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El mundo del capitalismo cognitivo depende de la instrumentalización del sistema educativo

Entrevista: Iberoamericasocial

Jurjo Torres Santomé (1951) es pedagogo y docente en la Universidade da Coruña. Su dilatada experiencia en el campo educativo, su compromiso por una educación que priorice la justicia social y sus investigaciones acerca del currículum oculto, los libros de texto o la influencia neoliberal sobre el sistema educativo, lo han convertido en un referente a nivel internacional.

Autor de decenas de libros y artículos científicos, Jurjo viene trabajando en los últimos años con especial incidencia sobre cómo el sistema educativo ejerce de colaborador fundamental en la construcción de subjetividades neoliberales y neocolonialistas, produciendo sociedades donde el interés propio de los sujetos se sitúa por encima del bien común, dando como resultado el aumento de las desigualdades en el mundo y en el interior de los países.

Hoy tenemos la oportunidad de dialogar largo y tendido con él para profundizar en algunas de estas cuestiones y en otros temas de relevancia educativa.

 

Iberoamérica Social: Como punto de partida puede ser interesante una pregunta que, aunque parezca sencilla, tiene su complejidad. Desde su conocimiento y experiencia, en su opinión, ¿qué finalidades deberían tener los sistemas educativos?

Jurjo Torres: Las finalidades más o menos están claras para todos, ya que se formulan siempre con las mismas palabras. El problema es cómo esos conceptos van perdiendo su significado al ser reinterpretados. Hay que tener en cuenta que educar es diferente a entrenar, amaestrar, condicionar, etc. Una finalidad, para mí, sería educar ciudadanía, es decir, personas con autonomía que se sienten interdependientes, que viven junto a otras personas, lo que equivale a pensar, organizar, debatir como podemos vivir todos mejor y, como dirían los ilustrados kantianos, ser felices en esta tierra. Otra sería educar ciudadanía ilustrada, es decir, que conozca, que domine todas esas grandes aportaciones más positivas que fue construyendo la humanidad y que nos permiten ir a mejor o a peor, según sean esos conocimientos y como aprendamos a utilizarlos. En fin, una ciudadanía ilustrada, solidaria, democrática, inclusiva, que aprenda a ver que el mundo es diverso y donde aprendamos a relacionarnos de una forma donde todos nos ayudemos y no oprimamos a nadie. También una educación que busque construir un mundo sustentable en el que aceptemos en nuestras decisiones que este planeta exista y siga existiendo cada vez en mejores condiciones, no en peores, como es lo que está pasando. Entonces, palabras como educar, ciudadanía, culta, ilustrada, inclusiva, solidaria, sustentable, etc., es difícil que alguien diga que no a estas palabras.  El problema es cuando se operativiza, es decir, para conseguirlo, ¿qué vamos a hacer? Si yo miro eso, ¿bajo cuál perspectiva lo miro? Porque esas bonitas palabras también van a ser empleadas por los grandes poderes corporativistas para manipular los sistemas educativos, las finalidades y razón de ser de las distintas etapas e instituciones escolares. Palabras y eslóganes que suenan bien que, a primera vista, le encantan a todo el mundo, pero que los grandes poderes y corporaciones económicas y políticas, tanto a nivel global como local, van a tratar de resignificar y servir de máscaras para ocultar otras rostros y finalidades, para poner a su servicio la formación y capacitación de las nuevas generaciones y, por tanto, de sus potenciales trabajadoras, trabajadores, y consumidoras y consumidores. Tenemos que hacer una educación que sea de calidad, obvio. De excelencia, obvio, ¿quién no quiere ser excelente? La manipulación va a venir cuando dicen que para hacerlo hay que evaluarlo y medirlo constantemente y con precisión para así comparar y constatar avances, estancamientos o retrocesos, tanto a nivel local, como regional, como internacional, y poder llevar a cabo medidas pertinentes para reencauzar las desviaciones en la dirección “correcta”.

La necesidad de una evaluación, nadie puede objetarla, el problema es cuando tratamos de concretar qué, cómo, con qué metodología y cuándo evaluar. Pero sin debate realmente democrático inmediatamente se acuden o se presentan como instituciones expertas y con ropajes de generosidad y ayuda todo un conjuntos de organismos internacionales, con toda una cohorte de intelectuales y expertos orgánicos a su servicio que saben como realizar esos diagnósticos con mediciones y evaluaciones muy precisas, con datos “objetivos” y “precisos”; lógicamente, con datos cuantitativos, y ya está, ya empezamos así tragando las primeras píldoras envenenadoras capaces de captar la atención del público y de llegar a convencerlos de las bondades de sus diagnósticos y remedios. Es mediante la imposición de un positivismo que no toma en consideración aquellos datos e informaciones que son muy difíciles de cuantificar, pero que desde otros marcos teóricos más hermenéuticos y cualitativos consideramos muy relevantes para comprender las razones de numerosos comportamientos, motivaciones e intereses de personas y de grupos humanos. Se ocultan así muchas informaciones y realidades muy relevantes social y políticamente

Incluso nos roban la memoria, pues todas las sociedades, en especial desde la conformación de los estados nación europeos, llevan a cabo evaluaciones, mejor o peor, de los sistemas educativos. Pero seguíamos criterios, normas, metodologías y técnica de acuerdo con los paradigmas dominantes, con los modelos teóricos y metodológicos que las comunidades científicas y administraciones públicas consideraban más útiles. Recordemos como en décadas pasadas, por ejemplo, en las décadas de los setenta, ochenta y noventa, en numerosos países y, obviamente, también en España, para hacerle un seguimiento, ver qué es lo que está pasando en nuestros sistemas educativos habíamos llegado a un notable consentimiento en la necesidad de recurrir a marcos teóricos más interpretativos, a la necesidad de investigaciones más cualitativas y etnográficas. Había una notable coincidencia en considerar los procesos educativos como muy complejos, no traducibles exclusivamente a mediciones con baterías de tests, escalas e instrumentos cuantitativos. Es en esos momentos cuando decidimos buscar y probar otros marcos teóricos, metodologías y técnicas más hermenéuticas, etnográficas y cualitativas para ver y entender mejor lo que había en esa caja negra que era el aula, qué ocurría en el día a día en las aulas y centros escolares.

Jurjo TorresAntes solo mirábamos cuántos y quienes iniciaban su escolarización, su clase social y sexo, cuándo abandonaban y por qué, pero no se sabía qué estaba pasando en el interior de las instituciones escolares, cómo era la vida cotidiana en las aulas. Cuando los investigadores querían analizar con mayor profundidad recurrían, normalmente, a los análisis de interacción de N. Flanders y escalas o tests por el estilo: pero, poco a poco fuimos cayendo en la cuenta de que los resultados alcanzados podían, incluso, interpretarse al revés, falseaban mucho la interpretación de lo que se recogía y cuantificaba. Así, por ejemplo, se decía que una clase era participativa si el alumnado formulaba preguntas y el profesor las respondía; cuantas más preguntas se hacían y eran respondidas, se hacía equivaler a mayor motivación e interés del alumnado.  No obstante, alguien de mi generación podría recordar que ese “aparente” interés era una estrategia que utilizábamos cuando los profesores dictaban apuntes y exigían lo que explicaban luego en los exámenes. Si a un profesor le decíamos que no entendíamos el tema que tocaba, él lo explicaba otra vez, y si lo hacía rápido le volvíamos a interpelar y a comentar que seguíamos con dudas, que todavía no terminábamos de comprenderlo; de este modo ocupábamos el tiempo de la clase, obstaculizando que avanzara en la materia y cuando finalizaba dicha clase salíamos contentos pues solo había tenido tiempo para dictarnos medio folio de apuntes. Lo que hacía la escala de Flanders era decir cuántos minutos hablaba el alumnado, cuántas preguntas formulaba y a cuántas respondía el profesorado. Si hablábamos, era un aula en la que “participábamos” muchos estudiantes y se concluía que estábamos ante un buen desempeño docente, un buen profesor. ¡Pero si todos boicoteábamos al profesor haciéndole preguntas con las que lográbamos que se enrollara y no nos diera materia! Estas metodologías y técnicas positivistas tampoco permitían conocer qué preguntas realmente queríamos hacer, pero que no nos atrevíamos a formular por vergüenza o porque creíamos que ya debíamos saber, dado que si las formulábamos descubríamos lagunas propias que podrían ser sancionadas por el docente de turno. También había quien formulaba preguntas para lucirse ante el resto de la clase, porque había tenido la suerte de estudiar o alguien externo al colegio le había proporcionado información “para mayores” que nuestro profesor no nos había explicado antes. Imagino que una gran parte de estudiantes han vivido situaciones y experiencias personales similares a estas. O sea, hacer preguntas, participar en el aula puede tener muchos significados, pero se precisa para ello recurrir a otras metodologías más etnográficas y cualitativas.

Como vemos, este es un pequeño ejemplo de como las metodologías de evaluación pueden distorsionar nuestros análisis y valoraciones de la realidad, generar un perverso currículum oculto y, lo que es incluso peor, ser instrumentalizadas para visibilizar contenidos, tareas y, en resumen, convencer tanto al profesorado como al alumnado y sus familias y a la sociedad con falsos diagnósticos pero que contribuyen a reorientar el sistema educativo en la dirección que desean los grupos más hegemónicos de la sociedad.

La educación es un hecho político, y esto significa que es un proceso en el que todo el mundo debemos participar, porque estamos definiendo cosas que nos afectan a todos y nos condicionan nuestras posibilidades de ver y entender el mundo y, por lo tanto, lo que nunca podemos olvidar, que estamos  condicionando nuestra capacidad de tomar decisiones, de implicarnos con los en procesos de solución de problemas y toma de decisiones en todos asuntos, situaciones y problemas que directa o indirectamente nos afecta, tanto a nivel individual como colectivo.

I. S.: Como acto político, la educación debería estar en coherencia con el sistema político en el que vivimos, por lo tanto, la educación tendría que ser democrática. El sistema educativo, ¿es realmente democrático hoy?

J. T.: Creo que es una broma perversa una respuesta afirmativa. Pregúntale a cualquier estudiante dónde participa él democráticamente. ¿Qué es participar democráticamente en el aula? La democracia se acaba cuando entra en el aula, y no solo para el estudiante, sino también para el profesorado. El profesorado a su vez es consciente de cómo cada vez tiene menos posibilidades de participar democráticamente en las instituciones escolares y cómo día a día se encuentra con reales decretos y otro tipo de medidas semejantes que le dicen qué tiene que hacer, sin antes haber podido expresar sus opiniones y votar. Al profesorado se le dicen todas las materias que son importantes, todos los contenidos que son importantes y, además, cada vez más desgranados, como sospechando de sus capacidades y de la formación recibida. Cuando miras el real decreto de los contenidos obligatorios en el sistema educativo, ¿qué autonomía tienes como profesor ahí? En esas órdenes ministeriales se le indica con todo detalle un programa de contenidos, objetivos, competencias, estándares de rendimiento, criterios de evaluación que considero que es imposible de llevar a la práctica. Se presupone que todo aquello es posible y debe llevarse a buen puerto. Segundo, dadas estas exigencias y la burocracia con la que se acompaña su seguimiento y evaluación, las editoriales de libros de texto tienen mayores facilidades para vender los libros de texto “salvíficos” que ofrecen incluso con el visto bueno de la Administración y por tanto con una pretendida utilidad y calidad de la que en realidad carecen. Manuales que a su vez sirven para que las familias puedan hacer un seguimiento de lo que hacemos en el aula, para vigilar e imponer contenidos culturales dogmáticamente. En la práctica de lo que se trata es de abarcar de todo un poquito, o sea, que no acabas sabiendo de nada. Lo que se estudia en una gran mayoría de aulas sirve solo para acumular datos, informaciones, pero que el alumnado valora solo porque con ellos avanza de curso en curso, pero sin saber su verdadera utilidad y funciones, sin ayudarle a transformar esos conocimientos en sabiduría, o sea, en un conocimiento reflexivo, fruto de un ejercicio de contraste con muchas otra informaciones diferentes y divergentes que sometemos a análisis crítico, sobre el que ejercitamos nuestras capacidades críticas. La autonomía docente te la quitan. La Administración te impone todo lo que tienes que enseñar y, además te especifica que las evaluaciones del rendimiento de cada estudiante tienen que ser cuantitativas de cero a diez. Te obligan a cuantificar un proceso educativo con exámenes, pero es una trampa. Para salir del paso, por ejemplo, pones un examen con diez preguntas, si el estudiante responde diez le das sobresaliente, si cinco tiene un cinco, si responde cuatro, suspendió. ¿Eso significa que sabe un cuatro de matemáticas o un siete de historia? No sé lo que significa eso. Una persona que sabe siete en historia, ¿qué significa ese siete? Tradúcelo a un lenguaje comprensivo. En realidad, lo que está pasando es que las nuevas reformas educativas abandonaron realmente lo que antes llamábamos el currículum abierto y flexible y la evaluación continua, forzándonos a inventarnos un algoritmo, una fórmula que te da como resultado siete, pero eso no significa que eso sea lo más interesante, relevante o que esa persona tenga una comprensión histórica, una capacidad de análisis o crítica histórica equivalente a ese guarismo, nada de eso. Ahí se acaba la autonomía de los profesores. Y la autonomía del alumnado, ninguna. En el mejor de los casos tienen dos materias optativas y deben escoger una. O cuando va avanzando y quiere hacer medicina, su autonomía es exclusivamente la de elegir un bachillerato que le ayude a lograr la admisión en esa carrera.

El problema es que todas las palabras más poderosas y motivantes con las que se trata de convencer a la ciudadanía de que los gobiernos lo hacen bien, se distorsionan, resignifican o vacían de significado. La palabra democracia se transforma en un mantra, un concepto vacío y, por tanto, con el peligro de que en la realidad práctica este tan costoso logro cívico desaparezca, porque ¿qué democracia puede haber con un sistema educativo donde el libro de texto sigue siendo hegemónico? Con una única fuente informativa es imposible educar personas críticas, porque la crítica supone e implica que consultas fuentes informativas de todo tipo, muy diferentes. Es decir, cuando lees la prensa, eliges entre muchos periódicos: Diario.es, Okdiario, el ABC, El País, Público, La Vanguardia, Infolibre, etc., estás viendo que sobre una información hay diferentes interpretaciones. El ejercicio de la crítica es cuando te ves instado con todo ese conjunto de informaciones a determinar qué es lo que más te convence, dónde están los argumentos de mayor peso para que este hecho sea interpretable de una forma y no de la otra; aprendemos y perfeccionamos nuestras capacidades críticas. Sin embargo, el recurso a una sola fuente informativa es lo siempre hicieron las religiones, imponer la Biblia, el Corán, la Tora, etc. supone educar personas dogmáticas, porque las religiones siempre tienen un libro donde se contienen las verdades reveladas por la divinidad, los dogmas. No puedes contrastarlo con otros libros construidos por seres humanos que somos falibles, tenemos lagunas informativas, sesgos, prejuicios, intereses, etc. que vehiculizamos en nuestras producciones y que solo el ejercicio de la crítica nos permite ir modificando y puliendo.

I. S.: ¿Cree que es posible alcanzar una democracia plena sin que tengamos un sistema educativo democrático?

J. T.: Conseguir una auténtica democracia sin un sistema educativo democrático es muy difícil. En uno de mis últimos libros, Políticas educativas y construcción de personalidades neoliberales y neocolonialistas, mi motor principal gira un poco en torno a ello. En pensar, analizar e investigar cómo los sistemas educativos junto con los grandes poderes mediáticos nos están educando la mirada, tratan de condicionarnos acerca de lo que podemos pensar, sobre todo aquello sobre lo que podemos y debemos interrogarnos y, de este modo, nos ayudan a construir criterios acerca de lo que es lo objetivo, obvio, natural, la normalidad, etc. y cómo debe ser una realidad y un mundo mejor. Cuando las personas compartimos un sistema educativo diseñado sin ser consecuencia de una real participación de la ciudadanía, sin debates democráticos y sin datos e informaciones relevantes, salvo los ofrecidos por grandes organizaciones internacionales neoliberales y colonialistas, como la OCDE, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, etc. acabamos por pensar y compartir como realidad obvia, lógica, natural, deseable,  cosas que no son ni obvias, ni lógicas, ni naturales, ni desinteresadas. El pensamiento hegemónico así construido pasa a operar como una especie de gafas que nos permites ver solo una determinada realidad y unos juicios de valor coherentes con la ideología y fines de quienes diseñaron y graduaron dichas gafas; el resto de la realidad se nos oculta o se nos deforma y distorsiona convirtiéndose en algo indeseable y que debemos de mudar inmediatamente.

Jurjo TorresEn los años 80 empecé a trabajar sobre análisis de los libros de texto, ver qué realidades, qué colectivos sociales, qué parcelas del mundo, qué interpretaciones de la realidad estábamos presentando como existentes y, por tanto, que estábamos legitimando, mostrándolas como las únicas válidas, las deseables y buenas, todo lo que merece la pena. Y, por lo tanto, implícitamente, qué realidades, saberes, comportamientos y aspiraciones no los son, todo lo que no es deseable, justo, necesario, cierto, etc. A partir de aquellas investigaciones sobre los contenidos de los libros de texto empleados en las aulas empecé a construir un cuadro que rotulé como las “culturas visibles e invisibles”, donde mostraba qué realidades y voces aparecían en los libros, de qué mundo se hablaba y de cual no. Ese cuadro lo vengo reproduciendo en muchas de mis obras, porque claro, es una línea de investigación que sigo manteniendo, pero cuando cualquier lector o lectora lo mira en detalle, puede constatar como periódicamente introduzco en él modificaciones. En mis últimas publicaciones, ese cuadro de las culturas visibles e invisibles cada vez subraya un mayor número de realidades que no aparecen. ¿Eso qué significa?, ¿que antes aparecían y ahora no? No, significa que, antes, ni yo mismo las veía, no formaban parte de mi consciencia.  Yo miraba aquello, analizándolo con los marcos teóricos, las metodologías, técnicas y la formación que había recibido, lo que me permitía ver unas determinadas realidades, pero me dificultaba e imposibilitaba pensar en otras que no estaban y que deberían estar, como son la realidad de niñas y niños que están escolarizados en nuestros sistemas educativos pero cuya visión se nos distorsiona, mutilando realidades que además, por no ser hegemónicas, son vividas de manera conflictiva por quienes no visibilizamos y no tomamos en consideración. A medida que vas adquiriendo más formación y experiencia, tratando siempre de contemplar críticamente todo lo que te rodea, la capacidad de análisis va aumentado, lo que te permite ver que faltan realidades que no están reflejadas en los textos escolares, pero que deberían estar. Lo que estoy hablando en todo momento en esos cuadros es de personas que están sentadas en las aulas, pero aquellas personas que entran dentro de esas categorías invisibles, ellas mismas son conscientes de que su mundo está siendo ocultado, menospreciado, que su mundo no es explicado. Todos miramos en los libros dónde estamos nosotros. Hay muchos estudiantes en las aulas que dicen, no hay ningún estudiante transexual en los libros, no hay familias divorciadas, no hay personas sin papeles, ni refugiados, ni de etnia gitana ni de otras etnias minoritarias; su mundo ¿dónde está?, ¿por qué cuando los vemos los etiquetamos como ilegales, incultos, ignorantes, etc.?, ¿por qué son fácilmente valorados como fracasados escolares?, …

El mundo de la educación en España sigue estando dominado por la religión católica y la prueba es que la gran mayoría de las editoriales de libros de texto y de material escolar son propiedad de órdenes religiosas y de empresas católicas. Y en un contexto semejante aquellas pocas editoriales que no controlan en cuanto a propiedad, como Santillana o Anaya, cuando las analizamos producen libros de texto con el mismo tipo de sesgos y censuras informativas que las católicas. La razón principal de esa cultura así censurada con la que trabaja el alumnado y el profesorado en las aulas radica en que la Iglesia controla los colegios privados y concertados, que es donde están escolarizadas todos los hijos e hijas de las clases altas y medias-altas, y como las editoriales no religiosas quieren vender libros allí, pues acaban por incorporar la misma religiosidad en sus libros. No hay mayores diferencias en las cosmovisiones ofrecidas por una red de editoriales de Santillana que en cualquier libro de SM, que es una editorial marianista que en los objetivos de su negocio empresarial proclama con claridad que se dedican a editar libros de texto precisamente para promover las visiones de la realidad y promover los valores católicos, apostólicos y del Vaticano en el mundo.

Si en realidad queremos educar un tipo de ciudadanía más cosmopolita, democrática, informada, optimista, justa, inclusiva y comprometida con la sustentabilidad del planeta, precisamos diseñar e implementar un sistema y reforma educativa coherente con esas finalidades. Urge una política educativa que confíe más en el profesorado, que  no se base en la cultura de la sospecha y de una pretendida incapacidad y negligente formación docente.

Los poderes neoliberales y conservadores piensan que el profesorado está mal preparado, lo que le convierte en un conjunto de seres inútiles, salvo que les ofrezcamos recursos didácticos que le diga todo lo que tiene que hacer en las aulas, materiales que están diseñados como protocolos a seguir ciegamente. No olvidemos que el libro de texto del alumno está acompañado del correspondiente “libro del profesor”, y que la diferencia entre ambos es que en el del profesor aparecen las respuestas a los ejercicios que les ponemos y exigimos hacer al alumnado. Los Simpsontienen un capítulo maravilloso sobre los libros de texto y la desprofesionalización que promueven, sobre cómo los profesores dejan de dar clase cuando Lisa les oculta los libros del profesor y éstos se niegan a dar clases porque no saben las soluciones de los problemas. Una denuncia de este tipo ya nos dice mucho de la falta de democracia y de las carencias y necesidades de un sistema educativo que desconsidera la formación del profesorado y los programas de actualización de los cuerpos docentes en ejercicio; de las modas tecnocráticas que impone como solución a los problemas, necesidades y finalidades que diagnostican los gurús económicos, políticos y sociales que avalan las organizaciones internacionales economicistas. La cultura de la evaluación cuantitativa, de la accountability de las auditorías dirigidas a reorientar las finalidades de los sistemas educativos y a reeducar al profesorado para transformarlo en técnicos que hacen lo que se les manda para promover y producir desde las primeras etapas educativas hasta las universitarias una formación, competencia, capacitación y conocimientos imprescindibles para promover, reproducir y consolidar modelos económicos, laborales neoliberales, neocolonialistas y conservadores; para apropiarse de los centros de investigación y de las líneas de investigación que se consideran más prestigiosas y así generar los saberes y técnicas imprescindibles para sus negocios, pero cuyos efectos secundarios son formar personas desocializadas, productores y consumidores acríticos, egoístas incapaces de primar los bienes comunes, los intereses colectivos.

En estos momentos tenemos unas carreras universitarias donde el alumnado cursa cada año 15-16 materias en forma de pildoritas que impiden la integración entre ellas, cruzar conocimientos y procedimientos de distintas áreas de conocimiento para poder vislumbrar relaciones de saber y poder, para impedir análisis que den respuestas a interrogantes de las líneas de conocimiento e investigación que se promueven como urgentes y salvíficas.  Vemos así, como se están construyendo jerarquías políticamente interesadas entre áreas de conocimiento y disciplinas. Las ciencias experimentales, matemáticas e ingenierías se colocan en el vértice de la pirámide; las áreas y títulos académicos de mayor prestigio y poder. Por el contrario, las humanidades, las artes, las ciencias sociales pasan a convertirse en las titulaciones prescindibles, a las que se les otorga menor valor y por tanto las que van a recibir menos apoyo público y menor financiación, para transferir los recursos que aquí serían imprescindibles a aquellas facultades y titulaciones mejor valoradas. La apuesta y urgencia de programas basados en la interdisciplinariedad se vuelven imposibles.

La formación sirve para que tengas un título, por tanto, estudiantes y profesorado van a acomodar sus esfuerzos y su trabajo a hacer lo que les dictan programas oficiales y libro de texto o recursos equivalentes. Lógicamente hay excepciones, hay grupos de estudiantes y de docentes que tienen otra concepción más política, que se preocupan por ayudar a resolver problemas comunes, que tienen en su mente contribuir a construir saberes liberadores y empoderadores de los colectivos sociales más desfavorecidos; que entran en contacto con otras perspectivas culturales y dinámicas sociales y políticas más comprometidas con la libertad y la justicia. Cuando destaco de los aspectos más negativos de lo que acontece dentro de las aulas, hablo de la tónica mayoritaria. Por supuesto que hay muchas excepciones, muchas resistencias y ejemplos de que es posible otro tipo de educación al servicio de la ciudadanía; no para anular las dimensiones que son imprescindibles para ejercicio de sus derechos y deberes cívicos y democráticos.

I. S.: Los medios de comunicación y la Iglesia ya no solo se atañen a sus áreas de trabajo, sino que han colonizado también los libros escolares a través de sus editoriales. ¿Qué peligros tiene para la construcción epistemológica de la sociedad que las principales fuentes de información en el sistema educativo, medios de comunicación e Iglesia, estén prácticamente monopolizadas?

J. T.: Los medios de comunicación y el mundo de las editoriales eran hace pocas décadas todavía un mundo mucho más diversificado. Pero el capitalismo neoliberal funciona también como motor para que todas las editoriales pasen a tener el mismo propietario, obviamente, las grandes empresas monopolísticas que, de esta manera, no solo obtienen mayores beneficios económicos pues eliminan a la competencia, sino que también pasan a controlar el mercado de los simbólico, imponiendo las líneas, temas y contenidos de las publicaciones, para tratar de cortocircuitar aquellos conocimientos, marcos teóricos y metodologías que pueden contribuir a poner en cuestión sus privilegios y ventajas políticas. El control de las ortodoxias de sus publicaciones nos recuerda, pero superando incluso en eficacia a las censuras que imponía en siglos pasados la Santa Inquisición de la Iglesia católica. Vas a cualquier feria del libro de Madrid o de cualquier ciudad y país y ves que las grandes editoriales, representantes de los grandes poderes económicos y políticos controlan la mayoría de las casetas. No obstante, todavía dejan unos pequeños reductos para que las editoriales más pequeñas y comprometidas con el pensamiento de izquierdas, más progresista, donde publican aquellas personas de los que nadie va a hablar públicamente, porque no van a aparecer como recomendaciones en los grandes medios de comunicación como El país, La Vanguardia, ABC, La Razón, la Cadena SER, etc., ni tampoco en las revistas de divulgación que ocupan los kioskos de prensa ni los escaparates de las librerías. Estas cuestiones son clave, debemos ser conscientes de que los grandes medios controlan las editoriales y que cada vez se concentran más. Incluso para despistar y dar la sensación de que existen muchas editoriales, las subdividen en pequeñas editoriales, pero para hacerle creer al consumidor que hay mucha diversidad de editoriales y de discursos. Si analizas con mayor detenimiento vas viendo que no, que ahí es donde está el gran control, en las editoriales y sus producciones y en el control de lo que se vende en las librerías. En las grandes librerías siempre ves los mismos libros porque las editoriales que los lanzan y promocionas hacen más descuentos al librero o al lector, o porque los medios de comunicación anuncian y llegan a convencernos de que esos libros son imprescindibles, de gran calidad e interés; simultáneamente, muchos otros libros quedan invisibilizados y ninguneados sin llegar ni a ser abiertos.

A la Iglesia católica en diversas épocas le pasó lo mismo. Era diferente la Iglesia de finales de la dictadura con el cardenal Tarancón, donde los fascistas pintaban en las calles «Tarancón al paredón», porque sectores importantes de aquella curia avalaban y promovían la teología de la liberación que había empezado durante el Concilio Vaticano II, y muy especialmente con las luchas sociales y políticas de los movimientos de la teología de la liberación latinoamericanos. El Vaticano poco a poco fue frenando esas líneas de pensamiento y acción y se fue convirtiendo en un bunker de la extrema derecha, al igual que lo había sido durante la dictadura franquista o pinochetista. En nuestro país, la dictadura de Franco va de la mano de la Iglesia católica que es la que bendice todo, la que santifica todo y a la que el franquismo le encarga el control de la ortodoxia fascista y de un catolicismo ritualista e inquisitorial. No podemos olvidar que el franquismo le encargó a esa iglesia fascista la ortodoxia de la cultura y aprendizajes escolares e, inclusive, de los medios de comunicación, documentales y películas. Eran los censores de la Iglesia quienes ponían el nihil obstat en los libros de aquella época, quienes declaraban que los contenidos de los libros eran respetuosos de la ortodoxia católica, por tanto, que se podían consultar y leer, mientras otros libros se prohibían y destruían. Tengamos presente que los gobiernos conservadores del Partido Popular volvieron a recuperar y a poner a su lado a la iglesia católica más reaccionaria y fundamentalista, convirtiendo la Religión en una asignatura de oferta obligatoria, permitiéndole a la Conferencia Episcopal la selección del profesorado para impartirla, e imponer los contenidos, modelos didácticos y de evaluación de los contenidos de esa disciplina. De este modo se produce otro efecto secundario todavía más pernicioso, si cabe. El alumnado estudia en las aulas de religión católica explicaciones sobre la condición humana, los acontecimientos y conflictos sociales, catástrofes ambientales, injusticias de todo tipo que para nada pueden contrastar científicamente y con rigor tomando en consideración las teorías y paradigmas con los que trabaja la ciencia. Así, por ejemplo, si a una persona le diagnostican un cáncer o lo despiden del trabajo que explicaciones puede manejar un estudiante que curse religión: ¿Es un castigo divino? ¿Es una prueba de la divinidad para comprobar nuestra fe? ¿Es una injusticia laboral? ¿Es consecuencia de un modelo económico que principalmente busca obtener mayores ganancias o dudando en envenenar a la población?, etc. Es muy difícil ejercitar la razón frente a una fe ritualista y dogmática.

Jurjo Torres SantoméUna de las herramientas más importantes que tuvo el movimiento feminista para dejar de ser consideradas como seres inferiores, casi como subhumanos, para justificar la lógica de su subordinación y de su cosificación cual marioneta de los hombres, y para que esa concepción y las conductas derivados de su inferiorización, hoy en día sean consideradas como un delito en casi todas las partes del mundo, fue la de lograr desmontar con éxito todo el conocimiento patriarcal y homófobo que habíamos construido e interiorizado con la ayuda de las instancias de poder, por consiguiente, también desde las instituciones escolares. Los hombres no les teníamos manía a las mujeres por ser mujeres, les teníamos manía cuando se comportaban y se consideraban con capacidades que la Ciencia y la religión nos decía que no tenían. Desde la Ciencia, hablando científicamente se razonaba tal que así: si las mujeres por naturaleza, genéticamente no son seres suficientemente racionales, ¿cómo las voy a tratar de igual a igual? Tuve profesores en la Universidad, en Psicología, en materias como psicometría, estudiando el mundo de los test, donde cuando el alumnado que estábamos más politizado decíamos que hombres y mujeres éramos iguales, él profesor nos respondía muy serios llamándonos la atención y acusándonos de ideólogos. Él nos decía yo soy científico, aplico test por todas partes -algo que era cierto pues era dueños de una empresa destinada a aplicar baterías de test al alumnado de los colegios privados. Nos argumentaba diciendo que las mujeres en razonamiento espacial eran muy limitadas, que sus capacidades espaciales eran casi nulas. Nos insistía, ustedes pregúntenle a cualquier mujer dónde está su derecha y dónde está su izquierda, y ya verán como dudan. Efectivamente, en aquel momento era así con demasiada frecuencia, pero la verdadera explicación científica era que no practicaban deporte, por tanto, ¿cómo iban a desarrollar ese pensamiento espacial? Y continuaba diciendo, en razonamiento lógico-matemático son también muy limitadas, inferiores; algo creíble en aquellos años porque ellas no cursaban esas materias científicas y experimentales con las mismas exigencias que a los chicos; ellas debían estudiar asignaturas más femeninas, como manualidades, corte y confección. El franquismo destinó a las mujeres al hogar mediante la ley de Educación Primaria que diseñó y aprobó en 1945, decretando que su destino y lugar eran los asuntos y labores domésticas. Decía también aquel profesor que en lo único en que hombres y mujeres éramos más o menos parecidos era en las habilidades lingüísticas, que incluso con cierta frecuencia obtenían mejores resultados en los tests de capacidades y habilidades lingüísticas, que llegaban a superar las puntuaciones logradas por los hombres. Era la forma de decirte que el insulto que se usaba contra las mujeres, de que eran cotillas era algo avalado incluso por la Ciencia; que como siempre están hablando y “cotorreando”, pues terminan desarrollando con más éxito esa dimensión, la inteligencia lingüística. Este creo que es un ejemplo suficientemente claro de cómo se construye y se legitima como normal lo que es el resultado de un determinado y concreto proceso y filosofía educativa sexista, discriminadora. No obstante, es lógico, normal, de sentido común, asumir que puede haber diferencias, porque una cosa es que tengas capacidad para algo y otra es que la desarrolles. Si tenemos un sistema educativo que no facilita o no permite desarrollar lo que va a ser medido, lógicamente acabáremos justificando la inferioridad como algo genético, derivado de los talentos con los que nos dotan los dioses. Poco a poco se nos olvida asumir y ser conscientes de que los resultados de la aplicación de tests y de baterías de pruebas y escalas son una construcción social y política que hace la sociedad hegemónica para justificar sus privilegios.

Las clases sociales privilegiadas utilizaron, instrumentalizaron siempre muy bien el conocimiento, porque el poder y la dominación se imponen primero por la fuerza, pero a medio y a largo plazo no puedes tener un ejército detrás de cada sector de la población, de cada grupo social. El control del conocimiento es mucho más eficaz, es una estrategia a la que también recurrió la Iglesia cuando los poderes económicos y políticos invadieron y colonizaron lo que estaba fuera de nuestras fronteras. Primero llegaban el ejército y la Iglesia, y una vez que la Iglesia ejercía su magisterio sobre la base de informaciones e interpretaciones de la realidad manipuladas e interesadas políticamente, los ejércitos podían regresar a casa. Entre la Iglesia y la escuela que montaba esa Iglesia convencían a los colonizados de que eran por naturaleza seres inferiores y que, si aspiraban a llegar a ser igual que nosotros, tenían que hacer lo mismo que nosotros. Al alumnado se le insta al olvido políticamente significativo, a renunciar a sus saberes y tradiciones, a sus costumbres. Las epistemologías del sur, en expresión de Boaventura de Sousa Santos, se infravaloraban y negaban, al igual que los conocimientos que construían. Las instituciones que controlaban el conocimiento oficial eran la Iglesia católica y las escuelas católicas, lo que les otorgaba un enorme poderío y superioridad para tomar decisiones, aconsejar y valorar. Lo curioso es que las situaciones de dominación se construyeron de manera semejante, pero esto es algo que las nuevas generaciones ignoran.

Hoy es mucha la preocupación de los grandes poderes económicos, políticos y religiosos por la educación, por ponerla de su lado, al servicio de sus intereses y aspiraciones. Esto explica la creación de instituciones socio-políticas comparativistas con un desmesurado poder como, por ejemplo, la OCDE. Llevo décadas diciendo que la OCDE es el ministerio de educación del planeta tierra, aunque es más riguroso decir que para Europa y América del Norte, pues para Latinoamérica, Asia y África, quizá lo sea el Banco Mundial, que es quien les viene a brindar créditos y ayudas económicas, pero con condiciones. Y entre las condiciones siempre está el control de la educación. En lo que llevamos del siglo XXI, los países, a la hora de ver si tienen o no un buen sistema educativo, solicitan la colaboración de la OCDE y le encargan la aplicación de pruebas de evaluación estandarizadas como es PISA. Pero, ¿qué miden?, ¿y qué no evalúan, a qué dimensiones no le prestan atención? En mi libro La justicia curricular, tengo un cuadro que construí con los focos de atención que vigila y mide PISA y con las dimensiones no mide PISA. Un cuadro que ocupa un folio por completo, pero en el que solo las tres primeras líneas reflejan los intereses de PISA, o sea las competencias en ciencias experimentales, matemática y comprensión lectora y en las dos últimas aplicaciones, la educación financiera; el resto de las líneas del folio con lo que desconsidera e ignora, por no decir lo que no considera de interés en la formación de las nuevas generaciones.

En los últimos años la OCDE también comenzó a preocuparse por la formación del profesorado, sus competencias profesionales mediante la aplicación de la prueba TALIS (Teaching and Learning International Survey), pero tomando como referencia las puntuaciones del alumnado en los tests de PISA. TALIS y PISA operan cual constructo político y técnico para redirigir las políticas educativas de todos los países en la misma dirección, al servicio de un tecnocapitalismo, de un biocapitalismo, cuyo modo de operar es relegando al ser humano a un lugar secundario, colocando los intereses de las grandes corporaciones financieras capitalistas y de sus procesos de acumulación de riqueza y de poder como razón de cualquier toma de decisiones, por tanto, también de cómo deben ser y comportarse los sistemas educativos.

Cualquier analista viene desde hace tres décadas observando cómo se trata de incidir en aquella formación y en los programas de actualización del profesorado con mayor potencial para redirigir las “vocaciones”, los intereses del alumnado hacia las carreras agrupadas bajo el acrónimo STEM (ciencias, tecnologías, ingenierías y matemáticas), para lo que utilizan como zanahoria los resultados de las pruebas comparativistas internaciones como PISA. Toda la formación docente, así como las necesidades del alumnado para una mejor formación humanística, filosófica, en el ámbito de las artes y de las ciencias sociales son completamente ignoradas. A finales de diciembre de este año PISA nos ofrecerá los resultados de su última aplicación de PISA, nos lanzarán los datos organizados cual bomba informacional, que diría Paul Virilio, llamándonos la atención y tirándonos de las orejas porque no desarrollamos de manera adecuada las competencias científicas, matemáticas y financieras de nuestro alumnado. La OCDE mediante PISA nos dice en qué consiste realmente un sistema educativo de calidad, de excelencia, pero exclusivamente desde su punto de vista economicista, neoliberal. No le preocupa para nada la democracia ni la justicia social ni la educación de ciudadanas y de ciudadanos comprometidos con el bien común.

Nuestro sistema educativo está controlado por grandes empresas y corporaciones multinacionales de todo tipo. Preocupa la educación, pero solo en función de sus intereses. Su obsesión es construir un capitalismo cognitivo muy rentable, es decir, capacitar seres humanos para vivir en sociedades informacionales donde el conocimiento es valioso únicamente en la medida en que se puede convertir en poder económico y político; un mundo en el que se instrumentaliza y privatiza de todo el sistema educativo, desde las etapas de la Educación Infantil hasta la Universidad, estimulando y produciendo aquel conocimiento que los grandes capitales económicos y financieros precisan, mientras que todo el que no necesitan pasa a ser infravalorado como una pérdida de tiempo improductiva.

Como ciudadano de izquierdas, comprometido con la defensa de lo público como se está produciendo una muy peligrosa concentración monopolística de editoriales y revistas científicas con enorme influencia en los sistemas de educación y de investigación. La privatización de las redes que controlan la información, el pensamiento y por tanto las subjetividades de las personas, es una de las mayores amenazas que tiene el modelo de sociedad democrática, solidaria, justa y fraternal que venía operando como el principal objetivo y motor para construir otro mundo mejor, más humano.

I. S.: ¿Qué incidencia tiene sobre el desarrollo de la sociedad que determinados conocimientos sean hegemónicos y que el restante sea invisibilizado o inferiorizado?

J. T.: El conocimiento que se promociona, valoriza y revaloriza es aquel que mejor funciona para el mantenimiento y la reproducción del mundo neoliberal, de los intereses y negocios egoístas y depredadores que posibilitan que una minoría de personas supermillonarias cada año acumule, concentre más poder económico, político, militar y social. Concentración que se produce, explotando, marginando y excluyendo día a día a un mayor número de personas que muy a duras penas sobreviven sin poder atender a sus mínimas necesidades. Por el contrario, el conocimiento más invisibilizado, menos promocionado, al que menos recursos públicos y privados se destinan es todo aquel con posibilidades de cuestionar los efectos secundarios, las terribles injusticias derivadas de los modelos de producción y consumo neoliberal, de todo aquel conocimiento capaz de interrogarse por las razones de un mundo con ingentes cantidades de personas que viven en la pobreza, de países excluidos que funcionan mientras el primer mundo puede explotar y beneficiarse de sus minerales, tierras, recursos humanos, etc. Los saberes y conocimientos con capacidad para responder a los interrogantes acerca de las injusticias del mundo del presente son ocultados e inferiorizados; no se estimula al alumnado a profundizar en el estudio de las humanidades, de las artes y de las ciencias sociales, que son las áreas que colocan y visibilizan la diversidad de mundos y de seres humanos y los colocan en el centro de la investigación, como razón de ser de nuestros desarrollos científicos, tecnológicos, culturales, etc. Conocimientos, tecnologías y saberes con posibilidades de impedir y revertir los procesos de acumulación capitalista, de frenar la degradación medioambiental, la expoliación de recursos humanos y materiales de los países dependientes, la generación de pobreza, de exclusión y de muerte.

Siempre debemos tener presente en nuestros comportamientos y decisiones que todavía vivimos en una sociedad donde las distancias entre clases sociales aumentan, la dominación colonialista y neocolonialista sigue existiendo. Tenemos demasiados mantras explicativos, discursos sesgados, manipulados que convencen a mucha población de su inferioridad, que los culpabilizan individualmente de sus fracasos educativos, sociales, económicos, políticos que están siendo generados por un mundo en el que las reglas de juego son sumamente injustas. Pensemos, por ejemplo, en uno de los eslóganes fundamentales de esta individualización de los fracasos de las personas que lanzó Margaret Thatcher en los ochenta, y luego José María Aznar en España, la cultura del esfuerzo. Quien no rendía escolarmente o como emprendedor o trabajador era porque no se esforzaba. Así simplistamente se ocultaban las estructuras económicas, sociales, culturales y políticas que generaban esos efectos secundarios perversos, el fracaso humano. Los seres humanos siempre nos esforzamos por aquello que nos interesa, por lo que estamos motivados. Y no nos esforzamos por lo que no nos interesa o no entendemos. Fue un mantra maravilloso que metió de tapadillo que ya vivimos en una sociedad en la que hay igualdad de oportunidades, y si ya hay igualdad de oportunidades, las diferencias entre los seres humanos tienen que ver con el esfuerzo o con algo genético. Nos convencen de que quien fracasa es por “su” culpa y ocultan que el capital cultural y económico de las familias es determinante en el éxito escolar; algo que incluso reconoce hasta PISA, aunque no lo publicitan. ¿Por qué el fracaso escolar se da en los barrios deprimidos mayoritariamente?, ¿por qué en los grandes colegios privados y concertados no hay prácticamente fracaso escolar? Vas viendo y parece que este país cree que ya no existen clases sociales. El éxito del neoliberalismo se asentó sobre la distorsión que se promocionó para convencernos del fracaso y del sinsentido de las ideologías liberadoras, como por ejemplo el marxismo, para así tratar de convencernos de que no hay clases sociales, que ahora ya somos todos iguales, las otras explicaciones más reales acerca del fracaso escolar y social por razones estructurales desaparecen. ¿Qué factores inciden sobre ese fracaso escolar? Nos dicen que elegir mal la carrera; por ejemplo, tratan de convencernos de que dedicarse a estudiar ciencias sociales, humanidades o artes, es elegir mal, pues son estudios sin salida que llevan a situaciones de desempleo, al paro.

Nos están haciendo emprendedores de nuestra propia vida que es otro de los conceptos mantra, pero un emprendimiento capitalista. Es un emprendimiento de cómo puedo inventarme algún tipo de negocio que obligue a quienes me rodean a que lo consuman; les generamos necesidades falsas pero que generan mucha riqueza en pocas manos. No es, lo que podríamos decir, el emprendimiento socialista cuyos presupuestos son radicalmente diferentes. Asumimos que vivimos en una comunidad en la que hay grandes problemas y que, por tanto, es nuestro deber y compromiso cívico ayudar resolverlos, pensar y tomar decisiones para ayudar, para ver cómo puedo poner mi conocimiento y el conocimiento de las personas que me rodean al servicio de toda la comunidad, solucionar los problemas comunitarios. La preocupación por el bien común, desaparece, queda reducido a frases de un discurso político en un momento o a una frase destinada a lograr muchos “me gusta” en Facebook, pero hasta ahí llega y se agota, la gente sigue pensando en sus negocios personales.

Soy de los que cree que la universidad pública al ritmo que va, tiene los días contados. En una conversación privada con Boaventura de Sousa Santos decíamos: todas las instituciones nacen, se desarrollan y mueren. La institución universitaria nació, se desarrolló y está en periodo agonizante, sobre todo la universidad pública, que es aquella que construye un conocimiento y forma especialistas para pensar en lo público.

I. S.: Usted es de los pocos educadores que han trabajado con la teoría de la colonialidad-modernidad en España. ¿Cómo encaja la teoría decolonial en el sistema educativo español?

J. T.: Está muy claro, el capitalismo está globalizado, es lo que rotulamos como neoliberalismo. Un sistema educativo neoliberal solo se mantiene en la medida en que los países hegemónicos, las metrópolis, formen ciudadanos con una percepción neocolonial, donde ellos se sientan superiores e invisibilicen las otras realidades y nuestras co-responsabilidades en ellas.

No podemos pasar por alto que el conocimiento construido en las metrópolis, en sus universidades, centros de investigación, fundaciones filantrocapitalistas e, incluso, en sus conventos y instituciones religiosas fueron y son de capital importancia para construir, para fundamentar y justificar jerarquías de seres humanos, de culturas y de pueblos; para invisibilizarlos y si esto no es posible, para inferiorizarlos; para convencerlos a ellos y convencernos a quienes vivimos en este denominado primer mundo que ellos son los culpables y únicos responsables de las desgracias e injusticias de las que son objeto. Por ejemplo, la gente que en España trabaja en informática o con un tipo de tecnologías semejantes lo que rara vez habrá estudiado y escuchado en las facultades en las que se especializó es en qué medida los aparatos que utilizamos están siendo producidos con recursos mineros que expoliamos en países en guerras que en el fondo son modos de comercio y explotación neocolonial, o que los chips se abaratan sobre la base del trabajo esclavista de niños en minas en el Congo que, en vez de estar en la escuela, están en las minas para sacar los minerales que nosotros necesitamos.

La tranquilidad y desculpabilización que siente la mayoría de la población de los países dominantes es el resultado de un sentido común hegemónico construido sobre la base de invisibilizaciones y distorsiones informativas y la construcción de falsas, pero interesadas jerarquías acerca del potencial de otras realidades, de la inferiorización y subordinación política y culturalmente construida de su ciudadanía.

Solo hay que preguntar a cualquier estudiante qué es lo que sabe sobre cualquier país latinoamericano, y eso que son los más próximos por la lengua y la presencia de numerosos ciudadanos de aquellos países en España; de África no saben ni el número de países en que está organizado, porqué y desde cuando, nada, excepto que allí es un buen lugar para hacer safaris, así como el espacio en el que viven y se organizan grupos terroristas que periódicamente generan masacres a lo largo y ancho del mundo. Mira las representaciones más frecuentes del mundo y comprobarás como todavía seguimos estando situados en el centro de los mapas, siempre, aun sabiendo que el planeta es como una enorme esfera y que un corte al azar apenas tendríamos posibilidades de aparecer en ese espacio central, pero siempre estamos en el centro, es el rostro visible, la imagen del eurocentrismo. Todo el conocimiento que se produce en los otras partes de mundo se desconoce, y si algo te llega, es siempre inferiorizado, como cultura popular, folklore, etc., como producto de seres subalternos.

Serán las luchas de liberación exitosas lideradas por esos grupos y pueblos subalternos las que lograrán acabar con el calificativo de “popular”, aplicado a todas sus producciones y creaciones culturales, para pasar a ser valorados como creaciones culturales, sin más, de esos pueblos, sin connotaciones jerárquicas. El conocimiento popular es la etiqueta inferiorizante que los grupos hegemónicos más poderosos aplican a todo aquello que producen los grupos sociales sin poder; pero cuando estos pueblos dominados se liberan se deja de aplicar también a sus saberes y creaciones culturales, pasando a tener un estatus similar al que ya tienen los saberes y construcciones culturales del resto de los pueblos que antes les dominaban. Se acaban las jerarquías destinadas a favorecer y legitimar situaciones de explotación y de dominación.

En una conferencia reciente exponía el ejemplo de un libro de texto publicado el año pasado y, por tanto, con plena vigencia legal, donde aparecía una ilustración con un texto que decía que un brasileño venía a Sevilla porque quería descubrir los orígenes de su civilización y a la gente que les llevó su cultura. Como te imaginarás, ¡es increíble que a estas alturas recurramos a semejantes explicaciones! En un libro de la editorial SM. Y si te preguntas, ¿cómo muchas profesoras y profesores no se dan cuenta de esto? Pues porque las políticas educativas vigentes lo distraen para pasar a vigilar las respuestas del alumnado a los ejercicios y, además, a fiarse de la información que vehiculizan los libros de texto; no se estimula y favorece leer y analizar críticamente los contenidos culturales que reflejan tales manuales. E inclusive, con una lectura rápida y superficial es fácil que considere como “lógico”, “creíble”, “obvio” ese relato colonialista. Porque el pensamiento crítico exige mucho esfuerzo, te obliga a entrar con fuentes informativas muy diferentes, a mirar detenidamente qué hay de razonable en las distintas explicaciones con los que se habla de los asuntos humanos, de la realidad.

Yo sigo insistiendo una y otra vez que en España, el profesorado de educación infantil y primaria, su formación cultural como tal, o sea, el conocimiento de historia, matemáticas, geografía, arte, filosofía, biología, música, etc. se completó, a los ojos de las Administraciones educativas y de sus políticas, cuando terminó bachillerato, porque en la Universidad sus clases son de didáctica de las matemáticas, didáctica de la historia, psicología del aprendizaje, etc., es decir, se da por supuesto que ya saben historia, matemáticas y demás asignaturas que van a impartir en educación infantil y primaria. Esa formación explica que los libros de texto estén plagados de distorsiones, de informaciones erróneas, sesgadas y politizadas que el profesorado no va a ver con facilidad. El desarrollo y potenciación de la capacidad de crítica que todos los programas de formación oficial vienen diseñando se agota en la mera formulación, acaba reducido a un eslogan que adorna y queda bien. No se favorece el debate y la necesidad de cuestionar los contenidos obligatorios que son más importantes para comprender nuestras realidades, para analizar y aprender a resolver los problemas, injusticias y necesidades con las que nos encontremos, para acabar con la desigualdad que caracteriza a nuestras sociedades. No es de recibo que estudiantes de carreras de cuatro años tengan 16-18 asignaturas por curso, lo que va a favorecer un tipo de pensamiento mosaico, fragmentado. La reivindicación de un currículum más integrado e interdisciplinar está siendo abandonada. El pensamiento disciplinar genera pensamiento en paralelo, líneas de pensamiento y análisis que nunca se entrecruzan, y esto explica como la mayoría del alumnado se siente incapaz de establecer relaciones entre diferentes disciplinas. Si no podemos ver la complejidad de la realidad poniendo en relación el conocimiento construido desde las distintas disciplinas, es muy difícil poder encontrar soluciones a los problemas cotidianos, a las situaciones opresivas e injustas que están sufriendo numerosos colectivos sociales y pueblos.

Fuente: https://iberoamericasocial.com/el-mundo-del-capitalismo-cognitivo-depende-de-la-instrumentalizacion-del-sistema-educativo/

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Ciencia y tecnología como herramienta en la práctica educativa para el sector universitario

Por: Ever Enrique Uzcátegui Moreno

INTRODUCCIÓN

El siguiente ensayo refiere a un texto que concisamente describe, interpreta y procura evaluar de forma breve, libre y personal el tema determinado a la descripción de aspectos gerenciales de la educación universitaria en el desarrollo de la práctica educativa en Venezuela, enmarcados en la gestión universitaria dese un  paradigma en política de Ciencia y la productividad educativa que de allí pude surgir, los cuales, el autor considera, son importantes para la  la ejecución de  diferentes actividades docentes en pro de mejorar la calidad formativa y materializar determinados aspectos vinculantes con la transformación universitaria y la actividades pedagógicas o educativas que se derivan.

 La intención en sí del escrito, específicamente, contempla el desarrollo de varias temáticas encuadradas en los siguientes aspectos: Gestión de la educación  universitaria, cambio de paradigma en política de Ciencia y Tecnología para la práctica educativa en el nivel universitario y descripción de la Productividad educativa con la utilización y desarrollo de las nuevas TICs,, basada en las nuevas metodologías de estudio y aprendizaje a través del uso de las Tecnologías de Información y Comunicación.

En este contexto, para llevar a cabo la realización de trabajo, tipo ensayo, se hizo necesario  poner en práctica  algunos  procedimientos, métodos y técnicas donde el autor participó y que permiten  la descripción  de los temas tales como conversatorios,  panel de expertos, foros electrónicos, análisis de papel de trabajo e informes o minutas, entre otros, para luego,  finalmente, culminar con la elaboración y consignación de un escrito, con la idea de ser un documento donde se sintetizan ciertos aspectos gerenciales de la educación universitaria en el desarrollo de la práctica pedagógica en Venezuela.

 DESARROLLO

 Gestión de la Educación Universitaria venezolana en la práctica educativa

Como es sabido, la idea de gestión se extiende hacia el conjunto de trámites que se realizan para desarrollar un  asunto o poner en práctica  un proyecto. También se dice que, la gestión es la dirección o administración de una institución o de un negocio. Por ello, al hablar de gestión se hace referencia directa a la acción y a la consecuencia de administrar o gestionar una actividad.  Básicamente, es llevar a cabo actividades que hacen posible la realización de una operación, ya sea comercial o institucional  de un interés en particular.

De acuerdo  a esto, en el caso de la gestión de la educación universitaria y en función del proceso pedagógico que  conlleva, se propone que, por medio de una acertada gestión, donde se combinen los pilares básicos de la misma, como los son estrategias, cultura, estructura y toma de decisiones, sea posible alcanzar los objetivos y resultados óptimos enmarcados en el proceso de transformación universitaria y  excelencia académica que actualmente debe  caracterizar la gestión de las  instituciones educativas en Venezuela.

Específicamente, la estrategia en la gestión universitaria, supone las líneas estratégicas y operativas  diseñadas para los pasos que se deben seguir, teniendo en cuenta las premisas contenidas en los Planes Estratégicos Institucionales del Estado en materia de Educación Universitaria y siempre en función de los usuarios y usuarias.

En lo que respecta al segundo pilar básico, traducido en  la cultura organizacional, como el grupo de acciones para promover los valores de la institución universitaria, tanto en los trabajadores, como en los usuarios y usuarias, se requiere hacia esta una atención especial puesto a medida que se asuma o internalice cultura organizacional, las actividades universitarias realizadas  tendrán mejores resultados y por ende mejores servicios educativos. Es importante que la cultura se esté fortaleciendo continuamente para garantizar el éxito de la gestión

El tercer eje de la gestión adaptada al ámbito universitario  lo representa la estructura, relacionada con las actuaciones y el diseño de sus formas para desarrollar el proceso de aprendizaje y  el conocimiento en general. Asimismo para graficar y situar al frente de las estructuras a los mejores gerentes universitarios, de acuerdo a sus perfiles y característicos académicos, además de su vocación de servicio y compromiso con la transformación universitaria.

Por último, el cuarto pilar o base viene dado por la ejecución de estrategias y tácticas que tiene que ver con poner en práctica las líneas de acción universitaria, en función de la mejor toma de decisiones, adecuada y oportuna para la productividad, el servicio y en general la satisfacción  de las necesidades de los usuarios y usuarias del Sistema Educativo Universitario.

Cambio de paradigma en política de Ciencia y Tecnología para la práctica educativa en el nivel universitario.

Al indagar sobre  paradigmas estamos  refiriéndonos a usos, costumbres y creencias establecidas de verdades a medias o una “ley” que,  hasta que es suplantada por otra nueva creencia. Frente a esta aseveración Calva (2007), parafraseando a  Kuhn, refiere que éste, señalo el hecho de que,  al cambiar el paradigma todo volvía a cero, pero los paradigmas son más complejos ya que no operan aislados sino interactúan a sí mismo con los demás.

Ahora bien para la ciencia, un Paradigma es un conjunto de actuaciones científicas «universalmente» reconocidas, que durante un tiempo suministran modelos de problemas y soluciones a una comunidad científica. Se dice también que, el “paradigma vigente”, es aquel que  llega a determinar nuestra apreciación de la realidad, tiendo claro que realmente no existe una percepción neutra, imparcial, auténtica, de los fenómenos sino que la apreciación se ve matizada, es decir encuadrada o filtrada  por el paradigma de  ”moda”  que pareciera  que es el que  controla o dirige las acciones.

Siendo así, el contenido y alcance de la percepción está fundamentada en la apertura de conciencia que tenemos, y está fundada en la capacidad de ver y entender las diferentes situaciones que se nos avecinan y cómo afrontarlas, sobre todo cuando hablamos de escenarios de cambio o simplemente de  un cambio de paradigma.

A este respecto,  la Dra. Carlota Pérez, en el marco de su Foro: Cambio de paradigma en política de ciencia y tecnología nos señala que, “Todos sabemos que nos encontramos en medio de un cambio de paradigma, en medio de un cambio de reglas y principios para el efectivo desempeño tecno-económico”.

También refiere la Dra. Pérez  que, este  cambio “afecta a todas las organizaciones, públicas o privadas, a todos los niveles, desde las grandes organizaciones internacionales hasta las más pequeñas ONG locales” y es totalmente  cierto pues nada ni nadie está exento del cambio, mas cuando recordamos el dicho que, “lo único constante es el cambio”

En este orden, el cambio de paradigma que nos ocupa, es el que ha sido provocado por la revolución de la tecnología de información. Aunque los expertos en el tema, sostiene que no obstante, esta transformación va mucho más allá del poder de las computadoras e Internet. Sustenta que, el paradigma en Política de Ciencia y Tecnología, basa su creencia en  la adopción de modelos organizacionales que permiten obtener provecho a ese potencial y la modernización, tanto de las estructuras, como de las cualidades de operación de cada organización en cada campo de actividad pedagógica, del cual no escapa la educativa y en especial la Educación Universitaria.

En torno a esto, el Paradigma en Política de Ciencia y Tecnología que plantea la Dra. Pérez  en su Foro, bien puede relacionarse con el manejo de las TIC y su vinculación con la educación superior en la actualidad, como una revolución o transformación tecnológica y científica enmarcada en nuevo paradigma.  Idea ésta, concatenada a los pensamientos de Thomas Kuhn,  cuando señala que las revoluciones científicas se producen, cuando las viejas teorías y métodos ya no pueden resolver los nuevos problemas.

A estos cambios de teorías y de métodos Kuhn, al igual la Dra. Pérez, los llama “cambios de paradigma”.

Así pues, el paradigma de Ciencia y Tecnología, que comprende las TIC y las sociedades científicas,  constituyen ese nuevo paradigma educativo centrado en el conocimiento y la tecnología. Por lo que se hace,  ineludible que, tanto los tutores y los estudiantes  desarrollen las competencias que ello implica. Más aun cuando las nociones están cambiando constantemente y  nos exige modernización y formación constante, en este caso especifico, en lo que a redes de aprendizaje en ambientes virtuales se refiere. Otro de las referencias  que nos llama la atención  en este interesante aspecto, es el carácter práctico  para el proceso educativo que los expertos le imprimen a este paradigma de Ciencia y Tecnología,  cuando señalan que, hoy en día, la tecnología es precisa al lado operativo de toda actividad productiva y de todo servicio social. En consecuencia, muchos plantean ya la hora de que de los investigadores salgan  los «templos del conocimiento científico » y se sumen a la «acción”.

De acuerdo, a esto, se tiene que  situar la tecnología en contacto íntimo con la producción,  convertirla en ingeniería y desarrollo tecnológico para mejorar la calidad y la productividad de nuestros bienes y servicios.

Productividad educativa con la utilización y desarrollo de las nuevas TIC

En torno a este asunto se considera que la productividad  esperada en el ámbito Educativo Universitario con la utilización de las nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación en el hecho pedagógico, viene dada por factores de conocimiento y manejo solido de la tecnología por parte del docente para obtener un aprendizaje colaborativo y dinámico,  además de factores de integración, pertinencia, coherencia, innovación, orientación y calidad, en un sistema de intercambio a distancia basado en un  modelo  virtual de eficiencia y calidad  del cual habla el Dr. Miquelena Piña,  donde se  haga posible un intenso intercambio de ideas, experiencias y conocimientos entre los docentes y estudiantes bajo la modalidad de tutorías virtuales.

Otro factor que puede incidir en la productividad de esta modalidad educativa a distancia es el económico, que viene dado por el hecho conocido, en cuanto a que, la educación  universitaria para toda  la población mundial es una complicada y además encarecidísima labor para las instituciones de este sector, por lo que, la educación a distancia constituye una opción o alternativa de ahorro para afrontar este inmenso problema, por todo lo que significa, en cuanto a la economía particular e institucional el estudiar de manera virtual  y  por otros factores muy convenientes como la comodidad  y el bienestar (disminución de costos en viajes y alimentación)  que  implica el realizar estudios a distancia bajo la modalidad de tutorías virtuales.

Ahora bien, un nuevo y verdadero ejemplo en la productividad de las tutorías virtuales del personal académico en los sistemas de educación universitaria es el caso que observamos y vivimos en algunas universidades privadas Venezolanas ; sobre el cual pienso que los factores que inciden, muy positivamente en la excelente productividad del sistema de educación virtual que imparte estas instituciones son: el manejo acertado  de las herramientas y recursos técnicos de última tecnología con que cuenta, aunado a la asignación de actividades y temáticas  adaptadas a los objetivos  que se desean  lograr en el proceso de aprendizaje guiado por expertos tanto en lo académico, como en lo tecnológico, para  los diferentes niveles de estudio que ofertan estas instituciones.

 CONCLUSIONES

En síntesis, una vez realizado el ensayo, donde se resume el trabajo sobre aspectos relevantes referidos a la utilización de la ciencia y tecnología como herramienta en la práctica educativa para el sector universitario, bien puede considerarse  como un aporte acreditado, dado que, en un contexto concluyente, las Tecnologías de Información y  Comunicación (TIC),  efectivamente, facilitan el proceso de ejecución en la práctica educativa, en aras de la eficiencia y eficacia, debiendo tener muy presente la  calidad de los contenidos.

Durante el desarrollo de la investigación descriptiva, se presentan una serie de elementos teóricos-referenciales y algunos aspectos prácticos que ilustran el uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) como instrumentos para la optimización en el desempeño docente, dado que la herramienta  funciona como un medio alternativo que mejora y apuntala el quehacer educativo al momento de ejerce una gestión inmersa en el proceso de aprendizaje. Más aun, cuando en la actualidad, sabemos del papel protagónico que despliegan las TIC a través de la preeminencia de éstas en la sociedad, en especial en el sector educativo universitario.

Asimismo, las Tecnologías de Información y Comunicación movilizar las capacidades de las instituciones educativas, estableciéndose como espacio para la  generación de conocimiento y saberes en diferentes áreas, caracterizándose como  un proceso dinámico, continuo y acumulativo; que cambia y transforma  las competencias  de la gerencia educativa.

Otro aporte, en el uso de Tecnologías de Información y Comunicación en el desempeño  de la practica educativo se visualiza  mediante el perfeccionamiento del conocimiento del docente el cual obtiene vigencia para el empleo de habilidades científicas y tecnológicas como un recurso que complementa  sus destrezas y nociones iníciales pudiendo, inclusive ser protagonista en el proceso de  transformar el entorno didáctico- pedagógico  en las instituciones educativas universitarias venezolanas.

 

Referencias Consultadas

Calva, J.L. (2007) Educación, ciencia, tecnología y competitividad. Volumen 10Agenda para el desarrollo Conocer para decidir. Ediciones: UNAM

Pérez Carlota (2000). Foro: Cambio de paradigma en política de ciencia y tecnología. Presentación en el Foro para la Cooperación Sur-Sur en Ciencia y Tecnología, PNUD/Gobierno de la República de Corea, Seúl, 14-17 de febrero

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El cambio climático amenaza la democracia y los derechos humanos

Redacción: Tendencias 21

La ONU denuncia la pasividad política y la indiferencia del sector privado

 

El cambio climático afecta especialmente a los países más pobres, además de poner en peligro la democracia y los derechos humanos. Crea una discriminación social similar al apartheid ante la pasividad política y la indiferencia del sector privado.

a inacción global sobre el cambio climático está creando un catastrófico «apartheid climático» en el que los derechos humanos, tal como los conocemos, especialmente los de las personas más vulnerables del mundo, están amenazados de extinción, advierte un funcionario de las Naciones Unidas (ONU).

Philip Alston, el Relator Especial de la ONU sobre la pobreza extrema y los derechos humanos, es un experto independiente encargado de evaluar la situación de los derechos humanos en todos los lugares más pobres del mundo.

Para Philip Alston, el cambio climático no sólo tendrá el mayor impacto sobre quienes viven en la pobreza, sino que también amenaza hasta la propia democracia y los derechos humanos.

El relator expone muchas de las consecuencias que estamos sufriendo en este momento debido al cambio climático, desde las temperaturas récord hasta el derretimiento de los glaciares, los incendios sin precedentes, las peores inundaciones de los últimos mil años, los millones de personas que están malnutridas debido a las sequías que acaban con  las cosechas, el aumento del nivel del mar, la desaparición de los ecosistemas marinos, sustento de millones de personas, y las amenazas a la economía y al orden social en general.

Más pobreza y desigualdad

A continuación, destaca las previsiones científicas sobre el aumento de la temperatura, que se intenta limitar a 1,5 a través del Acuerdo de París, pero que si no se logra subirá por encima de los dos grados, umbral que señala la diferencia entre la muerte y la vida.

Según el Banco Mundial, con 2°C grados de calentamiento, entre 100 y 400 millones de personas más estarán en riesgo de pasar hambre y entre 1.000 y 2.000 millones ya no tendrán suficiente agua. El cambio climático podría dar lugar a pérdidas en el rendimiento mundial de los cultivos del 30 por ciento para 2080, incluso si se toman medidas para adaptarse a él.

Además, entre 2030 y 2050, se espera que cause aproximadamente 250.000 muertes adicionales por año a causa de la desnutrición, la malaria, la diarrea y el estrés por calor. Dado que las personas en situación de pobreza en gran parte no tienen seguro médico, el cambio climático exacerbará las crisis de salud que ya empuja a 100 millones de personas a la pobreza cada año.

Las personas en situación de pobreza enfrentan además una amenaza muy real de perder sus hogares: para el año 2050, el cambio climático podría desplazar a 140 millones de personas en África subsahariana, el sur de Asia y América Latina solamente.

Las inundaciones y los derrumbes pueden debilitar las infraestructuras y viviendas ya degradadas, especialmente para las personas que viven en asentamientos no planificados o sin servicios. En 2017, 18,8 millones de personas fueron desplazadas debido a desastres en 135 países, casi el doble del número de desplazados por el conflicto.

Desde el año 2000, las personas que viven en los países pobres han muerto a causa de desastres a una tasa siete veces mayor que las personas afectadas en los países ricos. Además, las autoridades tienen una estrategia de priorizar las áreas más ricas para la protección frente al cambio climático, poniendo en peligro a las personas que viven en la pobreza.

Injusticia

Alston destaca un hecho en su informe: Los pobres son los que se llevan a llevar la peor parte del cambio climático, pese a ser los que menos han contribuido a él.

“La mitad más pobre de la población mundial, 3.500 millones de personas, es responsable de solo el 10 por ciento de las emisiones de carbono, mientras que el 10 por ciento más rico es responsable de la mitad de esas emisiones. Una persona situada en el 1 por ciento más rico del mundo, usa 175 veces más carbono que una persona en el 10 por ciento inferior”, resalta.

El relator añade: “perversamente, los más ricos, que tienen la mayor capacidad de adaptación y son responsables de la gran mayoría de las emisiones de gases de efecto invernadero y se han beneficiado de ellos, serán los mejor situados para hacer frente al cambio climático, mientras que los más pobres, que son los que menos han contribuido a las emisiones y tienen la menor capacidad de reacción, serán los más perjudicados.”

Voz en el desierto

“No faltan las voces de alarma sobre el cambio climático, pero parece que hasta ahora no se han escuchado”, asegura el experto.

En este sentido, cita a William Nordhaus quien, al aceptar el Premio Nobel de Economía de 2018, describió el cambio climático como un “coloso que amenaza nuestro mundo” y “el último desafío para la economía”.

También menciona al ganador del mismo premio en 2001, Joseph Stiglitz, quien se refirió al cambio climático como el advenimiento de la Tercera Guerra Mundial.

Y también recuerda que el Papa Francisco ha declarado una «emergencia climática» mundial y ha advertido que si no se toman medidas urgentes habrá «un acto brutal de injusticia hacia los pobres y las generaciones futuras».

Para dar una idea de la escala del desastre que supone el cambio climático, recuerda las palabras del periodista estadounidense especializado en el cambio climático David Wallace-Wells, quien en su libro Uninhabitable Earth (La tierra inhabitable) señala que el carbono se agrega a la atmósfera cien veces más rápido que en cualquier momento de la historia humana preindustrial y que desde 1988, cuando Naciones Unidas estableció el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático, se ha sumado más carbono a la atmósfera que en toda la historia de la humanidad.

Tampoco el sector privado

El informe también advierte que, ante la pasividad oficial, confiar al sector privado la lucha contra la crisis del clima puede conducir a una nueva segregación entre ricos y pobres que permita a los primeros escapar a los peores efectos del calentamiento global y a los segundos sufrir esos efectos hasta las últimas consecuencias.

“Un exceso de confianza en el sector privado podría llevar a un escenario de apartheid climático en el que los ricos pagan para escapar del sobrecalentamiento, el hambre y los conflictos, mientras que el resto del mundo tiene que sufrir”, declara Alston, quien añade: “en lugar de ayudar al mundo a adaptarse al cambio climático, privatizar los servicios básicos y la protección social puede ser una forma de mala adaptación”.

El cambio climático es, entre otras cosas, un asalto desmedido a los pobres, concluye el informe.

Referencia

Fuente: https://www.tendencias21.net/El-cambio-climatico-amenaza-la-democracia-y-los-derechos-humanos_a45331.html
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El problema de los libros de texto y su vigencia como herramienta didáctica

 

Los libros de texto han sido la columna vertebral de los métodos de enseñanza por siglos y muy posiblemente lo sigan siendo durante más tiempo. Pero hay cuestionamientos válidos en la comunidad educativa acerca de qué tan efectivos son en su forma actual.

La Revolución Digital del siglo XXI trajo consigo un cambio fundamental en la forma en la que producimos y consumimos contenido. Los medios digitales como periódicos, blogs y sitios web generan grandes volúmenes de información diariamente y las redes sociales nos mantienen en un estado de conversación constante.

Los métodos y fuentes para el aprendizaje ya no pueden ser estáticos, necesitan ser flexibles, adaptativos y conectados con la dinámica de tiempo real. ¿Los libros de textos cumplen con estos requisitos?

Lo que funciona

Los libros de texto tienen una razón de ser, brindan a los estudiantes la experiencia de interactuar con un libro en físico, actividad que, por si sola, conlleva beneficios propios que no están presentes en la lectura de textos digitales.

Un estudio realizado en 2013 demostró que los niños de tres a cinco años son capaces de comprender mejor lo que leen cuando viene de un libro en formato impreso. Los elementos interactivos inherentes a los libros digitales pueden volverse una distracción para los niños que están formando las estructuras cognitivas para aprender a leer.

De la misma forma, no ayudan tampoco a los estudiantes más avanzados, puesto que aunque ya conocen la técnica para leer, es más difícil generar una experiencia de inmersión cuando leemos en una tableta o en cualquier dispositivo con conexión a internet debido a los estímulos externos como las redes sociales, las notificaciones, los correos y los mensajes. El entorno digital tiende a la sobre exposición y facilita la procrastinación, no la concentración.

Aun si se trata de un libro digital descargado en un dispositivo sin conexión, nuestra calidad de lectura puede verse afectada. Estamos condicionados a no leer de forma enfocada cuando estamos frente a una pantalla porque asociamos el entorno digital a contenidos breves y entretenidos, como las conversaciones en redes sociales o artículos de sitios que visitamos por ocio más que por educación. Nuestra capacidad de retención se ve reducida en estos casos, como lo sostiene un estudio realizado en la Universidad Stavanger, en Noruega, en el que se midió la capacidad de los participantes para recordar noticias tras leerlas.

“Los lectores de Kindle tuvieron un desempeño mucho menor en la reconstrucción de elementos cuando se les preguntaron 14 eventos en el orden correcto”

Explicó Anne Mangen, autora del estudio. Mangen agregó que hay características inherentes a la lectura de un libro físico que facilitan la memorización y el aprendizaje. Cuando se lee en papel, hay una sensación táctil del progreso, palpable en el hecho de ir pasando las hojas de derecha a izquierda mientras estas se acumulan generando un peso tan físico como psicológico que refleja el avance del lector. No hay nada comparable a esto en el entorno digital, sostiene Mangen.

Todos los puntos anteriores refuerzan la utilidad de contar con libros físicos en los programas escolares, ya sea de material académico directo o recurso auxiliar. Sin embargo, aspectos de la producción y distribución de libros de texto generan preocupaciones válidas en el personal educativo. ¿Qué es lo que está causando que tantos expertos en educación y tecnología digan que el libro de texto es una herramienta obsoleta?

Lo que no funciona

Durante la última década hemos visto como el avance de la tecnología nos ha llevado a una democratización de los contenidos y filosofías educativas, como la del aprendizaje a lo largo de la vida, que nos motivan a usar cualquier herramienta para permanecer en un estado de aprendizaje continuo, sin embargo, decir que esta es la única razón por la que debemos evaluar la forma en que se producen los libros de texto, es simplista y poco productiva.

Para entender cuáles son las áreas de oportunidad de los libros de texto, necesitamos ir más allá del frecuente debate “digital vs. impreso”. Empatar el propósito de los libros de texto con los objetivos que deben cumplir y su mercado meta: los estudiantes.

Usualmente los editores a cargo de la producción de los libros de texto tienen un excelente nivel de conocimiento sobre los materiales académicos fuente y dominan a la perfección los procesos de un proyecto de publicación académica, pero no tienen mucho contacto con la experiencia educativa al momento que escriben la publicación.

No hay una preocupación por mantener un canal de comunicación abierto con lo que pasa en las aulas y los avances o cambios en cómo aprenden los estudiantes para generar herramientas óptimas y actualizadas.

Como resultado, tenemos materiales de estudio anacrónicos, que sirven para presentar exámenes y olvidar todo lo leído al día siguiente, en el que se estudia para la siguiente prueba. El insight más preocupante de esta reflexión es que entrenamos máquinas de almacenamiento de información, más que formar personas con habilidades competitivas en el mundo laboral y aptitudes para llevar una vida plena fuera del aula.

El enfoque comercial con el que se producen los libros de texto es un agravante, dado que los libros solo son vigentes por un par de ciclos escolares antes de necesitar otra versión revisada y actualizada. Por lo tanto, la inversión que las escuelas y padres de familia deben destinar a este recurso es enorme, e inútil a largo plazo.

Bajo este contexto, en lugar de ser una herramienta provechosa, el libro de texto incrementa los gastos escolares innecesariamente, aumentando la brecha de acceso a la educación de acuerdo al estatus económico.

Ante esta situación, el libro de texto gratuito se presenta como la mejor opción para defender la idea de que los libros de textos son indispensables. En el caso de México no podemos sostener este argumento con tanta presteza, dado que los libros de texto gratuitos son exactamente el mismo libro cada año, con todo y los errores ortográficos o de contenido.

Los cambios fundamentales en los libros de texto mexicanos gratuitos normalmente tardan décadas en hacerse y los estudiantes terminan con contenidos muy similares que no reflejan el avance del conocimiento en los distintos campos que cubren.

¿Cómo se puede mejorar?

No hay una sola solución para resolver el problema de los libros de texto. Se necesita un conjunto de estrategias que incluyan a los estudiantes, al personal educativo, a los especialistas en contenido educativo y a las editoriales que los publican.

El material didáctico no tiene que ser 100 % digital y abierto, pero la manera en que se producen necesita inclinarse más hacia ese rubro. Además, hacen falta plataformas y métodos para que el proceso de elaboración y distribución de los libros de texto sea más dinámico e involucre a todos los que hacen el material didáctico y los que se benefician de este.

Así como las instituciones educativas han puesto especial atención en el desarrollo de habilidades socio-emocionales y el mantenimiento de la salud mental de los estudiantes, creando departamentos exclusivamente para procurar los medios que logren estas metas, es necesario que las escuelas hagan un esfuerzo consciente por ser críticos con los materiales que ellos mismos usan.

Ningún especialista en contenidos, aun si se trata de un experto en fuentes y procesos, redacción, edición, métodos de enseñanza o cualquier otro tema relevante, será capaz de producir una herramienta que sirva al cien por ciento en el salón de clases si no recibe retroalimentación de estudiantes y maestros.

La tecnología digital no vino a sustituir a los libros de texto, de suceder esto, estaríamos incurriendo en un error que sacrificaría aspectos importantes de la lectura y el aprendizaje. Pero lo que sí podemos hacer es utilizarla para mejorar los procesos de creación y divulgación del conocimiento.

Esquemas como el de los contenidos abiertos, en el que los docentes colaboran para crear contenidos educativos mejor adaptados para las necesidades de sus cursos, ofrecen un buen ejemplo de métodos de cooperación para crear materiales más flexibles y conectados con la realidad educativa.

Las ventajas únicas de los libros impresos son suficiente razón para que los libros de texto continúen siendo una herramienta didáctica básica, pero para poder aprovecharlos más como recursos para enseñar la lectura y ejercitar la memoria, tienen que dejar de ser productos unilaterales y comenzar a ser un proceso colectivo sin miedo a la evolución ni al cambio.

Fuente: https://observatorio.tec.mx/edu-news/libros-de-texto
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Proyecto de trabajo sobre salud y contaminación del aire en la ciudad II

A la vuelta de vacaciones habrá que poner en marcha un proyecto de respiración saludable, del cual se pueden articular ya las primeras fases. El profesorado ha de moverse rápido.

Carmelo Marcén Albero (www.ecosdeceltiberia.es)

Tras haber realizado una aproximación real, compartida, sobre las ciudades que queremos, se puede construir un entramado dinámico de la problemática del aire contaminado, para colgar de él sus causas y consecuencias. En primer lugar se dibuja, en la pizarra o en la PDI, un gran árbol titulado “Con el aire de la ciudad viaja la salud”. A partir de una tormenta de ideas, el alumnado explicitaría las causas por las cuales el aire está contaminado en las ciudades y las consecuencias que acarrea en sus habitantes. Cada una de las causas se rotula en una tarjeta, real o virtual, y se adhiere a la raíz; se hace lo mismo con las consecuencias, pero se sitúan en las ramas/hojas. Es posible que haya que mover las tarjetas que cada grupo había ido colocando; se habla y se decide colectivamente. Lo más probable es que se necesite profundizar en las causas y dar algún detalle de las consecuencias. Por el tronco que une ambas pueden colgarse alternativas, si es posible jerarquizadas.

Desde lo próximo, la problemática concreta de salud y medio ambiente urbano, se debería viajar más lejos, el profesorado sobre todo, por el mapa interactivo de contaminación y salud que propone la OMS (Organización Mundial de la Salud), incluso se puede invitar al viaje al alumnado. Una vez alcanzada una visión global, expuestas y debatidas cuestiones varias, el profesorado debe ajustar las opiniones sobre la situación y las medidas propuestas, dar algunos retoques al proyecto. Después, o entre tanto, hay que invitar al alumnado a visitar la iniciativa “Cambiemos el aire”, pues sus infografías seguro que le atraen al tema y encaminan alguna reflexión personal y colectiva.

Esta compleja visión hay que cotejarla con la realidad. El alumnado debería saber que muchos ayuntamientos, quizás el suyo, se empeñan en diseñar para el futuro ciudades menos carbonizadas y quieren hacerlas expertas en movilidad. Para eso van peatonalizando calles y posibilitando el transporte sostenible mediante autobuses híbridos o eléctricos, tranvía y carriles bici. Algún equipo debería informarse en la web de su ayuntamiento sobre las medidas puestas en marcha y las que se prevén próximamente para comentarlo en clase y reconocer las acciones colaborativas que cada uno individualmente puede acometer. Todo lo manifestado y expuesto debe quedar recogido por escrito.

También convendría que el centro valorase, y en su caso se apuntase, a los caminos escolares: itinerarios que centros educativos y ayuntamientos han diseñado para dar autonomía a los escolares en sus desplazamientos diarios a los centros y así evitar que las familias utilicen el vehículo propio para llevarlos. En este punto incide la ilusión de hacer la ciudad más habitable para los niños que puso en marcha Francesco Tonucci en 1991. Hay que viajar con el alumnado a La cittá dei bambini. El profesorado debería valorar las características del proyecto italiano por si algunas iniciativas sirven para incorporarlas al propio.

Aún pueden hacer más: inviten a alguien del servicio correspondiente del ayuntamiento o del centro de salud para que cuente al alumnado qué tipo de conductas urbanas aumentan las emisiones de los diferentes tipos de partículas que contaminan el aire. También, que hable de las alternativas que el municipio ha puesto en marcha para minimizar este problema. Para completar lo que digan habría que investigar las razones por las que la red de ciudades “C40 Cities”, Barcelona y Madrid entre ellas, se empeña en desarrollar un plan global para liderar la lucha contra la contaminación y el cambio climático.

Como actividad de aplicación, cabe proponer que el alumnado redacte una composición personal sobre la ciudad que quiere y la exponga en su clase. En el diálogo posterior habrá que reflexionar sobre si esa ciudad está deseada a partir de la perspectiva personal, desde la opción de la ciudad como sistema complejo en interacción, o pensando en la ciudad como una parte condicionante del medioambiente global.

Con todo lo realizado se completaría una gran carpeta La ciudad que queremos, que contendría investigaciones, testimonios escritos y gráficos, conclusiones y alternativas. La carpeta viajaría, sin contaminar, por todas las aulas del centro, hayan participado o no en el proyecto, para que los esfuerzos y las conclusiones sean conocidos, para que se hiciesen otras aportaciones.

La larga propuesta acaba aquí. Si alguien tiene interés en conocer más datos y alternativas puede acercarse al “Observatorio Salud y Medio Ambiente DKV Ecodes”, en especial a su monográfico número 2. Allí, se incluyen estudios que recogen muchos datos interesantes, informes completos y se aportan sugerencias para construir entre todos una vida más saludable y sostenible en la ciudades. Si alguien todavía no está convencido del riesgo que el deterioro ambiental supone para la salud de los niños debe leer los avisos del “Comité de Salud Ambiental” de la Asociación Española de Pediatría.

La ciudad pertenece a los jóvenes de cualquier edad, debería protegerlos. Sin embargo, investigaciones recientes alertan, una vez más, del peligro que supone el aire contaminado para la infancia; en este caso es HEALT quien habla de Madrid. Una ecociudad es el modelo de convivencia más saludable; luchen por conseguirla.

Ahora que ha acabado el curso escolar en las escuelas españolas y de otros países, es momento de prever que a la vuelta de vacaciones habrá que poner en marcha un proyecto de respiración saludable, del cual se pueden articular ya las primeras fases. El profesorado ha de moverse rápido.

Volveremos en septiembre con nuevas propuestas para que las escuelas sean cada vez más sostenibles. Animen al alumnado a que practique en verano algo de lo que aquí hemos recomendado.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/ecoescuela-abierta/2019/06/28/proyecto-de-trabajo-sobre-salud-y-contaminacion-del-aire-en-la-ciudad-ii/

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Actualidad de la educación STEM: problemáticas y soluciones

Por Por Marcelo Vera Bacarreza, director de la iniciativa Advanced Continuing Education (ACE) de ISTEC

La falta de incorporación de la educación STEM durante las diferentes etapas del proceso de enseñanza, está directamente relacionada con la escasez de talento que experimenta actualmente el mercado laboral, ante la ausencia de profesionales que cuenten con las competencias adecuadas para desempeñarse en una economía dinámica con procesos de automatización crecientes. Para comprender este escenario, comparto recursos de utilidad.

Conforme avanza la cuarta revolución industrial, la importancia de reforzar la educación STEM adquiere mayor importancia, ya que prácticamente todas las actividades humanas están conectadas –de una u otra manera- con la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas.

El artículo titulado “Necesitamos cambiar la forma en que enseñamos temas STEM a los jóvenes” (We Need to Change How We Teach STEM Subjects to Young People), de Kristin Houser and Karla Lant    destaca que las industrias STEM están en auge, advirtiendo que los métodos de enseñanza actuales no están preparando adecuadamente a los niños de hoy para los trabajos futuros. “Abordar las percepciones negativas de los jóvenes sobre las materias STEM y traer más ejemplos reales de STEM al salón de clases podría cambiar eso”, aseguran las autoras, señalando que en los Estados Unidos el empleo STEM creció un 10,5%entre 2009 y 2015, mientras que las ocupaciones no STEM experimentaron solo un incremento neto del 5,2% (acceder al artículo completo).

Este escenario remarca la importancia de incorporar la educación STEM en todas las instancias de los sistemas educativos de cada país.

Desde la iniciativa ACE del Consorcio Iberoamericano para la Educación en Ciencia y Tecnología – ISTEC, compartimos algunos recursos que analizan la importancia y actualidad de la enseñanza STEM, identificando sus problemáticas y soluciones:

1) El informe sobre el estado de la educación STEM: ‘Defining the Landscape to Determine High-Impact Pathways for the Future Workforce’, con la autoría de Erin White (Senior Director, Product Development & Research de STEMconnector). busca definir el contexto actual para determinar caminos de alto impacto en relación a la fuerza de trabajo futura.

“Al mapear el ecosistema STEM, nos dimos cuenta de que no hay una sola brecha de talentos STEM, sino más bien varias capas de desafíos subyacentes que producen lo que generalmente se percibe como una brecha única. Específicamente, hemos descubierto cinco brechas críticas en la fuerza de trabajo de STEM y la fuerza de trabajo global del futuro”, señalan desde STEMconnector.

Para acceder al estudio (en inglés): haga click

2) “La educación STEM, o CTIM (Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), es una propuesta educativa y tiene como objetivos: Fomentar las destrezas o habilidades de los estudiantes en las cuatro disciplinas de forma que estas se entrelacen y proporciones una mejor experiencia educativa para los alumnos sin importar su edad o género”, señalan Santiago Alfredo Díaz Azuara y Abigail Damián Zitzihua, en su trabajo ‘La educación STEM/CTIM, te va a gustar’, publicado en el portal de noticias de la OEI, Iberoamérica Divulga, de la Red Iberoamericana de Comunicación y Divulgación de Información Científica es una iniciativa de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI).

Los autores señalan que en los niños, la educación CTIM estimula la investigación o curiosidad, así como el deseo de analizar, aprender, descubrir e investigar, y también motiva la creatividad y el diseño. “Si a grupo de niños se les proporciona un curso-taller de robótica o de TIC con bases fundamentadas en los principios de estas disciplinas. Lo que se obtiene es aprendizaje significativo y pensamiento complejo desde la infancia”, aseguran Alfredo Díaz Azuara y Abigail Damián Zitzihua.

En el artículo se analiza la educación STEM desde diversos ángulos. Para acceder al documento (en español): haga click

3) El artículo ‘El Desencuentro entre Ciencia y Educación; Un Problema Científico-Social’ publicado en la Revista Internacional de Sociología de la Educación, con autoría de Jesús Alberto Valero-Matas, Irene Valero-Oteo y Juan R. Coca, busca abordar la problemática ante la cual se enfrentan los países occidentales ante el incremento tecnológico del sistema productivo, y la carencia de licenciados en ciencias experimentales.

“En el mercado laboral existen muchos trabajos destinados a licenciados en ciencias experimentales y sin embargo, cada vez, los jóvenes españoles al igual que los jóvenes de otros países occidentales no optan por estudios de ciencias experimentales. Ante esta realidad, este trabajo analiza una serie de causas por las que los jóvenes estudiantes no seleccionan los estudios de ciencias experimentales, aun cuando en los próximos años, los principales trabajos en las economías más potentes estarán destinados a estas titulaciones. El trabajo termina con unas reflexiones como actuar para mejorar los índices de estudiantes en las titulaciones de ciencias”, señala el abstract del documento.

Acceder al documento: haga click

4) El estudio ‘Entregando habilidades STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) para la economía’ publicado por la National Audit Office (UK), se enfoca en las acciones que desarrolla el gobierno británico para mejorar las habilidades STEM, y cómo están funcionando, con particular énfasis en al desarrollo de este tipo de competencias en personas mayores de 16 años.

El informe aborda la situación en Inglaterra, de acuerdo con las responsabilidades de los principales departamentos gubernamentales involucrados: principalmente el Departamento de Educación y el Departamento de Negocios, Energía y Estrategia Industrial.

Acceder al documento (en inglés): haga click

5) El artículo ‘La educación Stem, hoy más importante que nunca‘, con autoría de Jairo Botero Espinosa, Ingeniero electricista de la Universidad Nacional de Colombia (UN), se refiere al tipo de educación que necesitamos y el impacto que tiene la enseñanza STEM en los países más desarrollados. Además, analiza la actualidad de la educación STEM en Colombia.

Acceder al artículo: haga click

6) El reporte ‘Optimización de las colaboraciones entre industria y escuela: inspirando a la próxima generación en Australia’, publicado en abril de este año por los Servicios de Educación de Australia y el Consejo de Educación.

El informe destaca  que el sistema educativo de Australia ha servido bien a los ciudadanos de este país, pero debe seguir evolucionando para garantizar la competitividad australiana en un mundo que corre hacia el futuro.

Las recomendaciones del informe buscan optimizar las formas en que las asociaciones de la industria pueden ayudar en la provisión de educación STEM contemporánea e internacionalmente competitiva en las escuelas.

El reporte sostiene que las empresas australianas tienen una larga historia para contribuir a la educación STEM en las escuelas, cuya aspiración es apoyar a la comunidad y la educación nacional para formar una mano de obra futura altamente capacitada. Desde la perspectiva de las escuelas, se benefician del contexto tecnológico emergente de las alianzas del sistema educativo con la industria, para que los maestros mantengan el conocimiento y las prácticas STEM contemporáneos que energizan la enseñanza y el aprendizaje. La industria también puede ayudar a las escuelas proporcionándoles personal, y recursos financieros y físicos. Además, está claro que la industria está en una buena posición para trabajar con los gobiernos a fin de comprender mejor las futuras necesidades de mano de obra

Para acceder al informe (en inglés): haga click

7) El informe  ‘The State of Girls and Women in STEM 2018’, analiza en formato infografía el impacto que está teniendo la educación STEM en las niñas y la participación de las mujeres en los trabajos STEM.

Acceder (en inglés): haga click

 

8) El documento ‘Anatomía de la enseñanza STEM en universidades estadounidenses’, es un trabajo interesante para leer y comprender la actualidad de las instituciones de educación superior de los Estados Unidos en relación a la educación STEM.

Acceder al reporte (en inglés): haga click

 

9) El artículo ‘STEM, una mirada centrada en la Tecnología de la Comunicación y la Información’, publicado en el blog sobre liderazgo y conocimiento educativo de Fundación Santillana, ofrece una gran cantidad de datos vinculados a la actualidad de la educación STEM en los países de la OCDE. Entre los temas abordados: los campos en los que la población se matricula por primera vez en Educación Terciaria, y en los que se gradúan un mayor número de estudiantes, y datos centrados en el profesorado y las TIC.

Acceder al artículo: haga click

10) Un recurso igualmente interesante es la ponencia ‘Midiendo la igualdad de género en Ciencia e Ingeniería: SAGA Toolkit’, presentada por Guillermo Anlló, responsable Regional UNESCO del Programa de Política CTI, en el Gender Summit XII en Ciencia, Tecnología e Innovación para América Latina y el Caribe, celebrado entre el 6 y 7 de diciembre de 2017 en Santiago – Chile.

Acceder a la presentación: haga click

Fuente: http://www.americalearningmedia.com/edicion-056/627-tendencias/8067-actualidad-de-la-educacion-stem-problematicas-y-soluciones

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Distrito escolar único y cohesión social

Por: Enrique Díez

La educación es un derecho básico. Por eso el Estado está obligado a garantizar que todo niño y toda niña tenga acceso al mejor colegio público al lado de su casa.

Pero la ideología neoliberal pretende convertir los derechos, que ha de garantizar la comunidad social, en “elecciones”, como si fueran inversiones individuales. Plantea a las familias (a aquellas que tienen tiempo, recursos y disposición para ello) que se dediquen a buscar y seleccionar un centro educativo determinado, en un listado (en breve con puntuaciones en TripAdvisor y valoraciones de los usuarios), como si las familias fueran clientes y la educación un producto a la carta.

Las políticas educativas que apuestan por este modelo neoliberal de selección “a la carta” de centros, no confían en los profesionales de la educación pública, no confían en el sistema educativo público. En vez de apoyar la labor educativa que hacen los profesionales en todos los centros educativos, y dotarles de los recursos y medios necesarios para que mejoren constantemente, les ofrecen “competir” para ser “seleccionados”, en función de los intereses o las preferencias individuales de los consumidores/clientes. Como si el sistema educativo debiera organizarse según la demanda de los clientes y las leyes de mercado, como si la educación fuera un producto que se compra y se vende en un gran supermercado, y como si los clientes, por supuesto, “siempre tuvieran razón”. Es la lógica del mercado, aplicada a la educación.

Quienes defienden este modelo de selección piensan en la prioridad del interés particular de quien lo puede ejercer: “lo mejor para mi hijo o hija”, no en el interés colectivo y el bien común: “Lo mejor para todos los niños y niñas” y no solo el mío. Sin embargo, el derecho a una buena educación es un derecho del niño y de la niña, de todos los niños y niñas. No podemos convertir en un supuesto “derecho” la preferencia de selección, el interés individual y la ventaja competitiva. La “libertad de elección” apuesta por la lógica individualista y egoísta de la “ética del más fuerte” (quien tiene recursos y medios para ejercerla) y no por la lógica solidaria de la pluralidad, la convivencia y el bien común para todos y todas.

Esto es, ni más ni menos, que lo que se debate detrás del modelo neoliberal de “libre selección” que propone el “distrito único”.

Mientras que el modelo de organización territorial por distritos escolares parte de un enfoque solidario, que apuesta por la convivencia plural y la cohesión social, con “comisiones de escolarización”, en las que participan todos los sectores de la comunidad educativa, que se encargan de garantizar una distribución racional y equitativa de todo el alumnado en los centros educativos próximos a sus lugares de residencia.

Los estudios e investigaciones demuestran reiteradamente que el sistema de “selección de centro de distrito único” potencia la segregación y la desigualdad. Y que detrás de la mayor parte de las invocaciones a la “libertad de elección” de centro lo que se esconde es el rechazo a la mezcla social, a educar a los hijos e hijas con los que no son de la misma clase (Gimeno, 2010). La evidencia estadística (Fernández y Muñiz, 2012; Rodríguez, Pruneda y Cuerto, 2014; Rogero y Andrés, 2016) confirma que “la libertad de elección de centro no existe, es un término falaz para justificar un sistema que segrega al alumnado y que sirve a las clases medias y altas para alejarse de los alumnos extranjeros y de las clases bajas”. El informe de la OCDE denominado Equidad y calidad de la educación. Apoyo a estudiantes y escuelas en desventaja, indica claramente que “proporcionar plena libertad de elección de escuela a los padres puede dar por resultado la segregación de estudiantes según sus capacidades y antecedentes socioeconómicos, y generar mayores desigualdades en los sistemas educativos”.

De hecho, el distrito único no se plantea con la finalidad de mejorar el sistema educativo. Sino como una estrategia largamente añorada por la patronal de la enseñanza privada y concertada, dado que tienen sus colegios en zonas urbanas con numerosa población (pues en las zonas rurales el retorno del alto coste de inversión que supone un centro privado hace inviable el negocio), como forma de conseguir que sea la población la que se desplace a sus centros, pudiendo así filtrar y seleccionar la demanda.

Además, el distrito único empeora el sistema educativo y acaba justificando los recortes en educación. Las familias y el entorno social ya no se ven involucrados para reclamar la mejora del centro público de su barrio o zona, sino que cada uno buscará otro centro “mejor”, si pueden pagarse el desplazamiento y los costes añadidos. Si a esto sumamos la propuesta neoliberal de hacer rankings públicos de los centros educativos, como si de una liga de fútbol se tratara, se acaba generando un polarización cada vez mayor entre centros gueto sin recursos y centros élite con alta demanda, reproduciendo educativamente las diferencias socioeconómicas.

Sin olvidar que el distrito único supone un desarraigo de la infancia respecto al lugar donde vive, provocando que los niños y niñas tengan más dificultades para tener amigos en sus barrios, para poder jugar en la calle y relacionarse fuera del horario lectivo. Además, aumenta su dependencia para desplazarse al centro.

Por el contrario, la zonificación en distritos escolares facilita la coordinación entre profesorado y centros de una misma zona, vincula con el entorno y enseña a convivir en y con la diversidad en una sociedad mestiza y plural, que es un elemento esencial en la sociedad del siglo XXI. E, incluso, desde un punto de vista ecológico, reduce la necesidad de transporte, disminuyendo los problemas de movilidad urbana y de contaminación en las grandes ciudades.

En síntesis, el distrito único propicia una polarización social y sirve realmente para que sean los centros educativos (especialmente los concertados) quienes seleccionen al alumnado y para avanzar en el modelo mercantil de oferta-demanda entre centros educativos, que compiten por una clientela “selecta”, potenciando estrategias de marketing y competencia, en vez de colaboración y apoyo mutuo entre centros.

El Estado debe velar por el bien común y para que todos los centros atiendan al alumnado en condiciones de igualdad. No fomentar un mercado educativo competitivo, alentando una pedagogía del egoísmo y la insolidaridad.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/06/21/distrito-escolar-unico-y-cohesion-social/

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