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Menor pobreza si todos los adultos tuvieran secundaria

Por: Vanguardia

Presenta Unesco informe sobre reducir la pobreza por medio de la educación.
La tasa de pobreza mundial podría reducirse a la mitad si todos los adultos terminaran sus estudios de nivel de secundaria, aseguró este miércoles la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). Advirtió que nuevos datos muestran que prácticamente no ha habido progreso alguno en la reducción de las tasas de las personas no escolarizadas en los años recientes, de acuerdo con el Instituto de Estadística de la organización.

El equipo del Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo de la Unesco publicó el documento Reducir la pobreza mundial a través de la educación primaria y secundaria universal, que demuestra la importancia de reconocer que la educación es clave para acabar con la pobreza en todas las latitudes, señaló la agencia de las Naciones Unidas en un reporte enviado a La Jornada.

El análisis basado en los efectos promedio de la educación sobre el crecimiento y la reducción de la pobreza en los países en desarrollo de 1965 a 2010, muestra que “cerca de 60 millones de personas podrían escapar de la pobreza si todos los adultos tuvieran tan sólo dos años más de escolaridad.

Si todos los adultos terminarán la educación secundaria, 420 millones de personas podrían salir de la pobreza, al reducir el número total de personas pobres en más de 50 por ciento a escala mundial y en casi dos tercios en África subsahariana y Asia Meridional, afirma el documento.

Pero a pesar del potencial de la educación para reducir la desigualdad, los nuevos datos del Instituto de Estadística de la Unesco (IEU) revelan que a escala mundial, a 9 por ciento de todos los niños en edad de cursar la primaria todavía se les niega el derecho a la educación, con tasas que alcanzan 16 y hasta 37 por ciento para los jóvenes en edad de acudir a la secundaria inferior y superior, respectivamente, y que en total, 264 millones de niños, adolescentes y jóvenes no asistieron a la escuela en 2015.

África subsahariana es la región con las tasas más elevadas de personas no escolarizadas en todos los grupos etarios. Cincuenta y siete por ciento de los jóvenes de entre 15 y 17 años; 36 por ciento de los adolescentes de entre 12 y 14 años, y 21 por ciento de los niños de entre seis y 11 años no asisten a la escuela, refiere la Unesco.

Etiopía, India, Indonesia, Nigeria, Pakistán y Sudán son los países que albergan a más de un tercio de los niños que no asisten a la primaria.

De persistir las tendencias actuales, de los 61 millones de niños en edad de asistir a la escuela primaria que actualmente no lo hacen, 17 millones nunca acudirán a un aula, alertó.

Las niñas de países pobres aún enfrentan obstáculos para educarse, de acuerdo con datos del IEU. En países de bajos ingresos, más de 11 millones de niñas de edad escolar primaria están fuera de la escuela, en comparación con casi 9 millones de niños. Aunque las niñas que logran comenzar tienden a completar el ciclo primario y continuar en el nivel de secundaria.

Para maximizar sus beneficios y reducir desigualdad de ingresos, la educación debe alcanzar a los más pobres, pero el informe muestra que en los países de ingresos bajos, es ocho veces más probable que los niños de las familias más pobres (menos de 20 por ciento), estén fuera de la escuela, que los niños más ricos (más de 20 por ciento). También que es nueve veces más probable que los niños en edad escolar primaria y secundaria en los países más pobres, estén fuera de la escuela, que sus pares en los países más ricos.

El documento hace hincapié no sólo en mejorar la educación, sino en reducir los costos directos e indirectos de la educación para las familias.

En otro informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos publicado este miércoles, el organismo afirma que colocar guardería y educación prescolar bajo una misma autoridad y disponer de programas coordinados a partir de un año de edad mejoran la calidad de la enseñanza y puede ayudar a reducir desigualdades.

Fuente: http://www.vanguardia.com.mx/articulo/menor-pobreza-si-todos-los-adultos-tuvieran-secundaria

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Nunca acaba la infamia de los 43 de Ayotzinapa Diana del Ángel: Procesos de la noche

Por: Elena Poniatowska

El cuerpo de Julio César Mondragón fue abandonado en una calle de Iguala y quienes lo torturaron querían que su mensaje no pasara inadvertido; esto se ve desde el momento en que alguien –no se sabe quién– tomó la fotografía que circuló en las redes sociales. Así es como Marisa Mendoza se enteró de que el cuerpo expuesto era el de su marido y el padre de su hija Melisa, quien acababa de cumplir dos meses.

Diana del Ángel acompañó a la familia Mondragón y a la abogada Sayuri Herrera durante más de dos años en un largo proceso que culminó con la exhumación del cuerpo del estudiante normalista de Ayotzinapa. Durante todo este tiempo, Diana no dejó de escribir en una libreta todo lo que veía y sentía. Testigo de la burocracia gubernamental y jurídica, se indignó con la forma descarada con la que la ley entorpece la búsqueda de la verdad.

El peregrinar de la autora junto a los protagonistas de esta tragedia empezó un 2 de noviembre de 2014 con la ofrenda del Día de Muertos que Afrodita Mondragón, mamá de Julio, pone en su casa. La descripción de la ofrenda en una fecha tan significativa para los mexicanos es el punto de partida del dolor de la madre, la esposa, el hermano y los tíos de Julio (también normalistas). Los panes, la fruta, los dulces, las veladoras y la cera nueva que dejan los vecinos frente al altar alimentan la pesadilla que significa ser joven, ser pobre, ser indígena y ser estudiante normalista en México.

¿Por qué tanto odio a los normalistas?

El paisaje de fondo de estas páginas que jamás debieron escribirse nos golpea, porque en un país normal esta joven ensayista estaría dedicada al estudio de la poesía de César Vallejo, Jaime Sabines y Carlos Pellicer, o a la poesía y la prosa de Rosario Castellanos, de Juan Rulfo, José Revueltas o Juan Villoro o José Emilio Pacheco o a las crónicas de Monsiváis o Fabrizio Mejía Madrid, en lugar de descender al abismo para documentar nada menos que un desollamiento, que en cualquier país del mundo –si es que se practica– es sinónimo de locura, de barbarie, de salvajismo y de monstruosidad.

Miro el rostro de la niña Diana del Ángel y me pregunto en qué país vivo, en qué país una niña como ella se pone a investigar una muerte y a acompañar a una familia entera en el estado de Guerrero en vez de vivir sus años de estudiante a la sombra de ahuejotes, árboles de chirimoyas, guanábanas y naranjos. ¿Qué país es este, señoras y señores, diputados y senadores, para que una niña tenga que sentarse a escribir no sólo sobre el asesinato, sino del desollamiento?

¿Por qué nadie la llevó a la playa? ¿Por qué nadie le cortó buganvilias? ¿Quién le dijo: Siéntate y acuchíllate y escribe sobre este suceso atroz que finalmente nos concierne a todos? ¿Qué diría Elena Garro, quien pasó toda su infancia en Iguala subida en los árboles frutales de la casa paterna jugando con su hermana Devaki al enterarse de que 60 años más tarde en vez de escribir una ronda de limón partido, dame un abrazo que yo te pido, Diana intentaría explicarse el significado de la muerte sin rostro del normalista Julio César Mondragón?

Diana del Ángel es una joven poeta, ensayista y defensora de derechos humanos, ganadora de la Primera Residencia de Creación Literaria Ventura/Almadía en Oaxaca gracias a la cual pudo terminar Procesos de la noche, libro que impacta y conmueve profundamente al ver reflejadas en sus páginas la impotencia, la angustia y las tramposas peripecias jurídicas que tuvieron que sufrir los familiares y la abogada de Julio César Mondragón, torturado y asesinado el 26 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero, en una de las noches más negras de nuestra reciente historia, cuando 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecieron y otros nueve fueron asesinados.

La palabra desollado –escribe Diana– aparece 183 veces en 134 documentos históricos “según el corpus diacrónico del español”. Procesos de la noche se suma a esa cifra porque se vincula inevitablemente al destino de Julio César Mondragón.

Las palabras ligadas a Julio Mondragón que Diana del Ángel consigna en su texto son desollado, tortura, víctima, inhumar y exhumar. Son tan horrendas que hacen que uno se pregunte si quizás en algunos años reinhumar no sea el triste aporte de México a la Real Academia de la Lengua como ya lo fue feminicidio. Porque en estas tres palabras (inhumar-exhumar-reinhumar) se sostienen las casi 200 páginas de un libro que combina crónica y ensayo en una apuesta a la memoria y a la solidaridad.

Si hay algo que salta a la vista es la inmensa solidaridad de la autora con la víctima. A lo largo de su relato, Diana la ensayista intercala testimonios de amigos, compañeros y familiares en un intento por reconstruir el rostro de Julio César Mondragón.

El 17 de agosto de 2015 se inicia el trámite en el Primer Juzgado del Tribunal Superior de Justicia de Iguala para pedir la exhumación del cuerpo y que en la necropsia intervenga el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF). Luego vendrán la Procuraduría Judicial de Guerrero, el Servicio Médico Forense de Iguala, el Museo Tecnológico de la Comisión Nacional de Electricidad (segunda reunión de la Presidencia de la República con familiares), el Salón Presidentes del Tribunal Superior de Justicia del Estado de México, el Registro Nacional de Víctimas en la colonia del Valle, el Panteón de San Miguel Tecomatlán, estado de México, la Coordinación de Servicios Periciales de la Procuraduría General de la República (PGR) en Ciudad de México, Jalapa, Veracruz…

Una vez que se logra la exhumación del cuerpo de Julio tanto los peritos argentinos como los designados por la PGR coinciden en que la muerte se produjo por tortura y no por arma de fuego, pero no se ponen de acuerdo en cuanto al desollamiento, y en este punto sólo pueden hablar de sus diferencias. Desde que se exhumó el cuerpo hasta la reinhumación pasaron más de tres meses: por tres juzgados de la República, de llamadas, negativas, solicitudes, negativas, peticiones, negativas, exigencias, negativas, negligencia, insensibilidad.

El cuerpo de Julio César Mondragón, tal como consigna de manera impecable Diana del Ángel, no tuvo paz desde la noche del 26 de septiembre de 2014, cuando murió a causa de tortura: una primera autopsia plagada de irregularidades (el perito puso el globo ocular que se había desprendido dentro del pecho sin dejar constancia de ello); exhumado y sometido a una necropsia que implicó desprenderle el cráneo y tallar parte de sus huesos; almacenado en una morgue por más de tres meses debido a la burocracia judicial y finalmente reinhumado en un segundo sepelio al que su abuelo, Teófilo Raúl Mondragón –quien siguió el proceso desde el principio–, no pudo asistir porque murió en el transcurso de las gestiones.

En estas páginas vemos a una familia destruida que tiene que pasar dos veces por el mismo infierno; una justicia cuya ineficacia e insensibilidad asquean; pero, sobre todo, una serie de antesalas, de esperas, de ires y venires, en las que lo que salta a la vista es el nulo interés por indagar la verdad y por demostrar un mínimo de calidad humana.

El de Julio César Mondragón es uno de los casos más vergonzosos de nuestro país y de toda América Latina.

Procesos de la noche nos insta a no olvidar ni a dejar que la inercia nos gane: para que no se repita la historia, para que jóvenes talentosos como Diana del Ángel nunca más tengan que ser los cicerones de este dantesco infierno en que se ha convertido México.

Alguna vez, si conociera yo a Diana del Ángel, aunque sólo fuera de pasada, me gustaría atreverme a abrazarla y sobre todo a pedirle perdón por no ser capaz de levantarnos en vilo para ofrecerle otro país.

PD: Qué bueno que Almadía Ediciones y Guillermo Quijas, además de los consagrados como Vasconcelos, Le Clézio, Pitol, Villoro, Fadanelli, Alberto Manguel, Fabrizio Mejía Madrid y otros edite a una autora joven con un trabajo excepcional acerca de un tema que a todos nos debería de doler como a ella.

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2017/06/25/opinion/a04a1cul

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Internet. Se profundiza la dependencia latinoamericana de EE.UU.

Por: Raúl Zibechi

Ocho de los nueve cables submarinos que unen América del Sur con Europa pasan por EEUU. Algo muy grave porque, además, la ciudad brasileña Fortaleza está más cerca de la península Ibérica que de Miami. El noveno es un cable obsoleto y saturado, de modo que el 99% del tráfico de Internet desde Sudamérica es controlado desde Washington.

El dato fue proporcionado por la compañía española Eulalink cuando presentó el proyecto de cable submarino que comenzará a operar en 2018, uniendo Brasil con Sines (Portugal) y Madrid, sin pasar por Estados Unidos. El cable tendrá una gran capacidad, nada menos que 72 Tbps (terabits por segundo), siete veces más que la información que América Latina trasmite actualmente al resto del mundo.

Se trata de un pequeño e insuficiente paso, toda vez que la región presenta un panorama absurdo: un correo electrónico entre Santiago de Chile y Buenos Aires (dos ciudades separadas por 1.400 kilómetros), recorre más de 15.000 kilómetros, primero por el océano Pacífico para llegar a la costa de California, luego atraviesa EEUU hasta Miami y finalmente se hunde en el Atlántico hasta llegar a la capital argentina. En paralelo, la Subsecretaría de Telecomunicaciones de Chile (Subtel) y la compañía Huawei de China, firmaron un acuerdo de pre-factibilidad técnica para el desarrollo de una conexión directa entre Asia y Chile a través de un cable de fibra óptica que unirá China con el país andino a través del Océano Pacífico.

Son pequeños avances en dirección a la independencia en materia de comunicaciones. Hace apenas cinco años la UNASUR había decidido construir un anillo de fibra óptica para permitir la interconexión directa de los países de la región. El objetivo era superar la eterna dependencia económica, política y cultural. Un país como Brasil, que pretende ser una potencia global emergente, vive una grave dependencia en las comunicaciones: el 46% de su tráfico internacional de Internet viene de fuera del país, y de esa cantidad el 90% hace una «parada» (pitstop) en Estados Unidos.

En cuanto a la región en su conjunto, el 80% del tráfico internacional de datos de América Latina pasa por Estados Unidos, el doble que Asia y cuatro veces el porcentaje de Europa. Esto hace que las comunicaciones sean más caras.

El entonces ministro de Industria y Energía de Uruguay, Roberto Kreimerman, señaló luego de la cumbre de UNASUR en Asunción, en 2011, que hay varias razones por las cuales se tomó una decisión de construir el anillo sudamericano: «Los costos actuales son muy elevados ya que en el conjunto de la región lo que se paga a los propietarios de los cables submarinos y las conexiones con los países desarrollados suponen entre el 30 y el 50% del precio final».

La otra razón de peso hace referencia a la soberanía nacional, algo que quedó en evidencia cuando las agencias estadounidenses controlaban las comunicaciones de la presidenta Dilma Rousseff, lo que provocó una crisis diplomática entre ambos países.

El proyecto inicial de UNASUR pasaba por un relevamiento y mapeo de todas las redes existentes en cada uno de los países. Luego se establecieron tres etapas: la conexión de los puntos físicos ubicados en las fronteras, como Argentina, Paraguay, Venezuela Bolivia y Uruguay, y en la siguiente etapa las empresas estatales de comunicaciones, como Telebras de Brasil y Arsat de Argentina, y también las privadas, realizarían el tendido de sus redes. Estaba previsto que el anillo de fibra óptica tuviera una extensión de 10.000 kilómetros y fuera gestionado por las empresas estatales de cada país para que las comunicaciones sean más seguras y baratas. La conexión directa aumentaría la velocidad de conexión entre un 20 y un 30% y sus costos serían menores.

El proyecto implicaba la instalación de varios cables submarinos. Uno de ellos entre Brasil y Estados Unidos, que permite también la conexión con Colombia y Venezuela. Un segundo cable se proponía unir el continente directamente con Europa pasando por Cabo Verde, y un tercero unirá Fortaleza (norte de Brasil) con Angola (África) con una derivación hacia Argentina y Uruguay. La empresa encargada de la construcción de buena parte del anillo óptico era la estatal Eletrobrás y la financiación estaba a cargo del banco de desarrollo BNDES.

Todo esto ha quedado paralizado con la crisis política y los cambios de gobiernos que afectan a los principales países de la región, en particular a Brasil, el país que propuso y diseñó los nuevos tendidos de cables de Internet.

Ahora los pasos que se siguen no son ya de carácter regional sino bilateral, como el caso de Brasil con España y de Chile con China. El gobierno de Michelle Bachelet destacó la importancia que el proyectado puente de comunicación directa entre Asia y Latinoamérica tendrá de cara al desarrollo futuro de las telecomunicaciones en la zona. En 2015 la UNASUR y la Corporación Andina de Fomento llegaron a un acuerdo para construir una «Red de Conectividad Suramericana para la Integración» con una inversión de un millón y medio de dólares. El entonces secretario general de UNASUR, Ernesto Samper, recordó que la velocidad de internet en América del Sur es ocho veces más lenta que la de otros países del mundo, lo que supone una traba para el desarrollo.

Samper también aseguró que la red de conectividad ampliará la seguridad y defensa de la región en el área cibernética. «No es un asunto sobre seguridad física, que afecte a las personas a través de un enfrentamiento armado, ni de cuánto se equipan militarmente los países para defenderse unos de otros; sino de otro tipo de defensa colectiva, como la ciberdefensa», dijo Samper.

Sin embargo, en los dos últimos años no hubo ningún avance consistente en esa dirección. Habrá que esperar que la región supere la crisis política y el viraje conservador, para que se retomen los proyectos que prometían ingresar en una era de independencia en las telecomunicaciones.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=227948&titular=se-profundiza-la-dependencia-latinoamericana-de-ee.uu.-

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Cómo aprobar Selectividad con buena nota repasando los exámenes a última hora

Por: Hector G. Barnés

Esta semana se celebra por primera vez en toda España la EvAU (Evaluación de Acceso a la Universidad), que finalmente no se diferenciará tanto ni de la PAU ni de la antigua Selectividad. Se trata de una prueba que se puntúa del 0 al 14 y que constituye un 40% de la nota final –siempre y cuando se llegue a un mínimo de 5–, a complementar con el 60% de la nota de Bachillerato. En resumidas cuentas, será determinante a la hora de que los alumnos puedan elegir entre una carrera u otra.

La sensación de que de estos tres días de junio depende su futuro puede ser estresante para muchos alumnos, lo que provoca que a menudo tomen malas decisiones respecto al estudio y al descanso que, en lugar de ayudarles, pueden ser letales a la hora de rendir en el examen. De nada sirve haber llevado una disciplina de estudio perfecta durante los últimos ocho meses si pasamos la noche antes de la prueba en vela, despiertos a base de cafés y devorando frenéticamente los libros que ya nos conocemos de memoria.

No intentes pegarte un atracón y leer todo otra vez de principio a fin, sino revisa los puntos que más dudas te planteen y consolida los datos importantes

El mejor consejo para enfrentarse a un examen así es, obviamente, relajarse. Algo muy fácil de decir y difícil de hacer. Sin embargo, debido a que la mayor parte de estresantes están relacionados con los hábitos de estudio, tener claro qué debemos y no hacer puede ser clave. Aquí presentamos una serie de consejos tanto psicológicos como pedagógicos para intentar no tirar el trabajo por la borda en el último momento.

Preparación próxima: la suerte está echada

Lo primero que debemos recordar es que, por mucho que nos duela, la mayor parte del pescado está vendido, salvo que se alineen los astros y nos caiga en el examen justo ese párrafo que acabamos de leer (cuidado: no suele ocurrir). De ahí que no podamos seguir utilizando las mismas técnicas de estudio que unos meses antes, cuando empezamos a profundizar en el contenido.

Es preferible, por lo tanto, que prime lo práctico sobre lo teórico; es decir, no intentes pegarte un atracón y leer todo otra vez de principio a fin, sino mejor revisa los puntos que más dudas te planteen y consolida los datos más importantes a través de esquemas y resúmenes. Aunque sea tarde para establecer una estrategia de estudio en profundidad y a largo plazo, lo que sí podemos hacer es un pequeño cuadrante de prioridades. Una de las decisiones que más cuesta tomar es dar por cerrada una asignatura o un tema, pero es algo que debemos hacer tarde o temprano sin sentirnos mal.

Esto es lo único que vas a conseguir si no duermes. (iStock)
Esto es lo único que vas a conseguir si no duermes. (iStock)

El último día no se estudia

Muchos recomiendan cerrar los libros hasta un día antes del examen y dejar de fiarnos de nuestra memoria a corto plazo –aquella que olvidará todo lo que hemos aprendido nada más terminar el examen– para confiar en lo que está consolidado en ella. Es una manera de evitar caer en la trampa de la inseguridad que emerge cuando nos damos cuenta de que hay algunas lecciones que no conocemos tan bien como pensábamos (sorpresa: es probable que sí y los nervios no estén jugando una mala pasada). Aunque revisar la tarde anterior no siempre es mala idea, sí lo es estrujar el último minuto antes del examen pasando páginas del libro de texto como locos.

Duerme y haz lo de siempre

Son días excepcionales, por lo que pensamos que nuestros horarios también deben serlo. Cuidado, es la fórmula del desastre: antes de una final, los deportistas no pasan la mañana entrenándose hasta que no pueden más, sino que se concentran y descansan. Lo mejor es, ante todo, dormir lo suficiente (ocho horas para los 18 años está bien) y seguir una buena rutina de alimentación, ya que también influye en nuestra capacidad memorística; no debemos cambiar nuestras costumbres, especialmente en lo que concierne al sueño.

Hacer deporte puede ser una buena opción ya que, como recuerda el doctor Robert Oexman, director del Instituto Sleep to Live, “ayuda a que estés alerta mientras estudias y te ayuda a relajarte cuando es hora de dormir”.

Podemos dedicar el día anterior a hacer exámenes de otros años para saber cuánto tiempo nos lleva y en qué flojeamos más

Aprovecha los recursos disponibles

¿Cómo será el examen de Selectividad? Muchos estudiantes se enfrentan a dicha incertidumbre, pero hoy en día, gracias a Internet, disponemos de multitud de recursos que nos pueden dar una buena idea de lo que nos espera. Las Comunidades Autónomas disponen de páginas en las que recopilan los exámenes PAU de otros años, que nos pueden servir tanto para hacernos una idea como para practicar.

Si, por ejemplo, nos sentimos inseguros con una asignatura en concreto, podemos probar a realizar uno de los exámenes de años pasados para localizar nuestros puntos débiles y, sobre todo, descubrir cómo tenemos que repartirnos el tiempo (recuerda el viejo consejo de que es mejor empezar por las preguntas más fáciles). También podemos calcular cuántos puntos vale cada una de las preguntas el examen y, por lo tanto, a cuáles debemos dar prioridad.

Aprende a hacer el examen

Uno de los errores más tristemente habituales es echar a perder el trabajo de estudio por no saber qué se nos pide, a veces por algo tan tonto como no haber leído correctamente el enunciado de la pregunta. Una vez más, los nervios y la velocidad jugando en nuestra contra. Puede que no sea tan mala idea dedicar las últimas jornadas a aprender a hacer el examen, uno de esos detalles que ha diferenciado a los buenos estudiantes de los mediocres.

Que no cunda el pánico. (iStock)
Que no cunda el pánico. (iStock)

Cuidado con los grupos

En los momentos de repaso nos puede resultar útil quedar con un compañero para resolver dudas o evaluarse mutuamente. Pero hay que tener cuidado porque puede ser un arma de doble filo, especialmente ahora que los grupos de WhatsApp pueden generar una tremenda ansiedad. Nos contagiamos fácilmente por el estrés, así que el móvil puede terminar convirtiéndose en un ventilador que esparce ansiedad, inseguridad e información incorrecta, como esos bulos que circulan todos los años de que va a caer tal o cual tema en determinada asignatura. Ni qué decir tiene que estar pendientes del móvil, ese estresante cotidiano, es muy poco recomendable si lo que pretendemos es estar concentrados.

Nada de estimulantes

Puede parecer obvio, pero los estimulantes –desde el café hasta distintas drogas pasando por el alcohol– no son precisamente la mejor herramienta para la memorización ni para combatir el estrés o descansar correctamente, por mucho que nos proporcionen una (transitoria y muy subjetiva) sensación de seguridad. Relájate, pero de otra manera.

Fuente: http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2017-06-06/guia-estudiar-examenes-selectividad_1394709/

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Nueva Sede de La Paz de la Universidad Nacional

Por: Ignacio Mantilla

Desde su fundación, hace 150 años, la Universidad Nacional ha integrado escuelas y facultades que hoy por hoy constituyen sus ocho sedes erigidas en el territorio nacional. En un comienzo, la Universidad se conformó con seis escuelas en Bogotá que para la época de 1867 estaban dispersas por la ciudad: Medicina, Ciencias Naturales, Filosofía y Letras, Ingeniería, Artes y Oficios, y Jurisprudencia.

Posteriormente, en 1935, el presidente López Pumarejo entregó los terrenos en los que se construyó la Ciudad Universitaria en Bogotá, sede principal de la institución. En 1936 se integró la Sede Medellín a la Universidad con la anexión definitiva de la Escuela Nacional de Minas; la Sede Manizales se adicionó en 1948 y la Sede Palmira en 1946 con la incorporación de la Escuela Superior de Agricultura Tropical del Valle.

En 1996 la universidad creó cuatro sedes en las fronteras del país: Arauca, San Andrés, Leticia y Tumaco. Su apertura formal se dio posteriormente de manera distinta en cada una de estas regiones. La última que entró en funcionamiento fue Tumaco, que apenas hace tres años recibió los primeros estudiantes.

Desde hace varios años, y por iniciativa de la comunidad vallenata, se ha querido tener una sede de la Universidad Nacional en el Cesar. Las tres últimas administraciones regionales y locales: Gobernación, Alcaldía de Valledupar y Alcaldía del municipio de La Paz, con el apoyo adicional de los diputados, han unido esfuerzos, recursos y acciones para lograrlo. Es así como, desde 2013 se inició la construcción de un campus, localizado entre Valledupar y La Paz, con recursos de la Gobernación del Cesar, principalmente provenientes del sistema general de regalías.

Las dificultades propias de este tipo de obras públicas y el incumplimiento del cronograma inicialmente previsto para la culminación de la construcción han motivado la intervención de la Contraloría General, en cabeza del señor contralor, doctor Edgardo Maya, para poder superar los excesivos retrasos y lograr, finalmente, concluir esta importante obra para la región.

En virtud de estas acciones, los directivos de la Universidad Nacional acompañamos la semana pasada al señor contralor a la ciudad de Valledupar para instalar una veeduría ciudadana compuesta por los notables ciudadanos, en su mayoría ilustres egresados de la Universidad Nacional, Alfonso Araújo Cotes, Hernán Cabello Vega, Ernesto Altahona Suárez, Emilio Araos Solano, Francisco Fuentes Acosta y Gustavo Gnecco Oñate, quienes se encargarán de hacer seguimiento e informar sobre el cumplimiento de los trabajos finales. Fue ésta además una oportunidad para reunirnos todos con el señor gobernador, Franco Ovalle, en una de las aulas del nuevo campus en construcción y observar el estado de avance de las obras.

La reunión y, en general, la visita abre una concreta esperanza: entregar a la Universidad Nacional las instalaciones debidamente terminadas a principios del mes de noviembre de 2017. De lograrse con éxito esta meta, habrá que garantizar aún la ineludible financiación por parte del Gobierno Nacional para el funcionamiento y vendrá para la universidad un gran reto que debe comenzar el próximo año.

Esta nueva sede se llamará Sede de La Paz, haciendo alusión a su ubicación geográfica en el municipio del mismo nombre, pero también al momento histórico que vive el país. Su real apertura y funcionamiento se dará cuando el Consejo Superior Universitario apruebe su creación y se incorporen a la base presupuestal de la institución los recursos de funcionamiento requeridos para atender una población estudiantil que en la primera etapa aspira a tener unos 2.500 estudiantes.

El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, ha mostrado interés en este proyecto y gracias a su gestión se dispone de una primera suma de inversión para llevar a cabo los trabajos preoperativos de adecuación y dotación de los espacios académicos iniciales. También el presidente Santos ha manifestado su compromiso con este proyecto de gran impacto social. Confío, entonces, en que estas manifestaciones y buenas intenciones se concreten en los recursos requeridos para la apertura de la nueva casa de estudios, acto equivalente a la creación de una nueva universidad pública, lo que no se ha hecho en las dos últimas décadas.

Si mis expectativas optimistas se cumplen, el gran proyecto académico de la Sede de La Paz de la Universidad Nacional comenzará entonces el próximo año. Este nuevo reto universitario, que quiero compartirles, lo representa principalmente la puesta en marcha de los programas académicos de pregrado y posgrado que allí se ofrecerán.

En una audaz apuesta, queremos que, por primera vez en 150 años, la Universidad Nacional ofrezca, fuera de Bogotá, carreras del área de la salud tales como Medicina. La región necesita y merece este esfuerzo y desde la universidad estamos convencidos de la importancia de consolidar allí una Facultad de Ciencias de la Salud, que además de los beneficios naturales que trae la formación de los mejores médicos, odontólogos, fisioterapeutas o nutricionistas, pueda contribuir para transformar en un hospital universitario el actual Hospital Rosario Pumarejo de López de Valledupar.

Complementaria al área de la salud, la Sede de La Paz tendrá otras facultades y se ofrecerán más de 50 carreras distintas en la exitosa modalidad Peama, consistente en programas que inician con las asignaturas propias de los ciclos básicos comunes a casi todas las carreras y después de dos años de estudios en esa sede, el estudiante se traslada, para terminar su carrera, a una de las grandes sedes como Bogota o Medellín. Paralelamente la oferta académica de posgrado por cohortes podrá contemplar programas de especialización o maestría en diferentes áreas.

Espero que todas las condiciones iniciales se den para que podamos responder a las expectativas de esta amplia comunidad y para que la educación superior de calidad que ofrecerá la Universidad Nacional en esta región pueda acoger a los talentosos y alegres jóvenes vallenatos.

Fuente: http://www.elespectador.com/opinion/nueva-sede-de-la-paz-de-la-universidad-nacional-columna-699822

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Las otras caras de la violencia escolar en Latinoamérica

Observatorio del Derecho a la Educación y la Justicia

El Observatorio del Derecho a la Educación y la Justicia (ODEJ) es una plataforma para el pronunciamiento público, impulsado por el campo estratégico en modelos y políticas educativas del Sistema Universitario Jesuita (SUJ). Su propósito consiste en la construcción de un espacio de análisis informado y de posicionamiento crítico de las políticas y las reformas educativas en México y América Latina, arraigado en la realidad social acerca de las injusticas del sistema educativo, y recupera temas coyunturales y estructurales con relación a la agenda educativa vigente.

En un estudio realizado por UNICEF (2011) sobre la violencia escolar en América Latina y el Caribe, se plantea que aún existen escuelas donde se vulneran los principios de la Convención sobre los Derechos del Niño. Se reportan casos de castigos corporales, maltrato emocional, abuso sexual, así como una tendencia creciente del acoso entre pares e inclusive de agresiones de estudiantes y, en algunos casos, de padres contra maestros y autoridades educativas. Los datos arrojados por UNICEF dan cuenta principalmente de estas situaciones y lógicas de la violencia que emergen al interior de las escuelas, reproduciendo maltratos emocionales y físicos que los niños y adolescentes experimentan en su cotidianeidad. El caso del maltrato emocional sistemático entre pares, esto es, entre los mismos compañeros y compañeras de escuela, es motivo de atención en los últimos años, tanto por las políticas públicas, los medios de comunicación y el mismo campo de la investigación educativa. Esto en parte se debe al alto porcentaje de estudiantes que han sido víctimas, o que tienen conocimiento de hechos de maltrato, acoso u hostigamiento escolar, el cual se sitúa entre el 50% y el 70% de la población estudiantil en América Latina (UNICEF, 2011).

La violencia entre pares, más conocida como bullying, es objeto de discusión permanente y es identificada como una de las principales evidencias de la violencia escolar. Aunque se trata de una problemática escolar clave en la configuración de las identidades de los estudiantes y que atenta contra el desenvolvimiento social y cultural de los sujetos, la prioridad que se ha puesto en el análisis y visibilización de este tipo de violencia escolar, ha llevado a ocultar otros procesos significativos vinculados con la violencia que ocurre en las escuelas latinoamericanas.

No resulta llamativo que sean los propios gobiernos latinoamericanos, quienes aducen la importancia de erradicar el bullying escolar, asumiéndolo como la principal problemática sociocultural y comunicativa de las escuelas, mediada por la violencia física y emocional entre los mismos estudiantes. Sin embargo, esta no es la única evidencia de violencia escolar. El foco puesto en los niños y adolescentes como protagonistas de los actos de violencia, pese a que retrata una situación crítica y bisagra de las escuelas latinoamericanas, contribuye al mismo tiempo a la gestación de dinámicas de estigmatización y criminalización de los niños y jóvenes que asisten a la escuela. La identificación de alumnos problemáticos, por lo general, pertenecientes a sectores extremadamente vulnerables, construye una perspectiva estigmatizante de los jóvenes, a quienes se les segrega y atribuye la condición de mal comportamiento. Esta atención puesta en la culpabilidad de los niños y jóvenes en la ejecución de los actos de violencia, silencia e invisibiliza otras caras de la violencia escolar, que tienen como principal responsable a los gobiernos latinoamericanos y a su complicidad con actividades ilícitas. Tal es el caso de la inserción de los aparatos represivos estatales en los propios espacios escolares y la expansión de las redes de narcotráfico y guerrilla que atenta directamente al derecho a la educación de miles de niños y jóvenes latinoamericanos e incumple, por lo tanto, otros derechos básicos y libertades fundamentales.

La destrucción de instituciones educativas por explosiones detonadas, morteros y cohetes, bombardeos aéreos, incendios y saqueos; la ocupación de escuelas por las fuerzas militares, de seguridad, la policía armada o los grupos del crimen organizado, así como el secuestro de niños para ser reclutados forzosamente a las filas de esos grupos criminales, son algunas de las problemáticas a las que se enfrentan cotidianamente las escuelas más vulnerables de Latinoamérica y el Caribe.

Estos incidentes violentos implican el uso de la fuerza en formas que interrumpen y disuaden la provisión educativa, poniendo a educadores y estudiantes en riesgo en ambientes que deberían ser seguros y fuentes de protección. Aún más si se tiene en cuenta que la escuela ha sido identificada históricamente por su papel decisivo en la transformación de los patrones de violencia y para promover el desarrollo de habilidades pacíficas. Esta función se encuentra en crisis, sobre todo a causa de las políticas estatales que, coadyuvadas al mercado privado internacional, la corrupción y la complicidad con el narcotráfico, han hecho de la escuela latinoamericana un escenario sumido en la violencia, la devastación y la privación de derechos fundamentales.

En el caso de Haití, los abusos sexuales contra escolares y mujeres continúa siendo una táctica común en algunos conflictos, los cuales se producen como resultantes de secuestros y ataques a los centros educativos. Estos secuestros son llevados a cabo por bandas criminales armadas y se producen cuando los niños están en camino hacia o desde la escuela. Las niñas representan casi la mitad de las víctimas menores de edad (UNESCO, 2010).

En Brasil, en 2007, ocho escuelas municipales y guarderías de Río de Janeiro, fueron ocupadas sin previo aviso por la policía armada. “Estas instalaciones se utilizaron como base para un ataque de tipo militar contra las bandas de narcotraficantes armados, convirtiéndolas en blanco de ataques mientras los estudiantes seguían asistiendo a clases” (UNESCO, 2010: p.179).

Esta operación involucró a 1.300 policías militares y civiles, además de soldados de la Fuerza Nacional. Los edificios escolares sufrieron grandes daños, y en una ocasión las granadas habían explotado en el patio de la misma escuela.

Por su parte, en Colombia, en 2006, la UNESCO (2010) documentó que las guerrillas de las FARC habían incendiado una escuela en Puerto Jordania, utilizada anteriormente como centro de votación para las elecciones. La denotación de granadas y el incendio de establecimientos educativos es una práctica cotidiana de estos grupos armados, así como el reclutamiento de niños para integrarse a las fuerzas paramilitares.

En México, maestros de seis escuelas de Ciudad Juárez fueron amenazados por miembros de un cártel. “En una serie de advertencias escritas colocadas en las paredes de la escuela a partir del 12 de noviembre de 2008, las bandas de narcotraficantes armados amenazaron con secuestrar a estudiantes si los maestros no pagaban bonos de navidad a los traficantes” (UNESCO, 2010: p. 209)

El 17 de marzo de 2009, en la región de Triqui, San Migel Copola, en el estado de Guerrero, se encontraron más de 20 cartuchos de alto calibre en el campus de un instituto de bachillerato de Oaxaca tras una incursión de bandas armadas en la comunidad. Esto obligó a las escuelas secundarias y primarias de la región a suspender las clases por cierto periodo.

Pese a los diferentes instrumentos legales, así como a la existencia de las Directrices para Prevenir el Uso Militar de Escuelas y Universidades en Conflictos Armados, la violación de los derechos de los niños y jóvenes más vulnerables sigue en aumento. Incluso, estas directrices, aunque constituyen disposiciones vigentes del derecho internacional, no tienen carácter vinculante en sí mismas, por lo que los estados latinoamericanos no están obligados a ejecutarlas.

En este contexto, los casos de militarización de las escuelas, abusos sexuales y el secuestro y desaparición forzada para reclutamiento no solo violenta y censura la garantía del derecho a la educación, sino principalmente el derecho internacional humanitario, destinado a limitar y evitar el sufrimiento humano en tiempo de conflicto armado.

El arrebato de las condiciones dignas de infraestructura y seguridad edilicia son algunos de los rasgos más visibles de esta problemática. El uso militar de las escuelas, tanto como base militar y objetivo de conflicto, termina acechando la propia infancia: familias quebradas por el reclutamiento forzoso de sus niños e identidades forjadas por el miedo y la inseguridad permanente. El temor de trasladarse a la escuela por el uso militar que se hace de ellas, así como de todas las situaciones violentas que se desencadenan de este factor, es una constante en miles de niños. Casualmente este es un aspecto estructural que no se encuentra lo suficientemente investigado, a diferencia, por ejemplo, del estudio de la fobia escolar que responde más a aspectos psicosociales que a las condiciones materiales de existencia, como el conflicto armado y la guerra.

La omisión de todos estos casos a los ojos de los gobiernos latinoamericanos, ejemplos de la violencia que se ejerce hacia las escuelas, no es casual. Sólo se alude a la relación entre el narcotráfico, la militarización y las escuelas, cuando se pretende estigmatizar y criminalizar a determinadas comunidades. Tal es el caso de la desaparición de los estudiantes de la Escuela Normal Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa. Desde el gobierno mexicano, se intentó aducir, como causa de su desaparición, que los estudiantes se encontraban involucrados con una red de crimen organizado. La insistencia del gobierno por instalar en el imaginario esta perspectiva criminalizante de los jóvenes de Ayotzinapa, ha sido una constante. De esta manera se advierte que la única alusión que se hace desde la política pública a la relación entre el narcotráfico y la violencia escolar, se ejecuta bajo un manto de estigmatización y criminalización de los jóvenes utilizada, en este caso, como una estrategia más de ocultamiento de la responsabilidad y complicidad estatal.

La importancia de la visibilización de las otras caras de la violencia escolar, esto es, de la militarización de las escuelas latinoamericanas, convertidas en escenarios de guerra, es fundamental para la garantía del derecho a la educación, clave e inalienable. En las poblaciones más pobres y vulnerables de Latinoamérica, este derecho se encuentra negado, al estar instaladas en territorios permanentes de conflicto armado.

A sabiendas que los estados latinoamericanos están imbricados en esta problemática y que las reformas educativas actuales desatienden estos factores, ¿qué papel tiene la investigación educativa en este contexto? ¿cómo transformar los análisis lineales y unilaterales que se realizan sobre violencia escolar, de manera que se incluya la mirada de las comunidades y escuelas violentadas por la guerra y el conflicto? ¿qué papel tienen los organismos internacionales en este proceso, aún más si se tiene en cuenta que estos poseen información precisa sobre esas otras caras de la violencia escolar? ¿cómo hacer exigible el derecho a una educación libre de violencia y abusos?

Referencias

UNICEF (2011). Violencia escolar en América Latina y el Caribe: Superficie y fondo.  Fondo Internacional de Emergencia de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF)

UNESCO (2010). Education Under Attack. Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

 

Fuente del articulo: http://www.educacionfutura.org/las-otras-caras-de-la-violencia-escolar-en-latinoamerica/

Fuente de la imagen: http://www.educacionfutura.org/wp-content/uploads/2016/08/tumblr_m3vfxe6PpY1rvr5wko1_500.jpg

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Olvidados y excluidos: adolescentes en reclusión

Mexicanos Primero

*Por María Teresa Aguilar Álvarez Castro

Como derecho humano, la educación debe ser garantizada y protegida para tod@s sin distinción alguna. Desgraciadamente, en nuestro país hay niñ@s y jóvenes que todavía no tienen acceso a ella. Sin embargo, en mi experiencia de trabajo en Mexicanos Primero, nunca he visto una exclusión tan sistemática por parte de las autoridades educativas, como la de los adolescentes en conflicto con la ley penal que se encuentran recluidos. Simplemente el sistema educativo los ha olvidado.

Los adolescentes recluidos son personas mayores de 14 años que, siendo menores de edad, han cometido algún delito grave y a los que un juez les ha impuesto la privación de la libertad como medida preventiva o de sanción. Con las reformas recientes, estos adolescentes pueden pasar internados desde unos meses hasta tres o cinco años (dependiendo la edad al cometerse el delito).

De acuerdo con la Secretaría de Gobernación (SEGOB, 2017), hasta abril de este año, habían mil 692 adolescentes en reclusión. De ellos, 52 por ciento requieren estudios básicos de alfabetización, primaria o secundaria.

Los servicios “educativos” que actualmente reciben distan mucho de ser de calidad, como lo marca la Constitución: cuando existen, son proporcionados por personal que no son idóneos, con materiales inadecuados y programas poco pertinentes.

Aún cuando están bajo tutela del Estado las 24 horas del día, sólo destinan a la educación una hora y media. ¿Cómo pueden salir listos para no volver a caer en lo que los llevó al internamiento sin una educación pertinente y de calidad que les dé un nuevo proyecto de vida?

Como casi siempre sucede en México, las leyes no son el problema, pues éstas contemplan no sólo a la educación como uno de los pilares de la reinserción, sino una serie de obligaciones de las autoridades para lograr una educación de calidad para ellos. El problema entonces es que las autoridades no han cumplido su responsabilidad.

Para tratar de activar a las autoridades educativas y penitenciarias de este país, Aprender Primero, brazo jurídico de Mexicanos Primero, presentó una demanda de amparo en contra de diversas autoridades.

Este amparo se refiere específicamente a la Comunidad de Tratamiento Especializado de Adolescentes de San Fernando, ubicado en Tlalpan, en la Ciudad de México, pero la situación de olvido en el que tienen a los adolescentes las autoridades educativas, es similar o peor en el resto de las comunidades de adolescentes del país.

Demandamos a 18 autoridades, tanto federales como de la Ciudad de México. ¿Por qué a tantas? Porque hay adolescentes en San Fernando que requieren acabar sus estudios desde primaria hasta educación superior.

Además de estos cuatro niveles de educación, las leyes prevén otros tipos de servicios educativos a los que tienen derecho como la formación para el trabajo- indispensable para la reinserción- y la educación especial, que es la que busca eliminar las barreras
que limitan el aprendizaje de las personas con dificultades severas de aprendizaje y de conducta.

Así, existen una diversidad de autoridades tanto educativas como penitenciarias que no se han coordinado entre sí para proporcionar educación pertinente y de calidad a los adolescentes.

Nuevamente consideramos importante involucrar al Poder Judicial de tal forma que obligue a las autoridades, especialmente a las educativas, a dejar de tener olvidados y excluidos a los adolescentes recluidos. Este juicio es una forma de alzar la voz por ellos, para que las autoridades se ocupen de su educación como es su derecho.

No es una tarea fácil. Es indispensable voltearlos a ver, escucharlos, entenderlos y ocuparse de ellos como es debido. Por lo pronto, la SEP y otras autoridades educativas ya dijeron en el juicio que no es su problema.

Esperaremos la sentencia, pero por lo pronto, la sociedad debe involucrarse. No sólo por los adolescentes recluidos, sino por tod@s nosotros, que necesitamos jóvenes con nuevos proyectos de vida cuando salgan de reclusión.

*La autora es directora de Estudios Jurídicos de Mexicanos Primero

 

Fuente del articulo: http://www.elfinanciero.com.mx/opinion/olvidados-y-excluidos-adolescentes-en-reclusion.html

Fuente de la imagen: http://www.elfinanciero.com.mx/files/article_main/uploads/2017/06/21/594b4075eaac5.jpg

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