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Nuevos paradigmas en la educación.

Si los sistemas educativos insisten en mantener los métodos de enseñanza basados en la memoria y la rigidez en los procesos de evaluación, están destinados a repetir fracasos y a desperdiciar el talento y la curiosidad natural de millones de niños, adolescentes e incluso adultos de todo el mundo.

Por:http://www.diarionorte.com/

Uno de los más destacados investigadores en tecnologías de la educación del mundo, el profesor nacido en la India, Sugata Mitra, advierte que uno de los errores más frecuentes que se cometen en las escuelas de casi todo el mundo es enseñar a partir de la creencia que memorizar es igual a saber. En realidad, se trata de un principio que ha guiado a la educación durante siglos bajo el dominio de algunas herramientas básicas en el aula: la tiza, el pizarrón, el lápiz y el papel. Pero con el advenimiento de las nuevas tecnologías, y el uso cada vez más extendido de pantallas táctiles en celulares, tabletas y computadoras por parte de personas de distintas edades, los modos tradicionales de enseñanza comienzan a demostrar su incapacidad para atraer la atención de los alumnos.

En ese sentido, resulta más que interesante el experimento que llevó a cabo el profesor Mitra en uno de los barrios más pobres de Nueva Delhi, al colocar computadoras con acceso a banda ancha en una especie de gabinete escondido detrás de una pared, con un agujero, para que los niños que nunca habían visto una PC y no conocían de internet, pudieran usarlas libremente sin que nadie les enseñara nada sobre el funcionamiento de la máquina. Los resultados fueron sorprendentes: los niños, aún sin conocimientos previos sobre informática, demostraron que eran capaces de utilizar en forma correcta la computadora, y sin ningún adulto que les indicara los pasos que debían dar. Sugata bautizó a su experimento como Educación Mínimamente Invasiva y, entusiasmado por los hallazgos, decidió replicar la experiencia en varias localidades de zonas rurales de la India, donde obtuvo resultados similares. El experto actualmente dicta clases sobre tecnologías educativas en la Universidad de Newcastle, Inglaterra, donde concede entrevistas a medios de todo el mundo para explicar los alcances de sus investigaciones, y para promover la incorporación de las tecnologías informáticas en las aulas.

A quienes estén dispuestos a escuchar, Sugata repite una y otra vez que otros de los pecados de la educación formal es que se sigue creyendo que el alumno debe tener en su cabeza la mayor cantidad de datos posibles por si los necesita algún día. El problema, advierte el investigador, es que en los tiempos que corren, con potentes buscadores como Google, conexiones a internet y con millones de datos al alcance de un click, esa concepción de la educación queda obsoleta, ya que el mismo proceso de búsqueda que hoy realizan a diario muchas personas a través de las redes informáticas también implica un proceso de enseñanza – aprendizaje. “En un mundo ideal, deberíamos tener grandes escuelas con grandes profesores absolutamente en todos lados. Sin embargo, la realidad es que siempre habrá lugares donde buenos profesores no puedan o no quieran ir. Si vamos a nivelar la cancha de la educación en el mundo, necesitamos un sistema alternativo que también prepare a los niños a entrar a un ambiente de trabajo tecnológico. Ayúdenme a construir una escuela en la nube, un laboratorio de aprendizaje en la India donde los niños se puedan embarcar en aventuras intelectuales al sentirse atraídos y conectados con mentores e información en línea”, plantea el investigador indio.

Como sucede con muchos innovadores, sus ideas encuentran resistencia en los sistemas formales de educación. Sin embargo, expertos de organizaciones internacionales como la Unesco coinciden con él en la necesidad de buscar nuevos paradigmas para la educación y aseguran que, más allá de las diferencias de criterio sobre cuáles son los métodos que se deben emplear en las aulas, una cosa es segura: en el futuro el aprendizaje deberá ser digital, abierto y flexible.

Fuente: http://www.diarionorte.com/article/142858/nuevos-paradigmas-en-la-educacion

Imagen: https://cambiemoslaeducacion.files.wordpress.com/2015/07/nuevo-paradigma-educativo-gnomo-ix1.jpg

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Chile: Regionalización, mayor fracaso del sistema actual

Por: Arturo Alejandro Muñoz

La idea que emana de la realidad actual no es otra que vivir en Santiago y morir en regiones. Eso es lo que muy en concreto ofrece el sistema de una regionalización fallida, una regionalización «Cau-Cau», como el puente de la vergüenza.

Que Chile ha avanzado en varios aspectos y materias, no hay opinión que lo desmienta, aunque el costo ha sido demasiado alto y, como de costumbre, quienes lo han pagado con mayor esfuerzo y dolor son los mismos de siempre, los llamados ‘moya’, el pueblo.

Sin embargo, ha habido también fracasos sustantivos, de esos que provocan incertidumbres a la hora de hablar del futuro ya que se mantienen en el tiempo como si no tuviesen solución. Sin duda alguna, el fracaso más sonado y permanente que ha caracterizado a todas las autoridades nacionales desde hace cuatro décadas es la fallida regionalización. Un fiasco total. No es fácil administrar centralizadamente un país que tiene 4.329 kilómetros de costa… el más largo y extenso del planeta. No es fácil, pero seguir haciéndolo a pesar de los datos y argumentos incontrarrestables existentes, es una aberración administrativa, política y económica.

La insoportable mega concentración de bienes y servicios en la ciudad capital ha provocado el incremento del sempiterno proceso de migración interna, ya que esa urbe (Santiago) viene actuando como imán que atrapa a miles (millones quizás) de personas provenientes de regiones y zonas alejadas, toda vez que las oportunidades de trabajo y emprendimientos resultan ser más potentes en la metrópolis, donde además los provincianos encuentran respuestas a todas sus necesidades sociales, culturales, recreativas, etc.

En Economía se argumenta (o se define) que «Producir» es simplemente agregar utilidad económica a un bien o a un servicio. Sin ese ‘agregado’, la producción no es más que una creación económicamente inútil, ya que no ingresa al mercado, a la corriente económica. Pareciera entonces que desde hace muchos años, es en la capital del país donde resulta posible agregar mayor utilidad económica a todo lo que se produce en Chile, mucho de lo cual, preferentemente en el área de servicios, se crea, se inventa, se estructura, en Santiago.

En nuestro país la máxima para un amplio y significativo porcentaje de la población –en cuanto al desarrollo de la existencia humana- es la siguiente: «trabaja y crece económica y profesionalmente en Santiago, alcanza allí el mejor nivel de vida que puedas lograr…pero, una vez que jubiles, te pensiones o envejezcas, regresa a tus raíces provincianas donde la tranquilidad, el orden, la seguridad y la belleza escénica serán tus mejores compañeras». La idea que emana de la realidad actual no es otra que vivir en Santiago y morir en regiones. Eso es lo que muy en concreto ofrece el sistema de una regionalización fallida, una regionalización «Cau-Cau», como el puente de la vergüenza.

Ya en cuestiones políticas queda marcada la controversia, pues cualquier decisión referente a ese tema (incluyendo nominaciones de candidatos a cualquier cosa en lugares que los dirigentes políticos santiaguinos ni siquiera podrían ubicar medianamente en el mapa) son facultades que se arrogan las tiendas partidistas capitalinas. De hecho, la mayoría de los ‘representantes’ políticos de regiones en el poder legislativo, no son ni han nacido ni trabajan ni conocen esas regiones que pretenden representar. Muchos de ellos gustan de aprender sobre la marcha, pues se radican en la región una vez que resultan electos. ¿Cómo podríamos llamar a eso? ¿Falta de respeto, frescura, cinismo? Sus tiendas partidista los avalan, ninguneando de manera despectiva e incluso clasista a los habitantes de regiones… algo así como repartir la torta sólo entre sus adláteres de mayor ‘prosapia’ familisterial.

En estas cuestiones políticas, los partidos ‘santiaguinos’ abren puertas a la participación del «perraje» regional sólo en lo que respecta a comicios edilicios, preferentemente (y casi exclusivamente) en las conformaciones de los cuerpos colegiados conocidos como Concejos Municipales. Ahí el ‘garumaje’ que cada partido tiene en las regiones cuenta con visto bueno para participar en calidad de candidatos… sólo ahí, pues en todo lo demás Santiago manda, ordena y dispone.

Si alguien pensaba que sólo en los regímenes comunistas las decisiones, todas ellas, eran tomadas por un «comité central», se equivocó, pues en sistemas como el nuestro (capitalista neoliberal) ocurre lo mismo, y tal vez con mayor intensidad. Claro que en el caso chileno el ‘Comité Central’ se llama Santiago del Nuevo Extremo.

Seguramente usted refutará esta opinión argumentando que el poder judicial se encuentra sito en Valparaíso, pero entonces yo debería contra preguntar: «¿y Valparaíso tiene por ello un grado de mayor autonomía en las decisiones que esa región necesita?». Fin de la discusión.

En asuntos judiciales la cuestión pasa de gris a oscuro de un sólo paraguazo. Se trata nada más que de un ejemplo cualquiera, pero que arroja luz sobre lo que se ha escrito en las líneas anteriores.

Vea usted; un chileno que fue demandado por su cónyuge o pareja para el pago de pensión de alimentos en beneficio del hijo o los hijos de ambos, y que ha pagado sagradamente cada mes sin faltar nunca a su responsabilidad, cuando llega el momento de poner término a la pensión de marras (porque los causantes de ella, los hijos, ya están más que mayorcitos y superaron los 28 años de edad), tiene que solicitar una mediación previa al juicio de término de pensión.

Pero, tal mediación (al igual que el juicio posterior) se debe realizar en la ciudad donde se produjo la demanda por pensión de alimentos. Entonces, si la demanda fue aprobada en un tribunal de Valparaíso y el alimentante (quien paga la pensión) trabaja y vive en Punta Arenas desde hace años, tendrá que viajar a Valparaíso para comenzar el trámite respectivo. ¿Y la regionalización, qué? Nada de nada.

Lo siento amigo santiaguino, pero incluso en materias culturales la capital del país se ha transformado –desde hace siglos-en un insaciable monstruo que fagocita literatura, música, arte en general y creatividad ajenas. Se apropia de todo y de todos. «Para preservarlo», dicen. Gabriela, Pablo (Neruda), Pablo (de Rokha), Violeta, Roberto ( Matta), Nicanor, Claudio (Arrau), Pacheco Altamirano, Óscar Castro, Isabel (Allende), Francisco Encina, el doctor Alfonso Asenjo (eminencia mundial en neurocirugía), José Maza (astrofísico de renombre planetario), el doctor Bernardo Arriaza (también eminencia mundial , pero en Bioarqueología), por mencionar solamente a algunos, son todos ellos «provincianos» (a excepción de nuestra Premio Nacional de Literatura, Isabel Allende, que nació en Lima, Perú).

Y, bueno… O’Higgins nació en Chillán, al igual que Arturo Prat. Y si hablamos de música popular, nos obligamos a reconocer que algunos de los principales cantantes y grupos con éxito en el mundo son provincianos, como Arturo Gatica (Rancagua), Antonio Prieto (Iquique), Los Jaivas (Viña del Mar), Illapu (Antofagasta), Los Ángeles Negros (San Carlos, región del BioBio), Tito Fernández (Temuco), etcétera. Incluso en asuntos de comunicaciones y televisión, Mario Kreutzberger («Don Francisco»), galardonado también en EEUU, es un talquino de tomo y lomo. Todos ellos, sin excepción, han sido fagocitados por ese monstruo llamado Santiago, o mejor dicho, por la bestia que conocemos con el nombre de «Regionalización Cau-Cau o fallida» .

No he querido (ni sabido) aportar detalles concernientes a cuestiones meramente económicas que hacen de la fallida regionalización un asunto digno de arcadas. Algunos economistas podrían entregar datos, cifras y opiniones contundentes en lo referido a asuntos económicos que se desglosan negativamente de esta regionalización castrada. Ojalá lo hagan, el país lo requiere con urgencia

Fuente: http://www.aporrea.org/internacionales/a234605.html

Imagen tomada de: http://www.plataformaurbana.cl/archive/2007/03/27/nuevas-regiones-chile-nuclear-o-descentralizado/portada_copia0/

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Orlando Fals Borda: Las Revoluciones inconclusas en América Latina

Por Álvaro Cepeda Neri

De 1973, cuando la crisis inmobiliaria estadounidense e inglesa, a 2015 cuando los trabajadores de Air France se rebelaron, van 14 avisos de que el capitalismo ya no sale como antes de sus crisis. Y que la democracia representativa ha dejado de resolver los problemas nacionales y del mundo, creando más enfrentamientos del capitalismo y esa democracia mediante el sufragio, con los pueblos a través del descontento de la democracia directa.

Escapista desde 1776 (el liberalismo económico con Adam Smith), el capitalismo encontró su callejón sin salida al llevar a sus últimas consecuencias al neoliberalismo. Y el calentamiento global está confirmando lo que Carlos Marx, y menos duramente Keynes, le imputaron al capitalismo por sus abusos de los recursos naturales y de la mano de obra, extrayendo oxígeno en las utilidades de las finanzas por donde el flujo del capital se asfixia. Y no hay recetas para revivirlo, a menos que ponga la economía al servicio de la humanidad, y evite que el capitalismo pase “de un ardid a otro… de recargar 10 veces sus baterías según las circunstancias coyunturales y seguir permaneciendo… suficientemente fiel y semejante a sí mismo” (Fernand Braudel, La dinámica del capitalismo).

II- En ese parteaguas del final del capitalismo o reinventarse, las protestas populares, el terrorismo religioso, la pobreza, la incapacidad de las élites gobernantes para solucionar problemas, la voracidad de los capitalistas por mantener a toda costa ganancias… se vuelven a presentar las demandas contra las desigualdades económicas (Joseph E Stiglitz, La gran brecha. Qué hacer con las sociedades desiguales. Taurus), con revueltas que genera el descontento social, la austeridad gubernamental que cancela gasto (Mark Blyth, Austeridad, historia de una idea peligrosa. Editorial Crítica). Y se renuevan los síntomas de subversiones populares en busca de revoluciones políticas. Un ensayo a propósito del tema es el del intelectual y luchador Orlando Fals Borda (1925-2008): Las revoluciones inconclusas en América Latina: 1809-1968; de quien el periodista Luis Hernández Navarro nos da un esbozo biográfico (La Jornada, 19 de agosto de 2008). El texto desarrolla la hipótesis de que nuestras revoluciones no lograron terminar en sus planteamientos. De la misma forma, el gran historiador Herbert A L Fisher (Historia de Europa), sostiene que en este continente, salvo en Estados Unidos, “las revoluciones domésticas que ni han llegado a final”.

III. Fals Borda propone que por inconclusas “existe ya una bomba política de tiempo… la decisión de cómo utilizar en la mejor forma posible esa fabulosa energía social acumulada bien puede ofrecer un momento decisivo –y estelar–, para el desarrollo de América Latina. Pero sólo hasta ahí puede llegar la predicción… la revolución mexicana ha venido deteniendo el primer impulso revolucionario y frustrando su inicial promesa… y que estos “momentos de conflicto y tensión… se viven hoy en muchas partes del mundo, es un momento subversivo en el mismo sentido futurista, constructivo y positivo que tenían los fundadores de las repúblicas americanas”. Y recomienda que para completar las conquistas prometidas, los pueblos han de recobrar sus concepciones antipobreza donde minorías y mayorías estén en igualdad ante la ley y los derechos humanos. Trabajador intelectual, este autor expuso sus tesis en forma de conferencias en el Royal Institute of International Affairs; en la London School of Economics y las universidades de Oxford y Essex.

Fuente: http://www.voltairenet.org/article192453.html

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Un horizonte para transformar la educación

Confieso de entrada que estos párrafos estarán cargados de optimismo. Puede que resulte extraño ya que, en general, los artículos vinculados con educación tienden a mostrar un panorama desolador, debido a que los indicadores en la Argentina son, cuando menos, preocupantes. Los bajos niveles de aprendizaje, las altas tasas de deserción, el elevado nivel de ausentismo de alumnos y docentes, y el clima escolar que peor mide en la región dejan poco espacio para celebrar. Sin embargo, intentaré argumentar las razones que me llevan a confiar en que las condiciones para una transformación educativa se están generando.

Se están abriendo canales de diálogo inter-sectorial. El lanzamiento del Compromiso Nacional por la Educación que realizó Macri el 12 de este mes, poniendo a la educación en el centro de la agenda nacional, representó una muestra cabal de la disposición de distintos sectores -público, social, empresarial, gremial, prensa- que vienen dialogando a fin de lograr acuerdos indispensables para posicionarnos en el camino hacia un sistema de calidad. Este gesto cargado de simbolismo augura un proceso de diálogo continuo hasta consensuar, hacia fines de año, una visión educativa para lel país.

El diálogo entre sectores genera impacto real. Un ejemplo concreto es la colaboración que se verifica entre las organizaciones vinculadas a la educación rural y el gobierno nacional a través de la planificación de acciones conjuntas. El intercambio de buenas prácticas aumenta la probabilidad de que los esfuerzos de ambos sectores se fortalezcan y de que el Gobierno pueda llevar a escala acciones de las ONG que poseen años de experiencia en el campo. En unos meses se realizará el primer encuentro público-privado para la mejora de la calidad educativa de escuelas rurales y agropecuarias.

El Instituto Nacional de Educación Tecnológica, INET, que trabaja a un ritmo sin precedente, nos muestra también la disposición al diálogo intersectorial. Tras realizar encuestas y entrevistas a empresas y expertos del sector, esta agencia publicó recientemente el informe «Demanda de capacidades 2020». El estudio definió la dinámica y tendencias de los sectores productivos argentinos y concluyó que existe una demanda laboral insatisfecha causada, mayormente, por la escasez de competencias técnicas vinculadas con el conocimiento de las distintas disciplinas. Así, el INET podrá diseñar e implementar políticas educativas que adecúen la educación a las necesidades del sector productivo.

Estos ejemplos son apenas una muestra. El mes pasado, en el Pre Foro de Calidad Educativa realizado en Córdoba, el ministro de Educación de esa provincia, Walter Grahovac, expresó que en los últimos meses vio un Consejo Federal de Educación renovado y con diálogo abierto. También el ministro de Educación de Mendoza, Jaime Correas, ha expresado que estos encuentros de ministros de todas las provincias se han vuelto sumamente productivos por la apertura que todos están demostrando.

El horizonte promisorio, lejos de satisfacernos, debería interpelarnos más que nunca. Al Ministerio de Educación de la Nación y los ministerios provinciales, para cumplir sus promesas de aplicar la prueba «Aprender» en todo el país el próximo octubre; también, a trabajar para lograr la aprobación del Instituto Nacional de Evaluación de la Calidad Educativa en el Congreso, y comprometerse a fortalecer los procesos de formación inicial y continua de docentes, a fin de llevar a las aulas formatos de innovación pedagógica y tecnológica que devuelvan a nuestros niños y jóvenes la curiosidad por el aprendizaje y el conocimiento.

Por otra parte, la sociedad civil debe unirse para acompañar y contribuir con estos procesos, pero a la vez debe exigir un plan de acción que trascienda el período de gobierno. Aprobar una ley nacional de educación a diez años debería ser un tema que nos desvele como sociedad. Un cambio educativo es una tarea de tal complejidad que requiere un faro que ilumine el rumbo más allá de lo que dura un gobierno. Es necesario implementar un Observatorio de la educación, independiente del gobierno, que mida el alcance de las metas fijadas en el plan de acción nacional.

Todo esto requiere de diálogo, acuerdos y colaboración, para poder cumplir con los enormes desafíos que enfrentamos. Vuelvo al optimismo inicial: las condiciones se están generando. Aprovechemos y comprometámonos como nunca antes, Lo sabemos bien: a la educación la construimos entre todos.

Directora ejecutiva de Proyecto Educar 2050

Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1921758-un-horizonte-para-transformar-la-educacion

Imagen tomada de: https://pixabay.com/p-908512/?no_redirect

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Leonor y las cartas de amor a los alumnos

Por Ortelio González Martínez

Camina lentamente porque jamás quisiera llegar al final. Habla con la misma pasión con que enseña a sus alumnos. La voz tenue, muy baja, como si susurrara al oído las lecciones aprendidas en más de cinco décadas de enseñanza.

Y ocurrió lo que todos sospechaban en su natal Ciro Redondo: Leonor Somonte Fernández entró viva en la leyenda de los maestros de excelencia: alfabetizadora, hija ilustre del municipio, recibió la llave de la ciudad, premio anual del Ministerio de Educación, medalla Jesús Menéndez, Joya de la Pedagogía, Premio a la Virtud, la réplica del machete de Simón Reyes, que se entrega en la provincia a personalidades destacadas, con relevante trayectoria en la vida laboral y social… Mucho se podría decir de esta maestra.

Su historia comenzó en época temprana cuando con poco más de 20 años impartió las primeras clases a los barbudos que llegaron al cuartel del poblado de Ciro Redondo.

Fue cuando confirmó que los esfuerzos no tienen límites, como siempre le repetía Isabel, la mujer que la trajo al mundo hace 80 años.
Maestra de varias generaciones. En la misma ESBU Felipe Poey, de la cual fue su primera directora, estuvo de pie, frente a sus alumnos de octavo grado, hasta hace dos cursos. Allí Ramón me habló de la maestra:

Ella me educó; también a mi esposa Lilia y a mi hijo Yuri, que es médico y ha cumplido varias misiones internacionalistas.

Ramón, ex-alumno

La vida no le ha cambiado los gustos a Leonor. Como siempre, después de concluir sus labores en la cocina, ve el noticiero y algún programa que le guste. Y cuando era maestra, o mejor dicho, cuando estaba frente al aula, comenzaba la labor creativa, bien tarde en la noche. A veces la sorprendía la madrugada mientras escribía algún poema, un cuento o planificaba la clase del próximo día, como lo haría la maestra más joven.

Y le viene una anécdota:

Una vez, en un acto, un funcionario del Ministerio de Educación me dijo: ‘Leonor, ¡todavía dando clases!’. Y le respondí: Todavía, y ahora soy Profesora General Integral.
Hay que moverse con el tiempo, a tono con las transformaciones de la enseñanza, afirma.

Leonor Somonte Fernández, educadora

No es difícil oírla hablar de Martí en la clase de matemática, porque…

…esa ciencia es poesía. No olvides que el apóstol dijo: El lenguaje ha de ser matemático, geométrico, escultórico. Martí ayuda y  convence.

Leonor Somonte Fernández, educadora

Y sabe por qué lo dice:

Yo tuve un alumno rebelde, muy difícil. Hijo de matrimonio disfuncional. Se lo iban a llevar para una escuela de conducta. Yo dije: este no me lo llevan.
Comencé a trabajar con él. Por las noches yo le escribía cartas de cariño, de amor de madre. Le hablaba de Martí y de todas las cosas lindas que hizo para los niños. Me daba cuenta que las leía. Ese joven, siguió estudiando y tiene todas las cartas guardadas. Cuando me enfermé, él fue el primero en venir a verme. A cada rato me da vueltas. A veces me mira y se le aguan los ojos.

Leonor Somonte Fernández, educadora

Con sus años y su energía inimaginable, iba a casa de los alumnos con periodicidad.

Intercambiaba con ellos y con los padres en un medio que no es la escuela, en confianza. Hablábamos de todos y la familia agradece.

Leonor Somonte Fernández, educadora

Recuerdo un día que la visité en su aula y dijo:

¡Qué se pongan de pie las joyas!

Leonor Somonte Fernández, educadora

Varios alumnos se levantaron de las sillas.

Ellos son los mejores y se sienten orgullosos, pero saben que ese orgullo deben llevarlo por dentro, con humildad y modestia, y es fruto del sacrificio.

Leonor Somonte Fernández, educadora

En realidad yo sabía que la palabra MAESTRO —así, en mayúsculas— está hecha para ella. La lleva muy adentro, en la parte izquierda del pecho, por eso duerme tranquila, aunque ya no le escriba cartas de amor a los alumnos.”

Fuente: http://www.tvavila.icrt.cu/k2-ar/item/733-leonor-y-las-cartas-de-amor-a-los-alumnos.html

Imagen: www.tvavila.icrt.cu/images/ImagenesArticulos/PERSONALIDADES/Leonor-Somonte-Pedagoga.JPG

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Pedagogía y formación humana

Por. Eldan Maud Leon

Cuando se habla de pedagogía generalmente se piensa en los procedimientos y las técnicas para la enseñanza, sin referirla a los diversos factores que toman parte en la profesionalización del docente. Vista así, no es más que un instrumento.

La polémica acerca de si la pedagogía puede considerarse una ciencia se agudizó en el siglo XIX, cuando Immanuel Kant definió los requisitos del conocimiento científico basándose solo en las ciencias naturales. No obstante, la pedagogía no es reemplazable, ni siquiera por las didácticas especiales de cada ciencia. Esta aseveración, y mucho más, es lo que ilustra el doctor Rafael Flórez Ochoa en su libro Pedagogía del conocimiento que analizaremos a continuación.

Desde el pedagogo Commenio (siglo XVII) hasta hoy, existe una constante: se espera que la educación de niños y jóvenes funcione como un proceso de humanización. Jean-Jacques Rousseau y los filósofos ilustrados compartieron ese concepto enriquecido por la concepción de Hegel: “El hombre se desarrolla, se forma y se humaniza no por moldeamiento exterior, sino como enriquecimiento que se produce desde el interior mismo del sujeto, como un despliegue de la propia espiritualidad que se va forjando en el cultivo de la razón y de la sensibilidad, en el contacto con la cultura propia y universal, la filosofía, las ciencias, el arte y el lenguaje”. Sin duda, ese es el objeto de una pedagogía científica.

La condición del ser humano es formarse, integrarse, convertirse en un ser espiritual capaz de ascender a la universalidad a través del trabajo y de la reflexión filosófica, partiendo de las propias raíces. La formación es el fin perdurable. Mientras tanto, formar a un ser humano es facilitarle que asuma su propia racionalidad, reconociendo fraternalmente a sus semejantes el mismo derecho y la misma dignidad. Este concepto de formación no es sustituible por habilidades y destrezas particulares, ni por objetivos específicos de instrucción, estos son, apenas, medios para formarse como ser espiritual.

En la actualidad, la pedagogía requiere dos cosas fundamentales: elaborar una teoría propia, así como métodos y mecanismos certeros de validación de su acción. Y la tarea básica de los pedagogos contemporáneos es resolver las preguntas que se hicieron los clásicos: ¿en qué sentido o hacia dónde se humaniza un individuo?; ¿cómo se desarrolla este proceso de humanización?; ¿con qué experiencias?; ¿con qué técnicas y métodos?; ¿cómo se regula la interacción maestro-alumno? Hoy, estas preguntas deberían tener respuestas un tanto diferentes.

El objeto pedagógico es complejo e histórico: el aprendiz solo se forma en interacción con el conocimiento y la verdad, en conexión con la historia y la cultura. Sus estructuras cognoscitivas, como organizaciones mentales de la experiencia previa, se reestructuran permanentemente, se “acomodan” con los nuevos aprendizajes.

Gracias al avance de la ciencia es posible idear principios pedagógicos y criterios que permitan influir en la estructura cognoscitiva previa del aprendiz, así como elaborar los aspectos teóricos que le faciliten nuevas estrategias de procesamiento de la información, de síntesis, interpretación, organización y su transformación en nuevos aprendizajes.

La pedagogía no solo es aplicable a los niños, todos los individuos están en desarrollo ininterrumpido; la estructura cognitiva nunca está acabada, siempre podrá reestructurarse por una nueva experiencia o una nueva concepción del mundo. El proceso de conocimiento y autoformación espiritual dura toda la vida.

Actualmente, la posibilidad de una ciencia pedagógica implica superar el método como estrategia que guía la enseñanza, es decir, que la normatividad que preside este proceso emane de la comprensión teórica sobre la interacción entre el pensamiento científico-cultural contemporáneo y la actividad cognoscitiva de los sujetos en formación.

Resta decir que para lograr calidad en la educación se necesita que la actividad educativa esté basada en una teoría pedagógica y que los educadores estén formados con ella como plataforma de base. Quedan abiertas dos interrogantes: ¿Cómo podemos reconocer que estamos en presencia de una teoría pedagógica? ¿Cómo determinar que una práctica escolar es antipedagógica?

Fuente: http://www.prensa.com/opinion/Pedagogia-formacion-Elda-Maud-Leon_0_4576792332.html

Imagen:http://4.bp.blogspot.com/-BrM_LglygKI/TqDaqIPixyI/AAAAAAAAAEg/OU52iC6rx9s/s1600/PEDAGOGIA+1.jpg

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Las dos caras de Pokémon Go

Al tiempo que provoca adicción, el juego que hoy causa furor en el mundo permite apreciar lo que en economía se llama «el orden espontáneo», es decir, un sistema que se sostiene por el respeto recíproco de sus integrantes

Por Alberto Benegas Lynch

En el Pokémon Go, el juego de realidad virtual móvil que tanto éxito tiene a nivel global, aparecen dos caras complementarias. Un primer aspecto del juego, que ha batido récords comerciales desde su irrupción en el mercado y que no hace distinción de edades, ocupaciones y niveles de ingresos, hace referencia a un asunto psicológico. Una segunda perspectiva, por su parte, alude a lo que en economía y ciencia política se denomina «el orden espontáneo».

Debido al tiempo que insume y al furor que provoca, el Pokémon Go arrastra a los usuarios a un uso muy prolongado y en ciertos casos, parecería, resulta difícil desviar la atención del juego. Días pasados, el vocero del Departamento de Estado de Estados Unidos, John Kirby, tuvo que interrumpir una conferencia de prensa sobre las acciones de la coalición internacional contra Estado Islámico porque un periodista estaba jugando al Pokémon Go.

Estas desproporciones en la diversión, y la consecuente postergación de lo importante (aquello que tiende al autoperfeccionamiento en las faenas humanas que apuntan a la excelencia y la responsabilidad para hacer que las cosas mejoren), convierten este tipo de juegos en un instrumento de la banalización y frivolización de la vida. Constituyen un escapismo de los deberes para con la civilización y la necesidad de mantener los valores que la sustentan.

El tiempo desmesurado que se dedica a este nuevo juego se acopla a la cultura de la inmediatez y a la velocidad con que se pretenden sobrevolar los problemas. Así, se encoge la posibilidad de reflexión y también la de llegar a conclusiones debidamente sopesadas. La comunicación instantánea y en varias direcciones simultáneas que imponen estos entretenimientos virtuales no permite la auténtica comunicación.

Varias son las causas de este fenómeno, pero entre ellas sobresale el bombardeo que se recibe desde muy diversos ángulos y sectores respecto de la necesidad de renunciar a uno mismo, en lugar de atender, alimentar y cuidar la propia alma. «La falla de la cultura moderna no reside en que la gente está demasiado preocupada en su interés personal, sino en que no está lo suficientemente preocupada por su yo», escribió Erich Fromm enMan for himself.

Esta cita se complementa con otra de Santo Tomás de Aquino de la Suma Teológica: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo, por lo que se ve que el amor del hombre para consigo mismo es como un modelo del amor que se tiene a otro. Pero el modelo es mejor que lo modelado. Luego el hombre por caridad debe amarse más a si mismo que al prójimo».

A todo lo dicho se agrega la tendencia de aplicar la guillotina horizontal en el contexto de la manía por el igualitarismo, que pretende eliminar las potencialidades de cada persona como ser único e irrepetible en la historia de la humanidad.

A este cuadro habría que adicionar la peligrosa escalada de violencia que se registra a nivel mundial, que exacerba las emociones y provoca una pérdida de sensibilidad. Incluso hay episodios de violencia que luego se emplean como entretenimiento, en juegos virtuales que simulan matanzas.

La segunda perspectiva del Pokémon Go que queremos enfatizar, en cambio, muestra un aspecto de mucho interés para ilustrar un fenómeno social muy poco comprendido, aunque, vale aclarar, no elimina para nada la preocupación que despierta el primer aspecto, puesto que toda desmesura constituye siempre un problema, por más que cada uno puede hacer lo que le venga en gana siempre y cuando no lesione derechos de terceros.

Por «orden espontáneo» se entiende que el conocimiento disperso y fraccionado se coordina en economía a través de las señales de los precios, sin que intervengan los aparatos estatales. Más aún, esta intervención estatal, al distorsionar precios, provoca severos desajustes y derroches de capital, al tiempo que obstaculiza la evaluación de proyectos y la contabilidad, lo que reduce salarios e ingresos en términos reales.

La tradición de la Escuela Escocesa del siglo XVIII fue la primera que fundamentó el proceso de orden abierto sobre la base del respeto recíproco, en cuyo contexto cada uno, al seguir su interés personal, beneficia al prójimo, puesto que en las relaciones interpersonales de una sociedad libre para prosperar es necesario servir a otros. Este orden natural en el que no media diseño ni ingeniería social alguna por parte del monopolio de la fuerza que denominamos gobierno es lo que se bautizó «la mano invisible», en contraposición a «la metida de pata visible del Estado».

Esta tradición de pensamiento fue retomada por la contemporánea Escuela Austríaca, de modo muy especial por el premio Nobel en Economía Friedrich Hayek, quien desarrolló el concepto del orden espontáneo en alguna medida sobre la base de estudios de Michael Polanyi. Ahora, vía el juego del Pokémon Go se ilustra este proceso en un contexto evolutivo, en ausencia de planificación central y sin que resulten para nada relevantes la religión, la etnia, la nacionalidad ni la inclinación política de cada uno de los participantes.

El juego comenzó con unos jóvenes japoneses en los años 90, malos estudiantes en el colegio. En su formato final apareció primero en Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos, con un éxito resonante. A la aplicación debe añadirse el GPS del celular. Tras registrarse, el jugador se dedica a la caza de pokemones y a la adquisición de pokeballs, para hacer más certeros sus lanzamientos. La caza se realiza en muy diversos lugares, con el acompañamiento de muchas otras personas en el mismo trance. La naturaleza del juego requiere intercambios de pokemones entre los participantes para lograr los objetivos recíprocos, lo que acerca a las partes de la transacción.

Todo este desplazamiento se lleva a cabo sin un director general, puesto que toda la movida se realiza espontáneamente, al tiempo que se celebra y aplaude el ejercicio físico que esta faena demanda.

Lo importante de este juego es que un proceso natural y espontáneo facilita el encuentro de vecinos y desconocidos con los que se traban nuevas relaciones, proyectos y amistades en medio de una distracción con objetivos comunes. Todo a raíz de iniciativas individuales que no surgen de planes de gobierno donde están siempre presentes la coacción y, habitualmente, la corrupción.

Esta segunda parte de nuestro análisis se conecta con la primera, en el sentido de que si se juega con equilibrio y en una medida justa se pueden obtener atractivas ventajas, como conocer nuevas personas y entablar provechosos contactos y aprender recíprocamente de otras experiencias de vida, tal como lo demuestran varios bien documentados case-studies de universidades estadounidenses. Es decir, en un paréntesis voluntario en las tareas diarias se adquieren elementos de juicio para proseguir en el autoperfeccionamiento y en la contribución -aunque más no sea milimétrica- para fortalecer valores y principios que conducen al respeto recíproco característico del liberalismo.

En algunos colegios estadounidenses los directores no permiten que sus alumnos jueguen al Pokémon y sugieren que no lo hagan en sus hogares, porque lo consideran adictivo y muy perturbador para sus estudios. Por su parte, entre otros, dos médicos australianos y un psicoterapeuta de la misma nacionalidad sostienen que la adicción también involucra a mayores, puesto que no son pocos los que abdican de responsabilidades en la vida familiar y laboral.

En definitiva, cualquier juego o actividad puede llevarse a cabo sin moderación, pero el asunto consiste en que el Pokémon Go en particular presenta características que deben tomarse con la debida precaución. Como escribió en la antigüedad Ovidio: «Nada más poderoso que un hábito mal administrado».

Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1923534-las-dos-caras-de-pokemon-go

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