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Una marea por una escuela inclusiva

Agustín Moreno

“Cuanta más mezcla se dé en el crisol de una

sociedad o de una escuela, habrá más riqueza” .

Federico Mayor Zaragoza

 

La diversidad es un valor en sí misma y enriquece a todas las personas que participan en ella. Pero la administración educativa del Partido Popular, por razones políticas, no está de acuerdo con esta idea y aplica medidas segregadoras. Por ello, la sociedad civil ha puesto en marcha iniciativas para mejorar la calidad de la educación para todo el alumnado. Esto significa que en cada centro se debe garantizar la diversidad y aplicar medidas para aquellos que tienen necesidades especiales o compensatorias de cualquier tipo.

La inequidad y la segregación son un atentado al derecho a la educación que tienen todos los niños y jóvenes.Los datos hablan por sí solos. Según PISA, España está muy por encima de la media de la OCDE en segregación social en la escuela y sigue aumentando. Estamos al nivel de Brasil, México y Hungría, y en las antípodas de Finlandia, Canadá y Japón, como demuestra en un excelente análisis de Lucas Gortazar. Las cosas están peor aún en la Comunidad Autónoma de Madrid (CAM) que está a la cabeza de España en segregación y en repeticiones, y la tendencia es creciente si comparamos 2012 y 2015. La European Commission against Racism and Intolerance (ECRI), perteneciente al Consejo de Europa, demuestra que Madrid es una región donde los problemas de la educación tienen que ver con la desigual distribución de alumnado inmigrante y de etnia gitana, la existencia de escuelas “gueto” y con las prácticas en el proceso de admisión que permite a los colegios concertados seleccionar a su alumnado. Eligen el alumnado a través de diferentes trucos, ante la pasividad de la inspección y de las autoridades educativas. Es tan escandaloso, que los centros que no escolaricen un cupo de alumnos con dificultades no deberían disfrutar de conciertos pagados por todos.

Todo tiene su explicación. La política seguida por los gobiernos del PP de la Comunidad de Madrid ha convertido la segregación en un patrón de sus actuaciones. Combina medidas como el aumento de la red privada sostenida con fondos públicos (concertada), la implantación del modelo mal llamado “bilingüe”, los centros de “excelencia” y el establecimiento de la “zona única” de escolarización. Ésta última, ha roto el acertado criterio de escolarizar por proximidad. Por si fuera poco, las pruebas externas y reválidas, cuyos datos con la LOMCE pueden ser publicados, ponen al alumnado y a los centros a competir y no a cooperar.

Se aplica todo lo anterior al tiempo que se recortan recursos para atender a la educación compensatoria. En concreto, ha bajado un 15% desde 2011 la partida destinada a apoyos para alumnos en desventaja social. Así, estamos llegando al absurdo de crear primero guetos y luego cerrar aulas de los centros con mayores niveles de alumnado vulnerable. Esta política cristaliza las desigualdades y margina al alumnado que tiene necesidades educativas y diferencias de origen socioeconómico y cultural.

Frente a la situación descrita se ha puesto en marcha, desde las comunidades educativas de la zona sur, una Iniciativa Legislativa de los Ayuntamientos de la Comunidad de Madrid de medidas prioritarias para la promoción de la escolarización inclusiva en la educación no universitaria. La razón es muy clara: la calidad de la educación a la que debemos de aspirar es la suma de la inclusión y la excelencia. La ILP es una herramienta pensada para hacer frente a este problema. Se está produciendo un intenso proceso de explicación y debate que ha recabado el apoyo de 160 entidades y que cuenta con el asesoramiento de expertos universitarios y juristas.

Como dice uno de sus promotores, José Miguel Martín: “No todos los centros sostenidos con fondos públicos acogen por igual al alumnado. Se están cerrando aulas en los centros con mayores tasas de alumnado vulnerable, por lo que se premia a los centros que excluyen, mientras que se castiga a los colegios que apuestan por la diversidad y la inclusión en sus aulas”. Y añade un argumento preocupante: “Si las familias compran segregación es porque la Administración vende segregación”.

La idea central es planificar con equidad la oferta educativa, para evitar que el alumnado con dificultades se concentre en los centros públicos no bilingües, reducir las ratios, reforzar las plantillas y los equipos de orientación y atención a la diversidad. Se ha iniciado formalmente el proceso con los acuerdos simultáneos del día 11 de mayo de los ayuntamientos de Leganés, Getafe y Parla. Las tres localidades superan en mucho los 50.000 habitantes requeridos por la Ley 6/1986 de Iniciativa legislativa popular. Y se piensa llevar a otros 23 municipios para su aprobación antes de remitirlo a la Asamblea Regional.

En la misma dirección ha surgido otra iniciativa en un barrio de Madrid que pide más recursos y, sobre todo que la inclusividad sea un rasgo normal y común de todas las escuelas financiadas con fondos públicos. Con la Declaración por la Dignidad de la Escuela Pública de Vallecas se propone que el distrito sea zona libre de recortes y con una escolarización equilibrada ante el escándalo de que el 80% del alumnado con dificultades de aprendizaje está en los centros públicos. La comunidad educativa del distrito, representada por la Plataforma por la Escuela Pública, ha llevando sus propuestas a todos los grupos parlamentarios de la Asamblea de Madrid y la respuesta ha sido positiva, con la posibilidad de que varios partidos presenten una Proposición No de Ley unitaria para afrontar los problemas denunciados y que no admiten demora. También se están recogiendo miles de firmas de apoyo a la Declaración.

La educación debe combatir las desigualdades, no limitarse a comprobar que existen. La escuela es un reflejo de la sociedad pero puede y debe propiciar cambios justos, basados no tanto en la igualdad como en la equidad, dando más a quien más lo necesita y no al contrario. Acabar con la segregación social y académica mejora el conjunto del sistema. Se tiene que asegurar el derecho a desarrollar al máximo las capacidades de todas las personas escolarizadas en la educación obligatoria. Para ello se deben impulsar cambios legales, curriculares, metodológicos y organizativos que ofrezcan mejores respuestas a la diversidad, con especial atención a quienes más lo precisan.

Fuente del articulo: https://www.cuartopoder.es/ideas/2017/05/18/una-marea-una-escuela-inclusiva/

Fuent de la imagen: https://www.cuartopoder.es/wp-content/uploads/2017/05/pasted-image-0.png

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Contra el libro de texto y a favor del manual

Guadalupe Jover

Rechazar el libro de texto supone la necesidad de una biblioteca individual del alumnado, así como para el centro educativo y, por supuesto, tiempo para que el docente cree materiales y escenarios de aprendizaje.

Los primeros libros que salen por la puerta cuando hacemos limpieza en casa son, sin duda alguna, los libros de texto de nuestros hijos. Probablemente son los volúmenes más caros de los comprados en el último año. Paradójicamente, los más perecederos también, los más prescindibles a la hora de salvar aquellos que han de conformar nuestra biblioteca familiar, la biblioteca individual de quienes aún se hallan en edad escolar. Cierto que hay excepciones, pero son las menos.

Rechazar el uso del libro de texto no implica rechazar un buen mapa que nos ayude a no perdernos en nuestro recorrido por la historia heredada, por el conocimiento científico, por las obras maestras de la literatura y las artes. Qué útil sería para docentes y estudiantes contar con un puñado de buenos manuales de las diferentes áreas de conocimiento -pienso en la Breve historia del mundo o la Historia del arte, de Gombrich, por ejemplo-, o de los problemas esenciales de nuestro tiempo. Libros que conservamos con mimo, que releemos de tanto en tanto, a los que recurrimos cuando necesitamos recuperar un fragmento perdido en el disco duro de nuestra memoria. Qué útil sería contar con manuales válidos para varios cursos y que saltaran las bardas de la división disciplinar; que nos ayudaran a combatir los efectos indeseados de la especialización posterior y la preocupante miopía en la percepción de lo global.

Pero los libros de texto son de todo menos esto. En su afán de competir con la hiperestimulación sensorial del televisor, con las multipantallas del ordenador, descomponen hasta el infinito aquel plano general que nos valdría para orientarnos, hasta el punto de que acaban por llamar “unidad didáctica” a un batido de conceptos disociados y descontextualizados. Libros que no dejan margen para el cuestionamiento crítico del mundo heredado, para la construcción propia (individual y colectiva) del conocimiento, para la proyección interdisciplinar. En su afán por “estar a la altura” de los infinitos currículos escolares, no son sino un zoológico de saberes disecados y desnaturalizados (las más de las veces).

Estar contra el libro de texto no implica -bien al contrario- renunciar a la provisión de una buena biblioteca individual a lo largo de la escolaridad obligatoria, integrada por aquellos libros que forman lectores y amueblan cabezas (o sacuden conciencias). Libros tras cuya lectura ya no somos los mismos y que nos llevan, indefectiblemente, a otros libros.

Lo que la supresión del libro de texto debiera suponer es, por tanto, un replanteamiento colectivo acerca de cuáles son las preguntas esenciales de nuestro tiempo; cuáles son las lecturas, experiencias y aprendizajes necesarios en el proceso formativo de niñas, niños y adolescentes.

Renunciar al libro de texto implicaría además contar con buenas bibliotecas escolares que permitieran sustituir la lectura intensiva de un solo libro por la lectura crítica de una pluralidad de voces: a veces complementarias, a veces antagónicas. Renunciar al libro de texto supondría no asumir que nuestro sendero está trazado de antemano, sino que somos nosotros -docentes y estudiantes- quienes hemos de diseñar nuestro preciso itinerario dentro del mapa acordado por el conjunto de la ciudadanía. Una educación democrática es sin duda inversamente proporcional a la fuerza coercitiva de un libro de texto del que no se puede, siquiera, discrepar.

No nos vale, por tanto, el creciente proceso de sustitución de los antiguos libros de texto por unas plataformas digitales que las más de las veces no encierran sino un pdf más o menos enriquecido y una invitación aún mayor a la fragmentación y el zapping, y que confunden la necesaria evaluación con la provisión de un aluvión de ejercicios autocorregibles cuyo efecto más inmediato es la multiplicación de deberes para el alumnado, eximido ya el docente de la tarea de corregir. Cuando más necesitados andamos de aprender a establecer vínculos, la escuela parece empeñada en lo contrario.

Prescindir del libro de texto supondría además cuestionar la autoridad de las voces hasta ahora hegemónicas -las órdenes religiosas y algunas multinacionales para quienes la educación no es sino un enjundioso nicho de negocio- y favorecer la presencia de miradas y colectivos hasta ahora acallados o relegados a la periferia de la vida escolar.

No es fácil, sin embargo, acabar con la hegemonía del libro de texto. Hacerlo requeriría transformar de manera radical -desde su raíz, esto es, desde su formación inicial- la consideración y el papel del docente, que dejaría de verse como un ejecutor en la cadena de montaje para erigirse en artesano conocedor de la complejidad de cuanto forma parte del proceso educativo. Conllevaría además revisar su condiciones laborales -muchos más tiempos para la formación y la creación de contextos y materiales que puedan favorecer los aprendizajes; para la coordinación; para el intercambio-.

Y exigiría, en fin, transformar la consideración y el papel de los aprendices, a quienes se les brindaría al fin la posibilidad de erigirse en sujetos capaces de combinar sus filiaciones -esas que no elegimos, como no elegimos en qué familia nacemos- y sus afiliaciones, elecciones propias entre una pluralidad de opciones que nos hacen construirnos como personas únicas y libres, responsables y autónomas.

Fuente del articulo:  http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/04/26/contra-el-libro-de-texto-y-favor-del-manual/

Fuente de la imagen: http://eldiariodelaeducacion.com/wp-content/uploads/2017/04/DSC_5485-3.jpg

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Los cuentos indígenas más importantes desde México

América del Norte/México, 01 de julio de 2017. Fuente: http://fahrenheitmagazine.com. Compilador cuentos: UNAM/Pablo González Casanova

El Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM ha puesto totalmente gratis y descargables los cuentos indígenas más importantes. Esto como como parte de una iniciativa que busca re-enamorar al público de nuestra cultura.

Son 14 cuentos los que están disponibles en formato PDF, cada uno en sus dos versiones: la original –en náhuatl– y la traducción en español.

Ésta selección fue publicada en 1957 con el título de Cuentos Indígenas, libro considerado como una joya histórica.

Descarga los cuentos indígenas en el siguiente link: http://www.historicas.unam.mx/publicaciones/publicadigital/libros/cuentos_indigenas/iee.html

El investigador Pablo González Casanova fue el encargado de lograr la compilación, una de las primeras del mundo en su tipo.

El proyecto surgió cuando los estudios prehispánicos comenzaron a emerger, por ello, además de los cuentos se puede leer el prólogo del escritor Agustín Yáñez o la presentación de Miguel León Portilla.

Aquí puede descargarlos y disfrutar de este antiguo imaginario.

 

Fuente recursos:

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Nuestra voz en español tiene legalidad e identidad: Somos la Organización Mundial para la Educación Preescolar (OMEP)

Por: Organización Mundial para la Educación Preescolar (OMEP)

NUESTRA VOZ EN ESPAÑOL TIENE LEGALIDAD E IDENTIDAD: SOMOS LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL PARA LA EDUCACIÓN PREESCOLAR (OMEP)
A la Asamblea Mundial de la OMEP:
A través de esta carta, nosotros/as, Presidentes y representantes de los 13 comités de América Latina, integrados por 78 capítulos y 13.032 socios, educadores, académicos e investigadores del sector de educación infantil, nos manifestamos en la defensa del derecho a comunicarnos en Español, en cumplimiento de lo dispuesto en la Constitución de la OMEP, apartado 1:”Identidad de la organización”, que, en el punto 1.5, afirma que:“Los idiomas oficiales de la Organización son inglés, francés y español.”
Expresamos nuestro desacuerdo por el creciente rechazo al uso del idioma español en los eventos mundiales, documentos, proyectos, comunicaciones de la OMEP, pese a su garantía legal. Entendemos que impugnar el español obstaculiza la participación, el diálogo, el intercambio, la producción y la divulgación de procesos claves para el trabajo por la infancia, que atenta contra la democracia interna de la OMEP.
Es pertinente volver la mirada a quienes somos, reconociendo que la comunicación nos otorga un argumento de identidad, dentro de la diversidad cultural, que a su vez reivindicamos. Al negar el uso del español, se pone en riesgo la participación de la Región y se reniega de lo que nos define culturalmente: nuestro idioma.
Destacamos, el hecho relevante de que: – Somos la única región de la OMEP que se comunica casi íntegramente en un solo idioma: el español. – Veinte países en el mundo hablan español: dieciocho en América Latina, uno en Europa y uno en África. De ellos, catorce participan activamente de la OMEP.
Hoy más que nunca, América Latina requiere participar de la OMEP y la OMEP requiere de ella. Se debe reconocer que en la Región Latinoamericana existen comités fundacionales de la OMEP, con historias de 50 a 60 años en la organización, que ingresaron con el reconocimiento del idioma español, y que el inglés no está generalizado, ni se usa en la comunicación en la Región.
En síntesis, solicitamos con firmeza que se ratifique la validez legal y el uso del español, como idioma oficial, presente desde el momento fundacional de la OMEP, en todos los eventos mundiales, documentos, proyectos, informes anuales, comunicaciones, boletines, sitio web y redes sociales de nuestra querida organización.
Asamblea Latinoamericana de la OMEP, Montevideo, 11 de mayo de 2017
Firman Presidentes y/o representantes de los Comités de Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, El Salvador, México, Panamá, Perú, Uruguay y Venezuela.
Adhieren: Cuba y otros

NOTRE VOIX EN ESPAGNOL A IDENTITÉ ET LÉGALITÉ : NOUS SOMMES L’ORGANISATION MONDIALE POUR L’EDUCATION PRESCOLAIRE (OMEP)
A l’Assemblée Mondiale de l’OMEP :
A travers cette lettre, nous, présidents et représentants des 13 comités en Amérique Latine, composé de 78 chapitres et 13,032 membres, des éducateurs, des universitaires et des chercheurs du secteur de l’éducation de l’enfance, nous démontrons dans la défense du droit de communiquer en espagnol, conformément aux dispositions de la Constitution de l’OMEP, paragraphe 1: «Identité de l’organisation» qui, sous 1.5, stipule que «les langues officielles de l’organisation sont l’anglais, le français et l’espagnol »
Nous exprimons notre désaccord par le rejet croissant de l’utilisation de l’espagnol dans les événements mondiaux, des documents, des projets, OMEP de communication, en dépit de sa garantie légale. Nous comprenons ce défi la participation espagnole entrave, le dialogue, l’échange, la production et la diffusion des processus clés pour le travail des enfants, ce qui porte atteinte à la démocratie interne de l’OMEP.
Il est pertinent de regarder en arrière qui nous sommes, en reconnaissant que la communication nous donne une argument de identité, dans la diversité culturelle, qui à son tour nous revendiquons. En niant l’utilisation de l’espagnol, il menace la participation de la région et répudie ce qui nous définissons au plan culturel : notre langue.
Nous insistons sur l’important fait que :
– Nous sommes la seule région de l’OMEP que nous communiquons, presque entièrement, dans une langue : l’espagnol.
– Vingt pays dans le monde parlent espagnol : dix-huit dans Amérique Latine, un en Europe et un en Afrique. Parmi ceux-ci, quatorze sont impliqués activement à la OMEP.
Aujourd’hui, plus que jamais, l’Amérique Latine exige la participation de l’OMEP, et l’OMEP exige notre participation. Il faut reconnaître qu’en Amérique Latine y fonder des comités de l’OMEP, avec des histoires de 50 à 60 ans dans l’organisation, qui sont entrés pour la reconnaissance de la langue espagnole, et l’anglais est peu répandue, ni utilisé en communication dans la région.
En bref, nous demandons fermement que la validité juridique et l’utilisation de l’espagnol comme langue officielle, c’est ratifié depuis le moment fondateur de l’OMEP dans tous les événements mondiaux, des documents, des projets, des rapports annuels, des communications, des bulletins d’information, site web et les réseaux sociaux de notre organisation bien-aimée.
Assemblée Latino-Américaine de l’OMEP, Montevideo, 11 mai 2017
Des firmans : présidents et / ou représentants des comités de l’Argentine, la Bolivie, le Brésil, la Colombie, le Chili, l’Équateur, El Salvador, le Mexique, le Panama, le Pérou, l’Uruguay et le Venezuela.
Adhésion : Cuba et d’autres

OUR VOICE IN SPANISH HAS LEGALITY AND IDENTITY: WE ARE THE WORLD ORGANIZATION FOR EARLY CHILDHOOD EDUCATION (OMEP)
To the World Assembly of OMEP:
Through this letter, we, Presidents and Representatives of the 13 Committees of Latin America, made up of 78 chapters and 13,032 associates, educators, academics and researchers from the early childhood education sector, express our support for the right to communicate in Spanish, in compliance with the OMEP Constitution, section 1: «Identity of the organization», which, in point 1.5, states that: «The official languages of the Organization are English, French and Spanish.»
We express our disagreement with the growing rejection of the use of the Spanish language in world events, documents, projects, and communications of the OMEP, despite the fact that it is a legal guarantee. We understand that questioning the use of Spanish hampers participation, dialogue, exchange, production and dissemination of key processes for the work for children, which undermines the internal democracy of the OMEP.
It is pertinent to look at who we are, recognizing that communication gives us identity within a cultural diversity which we, in turn, demand. By denying the use of Spanish, the participation of the Region is put at risk and we are denied what culturally defines us: our language.
We emphasize the relevant facts:
– We are the only region of OMEP that communicates almost entirely in one language: Spanish.
– Twenty countries in the world speak Spanish: eighteen in Latin America, one in Europe and one in Africa. Of these, fourteen are actively involved in OMEP.
Today more than ever, Latin America requires participation in OMEP and OMEP requires it in return. It should be recognized that in the Latin American Region there are foundational committees of OMEP, with histories of 50 to 60 years in the organization, that entered with the recognition of the Spanish as an official language, and that the English is not generalized, nor is it used in communication in the Region.
In summary, we firmly request that the legal validity and use of Spanish as an official language, present since OMEP’s founding moment, be ratified in all world events, documents, projects, annual reports, communications, bulletins, website and social networks of our beloved organization.
Latin American Assembly of OMEP, Montevideo, May 11, 2017
Sign: Presidents and / or representatives of the Committees of Argentina, Bolivia, Brazil, Colombia, Chile, Ecuador, El Salvador, México, Panamá, Perú, Uruguay y Venezuela. Adhere: Cuba and others

 

Fuente y autor: OMEP Latinoamérica

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Temer, el abismo y después

Por: Atilio Boron

Una visita a Río de Janeiro me dio la oportunidad de conversar con numerosos amigos, militantes sociales y colegas que participaron en el estupendo seminario internacional que organizara la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ) junto con otras instituciones académicas, en conmemoración del primer centenario de la Revolución Rusa. De esos fructíferos intercambios con mis interlocutores brota el siguiente diagnóstico sobre la situación brasileña, que me permito compartir con mis lectores.

A fines de agosto de 2016 una gavilla de bandidos del Congreso brasileño –varios de los cuales ya están en la cárcel condenados por delitos de corrupción- perpetró con la complicidad de la prensa canalla –con la Red Globo a la cabeza- y con el auspicio de la clase dominante y de “la embajada” un golpe de Estado que presentaron a la opinión pública como si fuera el resultado de un “juicio político” y depusieron de su cargo a la presidenta Dilma Rousseff. [1] Esta había derrotado al candidato de la “derecha dura” en el balotaje de noviembre del 2014, Aécio Neves, pero lo hizo en nombre de un gobierno que -en un acto que sólo puede calificarse como suicida- había desmovilizado y desorganizado al instrumento político que lo había instalado en el Palacio del Planalto, el PT. Privada de ese apoyo Dilma no tuvo fuerzas para resistir el chantaje de los mercados y del partido derrotado en las urnas y a la semana de asumir su segundo turno presidencial tuvo que designar un gabinete en el cual los cinco principales cargos quedaron en manos de integrantes del equipo de Neves, lo cual no podía sino terminar por desmoralizar y desarmar ideológica y políticamente quienes un par de meses antes habían ratificado su confianza en ella. La designación del cavernícola economista neoliberal de la Universidad de Chicago Joaquín Levy como ministro de Hacienda marcó la total y definitiva sumisión de su gobierno ante el capital financiero. Por eso, cuando la asociación ilícita que se había apoderado del Congreso brasileño decidió eyectarla de su cargo nadie acudió en su auxilio y las calles y plazas de Brasil quedaron vacías. Un gobierno que había sido electo por más de 54 millones de brasileños fue incapaz de movilizar a unos pocos miles de sus partidarios para detener la conspiración de los mafiosos sentados en las bancas parlamentarias.

Conclusión: la alianza político electoral que el PT sellara con los enemigos de clase, representados sobre todo por el PMDB (Partido del Movimiento Democrático Brasileño, surgido en los años de la dictadura y partido del por entonces vicepresidente Michel Temer) y con otras fuerzas políticas de la derecha representantes del agronegocio y los evangélicos más reaccionarios; el continuismo (si bien con algunos atenuantes en materia de política social) del paradigma macroeconómico neoliberal instalado durante el gobierno de Fernando H. Cardoso y la ingenua ilusión de creer que por llegar al gobierno una fuerza política conquista el poder tuvieron el lamentable remate que era de esperar, y Dilma fue su víctima. Una verdadera desgracia, para el pueblo brasileño y para todos los de Nuestra América. Desgracia que no fue el inexorable veredicto del destino sino producto de una acumulación de gruesos errores y extravíos políticos que arrancan desde el primer turno presidencial de Lula. Temas, por otra parte, archiconocidos, por lo que no viene al caso referirlos una vez más en esta breve nota.

Dicho lo anterior, lo más preocupante ahora es la ausencia de una alternativa política para poner fin a un gobierno tan reaccionario como el de Michel Temer. En principio Lula podría triunfar si se procediera a un llamado anticipado a elecciones directas, pero para eso se requeriría una enmienda constitucional que un Congreso corrupto hasta la médula no está dispuesto a aprobar. Recuérdese que el zar de la industria frigorífica mundial, Joesley Batista, afirmó haber comprado en los últimos veinte años la voluntad política de más de 1800 dirigentes políticos entre senadores, diputados federales, estaduales, intendentes y concejales, y no fue el único en hacer aportes para obtener favores legislativos o de las autoridades. Lo que se baraja entonces es la posibilidad de que se designe a un notable de la vida pública brasileña para que concluya el mandato de la fórmula Rousseff-Temer y se convoque a elecciones en octubre del año próximo para elegir al próximo presidente. Hay algunos candidatos, pero el ambicioso Fernando H. Cardoso ya se autopostuló, aunque su nombre suscite intensas polémicas y movilice viejos rencores en su propio partido, el PSDB (Partido de la Social Democracia Brasileña) y las demás fuerzas de la derecha. Claro que si la presión de la calle alcanzara inéditas cotas de movilización popular no sería imposible que, ante el temor de un derrumbe de la frágil institucionalidad democrática, los delincuentes del Congreso (no todos, porque obviamente hay unas pocas honrosas excepciones) podrían ceder posiciones y habilitar el llamado a elecciones en los próximos meses. Menos probable sería una convocatoria para una nueva asamblea constituyente, tema tabú para los gobiernos de derecha de América Latina. Por supuesto que si tal cosa llegara a ocurrir el aparato judicial brasileño, socio inseparable de la derecha más reaccionaria del país, pergeñaría todo tipo de maniobras leguleyas para inhabilitar a Lula e impedirle postularse para ejercer cualquier cargo público en los próximos diez años y, de ese modo, sacarlo “legalmente” de la competencia electoral. O sea, un “golpe preventivo”.

Suponiendo que el miedo a un desborde pre-insurreccional convenza a la pandilla del Congreso de otorgar luz verde a la enmienda constitucional y se autorice el llamado a elecciones presidenciales anticipadas, lo que quedaría en pie, según mis informantes, es la incógnita acerca de si Lula, en caso de ganar las elecciones, trataría de hacer algo diferente a lo hecho durante su gestión presidencial anterior o si se contentaría con repetir lo actuado en el pasado. Porque si fuera para hacer lo mismo -y cometer los mismos errores que resultaron en la caída de Dilma: sometimiento al gran capital, desmovilización política y sindical, oídos sordos a los reclamos populares- el resultado final podría ser una crisis peor aún que la de estos días y la clausura, por mucho tiempo, de cualquier alternativa de izquierda. Tendría sentido un retorno de Lula si es que se propusiera desmontar el infernal predominio del capital financiero [2] , del agronegocio, de los sectores industriales paulistas agrupados en la FIESP, de la prensa canalla que envilece y envenena día a día a su pueblo y si, además, redefiniera la inserción internacional del Brasil rompiendo su escandalosa dependencia neocolonial de Estados Unidos promovida por Temer. [3] En caso contrario su regreso al Planalto sólo serviría para agudizar las contradicciones que hoy desgarran a la sociedad brasileña. No sería exagerado extender este razonamiento también a un eventual retorno de Cristina Fernández de Kirchner a la presidencia de la Argentina, tema sobre el cual ya nos ocupamos en su momento y volveremos a hacerlo próximamente. En ambos casos la pregunta pertinente es: ¿retornar para hacer qué? Repetir lo bueno, en ambos casos, es urgente y necesario. Pero no lo es menos realizar una profunda autocrítica para evitar caer en los mismos desaciertos que provocaron, tanto en uno como en otro país, desenlaces tan deplorables como la inesperada victoria electoral de Mauricio Macri o el incontestado “golpe blando” de Michel Temer.

La urgencia de encontrar una salida a la crisis es vertiginosa si se toma en cuenta que el nivel de aprobación popular del presidente Michel Temer es inexistente en la medida en que oscila entre un 2 y un 4 por ciento y que los poderes fácticos que dominan Brasil ya han decidido soltarle la mano. [4] ¿De qué lo acusan? No de ser un corrupto, delatado pública e irrefutablemente por la grabación del ya mencionado Joesley Batista. Eso es lo de menos. Su pecado ha sido su ineptitud para sacar las leyes que la derecha necesita: desmontar la legislación laboral procedente del varguismo y el “trabalhismo” brasileño y de los mejores años del PT –restableciendo jornadas laborales de 12 horas e instalando la precarización del trabajo- y establecer un nuevo régimen previsional que requeriría 49 años ininterrumpidos de aportes para acogerse al beneficio jubilatorio con lo que, de hecho, acabarían con la jubilación como derecho para la enorme mayoría de la población brasileña, situación que en los hechos ya existe en algunos países de la región. Pero sería injusto negar la saña antipopular del usurpador: logró aprobar una absurda –e inviable- enmienda constitucional (la PEC 55) que congela el gasto público en educación y salud por los próximos veinte años, hasta el 2036, y al igual que su colega argentino está atacando sin piedad a las universidades públicas algunas de las cuales padecen un retraso salarial de varios meses. [5] En un alarde de incompetencia la Cancillería brasileña, otrora considerada una de las más profesionales del mundo, ofuscada por su patológica obsesión por atacar al presidente Nicolás Maduro cometió un error que sin duda figurará imbatible en el libro de records Guinness. Al referirse al inminente viaje de Temer a Rusia (programado para el 20-21 de Junio) el sitio web de Itamaraty anunció, textualmente, que el presidente se dirigiría a la “República Socialista Soviética de Rusia” para entrevistarse con Vladimir Putin. La increíble gaffe permaneció en pantalla durante 22 minutos hasta que un tsunami de burlas de los críticos del gobierno advirtieron a los funcionarios del ministerio de su grosero error y corrigieron la información. Un botón de muestra de la situación que hoy permea en el gobierno.

El problema es que siendo Temer corrupto e inútil no hay muchos con mejores credenciales que él, y por ahora se lo sostiene a la espera de la aparición de un mesías de una clase dominante profundamente dividida y carente de una alternativa política viable y eficaz, capaz de obtener del Congreso las leyes que otorgarían sello legal a un retroceso en materia de derechos laborales, previsionales y sociales a la época anterior al surgimiento del varguismo en los años treintas del siglo pasado. Buena parte de los dirigentes de sus primeras líneas están procesados o en la cárcel. Por una cruel ironía de la historia la única opción bien podría ser la de uno de los ex funcionarios de la CEPAL y (arrepentidos) fundadores de la teoría de la dependencia y ex profesor de “Metodología Marxista” en los cursos de la FLACSO de Santiago de Chile en 1967, Fernando H. Cardoso. Pero aún cuando tal cosa ocurriera, el nivel de corrupción del Congreso es de tal magnitud que para obtener una ley el eventual sucesor de Temer requeriría poseer algo más que la elegancia discursiva y la sutileza argumentativa de Cardoso. Tendría que reincidir en las tramoyas de rutina y re-editar las prácticas tradicionales del intercambio de favores y la compra de votos, y la situación judicial y el clima de la opinión pública no son para nada propicios para apelar una vez más a tales estrategias.

Por lo tanto lo que parece avecinarse es el derrumbe del sistema político, ya seriamente debilitado y deslegitimado por el sinfín de denuncias y delaciones por actos de corrupción y atribulado por una probable ofensiva popular de inédita envergadura en el país. El paro nacional del 28 de abril tuvo una resonancia como tal vez nunca antes en la historia brasileña, y se vienen nuevas convocatorias. Las fuerzas de izquierda política, incluyendo un sector del ala más radical del propio PT (que había sido marginada por Lula y por Dilma, pese a lo cual en el último congreso del partido tuvo una actuación deslucida que en nada contribuyó a la necesaria autocrítica de la experiencia del gobierno petista) más un enjambre de organizaciones sindicales (principalmente la CUT (Central Única de Trabajadores, dirigida por el PT) y la CTB (Central de los trabajadores y trabajadoras del Brasil, conducida por el PCdoB) y diversos movimientos sociales entre los que sobresalen el MST (Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra), los Sin Techo y muchos otros parecen estar dispuestos a librar la batalla decisiva contra el régimen golpista y por la construcción de una genuina democracia. No obstante, allí también se encuentra una división en el campo popular entre quienes tienen como prioridad garantizar la candidatura de Lula en el 2018 y los que pretenden, antes que nada (y desentendiéndose de ese tema) poner coto a la contrarreforma de la derecha. Es un debate muy complicado y es difícil saber como será saldado. Lo único cierto es que si estas fuerzas no ganan la calle nada cambiará en Brasil.

El temor de la burguesía brasileña y sus jefes en el corazón del imperio es muy grande, porque la pertinaz recesión económica y la crisis de legitimidad que arrastra a toda la clase política, al empresariado, a los gobiernos estaduales y locales es de tal magnitud que las fórmulas tradicionales del compromiso de las oligarquías partidarias y el “jeitinho” politiquero que todo lo resolvía son dispositivos muy desgastados y demasiado débiles, que difícilmente podrían ser exitosos frente a una amenaza de la magnitud que tiene la que se yergue en la vereda de enfrente. Molecularmente se está constituyendo en Brasil lo que Lenin denominara una “situación revolucionaria”: los de arriba ya no pueden seguir dominando como antes y los de abajo (por lo menos un sector importante de ellos) no quieren seguir siendo dominados. Que esta situación desemboque en una salida revolucionaria requiere de una combinación de condiciones objetivas y subjetivas que el revolucionario ruso jamás concebía de manera mecánica o lineal, y que todo indica que aún no parecen haber madurado lo suficientemente en Brasil. Pero, sin llegar al extremo revolucionario, el desenlace de la actual crisis podría producir una radical modificación en la correlación de fuerzas que hoy opone a burgueses y proletarios, estos últimos definidos teniendo en cuenta las grandes transformaciones que el capitalismo contemporáneo operó sobre la estructura y la morfología del universo asalariado. [6] Más allá de esto, se impone aquí una vieja verdad: la solución de la crisis política brasileña no brotará del rodaje de las instituciones del Estado, de los acuerdos parlamentarios o las sentencias de los jueces sino de la dinámica del conflicto clasista, del protagonismo de la calle. Es decir, de la movilización popular y la voluntad de lucha de las clases y capas populares resueltas a poner fin al ajuste y redefinir el rumbo de la sociedad brasileña. Sólo ellas podrán resolver el endemoniado entramado de corrupción, venalidad y latrocinio que caracteriza a la clase política brasileña. Tarea difícil, muy difícil pero no imposible. Ojalá que las clases y capas populares tengan la clarividencia para discernir las vías de solución a la crisis, la organización que convierta su fuerza potencial en fuerza política real, y el valor para lanzarse a esa necesaria empresa de transformación revolucionaria y regeneración ética que tanto necesita el gran país sudamericano.

Notas:


[1] Para quienes tengan dudas acerca del protagonismo de Washington basta con recordar que quien se desempeñó como embajadora de EEUU a lo largo de toda la farsa del “juicio político” fue nada menos que Liliana Ayalde, quien también ocupara ese cargo cuando se fraguó el golpe de Estado en contra de Fernando Lugo en Paraguay. Lo que se dice, una “experta” en demoliciones de gobiernos progresistas y en articular las coaliciones necesarias para garantizar el éxito de sus planes golpistas. Regresó a su país una vez consumada la defenestración de Dilma. Ahora es nada menos que la jefa civil del Comando Sur.

[2] Téngase en cuenta que en el año fiscal 2016 el 43.9% del presupuesto federal de Brasil se destinó al pago de los intereses y la amortización parcial de la deuda pública. Consultar: http://www.auditoriacidada.org.br/blog/2017/05/31/panfleto-explicativo-consulta-nacional/ El endeudamiento del sector público y el pago de exorbitantes tasas de interés concretaron una fenomenal transferencia de ingresos a favor del capital financiero, enemigo jurado del gobierno petista.

[3] Un ejemplo: la invitación de Temer a que EEUU participe, por primera vez en su historia, en un ejercicio militar conjunto en la Triple Frontera Amazónica (Brasil, Colombia y Perú). La Amazonía había siempre estado celosamente resguardada de cualquier presencia estadounidense. Ya no más. Ver http://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-39826017 así como el texto de Silvina Romano y Amílcar Salas Oroño, “Brasil y el Cono Sur en la Geopolítica Estadounidense”, disponible en http://www.celag.org/brasil-y-el-cono-sur-en-la-geopolitica-estadounidense/

[4] El 2% lo asegura “nossapolitica.net/2017/06” y el 4 % surge de una encuesta de Barómetro Político realizada por la Consultora IPSOS y que señala que el 92% de los entrevistados dicen que el gobierno avanza por un rumbo equivocado, el 75% lo califica como malo o pésimo mientras que apenas un 4% asegura que es un gobierno bueno u óptimo.

[5] La «congelación» es una medida absurda y ridícula. La población total del Brasil en 2016 era de 206 millones de personas. En veinte años más se incrementará en casi treinta millones, llegando a 234 millones para los que habrá que disponer de los mismos fondos “congelados” en materia de salud y educación del año 2016. Es decir, no más escuelas ni hospitales ni dispensarios médicos, y a repartir entre esta acrecentada población los fondos que había en el 2016. Lo que se llama una “bomba de tiempo” político. En lo que hace al retraso salarial los docentes y el personal administrativo de la Universidad del Estado de Río de Janeiro (UERJ) están recién ahora cobrando sus sueldos de marzo, y fraccionados.

[6] Sobre este tema resulta imprescindible consultar la obra de Ricardo Romero Laullón y Arantxa Tirado Sánchez, La clase obrera no va al paraíso. Crónica de una desaparición forzada (Madrid:AKAL, 2016)

Fuente:http://www.rebelion.org/noticia.php?id=228358

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Los normalistas, la educación pública y México

Por: Francisco Lemus 

Una de las muy escasas oportunidades para salir de la marginación la representan las escuelas Normales rurales, que para muchas familias campesinas son la posibilidad de que sus hijos puedan aspirar a una vida mejor. Primero despojados de oportunidades en la marginación del campo, ahora en las aulas de clase gracias a las contrarreformas neoliberales.

La historia de las Normales rurales en México ha estado marcada por la lucha social, desde su nacimiento, con el proyecto de educación socialista, hasta el auge de las acciones guerrilleras en la década de los 70.

Esto las convierte en una amenaza viviente para el Estado que preferiría que los Normalistas se integraran a la apatía que caracteriza en este momento a la mayor parte de los estudiantes.

Pero aún en los momentos en que los estudiantes han buscado hacerse escuchar hay algo que distingue a los normalistas. El ejemplo más notable es el del movimiento #YoSoy132, al que bastó una acción represiva por parte del gobierno federal el 1º de diciembre de 2012 para desmovilizarlo y sumarlo a las luchas del pasado.

Una historia de lucha no se puede subestimar tan fácilmente, y a pesar de sus errores tácticos y estratégicos, hay que reconocer que los normalistas han tenido el temple de salir una y otra vez después de las acciones represivas del Estado, ya sea mediante el gobierno federal, estatal y a veces hasta municipal.

El gobierno federal sabe que tiene en ellos y en los profesores sindicalizados a sus adversarios más fuertes en su plan de llevar a cabo una contrarreforma que le ponga fin de una vez por todas a la idea de educación pública que México ha tenido hasta ahora, para entonces poder seguir con otros contrincantes menores en número y en organización: los estudiantes y profesores universitarios.

La educación pública y gratuita tenía un fin en la era del modelo de sustitución de importaciones, generar mano de obra capacitada para inversionistas nacionales o extranjeros, ahora que es más negocio vender servicios, se ha decretado que la educación, aún esa que genera obreros, debe ser un bien de mercado, y quien “se esfuerce” debe ser quien acceda a ella.

El normalista asume, hoy más que nunca, que para poder sobrevivir tendrá que enfrentarse al Estado para el que es un estorbo. No sólo reconoce que es el heredero de una lucha de casi 100 años, también reconoce que para el Estado sus padres y abuelos fueron instrumentos y ahora son estorbos, que si no luchan van a desaparecer no sólo figurativamente, también físicamente.

El problema es que el resto de la sociedad se niega a aceptar que si los normalistas desaparecen, y con ellos el modelo de educación pública, las repercusiones en el aumento del costo de la vida y los retrocesos en la vida democrática del país no se harán esperar, afectando a los sectores más precarios que, vale aclarar, son ya más del 60 por ciento de los mexicanos.

La retirada del Estado mexicano de sus obligaciones sociales sólo puede dar pie a pensar que prefiere tener un país cada vez más desfragmentado, con altos índices de pobreza y delincuencia, que empezar a reconstruir condiciones para un verdadero desarrollo nacional.

Fuente:  http://www.cambiodemichoacan.com.mx/columna-nc25390

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Airear los armarios, educar para la vida

Por: Jesús Generelo

Mientras la inmensa mayoría de los adolescentes aprende a socializar viviendo su vida sentimental y sexual, los adolescentes LGTB aprenden a disimular, a construirse una máscara con la que protegerse de la injuria.

Empecemos con una obviedad: en cada centro educativo, en cada aula, existe la diversidad sexual. Hay alumnas/os lesbianas, gais, bisexuales, trans, algunos tienen dudas, otras se cuestionan su sexualidad o su género, otros más proceden de familias homoparentales… Según diversos estudios, este colectivo diverso supone el 12% del alumnado.

Parece, por tanto, razonable que el sistema atienda esta diversidad y garantice que nadie sufra por ella, deba ocultarla o viva en el temor a ser descubierto, a no ser aceptado, o a sufrir insultos, agresiones, acoso. Para ello, la diversidad sexual, de género y familiar, debe ser mencionada, visibilizada, no escondida ni relegada al cajón de los susurros, de los secretos o de los rumores. Porque los silencios también son educativos, y hacen vivir la vida desde la vergüenza y la baja autoestima, algo que ningún menor sufre sin pagar un alto precio.

Nadie puede crecer sin referentes. Son imprescindibles para desarrollar una identidad. Es preciso verse reflejado en espejos, saber que existen posibilidades, que no se está solo en el universo. Esto es algo elemental que ninguna persona que se dedique a la enseñanza puede obviar. Sin embargo, a la minoría LGTB se le niega sistemáticamente ese derecho. O, lo que es peor, se le ofrece un espejo deformante, donde su realidad, sus emociones y sentimientos, están manipulados por el prejuicio o por ese silencio ominoso.

Las personas LGTB aprenden a saber quiénes son a través del insulto. La injuria es su comienzo, su descubrimiento. Porque el insulto “maricón”, el miedo a ese calificativo, antecede a la conciencia de serlo. Ese insulto, o ese miedo a ser insultado, acompaña al desarrollo de cualquiera de estos chicos y chicas. Por eso, mientras la inmensa mayoría de los adolescentes aprende a socializar viviendo su vida sentimental y sexual, los adolescentes LGTB aprenden a disimular, a construirse una máscara con la que protegerse de la injuria.

La homofobia (o LGTBfobia, si queremos ser más incluyentes y denominar las diferentes formas específicas que adquiere: lesbofobia, transfobia, bifobia, plumofobia…) tiene unas características muy especiales que la hacen especialmente dañina:

  • Es invisible, puesto que afecta a un colectivo que, la inmensa mayoría de las veces, es indetectable. La idea de que se puede identificar a todas las personas LGTB es, sencillamente, una ingenuidad.
  • Al ser invisible, precisamente, no se cuenta con el apoyo de la familia. La familia media practica, sin ni siquiera saberlo, la presunción de heterosexualidad y, por supuesto, de cisexualidad. Pocas veces se plantea la posibilidad de que un hijo o hija sea gay, bisexual, lesbiana o, desde luego, transexual o transgénero.
  • El estigma es contagioso. Quien se aproxima a una persona LGTB o se interesa por la diversidad sexual, de género o familiar, es susceptible de recibir sobre sí el mismo estigma.
  • La discriminación está normalizada. Quienes la sufren aprenden a normalizarla como algo implícito a su condición, e incluso a culpabilizarse por ser así, de esta manera “errónea”, “viciosa” o “pecaminosa”.
  • La discriminación se extiende en un continuo sin fin. Puede empezar en el terreno familiar, continuar en la escuela y seguir entre los amigos, el club deportivo, la parroquia, etc.
  • La injuria no solo llega con el insulto dirigido a cada persona, sino que el insulto que se oye permanentemente, cada día, es un aviso para navegantes de que en algún momento caerá sobre su cabeza.

Estas circunstancias contribuyen, junto a los prejuicios personales y sociales, qué duda cabe, a que las y los educadores ignoren con frecuencia la existencia del alumnado -y el profesorado, no conviene olvidarlo- LGTB y, por consiguiente, la situación difícil que puede estar viviendo. Sorprende la cantidad de profesorado que todavía afirma que en su centro no hay homosexuales y que, por tanto, no hay homofobia. Lo único que prueba su ignorancia es que la homofobia, precisamente, está tan extendida y es tan profunda que la diversidad sexual, de género y familiar es incapaz de visibilizarse mínimamente.

Esa homofobia, además, esconde situaciones que se repiten con terrible frecuencia. Diversas investigaciones nos muestran que un amplio porcentaje del alumnado LGTB sufre acoso escolar. De hecho,la principal causa de bullying en nuestro país es la orientación sexual y/o la identidad de género. Entre quienes sufren este acoso, el riesgo de suicidio es entre 3 y 5 veces superior al de sus compañeros no LGTB.

Por todo ello, los centros educativos deben asumir que incluir la diversidad sexual, de género y familiar es una necesidad pedagógica de primer orden, imprescindible para mantener una mínima convivencia y para no dejar en la cuneta a un porcentaje importante del alumnado. Y ha de hacerse tanto longitudinalmente (desde infantil a la universidad) como transversalmente (atravesando, como enseñanza en valores que es, todas las materias. Ha de incluirse en el Proyecto Educativo del Centro y en los planes de convivencia. Y, fundamentalmente, ha de acabarse con la presunción de heterosexualidad y de cisexualidad.

Ya hay numerosos centros por toda España que están realizando muy buenas prácticas. Lógicamente, en estos centros aflora con facilidad un importante número de alumnado LGTB. Cada vez se cuenta con mejores materiales y recursos. En este sentido, cabe destacar la guía Abrazar la Diversidad, publicada por el Instituto de la Mujer y de la Igualdad de oportunidades y que recoge alrededor de 200 recursos pedagógicos de todo tipo disponibles online.

Además, numerosas asociaciones LGTB por toda España colaboran dando talleres, formando profesorado, asistiendo, informando a AMPA, etc. Entre esos proyectos, el más importante es el RedEduca de FELGTB.

Ya no cabe ninguna excusa para dejar al alumnado LGTB solo ante el peligro. Es una deuda pendiente y no admite más demora. [6 CCAA (Cataluña, Extremadura, Madrid, Baleares, Murcia y Navarra) tienen leyes de Igualdad LGTBI que obligan a introducir la diversidad sexual, de género y familiar en el currículo educativo. Una ley similar a nivel estatal se encuentra en trámite parlamentario y, previsiblemente, entrará en vigor en unos meses].

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/06/28/airear-los-armarios-educar-para-la-vida/

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