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Enseñar y aprender en Cuarentena

Enseñar y Aprender en Cuarentena

Darío Rubén Toledo

Mucho se ha escrito; y circulan (como se ha hecho costumbre) memes, videos o placas en las redes sobre las nuevas realidades que ha generado la surgente e imprevista situación de enseñanza-aprendizaje, a la que todos nos hemos tenido que enfrentar y resolver. El impacto ha sido diferente en cada uno de los niveles educativos. La experiencia de cada nivel e incluso de cada docente y alumno develaron realidades antagónicas a distintas escalas. Las carencias se hicieron más visibles, lo mismo que las desigualdades. Un giro polítco-educativo importante son las decisiones que intenta llevar adelante el Ministerio de Educación de la Nación. Chocó con la fragmentación del sistema educativo nacional. Cada jurisdicción desnudó la ausencia de una política educativa nacional, que por décadas distó mucho de ser equitativa, lo que potenció las diferencias laborales, estructurales. En síntesis, el acceso igualitario a derechos, por carecer, entre otras cosas, de un Convenio Colectivo para la Docencia Argentina. La pandemia nos encontró diferentes. Ahora, entre todos luchamos igual con variadas herramientas y estrategias, pero luchamos. La comunicación por las redes y las clases virtuales son las vedettes de este momento crítico. ¿Cuánto se hizo para estar preparados pedagógica y tecnológicamente para educar, para capacitar, para dotar de infraestructura, para garantizar el acceso a todos y a lo ancho del país y en el mundo? La realidad responde por sí misma. Cada familia tomó conocimiento y posición, porque tiene a uno o a más hijos en el sistema. Porque papás y mamás deben enseñar y no solo educar. No pueden eludir el rol y el tiempo necesario. Porque cada alumno se encontró con la pantalla para hacer más cosas que hablar, mensajear o jugar. Y no es que hacían solamente esto, pero nunca tuvo tanto tiempo la escuela en las redes y en la TV. Porque cada docente llevó el aula a su casa, a su computadora o teléfono. Porque sin conocer a sus nuevos alumnos está aprendiendo a conocerlos y educarlos con nuevos recursos (si es que los tiene o tienen sus alumnos), incluso cuando no tuvo acceso a la capacitación o fue parcial esa formación. Pero alumnos y docentes se igualaron en contextos de pobreza y en falta de infraestructura. Antes del Covid-19, una de las soluciones posibles para mejorar la calidad educativa era incorporar la computadora y el teléfono celular a la educación. La discusión también, en torno a ello, era la educación enlatada y las recetas externas. Se planteaba (todavía se hace), si la escuela podía ser virtual y el rol del docente del siglo XXI. Hoy, lo ha comprobado hasta el más desentendido, que la socialización en la escuela es fundamental en la educación y que los contenidos no se aprenden de la misma manera y no se enseñan de la misma forma sentados y enfrentados a una pantalla. Lo dijo el Ministro de Educación “la escuela es irreemplazable”. El tiempo de trabajo y de educación desborda la vida cotidiana y confrontan con la vida familiar. Ésta, es desafiada por las variables de intereses individuales y de los tiempos personales. Los horarios de trabajo y estudio también son críticos. Se ampliaron. De golpe un maestro se dio cuenta de que no puede comunicarse con varios de sus alumnos y se desespera. Pero la comunicación o consulta de cada padre y de todos sus alumnos también lo desborda. Le insume más tiempo y le exige más trabajo. Un profesor que trabaja en varias escuelas, tiene que hablar con cada uno de sus alumnos y algunos padres y en diferentes escuelas, en aulas virtuales, grupos de Whatsapp que abarcan un territorio más amplio y con demandas en horarios disimiles. No todos pudieron poner reglas y límites que ordenen tiempos de consultas y devoluciones. Lo que sí sucede es que la corrección de trabajos se transformó en la corrección de pruebas cotidianas y el tiempo no alcanza. Conclusión, se trabaja más, mucho más. Esto también iguala a padres, docentes y alumnos. Y por supuesto de la capacidad virtual y del acceso a distintos medios tecnológicos que tienen los distintos actores. Acá nos igualamos. Todos sufrimos los cambios y la manera de acomodarnos, los que sabemos y tenemos y los que no sabemos y no tenemos. Resultado, el COVID-19, el mundo, la realidad, la globalización, el capitalismo, como quieran llamarlo nos distancia, aun estando cerca. No siempre la tecnología te acerca y hoy eso se palpa. Quien queda afuera no lo dice. Quien no puede entrar por propia impericia tampoco. Además, quien sabe y no quiere (son los menos). El presente es un desafío que muchos docentes, alumnos y padres ya enfrentan y ponen lo mejor de cada uno. Esto también nos iguala. Es bueno que el Estado Nacional marque el camino y que las provincias acompañen. No siempre fue así, sino, cómo se explica tanta fragmentación del sistema educación nacional. Mientras la educación está en marcha y los maestros y profesores sostenemos la escuela pública, pese al esfuerzo, todavía muchos no tienen garantizada la educación. Es una deuda del Estado Nacional y de cada una de las jurisdicciones. ¿Alguien tiene dudas de que los maestros serán considerados y valorados de otra forma, luego de la pandemia? ¿Las familias recuperaron espacio y protagonismo? ¿La institución escolar tomó importancia o nunca la había perdido? ¿Seguirá la escuela siendo la misma? Seguramente todo cambiará. Mientras la lucha sea contra la pandemia, la igualdad se tradujo en el compromiso renovado, en unión y voluntad para superarse. El resultado final no será lo más importante. Lo más importante será cómo seguimos después. Debemos garantizar el derecho a la educación para todos y defender la educación pública nacional, que por décadas distó mucho de ser equitativa, lo que potenció las diferencias laborales, estructurales. En síntesis, el acceso igualitario a derechos. La pandemia nos encontró diferentes. Ahora, entre todos luchamos igual con variadas herramientas y estrategias, pero luchamos.   Darío Rubén Toledo. Sec. Gral de CISADEMS, Santiago del Estero- Argentina Acerca de Clio Comu

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Este artículo «Enseñar y aprender en cuarentena. Dario Rubén Toledo» se ha publicado originalmente en: https://revista.elarcondeclio.com.ar/ensenar-y-aprender-en-cuarentena-dario-ruben-toledo/?fbclid=lwAR1JtyPEPEpbSiehLYKRcZdxHZeoLdX1v7ACgnRADm3hEen18sMtwL43bGY.Si va a utilizar este texto cite la fuente: revista.elarcondeclio.com.ar
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Fuente de la Información: https://revista.elarcondeclio.com.ar/ensenar-y-aprender-en-cuarentena-dario-ruben-toledo/?fbclid=lwAR1JtyPEPEpbSiehLYKRcZdxHZeoLdX1v7ACgnRADm3hEen18sMtwL43bGY

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Retornar a la actualidad(-19): novedad y malestar

Retornar a la actualidad(-19): novedad y malestar

Una reflexión pedagógica sobre la presencia del COVID-19

Por: Cristo I. Mahugo

Resulta cómodo (a priori) ensimismarse en las retóricas informativas que sacuden, desde hace algunas semanas, nuestra actualidad: la presencia del COVID-19. Así, encontramos un soberano bombardeo de datos e informaciones horneados en las redes sociales y los mass media. Con tal colapso sensorial de información (?), parece difícil encontrar ese tiempo que nos permita indagar (más que leer como acto fisiológico) y contrastar (más que adaptarse a las informaciones por comodidad o ideología) toda esa vorágine expositiva. Curiosamente, debemos recordar el estricto significado del término «confinamiento» (de confín, confināre): «desterrar a alguien, señalándole una residencia obligatoria» (DRAE, 2014). Es este destierro el que está generando una parálisis social (económica, laboral) a la par que una inquietud personal (preocupación, nerviosismo); sobre esta ecuación (parálisis e inquietud) parece estar configurándose una novedad: una situación global no experimentada anteriormente.

Como hemos mencionado, con tal vorágine expositiva parece fácil conceptualizar pensamientos de un presente no-deseado (es decir, un deseo por retornar a un pasado, a «una supuesta normalidad»). El conflicto intrínseco que subyace en esta formulación estriba en esperar volver a un futuro retornando al pasado; dicho de otra forma, pensar que después del COVID-19 todo volverá a ser como antes (peligroso pensamiento que nos hace olvidar que la novedad de nuestro presente no pueda provocar otra novedad futura). Vamos a entender por «novedad» (del latín novĭtas, -ātis) aquella situación (conjunto de circunstancias) caracterizada por «[…] un estímulo que se presenta por primera vez, o que no se ha presentado en mucho tiempo» (Doron & Parot, 2008: 398); también como «cambio producido en algo», «suceso reciente» o, más en desuso, «extrañeza» (DRAE, 2014).

La intención relevante aquí es procurar hablar sobre esta novedad (el COVID-19 y sus consecuencias) desde un plano distinto —o esa es nuestra intención— y complementario a los planos que observamos últimamente: el sanitario, el político o el económico, entre otros. Para ello, las premisas desde las cuales iniciamos nuestro análisis parten de elucubrar «la novedad como ruptura», por una parte, y «la novedad como aprendizaje», por otra. Así, nuestra actualidad (los actos del tiempo presente centrados en el COVID-19) requieren ser observados e intervenidos desde nuestra temporalidad; también —aquí nuestro propósito— hacerlo desde nuestra «extemporaneidad»: provocar un acto intelectual (un pensar) más centrado en analizar elementos no tan protagónicos de nuestra actualidad pero que tiene como objetivo «retornar» a dicha actualidad para invitar a nuevas cuestiones, planteamientos o concepciones.

La novedad como ruptura (del latín ruptūra) implica la aceptación de unas vivencias (sociales, individuales) no vivenciadas anteriormente: un contagio vírico cuya «brusca presencia» sobre el escenario ha provocado su súbito protagonismo. Una presencia que está provocando nuestra «virginidad sociopolítica» por desbordamiento y descontrol (he aquí su ruptura). Un desbordamiento propio de nuestras formas habituales y racionales (?) de entender el funcionamiento ‘ordenado’ de las cosas (sociedad, estado, economía) y nuestra «temporal incapacidad» para abordarlo; y un descontrol que no viene solamente producido por ese desbordamiento, sino por un lejano sentimiento del individuo que nos evoca fragilidad (un virus que nos recuerda nuestra inconsistencia) y futilidad (un virus que no solamente nos puede matar, sino que consagra lo perecedero de la vida: la ansiedad del morir [Tomás-Sábado, 2016]).

La novedad como aprendizaje implica —en concordancia con la ruptura— un proceso más largo y complejo. Entre las características intrínsecas del aprendizaje destacan la adquisición, la vivencia del cambio, la interacción y, no olvidemos, la memoria. La agresiva presencia del COVID-19 en escena parece «haber interrumpido» el «normalizador» proceso de funcionamiento; he aquí donde encontramos una doble identidad del deseo: desear que llegue el ‘futuro normalizado’ (el que vivíamos anteriormente a la aparición del COVID-19) y desear que termine el ‘presente anormalizado’ (cabe destacar dos cosas: una, parece que es poco probable esperar un futuro —después del COVID-19— similar al pasado (Pisarello, 09 abril 2020); dos, cabría —dentro de tanto análisis— cuestionar el supuesto ‘pasado normalizador’). Visto así, el principal aprendizaje sería el deseo de olvidar este presente cuanto antes. La cuestión es, ¿es esto, en sí mismo, un aprendizaje?

Por eso mismo, nos parece relevante una mirada extemporánea de nuestra actualidad con la finalidad de aportar contenido pedagógico a la misma. Es indispensable, desde esta mirada, entender el «carácter traumático» (del gr. τραῦμα) de nuestro presente; esa herida que se ha abierto en nuestra cotidianidad social y que debe contemplarse (ésta es nuestra propuesta pedagógica) desde un doble eje argumentativo:

a) La herida no debe ser olvidada (el papel de la memoria): La herida que está ocasionando el virus puede etiquetarse como desgarradora; basta con mirar los datos, el elemento cuantitativo habla por sí solo: en el mundo el número de personas contagiadas ronda 1.614.951 (Ministerio de Sanidad, 12 abril 2020) y de personas fallecidas en España 16.972 (idem). Se observa que el elemento cuantitativo es contundente. Lo destacable en este punto es que el anhelo de pisar un futuro (recordemos, deseablemente normalizador) puede generar —debido al deseo de normalizar(nos)— un olvido paulatino de nuestro presente virilizado. Si en un futuro no se realizan distintos esfuerzos políticos, ciudadanos y educativos por extraer aspectos que nos permitan repensar «lo sucedido» (la parálisis social y global, las inquietudes laborales, el nerviosismo financiero, la congestión económica, la solidaridad ciudadana), es muy probable que el olvido vaya pausadamente asentándose y cristalizando un recuerdo que se recordará como anecdotario. El peso del aprendizaje recae en la latente memoria de la voraz letalidad a la que las personas (unas más que otras) estamos expuestas, en las amplias acciones realizadas para sobrellevarlo y superarlo y, finalmente, en cuestionar con seriedad y rigor el supuesto orden social establecido (donde la discusión directa con el sistema capitalista y la doctrina neoliberalista es obligatoria).

b) La herida debería provocar una nueva experiencia (o unas experiencias) en el aceptado panorama mundial (el papel de la vivencia del cambio): Entre los aspectos más expuestos durante las últimas semanas cabe reseñar uno: la gran fragilidad del ser humano —ante fenómenos no conocidos ni controlados, en este caso— se acompaña de la igualmente fragilidad del sistema capitalista (Duch, 26 feb. 2020) para mantenerse y responder con solvencia a los intempestivos riesgos acontecidos (entendemos que no ubicaremos nuestra atención sobre este aspecto pero resulta imprescindible mencionar el carácter desigualitario y agresivo que tiene el capitalismo [Lessenich, 2019]). Nuestra estructura socioeconómica, vendida como racional y sólida, debe ser seriamente cuestionada. Y este no es solamente un cuestionamiento de un grupo de personas afines ideológicamente que critican el capitalismo y pronostican la caída del mismo (tarea nada sencilla), sino también averiguar qué existe de capitalista en uno mismo; en esa «subjetividad capitalizada» que condiciona nuestra forma de ver el mundo (Illouz, 2019). La vivencia del cambio implica postularse en defensa de nuevas texturas del mundo, en exigir(se) una reflexión compartida y, sobre todo, en llevar la radicalidad del pensamiento hacia el malestar (es decir, hacia aquellas personas —cercanas o no— que conviven con la pobreza diaria, la hambruna o la muerte como compañeras, entre otras cosas). Es en este giro conceptual hacia el malestar donde encontramos la humanización del pensamiento, y no solamente la personalización del mismo. La vivencia del cambio permanece como aprendizaje (eso defendemos) cuando se acerca a los «modos de estar» más desfavorecidos (consecuencia mayormente debida, a nuestro juicio, de la estructura global); y, aunque resulte incómodo aceptarlo, dichos modos ya estaban antes de la presencia del COVID-19 y, desgraciadamente, es muy probable que sigan estando después del mismo (o, incluso, empeoren).

Nuestra reflexión pedagógica enraiza su análisis sobre tres entidades conceptuales: la novedad (lo presente), el malestar (lo pasado y lo presente) y el porvenir (lo futuro). La novedad como un presente no vivido anteriormente bajo la formulación virilizada que está congestionando nuestra actualidad; el malestar porque, en la búsqueda de un tiempo futuro más justo y sostenible, la centralidad de una «vivencia del cambio» debe nacer desde la marginalización de unos modos de vivir impuestos mayormente por la mano del capitalismo; y el porvenir por no olvidar las heridas que la presencia del COVID-19 ha traído: alto número de personas fallecidas (gran parte han sido personas mayores), las fragilidades (que algunos grupos pagarán más que otros) de un aparente sistema socioeconómico racional y único o el desmenuzamiento de la imagen íntegra de la política europea (García Ballesteros, 09 abril 2020).

Quizá, el epicentro de nuestro aprendizaje empiece por aceptar, como decía Freire (1996: 108), que al «[…] negar la historia como juego de destinos seguros, como dato dado, […] se reconoce la importancia de la decisión como acto que implica ruptura, […] de la intervención crítica de los seres humanos en la reconstrucción del mundo», y termine por asimilar —desde los modos de (mal)vivir presentes— diferentes modos de pensar política y pedagógicamente el mundo.

Referencias
Anders, V. et al. (2001 – 2020). Etimologías. Recuperado de http://etimologias.dechile.net [consultado en marzo 2020].

Diccionario de la lengua española [DRAE] (23ª edición, 2014). Recuperado de https://dle.rae.es.

Doron, R. & Parot, F. (2008). Diccionario AKAL de Psicología [Juliette Fabregoul, B. & Arbesú Castañón, A., trad.]. Madrid: Ediciones AKAL (616 págs.).

Duch, G. (26 febrero 2020). El virus del libre mercado. Que un diminuto coronavirus haya acorralado al capitalismo globalizado tiene un punto poético. Revista Ctxt [rescatado de https://ctxt.es/es/20200203/Politica/31105/Gustavo-Duch-coronavirus-COVID-19-capitalismo-China-peste-porcina-africana.htm].

Freire, P. (1996). Política y educación. México: Siglo XXI (132 págs.).

García Ballesteros, J. (09 abril 2020). ¿Tiene futuro la actual UE? Rebelión [recuperado de https://rebelion.org/tiene-futuro-la-actual-ue/].

Illouz, E. (2019). Capitalismo, consumo y autenticidad. Las emociones como mercancía. Madrid: Katz Editores (293 págs.).

Ministerio de Sanidad (consultado 12 abril 2020). Situación de COVID-19 en España [en https://www.mscbs.gob.es/profesionales/saludPublica/ccayes/alertasActual/nCov-China/situacionActual.htm | https://covid19.isciii.es/].

Lessenich, S. (2019). La sociedad de la externalización (Alberto Ciria, trad.). Barcelona: Editorial Herder (232 págs.).

Pisarello, G. (09 abril 2020). El mundo que resultará de todo esto. Nueve retos para un tiempo de pandemias. Revista Ctxt [recuperado de https://ctxt.es/es/20200401/Firmas/31866/coronavirus-crisis-retos-pandemia-mundo-consecuencias-capitalismo-gerardo-pisarello.htm .

Tomás-Sábado, J. (2016). Miedo y ansiedad ante la muerte: Aproximación conceptual, factores relacionados e instrumentos de evaluación. Barcelona: Herder Editorial (200 págs.).

 

Autor: Cristo I. Mahugo

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Entretenimiento científico para lo que queda de cuarentena

Por: María Marín Pérez

Desde que se anunció el cierre de las escuelas y, unos días más tarde, las medidas de confinamiento, los grupos de Whatsapp se llenaron de recursos del tipo «721 actividades para hacer en casa con niños». Si te apetece que se diviertan con experimentos científicos adaptados a su edad, aquí puedes encontrar propuestas que van desde jugar con medusas en el salón de casa a sumergirte en el océano; construir un arcoiris de agua y miel o jugar al bingo con figuras geométricas.

Conviértete en un insecto

Aprovechando que los niños saben utilizar los smartphone como si llevasen con ellos el mismo tiempo que los adultos, una aplicación del Real Jardín Botánico de Madrid, llamada Polinizapp, los transportará durante un rato a un ecosistema diferente lleno de insectosflores y semillas.

En este juego, el niño se convierte en un insecto polinizador cuyo objetivo es conseguir alimento (polen y néctar) y generar puntos (semillas) en diferentes escenarios de juego. Además, tiene que solventar diferentes amenazas, que pueden debilitarlo e incluso causar su muerte y el final del juego. Así, aprenderá todo sobre el proceso de polinización de las flores en la naturaleza.

Polinizapp para niños

Aplicación móvil Polinizapp para niños. / Real Jardín Botánico

Hay una medusa en mi tablero

La proliferació de las medusas en los últimos años ha generado mucha alarma en los bañistas, especialmente en los más pequeños que saben poco sobre esos organismos gelatinosos. Por eso, te proponemos este juego de mesa para acercarte a ellas y conocer (esta vez sin riesgo de picaduras) a estos seres que  tienen una función clave en el funcionamiento de los ecosistemas marinos.

Está cargado de preguntas para niños con imágenes y explicaciones de las miles de especies que hay en los océanos. Solo tienes que leer las instrucciones y descargar el tablero, y las preguntas, con versión para niños y adultos.

Con la aplicación Polinizapp, los niños se transportan a otro ecosistema y aprenden sobre el proceso de polinización.

Conoce el mar desde casa

El Institut de Ciències del Mar del CSIC lanza “El Océano en casa”, una iniciativa en línea para conocer los organismos más desconocidos del océano o comprender los procesos que rigen sus ritmos, entre otras actividades. Con recursos especialmente pensados para un público infantil, plantean actividades como concursos, experimentos y enigmas. Además, cada semana habrá la posibilidad de sumarse a actividades en directo.

Resuelve un misterioso asesinato

Convertirse en explorador es siempre un buen plan para la cuarentena. Por eso, el CSIC, junto con la Universitat de València, el Jardí Botànic de Valencia y la FECYT, ha creado el juego on line “Misterio en el Botánico”. En él se inspecciona cada personaje que hay en la imagen, investigar sus movimientos y rastrear cada objeto. En definitiva, deberás aplicar tu conocimiento botánico para resolver un misterioso asesinato.

Juego Misterio del Botánico

Juego Misterio del Botánico para niños. / CSIC

Un paseo por el laboratorio

Durante la cuarentena, muchos se han lanzado a las redes para compartir sus ideas. La cuenta de Instagram @diverbichillos, creada por la madre de dos niñas de tres y seis años, ha colaborado con un e-book gratuito repleto de experimentos para hacer en casa con material que habitualmente tenemos en los hogares o que se pueden encontrar fácilmente en los supermercados.

Puedes descargar gratis 50 experimentos para hacer en casa material que se encuentra en el supermercado.

Entre otras cosas, podrás hacer nieve artificial con bicarbonato y agua, plastilina casera con harina y aceite, un arcoíris de agua con miel o arena cinética con harina y suavizante.

También podrás implosionar una lata, crear un submarino o hacer un termoscopio casero, el canal de Youtube ‘Museo virtual de la ciencia del CSIC’ te explicará paso a paso cómo hacerlo.

En el portal educativo ÁrbolABC.com también puedes encontrar muchos experimentos caseros para hacer con los niños, desde slime hasta un huevo que bota, pasando por una lámpara de lava.

¿Quieres más dificultad y más ciencia? ¿Crear un arcoíris en tu habitación, montar un microscopio casero con un puntero láser o descubrir el funcionamiento de la fibra óptica? El CSIC, con la colaboración de la FECYT, ha elaborado diez fichas de experimentos para que los más jóvenes de la familia se conviertan en científicos durante unos días.

Recuerda que todos estos deberán hacerse bajo la supervisión de un adulto.

Explora el universo

El cosmos es una fuente de descubrimientos a todos los niveles. El proyecto “UNAWE – Explora el Universo” nació en 2005 para que los niños de cuatro a 10 años tuviesen un primer contacto con el universo que fuese muy especial para ellos, mediante juegos y diferentes actividades interactivas.

Con este proyecto, los niños pueden disfrutar de la astronomía a través de adivinanzas que pueden descargarse en su web, simulaciones interactivas de la Luna y la Tierra, cuentos y poesías con los que conocer las estrellas o los astrónomos, juegos sobre planetas o las estaciones del año, dibujos para colorear planetas, entre otras muchas actividades.

Historia en el cine de casa

Protagonizado por personas con discapacidad, este cortometraje de humor pretende desmotar falsos mitos relacionados con las tareas de la arqueología, la coincidencia temporal con los dinosaurios o cómo se repartían los cuidados en las comunidades durante la prehistoria.

Si sois más de documentales que de juegos, en Netflix podrás encontrar la vida de Jane Goodall o reflexiones sobre el calentamiento global

Otros cortometrajes del portal CSIC kids nos cuenta, con dibujos animados, cómo descubren los fósiles los arqueólogos o de qué están hechos los seres vivos.

Si lo que os gusta en casa son los documentales o las series, en la plataforma Netflix podrás encontrar la vida de Jane Goodall en “Jane”, los rituales de apareamiento de los pájaros en “Bailando con los pajaros” o “Nuestro Planeta”, una miniserie que invita a sumergirse en la belleza de la naturaleza y a reflexionar sobre el impacto del calentamiento global.

Un cómic para explorar la Tierra y el Mar

El Institut de Ciències del Mar ha creado un libro ilustrado, llamado “De tierra o mar”, con el que compartir con los lectores una gran aventura: el descubrimiento del océano con dos protagonistas, Anna e Iñaki. Estos viajeros nos mostrarán las diferencias y similitudes entre el medio terrestre y el marino.

En tierra irán caminando, con vehículos o con avionetas. En el mar harán desde snorkel hasta submarinismo. El lector podrá ver diferentes organismos, descubrir sus procesos vitales y las relaciones entre ellos y el medio, así como observar ambientes y paisajes.

Cómica 'El gran viaje del plancton'

Cómica ‘El gran viaje del plancton’. / CSIC

Para los más pequeños, hay otro cómic con el que podrán conocer también la vida en los océanos. “El gran viaje del plancton” es una iniciativa de CSIC protagonizada por tres especies marinas.

Tabmién en el área de lecturas, el Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid ha escrito un cuento llamado Rosa contra el virus, un cuento con el que explicarle a los pequeños este y otros muchos virus de la forma más sencilla y clara y gestionar sus emociones. Al final del mismo, propone algunas actividades, como canciones o dibujos, que les ayudará a llevar el confinamiento mucho mejor.

Más lecturas interactivas

Si también estás interesado en leer sobre curiosidades, aprenderás por qué estallan las palomitas, por qué los flamencos son rosas o por qué huelen las flores con las actividades interactivas de la web ÁrbolABC.com.

Es un libro para leer juntos padres e hijos, en el cual los conceptos científicos se mezclan con el entretenimiento. En él descubriréis el mundo de los océanos a través de cuentos para los más pequeños y juegos para los más mayores. Se puede descargar gratuitamente

El bingo científico

Si en casa sois de juegos tradicionales, esta será la opción definitiva: un bingo para conocer e identificar las diferentes figuras geométricas.

Si todavía os quedan fuerzas para seguir jugando, el CSIC tiene un apartado en su propia web dedicado a los niños. En él, podrá encontrar juegos donde conocerán a Newton al mismo tiempo que colorean, profundizarán en los colores mientras experimentan con un test o aprenderán de guisantes mientras ven una película.

AGENCIA SINC

Fuente e Imagen: https://www.agenciasinc.es/Reportajes/Entretenimiento-cientifico-para-lo-que-queda-de-cuarentena

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El coronavirus despierta en nosotros lo humano

Por: Lonardo Boff

A partir de la coyuntura actual, creada por la pandemia global y mientras dure la misma y sus efectos, mantendremos esta columna en Acento: Pandemia y aprendizajes, en la que publicaremos textos de escritores, escritoras, dominicanos, latinoamericanos, caribeños o de otras latitudes, que nos ayuden en la reflexión científica, filosófica, sociológica, humanística o económica del momento por el que atravesamos. La iniciamos con un brillante trabajo del teólogo y filósofo brasileño Leonardo Boff.

La pandemia del coronavirus nos obliga a todos a pensar: ¿qué es lo que cuenta verdaderamente, la vida o los bienes materiales? ¿El individualismo de cada uno para sí, de espaldas a los demás, o la solidaridad de los unos con los otros? ¿Podemos seguir explotando, sin ninguna otra consideración, los bienes y servicios naturales para vivir cada vez mejor, o podemos cuidar la naturaleza, la vitalidad de la Madre Tierra, y el «vivir bien», que es la armonía entre todos y con los seres de la naturaleza? ¿Ha servido para algo que los países amantes de la guerra acumulasen cada vez más armas de destrucción masiva, y ahora tengan que ponerse de rodillas ante un virus invisible evidenciando lo ineficaz que es todo ese aparato de muerte? ¿Podemos continuar con nuestro estilo de vida consumista, acumulando riqueza ilimitada en pocas manos, a costa de millones de pobres y miserables? ¿Todavía tiene sentido que cada país afirme su soberanía, oponiéndose a la de los otros, cuando deberíamos tener una gobernanza global para resolver un problema global? ¿Por qué no hemos descubierto todavía la única Casa Común, la Madre Tierra, y nuestro deber de cuidarla, para que todos podamos caber en ella, naturaleza incluida?

Son preguntas que no pueden ser evitadas. Nadie tiene la respuesta. Una cosa sin embargo –atribuida a Einstein– es cierta: “la visión de mundo que creó la crisis no puede ser la misma que nos saque de la crisis”. Tenemos forzosamente que cambiar. Lo peor sería que todo volviese a ser como antes, con la misma lógica consumista y especulativa, tal vez con más furia aún. Ahí sí, por no haber aprendido nada, la Tierra podría enviarnos otro virus que tal vez pudiera poner fin al desastroso proyecto humano actual. 

Pero podemos mirar la guerra que el coronavirus está produciendo en todo el planeta, bajo otro ángulo, éste positivo. El virus nos hace descubrir cuál es nuestra más profunda y auténtica naturaleza humana: es ambigua, buena y mala. Aquí veremos la dimensión buena. 

En primer lugar, somos seres de relación. Somos, como he repetido innumerables veces, un nudo de relaciones totales en todas las direcciones. Por lo tanto, nadie es una isla. Tendemos puentes hacia todos los lados. 

En segundo lugar, como consecuencia, todos dependemos unos de otros. La comprensión africana “Ubuntu” lo expresa bien: “yo soy yo a través de ti”. Por tanto, todo individualismo, alma de la cultura del capital, es falso y antihumano. El coronavirus lo comprueba. La salud de uno depende de la salud del otro. Esta mutua dependencia asumida conscientemente, se llama solidaridad. En otro tiempo la solidaridad hizo que dejásemos el mundo de los antropoides y nos permitió ser humanos, conviviendo y ayudándonos. En estas semanas hemos visto gestos conmovedores de verdadera solidaridad, no dando solo lo que les sobra sino compartiendo lo que tienen. 

En tercer lugar, somos seres esencialmente de cuidado. Sin el cuidado, desde nuestra concepción y a lo largo de la vida, nadie podría subsistir. Tenemos que cuidar de todo: de nosotros mismos, de lo contrario podemos enfermar y morir; de los otros, que pueden salvarme o salvarles yo a ellos; de la naturaleza, si no, se vuelve contra nosotros con virus dañinos, con sequías desastrosas, con inundaciones devastadoras, con eventos climáticos extremos; cuidado con la Madre Tierra para que continúe dándonos todo lo que necesitamos para vivir y para que todavía nos quiera sobre su suelo, siendo que, durante siglos, la hemos agredido sin piedad. Especialmente ahora bajo el ataque del coronavirus, todos debemos cuidarnos, cuidar a los más vulnerables, recluirnos en casa, mantener la distancia social y cuidar la infraestructura sanitaria sin la cual presenciaremos una catástrofe humanitaria de proporciones bíblicas. 

En cuarto lugar, descubrimos que todos debemos ser corresponsables, es decir, ser conscientes de las consecuencias benéficas o maléficas de nuestros actos. La vida y la muerte están en nuestras manos, vidas humanas, vida social, económica y cultural. No basta la responsabilidad del Estado o de algunos, debe ser de todos, porque todos estamos afectados y todos podemos afectar. Todos debemos aceptar el confinamiento. 

Finalmente, somos seres con espiritualidad. Descubrimos la fuerza del mundo espiritual que constituye nuestro Profundo, donde se elaboran los grandes sueños, se hacen las preguntas últimas sobre el significado de nuestra vida y donde sentimos que debe existir una Energía amorosa y poderosa que impregna todo, sostiene el cielo estrellado y nuestra propia vida, sobre la cual no tenemos todo el control. Podemos abrirnos a Ella, acogerla, como en una apuesta, confiar en que Ella nos sostiene en la palma de su mano y que, a pesar de todas las contradicciones, garantiza un buen final para todo el universo, para nuestra historia sapiente y demente. y para cada uno de nosotros. Cultivando este mundo espiritual nos sentimos más fuertes, más cuidadores, más amorosos, en fin, más humanos. 

Sobre estos valores nos es concedido soñar y construir otro tipo de mundo, biocentrado; en el cual, la economía, con otra racionalidad, sustenta una sociedad globalmente integrada, fortalecida más por alianzas afectivas que por pactos jurídicos. Será la sociedad del cuidado, de la gentileza y de la alegría de vivir.  

        

Fuente e Imagen: https://acento.com.do/2020/opinion/8803309-el-coronavirus-despierta-en-nosotros-lo-humano/

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«No disponemos de logística para cumplir con las tareas educativas de nuestros hijos»

Por: ABC

Las familias numerosas demandan más ayudas para que todos los miembros de estos hogares puedan cumplir el cometido que se les exige

Desde la Federación madrileña de familias numerosas (Fedma) manifiestan su preocupación ante lo que consideran un «abandono». Consideran que ante la situación actual de estar encerradas en el domicilio, y que en casi todas las familias tienen que teletrabajar tanto el padre como la madre, «no tenemos posibilidades de tener en casa un portátil o un móvil para cada miembro de la familia. No podemos teletrabajar y estudiar online en el seno de hogares con más de tres hijos o cuando las familias son de categoría especial, con 5 hijos o más, y todos estudiando en Primaria, Secundaria, Bachillerato o en la Universidad».

En un comunicado han reflejado que «en estos momentos de estado de alarma, absolutamente excepcionales, siguen sin considerarnos, sin tenernos en cuenta, sin valorar las necesidades que tenemos por ser muchas personas en la misma casa. ¿No pueden pensar en cómo las medidas que se han tomado —estar confinados en casa y teletrabajar y/o estudiar a través de internet, plataformas, zoom…— afectan en mayor medida a los que tenemos muchos hijos y no disponemos de la logística necesaria para cumplir con las tareas educativas de nuestros hijos?».

Se preguntan si es tan difícil pensar, considerar y valorar cómo afectan las medidas que se están tomando a estas familias numerosas. «También somos parte de la sociedad, es más —asegura María Menéndez, presidencia de la Fedma—, somos los que garantizamos el relevo generacional, la esperanza de futuro».

Por todo ello, solicita que «se nos tenga en cuenta en esta iniciativa de la Comunidad de Madrid de facilitar gratuitamente 1.000 tablets y 2.000 tarjetas SIM con conexión a internet para que también se beneficien los alumnos de familias numerosas. Así podrán continuar también con las actividades lectivas mientras estén suspendidas las clases presenciales por el Covid-19».

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-no-disponemos-logistica-para-cumplir-tareas-educativas-nuestros-hijos-202004021546_noticia.html

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«Nos han dejado solos»

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Inteligencias múltiples: pedagogías emergentes para tiempos de confinamiento (VII)

Por: Educación 3.0

La teoría de las Inteligencias Múltiples desarrollada por H. Gardner propone que hay ocho tipos de inteligencias asociadas a distintas capacidades cognitivas. Y, para la diplomada en Educación Infantil e Inglés Silvia Láinez Fernández, es posible seguir trabajándolas durante la formación a distancia. Esta es su propuesta.

Según la RAE, la inteligencia es la capacidad de entender, razonar, tomar decisiones, resolver problemas y formarse una idea determinada de la realidad.  Existen múltiples teorías sobre la inteligencia pero hoy nos vamos a centrar en una que ha tenido un gran impacto y aplicación en el ámbito educativo: la teoría de las Inteligencias Múltiples (IM), desarrollada por el psicólogo estadounidense Howard Gardner.

8 inteligencias

H. Gardner propone ocho tipos de inteligencias asociadas a distintas capacidades cognitivas: lingüística, lógico-matemática, visual-espacial, musical, cinética-corporal, naturalista, intrapersonal e interpersonal. Posteriormente sugirió una última, la inteligencia existencial, aunque para muchos expertos esta nueva inteligencia no cumple las condiciones de las anteriores.

Según esta teoría, todas las personas disponemos de varios tipos de inteligencias, necesarias para nuestro desarrollo personal, aunque no todas ellas se desarrollan del mismo modo en las personas.  El perfil de inteligencia determina cuáles predominan en cada individuo y, por tanto, se convierte en un elemento esencial a tener en cuenta por el docente.

No obstante, cabe destacar que no todos los expertos y científicos comparten dicha teoría. Algunos de ellos (Hodge, 2005; Waterhouse, 2006) afirman que no existe ninguna evidencia robusta de que la aplicación de las IM tenga efectos positivos sobre el aprendizaje de los alumnos. La base de esta afirmación reside en la cantidad limitada de estudios que se han realizado y las metodologías heterogéneas que se han empleado en los mismos. Concluyen, por tanto, que no se ha logrado demostrar una relación causal entre el uso del método de las IM y la mejora en el aprendizaje de los estudiantes.

Facilitando el aprendizaje

Incorporar las IM en el aula no es sinónimo de limitar las acciones del proceso de enseñanza-aprendizaje a las inteligencias destacadas de nuestros alumnos.  La utilización de distintas estrategias, materiales y recursos didácticos que cubran los perfiles de inteligencia de nuestros alumnos facilitarán su aprendizaje. Por ello es muy importante  abarcar el máximo número posible de inteligencias. O, lo que es lo mismo, ajustarnos al modelo de atención a la diversidad por medio de acciones educativas que prevengan y den respuesta a las necesidades de todo nuestro alumnado, ya sean permanentes o temporales.

Nosotros, como docentes, debemos investigar y elegir las herramientas que ayuden a fortalecer el potencial de nuestros estudiantes y el nuestro propio. Cuantos más aspectos tengamos en cuenta en el diseño de las actividades de nuestro proceso de enseñanza-aprendizaje, mayor será el número de alumnos que podremos beneficiar.

Consejos para trabajar las IM

Para llevar esta teoría a la práctica es muy importante tener en cuenta:

– Las inteligencias de tus alumnos. Por medio de la observación podemos conocer las inteligencias más fuertes de nuestros alumnos, así como las más débiles. Esto nos  ayudará a elegir estrategias que se adapten mejor a sus necesidades. Es importante tener en cuenta que no sólo hay que fortalecer las inteligencias más dominantes sino que hay que reforzar también el resto para garantizar el desarrollo pleno de nuestro alumnado.

– Diversidad de estrategias y herramientas. Cuanta mayor diversidad de estrategias, materiales, herramientas y actividades utilicemos para presentar los conceptos mayores oportunidades ofreceremos a nuestros alumnos para el desarrollo de sus  competencias, destrezas y actitudes.

– Incorporar nuevas metodologías. Hoy en día existe una gran variedad de metodologías activas con las que se pueden trabajan las inteligencias múltiples: aprendizaje cooperativo, aprendizaje basado en proyectos, flipped classroom, gamificación, entre otras.

– Uso de las tecnologías de la información. Las TIC se han convertido en un aliado para el desarrollo de las inteligencias múltiples ofreciendo un sinfín de opciones disponibles para la educación. Desde el diseño de clases más dinámicas por parte del profesor hasta el desarrollo de destrezas relacionadas con la competencia digital por parte del alumnos, las TIC ofrecen un abanico inmenso de posibilidades que no podemos dejar escapar.

– Evaluar usando las IM. Realizar evaluaciones con herramientas diversas permite, por una parte, que el profesor conozca mejor a los alumnos y pueda guiarles en su aprendizaje y, por otro, garantiza la participación activa de éstos al ser los protagonistas de su propia evaluación. De esta forma, la evaluación deja de ser un mero juicio para convertirse en un buen elemento de aprendizaje. Se enseña y se evalúa no para la calificación, sino para ayudar positivamente al aprendizaje.  Existen múltiples recursos al respecto, entre los cuales caben destacar los inventarios de IM, los portafolios o los rincones de inteligencias.

¿Y en periodos de confinamiento como el actual?

Estamos ante una situación jamás vivida antes, todo un reto para docentes, familias y estudiantes. Nos hemos encontrado de repente en un contexto muy particular donde el proceso de enseñanza-aprendizaje se basa en la educación a distancia exclusivamente, pasando de una educación presencial a virtual.

Podemos proponer a nuestros alumnos tareas que desarrollen las IM por medio de la generación de un producto final en forma de artefacto digital. Estos artefactos ayudan a desarrollar el pensamiento reflexivo y crítico de nuestros alumnos, así como estrategias de aprendizaje autónomo. Entre los diferentes tipos de artefactos digitales podemos encontrar los siguientes: infografías, presentaciones, mapas mentales, animaciones, narraciones digitales, podcasts, líneas de tiempo, murales digitales, cómics, diseño de videojuegos, blogs, geolocalizaciones, entre otros. Las opciones son infinitas.

Además existen también muchos recursos online (aplicaciones móviles) que ayudan a trabajar y potenciar el desarrollo de todas las inteligencias. Aquí os dejamos algunos ejemplos:

Este periodo de complejidad e incertidumbre en el que nos encontramos puede, sin duda, suponer una gran oportunidad para impulsar modelos educativos más innovadores y adaptados al contexto actual marcado por la digitalización. Para ello, debemos dotar a los alumnos con aquellas técnicas y herramientas que les permitan pensar de un modo más disruptivo: como se suele decir en el ámbito anglosajón, es el momento para “pensar fuera de la caja”preparando así a nuestros estudiantes para afrontar los grandes retos que plantea un futuro mucho mas cambiante e incierto que nunca.

Silvia Láinez Fernández es Diplomada en Educación Infantil e Inglés. Trabaja en el colegio Trinity College de San Sebastián de los Reyes, donde forma parte del grupo de innovación del centro y es coordinadora del huerto escolar. Este artículo forma parte de un proyecto de aprendizaje-servicio coordinado por el profesor Fernando Trujillo Sáez y Conecta13 dentro del Máster en Innovación Educativa de la Universidad Carlos III, la Fundación Estudio y la Institución Libre de Enseñanza.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/noticias/inteligencias-multiples-pedagogias/

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