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19 de abril de 1810: breve reseña de la declaración de la independencia venezolana desde una lectura dialéctica

Por: Jorge Forero*

El 19 de Abril de 1810 se materializa un hecho de gran trascendencia para la historia política de todo el hemisferio. Se produce una ruptura de la subordinación de la Capitanía General de Venezuela con la monarquía española, y además, se construyen los cimientos para la constitución de repúblicas en el denominado nuevo mundo.

De acuerdo con el intelectual venezolano Luis Britto García (2012), la del 19 de abril de 1810 es la primera rebelión que deriva “en un proceso independentista que dura hasta hoy. Sus postulados, el derecho a procurar la propia conservación y defensa, a erigir un sistema de gobierno que las garantice, la soberanía del pueblo, son conceptos relumbrantes y poderosos como relámpagos”, pues dichos conceptos irrumpen en un momento de reflujo de las ideas democráticas y republicanas en la propia Europa.

Este hito histórico de la independencia americana, se concretó en un escenario de crisis de la hegemonía ibérica sobre sus colonias en nuestro continente. Además, las tensiones entre imperios debilitó el control de la Corona española sobre las colonias. Desde finales del siglo XVIII, Francia, Inglaterra y Holanda conspiraron para arrebatar importantes dominios de España en el Caribe. Inglaterra llegó a controlar gran parte del comercio marítimo (legal e ilegal)  del mundo. Además en 1806 Francia invade España, y bloquea los puertos de Portugal, con lo cual se evidencia la pugna por dominar los recursos naturales, los mercados y la fuerza de trabajo el nuevo mundo.

En ese contexto, en una aparente “aldea insignificante”, como fue reseñada la ciudad de Caracas en documentos de la Corona española, se habían generado las condiciones intersubjetivas para producir la rebelión. Desde el punto de vista económico, porque los conflictos inter-imperiales obligaron a España a intensificar el saqueo colonial, mediante condiciones de intercambio leoninas y sobre la base de tributos insostenibles para la clase social emergente (los blancos criollos).

En segundo lugar, porque el comercio ilegal (el contrabando de mercancías), generaba ganancias astronómicas y el mismo tenía al puerto de La Guaria, como ancla principal en todo el continente, lo cual significa que la conspiración política de los criollos estaba relacionada con la conspiración económica y los intereses de esa clase social.

Desde el punto de vista político, porque en Caracas se desarrolló una excepcional generación de intelectuales miembros de las clases dominantes, pero con ideas de signo republicano, hombres formados en Europa bajo el espectro de las ideas de la ilustración. De igual manera, porque esas ideas muy asociadas a las consignas de la revolución francesa de libertad, igualdad y confraternidad, y a la rebelión de Haití, calaron en las aspiraciones de las clases oprimidas por la sociedad de castas que condenaba a la miseria y la humillación a cerca del 90% de la población.

En un contexto tan convulso, y bajo la influencia de la sociedad patriótica, la Caracas del 19 de abril de 1810 materializó una revolución política, determinada por la convergencia y yuxtaposición de: una crisis estructural de la sociedad colonial; la influencia de imperios metropolitanos en su afán de desplazar a España; los intereses económicos de una clase social ascendente y pre-revolucionaria para el momento; una vanguardia ideológica con claridad política y decisión firme para dirigir la rebelión; y unas clases oprimidas en ebullición ante el esclavismo y la exclusión inherente a la sociedad de castas.

El 19 de abril de 1810 un huracán subversivo se apoderó de las calles de Caracas, y asedió la sesión del Congreso, en la cual las ideas conservadoras del régimen colonial fueron aplastadas, tanto por los argumentos de los miembros de la sociedad patriótica, como por la avasallante presencia del pueblo en las afueras del recinto (según documentos de la época, esa acción revolucionaria e insurrecta de las clases oprimidas fue promovida y dirigida por Francisco de Miranda).

La consulta (a manera de referendo) de Vicente de Emparan al pueblo de Caracas, tan mencionada en las crónicas, no fue más que un saludo a la bandera, pues ya estaba consumada la insurrección. Aunque el Congreso de Caracas presentaba profundas contradicciones internas en sus intereses y su visión de las decisiones a asumir, la crisis sistémica de la sociedad colonial, las ideas revolucionarias y la lucha de clases confluyeron para producir un hecho histórico extraordinario y sin antecedentes: la ruptura del dominio colonial mediante una revolución política en el nuevo mundo.

Sin embargo, las contradicciones internas de una sociedad tan compleja y atomizada, que además había soportado una carga histórica de opresión, derivaron en la agudización de los conflictos. De acuerdo con el historiador Juan Uslar Pietri (2014), con los hechos del 19 de abril de 1810, la sociedad patriótica -sin saberlo y sin desearlo- generó las condiciones para la rebelión popular de 1814 (que paradójicamente derrumbó a esa república), y para la acumulación de fuerzas y de experiencias en el campo popular revolucionario para la guerra de independencia venezolana, la más extensa y más cruenta del hemisferio.

Cabe subrayar que las relaciones de fuerza derivadas de ese proceso fueron dinámicas y complejas, los negros, zambos, mulatos e indios que siguieron a José Tomás Boves en la Rebelión Popular de 1814 (la denominada guerra contra los blancos), los cuales derrotaron a Bolívar en esa rebelión y produjeron el éxodo de Caracas, integraron posteriormente el ejército patriota que ganó la guerra de independencia bajo el liderazgo sublime y heroico del Libertador. La lección histórica: si las ideas y las acciones políticas no calan en el pueblo, no hay posibilidad de victoria.

En el tiempo histórico actual, los factores de poder hegemónico del sistema-mundo mantienen una pugna de gran escala y amplio espectro para controlar a Venezuela, sea desde posiciones fundamentalistas y supremacistas (que nos conciben como patio trasero), o desde lógicas que nos proyectan como área de influencia y factor clave de un conflicto geopolítico global. Defender la independencia de la república sigue siendo una premisa fundamental, tal y como sucedió hace más de 200 años, la lucha de clases y las tensiones por el dominio en el orden mundial, subyacen y desbordan las tensiones de la lucha por esa independencia.

*Investigador del Centro Internacional Miranda

El Autor escribe para OVE

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Adaptarse a la escuela en casa: diferencias importantes que debes conocer

Por: Paulette Delgado

La nueva realidad de muchas familias es tener la escuela en casa, ¿podríamos llamarle a esto educación en el hogar?

Ante el cierre de escuelas debido a la contingencia por la pandemia de coronavirus, tanto padres como hijos se enfrentan al enorme reto de adaptarse a la enseñanza en casa. Para las familias que ya practican el homeschooling o educación en el hogar, esta transición no representará muchos cambios, sin embargo, para aquellas familias cuyos hijos cuentan con una educación tradicional, estas semanas de cuarentena han sido ciertamente desafiantes.

Jeanne Faulconer, directora de Brave Writer’s Homeschool Alliance y conferencista experta en la educación desde el hogar, explica que es normal que los niños se nieguen a hacer actividades sugeridas por los padres porque “así no lo hacen en su escuela”. El cambio temporal del rol de padres-hijos a docentes-alumnos, es retador para ambas partes, inclusive para aquellos quienes la enseñanza es su profesión y tienen que fungir ambos roles al mismo tiempo. Para los padres, es normal preocuparse por su condición de “educador temporal” y sentirse inquietos o con ansiedad sobre cómo su eficacia como docente puede afectar el desempeño de sus hijos más adelante. O puede suceder lo contrario, que los padres carezcan de tiempo, recursos o interés en la educación en el hogar de sus hijos y los dejen solos.

También es habitual que los niños y adolescentes no sepan qué hacer consigo mismos sin su horario y rutinas habituales. Además de que es normal que estén nerviosos por sus calificaciones, las tareas, o su desempeño académico, así como aprender sin dejarse distraer por su ambiente.

Educación en el hogar vs. desescolarización

Aunque la desescolarización se enfoca en la transición de abandonar la escuela tradicional e institucionalizada para enfocarse en el “homeschooling”, debido a la situación del COVID-19 esta es una realidad que actualmente están viviendo el 95 % de niños y niñas en América Latina y el Caribe. Saber qué es la desescolarización ayuda a los papás a tener expectativas realistas sobre cómo se ajustan sus hijos a la educación en casa ante esta nueva realidad temporal. Faulconer menciona varios consejos para que las familias puedan adaptarse más fácilmente a esta situación.

Cuando un niño o adolescente deja la escuela institucionalizada para recibir su educación en casa, lo que se conoce como homeschooling, tiene que pasar por un proceso que se le conoce en esa comunidad como “desescolarización”. A diferencia del método educativo que es la educación en el hogar, la desescolarización es un periodo donde el estudiante se adapta a su nuevo ambiente y manera de aprender, lejos de maestros y estudiantes. Jaqueline Wilson, autora, educadora y consultora sobre el tema, describe a esta etapa como un “período de descompresión cuando se cambia de la escuela pública tradicional a otro método de educación, como la educación en el hogar”.

Por otro lado, dentro de la educación en casa también existe el “unschooling”, en inglés, o “no escolarizar” en español, que hace referencia a un método educativo dentro del homeschooling. Se le llama unschooling ya que es un proceso más natural de aprendizaje.  Wilson lo describe como “el aprendizaje dirigido por los niños o el aprendizaje natural.” Además, agrega que “con la falta de escolarización, los niños toman la delantera en lo que quieren aprender y cómo quieren aprenderlo.”

Con toda la situación actual que se vive en todo el mundo ante el COVID-19 es importante hablar con los hijos y explicarles que es normal sentir la educación en casa como una intrusión y que adaptarse a la nueva dinámica es un reto para todos los miembros de la familia pero es un proceso normal y se llama desescolarización.

Además, es importante estar conscientes de que el aprendizaje no se verá igual que en la escuela. Esta es una buena oportunidad para invitar a los hijos a opinar sobre cómo puede mejorar la educación en casa para superar esta etapa más rápido. En este punto, Faulconer específica que algunos pueden encontrar la desescolarización abrumadora por sentir que no aprenden tanto como en la escuela, mientras que otros inmediatamente quieren participar en el nuevo modelo de aprendizaje que es el homeschooling.

Sobretodo, es necesario darle al niño tiempo de aprender a ver a los padres en el rol de educadores temporales. Ellos están acostumbrados a ver a otro adulto en ese papel, por lo que les puede tomar trabajo tomar en serio la idea de que tiene que aprender matemáticas, por ejemplo, de su papá o mamá.

Consejos para la etapa de desescolarización

  • Crear, construir e ingeniar: La cuarentena es un buen momento para motivar a los hijos a hacer arte. Ya sea contando historias, escribiéndolas, dibujando o construyendo cosas, es momento de dejar que los niños dejen suelta su creatividad y descubran que se puede aprender de muchas maneras distintas.

  • Acercarse a la naturaleza: Si tienes jardín, ayuda a tu hijo a plantar algo, a conocer por nombre a las plantas y cuidar de ellas, identificar insectos o pájaros. En caso de no tener este espacio en casa, aún se puede plantar algo pequeño en interiores, como el experimento de fermentar un frijol en algodón. Otra actividad puede ser jugar a distinguir especies de aves que pueda ver desde su ventana.

  • Moverse: Ya sea bailando al son de su canción favorita, o siguiendo ejercicios de internet, es importante que los niños y adolescentes no pasen todo el día sentados.

  • Adquirir el hábito de la lectura : Según Faulconer, el periodo de desescolarización es un buen momento para fomentar el gusto por la lectura en los hijos. Para esto, recomienda la lectura en espacios cómodos, como en el sofá, en lugar de en un escritorio o en una mesa, para hacerlo menos formal. Además, es importante que los hijos vean a los padres leyendo por gusto, ya sea novelas, revistas, noticias o cualquier otra cosa. Que conozca que no sólo se limita a obligaciones escolares.

  • Observar documentales y televisión educativa juntos: Ahora que pasamos más tiempo juntos en casa, puedes aprovechar para ver con tus hijos canales como The History Channel, Discovery Channel, documentales o series educativas en plataformas como Netflix. Faulconer incluso menciona que ha sabido de casos de niños que aprenden a través del programa de los “Mythbusters: los cazadores de mitos” ya que promueve el método científico, demostrando que la educación tiene muchas formas y uno nunca sabe qué le puede interesar a los niños. Además, puede generar más pláticas sobre conceptos e ideas nuevas, mejorando la convivencia familiar.

  • Usar el internet: Ya sea para ver TED Talks, tomar clases o cursos en línea, dar un paseo virtual por un museo o investigar sobre un tema, el internet es una gran herramienta para los niños. También es un buen momento para monitorear cómo es su presencia en línea y enseñarles sobre seguridad y responsabilidad de internet, lo cual también pueden hacerlo jugando.

  • Labores del hogar: Debido a que los niños están acostumbrados a no estar en sus casas casi todo el día, muchos de ellos pueden no estar conscientes de cómo pueden ayudar a mantener el hogar funcionando más allá de sus quehaceres como tender la cama o lavar sus platos. La desescolarización es una etapa que también puede servir para buscar recetas basadas en los ingredientes que se tienen en casa, planificar la comida, cocinarla juntos y ayudarlos a sentir que contribuyeron a las labores del hogar además de aprender habilidades fundamentales.

  • Conectarse con familiares y personas cercanas: Es posible que los niños sientan un vacío al no convivir con sus compañeros, profesores y demás personas con las que convivían antes. Pero la desescolarización es un gran momento para cultivar las relaciones familiares, y enfocarse en darle prioridad a la calidad de estos momentos, en lugar de la cantidad. Ante la realidad de tener que estar en casa, la desescolarización también es una oportunidad para que los padres descubran cómo aprenden sus hijos, así como sus áreas de interés y sus fortalezas y debilidades.

Ante la realidad que enfrentan millones de familias de estar en casa y tratar de continuar las educación de sus hijos, reconocer que es normal que niños y adolescentes tengan problemas para adaptarse a aprender desde el hogar, ayudará a tener expectativas reales de su desempeño.

Fuente: https://observatorio.tec.mx/edu-news/educacion-en-casa-desescolarizacion-diferencias

Imagen: Daniela Dimitrova en Pixabay

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Qué la pandemia no agrave los sufrimientos populares

Por Julio C. Gambina

Antes de la pandemia por el coronavirus la situación de la mayoría de las trabajadoras y los trabajadores, las/os regularizadas/os o las/os que no lo están, las/os activas/os y pasivas/os, era grave, en términos de ingresos y acceso a derechos. Es una característica de este tiempo del capitalismo y la ofensiva capitalista, neoliberal, construida desde la salida de la crisis de los setenta del siglo pasado, que se manifiesta en caída de los salarios e ingresos populares, flexibilización y precariedad laboral, con empobrecimiento ampliado de los de abajo. La tendencia, más allá de algunos intentos por contener los regresivos efectos sociales, en el país y en el mundo, confirma un retroceso en las condiciones de vida de la mayoría social por casi medio siglo, y con impacto negativo sobre la naturaleza, afectada por el extractivismo exacerbado y el saqueo de los bienes comunes.

Esa “normalidad” no nos satisfacía y no queremos a ella volver, sin embargo, la presencia del virus corona y agrava los efectos regresivos sobre la población empobrecida, incluso, afectando a sectores de ingresos medios y altos, que claman contra ciertas medidas preventivas de aislamiento. El tema es el cierre parcial, bastante extendido, de esferas de la producción y la circulación de bienes y servicios, con su impacto limitante en el acceso a la satisfacción de necesidades elementales. Volver a la normalidad es el reclamo que se instala en cierto “sentido común”. Nos parece interesante discutir el tema relativo a que “normalidad” es aquella a la que se pretende volver. Por ejemplo, en aras de la “normalidad” se negocian salarios a la baja para mantener empresas, afectando desde el 30 al 70% de los ingresos salariales previos a la pandemia. Es sin duda un ajuste, tal y como ocurre con el ascenso de los precios, especialmente de los alimentos, medicamentos y otros bienes y servicios que integran la canasta básica. Para el caso argentino, más allá del congelamiento de tarifas y combustibles, entre otras disposiciones para evitar subas de precios, la última medición del INDEC explicita una nueva escalada de una inflación que venía en retroceso desde diciembre 3,7%; enero 2,3%; febrero 2% y que escala en marzo con el 3,3%[1], incorporando nuevas incertidumbres sobre el futuro cercano.

La política pública asistencial en materia de alimentos y de ingresos monetarios intenta morigerar los efectos dramáticos sobre una mayoría empobrecida, que no puede resolver en la emergencia la reproducción de una cotidianeidad de subsistencia. Un tema adicional son los problemas logísticos del abastecimiento que no llega a todos los territorios, e incluso, se agrava con la evidencia de compras amañadas y sobreprecios. Por ello, no debe sorprender que ante las insatisfechas necesidades emerge la protesta e incluso la movilización pese al aislamiento, caso visible ante cesantías; pero también la solidaridad vía ollas populares, comedores en las barriadas y formas de asistencia comunitaria auto gestionada. La demanda por “resolver” estimula perspectivas críticas de desobediencia o movilización. En algunos casos, esta perspectiva es utilizada por el discurso de los sectores hegemónicos que inducen un fin apresurado de las medidas de prevención que involucran a la cuarentena. Es fuerte la presión empresaria para terminar con el aislamiento, que actúa sobre la realidad de necesidades insatisfechas en buena parte de la población empobrecida.

Por eso se necesitan medidas de política económica que vayan más allá de la emergencia y la subsistencia para empezar un camino de transformación en la producción y circulación de bienes y servicios. Una orientación hacia una nueva “normalidad”, diferenciada de la lógica de orden económico en que estábamos antes de la COVID19. Un punto de partida proviene de la cuarentena comunitaria, de esa parte de la población que no puede por condiciones objetivas cumplir con el aislamiento obligatorio. A estos sectores y espacios territoriales debe llegar asistencia financiera, material adecuado, incluso medidas y medios de seguridad sanitaria, formación y asistencia técnico profesional suficiente, que permita encaminar la producción material para el autoabastecimiento y la generación de producción social al entorno cercano, incluso más allá. Esa será la base de un plan más amplio que organice la producción y circulación de bienes y servicios hacia otra “normalidad” del orden económico social. Un plan que articule el saber popular con el profesional y que hoy recorre experiencias autogestionarias en todo el país.

¿De dónde saldrían los recursos?

La propia situación mundial está orientado el debate hacia inusitadas medidas, que en otro tiempo podían parecer imposibles. Los propios organismos internacionales están llamando la atención para flexibilizar restricciones fiscales o monetarios de los países ante la COVID19. Se demandan urgentes disposiciones relativas a la recomposición de la capacidad de atención de la salud pública y a una orientación estatal de la inversión en desarrollo científico y tecnológico relativo a la sanidad y a la emergencia. Más que achicar el déficit, las propuestas se orientan a relajar la contención del gasto público.

Es la caída de la producción mundial la que impone flexibilizar las restricciones a la emisión, que era y es norma sagrada entre los cultores de la corriente principal del pensamiento económico. Esta flexibilización de la política económica se verifica en los principales países del capitalismo mundial. Solo EEUU aprobó un paquete inicial de 8 billones de dólares más flexibilizaciones crediticias y subsidios. En el mismo sentido y en proporción relativa avanzaron Europa, Japón e incluso China. Se trata de una flexibilización relativa a contramano de una verdad sostenida por la ortodoxia monetarista, impuesta por la realidad del impacto económico y social de la situación de crisis.

No solo emisión, sino impuestos extraordinarios a los sectores más acomodados. La difusión de estudios sobre la desigualdad extendió el consenso para aplicar una tributación que achique la brecha de ingresos y riqueza. En Argentina empezó el debate, estando aún pendiente el alcance de los sujetos de la imposición y el monto a tributar, el que debe calibrarse en función de las necesidades de la emergencia y el plan de transformación productiva requerido y antes mencionado. Es obvio que los presuntos sujetos del impuesto despliegan una campaña crítica, intentando legitimar su papel de esenciales a la hora de definir el proceso productivo, invirtiendo la lógica teórica de que el capital es producto del trabajo humano.

La propuesta realizada a los tenedores de bonos de la deuda pública externa de legislación extranjera en estos días, habilita la discusión del uso de los recursos públicos, especialmente por los tres años de gracia en pagos de capital e intereses que promueve. Esta propuesta, como el re-perfilamiento de la deuda en divisas de legislación nacional, suspendiendo los pagos por este año abre un debate sobre el tema de la deuda. No es menor liberar recursos en la coyuntura, pero es evidente que no alcanza postergar un año los vencimientos de legislación nacional o tres años los de legislación extranjera. El problema subsiste, aun cuando se posterga un desenlace de inevitable default. Hay quienes sostienen que lo importante es el hecho de la suspensión temporaria, pero también habilita imaginarios que chocarán con la realidad de una impagable hipoteca sobre la economía y la sociedad en su conjunto.

Los anuncios del gobierno sobre unos 66.500 millones de dólares en manos de privados, un 20% del total de la deuda, acompañados por el arco diverso del oficialismo y gran parte de la oposición, especialmente los gobiernos provinciales, manifiesta la voluntad de pagar la deuda pública, aunque ahora aparece la novedad de quitas de intereses (62%) y capitales (5,4%) con tres años de gracia. Argentina ofrece canjear a tenedores privados de bonos, 21 títulos con vencimientos que llegan hasta el 2117. El canje será por 10 nuevos títulos, 5 nominados en dólares y otros 5 en euros, con tasas de interés en ascenso desde 0,5% para los primeros vencimientos en 2023, y una suba progresiva que llega a tasas del 4,875%. La propuesta supone pagos del capital en cuotas anuales desde el 2026 al 2047. Todo con tres años de gracia, 2020, 2021 y 2022. La propuesta está abierta por 20 días y resulta incierto el final de la negociación. No queda claro el qué y el cómo de la acumulación económica desde ahora hasta el 2023 para generar las condiciones de pagos en ese año y luego con intereses crecientes desde el 2025, los que se acompañaran de desembolsos de capital desde el 2026 y sucesivamente hasta el 2047.

Una verdadera hipoteca. Por eso, la suspensión de pagos que se demanda ante la situación mundial y local resultaría más efectivo, claro que supone un nivel de confrontación más decidido con la lógica de poder especulativo local y global. Argentina no puede pagar afirman desde el gobierno e incluso el FMI, por lo cual, los escasos recursos de reservas internacionales deben ser aplicados a la emergencia y a la transformación productiva que sugerimos. No alcanza con años de gracia sin modificar el marco de la organización económica de la sociedad.

En realidad, la voluntad de pago se expresó desde el comienzo de la nueva gestión con las negociaciones abiertas con el FMI, lo que supone el reconocimiento de lo actuado en la gestión previa, del mismo modo que se estableció un cronograma de ofertas de negociación a creedores privados. Por eso el aval parlamentario para disponer más de 4.500 millones de dólares de las reservas internacionales dispuesto para cancelación de deuda en la “Ley de solidaridad” aprobada en diciembre pasado. Fue la primera medida para sustentar las emergencias ante el cambio de gobierno.

Sostenemos un financiamiento planificado que incluya emisión monetaria, utilización de las reservas internacionales, suspensión total de pagos de la deuda junto a una auditoria con participación popular, y una reforma tributaria a grandes fortunas para sustentar la emergencia y un plan de transformación económica. Una transformación del régimen y legislación financiero será también necesaria, con un conjunto de medidas relativas a la modificación sustancial del sistema de producción y circulación. Son definiciones que requieren de una acumulación de poder político que hoy necesita ser programa de una perspectiva de construcción de poder político para frenar las amenazas de mayor ajuste sobre la mayoría de la sociedad, pero, sobre todo, para pensar en el escenario futuro post pandemia. ¿Cómo queda la sociedad superada la emergencia en curso por el COVID19? ¿A qué orden económico social aspiramos? ¿Cuál normalidad motiva nuestra reflexión relativa al presente y al futuro? Son interrogantes que circulan más allá de la inmediatez por atender las urgencias de la reproducción de la cotidianeidad.

Buenos Aires, 19 de abril de 2020

[1] INDEC. Índice de precios al consumidor (IPC), marzo 2020, en: https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/ipc_04_20405E6A626E.pdf (consultado el 18/04/2020)

El Autor escribe para OVE

Imagen: Jackie_Chance en Pixabay

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En esta crisis, un desafío: construir la escuela de lo colectivo

Por: Julio Rogero

La realidad que estamos viviendo estos días de aislamiento físico nos invita pensar que ya estamos comenzando a construir una nueva realidad, también en la educación, desde la toma de conciencia de que así no podemos seguir y que caminaremos en una nueva dirección, tan inédita como lo que vivimos ahora.

Nuestro sistema educativo está condicionado por una sociedad que camina cada vez con mayor determinación por la senda de la alienación ideológica, del individualismo más feroz y desalmado, del aumento de los discursos del odio y del supremacismo blanco y machista. Esta realidad domina las relaciones sociales en la sociedad. La educación que tenemos fomenta con frecuencia la separación y el egoísmo imponiendo la competitividad para exaltar el éxito y la excelencia de unos pocos, sin pensar en los que quedan atrás, excluidos, puesta en evidencia, más todavía, en estos día de reclusión. Es lo que imponen las políticas educativas neoliberales en nuestro país.

Nosotros proponemos una escuela que promueva la cooperación, el mestizaje, la solidaridad, lo común, porque solo conectados con los demás, con los diferentes, formaremos una ciudadanía responsable, comprometida. La escuela que tenemos está controlada por el poder para ponerla a su servicio, vaciarla de contenido emancipador y comunitario, para impedir los lazos que hacen realidad un “nosotros” construido en la interdependencia y la convivencia positiva. Ahora, en el confinamiento y la pretensión de la normalidad académica, solo se tiene en cuenta a los mismos que antes seguían el ritmo de la escuela.

Muchos tenemos la firme convicción de que lo que nos une y se comparte es el nudo gordiano de la comunidad educativa. Por eso muchos queremos otras relaciones sociales y otra educación. Ante esta realidad nos parece necesario transitar, con la mayor urgencia posible, de lo individual egoísta a lo colectivo comunitario, desarrollando una educación basada en la dignidad humana, en los Derechos Humanos y de la Infancia, en la compasión, en las interdependencias y en una nueva conciencia en el ámbito de una comunidad educativa donde sea posible la realización de todos.

La escuela de lo colectivo es la que propone que toda su organización, su contenido convivencial y curricular tienen una dimensión comunitaria que hay que desarrollar y practicar de forma constante en la vida escolar. Se construye teniendo en cuenta la identidad, la singularidad y la diversidad de cada persona que se educa, y que nos hacemos personas en la conciencia de ser con los demás.

La escuela pública es un lugar privilegiado para consolidar lo que tenemos en común. Y no tanto como propuesta ideológica y teorizada, sino como lugar de prácticas colectivas y cooperadoras en la vida cotidiana. Es poner en marcha procesos educativos y de acción, de carácter compensador de forma consciente, donde se tenga en cuenta la dimensión colectiva de la vida del centro. Desde que se propone la construcción de un proyecto educativo, todo el proceso de deliberación, decisión y su puesta en práctica requiere una determinación decidida de que todo lo que se hace, desde el comienzo hasta el final, se haga entre todos. Conocemos experiencias de centros educativos que lo hacen así.

Sabemos que el sistema educativo tiene una clara función en una sociedad democrática: educar una ciudadanía culta, capaz de confiar en sí misma, que se informa críticamente, activa, justa, participativa, optimista, crítica, inclusiva, solidaria, comunitaria. Solo se construye la escuela de lo colectivo en el espacio público como un proyecto sociopolítico. Por eso exigimos que las leyes educativas en las democracias propongan proyectos educativos democráticos y convivenciales basados en la justicia social, en la equidad y en la inclusión. Construir la escuela pública comunitaria conlleva eliminar todos los obstáculos que hoy la hacen tan excluyente: las escuelas que discriminan y segregan porque son clubes privados, las que educan clientes y no ciudadanos, y los espacios de exclusión social (barrios gueto con centros estigmatizados). La escuela de lo colectivo enseña a reconocerse, a desmontar prejuicios mutuos, a erradicar discriminaciones, a socializarse y convivir, a cooperar y aprender juntos

Habitualmente se ponen en el centro de la enseñanza los programas, los contenidos, la burocracia, los exámenes, las calificaciones y los resultados. Las dinámicas individualistas dominantes de exaltación del “éxito” individual sobre los demás nos ponen de relieve lo que hacemos habitualmente en el aula y ahora en las casas-escuela. También cuando proclamamos nuestra neutralidad para “suspender” y segregar a los que no se ajustan al modelo de personas que nos imponen y a los resultados que se nos piden. Detengamos estas dinámicas destructoras. Con demasiada frecuencia olvidamos que en el centro está el alumnado que ha de ser el protagonista de su vida compartida con los demás, desde su propia singularidad y desde el pleno e integral desarrollo de cada uno. Sabemos que hay metodologías dirigistas, impositivas, autoritarias, que eliminan el protagonismo del alumnado y que impiden la construcción de la escuela de lo colectivo. También conocemos y practicamos metodologías colectivas y cooperativas que la favorecen: la asamblea en la escuela y el aula, los planes de trabajo, los textos de expresión libre y los escritos colectivos, el trabajo cooperativo en equipo, la reflexión individual y compartida, las comisiones de trabajo de gestión colectiva del centro educativo, etc. Son prácticas transformadoras que están cargadas de sentido emancipador.

Las propuestas de cómo se puede construir la escuela que queremos se hacen a través de diferentes tiempos y espacios, que hay que tener en cuenta dentro de los proyectos educativos, donde se reflexionan y se trabajan diferentes temáticas que forman parte de la educación y de la vida de cada escuela. En ellos se pueden ir desgranando las experiencias que ya se están viviendo en algunos centros y los aspectos nuevos que plasman los desafíos a los que hay que responder en la sociedad actual.

El proyecto de convivencia de cada centro educativo es el elemento clave para construir una comunidad educativa consolidada con todo lo que lleva consigo el vivir común y cooperativo. Sabemos que las comunidades educativas se quiebran con facilidad y, con frecuencia, son un vacío de vida compartida, precisamente por carecer de un proyecto vivo que la haga posible. Porque convivir en el respeto, en el reconocimiento mutuo, en la cooperación exige un aprendizaje constante. Requiere aprender a gestionar los conflictos a través de prácticas restaurativas que ayudan a reconstruir la convivencia positiva de la comunidad educativa. Es necesario conocer e incorporar a los proyectos de centro estas prácticas que nos ayudan en la formación de un clima convivencial comunitario más positivo.

La escuela de lo colectivo se hace posible lentamente y a lo largo de mucho tiempo, casi nunca de forma lineal. En muchas escuelas es una realidad la participación colectiva de las familias en las estructuras del centro y en diversas actividades de aula (comisiones de trabajo, talleres, cooperativa escolar…). Es una realidad el aprendizaje cooperativo del alumnado, su protagonismo en la toma de decisiones, su participación en la marcha del centro. El profesorado es un equipo docente implicado en toda la vida del colegio, con una clara conciencia de compartir su trabajo y su profesionalidad en la construcción constante de la escuela pública que queremos. Esta requiere del alumnado y del profesorado compromiso, tanto en el aprendizaje como en la enseñanza.

Hoy es ineludible trabajar la dimensión ecológica, feminista y de compromiso social del currículo escolar como toma de conciencia de la situación de crisis sistémica por la que atraviesa la humanidad en su relación con la naturaleza y con la vida. Entendemos que la educación ecosocial, para hacernos conscientes de nuestra necesaria conexión con la naturaleza que somos y transformar la conciencia ecológica de nuestra escuela, es condición necesaria para caminar en otra dirección.

La escuela no puede encerrarse en sus muros. Es necesario incorporar el análisis, reflexión y elaboración de propuestas en torno a lo que conocemos como “educación a tiempo completo”. Reconocemos que la educación formal de la escuela y la educación no formal, que se da en el espacio de la comunidad local (actividades extraescolares, oferta cultural, deportiva, de ocio, asociativa, etc.), están conectadas en las trayectorias vitales de cada uno de los alumnos y alumnas, y que pueden ser una invitación al compromiso con la transformación de la vida colectiva en nuestros entornos de proximidad. Por ello es necesario conocer y reconocer lo que implica esa relación de la comunidad educativa escolar con el medio y el contexto: sus redes, sus recursos diversos, sus propuestas y actividades, etc., para que puedan estar conectadas entre sí y se complementen en la educación integral colectiva del alumnado.

Después de lo experimentado en esta situación de emergencia es más necesaria la inclusión de todo el alumnado para hacer realidad la escuela pública comunitaria.. Sabemos que la construcción de esta escuela se encuentra con muchos obstáculos. Pero no son insalvables, porque cada vez somos más los que vemos que se están abriendo grandes grietas por donde se atisban posibilidades que nos impulsan a construir la educación y la escuela colectiva que queremos para una vida compartida. Es verdad que estos obstáculos y estas potencialidades requieren de un análisis más amplio y detallado. En definitiva, la construcción de la escuela de lo colectivo es un desafío en el que deseamos seguir implicados y no estamos dispuesta a renunciar a ella.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/04/13/en-esta-crisis-un-desafio-construir-la-escuela-de-lo-colectivo/

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Nueve universidades mexicanas unen esfuerzos ante el COVID-19

Por: Observatorio de Innovación Educativa

El objetivo es sumar esfuerzos para hacer más fácil y accesible la transición de miles de alumnos y profesores a la educación a distancia, durante la contingencia.

Con información de CONECTA.

Nueve universidades mexicanas que integran la Red de Innovación Educativa (RIE360), entre ellas el Tec, UNAM, IPN, y la UAM, lanzaron un sitio web con recursos educativos para innovar la docencia ante el COVID-19. El objetivo de este sitio es sumar esfuerzos para hacer más fácil y accesible la transición de estudiantes, profesores y profesoras a la enseñanza digital a distancia, con mejores prácticas.

En el sitio se pueden encontrar recursos, herramientas y recomendaciones de acceso abierto para desarrollar con éxito programas educativos ante esta emergencia. 

Las universidades participantes son:

  • Tecnológico de Monterrey

  • Universidad Nacional Autónoma de México

  • Benemérita Universidad Autónoma de Puebla

  • Instituto Politécnico Nacional

  • Universidad Anáhuac México

  • Universidad Autónoma Metropolitana

  • Universidad Autónoma de Nuevo León

  • Universidad de Guadalajara

  • Universidad Iberoamericana

Los líderes de diversas universidades mexicanas, cuyas misiones se basan en el desarrollo de la docencia, la investigación y la innovación, se han visto obligados a actuar y a colaborar de manera decidida y audaz ante esta emergencia. Como se ha anunciado estos días, millones de profesores y estudiantes emigraron los cursos presenciales a una modalidad en línea, haciendo uso de distintas plataformas y apoyos tecnológicos.

“Todos tenemos que preguntarnos cómo podemos contribuir a buscar nuevos caminos, porque hay que reconocer que con esta contingencia algo cambió para siempre y al final, cuando la superemos, terminaremos siendo diferentes”, comentó Salvador Alva, presidente del Tecnológico de Monterrey. «Solo aquellos que aprendan a adaptarse al cambio y a actuar rápidamente van a sobrevivir», agregó.

¿Qué es la Red de Innovación Educativa?

La Red de Innovación Educativa es una colaboración estratégica que busca rendir buenos frutos para sus mismas universidades, y para todo el sistema de educación superior del país. Su objetivo es impulsar el desarrollo exitoso de programas educativos y facilitar la transición de estudiantes, profesoras y profesores a la enseñanza a distancia.

Visita el sitio y conoce los Recursos Educativos ante COVID-19 aquí.

Fuente: https://observatorio.tec.mx/edu-news/recursos-educativos-para-innovar-la-docencia-covid19-rie360

Imagen: Free-Photos en Pixabay

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Indígenas y campesinos proponen plan de contingencia en Perú

Por: Tercera Información

Ante la ausencia de un plan de contingencia nacional para atender a los pueblos originarios seis organizaciones indígenas y campesinas proponen un paquete de medidas de emergencia.

Una de ellas es implementar de inmediato un Programa Especial de Difusión Masiva dirigida a las comunidades nativas y campesinas por Radio Nacional y otros medios en lengua materna.

Asimismo, constituir una Comisión Nacional Intersectorial e interinstitucional integrada por diversos sectores del Ejecutivo y las organizaciones indígenas nacionales, para conducir el proceso de emergencia.

Piden también que las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional garanticen la seguridad y auxilien a toda mujer, niña o adolescente huyendo o pidiendo ayuda por casos de violencia en cualquier momento y durante las 24 horas.

En consecuencia, deben habilitarse más centros de refugio y cumplir el Protocolo de Atención a la Víctima, haciendo entrega del Kit de Emergencia.

Otra petición es incluir a las familias nativas y campesinas en el Sistema de Focalización de Hogares (SISFOH) del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social, para evitar exclusiones en la asignación del bono.

Del mismo modo, incluirlas en las listas de distribución de las canastas de alimentos a cargo de las municipalidades distritales.

Las organizaciones indígenas expresan su compromiso para colaborar y supervisar la implementación de las acciones a nivel nacional, regional y local.

Medidas para la etapa de reactivación económica 

El documento propone medidas para la etapa de reactivación económica como incorporar a las comunidades en los programas de compras públicas e implementar proyectos distritales de producción, comercialización y transformación de semillas.

También considera medidas para promover el emprendimiento indígena «fomentando modelos de asociatividad para una justa y adecuada participación en los distintos mercados».

Asimismo, un Programa nacional de forestación de las cuencas alto andinas, con enfoque territorial y en el marco del cambio climático, y un Programa nacional de forestería urbana en los entornos de las ciudades de la costa.

Consideran importante la masiva participación de hombres y mujeres de los barrios marginales, particularmente de las mujeres organizadas, «que garanticen su mantenimiento y gestión sostenible, en un contexto de cambio climático».

Dato:

El documento es suscrito por las organizaciones indígenas nacionales: Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep); Confederación de Nacionalidades Amazónicas del Perú (CONAP), la organización de mujeres Fenmucarinap; la Confederación Campesina del Perú (CCP) y la Unión Nacional de Comunidades Aymaras (UNCA).

Acceda al documento completo con un clic en el siguiente enlace:

– Carta de Organizacipnes Indígenas y Campesinas de Perú (6 de abril 2020) PDF, 4 páginas

Fuente e Imagen: https://www.tercerainformacion.es/articulo/internacional/2020/04/13/indigenas-y-campesinos-proponen-plan-de-contingencia-en-peru

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Dimensión cultural y evolutiva de la Economía del Bien Común

La aparición del covid19 marca el punto de bifurcación en este momento evolutivo de la historia de la humanidad. Es la chispa que provoca la necesaria transformación del actual sistema del capitalismo financiarizado y globalizado, incapaz de reformarse y adaptarse funcionalmente, para evitar que las consecuencias sociales de la crisis económica y la descomposición institucional internacional puedan ser soportables para la mayoría de la población. Porque esta se ve amenazada con un lúgubre futuro. Se abren dos posibles caminos: la barbarie o la hermandad de toda la humanidad cohesionada en torno a una economía y sociedad orientada por y para la Vida, por el Bien Común. En ambos casos será un proceso de naturaleza cultural. Nuestros actuales valores hegemónicos desaparecen y serán sustituidos. Desde 2015 la élite financiera globalista trabaja en ello para dirigir y conducir los cambios en su propio y exclusivo interés. La posibilidad de triunfo de la unidad para el bien común de la humanidad dependerá de la movilización y protagonismo social de todas las culturas, razas y civilizaciones, que transformen la mayoría del 99% en constructora de la nueva institucionalidad sobre nuevos valores dominantes. La transición será un proceso evolutivo a partir del existente, eliminando lo perjudicial para la Vida, supervivencia y cohesión social, cambiando lo valido del sistema actual para que sea más eficiente, y desarrollando la metodología y herramientas de la EBC para atender las exigencias del sistema productivo y las demandas sociales del nuevo tiempo. La unidad de toda la Humanidad cohesionada como UNA dará pie a nuevas emergencias cuánticas y capacidades inimaginables hoy. Porque la Unidad es mucho más que la suma de las partes.

Yuval Noah Harari escribe “Sapiens. De animales a dioses. Una breve historia de la humanidad” [1] en 2013, de la que se han vendido más de diez millones de ejemplares y traducido a más de treinta idiomas, y su continuación “Homo Deus. Breve historia del mañana” en 2015 [2], mismo año de la ya famosa conferencia de Bill Gates sobre la amenaza de una pandemia mundial provocada por un coronavirus. En esta narrativa de Yuval N. Harari se reescribe la historia de la humanidad con una visión de darwinismo social, los fuertes sobreviven los débiles mueren. En la segunda se quiere construir la “narrativa” de una humanidad individualista, egoísta y sin ética (defiende que los Derechos Humanos es una convención intersubjetiva a la que se le ha acabado su tiempo, igual que a todas las religiones) gobernada por el Big Data (habla de dataismo como nueva religión) en una sociedad clasista donde una minoría, que dispone de los recursos necesarios, cuasi inmortal por los avances de la ciencia en la cuarta revolución industrial, viviría en un nuevo Olimpo gobernando a las masas que vivirían entre sus miserias y frustraciones con una renta básica para consumo. Desde 2015 en el Foro Económico Mundial se viene debatiendo sobre desigualdad, cambio climático, Renta Básica, etc., temas no considerados con anterioridad. Harari escribe su último libro “21 lecciones para el S. XXI” [3] en 2018 al que todos los grandes medios de comunicación escrita y audiovisual dedican grandes espacios de promoción, incluso tiene una página propia el libro en Wikipedia. Henry Kissinger de 96 años, dirigente durante años del Club Bilderberg, publica el 3 de abril un artículo de opinión en Wall Street Journal [4] donde defiende que el covid19 provocará un nuevo orden mundial liberal.

Contextualicemos. En 2007/8 se produce la gran depresión económica de la que no hemos llegado a salir, que mantiene al sistema en la UCI con continuas transfusiones financieras desde los Bancos Centrales y Reserva Federal repartiendo dinero a las entidades financieras y grandes Corporaciones a través de las Expansiones Cuantitativas (QE) provocando un mar de deudas privadas y públicas impagables. Los efectos del cambio climático cada vez son más evidentes y provoca movilizaciones masivas internacionales cuestionando el sistema. Las guerras locales no se ganan, provocan destrucción de los Estados-naciones y migraciones masivas de sus poblaciones. La institucionalidad internacional se viola, ningunea y se deja de financiar. Las movilizaciones desde 2011 (15M, Ocupa Wall Street, chalecos amarillos, feminismo, cambio climático, …) se universalizan cuestionando el sistema. Christian Felber había presentado en 2010 su libro Economía del Bien Común, mientras, también en 2010, presentaban en la ONU Leonardo Boff y Miguel D´Escoto su propuesta de Declaración del Bien Común de la Tierra y Humanidad. Comienza la cuarta revolución industrial. China empieza a implantar su Nueva Franja y Ruta de la Seda, recrudeciendo la lucha por la hegemonía entre las distintas élites internacionales. Putin en Rusia consolida y amplía su apoyo social, convirtiéndose en rival militar de EE. UU. El Parlamento británico aprueba la convocatoria del referéndum para el Brexit. Donald Trump se instala en la Casa Blanca en 2016. Las élites nacionales-continentales parecen doblarles el pulso a las élites financieras globalistas. En 2013 Harari escribe su primer libro y desde 2015 es ponente en el Foro Económico Mundial dirigido por las élites financieras globalistas. El partido Syriza gobierna en Grecia, y Podemos surge con fuerza en España.

Carlos Tuya, casualmente, publica también en 2015 su libro “Evolución, cultura y Socialismo. La dimensión ideológica de las ciencias humanas y sociales” [5] de donde se puede extraer la narrativa alternativa a la planteada por Harari, y basada en las modernas teorías de la evolución de las sociedades humanas, a la luz de las ciencias neurológicas, biológicas y sociológicas.

La historia de la aparición y evolución de la Vida es la historia de la complejidad basada en cooperación y simbiosis, en seres que desarrollan nuevas capacidades emergentes como consecuencia de las uniones cada vez más complejas, en las que intervienen las mutaciones genéticas provocadas por virus. Los especímenes que logran adaptarse a las nuevas condiciones progresan. Hasta que aparece el Homo con un cerebro capaz de crear herramientas y un lenguaje articulado y conceptual que propicia un sistema social. A la evolución biológica se le une la evolución social, que se convierte en la forma característica de evolución de nuestra especie. Sociedades cada vez más amplias y complejas. Lo que evolucionan son las sociedades, no los individuos. Y esto es posible por la dimensión cultural de nuestro cerebro. No evoluciona el cerebro sino lo que hace el cerebro en contacto con otros cerebros gracias a la sociabilidad del ser humano. Porque el ser humano piensa y actúa, actúa y piensa. Su voluntad determina los cambios. Y llega a ser la única especie que logra modificar su propio medioambiente, interfiriendo así en la evolución de las demás especies. Y hemos llegado a este momento de irresponsabilidad en que hemos provocado la extinción de muchas especies y nos ponemos en peligro nosotros mismos como especie.

La evolución de las sociedades humanas se produce cuando se dan las condiciones objetivas para la transformación a un estadio superior, pero de forma probabilística, porque somos nosotros mismos los agentes del cambio, y lo hacemos enfrentados a otros que se oponen, y enfrentados a otros que pugnan por dirigir los cambios en otra dirección. No siempre el cambio es para bien de la mayoría. La historia tiene ejemplos de retrocesos. De nosotros y de nuestra fuerza depende el propósito final que tenga la transformación social. Vendrá determinada por los valores que al final triunfen. La cultura, ciencia y técnica, se carga de ideología. Y en la resolución de esta lucha ideológica poscovid19 nos jugamos el futuro, si es que lo tiene, de la humanidad. Lo que digan los científicos y técnicos nos dicen los Jefes de Estado de todos los países es lo que se hace frente al covid19. Pero ¿quién pone al frente de la OMS a su director? ¿Y Harari es otro científico?

Creamos el futuro imaginándolo. Convirtiéndolo en la utopía-meta por la que merece la pena caminar, esforzarse y luchar. Hoy solo hay dos visiones holísticas de ese futuro que defienden intereses sociales diferentes, acompañado por una tercera de los que quieren involucionar a un pasado imposible encerrándose en sus nacionalismos. La de la élite financiera globalista representada por Harari, basada en una estrategia de miedo y parálisis social que posibilite su implantación en su propio beneficio, ya que se considera a sí misma como dueña del mundo; y la de Felber, Boff y D´Escoto aunando las parciales de ecologistas, feministas, derechos humanos, economía social y solidaria, sindicales y multitud de movimientos y organizaciones sociales de todo el mundo. Las distingue su modelo cultural, su dimensión moral. Porque cultura es la manera en que interpretamos la sociedad en la que vivimos y nuestra función en ella. Qué producimos, con qué medios técnicos y para quienes. Y la narrativa que la justifica y legítima.

En la evolución social lo que cambia y se transforma es la sociedad, no los individuos considerados de forma aislada, por lo que los virus ya no cumplen su papel de catalizadores para el salto cualitativo de la especie como defiende Harari. Y en esta transformación evolucionamos sus integrantes a través de su nueva cultura, entendida como conceptos, normas y valores dominantes. Al cambiar los valores, motivaciones y objetivos sociales estaremos realizando una profunda transformación espiritual de toda la sociedad humana y de las personas individualmente consideradas. Por eso, y dentro del 99%, se encuentran todas las creencias religiosas que existen hoy, llamadas a un profundo diálogo intercultural e interreligioso para aflorar e integrar la ética del Bien Común de la Humanidad, el “demos” de esa Humanidad UNA.

Felber al escribir en 2010 La Economía del Bien Común intenta imaginar como podría funcionar ese otro mundo mejor posible. Y con su acción, consciente o no de lo que hacía, desata y libera la guerra ideológica para su plasmación. Quién no tiene estrategia propia juega con la estrategia de sus rivales oponentes. Sus acciones son reactivas, a la defensiva, mientras se ve cada vez más encerrado y maniatado. La Economía del Bien Común se ha presentado a las instituciones y empresas. Al principio bien acogida, pero al final ninguneada. No podemos engañarnos a nosotros mismos. No se impondrá si no hay un clamor masivo para ello. ¿Y como llegamos a miles de millones de seres humanos de la multitud de razas, lenguas y nacionalidades cuando muchos no saben ni leer ni escribir, o simplemente no están habituados a razonar? A través de sus creencias mas profundas transmitidas verbalmente de generación a generación. Recuperando la sabiduría ancestral de los pueblos, de todas las culturas, razas y civilizaciones.

Notas:

[1] Yuval Noah Harari. Sapiens. De animales a dioses. Una breve historia de la humanidad. Penguin Random House Grupo editorial S.A.U. 2014 España. Comentario de Carlos Martínez Shaw en el País https://elpais.com/cultura/2014/09/10/babelia/1410363451_494455.html

[2] Yuval Noah Harari. Homo Deus. Breve historia del mañana. Penguin Random House Grupo editorial S.A.U. 2017 España. Comentario de Jorge Wagensberg en el País https://elpais.com/cultura/2016/10/19/babelia/1476869722_225744.html

[3] Yuval Noah Harari. 21 lecciones para el S. XXI. https://es.wikipedia.org/wiki/21_lecciones_para_el_siglo_XXI

[4] Henry Kissinger Opinion. Wall Street Journal 03.04.2020 https://www.wsj.com/articles/the-coronavirus-pandemic-will-forever-alter-the-world-order-11585953005

[5] Carlos Tuya. Evolución, cultura y socialismo. 2015. https://www.iberlibro.com/servlet/BookDetailsPL?bi=17480609528&cm_sp=seedet-_-plp-_-bdp

Fuente: https://rebelion.org/dimension-cultural-y-evolutiva-de-la-economia-del-bien-comun/

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