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Nueva cruzada conservadora en las escuelas y universidades: el lápiz contra la inteligencia artificial

Luis Bonilla-Molina[1]

En este artículo nos concentraremos en lo educativo y seguramente en otro abordaremos el tema del mundo del trabajo, las profesiones y la sociabilidad. Eric Sadín (2020, p.18) señala que la inteligencia artificial significa un cambio de estatus de las tecnologías digitales al pretender dotarla de cualidad para enunciar la verdad. Los últimos años lo virtual-digital había seguido la ruta de la aceleración tecnológica centrada en generar productos que se convirtieran en prótesis humanas que elevaran la capacidad para hacer tareas, fundamentalmente en lo referido al almacenamiento, indexación y manipulación de datos. Ahora la Inteligencia Artificial (IA) comienza a ser presentada como lugar de enunciación de la verdad, en esferas que hasta ahora demandaban miradas humanas plurales, encuentros transdiciplinarios y respeto a las opiniones minoritarias.

La aparición de ChatGPT ha causado un cisma epistemológico en la academia y la intelectualidad de derechas e izquierdas. Hasta el propio Chomsky se ha situado en un lugar del debate propio del paradigma analógico. Por supuesto que la inteligencia artificial tendrá un impacto profundo, increíble y drástico en la educación, el mundo del trabajo y la sociedad. Pero, ¿Qué hacemos? ¿Imitamos a los ludistas?¿Nos convertimos en protagonistas de un Cover del siglo XXI, cuya musicalidad sea la propia del escapismo montañero del movimiento hippie?

Desde mi punto de vista la aceleración exponencial de la innovación no se va a detener, por lo tanto, lo que debemos es situarnos en el lugar de las resistencias para desde el campo de las libertades democráticas y los derechos humanos enfrentar esta tendencia a usar la IA como referente de verdad única, absoluta y racional, sin dejar por ello, de usar su capacidad de complemento útil para el desarrollo humano.

El epicentro del terremoto paradigmático causado por la fuerza telúrica de la IA lo constituyen los sistemas escolares y las universidades. La primera reacción de muchas maestras y profesores fue alertar sobre las posibilidades de “trampa” que se podían generar, al ser las IA y el ChatGPT usadas  potencialmente por quienes realizan tareas escolares en casa, ensayos, monografías, trabajos académicos, artículos para arbitraje e incluso libros.

Siquiera se atrevieron a pensar como la nueva realidad implicaba reconfigurar los estilos de aprendizaje y las labores pedagógicas en las aulas y fuera de ellas, haciendo del trabajo docente un conjunto de dinámicas centradas en los análisis y la pluralidad de enfoques, fortalecidos por producciones de ideas de las IA, ante solicitudes generadas por nosotros(as) mismos(as). En vez de saltar de alegría al darle el adiós a las mecánicas tareas escolares, el inmovilismo educativo hizo que muchos se atrincheraran en la tradición, obviando las críticas que se le venían haciendo a la escuela y universidad reproductora.

La IA ha hecho saltar por los aires la noción de currículo prescrito día a día, dibujando en el horizonte a la contingencia curricular o el currículo abierto, guiado por agendas temáticas y la convergencia disciplinar, como mediaciones que estructurarán los contenidos móviles en un modelo pedagógico que nada tiene que ver con los presupuestos educativos de las tres primeras revoluciones industriales.

Hoy, 2 de mayo de 2023 en la prensa chilena (Las Ultimas Noticias, página 9) aparece un amplio reportaje hecho al sicólogo clínico Christopher Willard, académico de Harvard quien plantea “que las escuelas de élite anuncian que volverán al lápiz y al papel y eliminarán los computadores”[2]. Willard, especialista en el movimiento Mindfulness[3], heredero de las corrientes que empalman narrativas de la nueva era con soporte científico, desarrolla los argumentos de una de las corrientes neoconservadoras hedonistas individualistas norteamericanas a quienes les asusta que lo nuevo pueda significar una redefinición de las clases sociales dominantes, ante el emerger de una nueva “generación” de tecnólogos millonarios.

Las criticas ciertas al abuso de lo tecnológico en hogares e instituciones, no puede significar una argumentación sería para omitir el uso de la innovación tecnológica en lo escolar. Se trata por el contrario de construir consensos para el uso adecuado y equilibrado de lo tecnológico.

Las instituciones educativas deben combinar la escritura de grafito con la del teclado, la lectura analógica con los hipertextos, porque ciertamente tenemos un problema serio en la lectura comprensiva (a veces incluso en docentes), hecho que limita las posibilidades de desarrollar un sistema educativo analítico.  Pero esto no es responsabilidad de lo digital-virtual ni de las IA, sino el resultado de un sentido común pragmático en lo escolar que ha impuesto la moda de aprender aquello que le dará a los y las futuras profesionales el acceso al empleo y dinero en el futuro.  Al no aparecer la lectura como indicador de éxito para la cultura escolar del emprendimiento y la educación financiera, la lectura comprensiva fue dejada a un lado en las últimas cuatro décadas de neoliberalismo. Es algo que debemos resolver en el terreno analógico y digital. Lo que resulta absolutamente ridículo es pretender que sacando lo digital-virtual-IA, la escuela-universidad vayan a ser más humanista o mejorar problemas que en realidad están asociados al paradigma STEM y la disminución del peso de las ciencias sociales y humanistas en lo escolar.

Peor aún, una decisión de este tipo podría profundizar aún más la exclusión, porque la escuela tiene la tarea de tratar de igualar, disminuyendo el impacto de las diferencias de acceso tecnológico por origen social. Es decir, mientras el hijo del rico se puede dar el lujo de solo usar lápiz en la escuela porque tiene computadora, internet y consola de video juego en casa, para el pobre que no tiene capacidad de acceder a estos equipos en su cotidianidad, una escuela de lápiz solo reafirmaría la exclusión tecnológica y científica a la que está sometido como hijo de explotados y marginados.

Se debe redoblar la exigencia a los gobiernos para la actualización técnico digital-virtual y en inteligencia artificial para las escuelas universidades, la construcción de equipos nacionales de tecnólogos que trabajan la innovación desde las necesidades y requerimientos nacionales, que construyan plataformas y aplicaciones con taxonomías propias, así como repositorios digitales fuera de los circuitos de privatización educativa. En ese sentido es urgente revertir las políticas neoliberales de precarización salarial y condición de trabajo de los y las docentes, así como el abandono de agenda social para estudiantes, especialmente de los sectores pobres, marginados y explotados.

El problema de fondo es que la inoperancia en esta cuestión, la falta de perspectiva paradigmática, la brecha epistémica y la despolitización de las discusiones sobre el particular, evidenciadas en las incipientes discusiones sobre la relación IA – Educación, muestran un estado del arte que facilita el proceso de transformación digital que impulsa la industria tecnológica, las financieras internacionales y una parte importante del centro capitalista (G20. Foro de Davos, Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo, OCDE). El estancamiento paradigmático termina siendo funcional a la mutación virtual de los sistemas escolares, ya sea por falta de argumentos o por esquivar los debates.

Las políticas públicas educativas de transformación digital asumidas por muchos gobiernos del orbe, parecieran contar con una teleología orientada a la supresión de la presencialidad escolar, con el propósito de extraer el presupuesto destinado a la educación pública presencial y conducirlo a las arcas del capital tecnológico trasnacional; ese es otro problema que requiere soluciones diferentes, orientadas al quiebre de la dependencia tecnológica.

Necesitamos un uso de lo digital-virtual y la IA en lo escolar y las universidades, no como una moda o un aspecto neutral, sino asociado a la posibilidad de seguir avanzando en proyectos emancipatorios.

Tenemos que comenzar a discutir seriamente las formas digitales, virtuales y de IA que deben desarrollarse en las escuelas y universidades, sus taxonomías, lenguaje de programación, estructura paradigmática y racionalidad de uso; eso implica un giro abrupto de 180 grados en espiral que debe afrontar la formación docente y las pedagogías críticas en el presente.

 El inmovilismo y el salto atrás son las peores formas de defender la escuela pública presencial. Necesitamos pensar la emancipación y la liberación, el pensamiento crítico y la creatividad, lo popular y lo comunitario, en clave dialógica entre lo analógico y el mundo de los algoritmos. ¿Nos atrevemos?

Referencias

Sadin E (2020) La inteligencia artificial o el desafío del siglo: anatomía del antihumanismo radical


[1] Doctor en Ciencias Pedagógicas, Postdoctorados en Pedagogías Críticas y Propuestas de Evaluación de la Calidad Educativa. Miembro del Comité Directivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO).  Socio de la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la educación. Integrante de la Asociación latinoamericana de Sociología (ALAS) y la Fundación Kairos.  Director de investigaciones del Centro Internacional de Investigaciones Otras Voces en educación (CII-OVE). Profesor universitario

[2] https://www.lun.com/lunmobileiphone/homeslide.aspx?dt=2023-05-02&EsAviso=0&PaginaId=9&bodyid=0&mc_cid=3eae26d4b9&mc_eid=dd43ca7d1d&strReferer=#pagina-9

[3] Basado en yoga y Pilates para promover la tranquilidad y armonía mental. Es un movimiento que ha crecido entre la burguesía y la clase media alta a nivel internacional, como una forma de escape a la vida acelerada del presente. Este movimiento se basa en respuesta individuales y la auto superación, ocultando que la clase obrera y los docentes viven el estrés de la precarización laboral y salarial que demanda justicia social, laboral y salarial para poder iniciar cualquier programa de equilibrio mente-cuerpo. Claro, si esto ocurre las clases dominantes tendrán el estrés generado por contar con menos ganancias producto de la explotación laboral, la especulación financiera y las desigualdades.

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Argentina: Desafíos de un 1º de Mayo

Desafíos de un 1º de Mayo

Jorge Elizondo

Urge una respuesta activa frente a los intentos de la derecha de avasallar derechos laborales.

Hace 133 años el Congreso de la Segunda Internacional Socialista, reunido en París, declaró el 1° de Mayo como Día Internacional de los Trabajadores, en homenaje a los mártires de Chicago. El 1º de mayo de 1886, a iniciativa de la Federación Americana del Trabajo, se convoca a una huelga destinada a lograr el reconocimiento de la jornada de ocho horas a partir de ese día. El 4 de mayo se movilizan 20.000 trabajadores en la plaza Haymarket de Chicago. La policía dispara contra la multitud, matando e hiriendo a numerosos obreros. Una bomba ocasiona la muerte de un policía. Se inicia un proceso penal contra 31 dirigentes sindicales y como resultado el tribunal condena a muerte a cinco, a prisión perpetua a otros dos, y a uno a quince años de trabajos forzados. Nunca se probó en el juicio que fueran culpables. Como suele ocurrir en los procesos políticos promovidos por las clases dominantes –en la línea de lo que hoy se llama lawfare– poco importaba que lo fueran o no. El objetivo del proceso era escarmentar a los trabajadores en lucha. El 11 de noviembre de 1887 se cumple la sentencia y los militantes anarquistas August Spies, Adolph Fischer, George Engel, Albert Parsons y Louis Lingg son ahorcados.

Luego de la primera celebración del 1° de Mayo de 1890 a través de multitudinarios actos en Buenos Aires y Rosario, los trabajadores debieron enfrentar la feroz represión policial. El 1° de Mayo de 1909, el jefe de policía Ramón Falcón ordena atacar el acto anarquista de Plaza Lorea, provocando 14 muertos y 80 heridos. Como consecuencia de estos crímenes, se unen las diversas tendencias (socialistas y anarquistas) y durante más de una semana se paralizan todas las actividades en la ciudad de Buenos Aires. Meses después, Falcón muere por una bomba arrojada por Simón Radowitzky.

La Liga Patriótica, una de las primeras organizaciones de ultraderecha en nuestro país, fue creada por el político de extracción radical Manuel Carlés. Se ocupaba de contratar rompehuelgas, premiar a quienes no se incorporaban a los sindicatos, organizar provocaciones y atentados, participando activamente en la represión y muerte de trabajadores durante la Semana Trágica de 1919.

La continuidad de la lucha de los trabajadores y sus organizaciones políticas y sindicales hizo posible que los objetivos planteados por los mártires de Chicago se cumplieran parcialmente durante el siglo XX.

Uno de los capítulos heroicos de la lucha de la clase trabajadora fue la huelga de los peones rurales de la Patagonia en 1921, que reclamaban salarios dignos, jornada limitada de trabajo, el derecho a la organización sindical, higiene y seguridad en el trabajo. La huelga concluye con la masacre de miles de peones y la mayor parte de sus dirigentes, realizada por el Ejército Argentino a las órdenes del teniente coronel Héctor Varela, enviado por el Presidente Hipólito Yrigoyen.

Durante varias décadas, la ley 11.544 de 1929 (sobre las ocho horas diarias y 48 semanales de trabajo) sólo tuvo aplicación en la actividad industrial, comercial y financiera. Los trabajadores rurales fueron excluidos de ella. La primera ley dictada en beneficio de los mismos es el Estatuto del Peón de Campo, sancionado por decreto 28.169 del 8 de octubre de 1944, impulsado por el entonces coronel Juan Domingo Perón, que les garantiza el derecho al salario y condiciones dignas de trabajo, la jornada limitada, los descansos obligatorios, alojamiento, vivienda y alimentación en condiciones de higiene adecuadas, provisión de ropa de trabajo, asistencia médica, vacaciones pagas e indemnización por despido. El Régimen del Trabajo Agrario de la dictadura significó un claro retroceso a épocas pretéritas.

Durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, la ley 26.727 de 2011 deroga el regresivo Régimen del Trabajo Agrario con el que la dictadura había reemplazado en 1980 al Estatuto del Peón, y crea una nueva regulación del trabajo rural que –entre otros beneficios– reconoce a los trabajadores una jornada laboral de ocho horas diarias y 44 semanales.

Los proyectos antagónicos

En artículos anteriores nos referimos a la brutal ofensiva de los grupos económicos y la derecha contra las luchas colectivas de los trabajadores y sus organizaciones sindicales. A ello se agregan las amenazas de sancionar una “reforma laboral” –en el supuesto de ganar las elecciones– que implicaría liquidar el Derecho del Trabajo existente y un retroceso a las condiciones socio-laborales de comienzos del siglo XX.

Con matices y formas de estilo diferentes, se sumó a estas ideas Antonio Aracre, ex directivo de Syngenta, días después de ser designado jefe de asesores del Presidente Alberto Fernández, proponiendo “una modernización laboral para pibes menores de 30 o adultos mayores de 50 con dificultades para insertarse en el mercado de trabajo”, y llamando a “flexibilizar y modernizar los procesos para que seis millones de argentinos con trabajo formal o precarizado puedan incorporarse más fácil al mundo laboral”. En síntesis: para que exista regularidad en la registración, es necesario que los nuevos “favorecidos” accedan a un régimen de trabajo flexibilizado, con menos derechos.

A dos meses y medio de ser designado, Aracre renunció a su cargo con el fin de “desactivar cualquier operación tendiente a intranquilizar los mercados”, cuando fue él mismo quien generó y/o incentivó dicha “intranquilidad” con rumores tales como una posible devaluación, desdoblamiento cambiario y hasta la posibilidad de renuncia de Sergio Massa.

Los hechos demuestran que los representantes del gran capital no incurren en contradicciones, y que así como plantean la necesidad de una reforma laboral regresiva, también son partidarios de una fuerte devaluación y de la eliminación de cualquier tipo de control de cambios.

Los legisladores de Juntos por el Cambio no sólo han presentado proyectos de supresión de las indemnizaciones por despido arbitrario sino de criminalización de las medidas de acción sindical.

Los proyectos presentados por los diputados del Frente de Todos Claudia Ormaechea –secretaría de género e igualdad de la Asociación Bancaria– y Hugo Yasky –secretario general de la CTA de los Trabajadores– que plantean la reducción de la jornada de trabajo, sin reducción salarial, el primero a seis horas diarias o 36 semanales, y el segundo ocho horas diarias o 40 semanales, tanto en el ámbito público como el privado, ni siquiera han sido tratados en el Congreso de la Nación.

La reducción de la jornada, sin reducción salarial, constituye una necesidad social impostergable a fin de crear más puestos de trabajo, distribuir el trabajo de forma más homogénea entre la población, reduciendo el malestar asociado al desempleo, a las largas jornadas y al escaso o nulo control de los trabajadores sobre el tiempo de trabajo.

No obstante el tiempo transcurrido desde la sanción de la ley 11.544, el avance tecnológico y el crecimiento de la productividad de las empresas, la jornada máxima de trabajo en nuestro país sigue siendo la misma. El tiempo efectivamente trabajado suele ser mayor, uno de los más extensos del mundo. Estamos muy por encima de los promedios anuales de los países más desarrollados, como consecuencia de la generalización de los turnos rotativos, de los turnos de 12 horas en determinadas actividades, las horas extras, el desconocimiento de los descansos diarios y semanales, entre otros factores.

La resistencia de las clases dominantes a cualquier reducción de la jornada laboral ha sido sistemática y permanente. Ningún convenio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) referente al tiempo de trabajo posterior a los Convenios 1 y 30 han sido ratificados por nuestro país. El Convenio 47 (de 1935) sobre las 40 horas semanales tampoco fue ratificado.

La Recomendación 116 sobre Reducción de la Duración del Trabajo, aprobado en 1962 por la Conferencia General de la OIT, no ha merecido ninguna atención por parte de los sucesivos gobiernos de nuestro país. Cabe destacar que dicha Recomendación –que hace referencia en su Preámbulo a la semana de 40 horas como “una norma social que ha de alcanzarse, por etapas si es necesario”– determina: “a) que la duración normal del trabajo debería reducirse progresivamente, cuando sea apropiado, con el objeto de alcanzar la norma social indicada en el Convenio 47, sin disminución alguna del salario que los trabajadores estén percibiendo en el momento en que se reduzca la duración del trabajo” [1].

El carácter autoritario del neoliberalismo

El oligopolio mediático más importante del país, el que participa con mayor entusiasmo en esta campaña contra la clase trabajadora, acaba de materializar la violencia simbólica que despliega habitualmente mediante el despido de al menos 48 trabajadores. Cuatro años antes, en 2019, el grupo Clarín había despedido a otros 65. Se negó durante casi dos días a acatar la conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo de la Nación, conforme a la cual debió retrotraerse la situación a la existente con anterioridad al inicio del conflicto, reincorporándose a los despedidos y cesando las medidas de fuerza. No permitieron el reingreso de los despedidos a las instalaciones del multimedio, por lo que se realizaron asambleas y un acto frente al edificio. El grupo no parece dispuesto a retroceder en este ejercicio de violencia del poder privado, que no responde a razones económicas sino a su voluntad de disciplinar a los trabajadores.

La voluntad de disciplinar a los trabajadores y sus organizaciones a través de métodos legales e ilegales es uno de los objetivos fundamentales de la derecha local, tanto la nucleada en Juntos por el Cambio como la de los fascistas “libertarios”, para hacer posible la transformación regresiva de las condiciones socio-económicas.

La realización de estos objetivos requiere necesariamente el establecimiento de un régimen político de carácter autoritario, que tiene como el ejemplo más cercano el de la dictadura de Pinochet, quien gobernó con una pléyade de asesores de la Escuela de Chicago encabezada por Milton Friedman.

Cabe recordar que el régimen de Mussolini –elogiado por Von Hayek y otros economistas de la escuela neoclásica– puso en marcha en sus comienzos profundas reformas que promovían la austeridad fiscal, monetaria e industrial. Estos cambios impusieron duros esfuerzos y sacrificios a las clases trabajadoras y garantizaron los intereses del gran capital.

Se ha dicho al respecto que “entre las reformas que consiguieron acallar cualquier impulso de cambio social podemos mencionar la drástica reducción de los gastos sociales, los despidos de funcionarios (más de 65.000 sólo en 1923) y el aumento de los impuestos sobre el consumo (el IVA de la época, regresivo porque lo pagaban principalmente los pobres). Todo ello junto a la eliminación del impuesto progresivo sobre las herencias, acompañado de un aumento de los tipos de interés (del 3 al 7% a partir de 1925) así como de una oleada de privatizaciones que estudiosos como el economista Germà Bel han calificado como la “primera privatización a gran escala en una economía capitalista”. “Además, el Estado fascista aplicó leyes laborales coercitivas que redujeron drásticamente los salarios y prohibieron los sindicatos. La derrota final de las aspiraciones de los trabajadores llegó con la Carta del Trabajo de 1927, que cerró cualquier vía de conflicto de clase. La Carta codificó el espíritu del corporativismo cuyo objetivo, en palabras de Mussolini, era proteger la propiedad privada y ‘reunificar dentro del Estado soberano el pernicioso dualismo de las fuerzas del capital y del trabajo’, que se consideraban ‘ya no necesariamente opuestas, sino como elementos que debían y podían aspirar a un objetivo común, el más alto interés de la producción’”[2].

Consideraciones finales

Frente a los desafíos de esta etapa, las organizaciones sindicales de los trabajadores, más allá de sus diferencias, no pueden adoptar una posición meramente defensiva. Creemos que se imponen algunos objetivos:

  • Reformular los ejes de acumulación política y organizativa sobre la base de la lucha por el trabajo, los convenios colectivos, el aumento de salarios: por suma fija, aguinaldo y paritarias, sin perjuicio de un nuevo aumento del salario mínimo, vital y móvil.
  • La mejora de las condiciones de trabajo, los sistemas de prevención de accidentes y enfermedades, la obligatoriedad en todo el país de las comisiones mixtas de salud y seguridad en el trabajo.
  • La reducción de la jornada laboral sin reducción salarial y la participación de las organizaciones sindicales en el control del proceso de trabajo.
  • Defensa de los puestos de trabajo, contra los despidos y suspensiones. Luchar por el reconocimiento de la estabilidad en el empleo de todos los trabajadores, estatales y privados.
  • Contra toda discriminación en el empleo y contra la violencia en el trabajo.
  • Por la regularización de los contratados en el Estado nacional, provincial y municipal; contra la utilización abusiva de las pasantías.
  • Conformar intersindicales y coordinadoras regionales; y fortalecer la organización sindical dentro y fuera de las empresas.
  • Abolición del secreto comercial y bancario; y ejercicio del derecho al control de la producción, administración y comercialización por parte de los trabajadores en las empresas.
  • Re-estatización de las empresas privatizadas. Nuestro país –con sus riquezas naturales, la capacidad de sus trabajadores, técnicos e intelectuales– está en condiciones de superar la dependencia, el hambre y la desocupación si los recursos ayer privatizados y aún no recuperados, fundamentalmente el comercio exterior y los puertos, son puestos bajo el control del Estado.

Notas:

[1] Elizondo, Jorge, “La reducción del tiempo de trabajo y el control del proceso productivo”, publicado en www.jurisbibliotecadigital.com

[2] Mattei, Clara E, “Cuando los liberales se enamoraron de Benito Mussolini”, 13/11/22.

Fuente: https://www.elcohetealaluna.com/desafios-de-un-1o-de-mayo/

 

Fuente de la Información: https://rebelion.org/desafios-de-un-1o-de-mayo/

 

 

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Uruguay aprobó una suba de la edad jubilatoria

Uruguay aprobó una suba de la edad jubilatoria

Pese a las protestas, Lacalle Pou logró su reforma previsional

Con la ley aprobada en el Congreso, la edad para jubilarse pasará de los 60 a los 65 años. “No alcanza con los aportes de los directamente involucrados a la seguridad social”, afirmó el presidente uruguayo para justificar la medida.


Finalmente, el oficialismo neoliberal de Uruguay consiguió la reforma previsional con la que amenazó durante los tres años de gobierno de Luis Lacalle Pou. Elevó de 60 a 65 años la edad jubilatoria y permite que, aún así, una persona mayor de esa edad pueda seguir trabajando y con la condición de aportar al régimen mixto, entre estatal y privado.

La reforma jubilatoria fue uno de los caballitos de batalla de Lacalle Pou en su cruzada por agrandar la caja previsional, enriquecer a las Administradoras de Fondos de Ahorro Previsional (AFAP) y achicar el volumen de gastos del fisco destinados a pagar jubilaciones.

Para el presidente, este sistema fue “muy solidario” y por eso era necesario que los uruguayos trabajen durante más años de manera formal. “Cada vez son más los impuestos que se usan para solventar el sistema jubilatorio. No alcanzan con los aportes directamente involucrados a la seguridad social para sostener el sistema”, lanzó.

La aprobación de la reforma previsional en el Congreso

La reforma fue aprobada por 17 votos (toda la bancada oficialista, menos uno) sobre un total de 28 senadores. La Cámara alta hizo reformas al texto que había sancionado Diputados y ahora solo resta que el Poder Ejecutivo promulgue la norma.

El texto llevó meses de negociaciones hacia adentro de la coalición gobernante y también con el opositor Frente Amplio, que hizo lo posible para que la reforme no sea tan dura y finalmente no la apoyó.

Las claves de los cambios jubilatorios en Uruguay

  • La edad jubilatoria pasa de 60 a 65 para hombres y mujeres, salvo en algunos sectores, como el rural y de la construcción.
  • Se necesitarán 30 años de aportes, y los que tengan 38 años de servicios podrán jubilarse antes.
  • Los mayores de 65 podrán seguir trabajando pero no en el sector al que pertenecían. Además, deberán continuar haciendo aportes del 15 por ciento a la seguridad social.
  • El nuevo régimen se aplica para los nacidos a partir del 1 de enero de 1973. Ellos se jubilarán a los 61 años, los que nacieron en 1972, a los 62; y así progresivamente hasta 1977.
  • Cambia el sistema de cálculo: la jubilación mínima se computará sobre la base de 20 mejores años de aportes.
  • Se mantiene el sistema mixto: Banco de Previsión Social + AFAP.
  • Se disminuyen los aportes a la Previsión Social estatal.
  • Se crea el Sistema Previsional Común, donde confluirán las cajas de aportes de todos los sectores.
  • Se crea un tercer subfondo para quienes empiecen a trabajar siendo mayores de 40 años.

El festejo de Lacalle Pou

Inmediatamente después de que se aprobó la norma, el presidente Lacalle Pou celebró el logro a través de un video grabado previamente. Allí insistió con que, en la actualidad, para pagarle a un jubilado “no alcanza con los aportes de los directamente involucrados a la seguridad social”.

Dijo que “la relación activo-pasivo se ha ido disminuyendo y generando riesgos” y calificó a la reforma como “urgente y necesaria” debido a “expectativa de vida cada vez más larga y la baja de la tasa de natalidad”.

Además, celebró haber cumplido su promesa de campaña: “No podría mirarlos a los ojos después teniendo las mayorías suficientes y la oportunidad de hacer las cosas y haberlo dejado pasar. Con tranquilidad digo que hay reforma y estén tranquilos de que hay futuro”.

Fuente: Página12

 

Fuente de la Información: https://kaosenlared.net/uruguay-aprobo-una-suba-de-la-edad-jubilatoria/

 

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México – Inteligencia Artificial: ¿puede la tecnología sustituir a los maestros?

Inteligencia Artificial: ¿puede la tecnología sustituir a los maestros?

Pluma Invitada

Hugo Romero, Director de E-Tech Evolving Education*

La especulación acerca de que estamos próximos a ser reemplazados por la inteligencia artificial en la mayoría de las profesiones, dejando a los humanos sin sus puestos de trabajo, ha gobernado las discusiones y debates más recientes.

Pero en el ámbito educativo, ¿podrían las nuevas tecnologías, ocupar el lugar de los profesores y educar a nuestros niños?

Estas tecnologías protagonizan desde hace años una auténtica revolución en la educación, en lo que se ha definido como la cuarta revolución industrial, donde la forma de trabajar en la escuela y en los roles del profesor y del alumno están transformando muchos aspectos de los centros educativos.

El científico informático Eric Cooke asegura que, en los próximos 15 años, las máquinas inteligentes reemplazarán en gran medida a los maestros humanos, por eficiencia, capacidad y efectividad, mientras que Anthony Sheldon, un educador e historiador británico, pronosticaba que para 2027, las máquinas inteligentes ya habrían reemplazado a maestros y docentes.

Sin embargo, aunque es una realidad que la inteligencia artificial ha llegado ya a revolucionar la educación, este escenario de ciencia ficción no es factible aún, al menos, en un corto plazo. No podemos perder de vista que, siendo una fuente de recursos ingente que facilitan el acceso a la información y globalizan la comunicación y el aprendizaje, no dejan de ser herramientas que no podrán sustituir a un profesor.

Si bien es cierto que en las aulas ya no podemos avanzar sin el uso de las tecnologías digitales, es necesario que encontremos un equilibrio entren éstas y la colaboración del profesorado y los estudiantes. La educación y el aprendizaje son una relación social, en un medio digital o presencial, que se celebra entre sujetos y que, al menos hasta hoy, no existe aplicación que sea capaz de reemplazarlos.

De este modo, el profesorado deberá desarrollar habilidades de tipo emocional para que sean definitivamente su principal valor. Emociones y sensibilidad por encima del conocimiento técnico.

Claro que habrá aspectos que un software o un robot puedan hacerlo mejor que una persona. Pero habrá otros, los de tipo emocional, en los que definitivamente un humano no podrá ser reemplazado”, comenta Hugo Romero, Director de E-Tech Evolving Education, un evento dedicado al sector Edtech que se realiza del 26 al 28 de septiembre en la ciudad de Puebla. “La educación requiere de pausa, sosiego y reflexión. Por ello, incluso aún, cuando una máquina pueda replicar el valor de un profesor, no olvidemos que hay cosas en la vida que no debieran acelerarse más allá de un determinado punto”.

Marc Vidal, un divulgador económico, inversor tecnológico, consultor en transformación y estrategia digital, prevé que la educación ya sólo será personalizada. Pronto, la imagen cerebral revolucionará el sistema de aprendizaje, el uso de imágenes cerebrales nos permitirá afinar la educación al probar qué métodos de enseñanza funcionan mejor con cada alumno y así daremos paso a una personalización del estudio. Con ella, los estudiantes pasarán mucho tiempo involucrando a los profesores individualmente, y se ejecutará como tutorías individuales.

Al fin y al cabo, las innovaciones tecnológicas van a ir cambiando a la sociedad, por lo que la educación debe incluir estas nuevas herramientas y preparar a los estudiantes para que sean capaces de usarlas correctamente y puedan extraer todo su potencial. Excluir estas tecnologías de la práctica educativa no hace más que encapsular las actividades escolares en un contexto totalmente artificial y anacrónico del que está el estudiante acostumbrado a interactuar en su entorno más cercano, donde las tecnologías se utilizan en forma cotidiana.

Acerca de E-Tech Evolving Education

E-Tech Evolving Education es el gran evento latinoamericano que reúne a líderes y actores de la industria EdTech con el objetivo de impulsar ideas, conexiones y proyectos entre la comunidad global educativa y empresarial a través de interacciones y negocios.  ¡Con E-Tech Evolving Education vive la educación del futuro! www.etechevolvingeducation.com


*Hugo Romero Gracia es el Director General de Integra Meetings, compañía mexicana con más de 15 años dentro de la industria de reuniones de negocios y organizadora del evento E-tech Evolving Education.

Romero se ha destacado por ser líder en el desarrollo de negocios que ha gestionado a partir de la conceptualización hasta la implementación con un gran enfoque estratégico.

Como emprendedor y empresario ha dirigido sus propias empresas especializadas en diferentes rubros e imparte la certificación de Business and Executive Coaching.

Además, funge como asesor de ejecutivos y dueños de negocios para orientarlos en el diseño de estrategias que generen crecimiento y estabilidad a sus empresas a través del pensamiento crítico, toma de decisiones y acciones eficaces.

 

Fuente de la Información: https://www.educacionfutura.org/inteligencia-artificial-puede-la-tecnologia-sustituir-a-los-maestros/

 

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El 90 por ciento de las adolescentes y mujeres jóvenes en países de bajos ingresos están desconectadas: UNICEF

El 90 por ciento de las adolescentes y mujeres jóvenes en países de bajos ingresos están desconectadas: UNICEF

En el Día Internacional de las Niñas en las TIC, un nuevo análisis advierte que las niñas* se están quedando atrás en un mundo cada vez más conectado.

NUEVA YORK, 27 de abril de 2023. Según un nuevo análisis de UNICEF publicado el Día Internacional, alrededor del 90 % de las adolescentes y las mujeres jóvenes no usan Internet en los países de bajos ingresos, mientras que sus pares masculinos tienen el doble de probabilidades de estar en línea. de las Niñas en las TIC.

«Cerrar la brecha digital entre niñas y niños es algo más que tener acceso a Internet y la tecnología. Se trata de empoderar a las niñas para que se conviertan en innovadoras, creadoras y líderes», dijo el Director de Educación de UNICEF, Robert Jenkins. «Si queremos abordar las brechas de género en el mercado laboral, especialmente en los campos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas, debemos comenzar ahora por ayudar a los jóvenes, especialmente a las niñas, a adquirir habilidades digitales».

El informe, Cerrando la brecha digital: desafíos y un llamado urgente a la acción para el desarrollo equitativo de habilidades digitales , analiza de cerca la brecha digital de género entre los jóvenes de 15 a 24 años mediante el análisis de los datos disponibles sobre el uso de Internet, la propiedad de teléfonos móviles, y habilidades digitales en la mayoría de las economías de ingresos bajos, medianos bajos y algunos medianos. Aunque se necesitan más datos desglosados ​​por género para monitorear, comprender y trabajar mejor hacia la inclusión digital, el informe encuentra que las niñas se están quedando atrás en un mundo cada vez más digital y conectado.

Si bien promover el acceso a Internet es importante, no es suficiente para la capacitación en habilidades digitales. Por ejemplo, en la mayoría de los países analizados, la proporción de jóvenes con acceso a Internet en el hogar es mucho mayor que la de jóvenes con habilidades digitales.

Las niñas tienen menos probabilidades de tener las oportunidades de desarrollar las habilidades necesarias para el aprendizaje y el empleo del siglo XXI , según el informe. En promedio, en 32 países y territorios, las niñas tienen un 35 % menos de probabilidades que sus pares varones de tener habilidades digitales, incluidas actividades simples como copiar o pegar archivos o carpetas, enviar correos electrónicos o transferir archivos.

Las barreras fundamentales son mucho más profundas que la falta de acceso a Internet, según el informe. Los hallazgos sugieren que los entornos educativos y familiares juegan un papel fundamental en la brecha digital de género. Por ejemplo, incluso dentro del mismo hogar, las niñas tienen muchas menos probabilidades que los niños de acceder y hacer un uso completo de Internet y las tecnologías digitales. Entre los 41 países y territorios incluidos en el análisis, es mucho más probable que los hogares proporcionen teléfonos móviles a los niños que a las niñas.

Las barreras para acceder a oportunidades de educación superior y el mercado laboral, las normas y estereotipos de género discriminatorios generalizados y las preocupaciones sobre la seguridad en línea pueden restringir aún más la inclusión digital y el desarrollo de habilidades de las niñas.

El informe también argumenta que incluso cuando las niñas tienen acceso equitativo para adquirir habilidades básicas de lectura y matemáticas, y se desempeñan a la par o mejor que sus pares masculinos, no siempre se traduce en habilidades digitales. Para romper las barreras que frenan a las niñas, necesitan una exposición temprana y acceso a la tecnología, capacitación en habilidades digitales y para la vida, y esfuerzos que aborden los estereotipos de género dañinos, especialmente dentro de las familias, y la violencia en línea.

UNICEF hace un llamado a los gobiernos y socios para cerrar la brecha de género y garantizar que las niñas tengan la oportunidad de tener éxito en un mundo digital. Algunas de las recomendaciones incluyen:

  • Enseñar habilidades digitales por igual a niñas y niños dentro y fuera de la escuela, incluidos los programas comunitarios.
  • Proteja la seguridad de las niñas en línea a través de espacios virtuales seguros, políticas y leyes, y educación.
  • Promover el acceso de las niñas al aprendizaje entre pares, la tutoría, las pasantías y la observación de trabajos en el mundo digital/STEM.

Fuente de la Información: https://www.unicef.org/press-releases/90-cent-adolescent-girls-and-young-women-low-income-countries-are-offline-unicef

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‘Leer’ los sentidos de la lectura

Desde 1995, por decisión de la Unesco, recordando la muerte de tres grandes de la literatura universal: William Shakespeare, Miguel de Cervantes e Inca Garcilaso de la Vega, el 23 de abril se conmemora el Día Internacional del Libro y está orientado a “promover el disfrute de los libros y de la lectura”. A propósito de ello, distintas organizaciones e instituciones del mundo se movilizan con distintas actividades que resaltan la importancia de los libros, la lectura y los derechos de autor. Sin embargo, no solo queda celebrar esta fecha sino leer los tiempos y contexto para comprender los sentidos de la lectura en el siglo XXI.

En principio, en los tiempos actuales sigue latente la naturaleza de ser social de todas y todos los humanos. Lo que afirmaba Aristóteles, filósofo griego, nacido en el año 384 a.C., “el hombre es un ser social por naturaleza”, está vigente. Cada ser humano “es” en tanto “co-es”, cada uno se desarrolla en su individualidad a la par que realiza su convivencia social. Es más, desde la cosmovisión de nuestras culturas originarias del Abya Yala, estos planteamientos adquieren un sentido mucho más amplio. Por ejemplo, el suma qamaña (en aymara), el “vivir bien” (en castellano), “es fundamentalmente un con-vivir armónico del género humano con su entorno natural, el mundo espiritual y las futuras generaciones” (Uraqui), a decir por Xavier Albó, “qamaña es vivir, morar, descansar, cobijarse y cuidar a otros”, mientras suma puede ser entendido como “bonito, hermoso, agradable, bueno, amable”. Las y los humanos somos seres sociales, nos realizamos mientras vivimos en comunidad y armonía con nuestro entorno social y natural. Si es así, en tiempos actuales, ¿qué necesitamos?: Comunicarnos. Y, ¿qué necesitamos para comunicarnos? La palabra, la lectura, la escritura. La lectura y la escritura, en tiempos remotos y actuales, son de naturaleza profundamente humana y comunitaria.

Pero ¿la lectura es la misma en el tiempo?, ¿qué significa leer en el siglo XXI? El modo de leer se está transformando significativamente, está determinado por un súbito incremento de “medios y formatos dispares de comunicación, tanto analógicos como digitales” (Montesinos, 2014) La paradoja es que el mundo está cada vez más “letrado” (pregúntese, en estos momentos, ¿cuántos están pegados a su celular leyendo?), hasta podríamos decir leemos más, ahora tenemos que referirnos al texto impreso y en versión digital. Sin embargo, comienza a dominar el gusto por el texto corto acompañado por la imagen, lo peor es que desde esa referencia se comienzan a crear “corrientes de opinión” y hasta de acción. Está claro que, en esta época, antes de preguntarnos por “cuántos libros leemos” también debemos preocuparnos por la lectura comprensiva y crítica, por tanto, que los textos tengan consistencia y coherencia. En estos tiempos no es suficiente leer el significado literal de las palabras, hay que saber inferir y comprender los sentidos de los textos, así como entender la cosmovisión y la posición del autor del texto y su entorno en diálogo con la mirada del lector.

Además, como dice Jorge Luis Borges, “el verbo leer, como el verbo amar y el verbo soñar, no soporta el modo imperativo”; no se lee por una orden, mandato o nota, se lee por placer, por decisión propia. Por lo tanto, la lectura no se realiza únicamente en el ámbito escolarizado, sino en la vida misma. “En este sentido, llevar la lectura más allá de las bibliotecas y de los espacios de formación formales y no formales, vale decir, democratizar la lectura y reivindicarla como acto social y cultural, es una tarea que se vuelve urgente.” (IBERLectura, OEI) Es más, como menciona el escritor mexicano Juan José Arreola: “Si no lees, no sabes escribir; si no sabes escribir, no sabes pensar”, la lectura y la escritura son la vida misma.

Por todo ello, la lectura, conjuntamente la escritura, es un derecho de todas y todos los seres humanos y una condición necesaria para el ejercicio de los demás derechos, también es una habilidad necesaria para el desarrollo de capacidades en y para el siglo XXI, así como para el desarrollo integral de las personas y la sociedad. Lo que queda es leer el texto y el contexto. En palabras de Paulo Freire, “el acto de aprender a leer y escribir debe partir de una comprensión muy amplia del acto de leer el mundo, algo que los seres humanos hacen antes de leer las palabras.” ¿Leeremos el mundo y la palabra en el siglo XXI?

Noel Aguirre Ledezma es educador popular, maestro y pedagogo.

Fuente de la información:  https://www.la-razon.com

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[Reseña] Relájate y educa. Soluciones eficaces para los conflictos cotidianos

Sinopsis

Amaya de Miguel nos ofrece caminos que pueden dar respuesta a la vida cotidiana en familia desde el punto de vista de la crianza y la adolescencia, aunque se centra más en los problemas de los primeros años: gestión de enfados, peleas entre hermanos, el tema de los deberes escolares en casa, el orden, las pantallas… Incluye también herramientas de “disciplina juguetona” que a través del juego, canciones y humor pueden resultar recursos eficaces para solucionar las situaciones más difíciles y complicadas del día a día, para reducir la tensión emocional y para conseguir que los niños y las niñas interioricen las conductas positivas.

Amaya de Miguel Sanz es licenciada en Historia del Arte y Filología Hispánica. Antes de dedicarse a guiar a padres y madres, encadenó varios puestos de dirección en instituciones culturales, tanto en España como en los Estados Unidos. También ha dado clases de arte en universidades americanas y en los mejores museos de España. Oriunda de Valladolid, ha vivido en varios países y actualmente está radicada en Roma.

Amaya de Miguel es experta en educación positiva. Es fundadora de Relájate y Educa, una escuela online por la que han pasado cientos de padres y madres y que tiene mucho éxito en redes sociales. Ha escrito un libro con el mismo título: Relájate y educa. Soluciones eficaces para los conflictos cotidianos (Plataforma Editorial, 2021) en el que explica en clave práctica algunas herramientas para lograr una buena convivencia dentro de la familia.

Reseña

Un libro necesario para las familias que se encuentren en apuros. Nadie nos enseña a ser padres ni madres y, a veces, nos encontramos con situaciones embarazosas a las que no sabemos darles una salida que vaya en beneficio de nuestros hijos e hijas.

“Nosotros, los adultos que tenemos niños a nuestro cargo, podemos encontrar la mejor melodía para que nuestros hijos nos sigan. Las canciones, los juegos, hacer el payaso y los cuentos son melodías muy eficaces y que, además, generan un vínculo fuerte entre el adulto y el niño”.

Se trata de crear vínculos de equipo, de familia, de pertenencia al grupo… de esta forma el clima de convivencia será más sencillo y todos giraremos en torno a objetivos comunes que harán engrandecer a los menores, en la confianza del respaldo familiar que tiene detrás y que no lo va a dejar tirado, lo va a entender y le va a ayudar ante los problemas que le vayan sobreviniendo.

Lo importante es que veamos que nuestros niños y niñas tienen dificultades, cada edad tiene las suyas, pero que nos quede claro que ellos no son el problema. En algunos casos se trata de falta de madurez, en otros están exigiendo nuestra atención, en alguna ocasión tienen problemas en la escuela con los maestros o con los compañeros… pero siempre debemos estar a su lado, con cariño y respeto para resolver cualquier dificultad.

En el libro se ponen muchos ejemplos de lo que es la rutina familiar y cómo tratarla para dar ese cambio con el que queremos que nuestra convivencia mejore. Trata los problemas desde el punto de vista de la pedagogía positiva, haciendo que sea el propio niño o niña el que se involucre en dar soluciones y de esta forma se sienta partícipe de su propio desarrollo personal, sin dejar de lado la firmeza del adulto en las actuaciones, una vez consensuadas las normas que nos guíen en nuestra familia.

Las herramientas que se nos presentan en este libro van a ayudarnos a conseguir que tus hijos aprendan y hagan suya la conducta positiva porque así conseguiremos que la interioricen y esta motivación interna perdure en el tiempo.

Nos dice la autora que la clave está en empezar a hacer las cosas de otra manera. En cambiar las estructuras que no funcionan y sustituirlas por otras. En renovar tus recursos. Se trata de abordar las situaciones cotidianas difíciles desde un ángulo nuevo. En el momento que el adulto cambia su manera de afrontar un conflicto, cambia también la reacción del niño.

Nos dice Amaya que todas las preguntas y comentarios que aparecen en el libro son reales, algunas son síntesis de muchas preguntas repetidas y otras son transcripciones literales de las consultas que le han hecho. Sus respuestas están elaboradas a partir de las bases de la pedagogía que sigue: el respeto profundo, el juego, la comprensión de tu hijo, la firmeza y la consistencia y, sobre todo, el amor visible.

A lo largo del libro te encontrarás con un símbolo que te indica estrategias de “disciplina juguetona” que se basan en el sentido del humor, el juego, las canciones y los cuentos.

“La disciplina juguetona es una estrategia pacífica que fortalece el vínculo con los niños y los hace sentirse atendidos, queridos y respetados mientras se los guía hacia las conductas positivas”.

Creo que este libro puede venir muy bien a las familias para salir del bucle en que se encuentran las soluciones repetitivas que no dan resultado y que cada vez van perjudicando más el ambiente familiar. El lenguaje es muy cercano y es entretenido verte reflejada en las situaciones que plantean otras familias, es decir, nos va a ayudar de todas formas.

Nos dice Amaya en el Epílogo que de los cientos de adultos que han conseguido construir una familia en armonía ha aprendido algo, y es que lo más importante para lograr el cambio es la transformación del adulto en cinco áreas:

• Pasar de centrarse en la conducta del niño a centrarse en construir un buen vínculo con él.

• Pasar de actuar regañando ante las equivocaciones a actuar siendo un guía que acompaña y muestra el camino que seguir.

• Pasar de considerar a la niña una enemiga a la que debo vencer a verla como una niña que necesita ayuda para superar sus dificultades.

• Pasar del lenguaje basado en la hostilidad (gritos, castigos, amenazas, chantajes y premios) a un lenguaje basado en la conexión y la alegría.

• Pasar de una vida en la que las prioridades son externas a una vida en la que se priorizan las necesidades emocionales de todos, incluidas las de los padres y las madres.


Para saber más

Amaya de Miguel presenta su libro Relájate y educa

Lucía M. Quiroga entrevista a Amaya de Miguel en el Diario.es

Reseña de Dolores Álvarez del libro de Pedagogía positiva de A. Akoun e I. Pailleau

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