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Ni un paso atrás

Por: Cristina Manzano.

Hay que alzar la voz por salvaguardar los derechos adquiridos y por avanzar hacia otros nuevos y necesarios

Por una parte, el movimiento MeToo, con su foco en el acoso y la violencia, ha dado un nuevo impulso al debate global sobre el feminismo, gracias, en buena medida, al ambiente generado por las marchas de las mujeres y su contestación a la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. Su repercusión se ha dejado notar en casi todo el mundo. Lo hemos visto en España, por ejemplo, donde el pasado 8 de marzo, y espoleadas por la sentencia de La Manada, asistimos a la primera huelga de mujeres en nuestro país y a una movilización sin precedentes.

Por otra, de la mano de grupos ultraconservadores, en muchos casos de corte religioso, pero no solo, la igualdad de género se enfrenta ahora a nuevos frenos y retrocesos.

En América Latina, sectores del catolicismo y el evangelismo han lanzado una cruzada para luchar contra lo que denominan “ideología de género”, que persigue, según ellos, la homosexualización de niños y niñas y la depravación. Muy activos en países como Perú, Ecuador o Colombia, estos grupos han encontrado un muy potente altavoz en el presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro.

En Arabia Saudí, mientras por un lado levantaban la prohibición de conducir a las mujeres, por otro detenían a numerosos activistas que luchaban por los derechos femeninos. El mundo árabe, de la mano del integrismo religioso, ha sufrido serios retrocesos en la última década.

En Rusia, donde más de 12.000 mujeres mueren al año víctimas de la violencia doméstica, una reciente ley ha redefinido el propio concepto de violencia: si el abuso no tiene como resultado huesos rotos y no se produce más de una vez al año, no está sujeto a penas de cárcel. Si acaso, a una multa de unos 500 euros.

Por no hablar de la liberal Europa, donde el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ofrece educación gratuita a las mujeres, pero solo si tienen al menos tres hijos; o en Polonia, donde el Gobierno anima a las mujeres a “procrear como conejos”; o en Italia, donde se está preparando una ley que permita acusar a las mujeres que han denunciado violencia doméstica si sus maridos no son condenados.

Como tantos otros aspectos que creíamos conquistados, no se puede bajar la guardia. En cada sociedad, empezando por la nuestra, hay que alzar la voz por salvaguardar los derechos adquiridos y por avanzar hacia otros nuevos y necesarios. Hay que seguir batallando, tanto desde el hogar como desde cualquier esfera pública, por cambiar esas mentalidades que todavía pretenden escatimar a las mujeres, por el simple hecho de serlo, su lugar en el mundo. Este próximo año 2019 va a ser otro año crucial en este sentido. No se puede dar ni un paso atrás.

Fuente del artículo: https://elpais.com/elpais/2018/12/27/opinion/1545935555_400442.html

 

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Educación en temas de género

Por: Diario La Opinión.

 

En respuesta a las demandas emergentes de la época, el Congreso aprobó el proyecto conocido como «Ley Micaela», para capacitar a funcionarios públicos en la temática de género. La iniciativa fue incluida por el Gobierno en el temario de las sesiones extraordinarias del parlamento nacional a pedido de la oposición y en medio de la instalación de la agencia de género.

Con el impulso del Movimiento Evita y en especial de la diputada santafesina Lucila De Ponti, el proyecto fue llamado de esa manera en homenaje a Micaela García, la joven asesinada en la ciudad de Gualeguay en 2017. En su esencia, establece la capacitación obligatoria en la temática de género y violencia contra las mujeres para todas las personas que se desempeñen en la función pública en todos sus niveles y jerarquías y en los tres poderes del Estado.

La capacitación de las máximas autoridades de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial de la Nación estará a cargo del Instituto Nacional de las Mujeres que también certificará la calidad de las capacitaciones que elabore e implemente cada organismo.

Anualmente, el Instituto Nacional de las Mujeres deberá publicar en su página web un informe anual sobre el cumplimiento de la ley, incluyendo la nómina de las altas autoridades que hayan sido capacitadas. Además, el organismo elaborará indicadores de evaluación sobre el impacto de las capacitaciones realizadas por cada organismo y los resultados deberán integrarán el informe anual.

De acuerdo al proyecto, las personas que se negaren sin justa causa a realizar las capacitaciones previstas «serán intimadas en forma fehaciente por la autoridad de aplicación (el Instituto) a través y de conformidad con el organismo de que se trate». El incumplimiento de dicha intimación será considerado falta grave dando lugar a la sanción disciplinaria pertinente, siendo posible hacer pública la negativa a participar en la capacitación en la página web del Instituto Nacional de las Mujeres.

Interesante repasar algunos de los mensajes de congresistas durante el tratamiento de la iniciativa. Como el de la senadora de Cambiemos, Laura Rodríguez Machado, quien consideró que el proyecto «es una forma de cambiar costumbres ancestrales, de tener otra mirada y de aprender entre todos y tener la responsabilidad como funcionarios o empleados del Estado de poder capacitarnos en entender cómo respetarnos entre hombres y mujeres». Y para remarcar la importancia de la nueva ley, la senadora cordobesa contó una anécdota de un pueblo de su provincia, donde todavía hay gente que conduce en contramano por una calle que cambió su sentido hace siete años, aunque cada vez menos, y reflexionó: «Imagínense si eso cuesta modificar una  circunstancia tan mínima, para cambiar cuestiones ancestrales lo  que necesitamos generar desde el Estado».

También el aporte de la justicialista Sigrid Kunath, quien destacó que «este año sin duda ha marcado un hito en la visibilización de la desigualdad y la violencia de género» y agregó: «Creo en la educación como herramienta para ir desterrando los modos que responden al patriarcado».

Apenas se convirtió en ley en el Congreso comenzó a extender el debate para replicar su implementación en el resto de los niveles del estado, esto es provincias y municipios. Si bien crece la concientización sobre los asuntos de género en la sociedad, la Ley Micaela le dará mayor formalidad y ordenamiento mediante un sistema de capacitación, que bien podría tener variantes para la escuela secundaria e incluso el nivel primario. Y por supuesto para las empresas grandes, medianas y pequeñas.

En este marco, en Santa Fe la diputada del bloque Igualdad y Participación, Silvia Augsburger, redactó un proyecto para que la provincia adhiera a esta norma. Esta iniciativa denominada «Capacitación obligatoria en perspectiva de género», plantea que las personas que ocupen cargos jerárquicos o de dirección en el Poder Ejecutivo santafesino; cargos de representación en el Poder Legislativo o desempeñen tareas de asesoramiento técnico en ese ámbito; cargos a partir del rango de secretario en el Poder Judicial; cargos a partir de Defensor Adjunto en el Servicio Público de la Defensa Penal, o cargos a partir de Fiscal Adjunto en el Ministerio Público de la Acusación deberán acreditar formación en perspectiva de género.

Al respecto, la propuesta incorpora la formación en perspectiva de género incluye como contenido mínimo la legislación provincial, nacional y las convenciones internacionales en las que Argentina sea parte que guarden relación con la temática y también la comprensión del fenómeno de los estereotipos y discriminaciones de género, por orientación sexual o identidad de género y la particular forma en que se expresan o impactan en cada área específica.

Por tanto, la «Ley Micaela» es un buen comienzo pero todavía queda mucha tarea por hacer. La Provincia, el Municipio, la escuelas, las empresas y las organizaciones de la sociedad civil bien podrían encarar capacitaciones en asuntos de género y derechos. Iniciar un proceso de aprendizaje o reflexión en torno a esta temática nos vendría muy bien.

Fuente del artículo: https://diariolaopinion.com.ar/noticia/235725/educacion-en-temas-de-genero

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¿Es posible educar sin exámenes?

Por: Enrique Javier Díez Gutiérrez.

Era el primer día de clase. El profesor explicaba al alumnado que durante los próximos cinco años les enseñaría “toda una serie de mentiras muy bien trabadas unas con otras en las que ustedes creerán ciegamente el resto de sus vidas…”. Tras lo cual, mirando a los estudiantes, inquirió: “¿Alguna pregunta?”. Desde la tercera fila, uno de ellos levantó la mano para preguntar: “Sí… ¿Esto entra en el examen?”.

La viñeta se publicó en el primer número de la revista Dinere, de Miguel Brieva. Ediciones Clismón y Doble dosis, 2004., CC BY-NC-SA
La viñeta se publicó en el primer número de la revista Dinere, de Miguel Brieva. Ediciones Clismón y Doble dosis, 2004., CC BY-NC-SA

Esta viñeta, realizada por Miguel Brieva, dibujante y escritor crítico, ácido y punzante, la suelo poner al principio de mis clases, en cada curso académico, para reflexionar sobre un aspecto fundamental y clave del acto educativo y de todo el proceso de aprendizaje y de enseñanza: la importancia que le damos a la evaluación en el proceso de enseñar, pero que acabamos reduciendo a “los exámenes”. Porque, al final, parece que lo que realmente importa es aquello que “entra para el examen”. Tanto para el profesorado, pues es sobre lo que le piden que evalúe, como para el alumnado, pues es sobre lo que es valorado y calificado. Porque de los exámenes dependen las notas. Y de las notas, pasar o no al siguiente curso y, al final, obtener o no la titulación.

Vivir para aprobar

Y más ahora que nunca, con la presión de los organismos económicos internacionales como la OCDE, que insiste reiteradamente en hacer rankings de centros educativos, de regiones y de países para publicar los resultados obtenidos, como si de una liga de fútbol se tratara. Los centros educativos, pero también los países, se ven presionados para situarse en los puestos superiores de ese ranking, ser los que mejores resultados obtienen en esos exámenes estandarizados. Lo hacen presionando a sus colegios para que dediquen buena parte de su tiempo y esfuerzo a conseguir resultados en esos exámenes. El profesorado, a su vez, se ve presionado para exigir a su alumnado que centre su tiempo y esfuerzo en preparar lo que les piden en esos exámenes, para que su respectivo centro se coloque en lo alto del ranking.

Por eso España, en sus últimas reformas educativas, ha incrementado exponencialmente el número de exámenes estandarizados a los que son sometidos los estudiantes ya desde Primaria. De hecho, me cuentan algunas familias que en algunos centros han convertido lo que se denomina “evaluación continua” en exámenes continuados. Y sus hijos e hijas, ya con solo 8 y 9 años, entran en una espiral en la que hay semanas que tienen un examen diario. Me recordaba, de forma irónica, aquel anuncio de los años 70 que proclamaba “todos los días un plátano, por lo menos”, pero en formato examen.

La importancia desmedida que se le está concediendo a este modelo de “examen permanente” puede significar un cambio crucial en los objetivos de la escuela.

Se empieza a poner el acento en medir el rendimiento y los resultados del estudiante en estos exámenes, más que en atender las necesidades del mismo. Y medir el “éxito” también del profesorado y de los centros en función de la adaptación a la conformidad de las demandas exigidas en esas pruebas estandarizadas. El buen docente comienza a ser el que genera buenos resultados, convirtiéndole en un “preparador de exámenes”.

Convertir el deseo de aprender en afán de aprobar

El efecto colateral es que algunos centros empiezan a pensar más en lo que el estudiante pueda hacer para prestigiar la escuela que en lo que la escuela pueda hacer para mejorar al estudiante, por lo que esos centros acaban seleccionando a sus “clientes” (familias motivadas, estudiantes competentes) para que sus estadísticas no se vean afectadas y poder mantener su nivel de competitividad con los otros centros y su imagen de “alto nivel”.

El alumnado con dificultades y diversidad se convierte en un posible “estorbo” que puede hacer descender los resultados del centro y que se procura “derivar” a otros centros.

Los especialistas apuntan que este modelo está haciendo daño al alumnado y empobreciendo la educación, aumentando aún más el ya alto nivel de estrés en las escuelas, con una presión constante por el rendimiento, lo que pone en peligro el bienestar de los estudiantes y de los docentes.

En los datos del informe PISA 2015, sobre cinco preguntas relacionadas con la preocupación por exámenes, notas, etc., se elabora un “índice de ansiedad en relación con el trabajo escolar” en el que España es segunda. Por eso alertan de que esta dinámica supone un riesgo real de matar el placer de aprender, transformando el deseo de aprender en afán de aprobar.

No es de extrañar que el Estudio sobre Conductas Saludables de los Menores Escolarizados de la OMS (HBSC, 2016) muestre que el porcentaje de escolares que afirma que le gusta “mucho” la escuela desciende con la edad, pasando del 54% de los alumnos y el 44% de las alumnas a los once años, al 23 y 20% a los trece y 17 y 13% a los quince.

Debemos reconsiderar esta forma de enfocar y reducir la evaluación a exámenes y pruebas estandarizadas recordando que, como han demostrado reiteradamente especialistas en este campo, los exámenes prueban la memoria puntual, no la inteligencia ni la creatividad, ni contribuyen a su desarrollo. Además, genera un modelo centrado en “repasar” los conocimientos señalados (a menudo, resaltados en negrilla en el libro de texto), que tienden a olvidar una vez pasado el objetivo examinador para el que fueron memorizados, y que convierten el aprendizaje “en un aburrimiento”, según manifiestan los estudiantes.

Otra evaluación es posible y necesaria

La evaluación en el período de educación obligatoria, hasta los 16 años, debe ser fundamentalmente una herramienta de mejora. No se puede reducir la evaluación a exámenes. La evaluación es un proceso integral cuya finalidad es dar información a todos los participantes en el proceso educativo (al alumnado, por supuesto, pero también al profesorado, a la comunidad educativa y a la administración educativa) que les ayude a mejorar esos procesos de enseñanza y aprendizaje.

La evaluación supone aprender a trabajar con la “pedagogía del error”, donde el error se convierte en una oportunidad de aprendizaje y no en una ocasión para ser sancionado o calificado negativamente. Una oportunidad para explicar cuál ha sido tal error o errores y enseñar alternativas que ayuden a entender los fallos y abrir nuevas formas de abordar los problemas, superando las dificultades detectadas. Solo así la evaluación cumplirá su función básica como herramienta para mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Pero, para ello, para dar feedback al alumnado, para revisar y corregir sus producciones, para preguntar a cada cual cómo planteó y desarrolló la solución al problema o el trabajo realizado, es necesario que un profesor trabaje con grupos pequeños, de no más de 15 o 20 alumnos y alumnas, con quienes pueda personalizar el proceso y enseñar y evaluar realmente de forma continuada. Para eso no se necesitan exámenes en el sentido habitual de la palabra, porque el profesor o la profesora está “examinando” continuamente el proceso que se está realizando y evaluando permanentemente las dificultades y logros que tiene su alumnado en el trabajo cotidiano del aula, además de sus propios aciertos y fallos a la hora de planificar e implementar su labor de enseñanza en el aula.

La evaluación así entendida es parte constitutiva del proceso formativo en las instituciones educativas y una herramienta para reconocer sus avances y dificultades, no solo del alumnado, sino de toda la institución y de la administración educativa responsable, y ayudar a mejorarlos.

Solo desde este enfoque podremos diseñar políticas y estrategias orientadas a mejorar las prácticas pedagógicas con un sentido formativo y no culpabilizador de escuelas, docentes y estudiantes porque, como dice el aforismo pedagógico, “tal como evaluamos, así enseñamos”.

Fuente del artículo: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/17510/es-posible-educar-sin-examenes/

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De #Sororidad al #MiráComoNosPonemos, un año marcado por las consignas de las mujeres

Por: Mariana Iglesias. 

El debate sobre el aborto legal, las denuncias de acoso y abuso sexual y el lenguaje inclusivo.

Mediaba febrero y las mujeres de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito anunciaron que presentarían por séptima vez en el Congreso su proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). Confiadas, explicaron que la sociedad estaba preparada para el debate. Lo que siguió fue una marea imparable que sobrepasó la discusión por el aborto legal y avanzó en múltiples consignas. De la «sororidad» al «mirá cómo nos ponemos», el 2018 fue un año bisagra en la lucha feminista por la conquista de derechos.

#AbortoLegalYa. “La revolución será feminista o no será”, anticipaban carteles en la masiva movilización del 8 de marzo. En la marcha se pidió terminar con la precarización laboral y la violencia contra las mujeres, pero el aborto legal se impuso como reclamo. Luego, a medida que avanzaba el debate en el Congreso, el pañuelo verde se volvió uniforme. Con su lema “Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir”, millones de mujeres lo incorporaron sus cuerpos, mochilas y carteras.

Buenos Aires 29 de septiembre, marcha por el aborto legal. Foto: Rolando Andrade

Buenos Aires 29 de septiembre, marcha por el aborto legal. Foto: Rolando Andrade

#Sororidad. Las mujeres se organizaron en colectivos para apoyar el reclamo. El puntapié inicial lo dieron las Actrices Argentinas. Siguieron músicas, abogadas, escritoras, arquitectas, comunicadoras. Se empezó a hablar de la Interrupción Legal del Embarazo, un derecho de hace cien años, y del misoprostol, la droga recomendada por la Organización Mundial de la Salud para los abortos. Se impuso la palabra «sororidad» (de sor, hermana). «Las sororas» se bautizó el grupo de diputadas de distintos partidos políticos que apoyaron el aborto legal.

#SeráLey. El 3 de junio fue la cuarta movilización del NiUnaMenos contra la violencia machista y los femicidios que no bajan (uno cada 30 horas). El aborto, en esa movilización, volvió a imponerse como reclamo urgente. Días después, en una sesión histórica, diputados votó a favor de la Interrupción Voluntaria del Embarazo. La plaza del Congreso, cubierta por la marea verde, explotaba de jóvenes que cantaban «¡Aborto legal, en el hospital!».

Marcha Ni una Menos de Congreso a la Plaza de Mayo. Foto: AP

Marcha Ni una Menos de Congreso a la Plaza de Mayo. Foto: AP

#IglesiayEstadoAsuntosSeparados. La historia fue otra en el Senado, donde se impuso la posición más conservadora y religiosa, acompañada de pañuelos celestes y su lema de «salvemos las dos vidas». El rechazo a la ley provocó una nueva lucha: la separación de Iglesia y Estado, un nuevo pañuelo naranja y apostasías colectivas y masivas. Los grupos conservadores avanzaron contra la Educación Sexual Integral (ESI) en las escuelas al grito de «Con mis hijos no te metas» y culpando a una supuesta «ideología de género». El ataque y las amenazas a quienes habían apoyado el aborto legal fue cotidiano. Amnistía Internacional acaba de publicar el informe “Pañuelos verdes, Relatos de la violencia durante el debate por la legalización de la interrupción legal del embarazo”.

#ENMChubut. El 33° Encuentro Nacional de Mujeres reunió a 50 mil mujeres en Trelew, con récord de talleres y una enorme participación de jóvenes, muchas alumnas del secundario. Días antes, un grupo de egresadas del Nacional Buenos Aires había denunciado públicamente a directivos y docentes del colegio, a los que acusaron de acoso sexual y violencia machista. Las jóvenes contaron los abusos usando lenguaje inclusivo, otro hito de este año: la «E», que busca terminar con el binarismo masculino/femenino.

Una multitud en el Encuentro Nacional de Mujeres en Trelew. Foto Emmanuel Fernández

Una multitud en el Encuentro Nacional de Mujeres en Trelew. Foto Emmanuel Fernández

#BastadeJusticiaPatriarcal. En 2016cuando Lucía Pérez, de 16 años, apareció muerta en Mar del Plata, se organizó el Primer Paro de Mujeres. Este año, Lucía, fue motivo de otro paro y otra movilización. En el juicio, los jueces absolvieron a los tres imputados de haberla violado y asesinado. «A Lucía la violaron hasta matarla y los jueces, con su fallo, volvieron a violarla», dijo Marta Moreno, su mamá. Días después, mujeres de distintos fueros y jurisdicciones del poder judicial, enojadas contra los «fallos aberrantes» firmaron un documento para avanzar hacia una Justicia «con más perspectiva de género».

#LeyMicaela. Con un voto en contra, diputados y senadores votaron una ley por la cual los y las trabajadoras de los tres poderes del Estado deberán capacitarse con perspectiva de género. El proyecto tenía más de un año frizado en el Congreso. Ante la presión popular, se trató en una sesión extraordinaria. La ley se llama así por Micaela García, violada y degollada por dos hombres. Uno de ellos, en libertad condicional. Estaba preso por haber violado a dos chicas.

Junto con Actrices Argentinas, Thelma Fardin denunció que Juan Darthés la violó cuando ella tenía 16 años y conmovió al país.

Junto con Actrices Argentinas, Thelma Fardin denunció que Juan Darthés la violó cuando ella tenía 16 años y conmovió al país.

#MiráCómoNosPonemos. El martes 11, Thelma Fardin, abrazada por más de cuarenta actrices argentinas, contó en el escenario del Multiteatro que Juan Darthés la había violado cuando tenía 16 años. Aquella vez, él le dijo «Mirá cómo me ponés», lo mismo que ya habían denunciado otras actrices sobre Darthés. Para responderle, surgió el «Mirá cómo nos ponemos». Enojadas.

#NoEsNo. La denuncia de Thelma disparó una ola de denuncias de abuso y acoso. Hablar alivia. Denunciar puede alertar a otras víctimas, dicen los especialistas. También hace falta más información sobre derechos y educación sexual.

#SeVaACaer. ​«¡Arriba el feminismo que va a vencer, que va a vencer, abajo el patriarcado, se va a caer, se va a caer!» cantan las mujeres, desde hace años, en cada marcha. Pero hay advertencias. «El feminismo no es la contracara del machismo. El objetivo no es pasar de mujeres dominadas a mujeres dominantes», dice la filósofa Diana Maffía. «No hay que pasar del patriarcado al matriarcado», sostiene la antropóloga Rita Segato. Hablan, también, del feminismo punitivista y los escraches. El feminismo se debate, se cuestiona, como todo movimiento político y social. Y avanza.

Fuente del artículo: https://www.clarin.com/sociedad/sororidad-miracomonosponemos-ano-marcado-consignas-mujeres_0_PBQa_17ne.html
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Jorge Cuesta y la educación revolucionaria

Por: Guillermo Hurtado. 

La Revolución Mexicana, consideraba Cuesta, era una experiencia de libertad. Parafraseando a Croce, la historia de México tendría que ser la hazaña de vivir de acuerdo con esa libertad. La educación más revolucionaria es la que nos enseña a ser libres

Una de las críticas más inteligentes y, por lo mismo, más perdurables a la reforma del artículo 3 constitucional de 1934 fue la de Jorge Cuesta. No se opone el poeta a que la educación sea revolucionaria. Lo que censura es la estrategia de cambiar la Constitución para que la educación sea revolucionaria. Dice así: “lo importante no es efectuar una reforma de la Constitución sino una reforma de la escuela”. (Crítica de la Reforma del Artículo Tercero, México, 1934, p. 12).

Cuesta distingue la actitud evolucionista de la actitud genuinamente revolucionaria. Los evolucionistas piensan que para que la revolución se cumpla, los mexicanos tienen que pasar antes por un proceso formativo. Los verdaderos revolucionarios, afirma Cuesta, no postergan la revolución para mañana, la hacen sin demora.

La reforma del artículo 3 escondía, según Cuesta, un evolucionismo reaccionario. Los proponentes de la reforma aducían que para que la Revolución mexicana cumpliera sus fines era indispensable que la escuela formara a los revolucionarios del mañana. Por ejemplo, que había que educar a los niños para que abandonaran las supersticiones religiosas de sus padres y adoptaran una concepción científica del mundo. Y que también había que educar a los niños para que renunciaran al egoísmo individualista y fueran capaces de realizar la justicia social que propugna el socialismo.

“Cuesta distingue la actitud evolucionista de la actitud genuinamente revolucionaria. Los evolucionistas piensan que para que la revolución se cumpla, los mexicanos tienen que pasar antes por un proceso formativo. Los verdaderos revolucionarios, afirma Cuesta, no postergan la revolución para mañana, la hacen sin demora”

Según Cuesta, esta estrategia es como poner la carreta delante de los bueyes. La escuela no puede ser la responsable del éxito definitivo de la revolución sino al revés, la revolución es la responsable de que la escuela sea por fin revolucionaria.

Cuesta sostenía que para que la Constitución alcanzara el estadio final que imaginaban los reformistas no se tenía que cambiar el artículo 3 constitucional. Si lo que en verdad se quería era abolir la propiedad privada, entonces había que reformar el artículo 27 de la Constitución, si lo que en verdad se quería era acabar con la Iglesia, entonces había reformar el artículo 24.

Cuesta presta atención a las diversas formulaciones del artículo propuestas por la comisión legislativa que añadían al texto otros conceptos además del de laicidad. Cuesta considera que está ampliación era innecesaria y confusa. Era innecesaria porque el concepto de laicidad en la formulación original del artículo 3 incluía, según él, todo lo que se esperaba de la educación revolucionaria. Lo que ahí se pedía a la escuela, dice Cuesta, es que impartiera la cultura laica a nivel social y eso suponía “repudiar activamente toda tendencia a supeditar la conciencia social a cualquier doctrina o sentimiento reaccionarios” (p. 19). Cuesta consideraba que cualquiera de los añadidos propuestos al artículo en vez de aclararlo lo embrollarían. Por ejemplo, declarar que la educación había de ser socialista no ayudaba, porque hay demasiados tipos de socialismo: cristiano, marxista, nacionalista, etc.

En la base del alegato de Cuesta se encuentra una concepción sobre la Revolución mexicana que resume así:

“La Revolución no es un conjunto de creencias individuales, no es un canon eclesiástico, no es una doctrina infalible y sagrada, sino la experiencia revolucionaria de la sociedad
como libre….” (p. 21).

La Revolución mexicana, según Cuesta, no se definía por un dogma sino por el “proceso viviente de la experiencia revolucionaria”. Por eso mismo, ninguna doctrina, incluida la marxista, podía resumir el proyecto revolucionario mexicano.

Algo parecido sostuvo Antonio Caso en su polémica frente a Vicente Lombardo Toledano. La Revolución mexicana no se hizo para suplantar un dogma por otro —el evolucionismo spenceriano por el marxismo-leninismo— sino para que dejáramos de estar sometidos a dogmas. La Revolución mexicana no debe encasillarse en una doctrina sino debe quedar suelta al desarrollo de los procesos sociales sobre la base de los ideales sociales plasmados en la Constitución de 1917.

“La Revolución mexicana, según Cuesta, no se definía por un dogma sino por el ‘proceso viviente de la experiencia revolucionaria’. Por eso mismo, ninguna doctrina, incluida la marxista, podía resumir el proyecto revolucionario mexicano”

La Revolución mexicana, consideraba Cuesta, era, por encima de todo, una experiencia de libertad. Parafraseando a Croce, podría decirse, que la historia de México tendría que ser la hazaña de vivir de acuerdo con esa libertad conquistada. La educación más revolucionaria es la educación que nos enseña a ser libres.

Esta concepción de la Revolución mexicana supone una filosofía política que no fue desarrollada por el poeta. Supongo que Cuesta hubiera dicho que para que esa filosofía fuese en verdad revolucionaria, tendría que ser pensada en libertad por los mexicanos.

Fuente del artículo: https://www.razon.com.mx/opinion/jorge-cuesta-y-la-educacion-revolucionaria/

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Cómo los celulares distorsionan la visión de los jóvenes sobre el sexo en India

Por: BBC MUNDO. 

En un país donde los jóvenes no reciben educación sexual, preocupan los efectos de la propagación de vídeos violentos de índole sexual

A principios de año, un vídeo que mostraba a un grupo de adolescentes intentando arrancarle la ropa a una joven fue ampliamente compartido en India a través de WhatsApp.

Esos vídeos de violaciones que frecuentemente se vuelven virales en la India están llevando a algunos a creer que los teléfonos inteligentes, además del porno violento y la falta de educación sexual, pueden estar alimentando la violencia sexual.

En la grabación compartida a comienzos de 2018, la mujer les pide que se detengan, pero ellos se burlan, se ríen y, claramente, disfrutan.

Una vez el vídeo se popularizó, la policía pudo determinar que se había filmado en el estado norteño de Bihar. Los adolescentes acusados fueron arrestados.

Las detenciones causaron revuelo en la aldea en la que habitaban, Jehanabad, a cuatro horas en auto de la capital del estado, Patna, y los ancianos de la aldea culparon a los teléfonos inteligentes de todo el incidente.

Este caso despertó la preocupación de que, en un país donde no hay educación sexual y las tarifas de datos son cada vez más bajas, los celulares de bajo coste estén exacerbando el problema.

Imagen representativa de jóvenes con el celular.

Getty Images
Crear o compartir material pornográfico es ilegal en la India.

Los muchachos del pueblo admitieron a la BBC que habían visto vídeos donde había abusos sexuales y violaciones. Un joven de 16 años dijo que había visto más de 25 y que sus amigos solían compartirlos a través de sus celulares.

“La mayoría de los chicos de mi clase ve estos vídeos, ya sea solos o en grupo”, admitió.

Los expertos aseguran que para adolescentes y hombres indios, esta es una forma muy común de iniciarse en la vida sexual.

Pareja joven india

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Muchos jóvenes en India no saben cuáles deberían ser las bases de una relación amorosa y sexual.

“No hemos recibido una educación sexual ni tenido conversaciones adultas sobre estas cosas”, dice la cineasta y escritora Paromita Vohra.

Vohra dirige el sitio web Agentes de Ishq (Romance), que fomenta las discusiones abiertas sobre sexo.

“Cuando la gente solo ve contenido sexual violento, resulta muy problemático porque comienzan a creer que la violencia es la única forma de obtener placer y que el consentimiento de la mujer no es relevante”.

En India 400 millones de personas tienen un celular inteligente y más de la mitad de ellos usa WhatsApp, que es el medio que a menudo se usa para compartir dichos vídeos.

Una mano masculina agarrando un celular con el logo de Whats App.

Getty Images
WhatsApp es el medio preferido para la propagación de este tipo de videos.

En un comunicado a la BBC, WhatsApp declaró lo siguiente:

“Estos vídeos horrendos con violaciones y pornografía infantil no tienen cabida en nuestra plataforma. Por eso hemos facilitado la comunicación de problemas de este tipo para así poder tomar las medidas adecuadas, incluida la cancelación de cuentas. También estamos respondiendo a las solicitudes de la policía india que se ajustan a la ley para ayudarles en la investigación de delitos”.

Preocupado por un caso en el que unos jóvenes violaron a una niña de una escuela después de que presuntamente hubieran visionado vídeos porno a través de sus celulares, un tribunal estatal solicitó al gobierno federal que restableciera una ley de 2015 impuesta por la Corte Suprema de prohibir los sitios web que contienen pornografía violenta.

Crear contenido pornográfico o compartirlo ya es ilegal en India.

Un hombre joven con un celular

Getty Images
Muchos creen que la falta de una educación sexual está en la base de las violaciones y abusos sexuales perpetrados por jóvenes.

La normativa había sido revocada casi de forma instantánea por la oleada de protestas.

La prohibición solo se aplica a unos 800 sitios web que contienen vídeos violentos o abusivos, pero no parece que haya tenido mucho impacto.

Pocos días después del inicio del bloqueo, uno de los sitios web de pornografía más grande del mundo ya había creado otro site espejo con una URL diferente para su mercado indio.

Pero, ¿es prohibir el porno la respuesta?

Muchos creen que la falta de educación sexual es lo que realmente está alimentando el apetito por vídeos violentos y misóginos. A menudo, ni las mujeres ni los hombres del país saben realmente cómo debería ser una relación o un encuentro sexual.

El gobierno intentó cambiar esto en 2009, cuando inició su Programa de Educación para Adolescentes (AEP). Su intención era instruir sobre los cambios que se producen en la adolescencia y disipar los mitos en torno a cuestiones de género, sexualidad, enfermedades de transmisión sexual y abuso de drogas.

Niño en una escuela rural de la India.

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Los críticos creen que estos videos difunden la idea de que la voluntad de la mujer no importa cuando se trata de sexo.

Pero la implementación del programa sigue siendo a día de hoy un desafío. En una escuela de niñas en Jehanabad, por ejemplo, el director ni siquiera había oído hablar de él.

Falta de voluntad

Sunita Krishnan, fundadora de Prajwala, una organización en la ciudad sureña de Hyderabad que se ocupa de temas de violencia sexual y trata de personas, dice que estos videos violentos refuerzan la vieja creencia de que la voluntad de una mujer es insignificante y no tiene poder de decisión.

Krishnan, víctima ella misma de una violación, ha llegado a recibir este tipo de videos y ha hecho campaña para que se verifique de dónde provienen.

De hecho, la prohibición de las webs pornográficas de la Corte Suprema de 2015 fue el resultado de sus esfuerzos.

Primer ministro de la India acompañado del portavoz del parlamento y el primer ministro de Sri Lanka.

Getty Images
Algunas mujeres indias que trabajan por los derechos de la mujer reclaman que la educación sexual sea una prioridad en la agenda polítíca del país.

A pesar de que ha logrado eliminar algunos de esos videos, asegura que es casi imposible conseguir borrar por completo algo de internet.

Ranjeet Ranjan, que es una de las tres mujeres que hay entre los 40 diputados de Bihar, dice que la falta de preocupación sobre tales videos es alarmante.

“A nadie le importa realmente. Si la gente tuviera un poco de respeto por estas chicas, habrían ido a la policía en lugar de compartir esos videos”, sostiene.

A Ranjan también le preocupa lo que ella ve como “una competencia” para hacer ese tipo de videos.

“Si continúan circulando y seguimos sin tener una buena educación sexual, entonces propiciará el pensamiento de que una mujer puede ser tratada como un objeto, como una fuente de entretenimiento”.

Fuente del artículo: https://laopinion.com/2018/12/28/como-los-celulares-distorsionan-la-vision-de-los-jovenes-sobre-el-sexo-en-el-segundo-pais-mas-poblado-del-mundo/

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Pruebas Enseñar: es un primer paso, pero muestra datos importantes y preocupantes

Por: Manuel Álvarez Trongé. 

Todas las evaluaciones educativas proporcionan información. Y lo relevante es que las mismas son una herramienta poderosa para la política pública. Las pruebas Enseñar 2017, que evaluaron a un grupo de estudiantes de un 30% de los establecimientos de formación docente del país, constituyen una primerísima muestra no representativa a nivel nacional pero al menos orientativa de la calidad tanto de los institutos como del nivel de la formación inicial de los futuros maestros. Esto es un primer escalón pero sus resultados y conclusiones deben ser analizadas con prudencia y en el marco de toda la información que estas evaluaciones entregan y que todavía no se conocen.

La evaluación Enseñar fue hecha en Octubre de 2017. Se demoró más de un año en difundir la información. Sería importante corregir estos desfasajes de agenda para sacar mayor provecho a los datos en cuestión.

Es preocupante es que el nivel descripto como “promedio” en Lectura muestra tener inconvenientes en extraer información de un texto y en su reflexión y evaluación: y los que están por “debajo del promedio” no reúnen esas capacidades mínimas. Igualmente en Escritura quienes están en “promedio” mostraron dificultades para utilizar la trama argumentativa y los que estuvieron por “debajo del promedio” no pudieron producir textos autónomos coherentes.

Respecto la evaluación en Criterio Pedagógico los estudiantes en “promedio” mostraron inconvenientes en Evaluación de los Aprendizajes y los que calificaron por debajo del promedio no alcanzaron las capacidades requeridas.

También es preocupante que dos tercios de los institutos evaluados obtuvo resultados en la media o debajo de la media en Lectura y Escritura.

En definitiva, estamos frente a un primer paso. Hay datos importantes y preocupantes que deben ser tomados en cuenta. La opinión de los directores y la heterogeneidad de los institutos debe también tenerse muy presente para los cambios futuros del sistema. Lo relevante de la información es conjugarla con la que ya se dispone y tomar decisiones urgentes en el marco de la crisis de aprendizaje de los alumnos del ciclo obligatorio de nuestro país.

Fuente del artículo: https://www.clarin.com/sociedad/pruebas-ensenar-primer-paso-muestra-datos-importantes-preocupantes_0_2zS0P-Rvz.html

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