Page 1535 of 2732
1 1.533 1.534 1.535 1.536 1.537 2.732

Gratuidad y responsabilidad en la educación universitaria

por EDUARDO TARIFEÑO

En estos días las universidades chilenas están en el proceso de matrículas de los nuevos alumnos que postularon a las diferentes carreras que ofrecen en el sistema de educación universitaria y que fueron seleccionados de acuerdo a sus puntajes en la PSU y promedios de notas en la educación media. Como es tradicional, las universidades han desplegado una abundante y costosa propaganda en diversos medios de comunicación para atraer a los postulantes, no solo a aquellos con buenos puntajes, sino que a todos los que lograrán disponer del financiamiento adecuado para cancelar los aranceles y matrículas de las respectivas carreras y llenar los cupos ofrecidos. Este año, por segunda vez, el tema de la gratuidad es materia de análisis y discusión no solo por su impacto económico dentro del presupuesto de la nación, sino que también por el impacto social que significa que un parte importante del alumnado universitario que ingresa, los pertenecientes al 60 % de las familias de menores ingresos de la población, podrá hacerlo en forma gratuita, no solo en su ingreso sino también en todos los años durante los cuales curse su carrera.

Aquí surge un tema que no ha sido mencionado ni analizado en la discusión pública realizada con un marcado sesgo político, como es el rendimiento académico que tendrán los alumnos que recibirán este beneficio, o derecho como dicen varios sectores en la discusión pública.

Las estadística del propio Ministerio de Educación, a través del Servicio de Información de Educación Superior (SIES), indican que las deserciones de alumno que abandonan sus estudios el término de primer año son cercanos al 30 %, y que los terminan sus carreras al final de los cinco años que en promedio duran las carreras universitarias, son menos del 50% de los ingresados en cada promoción. En los diversos foros que se ha realizado para analizar estos magros resultados se han indicado que varios son los factores que explicaría esta situación, tales como los problemas desorientación vocacional, mala preparación obtenida en la educación media y planes de estudios de las carreras universitarias que enfatizan en el primer año el aprendizaje memorístico y no el “saber hacer” con un adecuado fundamento teórico.

Es necesario que en la discusión que se lleva a cabo en el congreso para aprobar el proyecto presentado por el Gobierno, también se incluyan las medidas para incentivar la responsabilidad de los alumnos en sus estudios, especialmente en los primeros años de las carreras.

Pero a todo ello, se debe agregar las bajas habilidades de estudio y poca responsabilidad de los alumnos en los estudios dado que por lo general la mayoría de ellos sólo se conforman con aprobar las asignaturas pero sin una adecuada integración de conceptos, ni menos el trabajo personal para suplir sus deficiencias cognitivas.

Si esta irresponsabilidad del alumno universitario está ocurriendo en un escenario donde las carreras tienen un costo no menor para del presupuesto familiar, cabe la duda si la gratuidad cambiará los preocupantes índices de deserción y términos de las carreras. Por ello, junto con el tema de la gratuidad en la educación superior, defendida por muchos como un derecho, también se debería analizar la responsabilidad que los alumnos deben tener en sus estudios; es decir, el deber de cumplir los requisitos y exigencias que cada carrera contempla para entregar el respectivo título profesional y cumplir con lo que la sociedad chilena espera de él, al momento de entregarle la gratuidad en sus estudios. No está claro en lo conocido del sistema de gratuidad cómo se velará para que los beneficiarios de este sistema no caigan en un actitud indolente de estudiar sólo para tener algo que hacer y no entrar en el segmento juvenil de los “ninis” (aquel que ni estudia ni trabaja).

Por lo anterior, es necesario que en la discusión que se lleva a cabo en el congreso para aprobar el proyecto presentado por el Gobierno, también se incluyan las medidas para incentivar la responsabilidad de los alumnos en sus estudios, especialmente en los primeros años de las carreras.

Fuente del Artículo:

http://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/2018/01/21/gratuidad-y-responsabilidad-en-la-educacion-universitaria/

Comparte este contenido:

El talón de Aquiles de la educación

Por María de los Ángeles Camacho Rivas

De acuerdo con datos ofrecidos por el Departamento de Educación en el School Report Card 2017-2018, la matrícula de estudiantes reportada para ese periodo fue de 365,057 estudiantes, distribuidos en 1,272 escuelas. De este total, solamente 77 son de excelencia; es decir, el 6%. Aumentar esta preocupante cifra representa un gran reto para un sistema educativo en etapa de restructuración.

Esto nos lleva a preguntarnos: ¿Tendrán éxito los nuevos planes de política pública si los objetivos trazados administración tras administración no lo reflejaron según las gráficas de progreso? ¿Por qué ninguna estrategia ha logrado la anhelada reforma educativa?

Década tras décadas, hemos apostado y hasta hemos soñado con una reforma educativa exitosa. Tal vez el fracaso en cada intento se deba a que la prisa, para implementar los nuevos planes y estrategias, no nos ha permitido tener un proceso necesario de autoevaluación y reflexión que identifique el talón de Aquiles de nuestro sistema. Si bien es cierto que muchos estudiantes no alcanzan las expectativas deseadas, hay otros que superan los niveles de aprovechamiento. ¿Por qué no enfocarnos en lo sí logró victorias en lugar de seguir detenidos para enmendar las fallas?

Todo miembro de la sociedad debe asumir su compromiso con la educación. Si cada comunidad escolar identifica los recursos y servicios que se ofrecen a su alrededor, los currículos y proyectos se diseñarían con las posibilidades que brinda ese entorno.

Por ejemplo, si alrededor del plantel existen varios asilos, hospitales o instituciones sin fines de lucro, el enfoque en sus aulas se dirigiría al aprendizaje basado en servicio. Si, por otra parte, el plantel está ubicado en un campo, se debe usar el contacto con la naturaleza para integrar la educación agrícola a través de huertos que sustenten el comedor escolar; es decir, desarrollar proyectos autosostenibles que generen ingresos a través de la creación de cooperativas escolares. Los miembros de esa comunidad fungirían como asesores y aliados. De esta manera, se generaría un sentido de pertenencia general que disminuiría, entre otras cosas, el vandalismo, el desapego y la deserción escolar.

Las escuelas especializadas han evidenciado ser un modelo académico exitoso. La precisión y rigurosidad con la que se diseña la organización de cada una, garantiza que la matrícula reciba tanto las clases regulares como las de especialidad. La mayoría de sus egresados aprueba cursos de nivel avanzado que son convalidados por las universidades. Otro gran número desarrolla habilidades musicales, deportivas, matemáticas, científicas, lingüísticas o artísticas, por las que son becados o admitidos en universidades especializadas en las áreas mencionadas. Esto incluye a los subgrupos de educación diferenciada: limitaciones lingüísticas y educación especial, entre otros.

El éxito de las escuelas especializadas sugiere que los alumnos que estudian materias o áreas que les interesan son más proficientes. Este dato nos obliga a replantearnos el enfoque tradicional al que hemos apostado. El horario de ocho a tres, las clases de una hora, los currículos herméticos y reciclados no son la receta perfecta para cada plantel. Hasta el presente, los modelos educativos homogéneos no han detonado el gran potencial y los innumerables talentos del alumnado.

Sin menospreciar los modelos educativos globales, a pesar de las estadísticas alarmantes sobre el aprovechamiento académico de la matrícula del Departamento de Educación, se han desarrollado proyectos y modelos educativos internos que han demostrado logros significativos. Esto invita a replicar nuestros propios patrones de éxito o a “criollizar’ los modelos importados que han demostrado buena acogida y desarrollo, como ha sido el caso del modelo Montessori. Nos urge entender que si la educación es un problema de todos, las soluciones lo son también.

Fuente del Artículo:

https://www.elnuevodia.com/opinion/columnas/eltalondeaquilesdelaeducacion-columna-2391375/

Comparte este contenido:

Los años dorados del siglo XX en la Universidad de La Habana

Por: Luis A. Montero Cabrera

La documentación corriente acerca de la vida universitaria en cualquier lugar del mundo suele abordar muchas facetas de esa componente indispensable de la vida humana de hoy. Los rendimientos y la reputación de los centros suelen dominar la información para los que conducen la actividad y también para los que se preparan para acceder a ella. Muchos de los más maduros sienten que reviviendo con recuerdos pueden de alguna forma replicar la felicidad, o las dulces desventuras, experimentadas en esos años de la vida. Los que gobiernan bien se preocupan por toda información que contribuya a la buena marcha de la educación superior como una pieza decisiva de la trama social moderna. Poco se conoce y está documentado, sin embargo, de intervenciones sistemáticas y efectivas de gobernantes en contacto directo con estudiantes y docentes en una universidad.

A partir de la Reforma Universitaria de 1962, documento abarcador y modernizador de un sistema de educación superior que mucho lo requería, se fueron cambiando estructuras y concepciones. La Universidad de La Habana resultante de ese proceso abarcaba la formación de todo joven que deseara y pudiera cursar estudios superiores en las provincias desde Matanzas hasta Pinar del Río, incluida la entonces Isla de Pinos. Comprendía todas las carreras, desde las médicas hasta las de enseñanza, pasando por las tecnologías, las ciencias básicas y las humanidades. Varios presidentes de la Federación Estudiantil Universitaria, secretarios generales de la Unión de Jóvenes Comunistas, rectores, vicerrectores y decanos conducían seria y paulatinamente los cambios que la reforma indicaba. Los estudiantes y profesores, todos muy nuevos y muchas veces indistintos, enfrentábamos el nuevo escenario con el entusiasmo del que confía en un futuro irremisiblemente maravilloso. Algunos éramos estudiantes de tercer año en la mañana y profesores conferencistas de otra carrera por la tarde. Un Ministro de Industrias como el Che, con alma de redentor y cultura multifacética le pedía a una decana, directamente por carta y también personalmente, que su Facultad se sumara a sus cometidos. Quería también aprender las matemáticas que su educación de médico no le había proporcionado.

Lo insólito comenzó a ocurrir en los años alrededor de 1965 y continuó prácticamente hasta iniciada la década de los 70. El primer ministro del país, que era Fidel, visitaba regularmente la Plaza Cadenas, corazón del campus central. Ocurría generalmente durante las horas de la activa noche de cursos para trabajadores, estudios en la Biblioteca Central, encuentros sentimentales y reuniones de las organizaciones que no se podían dar por el día porque las clases y su horario eran sagrados. Los que estábamos por esos entornos y súbitamente veíamos aparecer por la entrada de la calle J los tres Oldsmobile del año 1960 ya sabíamos que nos esperaban unas cuantas horas de diálogo activo, sobre temas publicables o no, y de la más variada índole. Desde la Revolución China, hasta los efectos de ciertas carnes para la salud, pasando por las formas de distribución de la tierra que habían seguido diversas revoluciones antes de la cubana.

En 1966 todos nos sorprendimos al conocer que había sido nombrado como rector un médico desconocido para muchos. Se trataba de José Millar Barruecos, con el apodo de “Chomi”. Un rector joven y con un apodo informal ya sonaba a “cosas de Fidel”. Se trataba de alguien que se había destacado en los primeros intentos de llevar la salud a los lugares donde vivían los olvidados de siempre en Cuba. Era un producto del llamado entonces “Servicio Médico Social Rural”. Nada más sabíamos de él.

Lo que si supimos después fue que esa medida significó la intervención decisiva de las ideas revolucionarias para realizar lo mejor de la Reforma de 1962 y bastante más. El estrecho y fresco contacto sistemático de Fidel con los estudiantes y profesores y ahora la frecuente, informal y efectiva comunicación entre el rector y el líder de la Revolución condujeron a años de cambios y fomento radicales.

Se crearon grupos multidisciplinarios con estudiantes y profesores de diversas áreas que se llamaron “polivalentes”, usando graciosamente un término químico para fomentar lo que hoy es una práctica modernísima de gestión en todas partes. De ellos salieron recomendaciones fundacionales de muchas iniciativas fidelistas de entonces. También se crearon “equipos económicos” con los de economía, contabilidad, y otras carreras que conviniera. Se fundaron centros de investigaciones, lo mismo de aplicaciones informáticas a las ciencias médicas que de ciencias marinas; se fundó un monumental jardín botánico; se cimentó la formación biológica, física, matemática, química. Se impartieron semestres completos de ciertas carreras en la Sierra Maestra, para conocer científicamente lo que ya se sabía empíricamente por los revolucionarios. También se diseñó y produjo en pequeñas series una computadora de las más modernas de entonces, acompañada de un inédito lenguaje de programación en español, que se llamó “LEAL”. Todos estos hechos y muchos más en tan poco tiempo y por parte de gente tan joven tienen pocos o ningún referente en este mundo, en cualquier época pasada o presente.

También, algunos de los problemas teóricos que más tarde conducirían a cataclismos de revoluciones anteriores fueron presentidos en un novedoso Departamento de Filosofía que tenía su propia revista, culta, joven, revolucionaria, esencialmente admiradora de las esencias de Marx y Lenin. Los que estudiamos entonces los cursos obligatorios de ideas filosóficas en cualquier carrera solo vimos en las librerías a los manuales que habían digerido otros de los fundadores, a imagen y semejanza de un proceso deformador de las raíces. Nuestros textos, por el contrario, eran los documentos originales de los autores de la teoría revolucionaria. Y eso era una indicación de Fidel.

Para los testigos y modestos protagonistas de aquellos tiempos en la Universidad de La Habana, la que entonces “solo” tenía 240 años, esos fueron sus “años dorados” del siglo XX. Entonces estaba entera, con todas las disciplinas que hacen a una universidad y éramos estudiantes o jóvenes graduados dedicados a las ciencias, o a las tecnologías, o a las humanidades. Un joven, culto, audaz, visionario y admirado líder revolucionario usaba parte de sus noches de trabajo conversando con los estudiantes y profesores que habitaban entonces la Acrópolis de La Habana, aceptando la invitación del Alma Mater para escalar por la colina hasta ella y poder participar en la conversación con Fidel.

En estos tiempos que la madre cumple 290 años, los simples y hermosos vínculos que se establecían entonces entre los jóvenes creativos y los líderes pueden reeditarse mirando hacia los tres siglos. Eso sí, en esos nuevos vínculos no cabrían ataduras formales, ni lenguajes aburridos y ni estilos artificiales. Las mentes jóvenes y fisiológicamente revolucionarias siguen ahí, en la misma plaza, y con nuevos futuros que deberían estar en Cuba y también cargados de ilusiones tan o más cautivadoras que aquéllas de los años dorados.

Fuente: http://www.cubadebate.cu/opinion/2018/01/20/los-anos-dorados-del-siglo-xx-en-la-universidad-de-la-habana/#.WmYel7zia00

Comparte este contenido:

El futuro de la educación: hacer prácticas gratis mientras estudias Bachillerato

Por: Hector G. Barnés

Una de las ideas que se han repetido con mayor frecuencia durante los últimos años, especialmente desde que la crisis económica disparó los niveles de paro entre los jóvenes españoles, es que el sistema educativo de nuestro país y el mercado laboral siguen caminos muy distintos. Las palabras del ministro de Educación, Iñigo Méndez de Vigoapuntan precisamente en esa dirección, especialmente en lo que concierne al refuerzo de la Formación Profesional y las enseñanzas prácticas como una “alternativa educativa moderna, de calidad, especializada y que va de la mano del mercado laboral”.Íñigo

Esta orientación hacia la empleabilidad de la enseñanza formal está comenzando a reflejarse en una etapa incluso más temprana. Es decir, durante el Bachillerato (y, en ocasiones, la ESO). Es el caso, por ejemplo, del Colegio Internacional de Sevilla San Francisco de Paula, que incorporó el pasado curso la posibilidad de que sus alumnos realicen de forma voluntaria prácticas prelaborales en organizaciones de distinto perfil (tecnológicas, de comunicación u ONG). Es algo relativamente habitual en otros países donde la Formación Profesional tiene un gran peso, como Alemania. Allí, en regiones como Schleswig-Holstein, las prácticas forman parte del currículo en asignaturas como Economía y Política para que el estudiante entienda cómo funciona una empresa.

Son cada vez más los centros que ofrecen a los alumnos la posibilidad de empezar a integrarse en el mercado laboral antes de abandonar el instituto

Ello provoca que, por ejemplo, el Colegio Alemán de Bilbao oferte prácticas en empresas alemanas a los alumnos de Bachillerato, con el objetivo de que “tengan su primera experiencia profesional”. En el Colegio Virgen del Mar de Tenerife, los estudiantes de ESO y Bachillerato con mejor expediente pueden hacer prácticas en las instalaciones del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Otros centros, como el Colegio Internacional Peñacorada, llevan a cabo la ‘work experience’, unas prácticas formativas no laborales en 20 empresas diferentes de Castilla y León.

De las aulas a las oficinas. (iStock)
De las aulas a las oficinas. (iStock)

Son cada vez más los centros que ofrecen a los alumnos la posibilidad de empezar a integrarse en el mercado laboral antes de abandonar el instituto como una forma de prepararlos para lo que se avecina. “Debemos ser conscientes de que el mundo profesional está demandando habilidades que no se están evaluando”, explica el director del colegio sevillano, Luis Rey. “Podríamos dar la espalda a la realidad, y centrarnos solo en lo académico, pero estaríamos haciendo un flaco favor a nuestros hijos”. En la elaboración de los planes estratégicos del centro participan, además, empresarios y directivos del sistema productivo español.

¿A quién beneficia?

Uno de los principios en los que se basan estos proyectos es en que los alumnos adquieran aprendizajes que puedan poner en práctica en el mercado laboral antes de concluir sus estudios. Sin embargo, para Paco Ávila, responsable del Instituto Oficial de Formación Profesional MEDAC y experto en la relación entre empresa y mundo educativo, aunque “todo lo que sea sacar al alumno de su entorno y acercarle al mundo laboral es fantástico”, el final último no debería ser tanto que el alumno recibiese un aprendizaje práctico como que le sirviese de orientación a la hora de encontrar su vocación.

Deberían llevarlos a un supermercado o a un centro médico. No es una cuestión de aprender, sino de descubrir su vocación

De ahí que, en opinión de Ávila, las prácticas ideales no se centrarían en una única empresa, sino que tendrían lugar en distintos sectores profesionales en que los estudiantes desempeñasen distintos trabajos para facilitar su comprensión de los distintos entornos laborales. Ello contribuiría, por ejemplo, a reducir el número de estudiantes que abandonan prematuramente su carrera universitaria. “Con 18 años es difícil tomar una decisión, y hay mucho fracaso porque se dan cuenta de que no es lo que querían”, explica. “Deberían llevarlos a una cadena de supermercados, a una empresa de servicios o a un centro médico. No es una cuestión de aprender, sino vivencial, como un viaje”.

El Colegio Alemán de Bilbao, por ejemplo, incide en el carácter orientativo de sus prácticas. En el caso del Francisco de Paula, los propios estudiantes eligen el perfil de empresa en el que desean realizar las prácticas. El centro organiza una Feria de las Organizaciones en la que los alumnos, junto con sus padres, se informan de las características de cada una y deciden en función de sus intereses. Las prácticas prelaborales, no remuneradas, se realizan a lo largo de unas semanas, durante el verano.

Habilidades, ¿qué habilidades?

Estos proyectos pioneros en el panorama español reabren el debate del rol que debe jugar la empresa en la formación de los jóvenes. En concreto, entre los distintos roles que deben jugar la educación obligatoria —que en nuestro país llega hasta la ESO—, la posobligatoria y preuniversitaria (el Bachillerato) y la superior (grados, licenciaturas y posgrados). El Bachillerato, según la Ley Orgánica 2/2006, además de capacitar a los alumnos para la educación superior, tiene como finalidad “proporcionar a los alumnos formación, madurez intelectual y humana, conocimientos y habilidades que les permitan desarrollar funciones sociales e incorporarse a la vida activa con responsabilidad y competencia”.

El acento, en este caso, se sitúa en preparar mejor a los alumnos para un entorno profesional que, se entiende, dista mucho de lo que se aprende en la escuela. “El informe sobre el futuro de los empleos del Foro Económico Mundial fue tan taxativo como elocuente: las habilidades técnicas necesitarán ser fuertemente complementadas por facultades sociales y de colaboración”, señala el San Francisco de Paula. Para Jurjo Torres, catedrático de Didáctica y Organización Escolar en la Universidad de A Coruña y autor de ‘Políticas educativas y construcción de personalidades neoliberales y neocolonialistas’, esto se traduce en “prácticas en el mundo de las grandes empresas, pero como ‘empresarios, directivos y ejecutivos”.

En su opinión, el programa está “obsesionado por encaminar la vida futura del alumnado hacia el mundo empresarial” (y hacia las STEM, es decir, ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas) y considera que “en ningún momento se le hace analizar críticamente el mundo de la empresa capitalista: la justicia de la organización empresarial, del sexismo dominante, el grado de participación democrática, la ética que caracteriza ese modelo empresarial y productivo, etc.”. La educación no debería limitarse a eso. “En Bachillerato, el alumnado no suele tener decidido su futuro profesional (eso caracteriza más a la FP y a la universidad), pero si ya se hace tanto hincapié en estas prácticas prelaborales en esos ámbitos es previsible que otros no lleguen a conocerse”, añade el profesor. Como recuerda Ávila, esta estrategia de acercamiento al mercado laboral de ciertos colegios privados no puede llevarse a cabo de cualquier manera.

Fuente: https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2018-01-18/practicas-empresas-bachillerato_1507562/

Comparte este contenido:

La ciudad de las columnas

Por: Graziella Pogolotti

Anduvo de un lado para otro hasta arrimarse a una bahía en forma de bolsa, protegida por un estrecho canal. Al principio, fueron modestas casitas de adobe o madera colocadas de cualquier modo, sin pensar mucho en el trazado de las calles. A un costado, en lo que habría de ser más tarde la villa de Guanabacoa, sobrevivía un agrupamiento de los habitantes originarios de la Isla. En tan precarias condiciones los incendios eran frecuentes.

El puerto dio vida y razón de ser a aquel núcleo primario  de un conglomerado urbano cuando empezaron a juntarse las flotas, en espera del momento propicio para emprender viaje a través del Atlántico cargadas con el oro y la plata de América, fuentes nutricias de la naciente acumulación de capital. Entonces La Habana tuvo que crecer y fortificarse mientras proveía hospedaje, alimentos y recreación a una población flotante que recalaba ociosa, año tras año, en las costas de la Isla. En ese tiempo de espera se reparaban las naves. Con la destreza adquirida en los oficios y la disponibilidad de cedros y caobas se construyeron embarcaciones para responder a las necesidades bélicas de la armada española.

El caserío primario se iba convirtiendo en ciudad. Se trazaron calles. Se establecieron elementales regulaciones urbanas.

En ininterrumpida expansión, la ciudad había adquirido un diseño urbano que ponía en valor plazas, construcciones simbólicas del poder dominante y viviendas de noble presencia, adaptadas a las exigencias del clima tropical. Los patios, ventanales y vidrieras de color destinadas a tamizar la luz solar les confirieron marca de originalidad. Otrora edificadas como medida de protección, las murallas se convirtieron en prisiones. Había empezado la marcha hacia el oeste. El Cerro acogió casas señoriales. Para los terrenos silvestres del Vedado se elaboró una de las concepciones integrales de desarrollo urbano más avanzadas de la época. Abierto a las brisas del mar, sus verdes parques y parterres contribuían a refrescar el ambiente.

Dos hermosas avenidas, G y Paseo, adosadas a la suave colina, ofrecían el disfrute de la visualidad a un espléndido panorama.

La Habana se acerca a su medio milenio. Prosistas, poetas, músicos, pintores, viajeros venidos de otras  latitudes han construido su mitología y han destacado su singularidad. Su presencia se manifiesta extensamente en la obra de Alejo Carpentier.

Aparece en El siglo de las luces. Algunos de sus rasgos pueden identificarse en El recurso del método. Asoma en Concierto Barroco y ocupa buena parte de La consagración de la primavera. La encontramos en numerosas crónicas periodísticas del narrador cubano, quien la definió como «ciudad de las columnas» en uno de sus ensayos clásicos.

El escritor observó detalles de su arquitectura, el contrapunteo de luz y sombra en sus calles más antiguas y la amable protección que brinda a los paseantes la secuencia de portales que recorren el Prado y amplias zonas de La Habana del Centro, tan cercana a la obra de Fina García Marruz. Descubrió en la audaz y afortunada mezcla de estilo una libérrima  y herética manera de apropiarse, transformadoramente, de los modelos llegados  del otro lado del Atlántico, característica compartida con otras urbes del nuevo mundo.

El paso del tiempo, el crecimiento demográfico, el efecto de intervenciones improvisadas y el deterioro del fondo habitacional han dejado profundas cicatrices. La restauración de la zona más antigua revela, tanto a los nativos como a los visitantes que acuden en virtud de la apertura turística, los valores culturales y económicos de un legado monumental que en otras partes del continente  fue arrasado por una falsa noción de modernidad y por una especulación financiera carente de las debidas regulaciones.

Al cabo de pocos siglos, nuestra Habana muestra los signos de una edad avanzada.

Reclama inversiones que sobrepasan nuestra disponibilidad de recursos. Conserva, sin embargo, la riqueza intrínseca en un muestrario  que recorre la historia de la arquitectura, desde nuestro austero barroco, su peculiar eclecticismo, sus muestras art déco, su contribución renovadora en los 50 de la pasada centuria, hasta llegar a significativos conjuntos edificados durante la Revolución. Preserva, además, su dimensión humana.

El desafío es enorme. Apremia definir conceptos para establecer las vías y las prioridades del hacer. Sin desdeñar la importancia de los monumentos paradigmáticos, la perspectiva de análisis debe situarse en términos de urbanismo, sustentado en un acercamiento interdisciplinario, integrador de diversidad de factores que intervienen en la vida de la ciudad.

Hay que restaurar redes: las invisibles, por subterráneas; las de comunicación, para vincular vivienda y centro de trabajo; las comerciales, las áreas verdes y los espacios de asueto, teniendo en cuenta también el peso de una población envejecida.

Se impone fortalecer y divulgar el marco legal regulador, garantía de preservación de los valores identitarios y base para la  concertación de esfuerzos múltiples por parte del Gobierno, de los propietarios y de los municipios, decisivos en una ciudad extensa y de extrema densidad demográfica.

El medio milenio se nos viene encima. Es el momento propicio para abrir el horizonte hacia un punto de partida, para unir voluntades, para analizar los problemas que nos abruman, las oportunidades latentes para la salvaguarda de un legado valiosísimo y ofrecer a los habaneros un entorno acogedor, hecho a la medida del buen vivir.

Fuente: http://www.granma.cu/opinion/2018-01-21/la-ciudad-de-las-columnas-21-01-2018-21-01-36

 

Comparte este contenido:

Un siglo de autonomía

Por: Ignacio Mantilla

En el mundo universitario, este nuevo año nos ofrecerá múltiples escenarios propicios para reflexionar sobre la manera como las universidades realizan sus labores hoy, y muy especialmente sobre la moderna forma de entender sus funciones misionales.

Entre los eventos que tendrán lugar en 2018, hay que resaltar especialmente un encuentro internacional de gran importancia, al que me quiero referir. Se trata de la Tercera Conferencia Regional de Educación Superior, CRES 2018, que se realizará en el mes de junio en la ciudad de Córdoba (Argentina).

La conferencia, considerada el evento más importante del Sistema de Educación Superior de América Latina y el Caribe, se realiza cada 10 años, y permitirá debatir sobre la situación regional de la educación superior y delinear un plan de acción para la próxima década.

Será también la oportunidad para conmemorar el primer centenario de la reforma universitaria que se inició en la Universidad Nacional de Córdoba, más conocida como la Reforma de Córdoba, y que dio origen a la conquista de la autonomía universitaria, extendida en las décadas posteriores a las demás universidades públicas latinoamericanas.

Esa es la razón por la cual se ha decidido que sea la Universidad Nacional de Córdoba la sede de la Conferencia y que, un siglo después de su proclamación, la autonomía universitaria sea uno de los grandes temas a debatir.

Desde la Unión de Universidades de América Latina y el Caribe (Udual) hemos declarado nuestro interés en participar abordando una amplia variedad de temas. Asuntos como el aporte que pueden brindar las universidades para que los gobiernos aprovechen el conocimiento que ellas generan y lo integren a objetivos de desarrollo sostenible, y la misión social que hoy lleva a cabo la universidad latinoamericana y su responsabilidad ética para garantizar una educación pertinente y de calidad, serán objeto de discusión.

Uno de los temas que sin duda serán ampliamente expuestos en el evento es la autonomía universitaria como responsabilidad y desafío. Su reconocimiento en la reforma de Córdoba de 1918 es parte esencial de la naturaleza histórica de las universidades públicas latinoamericanas. Aparecerá, por supuesto, en el programa el debate en torno a la calidad y la necesidad de los sistemas de aseguramiento de la misma y de los incentivos para su estímulo.

Muy importante será el debate en torno a la evaluación y la acreditación frente a los indicadores únicos que vienen imponiéndose en el mundo sin reconocer la diversidad. Me refiero a los polémicos ránquines universitarios, que en su mayoría minimizan la importancia de la cobertura y la equidad social y privilegian los indicadores más relevantes en las universidades anglosajonas, desconociendo el contexto regional de América Latina.

Un encuentro de tal dimensión deberá incluir otros temas que siempre están presentes en los foros universitarios, tales como la función imprescindible de la investigación, tanto básica como aplicada, y sus incentivos para generar conocimiento; los retos y nuevas estrategias pedagógicas frente a los avances tecnológicos; la regionalización de la educación superior; los posgrados y la formación especializada al más alto nivel; la internacionalización, y la movilidad académica de estudiantes, profesores y funcionarios.

El año 2018 también es un año de importantes conmemoraciones y jubileos. En efecto, nos reuniremos para conmemorar el cumpleaños 800 de la Universidad de Salamanca, la más antigua de todas las universidades iberoamericanas. Al igual que la celebración del cumpleaños de una madre o de la mayor de las hermanas, será una oportunidad para compartir nuestros logros y experiencias y renovar objetivos misionales comunes. Y a la lista de celebraciones hay que sumar el bicentenario de la Universidad de Bonn, como institución que representa ese vasto grupo de universidades alemanas nacidas o refundadas hace dos siglos siguiendo el modelo educativo ideado por Wilhelm von Humboldt. Un modelo universitario que, en alguna medida, las universidades latinoamericanas hemos heredado y adoptado.

Las universidades, como representantes de la solidez del mundo académico, demuestran su importancia universal cada vez con mayor fuerza. Sobrevivir a tantas décadas, guerras y vicisitudes es motivo suficiente para el júbilo que transmite la celebración de estas efemérides.

Desde la sesquicentenaria Universidad Nacional, patrimonio de todos los colombianos, nos unimos a estas celebraciones de 2018 y extendemos desde ya un abrazo fraterno de felicitación a las comunidades académicas de esas instituciones hermanas.

Fuente: https://www.elespectador.com/opinion/un-siglo-de-autonomia-columna-734299

Comparte este contenido:

El rodillo totalitario y la Educación sexual

Por: Pedro Trevijano

Hace pocos días leía un artículo en el que su autor se quejaba del déficit que acumulamos en materia de educación y civismo, en lo que puedo estar de acuerdo, pero no en la conclusión final que decía: «Y pensar que cuatro integristas se cargaron la Educación para la Ciudadanía». Ya me gustaría que el articulista tuviera razón y que realmente en nuestro país nos hubiésemos cargado la Educación para la Ciudadanía, pero ésta y la ideología de género siguen más vivas que nunca, como lo prueba el que estos mismos días, concretamente el 14 de Enero, se haya publicado en el Boletín Oficial andaluz la «Ley para garantizar los derechos, la igualdad de trato y no discriminación de las personas LGTBI y sus familiares en Andalucía». Si a esto añadimos que sigue avanzando en el Parlamento español la «Proposición de Ley contra la discriminación por orientación sexual, identidad o expresión de género y características sexuales, y de igualdad social de lesbianas, gais, bisexuales, transexuales, transgénero e intersexuales» nos daremos cuenta que el problema no es que haya desaparecido, sino todo lo contrario, está más vivo que nunca.

Detrás de estas leyes están las ideologías laicistas, relativistas, de ideología de género, marxistas y nacionalsocialistas. A quien le parezca demasiado osada esta afirmación le ruego que me enseñe donde están las discrepancias entre los principios educativos nazis rechazados por Pío XI en su encíclica «·Mit brennender Sorge» y los principios relativistas y laicistas. Es cierto que éstos hablan de democracia, diálogo, tolerancia, respeto a las minorías pero a quienes se atrevan a discrepar les caen unos multazos impresionantes, como les sucede a los médicos que intentan ayudar a un homosexual a llegar a la heterosexualidad, aunque sea a petición de éste, o a los Colegios que intentan que se respete el ideario del Centro. Estamos ante el pensamiento único y políticamente correcto, y como además es lo científico lo que tiene que acomodarse a la ideología y no al revés, ya pueden decir los libros de Ciencias o de Medicina lo que quieran, que son obsoletos y anticuados. Hace pocos años se pensaba que sólo había dos sexos, varón y mujer, hoy ya debemos andar por los cien géneros.

En la Exposición de Motivos III de la futura Ley española leemos: «El 4 de Febrero de 2014, el Parlamento Europeo aprobó por amplia mayoría el informe Lunacek, una hoja de ruta para acabar con la discriminación por orientación sexual o identidad de género o sexual». Esta Lunacek es una conocida defensora de la pederastia (ver Internet). Confiarle a ella la educación sexual europea y española no me parece de recibo e indica lo bajo en que muchos han caído.

Y es que, tal vez por primera vez en la Historia de la Humanidad, hay una ideología que intenta destruir la familia, destruyendo los valores en los que se sustenta, incluso en lo que es puro sentido común. Para poder realizar esta subversión, es necesario iniciarla cuanto antes, ya en la escuela y cuanto antes mejor, a ser posible desde la más tierna infancia. Para conseguir este objetivo se establece que sea el Estado y no los padres quienes deben dar las pautas educativas, aunque ello vaya contra la Declaración de Derechos Humanos y la Constitución, que establecen que son los padres los que tienen derecho preferente a escoger qué tipo de educación habrá de darse a sus hijos.

Hablar de derechos humanos significa, ante todo, para nosotros los creyentes, proponer la centralidad de la dignidad de la persona, en cuanto que ha sido querida y creada por Dios a su imagen y semejanza, derechos que tienen su fundamento en la naturaleza humana. Sin embargo, actualmente están surgiendo presuntos y falsos nuevos derechos, en contraposición con los anteriores derechos humanos, por ejemplo, el aborto ha pasado de ser un crimen horrendo a derecho humano, o el derecho a ser asesinado por la eutanasia, incluso contra la voluntad del paciente, como nos indica lo que sucede en los países donde es legal, o la educación afectivo sexual de acuerdo con la ideología de género, aunque ello signifique la disparatada libre elección del sexo y los libros de Ciencias sigan hablando de órganos masculinos y femeninos, o enseñar a masturbarse y que la fornicación y la promiscuidad pasen a ser prácticas recomendables. No nos extrañe por tanto que empiece a haber padres, como señaló el Papa Francisco ya en el 2015, que cuando llegan los niños de la escuela les pregunten de qué les han hablado los profesores, por si tienen que hacer una contraenseñanza.
como la principal fuerza de oposición a estas barbaridades es la Iglesia Católica, se le combate por considerarla retrasada y se trata de aterrar a profesores y centros educativos con amenazas de durísimas sanciones, porque la libertad de pensamiento, de conciencia, de religión, de opinión, de expresión, de enseñanza, no valen nada ante el rodillo totalitario de las leyes LGTBI.
Quiero terminar con una palabra de esperanza: espero que muchos padres no permitirán que delante de sus narices se corrompa a sus hijos, ni muchos homosexuales que no se les permita intentar salir de la homosexualidad, cuando cada vez hay más en todo el mundo que lo consiguen, o muchas mujeres que no van a permitir con los brazos cruzados que los hombres les roben sus medallas olímpicas. Y sobre todo Dios y el Bien son más fuertes que el Diablo y el Mal.
Cuando tenía este artículo escrito y a punto de mandarlo, me encuentro el comunicado de los Obispos andaluces sobre la Ley de Ideología de Género aprobada por la Junta de Andalucía. Si esa Ley sale adelante se acabó la democracia en España. Es difícil cargarse más derechos humanos, los de verdad, los que están en la Declaración de 1948, en una sola Ley. O reaccionamos, o pasamos a ser un país totalitario.

Fuente: https://www.portaluz.org/el-rodillo-totalitario-y-la-educacion-sexual-2631.htm

 

Comparte este contenido:
Page 1535 of 2732
1 1.533 1.534 1.535 1.536 1.537 2.732