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Aprendizaje inconcluso: los efectos persistentes de la pandemia

Por:

Según la consultora McKinsey, a raíz de la pandemia alumnos de primaria y secundaria están cinco meses atrasados en matemáticas y cuatro meses atrás en lectura.

A medida que comienza otro año de pandemia es necesario analizar su impacto en el aprendizaje de los estudiantes. Sin duda, la llegada del Coronavirus y su permanencia provocaron un sin fin de desafíos para educadores y estudiantes, ya que se vieron obligados a adaptar un modelo en línea o híbrido. Aún así, ha ayudado a abordar las desigualdades históricas en la educación.

Para analizar el impacto que ha tenido el COVID-19 en el aprendizaje de los alumnos de primaria y secundaria, la compañía de consultoría McKinsey, analizó los resultados de estudiantes estadounidenses en el ciclo escolar del 20-21. Los resultados preliminares demostraron que, en promedio, los alumnos están cinco meses atrasados en matemáticas y cuatro meses atrás en lectura. Además, la pandemia amplió las brechas preexistentes de oportunidades, afectando a aquellos estudiantes más desfavorecidos.

Aunque aún no se puede conocer cuáles serán todas las consecuencias de la pandemia, según McKinsey, una de las áreas más afectadas es la salud mental. En su análisis, descubrieron que el 35 % de las familias están “muy preocupados” o “extremadamente preocupados” por la salud mental de sus hijos, lo que amenaza sus oportunidades hasta la edad adulta. Esto podría causar un efecto dominó que puede socavar sus posibilidades de asistir a la universidad y, en el peor de los casos, un trabajo gratificante. Aún así, uno de los estragos más alarmantes que ha dejado toda la situación ha sido el aprendizaje inconcluso.

El aprendizaje inconcluso

Al comienzo del ciclo escolar 20-21 de Estados Unidos, sólo un 40 % de los estudiantes de primaria y secundaria tenían la opción de tener clases presenciales, al final del año este porcentaje aumentó al 98 %. Esto no significa que los niños volvieron a clases como ocurría normalmente antes de la pandemia, si no que, o iban los tradicionales cinco días o en algún modelo híbrido en la que asistían a la escuela en semanas intercaladas. Durante este tiempo, los estudiantes enfrentaron múltiples cambios de horario, nuevos maestros a mitad del año, problemas de conexiones, fatiga de Zoom y más problemas en lo que las instituciones educativas experimentaron entre el aprendizaje virtual, híbrido y en persona. Estos desafíos causaron el aprendizaje inconcluso en muchos estudiantes.

Los autores de la investigación describen el término “aprendizaje inconcluso” para referirse a aquellos estudiantes que no tuvieron la oportunidad de completar el aprendizaje que habrían completado en un año típico. Esto no precisamente significa que abandonaron sus estudios, simplemente que aprendieron menos de lo que habrían aprendido en un año sin pandemia. Esto se vuelve un problema aún más grave cuando éstos pasan al siguiente grado sin estar preparados y no dominan los temas necesarios para tener éxito en el siguiente año escolar, creando un efecto dominó que puede llevarlos a no acabar el bachillerato u obtener un título universitario. Corren el riesgo de terminar la escuela sin las habilidades, los comportamientos y la mentalidad para tener éxito en la universidad o en la fuerza laboral.

Para evaluar el aprendizaje, McKinsey analizó los resultados de más de 1.6 millones de alumnos de escuelas primarias en más de 40 estados publicados en i-Ready de Curriculum Associates. En las evaluaciones, los estudiantes estaban diez puntos atrasados en matemáticas y nueve puntos en lectura, en comparación con los resultados del año anterior del mismo grado. Para tener una idea más clara de la magnitud de la brecha entre un año y otro, los autores tradujeron las diferencias entre los puntos a meses. “Aunque no existe una manera perfecta de hacer esta traducción, podemos tener una idea de cuán atrasados están los estudiantes al comparar los niveles que alcanzaron los estudiantes esta primavera con el crecimiento en el aprendizaje que generalmente ocurre de un nivel de grado al siguiente. Descubrimos que esta cohorte de estudiantes tiene cinco meses de retraso en matemáticas y cuatro meses de retraso en lectura, en comparación con lo que esperaríamos que estuvieran según los datos históricos”, dijeron.

Los resultados arrojaron que el aprendizaje inconcluso no varió significativamente entre los grados de primaria, a pesar de que las clases remotas fueron más desafiantes para los estudiantes de este nivel. Los autores plantearon la hipótesis de que estos estudiantes recibieron más apoyo ya sea de su madre, padre o hermanos mayores, en comparación con los estudiantes de los últimos grados de primaria. Sin embargo, un estudio publicado por Curriculum Associates sugiere que más niños de primer y segundo grado han terminado el año escolar por debajo de las expectativas que en cualquier año. Normalmente en estos años escolares ya dominan la lectura y tienen un buen entendimiento crítico de lo que leen, lo que es clave para obtener el éxito académico más adelante.

Según observaciones de los investigadores de McKinsey, cuando las escuelas cerraron en la primavera del 2020, los estudiantes se retrasaron rápidamente en matemáticas, casi no aprendieron nada de forma remota. En el año escolar 20-21, aprendieron a un ritmo más lento, resultando en los meses de aprendizaje inconcluso. En la lectura, sin embargo, la historia es algo diferente. Cuando las instituciones educativas cerraron, su progreso continuó en las clases en línea, sólo que a un ritmo más lento y en el siguiente ciclo escolar, aumentó ligeramente. Esto resultó en cuatro meses de aprendizaje sin terminar. “Dicho de otra manera, el impacto inicial en la lectura fue menos severo, pero las mejoras en el aprendizaje remoto e híbrido parecen haber tenido menos impacto en la lectura que en las matemáticas,” explican los autores.

Aunque esto pareciera representar un escenario optimista, sólo toman los resultados de aquellos estudiantes que tomaron evaluaciones de manera presencial, excluyendo a los que permanecieron en clases en línea durante todo el año escolar.

El daño va más allá de lo académico

Más allá de perder meses de aprendizaje durante la pandemia, muchos estudiantes perdieron familiares o personas cercanas, vieron a sus cuidadores perder su fuente de ingreso y experimentaron aislamiento social.

Mckinsey decidió encuestar a 16,370 madres, padres y cuidadores en todo Estados Unidos para conocer cómo el Coronavirus ha afectado a los estudiantes más allá del aprendizaje. En total, aproximadamente el 80 % tiene algún nivel de preocupación por la salud mental o el desarrollo social y emocional de sus hijos desde que comenzó la pandemia. Más específicamente, el 35 % de los encuestados dijeron que están “muy o extremadamente preocupados por la salud mental de sus hijos y por su bienestar social y emocional”. Aún así, la cantidad de evaluaciones y pruebas de salud mental realizadas a niños es un 6.1 % menor que en el 2019, la disminución más pronunciada en las tasas de evaluación y pruebas de cualquier grupo de edad.

Los que vieron un retraso significativamente mayor en el aprendizaje de sus hijos son los que reportaron estar “muy o extremadamente preocupados” por la salud mental de los estudiantes. Esto demuestra que el bienestar general no es independiente de lo académico; el trauma y otros problemas que afectan la salud mental pueden influir en la asistencia de los niños, su capacidad para completar las asignaciones, y la forma en la que aprenden.

En la encuesta, los investigadores descubrieron que el ausentismo crónico para los estudiantes de 8 a 12 años ha aumentado en un 12 %. Mientras que el 42 % de los estudiantes que no solían faltar de manera habitual ahora ni siquiera asisten a sus clases, según sus familiares. Aún así, no está claro si los que faltan por temas relacionados con la pandemia abandonarán por completo la escuela, algunos pueden optar por regresar una vez que se restablezcan las clases en línea. Los investigadores estiman que entre 617,000 y 1,2 millones de alumnos no volverán a las aulas si no se hace un esfuerzo por incluirlos.

En cuanto a asistir a la universidad, según la encuesta, el 17 % de los entrevistados en su último año de preparatoria respondieron que tenían planeado continuar su educación pero abandonaron ese sueño con la llegada del COVID-19, la mayoría porque veían más importante unirse a la fuerza laboral o porque los costos de las universidades son demasiado altos. Los efectos de la pandemia con el aprendizaje inconcluso y el absentismo crónico puede afectar a largo plazo a una generación entera de estudiantes. Para abordar el aprendizaje inconcluso y demás problemáticas educativas provocados por la pandemia, líderes en la educación crearon El Council of Chief State School Officer o Consejo de Oficiales Principales de Escuelas Estatales (CCSSO por sus siglas en inglés).

Entérate la siguiente semana cuáles son las acciones que propone el CCSSO, en la segunda parte de esta entrega.

Fuente e Imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/aprendizaje-inconcluso

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México profundo en la propuesta curricular 2022

Por: Rogelio Javier Alonso Ruiz

La orientación del bosquejo de marco curricular de la Nueva Escuela Mexicana parte de la crítica a prácticas educativas del pasado, tales como la sobrevaloración del desempeño en pruebas, la individualización del fracaso educativo, la exclusión de los más desfavorecidos y la priorización de la escuela como productora de capital humano. Además, hay un señalamiento al que se le da mayor peso que los anteriores: la situación indígena.

 En el borrador del marco curricular se cuestiona ampliamente el trato que el sistema educativo ha dado a quienes provienen de pueblos originarios. Los primeros señalamientos, justificados a través de un largo desfile de datos estadísticos en los que casi siempre destacan, para mal, los indígenas (alfabetización, asistencia y abandono escolar, etc.), aluden a las dificultades que tienen para gozar del derecho educativo. Sin embargo, la crítica va más allá de la mera posibilidad del indígena de asistir a la escuela.

De acuerdo con la propuesta de plan de estudios (DGDC, 2022, pp. 21-27) existe un asunto crítico, más de fondo, de la situación indígena en la escuela mexicana: el sometimiento de su cultura a la occidental.  Aunque el término mestizaje merecería un análisis que probablemente precisaría su enfoque, se alude a que al mestizo se le ha posicionado como referente ideal en términos lingüísticos, sociales, económicos, culturales y educativos, excluyendo a la diversidad étnica y cultural del país. Lo anterior ha conducido a que la escuela contribuya al “desdibujamiento simbólico y biológico del indígena” (DGDC, 2022, pp. 24), buscando su adaptación al modelo de civilización imperante.

No se puede negar que en el programa de estudios vigente, así como en anteriores, se da cabida a lo indígena. Por ejemplo, se han incluido asignaturas como “Lengua materna. Lengua indígena” o “Segunda lengua. Lengua indígena”, además de prácticas sociales del lenguaje, en todos los grados de educación básica, denominadas “Reconocimiento de la diversidad lingüística y cultural”. En Geografía, se estudia en todos los grados el tema “Diversidad cultural e interculturalidad”.

Pese a los ejemplos anteriores, los intentos por realmente tomar en cuenta lo indígena han sido insuficientes, según lo marcado por la nueva propuesta curricular: “se han incorporado contenidos para reconocer las diferencias culturales, lingüísticas y de capacidad, sin que ello signifique la estructuración del currículo a partir de la interrelación de la diversidad, sino como temas a estudiar” (DGDC, 2022, p. 28). Desde esta perspectiva, los ejercicios escolares de exploración, identificación, reconocimiento y valoración son apenas superficiales, pues están lejos de compensar el “epistemicidio de las comunidades indígenas” (DGDC, 2022, p. 27) en los programas escolares.

Las denuncias expresadas en el bosquejo del plan de estudios no son nuevas. Desde mediados de los ochentas, Guillermo Bonfil Batalla acuñó el término México profundo, que hace alusión a pueblos, comunidades y sectores sociales “portadores de maneras de entender el mundo y organizar la vida que tienen su origen en la civilización mesoamericana” (Bonfil, 2019, p. 25). Añade el antropólogo y etnólogo que ese México es despreciado, de ahí el nombre de su obra cumbre: “México profundo. Una civilización negada”.

Bonfil Batalla sobrepasa incluso lo señalado en el borrador del marco curricular acerca del posicionamiento del mestizo como referente, advirtiendo un espejismo: “se afirma ideológicamente el mestizaje, pero […] se afilia totalmente a una sola de las vertientes de civilización: la occidental” (Bonfil, 2019, p. 182).  Al señalar cómo a medida que son mayores los niveles educativos los conocimientos y paradigmas más tienden a la occidentalización, Bonfil Batalla coincide en el epistemicidio indígena: “esa sabiduría [la del México profundo] se ignora pero se niega” (2019, p. 182).

La denuncia presentada en el borrador del marco curricular apunta no a la fachada, sino a los cimientos de las prácticas educativas. Por lo tanto, sus implicaciones organizativas y pedagógicas deberían ser considerables. Éstas no se alcanzan a apreciar aún con claridad en ese documento, ni en los programas. ¿Cómo se logrará superar la mera memorización de una canción en lengua indígena o la admiración de las artesanías originarias? Hay muchas preguntas que en las asambleas de análisis del proyecto curricular deben ser planteadas para secundar el reclamo. Guillermo Bonfil Batalla nos ofrece una sobre la educación que se le ofrece a los pueblos del México profundo: “¿cuál educación, con qué contenidos y para qué?” (Bonfil, 2019, p. 179). Que se encuentre respuesta en las asambleas.

*Rogelio Javier Alonso Ruiz. Profesor colimense. Director de educación primaria (Esc. Prim. Adolfo López Mateos T.M.) y docente de educación superior (Instituto Superior de Educación Normal del Estado de Colima). Licenciado en Educación Primaria y Maestro en Pedagogía.

Twitter: @proferoger85

 

REFERENCIAS

Bonfil Batalla, Guillermo (2019). Mexico profundo. Una civilización negada. México: FCE.

Dirección General de Desarrollo Curricular. (2022). Marco curricular y plan de estudios 2022 de la educación básica mexicana. México: autor.

Fuente e Imagen: http://proferogelio.blogspot.com/2022/02/mexico-profundo-en-la-propuesta.html

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Concurso docente, ¿humm?

Por: Julio Leonardo Valeirón Ureña

No se trata de cualquier tema, ni de cualquier política educativa. Estamos hablando de la entrada a la carrera docente y de todos los privilegios que ella tiene.

Se ha planteado, y con mucha razón, que la calidad de un sistema educativo se asocia directamente con la calidad de sus docentes. No se trata de poner todos los huevos en la canasta del docente, pero si es reconocer, que el docente, y de manera muy particular, los directivos de centros educativos y maestros están en la primera línea de los procesos de aprendizajes de los estudiantes. Ellos son quienes finalmente llevan a la práctica las políticas relacionadas con dichos procesos. Esa es su misión y a ella deben responder principalmente.

Por supuesto, hay que reconocer que toda la estructura del ministerio de educación, empezando por quien tiene la responsabilidad de todo el sistema, como los funcionarios y técnicos nacionales, como regionales y distritales, pueden ser una oportunidad o un obstáculo, para que dicha función se haga con la calidad requerida. Esa es una historia larga de contar y difícil de abordar, por todas las complejidades que tiene, sobre todo en el marco de una cultura política que ve en el Ministerio de Educación la oportunidad para dar empleo “a los compañeritos que se fajaron durante la campaña”, sin importar mucho las consecuencias que eso conlleva para el cumplimiento de la razón fundamental del ministerio.

Hemos sido testigos por la prensa y las redes sociales que, con el tema del concurso para el ingreso a la carrera docente, “los problemas y dificultades” no han permitido que éste se desarrolle como debe ser.

Quizás lo primero que debemos plantear es qué es la Carrera Docente y, por supuesto, cuál es su importancia. La Ley General de Educación 66-97 en su Art. 135 la define como “la vinculación del servidor de la educación al conjunto de disposiciones organizativas y legales que regulan el ingreso, la permanencia, la promoción y el retiro de los docentes durante su ejercicio profesional; así como sus deberes y sus derechos laborales. La Carrera Docente comprende también el conjunto de disposiciones atinentes a la clasificación y valoración de cargos, el reclutamiento, la selección, el nombramiento de personal, la estabilidad, promoción y evaluación del personal, que brinden a la educación los mejores recursos humanos”. La ley es clara, no es cualquier recurso humano, son los mejores.

En el año 2014, mediante la Resolución No. 17 de fecha 28 de marzo de 2014, el Consejo Nacional de Educación aprobó un importante documento conocido como “Estándares Profesionales y del Desempeño para la Certificación y Desarrollo de la Carrera Docente”. De entrada, como se observará, el referido documento a lo señalado por la Ley añade lo relativo a la certificación. Solo decir en esta ocasión, que ése fue un tema controversial frente a los dirigentes de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) en aquel entonces.

En la página 41 de dicho documento, aparece una figura (Figura OC-DCD 9) con el título Ruta de Procesos Integrados hacia la Carrera Docente, en la cual se especifican un conjunto de acciones y procesos que permitirían alcanzar el propósito soñado, el desarrollo de una Carrera Docente basada en estándares, con mejoras progresivas, estable, atractiva y prestigiada.

En el contexto de la situación actual cabe preguntarse: ¿qué está pasando con el concurso docente, que parece no se da “pie con bola” para su desarrollo efectivo? Desde el año pasado, cuando se hizo la primera convocatoria a la actual, han surgido obstáculos y situaciones que ponen en peligro aquel “propósito soñado”.

Una de las principales mejoras incluidas fue la medición de “habilidades cognitivas” y de “competencias”. La primera evalúa la potencia cognitiva de los candidatos a través de su capacidad de pensamiento analítico, aplicando a todos los perfiles profesionales. La segunda, evalúa las competencias claves para cada uno de los perfiles, siendo diferentes en función del perfil profesional. Estas competencias son: autocontrol, autogestión, compromiso docente, comunicación e indagación e investigación. Además, por supuesto, se evaluaban los conocimientos generales y específicos, según el cargo.

Recientemente leemos en el periódico Diario Libre, bajo la responsabilidad de la periodista Socorro Arias, “Denuncian otras anomalías en concurso docente”. La nota de prensa señala “las dificultades no terminan en el concurso de oposición docente para seleccionar a 19,181 docentes para el sistema educativo público…”.

No olvidemos que ya antes y como consecuencia de las “irregularidades” en dicho proceso de concurso, la Comisión de Observación del Concurso de Oposición Docente 2021 mediante comunicación fechada el 3 de diciembre al ministro de educación presentó renuncia, y que la misma periodista anterior en fecha 5 de diciembre del 2021 tituló: “La Comisión de Observadores del Concurso Docente reafirma su decisión de renunciar”, señalando que “16 de 19 instituciones abandonan el proceso y el Minerd estudia conformar otra comisión”. En la misma información de prensa entonces, la periodista señalaba: “En un documento de 215 páginas (que se puede consultar en la edición web del Diario Libre) los comisionados reiteraron los inconvenientes que les impidieron realizar una labor de observación que garantizara la transparencia del proceso que busca la selección de 19,181 maestros para el sistema público nacional”. Estamos hablando de instituciones con un historial de importancia en los procesos de reforma de la educación dominicana: Asociación de Instituciones Educativas Privadas (AINEP), Asociación de Jóvenes Empresarios (ANJE), Centro Poveda, Centro Juan XXIII, CIED-Humano-Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), Foro Socio Educativo, Iniciativa Dominicana para una Educación de Calidad (IDEC), Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC), Repensar la Educación (RED), Sector Escuela Salesiana, Universidad Iberoamericana (UNIBE), Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU), Word Vision, Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) y el Instituto Superior de Estudios Educativos Pedro Poveda (ISEP). En dicha comunicación al señor ministro de educación, la comisión señala:

“Reiteramos nuestro convencimiento de que es el Concurso de Oposición Docente la vía idónea para seleccionar a los mejores con el fin de ingresar a la carrera docente e impactar la calidad de la educación dominicana”.

Se trata del ingreso a la carrera docente, una de las carreras dentro del Estado Dominicano, como la diplomática y la judicial, más estable y que genera importantes beneficios a quien tiene el derecho de gozar de ella. Por lo tanto, el ingreso a la misma debería estar absolutamente protegido y con todos los controles que sean necesarios para asegurar su diafanidad.

El Ministerio de Educación tiene la obligación y responsabilidad de establecer claramente quienes han sido las personas responsables de dichas filtraciones y tomar todas las medidas que se correspondan con el caso. Se trata de un fraude que tiene múltiples consecuencias, tanto económicas, como respecto a la violación del derecho que todo ciudadano tiene de recibir una educación de calidad y que la Constitución establece muy claramente.

Termino con un párrafo del libro Profesores Excelentes de Barbara Bruns y Javier Luque[1] y que nos coloca en una dimensión regional, más global, sobre el asunto y que debería servirnos para tener mayor conciencia como sociedad del tema en cuestión:

No se trata de cualquier tema, ni de cualquier política educativa. Estamos hablando de la entrada a la carrera docente y de todos los privilegios que ella tiene. Asegurar su diafanidad es una condición fundamental y necesaria, para el desarrollo de la educación de calidad que tanto aspiramos.

[1] Bruns, B. y Luque, J. (2015). Profesores Excelentes. Cómo mejorar el aprendizaje en América Latina y el Caribe. Grupo del Banco Mundial

Fuente: https://acento.com.do/opinion/concurso-docente-humm-9030604.html
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Plan, programa, textos: fragilidad institucional

 Por: Carlos Ornelas

En diciembre de 2012, en un contexto diferente, con el ánimo de que el Estado recuperara la rectoría de la educación, el entonces secretario de Educación Pública, Emilio Chuayffet, sentenció: “La Secretaría de Educación Pública es un archipiélago”. Se refería al sistema educativo mexicano donde los fieles del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación llevaban la mano y cada segmento de la burocracia jalaba para su lado.

El gobierno de Peña Nieto no forjó un continente en la educación nacional, mas unió al sector central, recuperó buena parte del control que tenía el SNTE en la educación básica y dotó de dirección y sentido centralista a la administración del sistema. Le dejó el plato servido al gobierno de la Cuarta Transformación para satisfacer sus afanes de concentrar el poder en la educación.

El currículo nacional es monopolio de la SEP desde hace décadas. Pero el gobierno anterior instituyó el Sistema de Información y Gestión Educativa y el Fondo de Aportaciones de Nómina Educativa y Gasto Operativo, bajo el control riguroso del gobierno central. Y todo mundo sabía quién mandaba en la SEP.

Hoy hay dudas sobre ese mando. Erick Juárez Pineda (La Jornada, 30/01/2022) discurrió que el sillón de Vasconcelos le queda grande a la secretaria Delfina Gómez Álvarez. En efecto, parece que la secretaria no rige, que cada subsecretaría es una isla y dentro de ellas pequeñas tribus luchan por el control.

El director general de Materiales Educativos de la Subsecretaría de Educación básica, Marx Arriaga Navarro, parece que se gobierna solo o que responde a consignas de Palacio Nacional. Este personaje alcanzó notoriedad el año pasado cuando lanzó la consigna de nuevos libros de texto gratuitos para revisar la historia de México. El presidente López Obrador manifestó alegría porque se desplazaría al conocimiento neoliberal.

El señor Marx Arriaga ocupa en estos días titulares en la prensa y lanza diatribas contra la derecha, el neoliberalismo y las nociones malditas, como calidad educativa; va por un cambio radical en el currículo. Él, no la maestra Delfina, es el jefe de las “Asambleas de análisis del plan y los programas de estudio para el diseño de los libros de texto gratuitos para la educación básica”.

En ellas, imita al presidente y asegura que los libros de texto vigentes son de la derecha, que defiende y promueve una enseñanza empresarial. Y, claro, bajo su guía el magisterio va a elaborar nuevos libros, planes y programas con el sabor de la 4T. Es más, intuyo que aspira a que el presidente López Obrador pontifique sobre su proeza en alguna o varias de la mañaneras.

No sólo con este bodrio asambleísta, sino también por el errático retorno a clases y una mala actuación política, se erosiona la confianza de la ciudadanía en el funcionariado. La plaza pública percibe que la SEP sigue siendo un archipiélago. Fomenta la debilidad institucional, que se convierte en decaimiento educativo.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/plan-programa-textos-fragilidad-institucional/

Imagen: https://www.animalpolitico.com/2022/02/marx-arriaga-director-materiales-sep-derecha-plan-educativo/

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Memoria y cuento

Por: Roberto Patiño

El 15 de enero Nicolás Maduro acudió a la Asamblea Nacional oficialista para cumplir con la obligación de presentar la Memoria y Cuenta de su gestión durante 2021.

El evento, presentado por la red de medios públicos como la comparecencia de un monarca a las “cortes” de su reino, estuvo muy lejos de los estándares de un presidente democrático obligado a presentar un balance del gasto público, entre otras razones, porque en Venezuela, desde hace mucho tiempo y por iniciativa del régimen, no existe una Ley de Presupuestos que obligue al poder Ejecutivo a manejar de manera transparente las cuentas del Estado, y porque la división de poderes en el país es apenas un recuerdo tras dos décadas de desprecio revolucionario por los valores democráticos.

Dentro del compendio de mentiras enarboladas el sábado, resultó especialmente chocante escucharle decir que 2021 fue el año del inicio de la recuperación económica, a razón de una supuesta mejora en los datos en el último trimestre, y la previsión de un crecimiento en el producto interno bruto venezolano, un dato sacado debajo de la manga de los propagandistas de Miraflores, que contradice los más optimistas análisis de firmas especializadas.

La pobreza se ha instalado en Venezuela con una inflación en dólares que golpea a los venezolanos, como en ninguna otra parte del mundo. Los bodegones y la vida nocturna de algunas calles del este de la ciudad de Caracas, no es un síntoma de la mejora de la economía, sino un indicador de las desigualdades económicas que se han instalado en el país, al amparo de un supuesto socialismo que ha sido eficiente sólo en redistribuir la pobreza y dar oportunidades a quienes están cerca del poder y aceptan jugar bajo sus reglas.

Señalar que en Venezuela la pobreza alcanza a 17,7% de la población y que la pobreza extrema está presente en 4,1% de los hogares venezolanos es una bofetada para los millones de venezolanos que sobreviven en el país o que se han visto obligados a arriesgar la vida saliendo de nuestras fronteras. Gracias a la rigurosidad de las universidades autónomas, podemos tener un imagen más completa y compleja de lo que vemos todos los días en las calles y sabemos que, a diferencia de lo que dice el régimen, 94,5% de los venezolanos están en situación de pobreza y que la pobreza extrema, según la encuesta Encovi, lastra el futuro del 76,6% de nuestros ciudadanos.

Quienes vivimos en Venezuela sabemos que lo expuesto el 15 de enero es una imagen distorsionada y grotesca de lo que ocurre en el país, un esfuerzo de propaganda que nada tiene que ver con la vida de millones de venezolanos que salen todos los días a luchar por su sobrevivencia. Si en el país subsiste una verdadera organización popular que lucha y se empodera de su destino es a pesar de la situación económica a la que nos ha llevado el régimen y por fuera de las aspiraciones de control de la vida social que tiene Miraflores.

Este abierto conflicto con el más elemental sentido común y rechazo a reconocer la realidad del país, forma parte de una política oficialista que está obsesionada con la preservación del poder. Lo que tuvo que ser un acto de humilde reconocimiento de la gravedad de la situación económica y social que atraviesa Venezuela, se convirtió, el pasado sábado, en la auto proclamación de un caudillo que se percibe a sí mismo como el único capaz de dirigir los destinos de los venezolanos hasta 2030.

Estas manipulaciones del 15 de enero reafirman nuestro deber y compromiso por recuperar la democracia. Sólo en un sistema que de plenas garantías a sus ciudadanos, en el que exista la separación de poderes, en el que se deje trabajar a la prensa, a las organizaciones de la sociedad civil y al poder popular organizado, se podrá garantizar una verdadera contraloría de lo público. Sólo así el acto protocolar de presentar la Memoria y Cuenta del Ejecutivo recuperará el valor contralor que tiene en la Constitución y volverá a ser el espacio y el momento para saber el verdadero tamaño de los retos que tenemos por delante.

El venezolano no quiere más cuentos ni eventos proselitistas en los que se rinda culto a la personalidad del hombre fuerte. Quiere un gobierno democrático, que no le mienta a sus ciudadanos.

Trabajar por este objetivo es nuestro compromiso.

Cofundador de Alimenta La Solidaridad y de Caracas Mi Convive.

www.rpatino.com

Fuente e Imagen: https://www.elnacional.com/opinion/memoria-y-cuento/

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Hagamos ruido por la crisis silenciosa de la educación

Por: Vijay Prashad

El cuarto Objetivo de Desarrollo Sostenible de la ONU está relacionado con la educación inclusiva y de calidad. Antes de la pandemia, ya estaba claro que para 2030 esto no se lograría para el 43% de los niños y niñas del mundo.

En octubre de 2021, la Comisión Económica de las Naciones Unidas para América Latina y el Caribe (CEPAL) celebró un seminario sobre la pandemia y los sistemas educativos. Las cifras son impresionantes: el 99% de las y los estudiantes de la región pasaron un año académico entero con interrupción total o parcial de las clases presenciales, mientras que más de 600.000 niñxs lucharon con la pérdida de sus cuidadorxs debido a la pandemia. Además, se estima que la crisis podría obligar a 3,1 millones de niñxs y jóvenes a abandonar la escuela y a más de 300.000 a trabajar. En el seminario, Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL, dijo que la combinación de la pandemia, las turbulencias económicas en la región y los retrocesos en la educación han provocado «una crisis silenciosa».

 

La situación en todo el mundo es igualmente grave, y la frase «crisis silenciosa» quizá necesite una aplicación más global. Las Naciones Unidas señalan que «más de 1.500 millones de estudiantes y jóvenes de todo el planeta se ven o se han visto afectadxs por el cierre de escuelas y universidades debido a la pandemia de la COVID-19»; al menos 1.000 millones de escolares corren el riesgo de quedarse atrás en sus estudios. «Lxs niñxs de los hogares más pobres», dice la ONU, «no tienen acceso a Internet, computadores personales, televisores o incluso radios en casa, lo que amplifica los efectos de las desigualdades de aprendizaje existentes». Cerca de un tercio de todos lxs niñxs —al menos 463 millones— no tienen ningún acceso a las tecnologías para la educación a distancia; tres de cada cuatro de estos niñxs proceden de zonas rurales, la mayoría de los hogares más pobres. Debido al cierre de las escuelas durante los confinamientos y a la falta de infraestructura para el aprendizaje en línea, muchos niños y niñas «se enfrentan al riesgo de no volver nunca a la escuela, deshaciendo años de progreso en la educación en todo el mundo».

 

En 2015, los 193 Estados miembros de las Naciones Unidas acordaron la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, estableciendo diecisiete Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que debían cumplirse en un plazo de quince años. Todo el proceso de los ODS, que comenzó con los Objetivos de Desarrollo del Milenio para reducir la pobreza en el año 2000, contó con un amplio consenso. El cuarto ODS consiste en «Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos». Como parte del proceso para avanzar en este objetivo, las Naciones Unidas y el Banco Mundial desarrollaron conjuntamente un concepto llamado «pobreza de aprendizaje», definido como «ser incapaz de leer y comprender un texto sencillo a los 10 años». La medida de «pobreza de aprendizaje» se aplica al 53% de lxs niñxs de los países de ingresos bajos y medios y hasta al 80% de lxs de países pobres. Antes de la pandemia, estaba claro que para 2030 las aspiraciones de los ODS no se lograrían para el 43% de los niños y niñas del mundo. Las Naciones Unidas informan ahora que en 2020 otros 101 millones, o el 9% de lxs niñxs de las clases 1 a 8, «quedaron por debajo de los niveles mínimos de competencia en lectura» y que la pandemia ha «anulado los avances en materia de educación logrados en los últimos 20 años». Ahora se reconoce universalmente que el cuarto ODS será irrealizable durante mucho tiempo.

 

La ONU y el Banco Mundial han dado la voz de alarma de que esta «crisis silenciosa» tendrá un impacto devastador en el futuro económico de las y los estudiantes. Calculan que «esta generación de niñxs arriesga ahora perder 17 billones de dólares en ingresos de por vida en valor actual, o alrededor del 14% del PIB mundial actual, debido a los cierres de escuelas relacionados con el COVID-19 y a las crisis económicas». Lxs estudiantes no solo van a perder billones de dólares en ingresos de por vida, sino que también se van a ver privadxs de la sabiduría y las habilidades sociales, culturales e intelectuales vitales para el avance de la humanidad.

 

Las instituciones educativas, desde los primeros años hasta la universidad, ya hacen hincapié en la comercialización de la educación. El declive de la formación básica en humanidades se ha convertido en un problema global, privando a la población mundial de una base en historia, sociología, literatura y artes, disciplinas que crean una comprensión más rica de lo que significa vivir en una sociedad y ser un ciudadano del mundo. Este tipo de educación es un antídoto contra las formas tóxicas de patrioterismo y xenofobia que nos llevan a la aniquilación y la extinción.

 

Las instituciones culturales son las que más problemas tienen en la «crisis silenciosa». Un estudio de la UNESCO sobre el impacto de la pandemia en 104.000 museos de todo el mundo reveló que casi la mitad de estas instituciones experimentaron una reducción significativa de la financiación pública en 2020, con ganancias limitadas al año siguiente. En parte debido a los confinamientos y en parte a los problemas de financiamiento, la asistencia a los museos de arte más populares del mundo se redujo en un 77% en 2020. Además de la pandemia, el auge del capitalismo de plataformas —actividad económica arraigada en las plataformas online— ha acelerado la privatización del consumo cultural. Las formas públicas de exposición cultural a través de la educación pública, los museos y galerías públicas y los conciertos públicos no pueden seguir el ritmo de Netflix y Spotify. El hecho de que solo el 29% de la población del África subsahariana tenga acceso a Internet hace que las desigualdades de la vida cultural sean una preocupación aún más acuciante.

 

La forma en que se ha tratado a las y los profesores durante la pandemia demuestra la poca importancia que se da a este trabajo crucial y a la educación en general en nuestra sociedad global. Solo en 19 países se colocó a lxs profesores en el primer grupo de prioridad con lxs trabajadores de primera línea para recibir la vacuna COVID-19.

 

El Instituto Tricontinental de Investigación Social ha desarrollado junto a 26 institutos de investigación de todo el mundo Un plan para salvar el planeta, bajo el liderazgo de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP). Seguiremos señalando ese texto porque desafía significativamente la visión del statu quo sobre cómo debemos proceder en nuestras luchas globales compartidas. En lo que respecta a la educación, por ejemplo, estamos construyendo nuestro marco para el planeta basándonos en las necesidades de las y los profesores y alumnos, no en el PIB o el valor del dinero. En cuanto a la educación, tenemos una lista de once demandas que no son exhaustivas, pero sí sugerentes. Pueden leerlas aquí.

 

Les pedimos que lean atentamente el plan. Esperamos sus comentarios, por favor envíenoslos  a plan@thetricontinental.org. Si estas ideas les parecen útiles, les rogamos que las difundan ampliamente. Si se preguntan cómo proponemos financiar estas ideas, echen un vistazo al plan completo (por cierto, actualmente hay al menos 37 billones de dólares en paraísos fiscales ilícitos).

 

En Honduras se están dando pasos en esta dirección. El 27 de enero, la presidenta Xiomara Castro tomó las riendas del país, convirtiéndose en la primera mujer jefa de gobierno en la historia nacional. Inmediatamente se comprometió a dar electricidad gratuita a más de un millón de los casi diez millones de habitantes de Honduras. Esto mejorará la capacidad de la población hondureña más pobre para ampliar sus horizontes culturales y aumentará las posibilidades de que los niños y niñas puedan participar en el aprendizaje en línea durante la pandemia. El día de la toma de posesión de la presidenta Castro, leí las hermosas palabras de la poeta nicaragüense-salvadoreña Claribel Alegría, cuyo compromiso con el progreso de los pueblos de Centroamérica se refleja en sus brillantes poemas. En 1978, justo antes de la revolución nicaragüense, Alegría ganó el Premio Casa de las Américas por su colección Sobrevivo. Con D. J. Flakoll, escribió la historia definitiva de la Revolución Sandinista: Nicaragua, la revolución sandinista: una crónica política 1855-1979, publicada en 1982. El fragmento de su poema “Contabilizando» de su libro Fugues (1993) nos enseña la importancia de la poesía y la epifanía, y la importancia que el sueño y la esperanza tienen para el avance humano:

 

No sé cuántos años soñando
con la liberación de mi pueblo
algunas muertes inmortales
los ojos de aquel niño desnutrido
Tus ojos cubriéndome de amor
una tarde nomeolvides
Y en esta hora húmeda
las ganas de plasmarme
en un verso
en un grito
en una espuma

Fuente de la información e imagen: https://www.alainet.org

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Las otras violencias

Por: Gustavo Esteva

Para sobrevivir y crear una opción, debemos tomar seriamente en cuenta la metamorfosis grotesca que sufrió el patriarcado capitalista y democrático que teníamos al instalar en su lugar el régimen que ahora padecemos.

Lo que se empieza a llamar agonía patriarcal por la rebelión de las mujeres está llevando a su extremo los peores rasgos del patriarcado. No sólo es una violencia que parece ilimitada. Es la centralidad de su evangelio de muerte, conforme al cual se intenta sustituir todo lo vivo por productos del hombre. La tecnología para dar órdenes desde el cerebro a todas las cosas que nos rodean simboliza bien lo que ha sido siempre la pretensión del varón. Por eso la lucha antipatriarcal pone de nuevo el cuidado de la vida en el centro de la preocupación personal y la organización social.

El nuevo régimen lleva aún más lejos la degradación moral de las élites propia del capitalismo. Nuestros 100 asesinatos diarios son terribles. Pero esa contabilidad no toma en cuenta que toda la gente está continuamente expuesta a productos que la matan, lenta y silenciosamente, y a condiciones como la contaminación atmosférica, que causa cada año más muertes que las atribuidas al covid desde que empezó.

La mayoría de la gente ha caído ya en una forma de dependencia del estómago que es, literalmente, mortal. Cada vez más, debe buscar en el mercado sus alimentos. Los que ahí encuentra no sólo son poco nutritivos; muchos de ellos son claramente tóxicos y quitan lentamente la vida a quienes los consumen.

El primer lugar mundial en el consumo de refrescos por persona y que México tenga la tasa más alta de obesidad infantil en el mundo son dos hechos interrelacionados que ilustran bien el estado de cosas. Los bebés reciben alimentos azucarados muy pronto y poco a poco se les programa para que rechacen los que no tienen la dosis de azúcar a la que se les ha acostumbrado. Casi todos los refrescos, muchos otros alimentos e incluso las medicinas utilizan fructosa, en vez de azúcar de caña, que es más barata, pero muy dañina.

Nada de esto es secreto. Toda la información pertinente está en Internet, al alcance de todos. De vez en cuando se desliza en los periódicos algo especialmente escandaloso. Pero nada lo detiene. Necesitamos asumir con entereza lo que enfrentamos: una mafia criminal y cínica alimenta a la mayoría de la población y su actividad irresponsable causa inmenso daño ambiental.

Hay organizaciones que por décadas han estado denunciando esta situación. Se han realizado innumerables gestiones ante todos los gobiernos para que actúen, pues resulta claro que podrían remediarla en poco tiempo si emplearan para ello sus facultades y la legislación apropiada. Sería posible, por ejemplo, emitir leyes que prohibieran la producción y distribución de muchos productos; que limitaran drásticamente las cantidades de azúcar y otros ingredientes que pueden incorporarse a los alimentos y bebidas; que vetaran la propaganda que induce el consumo de alimentos tóxicos o dañinos, y muchas cosas más.

Nada de esto es novedad. Se han ofrecido abundantes argumentos y buenas fundamentaciones de todas esas medidas. Pero hace tiempo sabemos que los gobiernos no lo harán. No es tanto porque serán medidas muy impopulares, lo cual podrían enfrentar con la difusión oportuna y adecuada de sus motivos y propósitos. Es sobre todo porque los gobiernos carecen de la voluntad y el poder político que se necesitan para enfrentarse a las élites económicas a las que se subordinan y que son las que realmente conducen el rumbo de la sociedad y del gobierno.

Se ha comentado que podría estarse dando un viraje a la izquierda en los gobiernos de América Latina. Así parece. Pero eso no modifica la situación. La incapacidad evidente de los gobiernos de actuar en función de los intereses de la gente en cuestión tan fundamental como la comida se observa por igual en todo el espectro ideológico, desde la extrema izquierda hasta la extrema derecha.

La pandemia agravó el problema, pero también fue un despertar para mucha gente. Más y más personas se unen ahora a quienes desde hace muchos años actúan como se requiere: aumentan paso a paso la capacidad autónoma de producir lo que comen y tejen redes que unen a los consumidores urbanos con productores rurales.

Esta línea de acción, que escapa abiertamente del mercado y para remediar sus males confía en sus propias fuerzas, no en las del Estado, desafía abiertamente al régimen dominante y lo desmantela desde abajo. Aunque enfrenta grandes dificultades, está al alcance de casi todas las personas y grupos, incluso y especialmente de las más pobres. Para muchas de ellas empieza a ser fórmula de supervivencia. Hoy, además, quien empieza poco a poquito a hacerlo tiene la ventaja de que se multiplican por todas partes los ejemplos de quienes llevan ya buen rato transitando por ese camino y se muestran dispuestos a compartir su experiencia. No hay ciudad, en el país o en el mundo, en que no haya algún caso de ese tipo. Y en muchas ciudades hay una efervescencia espectacular… que alienta la esperanza en medio del desastre.

Fuente de la información e imagen: https://www.jornada.com.mx

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