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Una vida digna es imposible con una naturaleza contaminada

Los pueblos amazónicos pedimos justicia

Nueve niñas de las provincias de Sucumbíos y Orellana, en la Amazonía Norte de Ecuador, esperan que el Estado ecuatoriano cumpla la sentencia emitida por la Corte Provincial de Sucumbíos en 2021 y cierre los casi 500 mecheros petroleros que se mantienen activos y causando daños ambientales y a la salud. El Ministerio de Energía y Minas confirmó el cierre de apenas dos mecheros, según detalló en la comparecencia realizada en la Comisión de Biodiversidad de la Asamblea Nacional, el  21 de febrero de 2024.

En dicha comparecencia, las niñas demandantes expresaron su rechazo a las declaraciones de la Ministra de Energía y Minas, Andrea Arrobo, y aseguraron que lejos de cumplir con la sentencia y el cierre de los mecheros, el Ministerio sigue dando autorizaciones. Según datos oficiales, los mecheros a 2024, serían 486 cuando anteriormente, eran  447.

El 31 de marzo de cada año, el Estado ecuatoriano renueva las autorizaciones para el funcionamiento de los mecheros. A casi tres años de la sentencia, las niñas demandantes y las comunidades buscan que el Estado avance significativamente con el cierre de los mecheros y las medidas de reparación ordenadas por la justicia.

Wilmer Lucitante, comunicador comunitario de la nacionalidad Cofán de la Amazonía de Ecuador, parte de la Asociación de Productores Audiovisuales de las Nacionalidades y Pueblos de Sucumbíos Ecuador, APANAPSE y de la  Unión de Afectados por las operaciones petroleras de Texaco, UDAPT, comparte este texto.

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En la Amazonía ecuatoriana, ya son más de 50 años que las petroleras queman y ventean gas con químicos contaminantes, asociados al petróleo, a través de los llamados mecheros.

En Sucumbíos, Orellana y Napo existen más de 447 mecheros encendidos, la mayoría, durante las 24 horas del día. Además, se han identificado 295 sitios de quema de gas previamente no mapeados, según la investigación “Ciencia ciudadana extrema para la justicia climática; enlazando los pixel con las personas para mapear los mecheros en la Amazonía”, desarrollada en 2019 por la Universidad Europea de Padua.

Desde 1964, cuando se inició la explotación petrolera con Texaco, se adoptaron malas prácticas que contaminan de manera irreversible la fuente de vida de pueblos y nacionalidades indígenas. Estos daños intencionales contaminan el suelo, el aire, el agua y dejan a sus habitantes en indefensión. Las consecuencias de esta contaminación afectan la salud de las personas y de la naturaleza.

Según una investigación del Banco Mundial, en Ecuador se desperdician aproximadamente 1.100 millones de pies cúbicos de gas al año. Si este gas fuese procesado para el uso interno, el Estado ahorraría aproximadamente 600 millones de dólares al año por su importación desde el exterior, recursos que servirían para todos los ecuatorianos.

A pesar de tener conocimiento sobre el daño que causan los mecheros, las petroleras queman el gas que se extrae y lo envían al aire libre. Lamentablemente la falta de interés y la incapacidad de los responsables está matando a la Amazonía y generando un gasto para el país.

Mechero Campo L. A., octubre 2023- Wilmer L

En febrero de 2020, nueve niñas de Sucumbíos y Orellana, con el acompañamiento de sus padres y respaldadas por varios colectivos que llevan la campaña “Eliminen los mecheros y enciendan la vida”, demandaron al Estado ecuatoriano, en concreto, al Ministerio de Energía y Recursos Naturales No Renovables y al Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica. Como resultado se obtuvo una sentencia favorable para las demandantes que dio lugar a una medida cautelar en enero de 2021.

La Corte Provincial de Sucumbíos dio la razón a los afectados reconociendo que las empresas petroleras con la complicidad de ministerios del Estado han  vulnerando derechos humanos, derechos ambientales y han atentado contra la vida de las personas. Esta sentencia prohíbe, por primera vez, la quema de gas a través de los mecheros. También exige su eliminación de manera gradual; así como que se realice un diagnóstico sobre las personas afectadas de cáncer y se disponga de una unidad oncológica, un plan de monitoreo y un plan de remediación integral en las provincias afectadas.

La lucha por la eliminación de los mecheros es una batalla antigua, donde el acompañamiento de organizaciones sociales locales y nacionales ha sido vital. Sin embargo, los medios de comunicación nacionales no han tenido el interés de investigar y dar seguimiento a estos casos, alimentando los intereses extractivistas, opacando las diversas realidades.

Un estudio, realizado por la Clínica ambiental y la Unión de Afectados por las operaciones petroleras de Texaco, UDAPT, señala que en las provincias donde se realizan actividades extractivas y se quema el gas en mecheros se encuentra el mayor porcentaje de casos de cáncer en relación a otras provincias del Ecuador, principalmente en las mujeres con un 70%.

El alcance de las actividades de quema de gas va mucho más allá de los datos oficiales proporcionados por el Ministerio de Ambiente de Ecuador. Los datos anuales de National Centers for Environmental Information, NOAA Nightfire, mapean que el 23,5% de los sitios donde se quema gas en la Amazonía se encuentran dentro de la Reserva de la Biosfera Yasuní. Esta cifra representa un 18,4% de los volúmenes de todas las industrias petroleras que operan en Ecuador. El  también señala que existen 34 sitios de quema adicionales, de los cuales, doce están en el Yasuní y uno en el campo Tiputini, parte del bloque ITT.

Plantón-Quito- 2021-UDAPT

Además, en 2021, 39 de los sitios identificados estaban ventilando el gas en lugar de quemarlo, un fenómeno nunca antes documentado en la Amazonía ecuatoriana. Estos datos sirvieron de apoyo para el proceso de lucha y la campaña, para el reconocimiento legal de los derechos humanos y la justicia medioambiental en la Amazonía ecuatoriana.

Actualmente, la situación se vuelve más compleja, ya que los demandados no acatan la orden judicial, y utilizan estrategias comunicacionales orientadas a  hacer creer que se está cumpliendo efectivamente con las disposiciones legales. Mientras tanto, las personas afectadas de las comunidades de Sucumbíos y Orellana permanecen en vigilia en contra de la contaminación.

La Amazonía ecuatoriana es una de las áreas más  biodiversas  del mundo, con una gran riqueza natural y cultural milenaria, determinado como uno de los tesoros más importantes del mundo. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas declaran que “la Amazonía es el lugar donde habitan varias culturas indígenas que con el tiempo han logrado demostrar cómo cuidar los bosques, a pesar de que han enfrentado enormes intereses globales y económicos, que muchas veces llegan con pretexto de conservar, pero que han atentado contra las  soberanías nacionales. Por ejemplo, la internacionalización de la Amazonía, que únicamente beneficiará a las grandes corporaciones”.

 Las personas que viven en los lugares donde se desarrollan actividades extractivas cumplen un papel fundamental para impulsar y fomentar grandes cambios políticos en contra del cambio climático y las empresas extractivistas, pues son las que conocen la realidad local; son las que día a día se encuentran con conflictos medioambientales y pueden aportar con su conocimiento para evitar riesgos globales.

 Las actividades extractivas están por encima de los derechos de los pueblos y nacionalidades. Muchas veces el gobierno y el Estado, con su fragilidad en la defensa de su soberanía, caen en los intereses de los contaminadores. No es posible que se tenga que llegar a una demanda judicial para que reaccionen, abran los ojos y vean su incapacidad e inoperancia. Es irrefutable ver cómo justifican sus actos  irresponsables o cómo tratan de tergiversar la información y la realidad ecuatoriana. Se necesita investigar más sobre todo del proceso de lucha para entender mejor este caso importante en la Amazonía ecuatoriana.

Para las personas que conformamos la UDAPT, la lucha no es solamente para eliminar los mecheros en la Amazonía, sino también es una forma de combatir la violación de derechos humanos, ambientales, sociales y, así, buscar una mejor forma de vida para todos los ecuatorianos y la vida en el planeta.

Fuente de la información e imagen:  https://wambra.ec

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Reminiscencia de las aventuras juveniles

En febrero de 2024 han coincidido en las librerías tres novedades muy diferentes entre sí, en la concepción y en el resultado final. Son tres novelas gráficas que provocan en el lector la añoranza de una época pasada, una etapa a caballo entre la infancia y la adolescencia, fundamental en la formación del carácter, en la antesala de la vida adulta, y rodeados de personajes secundarios, todos arduos de sentirse miembros de una comunidad, aunque, en ocasiones, los relatores de aquella época sean precisamente los marginados, pero eso no lo hace menos interesante.

Las sensaciones que experimentamos con la lectura de obras protagonizadas con personajes que oscilan entre los 10 y los 16 años acostumbran a ser muy intensas, quizás porque las experiencias propias también lo fueron en su día. Probablemente eran vivencias completamente nuevas y, muchas de ellas, irrepetibles en el tiempo, lo que contribuye aún más a la idealización del recuerdo, en positivo y en negativo, siempre profundo. Los sentidos ayudan a transportarnos a una época determinada, sin duda el gusto y el olfato son fundamentales, pero si podemos contemplar esa época que ya no existe, la evocación es más intensa. El cómic es un instrumento ideal para esta función.

La primera novela gráfica a destacar es de producción autóctona: Malaherba (2024), con dibujo y guion adaptado de Bartolomé Seguí, publicado por el sello Salamandra Gaphic, que adapta la novela homónima de 2019 escrita por Manuel Jabois. La habilidad de Seguí nos transporta visualmente a los años noventa en Campolongo, una pequeña localidad de la provincia de Pontevedra (Galicia), siguiendo los pasos del joven protagonista a lo largo de los años. Como en la novela en la que se basa, lo conocemos a partir de los actos cotidianos del día a día: la asistencia a la escuela, las interacciones con los amigos o los conflictos familiares irán formando la personalidad del joven, mientras el autor (o autores, en este caso), nos invita a reflexionar sobre si nuestro destino está condicionado por nuestros padres. O más en concreto, por lo que fueron nuestros padres en su juventud, porque lo que hagan o les suceda en ese momento, seguro que tiene repercusión, tal y como queda reflejado desde la primera página.

La novela en la que se basa la novela gráfica es la primera del periodista Manuel Jabois, y se caracteriza por dar la voz a un niño que describe su entorno y sus relaciones. No es importante si la narración es autobiográfica o no, el valor en sí de la obra radica en su capacidad de inmersión del lector en una época concreta de la vida en la que los recuerdos se parecen entre sí para todos, además, situados en una década donde era más fácil compartir experiencias relacionadas con la ficción (menos canales de televisión, menos dispersión en las influencias en general, como modelos de coches o diseño del interior de los bares o de los hogares, por ejemplo).

Malaherba también permite reflexionar sobre el condicionante que supone un familiar directo con una grave enfermedad y su impacto en todos sus miembros, así como la importancia de la red de apoyo, incluido vecinos y amigos. Todo ello en un contexto también de exigencias escolares en paralelo a los cambios en el propio cuerpo, acompañado por el despertar sexual y las preguntas sobre el género que pueden provocar un desasosiego entre los protagonistas. Y más en aquella época, donde el acoso y la discriminación podía ser aún más despiadada.

La ternura del relato de Jabois y el trazo de Seguí contrastan con el tono cómico de la siguiente novela gráfica a destacar: Un pulpo en garganta (Un polpo alla gola, 2012, 2019), con dibujo y guion de Zerocalcare, traducido al castellano por Carlos Mayor, publicado por el sello Reservoir Books. Es importante conocer la génesis de la obra, puesto que, a pesar de que sea novedad en nuestro país, en realidad, es su segunda novela gráfica publicada justo después del gran éxito internacional que supuso su reconocido debut La profecía del armadillo (La profezia dell’armadillo, 2011), en el que el protagonista de la historia era el mismo autor y narraba en la novela gráfica sus vivencias e inquietudes personales, todo ello en conversaciones con su voz interior, representado por un armadillo gigante, que le hace de contrapeso y, sobre todo, dotando de humor surrealista al relato, que ha permanecido desde entonces como una marca de identidad del autor.

En 2019, después del éxito de sus diferentes novelas gráficas, la adaptación en película de su primera obra (y, más recientemente, de la serie de animación en Netflix), el autor añadió algunas hojas al inicio y al final de la novela gráfica a modo de epílogo (que es la versión que se publica ahora, finalmente), en la que explica, precisamente, que consiguió vender a la editorial esta segunda novela gráfica antes de que se publicase la primera, por lo que fue una apuesta personal por un autor desconocido que, a día de hoy, es el más importante de la editorial italiana. En el prólogo, los editores originales indican que solo esta obra acumula ya dieciocho ediciones, con más de cien mil ejemplares vendidos hasta la fecha en su país de origen. Y el éxito es merecido.

Zerocalcare, seudónimo de Michele Rech, acostumbra a ser autobiográfico en su obra, aunque él mismo reconoce en las páginas añadidas al final que puede que haya modificado alguna parte del relato. En realidad, no importa. El lector acompañará a los protagonistas de la historia en sus aventuras en tres etapas temporales completamente diferentes: a los seis, a los dieciséis (de nuevo la década de los noventa) y a los veinte y ocho años, a través de las experiencias con los compañeros de colegio del autor y las interacciones con sus profesores y su madre. También con su conciencia imaginaria, que no es el armadillo todavía (aparecería en su vida más tarde), así que, en esta ocasión, es David el Gnomo quién actúa como su contrapunto, además de ese pulpo ficticio que simboliza el agobio y el pánico que le acompañará a lo largo de su infancia y adolescencia, mientras le aprieta la garganta con sus tentáculos imaginarios.

La crueldad de los niños que se vislumbraba en Malaherba, en Un pulpo en la garganta se expresa en todo su esplendor, con acciones despiadadas e inhumanas que, suponiendo que los personajes se inspiren en la realidad, tendrán consecuencias terribles en su edad adulta. El acoso y la humillación no resulta gratis, pero forman parte de la cotidianidad del patio de la escuela o de la calle. Esa misma calle amarga donde al protagonista de la siguiente novela gráfica los supuestos amigos humillan, golpean y roban, abusando de su ingenuidad. Nos referimos a la singular El color de las cosas (Die Farbe der Dinge, 2020), con dibujo y guion de Martin Panchaud, traducido al castellano por Xisca Mas, publicado por el sello Reservoir Books del Grupo Editorial Penguin Random House.

Panchaud es un diseñador gráfico suizo que ha provocado un verdadero tsunami en el sector con su primera obra. Un trabajo que le ocupó prácticamente durante una década, sin saber si realmente lo llegaría a ver alguna vez publicado. De hecho no lo consiguió en primera instancia hasta que una editorial alemana aceptó el reto y, como se suele decir en estos casos, el resto es historia. Esa primera publicación y las primeras críticas sirvió para atraer la atención de una editorial francesa un año después, y los reconocimientos se precipitaron una vez llegó al mercado, tanto en Francia como en Suiza. Pero la gran revolución se produjo en enero de 2023 cuando El color de las cosas ganaba la Fauve d’Or del Festival de Angoulême, el premio más importante en el sector del cómic en Europa, además de ganar el Gran Premio ACBD de la Crítica Francesa poco antes.

El mismo Panchaud reconoce en los agradecimientos que está afectado de «una enorme dislexia», y que en su profesión como diseñador gráfico siempre ha estado interesado por investigar nuevas formas de expresión y de comunicación. Esta novela gráfica es el resultado de ese desarrollo, un trabajo extendido prácticamente a lo largo de una década hasta encontrar un código de comunicación propio e inédito, muy accesible al lector, un lector que, rápidamente, adquiere la habilidad de seguir su relato sin problema. De hecho, al contrario, pronto el lector se adaptará a la representación de las novedosas viñetas, a la simplificación y al código de colores (los personajes están identificados por dos círculos concéntricos de diferentes tonalidades cromáticas).

La aventura vivida por el protagonista de la historia, un joven de catorce años con sobrepeso y una cierta ingenuidad, será extraordinariamente intensa, en un contexto de denuncia de violencia de género y abandono que hará aún más acelerado su paso a la vida adulta. El estilo esquemático creado por el autor permite afrontar un argumento complejo con varias tramas paralelas y numerosos personajes secundarios, en un relato entre detectivesco y policíaco, pero siempre impregnado de la inocencia de su protagonista. Una inocencia y una ingenuidad que hace recordar a los editores que no confiaron en esta obra en primera instancia, en un sector necesitado de editores audaces, de autores innovadores y, sobre todo, de lectores inquietos. No se pierdan estas tres novelas gráficas, los tres colectivos citados saldrán beneficiados sin duda alguna.

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[Reseña] Un cerebro lleno de palabras

Sinopsis

Tener un cerebro lleno de palabras nos da seguridad para relacionarnos, para expresar sentimientos, para defendernos ante las adversidades… Mientras más palabras acumulemos en nuestro cerebro más garantía tenemos de envejecer más tarde y de defendernos contra esas enfermedades que a ciertas edades te roban las palabras. Este libro es un instrumento social con el que podemos convencer a las personas para que se sigan cultivando a lo largo de la vida y así formar parte de la cultura de nuestro entorno. Desde que nos despertamos hasta que nos acostamos vivimos, convivimos y nos comunicamos a través de las palabras. Mamen Horno, psicolingüista, experta en la materia y dueña de una prosa sencilla y clara no exenta de ironía, nos invita, en este ensayo ameno, interesante (y, sí, también emotivo), a reflexionar sobre su poder con el convencimiento de que hacerlo es un modo extraordinario de reflexionar sobre nuestra propia naturaleza.

Mamen Horno Chéliz es profesora de Lingüística General en la Universidad de Zaragoza desde 1998, titular desde 2003. Licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Zaragoza en 1996, Doctora por la misma universidad en 2001 y Licenciada en Psicología (itinerario de clínica) por la UNED en 2014. Acumula la friolera de ocho trienios (tempus fugit), cuatro quinquenios y le han concedido de momento 3 sexenios de investigación. Pertenece al Grupo de Referencia del Gobierno de Aragón Psylex y al Instituto de Patrimonio y Humanidades de la Universidad de Zaragoza. Vicedecana de Profesorado e Innovación Docente de la Facultad de Filosofía de la U. de Zaragoza.

Reseña

El libro está dividido en cinco capítulos que nos van llevando por el difícil mundo del cerebro y las palabras:

  • ¿Cómo y dónde se almacenan las palabras en el cerebro?
  • ¿Cómo han llegado hasta aquí? La adquisición del léxico nos ocupa toda la vida.
  • La pérdida de las palabras
  • Palabras que dañan, palabras que sanan
  • Un cerebro sin palabras

Ha querido la casualidad que la lectura anterior a este libro haya sido Las gratitudes de Delphine de Vigan y que aún con el sentimiento de esta gran novela en la que la protagonista va perdiendo las palabras, me vuelva a topar con las palabras y con el cerebro, Con Un cerebro lleno de palabras se vuelven a avivar sentimientos y recuerdos, Mamen Horno sabe tocar la fibra sensible de las personas y nos lleva a la curiosidad a través de sus investigaciones como psicolingüista.

Creo que es muy interesante la dimensión social y transformadora que podemos percibir en este libro, en el que las palabras van a formar parte de la vida misma de las personas, nos va a ayudar a sentirnos bien, nos va a ayudar a desahogarnos, nos va a ayudar a entender a los niños y las niñas, nos va a ayudar a comprender muchas situaciones de la vida con las que nos enfrentamos cada día tanto en nuestra familia como en la sociedad en la que vivimos.

La primera cita con la que Mamen Horno comienza el libro está sacada de Inmaculada de la Fuente de su obra El exilio interior. La vida de María Moliner, otra gran mujer que te hace emocionar con el estudio de las palabras y con lo que pasó haciendo el DUE. Cuando lo leí escribí esto: Emociona conocer la infancia, la juventud y la vida adulta que pasó María Moliner, narrada con todo lujo de detalles por la autora de esta biografía: su nacimiento, su infancia, la marcha de su padre a Argentina, su educación en la ILE, su vida de muy buena estudiante, su independencia materna, sus diferentes trabajos, su visión de madre de 4 hijos, sus nietos, su amor a las plantas y a la naturaleza, su defensa ante el Movimiento de que «no era roja», la enfermedad de su marido… y en todo momento marcada por la visión política de la que ella, aunque no lo confesaba abiertamente, se sentía crítica y marchaba con ideas progresistas, liberadoras y no afines al régimen. En todo momento su gran pasión fue revisar el DRAE (1914) y escribir el DUE.

Resulta muy interesante los cuadros que nos va poniendo sobre Las reflexiones de la vida cotidiana o Desmontando mitos con información, en los que podemos ver de forma práctica lo que anteriormente nos ha estado explicando. Algo tan sencillo como bajarse al nivel del lector y darle pautas para que entienda mejor cada uno de los apartados teóricos en los que nos va introduciendo.

A modo de conclusión de cómo y dónde se almacenan las palabras, Mamen Horno nos dice:“ Recuerda que las palabras se vinculan unas a otras con múltiples relaciones. Tu pensamiento divaga de un concepto a otro también gracias a los puentes construidos por las rimas, a los pasadizos secretos creados por las palabras polisémicas, a las puertas abiertas por las relaciones léxicas. Las palabras que pueblan tu cerebro te permiten pensar, te permiten sentir y te permiten crear. Y cuantas más palabras tengas, sean de la variedad lingüística que sean, más lejos podrás llegar”.

Cómo funciona el cerebro para que los bebés empiecen a hablar, cómo ampliar nuestro vocabulario, cómo ir componiendo nuestro lexicón mental, cómo perdemos las palabras, cómo protegernos de estas enfermedades que nos roban las palabras… de estas y otras muchas cosas nos va documentando Mamen Sordo para llegar a conformar la mejor versión de nosotros mismos.

En definitiva, un libro muy recomendable para seguir ampliando nuestro conocimientos de las palabras, de nuestras relaciones, de nuestros comportamientos con respecto a la cultura y a la diversidad que funciona en nuestra sociedad plural y vertiginosa en la que estamos viviendo, porque las palabras dañan pero también sanan, son liberadoras de sentimientos y nos ayudarán a controlar nuestras emociones para llegar a convivir en entornos más armónicos.


Para saber más

La visibilización en el lenguaje es un acto de salud pública”. Entrevista de Mariángeles García (Yorokobu) a Mamen Horno.

Palabras en el cerebro. Mamen Horno. UCC Unizar.

Aragón Radio. La Cadiera. “En la puntica de la lengua”. Mamen Horno. ¿Cómo nos hablamos a nosotros mismos?

M.ª Carmen Horno Chéliz participó en el programa de Radio Nacional “No es un día cualquiera”, en la sección “Todo es Lenguaje” de Estrella Montolío, y mantuvo una conversación con ella y Carles Mesa sobre la etiqueta de

#TwitterparaLingüistas.

#TwitterparaLingüistas – Mamen Horno con Estrella Montolío y Carles Mesa

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Gerencia proactiva: una óptica del hacer para la pertinencia de la universidad actual

Autor: Darvin Antonio Vegas Contreras

Odontólogo, Profesor Universitario

Magíster en Gerencia de Salud Pública

Participante del doctorado en ciencias administrativas de la UNERG

Universidad Nacional Experimental de los Llanos Centrales Rómulo Gallegos

Correo electrónico: darvinantoniov@gmail.com

 

RESUMEN

La investigación titulada gerencia proactiva: una óptica del hacer para la pertinencia de la universidad actual, tuvo como propósito develar los referentes epistémicos que suponen la configuración de la gerencia proactiva en el contexto de la pertinencia de la universidad actual. Paradigmáticamente, se basó en la postura postpositivista de la ciencia con enfoque cualitativo y método hermenéutico, tomando como orientación de abordaje la propuesta metodológica de Habermas. Se tomó como escenario el Área de Odontología de la Unerg, siendo los informantes tres docentes con función directiva. Para la aprehensión de la información se utilizó la entrevista en profundidad a través de libreta de anotación. La información obtenida fue procesada por medio de la técnica de categorización, estructuración, contrastación y síntesis conceptual. Los hallazgos permitieron inducir que es valiosa la esencia de la actividad académica para lograr cambios sustanciales a partir de la transferencia de conocimientos, ciencia y tecnología para solventar los problemas social. Se capta que la intencionalidad del común académico no rema en la misma dirección y el detrás del accionar gerencial acontecen saberes, intenciones y propósitos que no contribuyen con la concierto de la universidad en la comunidad en un vínculo indisoluble, sustanciado en principios y valores de compromiso manifiestos en el eje universidad – comunidad.  Se concluyó que la gerencia proactiva universitaria debe examinar el piso que fundamenta el desarrollo de su accionar al articular las funciones de docencia, investigación y extensión, toda vez que la filosofía de gestión debe implicar a los actores de la vida universitaria a través de su participación en la concreción de metas de intervención y vínculos con la realidad comunitaria.

Palabras clave: gerencia proactiva, pertinencia social, universidad.

 

PROACTIVE MANAGEMENT: AN OPTICS OF DOING FOR THE RELEVANCE OF THE CURRENT UNIVERSITY

 

SUMMARY

 The purpose of the research entitled proactive management: a perspective of doing for the relevance of the current university, was to reveal the epistemic references that imply the configuration of proactive management in the context of the relevance of the current university. Paradigmatically, it was based on the postpositivist position of science with a qualitative approach and hermeneutic method, taking Habermas’s methodological proposal as its approach. The Unerg Dentistry Area was taken as the setting, with the informants being three teachers with a managerial function. To capture the information, an in-depth interview was used through a notebook. The information obtained was processed through the technique of categorization, structuring, contrasting and conceptual synthesis. The findings allowed us to conclude that the essence of academic activity is valuable to achieve substantial changes from the transfer of knowledge, science and technology to solve social problems. It is understood that the intentionality of the common academic does not row in the same direction and behind the managerial action there are knowledge, intentions and purposes that do not contribute to the concert of the university in the community in an indissoluble bond, substantiated by principles and values ​​of commitment. manifestos in the university-community axis. It was concluded that proactive university management must examine the basis that bases the development of its actions by articulating the functions of teaching, research and extension, since the management philosophy must involve the actors of university life through their participation. in the realization of intervention goals and links with community reality.

Keywords: proactive management, social relevance, university.

 

Introducción

Hoy, constituye un verdadero desafío llevar a cabo acciones encaminadas a afrontar los constantes cambios que se manifiestan en las organizaciones del siglo XXI, productos de los variadas transformaciones sociales que se generan en el devenir de la sociedad, y que paralelamente han desarrollado nuevos retos en el campo de las ciencias sociales y gerenciales. Desde esta mirada las acciones que se desarrollan en las organizaciones deben afrontar permanentes orientaciones hacia el cumplimiento de los objetivos organizacionales, y al mismo tiempo, mantenerse como estructuras sociales competitivas y con visión de éxito.

Es así como las universidades en el devenir de la sociedad también se han ido trasladando en un carácter más social, a los fines de fortalecer bajo un criterio responsable su accionar a través de la docencia,, investigación y extensión. A las ideas antes expuestas, se asocia la práctica de conceptos como el de la responsabilidad, la cual  etimológicamente deriva del latín “responder”, sin embargo, el Diccionario de la Real Academia Española (2014),  contempla cuatro acepciones del término responsabilidad:

  • Cualidad de responsable; 2) deuda, obligación de reparar y satisfacer, por sí o por otra persona, a consecuencia de un delito, de una culpa o de otra causa legal; 3) cargo u obligación moral que resulta para alguien del posible yerro en cosa o asunto determinado; y, 4) capacidad existente en todo sujeto activo de derecho para reconocer y aceptar las consecuencias de un hecho realizado libremente.

 

En la perspectiva que aquí se adopta, las diversas concepciones vistas para el término describen aspectos relacionados a la idea del deber, del compromiso legal o moral que, a su vez, indirectamente se dirigen hacia otros ámbitos. La responsabilidad en un sentido más amplio o visto desde otra óptica plantea la obligación que debe existir entre las partes para el cumplimiento de una o diversas relaciones o funciones. Desde este ángulo, se puede manifestar la responsabilidad pero en lo que representa la acción gerencial en el contexto de las universidades.

Así pues, la responsabilidad social universitaria beneficia a la comunidad estudiantil en el proceso de comprender que su existencia está estrechamente ligada con la prosperidad de otros, con el mundo externo y político que está alrededor de ellos. Hacen una diferencia en la vida diaria apoyado por sus opiniones y valores, enriqueciendo nuestras vidas en las diversas culturas y razas. En este sentido, las comunidades  van construyendo y desarrollando un sentido de responsabilidad social, demandando destrezas sociales tales como comunicación, cooperación, manejo de conflictos y toma de perspectiva.

Al respecto, Rivero y Goyo (2012) manifiestan que “las universidades tienen la responsabilidad de crear y colocar a disposición de la sociedad saberes pertinentes, para estar así a la vanguardia en el tratamiento de los temas políticos y sociales desde la perspectiva de una institución con una gerencia ética responsable” (p.7). En este sentido, se considera que la gerencia universitaria debe enfatizar una gestión del conocimiento oportuna y pertinente con el fin de ponerlo al servicio de la colectividad;  gerencia universitaria como gerencia de servicios, ética y responsable con todos sus grupos de interés.

Por ello, la universidad tiene una repercusión social importante y, por lo tanto, si se integrara de manera decidida el concepto en su gestión y en todas sus áreas de actuación, dicha acción contribuiría a su consolidación en el resto de la sociedad. Las instituciones de educación universitaria en todo el mundo han comenzado a adoptar los temas de sostenibilidad comprometiendo sus facultades, escuelas, programas y comunidades en estos esfuerzos, dando lugar al desarrollo de la integridad y valores éticos en las organizaciones y en sus relaciones con los stakeholders. Dentro del ámbito universitario, los stakeholders tienen un papel importante desde el punto de vista de la investigación y su potencial educativo en el desarrollo de las economías nacionales e internacionales.

Por lo tanto, es necesario desarrollar el concepto de los stakeholders desde el punto de vista de las universidades (Tetrevová y Sabolová, 2010). De allí, que existe la necesidad de realizar un estudio de la integración de la responsabilidad social, como nuevo sistema de gestión de las organizaciones específicamente para las universidades, y formalizar una evaluación del comportamiento social y responsable que permitirá instituir sistemas más transparentes para las instituciones universitarias.

En España, el ochenta y cinco por ciento del presupuesto de la universidad pública se financia a través del Estado. Por lo tanto, parece evidente que tanto la comunidad universitaria como la sociedad en general, tienen derecho a conocer más a fondo el modo en que se utilizan los recursos públicos destinados a la universidad y cuáles son los resultados económicos y sociales que se están obteniendo.

En este orden de ideas, la gerencia universitaria proactiva pareciera requerir de  habilidades para responder a los desafíos señalados anteriormente, con decisiones que conduzcan a potenciar en las comunidades académicas sus capacidades, habilidades y recursos, para lograr desempeños superiores que las lleven a la sostenibilidad. De igual manera, la gerencia universitaria no puede perder de vista la necesidad de integración de las dimensiones: investigación, docencia y extensión, por un lado, y por el otro, a sus grupos de interés, en el marco de la denominada autonomía universitaria.

En este contexto, las universidades deben estar en capacidad de fomentar los medios o mecanismos que sirvan de canales de comunicación para que los grupos de interés puedan a su vez ser capaces de exponer y manifestar sus expectativas y requerimientos; de esta forma se captarán sus necesidades y se podrá evaluar en qué grado han sido satisfechas por la institución.

A la luz de lo precitado, se establece como inquietud investigativa la que se enuncia a continuación: ¿Qué referentes epistémicos suponen la configuración de la gerencia proactiva en el contexto de la pertinencia de la universidad actual?

Teleológicamente, la investigación para dar respuesta a la inquietud presentada, ha fijado como propósito: Develar los referentes epistémicos que suponen la configuración de la gerencia proactiva en el contexto de la pertinencia de la universidad actual.

Consideraciones Conceptuales

Gerencia

La gerencia se refiere a las articulaciones administrativas y directivas de las organizaciones, que efectúan actividades de planificación, dirección y control, a objeto de utilizar sus recursos con la finalidad de alcanzar objetivos comúnmente relacionados con beneficios económicos y sociales.

Harman, citado por Kliksberg (1994), denota que la gerencia se entendía tradicionalmente como la dirección de recursos humanos, materiales y financieros hacia determinados objetivos. Hoy correspondería traducir totalmente el concepto. Gerenciar no es sólo dirección hacia determinados objetivos, sino que es facilitar las condiciones para que los recursos humanos de la organización respondan individual y creativamente a un medio que requiere adaptaciones permanentes, es facilitar espacios de creación colectiva y permanente.

En tal sentido, adquiere fuerza la concepción del capital humano e intelectual, que a través de su talento, logra enfrentar situaciones de dificultad, incertidumbre, cambio y competencia, gracias a la dirección, no de un gerente directo, sino de las propias intuiciones, experiencias pasadas y habilidades para recolectar, crear, recrear y aplicar nuevos conocimientos. Esto se debe, de acuerdo a Lira (2005), al hecho de que:

La gestión de la innovación; así como las organizaciones en general, públicas y privadas, ameritan un continuo análisis y seguimiento de las variables del contexto externo que le impactan. En este sentido, cabe destacar que la gente es la que hace la innovación y de allí que su gestión y dirección juegan un rol clave. Los profesionales de las relaciones industriales y de recursos humanos, más que nunca, necesitan conocer la manera de llegar a entender y comprender la complejidad de lo que significa lo externo y su impacto…lo que se presencia es la perfecta invitación a conocer y a posicionarse como agentes de cambio en la instalación de la creatividad e innovación sin descuidar en ningún momento, el impacto del contexto externo…Sin embargo, desde la perspectiva de la gestión de recursos humanos  o en su más actualizada tendencia: capital humano, gestión humana o del talento, es mucho el camino por recorrer. En este sentido, lo que se tiene por delante son retos, entendimiento y ejecución de prácticas de gestión de talentos que apoyen los procesos de creatividad e innovación en las organizaciones (pp. 1-3)

De esta manera, la creatividad y la innovación son claves, en el proceso que implica hacer gerencia, sumando estos ingredientes a conceptos más clásicos que se basan exclusivamente al manejo de recursos, llegando hasta lo que Kliksberg (ob. cit.), plantea como diferenciarse de un modo significativo, como un recurso estratégico, no generalizado. Es tratar de lograr la meta prevista mediante la aglutinación del esfuerzo colectivo, lo cual sin duda denota las características de las sociedades humanas.

Aunado a lo precedente, para Koontz (1998), la gerencia es el arte de relacionar todas las facturas del manejo de una organización en busca de una mayor competencia. Cada caso lleva implícita una convicción de que la gerencia es un vasto campo cognoscitivo, que consiste en actividades que tienen como finalidad el manejo eficaz de las organizaciones, el uso inteligente de la técnica, la preparación adecuada de la gente y el logro de la excelencia organizacional.

Gerenciar en la actualidad, implica interrogantes muy particulares, ligadas a las características y objetivos de las organizaciones. El entorno en el que se desarrolla, es un entorno global que se encuentra en proceso acelerado de transformación constante y que incide en los parámetros en los que se mueve cualquier tipo de administración.

Estas transformaciones afectan los planos económicos, políticos, tecnológicos. Los cambios de velocidad acelerada, así como la mayor profundidad de sus implicaciones, se presentan como el resultado de lo que se denomina complejidad. Por otra parte, un signo fundamental de ésta es la incertidumbre misma. En situaciones donde todo cambia permanentemente, la recomendación elemental es maximizar la flexibilidad de la organización, dotándola con las mejores condiciones de adaptabilidad. Si se pone el énfasis en estructuras fijas, permanentes, rígidas, se está yendo en el sentido opuesto a lo conveniente para la propia supervivencia.

Un modelo gerencial complementario, es necesariamente exclusivo con respecto a uno basado en la planificación estratégica, puesto que la segunda, a decir de Castellano (2004), consiste en el mantenimiento y determinación de la propia organización con el entorno, a través de la determinación de objetivos y el esfuerzo sistemático para su consecución.

De acuerdo a la definición aportada por Romero (2003), la gerencia estratégica puede definirse como la formulación, ejecución y evaluación de funciones que admitan a una organización logre sus objetivos. La formulación de las estrategias incluye la identificación de debilidades y fortalezas internas de una organización, la determinación de las oportunidades y amenazas externas de una empresa, el establecimiento de misiones de la compañía, la fijación de objetivos, el desarrollo de estrategias alternativas, y la disposición de cuáles distinguir.

Es un proceso apasionante que permite a una organización se preactiva en vez de reactiva en la formulación de su presente. El proceso de gerencia estratégica se puede describir como un enfoque objetivo y sistemático para la toma de decisiones en una organización…, se trata más bien de organizar información cualitativa y cuantitativa, de tal manera que permita la toma de decisiones efectivas en circunstancias de incertidumbre.

Parece evidente, que existen diversos factores que identifican el modelo gerencial estratégico a las tendencias holísticas, puesto que en ambos casos, de lo que se trata es de observar con atención los diferentes factores que componen tanto a la realidad como a los actores del proceso, a fin de recoger la información necesaria, que permita prever el futuro, y establecer alternativas de respuesta adecuada a las condiciones del contexto y las necesidades de los involucrados.

Ahora bien al hablar de gerencia educativa, se considera importante acotar que actualmente la institución en cuestión, participa de las contradicciones de inicio del nuevo milenio. Por un lado, la sociedad está en todo los cambios trascendentes y apresurados presentados por el desarrollo de la tecnología digital, la cual está transformando muchos aspectos de la vida de la gente.

Las personas tienen la libertad de adoptar diversos estilos de vida, pero también la responsabilidad de dar forma a sus propios destinos. Sin embargo, los acontecimientos que ofrece la educación están favorables para todos. Más bien, los procesos de mundialización o globalización económica parecen ahondar las diferencias.

En consecuencia, la gerencia educativa enfrenta retos y desafíos en cuyo desempeño está el futuro no sólo de los educandos, sino de la sociedad en general. En este propósito, el arte de administrar o gerenciar según el autor citado, es una acción de dirigir a una empresa a la consecución de beneficios de la organización, por medio de un ambiente propicio, establecimiento de objetivos y metas, delegando la autoridad y la toma de decisiones, para conducir al éxito a la misma. Asimismo, Etchevame, citado por Guédez (2005), plantea que la gerencia en una institución es esencia. El concepto de gerencia implica o contiene en sí mismo, la necesidad de mejora del servicio que la organización presta a la comunidad y de realizar con calidad el propósito para el cual fue constituida.

Pertinencia Social de la Universidad

La pertinencia social se trata como una forma ética que toda institución  u organización debe poseer como visión. A partir de sus orígenes las organizaciones, han atendido y desarrollado la idea, pero la deliberación acerca de la pertinencia social recién empieza a tener lugar en el ámbito universitario. En atención a las universidades se hallan inmersas en la sociedad, en correspondencia dinámica con ésta, existe una reciprocidad permanente y alterna, y desde la demanda el cumplimiento de una función social. Es así como, la  universidad actual no centra sus actividades sólo a la práctica académica,  sino que su rol socialmente responsable se manifiesta en un conjunto de esfuerzos grupales, que condicionan la gestión de organización misma, de la  formación académica, de la producción del saber y de la participación, dirigida al desarrollo humano. Para Vallaesys. (2018)

La pertinencia así como la responsabilidad social se materializan  cuando una organización toma conciencia de sí misma, de su entorno, y de su papel en su entorno. Presupone la superación de un enfoque egocéntrico. Además, esta conciencia organizacional trata de ser global e integral (incluye tanto a las personas como al ecosistema, tanto a los trabajadores como a los clientes) y, a la vez, «contagiarse» en todas las partes de la organización (todas las personas de la organización deben  poder acceder a ese nivel de conciencia). (p.2)

En este sentido, se ubica la relación que las personas mantengan en su entorno determinan en cierta medida su conducta dentro de un medio repleto de relaciones entre las personas, en el seno de grupos sociales. Los comportamientos, ideas y sentimientos de los seres humanos no son entonces únicamente el producto de su naturaleza biológica, sino el resultado de  un constante devenir que se repite en cada generación, y por lo tanto la sociedad se garantiza a sí misma su conservación en el tiempo.

Así, las instituciones de educación universitaria, como organizaciones sociales con fines educativos, cuentan con un personal, un potencial transformador y protagonistas de las acciones que desarrollan en ellas,  capaces de abordar las distintas competencias a su cargo, para formar profesionales exitosos, sin dejar de alimentar la idea de la responsabilidad social como una estrategia válida para el modelo de construcción sostenible y justo que requiere la sociedad actual. Desde este punto de vista Garza (2007) define la Responsabilidad Social Universitaria así:

La responsabilidad social universitaria es una política de gestión de la calidad ética de la Universidad que busca alinear sus cuatro procesos (gestión, docencia, investigación, extensión) con la misión universitaria, sus valores y compromiso social, mediante el logro de la congruencia institucional, la transparencia y la participación dialógica de toda la comunidad universitaria (autoridades, estudiantes, docentes, administrativos) con los múltiples actores sociales interesados en el buen desempeño universitario y necesitados de él, para la transformación efectiva de la sociedad hacia la solución de sus problemas de exclusión, inequidad, y sostenibilidad. (p.11)

En este sentido, el autor, se refiere a la gestión global que tiene la universidad en su totalidad, para llevar todos los compromisos dentro de la ética, y ser garantes de una acción social que contribuya tanto a quienes pertenecen a ella como a los actores externos. Por todo ello, la congruencia institucional se logra a través del trabajo mancomunado de los cuatro procesos universitarios con la misión y el compromiso, de tal manera que, los efectos directos se realicen y se puedan reforzar practicando el control permanente.

Es necesario en tal sentido, involucrar a los representantes de la comunidad universitaria en una autoevaluación y con ella, un auto-diagnóstico permanente de la dinámica institucional, con herramientas adaptadas para garantizar la transparencia, la participación, y el perfeccionamiento continuo de la universidad hacia su responsabilidad social, haciéndola cada día más humano y más sostenible. Siguiendo en la misma línea de pensamiento, es preciso revisar también, la acción docente, para darse cuenta si está contribuyendo a la formación de verdaderos  líderes proactivos, participativos y protagónicos.

Si bien es cierto que la concepción de la responsabilidad tiene su origen en las empresas, no es menos cierto, que sus intenciones han arropado ya los intereses de la universidad en búsqueda de esa relación con la sociedad que permita enriquecer el trabajo institucional y el logro de objetivos bidireccionales que igualmente satisfagan necesidades de la comunidad.

Para el acercamiento al tema, sería interesante comprender el concepto desde varios enfoques. Vallaeys (ob.cit.), define como, “una Gerencia ética e inteligente de los impactos que genera la organización en su entorno humano, social, económico y natural,”. (p. 3). Ante todo, el hecho de gerenciar los impactos de la organización en su entorno, comprometida a minimizar sus impactos negativos y a maximizar sus impactos positivos, trabajando para dar un servicio cada vez mejor a todos, en diálogo con las partes interesadas. Gerencia inteligente, donde la gestión responsable de los impactos de la organización, deben de retornar en beneficios para la organización. Al ser socialmente responsable, la organización se desarrolla mejor en su  entorno.

La universidad como parte integrante de la sociedad comparte estos enfoques y retos y tiene que ser ella, desde el lugar privilegiado que ocupa, la que ha de plantear y ayudar a la resolución de los problemas sociales mediante el estrecho diálogo y cooperación con las demás entidades sociales, económicas, culturales y políticas.

Por su parte, Beraza y Rodríguez (2007) destacan que durante el pasado siglo, y sobre todo en los últimos 35 años, ha surgido un nuevo modelo de universidad que algunos llaman “emprendedora” que aunque la misma mantiene características del modelo anterior, como la libertad académica y el compromiso en la búsqueda del conocimiento, presenta claras  diferencias las cuales exponen:

  • Tiene una menor autonomía institucional y está más implicada en servir a la comunidad.
  • Está más preparada para llevar a cabo una enseñanza e investigación que dé lugar a un conocimiento aplicable a la solución de todo tipo de problemas y comprometida con la inserción laboral de sus egresados.
  • Está menos alejada de la sociedad y más abierta a considerar lo que la sociedad demanda de la universidad (p..49)

No obstante, para Castañeda y Ruiz  (2007) el quehacer universitario ha estado centrado en el aprender a conocer y hacer, descuidándose los otros dos pilares fundamentales que rigen la educación de este siglo y que constituyen la base del cooperativismo, expresado de otro modo: el aprender a ser y convivir. Asimismo expresa el autor (ob.cit) que debemos formar y formarnos en y para la responsabilidad social,  y es allí donde la Educación Superior juega un rol protagónico: “una educación orientada por el amor hacia la humanidad y movida por la sabiduría” (UNESCO, ob.cit. p. 23).

Es necesario por tanto, sustentar la praxis universitaria en el concepto de responsabilidad social, apoyada ésta en valores de solidaridad y convivencia con las experiencias y talentos de sus actores formando parte de la gestión social de la universidad.

La institución universitaria, como organización social, tradicionalmente trata de dar respuesta a la sociedad según sus necesidades y expectativas, más aún en este marco de cambios, se reconsidera el papel de la Universidad, su rol social y ético en el contexto de lo que se ha denominado Responsabilidad Social Universitaria, definida por Vallaeys (ob.cit.), como:

una política de gestión de la calidad ética de la Universidad que busca alinear sus cuatro procesos (gestión, docencia, investigación, extensión) con la misión universitaria, sus valores y compromiso social, mediante el logro de la congruencia institucional, la transparencia y la participación dialógica de toda la comunidad universitaria (autoridades, estudiantes, docentes, administrativos) con los múltiples actores sociales interesados en el buen desempeño universitario y necesitados de él, para la transformación efectiva de la sociedad hacia la solución de sus problemas de exclusión, inequidad, y sostenibilidad (p.11)

Tal apreciación permite destacar la necesidad que existe de repensar la educación universitaria y con ello la manera en que se conciben los procesos que forman parte de su gestión, es necesario afrontar los retos de cara a la realidad que nos caracteriza y construir así una sociedad distinta, que permita una dialógica de la comprensión, la solidaridad humana y la responsabilidad colectiva. Por su parte, Saavedra (2009) define la responsabilidad social universitaria como:

…política de gestión de la calidad ética de la Universidad. Dicha política toma en consideración la misión universitaria, sus valores y el compromiso social mediante la transparencia y la participación de toda la comunidad universitaria y los múltiples actores sociales interesados en el buen desempeño universitario

En este sentido, la universidad debe atender  la falta de pertinencia social de algunas decisiones tomadas desde su gestión. Así, se considera que mientras  las universidades hagan bien aquello que constituye su misión fundamental —realizar las funciones especializadas del conocimiento y la cultura de una sociedad—, continuarán existiendo indefinidamente.

Aun cuando existan cambios en las formas de su actividad y las disciplinas que cultivan, las mismas deben ser capaces de adaptarse a esos y otros cambios previsibles, pues de lo contrario corren el riesgo de desaparecer, sin embargo, ni aun así, según el autor, nada cambiará las funciones esenciales de la institución. Al respecto, Sánchez (2011) refiere:

Las tareas propias de la universidad están directamente relacionadas con el desarrollo de la comunidad y su prosperidad para el mejoramiento de la calidad de vida de sus integrantes, el respeto por el otro, la tolerancia, la cooperación, el trabajo solidario y en equipo, el desarrollo del espíritu de confianza, la pluralidad y el diálogo, el cumplimiento de las promesas y la lealtad

Asimismo, Castañeda y Otros (ob.cit.) exponen:

…la Universidad tiene que construir país, a la sociedad, concertando con las partes involucradas, las internas y las externas, bajo la idea de responsabilidad como compromiso, identificando y comprendiendo los efectos de sus acciones, la noción de impactos; compromiso para concertar y responder con las partes interesadas, el diálogo; compromiso para rendir cuenta de las decisiones, la transparencia de las acciones y dar respuestas a los problemas que se presentan  en la sociedad, cumpliendo con lo declarado y pactado en su misión y visión.. (p.115)

El rol que desempeñan por tanto, las universidades en su entorno estará determinado en gran medida por los valores que fundamentan su gestión, por su capacidad de respuesta y participación social así como también el nivel  adquirido en un proceso de contribución a la mejora y transformación del entorno.

La Universidad como sistema social

Para Maturana (1995) “el ser humano individual es social, y el ser humano social es individual” (p.4), basando sus concepciones en condiciones que le brinda su teoría de la organización autopoiética de los sistemas biológicos. Para este autor los seres humanos somos sistemas determinados por estructuras y todo lo que en nosotros ocurre es resultado de nuestra propia dinámica – reflejada en la producción y recambio de  los propios componentes y  a lo que define como autopoiesis de los seres vivos – así como también de las interacciones con el medio

En opinión del autor  precitado “algo permanece, es decir, algo mantiene su identidad, cualesquiera sean sus cambios estructurales, sólo mientras la organización que define su identidad no cambia”, por esto un ser vivo permanece vivo mientras su estructura, cualesquiera sean sus cambios, realiza su organización autopoiética, y muere si en sus cambios estructurales no se conserva esta organización.

Desde este punto de vista la universidad como institución educativa puede asumirse como una organización autopoiética con una identidad claramente definida y con una  estructura organizativa y académica que le permite guiar una dinámica funcional de interacciones cooperativas  hacia unos objetivos definidos

Maturana (ob.cit) introduce dentro del tema social, el concepto de adaptación como el modo en que el ser vivo mantiene la congruencia estructural con el medio y conserva su organización. Partiendo de acá, el autor describe el sistema social basándose en la conducta y participación que mantienen los seres vivos a través de interacciones donde conservan su organización y adaptación. Las características de interacción entre una y otra será lo que permita distinguirlas.

En un sistema social, según el autor, “debe darse la recurrencia en las interacciones que resultan en la coordinación conductual de sus miembros, es decir, debe darse la recurrencia de interacciones cooperativas”. Es necesario reconocer así que la universidad como un sistema social que amerita la cooperación entre todos los miembros por el desarrollo y logro de los objetivos planteados.

Para  Maturana (ob.cit) “En la medida que es la conducta individual de sus miembros lo que define un sistema social como una sociedad particular, las características de una sociedad sólo pueden cambiar si cambia la conducta de sus miembros” (p.9).

Tal  premisa destaca la importancia de asumir la realidad educativa universitaria desde la consideración de todos sus procesos, elementos y componentes como parte esencial de esa respuesta autopoiética que se espera del sistema universitario, asumiendo para ello  los cambios de conducta, conciencia, reflexión y posición necesarios ante  la gestión social que se lleva como universidad, que permitan afianzar la identidad como universidad,  integrar esfuerzos y fortalecer acciones como organización en pro de mejorar las interacciones internas y externas y poder dar respuestas eficaces al escenario social que lo exige.

Cultura Organizacional

La cultura según Grandio (1996) “es el conjunto de valores, creencias, actitudes respecto al mundo y la sociedad que provocan distintos modos de vida”, también lo destaca “el conjunto de representaciones simbólicas de la realidad social relativas a un contexto”

Para Robbins (1991) la cultura transmite un sentido de identidad a los miembros de la organización, facilita la generación de un compromiso, más grande que el interés personal de un individuo, incrementa la estabilidad del sistema social y sirve como un mecanismo de control que guía y moldea las actitudes y el comportamiento de los empleados (p.144)

Es a través de la cultura organizacional que se ilumina y se racionaliza el compromiso del individuo con respecto a la organización. Las organizaciones se crean continuamente con lo que sus miembros perciben del mundo y con lo que sucede dentro de la organización

En las funciones de una cultura organizativa para Schein (1985), existen dos ejes fundamentales: la supervivenciay adaptación en el medio que la rodea por un lado, y la integraciónde sus procesos internos al objeto de afianzar su capacidad de supervivencia y adaptación por otro.

Las cuestiones externas para el autor, tienen que ver con la definición que el líder y el grupo dan a su entorno y la manera en cómo entienden el sobrevivir en el mismo. Las internas con la definición del líder y el grupo sobre la forma de organizar las relaciones entre los miembros del grupo, de modo que se pueda lograr sobrevivir en el entorno definido a través de un rendimiento efectivo y la creación de bienestar interno

Para hacer frente a las cuestiones externas, para determinar el modo en que se forma la adaptación externa y cómo se mantiene ésta, Schein considera que la organización debe acotar cuál va a ser su sistema de integración interno y en ello juega un papel importante aspectos como el lenguaje común, criterios para la inclusión y exclusión, ideologías, etc.

Este autor al considerar cómo se forma la cultura parte de tres modelos teóricos:

  • La Teoría Sociodinámica referida al enfoque de la interacción entre los miembros del grupo cuando éste empieza a formarse y las necesidades sociales que cada uno de sus miembros intenta satisfacer, las cuales actúan como poderosas fuentes dinámicas
  • Teoría del Liderazgo: el líder es el que es capaz de crear un sentido de realidad compartida. El estilo cultural de una empresa viene determinado por las presunciones de los líderes, las relaciones de autoridad que se forman en el grupo, y la manera en que los líderes y los miembros se conducen a nivel emocional (Schein, obr.cit).
  • Teoría del Aprendizaje: con el refuerzo positivo y refuerzo negativo como mecanismos del aprendizaje individual, Schein refiere la cultura a un aprendizaje grupal donde el proceso supone una definición compartida del problema y el reconocimiento compartido de que algo que se ha inventado

Partiendo de que la cultura de una organización es el reflejo del equilibrio dinámico que se produce entre los subsistemas que lo componen, Guédez (1996: 59) plantea  como parte de ellos:

  • El Subsistema filosófico vinculado con lamisión, visión y valores de una organización,
  • El subsistema actitudinal, vinculado a los comportamientos, sentimientos, relaciones y comunicaciones, sentido de trabajo y responsabilidades, inclinación participativa, lealtad e involucración afectiva

La misión según Franklin (2004) “sirve a la organización como guía o marco de referencia para orientar sus acciones y enlazar lo deseado con lo posible” (p.177), mientras que una visión exitosa, según Jackson (ob.cit.), la constituyen grupos de individuos comprometidos con la organización y que están dispuestos a proporcionar todo su potencial para el logro de los objetivos propuestos

Partiendo de estos aspectos queda claro que para desarrollar una verdadera cultura organizacional será necesario considerar en primera instancia cada uno de los individuos que conforman la organización desde su naturaleza como ser humano con perspectivas, valores, criterios y visiones personales, y luego a partir de allí, desarrollar una filosofía global de trabajo que oriente  la actuación de cada uno de los miembros de la organización hacia una visión compartida de las metas por alcanzar.

El contexto socio-gerencial y su vínculo epistemológico educativo

La evolución histórica de la gerencia universitaria ha pasado por una serie de fenómenos, situaciones, reformas que van desde la modernidad hasta el inicio de la postmodernidad. Dentro de ese orden de ideas, (Guijarro y Chávez, 2006), se puede inferir que las instituciones de educación universitaria en Venezuela, deben adecuar sus esquemas gerenciales con la finalidad de alcanzar calidad, eficiencia, eficacia, pertinencia, equidad y producción de bienes sociales que le permitan establecer relaciones con la sociedad en coherencia con el contexto.

En este sentido, se requiere que la gerencia postmoderna utilice el cambio como un aliado que presenta oportunidades, pero sin menospreciar los nuevos desafíos que tiene que enfrentar debido a la velocidad en la que se producen los mismos, por la facilidad de acceso a la información, nuevos productos y servicios, globalización de la economía, nuevos mercados y/o nuevos competidores y esquemas de producción obsoletos, todo en un ambiente dinámico, turbulento y riesgoso. Enfatizando lo anterior, mi experiencia, en la práctica educativa vista desde la gerencia se desarrolla en un ambiente complejo, caótico que requiere la coherencia y adaptabilidad de los sistemas curriculares a las realidades presentes en el contexto actual, con el fin de generar acciones significativas a la sociedad.

Materiales y Métodos

El proceso de aprehensión del fenómeno de estudio, desprende una serie de elementos que nos trasladan a la no medición, sino más bien, hacia un encuentro con la interpretación del escenario.  En otras palabras, la epistemología cualitativa representa un modo completamente nuevo de comprender principios generales de una perspectiva metodológica apropiada al estudio de los procesos psicológicos.

A partir de allí, el paradigma postpositivista es vista como aquella teoría que ataca las dos tesis más importantes del positivismo conceptual: la tesis de las fuentes sociales del derecho y la no conexión necesaria entre el derecho y la moral. De otra forma se concibe, de manera crítica y realista, lo que significa que la realidad existe pero no puede ser completamente aprehendida y los hechos que ocurren pueden ser explicados, ya que son manejados por leyes naturales que los humanos solo pueden percibir de manera incompleta.

En este sentido, desde el punto de vista epistemológico se puede decir que el paradigma postpositivista es subjetivo, en el mismo se considera que el conocimiento es un producto de la actividad humana, y por lo tanto, no se descubre, se produce.

A los efectos de la presente investigación, surge la necesidad de abordar el fenómeno desde un enfoque integral, asumiendo la prisma de generar una construcción teórica que permita dar respuesta a factores al contexto escogido y que en el tiempo no han sido abordados con la misma intencionalidad.

En este estudio, la investigación cualitativa es el piso metodológico que permite comprender el fenómeno, cuya finalidad es la elaboración conceptual y el desarrollo teórico. La investigación cualitativa es definida por Sandín (2003), como: “actividad sistemática orientada a la comprensión de fenómenos educativos y sociales, a la transformación de prácticas, y escenarios socioeducativos, a la toma de decisiones, y también hacia el descubrimiento y desarrollo de un cuerpo organizado de conocimientos” (p. 123).

En este sentido, una característica fundamental de los estudios cualitativos es su atención al contexto; la experiencia humana se perfila y tiene lugar en contextos particulares, de manera que los acontecimientos y fenómenos no puedes ser comprendidos adecuadamente si son separados de aquellos.

Desde esta perspectiva, el enfoque que se desarrolla en esta sección, es de orden descriptivo, orientado a estructuras teóricas, se basa en información cualitativa, descriptiva y no cuantificada, centrada en un diseño flexible para enfrentar la realidad y las poblaciones objetivo de estudio en cualquiera de sus alternativas.

En la investigación cualitativa, resulta de gran relevancia no solo el estudio basado en la interpretación y comprensión de los fenómenos sociales. Sino también, el abordaje metodológico sobre el cual, el investigador conduce la construcción teórica del objeto estudiado. En la investigación cualitativa la praxis metodológica podría resultar de un proceso complejo, sino no está adecuado a las necesidades investigativas.

Desde lo expuesto anteriormente, es meritorio generar una concepción clara acerca de lo que representa el método. De manera amplia, el termino método refiere al conjunto de pasos o técnicas que están dadas para el cumplimiento de un fin. En otras palabras, es aquel proceso utilizado de manera sistemática, orientando nuestra práctica en base a principios pautados previamente.

Visto desde la perspectiva de lo que representa la investigación, la utilización del método conlleva una estructura, basada en pasos lógicos y progresivos a fin de dar cumplimiento de los propósitos investigativos. En relación a lo anterior, la presente investigación resalta la necesidad de abordar desde un contexto metodológico, propio, coordinado y coherente, el estudio y conducción en la arquitectura teórica del objeto estudiado, considerando así, que la elección del método sería el más conveniente en elación a las necesidades  investigativas. A partir de allí, el estudio planteado resalta la intención de afrontar escenarios educativos, donde los actores sociales se asocian al principal interés investigativo, y más propiamente a su rol en la concepción de la gerencia proactiva en cl contexto de la pertinencia social universitaria.

La metodología hermenéutica, está implícita en los estudios cualitativos ya que resalta el interés de interpretar de una manera holística el contexto de investigación y las interrelaciones que emergen en el desarrollo de la problemática observada. La praxis hermenéutica aparece como una opción que no se agota exclusivamente en su dimensión filosófica sino que trasciende a una propuesta metodológica en la cual la comprensión de la realidad social se asume bajo la metáfora de un texto, el cual es susceptible de ser interpretado mediante el empleo de caminos metodológicos con particularidades muy propias que la hacen distinta a otras alternativas de investigación.

En el proceso de investigación es de importancia la selección del escenario por cuanto, la decisión sobre el lugar donde se obtendrá la información también es necesaria, para reflexionar las formas de ingreso o accesibilidad. Un escenario apropiado, se plantea por ser accesible, es decir que es probable a través de negociaciones se pueda penetrar y obtener la información y porque las fuentes de información reúnen las condiciones que la investigación necesita.

A los efectos de la presente investigación el escenario seleccionado ha sido la Universidad Nacional Experimental de los Llanos Centrales Rómulo Gallegos (UNERG), específicamente el Área de Odontología ubicada en San Juan de los Morros estado Guárico, institución cuyo origen data del 15 de agosto de 1974

Actualmente esta casa de estudios, ofrece a la región y al país diversas carreras universitarias, a saber: Ingeniería Agronómica de Producción Animal, Ingeniería Agronómica de Producción Vegetal, Medicina, Enfermería (Técnico Superior Universitario y Licenciatura), Radiodiagnóstico, Fisioterapia, Medicina Integral Comunitaria, Medicina Veterinaria, Odontología, Educación Integral, Educación mención Computación, Historia, Ingeniería Civil, Economía, Contaduría Pública, Administración Comercial, Comunicación Social, Ingeniería en Informática, Derecho, entre otras.

Además, ofrece postgrados, bajo los grados de Especializaciones, Maestrías y Doctorado, cursos de extensión, talleres culturales, Fundación Editorial U.R.G., Agrounerg (proyectos de producción, jardín botánico, vivero). La Unerg está siendo conducida actualmente a través de un equipo representado en los espacios de Rectorado, Vicerrectorado Académico, Vicerrectorado Administrativo y Secretaría, con una diversidad de dependencias que ejecutan funciones dirigidas al logro de las políticas y metas establecidas por la Universidad.

En el proceso de recolección de información, necesario en el abordaje la realidad investigada, el autor seleccionó el Área de Odontología de la cual seleccionó a tres informantes clave con función gerencial – administrativa.

Los informantes considerados en una investigación cualitativa se eligen porque cumplen ciertos requisitos que, en el mismo contexto educativo o en la misma población, no cumplen otros miembros del grupo o comunidad.

En efecto para ello, los sujetos informantes estuvieron conformados por tres (03) docentes del Área de Odontología, que cumplen funciones directivas y gerenciales en los diferentes programas de formación del área en cuestión.

Continuando la bitácora metodológica, se muestran lo que corresponde a la recolección de la información, siendo llevada a cabo la entrevista en profundidad.  Al respecto, Martínez (2014), la define como «un encuentro en el cual el entrevistador intenta obtener información, opiniones o creencias de una o varias personas» (p.85). Por sus bondades y pertinencias con el paradigma de investigación seleccionado, en esta investigación se utilizó la entrevista en profundidad, a través de encuentros previamente establecidos con los informantes clave, donde se mantuvo un diálogo cara a cara, buscando expresiones de los entrevistados, entrevistas que fueron grabadas con el consentimiento de informantes.

En esta investigación, los instrumentos que se utilizaron para la recolección de la información, básicamente, se centraron en el uso de guía no estructurada de entrevista acompañada de cámara fotográfica, cuaderno de anotaciones y grabador. Sin embargo, la metodología cualitativa entiende el método y todo el arsenal de medios instrumentales como algo flexible, que se utiliza mientras resulta efectivo, pero que se cambia de acuerdo al dictamen, imprevisto, de la marcha de la investigación y de las circunstancias.

Para la interpretación de la información y de acuerdo a la naturaleza de la investigación realiza a la luz de la categorización, estructuración, y síntesis conceptual.

Hallazgos

La universidad hoy es asumida como el centro por excelencia para la producción del conocimiento y la formación profesional de los hombres y mujeres que demandará la construcción del proyecto de país; sin embargo, al ser centro de encuentros y desencuentros, la dialéctica que acontece en la misma muestra senderos dispersos en cuanto a uno de sus papeles fundamentales; la extensión universitaria, a través de la cual materializa la función social, ésta última andamio en el cual se sujeta y repiensa la gerencia proactiva en función de ser pertinente socialmente, dimensión fundamental en tiempos de postmodernidad donde el reclamo epistémico nos llama a la integración, cohesión y sentido de la participación en la agenda social y comunitaria.

Todo lo antes señalado, nos invita a reflexionar sobre valiosos aportes desde la esencia misma de la actividad académica para lograr cambios sustanciales a partir de la transferencia de conocimientos, ciencia y tecnología para solventar los problemas social; aquí una restricción; las intencionalidad del común académico no rema en la misma dirección y el detrás del accionar gerencial acontecen saberes, intenciones y propósitos que no contribuyen con la concierto de la universidad en la comunidad en un vínculo indisoluble, sustanciado en principios y valores de compromiso manifiestos en el eje universidad – comunidad.

La pertinencia social de la universidad a partir de sus nexos con la comunidad constituye un destello en el que se generan y representan profundas contrariedades en la agenda universitaria, y que al interior y exterior de los procesos que se desarrollan sólo muestra desaliento y poca esperanza en los actores universitarios como figuras clave de la participación.

Hoy, se insta por una universidad cuya acción social sea pertinente con el entorno y con los proyectos y planes regionales y desde luego con el proyecto de país que intentamos construir, la universidad debe materializar la acción social a través de sus funciones primigenias que la identifican desde sus orígenes con la universidad napoléonica. Ya con la Reforma de Córdoba se exhortó al desarrollo y establecimiento de nexos con la realidad social, hoy continuamos desconectados del hecho social, aun cuando en la práctica la objetivación de la acción se traduce en la formación profesional como intento académico en función de las necesidades productivas del país.

La universidad actual para ser pertinente socialmente debe apoyarse en el desarrollo de acciones extensionistas que podrían ser materializadas por la asunción y el reconocimiento académico de actividades de extensión en la realidad comunitaria, pero ello, se gesta con la institucionalización de la acción cuando la gerencia logre demostrar que su praxis es más consciente que el lenguaje con que se intenta derivar y promover la acción con la invitación a sus actores.

En el lenguaje oculto se nos invita a reconocer que hoy miramos una universidad poco pertinente con la realidad social y sus necesidades esenciales, toda vez que más allá de la formación de profesionales en serie a nivel de pre y postgrado, no acontece otro aporte, y ello quizás radica en que emocionalmente vemos una universidad que gerencialmente su praxeología no asume como fundamental el valor del compromiso y la reciprocidad con el colectivo, enigma por reconceptualizar teóricamente.

En este destello se afirma que la universidad parece que entró en un nuevo trance donde se desarticuló la integración de las funciones primigenias de la universidad al tiempo que estas sólo operan de forma independientes y sin correlación de objetivos y propósitos más allá de la interpretación y concepción que cada actor académico le asigna en el acontecer universitario. Hoy, el docente universitario dejó de planificar acciones y actividades para el encuentro con la comunidad donde en compañía de sus estudiantes y otros actores de la realidad universitaria puedan lograr aportes a la realidad social; se interpreta que más allá de la motivación hacía, se muestra poco incentivo y ausencia de recursos con los cuales hacer y propiciar la extensión en la realidad social, lo cual coadyuva al distanciamiento de lo comunitario.

La corresponsabilidad de la gerencia universitaria en el accionar de la pertinencia social viene a constituir un destello con poca luminosidad en la panorámica que esperamos contemplar, hoy los vínculos y las alianzas se muestran inexistentes en el eje universidad – comunidad y pareciera que la planificación y organización de acciones que conlleven a lograr el accionar de la pertinencia social sólo representa un discurso posterior a la profunda reflexión en el acontecer permanente de la gerencia universitaria y su praxeología, hoy la práctica significante se concreta a perder fuerza en la materialización de actividades donde los actores académicos se inserten en la transformación del entorno con la producción de conocimiento científico y tecnológico y la consecuente transferencia de la misma a la comunidad para apreciar sus beneficios de cambio.

Conclusiones

La gerencia proactiva universitaria debe examinar el piso que fundamenta el desarrollo de su accionar al articular las funciones de docencia, investigación y extensión, toda vez que la filosofía de gestión debe implicar a los actores de la vida universitaria a través de su participación en la concreción de metas de intervención y vínculos con la realidad comunitaria.

Constituye un reto para la gerencia universitaria visualizar que los planes de vinculación y relación con las comunidades pueden ser materializados si se concreta la participación de los actores académicos de la universidad y ello, se institucionaliza a través de alianzas estratégicas entre universidad y fuerzas vivas de la comunidad.

La universidad debe al interior de las conversaciones que animan su existencia, renovar el significado de las funciones primigenias que la representan: docencia, investigación y extensión, en un contexto más dinámico y adaptado al tiempo que reclama la participación y cohesión social en la agenda universitaria.

Urge, sensibilizar la comunidad universitaria en cuanto al desarrollo de proyectos centrados en atender los problemas más sentidos y las necesidades del entorno de la universidad en sintonía permanente.

Del mismo modo, el accionar de la gerencia proactiva universitariaestá llamada a impulsar la identidad institucional en un lenguaje y mensaje que sea común y reconocido por todos los actores académicos, donde se recoja y perciba la voz y pensamiento de todos los actores universitarios en el compromiso de ser responsables y pertinentes socialmente desde el quehacer de la universidad.

Del mismo modo, se debe valorar los aportes que puede realizar cualquier actor de la vida académica institucional, toda vez que en su imaginario reposan y se activan sueños e ilusiones que pueden traducirse en metas y hechos concretos si la disposición y el interés se suman a la concreción de la idea.

Finalmente, se asume que el servicio comunitario es un puente extensionista de aprendizaje – servicio que puede continuar siendo representación de un vínculo de la universidad con la comunidad al tiempo que constituye una posibilidad permanente de ser responsables y pertinentes socialmente desde la acción gerencial de la universidad.

Referencias

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Las ciencias sociales como ejercicio visual

Tanto la curiosidad despertada por la promoción como la tapa del libro me llevaron a leer Está entre nosotros, ¿de dónde sale y hasta dónde puede llegar la extrema derecha que no vimos venir?, Pablo Semán coordinador (bs-as 2023; S XXI). La efectividad de la tapa, titulo incluido, forma parte de la experiencia de la lectura. Al presentar a la “extrema derecha” como una presencia inquietante que un “nosotros” desapercibido, pero también amenazado por ella, no supo “ver”, reúne sintéticamente una tesis sobre las restricciones ideológicas de la percepción. Pues: ¿quiénes somos estos distraídos de mirada obstruida que acudimos a la lectura como quien busca un lente con el cual poder, por fin, comprender? No son por cierto -y por suerte- los autores el texto, que si publican justo a tiempo estas investigaciones es porque ellos sí advirtieron lo que “venía” y dieron los medios para entender y comunicar. Ese “nosotros” de lentes empañados es uno de los grandes temas implícitos del libro, y por eso Está entre nosotros merece ser leído también como una intervención sobre los modelos de comprensión que discute dentro, y en alguna medida, contra buena parte de las ciencias sociales y de los resguardos ideológicos de una miríada de comunicadores, militantes y políticos atrapados en rígidos supuestos ideológicos -sean de izquierda, progresistas, peronistas u otrxs- que obstruyeron la comprensión de lo que nos sucedía.

El texto de introducción, escrito por el sociólogo y antropólogo Pablo Semán, se ocupa de la cuestión -no menor- de la caracterización adecuada del mileísmo -¿cómo llamarlo?-, fenómeno que como cualquier otro exige ser tratado en su singularidad. Esa es la principal razón por la cual no correspondería llamarlo “fascismo” ni confundirlo con un genérico del “liberalismo”. A su juicio, el modo más preciso de nombrar al mileísmo es “derecha radicalizada” (mejor incluso que derecha radical, digo yo, que se confundiría con el ala más reaccionaria de la UCR). Con esta búsqueda de precisión ingresamos de lleno en aquello que de indudable valor posee el libro: todos sus artículos surgen de la investigación empírica y/o de archivo y tienen saberes relevantes que comunicar en relación a aquello que intuimos lejanamente sobre la evolución de una sociología del emprendedurismo y/o sobre la socialidad juvenil postpandemia, sino también -y sobre todo- sobre cómo estos factores se articulan con otros tantos para reescribir un nuevo capítulo de las derechas y sus fracciones, a partir de sus mutaciones y recomposiciones que es preciso conocer. La propuesta es, entonces, pensar a partir de una aproximación al nuevo paisaje social y sin negaciones auto inducidas, aquello cuya realidad perturbadora precisa ser considerado -justamente, a pesar de perturbar- y que Semán concibe como un movimiento de “radicalización”.

Radicalización de la derecha, entonces. Semán observa que el proceso de informalización de la economía argentina no debe ser entendida como un proceso exclusivamente económico (objetivo, cuantificable), sino también en función de una experiencia de tipo “moral”, en la que entra en juego -para los sujetos considerados como auto-emprendedores- el valor del esfuerzo personal. Sin tomar en serio esta dimensión subjetiva de los valores -dimensión confirmada en todos los capítulo del libro, apoyados todos ellos en una investigación empírica en torno a la vida de jóvenes de clases populares y medias del AMBA- no se alcanza a “ver” cómo funciona esta “sensibilidad libertaria” en la que se hibridizan -adquiriendo significados propios- un cierto sentido del orden y de la libertad. Esta de hibridez es otra de las claves del libro. La radicalización derechista opera, de hecho, por efecto de unas “intersecciones contingentes” entre “disposiciones sociales” -la precariedad y el estancamiento económico- y “propuestas políticas” (sobre todo de LLA, más porosa al plebeyismo; igualmente antikirchnerista pero menos antiperonista y más anticomunista que Juntos por el cambio). Lejos del automatismo que lleva a suponer que la base material objetiva -estancamiento y esa precarización económica y laboral- produce una superestructura expresada como derechización social (y radicalización derechista), Semán insiste en las mixturas imprevisibles entre contexto y subjetivaciones en las que nace una ciudad de emprendedores, otra de propietarios, otra de consumidores y otra de agredidos, sin que haya ninguna frontera cerrada entre ellas. Una de las tesis del libro es, pues, la de la afinidad -no sé si decir “horizontal”- entre subjetivación en la informalidad y enunciación política libertaria, favorecida por la preferencia común del mercado contra el Estado (para unos como mera constatación del funcionamiento de las cosas, para otros por doctrina), de un ideal de mediación vinculado a la ilusión de la moneda dólar y en detrimento del mundo de las políticas sociales y las organizaciones populares.

Pero la radicalización de la derecha no es meramente expresiva de una sociología. Supone, por su parte, un proceso de reorganización de los grupos activistas e intelectuales cuyo resultado da lugar a una formulación política -que entretanto se convirtió en un notable éxito político- que exalta la libertad en un sentido ideológico muy restringido, ligado a la geopolítica belicista de occidente y a un debilitamiento de los valores de lo que estos últimos cuarenta años se ha entendido por democracia. Dándole la razón a los planteos de Eduardo Rinessi -no citado en el libro-, quien ha insistido en que el kirchnerismo ocupó en la Argentina el espacio del liberalismo político en el plano del reconocimiento de derechos e incluso en su perfil institucionalista, la noción de libertad de la derecha radicalizada contiene un desprecio extremo por el mundo de los DD.HH., los feminismos y por las minorías (consideradas por ellos como privilegiadas). Esta radicalización hostil a la democracia supone -señala Semán- una diferenciación respecto de las derechas previas, a quienes tachan de tímidas. El mileísmo repudia las mediaciones. Funciona más bien como una máquina de oposiciones sistemáticas entre merecimientos individuales contra derechos colectivos; militancia individualista contra comunitarismo imaginario del militante k/progre/de izquierda; predicación en el desierto contra la militancia que hace política en y desde el Estado; el orden al paisaje de lucha y movilización.

Para Semán, uno de los grandes méritos de la derecha radicalizada es haber actuado como “mejores lectores de Gramsci” (mejores con respecto a sus oponentes políticos progresistas). A su juicio, la actividad de LLA resultó más ajustada a ciertas observaciones claves gramscianas, como el considerar a la “cultura” no una parte del Estado sino, sobre todo, una dimensión de la “sociedad civil”. Aunque en el comunista Gramsci, esta cuestión de la dirección intelectual y moral de la sociedad no podía prescindir del establecimiento de lazos orgánicos entre intelectuales, cultura y organicidad con respecto a la productividad de cierta clase social quede un poco de lado. Mas allá del efecto provocador que supone afirmar que la derecha lee mejor la bibliografía de la izquierda (provocación que no es para nada ajena a la ironía del propio Gramsci, para quien la Revolución Bolchevique habría sido hecha “contra El Capital de Carlos Marx”), queda planteado el problema de cómo interpreta la derecha radicalizada el papel de la cultura en su ofensiva política. Hace pocas semanas se lo escuchó decir a Jorge Alemán que la relación pertinente que él encontraba entre el comunista italiano y el presente argentino pasaba por la noción de “revolución pasiva”, por la cual las demandas populares son absorbidas por el bloque de clases dominantes desactivando toda actividad autónoma de masas (¿estaría de acuerdo con esto Pablo Semán?. Y por otra parte: ¿tiene la descomposición política actual la consistencia de una operación de semejante calibre?).

En el texto introductorio que seguimos leyendo se emplea la expresión “sensibilización de las derechas”. Según el sentido que se le reconozca a estas palabras se quiere afirmar que las derechas devienen sensibles en general (capaces de comprender la vida más allá de slogans y consignas), o bien que el propio movimiento de radicalización supone abrir una comprensión a procesos nuevos. Como sea, es nítida la actitud comprensiva hacia el fenómeno al que se aproxima. Lo que en muchos sentidos es inevitable, porque no hay comprensión sin concesión (aunque el asunto del cómo de la concesión está en juego o en disputa entre diversos modos de ejercer la comprensión). Volviendo a Gramsci: su capacidad de leer procesos políticamente hostiles aunque sensibles a la mutación cultural, venía descifrado por medio del contenido de clase de dichos procesos. Vale la pena aceptar la provocación semaniana de una derecha libertariana que a pesar de su propia concepción de la cultura como dimensión simbólica del mercado sería más gramsciana que sus adversarios.

¿Quién es Gramsci para los libertarianos? El nombre de una astucia menor, que habría provisto a una izquierda global derrotada en la lucha de clases de un nuevo campo de batalla, llamado “la cultura”, desde el cual desplegar una voluntad de administración de símbolos educativos, mediáticos y artísticos. Gramsci sería no el nombre de una estrategia revolucionaria, sino el de una táctica gracias a la cual el marxismo se desplaza derrotado de las contundencias de una política armada a las sutilezas de las artimañas del lenguaje, para influir desde ahí sobre la vida pública (imposible no identificar el fantasma de la infiltración judía que ahora se corporiza como “marxismo cultural”). La derecha extrema está convencida de que Gramsci es el autor no de una política comunista, sino de una “infiltración” (palabra clave, que recuerda el griterío de los cuadros de la dictadura contra el alfonsinismo como “sinagoga radical”) capaz de dominar por la vía de la imposición de lo “políticamente correcto”. Las citas de Semán al autor de Los cuadernos de la cárcel son, en realidad, una crítica -no tan velada- al kirchnerismo y sus aliados de estas décadas, que habrían confundido “producción hegemónica” con una mera “oficialización del puntos de vista de grupos militantes”. El progresismo argentino habría actuado desde el Estado, descuidado la sociedad civil -ámbito en el que actúa la radicalización de la derecha- debilitando toda perspectiva de disputa por la constitución de una verdadera reforma intelectual y moral. Lo cual tiene mucho de verdad en un sentido y quizás poco en otro, puesto que si bien es cierto que detentar el aparato del Estado y producir desde allí contenidos culturales, no equivale en lo más mínimo a constituir un nuevo proyecto histórico ni a disputar el sentido común en el seno de la sociedad civil (cosa que vio con claridad el historiador Javier Trímboli en su libro Sublunar, kirchnerismo y revolución), no es cierto que se pueda demarcar con tanta claridad esta “oficialización” con respecto de una importante acumulación popular ocurrida en el período inmediatamente previo (y en ciertos aspectos también durante la constitución de ese grupo militante). Ni los derechos humanos, ni la recomposición de experiencias sindicales de fines de los 90, ni los grupos piqueteros de 2001, ni los feminismos -fenómenos de lucha ocurridos en el seno de la sociedad civil- pueden ser enumerados como realidades producidas desde el Estado o desde el Kirchnerismo (de otro modo, tampoco se entendería porqué tanta obsesión de la derecha radicalizada con estos elementos de constitución cultural en el tejido social argentino).

El otro aspecto de la discusión sobre Gramsci nos llevaría a preguntar por la relación que existe entre lo que muestra muy bien Está entre nosotros -el valor que la derecha radicalizada da a la batalla cultural, lo que Semán ve como una “sinergia” entre producción cultural y organización partidaria y traducción institucional que permite ser comprendida sin mención alguna a asociación con capitales ni medios, y una descripción de las múltiples relaciones que existen entre estas derechas, ciertos líderes claves de la vieja derecha política como Macri (que sí vio venir lo que se venía) y los grupos de poder del bloque de clases dominantes y que de seguro podrían enriquecer el modo en que se construyen los conceptos más originales del libro (“mejorismo” y “fusionismo”).

Sergio Morresi y Martín Vicente hacen una buena lectura de la historia de las derechas. Aciertan al identificar que la “casta” encarna como categoría específica durante la cuarentena. Quienes se oponían a ella por diversos motivos, podían encontrar en ese término un referente vivo que dotaba de sentido a su deseo de enemistad. Los autores explican con precisión la consideración anti-élite en el impulso de las candidaturas de Milei: entiendo que “el sistema estatista y colectivista está enraizado de un modo tan profundo en las élites”, dicen los autores, que Milei decide -siguiendo cierto textos de su ídolo teórico: Rothbard- un “pasaje a la política” en términos de un populismo de derecha capaz de desplazar a los conservadores moderados, asumiendo “un liderazgo personal” capaz de “poner en cortocircuito a las élites adoptando un tono antistablishment virulento y una agenda indigerible para la corrección política”. La influencia de cita de la literatura de la derecha libertariana norteamericana sobre Milei y su grupo -dicen los autores- supone la determinación de la defensa de un orden sin permitir para ello la instauración de un “leviatán capaz de imponer patrones ideológicos progresistas” financiado por las cuentas públicas. Esta idea de una “defensa sin Estado” me parece un núcleo de pensamiento absolutamente clave que muestra que si algo hubiera de gramscismo en Milei no sería la producción de un nuevo núcleo intelectual y moral (es decir, la constitución de una dirección revolucionaria), sino una tentativa reaccionaria por dotar de dirección a las clases dominantes adormecidas en torno a un Leviatán indeseable. Según los autores, el gesto que toman los argentinos de sus antecesores norteamericanos consiste en la reunión de diversas perspectivas en “un gesto sincrético y a la vez adversativo”, capaz de aunar libre mercado y nacionalismo, culto al individualismo y defensa de un orden social jerárquico, desprecio a la democracia y preferencias plebiscitarias. Mas que hegemonía gramsciana, fusionismo de las familias de la derecha. Los autores plantean que una diferencia entre derecha Pro/Cambiemos y LLA es la elección de un “exterior constitutivo”. Si Pro/Cambiemos se unifica contra el “populismo”, LLA lo hace contra “el colectivismo”. A diferencia del “republicanismo” del primero, el segundo desprecia la democracia. El fusionismo de derecha de LLA es anti-pluralista, niega derechos universales y moralización de la política. Esta sería su originalidad: el haber incluido en el campo liberal un legado de las derechas nacionalistas reaccionarias.

Melina Vázquez trabaja sobre la constitución del militante joven de la ultraderecha como síntesis de un proceso múltiplemente determinado, haciendo una historia a partir de grandes hitos como los debates en torno a la ley de interrupción del aborto voluntario (2018) y la cuarentena (2020/21) y rescatando la voluntad de esta militancia de crear una “derecha popular”. Particularmente convincente es la referencia de Vázquez a la experiencia de “socialización y sociabilidad” de cierta juventud durante la cuarentena, y el valor que la palabra libertad adquiere en ese contexto. De hecho, es ese contexto precisamente, el que actúa como revelador de privilegios de la “casta” en torno a episodios como el cumpleaños de Fabiola Yañes y el llamado vacunatorio VIP. Igualmente impactante es la narración del choque generacional de estos jóvenes en ámbitos como el universitario (o en sus propia familias, muchas veces kirchneristas), en el que apenas soportan lo que llaman “adoctrinamiento”, entendiendo por tal referencias teóricas de la tradición marxista, a la historia del peronismo, alusiones al feminismo y la educación sexual o a los derechos humanos. Una juventud que se dice rebelde y desconcierta por su alianza táctica con las peores formas del poder -la denuncia y el buchoneo- no puede no dejar perpleja a una generación que aprendió la noción de “rebeldía” como una acción contra los poderes (no como una alianza con ellos). En el registro que la autora hace de su trabajo entre jóvenes libertarios aparece una interpretación según la cual el “que se vayan todos” y el ethos “meritocrático” confluyen en la alianza entre clases bajas y medias del 2001 (aquella alianza entre piquete y cacerola), recodificada ahora por derecha en la frase “argentinos de bien” (noción que supone que “bien” es mérito, contra la retórica de los “derechos” que esconden privilegios y falsas igualaciones entre quienes se esfuerzan y quienes no).

Ezequiel Saferstein analiza la escena cultural de la derecha radicalizada. Sorprende el lugar que reconoce para la bibliofilia en un mundo de influencer, plataformas digitales y contenidos audiovisual de los jóvenes libertarios. Sus principales autores (entre quienes se encuentra Álvaro Zicarelli, discípulo de Juan José Sebrelli) coinciden en atacar -dar a conocer y refutar- lo que denominan la victoria de una izquierda cultural global en el campo de la cultura y en reivindicar purezas de un capitalismo sin regulaciones junto a formas conservadores del ser social y una auto-percepción de participar de un movimiento contrahegemónico. La lista de autores de un militante actual de LLA -dice el autor- puede ir perfectamente “de Ceferino Reato a Von Mises pasando por Nicolás Márquez o Agustín Laje, cubriendo el arco que va del negacionismo de los años setentas a la refutación de las teorías de género, la crítica de la economía keynesiana y la inflación y la reivindicación del libre mercado.

El artículo con el que cierra el libro, escrito por Pablo Semán y Nicolás Welschinger, abre con una frase frontal: el peronismo “está bloqueado” simbólicamente. Tiene la lengua trabada dado el peso que sobre ella tiene el “estado del Estado”. La fluidez está en otro lado. Allí donde no ha dejado de activarse una derecha popular (diferenciada de una derecha elitista previa) liberacionista. Vuelve a plantearse entonces, la cuestión crucial de la afinidad entre una lengua y una derecha popular, que los autores explican histórica y sociológicamente. Mostrando una conexión entre experiencia (jóvenes de clase media y popular del AMBA) con una ideología (de derecha libertaria).

Pablo Semán.
Semán y Welschinger hablan de un “anudamiento exitoso” entre la “estructura de acogida” y “convocatoria política”, sin la cual el crecimiento de LLA en esos sectores permanecería inexplicable.

Tras un proceso de entrevistas “focales”, los autores crean un concepto, “mejorismo”, capaz de condensar los efectos de esta convergencia entre mutación estructural e ideología. Una década larga de estancamiento económico y desmejoras de la calidad en prestaciones públicas dio lugar a un paisaje dominado por el empobrecimiento y la precarización laboral. Pero también a una narración sobre la vida vinculada a la auto-empresarialidad que emerge sobre suelo mutado. Esa narratividad está hecha de fragmentos de experiencias que van de terapéuticas orientadas a la optimización de la valorización del yo, a modos de auto-educación aplicadas a perfeccionar el tiempo de trabajo, al uso del marketing, las técnicas y lecturas del mundo de autoayuda y lo insumos provenientes de redes sociales como tik-tok e IG. Los autores prestan particular atención a las referencias de tipo moral que los entrevistados hacen respecto de sí mismos. En condiciones de precarización e informalidad la “optimización del yo” es vivida por los entrevistados como una experiencia de “superación personal” que forma un “temperamento” y hasta una “mística” emprendedora dispuesta a conquistar “disciplina, fuerza física y moral, inteligencia y habilidad estratégica”. La autopercepción de cada quien como un capital individual a acrecentar mientras sea posible, no deviene, actúa también como instancia de juicio desfavorable a quienes tienen asegurado el trabajo en el “empleo estatal” o “viven de arriba” cobrando prestaciones públicas. La moral “mejorista” choca con la idea según la cual la regulación iguala. Desde su óptica, los “derechos empobrecen” y se los rechaza tanto porque no son percibidos como un merecimiento que reconoce un esfuerzo, como por igualaciones entre quienes se esfuerzan y quienes no. Dada la inexistencia de una vivencia o un recuerdo de unos derechos efectivos y universales de calidad, se los lee como privilegios. El individualismo de los “mejoristas” -así emplean el término los autores- no es sin embargo la caricatura que hacen de ella los partidarios de los derechos. Su individualismo está inscripto en tramas sociales de cuidados y en espacios de cooperación local.

Semán y Welschinger explican que el “mejorismo” funciona como un modelo ideológico a la vez consciente y no explicitado que si bien no decanta necesariamente y de modo directo en una política, experimenta una llamativa afinidad con el discurso libertario. El capítulo que comentamos –“Juventudes mejoristas y mileísmo de masas”- se planta explícitamente como una polémica -dentro y contra- las ciencias sociales porque “se limitaron a ver la parte negativa de las nuevas situaciones laborales o incluso a condenar el fenómeno” y reivindica a quienes sí supieron ver (“observadoras sociales” como Mayra Arenas, entre otras) supieron verbalizar la articulación entre estos sujetos -llamados alternativamente “héroes de mercado”, “sobrevivientes de la pandemia”- y las propuestas de Milei (el llamado a “despertar leones”).

Lo que no se quiso ver -puesto que libro es una muestra de que la visión sí era posible- son las “valencias positivas del individualismo” obrando como terreno de afinidad entre modo de vida y política. El peso que se le atribuye a la cuarentena en este cambio de “valencias” es, por supuesto, grande. La referencia a quienes se “salvaron solos” durante la pandemia tiene -evidentemente- un lugar importante en la explicación de la constitución de la afinidad entre esta nueva sensibilidad popular y la emergente derecha radicaliza. Esta es la explicación que los autores encuentran al “giro a la derecha” que ubica a muchxs jóvenes del lado “de los sectores más concentrados del capital”. Se trata de un proceso que tiene mucho de indiscernible, puesto que la “naturalización de jerarquías o de amor por la desigualdad” conviven en ella con una “demanda democrática contra unas élites inconducentes o contra el desconocimiento de los merecimientos”, junto a una fuerte impugnación de quienes viven de los planes. La cuestión del “ver”, entonces se revela como una metáfora de la ideología. Las ciencias sociales y el progresismo -peronismo quiéralo o no incluido- no pudieron ver aquello que amenazaba su ideología constitutiva. Pero habría en las ciencias sociales unos recursos -como las entrevistas focales- que habilitan el contacto con aquello que se resiste a pensar, y que permite superar los límites de la ideología en el que quedaría encerrado el militante político y el cientista social encerrado en sus libros y sus clases. ¿Hay otros modos de lograrlo? Leído como una amonestación -particularmente en la pluma de Seman- a una franja de las ciencias sociales y a buena parte del periodismo y la política incapaz de ver, el libro alcanza una aspereza que es signo de vitalidad que tensa la cuestión -imprescindible- sobre los modelos de comprensión del presente. Quedan planteadas algunas preguntas. Una de ellas tiene que ver con la geografía política. En su libro El nudo -escrito con un registro periodístico-historiográfico- Carlos Pagni se preocupa por lo que llama la “conurbanización de la política”, poniendo el foco -como Está entre nosotros– en el territorio estratégico del AMBA. Lo que deja abierta la cuestión sobre el hecho de que LLA hizo su mejor elección, no en CABA ni en la Provincia de Buenos Aires, lo que supone, o bien que las provincias votaron contra el Amba, y/o que el fenómeno electoral de LLA precisa aún ser explicado con relación a otros territorios. La otra, en cambio, a los procedimientos con los cuales se constituyen conceptos políticos. Un rico arco que va de las militancias al ensayismo crítico constituye una contraprueba sobre la vigencia que tienen otros modelos de comprensión de las mutaciones socio-políticas del país. Libros recientes como El Kirchnerismo desarmado, de Alejandro Horowicz o La implosión, de Leandro Bertolotta e Ignacio Gago (entre tantos otrxs, escritos desde los feminismos o desde activistas próximos a organizaciones sociales), hacen otra práctica de las ciencias sociales elaborando percepciones y/o categorías particularmente eficaces.

En el caso de Bertolotta y Gago -miembros del Colectivo Juguetes Perdidos-, se trata de crear una microsociología capaz de captar las consistencias colectivas más enmudecidas, y de correlacionarlas con nociones como “sociedad ajustada” y “precarización totalitaria”, provocando el notable efecto de captar en simultáneo el carácter “ambivalente” de las tonalidades afectivas de la multitud -en el sentido que da Paolo Virno a esta noción: la coexistencia de un doble valor que permite leer los modos de vida como envolviendo una pluralidad de direcciones posibles- junto a una comprensión política clara de la dimensión neoliberal que estructura y agobia a estos modos de vida. En el de Alejandro Horowicz, se trata de comprender la política argentina como un proceso largo de descomposición sostenido en la correlación entre un modo de acumulación que exporta el excedente productivo, la profundización de la derrota de la clase obrera como sujeto de un contrapoder y el balance electoral que los asalariados hacen -desde su condición de derrotados- de elección en elección, de la ausencia de una conducción política confiable. Milei es ante todo, para Horowicz, un sitio vacío en la estructura, que permite fantasear una impugnación a la casta y al sistema sin tener que afrontar la tarea de constitución de una fuerza capaz de provocar una transformación real.

Ambos libros -y los otros tantos trabajos que ahora no cito- participan activamente del doble movimiento implicado en el ejercicio de un ver qué ve lo que vé de acuerdo al lente que se ocupa de pulir, pero también de la capacidad de pispear en los lentes de sus vecinos.

Buenos Aires, 5 de enero de 2023. Teclaeñe

Fuente de la información e imagen:  https://lobosuelto.com

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Opinión | Ciencia, inteligencia artificial y Batman

Interrumpimos este programa…

Me permito hacer una pausa en mi serie de artículos sobre autoaprendizaje (el que vengo publicando en este mismo espacio con el subtítulo Testimonio de un autodidacta) para entregar a ustedes esta nota que ha tomado para mí un carácter urgente (al menos ahora es el momento más oportuno para publicarla).

Hace unos días, la puesta en circulación de una foto retocada por parte de la familia real inglesa, puso de cabeza a la mitad del mundo (la verdad es que la otra mitad sigue tan tranquila, despreocupada de este escándalo, pero bueno…). Desde una avalancha de memes hasta importantes análisis sociológicos, han visto el asunto como algo más que una excelente portada para la revista Hola o una nueva oportunidad de desacreditar al sistema monárquico, y prefieren señalar el inmenso riesgo en que nos pone la generación de imágenes por medios electrónicos (Photoshop, Inteligencia Artificial) y la absoluta falta de confianza que de hoy en adelante tendremos que guardar hacia todo tipo de evidencia visual. Ya nada nos garantiza que la foto o el video de “los hechos ocurridos” sean una evidencia confiable.

La crisis provocada por esta posibilidad de transfigurar la realidad, trasciende hacia algo que a muchas personas nos hace estremecernos aún más: la capacidad de estas tecnologías para imitar las voces humanas con total fidelidad, lo cual nos coloca en una terrible vulnerabilidad ante los falsos secuestros de nuestros seres queridos.

Sin embargo, quisiera ahora llamar la atención sobre un hecho al que por su falta de espectacularidad se le ha dado menos atención, pero que es posible que atente y cambie por completo nuestras sociedades actuales, aún más que las ya de por si terribles  tecnologías que he mencionado (si se me permite entrar en el tono catastrofista imperante).

Corre en los medios la noticia de que se ha vuelto común falsificar información científica, a través de publicaciones que francamente inventan realidades. Científicos de prestigio han sido desenmascarados por ello, sumergiéndose en graves escándalos. Si alguien me pidiera evidencia de esto que estoy diciendo podría darle aquí algunas referencias periodísticas pero también podría confesar que es algo que me estoy inventando, porque la verdad es que eso no importaría pues todos sabemos que en cualquier momento pueden empezar a ocurrir este tipo de fraudes. Y no solo eso: además de publicaciones falsas sería  posible prever todo un alud de evidencias científicas imposibles  de ser cotejadas no sólo por su impecable simulación sino simplemente por su inmensa cantidad (gracias a la Inteligencia Artificial el número podría no tener límites); así, la verdad confirmada y la no confirmada empezarían a confundirse una con otra, sin posibilidad de distinguirlas.

Esta puerta hacia el caos se basa en la que es una de las grandes fortalezas del método científico, pero que es también -ahora lo estamos viendo- su principal Talón de Aquiles: estoy hablando de la exigencia de exponer las propias conclusiones a la revisión de la comunidad científica entera para que ésta las valide, exigencia que es cada vez más difícil de cumplir. Ciertamente, los resultados científicos siempre han sido falsificables, pero hoy esto alcanza unos niveles que pueden llegar a vulnerar a la estructura del sistema entero (y no creo estar exagerando).

Nunca he sido partidario entusiasta del conocimiento científico cuando intenta posicionarse como la verdad última, pero me parecería demasiado injusto que su esfuerzo de siglos se viniera abajo no por una reconsideración razonada y paulatina de sus alcances, sino por un fraude. La pretensión de la ciencia de explicar la realidad entera a través de su método, debe poder ser cuestionada  con argumentos y no con un tropel de mentiras cuya única fortaleza sea la de que no se les pueda seguir el rastro. Que la comunidad científica se declare derrotada solo por cansancio, sería una tragedia.

No podemos descartar que, ante tal panorama, los científicos se inclinen por la opción (es más, seguramente ya  lo están haciendo) de mantener su actividad en secreto, recreando esa especie de cofradías “herméticas” que  han existido siempre (y que, por cierto, le han dado a los estudiosos  de todos los tiempos un gran poder). De hecho, decirlo así resulta ingenuo porque no cabe duda de que la investigación científica realizada a escondidas y sin socialización de sus resultados, ya se lleva a cabo en todas partes y nutre tecnologías de uso secreto.

Para terminar mi texto con este mismo tono conspiranoico,  permítaseme una idea que no tenía contemplada al inicio: que no sería raro que fueran los propios científicos allegados al poder, los que  -en determinado momento, por  un afán de controlar al mundo- inventaran  ellos mismos millones de resultados  falsos, de tal forma que la ciencia pública quedara vulnerada y solo prevaleciera la opción de la ciencia oculta, con investigaciones a las que nadie, salvo dichos grupos de poder, tuvieran acceso.

¡Entonces sí, solo nos quedaría la opción de pedir ayuda a Batman!

Fuente de la información e imagen:  https://observatorio.tec.mx

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Informe: Femi(ni)cidios bajo la lupa en América Latina y el Caribe.

Entre las que sobreviven y las que ya no están: Datos y relatos de la violencia machista.

MundoSur* presento un nuevo informe, donde y analizan los datos sobre femi(ni)cidios perpetrados durante el 2023 en 16 países de América Latina y El Caribe.

A través de esta investigación, buscan visibilizar la importancia de registrar y tipificar las tentativas de feminicidios/feminicidios frustrados, entendidas como una manifestación extrema de la violencia contra las mujeres. Enfatizan la importancia de que las instituciones del Estado acompañen los procesos de sanación y reparación mediante el diseño e implementación de políticas públicas integrales.

Tentativas de femi(ni)cidios y/o femi(ni)cidios frustados

La visibilización de las tentativas de feminicidio, es un paso fundamental para dimensionar la magnitud de estos hechos que afectan a miles de niñas y mujeres en la región.

Estos datos dan una lectura más completa sobre el continuum de violencia, el cuál puede quedar invisibilizado si se analiza solo la forma más extrema.

Recuperar esta información permitiría mejorar protocolos y la debida diligencia, y lo más importante acompañar y proteger a las sobrevivientes de los feminicidios.

La ausencia de registros oficiales, consideramos, es una de las causas de las deficientes políticas públicas de prevención, protección y reparación contra la violencia machista.

Es urgente que las instituciones del Estado acompañen los procesos de sanación y reparación con el diseño e implementación de políticas públicas que tengan una mirada integral.

En esta sección del informe participa Gloria Piña – periodista de investigación especializada en género y derechos humanos, directora del documental “Las Sobrevivientes Olvidadas por la Justicia”.

Consideraciones sobre los datos estatales de femi(ni)cidios en 2023

El acceso a la información proveniente de las fuentes estatales es dificultoso. La producción de datos se ve afectada por los cambios políticos.

En el marco del relevamiento de sitios oficiales que vienen realizando desde 2020 han identificado que en Latinoamérica el Registro Nacional de Femicidios de la Justicia Argentina (RNFJA), elaborado por Corte Suprema de Justicia de la Nación, presenta una metodología de trabajo con perspectiva de género y en clave interseccional. Ventaja de la fuente: Marco institucional; Cobertura geográfica; Cobertura temporal; Cobertura temática; Universo de análisis; Perspectiva de género; entre otras.

Cantidad de feminicidios (por país y total)

Se documentaron un total de 4599 feminicidios. Brasil encabeza la lista con 1706 crímenes registrados. Le sigue Guatemala con 601 casos y Colombia alcanzando 524 feminicidios durante 2023.

Cantidad de feminicidios por mes
Se registraron 383 feminicidios en promedio por mes durante el 2023siendo febrero el mes con menor registro y junio el mes con más casos registrados.

Si se analiza a nivel país, Brasil registró el mayor promedio de casos con 142 feminicidios por mes; mientras que Panamá, el país con menor registro (1 caso por mes).

Análisis comparativo (Anual 2022 vs 2023)

Se observa un aumento del 17% de la cantidad de femi(ni)cidios (de 2174 a 2211). Si se analiza por país, el país con mayor aumento de feminicidios fue Cuba, donde se registraron un 161,8% más de femi(ni)cidios que el año pasado. En cambio, Uruguay es el país con una caída en la cantidad de femicidios (-47,8%).

 *No se consideran Brasil, Bolivia y Guatemala ya que no se cuenta con información sobre los feminicidios para ese periodo de tiempo.

El país con mayor tasa cada 100.000 mujeres (ajustada por edad) es Honduras. Por su parte, el país que menor tasa registrada es Chile. Sin embargo, la tasa sin ajustar en Guatemala (6,58 por 100,000 mujeres) es una de las más altas en la región.

Edad de las víctimas

34 años de edad promedio de las víctimas. La más joven tenía menos de un año y la más adulta 91 años. La mayoría de las víctimas de feminicidios tenían entre 25 y 36 años, representando el 35,86% de los casos donde se conoce dicha información.

Hijxs a cargo

Al menos 1150 mujeres con hijxs a su cargo fueron víctimas de feminicidios, dejando al menos 2198 hijxs huérfanxs.

Relación víctima/victimario

62,52% asesinadas por su pareja o expareja. Si se consideran los agresores que conocían a la víctima, por ser familiares directos, familiares por afiliación, convivientes  o exconvivientes o personas conocidas, esta cifra asciende al 79,62%. Es decir, casi 8 de cada 10 feminicidios fueron cometidos por personas cercanas o conocidas por la víctima.

Modalidad del crimen

Principal modalidad el uso de arma de fuego (42,7%). Le siguen el uso de arma blanca (28,34%), por asfixia (12,15%) y por golpes (5,89%). En algunos países más de la mitad de los femicidios fueron cometidos con un arma de fuego.

Indicios de violencia sexual

Si analizamos los datos donde se conoce dicha información, en el 8,05% de los casos se encontraron indicios de violencia sexual ejercida hacia el cuerpo de la víctima.

Denuncias previas al victimario
Al menos 1 de cada 4 feminicidios podrían haberse prevenido. Entre los 1786 casos con datos verificados, se revela que en el 25% de ellos el agresor había sido denunciado previamente.

Conclusiones 

Para efectivamente garantizar que todas las mujeres y niñas puedan gozar del derecho humano a la dignidad, la integridad y a la vida, es esencial que, en primer lugar la lucha contra la violencia de género constituya una política de Estado y no de gobierno; y en segundo lugar, que las respuestas se elaboren mediante una estrategia multiactor, multinivel y multilateral.

*Sobre MundoSur

MundoSur es una Asociación Civil, con sede en Francia y Argentina, que visibiliza e impulsa los cambios sociales y políticos necesarios para la construcción colectiva de sociedades inclusivas, participativas, diversas y democráticas en América Latina y el Caribe.

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