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CNN ante la Revolución de la Comunicación

Por: Fernando Buen Abad

«Vamos a la Revolución Comunicacional en Medios, Redes, Calles y Paredes” N.M.

Edición 68 de “Contacto con Maduro” 20 de noviembre del añ o 2016.

Mientras hay gobiernos neoliberales que suspenden, de manera inconsulta y unilateral, las “Leyes de Medios” más avanzadas; mientras hay gobiernos derechistas que alientan la “auto-regulación” de los monopolios mediados. Mientras el proceso de concentración mediática protagoniza sus luchas inter-burguesas atropellando con monopolios la libertad de expresión de los pueblos… ocurren en las bases de los pueblos fenómenos de trascendencia, cuantitativa y cualitativa, de primer orden. Acudimos a un momento realmente apasionante de la lucha de clases expresada, también, en los medios de comunicación. Hoy la situación nueva es esta: Nicolás Maduro llama a una Revolución de la Comunicación.

Décadas -de la lucha reciente- han dejado sobre la mesa de la Historia Latinoamericana una experiencia magnífica -y renovada- a propósito de la soberanía de los pueblos en materia de “medios de comunicación de masas”. Se trata de una experiencia que no puede omitir el debate sobre la propiedad privada de las herramientas para la producción. (Cámaras, micrófonos, televisoras, imprentas, teléfonos…) tampoco se elude el uso de los mass media como armas de guerra ideológica contra los pueblos. Pero la parte más difícil, la más huidiza acaso, radica en la conquista de la unidad de los medios y los modos para comunicarnos, para hacer visibles las luchas emancipadoras, impulsadas por el espíritu revolucionario que recorre al mundo con brújula al Socialismo… debate y lucha simplemente extraordinarios.

En su madurez actual, tal convocatoria no tolera ya la idea de que alguien, de un modo u otro, se beneficie individualmente con los recursos y riquezas que son de todos, incluyendo el espacio aéreo, los satélites y la red radio-eléctrica, que son recursos tan vitales como el agua, como la tierra, como las minas… En su estado actual la convocatoria es el clamor colectivo más avanzado que se opone a la dilapidación, al dispendio, a la irresponsabilidad y a la agresión permanente que algunos usufructuarios del espacio radioeléctrico perpetran diariamente.

Una convocatoria definitoria. De nada le sirve la “soberanía” por la soberanía misma sin un programa Socialista para la transformación comunicacional nacido desde las bases organizadas de los trabajadores, obreros y campesinos… En su estado actual la convocatoria a una Revolución de la Comunicación rechaza todo quietismo sobre las ideas y todo autoritarismo de las formas. La convocatoria a una Revolución de la Comunicación desde sus raíces más hondas es magnífica pero insuficiente sin un programa político de acción directa hacia la Comunicación Revolucionaria para modificar radicalmente el paisaje de barbarie y miseria actual, es decir programa para ganar las herramientas de producción comunicativa bajo control de los trabajadores y las comunidades.

De nada sirve, la convocatoria a una Revolución de la Comunicación sin un plan, (ideas, acuerdos, metodología… praxis) impulsado, por ejemplo, desde el “empoderamiento” del pueblo. Poder económico, poder de ideas, poder creativo… poder Socialista. Desde 1910, con el estallido de la Revolución Mexicana, apareció en Latinoamérica el proceso de “producción de sentido” revolucionario que marcó, también, la historia toda del siglo XX. Una tras otra, las luchas revolucionarias del continente probaron ser (además del “motor de la historia”) el motor de la producción de sentido que expresa claramente la lucha de clases con símbolos, también.

Es el caso de las imágenes de Emiliano Zapata, Francisco Villa, las “adelitas”… la música, la literatura, la fotografía, el cine… la propaganda, la prensa revolucionaria y, en general, los procesos revolucionarios que maduraron al calor de la lucha de clases y al calor de las fuerzas emancipadoras de cada frente y de cada proceso histórico. La Revolución semiótica permanente.

Es ese el aporte semiótico revolucionario de Cuba, Nicaragua, Venezuela, Ecuador, Chile, Argentina, Brasil… que cambiaron el modo de entender el mundo y de expresarlo. Es el aporte semántico que encontró diversidad de significantes con raíz popular incuestionable. Es el “signo” que orienta la certeza social de que otro mundo es posible y que esa posibilidad no es una entelequia sino una realidad que tiene tiempo, lugar y signos concretos. Es el aporte de las luchas revolucionarias que el aparato monopólico dominante ha invisibilizado y ha deformado ante los ojos de los propios pueblos que, además, padecen el desfalco semiótico de su Historia reciente bajo la metralla de las armas de guerra ideológica del capitalismo.

Nicolás Maduro llama a una Revolución de la Comunicación. ¿Por qué no? Latinoamericana… mundial, universal. No podemos desestimarlo, es preciso integrarse con delegados de base, con delegados de los movimientos sociales que en todo el mundo construyen comunicación no alienante, comunicación para la libertad. Organicemos una fuerza que se sume de inmediato desde el este de Los Ángeles hasta la Patagonia; que convoque a los cientos de miles de comunicadores, radios, televisoras, periódicos, sitios Web… trabajadores de la comunicación de base que, de un modo u otro, desde sus organizaciones, acepten caminar con la Revolución de la Comunicación. Esto no es nuevo, sólo es urgente. Si no respondemos, los años próximos nos verán derrotados como nunca.

Están dadas las condiciones el mundo ha despertado tal conciencia sobre el papel de los medios, sus virtudes y sus amenazas, que ya una fuerza objetiva con que se bañan diariamente las subjetividades más diversas. Esta es una hora buena, están encendidas las máquinas de los corazones que alimentan las máquinas filmadoras, radiofónicas, televisivas… No hay mucho que discutir. Ya hay organizaciones que entienden lo qué debe hacerse a estas horas y entienden lo que debemos construir para las horas venideras. No hay tiempo que perder. Sumemonos cuanto antes, un congreso, encuentro, asamblea…. organizador (y en movimiento) para acordar acciones directas de inmediato, caminando hombro con hombro alumbrados con la lección Revolucionaria, que también en materia de comunicación, propone Maduro.

Convoquemos un congreso dinámico y creativo para la Revolución Socialista de la Comunicación, convoquemos a las experiencias más convocantes, acordemos una marcha de ideas y organizaciones unidas y en sintonía con los logros nacidos de la Revolución, démonos la oportunidad de la hora y aprendamos todos, desde abajo y para siempre, la dialéctica de la comunicación que los pueblos impulsan en su ascenso revolucionario. Una Revolución de la Comunicación que recorra el mundo. Una fuerza no uniforme que luche contra la alienación, contra el secuestro mercachifle de los medios de Comunicación, contra los peligros ideológicos, contra las formas de los anti-valores y las persecuciones de todo tipo.

Organicemos lo que ya existe, sin conformismo, arribismo, ni vedetismo… organicémonos desde los que mejor se hace y movilicemos mil iniciativas nuevas, frescas… esta vez sin protagonismos estériles, pongamos por estrella única esta Revolución y regalémosle los mejores frutos de nuestras mejores definiciones, aprendizajes y acciones en transición permanente. Vallamos rápido y directo, sin dejarnos abrumar y derrotar por la palabrería ni los espejismos, vallamos de inmediato, pensando bien y haciendo lo correcto. No es imposible. Discutamos sólo lo necesario, lo que nos fortalezca unidos, y acordemos métodos para discutir las diferencias fraternalmente, progresivamente, fértilmente. Total las urgencias del presente son las prioridades del debate y de la lucha. Fijemos una agenda y fijemos un calendario. Sin ponernos trampas, dilaciones ni desvíos.

Hagamos nacer, desde abajo, un programa político de Comunicación que nos ayude a orientarnos en la unidad organizada. Un programa Político de Comunicación que sepa diagnosticar y pronosticar, que se ayude con lo mejor de la ciencia y los mejores científicos militantes, que se ayude con los técnicos y que se ayude desde las prácticas directas creadoras, día a día, de experiencias magníficas… radios, televisoras, cinematográficas, editoriales… organicémonos como un brazo en lucha, nacido del mismo cuerpo social revolucionario en desarrollo. Organicémonos como una fuerza que, tarde o temprano, será una sola en todo el mundo.

No impongamos nuestras recetas, no dependamos de “las recetas”. Aprendamos de las lecciones concretas de los pueblos, aprendamos, desde abajo, cómo se construye y se organiza un pueblo… aprendamos de lo mejor y ofrezcamos lo mejor que tengamos. No dictemos “verdades” de sabio o de burócrata… mejor ampliemos el diagnóstico, el debate y el pronóstico. Ampliemos el diagnóstico, el debate, el pronóstico y la lucha sobre la propiedad privada de las herramientas de trabajo comunicacional, ampliemos el debate y la imaginación sobre la creación de los lenguajes nuevos.

La Revolución de la Comunicación debe radiografiar los huesos mismos de toda estructura de comunicación, explorarlos críticamente, desde sus entrañas. Ya la anunció Nicolás Maduro y es indispensable que empujemos entre todos, que hagamos nuestra tal batalla, que ayudemos y nos ayudemos a aprender. Inventar o errar al lado de todos los pueblos. Levantemos continentalmente la bandera de la Revolución de la Comunicación que tiene un futuro magnífico, nadie puede hacerse sordo, todos estamos obligados a levantar la voz.

¿De qué manera hay que explicar lo importante que es la convocatoria de Nicolás Maduro a una Revolución de la Comunicación armada con cuantos medios sea necesario para liberar a la humanidad de todo aquello que la hace prisionera en los límites de sus más elementales necesidades? Habrá que disponer de los mejores logros tecnológicos y las mejores experiencias sociales para convertirnos en militantes de la verdad, transformadores revolucionarios de la conciencia para la creación de una sociedad sin clases, sin propiedad privada. Revolucionarios de la Comunicación militantes en la ciencia, la educación, la tecnología… la poesía, para activar todas las fuerzas sociales en la resolución de los problemas de la vida práctica.

Ya podríamos acordar, de inmediato, estar listos para avanzar en la organización de todo nuestro caudal comunicacional revolucionario. Intervengamos internacionalista y solidariamente, intervengamos política y científicamente, intervengamos como se debe. Como una fuerza organizada desde y con los medios de comunicación para “tomar el cielo por asalto”. Que el mundo sepa que se abre una nueva etapa de lucha gigantesca y profunda que es de todos nosotros los que soñamos el triunfo definitivo de la Revolución Permanente. ¿Podríamos apresurarnos?

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=223099

Imagen: http://ipmark.com/tecnologia-y-medios-predicciones-2016/

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Mujeres en la ciencia

Por: Ignacio Mantilla

Se celebró la semana pasada el “Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia”. Aunque la fecha reservada para esta conmemoración, el 11 de febrero, pasó inadvertida en nuestro medio, quiero aprovechar este espacio para destacar las razones que tuvo la Asamblea General de las Naciones Unidas en el año 2015 para proclamar este “Día Internacional”, que se celebrará todos los años.

Dice la correspondiente resolución que: “con el fin de lograr el acceso y la participación plena y equitativa en la ciencia para las mujeres y las niñas, y además para lograr la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas, la Asamblea General de las Naciones Unidas decide proclamar el 11 de febrero como el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia”.

Una pregunta que seguramente todos alguna vez nos hemos hecho es: ¿y para qué sirve un Día Internacional? La respuesta nos la da la propia Asamblea General, en la expedición de las resoluciones en las que designa una fecha como Día Internacional.

En definitiva, la ONU ha aclarado que el propósito de los Días Internacionales es “sensibilizar, concientizar, llamar la atención, señalar que existe un problema sin resolver, un asunto importante y pendiente en las sociedades para que, a través de esa sensibilización, los gobiernos y los estados actúen y tomen medidas o para que los ciudadanos lo exijan a sus representantes”.

Pese a los esfuerzos de la ONU en el caso que nos ocupa, la verdad es que las mujeres siguen enfrentándose a barreras en su formación científica, que no parecen fáciles de vencer. Actualmente, las cifras que brinda este mismo Organismo internacional indican que la probabilidad de que las estudiantes terminen una carrera, una maestría o un doctorado en Ciencias es del 18%, 8% y 2%, respectivamente. Para los estudiantes masculinos, en cambio, es del 37%, 18% y 6%

En general, la participación de las mujeres investigadoras (en todas las áreas de las Ciencias) es baja: menor del 40% en los países de la OCDE, con excepción de Portugal y Estonia, pero sin alcanzar siquiera, en estos países, un 50%. Los niveles más bajos (menores del 20%) están en Japón y Corea (OCDE, MSTI – febrero 7 de 2017).

En la Universidad Nacional, las profesoras vinculadas a las Facultades de Ciencias en las diferentes Sedes representan, en todas ellas, menos del 30% del total de profesores de esas Facultades. En la Sede Medellín, por ejemplo, solo 29 de los 134 profesores de Ciencias son mujeres, el 21.6%.

Aun cuando se habla mucho sobre la necesidad de que haya más mujeres investigadoras, poco se hace. Muchos talentos se pierden, otros permanecen ocultos y algunos otros son deliberadamente opacados. Tampoco se intenta atraer a las niñas hacia las ciencias, más bien los esfuerzos se encaminan a estimular y patrocinar reinados de belleza.

Quiero exponer el ejemplo de dos mujeres científicas excepcionales, matemáticas ambas, distanciadas por cerca de 1600 años. Una de ellas, de las primeras mujeres matemáticas de la que se tiene noticia, llamada Hipatia, murió en Alejandría a comienzos del siglo V, linchada por una turba de cristianos, acusada de ser una mujer entregada al pensamiento y la enseñanza libres. A Hipatia se le conoce como la “Mártir de la Ciencia”. Por su irracional y cruento asesinato y por sus especiales aportes en geometría, álgebra y astronomía, la figura de Hipatia se ha convertido en un verdadero mito. Algunos movimientos feministas la reivindican como paradigma de una mujer liberada. Para las ciencias, se trata de un oscuro capítulo que debe presentarse en la historia como un hecho terrible que no debe repetirse. Es un gran contraejemplo. Es la indiscutible evidencia de que la ceguera colectiva humana, que opaca la inteligencia, sí existe.

La otra admirable científica es Maryam Mirzajani, una joven matemática iraní, quien se formó en pregrado en la Universidad de Tecnología Sharif de Teherán y actualmente es profesora de la Universidad de Stanford. Maryam fue galardonada en 2014 con la Medalla Fields, siendo la primera mujer de la historia en recibir este premio equivalente al “Nobel de las matemáticas”. El premio le fue otorgado por sus impactantes, trascendentales y originales investigaciones sobre geometría, teoría de superficies de Riemann y sistemas dinámicos. Su origen y su gran talento producen la admiración de la comunidad matemática mundial, pero despierta también la envidia de algunos matemáticos de primer nivel.

Estas extraordinarias científicas son apenas una pequeña muestra y un indiscutible ejemplo de las valerosas y talentosas mujeres, que a pesar de encontrar condiciones muy adversas o tener oportunidades limitadas, han logrado destacarse como científicas de gran nivel. La Medalla Fields, otorgada por primera vez a una mujer matemática, es también el reconocimiento del importante aporte femenino a las matemáticas y la reivindicación del pensamiento de Hipatia de Alejandría, que tuvo que esperar 16 siglos.

La celebración del “Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia” debe entonces invitarnos a reflexionar sobre la exaltación que merecen las mujeres por su trabajo científico, su tenacidad y sobre la urgente necesidad de acercar a las niñas a las ciencias.

Finalmente, mi vocación docente me impulsa a dejar tareas. En este caso la pregunta es ¿Y cuál es la diferencia entre un “Día Internacional” y un “Día Mundial”? Como en muchas ocasiones, el profesor no conoce la respuesta y espera aprender de sus alumnos.

Fuente: http://www.elespectador.com/opinion/mujeres-en-la-ciencia-columna-680480

Imagen: http://aulaverde.masverdedigital.com/?p=3348

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Jornada única y costos de la educación

Por: Ángel Pérez Martínez

Al Gobierno nacional a través del Ministerio de Educación Nacional, MEN, la ha faltado liderazgo, gestión y recursos para avanzar en la jornada única para más de 8 millones de estudiantes de la educación oficial

Según los datos del MEN, En el 2013 de los 10.629.565 estudiantes de la educación preescolar, básica y media solo el 18 por ciento asistía a colegios con jornada única o completa, de ellos más del 90 por ciento lo hacían en colegios privados.

El gobierno del Presidente Santos en su segundo mandato se comprometió a avanzar en la jornada única para la educación oficial como una estrategia para cerrar brechas entre los estudiantes que asisten a colegios privados de buena calidad y quienes asisten a la educación oficial. Además, a partir de diversos documentos que analizaron la experiencia de Chile, de otros países y la evidencia nacional, el MEN sustentó que cuando los estudiantes permanecen más tiempo en el establecimiento educativo mejora la calidad, la convivencia y la participación laboral femenina; así mismo disminuye el embarazo juvenil y la deserción escolar.

También, desde cuando inició el gobierno, la entonces Ministra de Educación Gina Parody aceptó que para mejorar la calidad de la educación y establecer programas como la Jornada única, el país requería más recursos para la educación preescolar, básica y media, según ella: “mientras Chile invierte 4.500 dólares al año por estudiante. Nosotros, con la devaluación, invertimos alrededor de dos millones y medio de pesos, o sea, 800 dólares. En la OCDE el promedio es de 8.400 dólares por estudiante al año. Por ahí comienza la inequidad, apuntó”.

La Ministra tenía razón en el año 2014 la Secretaría de Educación de Bogotá invertía 4 millones de pesos por estudiante en jornada completa y un estudio realizado por Economía Urbana para el MEN encontró que una canasta de costos ideal para la jornada única en el sector oficial tenía un precio cercano a los 5 millones de pesos para dicho año. Estos costos aún están lejos de los pagos, entre 7 y más de 15 millones de pesos anuales, que realizaron las familias en los tres mejores colegios (privados) de Bogotá, Cali y Medellín, de acuerdo con las pruebas SABER 11, donde se confirma: la calidad en educación es costosa.

Los directivos del MEN en el año 2014 conocían que el desarrollo de la jornada única tenía tres obstáculos de los cuales dependía desde la gestión pública su éxito o fracaso. El primero era aumentar el 30% de la actual infraestructura educativa y las dotaciones escolares; el segundo, mejorar las condiciones de los estudiantes para facilitar su aprendizaje: alimentación escolar (pasar de refrigerio a almuerzo), transporte, espacios recreativos y deportes, bibliotecas y aulas especiales, según proyecto educativo del colegio; y tercero, las condiciones laborales de los docentes, donde existía un dilema: aumentar la jornada laboral a los actuales docentes e incrementar su salario, o nombrar más docentes con el mismo salario que reciben quienes hoy laboran en la educación oficial.

Al finalizar el año 2016, sorprende los pobres resultados alcanzados en el programa de jornada única, por ejemplo, en infraestructura educativa la meta a 2030 es construir 51.134 nuevas aulas de clase, 30.000 aulas en el cuatrenio 2014 a 2018, Gobierno Santos. Según el informe de gestión del MEN 2014- 2016, entre 2015 y 2016 apenas se entregaron 3.571 nuevas aulas, el 18% de la meta. Sin embargo, el número de estudiantes en jornada única promovidos por el programa alcanzó 374.494 estudiantes en el 2014 y 500.000 alumnos en el 2016, que equivale sólo al 6 por ciento de la matrícula oficial. Lo anterior significa que el incremento de jornada única por aulas nuevas sería de 142.840 estudiantes (supuesto de 40 estudiantes por aula) y el resto utilizando colegios existentes que era lo más fácil de hacer y sin costo por infraestructura, a no ser que se mejorará o ampliará nuevos espacios educativos. Destaco que al retrasarse las metas para la jornada única, los costos asociados a alimentación escolar, trasporte y nuevos docentes, entre otros, no se producen.

Más grave, el tema de los docentes y la jornada laboral aún no se define, FECODE plantea que se requieren 100.000 docentes adicionales para la jornada única, el MEN propone 30.000 para el actual periodo de gobierno, sin embargo, la experiencia de los colegios privados de buena calidad en Colombia y de otros países indican que la jornada única en las instituciones escolares, 7 u 8 horas al día, es atendida por un sólo equipo de docentes, que trabajan 6 horas en aula y 2 horas en planeación o apoyo, con un currículo único, el respectivo plan de estudios y un sistema de evaluación integral.

El país tiene que tomar una decisión que es costosa y permanente: mantiene los 330.000 docentes con los salarios actuales y para desarrollar la jornada única agrega cerca de 100.000 más. O busca un acuerdo con el magisterio para ampliar la jornada laboral de los docentes, acompañada de una mejora de sus salarios, lo cual se puede realizar con gradualidad de acuerdo con la meta fijada hasta el año 2030, el MEN debe ser consiente que los docentes que tienen un trabajo extra o ingresaron a la educación oficial incentivados por la jornada laboral se opondrán. En el próximo artículo explicaré porque es mejor esta segunda opción para los docentes y de manera especial para los niños y adolescentes en la garantía del derecho a la educación con calidad.

Fuente: http://www.dinero.com/opinion/columnistas/articulo/jornada-unica-y-costos-de-la-educacion-por-angel-perez/242144

Imagen: http://radiorsd.pe/noticias/minedu-aprueba-aplicar-jornada-escolar-completa-en-36-colegios-de-ancash

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La virtud de las esposas

Por: Lidia Falcón

“Es costumbre monárquica el robar, pero los Borbones exageran”
Charles Maurice Talleyrand

La sentencia que absuelve a la infanta Cristina nos retrotrae a los prudentes años de la dictadura cuando la sabia y tradicional organización social establecía el orden en que debían situarse los papeles del hombre y de la mujer, del marido y de la esposa. El mandaba y ella obedecía. A salvo de las convulsiones que nos ha traído el feminismo que pretende abolir las santas normas que estableció el Patriarcado.

Sabido debe ser, y hay que recordarlo siempre, que el Código Civil de 1888, restablecido en su integridad a partir de 1939, después de que el Caudillo, por la Gracia de Dios, anulara la revolucionaria legislación de la II República, establecía que la mujer casada no tenía capacidad jurídica para ninguno de los actos que implicaran el patrimonio propio o del matrimonio. De tal modo, ni podía contratar una cuenta corriente ni realizar ninguna operación mercantil ni civil sin el consentimiento de su marido. Era por tanto sabido, que una mujer casada no era responsable de ninguna operación económica que fuera más allá de comprar la comida y los pañales del niño.

Bien deben de creer las juezas que han dictado la sentencia en el célebre juicio de la sociedad NÓOS que nos hallamos en aquella época de gran placidez que fue la dictadura, como la calificó el entonces ministro de Interior, Jaime Mayor Oreja, en tiempos del gobierno de Aznar. Y placidez debía reinar en el seno del matrimonio Iñaki Urdangarin y Cristina de Borbón, puesto que ésta obedecía santa y mansamente las órdenes de su marido.

Del mismo modo –de otra manera hubiese quedado desairada-, han absuelto a la esposa de Diego Torres. Otra buena y obediente esposa que no tenía ni mando ni conocimiento en los negocios del marido.

Esposas cristianas, que cumpliendo el mandato divino, están bajo el mando de quien es dueño de su vida. Ciertamente la Biblia habla de que “el varón dominará tu concupiscencia”, pero en tan íntimos temas no va a entrar una sentencia judicial en 2017. El Antiguo Testamento no trata de la participación de la mujer en los negocios del marido, pero por analogía habrá que entender que este domina a su mujer en todas las decisiones económicas, como sancionó el Código napoleónico que se aprobó en nuestro país en aquella ya lejana época de 1888.

Esas juezas que han considerado que formar parte del Consejo de Administración de la sociedad Aizoon, una entidad que manejaba millones de euros al año, firmar las actas de las reuniones, tener disponibilidad de las cuentas corrientes, ratificar los acuerdos que se tomaban de administración y firmar las declaraciones a Hacienda, no significa ni conocer el manejo interno de la sociedad ni tener responsabilidad alguna en los negocios, transacciones y cobro de comisiones y mordidas que se llevaron a cabo durante varios años en esa entidad ficticia que se llamaba NÓOS.

Para las magistradas tampoco significa que la infanta estuviera al corriente, y aprobara, las transacciones que su marido realizaba aunque las ganancias afluían generosamente a la economía doméstica. Desde los pañales de los niños a los sellos de correos, pasando por vacaciones, comidas y viajes, la trama de Aizoon y Nóos surtió a la familia Urdangarin de fondos suficientes para disfrutar de una regalada vida. Y eso que los dos cónyuges y los cuatro hijos lo tenían todo pagado, por ser miembros de la Casa Real, cuyos presupuestos aprueba cada año el Parlamento.

Las juezas de este juicio han ratificado la arriscada defensa de la infanta Cristina que el fiscal Horrach ha realizado durante la instrucción del proceso y la han exonerado de toda responsabilidad. En consecuencia, yo espero que a partir de ahora, en cualquiera otro proceso en el que se dilucide la responsabilidad patrimonial de los cónyuges, se estime que la esposa no puede ser inculpada por ninguno de los actos en que haya participado si ha sido su marido quien se lo ha pedido.

Como decía el ínclito abogado de la infanta, Miquel Roca, ella firmaba por amor, argumento de tanto peso cuanto que el amor mueve el mundo, y los negocios también. El amor es el cemento más duro para consolidar una unión. Una información asegura que la hermana menor del Rey no se siente culpable, y me pregunto ¿por qué había de sentirse cuando la Biblia, el Código Civil de Napoleón y la sentencia judicial dictada por tres mujeres – nada menos- la exonera de toda responsabilidad?

Y puesto que la infanta en su declaración en el juicio dijo 189 veces que “no sabía” lo que le preguntaban, 59 que “no lo recordaba” y 58 “lo desconozco”, no cabe duda de que condenarla por lo que había organizado y negociado su marido, de lo que ella era absolutamente ignorante, hubiera sido una injusticia.

Doña Cristina tampoco cree que su marido sea culpable. La pareja se considera una víctima y piensa que desde el palacio de La Zarzuela les han dejado “solos” y no les han defendido como ellos esperaban. Argumenta que todo es fruto de una conspiración contra su esposo.

Como también deben serlo las acusaciones que se hicieron a los otros participantes de la trama valenciana y madrileña. La sentencia, de 741 folios, echa por tierra la llamada trama valenciana. Los cinco altos cargos de la Generalitat que contrataron con Urdangarin las cumbres de turismo y deporte Valencia Summit entre 2005 y 2007 por valor de 3,4 millones, resultaron absueltos. Su estrategia de negar los hechos, sostener su inocencia y rechazar un acuerdo con el ministerio público resultó un éxito rotundo. Las tres magistradas entienden que los contratos fueron válidos y las tres ediciones de la Valencia Summit “se celebraron de forma satisfactoria” y a precios de mercado.

También quedó exonerada Mercedes Coghen, consejera delegada de la fallida candidatura olímpica de Madrid 2016, que pagó a Urdangarin 114.000 euros para hacer funciones de lobby ante los miembros del Comité Olímpico Internacional. Finalmente, el tribunal absolvió, contra el criterio del fiscal, a la esposa de Torres, Ana María Tejeiro, al hermano de esta y contable de las sociedades, Marco Antonio Tejeiro, y a Salvador Trinxet, arquitecto del entramado societario que sirvió a Torres para blanquear los fondos que había ocultado a Hacienda. En resumen, de los 17 acusados han absuelto a 10.

Ciertamente hubiera resultado muy descompensada la condena a Ana María Tejeiro con la absolución de Cristina de Borbón, pero ya se me escapa el motivo de la benevolencia mostrada con el hermano y los demás socios y organizadores de una trama que ha esquilmado al erario público varios millones de euros.

Y no nos olvidemos que la justicia le devolverá a la Infanta, aproximadamente, 372.000 euros. La diferencia entre los 587.000 euros que le reclamaba el fiscal Horrach como partícipe lucrativo de los delitos fiscales de Iñaki Urdangarin y que ya depositó en diciembre de 2014 y los 265.088 euros que finalmente le impone el tribunal. Es decir que la sentencia le sale a devolver.

Después de esta sentencia, es de esperar que también se de crédito a las declaraciones de Rosalía Iglesias y Ana Mato que nada sabían de los negocios de sus maridos Luis Bárcenas, ex tesorero del PP, y el de la exministra de Sanidad, Jesús Sepúlveda, alcalde de Pozuelo de Alarcón, enjuiciadas en la trama central del caso Gürtel que se celebra desde el pasado octubre en la Audiencia Nacional.

Ellas saben que no hay mejor prueba de inocencia que ser una obediente esposa.

Fuente: http://blogs.publico.es/lidia-falcon/2017/02/18/la-virtud-de-las-esposas/

Imagen: https://psicologiaymente.net/psicologia/grandes-diferencias-entre-hombre-y-mujer

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La estereotipación negativa de los feminismos y la invisibilización de los estudios de género

Coral Herrera Gómez

Los estudios de género deberían formar parte del contenido curricular en la educación básica y en la Universidad. No es justo que todas las obras y hazañas de mujeres en el área de la ciencia, de la política, de las artes están invisibilizadas y apartadas de los ámbitos académicos. Cuando yo comencé a leer sobre teoría feminista, me di cuenta de que lo que yo había estado estudiado durante veinte años seguidos era la Historia de los Hombres. Excepto Cleopatra y la Reina Isabel la Católica, todos los reyes, príncipes, emperadores, zares, caudillos, gobernantes, condes, marqueses, militares y papas han sido hombres

No sólo en Historia: en Literatura todos los poetas, escritores y editores son hombres; solo recuerdo a Santa Teresa de Ávila y aRosalía de Castro como ejemplos de mujeres creadoras. En Filosofía, todos los autores importantes (Aristóteles y Platón, San Agustín y Santo Tomás, Rousseau y Hobbes, Locke y Erasmo, Ortega y Marx…), pero nada de María Zambrano o Hanna Arendt hasta que llegué a la Universidad. Yo he estudiado a los grandes artistas (Miguel Ángel, Velázquez, Beethoven, Mozart, Picasso) y también he leído sobre los científicos más grandes (Galileo, Newton, Einstein), pero sólo recuerdo a una mujer científica importante: Madame Curie.

Cuando empecé a leer sobre mujeres que gobernaron países, que escribieron, que pintaron, que pensaron, que compusieron música, que descubrieron cosas importantes para la Ciencia, me pregunté cómo era posible que nadie me hubiera hecho notar la invisibilidad de las mujeres en los libros de texto mientras me contaban las guerras y las batallas de los Hombres.

Empecé a leer sobre las mujeres que a lo largo de los siglos se han organizado para luchar por sus derechos y sus libertades;  muchísimas de ellas han sufrido y sufren aún ostracismo social, torturas y vejaciones. A lo largo de los siglos, las mujeres feministas han sido encarceladas, violadas y asesinadas sólo por defender la igualdad.

Cuando me paro a pensar en los logros de esa lucha en las democracias actuales, me doy cuenta de la importancia que ha tenido para mí y para mi generación porque gracias a ellas puedo estudiar y trabajar, elegir con quién comparto mi sexualidad y mis emociones, elegir el momento de mi maternidad, configurar mi proyecto vital yo sola, etc. Y me emociono comparándome con mi abuela, que vivió toda la dictadura franquista y asumió su ideología católica y misógina, y con mi madre, que salió a las calles para luchar por sus derechos y por los míos.

Lo terrible no es solo es silenciamiento de estas luchas, sino que además muchos piensan que ya es suficiente porque la ley nos reconoce la igualdad de derechos que reclamábamos, a pesar de que las cifras muestren que esas leyes no se cumplen.  Los feminismos gozan de escasa reputación porque al poder le ha interesado transmitir una  visión estereotipada y negativa del feminismo; muchos siguen creyendo que el feminismo y el machismo son lo mismo, y nos acusan a las feministas de ser odiadoras de hombres, pese a que nosotras no deseamos imponer el poder femenino para instaurar un sistema violento y jerárquico como el patriarcado en el que dominen las mujeres.

Los feminismos no quieren imponer un matriarcado basado en la violencia contra el hombre, como ha sido el patriarcado hastaahora. No desean dejarlos sin voto, ni violarlos en las guerras, ni mutilar sus genitales en pro de una tradición cultural, ni confinarlos en el ámbito doméstico, ni quiere matarlos por adulterio. Los feminismos no pretenden que los hombres sean propiedad de sus madres y luego de sus mujeres, ni desea que los hombres cobren salarios más reducidos, ni tampoco querría desterrarlos de las cúpulas de poder mediático, empresarial y político. No quiere traficar con cuerpos masculinos para el disfrute de los femeninos, ni desea que los niños varones estén desnutridos o abandonados en orfanatos, ni, por supuesto, promovería
su marginación social o económica. Tampoco vetarían el acceso a la escuela a los niños varones, ni les prohibirían el acceso a la Sanidad y la Universidad.
Comprendan que eso es una locura que no promueven los feminismos, que han luchado siempre por la igualdad entre mujeres y hombres.
Es una cosa muy simple de entender que los feminismos son algo más diverso, más complejo y más fascinante que el estereotipo hembrista que circula por el espacio social. Sin embargo, cuando en mis clases cuando pregunto quién es feminista, nadie levanta la mano, ni hombres ni mujeres. Cuando pregunto por qué, el argumento es siempre el mismo: «es que yo estoy a favor de la igualdad, no de que las mujeres dominen el mundo«. El feminismo, sin embargo, no es una ideología anti-hombres llena de odio, rencor y miedo. Prueba de ello es la cantidad de hombres feministas que existen, y que han colaborado en esas luchas desde los años 60 en Occidente.
Los feminismos del siglo XX son, de igual modo que el pacifismo y el ecologismo, una extensión en la lucha por los derechos humanos.  Defienden la igualdad entre hombres y mujeres, y trabajan contra la discriminación que sufren las mujeres en las sociedades patriarcales. Las mujeres nos reunimos para pensar(nos), para organizarnos, para reflexionar y visibilizar la discriminación y la violencia. Los feminismos pretenden poner en cuestión las tradiciones patriarcales, reclaman un mundo más igualitario, denuncian la violencia ejercida contra mujeres y niñas en todo el planeta.
El problema es que estas luchas de mujeres han quedado desprestigiadas por un estereotipo negativo que se ha extendido en la conciencia colectiva: la feministaque odia a los hombres y protesta por todol. Esta imagen de mujer amargada y masculinizada ha hecho mucho daño a la lucha por la igualdad; al ecologismo le pasó lo mismo cuando se comenzó a construir una imagen del movimiento como un grupúsculo de radicales irracionales.

Así que las feministas y las ecologistas son mujeres «locas», o «histéricas», o «desviadas», y eso le conviene al patriarcado para que no cunda el ejemplo.

Por eso me parece fundamental que en las escuelas, en los medios de comunicación, en los espacios públicos se visibilicen los logros de los feminismos, que son redes que tejemos, conglomerados de escuelas, corrientes teóricas, grupos de activismo muy variado. Los feminismos tienen un objetivo común, que es la igualdad de derechos y oportunidades, pero existen muchas ideologías en esa red de luchas y reflexiones: feminismo progre, feminismo institucional, feminismo punk, feminismo radical, feminismo comunista, feminismo anarquista, feminismo burgués, feminismo multicultural, feminismo lesbiano, post feminismo… y estudios de masculinidad que investigan cómo el patriarcado ha afectado a los hombres, a su salud mental y psíquica, a sus emociones y a sus relaciones afectivas.

Además, dentro de los estudios de género también están los estudios gays y lesbianos, la teoría marica… y la teoría queer, que propone ir más allá del feminismo y diluir las barreras de género, integrando a la especie humana en un todo en el que caben mujeres masculinas, hombres femeninos, travestid@s, transexuales, y gente que no se siente ni una cosa ni la otra.

En ese entorno tan vasto de posibilidades, existen profundos choques entre las diferentes corrientes, pero en cualquier caso lo interesante de los estudios de género es la puesta en común de un análisis en torno a cómo el patriarcado ha afectado a la vida cotidiana de mujeres y hombres, a nuestras relaciones sexuales y afectivas, a nuestras formas de organización política, económica y social , a nuestras expresiones artísticas y nuestras producciones culturales… es simplemente analizarlo y proponer vías para que las mujeres no sigan estando invisibilizadas en los libros de texto.

Esto en el caso de los países desarrollados, que son pocos comparados con el resto del planeta. No hace falta recordar que fuera de estas islas de privilegio (Europa y Norteamérica) 100 millones de niñas son mutiladas y privadas de su derecho a la sexualidad y al placer, a la educación y al trabajo remunerado, son apedreadas en el mundo árabe hasta la muerte, se trafica con ellas y sus cuerpos como negocio en todo el mundo, son más pobres y analfabetas y están más desnutridas que los hombres, trabajan el doble o el triple que ellos. En esos países hay muchísimo trabajo por hacer y el activismo feminista es fundamental para poder garantizar la vida de muchas mujeres. Por eso es importante proteger a las activistas amenazadas de muerte, y promover la cultura de la igualdad para lograr que más mujeres y hombres se unan al trabajo por los derechos humanos.

En el ámbito de la investigación lo justo sería visibilizar el papel de las mujeres en la Historia, sacar a la luz la cantidad de mujeres astrónomas, matemáticas, biólogas, médicas, filósofas, poetas, políticas, escultoras, arquitectas, etc. que han hecho grandes aportaciones a la Humanidad y que han sido reconocidas o despreciadas en su época. Su importancia ha quedado silenciada porque en el pasado sufrieron las burlas de sus colegas de profesión y en el presente no se las estudia en los colegios ni en las universidades.

A mí me parece increíble que se estudie la crítica de Erich Fromm a la crítica de Marcuse sobre Freud, pero que no se hable de lacrítica de Mary Wollstonecraft a Jacques Rousseau, hombre que creía en la igualdad y en la libertad, pero no en la de todo el mundo, sino solo la de los hombres. También que me parece increíble que me expliquen la Revolución Francesa sin contarme que las mujeres exigieron, al inicio de las revueltas, que la carta de derechos fundamentales del hombre también fuese para la otra mitad de la población. Lo mismo con las revoluciones socialistas: mujeres comunistas y anarquistas exigieron que antes de derribar las diferencias de clases había que derribar la inferioridad de la mujer y la superioridad del hombre, porque si no la Revolución no sería una Revolución, ni una lucha real por la igualdad de todos los seres humanos.

El desprecio de las luchas de emancipación femenina que mantuvieron los hombres revolucionarios del siglo XVII hasta hace bien poco deslegitima, desde una perspectiva libertaria, la lucha socialista por el fin de las clases sociales y de las relaciones de dominación entre ricos y pobres, porque al mantener las jerarquías de género siguen proponiendo sistemas políticos no igualitarios.

En cualquier caso, ya va siendo hora de que las instituciones se esfuercen por dar la importancia que se merece a la lucha feminista dentro de la Historia Universal, y de que se impliquen en acabar con la idea de que las mujeres somos inferiores sólo porque a nuestras antepasadas se las prohibió el acceso a la educación, al prestigio intelectual, y a la disciplina científica. Que los grandes de la Historia hayan sido Hombres es normal en una cultura patriarcal; ya se sabe que son los vencedores los que escriben el relato histórico que la ciudadanía tendrá que estudiar y asimilar.

Ahora que las leyes democráticas fijan la igualdad de mujeres y hombres, hay que comenzar también a visibilizar una parte de nuestro pasado y nuestro presente que no nos han contado en las escuelas. Sólo para que las niñas y los niños del futuro sepan que muchas mujeres dieron su vida por alcanzar la igualdad, y que en la actualidad, muchas siguen arriesgando su libertad y su vida por los derechos de todas.

Es necesario visibilizar estas luchas y darles la importancia que merecen, los feminismos recorren el planeta entero tratando de acabar con  la violencia y la discriminación que sufren a diario millones de mujeres en el mundo. Para ello es importante, entonces, seguir derribando mitos, estereotipos y roles, y unirnos, mujeres y hombres feministas, para poder seguir trabajando en esos cambios en la cama, en la casa, en las calles, en las instituciones, en el mundo laboral, en la cultura, en las escuelas y universidades, en los congresos y en las redes sociales.

Fuente del articulo: http://haikita.blogspot.com/2010/03/el-feminismo-como-asignatura-y-la.html
Fuente de la imagen:
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¿El estado de la República?

Blanca Heredia

Malo, triste y a la deriva. No andamos bien, no va bien la República, nada bien. Las cosas individuales de cada quien podrán ir peor o mejor, pero las cosas de todos (res publica) van de tumbo en tumbo y, en muchos sentidos, de mal en peor.

Políticos y autoridades que no convocan a la ciudadanía a nada que no sea la sorna, la indignación y/o la descalificación. Organizaciones civiles cuya desconfianza recíproca sólo consigue que sus acciones, lejos de sumar, terminen profundizando sospechas y diferencias. Ciudadanos que no se respetan unos a otros y que no se reconocen como parte de nada que le dé sentido o rumbo a sus afanes individuales o de grupo.

La sucesión de balbuceos –desconectados, improvisados y carentes de foco– para hacerle frente colectivamente a las agresiones de Trump es, en alguna medida, atribuible a lo sorpresivo y virulento de dichas agresiones. También pudiera ser el resultado de que, hasta el momento, esos ataques han tendido a circunscribirse al ámbito discursivo y a que aquellos mexicanos con intereses gordos y concretos en mantener una relación cercana y funcional a sus intereses con el vecino del norte, seguramente, estén negociando en privado arreglos particulares con sus socios y contrapartes allende el Bravo.

La pobreza de las respuestas públicas, tanto gubernamentales como sociales, frente a los muy considerables riesgos que entraña la llegada a la presidencia de los Estados Unidos de un hombre para quien atacar a México y a los mexicanos constituye una pieza clave para conectar con los votantes que lo llevaron al poder habla también, sin embargo, de una sociedad que más que diversa pareciera rota.

Concuerdo con las voces en México que nos advierten sobre los peligros de los llamados a la “unidad nacional” en un país que se dice y se quiere democrático, marcado por tantas y tan profundas diferencias a nivel tanto material como ideológico. El problema, leído en clave país que quisiera seguir siendo país, es que una cosa es la diversidad y otra, muy distinta, es la fragmentación carente de referentes compartidos.

Dicho de otra manera, una cosa es diferir en, digamos, un mismo idioma y otra, diferentísima, es la cacofonía que produce la emisión en simultáneo de voces hablando cada una su propia lengua. Lo primero puede construir, para el colectivo, algo distinto a lo existente. Lo segundo es una pura superposición de monólogos sin posibilidad de generar nuevos acuerdos colectivos.

No es privativa de México la división social y cultural profunda que hoy se manifiesta entre nosotros de tantas formas (en particular, violencia e imposibilidad de acción concertada). Los abismos crecientes entre integrantes de una misma comunidad nacional parecieran ser uno de los signos más distintivos y conspicuos de los tiempos que vivimos. Ahí están, entre otros: Estados Unidos, Israel, Hungría, Gran Bretaña, Austria, Polonia… Estadounidenses, israelíes, polacos, etcétera a quienes les resulta casi imposible reconocer a los otros estadounidenses (los que votaron por Hillary vs los que votaron por Trump), israelíes (los que quieren seguir “conquistando” los territorios más allá de la línea verde vs los que todavía creen en la solución de dos estados) o polacos (los que quieren ser europeos vs los que piensan que lo primero es defender y fortalecer a Polonia en contra de Rusia, los inmigrantes y todo lo extranjero) como parte de un mismo colectivo nacional.

Entre los países altamente desarrollados o desarrollados de occidente, las diferencias políticas ancladas sobre intereses e identidades de clase van a la baja y el clivaje dominante emergente, como bien señalaba un editorial reciente de la revista The Economist, es entre nacionalistas y globalizadores. En México, todavía está por verse cuál será el clivaje dominante que habrá de organizar las preferencias políticas y las relaciones de poder en los próximos años. El protagonismo incontinente de Trump y su animadversión contra México pudieran inclinar la balanza hacia la oposición cosmopolitanismo vs nacionalismo, pero, aún no es del todo claro.

La idea y la concreción material de la República Mexicana que heredamos de los que la imaginaron tras la Revolución Mexicana están, evidentemente, en crisis. Ya nadie cree en los viejos arreglos y narrativas para darle sentido a “México”. Ya no jalan. Trump y, en particular, la manera en la que el gobierno mexicano maneje las amenazas que nos plantea ese sujeto y lo que representa ofrecen una ocasión para refundarnos como comunidad distinta a otras, pero también como comunidad que se asume como parte activa del mundo.

No está fácil, pero si acaso queremos seguir siendo un país digno de ser vivido por propios y extraños, habría que intentarlo.

Intentarlo, esto es, poniendo por delante las cosas que nos unen o pudieran unirnos para bien de todos. Resultaría fundamental, para ello, construir alianzas entre clases, con todo y los sacrificios indispensables por parte de las élites y de los liderazgos que lucran con la miseria, y reconstruir, juntos, algún sentido de lo público (lo de todos) capaz de interpelarnos e incluirnos a todos.

Fuente del articulo: http://www.elfinanciero.com.mx/opinion/el-estado-de-la-republica.html

Fuente de la imagen:http://www.elfinanciero.com.mx/files/article_main/uploads/2017/02/13/58a266f0a34d1.jpg

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La crisis de las políticas públicas tradicionales

Juan Freire

Todas las señales apuntan a que nos encontramos en el medio de una profunda crisis social y política con consecuencias aún por comprender y que impactan desde la escala global a la más local. Las disrupciones continuas provocadas por la tecnología digital; la creciente brecha entre políticos, gobernantes y gobernados; la emergencia de nuevas voces y activismos; los problemas emergentes que no se pueden clasificar en las categorías sectoriales a las que está acostumbrada la tecnocracia … Todos estos son componentes de esa crisis que contiene elementos dramáticos dado que afecta a nuestra sostenibilidad como sociedad y también a nuestra capacidad de mantener la esperanza. Pero quizás, en lo que nos sucede esté también la semilla de una nueva esperanza que nos hace seguir trabajando por un futuro diferente: los ciudadanos ya no aguardan pasivamente el cambio y, a la vez que reclaman, han aceptado su papel protagonista y actúan para ser ellos mismos el propio cambio.

En este contexto incierto, abierto, complejo y paradójico existen dos preguntas esenciales cuya respuesta definirá la razón de ser de las instituciones públicas en los sistemas democráticos:

  • ¿cómo se puede escuchar de modo efectivo las innumerables voces de personas y colectivos diversos que reclaman su derecho a participar activamente en la vida pública?
  • ¿cómo se desarrollan políticas públicas para afrontar los nuevos, y viejos, retos que no admiten soluciones simples ni solamente técnicas?

Los instrumentos tradicionales utilizados por las instituciones públicas parecen incapaces de hacer frente a esos retos, e incluso en ocasiones pueden ser considerados parte de la causa de los problemas a que nos enfrentamos:

1. La planificación

La planificación tuvo su razón de ser en un mundo estable en que un grupo de expertos dotados de conocimiento técnico y de la información necesaria eran capaces de realizar predicciones y diseñar acciones para moldear el futuro de acuerdo con ciertos objetivos. En un mundo incierto el valor de la predicción se reduce drásticamente conforme sus resultados se hacen menos fiables. Si planificar ya no es el camino, la alternativa es laexperimentación continua. Donde no llegan los planes precisamos modelos que planteen hipótesis sobre la realidad y permitan ser sometidos a prueba mediante experimentos. Las prácticas habituales de la ciencia, el diseño de productos o el desarrollo de software se han convertido en el marco general de intervención. Experimentar es aprender y solo un aprendizaje institucional continuo puede permitir hoy en día encontrar soluciones reales a los problemas.

2. Los expertos

Los expertos, que configuran la tecnocracia al servicio de las instituciones públicas, se han especializado en la resolución de lo que podríamos denominar problemas agudos. Aquellos problemas bien definidos y que admiten una solución basada en la aplicación de un conocimiento técnico normalmente disciplinar. Sin embargo, en las últimas décadas estamos tomando conciencia de que la mayor parte de problemas que nos afectan como sociedad sonproblemas crónicos y complejos; problemas que tenemos dificultad incluso para definir y que no admiten una solución disciplinar. Se ha acuñado el término “wicked problem” (problema retorcido) para identificar estos problemas difíciles o imposibles de resolver dado que no se pueden formular por completo y a la vez cualquier solución es siempre parcial dado que las condiciones son cambiantes y/o la misma solución implica también impactos negativos. Los problemas complejos o “retorcidos” son en este sentido crónicos, precisamente por no contar con una única solución o más bien porque cualquier solución resuelve ciertos aspectos pero genera otros impactos negativos.

Por otra parte este tipo de problemas plantean retos metodológicos dado que, al no estar definidos por completo, solo se pueden comprender mediante la inmersión y por tanto solo cuando nos afectan porque somos parte activa del propio proceso. Los expertos y planificadores abordan los problemas bien definidos mediante diagnósticos basados en conocimiento “profesional”. Los problemas complejos y crónicos requieren de escucha. Comprender las diferentes perspectivas y ángulos de un contexto requiere de diversidad en las voces participantes. Esta diversidad no se restringe solo al conocimiento profesional ni es suficiente la multi- o inter-disciplinariedad. Se necesitan las voces de los afectados, de la ciudadanía, que construyen (la percepción, la definición) del problema junto con las de los expertos y los responsables de su gestión. Además la comprensión del problema ya no puede ser un proceso únicamente de reflexión intelectual; no lo hacemos solo recopilando la información disponible que es sometida a análisis. Dado que el conocimiento tácito y las cuestiones subjetivas y emocionales son partes esenciales solo pueden ser aprehendidas desde la acción. Por tanto la experimentación, el prototipado, ya no es solo una herramienta para encontrar soluciones efectivas, es a la vez un proceso de escucha activa.

3. Las mayorías

Las instituciones públicas han trabajado habitualmente para las mayorías, pero ¿cuáles son las mayorías hoy en día en un mundo en que las personas ya no pueden ser clasificadas en categorías sencillas? El reconocimiento de las múltiples minorías y de la enorme diversidad de nuestra sociedad es una obligación ineludible. Pero además, la alteridad es una herramienta fundamental para un abordaje inclusivo y efectivo de los problemas. No se puede comprender lo que nos pasa como sociedad  sin escuchar activamente la diversidad de voces afectadas y la diversidad de saberes relacionados. Por tanto,  los problemas y puntos de vista de las minorías deben ser incorporados tanto por razones, esenciales, de justicia social como para lograr la mejora del propio proceso de diseño e implementación de políticas públicas (y podríamos decir que de cualquier tipo de “política”, también las estrategias empresariales o las de comunidades y organizaciones cívicas).

En este sentido la aportación del feminismo no se restringe solo a defender los derechos de las mujeres como un grupo social (en este caso además mayoritario) sino que la aplicación de sus valores genera una sociedad más justa e inclusiva para todos sus miembros. Del mismo modo, por poner solo otro ejemplo, el diseño urbano pensado para los colectivos con diversidad funcional produce ciudades más habitables de las que se benefician todos sus habitantes, más allá de su situación particular.

4. Lo público y lo privado

El contexto socio-económico y político en que hemos habitado en las últimas décadas se basa en asumir la existencia de dos únicos entornos complementarios de propiedad y gobierno de los recursos y de las personas: el público y el  privado. Paradójicamente este marco mental que nos ha guiado ha olvidado el entorno común o pro-común, el de las formas de gobernanza y gestión que se desarrollan, o pueden desarrollarse, de forma autónoma y colectiva por la ciudadanía sin necesidad de intervención de lo público ni de privatización. Desde la década de 1990 el desarrollo de Internet, debido en buena medida a recursos e infraestructuras comunes, ha revitalizado este modelo que poco a poco ha ido resurgiendo y expandiéndose a ámbitos no digitales. El pro-común no es una forma alternativa de gobernanza que se opone a lo público o a lo privado sino un sistema complementario que se desarrolla en diálogo, y fricción, continuos con los otros entornos.

Abandonar el marco simplista público-privado implica una devolución de capacidades de gestión y gobierno autónomos a la ciudadanía y de la reinvención de las relaciones y reglas de juego para la convivencia fructífera de los tres entornos. Las políticas públicas, en este contexto, deben pasar de ser únicamente finalistas y atentas a la “resolución” efectiva de necesidades y problemas para convertirse en posibilitadoras a modo de infraestructuras que empoderen individual y colectivamente a los ciudadanos para que puedan decidir y actuar sobre sus propios problemas. Este cambio no está exento de riesgos importantes. Quizás el mayor es que sea utilizado por la política para justificar reducciones de inversiones y del propio papel de lo público trasladando responsabilidades a la ciudadanía sin ningún tipo de contrapartida. Bien al contrario, asumir el papel del pro-común y los nuevos roles de la ciudadanía implica un cambio en las funciones de las instituciones públicas que no necesariamente implican una reducción de su tamaño, pero si una mayor agilidad, flexibilidad y eficacia.

Podríamos resumir que las políticas públicas tradicionales basadas en la planificación, los expertos, las mayorías y una estructura público-privada han mostrado su utilidad pero también sus limitaciones que se han hecho aún más evidentes en el nuevo contexto social. Sin entrar a debatir si estas políticas tradicionales deben seguir existiendo y cual debe ser su alcance, el nuevo marco hace necesario al menos que surjan nuevas políticas públicas, y nuevas formas de hacer políticas públicas, que pasan por un enfoque experimental que permita trabajar de forma horizontal a ciudadanos, expertos y técnicos abordando problemas complejos y reconociendo la diversidad social como una oportunidad para generar políticas más inclusivas y sostenibles, en resumen para construir realmente una sociedad en común.

La innovación ciudadana y los laboratorios ciudadanos (como dispositivos para promoverla) emergen como una forma de hacer operativa la esperanza en ese futuro y sobre los que hablaremos en próximos textos.

Este texto fue parte de mi aportación al proyecto CO-LAB, Laboratorio de Innovación Ciudadana del Concello de A  Coruña. El texto no es original, posiblemente tampoco un plagio en sentido estricto, dado que vuelca, posiblemente de forma torpe e imperfecta, lo que he aprendido durante años de muchas personas y en especial de Marcos García, Director de Medialab Prado (MLP), y Antonio Lafuente, coordinador del Laboratorio del Procomún de MLP y científico de Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC.

Fuente del articulo: http://juanfreire.com/la-crisis-de-las-politicas-publicas-tradicionales/

Fuente de la imagen: http://juanfreire.com/wp-content/uploads/2017/02/umncjq4kpca-chuttersnap.jpg

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