

Un estudio realizado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza* estima que más de una de cada cuatro de todas las plantas con flores se encuentran bajo amenaza de extinción, según el último reporte que confirma la continúa destrucción de gran parte del mundo natural por la actividad humana. Como resultado, muchos de los especímenes más coloridos de la naturaleza podrían perderse, incluso antes de que los científicos incluso puedan descubrirlas.

Otros resultados reflejan que uno de cada cinco de todos los mamíferos, casi uno de cada tres anfibios y uno de cada ocho aves son vulnerables a ser aniquilados por completo. Se estima que, a finales de este año, hasta 400.000 plantas deberán ser publicadas por la UICN como parte de su misión para evaluar el estado de toda la vida en la Tierra mundo.

Para realizar este estudio, los investigadores de la UICN comenzaron por llevar a cabo una revisión independiente de la cantidad de plantas con flores (que constituyen la mayor parte del reino vegetal) que existen. Teniendo en cuenta la velocidad a la que se están describiendo nuevos ejemplares por ciencia y ajustándolo para reflejar el creciente número de descubrimientos científicos en los últimos años, y entrevistar a los expertos que se centran en diferentes grupos, tales como orquídeas, lirios o pastos. El equipo calculó que en la parte superior de la “mejor estimación”; de las 352.282 plantas con flores existentes,  existe otra parte (entre el 10 y 20%, o 35,000-70,000), que todavía deben ser oficialmente descubiertas.

La segunda etapa consistió en evaluar el nivel de las amenazas de la pérdida de hábitat, debido a la tala de la tierra para la siembra de cultivos o árboles, el desarrollo, o causas indirectas como la caída de los niveles de aguas subterráneas y la contaminación. Utilizaron un estudio publicado en la revista “Especies en peligro” de 2008, que estima que una de cada cinco especies conocidas eran vulnerables a la extinción.  Si tomamos el número de especies que se conocen actualmente como amenazadas, y añadimos las que aún no se han descubierto, se puede estimar que; entre el 27% y el 33% de todas las plantas con flores se verá amenazada con la extinción.

Estas estimaciones se basan en la amenaza inmediata, y no tienen en cuenta un mayor desarrollo de los factores destructivos; incluyendo la alteración del clima. Sin embargo, la advertencia se produce durante un creciente reconocimiento internacional del valor del mundo natural para los seres humanos en la prestación de servicios a los ecosistemas, la protección contra inundaciones, medicinas, espacios espirituales y disfrute.

Las plantas son la base de gran parte de la vida en la tierra, con casi todas las otras especies dependientes de ellas, y si nos  deshacemos de ellas, nos estaremos deshaciendo de todas de las cosas por encima de ellas.

* http://www.iucnredlist.org

Publicado originalmente en: http://www.natureduca.com/blog/mas-del-25-de-las-flores-se-enfrentan-la-extinción-muchas-incluso-antes-de-que-sean-descubiertas/

Información de la imagen:  “Planta carnívora gigante, Nepenthes attenboroughii, está bajo amenaza de extinción -, junto con el 25% de todas las demás en la tierra. Fotografía de: cuidadodeflores.com

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La pedagogía castiza

VÍCTOR BERMÚDEZ TORRES/20/04/2016/

«Pese a mis muchos años de profesor, todavía no he averiguado qué diablos tienen que ver los exámenes con la educación. Cuando, por sufrirlos o incluso tener que hacerlos yo mismo, me olvido de lo que es aprender, recuerdo cómo lo hace naturalmente un niño, cómo investiga un científico, o cómo crea un artista».

Entre tanto se deroga, se reforma o se acaba de aplicar la LOMCE (la ley educativa del PP), vuelve el debate entre “nueva” y “vieja” pedagogía. La “nueva” pedagogía es aquella que, muy en general, aboga por una educación integral y diferenciada, se centra en los procesos de comprensión sobre los de memorización, refuerza el sentido lúdico y libre del aprendizaje, insiste en la educación en valores, y pone entre paréntesis los métodos de evaluación cuantitativos (tal como los exámenes típicos). De otro lado, la “vieja” pedagogía (aquella que representa la LOMCE) suele defender una formación formación estrictamente académica, competitiva y dirigida a la excelencia y el mérito profesional, comprende como piedra angular el esfuerzo y la disciplina del alumno, es muy parca con la educación en valores (el niño debe venir educado de casa, dice), y considera imprescindible la evaluación cuantitativa del rendimiento (exámenes, reválidas, etc.).

A la “vieja” pedagogía (que no es estrictamente “vieja”: muchos filósofos y pedagogos muy antiguos la rechazarían de plano) a mi me gusta llamarla “pedagogía castiza”. No ya solo porque reivindique una – idealizada –  tradición educativa (libre de pedagogías modernas), sino también por esa típica actitud prepotente suya que desprecia lo que, generalmente, ignora, a la vez que exhibe soluciones simplonas para problemas cuya complejidad apenas alcanza a concebir. A estos pedagogos castizos los leo y escucho desde hace muchos años, pero aún no he logrado coincidir con ellos… ¡Absolutamente en nada!

Hace unos días, alguien colgó en el tablón de mi instituto una entrevista a uno de estos antipedagógicos pedagogos. El titular remitía a unas palabras del entrevistado: “La escuela – decía – tiene que dar formación, no es un lugar donde enseñen la búsqueda de la felicidad”. El mensaje es contundente y tremendo. ¿Qué escuela podría ser esa que desvincula el aprendizaje de la felicidad del alumno? – pensaba yo –  La respuesta, me temo, está muy clara: una escuela consagrada, exclusivamente, a la formación académica y profesional. La educación del alumno como persona que busca ser feliz, o como ciudadano preocupado por su entorno, quedaría relegada al ámbito privado de la familia o al mundo extraescolar. Esta distinción (entre formación y educación) suele defenderse en nombre de la libertad del individuo para escoger sus propios fines y valores. Pero esto un profundo error. ¿Qué libertad tiene nadie sin esa educación en la pluralidad y la racionalidad que, no la familia, ni el entorno, sino solo la escuela – una escuela que eduque para la felicidad y la justicia, y no solo para el trabajo – puede garantizar a todos?

Tampoco logro coincidir con la insistencia en la disciplina y el esfuerzo. El deseo del hombre por saber es natural, decían los viejos filósofos. Observen a cualquier niño (y casi a cualquier animal superior) y se convencerán. No hay nada que nos guste (y necesitemos) más que observar, interpretar, discutir y entender lo que pasa a nuestro alrededor. Lo hacemos a cada momento. Gozamos de la vida, o de cualquier otra cosa, en la medida en que la comprendemos. Aprender y saber son, esencialmente, algo gozoso. Entonces, ¿cómo es que hay que imbuir en los aprendices toda esa “cultura del esfuerzo y la disciplina”? ¿Cómo es que, para tantos niños y adolescentes (y profesores), ir a la escuela parece ser un verdadero suplicio?

No es difícil responder a esto. Una escuela fundada en el logro de la excelencia académica, la competencia y el mérito es incompatible, no ya solo con la búsqueda de la felicidad, sino con el más simple de los gozos. ¿Qué niño puede aspirar a desarrollar felizmente su individualidad cuando tiene que perder su tiempo en competir con otros y malbaratar su talento para ajustarse a unos determinados estándares de excelencia (no elegidos ni relacionados, por lo general, con sus reales intereses)? ¿Qué niño podría entregarse gozosamente a la experiencia del aprendizaje si supiera que es permanentemente juzgado según “méritos” y “deméritos” que, además, no son suyos? (¿Qué mérito tiene alguien por nacer inteligente o rápido, o por ser más o menos voluntarioso o sumiso a tareas mecánicas que no entiende y a las que se aplica por pura debilidad? La respuesta es: ninguno. La idea de mérito carece de todo mérito).

Si vaciamos al aprendizaje de todo su sentido natural, si cambiamos el amor al saber por el adiestramiento útil, el desarrollo personal por la competencia en pos de unos logros predeterminados, la entrega desinteresada por la conducta vigilada, premiada y castigada… No hay, en efecto, gozo ni felicidad que valgan. Por lo que solo cabe (intentar) enseñar por la fuerza. El que no comprende ni comparte el valor de lo que hace, solo puede puede hacerlo (si es que eso es hacery no parecer que se hace) por fuerza de voluntad y disciplina marcial. Aunque con ello no aprenderá nada, por supuesto (salvo a disimular y conformarse). Dijo el filósofo Platón  – que recomendaba el juego y el placer como medios naturales para el aprendizaje –  que nada puede entrar en el alma de un hombre libre que le haya sido impuesto por la fuerza. ¿Aprenderemos alguna vez esto?

Pese a mis muchos años de profesor, todavía no he averiguado qué diablos tienen que ver los exámenes con la educación. Cuando, por sufrirlos o incluso tener que hacerlos yo mismo, me olvido de lo que es aprender, recuerdo cómo lo hace naturalmente un niño, cómo investiga un científico, o cómo crea un artista. El aprendizaje es una actividad desinteresada y apasionada, como lo es el amor. Pues bien, imaginen ustedes que les obligaran a cumplir un estricto horario de efusiones amorosas, y que, tras ellas, fueran examinados y evaluados por el profesor que las estuviera observando y juzgando. ¿Podrían dar, en esas condiciones, un solo beso genuino?…

¿Entienden ahora mejor – o más castizamente – por qué es imposible que un niño aprenda absolutamente nada (salvo a doblegarse y sobrevivir) bajo la – castiza – pedagogía de la LOMCE? Por suerte, hay otros muchos enfoques pedagógicos, con otros fines, y que demuestran cada día su eficacia, y no solo en Finlandia, también aquí, en centros pioneros de nuestra comunidad, y cada vez más. Esperemos que cuando toque  elaborar una nueva ley educativa, no nos olvidemos de esa “nueva” pedagogía.

Fuente del articulo: http://www.eldiario.es/eldiarioex/pedagogia-castiza_0_507450247.html

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Así explica Disney la desigualdad social: los ricos tienen problemas y los pobres son felices

Moha Gerehou/21/03/2016/El diario

Un estudio de la Universidad de Duke concluye que las películas de Disney sobrerrepresentan la riqueza, banalizan la pobreza y hacen ver que el ascenso económico depende solo del esfuerzo personal.

En ‘Aladdin’ se pone a la misma altura los problemas del protagonista, que roba comida para sobrevivir, con los de la princesa, aburrida por no tomar sus propias decisiones en su vida palaciega.

Una de las autoras del estudio alerta sobre la perpetuación de los mitos desde la niñez gracias a estas populares película.

En las películas de Disney, de los 67 personajes considerados como principales 38 encajarían en la clase alta, 11 en la clase trabajadora y tan solo tres serían considerados ‘pobres’, con Aladdin como principal representante de este colectivo en el universo animado. Un estudio publicado por investigadores de la Universidad de Duke hace este análisis sobre representación de la pobreza y desigualdad en estos filmes infantiles. Si nos ciñéramos a lo que vemos en estas películas y lo trasladáramos a la realidad, entenderíamos que: ser pobre no es un gran problema, trabajar es algo que siempre te hace feliz y, si eres una buena persona (o guapa) además de ambiciosa, llegarás a ser rico, porque la clase alta siempre te hará un hueco.

Analizar cómo muestra Disney a la sociedad no es algo nuevo en el mundo académico. Ariel Dorfman, en su libro ‘Para leer al Pato Donald’ desgrana los argumentos con los que concluye que el universo Disney ayuda -y mucho- al sustento del sistema capitalista, transmitiendo sus mensajes y valores en todos los niveles sin plantear perspectivas alternativas. También se ha relacionado a las películas del gigante de animación con la sociedad heteropatriarcal y la perpetuación de roles de género machistas.

Pero volviendo al enfoque socioeconómico, la sobrerrepresentación de la riqueza en estos cuentos es epecialmente llamativa, con personajes de dinero infinito como el Tío Gilito o princesas en castillos bañados de lujo como la Elsa de ‘Frozen’. La coordinadora del proyecto de investigación, Jessi Streib, tiene claro el mensaje que lanzan, y es la idealización de estas situaciones: «la desigualdad es benigna». Streib lamenta que se perpetúen los mitos alrededor de la desigualdad social a través de los ojos de los niños. En España,  un 30% de los niños (alrededor de 2,5 millones) viven en «riesgo de pobreza».

Un vistazo a algunas de las películas más emblemáticas de la factoría Disney, de las más antiguas a otras de nuestros días, muestran como en casi ochenta años de historia la percepción de estos amables dibujos prácticamente no ha variado.

Blancanieves y los siete enanitos

En la película de 1938, los pequeños amigos con los que convive la princesa acuden puntualmente a su cita laboral en una mina de diamantes como si fuera una de las tareas más divertidas del mundo. Ver a Gruñón, Feliz, Tímido y Mocoso cavar bajo las órdenes de Sabio mientras canturrean contrasta con la realidad traumática de lo que supone un trabajo así, especialmente en los yacimientos donde realmente hay diamantes: en África.

Por ejemplo, en este reportaje interactivo de la NBC se puede comprobar que la realidad dista mucho de lo mostrado en las historias de Disney. Ahí, los enanitos cada mañana salen cantando y silbando felices para volver de la misma forma sin un ápice de cansancio en sus cuerpos porque, según ellos mismos cantan, «es lo que nos gusta hacer».

El estudio critica esta visión idílica del trabajo, más cuando se trata de uno de los más criticados e inseguros del mundo. Además, es llamativo el contraste entre estos dos mundos, con los enanitos mineros atendiendo a la aristocrática Blancanieves que, encima, es la que tiene un problema por ser buena y bella.

Aladdin

Equiparar los problemas de las personas ricas y personas pobres es otro de los aspectos que señala el estudio como perjudiciales, un mensaje equivocado directo a las mentes de los más pequeños. En Aladdin la comparación es muy clara. El joven protagonista, pobre hasta el punto de tener que robar comida para sobrevivir, se enamora de la princesa Jasmine, aburrida de su vida palaciega.

Cuando se conocen y comparten sus historias y los sentimientos que les generan, ambos concluyen que se sienten «atrapados», uno por la pobreza y la otra por el poco espacio para tomar sus propias decisiones como «donde ir y cómo vestir». El estudio critica que se esté poniendo a la misma altura un problema de supervivencia con otro de gestión de la riqueza, minimizando así las dificultades derivadas de las cuestiones económicas.

Lo cierto es que situaciones de desigualdad social extrema como la que se representa en la película  Aladdín, acarrean cualquier cosa menos felicidad. Dos investigadores de Oxford y de la London School of Economics  han estudiado la relación entre desigualdad y felicidad para concluir que cuando una sociedad tiene brechas tan importantes, es en su conjunto mucho más infeliz.

Frozen

El caso del último gran boom de la factoría Disney sigue el patrón de otras películas que tienen como protagonista común a una mujer de clase alta, en este caso Elsa. Una vez más, desde el personaje principal -siempre con sus joyas- al resto de personajes de Frozen viven rodeados de riqueza, en grandes castillos y con vidas idílicas trufadas por grandes bailes, coronaciones y fastuosos paisajes.

Los problemas que les rodean tienen encaje en su clase socioeconómica, al estilo ‘pobres niñas ricas’. Con un estereotipo claramente nórdico, la idealización de estas vidas en las películas  suele ser criticada por la falsa imagen que transmiten en países con realidades muy distintas donde se visualizan estos filmes. Al menos, Frozen ha sido declarada como uno de los  pocos personajes femeninos no estereotipados en términos de género.

Ratatouille

A todos nos divirtió y emocionó la historia contada en  Ratatouille, como la rata Remy cumplía su sueño de ser chef, aunque fuera de una manera algo disparatada manejando a una persona que no se caracterizaba por su habilidad y destreza. No obstante, los orígenes de Remy muestran una familia pobre, que vive en el alcantarillado pero cuyas referencias a la pobreza están basadas solo en la mala calidad y sabor de la comida. De nuevo, la felicidad en el mundo de la pobreza se vuelve a representar como algo habitual, alejado del sufrimiento, de una forma banal.

Sin embargo, como explicaba en este medio el sociólogo Pablo Gracia, «en las sociedades postindustriales el origen social tiene un peso determinante sobre indicadores básicos de bienestar, como son el nivel educativo, la ocupación, el salario o la salud» y es casi imposible salir del estrato social asignado por la familia en la que se nade. «La reproducción de la desigualdad social tiene costes importantes […] Un país donde los grupos desfavorecidos no tienen las mismas oportunidades que los grupos privilegiados presenta claros déficits democráticos y de justicia social».

Así, la movilidad social se mide por el origen de «cuna» y no por la meritocracia,explican en Piedras de Papel. La exitosa historia de éxito de Ratatouille es casi imposible en la escalera social actual.

Cars

Esta película, en la que los coches toman vida, gira en torno al conocido Rayo McQueen. La desigualdad económica se muestra en el personaje Sally que [ojospoiler] termina enamorada del protagonista. Sally abandona una próspera vida de abogada por el estrés laboral que le produce y se traslada al pequeño pueblo de clase trabajadora, donde se concluye que la vida es mucho más fácil que en la ciudad cobrando una nómina importante. Para las autoras del estudio, surge aquí la equiparación de los problemas de los ricos y los pobres, llegando incluso a insinuar que la vida de pobre es la mejor. La realidad de la  mujer en medio rurales mucho menos idílica que la que representa la película.

El Tío Gilito

Un clásico del mundo Disney es el Tío Gilito, familiar del Pato Donald. Nunca ha destacado por su simpatía y, aunque en la factoría de animación nos hayan dicho que para llegar a rico hay que ser buena persona, nada en montañas de dinero que tiene almacenado. El signo del dólar se repite allá por donde va, independientemente del contexto en el que se encuentre y aunque aparezca junto a personajes como su propio sobrino, al que no se puede considerar rico precisamente.

El Tío Gilito, cuya existencia se basa en acaparar más y más riqueza, guarda paralelismos con las grandes fortunas españolas que aumentan año tras año, llegando a cifras mareantes. Aunque en cierta forma en Disney -que no se caracteriza por un humor especialmente irónico- parodian esta acumulación de riqueza, es una de las cuestiones que más problemas está causando en la sociedad actual. ONG como Intermón Oxfam llevan años advirtiendo de las graves consecuencias de la acumulación de riqueza en unos pocos, y organismos como el FMI avisan de que este desigual reparto lastra el crecimiento.

Fuente del articulo: http://www.eldiario.es/economia/Disney-engana-riqueza-desigualdad-pobreza_0_495900841.html

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Evaluación Censal de estudiantes: detrás de los promedios

ECE 2015

 

Lima, Perú /02 de marzo de 2016/ Teresa Tovar Samanez / Fuente: Tareainforma

 

La evaluación censal de estudiantes 2015 requiere una lectura más profunda. Destacamos brevemente dos aspectos:

  1. Crece la desigualdad. El promedio de estudiantes con aprendizajes satisfactorios en lectura es de 49.8%, que significa que se ha más que triplicado la cifra equivalente en el 2007.  No obstante, detrás de este logro hay un retroceso que no se visibiliza ni se muestra. En ese mismo período la desigualdad urbano/rural se ha más que duplicado, pasando de 15,4% a 36,6%. Al igual que la distancia entre escuelas multigrado y polidocentes, que pasa de 14,5% a 34,9% en el mismo período.

Con los aprendizajes en matemáticas sucedo algo parecido, con mayor índice de desigualdad aún. El promedio de estudiantes con resultados satisfactorios ha pasado de 7,2% el 2007 a 26,6% el 2015,  pero la brecha rural urbana creció de 4,0% a 16,8% y la brecha polidocentes y multigrado de 3,6% a 17,7%.

ECE 2015. COMPRENSION

 

ECE 2015. MATEMATICA

Las diferencias regionales muestran también la desigualdad. Moquegua y Tacna siguen estando en un extremo con 69% y 67% de promedio en lectura y Loreto en el otro con 13%. En Matemáticas Moquegua y Tacna tienen 45% y 53% frente a Loreto con 5,8%. Los departamentos con mejor performance siguen siendo los mismos de siempre: Moquegua, Tacna, Arequipa, Lima y Callao, que se ubican en la costa y tienen mayor ingreso per cápita y mayor inversión. Las regiones que “fracasan” también son las mismas: Loreto, Ucayali, Huánuco, Huancavelica, casualmente se ubican en sierra y selva, tienen menor ingreso per cápita y menos inversión educativa. En el intermedio hay algunas que con esfuerzo de gestión adecuada mejoran sus logros pero sin llegar a la punta: Pasco, Amazonas, Puno, Cusco.

Sin dudas, la desigualdad es una tendencia inherente al modelo educativo actual y no está siendo atacada como prioridad ni como meta. Los ministros y funcionarios hablan de la necesidad de elevar los aprendizajes pero no se plantean  cerrar las brechas de desigualdad,   ni rinden cuentas sobre esto.

 

  1. El mito de lo privado se derrumba. La migración de estudiantes de colegios públicos a privados no ha devenido en una mayor calidad. Ha ocurrido por la precarización y abandono de la educación pública, pero, dado que el “mercado” educativo se ha instalado desde Fujimori, la educación privada es muchas veces de muy mala calidad (salvo los colegios privados de élite). Por ello no es casual que La brecha en comprensión lectora público/privado disminuye pasando de 21.1% el 2007 a 16,2% el 2015. En matemáticas la brecha se invierte en favor de los colegios públicos, algo que ya se había visto en la evaluación del 2014 a nivel de Lima, pero que hoy se refleja en las cifras nacionales:

ECE 2015. MATEMATICA II

 

El modelo de mercantilización y lucro en la educación no genera calidad. Desvirtúa el servicio educativo y lo transforma de derecho en estafa. La escuela pública de mayor calidad preserva el derecho a una educación gratuita, accesible y de calidad para las mayorías que lo requieren.

La calidad no tiene sentido si no va acompañada de igualdad, y esta implica cerrar brechas socioeconómicas y culturales y fortalecer la educación pública.

 

 

FUENTES DEL ARTÍCULO:

http://tarea.org.pe/evaluacion-censal-de-estudiantes-detras-de-los-promedios/

 

FUENTE DE LA FOTO:

http://www.regioncajamarca.gob.pe/sites/default/files/noticias/imagenes/eeeeeeeeeeeeeeeee.jpg

 

PROCESADO POR:

Hans Mejía Guerrero

hans_mguerrero@hotmail.com

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Quién es dueño de tu Tiempo?

Carlos Nava Condarco/19/04/2016/ entorno inteligente

Globedia Venezuela / Administrar el tiempo es una cosa y otra diferente determinar quién es dueño del tiempo de uno. La diferencia entre ambas es la misma que existe entre Forma y Fondo.

Tiene, por supuesto, beneficios y perjuicios saber administrar el tiempo , pero el hecho de no ser dueño de él es condicionante definitivo de la realización del potencial humano. Cierto tamaño alcanza el hombre en la Vida teniendo potestad sobre su tiempo y otro cuando es la voluntad ajena quien lo domina.

Por muy desgastada que esté, la afirmación que sostiene que el Tiempo es el activo principal del hombre, su bien más valioso y el único recurso que no puede recuperar a medida que lo «gasta», sigue siendo una de las verdades más significativas del universo. Tiempo es Vida y Vida es Tiempo . Esta es una relación ontológica que explica las cosas más básicas e importantes de la existencia.

Todos los hombres llegan a este mundo con una medida determinada de tiempo que les corresponde administrar. En ello no hay más discriminación que la definida por los caprichos del destino y la duración de vida que cada persona tiene. Una hora de tiempo es el mismo «absoluto» para todos los seres, aunque sea relativa la interpretación y la vivencia que en ella se tenga.

Habitualmente el hombre goza de completa libertad para determinar el destino que impone a su tiempo, y en función de ésa decisión las personas se van diferenciando unas de otras. La diferencia no se da antes, se produce como efecto del curso que el hombre imprime en el devenir de su tiempo.

La primera y sutil decisión que el hombre toma cuando tiene voluntad propia es el grado de dominio y poder que ejerce sobre su tiempo. Absoluto dueño y señor de él no puede ser en el contexto de las exigencias sociales que soportan la dinámica de vida, pero el «grado» de control y poder que aplica es factor determinante en el carácter que tiene su existencia.

Lamentablemente, muchos convencionalismos sociales y premisas de «lógica o ética popular», condicionan desde temprano las decisiones que las personas toman sobre el dominio de su tiempo. Estos convencionalismos señalan que el camino «apropiado» para las personas está definido por la Formación de sus capacidades, destrezas y habilidades para desenvolverse «competitivamente» en la vida; condiciones que luego se someten al arbitrio del Mercado para maximizar las retribuciones.

Esta forma de pensar lleva 95 de cada 100 casos a la lógica de transar Tiempo por Dinero. Cuando son las capacidades, destrezas y habilidades, en forma de «materia prima», las que se transan en el Mercado, el tiempo que ellas demandan para su ejercicio es el que se termina negociando. En esta realidad se inscribe el 99.9% de los empleos y de los auto-empleos que la gente adopta como medio de sustento.

Se vive en un sistema de alcance mundial que esencialmente forma y prepara personas para que intercambien Tiempo por Dinero. En ello se basa la economía global, determinada por un grupo reducido de hombres que tiene clara la visión y un conjunto de «innumerables» que transita cansinamente el proceso de alcanzar metas y objetivos para el sistema. Estos «innumerables» venden su Tiempo y negocian condiciones con el mejor postor.

Hay un problema importante en esta lógica de gobierno universal; un problema para el individuo, para la persona: ¿cuánto vale el Tiempo?, o lo que es lo mismo: ¿cuánto vale la Vida? ¡Y ninguna respuesta alcanza a reflejar la realidad! Nadie puede asignar con facilidad un valor en dinero a su Vida. ¿Por qué entonces las personas terminan haciendo precisamente eso?

La respuesta se encuentra en la falta de Consciencia sobre el vínculo intrínseco que existe entre Vida y Tiempo: la Vida de las personas tiene el valor que se esté dando al uso de su Tiempo.

Cuando existen limitaciones al uso discrecional y libre del Tiempo, el valor de la Vida del hombre se reduce de manera proporcional. Cuando estas limitaciones están establecidas por otras personas, el valor de la Vida propia está determinada, entonces, por ésas otras personas: uno vale aquello que las otras personas «pagan» por el tiempo que uno les «alquila». Y si este mecanismo de «alquilar el tiempo» se sostiene a la vez por periodos largos, el «alquiler» concluye siendo una transacción patrimonial y la Vida del hombre que transa Tiempo por Dinero se convierte en la «propiedad» de alguien más.

Muchas personas caen en el engaño sutil de pensar que son dueñas de su destino a pesar que «alquilan» permanentemente su Tiempo. Se muestran tranquilas (y muchas veces satisfechas) al efectuar el cálculo del dinero que les significa ésa transacción y la manera en que ése dinero «cubre» las necesidades que tienen. Esa tranquilidad no proviene de un valor «mediocre» que le dan a sus vidas, es el producto de un largo proceso en el que han sido «anestesiados» para aceptar que la Vida es así. La familia y la sociedad le dicen al hombre que su vida se desarrollará en un laberinto de socavones como los que tiene una mina, y le enseñan a transitar esos túneles «con ventaja» para situarse, al menos, en aquellos túneles que brindan mayor «comodidad y cobijo». Luego, bien lo ha hecho quién con mayor habilidad ha transitado esas cavernas y ha terminado por situarse lo más cerca posible de la «superficie».

Todo tipo de Empleo y de Auto Empleo tiene estas particularidades: es una competencia que se lleva a cabo en túneles oscuros y estrechos que muy difícilmente llevan a la superficie. La persona que «alquila» su tiempo en un Empleo y se sujeta a lo que en este sentido dispone el Sistema tiene Dueño, debe reconocer Patrón. Y toda persona que invierte su tiempo en una tarea cuya retribución depende exclusivamente del tiempo personal que involucre en ella, tiene como Patrón a su propio oficio. En ambos casos, cuando se acaba el Tiempo se acaba el Dinero. En ambos casos las definiciones sobre la vida propia, son ajenas.

Para tener control de su Vida y su destino el hombre tiene que ser dueño de su propio Tiempo, debe ejercer soberanía sobre él. Y dado que en teoría no existe monto de dinero que pueda expresar el valor de una Vida, no debe negociar su tiempo (que precisamente es Vida) por monto alguno de dinero.

El dinero necesario para subsistir y adquirir todas las cosas transables que se desean, debe conseguirse por medio de la Venta de conocimiento, destrezas, servicios o productos, no «alquilando» el tiempo propio. Todas las personas tienen una Capacidad de Producción distinguida de los demás, todos tienen el potencial de producir algo de valor, y ése «algo» es el que debe transarse en el Mercado. Por supuesto que ése «algo» habrá demandado tiempo para ser desarrollado, pero ése tiempo tiene el carácter de una Inversión y no de un gasto. Es muy diferente Invertir tiempo en crear la Capacidad de Producción, que «gastarlo» en transacciones por dinero. Es más, en cuanto mayor sea el tiempo invertido en el desarrollo de la Capacidad de Producción, menor la probabilidad de tener que transar tiempo por dinero, dado que esto último se da con mayor frecuencia (al menos en teoría), cuando la persona no tiene capacidad de producir algo de mucho valor o cuando el valor se acerca sólo a su capacidad física.

En la realización eficaz de su Capacidad de Producción el hombre debe transar Resultados por dinero, debe «vender» (y ésta sí es una habilidad vital de «supervivencia»), aquello que sabe y que otro (s) precisa y está dispuesto a pagar. Estos Resultados pueden muy bien ser productos (ideas, bienes, consejos, soluciones, diseños, sistemas) u objetivos que deben alcanzarse. La persona debe administrar su propio tiempo para producir aquello que alguien más necesita y está dispuesto a pagar. No es el tiempo propio el que debe ponerse a disposición del Mercado, es el Producto de ése tiempo administrado a discrecionalidad el que se debe transar. De esta manera el «problema» con el Tiempo pasa a ser de «administración» (eficacia y eficiencia) y no de «propiedad». Lo que distingue así a una persona de otra es la habilidad que tiene de administrar apropiadamente su tiempo para producir aquello que se le demanda y no la capacidad de soportar y procesar la forma en que otro administra su tiempo.

Y los resultados de esto no se miden en la cantidad de dinero que finalmente se gana o acumula, se miden en la Calidad de Vida que se posee en el proceso de ganar ése dinero. No existe ningún tipo de calidad en una vida que se pone a disposición de los demás a cambio de dinero.

Es posible que en el proceso de intercambiar Capacidad de Producción por dinero en lugar de transar Tiempo por dinero, alguien concluya recibiendo al final menos dinero, pero a cambio habrá tenido control de su propia vida y posibilidad de vivirla distante del arbitrio de los demás. ¡Y eso finalmente vale mucho más que el dinero!

Ahora bien, es posible que alguien reciba finalmente más dinero transándolo por su tiempo que por su Capacidad de Producción, pero no es probable. Bien se sabe que en la vida todo es posible, por ello la dinámica del juego demanda trabajar sobre las probabilidades. En ése sentido siempre serán mayores las probabilidades de maximizar la acumulación de dinero si aquello que se transa para conseguirlo no demanda que se hipoteque la vida. En esta afirmación se reúnen todas las tesis vinculadas a las motivaciones del hombre y su productividad, todas aquellas que se resumen en una sencilla y diáfana verdad: produce más y mejor el hombre por disposición que por obligación.

Este es un asunto de premisas y no necesariamente de soluciones sencillas. Primero deben quedar claras aquellas premisas establecidas casi «tradicionalmente» en la vida y que son completamente incorrectas:

No es verdad que el único o mejor camino para obtener el dinero necesario para el sustento provenga de transar Tiempo por Dinero. ¡No es verdad!, por mucho que constituya parte de la ancestral sabiduría popular. No es verdad que el éxito en la vida (primero habrá que afirmar que el éxito tiene unidad de medida absolutamente personal), radica en Formar a las personas en ciertos conocimientos, habilidades y destrezas para que sean puestas a disposición del Mercado. No es verdad que el Empleo tradicional constituye el vehículo idóneo y por excelencia para transar ésa Formación en el Mercado. No es verdad que la «Carrera Profesional» exitosa esté representada por una historia de empleos que han consumido buena parte del Tiempo y de la Vida. Finalmente a nadie le interesa eso, ni siquiera a los sistemas que se han beneficiado en algún momento de ello. No es verdad que la única alternativa a todo esto sea desarrollar conocimientos en un oficio que se transe en el mercado sin dependencia de los demás. Este es el auto-empleo que conocen muy bien los abogados, los médicos, los odontólogos, etc., un sistema que sólo cambia de patrón y entrona al oficio como el dueño y señor del tiempo propio. No es verdad que todo esto se solucione o mejore por efecto de acumulación de Conocimiento, puesto que mucha gente con enorme Conocimiento está igualmente perdido en el circuito o incluso fuera de él, transando habilidades básicas de ése Conocimiento por un puñado de dinero. La Inteligencia es algo diferente al Conocimiento. La Inteligencia es la que orienta y explota el Conocimiento. Y la Inteligencia es la que se precisa para salir del circuito.

Pensar es algo diferente a Saber. El Pensamiento es el que orienta y explota el Saber. Y Pensar es lo que se precisa para salir del circuito.

¿Cómo se evita transar Tiempo por Dinero?: activando la Capacidad de Producción en lugar del tiempo. ¿Cómo se activa la Capacidad de Producción?: aplicando Inteligencia, en definitiva Pensando.

Le encanta al hombre la posibilidad de obtener respuestas sencillas, encontrar un «recetario» para todas las cosas que debe resolver en la vida, pero esta es otra premisa falsa de suyo propio. Nunca existen respuestas sencillas o ellas no son, al menos, las más valiosas. A pesar que tenga a su disposición todo el Conocimiento que la humanidad ha desarrollado en la historia, ésa respuesta que busca cada quién la debe encontrar en sí mismo. Ésa respuesta se encuentra PENSANDO, utilizando ésa capacidad con la que la naturaleza ha sido totalmente exclusiva, ése regalo del que la especie humana es la única destinataria. Ninguna otra especie puede Pensar, luego ¿para qué puede suponerse que el hombre tiene ésa capacidad?, ¿para transar su Tiempo físico por dinero? El hombre se acerca a las especies más básicas (y con desventaja) cuando propende a sostenerse en su capacidad física, y tiende a perfeccionar su esencia cuando acude a su intelecto.

Existe un pensamiento interesante que circula por ahí: «El dinero en abundancia se obtiene pensando, si no fuese así todos aquellos que cargan ladrillos serían millonarios». Mientras algunos observan el «agravio» que ello puede significar para quienes honestamente ganan su sustento con el sudor de la frente, otros entenderán que cualquier llamado a que la gente piense constituye un llamado universal.

Hace ya muchas décadas el Sr. Napoleón Hill nos decía: «Piense y hágase Rico». Para ésa afirmación el Tiempo no importa, porque lo trasciende, como pocas cosas en la Vida.

DATOS DEL AUTOR.-

Carlos Eduardo Nava Condarco, natural de Bolivia, reside en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, es Administrador de Empresas y Empresario. Actualmente se desempeña como Gerente de su Empresa, Consultor de Estrategia de Negocios y Desarrollo Personal, escritor y Coach de Emprendedores.

Es autor de los libros » El STRATEGOS y 23 Principios Estratégicos para la lucha en el Mercado. Aclaraciones indispensables de los conceptos de Estrategia, Negocio y Competencia «.

» El STRATEGOS y la Estrategia de Ventas. Cómo plantear y ejecutar la Estrategia para la lucha en el Mercado »

WEB: www.elstrategos.com

Facebook: Carlos Nava Condarco» El Strategos

Twitter: @NavaCondarco

El artículo ¿Quién es dueño de tu Tiempo? aparece completa en nuestro blog Comunidad de Emprendedores .

 

Fuente de la noticia: http://www.entornointeligente.com/articulo/8269565/Quien-es-dueno-de-tu-Tiempo

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Nuestra lucha por la Paz


 No podemos aceptar la Paz obligados por las bayonetas

Lo fácil es hablar de Paz si se quiere, como tanto se ha hecho, maquillar con lentejuelas filantrópicas la hipocresía de las maquinarias burguesas para la violencia y la muerte. Es fácil desgarrarse las vestiduras y sacar a pasear frases plañideras, con desplantes de ocasión mediática y “políticamente correctas”. Todos sabemos que el capitalismo es un sistema absolutamente antagónico a la Paz. Todos sabemos que bajo el capitalismo la Paz verdadera es imposible. No es lo mismo conquistar “treguas” que conquistar la Paz. Desde sus púlpitos mediáticos el capitalismo nos relata, a voz en cuello, su amor por la muerte, su pasión por la destrucción y su romance eterno con el belicismo serial. Y lo han convertido en un gran negocio.
Es el capitalismo quien financia millones de películas de guerra, millones de series televisivas empapadas en sangre y crueldad. Es el capitalismo quien “crea” avalanchas de asesinatos y canalladas televisadas con toda impudicia. La Paz no tiene lugar en la mentalidad burguesa porque el capitalismo es la violencia por definición. La andanada criminal que el capitalismo también pone en sus pantallas, disfrazada de películas de “ficción” o de “noticieros”, es tributaria del estereotipo ideológico que tiene su base concreta en una realidad ensangrentada y que supera a toda ficción. Nada tienen de “pacíficos”.

Como ha sido muy “jugoso” el discurso de la Paz a lo largo de la Historia humana, lo han ensayado los poderes hegemónicos con silogismos de todo género, sin faltar los extraterrestres ni losreconciliatorios. Es enorme la lista de los “tratadistas” sobre la Paz y, visto lo visto, el primer paso hacia la Paz debería ser desarmar a quienes atacan a los pueblos con todo tipo de armas, es decir, las armas convencionales, las no convencionales… y las armas de guerra ideológica (universidades, monopolios mass media, iglesias y antivalores burgueses).

Los revolucionarios deben se expertos en definir y construir la Paz socialista, sin entelequias y sin cursilerías. La paz no se merece las traiciones de los hipócritas que, incluso en mesas de negociación, mientras hablan de Paz, siguen saqueando a los pueblos, siguen explotando a los trabajadores, siguen depredando los recursos naturales y siguen financiando operaciones mediáticas golpistas. Los conocemos muy bien porque “por el engaño nos han dominado más que por a fuerza”. Ya basta.

No toda lucha anti-guerra es sinónimo de Paz. Si la Paz implica desarmar a los pueblos o negarles su derecho a “la crítica de las armas” estamos condenándonos a repetir errores terribles. Lo que necesitamos es una lucha verdadera contra la guerra imperialista. La paz por la paz misma es un callejón sin salidas en el que los pueblos avanzan hacia un encierro ideológico con consecuencias objetivas monstruosas.

Toda lucha contra la guerra (sea del tipo que sea) exige entender su naturaleza y sus características. Se trata de una lucha que requiere análisis dialéctico permanente. Nadie debe ignorar que el capitalismo es un serio peligro para la clase trabajadora y, por lo tanto, los trabajadores no pueden bajar la guardia ante ninguna de las ofensivas, objetivas y subjetivas, que padecen diariamente. Caracterizar la guerra como una ofensiva del capitalismo, apenas sirve para ver uno de sus aspectos que siempre son usados por los charlatanes de la Paz burguesa como naipes trucados contra los pueblos.

La construcción del socialismo no es, solamente, “una lucha por la paz”

No son pocos los señores, los señorones y los señoritos de la burguesía que se exhiben como luchadores por “la paz” mientras prosperan los grandes negociados de la guerra que es, ella misma, un gran negociado para sus negocios. Las guerras son el comercio por otros medios. El pacifismo burgués es un tóxico ideológico que se propaga con “facilidad” entre los pueblos gracias a la urgencia que en ellos habita por frenar el agobio, con todo género de violencias, que se despliegan en su contra. Es fundamental el análisis y la acción del proletariado con un programa socialista de paz que sólo tiene sentido si aporta tiempo, espacio y condiciones concretas para profundizar el socialismo.

Todo programa de paz que se desvincule de la lucha de la clase trabajadora, puede ser sólo fraseología burguesa muy perniciosa y sentimentalista para engañar a los pueblos con artimañas cursis útiles para dejar que la burguesía gane tiempo y posiciones. Es necesario protegernos de los juegos de palabras y los espejismos que les encantan a los reformistas y en los que, en apariencia, se abordan temas de “Estado” para justificar “programas de paz” que sólo enmascaran negocios subterráneos y reconciliaciones de ocasión en las luchas inter-burguesas. Nada debe distraernos de la lucha y de nuestro programa socialista científico. Toda palabrería de esperanza de “paz” burguesa es un engaño… la paz verdadera sólo existe cuando cesa la propiedad privada y las relaciones de producción capitalistas.

El gran circo del sentimentalismo pacifista que la burguesía despliega en sus escenarios mediáticos no debe silenciar a los pueblos ni debe anestesiar su capacidad crítica. La única verdadera garantía de Paz es la derrota del capitalismo. No son los pueblos, que construyen el socialismo, quienes ejercen la violencia. El capitalismo es la violencia en sí mismo. Es el proyecto socialista y científico una de las acciones más certeras y contundentes para inquietar la Paz que la humanidad anhela y ese anhelo de paz de debe ser realizado por los pueblos y no por sus enemigos. Los revolucionarios debemos integrarnos a toda iniciativa de Paz, ir a todo movimiento de masas a favor de la paz para defender un programa socialista y señalar el camino hacia su solución con acciones revolucionarias. Porque el problema no es la Paz, el problema sigue siendo la necesidad de terminar con el capitalismo y todas las guerras que despliega para seguir adueñándose de los recursos naturales, la mano de obra y la conciencia de los pueblos. El colmo es que el burocratismo, aliado con la burguesía, trata de engañar a los trabajadores haciendo pasar como “programa de social pacifismo” sus “acuerdos” de negocios. Hay que desarmar al capitalismo, principalmente de su arma suprema que es la “propiedad privada” y todo lo que usa para defenderla.

La defensa de la Paz en abstracto es siempre una manera de engañar a la clase trabajadora. La propaganda burguesa por la Paz que carece de contenido revolucionario, sólo sirve para inocular ilusiones, desmoralizar al proletariado y abonar confianza en la filantropía burguesa que no es más que saliva ornamental para cócteles diplomáticos de los intereses más beligerantes. La idea de la Paz es posible, sin contenido socialista y de espaldas a los pueblos, es una monumental mentira histórica que nos ha costado muchísimo.

No se trata sólo de ideas. Un programa por la Paz socialista debe ser dictado por el curso de la historia y de la lucha de clases; debe reflejar y expresar las necesidades históricas de la clase trabajadora. Debe proporcionar respuestas vivas y concretas. La Paz socialista no se opone, únicamente, a la guerra, no se limita a luchar contra los ataques burgueses y todas las locuras depredadoras de la barbarie imperialista en sus campos mercantiles de guerra. La lucha contra el pacifismo burgués es inseparable de la Batalla de las Ideas que, también debe derrotar a la ideología de la clase dominante y a todas las variedades del engaño con el que nos han derrotado, incluso, más que por la fuerza. Hasta no derrotarlos no estaremos en Paz.

Dr. Fernando Buen Abad Domínguez
Universidad de la Filosofía
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