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Análisis ¿Por qué se sigue leyendo a Mariátegui en América Latina?

Por: Fernando de la Cuadra y  Gonzalo Rovira Soto *

A 95 años de su fallecimiento podemos suscribir, sin ambigüedades, que José Carlos Mariátegui (1894-1930) es hoy día uno de los más importantes clásicos de la Justicia Social en América Latina, una figura imprescindible a la hora de pensar los caminos de autodeterminación de los pueblos. Su obra es un referente para interpretar los problemas de la emergencia de los movimientos indígenas, y el anhelo de desarrollo de proyectos nacionales soberanos que contemplen el respeto de la forma de vida de los pueblos originarios.

El Amauta nos dejó un legado de ideas originales en su producción teórica, pero también una actitud y conducta comprometida a lo largo de su intensa vida de militante en las luchas sociales de su tiempo. Por cierto, en él nada es blanco y negro y sus reflexiones, en particular las filosóficas, a ratos hoy nos parecen confusas y muy vinculadas a debates de su tiempo, pero hay una general concordancia en que su aporte político y teórico fue substantivo.

Su histórica afirmación, en la editorial del segundo año de la revista Amauta (1928), de que el socialismo en América Latina no debía ser “calco ni copia, sino creación heroica”[1], sigue siendo un lema para quienes buscan levantar nuevos proyectos políticos, siendo uno de los primeros en rechazar la idea de que el socialismo latinoamericano debía ser una reproducción fiel de los modelos europeos, pues consideraba que los problemas sociales de Perú y de América Latina estaban ligados a la herencia colonial y a la dominación imperialista. Su análisis de la “estructura semifeudal” y del poder de las oligarquías agrarias todavía ilumina debates sobre desigualdad, tierra y soberanía.

Mariátegui consideraba a las comunidades indígenas y campesinas, no como un “rezago” del atraso pre y colonial, sino como base posible para una modernidad diferente y para un socialismo con raíces propias: “En la América Latina, que encierra más de cien millones de habitantes, la mayoría de la población está constituida por indígenas y negros. Esta última circunstancia sería suficiente para poner en plena luz toda la importancia de las razas en la América Latina como factor revolucionario”[2].

En algunos países de la región, el problema de la tenencia de la tierra sigue siendo una cuestión política relevante, pues involucra a comunidades indígenas, y aún debe ser resuelta por los Estados. En efecto, en sus artículos Mariátegui sustentaba que no era necesario retrotraerse a la época de las comunidades andinas para recuperar aspectos de su ethos y de su cosmovisión.

En sus escritos se vislumbra un juicio que intenta contrarrestar el pensamiento occidental y el capitalismo como la única vía posible de pensar el desarrollo y la existencia en comunidad: “las comunidades indígenas reúnen la mayor cantidad posible de actitudes morales y materiales para transformarse en cooperativas de producción y consumo. En ellas reside indudablemente, contra el interesado escepticismo de algunos, un elemento activo y vital de realizaciones socialistas”[3].

Para él, no se trata del retorno a un pasado incaico, sino que de recuperar la referencia histórica de las formas de vida de estas poblaciones, capaces de concebir en sus propias tradiciones colectivistas una poderosa plataforma de Justicia Social. Su mirada del Perú profundo impregna todo su quehacer teórico.

Años después, otros autores, como el sociólogo peruano Aníbal Quijano, han sugerido que se podría interpretar esta mirada del indigenismo de Mariátegui como la búsqueda de una racionalidad alternativa. Sin embargo, el propio Quijano reconoce los límites de su interpretación condensada en el concepto de racionalidad alternativa: Tienen razón quienes señalan “que en Mariátegui no se encuentran esos términos, ni señales formales de que hubiera propuesto encontrar o producir ninguna racionalidad alternativa”[4].

No parece tan claro un objetivo teórico, como el aludido, de estas afirmaciones del Amauta, pero en el siglo transcurrido desde la publicación de sus artículos y observaciones de la realidad peruana ha ayudado en forma significativa a la reflexión de estos temas en toda América Latina.

En sus escritos, también dio cuenta con lucidez de la impronta eurocéntrica de nuestra cultura, aunque reconocía que en Europa realizó su mejor y mayor aprendizaje. La aseveración anterior no le impide construir una opinión crítica con respecto a la hegemonía ejercida por el pensamiento de matriz europea. En ese mismo sentido, Mariátegui fue uno de los primeros marxistas en ver que el colonialismo no era solo cosa del pasado, sino una estructura viva de dominación que organizaba la economía, la cultura y la subjetividad.

Sin embargo, como señalará en un artículo dedicado a su amigo Waldo Frank: “Como él, yo no me sentí americano, sino en Europa. Por los caminos de Europa encontré el país de América que yo había dejado. Y en el que había vivido casi extraño y ausente (…) Sabía que Europa me había restituido, cuando parecía haberme conquistado enteramente, al Perú y a América”[5].

Sus ideas sobre la existencia de vínculos de superioridad/subordinación en la conformación de la nacionalidad peruana, contribuyeron para aquello que vendría posteriormente a ser teorizado como la perspectiva de-colonial y las Teorías de la Dependencia. Mucho antes de la publicación de perspectivas críticas del marxismo con sesgo occidental[6] ya había percibido el carácter diferenciado y novedoso de los procesos de construcción del socialismo experimentado por los países ajenos a la esfera del mundo europeo.

La idea de fundar un socialismo indoamericano implicaba pensar el país y la región a partir de sus bases particulares, de una identidad diferenciada, de problemáticas históricas específicas, pero también, de una determinada condición de subordinación en el orden mundial.

En el primer cuarto del siglo veinte, Perú era un país con escaso desarrollo industrial y una clase obrera en estado embrionario. Consciente de que existían vastos territorios habitados por comunidades campesinas indígenas que reconducían los problemas políticos del país hacia el ámbito agrario con una muy desigual tenencia de la tierra, derivada del proceso de Conquista y el ulterior despojo que habían sufrido los habitantes autóctonos de ese territorio, Mariátegui consideraba necesaria una lectura propia de los clásicos marxistas.

En Perú no era posible adherir a las tesis deterministas que contemplaban el paso inevitable desde una situación de nación pre-capitalista hacia una condición de país capitalista, en que el desarrollo de las fuerzas productivas permitiera la emergencia de una clase destinada a conducir la transformación del país hacia el socialismo. Perú no reunía las condiciones para desarrollar un tipo de expansión capitalista que permitiera sustentar la tesis de la inevitabilidad del Progreso, tan necesaria al marxismo de la II Internacional.

En contraste, el Amauta busca en la realidad indígena y campesina, las claves explicativas que le permitan elaborar una interpretación propia, que modifique o adapte dicha versión marxista, para transformar la realidad social peruana.

Se ha escrito y se escribe mucho acerca de su vida y su obra. Entre los últimos trabajos acerca del pensamiento de Mariátegui podemos destacar el libro que nos presenta un contrapunto del ideario del Amauta y de José Aricó (1931-1991), uno de sus más importantes biógrafos[7]. En este trabajo debemos destacar una extensa e inédita entrevista a Aricó, en que nos muestra como Mariátegui fue un referente de las batallas políticas y sociales peruanas de su tiempo; participando activamente en la organización de la clase trabajadora del Perú y en el apoyo a los movimientos indígenas.

Pero también se destaca su rol en la constitución del Partido Socialista del Perú (1928), encarando y contradiciendo la línea política de la III Internacional, que propiciaba partidos “comunistas”, ratificando así su idea de la autonomía latinoamericana. Otra preocupación actual han sido sus referencias filosóficas: “El mito mueve al hombre en la historia… El proletariado tiene un mito: la revolución social. Hacia ese mito se mueve con una fe vehemente y activa… La fuerza de los revolucionarios no está en su ciencia, está en su fe, en su pasión, en su voluntad. Es una figura religiosa, mística, espiritual”[8].

“No se vive fundamentalmente sin una concepción metafísica de la vida…”, “en mi camino he encontrado una fe. He ahí todo. Pero la he encontrado porque mi alma había partido desde muy temprano en busca de Dios”[9]. Este tipo de afirmaciones son las que intentan explicar Conferencias y Simposios recientes, dando cuenta del contexto intelectual de la época y de la influencia de autores como George Sorel y otros en el líder peruano[10]. Reflexiones y acercamientos teóricos que nos hablan de su falta de prejuicios, a la hora de su búsqueda intelectual de un camino propio para el Socialismo peruano, y que pudiera ser emulado en todo el continente.

Por cierto, su amplitud de lecturas y ámbitos teóricos de preocupación es notable, aunque no resulte clara la comprensión en él de conceptos como “metafísica”, la relación de Fe y Mito, u otros de la filosofía o la sociología. Mariátegui hacia política dando cuenta de lo que veía, interpretando lo observado con categorías que eran parte del gran debate ideológico de la Europa que conoció. Su misma “metafísica” del socialismo puede no resultar tan original en la Europa de la época, pero si en relación al sincretismo o mestizaje ideológico de la realidad de los marginados y los pueblos originarios de América expresada en sus escritos.

“Un clásico es un libro que nunca termina de decir lo que tiene que decir”[11]. Parafraseando a Calvino, podemos señalar que Mariátegui es un perfecto clásico, pues encarna a un tipo de pensador que todavía no termina de decir todo aquello que lo motivaba a reflexionar y a escribir.

La diversidad de temas que abordó en su breve existencia nos permite ver a un intelectual abierto a una diversidad de cuestiones que van desde la política al psicoanálisis, la economía, la literatura, el cine, el arte y la cultura. En la exposición de ellos no pretendió ser neutro a cuanto observa, su compromiso con los problemas y el quehacer de su época lo perfilan como un pensador que supo integrar su praxis de vida con una confianza irrenunciable en el Socialismo: “Mis juicios se nutren de mis ideales, de mis sentimientos, de mis pasiones”[12].

En el intelectual peruano vemos la fuerza y la convicción de querer transformar la sociedad en la que le tocó vivir. Creemos que es por esta vitalidad y coherencia que, con todas sus contradicciones y las limitaciones de su tiempo, Mariátegui nos sigue interpelando. Su lectura hoy nos acerca a un pensamiento crítico y emancipador; con raíces firmes en las realidades concretas de las comunidades originarias que habitan nuestro territorio latinoamericano, y con un ideario capaz de dialogar con el marxismo y con todas las corrientes ideológicas de la Izquierda, la democracia y la justicia social. Mariátegui sigue vivo porque es parte incuestionable de la causa de los marginados en el continente americano.


Notas

Notas sobre el tema

[1] En rigor la frase completa dice: “No queremos, ciertamente, que el socialismo sea en América calco y copia. Debe ser creación heroica. Tenemos que dar vida con nuestra propia realidad, en nuestro propio lenguaje, al socialismo indo-americano. He aquí una misión digna de una generación nueva”. José Carlos Mariátegui, “Aniversario y Balance”, editorial de Amauta, año II, núm. 17, Lima, septiembre de 1928. Reproducido posteriormente en Ideología y Política, Lima, Empresa Editorial Amauta, 1972, p. 249.
[2] J. C. Mariátegui, “El problema de las razas en la América Latina”, texto presentado y discutido en la Primera Conferencia Comunista latinoamericana realizada en Buenos Aires en junio de 1929. Reproducido posteriormente en Revista Amauta, año IV, núm. 25, julio-agosto de 1929.
[3] J. C. Mariátegui, “El porvenir de las cooperativas”, publicado originalmente en el periódico Mundial, Lima, 16 de marzo de 1928. Reproducido posteriormente en Revista Amauta, año III, núm. 13, marzo de 1928.
[4] Aníbal Quijano,” Prologo” de Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana, Caracas, Fundación Biblioteca Ayacucho, 2007, p. CXXV. En ese sentido, tal como afirma Deni Alfaro Rubbo, no existe en Mariátegui una propuesta de racionalidad alternativa expuesta con total claridad. Según él, la noción acuñada después por Quijano, se encuentra de manera más bien intuitiva en la obra del Amauta, sin haber sido desarrollada de manera consciente y sistemática. No habría en Mariátegui un sistema filosófico coherente e inmutable o una teoría integral, sino más bien una reflexión en forma de ensayo dentro del ámbito de la producción periodística. Ver Deni Alfaro Rubbo, “Aníbal Quijano e a racionalidade alternativa na América Latina: diálogos com Mariátegui”, en Revista Estudos Avançados, volumen 32, núm. 94, São Paulo, 2018, pp. 391-409.
[5] J. C. Mariátegui, “Itinerario de Waldo Frank”. Publicado originalmente en Variedades, Lima, 04/12/1929. Reproducido posteriormente en Alma matinal, Lima, Empresa Editorial Amauta, 1970, p. 162.
[6] Domenico Losurdo, El marxismo occidental. Cómo nació, cómo murió y cómo puede resucitar, Madrid, Editorial Trota, 2019.
[7] Yuri Gómez (Editor), El encuentro. Aricó y Mariátegui en el marxismo latinoamericano, LOM Ediciones, 2025.
[8] J. C. Mariátegui, “El hombre y el mito”, aparecido en el periódico Mundial el 16 de enero de 1925.
[9] Ídem, pág. 182.
[10] Fernando de la Cuadra, “La problemática concepción religiosa en el pensamiento de Mariátegui”. Ponencia presentada en el Simposio Internacional “El Hombre y el Mito. Dogma y herejía para pensar en Mariátegui”, organizado por la Cátedra José Carlos Mariátegui en conjunto con el Centro de Estudios del Pensamiento Iberoamericano (CEPIB-UV), realizado entre los días 25 y 26 de junio de 2025.
[11] Ítalo Calvino, Por qué leer los clásicos, Barcelona, Editora Tusquets, 1993.
[12] J. C. Mariátegui, Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana, Caracas, Fundación Biblioteca Ayacucho, 2007.

*De la Cuadra es Doctor en Ciencias Sociales. Editor del Blog Socialismo y Democracia.,miembro del Consejo Consultivo de la Cátedra José Carlos Mariátegui y Colaborador del Centro latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE). Gonzalo Rovira Soto es profesor de Filosofía.

Estrategia

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¿Y si educamos la inteligencia natural?

La cuestión no es qué puede hacer la IA por la educación, sino qué educación necesitamos para orientar la IA al bien común.

En estos tiempos en que la inteligencia artificial (IA) acapara titulares, congresos y agendas y formaciones educativas, corremos el riesgo de deslumbrarnos por sus promesas y olvidar lo más esencial: la necesidad de educar la inteligencia natural de nuestros alumnos y alumnas para, entre otras muchas funciones, saber trabajar con esa IA. Educar una inteligencia humana, compleja y viva, que no se descarga ni se automatiza, porque se construye lentamente en la relación con los otros, en el conflicto, en la duda, en el asombro y en la experiencia compartida.

Mientras la IA aprende patrones a partir de millones de datos, la inteligencia natural se desarrolla en el vaivén de la incertidumbre, en el esfuerzo por comprender lo nuevo, en el diálogo con la diferencia y la diversidad. No es solo una cuestión de razonamiento lógico o de procesamiento de información, sino de sentido, de valores, de emociones, de ética, de imaginación y de humanidad.

La escuela debe promover en los estudiantes la conciencia de las oportunidades, limitaciones, efectos y riesgos de la IA, así como de los principios éticos involucrados. Reducir la educación a la adaptación tecnológica o al entrenamiento de competencias digitales, sin cuidar esa inteligencia natural, más profunda y vital sería empobrecer nuestra tarea. La escuela no puede eludir ni limitarse a preparar para utilizar, aplicar o convivir con las máquinas, sino que debe formar personas capaces de humanizar el mundo y que orienten el diseño y uso de las máquinas y la tecnología hacia una transformación en pro de la justicia social y el bien común, incluso en medio de un entorno tecnológicamente saturado.

La inteligencia artificial puede ser una herramienta poderosa, sin duda, pero no puede reemplazar la formación de un pensamiento crítico, autónomo, empático y comprometido, ni el trabajo lento y artesanal de ayudar a cada alumno a pensar por sí mismo, a sentir con otros y a actuar con sentido en el mundo. La inteligencia no puede pensarse sólo como una acumulación de datos y su capacidad de procesarlos y devolverlos, sino como una forma de acceder a la comprensión del mundo y la forma de participar en él, desde un posicionamiento ético ineludible. Algo fuera del alcance de lo artificial. La inteligencia implica decisiones, no solo devolución de información, por muy bien elaborada que esté. Y las decisiones suponen un dilema ético siempre presente, que no se puede eludir.

Mientras las tecnologías avanzan a velocidad vertiginosa, la escuela no puede quedarse en adaptarse ni subirse a cada nueva ola sin criterio. Es urgente preguntarnos: ¿qué tipo de inteligencia queremos cultivar en nuestras aulas? ¿al servicio de qué ideología y política se está diseñando y expandiendo esa tecnología?, ¿para qué mundo, cuando se está utilizando para perpetrar un genocidio como el palestino impunemente con la complicidad de la industria tecnológica y de la IA? ¿Queremos estudiantes que reproduzcan información o que piensen por sí mismos? ¿Que se adapten al mercado o que transformen el mundo? ¿Que se formen como “eficientes técnicos” que se mantienen al margen de la barbarie genocida, del saqueo ecológico o de un capitalismo que aumenta progresivamente la desigualdad y la injusticia social o como personas con unos sólidos valores que se involucran en construir una sociedad regida por derechos humanos, sociales y ecológicos?

La digitalización plantea tanto posibilidades como riesgos para la educación democrática, dependiendo de cómo abordemos las preguntas sobre qué significa convivir bien en un mundo común hoy y mañana, y qué límites necesitamos establecer para lograrlo. Si estas preguntas no se plantean continuamente en educación, pueden ser respondidas en otros lugares, por quienes no tienen como objetivo educar para un futuro democrático».

— Jenni Nilsson, 2025, pp. 16-17.

Cuando hablamos de inteligencia natural, no nos referimos únicamente a las habilidades cognitivas que tradicionalmente se han valorado en el ámbito escolar. Vamos mucho más allá. Nos referimos a una forma de entender el mundo y de estar en él que integra sensibilidad, imaginación, juicio ético, pensamiento crítico, capacidad de escucha, creatividad, intuición, pasión y compromiso con los demás y con el entorno.

Es la inteligencia que no se mide pero que se manifiesta en la forma en que un niño o una niña consuela y acompaña a un compañero, en cómo una adolescente plantea una duda en el aula que pone en jaque lo establecido, o en cómo un grupo de estudiantes se organiza para transformar su entorno y acampar contra el genocidio, como hemos visto en las universidades de todo el Estado. Esa inteligencia no surge de manera espontánea ni se activa con una tecla: se cultiva.

Y se cultiva con tiempo y con vínculos significativos. Con preguntas que no tienen una única respuesta correcta. Con proyectos que nacen de la realidad y devuelven algo a la comunidad. Con profesorado que no sólo enseña contenidos, sino que escucha, acompaña, provoca, incómoda y confía. Con una escuela o instituto que no teme salir de sus muros para dialogar con la vida real, compleja y desafiante que se vive hoy.

En este sentido, educar la inteligencia natural es un acto profundamente político y ético. Es apostar por una educación que forme personas capaces de habitar el mundo con responsabilidad, sensibilidad y esperanza. Una educación que, lejos de reproducir lógicas de control y rendimiento, se atreva a imaginar otros horizontes posibles.

La IA puede ser un recurso valioso, claro que sí. Pero debe estar al servicio de un proyecto pedagógico humanizador, no al revés. Puede ayudar a personalizar ritmos, ofrecer simulaciones o facilitar el trabajo docente. Pero nunca reemplazará la mirada atenta de un profesorado que cree en su alumnado, la conversación que da sentido a un conflicto, o la reflexión que transforma una experiencia en aprendizaje.

Nos preocupa, y con razón, la irrupción de la inteligencia artificial en la educación. Pero nos preguntamos: ¿y la inteligencia natural? ¿Dónde queda en nuestras agendas educativas? Nos referimos a esa inteligencia humana que se cultiva cuando un niño o una niña descubre, casi con asombro, que puede pensar por sí mismo, que equivocarse no es un fracaso sino parte del aprendizaje, que puede reconstruir su camino, cambiar de opinión, aprender con otros y para otros.

Esa inteligencia no nace programada. Se educa. Se acompaña. Requiere tiempo, confianza, escucha, cuidado y contextos significativos. Se fortalece cuando el profesorado deja espacio para la duda, cuando las respuestas no están dadas de antemano, cuando el aula se convierte en un lugar donde vale la pena preguntarse por el mundo y por uno mismo.

Es cierto que la IA puede tener impacto en la autonomía del pensamiento. Pero la mejor defensa frente a eso no es prohibir la tecnología, sino formar inteligencias críticas, creativas, sensibles y éticas, capaces de convivir con lo artificial y cuidando lo humano. El problema no está en la supuesta maldad de la IA, que no deja de ser un instrumento, sino en los fundamentos que como educadores y educadoras ponemos en juego cuando trabajamos con nuestro alumnado.

En lugar de obsesionarnos por lo que la tecnología es capaz de hacer, tal vez deberíamos volver a preguntarnos qué tipo de educación necesita hoy la humanidad. Una educación que forme ciudadanos críticos, comprometidos socialmente, sensibles ante la deshumanización, capaces de habitar un mundo incierto con esperanza y responsabilidad, para involucrarse activamente en la construcción de una sociedad más justa y mejor. Una educación donde la inteligencia se valore en la capacidad de comprender, cuidar, imaginar y actuar.

Educamos en y para la complejidad. No dejemos que la fascinación tecnológica nos haga olvidar que lo más importante de la educación sigue siendo profundamente humano.

Porque educar no es programar, es acompañar. No es automatizar, es provocar pensamiento. No es responder rápido, es aprender a hacer preguntas que importan. En un mundo saturado de datos, lo que más necesitamos son personas capaces de discernir, de cuidar, de imaginar futuros más justos y habitables.

La inteligencia artificial puede ayudarnos a organizar contenidos o a detectar patrones de aprendizaje. Pero solo la inteligencia natural, la que se cultiva en el aula, en el encuentro con el otro, en la palabra compartida y en la experiencia vivida, puede sostener una educación con sentido.

Seamos conscientes del presente, coherentes en su comprensión, pero no descuidemos lo esencial, lo que no se puede automatizar: la mirada, la escucha, el asombro, la pregunta, la emoción, la ética, el pensamiento críticoTodo aquello que nos hace verdaderamente humanos.

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Palestina es humanidad

La historia de Palestina es de humanidad y resistencia, un hecho que el sionismo israelí y el imperialismo estadounidense junto a las naciones europeas cómplices de sus mandatos han querido negar. Palestina es humanidad, su resistencia es ejemplo de dignidad y persistencia por defender su derecho a existir, y eso no se puede borrar con bombas ni con la ocupación ilegal del territorio palestino que realiza el ejército israelí.

El ejemplo palestino es el símbolo del siglo XXI que, poco a poco, va prendiendo la mecha de rebeldía, organización, conciencia, crítica, solidaridad, internacionalismo, lucha de clases, revolución y de unidad de los pueblos ante la atrocidad y el genocidio. Y sin importar el paso del tiempo la fuerza de la resistencia palestina se expande en el mundo. Por eso, al cumplir dos años del incremento del genocidio, es relevante considerar los siguientes puntos:

1. Palestina existe como pueblo y nación, con historia y cultura, que ha sabido desarrollar una permanente resistencia, y hoy, como ayer, tiene el absoluto derecho inalienable de defenderse ante los ataques continuos del sionismo y el imperialismo. La resistencia palestina es justicia y dignidad humana.

2. El genocidio contra el pueblo y la nación palestina no inició el 7 de octubre de 2023, ni es culpa de Hamas ni consecuencia de cualquier acto de resistencia. El genocidio, así como el despojo territorial y cultural contra Palestina, data de más de 77 años, siendo que, en 1948, al crearse por el imperialismo y las potencias europeas el Estado de Israel, se dio por oficializado el proceso de despojo y de colonización de Palestina por parte del sionismo israelí, teniendo en un principio a Gran Bretaña y los Estados Unidos como aliados principales, mismos que hoy siguen subsidiando las armas y los crímenes de lesa humanidad junto a naciones de la OTAN y de la Unión Europea cuyos gobiernos siguen callando o simulando por sometimiento y complicidad. A la fecha, la devastación de Palestina es clara, la infraestructura de salud, educación, alimentación y trabajo está destruida en más de un 90 por ciento, la cifra de muertos rebasa los 65 mil según fuentes oficiales, aunque otros medios han hablado de que esa cifra podría ser, al menos, en realidad el triple de alta. El patrimonio cultural palestino ha sido arrasado con el objetivo de borrar su cultura e identidad, y las mujeres, infantes y personas de la tercera edad son objetivo directo del genocidio. Todo está muy claro, sólo no ve quién ha preferido el lado oscuro de la historia.

3. La narrativa sionista e imperialista ha intentado por todos los medios ocultar la verdad, distorsionar los hechos y silenciar a las voces críticas que denuncian el genocidio. En Palestina han muerto más periodistas que en toda la Segunda Guerra Mundial y demás conflictos bélicos que han marcado a la humanidad. Además, los medios de comunicación tradicionales, en su mayoría, se han mostrado serviles al discurso opresor, “justificando” la agresión y validando la narrativa colonialista al llamar terrorista a Hamas y a la resistencia palestina, como parte de la estrategia sionista que, imitando a la propaganda nazi, divulga mentiras sobre Palestina para generar miedo y rechazo.

4. La resistencia palestina no sólo tiene el derecho a existir y actuar, esto con base en los propios acuerdos internacionales que rigen a las naciones que viven una ocupación por otro país, siendo que la propia ONU ha reconocido ese derecho al igual que otras instancias internacionales. Además, ni Hamas ni los otros grupos de resistencia palestina son terroristas, ese es un discurso falso y cínico, pues el terrorismo lo ejerce el Estado sionista de Israel y el imperialismo estadounidense que invade naciones, asesina a la población civil, despoja de territorio y riqueza natural a los pueblos en el mundo, tal y como viene realizando desde hace más de siete décadas en Palestina.

5. Los acuerdos de paz que no se han concretado pasan, sin duda, por la falta de voluntad real del Estado sionista, pues Benjamin Netanyahu ha declarado con impunidad que no habrá un Estado palestino y que los palestinos deben retirarse de sus hogares y de su tierra para sobrevivir, amenazas y acciones que la narrativa sionista e imperialista oculta en estos días cuando nuevamente se menciona la posibilidad de un acuerdo de cese al fuego, el cual es urgente pero no se debe olvidar que aunque representaría un poco de calma para la población palestina, la verdadera solución es la retirada total de las tropas de ocupación sionista, la devolución de los territorios despojados, el fin de las agresiones bélicas, simbólicas y de todo tipo contra Palestina, así como el castigo ejemplar a los criminales de lesa humanidad por el genocidio, como es Netanyahu y su camarilla de funcionarios inhumanos. La solicitud de desarme de Hamas como obligación para la paz, solo es una excusa para nunca alcanzar acuerdos, ya que significaría la rendición de la resistencia y la aceptación de la dominación neocolonial con rostro sionista, lo cual sabe muy bien Israel y Estados Unidos que no será aceptado por la resistencia palestina.

6. Donald Trump juega un doble juego, apoya sin reparo toda agresión bélica de Israel a Palestina con miles de millones del erario público de Estados Unidos, sin importarle que la sociedad estadounidense está hundiéndose cada vez más por la decadencia capitalista e imperialista. Pero, también, intenta aparentar algunas diferencias con Netanyahu y sus formas, y si bien alguna puede existir, estas serían de forma más no de fondo. El fondo del asunto es claro, el imperialismo como fase superior capitalista y final de la hegemonía estadounidense, tiene como misión devastar naciones para imponer intereses económicos. No hay ni un poco de humanismo en Trump ni en Netanyahu, aunque el presidente de Estados Unidos sigue en estos días soñando con recibir, que no ganar, el Premio Nobel de la Paz, y si llegara a suceder, el mundo sabría que el Nobel se escribe con sangre.

7. El sionismo israelí al igual que el imperialismo estadounidense, es expresión putrefacta del capitalismo global. Lo que hoy padecemos en el mundo es resultado de décadas de devastación socioeconómica y de un sistema que solo sabe despojar y destruir. El avance ultraconservador y neofascista que se vive, es sintomático a la degradación al interior de sociedades llamadas “desarrolladas”. Por eso no hay forma en que se pueda esperar un acto a favor de la humanidad de los entes terroristas como son, hoy en día, Israel y Estados Unidos.

8. La geopolítica está en juego, los intereses imperialistas de reacomodo ante su inminente perdida de hegemonía han llevado a los Estados Unidos ha abrir frentes de batalla en diversas regiones del mundo. Su agresividad en Latinoamérica y el Caribe va subiendo, la movilización de buques y naves de guerras en aguas caribeñas y el asesinato de tripulantes de embarcaciones pesqueras acusándolos de narcotraficantes con la misión de generar un conflicto armado con Venezuela, solo es un botón descocido de un ropaje imperial que se desvanece. El Medio Oriente está en conflicto y las piezas son movidas para evitar que el avance de China y Rusia siga debilitando a los Estados Unidos, la guerra es el negocio predilecto del imperio estadounidense. Palestina es un objetivo geoestratégico para Trump, quien sin pudor ha anunciado la construcción de un resort de lujo sobre los escombros de la Franja de Gaza y con la sangre de miles de palestinos.

9. Los pueblos del mundo se han expresado ya, Europa se estremece con marchas multitudinarias y con la resistencia de obreros y estudiantes que se niegan a ser parte cómplice del silencio de sus gobiernos. En América las voces se alzan a favor de Palestina y presionan a sus gobernantes para romper relaciones con Israel. En la pasada Asamblea General de la ONU los mandatarios de muchas naciones se posicionaron mayoritariamente a favor del Estado palestino y por el fin del genocidio, e iniciativas como la Global Sumud Flotilla han logrado con éxito dirigir la mirada a Gaza y Palestina, evidenciando, sin importar la represión y cerrazón sionista, lo que está aconteciendo en realidad. Nadie puede ya decir que no sabía, ahora toca seguir alzando la voz contra el Genocidio. Los pueblos del mundo saben que Palestina es Humanidad.

¡Palestina será libre!

Fuente de la información e imagen:  https://insurgenciamagisterial.com

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América Latina es blanco de la ofensiva neocolonial de Trump

Ana Carvalhaes | Luis Bonilla-Molina

En sus primeros nueve meses, la administración Trump ha desplazado buques e infraestructura militar al Caribe, bombardeado balseros acusados de narcotraficantes en la región, emitido arancel de 50% sobre productos de Brasil – porque no acepta el juicio democrático a Bolsonaro y demás golpistas –, además de mantener presión brutal sobre el gobierno de México para que este reduzca a fuerza los flujos migratorios de latinoamericanos en la frontera y combatas sus proprios carteles del narcotráfico.

Estos son solo algunos elementos de una tormenta que va mucho más allá de la personalidad estridente e inestable del primer mandatario estadounidense neofascista. El alevoso asesinato televisado de balseros es una violación a todas las convenciones, estatutos y protocolos internacionales sobre el sometimiento, captura y enjuiciamiento a criminales. (Nadie ha comprobado que los balseros asesinados por misiles norteamericanos no fueran simples pescadores, porque nunca se les dio derecho a la defensa.). Los ataques son la más grande evidencia de que el imperialismo estadounidense bajo Trump impone un giro radical al trato dispensado a la macro región a que sigue considerando su quintal [1].

En el marco del cambio sustantivo en las relaciones de poder global heredadas de la Segunda Guerra Mundial, a las que el autoritario Trump intenta sustituir por la regla “en el planeta mandan los EE. UU”, América Latina no podría pasar incólume. ¿Pero por que México, Brasil y Venezuela son los blancos más inmediatos? Aunque importante, es insuficiente la constatación de que los gobiernos de los tres, a los ojos de los falcones neofascistas capitaneados por Trump, son de izquierda. En la gramática trumpista, entiéndase eso como gobiernos del otro lado de su espectro político-ideológico – o que no son defensores directos y sumisos de los intereses del capital yanque –, no importando las sensibles diferencias entre ellos.

Tan lejos de Dios, tan cerca de Trump

Las presiones sobre el gobierno de Méxicoson casi auto explicativas, teniendo en cuenta su larga frontera común con Estados Unidos, la dependencia económica (más del 80% de las exportaciones mexicanas van al vecino del Norte), además de la fuerza y violencia de los carteles mexicanos de drogas. La retórica agresiva y chantajista contra México empezó en los primeros días de Trump en La Casa Blanca, para imponer a la presidenta Claudia Sheinbaum la supuesta obligación de contener las multitudes de latinoamericanos que históricamente intentaron ingresar a EE UU por el Rio Grande – bajo la amenaza de aranceles del 25%.

La mandataria contestó con el envío de una tropa de 10 mil efectivos a la frontera[2]. La presión se amplió – con la permanente amenaza de ingreso directo de tropas yanques a México, explicitada por el secretario de Estado, Marco Rubio – para que el gobierno vecino tomara medidas más duras en contra los poderosos carteles domésticos, considerados ahora terroristas por el Tío Sam. En el que va de su mandato, Sheinbaum ya deportó a Estados Unidos 26 personas acusadas de pertenecer al alto eslabón del tráfico, logró hacer arrestar más de 30 mil sospechosos de formar parte de las organizaciones criminales (en contra poco más de 12 mil prisiones en los seis años de su antecesor) y ahora em septiembre firmó un acuerdo con los estadunidenses para represión al tráfico transfronterizo de armas, del EE UU  en dirección a México.

Todavía no satisfecha, la administración Trump amenaza también con aranceles más altos si México no deja de importar de China, lo que hace fundamentalmente para complementar su producción de automotores en gran medida exportados hacia el gigante norteño. Los yanques todavía no descartaron tampoco sus planes de campaña de gravar fuertemente las remesas de dólares de ciudadanos mexicanos a su país – actualmente alrededor de 60 000 millones de dólares, casi el 4 % del PIB de México; y de eventualmente lanzar mano de bombardeos por drones a laboratorios de drogas em territorio mexicano. Estas y otras cartas de Trump son armas fundamentales en la práctica de chantaje y amenaza.

Hasta ahora Sheinbaum logró impedir la intervención directa sobre su país, aunque a un costo político alto. Según reportó el New York Times, la gente alrededor de la presidenta, que estaría exasperada con la situación, se queja de que, por más que hagan concesiones, no logran calmarse porque Estados Unidos parece no tener límites en las exigencias. Claudia y sus compañeros de Morena parecen, por su parte, haberse olvidado (o nunca haberse dado cuenta) que así son los imperialismos y muchísimo más el imperialismo agresivo neocolonialista de su parcero Donald.

Brasil, una agresión que le sale por la culata

Frente a Brasil, el ataque de Trump se ha caracterizado por una injerencia directa en asuntos de la política y justicia internas del país sudamericano. Los aranceles de 50% (los más altos hasta ahora, junto con los impuestos a India) sobre las exportaciones brasileras a EE UU no tienen ninguna justificativa económica, aún bajo la lógica proteccionista enloquecida de los falcones del MAGA. La balanza comercial entre los dos países es deficitaria para Brasil y el mercado estadunidense necesita fuertemente de insumos básicos made in Brazil como café, naranja y acero semi acabado.

La explicación de Trump y Rubio para los aranceles fue explícita: el descontento con el juicio (y ahora condenación) de su amigo Jair Bolsonaro y muchos de sus ex auxiliares por intento de golpe el 2022-2023 – lo que los yanques clasifican como “caza a las brujas”[3]. Como ha sido una medida política (seguida de sanciones personales a jueces del Supremo Tribunal y familiares, cuyas visas al país de Norte fueron canceladas), rápidamente el contencioso supuestamente comercial se ha vuelto en Brasil motivo de un gran enfrentamiento del gobierno y sectores democráticos, en contra de la extrema derecha.

La familia Bolsonaro y sus apoyadores se agarraron del ataque imperialista para reivindicarlo, salir a la calle y exigir amnistía a los golpistas, mientras mantenía a un hijo del expresidente en EE UU, gestionando por más ataques. Para lograr su objetivo, se han valido de una alianza parlamentaria con la derecha tradicional oligárquica y corporativista, para hacer votar la amnistía con urgencia al mismo tiempo que votaban un cambio de la Constitución (propuesta de enmienda constitucional, o PEC) para impedir juicios e investigaciones de cualquier tipo a parlamentares y presidentes de partidos.

Calcularon mal, subestimaron a la opinión de las mayorías. La dupla maniobra insufló movilizaciones. El domingo 21 de septiembre cientos de miles de brasileños salieron a las calles y plazas a protestar contra la “PEC del Blindaje” (o PEC del Banditismo, como le apodó la sabiduría popular) y contra la amnistía[4].

El cambio constitucional fue enterrado y, con él, la propuesta de amnistía. De hecho, el embate contra el tarifazo, la postura de apertura a negociación, pero siempre afirmando que la democracia es innegociable, ya había rendido a Lula y su gobierno un alza en apoyo popular. Si es exagerado afirmar que el sentimiento netamente antiimperialista ha logrado mayoría, es verdad que el rechazo a la injerencia yanque y un sentimiento de soberanía han sido fundamentales para la victoria alcanzada por la movilización.

Venezuela, el blanco central

El país latinoamericano y caribeño más amenazado militarmente en este momento es Venezuela, aunque ninguna nación de la región este exenta de esta potencial amenaza a su soberanía territorial. Venezuela y su revolución bolivariana – enterrada por el autoritarismo y la política anti obrera y popular del madurismo – han sido desde siempre una enorme piedra en los zapatos del imperialismo estadunidense. Ahora, los falcones expansionistas de Trump pretenden derrocar a Maduro, aprovechándose de la enorme debilidad interna de su gobierno, para poner en su lugar una alternativa de extrema derecha sumisa a Washington[5].

Pero ¿Por qué ocurre este cambio en la posición de los Estados Unidos si el gobierno de Maduro estaba en negociaciones con ellos desde 2018 y le ha vuelto a garantizar que Venezuela sea un proveedor seguro de petróleo? Esto tiene que ver con el reacomodo global, en el nuevo reparto de territorios de influencia y relaciones de poder que está en construcción.  El gobierno de Trump quiere al frente del gobierno venezolano un rostro de la nueva ultraderecha fascistoide internacional, que en este caso sería María Corina Machado; no quiere inestabilidad en el reordenamiento, sino sumisión absoluta en el nuevo marco. Otra cosa es lo que puede lograr[6].

La cuestión es que ese cambio de régimen en Venezuela no pareciera poder ocurrir sin una intervención directa, en cualquiera de sus modalidades, con el consecuente rechazo que eso podría generar en la opinión pública norteamericana, algo que hay que colocar en la ecuación. Esto está haciendo más compleja la situación. Por eso, lanzan mano del combate militar al tráfico internacional de drogas: para intentar arrancar apoyo doméstico a su política intervencionista[7].De todos modos, la forma como se ha manejado el desplazamiento militar norteamericano sobre las costas venezolanas pareciera ser no una actividad de contra información continuada, sino una operación a gran escala de captura de datos de la población venezolana y regional para medir el efecto del desplazamiento y escenarios futuros. Se trata de una nueva fase del uso de la tecnología de punta para fines de guerra.

La oposición venezolana derechista, liderada por María Corina Machado (MCM) –quien debutó de manera virtual en el reciente encuentro de los patriotas libertarios europeos presidido por Meloni– ha pedido sanciones contra Venezuela en el pasado reciente, sin medir los efectos de estas sobre la población humilde. Pero hoy confía en que sean los soldados norteamericanos quienes desplacen del poder a Maduro y la coloquen en el poder. Para ello, ha ofrecido en bandeja de plata el territorio nacional y sus riquezas. Por supuesto que Maduro no ha sido el mejor ejemplo de nacionalismo ni patriotismo, cuando ha permitido la extracción petrolera por parte de trasnacionales gringas en condiciones neocoloniales no conocidas en la historia patria. Pero nada de ello justifica la convocatoria a mancillar el suelo venezolano.

Por ahora la administración norteamericana pareciera apuntar a un desgaste del gobierno de Maduro, apostando en el surgimiento de fisuras internas y el desplazamiento del poder ´por parte de militares criollos, algo que fracturaría la unidad interna del madurismoy abriría la posibilidad de un escenario Grenada, remozado con los avances tecnológicos del momento. ¿La interrogante es que harán si no ocurre una fractura en el poder interno?

Un eventual gobierno de María Corina Machado y Edmundo González post intervención militar norteamericano, con sus políticas abiertamente anti trabajadores y los remanentes de la oposición chavista disputándole espacios, haría imposible la gobernabilidad. En consecuencia, el objetivo real de los Estados Unidos pareciera ser el ascenso de una dictadura militar en Venezuela con el asesoramiento directo de su parte, incluida la colocación de bases militares en el país.  Esto consolidaría sus propósitos regionales dentro del reordenamiento global.

Se equivoca terriblemente el gobierno de Maduro cuando apela a supuestas diferencias entre Marco Rubio y Trump, asumiendo el papel de consejero protector del inquilino de la Casa Blanca. Lo que ocurre en el Caribe y con Venezuela es una política imperial, no un mal momento de la política norteamericana.

Por otra parte, el desgaste social en Venezuela es tan terrible, que la posibilidad de un ataque extranjero no ha despertado la reacción esperada por parte de la población. El gobierno de Maduro ha activado las milicias y el aparato político del PSUV, pero con alcance mucho menor al que difunden. La única manera de despertar un gran frente nacional de rechazo a la intervención norteamericana pasaría por dar paso atrás a su paquete y medidas aplicadas especialmente a partir de 2018, con una recomposición significativa del salario, devolución de los partidos de izquierda a sus legítimos dirigentes y militantes, amnistía general a los presos políticos y movimiento social, redireccionamiento de la riqueza nacional hacia la recuperación de la seguridad social y la vida material del pueblo. Solo dando cinco pasos atrás el gobierno de Maduro podría generar un cambio en la catastrófica situación actual, pero eso implicaría romper con el programa de la nueva burguesía constituida bajo el rentismo petrolero en los últimos veinte años.

El pueblo venezolano es quien más ha sufrido durante estos 10 años de regresión y asimilación a los intereses del capital por parte del gobierno de Maduro. Millones de venezolanos han tenido que salir a buscar la sobrevivencia más allá de las fronteras patrias, mientras que los que se han quedado en el país viven el drama de la perdda de seguridad social, la inexistencia salarial y el temor a opinar porque pueden ser detenidos.  El pueblo ya ha sufrido demasiado para tener que enfrentar las consecuencias de una operación militar a gran escala. Las bombas, en su mayoría, van a caer sobre las cabezas de gente humilde. Cualquier medida que evite esta crisis debe ser bienvenida.

[1]“Trump Directs Military to Target Foreign Drug Cartels”, New York Times, 08/08/2025. https://www.nytimes.com/2025/08/08/us/trump-military-drug-cartels.html

[2]“Mexico’s President Struggles to Escape Trump’s Growing Demands”, New York Times, 30/08/2025.https://www.nytimes.com/2025/08/30/world/americas/mexico-us-trump-sheinbaum.html

[3]De la carta de Trump a Lula, de 9/7/2025, anunciando los aranceles: «Conocí y traté con el expresidente Jair Bolsonaro, y lo respeté mucho, al igual que la mayoría de los demás líderes de otros países. La forma en que Brasil ha tratado al expresidente Bolsonaro, un líder muy respetado en todo el mundo durante su mandato, incluso por Estados Unidos, es una vergüenza internacional. Este juicio no debería estar teniendo lugar. ¡Es una caza de brujas que debe terminar INMEDIATAMENTE! En parte debido a los insidiosos ataques de Brasil contra las elecciones libres y a la violación fundamental de la libertad de expresión de los estadounidenses (como lo ha demostrado recientemente la Suprema Corte Federal de Brasil, que ha emitido cientos de órdenes de censura SECRETAS e ILEGALES a las plataformas de redes sociales de EE. UU., amenazándolas con multas de millones de dólares y la expulsión del mercado brasileño de redes sociales), a partir del 1 de agosto de 2025, cobraremos a Brasil un arancel del 50 % sobre todas y cada una de las exportaciones brasileñas enviadas a Estados Unidos, aparte de todos los aranceles sectoriales existentes. Las mercancías transbordadas para intentar eludir este arancel del 50 % estarán sujetas a este arancel más elevado.

[4]“Atos contra anistia e PEC da Blindagem reúnem multidões pelo Brasil,”, BBC Brasil, 22/9/2025, https://www.bbc.com/portuguese/articles/c20epdl1v26o

[5] A este respecto, vale leer el análisis de ian Bremmer, del Euroasia Group, Is the US about to invade Venezuela?, in GZero, 3/09/2025. https://www.gzeromedia.com/news/analysis/is-the-us-about-to-invade-venezuela

[6]“EUA vão invadir a Venezuela? Trump faz pergunta não parecer absurda”, coluna de Sylvia Colombo na Folha de S.Paulo,4/9/2025. https://www1.folha.uol.com.br/mundo/2025/09/eua-vao-invadir-a-venezuela-trump-faz-pergunta-nao-parecer-absurda.shtml

[7]“EUA preparam opções de ataques contra alvos dentro da Venezuela, diz TV”,https://www1.folha.uol.com.br/mundo/2025/09/eua-preparam-opcoes-de-ataques-contra-alvos-dentro-da-venezuela-diz-tv.shtml?utm_source=newsletter&utm_medium=email&utm_campaign=newsfolha

https://vientosur.info/america-latina-es-blanco-de-la-ofensiva-neocolonial-de-trump/

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Intensifican guerra contra los pueblos

Por Raúl Zibechi

La ofensiva de las clases dominantes y de sus gobiernos es cada vez más violenta y peligrosa para la sobrevivencia de los pueblos. En los últimos tiempos hemos visto cómo los poderosos ya no disimulan, ni pretenden esconder la creciente militarización del mundo. En Estados Unidos, Trump envía soldados a la ciudad de Por-tland para acallar protestas; en Ecuador, los militares reprimen marchas pacíficas y asesinan indígenas; en Chiapas, militares y finqueros atacan bases zapatistas y destruyen sus cultivos e instalaciones “en común”.

Estamos ante un conjunto de guerras contra los pueblos, guerras civiles, de despojo, para liquidar cualquier resistencia, para desplazar comunidades con el objetivo de despejar territorios para acelerar la acumulación de riqueza. Como ya se ha dicho, Gaza es el espejo en el que debemos mirarnos para comprender lo que están haciendo, incluso, los gobiernos de nuestra América.

La reciente denuncia de la Asamblea de Colectivos de Gobiernos Autónomos Zapatistas (ACGAZ) Gobiernos en Común, debe ser tomada muy en serio. El gobierno entregó a particulares tierras zapatistas recuperadas en 1994, que están cultivando en común las bases de apoyo zapatistas con comunidades no zapatistas, cerca del caracol Dolores Hidalgo. En los videos que acompañan la denuncia puede verse claramente cómo el Ejército y la policía municipal acompañan a los usurpadores bendecidos por la “justicia” del Estado.

No sólo ingresaron a territorio zapatista desplazando bases de apoyo y campesinos no zapatistas, sino que destruyeron y robaron bienes y cultivos, lo que muestra el tipo de personas que son. Del comunicado del 24 de setiembre (ver enlacezapatista.ezln.org) me parece necesario destacar que estamos ante “un plan de los tres niveles de los malos gobiernos”. Aquí nadie debería hacerse el distraído: el gobierno federal es responsable junto al gobierno de Chiapas de la agresión al territorio zapatista para convertirlo en propiedad privada. ¿Por qué lo hacen? ¿Qué buscan?

A mi modo de ver, quieren destruir al movimiento zapatista, ya sea provocando enfrentamientos armados o bien forzándolos a retirarse como ya sucedió en Nuevo San Gregorio. Como todo tiene un límite (desde la paciencia hasta los intentos de diálogo), el comunicado advierte que “nos están obligando a defendernos”. Si lo hacen, serán inmediatamente catalogados como “terroristas”, como estos días sucede en Ecuador con los pueblos originarios que resisten al mal gobierno de Noboa.

Mi impresión, y puedo estar equivocado, es que en esta ofensiva hay algo nuevo, que está siendo iluminado por el genocidio en Gaza. Lo nuevo son dos cuestiones: la embestida se produce a la luz del día, amparados en la impunidad que creen tener por el apoyo social pasivo con que cuenta el gobierno de la 4T; la segunda, es que estamos ante un asalto militar con la participación directa de las fuerzas armadas. Esto indica que no sólo están dispuestos a desplazar, como en ocasiones anteriores (muchas veces efectuado por paramilitares), sino que ahora vienen dispuestos a matar a per-sonas desarmadas.

No es ninguna casualidad que hayan creado las FRIP o pakales, cuyo lema “Vencer o morir” no es sólo un culto a la muerte, sino que nos recuerdan a los kaibiles guatemaltecos, entrenados por los “boinas verdes” estadunidenses y auspiciados por el Estado de Israel, responsables de infinidad de crímenes durante el genocidio del pueblo maya en la década de 1980. Los kaibiles fueron definidos como “máquinas de matar” y luego de la guerra no pocos se integraron al cártel Los Zetas, marcando probablemente un camino a sus pares pakales.

Esperemos que la violencia del Estado no escale, pero eso sólo depende de ellos. Tal como están las cosas en el mundo, nadie puede asegurar que no estemos ante el inicio de un plan genocida (uno más) contra los pueblos de raíz maya, y contra el EZLN porque su presencia resulta molesta para los planes de negocios capitalistas.

En Ecuador, en respuesta al paro indígena y popular contra un nuevo paquete contra las economías de los pueblos, el gobierno de Noboa sacó a los militares a la calle invadiendo viviendas en la noche, disparando contra la población, no sólo contra manifestantes, y asesinando de forma cobarde al artesano kichwa Efraín Fueres, que recibió tres balazos. “El video del maltrato de los militares a un manifestante moribundo enciende las protestas contra Noboa”, titula El País.

Las redes gritaron: “terrorismo es militares armados y entrenados bajando de un tanque para patear el cadáver del campesino al que asesinaron”. Esta es la realidad del sistema hoy, en cualquier parte del mundo. No nos engañemos: están preparados para el asesinato masivo de nuestros pueblos. Por eso Gaza es tan revelador. Por eso Chiapas es tan importante. No nos hagamos ilusiones. Los gobiernos progresistas son un excelente escenario para planificar crímenes y despojos. Los encargados de perpetrarlos pueden ser cualquiera.

La Jornada

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Mundo Educativo: Fortalecimiento de la alfabetización en la escuela secundaria: lo que los educadores necesitan saber

Fortalecimiento de la alfabetización en la escuela secundaria: lo que los educadores necesitan saber

La alfabetización siempre ha sido la base del aprendizaje, pero para los estudiantes de secundaria, hay mucho en juego. Estos años marcan la transición crucial de aprender a leer a leer para aprender .

Cuando los estudiantes ingresan a sexto, séptimo u octavo grado aún con dificultades en las habilidades fundamentales, cada asignatura se vuelve más difícil: los laboratorios de ciencias, los textos de estudios sociales e incluso los problemas matemáticos requieren competencia lectora. Para los educadores, el reto no es solo abordar las deficiencias, sino también fomentar la confianza que ayude a los adolescentes a creer que pueden tener éxito.

La brecha de confianza

Al llegar a la secundaria, muchos estudiantes son muy conscientes de que están atrasados ​​con respecto a sus compañeros en lectura. Las intervenciones que parecen demasiado elementales pueden minar la motivación. Como explicó la Dra. Michelle D. Barrett, vicepresidenta sénior de Investigación, Políticas e Impacto de Edmentum:

Si tienes un estudiante de secundaria que aún tiene deficiencias en las habilidades básicas de lectura, necesitas un currículo e instrucción adecuados para su edad. No puedes darle algo que parezca infantil; eso solo lo desanima.

Diseño para la participación

Las investigaciones demuestran que la participación es tan importante como la instrucción, especialmente para los adolescentes. «Si los estudiantes no participan, si no asisten a la escuela, entonces tenemos un verdadero problema», afirmó Barrett. «Se trata de asegurar que, incluso si los estudiantes tienen carencias, reciban apoyo con un currículo que les resulte relevante y atractivo».

Para satisfacer esa necesidad, programas digitales como Exact Path de Edmentum adaptan tanto el diseño como el contenido a la edad del alumno. «Un estudiante de secundaria no quiere las caricaturas que reciben nuestros alumnos de primer grado», señaló Barrett. «Eso es realmente importante, no solo para la participación, sino también para su confianza y su disposición a seguir adelante».

Midiendo lo que funciona

Los educadores también necesitan datos sólidos para orientar las intervenciones. «Todo se reduce a cómo se diferencian para esos estudiantes», dijo Barrett. «Es necesario contar con evaluaciones excelentes, contenido atractivo basado en la evidencia y una manera para que los estudiantes sientan y comprendan el éxito».

Exact Path comienza con una evaluación universal y luego crea rutas de aprendizaje personalizadas basadas en progresiones de lectura basadas en la investigación. Más de 60 estudios realizados en los últimos dos años han mostrado resultados consistentes. «Cuando los estudiantes completan ocho habilidades por semestre, observamos un crecimiento significativo en todos los grados, ya sea medido por NWEA MAP, STAR o evaluaciones estatales», agregó Barrett.

Ese crecimiento se extiende a diversos grupos. «En un gran distrito urbano, descubrimos que la magnitud del efecto en los estudiantes que reciben servicios de educación especial duplicaba la de sus compañeros», afirmó Barrett. «Esto nos indica que el programa puede ser una intervención de alfabetización muy eficaz para los estudiantes con mayor riesgo».

Soportes en capas para un mayor impacto

Barrett enfatizó que el progreso en lectoescritura es más sólido cuando se combinan múltiples apoyos. «Con el currículo digital, los estudiantes obtienen mejores resultados. Pero con un docente, además de ese currículo digital, obtienen mejores resultados aún. Si se añade tutoría intensiva, los resultados mejoran aún más», afirmó.

El seguimiento y el reconocimiento del progreso también contribuyen a generar confianza. «Los estudiantes perseverarán cuando puedan alcanzar el éxito», añadió Barrett. «Celebrar el crecimiento, incluso en pequeños incrementos, es fundamental para la motivación».

Una misión compartida

Si bien herramientas como Exact Path ofrecen apoyo basado en investigaciones, Barrett enfatizó que mejorar la alfabetización es, en última instancia, una responsabilidad compartida. «Los líderes del distrito deberían preguntarse: ¿Cómo está atendiendo este programa a estudiantes de diferentes orígenes? ¿Funciona para estudiantes multilingües, estudiantes con PEI y estudiantes en riesgo?», dijo.

El objetivo más amplio, enfatizó, es preparar a los estudiantes para el aprendizaje permanente. «La secundaria es una etapa crucial. Si podemos ayudar a los estudiantes a desarrollar su alfabetización y confianza, no solo estaremos mejorando sus calificaciones, sino que les brindaremos las habilidades necesarias para tener éxito en todas las materias y en la vida».

Fuente: Laura Ascione / eschoolnews.com

Fuente de la Información: https://www.redem.org/fortalecimiento-de-la-alfabetizacion-en-la-escuela-secundaria-lo-que-los-educadores-necesitan-saber/

 

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Descalzos, hambrientos y sin dónde ir: la lógica brutal impuesta a los niños de Gaza

Descalzos, hambrientos y sin dónde ir: la lógica brutal impuesta a los niños de Gaza

Este es un resumen de lo dicho por el portavoz de UNICEF, James Elder, a quien se le puede atribuir el texto citado, en la conferencia de prensa de hoy en el Palacio de las Naciones en Ginebra.

GAZA, 3 de octubre de 2025 – La ciudad de Gaza sigue albergando a decenas de miles de niños. Niños descalzos empujan a sus abuelos en sillas de ruedas entre los escombros. Niños amputados se abren paso entre el polvo. Madres cargan a sus hijos con la piel sangrando por erupciones. Los niños se estremecen ante los incesantes ataques aéreos. Y otros niños miran al cielo, siguiendo el fuego desde helicópteros y cuadricópteros.

La pregunta que me hacen en toda la ciudad de Gaza —mujeres, ancianos y niños— es: «¿Adónde puedo ir que sea seguro? 

«. Y la respuesta sigue siendo la misma después de casi dos años: A ningún sitio.

Ningún lugar es seguro en la Franja de Gaza.

Sin embargo, hoy se ha advertido a otros 200.000 civiles que abandonen la ciudad de Gaza, además de las más de 400.000 personas que se han visto obligadas a trasladarse al sur. Un hospital de la ciudad de Gaza, el Patient Friendly Hospital donde estuve ayer, atiende a diario a entre 60 y 80 niños ingresados ​​por desnutrición y otras enfermedades.

La Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) para bebés y recién nacidos del hospital Al Helou está desbordada. Este hospital fue bombardeado la semana pasada.

La lógica impuesta a la gente de Gaza es brutal y contradictoria. El norte ha sido declarado territorio hostil: los que permanecen deben ser tildados de sospechosos. Seamos claros: la emisión de una orden de evacuación general o generalizada a los civiles no significa que los que se quedan pierdan su protección como civiles.

El sur, las llamadas «zonas seguras», también son lugares de muerte. Al-Mawasi, ahora uno de los lugares más densamente poblados del planeta, está terriblemente superpoblado y desprovisto de lo esencial para la supervivencia. El 85 % de las familias vive a menos de diez metros de aguas residuales, excrementos animales, montones de basura, agua estancada o plagas de roedores. Dos tercios no tienen acceso a jabón. Hablé con docenas de personas en la ciudad de Gaza y todas me dijeron lo mismo: no tienen dinero para mudarse; no tienen espacio ni tiendas de campaña donde instalarse, y el sur también es peligroso.

De hecho, la noción misma de «zonas seguras» en el sur es absurda: las bombas caen del cielo con una previsibilidad escalofriante. Las escuelas designadas como refugios temporales quedan reducidas a escombros con regularidad. Las tiendas de campaña instaladas en terrenos baldíos no ofrecen protección contra la metralla. Con frecuencia quedan envueltas en el fuego de los ataques aéreos.

Hace dos días, conocí a niños en el hospital Nasser que habían quedado paralizados, quemados o con extremidades amputadas tras impactos directos en las tiendas de campaña, todo ello aproximadamente a las dos de la mañana. Unos días antes, en el hospital Al Aqsa, conocí a muchos niños que habían recibido disparos de cuadricópteros.

Cuando el mundo se adapta y normaliza este nivel de violencia y privaciones, algo se rompe profundamente. La fuerza del derecho internacional no reside en las palabras escritas, sino en la determinación de los países de defenderlo.

Mientras tanto, la situación de las madres y los recién nacidos nunca ha sido peor.

En Nasser, los pasillos del hospital están llenos de mujeres que acaban de dar a luz. En seis misiones a Gaza, nunca lo había visto así. Madres primerizas y recién nacidos vulnerables yacen en el suelo. Tres bebés prematuros comparten una sola fuente de oxígeno: cada niño respira durante veinte minutos, antes de dar paso al siguiente. Una bebé prematura, Nada, que estuvo en cuidados intensivos durante 21 días, recibe el alta y ahora espera afuera, tumbada en el suelo del pasillo con su madre. Nada pesa dos kilogramos, menos de la mitad de lo que debería.

Las mujeres están sufriendo abortos espontáneos en el agotador viaje de norte a sur. Los médicos temen que los virus invernales se hayan adelantado. Los informes indican que 1.000 bebés han muerto en los últimos dos años, y desconocemos cuántos más han muerto por enfermedades prevenibles.

Mientras tanto, los trabajadores de primera línea están haciendo lo imposible. UNICEF y nuestros aliados siguen suministrando alimentos terapéuticos listos para usar (RUTF) a bebés desnutridos en la ciudad de Gaza; mientras tanto, en toda la Franja de Gaza reparan tuberías de agua; entregan asistencia en efectivo; brindan apoyo para traumatismos, junto con equipos de emergencia para bebés en hospitales, sesiones de salud mental y recolección de residuos. Pero hasta que se eliminen todas las restricciones a la entrada y entrega de ayuda humanitaria, la provisión de ayuda vital seguirá siendo lamentablemente insuficiente.

Los medios de comunicación en esta sala de prensa han tenido la generosidad de escuchar el informe de UNICEF docenas de veces desde que presenciamos por primera vez la masacre en Gaza. Durante ese tiempo, hemos informado sobre una guerra contra la infancia, una hambruna y un brote de polio. Siempre y solo con datos y testimonios. Y, sin embargo, de alguna manera, la situación hoy es peor que en cualquier otra época. Todos tenemos cierta responsabilidad, pero solo hay una víctima. Ayer, hoy, y sin acciones significativas, mañana. Los niños palestinos.

Contactos de prensa

Ricardo Pires
Gerente de Comunicación y Portavoz Adjunto
UNICEF Ginebra
Teléfono:+41 79 481 5021
Correo electrónico: rpires@unicef.org

Acerca de UNICEF

UNICEF, la agencia de las Naciones Unidas para la infancia, trabaja para proteger los derechos de todos los niños, en todas partes, especialmente de los más desfavorecidos y en los lugares más difíciles de alcanzar. En más de 190 países y territorios, hacemos todo lo posible para ayudar a los niños a sobrevivir, prosperar y alcanzar su máximo potencial.

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Fuente de la Información: https://www.unicef.org/press-releases/shoeless-starving-and-nowhere-go-brutal-logic-imposed-gazas-children

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