Page 1390 of 2733
1 1.388 1.389 1.390 1.391 1.392 2.733

A 100 años del Manifiesto Preliminar de Córdoba

Por  Andrés Quishpe

Este 21 de junio se cumplen 100 años del Manifiesto Preliminar de Córdoba. Documento que mantiene plena vigencia, su trascendencia es histórica y su contenido sigue inspirando varias luchas. En Córdoba los estudiantes se alzaron y llamaron a las cosas por su nombre, enfrentando a un régimen universitario autoritario, vertical y tradicional, que no permitía el desarrollo científico y académico. La lucha por la reforma consiguió importantes logros para la universidad, como el cogobierno estudiantil, la eliminación de los dogmas, la libertad y la periodicidad de las cátedras y de asistencia, el ingreso a los sectores populares, elección democrática de autoridades, etc. Pero sobre todo la revuelta de Córdoba afirmó que la lucha por la reforma universitaria no puede ser comprendida como simples parches a modelo educativo alguno, debe ser todo un movimiento de ruptura, de cuestionamiento a la estructura académica, política de la universidad, es decir, cuestionar a las estructuras económicas y sociales que dominan a la universidad.

Al cumplirse un centenario del Manifiesto de Córdoba es menester reflexionar cómo en nuestro país varios de sus logros y postulados durante la década del correísmo fueron descontextualizados bajo conceptos como autonomía “responsable”, que sirvió para ubicar a la educación superior a los objetivos y planificación de Alianza PAIS, con organismos de dirección estructurados por el régimen y no por las instituciones de educación superior. La calidad educativa se redujo a simples datos; se obligó a que los principales esfuerzos de los docentes se orienten al cumplimiento de trámites administrativos y no pedagógicos; se confundió altas notas con inteligencia y, lo que es peor, la homogeneización de la educación se impuso para atender la diversidad cultural de pueblos y nacionalidades del Ecuador.

La década correísta concibió a la universidad como un objeto inerte, sin palabra, pensamiento y decisión, donde un grupo privilegiado de tecnócratas determinó lo que suponía era lo más conveniente en materia educativa; la categorización fue utilizada como arma psicológica porque buscó desmoralizar, mecanizar la razón y obligar a la comunidad universitaria a que acepte para sí su propio fracaso. Camuflándose en un discurso de izquierda se recortaron derechos como la elección de decanos y directores de carrera mediante el voto universal de los actores universitarios; se negó el acceso a miles de jóvenes de sectores populares; se recortaron y limitaron las acciones del cogobierno y su composición.

La realidad expresa que la mejor forma de revivir el Manifiesto Preliminar de Córdoba es cambiar esta realidad. Las reformas realizadas a la LOES son un primer paso. Pero la universidad ecuatoriana demanda recuperar derechos de fondo y no solo de forma; demanda analizar y transformar su modelo educativo y concepción que dejó el correísmo. Necesitamos una universidad que fomente una formación intelectual, democrática y de calidad, nutrida de contenidos del acervo cultural de nuestros pueblos, apegada al desarrollo de la ciencia y tecnología, así como del dominio de las herramientas para adquirirlos y fomentarlos. Una universidad con contenidos críticos, emancipadores como base necesaria para comprender el mundo en el que vivimos y participar en su mejora. (O)

Fuente del artículo: https://www.clarin.com/opinion/leandro-cahn-500-nuevos-casos-vih-ano-sabemos-prevenirlo-fallando_0_HJ0mJdpem.html

Comparte este contenido:

Un debate educativo más allá de la Selectividad

Por Hugo Gutiérrez

La discusión sobre las pruebas de acceso a la Universidad es una constante en España

Fuente del artículo: https://politica.elpais.com/politica/2018/06/17/actualidad/1529255805_738792.html

Comparte este contenido:

Almelina, no es una fábula

Por: Heriberto Rivera.

El cine sigue siendo una poderosa herramienta para colocar en claro la realidad de los pueblos, sus luchas, sus anhelos, sus frustraciones y sus esperanzas; es una instrumento de la comunicación que tiene entre sus  fines mantener viva la memoria   colectiva para no olvidar momentos transcendentales en la existencia del hombre.

El docudrama, así llamado por sus creadores, Almelina,  es una combinación de la realidad y la ficción, de la captura de la realidad a través de los hechos y eventos que se  producen en la cotidianidad y que le dan sentido a la existencia, que logran generar gran impacto en el espectador que lo es por partida doble ya que refleja la vida de cada uno de nosotros.

Actualmente Venezuela viene siendo sometida a una guerra fratricida, a una guerra de sexta generación donde los escenarios de la violencia ya no son las montañas  ni la extensa llanura, ni las mesetas y valles topográficos, no son ya como se  conoce a  los espacios naturales de una guerra convencional.

Es una guerra, en cual todos sus habitantes están sometidos y son actores de primera línea, son protagonistas que sufren y padecen los rigores de una confrontación  sin cuartel, una guerra que ocurre a nivel del cerebro, donde las llamadas redes sociales inducen el odio hasta  hacerlo viral, donde se satisfacen los deseos sanguinarios de quienes ocultos bajo la tecnología puesta al servicio del crimen generan la caotización de la sociedad, creando desasosiego y situaciones de inestabilidad emocional para hacerla presa fácil del crimen, de la violación de las normas más elementales de convivencia.

Para que esta estrategia imperialista de la Guerra de sexta generación logre resultados positivos es necesario contar con lo que  llaman “Alienado Programado” (AP) o “individuo‐masa”, sujeto manipulado que responde a la realidad virtual que reflejan los medios y que actúa en consecuencia con lo que ve, sin meditar, o cuestionar la falsedad o realidad de lo que recibe. Echar un vistazo a la TV o mi Facebook, luego existo. Veo mi twitter, luego existo. Miro mi WhatsApp luego vivo. Así los medios  cercenan la capacidad de pensamiento, en  esto no hay posibilidad para el pensar reflexivo.

Esa guerra, que lamentablemente se debe reconocer que esta bien diseñada dentro de las imperfecciones del ser humano utiliza las  redes sociales para estimular la activación del cerebro reptiliano, de la parte irracional del “CPU” humano que lo induce a tomar decisiones que escapan del control de sus emociones y sentimientos.

Las redes sociales incentivan la violencia verbal lo cual tal vez sea menos perceptible que la violencia física, pero con efectos más graves y nocivos trasmiten la cultura necrófila, que  en manos de psicópatas pueden llegar a transformarlas en armas de  destrucción masiva.

El lenguaje va más allá, pues su contenido cargado de violencia es  expresado y  “retituar” sin meditar tiene un poder de penetración en el inconsciente, es tanto reflejo de la mente humana como  canal de trasmisión de pensamiento y emociones las palabras tienen efectos en la vida diaria. Las palabras tienen efectos en la vida diaria, con ellas podemos construir pero también destruir, edificar o derrumbar, levantar o aplastar, y declarar o finalizar una contienda. Todo depende del uso que le demos.

Esta guerra tiene a los medios de comunicación y sus instrumentos como su mejor apéndice y juegan un papel fundamental  por su alcance,  siendo utilizados por  la lógica de la violencia establecida como mercado que domina sobre la solidaridad en la información.

En ese contexto transcurre Almelina, la película que actualmente se exhibe en los escenarios públicos  donde se refleja el ambiente de la  barbarie belicosa de la manipulación mediática   al cual esta sometida la población.

Almelina, la película nace en una realidad violenta que describe y narra de forma extraordinaria-con  formato bien logrado, excelente fotografía, guion y parlamento, excelente plano actoral- los momentos por los cuales atraviesa las ciudades  y pueblos de Venezuela,  que se viene convirtiendo en ese movilizador de la memoria colectiva donde en cada cine-foro se pone de manifiesto la expresión y la gallardía de la madurez y el compromiso de la gente en este momento  tan crucial para la revolución Bolivariana.

El docudrama Almelina, refleja con claridad pero a la vez plantea interrogantes sobre la lucha de clases que se adelanta en Venezuela, donde se viene aplicando libretos  y guiones que hasta ahora-y se espera que no se logre su objetivo-han cumplido la meta de acabar con gobiernos y proyectos legitimados por la voluntad popular. Socavando las bases de la sociedad.

Si bien, el docudrama, si acaso lo llegasen  a ver los de la otra orilla, no ejercerá ninguna influencia pues esa gente esta programada para el odio y el desprecio hacia  los humildes; en el caso de la orilla irreductible, sirve pa reafirmar su compromiso, su lealtad y fe en el porvenir que se  construye en el presente, que si pasa por momento de  violencia inducida  en lo económico, social y política, llegara el momento para la paz; Almelina tiene esa fortaleza, partiendo de un momento de violencia seguramente que es un catalizador a futuro para encontrar la paz.

hriverat1@hotmail.com

Comparte este contenido:

Declaración de la III Conferencia Regional de la Educación Superior

Declaración de la III Conferencia Regional de la Educación Superior

 

  1. Preámbulo

Mujeres y hombres de nuestra América, los vertiginosos cambios que se producen en la región y en el mundo en crisis nos convocan, a luchar por un cambio radical por una sociedad más justa, democrática, igualitaria y sustentable.

Hace un siglo, los estudiantes reformistas proclamaron que “los dolores que nos quedan son las libertades que nos faltan” y no podemos olvidarlo, porque aún quedan y son muchos, porque aún no se apagan en la región la pobreza, la desigualdad, la marginación, la injusticia y la violencia social.

Los universitarios de hoy, como los de hace un siglo, nos pronunciamos a favor de la ciencia desde el humanismo y la tecnología con justicia, por el bien común y los derechos para todas y todos.

La III Conferencia Regional de Educación Superior de América Latina y el Caribe, refrenda los acuerdos alcanzados en las Declaraciones de la Reunión de la Habana (Cuba) de 1996, la Conferencia Mundial de Educación Superior de París (Francia) de 1998, y de la Conferencia Regional de Educación Superior celebrada en Cartagena de Indias (Colombia) en 2008, y reafirma el postulado de la Educación Superior como un bien público social, un derecho humano y universal y un deber de los Estados. Estos principios se fundan en la convicción profunda de que el acceso, uso y democratización del conocimiento es un bien social, colectivo y estratégico esencial para poder garantizar los derechos humanos básicos e imprescindibles para el buen vivir de nuestros pueblos, la construcción de una ciudadanía plena, la emancipación social y la integración regional solidaria latinoamericana y caribeña.

Reivindicamos la autonomía que permite a la universidad ejercer su papel crítico y propositivo frente a la sociedad sin que existan límites impuestos por los gobiernos de turno, creencias religiosas,  el mercado o  intereses particulares. La defensa de la autonomía universitaria es una responsabilidad ineludible y de gran actualidad en América Latina y el Caribe y es, al mismo tiempo, una defensa del compromiso social de la universidad.

La educación, la ciencia, la tecnología y las artes deben ser así un medio para la libertad y la igualdad, garantizándolas  sin distinción social, género, etnia, religión ni edad.

Pensar que las tecnologías y las ciencias resolverán los problemas acuciantes de la humanidad es importante pero no suficiente. El diálogo de saberes para ser universal ha de ser plural e igualitario, para posibilitar el diálogo de las culturas.

Las diferencias económicas, tecnológicas y sociales entre el norte y el sur y las brechas internas entre los Estados no han desaparecido sino que han aumentado. El sistema internacional promueve el libre intercambio de mercancías, pero aplica excluyentes regulaciones migratorias. La alta migración de la población latinoamericana y caribeña muestra otra cara de la falta de oportunidades y la desigualdad que afecta, sobre todo, a las poblaciones más jóvenes. La desigualdad de género se manifiesta en la brecha salarial, la discriminación en el mercado laboral y en el acceso a cargos de decisión en el Estado o en las empresas. Las mujeres de poblaciones originarias y afrodescendientes son las que muestran los peores indicadores de pobreza y marginación.

La ciencia, las artes y la tecnología deben constituirse en pilares de una cooperación para el desarrollo equitativo y solidario de la región, basadas en procesos de consolidación de un bloque económicamente independiente y políticamente soberano.

Las débiles regulaciones de la oferta extranjera han profundizado los procesos de transnacionalización y la visión mercantilizada de la educación superior, impidiendo cuando no cercenando, en muchos casos, el efectivo derecho social a la educación. Es fundamental revertir esta tendencia e instamos a los Estados de América Latina y el Caribe a establecer rigurosos sistemas de regulación de la educación superior y de otros niveles del sistema educativo.

Frente a las presiones por hacer de la Educación Superior una actividad lucrativa es imprescindible que los Estados asuman el compromiso irrenunciable de regular a las instituciones públicas y privadas, cualquiera sea su modalidad y promoviendo la diversidad institucional, para hacer efectivo el acceso universal, la permanencia y la titulación de la educación superior, atendiendo a una formación de calidad con inclusión, diversidad y pertinencia local y regional.

De manera similar al año 1918, actualmente “la rebeldía estalla” en América Latina y el Caribe, y en un mundo donde el sistema financiero internacional concentran a las minorías poderosas, y empuja a las grandes mayorías a los márgenes de la exclusión, la precariedad social y laboral.

Con todo y los enormes logros que se han alcanzado en el desarrollo de los conocimientos, la investigación y los saberes de las universidades y de los pueblos, un sector importante de la población latinoamericana, caribeña y mundial, se encuentra sin acceso a los derechos sociales básicos, al empleo, a la salud, al agua potable o a la educación. En pleno siglo XXI millones de niños, jóvenes, adultos y ancianos, están excluidos del actual progreso social, cultural, económico y tecnológico. Aún más, la desigualdad regional y mundial es tan pronunciada, que en muchas situaciones y contextos existen comunidades que no tienen acceso a la educación superior, porque ésta aún sigue siendo un privilegio y no un derecho, como anhelaron los jóvenes en 1918.

En el Centenario de la Reforma, no somos ajenos al sufrimiento humano ni al mandato de la historia. No podemos seguir indiferentes al devenir del orden colectivo, a la lucha por la verdad heroica y al anhelo trascendente de la libertad humana. La Educación Superior debe constituirse desde los liderazgos locales, estatales, nacionales e internacionales, tal y como ahora están aquí representados plenamente.

Desde estos posicionamientos, será posible llevar a cabo una nueva e histórica transformación de la educación superior desde el compromiso y responsabilidad social, para garantizar el pleno ejercicio al derecho a la educación superior pública, gratuita y de amplio acceso.

En consonancia con el cuarto Objetivo de Desarrollo Sustentable (ODS) de la Agenda de Desarrollo adoptada por la UNESCO (2030), instamos a los Estados a promover una vigorosa política de ampliación de la oferta de educación superior, la revisión en profundidad de los procedimientos de acceso al sistema, la generación de políticas de acción afirmativas —con base en género, etnia, clase y capacidades diferentes— para lograr el acceso universal, la permanencia y la titulación.

En este contexto, los sistemas de educación superior deben pintarse de muchos colores, reconociendo la interculturalidad de nuestros países y comunidades, para que la educación superior sea un medio de igualación y de ascenso social y no un ámbito de reproducción de privilegios. No podemos callarnos frente a las carencias y dolores del hombre y de la mujer, como sostuvo Mario Benedetti con vehemencia, “hay pocas cosas tan ensordecedoras como el silencio”.

Hace un siglo los estudiantes Reformistas denunciaron con firmeza que en una Córdoba y en un mundo injusto y tiránico, las universidades se habían convertido en el “fiel reflejo de estas sociedades decadentes que se empeñan en ofrecer el triste espectáculo de una inmovilidad senil”. Ha pasado el tiempo y ese mensaje cargado de futuro nos interpela y nos atraviesa como una flecha ética, para cuestionar nuestras prácticas. ¿Qué aportamos para la edificación de un orden justo, la igualdad social, la armonía entre las Naciones y la impostergable emancipación humana?; ¿Cómo contribuimos a la superación del atraso científico y tecnológico de las estructuras productivas?; ¿Cuál es nuestro aporte a la forja de la identidad de los pueblos, a la integridad humana, a la igualdad de género y al libre debate de las ideas para garantizar la fortaleza de nuestras culturas locales, nacionales y regionales?

Es por eso que creemos fehacientemente que nuestras instituciones deben comprometerse activamente con la transformación social, cultural, política, artística, económica y tecnológica que es hoy imperiosa e indispensable. Debemos educar a los dirigentes del mañana con conciencia social y con vocación de hermandad latinoamericana. Forjemos comunidades de trabajo donde el anhelo de aprender y la construcción dialógica y crítica del saber entre docentes y estudiantes sea la norma. Construyamos ambientes democráticos de aprendizaje, donde se desenvuelvan las manifestaciones vitales de la personalidad y se expresen sin límites las creaciones artísticas, científicas y tecnológicas.

La educación superior a construir debe ejercer su vocación cultural y ética con la más plena autonomía y libertad, contribuyendo a generar definiciones políticas y prácticas que influyan en los necesarios y anhelados cambios de nuestras comunidades. La educación superior debe ser la institución emblemática de la conciencia crítica nacional de nuestra América.

Las instituciones de educación superior están llamadas a ocupar un un papel preponderante en la promoción y fortalecimiento de las democracias latinoamericanas, rechazando las dictaduras y atropellos a las libertades públicas, a los derechos humanos y a toda forma de autoritarismo en la región. Expresamos nuestra solidaridad con las juventudes, de nuestra América y del mundo, cuya vida celebramos, y reconocemos, en sus luchas y anhelos, nuestras propias aspiraciones a favor de la transformación social, política y cultural.

La tarea no es simple, pero es grande la causa e ilumina el resplandor de su verdad. Se trata, como profetizó el Manifiesto Liminar, de mantener alto el “sentido de un presagio glorioso, la virtud de un llamamiento a la lucha suprema por la libertad”.

Mujeres y hombres del continente, miremos hacia el futuro y trabajemos sin pausa en la reforma educacional permanente, en el renacer de la cultura y de la vida de nuestras sociedades y pueblos.

Presentada en la asamblea de la III Conferencia Regional de Educación Superior celebrada en la Universidad Nacional de Córdoba, a los 14 días del mes de junio de 2018.

Comparte este contenido:

UNICEF: Una oportunidad para cada niño

Todos y cada uno de los niños tienen derecho a la salud, la educación y la protección, y todas las sociedades salen ganando si fomentan que los niños y niñas tengan una oportunidad en sus vidas. Sin embargo, en todo el mundo, millones de niños no pueden disfrutar de una oportunidad justa debido únicamente al país, el género o las circunstancias en que han nacido. El Estado Mundial de la Infancia 2016 sostiene que el progreso para los niños más desfavorecidos no sólo es un imperativo moral, sino también estratégico. La decisión que tienen que tomar las partes interesadas es clara: invertir en un progreso acelerado para los niños que han quedado atrás, o enfrentarse a las consecuencias de un mundo mucho más dividido en 2030. En el momento en que se pone en marcha un nuevo programa para el desarrollo, el informe concluye con un conjunto de recomendaciones para contribuir a marcar el rumbo hacia un mundo más equitativo.

Información general
Autor: UNICEF Precio: Gratuito Número de páginas: 180Fecha de publicación:Junio 2016 Editor: UNICEF
Versiones disponibles en otros idiomas
Formatos disponibles
Para obtener más información
Sírvase contactar: pubdoc@unicef.org

DESCARGAR AQUÍ:  UNICEF_SOWC_2016_Spanish

Comparte este contenido:

Nudos críticos en torno a la educación no sexista: una deconstrucción necesaria para todxs

Dr. Ps. Eduardo Sandoval Obando[1]

A propósito de las diversas movilizaciones, demandas y petitorios que emergen en torno a las Tomas Feministas en diversas Universidades Chilenas (y ¿la sociedad en general?), producto del impacto negativo de una estructura patriarcal, son el fiel reflejo de la reproducción invariable de un sistema escolar que promueve paradójica e invariablemente la distribución desigual del capital cultural, la cosificación de lo femenino y la perpetuación de la violencia simbólica en contra de la mujer, dentro de un currículum oculto de género sostenido en una lógica escolar sexista, fragmentaria y excluyente de toda diversidad.

Lo cierto es que estas demandas en Chile no son nuevas, aunque podríamos citar como inicio de una nueva oleada de manifestaciones y dinámicas de expresión de esta lucha, lo generado por el movimiento estudiantil en el 2011 (también conocida como la ´revolución pinguina´) en la que algunas estudiantes exteriorizaron su descontento hacia el ´mal trato´ recibido por parte del personal policial abocado al restablecimiento del orden público en los centros educativos que se mantenían en “toma”. Han pasado más de 7 años desde lo ocurrido en ese momento e incomprensiblemente continuamos siendo testigos de una escuela que “cambia” convenientemente a las necesidades y requerimientos del sistema económico imperante, relegando cualquier posibilidad de reforma estructural de sus procesos educativos en lo relacionado a la perspectiva de género, educación en sexualidad y afectividad, así como en lo relacionado a la atención y reconocimiento de la diversidad (etnias, migrantes, interculturalidad, LGBT, Teoría Queer, etc.).

Pareciera ser que nuestro país no logra reaccionar a las profundas transformaciones vividas en el mundo y la imperiosa necesidad de re pensar la escuela en un espacio armónico, desafiante y atractivo para sus estudiantes. Prueba de ello, es que continuamos siendo testigos de algunos fenómenos comunes en América Latina, tales como:

  • Valoración desigual de los Talentos y Habilidades de la Mujer en el Sistema Económico: Las mujeres en Chile y América Latina, continúan evidenciando altas tasas de desempleo y subempleo. De la misma manera y aunque es evidente la creciente participación de las mujeres en el mercado de trabajo, se mantiene la brecha salarial en perjuicio de éstas (altos costos en sus planes de salud; negación del empleo por la maternidad, etc.).
  • Bajas Tasas de Participación en Alta Dirección Pública / Directorios Organizaciones: A pesar de que en nuestro país, se ha establecido la obligatoriedad de nombrar un porcentaje significativo de mujeres en los cargos políticos, la representación femenina no alcanza niveles satisfactorios (ni siquiera se ha alcanzado una paridad numérica en estos cargos).
  • La Violencia y sus diferentes manifestaciones (física, psicológica, económica, sexual, etc.), siguen teniendo como víctimas a la mujer, mostrando un alarmante aumento, así como un recrudecimiento de estos hechos, generando con ello numerosos casos de femicidio (en sólo 36 horas, en Chile han fallecido 5 mujeres producto de esta situación). De igual manera, la violencia sexual (incesto, abuso sexual y violación) muestra ritmos crecientes, siendo las mujeres, las niñas y las adolescentes los grupos más afectados.
  • Nuevas Formas de Masculinidad no Son Suficientes: A pesar de que comienzan a emerger nuevas formas de masculinidad, continúa prevaleciendo implícitamente el machismo, es decir, la obsesión del hombre con el predominio y virilidad, expresado en posesividad respecto a la propia mujer y en actos de agresión y/o status con respecto a otros hombres

Todas estas dinámicas relacionales son un flagelo que obstaculizan significativamente la posibilidad de avanzar concretamente como país en la superación de las desigualdades sociales, en parte por una escuela aséptica y pervertida por la necesidad de cuantificarlo todo (Cardús, 2000), convertida en el imperio de la norma, dentro un espacio y tiempo escolar rígido y mecánico que superficializa muchas veces el aprendizaje (Sandoval, 2017). Es así como este proceso de homogenización relatado y problematizado invita a preguntarnos por las escuelas vividas, soñadas y construidas por aquellos que la misma homogenización no es capaz de nombrar (Fondecyt N°1170019[2]).

No obstante a lo anterior, el Estado de Chile en respuesta a las demandas ciudadanas, han implementado (muchas veces reactivamente), gestos concretos para abordar esta problemática, tales como: Creación de Protocolos contra el Acoso, la Violencia de Género y Sexual; Promoción de una perspectiva de género y enfoque de Derechos Humanos, Circulares internas para la aceptación del nombre social de jóvenes Trans; etc. Pero no podemos desaprovechar este momento único en el país, para reducir las acciones a una serie de protocolos, reglamentos y manuales de conducta, creyendo ingenuamente que son la solución más idónea para comprender esta realidad, intentando objetivar las relaciones humanas. Sin duda que no es una tarea fácil… pero ¿estamos dispuestos a abandonar nuestras zonas de confort para construir nuevas formas de relación? ¿Somos conscientes de las diferentes formas y manifestaciones de violencia en las que he participado? ¿Cuáles son las posibilidades pedagógicas que nos brinda esta discusión? ¿Cuáles son los desafíos u aportes de las Ciencias Sociales en la comprensión crítica de estas temáticas?

Finalmente, anhelamos que este momento nos permita propiciar nuevos espacios de reflexión y dialogo respecto a las formas de abordar y comprender lo masculino y femenino, admitiendo la emergencia de prácticas pedagógicas innovadoras capaces de integrar procesos educativos no sexistas e inclusivos, que abandonen la hetero normatividad y el androcentrismo, brotando desde una lógica comunitaria e informal, amorosa y desafiante para todo educando. El proceso de deconstrucción ¿ya comenzó?

Referencias

Cardús, S. (2000). El Desconcierto de la Educación. Las Claves para Entender el Papel de la Familia, la Escuela, los Valores, los Adolescentes, la Televisión… y la Inseguridad del Futuro. Barcelona: Paidós.

Sandoval, E. (2017). El Docente como Mediador Emocional y Cognitivo de Jóvenes en Contextos Vulnerados: Tensiones y Desafíos para la Transformación de la Práctica Pedagógica. Tesis conducente al Grado Doctor en Ciencias Humanas. Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Austral de Chile. Impresa.

[1] Psicólogo (UACH). Postítulo Educación en Sexualidad y Afectividad (U. de Chile). Diplomado en Docencia Universitaria (UAC). Diplomado en Modelo Salud Familiar en APS (U. de Chile). Diploma en Liderazgo Social (SNBP). Magíster en Educación, Políticas y Gestión Educativas. Doctor en Ciencias Humanas (UACH). Académico, Consultor y Relator. Co – Investigador Fondecyt Regular N° 1170019. Correspondencia a: Eduardo.sandoval.o@gmail.com / Sitio Web: http://eduardosandoval.cl/

[2] Proyecto de Investigación titulado “El Mapa Escolar como Epistemicidio de lo Educativo: Comprensión de la Escuela desde los Márgenes”. Para mayor información, visite nuestro sitio web: https://cedma-deye.com/

Comparte este contenido:

¿Crisis moderna o posmoderna de las universidades? Nostalgia por la Reforma de Córdoba

Por: Iliana Lo Priore Infante.

Nadie pone en duda que las universidades están en crisis.  Donde no existe acuerdo es con respecto al tipo de crisis que atraviesan.  Parece, a primera vista, desconcertante que se reconozca la existencia de la crisis pero no haya consenso para reconocer cómo clasificarla.  Incluso, el consenso no existe dentro de la “comunidad” misma de una específica universidad. Entre otras razones, porque la idea de comunidad universitaria está también en crisis, aspecto este que poco se admite sobremanera por los burócratas del populismo universitario, según cierta interpretación inferida de los indicadores recabados en torno a su situación crítica.  Esto pudiera conllevar a que la crisis para algunos se debatiera entre dramática o trágica.

Dramática por cuanto su narrativa podría tener desenlace por más precario que fuera, si existiera la voluntad y la claridad suficientes para superarla por sus propios integrantes, pero no hay signos evidentes de ello; por el contrario, hay manifiestos signos de lo opuesto, –por encima  de episódicos actos grupales de manifestación que son más evidencias de la crisis que eventos voluntariosos y  preclaros de contrarrestarla–, lo que, en consecuencia, nos conduce a caracterizar la crisis como trágica, esto es, sin desenlace pronosticable, o inviable si se hace depender tan solo de la “comunidad universitaria”.  Al decir esto, no estamos coincidiendo con aquellos que reclaman sempiternamente que la crisis universitaria principalmente es cuestión del presupuesto otorgado externamente por  insuficiente, admitiendo que esto es una media verdad.  Presupuesto, para quienes lo reclaman, que debe ser otorgado por los gobiernos, para los progresistas o liberales, o por los sectores económicos capitalistas poderosos de la sociedad, para los neoliberales privatizadores, a fin de funcionar debidamente a cambio de satisfacer sus expectativas político-ideológicas y económicas.

Cuando decimos que la superación de la crisis universitaria es inviable si se hace depender únicamente de sus “comunidades”, estamos reconociendo la incapacidad propia de la institución para convertirlas en sujetos de su transformación, y reconociendo además, la necesidad de hacer intervenir a otros actores o agentes, externos a la universidad, para impulsar y sostener las dinámicas de su cambio institucional, si aún se está a tiempo de renovarla y salvar su vigencia histórica instituida por la Modernidad occidental principalmente.  Cuestión que de suyo es ir a contracorriente ya que, como es más que conocido, la Modernidad, en tanto modelo civilizatorio, está en crisis debido a su agotamiento y decadencia. Agotamiento y decadencia que evidencia el derrumbe de sus ideas-fuerza: progreso, desarrollo, saber científico, aplicación tecnológica, etcétera. Y siendo que la universidad es una institución depositaria de esas ideas-fuerza, y, a la vez, se fundamenta en ellas para justificar su institucionalidad, (su docencia-investigación-extensión), la crisis de la Modernidad, es la crisis de la universidad vigente.  Esto explicaría el porqué la universidad no puede asumir, con base en su fundamentación y praxis moderna,  la comprensión de su crisis y su superación, mucho menos animar y consolidar una fuerza propia, con apoyo en esas ideas-fuerza, que favorezca un desenlace basándose en sus “principios y postulados” modernos. No puede acudir a darse sustentabilidad en un ethos universitario agotado.

Por otra parte, es comprensible también que su “comunidad” se sienta desasistida y anómica. Incapaz de darse su propia dirección y sentido, por cuanto no ha reconocido esta realidad, y ha desestimado o negado, contradictoriamente por ser esa una de las principales razones de ser liberales-modernas de la universidad, el requerimiento de pensar perspectivistamente su situación, desde diversos ángulos críticos y ambivalentemente, cuando se supone que ese es su primera fortaleza, el libre pensar y la libre discusión de ideas,  junto con el resguardo que le brinda para ello la autonomía y la democracia universitarias, afianzadas también por el pensamiento liberal moderno, para preservarse de las presiones o exigencias  gubernamentales y del mercado capitalista.

El agotamiento y decadencia de la Modernidad europea-occidental, impuesta colonial y neocolonialmente en Indoafrolatinoamérica  en forma de remedo  por medio de la modernización para mayores alienaciones ya que ha sedimentado híbridamente en lo sociocultural de las naciones, indignificando a nuestros pueblos al obligarlos a asumir identificaciones extranjerizantes negadoras de sus alteridades, ha conllevado a que estemos atravesando un momento epocal que se ha denominado posmodernidad, que a través de los intelectuales y cultores orgánicos que en nuestro contexto regional la han asumido, está impugnando críticamente los remedos residuales de la Modernidad, desde una racionalidad o pensamiento propio en todos los aspectos y ámbitos, entre estos, los universitarios.

Posmodernidad que en sus vertientes más críticas ha enfatizado en las características culturales diferenciadoras que han emergido de la reivindicación de los saberes y conocimientos excluidos o subalternos, así como de los emergentes, y que se manifiestan en la reclamación de una reforma o renovación universitaria radical pertinente con base en una nueva mundialización alternativa a la globalización neoliberal depredadora de la naturaleza y la humanidad, así como de una universidad con responsabilidad social ante la sociedad, por vía de sintetizar el sentido común popular y el sentido crítico universitario alternativo en un sentido-común-crítico (implica unas ciencias-otras y unas tecnologías-otras, o no depredadoras, no reproductoras de los residuales de la Modernidad postiza, racionalidades liberadoras, decolonizadoras, etcétera), que se articule con las transformaciones sociales populares requeridas para afianzar nuestra autodestinación histórica  a través de la reivindicación de las alteridades que somos los indoafrolatinoamericanos.

En esa perspectiva inscribimos la posibilidad de superar la crisis de la universidad al reconstruirla o reconvertirla radicalmente (en lo académico, la docencia, la extensión, la investigación, lo organizacional,  lo administrativo funcional, y otros) en la dirección y el sentido de esa autodestinación como nueva institucionalidad insurgente posmoderna.  A semejanza de la lucha de impacto histórico-cultural en toda la región de la Reforma Universitaria de Córdoba en la Argentina de 1918 por moderna que esta haya sido.

  • Correo: ilianalopriore11@gmail.com
Comparte este contenido:
Page 1390 of 2733
1 1.388 1.389 1.390 1.391 1.392 2.733