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Coronavirus: de la crisis sanitaria a la educativa

Algunas “pistas” para abordar la cuestión en educación media.

Celsa Puente

_ Este texto nació del intercambio valioso que mantengo a diario con muchos colegas, pero es necesario señalar especialmente que la profesora Valeria Di Píramo ofreció con mucha generosidad varias de las ideas aquí presentadas._

El 13 de marzo Uruguay ingresó a los países que debieron tomar medidas con respecto a la pandemia mundial del coronavirus. Hasta esa fecha, todos los uruguayos vivimos como si estuviéramos mágicamente exonerados de la cuestión mundial. Es una actitud que tenemos con más frecuencia de lo que podemos asumir conscientemente. Habitualmente nos sentimos diferentes del resto del mundo, incluso de quienes son muy parecidos a nosotros, como ocurre con los ciudadanos del otro margen del Río de La Plata. Tenemos cierta jactancia de nuestra condición. Es cierto que somos pocos, que tenemos un país pequeño y hay algo de la dimensión de lo humano que, a pesar de los pesares, siempre nos hace sentir que podremos sobrellevar con dignidad las desgracias más definitivas.

Hasta el 13 de marzo –ese viernes inolvidable– todos creíamos que estábamos salvados en una suerte de inmunidad “a la uruguaya”, pero la realidad se encargó de mostrarnos que no somos tan especiales como creíamos, ni permaneceremos al borde de la ruta que el coronavirus inició a fines de diciembre, con intenciones claras de atravesar el mundo.

Ese fin de semana sirvió para tramitar el estado de estupefacción en el que algunos quedamos y comprender que aunque el epicentro de la enfermedad estuviera durante los meses de diciembre y enero en China –espacio exótico a nuestros ojos, en el punto geográfico opuesto al nuestro–, el virus se venía trasladando. A fines de febrero, el epicentro geográfico pasó a ser Italia y luego España. Esa cercanía debió alertarnos, pero no reaccionamos, y el lunes siguiente a la aparición de los primeros casos en Uruguay, las preguntas empezaron a surgir en forma desbordada. ¿Qué haremos los educadores sin poder asistir a los centros educativos a menos de 15 días de iniciados los cursos? ¿Cómo sostendremos una práctica pedagógica a distancia para cuidar la salud de todos, pero aprovechando el tiempo de estar en casa en condiciones de confinamiento?

Las señales no se hicieron esperar y la reacción de un conjunto de docentes fue inmediata. Se pusieron en marcha en forma espontánea mecanismos variados, echando mano de la amplia variedad de herramientas que están disponibles, con la intención inicial de cuidar el vínculo con los estudiantes.

La suspensión de la posibilidad de concurrir a los centros educativos abrió el desafío de sumergirnos en el vínculo educativo virtual. Sin lugar a dudas pesaron en esta reacción inmediata del profesorado los antecedentes memorables del trayecto realizado por Plan Ceibal, no sólo porque desde 2007 en Uruguay se realiza el reparto de dispositivos de uso personal a escolares, liceales y docentes, sino porque –incluso– algunos liceos cuentan con dispositivos de uso institucional (notebooks y tablets) que ofician como instrumentos fundamentales. Plan Ceibal también incursionó en la formación de los docentes y propuso desde siempre que la tecnología debía estar al servicio de la pedagogía, y aunque muchos docentes venían postergando la incursión al mundo de la virtualidad como complemento del trabajo en clase, la idea ya estaba sembrada en nuestras cabezas y nuestros corazones. Esta aseveración no pretende negar que existen quienes resisten con fortaleza y desmerecen el trabajo en línea por múltiples causas, que pasan por su propia resistencia a actualizarse, a pensar en lo nuevo, a repensar su rol en un “espacio” diferente al del aula material, y también, en una lectura desde el campo profesional de quien escribe, por el temor siempre vigente y más propio de un libro de ciencia ficción que de la realidad: ser sustituidos por las máquinas. Hoy estamos frente a una situación límite, Plan Ceibal hizo su tarea formidable y esa labor muestra sus efectos en una circunstancia como esta.

Uruguay tiene una condición adicionalmente buena para los vínculos virtuales: es un país con fuerte conectividad a internet. Tenemos internet disponible en forma gratuita en los espacios públicos, en plazas y centros educativos. El problema que se suscita ahora es fundamentalmente la restricción de circulación y la imposibilidad de trasladarse a esos espacios. Sin embargo, inmediatamente se abrió la posibilidad de contar con cinco gigas gratuitos en los celulares que dependen de la empresa estatal Antel como forma de dar una respuesta rápida que facilitara el uso de los dispositivos móviles.

Es necesario puntualizar que, aun con las buenas condiciones enunciadas, con el excelente trabajo previo llevado adelante por Plan Ceibal y con conectividad disponible, la presencialidad es un rasgo indiscutible a la hora de pensar en las relaciones pedagógicas, sobre todo con niñas, niños y adolescentes, y si bien es cierto que hay algunas experiencias muy valiosas de ofrecimientos educativos sostenidos en la virtualidad –o al menos en la semipresencialidad–, en su gran mayoría están dirigidos a la población adulta.

El escenario de la llegada de la covid-19 a nuestro país pone en jaque esa tradición presencial en las aulas y propone un aislamiento físico que pretendemos que no se traduzca en aislamiento social y mucho menos pedagógico, pero que debe resolver el aprendizaje de los y las adolescentes sin que medien, al menos por un tiempo, las instancias presenciales.

La Semana de Turismo ha oficiado como bisagra entre las primeras semanas del año lectivo en que se suscitó el surgimiento de propuestas virtuales a la manera de un volcán, en el que cada docente hizo uso de los soportes y mecanismos que conocía y que le parecieron más adecuados para mantener las actividades de clase, y una situación que parece extenderse inexorablemente por lo menos durante este primer semestre del año. Deberán, por tanto, existir coordenadas claras y una buena planificación pensando escenarios familiares variados, así como una comunicación eficaz que oriente a las familias y que permita prevenir el peor efecto que toda esta situación seguramente generará si no se trabaja con mucha planificación y mensajes definidos: la desvinculación estudiantil.

Algunas consideraciones imprescindibles

El primer aspecto es el que refiere a la comunicación: comunicar claramente a través de los medios masivos toda la información relacionada al funcionamiento y organización que tendrá el desarrollo de los cursos durante este primer semestre del año. Para ello consideramos necesario usar todos los medios masivos, como los canales de televisión abierta, las radios y la prensa en general, a los efectos de asegurar la llegada a todas las familias. Si no se trabaja con eficacia es inevitable que la desvinculación de los estudiantes sea la característica de este año educativo. Uruguay ha hecho un recorrido muy importante en la última década en relación al desarrollo conceptual de la educación media como derecho humano fundamental; es imprescindible rescatar y reforzar el trabajo que se viene haciendo y recordar el compromiso de Estado de que todas las personas de hasta 17 años deben estar incluidas en algún centro educativo. El primer paso es, entonces, informar para erradicar la confusión inicial y brindar información de calidad que oriente tanto a las familias como a niños, niñas y adolescentes. Muchos adolescentes aún no han incursionado en las plataformas educativas ni han tenido vínculos de ningún tenor con sus centros educativos y sus profesores. Es imprescindible salir a recuperarlos, y el camino del regreso se realiza con comunicación clara que no admita dobles interpretaciones.

Para complementar los mensajes a través de los medios masivos, es necesario armar “mesas de ayuda” destinadas a aclarar dudas de las familias. Pensamos en equipos receptores de consultas por medio de correo electrónico y de líneas telefónicas en días y horarios definidos. Estas deberán ser atendidas por el personal liceal: funcionarios administrativos, secretarios y todo el personal de docencia indirecta (adscriptos, preparadores de laboratorio, profesores orientadores bibliográficos, etcétera). Para que funcionen correctamente es necesario instruir a la población a través de campañas en los medios. Cada persona que realice su consulta debe contar con los datos precisos que resultan imprescindibles: nombre completo del alumno, cédula de identidad y grupo. También es necesario que exprese con claridad y brevedad su problema, por ejemplo: “No tengo conexión a internet”, “Mi hija tiene la ceibalita rota”, “No sabemos cómo acceder a las plataformas”, “No ha podido conectarse con sus profes”.

Surgirán seguramente los problemas relacionados con el hardware, por lo que será necesario disponer del préstamo de todas las ceibalitas que están asignadas a los centros educativos y que, en este momento, están inutilizadas, y ofrecer temporariamente otras de las que el propio Plan Ceibal pueda disponer. También es imprescindible generar una alianza entre la Facultad de Ingeniería y Plan Ceibal y la propia Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información para reparar con rapidez todos los equipos que no funcionan o que puedan tener fallas.

Dar respuestas claras, generar un marco de acción común, cuidar la desvinculación y salvaguardar a nuestros estudiantes de la soledad y la endogamia familiar parecen ser hoy imperativos que no admiten demora.

Pero es claro que, si bien los aspectos materiales son significativamente importantes, es necesario organizar la gestión y la práctica pedagógica. Hemos perdido por ahora la contextura edilicia, pero la educación es mucho más que lo edilicio. En el caso de los liceos, hay que retornar a las coordinaciones –que ya muchos centros realizan– en días y horarios que ya estaban establecidos por medio de alguna de las plataformas que habilitan a muchos participantes (como el caso de Zoom), por una parte porque restablecer el contacto con colegas es siempre necesario, pero además hay que generar espacios para evacuar dudas y planificar actividades en equipo. La virtualidad suele dejarnos cierta sensación de soledad que hay que erradicar provocando el encuentro con colegas. En el caso del trabajo por asignatura, consideramos que realizar salas virtuales por zonas y/o centros educativos, con el liderazgo de la inspección de cada uno de los campos del saber, permitirá sistematizar experiencias valiosas y recoger los modos de trabajo que cada profesional va descubriendo. Dejar en cualquier caso los canales de comunicación abiertos siempre: correo electrónico, líneas telefónicas específicas, Whatsapp, etcétera.Es necesario señalar que nada podrá prosperar si no existe una redefinición clara de objetivos en relación al curso y cada una de las asignaturas, sin desconocer que el gran objetivo transversal en esta situación es sostener el vínculo con los estudiantes.

Por otra parte, cada centro debe contar con figuras responsables por liceo de todo lo referido a la tecnología y sus usos, para que canalicen dudas y vehiculicen la comunicación entre estudiantes y docentes a los efectos de organizar el trabajo. En el caso de los liceos dependientes del Consejo de Educación Secundaria (CES), contamos con el Profesor Orientador en Informática y Tecnología Educativa (POITE). En su perfil, aprobado por el CES el 13 de noviembre de 2014, se establece que una de sus funciones esenciales es constituirse en un “facilitador” para acercar la tecnología al resto de la comunidad educativa, para promover su uso y colaborar en los desafíos pedagógicos que implican su incorporación al aula. Investigará y asesorará al resto de los actores institucionales sobre el uso de los distintos recursos digitales existentes, las potencialidades que tienen y las habilidades que requiere su uso (CES, Resolución del Expediente 3/15662, 13/11/2014). Hoy su lugar ha tomado un valor especial, pues muchos colegas educadores necesitan de la presencia de estas figuras para recibir orientación en relación al uso de plataformas y otras herramientas posibilitadoras del encuentro con el grupo.

De la experiencia espontánea nacida de la buena disposición de los docentes en estas primeras semanas se confirmó que, si no se organizan los encuentros, pueden acumularse múltiples demandas para los estudiantes, y se corre el riesgo de provocar el efecto contrario al deseado, pero también de sobrecargar de tareas a los educadores. Creemos que es imprescindible posibilitar el contacto virtual con frecuencia semanal para generar hábitos, completar explicaciones o aclarar pautas y consignas de los trabajos propuestos en un horario bien planificado. Pensamos en un espacio en el que hacer devoluciones, socializar dudas, inquietudes y avanzar en algún contenido que sea esencial para continuar proponiendo actividades para la semana siguiente. Por eso aconsejamos respetar el horario de clase. En caso de lograr el encuentro sincrónico con los estudiantes, por medio de alguna plataforma que habilite el encuentro a la manera de una “presencia virtual”, sería deseable que la grabación quedara habilitada al menos 48 horas después de la clase para posibilitar que aquellos estudiantes que por problemas técnicos o imposibilidad de contar con un dispositivo para acceder al contacto cuenten con el tiempo adecuado para acceder a la clase. Es necesario pensar en todos y dejar de tener discursos que sólo vayan orientados a niños, niñas y jóvenes de clase media. Se hace imprescindible incorporar en los diseños con sensibilidad la situación de muchos estudiantes de clases bajas que están acuciados por infinidad de problemas; la conectividad, la disponibilidad de un espacio en el hogar y la propia pobreza formativa de los adultos que los rodean son apenas una aproximación a las grandes problemáticas que deben asumir cotidianamente. “La piola se corta siempre por el lado más débil”, expresa un famoso dicho popular, y todos sabemos que el lado débil de la piola siempre es el de la educación, máxime en estas condiciones. Por lo tanto, si nos proponemos abordar todo el abanico de situaciones diversas de nuestros jóvenes y tener claro que nada debe impedir que todos los estudiantes uruguayos estudien, debemos tener en cuenta que si se agotaron los caminos por medio de la tecnología, ya sea porque no se pudo resolver la conectividad en el hogar; la conectividad es limitada y son muchos miembros en la familia; no hay suficientes dispositivos, o cualquier otro impedimento, es necesario recurrir a métodos más tradicionales. Quizás pueda implementarse una modalidad en papel, armando “paquetes” con actividades fotocopiadas que puedan ser entregados quincenalmente. Cada paquete debe tener las mismas actividades o equivalentes a las que los otros integrantes del grupo hacen en línea.

Entre el 16 de marzo y el 5 de abril hemos visto muchos videos motivadores realizados desde los centros educativos. Algunas de estas producciones fueron hechas por los profesores y equipos de directivos y adscriptos para convocar a los estudiantes y mitigar la soledad. “Estamos contigo”, repiten los protagonistas de una de estas producciones, como frase que se reitera para dar lugar a la presencia adulta aunque parezca invisible. Otros fueron un poco más explícitos, de discursos más largos y forjados desde la aclaración de la situación, dando indicaciones para adherirse a los nuevos formatos y soportes educativos. Asumir “lo que toca”, dice un video argentino que se viralizó, “ya sabemos que no es justo”, “nunca es un momento propicio para lo que toca […] por eso decimos que “toca” porque te embate, te embiste, te trastoca […].

La situación parece más compleja aún con un Codicen que no termina de conformarse y unos consejos desconcentrados aún sin nueva integración, en los que las autoridades salientes parecen “congeladas” y las entrantes, aún no nombradas, no tienen investidura para actuar. Esto se constituye en un obstáculo importante. La rapidez a la hora de dar directivas puede ser determinante para aprovechar el caudal que los docentes ya demostraron tener, para así organizar un semestre de trabajo que sea fértil y permita sostener el sistema educativo a pesar de la pandemia. Aun cuando se maneje en el discurso el regreso a clases presenciales en las localidades rurales –que tampoco se constituyen en un universo uniforme, pues hay centros con pocos alumnos y otros con muchísimos–, la realidad es que esta pandemia aún no da tregua y pasará mucho tiempo antes de que podamos habitar el aula como solíamos hacerlo. Dar respuestas claras, generar un marco de acción común, cuidar la desvinculación y salvaguardar a nuestros estudiantes de la soledad y la endogamia familiar parecen ser hoy imperativos que no admiten demora. La gestión, los mensajes claros y el aprovechamiento de la capacidad tecnológica del país, junto con el compromiso de los educadores, parecen constituir un escenario excelente si se actúa con la rapidez y la precisión que las circunstancias reclaman.

Celsa Puente es profesora de Literatura y fue directora del Consejo de Educación Secundaria.

Fuente: https://ladiaria.com.uy/articulo/2020/4/coronavirus-de-la-crisis-sanitaria-a-la-educativa/

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El virus que cambió el mundo hace 500 años

Por: Atawallpa Oviedo Freire

Hace 500 años, junto con los conquistadores europeos, llegaron a Abya Yala (Amerindia) varios virus, como la viruela y el sarampión, que de acuerdo a la mayoría de estudiosos mataron alrededor de 55 millones de personas en todo el continente [1]. Ahora, con el coronavirus podemos imaginar la magnitud de tal etnocidio. Solo sobrevivieron los pocos que se inmunizaron -tal como pasó en Eurasia con estos mismos virus y con otros tantos más-.

Un grupo de científicos del University College de Londres (Reino Unido) encabezados por Alexander Koch, en su artículo publicado en Quaternary Science Reviews, señalan que la población existente en América antes del primer contacto con los europeos en 1492 era de alrededor de 60 millones de personas (aproximadamente el 10% de la población mundial).  Luego analizaron cómo cambiaron esos números en las siguientes décadas por la devastación por enfermedades introducidas (viruela, sarampión, etc.), las guerras, la esclavitud y el colapso social, llegando a la conclusión de que la población se redujo a solo 5 o 6 millones en un período de cien años.[2]

En su Historia General de las Cosas de la Nueva España, fray Bernardino de Sahagún escribía sobre los indígenas: «Las gentes se van acabando con gran prisa, no tanto por los malos tratamientos que se les hacen, como por las pestilencias que Dios les envía. En 1520, cuando echaron de México por guerra a los españoles, hubo una pestilencia de viruelas donde murió casi infinita gente. Después de haber ganado los españoles esta Nueva España, en 1545 hubo una pestilencia grandísima y universal, donde murió la mayor parte de la gente que en ella había. Ahora, en agosto de 1576, comenzó una pestilencia universal y grande, la cual ha ya tres meses que corre, y ha muerto mucha gente, y muere y va muriendo cada día más».

Fueron estos virus los que diezmaron y derrotaron a los pueblos indígenas, de lo cual se aprovecharon los conquistadores europeos para “hacerse” de América. Este “hacerse”, significó posesionarse de toda su riqueza y llevársela a Europa, lo que les permitió construir la modernidad y el capitalismo. Si no hubiera sucedido esto con el virus, que eliminó a casi la totalidad de nativos americanos, jamás hubiese surgido el capitalismo en Europa y quizás en ninguna otra parte del mundo. O, si a pesar del virus, Amerindia no hubiera contado con inmensas riquezas, tampoco hubiera sido posible el renacimiento de Europa, la que era muy pobre luego de los 1.000 años de penumbras que abarcaron toda la Edad Media, y si no se habrían encontrado con las riquezas de Amerindia se habría seguramente extendido hasta la actualidad. Pues… ¿con qué recursos hubieran podido levantarse? No cabe duda que fue gracias a las riquezas de los pueblos amerindios que pudieron alcanzar su esplendor para luego gobernar el mundo, a partir de esa situación viral.

El mundo cambió con la invasión a América y como consecuencia del virus de la viruela. Fue este virus el que venció al comunitarismo de Amerindia, produciéndose una “revolución viral” de la cual sacaron provecho las monarquías europeas para dar un vuelco de 180 grados y hacer emerger la modernidad que diera origen al capitalismo. El cual, a lo largo de estos 500 años ha destruido casi completamente a las culturas indígenas y a su sistema milenario de tipo comunal, que creó tanta riqueza. Como sabemos, mientras en Europa arrasaba la hambruna, las enfermedades y la delincuencia; Amerindia era muy rica, casi sin enfermedades y sin delitos.

Si este virus no hubiera podido conquistar Amerindia que, en un período de 100 años -desde 1492 hasta 1593 en que terminó la conquista completa de lo que hoy es Argentina- perdió entre el 80 o 90% de su población, cómo hubieran podido lograrlo con 60 millones de amerindios, pero, sí fue posible con los apenas 6 millones que sobrevivieron esparcidos en un inmenso continente, a pesar del poco número que eran los europeos. Vale acotar que al virus se suma la brutalidad del conquistador, pero por más crueles o “rambos” que hayan sido sin el virus que exterminó fácilmente a millones, sin necesidad de utilizar ninguna arma bélica y sin contar con ningún recurso económico que dispensar, hubiera sido imposible.

Los que hablan de la “leyenda negra” suelen solamente hacer foco en la nociva acción de cada uno de los conquistadores y los defensores de la “leyenda rosa” ponen el acento en lo aguerridos e inteligentes que fueron los “civilizadores”; cuando el asunto definitorio fue el virus: la principal arma mortal de los europeos. Fue el virus el que conquistó Amerindia y la destruyó, para sobre sus cenizas montarse las monarquías europeas, sacando ventaja de ello y dar un giro al mundo con la creación del oscuro capitalismo.

Si hoy todos están asustados y paralizados ante el coronavirus, cómo habrán estado los pueblos amerindios ante un extraño extranjero que portaba algo inidentificable que los mataba con su sola presencia o, en la mayoría de los casos, sin siquiera conocer personalmente a los conquistadores, pues los virus se propagaban más rápidamente que sus difusores. Se habrán preguntado a sí mismos, qué poderes tienen estos hombres para matarnos tan fácilmente. Todo lo cual les hizo rendirse ante tan potente enemigo, pues, lo más peligroso no era ni la inteligencia ni la soberbia del conquistador sino la muerte que venía con él, y que luego, cuando se las identificó fueron llamadas las “enfermedades blancas”. Las armas sofisticadas, los caballos, las armaduras y todo lo demás que trajeron solo fueron un complemento para lograr el sometimiento de los pocos amerindios sobrevivientes.

El virus de la viruela en Amerindia no necesitó aislar e individualizar a la población, sino que se abrió fácilmente y acabó con muchas comunidades de un solo golpe. En el capitalismo, el virus actúa de una manera y en las sociedades comunitarias -que están desprotegidas de estos males- se vuelve un asesinato en masa, algo que los europeos lo sabían pues vivieron aquello y sabían lo que les estaba pasando a los amerindios. Incluso lo hicieron de forma intencionada, “Uno de los episodios más trágicos, considerado precursor de la guerra biológica, tuvo lugar en el fuerte Pitt (actual Pittsburgh, en Pensilvania) en 1763, cuando las tropas británicas, dirigidas por el mariscal Jeffrey Amherst, distribuyeron a los indios mantas impregnadas con el virus”. [3]

Entonces, Byung Chul Han se equivoca cuando dice [4] que “El virus no vencerá al capitalismo. La revolución viral no llegará a producirse. Ningún virus es capaz de hacer la revolución. El virus nos aísla e individualiza. No genera ningún sentimiento colectivo fuerte. De algún modo, cada uno se preocupa solo de su propia supervivencia. La solidaridad consistente en guardar distancias mutuas no es una solidaridad que permita soñar con una sociedad distinta, más pacífica, más justa. No podemos dejar la revolución en manos del virus. Confiemos en que tras el virus venga una revolución humana. Somos NOSOTROS, PERSONAS dotadas de RAZÓN, quienes tenemos que repensar y restringir radicalmente el capitalismo destructivo, y también nuestra ilimitada y destructiva movilidad, para salvarnos a nosotros, para salvar el clima y nuestro bello planeta”.

Por otro lado, fue la RAZÓN la que construyó el “capitalismo destructivo” a través de la anulación de lo sensible, del emocionar, de los afectos, de lo femenino, por parte de una “Razón Oscura” que tiene en su esencia una ilimitada y destructiva movilidad. Estamos de acuerdo con Alain Touraine [5], cuando dice que ahora es fundamental “el derrumbamiento de la razón en el centro de la personalidad y la recomposición de los afectos en torno a la razón y la comunicación, una sociedad del care [en inglés, cuidados].”

Por cierto, no es el ser humano como tal el destructor sino los hombres del capitalismo. Muchos pretenden culpar de la crisis climática y del coronavirus al ser humano en particular, con ello dejando al sistema libre de responsabilidad. Se escucha en muchos, que el ser humano es depredador por naturaleza y que está bien que el coronavirus nos mate porque somos asesinos en potencia. Se ha acentuado el discurso neoliberal, que pasa el problema o el triunfo al individuo como tal, para que la mayoría de la población mundial agache la cabeza y unos cuantos individuos se hagan del poder y del “gobierno mundial”, bajo el argumento de que el ser humano en sí mismo es peligroso y necesita o tiene que ser vigilado y controlado. Con ello, la instauración plena de la sociedad de claustro, de la que hemos explicado en nuestro último libro titulado con el mismo nombre.

Seguramente, a este momento de la lectura, nuestros contradictores estarán queriendo desmoronar nuestra teoría y estarán diciendo que la viruela no mató a tantos o que ese virus no fue el que permitió el triunfo de los conquistadores sobre las poblaciones nativas. Sin embargo, lo que no pueden negar es que la modernidad surgió luego de la invasión de Amerindia y a partir de sus riquezas, sin lo cual nada hubiera cambiado de los 1.000 años en que ya vivía Europa en la miseria.

Si dudan de que el virus mató a tantas personas en Amerindia, entonces, recordemos lo que hizo en Eurasia, en donde estos virus produjeron similares situaciones de muerte, sufrimiento y quiebra económica. Desde que aparecieron los primeros brotes en las cuencas del Tigris y el Éufrates, en Mesopotamia en el siglo V a. C. en las primeras ciudades que surgieron en el mundo y que concentraban mucha población; pasando por el imperio romano que entre el año 165-180 mató a 5 millones de personas; hasta el siglo XIX en que en Europa mató a 400.000 personas; se calcula que en todo este periodo de 2.500 años fueron muertas por la viruela 300 millones de personas. De hecho, recién fue erradicada en el año 1980 [6].

Según los científicos Màrius Belles, físico y profesor de Secundaria y Bachillerato, y Daniel Arbós, biólogo y periodista científico, en su publicación “14 maneras de destruir a la humanidad” (Next Door Publishers), hasta la fecha, el más letal de los virus  ha sido el ‘Variola virus’ causante de la viruela, que no ha provocado brotes tan concentrados en el tiempo “pero su supervivencia a lo largo de los siglos lo ha catapultado a ser el homicida número uno, calculándose que ha matado 300 millones de humanos, aparte de dejar numerosas personas con la piel marcada.[7]

Por otro lado, los estudiosos de Amerindia solo se han referido a la viruela y al sarampión, pero la peste negra también afectó a los indígenas, pues algunos europeos la portaban, ya que en el siglo XIV, es decir, 100 años antes de que llegaran a América, les afectó y fallecieron entre 75 y 200 millones de personas, lo que representaba el 30 y 50% de la población de Europa. Entonces, no es descabellado pensar que hayan muerto 55 millones de amerindios hace 500 años, que eran susceptibles e indefensos a los virus, y no solo al de la viruela y al del sarampión, sino a otros virus. Se conoce que la epidemia de viruela en América fue seguida por la de sarampión entre 1530-31, el tifus en 1546 y la gripe en 1558. La difteria, las paperas, la sífilis y la peste neumónica también golpearon fuerte en la población. Incluso la malaria y la fiebre amarilla, que se suponen de forma errónea naturales de América, pero están causadas por microbios originarios de los trópicos del Viejo Mundo, fueron introducidos en América por los europeos y los esclavos africanos [8].

Es más, la tercera ola de la peste negra duró más de un siglo (1855-1959) y se extendió a los cinco continentes, matando a más indígenas y a otros pobladores. La pandemia dejó unos 12 millones de muertos en toda Eurasia, principalmente en la India [9]. Por tanto, si la tercera peste se expandió por todo el mundo y duró 100 años, es obvio que llegó también hace 500 años a Amerindia con los conquistadores causando también grandes estragos en las poblaciones originarias.

Entonces, si hubo un 90 % de fallecidos en Amerindia, esto también diezmó psicológicamente a los que sobrevivieron por tantos y diferentes virus que les fueron eliminando, además del virus de la codicia con el que llegaron los conquistadores. Todo lo cual facilitó para que se fueran llevando la inmensa riqueza que poseía Amerindia y que luego de 200 años de afectación de la peste negra pudieran sobreponerse, dejando paralelamente en la miseria a Amerindia hasta el día de hoy.

Virus que siguen actuando y eliminando a las poblaciones actuales. Los pueblos de la Amazonia, que fueron colonizados hace un poco más de 100 años también han sido afectados por diferentes virus. Todos ellos traídos por la civilización y que les afectó enormemente. Si esto pasa actualmente, cómo sería hace 500 años. Las amerindias son poblaciones muy sanas, que no portan virus peligrosos y cuyo contacto no presenta riesgo alguno para cualquier persona que los contacte. Si a los actuales “pueblos en aislamiento voluntario” que viven totalmente alejados de la civilización, les llegara la viruela o el coronavirus serían fácilmente aniquilados. Todo lo contrario con aquellos pueblos que ya han vivido otras epidemias y que están más inmunes, como se está viendo con los asintomáticos con el coronavirus.

En enero del 2018 el medio británico The Guardian [10] filtró una información del Ministerio de Salud de Perú de que tenía evidencias de que el pueblo Nahua -uno de los pueblos en aislamiento voluntario de ese país-, estaba seriamente intoxicado con mercurio que utilizan las petroleras y las mineras que operan en su territorio. Los Nahua no pudieron contrarrestar las infecciones respiratorias y murió la mitad de su población. Estas comunidades se internaron en las selvas hace muchos años escapando de los misioneros, de las caucherías o de las guerras intertribales. Los Nahua tuvieron su primer contacto con el mundo de los “blancos” en los años 80, lo que resultó en la muerte del 50% de su población por las enfermedades respiratorias e infecciones que sus sistemas inmunológicos no pudieron resistir. Si no fuera por The Guardian, esta realidad no se conocería hasta ahora pues no interesa ni al gobierno ni a los poderosos de Perú que se conozca. “Solo son indios”, desde hace 500 años la historia es la misma.

Antes y ahora las poblaciones indígenas son las más vulnerables pues Amerindia no reporta plagas. Algunos han pretendido decir que la sífilis proviene de Amerindia, cuando fue introducida en Europa en el siglo XV por las tropas francesas de Carlos VI luego de su regreso de sus enfrentamientos en Italia. Por ende, los amerindios no han desarrollado anticuerpos para volverse inmunes, como sí ocurrió entre los europeos y los asiáticos. Hasta en esto los indígenas americanos y los africanos se encuentran en condiciones desfavorables de protección frente a las armas biológicas y tecnológicas de Eurasia, los que las construyeron en los últimos 3.000 años a costa de mucho sacrificio de sus pueblos.

¿Por qué en Amerindia no se han desarrollado esos virus mortales? Simple: por su estilo de vida comunitario, sostenible, sensible, respetuoso con los demás seres de la vida. Tal como lo eran todos los pueblos del mundo hasta antes del surgimiento del patriarcado en Mesopotamia, que creó el sistema de ciudades y el hacinamiento de la población, haciendo surgir el primer virus y el más mortal de todos: la viruela.

Lo que nos enseña el coronavirus es que debemos regresar al campo, a una vida complementaria con la naturaleza, a una vida comunitaria entre todos los humanos y no humanos. Tenemos que abandonar las ciudades, especialmente las metrópolis, que son las germinadoras de muchos males y en donde está el centro de la vida consumista, depredadora, estresante, claustral. Para de esta manera, reencontrarnos nuevamente y en otras condiciones con la Madre Tierra, la que ahora gracias al confinamiento está reverdeciendo y está reencontrado su propia armonía.


[1] https://www.infobae.com/america/mundo/2020/03/18/de-la-peste-negra-al-coronavirus-cuales-fueron-las-pandemias-mas-letales-de-la-historia/

[2] https://www.bbc.com/mundo/noticias-47074813

[3] https://www.lavanguardia.com/historiayvida/mas-historias/20190618/47310597890/viruela-el-angel-de-la-muerte.html

[4] https://elpais.com/ideas/2020-03-21/la-emergencia-viral-y-el-mundo-de-manana-byung-chul-han-el-filosofo-surcoreano-que-piensa-desde-berlin.html

[5] https://elpais.com/ideas/2020-03-28/alain-touraine-esta-crisis-va-a-empujar-hacia-arriba-a-los-cuidadores.html

[6] https://www.lavanguardia.com/historiayvida/mas-historias/20190618/47310597890/viruela-el-angel-de-la-muerte.html

[7] https://clustersalud.americaeconomia.com/sector-publico/pandemias-asi-hemos-enfrentado-los-mayores-asesinos-de-la-historia

[8] https://www.abc.es/historia/abci-verdad-sobre-genocidio-espanol-cuando-virus-mataron-95-por-ciento-poblacion-america-202003182340_noticia.html

[9] https://www.bbc.com/mundo/noticias-51872175

[10] https://www.theguardian.com/environment/andes-to-the-amazon/2018/jan/24/amazon-tribe-mercury-crisis-leaked-report

 

Fuente: https://rebelion.org/el-virus-que-cambio-el-mundo-hace-500-anos/

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¿Estudias o trabajas? Consejos para ser más productivo durante la cuarentena

Por: Nacho Meneses

El cambio en la rutina diaria puede causar problemas de concentración y disminuir el rendimiento laboral o académico, o hacer que se acabe trabajando de más

Antes del 15 de marzo de 2020, solo el 4,3 % de los españoles trabajaba a distancia, casi un punto por debajo de la media europea (5,2 %). Al día siguiente, eran millones. La cuarentena impuesta dentro del paquete de medidas para luchar frente a la pandemia del coronavirus hizo que ciudadanos y empresas de países repartidos por todo el mundo tuvieran que transformar radicalmente sus rutinas laborales o académicas. Superado ya el primer mes, y con el horizonte de otro periodo igualmente prolongado por delante, cabe preguntarse si la adaptación ha sido todo lo efectiva que debía ser. ¿Rendimos menos, igual o, por el contrario, más que cuando asistíamos físicamente a clase o a la oficina?

El desafío era (y es) complejo, porque no se trata únicamente de estudiar o trabajar desde una ubicación diferente. Un domicilio no tiene por qué estar preparado para el trabajo o el estudio intensivo, existen numerosas distracciones y, en muchos casos, obliga además a conciliar a unos niveles antes desconocidos, debido al cierre indefinido de los centros educativos. Un cambio que además puede acabar por afectar no solo a la concentración y rendimiento, sino a otros aspectos fundamentales como la vida personal o la propia salud de las personas.

Pasar de tener una jornada completamente definida (levantarse, coger el transporte público para ir a estudiar o trabajar según unos horarios, o al gimnasio en días concretos), a tener otra más flexible o incluso sin horas o fechas marcadas puede tener consecuencias. “Al encontrarnos en un espacio no laboral, podemos fácilmente relajarnos, y que nuestros procesos cognitivos no estén tan activos como cabe de esperar cuando recibimos los estímulos de ambientes relacionados con tareas de concentración y rendimiento. ¿Estudias igual en casa que en la biblioteca? ¿Trabajas igual solo que viendo a todos tus compañeros trabajar?”, se pregunta Nuria Cros, experta en terapias de tercera generación del gabinete de Psicología Ypsihablamos. “Al trabajar desde casa, aumentan los potenciales distractores. La tele, el ordenador, una visita a la nevera… Cualquier cosa nos vale, ¿verdad? Y el más peligroso es el teléfono móvil”.

Uno de los factores que más puede influir en nuestro rendimiento es, sin duda alguna, la gestión emocional que hagamos de la crisis. Aunque, para Cros, el mayor impacto psicológico y cognitivo del confinamiento no suele aparecer ahora, sino al inicio, “cuando recibimos un estresor y un cambio radical en nuestras vidas y necesitamos tiempo para adaptarnos”. A medida que van pasando las semanas, uno va aprendiendo estrategias, por muy duras que sean las circunstancias (por ejemplo, por la pérdida de familiares y amigos).

El problema aparece cuando nuestros recursos no son ni adecuados ni suficientes (negación, pesimismo excesivo, abuso de sustancias, mala higiene del sueño, trastornos de la alimentación, mala gestión de los problemas conyugales…). “Este déficit en las herramientas de gestión (o en la percepción subjetiva de tenerlas) puede derivar en trastornos del espectro de la ansiedad, depresión, estrés prolongado que nos lleve al agotamiento, problemas de sueño, apatía y todo un largo etcétera de problemas psicológicos”, añade.

Rutinas para mejorar el rendimiento

Si se quiere ser eficiente y productivo, el primer aspecto a tener en cuenta es el de la organización. Aunque vayamos a quedarnos en casa, conviene que nos duchemos y nos vistamos como si fuéramos a ir a la oficina o la universidad (y cambiarnos de ropa al acabar). Una rutina sencilla que, además, puede ayudarnos a separar la jornada laboral del tiempo de ocio, y evitar que acabemos trabajando más de la cuenta. Lo siguiente es “crear una agenda para el día con los objetivos y las tareas a realizar, para maximizar tu tiempo y tener una idea de cuánto tiempo invertirás en cada cosa”, explica Shelley Osborne, vicepresidenta de Aprendizaje en Udemy. Colócalas por orden de prioridad, y no te olvides de desconectar el móvil o ponerlo en modo avión, a fin de no distraerte con las redes sociales.

Elegir bien el lugar donde estudiar o trabajar resulta fundamental. Debe estar apartado del resto de personas en el hogar, para concentrarnos sin apenas distracciones, y también de las zonas “en las que habitualmente se hace la vida en el hogar, como el salón o el dormitorio, y en especial la cama, ya que luego te costará más dormir y podría repercutir en tu salud”, argumenta Osborne. Cerciórate antes de empezar de que tienes a tu alcance todo lo que vas a necesitar, y no infravalores la importancia de una postura correcta.

Si trabajas y tienes varias reuniones, intenta agruparlas para que no sean fuente de interrupciones y puedas disfrutar de cierta continuidad en tus tareas. Y, por último, “trata de ampliar los canales de comunicación por los que puedes estar disponible, tanto con las personas a las que debes reportar, como con aquellos con los que trabajas mano a mano. La comunicación debe ser fluida en todas las direcciones, y mejor con las cámaras de los portátiles o los móviles activadas”, apunta.

Gestiona bien los descansos

Suena contradictorio, pero no lo es: para rendir más en el trabajo o en los estudios, hay que descansar con frecuencia. Pasarse ocho horas seguidas en ello puede ser contraproducente. “Es mejor ir parando cada dos horas y tomarse un pequeño descanso para meditar o hacer alguna actividad agradable como leer, escuchar música, tomarte un café o incluso ir a por el pan…”, recuerda Raquel Moyá, psicóloga y compañera de Cros. “Y no te olvides de cuidar los motores de tu cuerpo: dormir bien, comer sano y hacer ejercicio. Seguro que puedes sacar 10 minutos al día para moverte, aunque sea dentro de casa. No hay excusa”.

Cuando acabe el día, piensa en lo que has hecho y de qué puedes sentirte orgulloso u orgullosa; esto aumentará tu motivación para el día siguiente. Y si te apetece algún capricho, es el momento para dártelo. “Reserva eso que te gusta tanto para el final: un bombón, una ducha caliente, abrir esa botella de vino, ponerte música tranquila y relajada, leer la novela que te tiene enganchada, o ver ese capítulo de la serie que te gusta. ¡Los premios, al final!”, aconseja Moyá.

Eso sí, pasarnos de horas de descanso tampoco es bueno. Si trabajar mucho puede generar ansiedad, descansar demasiado puede llevarnos a la procrastinación. Y no confundamos descanso con no hacer nada: quedarse tumbado e inactivo durante muchos días, facilita entrar en un círculo vicioso de apatía y anergia, embajadores y precursores de la depresión. Descansar también puede ser hacer una actividad.

La higiene de sueño, fundamental

La falta de horarios fijos para ir a dormir y levantarse afecta gravemente a la higiene del sueño y, por consiguiente, a la calidad del estudio o del trabajo. “A menudo los pacientes nos comentan que duermen un día 13 horas, otro día cinco, y otros se pasan con la siesta. Todo esto repercute de manera negativa en el cuerpo, tanto a nivel físico como mental”, sostiene Cros. Dormir bien significa cargar las pilas de todos los procesos cognitivos. Nos ayuda a rendir mejor tanto física como mentalmente, y mejora nuestro estado de ánimo.

Pero ¿qué podemos hacer para procurar una buena calidad de sueño? Desde el estudio de Psicología Ypsihablamos, Cros y Moyá sugieren una rutina completa y sencilla de poner en práctica:

  1. Levántate y acuéstate siempre a la misma hora (incluido el fin de semana). Intenta que no haya diferencias de más de una hora. Regula el ciclo de sueño-vigilia repitiendo un patrón horario.
  2. Utiliza la cama solo para dormir. En el dormitorio, evita comer, estudiar, trabajar, ver series o mirar el móvil. La cama está para dormir, y nuestro cerebro necesita que esa asociación sea más fuerte que nunca cuando estamos inquietos por algo, como este confinamiento.
  3. Mantén un ambiente adecuado: luz tenue, con un colchón y una almohada cómodos, aislando la habitación o a nosotros mismos del sonido. Haz de tu dormitorio un templo del sueño lleno de señales que induzcan este proceso.
  4. Evita la siesta (y, en casos excepcionales, que no dure más de 20 o 30 minutos). El que sea demasiado larga hará que nos cueste más conciliar el sueño por la noche. Parece de cajón, pero si estás descansado, ¿cómo vas a dormir después?
  5. Haz actividad física durante el día. Mantenerse activo hará que lleguemos a la cama más cansados y que nos cueste menos conciliar el sueño.
  6. Evita comidas copiosas y/o los estimulantes. Si tomamos algún estimulante, procura que sea siempre antes de las cinco o seis de la tarde (la duración del efecto de la cafeína es de unas seis horas).
  7. Nada de luces brillantes dos horas antes de irnos a dormir: la melatonina, que es la hormona que regula el sueño, funciona con las señales de luz. Si estás mirando la pantalla del móvil cuando tu cerebro quiere apagarse, estás reactivando el proceso de vigilia.
  8. Sigue rutinas relajantes antes de acostarte: lavarse los dientes, ducharse, ponerse el pijama, darse un masaje con crema hidratante, beber una infusión caliente o poner música suave. También puede aplicarse durante los despertares nocturnos.

RELAJARSE PARA SER EFICIENTES

Una vez terminada la jornada (laboral o de estudio), desconecta e intenta desarrollar el resto de tu día al margen de esas obligaciones; separar tu vida personal y de ocio de la profesional es de vital importancia para tener tu propio espacio. La Guía para el trabajo a distancia de Fremap incide, entre otras cosas (como la importancia de una alimentación cuidada y saludable), en la importancia de una correcta relajación para el bienestar emocional (y la productividad), y propone unos sencillos ejercicios de relajación y de respiración que pueden mejorar la concentración y disminuir el nivel de tensión; unas prácticas que podemos también hacer durante alguno de los descansos de la jornada. A su vez, recuerda que «si al finalizar el trabajo, continúas usando pantallas de visualización, acumulas fatiga visual y mental. Por ello dedica un periodo para cambiar a otras actividades que no te supongan eso».

Fuente: https://elpais.com/economia/2020/04/15/actualidad/1586938863_280833.html

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Mensaje de un padre a la directiva de la escuela

Por: Reinaldo Bolívar

Desde la escuela, por el coronavirus, a diario mandan orientaciones para los padres, madres y estudiantes. Pero ¿Y las orientaciones para los docentes?
Es evidente que la mayoría no está preparada aún para la educación a distancia. No lo están haciendo bien en esta pandemia.

La mayoría considera que es mandar y mandar tareas. Y poner plazos tipo ultimatum.  Olvidan que son  varias materias. La directiva debe orientarles sobre el número máximo de tareas semanales. Y coordinar los días de entrega. No puede ser el mismo día.

Los docentes, de bachillerato, en especial de tercer año en adelante tienen que enviar las asignaciones directamente a los estudiantes, con copia a los representantes. Eso los ayuda en su formación y crecimiento personal, les da confianza. Ellas y ellos son sujetos de derecho.

No deben hacerse grupos tipo whatsapp o redes sin cerciorarse que todos y todas estén incluidos. En este momento hay exclusión en varios grupos. Deben usar los mismos instrumentos en internet, en especial los educativos (no instagram, ni tic toc, por ejemplo). Eso debe reglamentarlo la dirección. Hay varias herramientas gratuitas y de fácil uso.

Deben darse las notas a tiempo. En este 2do lapso, hay notas que no se saben de donde salieron. Algunas parecen castigo, y no consideraron este período inédito de crisis y adaptación.

En suma, debe garantizarse que todos los docentes manejen mínimamente la educación a distancia, que haya una real coordinación y algo muy  importante que haya al menos una clase semanal por Skype o Zoom para que los muchachos y muchachas sociabilicen. Respetar los feriados (así se esté en cuarentena no puede perderse el contacto con la temporalidad real, Semana Santa es feriada (mandaron tareas en esos días),  Sábado y Domingo siguen siendo fines de semana y el 19 de abril seguirá siendo feriado, por ejemplo.

Este primer mes de cuarentena, en cuanto a lo señalado arriba, deja mucho que desear, hay que mejorar. Fue confuso, atropellado. Una ráfaga constante de tareas Sin coordinación entre docentes.

Que el docente siempre le haga saber a los y las estudiantes que esto es temporal y que en su momento se volverá a la escuela, al liceo, a las aulas, patios, a la amistad presencial.

Es la hora de la humildad y la sabiduría en pro de nuestros hijos e hijas.

Artículo enviado por el autor a OVE

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Coronavirus y educación

Por: Luis Hernández Navarro.

Los tiempos del coronavirus han permitido tomar una radiografía del estado de salud de nuestro sistema de educación básica pública. Lo que la placa muestra es muy delicado: el sistema está infartado y la mayoría de los funcionarios que están al frente no tienen idea de cómo enfrentar la crisis. Su respuesta ha sido burocrática, insensible y desinformada.

La situación es inédita. Vivimos tiempos de incertidumbre, temor y desconfianza. Sin embargo, las autoridades educativas, en lugar de tomar medidas para atenuarlas, las exacerban. Encerrados en sus casas, niños, jóvenes y maestros que estudian en escuelas públicas deben seguir o impartir, por órdenes oficiales, como si fueran días normales, cursos en línea, preparar clases, hacer tareas, presentar exámenes y elaborar reportes.

Casi nada de lo que estudian, reportan y enseñan tiene que ver con la zozobra que viven, con los miedos que los acechan o con las dudas que los asaltan. Los contenidos educativos que deben memorizar y las pruebas que tienen que resolver pertenecen a un mundo aparte, que no tiene nada que ver con lo que sucede en el mundo.

Pequeños llenos de energía y muchachos desbordantes de testosterona pasan días y noches encerrados en cuatro paredes, muchos en viviendas precarias. Casi la mitad de los capitalinos viven hacinados. Y, en lugar de que la Secretaría de Educación Pública (SEP) les proporcione estímulos o materiales para dejar de lado ansiedad y tedio, los carga de trabajo absurdo, los somete a evaluaciones sin sentido y anuncia fechas de regreso a clases (30 de abril) que nada tienen que ver con la realidad.

Las autoridades pretenden mantener el proceso de enseñanza a través de la educación a distancia. Pero eso no funciona. La iniciativa es viable solamente para una parte muy pequeña del sistema educativo. Según la Unesco, en México sólo 10 por ciento de los docentes de primaria y secundaria están calificados para enseñar a través de la tecnología (https://bit.ly/2XF3TA7).

Esto es así porque la inmensa mayoría de maestros del país se formaron como mentores frente a grupo en el aula, no para impartir clases digitales. Así han ejercido durante años. Aunque educación presencial y en línea parezcan similares, son muy diferentes. Requieren capacidades, destrezas, entrenamiento, materiales y soportes diferentes. Y la inmensa mayoría de docentes no ha recibido formación para trabajar en modelos de enseñanza virtual.

Muchos maestros no participan en redes sociales. No son pocos los que las rechazan. Si acaso, utilizan WhatsApp y, en menor medida, Facebook. Los que forman parte de ellas, tienden a ser más bien consumidores que generadores de contenido. No todos tienen equipo de cómputo personal o teléfonos inteligentes. Menos aún en zonas rurales. Con frecuencia, sus computadoras son viejas, sus celulares lentos y el servicio de Internet al que tienen acceso es de muy poca capacidad. Saben usar Word, PowerPoint y Excel, pero no mucho más.

Muchos de los programas para promover las habilidades digitales realizados en sexenios pasados, como Enciclomedia, fueron más una oportunidad de negocios para empresarios y funcionarios, que herramientas de formación efectivas. Aún sobrevive en algunas escuelas parte del equipo inservible de Enciclomedia, como si fueran restos fósiles de algún animal prehistórico.

La brecha comienza en las aulas. De acuerdo con el INEE, durante el ciclo escolar 2016-17, sólo 44.4 por ciento del total de escuelas primarias del país contaba con al menos un ordenador para uso educativo y de éstos sólo 68.7 por ciento tenía conexión a Internet (https://bit.ly/2JYYR9y).

La iniciativa de mantener las clases en línea excluye del proceso de enseñanza a la mitad de la población escolar. Muchos estudiantes de familias de escasos recursos carecen de equipos de cómputo y conectividad. Según el Inegi, en 2019 sólo 44.3 por ciento de los hogares contaba con ordenadores y 56.4 por ciento tenía acceso a Internet. Apenas 44.6 por ciento del total de usuarios de computadora la usan como apoyo en la escuela (https://bit.ly/2VhMlXW).

La SEP pretende ahora que la educación a distancia se realice a través de las herramientas que ofrece Google para Educación y YouTube. Para acceder a ellas habrá que crear cuentas y perfiles en plataformas. La medida, otro paso en la ruta de la privatización educativa, permite a G Suite tener acceso gratuito a los datos de los usuarios, entre otros, nombre, edad, centro de trabajo, cursos que imparte, ubicación geográfica y número de celular. No es asunto menor. La recopilación y venta de datos es el negocio que más crece en Estados Unidos.

En un momento de grandes incertidumbres como el de hoy, la SEP debería brindar a alumnos, padres de familia y maestros tranquilidad, y dejar a un lado su obsesión de poner el centro en controles y evaluaciones (como lo denunciaron los maestros de la Ciudad de México). Debería anunciar con claridad que las clases se reanudarán cuando las autoridades sanitarias consideren pertinente, retomando el plan de estudios donde se quedó el 20 de marzo (o en la fecha en la que cada entidad comenzó la cuarentena).

Fuente del artículo: https://www.jornada.com.mx/2020/04/14/opinion/018a1pol

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Cuarta Transformación O Transformación De Cuarta

Por: Miguel Erasmo Zaldívar Carrillo

 

La Cuarta Transformación ya cumple más de un año de nacimiento y Patricios y Romanos se aprestan a darle con el mazo porque para muchos esta época histórica es la hija de nadie, la huérfana de teorías a la que debemos asesinar: los de la derecha la odian por atrevida y los de la izquierda, por tímida.

Al criticar, por ejemplo, a la reforma educativa le llaman “La reforma de la cuarta T” para dejar claro que, no es una propuesta ni de la izquierda ni de la derecha; que es algo insulso sin contenido ni destino que merezca ser defendido. La izquierda[1] no la llamaría “nuestra reforma” porque una parte de ella, la mayor, se alejó de los debates y prefirió observar desde las gradas para el camino que tomaba el toro sin arriesgar en la trifulca; y la que sí participó lo hizo tibiamente, como un amague. La derecha, por su parte, se metió en el ruedo y propuso (en nombre de la maestra y el propio), y gritó y jaloneó hasta que logró una reforma flaca que no llega a reforma; pero no la adopta, porque pertenece a un gobierno al que ni por poco desearía validar.

La 4T nos dejó con las ganas dirían algunos desde las calles en medios de sus protestas; no es lo que pensábamos; es más de lo mismo, esta es una transformación de cuarta. Es a este punto al que me quiero dedicar en esta pequeña reflexión. ¿Es la 4T más de lo mismo? ¿Constituye la 4 T un paso adelante o no lo es? ¿Es cuarta transformación o transformación de cuarta? No pretendo acá debatir con la derecha neoliberal, corrupta y entreguista porque a ellos no les interesan más que sus propios intereses y los de sus amos: el dinero y el imperialismo norteamericano.

Para dar curso al análisis que proponemos abordaremos algunos puntos de partida:

  1. El movimiento al que denominan 4T nace del disgusto social al que nos condujo el neoliberalismo rapaz y ello garantizó que a su rededor se agruparan muchísimas personas de extracción humilde, de clase media y algunos elementos de la burguesía nacionalista. Esto significa que no es un partido que nace de una ideología X (de izquierda o de derecha) sino un movimiento social heterogéneo que con el pasar del tiempo debuta como partido en su aspiración de tomar el gobierno y ejecutar su proyecto (ciertamente su proyecto conlleva un beneficio notable hacia los más desposeídos y eso tiene a que se le clasifique como de centro izquierda o izquierda). Aunque debe decirse con toda claridad que ni los que se creen de derecha ni los de izquierda puede reclamar para sí la paternidad de tal movimiento.

En la historia de los partidos mexicanos, los de más larga data, se aprecia con mucha fuerza su constitución institucionalizada. Son organizaciones establecidas desde una cúpula con ideales definidos y con el recurso para aglutinar en rededor a los que compartieran esos ideales. Así pasó con el PRI, el PAN y el PRD.

MORENA crece de otro modo y por ende carece de los males de estos partidos tradicionales a los que hoy tiene que enfrentarse. Morena nace desde abajo, sin dinero, sin recursos para comprar voluntades. Morena va tocando puertas, deshelando voluntades, ofreciendo una utopía, que, en aquellas negras condiciones históricas, ya parecía inconquistable. Y logra lo inaudito, en muy pocos años, arrebata el resultado electoral a los partidos tradicionales con toda y su estructura, sus subalternidades y estructura material. Morena no nace del caudillismo como se ha querido argumentar; nace de la utopía a las que nos obligó la terrible noche neoliberal. Era tanta la corrupción, el descaro y la transa que mucha gente terminó por creer que debíamos unirnos y hacer algo ya.

  1. El movimiento al que denominamos 4T tuvo que construir sus estructuras en un corto tiempo, apelar a la selección de representantes que muchas veces no tenían la experiencia mínima y en otras carecían de toda la catadura moral deseada.

De pronto, sin experiencia y sin tener el capital humano necesario se dieron a la tarea de elegir representantes; muchos de ellos, con colas largas; como se dice por estos lares. Se tuvieron que hacer alianzas para poder llegar al gobierno, de otra manera habría sido imposible. Y se empezó a trabajar en una dirección que yo, en lo personal considero fundamental: el saneamiento moral del gobierno. Una propuesta ética que atrajera a la masa empobrecida y evitara la riposta de la derecha cínica. Esto no es poca cosa; los gobiernos de izquierda y centro izquierda que han fracasado en este continente lo han hecho por problemas relacionados a la corrupción que no pudieron exorcizar. Cuando AMLO dice “no robar, no mentir, no traicionar” está apelando a un discurso de esencias porque el hombre es ética y sin ella nos queda la barbarie.  En el contexto histórico mexicano esta idea resulta de una trascendencia contundente, porque ofrece una utopía a la terrible realidad que vivíamos y de paso, aniquila las posibilidades de recuperación de sus oponentes porque ellos que nacieron y crecieron en las corrupciones no pueden sustraerse de ellas sino a costa de perder hegemonía.

  1. La hegemonía que MORENA está construyendo se basa en la moralidad, en el servicio y en la rendición de cuentas de los representantes y, eso, como ha de entenderse, se constituye en un ejercicio educativo que llevará tiempo, esfuerzo y muchas traiciones. La dominación de la derecha histórica mexicana, luego que se decidió abiertamente por el neoliberalismo, se basaba en la compra de voluntades y el asesinato de oponentes. El ejercicio de la política al más alto nivel se comenzó a caracterizar por la mediocridad, la banalidad y el desparpajo. Era de entender que una oposición que carecía de toda moralidad estaba lista para su muerte definitiva. Las barbaridades de Peña Nieto no fueron otra cosa que la expresión de la esencia de una manera de hacer política para servir a unos pocos.

Es por ello que en el ejercicio actual de gobierno el mayor reto de la lucha contra la corrupción son las propias estructuras burocráticas heredadas por el nuevo gobierno y que en sus ethos fusionaban con la lógica de “el que no transa no avanza”. Y ello, bajo el fuego cruzado del PAN y el PRI que, como se sabe, utilizan balas trazadoras llenas de billetes y cheques en blanco. Hoy vemos como los equipos para atacar el Covid-19 se pierden en algunas entidades estatales demostrando la permanencia de agujeros negros de corrupción en los que pueden perderse muchas buenas intenciones de la 4T. ¿Cuántos representantes de MORENA resistirán la tentación? Solo la historia dirá con quienes le atinamos y con quienes no. Pero para saberlo no podemos dejar de hacer ni de avanzar.

  1. MORENA, al ser una propuesta ética y de restauración nacional debe llamar a la unidad en todo momento. Por primera vez en muchos años tenemos un gobierno de todos y para el bien de todos y no un gobierno de minorías rapaces de espaldas al pueblo trabajador. Esta realidad tiende a arrebatar los ánimos a algunos izquierdistas que sienten nauseas de caminar junto a antiguos enemigos y viejos explotadores.

En este punto los que se ubican a la izquierda y en el centro izquierda debe estar en el ánimo de trabajar para construir. No debe ocurrirnos como con la reforma educativa: que a falta de propuestas unidas y contundentes por parte de las izquierdas; la historia, que no se detiene, se inclinó a la derecha. Las tibias reformas que logramos en el plano educativo no solo se deben a la tozudez de la derecha que no se dejará derrotar a las buenas, sino que también son resultado de nuestro desempeño y nuestra incapacidad de unirnos definitivamente en este crucial momento de la historia.

Los que se suman a la tarea de transformar a México serán de una ayuda enorme, lo que por celos o dudas no se sumen estarán del lado equivocado de la historia. Sumarse no significa tener las mismas visiones, ideas o argumentos. Lograr esto es imposible en un país tan basto y diverso como México. Para unirnos debemos solamente entender que nos enfrentamos al mismo enemigo histórico y que frente a ese enemigo hemos perdido muchas veces por nuestra falta de unidad. La historia cuando el oprimido la deja a su albedrío puede ser cruelmente cínica: ver al hijo de Colosio del lado de los asesinos de su padre no hace más que confirmarnos esto.

La revolución de Octubre de 1917 comenzó siendo una revolución democrática burguesa y no una revolución proletaria; las primeras expectativas en cumplirse no fueron las que directamente afectaban a la masa oprimida; cada cosa se haría en su momento. Lenin, explicando la importancia de los momentos de transición entre la revolución democrático-burguesa y la revolución proletaria y la necesidad de que los obreros comprendieran explicaba “(…) la lucha y solamente la lucha, determina hasta qué punto la segunda logra rebasar a la primera” (V.I.Lenin, 1928, pág. 161) Para este político y revolucionario es la lucha la que va abriendo las posibilidades históricas y la que decide que bando sale vencedor. Retraernos de los momentos y espacios de lucha es una dejación y una irresponsabilidad.

Debemos entender con total claridad que la 4T es solo un momento histórico con una muy especial coyuntura; si deseamos justicia debemos presionar, trabajar, movilizar y unirnos para que esa justicia se concrete. Si queremos mejorar la educación hay que tomar todos los espacios de lucha y construir, proponer, trabajar para que esa educación se dé y para que los cambios sucedan. Ni la injusticia desaparece sola ni la justicia crece por generación espontánea. Debemos sumarnos a la historia.

  1. MORENA no es un destino, es solo el instrumento que hemos construido para hacernos del timón de la historia e inclinarlo a favor de los más desposeídos. Debemos ser capaces de construir un instrumento como este y de mejorarlo sistemáticamente. El enemigo nos dirá que no servimos para esto o para lo otro, crearán dificultades para que no podamos avanzar ni en la dirección ni en la velocidad que queremos, para ello debemos estar preparados.

Es fundamental pensar este punto calmadamente porque para la derecha asesina mexicana es fácil hacer desmadre para responsabilizarnos de ellos. Impedirán que los hospitales estén listos a tiempo, crearán dificultades para que lleguen los medicamentos, harán todo por retrasar las obras, criticarán las obras que hagamos. Ello no debe ser fuente de desánimo; es natural que no deseen perder sus privilegios históricos, es natural que luchen a muerte porque son muchos los goces que están perdiendo.

Con tristeza vemos que cuando se asesina a una mujer o a un luchador social algunos dicen: hay van aumentando los muertitos de la 4T; haciendo responsable a este gobierno de la muerte dolorosa de un camarada. La derecha entonces replica como campana de iglesia: “Si, los muertos de la 4T”. Me queda claro que cuando digo gobierno no hablo de un bloque monolítico y ético que ya está al servicio de la liberación. Es claro que el gobierno de Oaxaca no es ni paralelo ni solidario con el gobierno de Veracruz.  No es lo mismo un gobernador priista que uno panista que uno de ellos vestido de MORENA que un gobernador francamente morenista al servicio de la nación. La diversidad de políticos que se junta en este momento de la historia puede quitar las ganas de lucha a algunos. La derecha que no se deja derrotar se preparó muy bien para penetrar a MORENA que no termina de vencer. Es el momento de los monstruos como nos alertaba el viejo topo.

Para montarnos en la 4T y llevarla a puerto seguro debemos aprender a entender las complejidades de la historia y del momento en que vivimos. Repito, estamos en una coyuntura a la que denominamos 4T y podremos sacar de ella todas las victorias que seamos capaces si nos unimos y trabajamos con suficiencia. Pudiera ser que la derecha, igual que se roba los respiradores, asesine a nuestros camaradas, ahora que gobierna la 4T, solo para robarse la esperanza y la fe en la victoria que se construye. Ha hecho tantas atrocidades que no nos extrañaría.

  1. Sin tener conciencia histórica y una utopía es muy difícil conquistar la liberación de nuestros pueblos porque la magnitud de los sacrificios que tendremos que hacer exigen de nosotros un carácter a toda prueba y ello emerge de la lucha diaria y de la educación que seamos capaces de construir.

La educación del capitalismo es anti utópica y contraria a la unidad que son, como se ha dicho, dos pilares fundamentales de todo proceso de liberación actual. Es anti utópica porque pone al sujeto con sus mezquinos intereses personales por encima de la colectividad y la sociedad.  El éxito ha sido definido desde un sujeto para un sujeto que está, por definición, de espaldas a la sociedad humana. Se es exitoso cuando se llega, en solitario, a ciertos niveles establecidos de antemano por la competitividad y la meritocracia.  La utopía, por el contrario, es colectiva, social y se alimenta del sacrificio que hacemos por los otros. La utopía salva al hombre del hombre y es por ello que en este momento la tarea esencial de la derecha mexicana es evitar que esa utopía se visibilice por las grandes masas y se pueda concretar en hechos.

Cuando nos arrebatan la utopía nos quitan con ello la unidad necesaria. Una va de la mano de la otra. Y es que la unidad frente a la barbarie del neoliberalismo solo puede darse en torno a una nueva eticidad y, esa eticidad, estará sostenida en la visión de un mundo en el que esta barbarie sea superada definitivamente. Pero no debemos llamarnos a engaños: Luego de Juárez vino Porfirio y luego de Cárdenas los gobiernos neoliberales. Podemos estar en un excelente momento y luego pasar a otra oscuridad histórica de muerte y despojo.

Es por ello que debemos considerar el último punto de este pequeño análisis.

  1. La 4T deberá convertirse en un poderoso proceso educativo a nivel social, familiar, escolar e individual. Fundar éticamente a una nación implica el sacrificio, confianza y el trabajo sistemático de todos; en especial de los maestros.

En lo personal creo ver en las mañaneras una actividad especialmente pedagógica. No se trata solo de que el residente en persona informe cada día lo que ya es, en sí, de una capacidad de dirección, una coordinación del trabajo y una humildad innegable. En este ejercicio de mandar obedeciendo se ve al presidente responder, respetuosamente, las mayores majaderías imaginables dando un claro ejemplo de civismo y responsabilidad frente a sus funciones. Se agrupan periodistas y panfletarios de las más diversas tendencias políticas y a todos se les atiende con la misma seriedad. Si cada presidente o gobernador de este país se tomara este ejercicio en serio y lo ejecutara en sus territorios al menos una vez a la quincena ya sería de una enorme ganancia.

La derecha se está ocupando de desvirtuar este ejercicio de democracia para arrebatarle su potencial político educativo. Ni en las mayores democracias del mundo se había visto un fenómeno tal de rendición de cuantas permanente y esencial de todo el aparato central de gobierno porque el presidente llama a cada burócrata a asumir su función de servicio con el mismo respeto y humildad. ¿Cuándo con Fox, Calderón o Peña tuvimos algo ni cercano a esto?

Pero este ejercicio educativo sería insuficiente si quedara a nivel de gobierno. Si nos restringimos solo a su dimensión pedagógica debemos reconocer que la escuela está siendo convocada a desarrollar hacia sus interiores ejercicios similares en los cuales la propuesta de Freire quedaría castrada de su potencial emancipador. Sin educación la 4T quedará solo en buenas intenciones.  Necesitamos continuar luchando por la mejora del modelo educativo mexicano, pero junto a ello hemos de construir la escuela que nos merecemos.

 “La herencia de la cultura capitalista y la contaminación de la masa de maestros con sus defectos, (…), no puede,  sin embargo, impedir que se tome a esos maestros en las filas de los trabajadores de la enseñanza política, ya que estos maestros poseen conocimientos, sin los que no podremos alcanzar nuestros objetivos.” (V.I.Lenin, 1928, pág. 151) “Nuestra tarea consiste en vencer toda la resistencia de los capitalistas (…) la ideológica, la más profunda y poderosa”) (V.I.Lenin, 1928, pág. 151)

 La tarea educativa también ocupó la atención de los procesos emancipatorios en este continente; Cuba y Nicaragua son dos excelentes ejemplos de ello. Cuando en Cuba las bandas contrarrevolucionarias asesinaron a Conrado Benites y cuando en Nicaragua se asesina a Águedo Morales lo hacen sabiendo que la tarea de educar es de primer orden y que la revolución sin educación no puede avanzar. Cualquier transformación social de profundidad que pretenda desarrollarse sin producir los necesarios cambios educativo queda en el intento, experiencias hay muchísimas.

  1. Aunque la figura de AMLO ha sido esencial para lograr la unidad en torno a la utopía que nos llevó a la victoria debemos ser cuidadosos de no personalizar demasiado los procesos tal y como pretende la derecha conservadora.

Para la derecha conservadora todo es AMLO y en torno a AMLO. Ello es un elemento esencial de su guerra ideológica porque se debilita un proceso que se hace depender de un sujeto, con todas las limitaciones que como hombre portamos cada uno de nosotros. La izquierda no debe cometer el error de identificar a la 4T con el presidente, aunque él es su rostro más visible y congruente. En primer lugar, porque se invisibiliza el trabajo de millones de personas que la energizan, la ejecutan y la sostienen y; en segundo lugar, porque si falta la persona se asesina al proceso, como han hecho muchas veces en la historia.  AMLO no es la 4T sino un soldado, abnegado, consciente y sacrificado a su servicio, es un compañero de lucha.

En este sentido debemos tener muy claro que estamos en un proceso histórico vivido por  millones de personas comprometidas con la transformación nacional. Debemos entender que habrá muchos aciertos y también desaciertos que nos pertenecen a todos por igual. Si no deseamos errores no deberíamos hacer revoluciones. No se hacen estas transformaciones con un protocolo guía, no nos dieron la victoria con un mapa de la ruta a seguir, debemos improvisar y tenemos derecho a errar. Sin embargo, nuestros errores y los errores de la derecha conservadora son de muy diferente naturaleza (pero eso será tema de otra comunicación).

Considero que AMLO es una garantía porque su transparencia personal, su fidelidad a las ideas y su apego a la legalidad se constituyen en una poderosa e inagotable fuente de atracción. Pero el proceso es responsabilidad y pertenece a todos. No se puede aniquilar la corrupción por decreto sino con acciones conscientes de millones de mexicanos. Estamos de acuerdo en que las escaleras se barren de arriba hacia abajo, pero para saber si quedaron limpias se debe subir de abajo hacia arriba. Las dos direcciones de trabajo son fundamentales porque el control debe emerger del espacio del que emana el poder, el pueblo.

En este punto diríamos que la 4T será o no será más de lo mismo, en dependencia de lo que hagamos los que estamos inmersos en el cambio y de cómo seamos capaces de sortear las dificultades que nos ponga la derecha y la vida. Nadie pensó que a estas alturas estaríamos encerrados en casa, cosa que afectará el desarrollo económico previsto y tal vez algunos programas, pero hacer de esta situación otra victoria dependerá de nosotros.

En definitiva, la respuesta a la pregunta de si esta es una cuarta transformación o una transformación de cuarta dependerá de lo que hagamos todos en este crucial momento de la historia. Lo que sí nos queda claro es  que no tendremos a nadie para hacer responsable por aquello que debimos emprender entre todos.

 

Referencias

V.I.Lenin. (1928). La cultura y la revolución cultural. Moscú, URSS: Progreso.

 

[1] No es claro hablar de izquierda, pero no teniendo otro remedio lo haré queriendo conceptuar a todas las fuerzas que buscan algo de justicia social para los ninguneados de la historia desde posturas muy diversas y, no pocas veces, distantes.

 

El autor escribe para OVE

Imagen: https://pixabay.com/illustrations/mexico-flag-mexican-flag-1460659/

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Los docentes, divididos por la manera de afrontar la evaluación final del curso

Por: Pablo Gutiérrez del Álamo

  • Los datos preliminares de un estudio realizado por investigadores de las universidades de Granada, Málaga y UNIR saca a la luz la división del personal docente ante los posibles escenarios de evaluación para el tercer trimestre de este curso.
  • A pesar de las diferencias, hay coincidencia en que cualquier solución debería no suponer más trabajo burocrático para el personal docente y se hace necesaria la coordinación y apoyo de las diferentes administraciones educativas.
  • ¿Evaluación del curso? Escenarios posibles para el futuro inminente de la educación

Desde hace algo más de un mes, alrededor de 10 millones de estudiantes están en sus casas intentando mantener el curso lectivo vivo. Todo su profesorado ha tenido que dar un salto (mortal) para poder, primero, terminar la segunda evaluación y, segundo, enfrentarse, a partir de ahora, a la tercera y al final del curso.

Mañana se reúnen en la Conferencia Sectorial el Ministerio de Educación y las comunidades autónomas para tomar una decisión en relación a este trimestre. Son muchas las voces que hablan de no empezar a dar contenido nuevo. Otras, abogan por continuar el curso con cierta normalidad.

Esta división de opiniones se refleja en el estudio “Escenarios de evaluación en el contexto de la pandemia por COVID-19: la opinión del profesorado” elaborado por Fernando Trujillo Sáez (Universidad de Granada), Manuel Fernández Navas (Universidad de Málaga), Adrián Segura Robles (Granada) y Manuel Jiménez López (UNIR) entre el 2 y el 12 de abril pasados.

El estudio establece cuatro tipos de escenarios de evaluación: autonomía de los centros (el trabajo desde casa continúa, dándose materia que, posteriormente es evaluada y calificada y con la que se realiza la evaluación final sin que la Administración autonómica tome decisión alguna); ajuste del currículo (Administración o centros realizan un ajuste del contenido hacia sus mínimos, se diseñan tareas para alcanzarlos y estas se evalúan con normalidad, desde el suspenso hasta el sobresaliente); evaluación positiva condicionada (se da evaluación positiva a todo el alumnado tras acordar unas condiciones mínimas relacionadas, por ejemplo, con la entrega de ciertas tareas en junio. Las notas van del aprobado al sobresaliente), y, finalmente, la evaluación positiva sin condiciones (todo el alumnado aprueba sin condiciones, mientras se realizan planes de refuerzo para el siguiente curso. En cursos finales puede calificarse tomando la media de las evaluaciones o de los cursos anteriores).

La opinión va por etapas (y por género)

Han respondido satisfactoriamente cerca de 3.000 docentes desde infantil hasta bachillerato, pasando por primaria y secundaria obligatoria. Y aquí está una de las primeras diferenciaciones, según el informe preliminar de los datos obtenidos.

Por una parte, el personal de infantil, mayoritariamente, apuesta por la evaluación positiva, sea con condiciones o no. Un 65,43% de quienes respondieron al cuestionario en línea redactado por el equipo investigador se encuentra en esta posición. El 42,42% en la evaluación positiva sin condiciones, el 22,04%, con condiciones. Frente a este, el 18,75% apostaría por hacer ajustes en el currículo y el 11,18% por dejarlo todo a la autonomía de los centros.

Las y los maestros de primaria, con porcentajes parecidos, apuestan también por la evaluación positiva, con y sin condiciones: el 54,16% del total así respondió. El margen es más ajustado que en caso anterior, de manera que un 30,13% seleccionó el escenario 4 (evaluación positiva sin condiciones); un 24,49%, el 2 (ajuste del currículo); un 24,03% el escenario 3 (evaluación positiva con condiciones), y el 15,71%, el 1 (autonomía de los centros).

El cambio importante se da con el paso a la secundaria obligatoria y postobligatoria, en donde los y las docentes apuestan más por los dos primeros escenarios, es decir, que se deje todo a la autonomía de los centros o, como mucho, se hagan ajustes curriculares. En cualquiera de los casos, las calificaciones podrían ser de suspenso.

No existe un escenario común, explican los investigadores, para la mayoría de los docentes. Sí existen escenarios poco deseables para todos: serían el 1 y el 4, que solo son considerados como moderadamente deseables frente a los demás – aunque el escenario 4 es el mejor valorado por las profesionales de infantil. Fuente: Grupo investigador.

En el caso de la ESO es el 62,34% el porcentaje de quienes abogan por dejar la situación entre la autonomía de los centros o el ajuste curricular. Del total, cerca del 40% apuesta por el ajuste curricular; el 22,6 por la autonomía de los centros; el 21,29% realizaría una evaluación positiva con condiciones, y el 12,66%, sin condiciones.

Cuando se «sube» al bachillerato, los porcentajes se equilibran más. A pesar de esto, casi el 55% preferiría autonomía o ajuste curricular; el resto, la evaluación positiva. Estos porcentajes se ordenarían de la siguiente manera: el 32,17%, ajuste curricular; el 25,2%, evaluación positiva con condiciones; el 22,62%, autonomía de los centros, y el 16,52% preferiría la evaluación positiva sin condiciones.

A esta división de los criterios a la hora de afrontar la tercera evaluación en función de las etapas educativas hay que sumar la que se da entre las y los profesionales del sector.

El estudio ha intentado conocer si había diferencias de opinión en función de la titularidad o del entorno socioeconómico del centro y concluye que no, pero sí la percibe en relación al género de quienes responden. En mayor medida las personas de género femenino apuestan por una evaluación positiva sin condiciones, mientras que el masculino se inclina en mayor medida por dejarlo todo a la autonomía de los centros. «Sin embargo, no se observaron diferencias de género en la selección de los escenarios 2 y 3», recoge una nota sobre la información preliminar del estudio.

Mismas razones para medidas diferentes

Además del estudio cuantitativo, el equipo investigador ha querido hacer un acercamiento cualitativo a las motivaciones del profesorado a la hora de elegir entre uno y otro modelo de evaluación. Destaca, según el resumen elaborado, el hecho de que las razones para decantarse por alguno de estos modelos son las mismas en los diferentes casos: situación de excepcionalidad, justicia, igualdad, mérito o esfuerzo. Términos «usados e interpretados, aseguran los investigadores, desde posiciones epistemológicas bien diferenciadas y probablemente antagónicas».

El equipo ha agrupado las posiciones en tres bloques conceptuales: concepción del proceso de enseñanza, definición de la evaluación y concepto de justicia. En el primer caso, podría decirse que hay quienes entienden este proceso como la transmisión de contenidos en un tiempo concreto, en palabras del equipo investigador, y que correspondería con los escenarios 1 y 2; mientras que otro grupo cree que se trata de la creación de experiencias de aprendizaje que pueden ocurrir en diferentes momentos (escenarios 3 y 4).

En cuanto a la definición de evaluación, los investigadores dividen al colectivo de nuevo en dos: quienes ven la evaluación como un proceso que certifica los aprendizajes y las calificaciones (escenarios 1 y 2) y quienes la entienden como una forma de regular el aprendizaje y buscar soluciones a los problemas que pudieran surgir (3 y 4).

Finalmente, dos grupos definirían también el concepto de justicia. Por una parte, entiende el equipo investigador, quienes ven la justicia como un concepto distributivo que se vincula a la cultura del esfuerzo. Este grupo sería el que se alinea con los escenarios 1 y 2. Por contra, estaría el grupo alineado con los escenarios 3 y 4, cuyo concepto de justicia es conmutativo y se preocupa más porque ningún alumno salga perjudicado del confinamiento.

A pesar de las diferencias entre, digamos, los dos grupos principales, sí existen acuerdos claros aseguran los investigadores, dentro de todos los grupos: la difultad de llegar a medidas concretas que puedan atender a toda la casuística posible; el rechazo a que cualquier medida pueda suponer más carga burocrática, y la necesidad de coordinación y apoyo por parte de la Administración educativa correspondiente a la labor docente.

Dadas las diferencias entre el colectivo docente a la hora de enfrentar la tercera evaluación y la final, el equipo investigador sostiene que lo más razonable sería «un paquete de medidas que contemple la especificidad de cada etapa educativa y que implique no solo actuaciones para el presente curso escolar sino para los próximos años, y siempre basadas en la coordinación y el respeto a la labor realizada por los docentes antes, durante y después de la crisis».

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/04/14/los-docentes-divididos-por-la-manera-de-afrontar-la-evaluacion-final-del-curso/
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