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Reseña: Niños que reivindican su visibilidad, incluida su transexualidad

Fuente El asombrario

Niñas y niños‘, de Aingeru Mayor y Susana Monteagudo, publicado por Lit-Era, es un libro que rompe todos los prejuicios a martillazos. 27 rostros reales, que nos demuestran la amplia diversidad que existe en el mundo de la infancia, que cada niño y cada niña es único e irrepetible. Un libro que reivindica la visibilidad y es ideal para trabajar la educación/diversidad sexual y para dar con él en las narices de todos aquellos adultos que se llenan la boca con frases rancias del estilo de: “eso son cosas de niños y eso son cosas de niñas”.

Que nadie se confunda por la portada de este libro. ¿O sí? No estamos ante la última campaña multicolor de Benetton, sino ante la más real y preciosa realidad. La realidad de 27 rostros, 27 nombres y 27 historias que nos van a demoler nuestros prejuicios más profundos. Y demostrar que desde niños y niñas despuntan nuestros ramalazos. Que desde niños y niñas día a día vamos formando nuestra personalidad y demostrando que hemos venido a este mundo a ganarnos el derecho a ser únicos. Un derecho que muchas veces negamos los adultos al marcar con nuestros estereotipos los estilos de los más pequeños. Ideas absurdas que cuestionan que una niña lleve el pelo corto, que un niño elija una muñeca como compañera de juegos o que un niño se sienta más identificado al vestir faldas y tacones que al ponerse un traje de bomberos. Todos los niños y todas las niñas necesitan el juego para aprender. El juego para experimentar, conocerse y descubrirse. Muchas veces son solo etapas, pero otras muchas veces son momentos fijos y decisiones concretas que toman nuestros niños y niñas y que van a contracorriente de la mayoría. Decisiones que los adultos censuramos, que con nuestra intolerancia y actitudes condenamos a la soledad, al aislamiento, a la humillación. Frases que, además de incorrectas y rancias, resultan ofensivas e hirientes. E impiden el avance de nuestra sociedad.

En tiempos donde a los menores se les pixelan los rostros y se les esconde, llega este libro para reivindicar su derecho a visibilizarse. Su derecho a ser niños y niñas. Un derecho que tantas veces negamos, porque los adultos creemos que nuestro trabajo es hacer adultos para el futuro, cuando los niños y las niñas, niños y niñas son.

Un libro que por el norte ya está causando sensación y sensaciones. El Departamento de Educación del Gobierno de Navarra ha pedido a la editorial 900 ejemplares (600 en castellano y 300 en euskera). Así, un buen número de escuelas y bibliotecas navarras van a tenerlo, y miles de niñas y de niños van a poder leerlo.

Al profesor universitario Aingeru Mayor siempre le ha interesado mucho todo lo que tiene que ver con el amor y con los sexos. Por eso lleva tiempo aprendiendo, reflexionando e investigando sobre ello. En la actualidad, aparte de las clases, comparte sus conocimientos en cursos y talleres. Tiene dos hijas, una con vulva y otra con pene, que muchas veces le sacan de quicio, y de ahí que piense que ser padre tiene bastante de locura. Tras conocernos en la presentación de su libro en Madrid, hemos hablado con Aingeru de su libro.

Niños que reivindican su visibilidad, incluida su transexualidad

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Tendrán que luchar fuertemente para salvar a la especie humana

Por: Noam Chomsky

El pasado 5 de diciembre Democracy Now! celebró su 20 aniversario en la histórica iglesia de Riverside de la ciudad de Nueva York. Entre los que hablaron ante los más de dos mil asistentes estaba el reconocido disidente político, lingüista y escritor Noam Chomsky. Chomsky se refirió a las dos amenazas más peligrosas que la especie humana enfrenta en la actualidad, la posibilidad de una guerra nuclear y la destrucción acelerada provocada por el cambio climático que generamos los seres humanos.Solo me gustaría comenzar hablando sobre el privilegio y honor que suponen participar en la celebración del notable éxito que Democracy Now! ha obtenido en todos estos años, y en particular, por los asombrosos logros de Amy Goodman, Juan González y sus colegas; que nos muestran lo que debemos hacer para aspirar a una “democracia ya”. Será una larga lucha. Y de nuevo, es un enorme placer, no solo compartir esta ocasión con gente como Harry Belafonte, a quien admiro, y quien ha estado a la vanguardia de esta lucha interminable durante estos difíciles años.

Quiero dirigir unas palabras en especial a los jóvenes que se encuentran dentro del público: Ustedes enfrentarán problemas que no han surgido en más de 200.000 años de historia de la humanidad. Serán problemas difíciles y exigentes. Se trata de una carga que no se puede ignorar. Y todos nosotros, pero sobre todo ustedes en particular, tendrán que luchar fuertemente para salvar a la especie humana de un destino sombrío.

Los resultados de las elecciones nos sorprendieron a mi esposa y a mi en Europa. Aquél fatídico 8 de noviembre estábamos en Barcelona, viendo los resultados. Lo que ocurrió me impactó personalmente. El primer artículo que escribí, hasta donde puedo recordar, fue en febrero de 1939, y trataba sobre la caída de Barcelona ante las fuerzas fascistas de Franco. Dicho artículo, que estoy seguro no fue muy memorable trataba de la propagación, aparentemente inexorable, del fascismo en Europa y probablemente alrededor del mundo. Soy lo suficientemente viejo como para haber escuchado los discursos de Hitler [en] las marchas de Nuremberg, y aunque no pude entender ni una palabra, el tono y la reacción de la multitud me dejaron recuerdos imborrables. De modo que los resultados me despertaron recuerdos muy desagradables, en especial por lo que está sucediendo actualmente en Europa, que también es bastante alarmante.

Pues bien, Europa reaccionó con incredulidad, conmoción y horror a ese 8 de noviembre. La cubierta de la revista alemana más importante, Der Spiegel, supo capturar elocuentemente ese sentimiento, mediante una caricatura de Donald Trump en la que se le mostraba como un meteoro en dirección a la tierra y con la boca abierta, listo para tragársela. El titular que la acompañaba, decía: “Das Ende der Welt!” “El fin del mundo”. Más abajo, en letras pequeñas, se veía también la frase: “tal y como lo conocemos”. Esa preocupación puede llegar a expresar una preocupación verdadera, aunque no de la forma literal que la proponen el artista, los autores, y todos aquellos que se hicieron eco de esa idea.

Esto tiene que ver con otros acontecimientos que tuvieron lugar justo al mismo tiempo, ese mismo 8 de noviembre. Acontecimientos que me parecen mucho más importantes que aquéllos que captaron la atención del mundo de manera tan sorprendente. Acontecimientos que estaban ocurriendo, por ejemplo, en Marrakech, Marrruecos, en donde se llevó a cabo una conferencia de 200 países. La denominada “COP 22”. El objetivo de esta conferencia era empezar a poner en práctica las vagas promesas y compromisos de la anterior conferencia internacional sobre el calentamiento global, la denominada “COP 21”, que tuvo lugar en París en diciembre de 2015, y que no produjo efectos concretos por razones no relacionadas a lo que ocurrió el 8 de noviembre aquí.

[…]

El aislamiento de Estados Unidos en Marrakech es sintomático de otros procesos más amplios sobre los que deberíamos meditar muy cuidadosamente, por ser de una importancia considerable. El aislamiento de Estados Unidos en el mundo está aumentando notablemente. Tal vez lo más llamativo suceda aquí mismo, en este hemisferio, en lo que el secretario de Guerra del presidente Roosevelt, Henry Stimson, denominó como «nuestra pequeña región», donde nadie nos molesta. Solíamos considerar que si alguien se pasaba de la raya, los castigaríamos con dureza, a menos que hicieran lo que dijéramos. Eso está ahora lejos de ser cierto. Durante este siglo y por primera vez en 500 años, America Latina se ha liberado del imperialismo occidental. Estados Unidos es el siglo pasado. El Fondo Monetario Internacional, que es, en otras palabras, una agencia del Departamento del Tesoro de Estados Unidos ha sido expulsado en su totalidad de América del Sur. Ya no quedan bases militares estadounidenses allí [1]. Las organizaciones internacionales de este hemisferio Han empezando a excluir a Estados Unidos y Canadá. En 2015 hubo una cumbre mundial que habría podido derivar en la total exclusión de Estados Unidos del hemisferio por el asunto con Cuba. Cuba se convirtió en un asunto crucial debido a que todo el hemisferio se oponía a la política de Estados Unidos, tal y como lo hace el resto del mundo. Esta fue sin duda la razón por la que Obama tuvo gestos hacia la normalización [de las relaciones con Cuba], dando un paso hacia adelante, que sin embargo podría ser revertido por Trump. No lo sabemos.

Algo similar ocurre en Asia a una escala mucho mayor. Como se sabe, una de las principales políticas de Obama fue la llamada «giro a Asia», la cual en realidad fue una medida para confrontar de forma transparente a China. Una de las estrategias de esa política fue el TPP , o Acuerdo Transpacífico de Asociación Económica, que excluía a China e intentaba integrar a otros países del pacífico asiático. Dicho acuerdo, por razones que me parecen muy afortunadas, parece estar colapsando hoy día. Pero simultáneamente, existe un tratado de comercio internacional que crece y se expande. China le denomina el Partenariado Económico Comprehensivo Regional (PECR), cuyos alcances empiezan a dibujarse sobre los aliados de Estados Unidos; desde Perú a Australia, pasando por Japón. Es probable que Estados Unidos decida quedarse por fuera de él, del mismo modo que de forma solitaria se ha mantenido al margen del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura, una especie de contrapartida al Banco Mundial, y al que Estados Unidos se opone desde hace años. A éste, hoy día, se han sumado prácticamente todos sus aliados, incluyendo, entre otros, Gran Bretaña. Al mismo tiempo, China se está expandiendo hacia occidente con la Organización de Cooperación de Shanghái, la Ruta de la Seda en China. Se trata de un sistema integrado de distribución de recursos de energía, que incluye a Siberia, rica en recursos; India y Pakistán, y a la que pronto se sumarán Irán y probablemente Turquía. Se extenderá desde China hasta Europa. Estados Unidos ha solicitado tener el estatus de observador, pero esta petición le ha sido negada, no se le ha permitido. Y uno de los principales compromisos adquiridos por la Organización de Cooperación de Shanghái, es la prohibición de establecer bases militares dentro de toda la región de países de Asia Central.

Si el presidente electo decide cumplir con su promesa de poner fin a las armas nucleares, en otras palabras, al Acuerdo Nuclear con Irán, Estados Unidos estaría dando otro paso hacia el aislamiento. Algunos otros países, principalmente de Europa, que hacen parte del acuerdo, podrían sin embargo continuar. Esto significaría ignorar las sanciones impuestas por Estados Unidos, y ello derivaría en aislarse incluso de Europa. Bajo estas circunstancias, es probable que Europa dé marcha atrás en la confrontación con Rusia. De hecho, el Bréxit podría ayudar a la consolidación de esta situación, pues Gran Bretaña era la voz más fuerte de Estados Unidos en la OTAN , pero dado que ahora está fuera, Europa tendría algunas oportunidades. De 1990 a 1991, durante el colapso de la Unión Soviética, se tomaron algunas decisiones. Mikhail Gorbachov tuvo la visión, como él mismo la denominó, de que Europa fuera un hogar común de integración. Una especie de sistema cooperativo de seguridad, comercio e intercambio; sin alianzas militares desde el Atlántico al Pacífico. Estados Unidos insistió por una visión diferente— específicamente, ante el colapso de la Unión Soviética, la OTAN se mantiene, y de hecho, ahora se extiende hasta las fronteras de Rusia, donde hoy se cuecen diariamente amenazas graves.

Todos estos hechos resultan muy relevantes. Están relacionados al tema ampliamente discutido sobre el declive del poder de Estados Unidos. Existen algunas medidas convencionales que, sin embargo, producen una confusión interesante. Me referiré a ello brevemente, por la premura del tiempo, aunque es algo sobre lo que se debe reflexionar seriamente. Según las medidas convencionales, en 1945, Estados Unidos dominaba el mundo, como nunca en la historia. Poseía cerca del 50 % de la riqueza global, mientras que otros países industriales estaban devastados, destruidos o seriamente afectados por la guerra. Su economía se benefició enormemente de la guerra y a partir de ese momento, Estados Unidos consiguió una posición de dominio sin precedentes históricos. Ello, por supuesto, iba a terminar algún día: esos otros países industrializados se reconstruyeron. Hacia 1970 el mundo tenía tres polos, tres ejes económicos: Europa con sede en Alemania, América del Norte, con sede en Estados Unidos y la zona noroccidental de Asia, con sede en Japón. Ahora China se ha convertido en un socio, dejando de ser solo un conflicto. Para entonces, la participación de Estados Unidos dentro de la riqueza mundial, era del 25 %, aunque hoy día no está muy por debajo de esa cifra.

Todo esto puede derivar en conclusiones equivocadas, dado que el análisis ignora un hecho crucial que ha dejado de discutirse, a pesar de que existen algunos trabajos interesantes sobre el tema. Se trata de la propiedad sobre la economía mundial. ¿Qué es en realidad lo que poseen las grandes corporaciones, las multinacionales que operan alrededor del mundo? Bien, pues esto deriva en algo muy interesante que prácticamente explica el crecimiento de todo el período de globalización neoliberal de esta generación. El patrimonio de las grandes corporaciones se está traduciendo en una forma más realista de medir el poder mundial más allá de la riqueza de una nación. El patrimonio de una corporación reside obviamente en un país, apoyado en nuestras contribuciones de impuestos, aunque la propiedad no tiene nada que ver con nosotros. Cuando se las mira de cerca, se concluye que las corporaciones son virtualmente dueñas de todos los sectores de la economía: manufactura, finanzas, servicios, minoristas… las corporaciones de Estados Unidos encabezan la propiedad de la economía mundial. Se podría decir que son dueños de cerca del 50 % de ésta, lo que corresponde, aproximadamente, a la riqueza nacional de Estados Unidos en 1945. Este hecho debería ser capaz de decirnos algo sobre la naturaleza del mundo en el que vivimos. Esto, por su puesto, no representa necesariamente un beneficio para los ciudadanos estadounidenses, sino para los que poseen y administran éstas corporaciones privadas, estos sistemas cuasi-totalitarios, subsidiadas tanto en lo público como en lo privado. En el nivel militar, Estados Unidos tiene un dominio sin par, cosa que no hay que discutir si quiera. Pero es posible que Europa adquiera una mayor independencia, siguiendo algo similar a la visión de Gorbachov. Esto podría atenuar las peligrosas tensiones de la frontera rusa, lo que sería un acontecimiento muy positivo.

Hay muchas más cosas que discutir respecto de estos temores, esperanzas y perspectivas. Existen amenazas y peligros concretos. Existen también muchas oportunidades. Nos enfrentamos nuevamente a ello; pero es la gente más joven la llamada a entender que estas amenazas son las más graves que han surgido en la historia de la humanidad. La guerra nuclear y la catástrofe ambiental, son afrentas literales a la supervivencia. Se trata de preocupaciones urgentes que no dan espera, y que a partir del 8 de noviembre se volvieron apremiantes por las razones que ustedes ya conocen y que también he mencionado. Estos asuntos tendrán que ser afrontados prontamente y y de forma directa, si es que el experimento humano no quiere ser un fracaso terrible.

La primera vez que Democracy Now salió al aire fue en la víspera de las elecciones primarias de New Hampshire, en 1996, el día 19 de febrero de ese año. Democracy Now! comenzó como un programa de radio transmitido en un puñado de estaciones. Hoy en día, más de 5.000 episodios más tarde, Democracy Now! se emite en más de 1.400 canales de televisión pública y estaciones de radio de todo el mundo.

Nota de Rebelión.org:

[1] Pese a las afirmaciones del profesor Chomsky, el FMI está presente en Colombia, en Paraguay, Perú y ha vuelto a Brasil y Argentina hace meses. Con respecto a la afirmación de que no hay bases militares estadounidenses en la región, varias fuentes han reportado que hay decenas de bases militares, 80 según algunos conteos: en Perú, Colombia, Chile y otros. Algunos enlaces sobre estos dos temas:

El FMI en América del Sur:
http://economia.estadao.com.br/noticias/geral,brasil-fecha-acordo-para-emprestar-dinheiro-ao-fmi,10000081443
http://www.imf.org/es/Countries/ResRep/PRY
https://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-308984-2016-09-09.html
http://www.colombia.com/financiero/especiales/2_150101_fmi/colombia_fmi.asp

Sobre bases militares de EE.UU. en América Latina:
http://www.telesurtv.net/news/Llaman-a-erradicar-bases-militares-de-EEUU-en-America-Latina-20160828-0010.html
http://www.cubadebate.cu/noticias/2016/05/11/bases-militares-de-eeuu-en-colombia-apuntan-a-venezuela/#.WG2Lh84n2FI
http://www.laizquierdadiario.cl/Las-bases-militares-de-Estados-Unidos-en-Chile-y-America-Latina

Fuente: http://www.dementesx.com/noam-chomsky-tendran-que-luchar-fuertemente-para-salvar-a-la-especie-humana/
http://www.democracynow.org/es/2016/12/6/from_climate_change_to_nuclear_war

 

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Desconfiar de la desconfianza

Por: Fernando Buen Abad Domínguez

Nada más terrible para un escéptico que tener que confiar en su escepticismo para dudar de sus propias dudas. A fuerza de someterlo todo al fuego de sus resquemores, el escepticismo se vuelve adictivo y funde todo en la nada inclemente de su lógica paralizante. Y muchos confían en eso, dogmáticamente. No confundir con la duda científica.

Por eso ellos necesitan atacar todo “optimismo”, destruir lo que suene a “esperanza”. Necesitan pintar con negro cualquier color y cualquier luz que, incluso débilmente, implique confianza en algo o en alguien. Especialmente si ese algo son los pueblos organizados, con ideas claras y posibilidad de triunfo. Hay muchos casos sueltos. Con sus salvedades.

El escepticismo sabe disfrazarse. Incluso se auto-fabrica gestos de moda y de secta como distintivo secreto para reconocerse entre sí. Una miradita descalificadora, una sonrisita socarrona y unas cuantas “frases hechas” como conjuro ante aquello que pueda inducir a organizarse y tener moral de batalla para cambiar en infierno en el que vivimos. Dudar de todo a toda costa para que nada cambie, para que nada valga, para que todo sea sospechoso, inútil… imposible.

Suele ser expresión de miedos y angustias. En el mejor de los casos es un problema individual, una crisis de personalidad pero en sus expresiones más perversas en una operación ideológica que se ha perfeccionado largamente para -disfrazada como posición progresista- generar resultados conservadores y reaccionarios. Es una forma del pensamiento armada con un sistema ideológico que borra todo aquello que genera mientras va creciendo… para llegar a nada. La duda boba.

El escepticismo más burdo es una forma del idealismo burgués que se esclerotizó en la historia por la trampa lógica que lleva dentro y en la que no hay escapatoria para el razonamiento que quiere salir de las catacumbas y de la postergación. Recorre un arco muy amplio y pleno de matices. Va de los extremos depresivos a los detalles cínicos. No se conforma, nada lo satisface ni hay autoridad que lo detenga. Todo lo contrario, el escepticismo se alimenta con desafíos muy diversos. Cuanto más evidentes son las posibilidades de cambio superador, más se revitaliza la idea de desconfiar, agudamente, como principio y como finalidad. De la palabra Revolución, de sus victorias y sus expresiones más diversas… mejor ni hablar. Para los escépticos se reduce a espejismo.

Pero el escepticismo es también una forma de búsqueda que se garantiza fracasos. Necesita el refugio de la decepción (en alguno de sus grados y matices) para dar sentido a su sinsentido. Por eso el escepticismo triunfador es depresivo e iracundo. Por eso acude a las periferias del sentido a buscar fallas, debilidades o fracturas con las que crea las bases para su siempre moralista conclusión pesimista. “Nada nuevo hay bajo el sol”, la “humanidad es insalvable”, “nada puede hacerse contra los poderes fácticos” y el clásico: “uno nunca sabe”.

Su herencia como “Doctrina filosófica” nos obliga a creer que considera que no existe saber firme ni opinión segura. No es posible el conocimiento y lo único cierto es la duda. Es su manía desconocer la verdad y sus muchos matices nos obligan distinguir los varios rostros del escepticismo como corriente filosófica de los siglos IV a.C. – s. II d.C. y el escepticismo como teoría de moda en tiempos “posmodernos”. Son, porque es su sino, inoportunos, antipáticos y amargos. Siempre en grados diversos según sus grados de creencia (o des-creencia) y según su propia capacidad de adaptación a las frustraciones que les proliferan. Aparecen de mil maneras y “siempre hay uno a la mano”. Suelen ser protagonistas de películas gringas y suelen ser docentes universitarios en las Ciencias Sociales. Ahí son devastadores. Publican libros, conferencias y disertaciones traficadas con toda impunidad, e impudicia, y a la luz de los aplausos que les profieren sus “fans”… tarde o temprano también escépticos que no creen una sola palabra de sus “profes”. O así debiera ser, si son coherentes. Un camino promisorio hacia la nada misma.

Mientras tanto una parte nada pequeña de los seres humanos busca (como puede y con los que tiene) la salida del infierno capitalista en que estamos hundidos y sabe que abrir la puerta requerirá de fuerzas enormes producto de alianzas y acuerdos bien organizados y eficaces. En la base de esos acuerdos anida el requisito de la confianza (crítica si se quiere) que es necesaria para repartir las cargas y las fuerzas rumbo a un futuro que, de valer la pena, ha de incluirnos -por igual- a todos. Y entre debates y acuerdos tal confianza organizada implica saber, aprender, reconocer afirmaciones verdaderas y descartar falsedades. Implica creer en algo y confiar en conquistarlo entre todos y para todos. Sin ingenuidades ni idealísimos. Ya hemos aprendido amargamente de esas trampas.

En ese espacio no hacen falta los “escépticos” ni los “deprimidos” de ocasión. No hacen falta las muecas ideológicas del “desconfiado” full-time ni las desolaciones ensayadas por los fanáticos del pesimismo ocioso y rentable. En general no hace falta ninguna de las payasadas ideológicas burguesas ideadas para desmoralizar o para desmembrar las organizaciones populares que, por su parte, suelen ser toda alegría, confianza y fortaleza moral. En plena batalla.

Otra cosa es la interrogación científica en la dialéctica del conocimiento. Las luchas de la clase trabajadora, en todo el mundo, requieren de dispositivos teóricos y prácticos para someter a debate y superación los idearios, las creencias y las actitudes de cada unos de sus militantes. Para no llevarse sorpresas a la hora de la verdad (que es la lucha revolucionaria) y encontrarse con que alguno anda diletando poemas deprimentes por las calles en lugar de ocupar su lugar, convincente y productivo, donde la lucha exige más creatividad, más entereza y más convicciones dinámicas y firmes. Batalla de las ideas pues, en casa.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=221309

 

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POSTALES: El maestro del miedo

Por: Raymundo Riva Palacio

Nadie interesado en saber por dónde sigue sangrando Alemania puede visitar Berlín sin darse una vuelta por el viejo cuartel general de la Stasi, el Ministerio para la Seguridad del Estado de la extinta Alemania Oriental, que es el ejemplo más puro de lo que fue la perversión del socialismo legado por José Stalin en la Unión Soviética, donde sus pupilos provocaron heridas en la sociedad que durante los 45 años de dominio ruso se espiaron los unos a los otros, provocando que toda una generación después de la reunificación no haya recuperado aún la confianza. La Stasi fue una policía política sofisticada con la cual se controlaba a la sociedad, y cuyo último jefe, Erich Mielke, es descrito como un funcionario más duro, brutal y criminal incluso, que quienes manejaron a la Gestapo nazi.

El antiguo cuartel de la Stasi se encuentra en las profundidades del viejo Berlín Oriental, donde se pueden ver edificios de arquitectura estalinista –inmensos, cuadrados y grises- sin nadie que los habite y cafés con nombres rusos que cerraron hace años. La actividad comercial en el barrio donde se encontraba la Stasi, como muchos otros en Berlín, está deprimida. No hay nada que ver en esa zona de la capital salvo el edificio 1 del desaparecido ministerio, que tenía fichadas a seis millones de personas, espió a más de dos millones de alemanes y reclutó a 180 mil de sus ciudadanos como informantes, que reportaban todo lo que hacían sus vecinos, sus amigos, sus familiares, y en los casos extremos, incluso sus propios esposos y esposas.

Ahí estaba el corazón de la Stasi, el acrónimo de Staats (Estado) y Sicherheit (seguridad), rodeado por lo que fueron los departamentos de inteligencia –el brazo internacional de la política y la diplomacia-, contrainteligencia –el espionaje interno-, operaciones sicológicas, financiamiento, tecnología, y el que revisaba cada una de las cartas y piezas postales que salían o entraban de Alemania Oriental, convertidas hoy en unidades habitacionales. Nadie que no sepa qué había en ese hoyo negro, conocen la pesadilla que se vivía en el número 103 de la Ruschestrasse.

John Koehler, que trabajó en Berlín para la agencia de noticias Associated Press y fue director de Comunicaciones en la Casa Blanca durante el gobierno de Ronald Reagan, apuntó en su libro ‘La Stasi: la Historia No Dicha De La Policía Secreta de Alemania Oriental’, en 2000: “Los tentáculos de la Stasi probaban cada aspecto de la vida. Había oficiales trabajando en todas las principales plantas industriales, y sin excepción, uno de cada persona en cada edificio, era designado para vigilar a sus vecinos y reportarlos al representante de la policía en la zona, que también trabajaba para la Stasi.

“Las escuelas, las universidades y los hospitales estaban infiltrados. Los doctores, abogados, periodistas, escritores, actores y deportistas también. Igualmente eran informantes los meseros y el personal de los hoteles. Los clérigos y las jerarquías católicas y protestantes fueron reclutados en masa como informantes secretos, mientras sus oficinas y confesionarios estaban infestados de sistemas de escucha. Casi 100 mil líneas telefónicas en Alemania Oriental y Berlín Occidental eran escuchadas 24 horas al día por dos mil agentes de la Stasi”.

No había nada de lo que la Stasi no se enterara durante el largo reinado de Mielke, “El Ángel del Terror”, un comunista de cepa que peleó contra los nazis, que fue asesino en su juventud, y peleó en las brigadas internacionales durante la Guerra Civil española. Participó en la Gran Purga estalinista en la Unión Soviética y en la resistencia alemana contra el régimen de Adolf Hitler. Llegó a dirigir la Stasi en 1957, y ahí se mantuvo inamovible hasta que prácticamente lo arrancaron de su austera oficina, ubicada en el primer piso del edificio 1 en enero de 1990, en la debacle final de Alemania Oriental.

Mucho dolor causó Mielke a los alemanes. Según los historiadores, fue el arquitecto de la colectivización de las granjas en Alemania Oriental que forzó la primera emigración masiva hacia Occidente, que lo llevó a idear, para frenarla, la construcción del Muro de Berlín, aunque otros expertos sostienen que fue por iniciativa del líder soviético Nikita Kruschev. Mielke supervisó la creación de policías secretas al estilo soviéticas y guerrillas en todo el mundo. En México, creó corredores para permitir el escape de aquellos a quienes apoyaban en América Latina, proporcionándoles pasaportes falsos, e infiltró al gobierno mexicano.

Mielke, que llegó a ser considerado la persona más poderosa de Alemania después del presidente Erich Hoenecker, fue detenido en diciembre de 1989 por peculado, y en enero de 1990 por alta traición y al igual que el ex presidente, por espionaje telefónico y postal. Finalmente fue juzgado por el asesinato de dos policías en Berlín en 1931, y durante su juicio apareció ante el tribunal sentado en una silla y protegido por vidrios blindados. En la cárcel, le proporcionaron un teléfono rojo similar al que tenía en su oficina, y sostenía conversaciones y daba órdenes imaginarias, porque no tenía línea. Sus facultades mentales iban en detrimento y en noviembre de 1994, el juez determinó que no estaba en condiciones para enfrentar un juicio. En 1995, después de mil 904 días en la cárcel, fue liberado. Cinco años después, murió. El periódico sensacionalista Bild lo reportó así: “Su mal corazón ha dejado de latir”. Con Mielke murió la Stasi, pero no su nefasta memoria ni infame legado.

Fuente: http://www.vanguardia.com.mx/articulo/postales-el-maestro-del-miedo

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Asignatura pendiente

Por: Ana Lilia Herrera Anzaldo

Erradicar de raíz la discriminación, la violencia y los feminicidios es un tema de formación.

En la antesala de la segunda década del siglo XXI, va siendo hora de que nuestro país erradique, para siempre, cualquier práctica de inequidad o desigualdad motivada por el género.

Ello exige la premisa fundamental de fijar que la fuerza y la talla no son símbolo de superioridad, pues los seres humanos nos convertimos en una especie superior no por nuestra fuerza, velocidad o agudeza de los sentidos, sino por la inteligencia. Lo relevante es ejercitar la razón.

El propósito de la igualdad entre hombres y mujeres, y los principios de no discriminación están orientados a destacar la dignidad del ser humano y establecer los valores de las personas como un baluarte para la vida y para el desarrollo social, tomando en cuenta un ámbito cultural y educativo que otorgue mejores condiciones sociales a la gente.

Son muchos los documentos y manifiestos que a lo largo de la historia se han esmerado en proclamar la equidad de la mujer respecto al hombre, tal como la Carta o Declaración Internacional de los Derechos Humanos, la cual expone la necesidad de un pleno desarrollo y progreso de la mujer en todos los ámbitos de la sociedad.

Hoy, en México y el mundo, tenemos marcos normativos, información e indicadores que ya desagregan por género diferentes fenómenos, pero erradicar de raíz fenómenos como la discriminación, la violencia y los feminicidios es un tema de formación.

La desigualdad social no es superioridad. Se debe de convencer de que el rico no es superior al pobre, o el blanco sobre el moreno, el más instruido sobre el menos educado; el católico sobre otras religiones; el que nació aquí sobre el que nació allá; el mestizo sobre el indígena; el religioso sobre el ateo; el sano sobre el enfermo; el capacitado sobre el discapacitado; el joven sobre el viejo; o el adulto sobre el niño. La igualdad debe ser un horizonte en todos los ámbitos.

Es urgente, desde la escuela, fijar la idea de que los hombres y las mujeres somos y seremos diferentes, pero ello no nos hace superiores o inferiores entre nosotros. La percepción y la inequidad son construcciones sociales que reclaman con urgencia cambios sociales dirigidos, como el que se logró con la política de población implementada en nuestro país en la década de los años 70 y que redujo de manera notable el número de hijos por pareja.

Así como las máquinas no pueden estar construidas de partes iguales, la sociedad se compone de seres diferentes que, en conjunto, deben perseguir el mismo fin: el bienestar de todos. Equidad no es que todos hagan lo mismo, sino que todos nos pongamos de acuerdo en función de nuestras capacidades y habilidades.

La inequidad de género que aún persiste en diversas regiones de nuestro país es –a querer o no– una forma de discriminación. Es urgente consolidar la idea de que el tratamiento subordinado de la mujer es una forma de discriminación tan atroz como la discriminación racial, religiosa, de clase o por alguna discapacidad.

Sin duda, hoy debemos plantearnos la formación en valores y en la defensa de nuestros derechos como personas desde el hogar, pero la escuela debe constituirse en una plataforma de inclusión, solidaridad y promoción de la igualdad.

El objetivo es extender la igualdad y el respeto de nuestros derechos a todos los campos de la vida social, empezando por la relación hombre-mujer, a través de asignaturas que desde la educación básica eduquen para lograrlo.

Por ello, hoy resulta indispensable una auténtica herramienta de cambio en el desarrollo de mujeres y hombres, como la implementación de una estrategia educativa transversal en materia de derechos humanos de las mujeres y perspectiva de género, que se centre en transformar los patrones culturales y enseñe a las niñas, niños y adolescentes, entre otras cosas, a identificar la violencia, a no generarla y a denunciarla.

Fuente: http://www.vanguardia.com.mx/articulo/asignatura-pendiente

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La edad del futuro

Por: Nieves y Miro Fuenzalida

El mensaje sutil de la época es que el pasado es una perdida de tiempo y lo único que importa es llegar al futuro tan rápido como sea posible. La época del tecno-futurismo con largo alcance ha llegado. Y es muchísimo mejor que el patético presente.

La posesión del conocimiento, que una vez significó la comprensión del pasado, ahora es la habilidad de hacer predicciones. Conocer o predecir el futuro es mucho mas productivo y rentable que estudiar el pasado. Y para ello, en lugar de leer las hojas de te, mirar la bola de cristal o tirar el I Chi, podemos usar el instrumento científico apropiado, es decir… “Big Data”, la aplicación de las matemáticas a enormes cantidades de datos para inferir probabilidades.

En el 2011 el Foro Económico Mundial anuncio que “Big Data” debe ser considerado como una nueva clase de activo económico, algo que uno puede poseer y gozar de sus beneficios. Es la energía que lleva al futuro. “Big Data” es la primera aplicación tecnológica del siglo XXI cuyo único propósito es conocer lo que viene. Starbucks, Walmart, Amazon, Google, Target, Adidas, etc. ahora pueden saber quien, que, cuando, como y donde pueden vender exactamente sus productos. El jefe ejecutivo de la firma FICO, por ejemplo, con todo atrevimiento ahora puede anunciar… “nosotros sabemos donde tu vas a estar mañana”. Hay múltiples maneras de coleccionar datos… cuando clicleamos el internet, cuando compramos, cuando hablamos por teléfono, cuando vamos al banco, cuando estamos en el trabajo, etc. etc. Cada acción que emprendemos es aprovechada para generar probabilidades acerca de que acción vamos a tomar. Las grandes Corporaciones invierten billones de dólares en esquemas para convertir el mundo en datos. Lentamente van mejorando mas y mas la habilidad para influir y darle forma al porvenir.big-data

¿De donde viene este afán por el futuro? Si consideramos los datos antropológicos encontramos que desde el Homo erectus hasta el comienzo de la civilización mesopotámica el humano no vivió en el flujo segmentado que caracteriza nuestro tiempo. En aquellos tiempos no había pasado ni futuro. Solo el gran presente. Las sociedades tradicionales lograban la predictibilidad “transformando el tiempo cíclico en círculos”. La seguridad se encontraba en seguir haciendo lo que siempre se había hecho. La noción de medir las épocas en décadas y centurias solo ocurrió en 1890. La revolución industrial trajo el fin del orden tribal y con ello la seguridad que el conocimiento de nuestro   origen y destino nos daba.

¿No será entonces, si consideramos esto, que la obsesión contemporánea por adueñarse del futuro es el intento de recuperar la seguridad por otros medios? Según el filósofo español Innerarity hoy operamos, no con el conocimiento del futuro, sino con la ignorancia estructural del porvenir que se cierne sobre todo lo que la era industrial y digital ha traído, llenándonos con ansiedad y presentimientos de colapso. Llegar rápidamente al futuro con la ayuda de los medios científicos es el intento cada vez mas elaborado de compensar por nuestra falta de certidumbre social. El surgimiento de “Big data” y la iniciativa tecnológica empresarial encuentran su raíz en este deseo inconsciente de volver al tiempo en que no teníamos que saber que viene después porque, simplemente, no había después… solo el eterno presente.

El impulso al futuro, que siempre encontramos presente en los procesos cognitivos humanos, es bien diferente de la retorica futurística del complejo tecno industrial. La búsqueda del futuro ha sido, primariamente, saber que es lo que va a pasar para evitar cambios peligrosos y desestabilizantes. La idea es ver el peligro, esquivar el escollo y mantener, tanto como sea posible, nuestra forma de ser. El discurso futurista corporativo que hoy encontramos, en cambio, tiene como objetivo interrumpir, alterar e inventar   todo y cualquier cosa tan pronto como sea posible.

Donde mejor se ve esto es en el intento de un influyente sector tecnológico de lograr “la singularidad” , de vivir lo suficiente para ser integrado en la conciencia virtual o cerebro global conectado a la maquina digital que, al extenderse a todo el universo, culminara con el alumbramiento sublime, un estado libre de toda limitación temporal, física y mental. Un eterno presente.

Resultado de imagen para big data¿Es del todo claro que todo este transhumanismo va en dirección del mejor interés del ser humano? ¿No será que todo este proceso tiene mas que ver con creencias que con ingeniería y ciencia? Según el consenso de la comunidad científica estamos a miles de años de una inteligencia no-biológica. En la edad del “Big data”, dice el critico cultural Hal Niedzviecki, en lugar de un conocimiento significativo del futuro, lo que tenemos es la promesa de ese conocimiento. Creemos que el mapear todos los aspectos del mundo físico y mental tiene el potencial de crear un mundo virtual paralelo de maleabilidad infinita capaz de llevarnos a un estado de absoluta certidumbre e inteligencia sin limite, a pesar de que la evidencia muestra que el precio de esta certidumbre es la perdida de las libertades cívicas y del derecho a no ser vigilado por las Corporaciones y el Estado.

El punto no es si realmente podemos conocer el futuro. El punto es la historia que nos contamos acerca de el. Lo que importa mas que su conocimiento, dice Niedzviecki, es el sentimiento de control que podamos lograr sobre el porvenir. Es creer que la cuantificación, alteración y ruptura es innovación y progreso.

Los tres últimos cambios tecnológicos mas grandes de nuestra historia, comenzando en 1890, han sido la invención del motor a vapor, el dominio de la electricidad y el surgimiento de la computación. Todo lo que hoy hacemos se construye en base a estas tecnologías. Lo que hacemos en el siglo XXI es el legado del siglo XIX. Nuestra supuesta era de “ruptura”, comparada con estos tres cambios, es mucho menos innovativa de lo que parece… la televisión en el teléfono, el telegrama en el tweetter, el libro en la tableta digital. Lo curioso es que todas estas revoluciones masivas no han transformado en lo mas mínimo nuestra inclinación al saqueo de los débiles, de las otras naciones o de la naturaleza. Lo que ha cambiado es que ahora el saqueo es mucho mas grande y mucho mas rápido, por lo que cada vez van quedando menos lugares para seguir con el pillaje. El precio de acelerar el consumo a través de la tecnología y consecuentemente organizar la vida alrededor de el puede, finalmente, destruir las condiciones ecológicas que sostienen la civilización y reclamar la existencia de toda la especie. Lo que la industria llama innovación es, en realidad, la inauguración de nuevas formas de consumo.

Todos los cambios tecnológicos han favorecido la replicación de nuestros genes. Mas gente vive mas tiempo. Progreso, desde el punto de vista de la evolución biológica, es la capacidad de sobrevivencia de la especie. El animal humano, no solo ha sobrevivido, sino que se ha ubicado en la cúspide de la cadena alimenticia… por ahora. La verdad es que con el tiempo nuestra conducta hace cada vez mas problemática la sobrevivencia humana a largo plazo.

En la era de la revolución informática y la carrera al futuro todo fluye y la estabilidad   es bien difícil de encontrar. La desigualdad económica aumenta, la clase media desaparece, la educación no garantiza trabajo y, mucho menos, uno significativo. Desempleo, subdesempleo, rebaja de salarios y pobreza son la norma ¿Por qué, a diferencia de la revolución industrial que no produjo perdida de trabajo, la innovación informática ha creado un ejercito de desempleados? La respuesta esta en la interconectividad digital que ha sido posible gracias a mas pequeños y baratos procesadores que permiten aumentar la producción sin la necesidad de emplear mas gente o aumentar los salarios.

La cuestión, sin embargo, es esta… si la red tecnológica es tan buena para todos ¿por qué, entonces, el mundo tiene que sufrir tanto con la expansión de la tecnología informática? Muy pronto tendremos camiones sin choferes, barcos sin tripulación, aviones comerciales sin pilotos, laboratorios sin técnicos, hospitales sin doctores, farmacias sin farmacistas. Producción con menor costo. Pero … ¿qué va a pasar con estos millones de servidores? La computarización ha provocado la desaparición masiva de trabajos… desaparición que todavía no termina. No seria arriesgado decir que por primera vez en la historia humana los trabajos se pierden, no se crean, con la tecnología. Digamos, seres humanos reemplazados por un futuro mas eficiente.

¿Qué se putecnologiaede hacer con un sistema basado en la interrupción sistemática? La primera opción es… nada. El futuro viene y no podemos pararlo… “ la innovación es un fuerza impersonal”, y la única manera de sobrevivirla es darle la bienvenida y adaptarse, dice la elite informática. La estabilidad es obsoleta. La ansiedad que plaga la época no es tanto el rechazo al cambio, como el miedo a fracasar en medio de el, de quedar atrás en la carrera del futuro.

La segunda opción es la salida del futuro, el rechazo a la tecnotopia, el abandono de la ideología prevalente. Los que van a quedar atrás, según los survivalistas, son los que frenéticamente persiguen el futuro. Los survivalistas, por el contrario, se preparan para la catástrofe por venir, para la caída del sistema… guardan comida, agua, medicamentos y municiones para tres meses, suficiente para sobrevivir los primeros días. Al igual que muchos ecologistas, indigenistas y libertarios, no anhelan el futuro, anhelan el pasado, el retorno a un tiempo mítico cuando todo era simple, estable, con pequeñas ciudades, granjas y tiendas de abarrotes y la gente estaba en control de sus destinos en lugar de ser datos para el gobierno o las empresas privadas. Es el anhelo de la renovación de una vida tribal que surge de las ruinas del posmodernismo cibernético.

Nuestra alternativa entonces, según esto, estaría en la redención tecnológica o en la vuelta al pasado. ¿Cierto?… Bueno, no realmente. La carrera al futuro esta saboteando el futuro y la vuelta a un pasado estable y harmónico es imposible. Nunca ha existido.

Luego… ¿con qué nos quedamos? ¿No será hora de cancelar la esperanza y parar de creer que todo va a mejorar? Los que han venido luchando por un mundo diferente, según la opinión del escritor Paul Kingsnorth, están perdiendo y seria mejor reconocerlo, antes que seguir mintiendo. La economía de consumo no va a cambiar y no vamos a parar la emisión de carbón. Esta es una sociedad global que se esta desmoronando y, a pesar de ello, es incapaz de cambiar de conducta.

La cosa, dice Kingsnorth, no es prepararse para el apocalipsis, sino ajustar las expectativas para vivir a través de algcontaminacion16o que ya esta ocurriendo. No el fin del mundo, sino su deterioración y declinación inevitable, a veces imperceptible, de la que da cuenta la ciencia. Es el reconocimiento, dice el ecologista Robert Jensen, “de que cada sistema que regula la vida moderna no esta a la altura de la tarea. Y no hay manera de reformar esto. La revolución no viene…”

¿Es esto la admisión de nuestro fracaso? ¿Y de que frente al fracaso lo único que nos queda es tratar de mantener algún sentido humano en un mundo que se desploma?

Fuente: http://www.surysur.net/la-edad-del-futuro/

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Las religiones minoritarias son las más cultas

Por: Diario Uno

Un estudio mide el impacto de las religiones sobre el nivel educativo de sus adeptos.

La religión no influye en el nivel de educación de sus adeptos de igual forma en todas partes, ha descubierto un estudio que ha analizado el impacto de una confesión religiosa sobre el nivel de educación de sus adeptos en más de 70 países, del que informa Daily Science.

El estudio ha puesto de manifiesto que hay países en los cuales los adeptos son más educados que los otros habitantes, y países en los que los adeptos de una confesión tienen un nivel educativo medio inferior al de su entorno. También que hay países en los que no hay diferencias entre el nivel educativo de la población y el de los adeptos de una confesión religiosa.

El impacto varía en función del contexto en el cual se desarrolla cada confesión religiosa, ha determinado este estudio, si bien ha podido establecer un hecho destacado: cuanto más minoritaria es una religión en un país, más posibilidades tiene de alcanzar un nivel de educación más alto entre sus seguidores.

Para explicar esta constatación, los investigadores avanzan posibles hipótesis. Las minorías pueden compensar su diferencia invirtiendo en la educación de los miembros de su confesión. Si son discriminados por motivos religiosos en el colegio o el trabajo, los adeptos de una confesión minoritaria pueden compensar esta discriminación incrementando su nivel educativo.

Si por el contrario, los miembros de una confesión minoritaria son impulsados al exilio, el bagaje cultural es lo único que pueden llevarse consigo, independientemente del lugar de destino.

También consideran que los miembros de una confesión religiosa minoritaria pueden reforzar vínculos sociales más estrechos en su comunidad si destacan en sus estudios, lo que puede explicar la constatación de que los miembros de las religiones minoritarias muestran un nivel de estudios superior al de su entorno.

Los estereotipos pueden influir también en este fenómeno social, ya que están asociados a determinados colectivos que pueden influir en su comportamiento educativo. Un ejemplo que apuntan los investigadores es el de los asiáticos en Estados Unidos, a los que socialmente se les considera que son buenos en matemáticas.

Si este estereotipo puede llevar a muchos miembros de la comunidad asiática de Estados Unidos a especializarse en matemáticas, de la misma forma cualquier otro estereotipo vinculado a una confesión puede determinar un compromiso especial con la educación entre sus adeptos.
Confesión y educación

La investigación sobre las religiones se asocia frecuentemente a un tipo de actitud hacia la educación. Para los protestantes, por ejemplo, es importante que cada miembro pueda leer por sí mismo la biblia, por lo que hay que saber leer muy bien.

Esta necesidad ha llevado a esta confesión a abrir escuelas para enseñar a leer, y al mismo tiempo, para enseñar todo lo demás.

Según los investigadores, muchos estudios han comprobado que los países de religión protestante fueron alfabetizados antes que los países de confesión católica.

La investigación se basó en un estudio realizado en más de 70 países por el proyecto internacional World Value Survey, que analiza la evolución de los valores y creencias a lo largo del mundo.

Gracias a este estudio, hemos obtenido informaciones sobre el nivel de estudio de los habitantes interrogados, así como de su confesión religiosa, dicen los investigadores. Para cada religión, nos preguntamos si existía un vínculo entre la confesión religiosa y el nivel educativo. De esta forma, pudieron comparar el impacto de cada religión en el nivel educativo de sus adeptos en cada país, así como entre diferentes países.

Las confesiones estudiadas fueron siete: catolicismo, protestantismo, ortodoxos, budistas, islam, judaísmo e hinduismo.

Fuente: http://www.diariouno.com.ar/a-fondo/las-religiones-minoritarias-son-las-mas-cultas-20170107-n1317162.html

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