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Los universitarios beben más alcohol

Por:  EAE Business School

Las personas con estudios universitarios gastan más en bebidas alcohólicas que los que tienen menor formación, mientras que el consumo del tabaco es mayor entre las que tienen un nivel correspondiente a la primera etapa de secundaria.

Estudiantes en una de las fiestas universitarias de Murcia

Son datos del estudio «El gasto en tabaco, alcohol y juego 2016», de EAE Business School, que analiza la evolución del consumo de estos productos en España, con datos de la última Encuesta de Presupuestos Familiares del INE, y también respecto a las principales economías mundiales, utilizando distintas estadísticas del Fondo Monetario Internacional y estudios de mercado.

Teniendo en cuenta el gasto familiar en 2015 que recoge el INE, el estudio explica que el perfil medio de consumidor de alcohol en España es un hombre de 65 años o más y con estudios universitarios de segundo y tercer ciclo y concluye que el gasto medio en estas bebidas «desciende conforme disminuye el nivel de estudios».

Detalla que las personas con estudios universitarios más altos son las que tienen un mayor gasto por término medio, con 99,33 euros; seguido de las que tienen estudios universitarios de primer ciclo, con 81,18 euros; y las de formación profesional de grado superior con 76,35 euros.

A la hora de analizar el consumo medio de tabaco por persona, explica que el grupo que gastó más corresponde a las personas con un nivel educativo de la Primera Etapa de la Educación Secundaria, con un consumo de 163,80 euros por persona; seguido de las que tienen Formación Profesional de Grado Superior, con 149,66 euros, y de las de Segunda Etapa de la Educación Secundaria, con 146,82 euros.

Por regiones, los ciudadanos que tuvieron un gasto mayor en tabaco fueron los castellano-manchegos (169,94 euros por habitante), los murcianos (161,94), los extremeños (161,23), los andaluces (153,15) y los asturianos (151,96).

Por el contrario, los que gastaron menos fueron los habitantes de Canarias (74,64), Melilla (84,61), Navarra (104,68), Cantabria (120,28) y Cataluña (120,66).

En el caso de las bebidas alcohólicas, las comunidades autónomas que registraron un mayor gasto por habitante en bebidas alcohólicas fueron Baleares (93,27), Galicia (86,21), Cataluña (84,45), Asturias (80,34) y País Vasco (79,42).

Con menor gasto por habitante están Melilla (28,92), Extremadura (47,46), Canarias (49,82), Ceuta (51,14) y Castilla-La Mancha (55,92).

Con respecto al juego, las comunidades autónomas donde se contabilizó un mayor gasto por habitante fueron Castilla y León (88,95), La Rioja (80,91), Asturias (73,18), Aragón (72,67) y Comunidad Valenciana (72,03); las que tuvieron un gasto menor por habitante fueron Andalucía (41), Cataluña (43), Baleares (46), Extremadura (47) y Canarias (53).

Respecto a la comparativa internacional, el informe indica que Suecia, Irlanda, Alemania y Grecia son los países donde más tabaco se consume (un gasto medio cada año por habitante de 830 euros, 540, 480 y 474 respectivamente).

Los españoles, por su parte, dedican un presupuesto anual al tabaco de 353,81 euros, según estos datos que se refieren al total de las ventas en cualquier establecimiento y a cualquier persona, independientemente de su residencia, como los turistas.

Respecto al consumo de alcohol, las mayores cifras se registran en República Checa, Alemania, Rumanía e Irlanda (con una media de 169, 144, 138 y 137 litros por habitante); las de menor consumo están en India (5 litros), China (53) y Grecia (53).

De los países analizados, España se sitúa entre los que tienen un gasto más bajo respecto al juego, con 77 euros, junto a China (64) y Bélgica (75); los que más gastan son Canadá, Italia y Japón (con cifras de gasto por habitante de 386 euros, 304 y 267, respectivamente).

Fuente: http://www.laopiniondemurcia.es/sociedad/2016/08/03/personas-formacion-universitaria-gastan-alcohol/757804.html

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La Calidad Educativa: ¿Qué es?

Keyla Isabel Cañizales (*)

La calidad educativa posee una gramática globalizada que traducida a cualquier idioma en el mundo carga, en general, con los mismos imaginarios (Correa, 2012)

Al iniciar un proceso de búsqueda sobre los referenciales teóricos correspondientes a la calidad en educación, comienzan a surgir de diversas fuentes conceptos, ideas y precogniciones en relación al término, los cuales pueden ser asumidos desde posturas que entienden la calidad como: un resultado, un cumplimiento, o un estándar, por mencionar algunos.

En lo que si concuerdan la mayoría de los autores, es que la calidad educativa ha formado parte de las prioridades que deben asumir los sistemas educativos a nivel mundial, como una forma de contribuir al desarrollo económico y social de los países. No existen conceptos absolutos cuando se habla de calidad educativa, la diversidad de perspectivas, ideologías, prácticas e intereses que convergen en el tema, le otorgan un matiz ambiguo y polisémico.

En los discursos de organismos internacionales, en particular el de la UNESCO (2005, 2008, 2010), se recalca que una educación de calidad debe posibilitar mucho más que la adquisición de competencias básicas, debe además ser inclusiva, efectiva y equitativa;  en consecuencia debe estar inserta en planes integrales amplios al servicio de la promoción socioeducativa de los grupos excluidos. Al respecto Tünnermann (2002) señala que la calidad educativa toma una importancia sin precedentes dentro de los procesos de globalización y competitividad, al punto que es prioridad su inserción en las agendas educativas de todos los países.

Esa imperiosa necesidad por la calidad educativa, la ha convertido en uno de los conceptos más utilizados en el campo de la educación, lo cual ha conformado un imaginario que en la mayoría de los casos fundamenta y justifica los procesos de reforma, restructuración y cambios que se han realizado en los sistemas educativos.

Un acercamiento al aspecto polisémico de la calidad educativa

Para entender el proceso de adopción del vocablo calidad al ámbito educativo, debemos remontarnos a la teoría organizacional, la cual con su enfoque desde la productividad, establece que la calidad es un mandato. Al respecto Hellriegel afirma que “se tiene puesto el hincapié en la reducción de defectos en los productos en el momento mismo en que se les fabrica” (1998, p.27).

Desde la perspectiva de las normas ISO, la calidad se ha definido como el grado en que un conjunto de características inherentes cumple con unos requisitos (Zúñiga, 2007), este concepto hace referencia de manera implícita al método de comparación, en el cual se confrontan los resultados versus un estándar y desde donde se decide si el mismo cumple o no con los requisitos inherentes al producto o servicio evaluado.

Para la OCDE (1990), la educación de calidad es aquella que asegura a todos los jóvenes la adquisición de los conocimientos, capacidades, destrezas y actitudes necesarias para equiparles para la vida adulta. Esta acepción de calidad establece un condicionamiento asociado con el número de estudiantes que se puedan insertar dentro del sistema educativo, en otras palabras, la distinción de calidad está relacionado con la cobertura escolar.

Algunos autores, han establecido conexiones entre la calidad y la productividad, entre ellos Argüelles, quien afirma que:

La productividad y la calidad se relacionaron principalmente con la racionalización de los recursos humanos y materiales destinados a la producción y, como parte de ese proceso de racionalización, con la capacitación de los recursos humanos del sector industrial.  La idea de una educación general clásica comenzó a perder terreno frente a la urgente necesidad de desarrollar un mayor número de habilidades prácticas y de capacitar a las generaciones futuras para los nuevos procesos de producción que estaban poniéndose en práctica. (2001, p.85)

Bajo este contexto Rama (2006), plantea que la calidad es una variable asociada a la competitividad, estándares, desarrollo de saberes y vinculado a la capacidad de un país de insertarse en la sociedad del futuro. Existen otras posturas como la del Centro Interuniversitario de Desarrollo (CINDA), que ha señalado que el concepto de calidad en la educación superior no existe, solo es un término de referencia de carácter comparativo en el cual algo puede ser mejor o peor que otro, dentro de un conjunto de elementos homologables, o en comparación con cierto patrón de referencia previamente determinado (González y Ayarza, 1990)

Es así como la calidad empezó a ser relacionada con conceptos como “reconocimiento, de valor y de excelencia. Motivo por el cual, en todas las utopías contemporáneas se presenta el objetivo de la calidad, como un aspecto relevante, necesario y urgente de incluir” (Marchesi, 1998, p.37).

Los postulados de la OCDE (1990) correspondientes a la calidad educativa, señalan que la misma constituye el horizonte de todas las iniciativas y en consecuencia debe ser el centro de todos los debates de la educación.  Para ello plantean los siguientes elementos que deben ser considerados para promover la calidad educativa:

  1. La descentralización y la autonomía de los centros educativos como estrategia para responder y adaptarse al contexto social.
  2. La reforma curricular para así, romper con las asimetrías y discriminación entre formación general y profesional, entre objetivos cognitivos y objetivos sociales, mediante un modelo integrador.
  3. La implementación de la evaluación de la gestión institucional y de sus procesos de enseñanza, que brinde claridad sobre el estado en que se encuentra el sistema educativo. La reforma a la evaluación y a la construcción de indicadores educativos.
  4. La preocupación por la función docente, como centro de la propuesta de cambio educativo. Su valoración social, su capacitación y actualización.
  5. Los sistemas de autogestión de los centros educativos encaminados a la eficiencia.

Al hablar de calidad, invariablemente los conceptos estarán girando desde la visión de las teorías organizacionales, pues desde allí fueron construidos. Algo totalmente válido considerando el momento histórico en el cual surgieron, donde era preponderante el hincapié sobre el cumplimiento o no de atributos o estándares a fines de lograr reducir costos.  Esta visión cuando la trasladamos a la educación, parece quedarse corta y esto lo evidencia la UNESCO, en una declaración donde señala que “La calidad de la educación aún está definida por circunstancias como el lugar y el medio en que nace un niño, su sexo, los recursos económicos de sus padres, el idioma que habla y el color de su piel” (2010, p.35), este discurso deja entrever que la forma como se estaba enfocando la calidad en la educación no era las más apropiada y que definitivamente es un tema complejo que va más allá de una medición cuantitativa y del cumplimiento o no de un estándar.

Figueroa (2013, p. 8), lo expresa explícitamente cuando asevera que:

La calidad no es un bien que se expresa en la simple medición del cumplimiento de indicadores establecidos. La calidad es una búsqueda permanente por mejorar lo que hacemos, con el convencimiento de que todos podemos aportar con nuestras ideas y nuestro esfuerzo al éxito de la organización.

De igual manera, Días Sobrinho (2006) plantea que la calidad es una construcción social, que varía según los intereses de los grupos de dentro y de fuera de las instituciones. Se concuerda plenamente con la distinción presentada por el autor, debido a que este enfoque permite una apertura que se aleja de la visión netamente medicionista que ha estigmatizado por años el concepto de calidad educativa. La oportunidad de contar con puntos de vistas diferentes desde donde plantear y aproximarse al concepto, permiten el surgimiento de otras formas de mirar y observar, considerando que la educación es un ámbito en el cual confluyen diversos actores sociales es insoslayable que sea tratada en su máxima amplitud e integralidad.

La calidad es un valor que debe definirse dentro del contexto en el que vaya a utilizarse, y en definitiva no es algo absoluto. Tal como señala Edwards “Los significados que se le atribuyen a la calidad de la educación dependerán de la perspectiva social desde la cual se hace, de los sujetos que la enuncian y desde el lugar donde se hace” (1991, p. 15).

Al parecer conocemos la calidad por sus efectos… pero ¿qué sabemos de sus conceptos?

Referencias:

Argüelles, A. (2001), Educación y Capacitación basada en normas de competencia, México, Ed. Limusa.

Correa, C (2012). Fundadores y herederos de la calidad educativa. Universidad de Guadalajara. Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas. Jalisco, México.

Dias Sobrinho, J. (2006) Acreditación de la Educación Superior en América Latina y el Caribe. En La Educación Superior en el Mundo 2007.Acreditación para la garantía de la calidad: ¿Qué está en juego?, Madrid.Barcelona: Global University Network for Innovation (GUNI/UNESCO,Ediciones Mundi-Prensa.

Edwards, V (1991). El concepto de la calidad de la educación. UNESCO/OREALC. Chile

Figueroa, M. (2013). La calidad de la educación universitaria a distancia mediada por las tecnologías de información y comunicación libres: planteamientos para una resignificación desde la pertinencia y la equidad.  XVI Congreso EDUTEC 2013

González, L. E. y Ayarza, H. (1990) Calidad de la docencia universitaria en América Latina y el Caribe. Santiago de Chile: CINDA

Hellriegel, D. (1998). Administración.México: International Thompson Editores

Marchesi, Á. (1998).Calidad de la enseñanza en tiempos de cambio, Madrid, Alianza Editorial

OCDE. (1990). Schools and quality. An international report. Paris: OCDE.

Rama, C (2006). La calidad es el problema fundamental de la educación superior en América Latina. Disponible en: http://claudio-rama.blogspot.com/2006/12/entrevista-la-calidad-es-el-problema.html. Consulta, 10 de octubre 2013

Tünnermann, B. (2002). Tendencias contemporáneas en la transformación de la educación superior. Ed. Nosotros, Instituto Martín Luther King, UPOLI. Managua.

UNESCO (2005): Informe de Seguimiento de la EPT en el Mundo 2005.

UNESCO (2008): Conclusiones y Recomendaciones de la 48ª reunión de la CIE. Disponible en: http://www.ibe.unesco.org/. Consulta junio 2015

UNESCO (2010): Informe de Seguimiento de la EPT en el Mundo 2010. Resumen Paris.

Zúñiga, M. (2007) Algunas consideraciones sobre el aseguramiento de la calidad. En Ayarza, H., Cortadillas, J., González, L. E., Saavedra, G.(eds.) Acreditación y dirección estratégica para la calidad. Santiago de Chile: CINDA, pp. 65-73.

(*) Keyla Isabel Cañizales

contacto: keylacanizales@gmail.com

La autora forma parte del  Doctorado Latinoamericano en Educación Políticas Públicas y Profesión Docente.

El presente es un artículo inedito, publicado con el consentimiento de la autora.

Fuente de la imagen: 

http://2.bp.blogspot.com/_z3LgOIiDbnQ/TSuKgVDf18I/AAAAAAAAAFU/x0Dkh_WaEwk/s320/WORD_CLOUD_ENTRADA_1%2527.png

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Después de la carta de una madre que aconseja a sus hijos no ir a la Universidad: la otra carta

América del Sur/Argentina/07 de Agosto de 2016/Autora: Julia Peñalba/Fuente: Diario La Izquierda

Los últimos días se viralizó la carta de una madre estadounidense, en la cual les recomienda a sus hijos no ir a la universidad. La misma expresa que no deben realizar dichos estudios solo para cumplir con ciertas expectativas. Destaca como valores la espontaneidad, la pasión y la autoconfianza. He aquí la otra carta.

QUERIDOS HIJOS:

Hoy estuve leyendo una carta que se reprodujo en muchos medios, es de una madre hablando a los hijos. En ella, se hace referencia a la auto exigencia que la misma vivió a la hora de decidir culminar sus estudios universitarios. Los incentiva a ponerse otros desafíos y les explica el porqué.

Al leer esas líneas mis pensamientos volaron a ustedes. Sentí que mi carta, esa otra carta, sería diferente. Pensé profundamente qué les diría, y me volqué a escribirla, sin más.
Quiero contarles algo. Algo que van a conocer en el transcurso de sus vidas, que van a palpar. Lo vivirán en lo cotidiano. Si no es en carne propia, les pasará por sus narices, y tendrán que enfrentarlo, o darle la espalda, no hay más opción.

Vivimos en un mundo avasallado por intereses mezquinos. Hay muchos que viven a costillas de otros. La gran mayoría de las personas nos encontramos sobre explotadas, nuestro planeta mismo lo está. Y todo ello sucede para que unos pocos expandan sus riquezas y llenen sus bolsillos.

Millones de niños del mundo mueren de hambre o de enfermedades que podrían prevenirse si fuese ello una decisión política. Las mujeres somos lastimadas, relegadas, hiper consumidas. Distintas etnias son aniquiladas, expropiadas de las tierras que habitan, castigadas, por la necesidad de expansión y consumo del sistema que se impone mundialmente: el sistema capitalista.

La historia de la humanidad da cuenta de cómo ello fue creciendo hasta convertirse en una espiral peligrosa y repudiable, que avanza a pasos agigantados. Pero también nos cuenta como los pueblos, organizados, han combatido tan atroces y repudiables crímenes, logrando conquistas que dejan huellas y aprendizajes inquebrantables en esta clase explotada, para seguir avanzando en la liberación de la humanidad.

Hijos: en el marco de la lógica individualista que nos impregna van a intentar hacerles creer que son libres en función de acceder a ciertas elecciones.

Depende el lugar que ocupen en el escenario social, quizás hasta lleguen a hacer un viaje, cambiar de auto o comprar una casa, contar con diversas comodidades, acceder al disfrute del más bello paisaje y el mayor confort. Sin embargo, esa libertad no es tal. Las supuestas decisiones encubren muchas veces imposiciones (como la orientación sexual, el modo de formar una familia, etc.), y esconden tras de sí la razón capitalista fundamental: mientras todo esto sucede, tantos están destinados a trabajar solo para reproducirse, o simplemente morir en condiciones de miseria y pauperización. Aunque no las vean, las cadenas están, y son las del sistema, que nos hace esclavos.

Desconozco queridos hijos, cuál será su opción de vida. No podría ser imparcial a la hora de aconsejarlos al respecto, pues la elección militante es la opción que me embandera, por todo lo que les describo hasta aquí. Por ello, sea cual fuere su decisión, mi gran deseo radica en que no sean esquivos a esta realidad, que tengan la sensibilidad necesaria para acceder a ella, tomarla en sus manos, y desde la perspectiva que consideren luchen para transformarla, ya que entiendo que desconocerla y reproducirse en su cotidianeidad sin más los hará presos de esta opresión, y obligará al resto a seguir estándolo.

Ojalá en el camino generen relaciones profundas que los potencie. Que cada chispa de felicidad les de fuerzas para continuar, pese a las contingencias, buscando la alegría en el futuro.

Si eligen ir a la universidad, deben tener presente que no es una isla. En muchas ocasiones reproduce saberes que limitan la lucha de los explotados y la inhibe. Por eso, les será necesario tener una visión crítica, mediar los conceptos y saberes que incorporen con la vivencia cotidiana. Será un gran desafío que deberán atravesar para lograr un proceso de conocimiento que logre poner su especificidad profesional al servicio de una sociedad sin opresión y explotación.

Hijos queridos, ustedes no son de mi propiedad y pertenencia, son sujetos que están formando su moral y su perspectiva de vida, y yo me siento con el deber de acompañarlos en ello. No es mi preocupación si asistirán a la universidad, o si elegirán constituirse de otro modo. Son libres de apropiarse de la experiencia y salir al ruedo, sin que mi verdad les resulte acabada. En el rumbo hay piedras que harán que les cueste avanzar, y que es necesario sortear, pero estoy convencida, con todas mis contradicciones, de que si realmente toman conciencia de las miserias de este mundo y desean con pasión revolucionarlo, encontrarán en ello una meta para caminar a paso firme, con cabeza erguida.

Para finalizar, les deseo de corazón que amen la vida y la sostengan con pasión. Me apropio por ello de las palabras de un gran sujeto de quien tomar lecciones y se las entrego para que las abracen: “…Amar la vida con el afecto superficial del diletante, no es mucho mérito. Amar la vida con los ojos abiertos, con un sentido crítico cabal, sin ilusiones, sin adornos, tal como se nos aparece con lo que ofrece, esa es la proeza…” (Ver un gran sueño).

Fuente: http://www.laizquierdadiario.com/Despues-de-la-carta-de-una-madre-que-aconseja-a-sus-hijos-no-ir-a-la-Universidad-la-otra-carta

 

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Sobre el enfoque de género. La verdad

Centro América/Panamá/07 de Agosto de 2016/Autor: Jesús A. López Aguilar/Fuente: Panamá América

La categoría de género designa los aspectos psicológicos, sociales y culturales que resultan de la construcción de lo femenino y lo masculino, y establece los roles y normas para los hombres y mujeres, que se aprenden a través de la socialización. Tales como los hombres no lloran, las mujeres no trepan árboles, los hombres no barren, las mujeres no juegan con carritos sino con muñecas, etc.

Algo que siempre trato de transmitir, a todas las personas con las que tengo algún tipo de relación como docente, es que el conocimiento es como es y no de otra manera. He cultivado aquella actitud contenida en una célebre frase de Nicolás Copérnico que reza así: “Para saber que se sabe lo que se sabe y que no se sabe lo que no sabe hace falta tener conocimiento”, siempre con la idea de que los seres humanos debemos ser sensibles ante el conocimiento, rendirle culto y aprender de quienes han dedicado tiempo, estudios académicos, formación y producción de tipo científico.

Esto que inicio comentando lo hago porque a raíz de la actual discusión sobre la propuesta de Ley 61, sobre el tema de la educación sexual, se han comentado, publicado y difundido una serie de aseveraciones falsas. Y lo que distingue a cualquier científico es la precisión y validez de sus ideas, así como la confiabilidad de las mismas.

En mi caso personal, he dedicado unos 20 años de mi vida profesional al estudio y análisis de lo que se denomina como Enfoque de Género, habiendo realizado estudios académicos en el área de la Planificación de Políticas Públicas con Enfoque de Género y, posteriormente, también he realizado estudios sobre el Enfoque de Género aplicado al campo de la salud pública.

Nada más lejos de la realidad todo aquello que se ha dicho, que no puedo negar que ha ganado fuerza sobre temas completamente falsos y mal fundamentados; ahora, me sorprendo cuando escucho la expresión “Ideología de Género”, algo que por falso me suena mal, porque es un concepto que nadie especializado en el tema conoce. En la actualidad, en los países de diferentes regiones del mundo, incluido Panamá, el Enfoque de Género es un tema que se estudia a nivel universitario, con una amplia gama de ofertas académicas que se ocupan de proveer el conocimiento necesario para llevar a la sociedad el avance académico e intelectual que ha permitido a otras naciones progresar en temas de equidad, igualdad social, participación política, derechos humanos, etc., gracias a la aplicación de este enfoque teórico-práctico de la realidad.

Se puede comprender que cuando no se conoce algo se puede sentir temor, mostrar resistencia o plantear inexactitudes, pero de ahí a querer validar un discurso con planteamientos carentes de solidez científica y calidad intelectual es algo que me provoca mucha tristeza, pero también me siento como todos aquellos grandes personajes de la historia que alguna vez osaron desafiar el mito con la realidad y fueron, prácticamente, proscritos por las autoridades que se imponían a fuerza de falsedades que más me parecen indicar una gran actitud oscurantista.

Si queremos hacer uso de ciertos conceptos debemos aprender a manejarlos bien y con corrección. Por lo tanto, lo que cuenta es la exactitud del conocimiento y su utilidad, y el género es un excelente indicador para mirar mejor, a profundidad, la forma en que la relación asimétrica entre hombres y mujeres causa daños a la salud de hombres y mujeres de forma diferenciada.

Pero, cuando hablamos de género y salud ¿de qué hablamos? Pues, hacemos mención de una serie de categorías de análisis de la realidad, que parten de cómo a los hombres y mujeres nos han socializado de diferente manera y eso ha producido a nivel real y a escala simbólica una serie de separaciones y discriminaciones que han traído como consecuencia la forma en que hombres y mujeres han sido enseñados para comportarse y vivir en la sociedad parte, eso no tiene ABSOLUTAMENTE NADA que ver con genitalidad o acciones de tipo coital. Tan es así que desde que los niños y niñas nacen ya se plantean las expectativas asignadas a cada uno, simbolizadas por los colores, los juguetes, los gestos que se espera de cada uno, etc.

Uno de los factores sociales determinantes a estudiar son las relaciones de poder donde predomina la violencia, la subordinación y la discriminación. El enfoque o perspectiva de género devela estas relaciones desiguales, mediante el análisis de categorías como “sexo” y “género”. Por ejemplo, en Panamá, la violencia doméstica es un buen ejemplo de violencia de género, pero eso no se dice.

La categoría sexo se refiere a las características biológicas que traemos al nacer y que nos definen como hombres o mujeres. La categoría de género designa los aspectos psicológicos, sociales y culturales que resultan de la construcción de lo femenino y lo masculino, y establece los roles y normas para los hombres y mujeres, que se aprenden a través de la socialización. Tales como los hombres no lloran, las mujeres no trepan árboles, los hombres no barren, las mujeres no juegan con carritos sino con muñecas, etc. esto es lo que se conoce como representaciones de lo femenino y lo masculino; asocian lo femenino a la maternidad, la familia, la belleza, la inseguridad emocional, dependencia del varón y lo masculino a la fuerza, la inteligencia, el trabajo, la seguridad emocional y la independencia material y afectiva del varón, etc.

La categoría de género rompe con la idea de una esencia masculina o femenina natural, ya que somos producto de un medio que dicta nuestras pautas de conducta, y estas se vuelven naturales por obra del medio social, que define todo lo que somos como personas.

Pero, hay que aclarar algo. La Teoría de Género (ya que el término de Ideología de Género no existe), NO GUARDA relación con la diversidad sexual de las personas, eso es otro tema, ya seamos heterosexuales (como somos la mayoría, ya que nos casamos o convivimos con personas del sexo contrario), o personas homosexuales, gays, lesbianas, trans, intersexo, etc., y quien asevere esto está mintiendo rotundamente.

Aplicado al campo de la salud, el Enfoque de Género nos ayuda a entender por qué los hombres morimos más que las mujeres por causas violentas, por qué consumimos más alcohol, tabaco, drogas ilegales; así mismo, este enfoque nos permite pensar acerca de la razón por la que los hombres sufrimos más Infecciones de Transmisión Sexual, VIH, suicidios, etc., así como un amplio número de situaciones que nos colocan en desventaja al ser socializados para ser promiscuos, violentos e inexpresivos, allí nos sirve de mucho, dicho enfoque científico-social, para comprender la realidad y plantearnos su transformación.

No obstante, ahora han salido muchas personas a decir que la Ideología de Género (reitero que es un término incorrecto) si se llega a enseñar en las escuelas es para promover la homosexualidad y lesbianismo, lo cual no es cierto. Retomo los ejemplos mencionados antes y cómo se aplica el enfoque de género, que nos enseña que si mostramos a los varones un mundo diferente, muchas, o todas las situaciones sociales que producen enfermedad y muerte específicas de los varones, se podrían controlar y disminuir las muertes por accidentes de tráfico, los suicidios y las adicciones. Del mismo modo, sucedería con las mujeres. Las diferencias de género producen violencia doméstica, maltrato infantil, violaciones y abuso sexual infantil. Nada que ver con la señora que vino hace unos días atrás a expresar cosas que no son ciertas. Considero que más claro que esto no se puede expresar, pero si todavía persisten en el error ya no se puede hacer más nada.

Psicólogo

Fuente: http://www.panamaamerica.com.pa/opinion/sobre-el-enfoque-de-genero-la-verdad-1036986

Fuente de la imagen: http://unad.org/noticias/1822/la/entidad/calidad/de/vida/organiza/un/curso/sobre/enfoque/de/genero/y/dependencias

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Evaluación: Una agenda de diálogo para la autonomía, la solidaridad y la colectividad

Lev Moujahid Velázquez Barriga

Para contribuir a la construcción del proyecto de educación democrática que impulsa la CNTE y los maestros que se oponen a la evaluación punitiva y estandarizada, planteo nueve ejes de discusión que emergen de la necesidad de evaluar críticamente, analizados desde mi experiencia como educador popular en las zonas rurales y urbano marginales de Tierra Caliente en el Estado de Michoacán, pero que están sujetos a diálogo y negociación pedagógica con las múltiples miradas de mis compañeros en cada una de sus geografías y latitudes culturales.

1) EVALUAR DESDE Y PARA LA AUTONOMÍA. Una evaluación para la autonomía se impulsa desde nuestra condición cultural, desde nuestra geografía y situación social, no puede ser externa o desde la heteronomía,  necesariamente es parte de la reflexión sobre lo que consciente y colectivamente se quiere alcanzar a través de los proyectos educativos. Si pensamos evaluar para la autonomía y la independencia cognitiva,  no para el control social, entonces  la comunidad escolar se  autoevalúa por medios horizontales y dialógicos,  desde la crítica y la autocrítica, nunca de forma vertical.

2)  EVALUAR DESDE LA COLECTIVIDAD. La evaluación debe ser un acto colectivo e incluyente, de ningún modo individualista, porque la educación no es un hecho aislado, en él intervienen múltiples actores, por tanto evaluar es responsabilidad de la comunidad escolar, así como lo son los procesos pedagógicos, sus resultados y las  acciones para transformar y transformarse, mejorar y mejorarse.

3) EVALUACIÓN FORMATIVA. El objetivo de evaluar debe ser formativo y propositivo, considerar sólo las debilidades de las personas es una cuestión tendenciosamente parcial si no se toman en cuenta sus fortalezas, las cosas que se hacen bien; ambas configuran las potencialidades, posibilidades y prospectivas que deben conducirnos al avance de la educación, no al retroceso, al estancamiento y  las denostaciones.

La evaluación formativa no se centra en panoramas fatalistas, en culpables y componentes punitivos, es investigación que propone, transforma y construye nuevas realidades y conocimientos.

4) EVALUACIÓN INTEGRADORA. Evaluar no es una acción clasificadora, ni selectiva, mucho menos excluyente; por el contrario, debe procurar el avance homogéneo de la comunidad de aprendizajes, el involucramiento de todos en las tareas pedagógicas y la toma de decisiones. Si un miembro de la comunidad escolar queda rezagado, entonces no se ha completado el objetivo del aprendizaje y por lo tanto hay que buscar nuevas estrategias para hacerlo.

5) EVALUAR ES UN MEDIO NO UN FIN. Las evaluaciones y sus instrumentos se han fetichizado, se han presentado como la teleología de la educación, el momento último, lo cual constituye en grave error.  Evaluar es un medio para diagnosticar y proponer, para saber  hasta dónde se ha avanzado en lo que una comunidad escolar se ha trazado como horizonte: los perfiles de sociedad y del alumno, los fines de la educación o del proyecto escolar, entonces se discuten estos horizontes y rediseñan la formas de alcanzarlos, no si se cumplió o no con el instrumento evaluador.

 6) EVALUAR ES UN PROCESO NO UN MOMENTO AISLADO. Se han evaluado sólo los resultados de la educación, como algo fragmentado, al final de un ciclo escolar o una parte de él y en un momento estático; pero no puede ser así, educar es un proceso y como tal deberá evaluarse, es decir, de forma continua, en diferentes momentos, dependiendo de la lógica interna de cada proyecto o de cada unidad pedagógica, ellos tienen su tiempo y su ritmo, que no dependen de un bimestre o cualquier otro periodo cronológico del ciclo escolar.

Evaluar no es una perspectiva parcial de los procesos ni de las personas, es articular una visión integradora de las fases cognitivas, etapas de desarrollo de los proyectos y del conjunto de actores educativos, sólo de ese modo tendremos conciencia de la complejidad que implica y de la diversidad de formas que se requiere hacerlo.

7) EVALUAR COMO ACTO CREATIVO. Para alumnos y profesores la evaluación se ha convertido en un momento de tensión, de intimidación y hasta de manipulación, desvirtuando por completo su esencia. Evaluar debe ser un acto creativo, que genere interés y motivación, porque se sabe que de ello depende nuestra formación y nuestros objetivos como comunidad de aprendizajes, en consecuencia no deberá hacerse por obligación o imposición.

Como acto creativo, la forma, los medios y los instrumentos deberán ser más que memorísticos, los exámenes son totalmente insuficientes e incluso limitan el potencial de los evaluados a unas cuantas habilidades del ser humano. Para evaluar deberá echarse mano de la demostración de  proyectos, la puesta en escena de obras teatrales, danzas, museos de aula, la organización de ferias de ciencia y presentación de obras literarias, foros comunitarios, concursos de oratoria y eventos deportivos, elaboración de videos, sistematizaciones de experiencias, diarios pedagógicos; es decir, de todas las posibilidades didácticas que atiendan la diversidad cognitiva y cultural.

8) EVALUACIÓN COMO UN ACTO DE SOLIDARIDAD. Evaluar para competir, para estar en el cuadro de honor, para obtener una plusvalía de mi trabajo o mis estudios, para ser más que los otros, son ideas que están en el ambiente educativo, pero que degeneran la evaluación como un acto de entera solidaridad en el que se tienen objetivos comunes que alcanzar, posibles sólo  en la cooperación mutua; en este sentido, habría que recuperar su esencia social.

No debemos perder de vista que la evaluación debe ser pertinente para quien participa (significativa para él y no sólo para quien evalúa) y relevante para la comunidad, es en el espacio comunitario donde finalmente sabremos si la educación tuvo algún impacto o no, las aulas  y contenidos programáticos no son el fin, sino el medio para contribuir a  la construcción de una mejor sociedad y un mejor mundo.

9) LA METAEVALUACIÓN. Estamos claros en que deben evaluarse los procesos, los aprendizajes, los proyectos, las instituciones, el currículo y las personas, pero más allá de eso implica tomar conciencia plena de nuestros actos: ¿Cómo aprendo? ¿Cuáles son las teorías  pedagógicas que orientan mi práctica? ¿Qué estrategias se están utilizando para mi aprendizaje? ¿Cuáles son los fines de la educación que imparto o se me imparten? ¿Por qué aprendo esto y no lo otro? ¿Quién evalúa y para qué? ¿A favor de qué o de quién está la educación?; de esa forma dejamos de ser personas alienadas, dependientes y pasamos a ser sujetos consientes del currículo, de las prácticas pedagógicas y los proyectos sociales de la educación.

Estoy seguro que en cada propuesta que viene desde abajo, de los maestros y maestras que cotidianamente viven la sublime tarea de enseñar y aprender hay una verdad distribuida, que solo nos hará libres en la medida en que no estamos sujetos a los modelos impuestos y somos capaces de hacernos escuchar  entre nosotros, entre los otros, porque los educadores del pueblo son los únicos que pueden detener o impulsar cualquier Reforma Educativa en el último reducto del espacio micro social, donde la libertad es posible en medio de la dictadura, la escuela.

Fuente: Artículo enviado por el autor al Equipo Editorial de OVE

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El juego en la práctica educativa. Saberes y vivencias

Por: Susana Stringaro Barabani

Problemática que se aborda:

Orientado a la prevención de problemas psicoeducativos, el trabajo es desarrollado a partir de la teoría socio-histórica de Vygotsky y el entrecruzamiento psicoanalítico, se analiza la práctica educativa y las características socializadoras adquiridas mediante el juego en la constitución subjetiva. A partir de allí se delimita el margen de incidencia de la acción educativa.

Destaca la intervención docente y la sitúa en la Zona de Desarrollo Próximo donde debe intervenir el las actividades que el niño todavía no puede resolver por si mismo pero puede llegar a hacerlo si recibe ayuda pedagógica adecuada.

Hallamos aquí el nudo significativo en la prevención de problemas psicoeducativos. El adulto tiene que intervenir ya que la ZDP muestra funciones no desarrolladas pero que pueden realizarse por medio del aprendizaje, la imitación y el juego.

En este último aspecto consiste la investigación mostrando la eficacia del juego para diagnósticos, la prevención y enseñanza- aprendizaje, se instaura la intervención profesional de psicólogos y cientistas en los señalamientos a los docentes operando en la creación de dispositivos para propender mediante el juego y actividades lúdicas a la constitución de subjetividades saludables y el bienestar del niño mediante estas prácticas y recursos que aseguran aprendizajes significativos.

Se evidencia la preocupación por la libertad del y la practica coercitiva del docente.

Un análisis desde la teoría socio-histórica de L. Vygotsky y el entrecruzamiento psicoanalítico.

«…reclamar del niño un esfuerzo de trabajo basado en algo distinto del juego, se actúa como insensato que en primavera empieza a sacudir un manzano para que de manzanas: en lugar de recogerlas, se privará, al hacer caer sus flores, de los frutos que el otoño prometía.»

Edward Claparède.

Para Vygotsky los significados provienen del medio social externo, pero deben ser asimilados o interiorizados por cada niño concreto. El aprendizaje entonces, presupone un carácter social específico y en proceso por el cual los niños ingresan en la vida intelectual del entorno.

De este modo la comprensión y la adquisición del lenguaje y los conceptos, por parte del niño, se realizan por el encuentro con el mundo físico y sobretodo por la interacción entre las personas que lo rodean.

Según Vygotsky, el sujeto no se limita a responder a los estímulos, sino que actúa sobre ellos, transformándolos. Esto es posible por la mediación de instrumentos, que son utilizados para extender su capacidad de acción.

Entre los instrumentos mediadores que actúan modificando al propio sujeto y a través de éste a los estímulos, se destacan los signos.

Este mundo intermedio adquiere, mediante la cultura, un carácter de realidad objetiva que el niño irá conquistando, con la ayuda de los adultos. Así logrará, progresivamente, interiorizar instrumentos, adquiriendo capacidad de atención, memoria y formación de conceptos en su actuación externa compartida. Este mundo será intrapsicológico, cuando estos instrumentos sean interiorizados como capacidades reales.

Si el niño se encuentra inmerso en un contexto de signos y herramientas convenientes, podrá superar los límites de sus capacidades reales, constituyéndose una Zona de Desarrollo Potencial, (ZDP). (Harf y otras, 1996)

Vygotsky (1979) distingue dos niveles en el desarrollo: uno real que indica lo conseguido por el individuo y otro potencial, que muestra lo que el individuo puede hacer con la ayuda de los demás. La zona de desarrollo próximo (Z.D.P) manifiesta la distancia entre el nivel de desarrollo, determinado por la capacidad de un sujeto de resolver individualmente un problema, y el nivel de desarrollo potencial, que muestra la capacidad de solucionar un problema dado en un marco interindividual, o sea, con ayuda de otro.

Pero Vygotsky (1979) puntualiza aún más afirmando: «La zona de desarrollo próximo no es otra cosa que la distancia entre el nivel de desarrollo actual, determinado por la capacidad de resolver individualmente un problema y el nivel de desarrollo potencial, determinado a través de la resolución del mismo problema bajo la guía de un adulto o en colaboración con un compañero más capaz».

Por lo tanto, «en la educación escolar hay que distinguir entre aquello que el alumno es capaz de aprender y hacer por sí solo, y lo que es capaz de aprender con la ayuda de otras personas».

La zona que se configura entre estos dos niveles, delimita el margen de incidencia de la acción educativa. El docente debe intervenir precisamente en aquellas actividades que un alumno todavía no es capaz de realizar por sí mismo, pero que puede llegar a solucionar si recibe ayuda pedagógica suficiente. (M.E.C., 1989, Diseño Curricular Base de Enseñanza Primaria, pág. 34 Madrid).

La ZDP muestra las funciones que no han madurado, pero que pueden desarrollarse por medio del aprendizaje, por la imitación y el juego. El aprendizaje humano surge a partir de la relación entre personas y precede al desarrollo.

Al incluir la ZDP, en su teoría, Vygotsky muestra su preocupación no sólo por la evaluación psicológica del niño, sino también por la evaluación pedagógica de la práctica educativa.

El docente se constituye en mediador fundamental para potenciar posibilidades de desarrollo real por medio de su acción educativa.

Por lo tanto, los aportes de este autor son fundamentales para abordar desde otros enfoques la dimensión didáctica de los distintos niveles.

Es de esperar que las contribuciones de Vygotsky, como así también las de sus seguidores (incluyendo entre éstos los importantes aportes de Bruner, Rogof, etc.), produzcan mayores modificaciones en las estrategias metodológicas concretas de los docentes. Lo que, sin lugar a duda aportan, es la comprensión de que las prácticas llevadas a cabo por los docentes en la cotidianeidad de las aulas, se constituyen todas en prácticas didácticas: el docente no sólo enseña cuando da «clase»; todas las intervenciones de los docentes en relación con los alumnos se producen dentro de la ZDP y se constituyen por lo tanto, de modo más o menos explícito, en acciones didácticas.

Relación con la Zona de Desarrollo Próximo (Lew Vygotsky)

Históricamente Vygotsky intenta plantear el concepto de la Zona de desarrollo próximo, para explicar el concepto de que la formación superior del pensamiento es una construcción socio-cultural, de la cual el individuo se apropia primero mediante un proceso intersubjetivo y posteriormente por un proceso intrasubjetivo, o sea: pasa de la apropiación externa hasta convertirla en una construcción interna. Vygotsky explica cómo el individuo logra ese proceso, y plantea que es una construcción socio-cultural. Esto nos permite afirmar que esa construcción de las funciones superiores no viene dada solamente desde lo genético, sino que tiene que ver con una interacción con el medio socio-cultural.

Desde la mirada del Nivel Inicial, de su dimensión pedagógico – didáctica, estas conceptualizaciones implican cambiar el lugar del adulto –en nuestro caso del adulto-docente-: al plantear Vygotsky que este desarrollo del ser humano no sólo es individual, no sólo es en conjunto con otros (una interacción social, en el transcurso de la cual se confrontan ideas) sino que se pone un gran énfasis en que el otro, el adulto, el que más sabe, etc., es quien en primer lugar, en una «incidencia e influencia externa», permite que el individuo se apropie de los instrumentos culturales, para luego proceder a una reconstrucción interna.

La obra de Vygotsky ha cobrado vigencia a partir de sus concepciones acerca del aprendizaje, y de sus implicancias en la tarea escolar. Si bien esta teoría fue pensada hace más de cincuenta años, los escritos vygotskyanos han sido revalorizados, por sus contribuciones a la comprensión de la problemática educativa actual. Así entonces, el juego, mediatizado por el docente implica en el niño aprendizajes significativos a su subjetividad y un medio valiosísimo de desarrollo de actitudes sociales y de pensamiento en todos sus procesos.

El concepto de desarrollo, central en las teorías del aprendizaje, es considerado desde una óptica singular en la obra de Vygotsky. «…El proceso de desarrollo sigue al del aprendizaje.» (Vygotsky, 1956).

Así, Vygotsky asigna un papel preponderante al proceso de aprendizaje, el cual condiciona y subdetermina al proceso de desarrollo.

La importancia fundamental de las otras ideas de Vygotsky radica en la integración que realiza entre los conceptos de acción y significado, los instrumentos de conocimiento y los de la acción, la actividad individual y social.

Resulta de particular importancia establecer una diferencia entre aquello que el sujeto puede aprender por sí mismo y aquello que es capaz de aprender con ayuda de otros «mediadores». La distancia que existe entre el Nivel de desarrollo real y el Nivel de desarrollo potencial es lo que Vygotsky denomina zona de desarrollo próximo.

Cuando tratamos de abordar los aportes que Vygotsky puede hacer a esta perspectiva didáctica propia del Nivel Inicial, encontramos que sus aportes sobre la ZDP, ponen al docente de Jardín en la inmejorable posición de verse a sí mismo como enseñante en una etapa de la vida en la cual muchas veces se considera al desarrollo como desligado, o al menos no condicionado, en gran medida, por la instrucción escolar.

De todo esto se desprenden las siguientes características del juego como recurso para el aprendizaje, entre las que podemos afirmar, luego de una exhaustiva observación de escenas de juegos especialmente en el ingreso al Jardín y en los primeros años de la EGB:

La actitud exploratoria donde el individuo ensaya, crea, adapta, imagina, etc. Otorgándole la capacidad de creatividad para que pueda exponer posibles soluciones o salidas alternativas a un problema planteado.

Un aprendizaje desde adentro, donde lo cognitivo nace de sí mismo, lo que hace que el conocer sea suyo. Como es expuesto en casi todas las teorías sobre educación a través de actividades lúdicas, la actividad práctica recreativa le permite al niño adueñarse del saber, apropiárselo, hacerlo suyo, lo que conlleva a una puesta en práctica inmediata del concepto comprendido.

La afirmación del poder personal y control de las cosas que permite que los niños o individuos reconozcan sus destrezas y habilidades, hasta dónde son capaces de llegar aprovechando su imaginación.

Perfila o destaca «valores: el orden, el respeto, la cooperación, la autonomía, el esfuerzo, la autoestima». La solidaridad y el compañerismo son factores determinantes para lograr que dentro de un grupo de niños (incluso adultos) logren una meta. En los pequeños hay que afianzar más los valores, ya que ellos son vulnerables a repetir acciones, dado que su criterio para diferenciar lo opuesto de las acciones ( bueno-malo), es más sensible a la inseguridad.

Con los juegos se enseña a respetar normas y reglas de conducta que desarrollan la personalidad del niño en rasgos positivos.

El infante logra independencia y la formación de cualidades sociales, colectivismo y sentido de la amistad y cooperación.

El juego implica una actividad que tiene fin en si misma, que no trata de perseguir objetivos sin que la propia actividad resulte placentera. (Ribo, 1998), lo que quiere decir que existe una combinación entre actividad social en la cual se logran adquirir papeles que son complementarios al propio. El juego no es la consecuencia, sino la fuente de desarrollo cognitivo en los niños.

Como puede apreciarse en estas definiciones el tema del juego es interpretado de diferentes formas, y ha sido estudiado y consagrado en todos los tiempos de la humanidad. La búsqueda de nuevas formas de impartir o enseñar los conceptos han estado en constante movimiento. Cook (2003) en su artículo «El juego como estrategia metodológica de la educación» cita a la obra de Platón Las Leyes donde expone el significado de lo que hoy conocemos como juegos de rol; el filósofo en su obra reconoce la importancia que tiene para el infante utilizar objetos reales «de tamaño reducido»; entiéndase esto como la forma en que el niño desde edad temprana se apropia de una identidad mediante el juego, y asume un rol, el niño juega «a ser de» con objetos reales adaptados a su fisonomía (juego de tacitas, médico, autitos, set de peluquería, muñecas, etc.) de esta manera dicha actividad le permite internalizar un personaje y por ende una conducta.

El planteamiento de Vygotsky expone, de alguna manera, a semejanza de Platón, la misma conducta a adoptar, de asumir un rol, o un comportamiento a emular. Así va elaborando su estructura mental de conducta progresivamente mediante la actividad lúdica, no se trata de la teoría y luego la práctica, sino una práctica constante que le propicie un cambio en el comportamiento o en su concepción sobre un algo en especial (Ribo,1998).

El juego ya sea didáctico, ecológico, comunitario o juegos dirigidos, en cualquiera de sus formas y presentaciones tiene un fin común, que es lograr un cambio de actitud, formando determinada conducta a un individuo o un grupo de ellos en función de modelarla positivamente. La idea de enseñar mediante actividades lúdicas, parte del criterio que rige en cuanto a dinamismo en el aprendizaje y flexibilidad en la trasmisión o divulgación de los conocimientos, esto permite que el individuo se apropie del saber sin verlo como algo distante o inalcanzable bajo un escenario agradable donde, lo complicado se transforma en accesible y sencillo de comprender (Cook, 2003).

Se puede decir, de acuerdo con lo expuesto que, en toda actividad de juego siempre hay una connotación de aprendizaje. Todos los juegos, implican un desarrollo cognitivo, bien sea oculto o intencional. Motivado a esto es visto como una estrategia hacia el logro del aprendizaje, y se clasifica de acuerdo con el ambiente o escenario donde se plantee (en lugares abiertos o cerrados). El término «oculto» tiene una connotación de ingenuidad, ya que aun, cuando todo juego implica el desarrollo cognitivo, los niños no juegan pensando en el aprendizaje que van a adquirir o en la destreza que van a desarrollar, sino en la diversión que van a tener; por el contrario lo es cuando genera un aprendizaje intencional, pues en este caso se juega en función de un objetivo el cual es el conocimiento que van a adquirir; entonces sin importantes ciertas pautas o reglas, las cuales giran en torno a la mecánica del juego y éstas consideradas como el medio o el canal hacia el logro los objetivos.

Desde esta óptica, el juego (como estrategia), constituye un medio de educación, un «gran aliado de la enseñanza» (Dell” Ordine, 2001), que despierta el interés y motiva hacia el aprendizaje. Entonces, como metodología didáctica, en el juego no puede contemplarse ganar / perder ya que de esta manera se coacciona al individuo y subsiguientemente el desarrollo cognitivo. Por el contrario, se contempla como una vía para alcanzar un logro que beneficie a todo un entorno, obteniendo así un cambio de conducta o la modificación de determinada actitud u objetivo planteado.

Brown (2002) a este respecto plantea que el juego es una experiencia portadora de significados y no debe contemplarse jugar contra los demás, sino con los demás, y de esta manera fomentar la unión y la solidaridad.

En este aspecto puede considerarse la definición de juegos reglamentados presentado pon Mantilla (2003) en su artículo, en el cual expone dos tipos, los reglamentados implícitamente y los reglamentados donde los papeles o roles a practicar en el juego tienen un marco ya prefijado, el cual ellos (los niños) lo dirigen según como contemplen su juego (policía, Bombero, Maestra), asumen «de manera singular y objetiva el papel propuesto por el juego». Y los de reglamento explícitos, en los cuales las acciones y funciones están estrictamente marcadas, proponen la competencia entre ellos y tienen como objetivo el triunfo (fútbol, lotería, etc.); las acciones en cada jugador están homologadas, no hay roles particulares ni subjetivos. En los juegos explícitos se requiere de cierto desarrollo físico.

Valdría la pena preguntarse ¿cómo se aprende jugando?. En este sentido podemos decir que la actividad lúdica tiene una gran ventaja, a pesar de las divergencias entre los postulados emitidos en esta temática, pues permite acciones libres, espontáneas y eficaces al pensamiento «desplegando un proceso pedagógico ordenado y flexible», (Rodríguez y Sánchez, 2002) el cual aumenta el incentivo para apropiarse del conocimiento, para concretizar aquello que explicado teóricamente por otro, cuesta comprender, para convertir en significado un concepto e internalizarlo, y de aquí su importancia en la vinculación con el aprendizaje.

El juego introduce conceptos de forma flexible que pudieran ser difíciles de exponer con palabras. Apropiación del conocimiento sin verlo como algo inalcanzable. Permite que el niño o el individuo puedan familiarizarse con el concepto de lo que se requiere educar de una forma sencilla y sin trabas durante el proceso.

Por ser un modo de expresión facilita la internalización por parte de los niños, de los contenidos a enseñar, permitiendo establecer un nexo entre lo aprendido y lo cotidiano o mundo real, siendo el resultado más importante, ya que logra vincular los contenidos cognitivos con la realidad del caso, sobre todo cuando se aplican juegos de rol, en los que los participantes asumen una identidad y un conflicto, con la finalidad de dar o construir respuestas positivas de ese hecho.

Además, ofrece oportunidades para resolver situaciones significativas y útiles para la conservación ambiental, que pueden formularse en proyectos institucionales, sean para ambientes abiertos (patios) y en diferentes espacios (recreo).

El juego lleva tácito una connotación práctica-real donde el sujeto promueve y escenifica aspectos, modos y conductas prácticas y de socialización. Los juegos de rol permiten una práctica que luego se llevará a la realidad.

Es insoslayable que el juego forme parte de la educación formal y no formal de todos los niños y niñas.

Que se facilite y reconozca el juego como un derecho y una necesidad social, psicológica y pedagógica del desarrollo integral de la infancia en todas las áreas del conocimiento, en un anhelo concreto de que todos los sujetos humanos del mundo en su infancia tengan tiempos y espacios adecuados para jugar, reconocidos como Derecho Internacional por los adultos que los rodean. Ya que educar es generar salud favoreciendo la plenitud de las acciones humanas.

Referirnos al docente como educador y en una praxis transformadora es ubicarlo en una categoría científica donde la articulación teoría-práctica sea cotidiana, y las acciones a desplegar, lo comprometan como profesional ético, reflexivo y autocrítico en torno a cada una de sus tareas y conciente de sus propias limitaciones. Es un compromiso del docente habilitar ese espacio potencial y el permiso para jugar, para la constitución subjetiva del niño.

La condición del juego en el contexto escolar pareciera ser poco asegurada por las políticas educativas y el escaso perfeccionamiento de los docentes en este aspecto, ya que el descubrimiento y la atención por parte de los maestros de las parcelas de realidad que aparecen en los diálogos y juegos de los niños son desconocidas y les permitirían encontrar nuevos contenidos a ser trabajados en la sala. Sería un punto de partida para descubrir cual es el grado y el tipo de intervención más adecuado para conformar ese «campo de realidad» que reclaman los niños al jugar y para los cuales existen elementos escasos que le permiten conocer, asumir, comprender o transformar los valores, los medios y los instrumentos con que la sociedad y los grupos sociales se expresan actualmente.

La creatividad y el juego van de la mano, el último constituye un sentimiento de libertad que nos permite vivir en un estado de transformación permanente. Bien vale la pena intentar la práctica docente en esa Zona de Desarrollo Próximo.

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Para citar este artículo (APA):

Susana Stringaro Barabani, (2009). El juego en la práctica educativa. Saberes y vivencias. Recuperado de Revista Vinculando: http://vinculando.org/psicologia_psicoterapia/el_juego_en_la_practica_educativa_saberes_y_vivencias.html

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