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Enseñanzas y perspectivas

Antonio Antón

La izquierda alternativa, diferenciada del PSOE y de la izquierda nacionalista, está en un proceso transitorio de rearticulación política y organizativa.

 

La coalición Sumar y Podemos, además del Partido Socialista, se han llevado un batacazo en las elecciones gallegas. Junto con la experiencia de sus tensas relaciones en los últimos meses y los retos inmediatos de las elecciones europeas exigen una reflexión colectiva. Se trata de valorar su papel y su futuro, en el marco del objetivo compartido de reforzar el bloque progresista, democrático y plurinacional frente a la ofensiva de las derechas.

 

En un libro reciente, Izquierda transformadora, he analizado el proceso de formación de ese espacio sociopolítico y electoral y sus características, así como sus límites y sus retos estratégicos; en un artículo anterior, Sumar y Podemos en la encrucijada, he expuesto y comparado, con datos del CIS, su representatividad electoral para establecer una base objetiva sobre su doble relación de cooperación y competencia. Se trata ahora de sacar las enseñanzas de estas dificultades y tentativas articuladoras últimas para desbrozar el camino de su refundación, en el que están inmersos, definir las perspectivas sociopolíticas y promover el necesario empuje reformador para garantizar el avance social y democrático.

 

Declive y refuerzo de las fuerzas del cambio de progreso

 

En el declive de Unidas Podemos, y de las fuerzas del cambio de progreso en general, intervienen tres tipos de factores: la estrategia de los poderes fácticos -política, institucional y judicial- de acoso y aislamiento a Podemos; la renovación y el giro hacia la izquierda por parte del Partido Socialista, en el llamado ‘sanchismo’ (2018/2019), tras casi una década de crisis interna y de su orientación estratégica socioliberal, y la fragmentación de la izquierda transformadora.

 

Ese debilitamiento se quiso afrontar con la renovación del liderazgo de Yolanda Díaz, en el ámbito institucional de UP, acompañado por Jone Belarra como Secretaria General de Podemos, como motor del conglomerado. Pero ese diseño colaborativo y de cierta renovación dentro de la lógica de continuidad de Unidas Podemos y su ampliación, se frustró.

 

La estrategia de división y aislamiento de Podemos ha tenido un relativo éxito, sobre todo por la descalificación mediática y el acoso de los poderes fácticos, pero también por la promoción comparativa de Yolanda Díaz y Sumar. Constituían una alternativa más moderada, dialogadora o transversal, pero con mayor respaldo público, a tenor de los estudios demoscópicos, así como con el trasvase de una parte del anterior electorado y los grupos políticos vinculados con Unidas Podemos, más exigente, crítico y de izquierdas.

 

Por otra parte, hay un interés socialista por rebajar la presión por su izquierda y garantizar una mayor normalización política, especialmente dirigido hacia Podemos, que constituía un desafío por su política confrontativa con los poderosos. Así, han conseguido dejarlo en una posición subalterna, aunque todavía con influencia sociopolítica y, en algún caso, determinante, aunque pendiente de comprobar su legitimidad pública en las elecciones europeas, el alcance de su estrategia de reafirmación y su capacidad de supervivencia como actor relevante.

 

Ante el no reconocimiento de su representatividad en el seno del grupo parlamentario de Sumar, tal como reclamaban, y la consecuencia de su inoperatividad política, era bastante inevitable su salida del grupo para intentar tener mayor iniciativa política y pública. La división ha sido dura y su futuro es difícil. Falta saber, tal como vaticinan algunos augurios, si se produce una derrota global en las elecciones europeas y, a más largo plazo, si logra una supervivencia suficiente para encarar su remontada.

 

Aquí habría que distinguir entre pronóstico y plan. El diagnóstico y la profecía del hundimiento político y electoral de Podemos está en el debate público. Es una hipótesis que, en muchos casos, se basa en ciertos hechos pero, sobre todo, en el deseo normativo de distintos actores. Y ello se convierte en plan para conseguir su irrelevancia global. Aparte de denotar poco respeto por el pluralismo político, la cuestión a valorar de ese plan es en qué medida es factible y realista y si perjudica (o no) al conjunto de las izquierdas, aunque revierta en una ventaja relativa para Sumar (con sus aliados), que ocuparía todo ese espacio, probablemente minorizado.

 

Por otra parte, hay que dejar abierta la posibilidad de ver si se modifican las condiciones unitarias para las próximas elecciones generales (y municipales y autonómicas) o, en caso contrario, si es capaz Podemos de persistir con un mínimo de representatividad electoral.

 

Por tanto, dentro del posible debilitamiento de ambos o, bien, en el mejor de los casos, de su respectivo fortalecimiento orgánico, más o menos asimétrico, en el que están empeñadas ambas dirigencias, las dificultades mayores son para Podemos, para mantenerse como un actor para tener en cuenta en el escenario público e institucional y condicionar el proceso social y político. Es el emplazamiento inmediato que tienen ambos para las elecciones europeas, especialmente la formación morada, más aislada mediáticamente. Veamos estas perspectivas.

 

La división y el difícil camino unitario

 

Desde la lejana oposición a un Ejecutivo continuista entre PSOE y Ciudadanos, que supuso el inicio de la gran fractura interna entre los llamados errejonismo y pablismo, Podemos, partidario de un cambio sustantivo de progreso, es percibido como una amenaza para la consolidación de la normalización política y el continuismo de la gestión gubernamental socialista. Tiene una actitud reformadora más valiente y exigente, especialmente en el ámbito socioeconómico y democrático, así como en el internacional. Supone un freno a las medidas gubernamentales derivadas de una reorientación centrista o el retroceso de derechos, cuestión que genera fricción, como en los últimos casos sobre la reforma punitivista de la Ley de ‘solo sí es sí’, los recortes en el subsidio de desempleo o el estancamiento de la ley de vivienda, así como en la exigencia de una solidaridad más contundente con el pueblo palestino y el rechazo al genocidio del Gobierno israelí…

 

No obstante, las propuestas reformadoras de la mayoría dirigente de Podemos, nada radicales o utópicas, podrían encajar en una negociación plural y consensuada de la mayoría parlamentaria progresista y, en particular, con Sumar. Además, puede ser un puente en la alianza plurinacional y la reforma territorial y del Estado. O sea, Podemos tiene un proyecto transformador diferenciado en algunos aspectos y es más ambicioso; pero comparte objetivos comunes con el conjunto de las fuerzas del bloque progresista o democrático y plurinacional. Por tanto, es compatible con una estrategia global de garantizar la estabilidad del Gobierno, sin ser seguidista o estar subordinado a todas y cada una de las medidas gubernamentales aprobadas, cuestión que cabe en un acuerdo desde la pluralidad.

 

En todo caso, el problema principal del conjunto de esa izquierda alternativa es el de la capacidad transformadora real, no solo discursiva o de habilidad negociadora, basada en una relación de fuerzas sociopolíticas que condicione al poder establecido y las instituciones parlamentarias y ejecutivas para el avance sustantivo en condiciones y derechos para las mayorías sociales. Es el auténtico sentido de la política ‘útil’ que reclaman ambos, Sumar y Podemos. Luego viene la pugna por el relato de cuánto se ha avanzado y para quién y, sobre todo, quién y cómo se ha conseguido, y se ve beneficiado por el incremento de su legitimidad pública y su acceso a mayor poder institucional.

 

Existe una disputa sobre el alcance y sentido de las reformas impulsadas y los objetivos de la estrategia reformadora, así como sobre la recomposición del espacio progresista y el peso socio-electoral e institucional de sus distintas corrientes para condicionar la dinámica política: socialista, Sumar, nacionalismo de izquierda y Podemos. Y si nos atenemos a la izquierda transformadora confederal, entre sus dos alas: la moderada, amable o transversal, y la más resistente, exigente o de izquierdas. Y este reequilibrio y la convivencia a través de un pacto mínimo, al menos para las próximas elecciones generales, y dadas las constricciones de la normativa y los componentes competitivos y de legitimación democrática en los procesos electorales, debiera atenerse a los procedimientos democráticos básicos de respeto a la pluralidad y basarse en los objetivos compartidos y la negociación y regulación de los disensos.

 

Partimos hoy desde la realidad de la primacía socialista, la distinta representatividad e influencia del resto de actores, así como las diferentes ventajas y desventajas derivadas del contexto. Pero, hay que arbitrar un mecanismo objetivo y democrático de articulación orgánica del conjunto del espacio alternativo, dentro de una cultura integradora y de respeto a la pluralidad.

 

Un espacio alternativo diferenciado de la socialdemocracia

 

La consolidación del bipartidismo es difícil, al menos en la izquierda, con la completa hegemonía del Partido Socialista, a través de la mayor absorción, minoración y subordinación de Sumar y la (casi) marginación de Podemos, que haría innecesario incluso un gobierno de coalición y se abriría su acariciado objetivo por gobernar en solitario o con mayor autonomía respecto de su izquierda; igualmente, respecto del nacionalismo de izquierda (ERC, EH-Bildu y BNG), aunque es más difícil su neutralización por el peso de la plurinacionalidad de la sociedad española.

 

No obstante, el conflicto social y democrático (incluido el ecológico, el feminista y el territorial) persiste y hay espacio sociopolítico para una izquierda social y política transformadora o, si se quiere, una fuerza democratizadora del Estado y reformadora de lo socioeconómico y laboral -un nuevo y renovado laborismo-. En ese sentido, la existencia y relevancia de Podemos, frena tres dinámicas problemáticas: La moderación de Sumar con su subordinación a la estrategia socialista; la propia tendencia centrista o socioliberal del PSOE, y la desarticulación de un frente plurinacional relevante, incorporado a la llamada dirección de Estado, vista con recelo en la izquierda moderada y sin convicciones federalistas. Pero ese digno y valiente papel, con el desafío al poder establecido y las inercias adaptativas, es el fundamento que explica su freno por los poderes fácticos.

 

Por tanto, el debilitamiento de Podemos sería perjudicial para mantener un espacio sociopolítico y electoral relevante autónomo del Partido Socialista, con un empuje transformador; además, su refuerzo también debiera representar una dinámica unitaria con los distintos grupos de Sumar, con los que comparten muchos objetivos de progreso frente a las dinámicas reaccionarias. Todavía hay vasos comunicantes entre las bases sociales de las dos sensibilidades y con la socialista. Así, se debería tender, especialmente por abajo, al establecimiento de puentes unitarios y consensuar una competencia ordenada y democrática que defina los equilibrios representativos en cada coyuntura, y se puedan sumar realmente todos los esfuerzos transformadores con su representatividad real.

 

En definitiva, al igual que en los grandes movimientos populares progresistas o amplios frentes sociales y políticos, es posible combinar diversidad y colaboración, frente al bloque de los poderosos. En consecuencia, es conveniente resaltar los intereses y objetivos comunes, así como consensuar los procedimientos democráticos para articular las estructuras orgánicas y de representación y la regulación de los desacuerdos y la pluralidad existentes. Ello permitirá reforzar la credibilidad de una representación política alternativa con una rearticulación político-organizativa positiva, en beneficio de las fuerzas progresistas y el avance social y democrático de la sociedad.

 

Arraigo social y reactivación cívica, claves para la remontada alternativa

 

Hay un problema estructural en la conformación de la izquierda transformadora: su vinculación con el tejido asociativo y popular, con los movimientos sociales y sus activistas, incluido el sindicalismo, el feminismo y el ecologismo, muchos con doble militancia en organizaciones sociales y políticas, así como con las demandas surgida de abajo, de la propia sociedad civil.

 

En esta década, se ha construido una representación política al calor de un amplio y heterogéneo movimiento popular, por la activación cívica y la protesta social progresista simbolizadas por el movimiento 15-M. Pero, aparte del descenso relativo de la movilización social -salvo la cuarta ola feminista y ciertas movilizaciones parciales, como la de la sanidad pública o los pensionistas-, se ha producido un giro estratégico, discursivo y organizativo por la preferencia de la acción comunicativa, como constructora de campo electoral, y la acción institucional como gestión reformadora que legitima y reproduce a esa representación partidaria.

 

No obstante, esos dos ejes, discursivo e institucional, son insuficientes para evitar su declive representativo. Y, junto con otras causas, como el acoso político y mediático y la capacidad renovadora del propio Partido Socialista, se ha ido viendo el factor decisivo de otro rasgo fundamental de su articulación: el déficit de su arraigo social, denominado mediáticamente como inserción en el territorio. Se trata de esa vinculación real y directa con la gente, especialmente la más activa y sensibilizada, con su problemática y sus aspiraciones para articular las políticas públicas. El impacto ha sido evidente en los últimos comicios autonómicos gallegos, al igual que en los anteriores del 28 de mayo, sin que en unas elecciones generales como las del 23-J tenga el mismo peso al complementarse con la credibilidad gestora y transformadora del conjunto del país.

 

En ese sentido, la prioridad reformadora de la izquierda alternativa, dentro del bloque progresista, democrático y plurinacional, no es solo sobre las cosas cotidianas de las condiciones de vida, trabajo, protección pública o sostenibilidad medioambiental de las mayorías sociales, sino también la necesidad para abordar y ser creíble respecto de las políticas globales, las estrategias y los relatos que están vinculadas con ellas. Y, normalmente, están en pugna con los de las derechas reaccionarias, incluso con el socioliberalismo continuista.

 

Forman parte de la legitimación y articulación de las representaciones políticas, su papel mediador con las demandas populares y, por tanto, por la pugna -legítima- por el poder institucional. Se trata de ligar esas aspiraciones ciudadanas inmediatas con la problemática de fondo sociolaboral, económica y democrática, con un objetivo más profundo de la justicia social y la democracia, con la defensa del Estado de bienestar y de derecho y los servicios públicos, con la redistribución pública, la justicia fiscal y la protección social, por una dinámica igualitaria y emancipadora, característica de la izquierda democrática.

 

Por tanto, la solución viene por el refuerzo de ese arraigo social y la voluntad y la credibilidad transformadora de la representación política de la izquierda alternativa, acompañada de la activación cívica y la pugna ideológica y cultural desde los valores progresistas y los derechos humanos, sociales y democráticos.

 

Algunos rasgos de la actual movilización social progresista

 

El movimiento de solidaridad con el pueblo palestino, ante el colonialismo y el genocidio del Gobierno israelí tiene una gran importancia política, simbólica y ética, y hay que reforzarlo. Ha habido masivas muestras de apoyo en las ciudades más importantes de Europa, incluido en España. No obstante, el grueso del poder establecido europeo y los principales gobiernos, junto con sus aparatos mediáticos, están muy dependientes de la estrategia estadounidense que ampara al Gobierno israelí y es una dificultad añadida para parar su agresión, aun con la oposición de muchos países del Sur global. La cultura pacifista y de solidaridad internacional es una característica fundamental ante la agudización de los conflictos geopolíticos y las dinámicas neocoloniales.

 

Dejando aparte las dinámicas nacionalistas periféricas, el movimiento específico progresista más masivo e impactante en España, en los últimos años, ha sido el movimiento feminista, con significativos cambios normativos y de mentalidades, en particular frente a la violencia machista y por la prioridad del consentimiento y la voluntariedad en las relaciones sexuales. Y ha sido evidente la reacción derechista y conservadora en su contra. Aun así, y a pesar de su relativa división interna, el grueso de esa movilización y concienciación feminista representa una buena orientación igualitaria-emancipadora y un modelo de participación feminista, incluido varones solidarios, en defensa de la igualdad de género y la emancipación de las mujeres y colectivos LGTBI. Además, ha tenido un gran impacto positivo en la sociedad, por ejemplo en el reciente caso del beso no consentido a Jenni Hermoso, campeona mundial, por parte del presidente de la Federación de futbol, Luis Rubiales, forzado a dimitir por la repulsa cívica.

 

Sin embargo, aquí habría que diferenciar, al menos dos niveles distintos sobre la dimensión, capacidad expresiva, profundidad y duración de procesos movilizadores o de una activación cívica prolongada que conforman cambios cualitativos en la experiencia popular y la actitud sociopolítica, cultural y representativa en el campo político-electoral. Y, además del movimiento antifranquista -base social de la izquierda- y, en parte, el movimiento pacifista y el sindical en los años ochenta -base electoral de Izquierda Unida-, y referido a la configuración de la izquierda transformadora en esta etapa histórica, su formación se inició con un amplio y heterogéneo movimiento popular progresista, simbolizado por el llamado movimiento 15-M que se mantuvo durante un lustro (2010/2014).

 

Su particularidad, aparte de su masividad y legitimidad social, fue que contribuyó a la oposición y la crítica de las políticas regresivas y prepotentes de austeridad, aplicadas por el bipartidismo gobernante y amparadas por las instituciones europeas, con lo que se conformó un campo sociopolítico diferenciado de la socialdemocracia y más exigente respecto de la justicia social y la democratización política.

 

La articulación partidaria con arraigo social

 

Como segundo paso y de forma complementaria es cuando surgió Podemos y el relanzamiento del conjunto de las fuerzas del cambio de progreso. Es decir, la representación política como izquierda alternativa es deudora de un amplio proceso participativo democrático y popular que sentó las bases de un espacio sociopolítico y electoral a la izquierda de la socialdemocracia y que luego se tradujo en fuerza institucional, con la consolidación de su potencial transformador.

 

Como se ha dicho, se ha ido produciendo un cierto declive gradual de ese espacio, aunque una parte votante desplazada hacia el PSOE (o la izquierda nacionalista) se puede considerar todavía una base social transformadora y reversible o dual en su expresión electoral. La opinión realista es que, por una parte, todavía permanece algo de ese impulso transformador desde abajo, con esa experiencia sociopolítica y una cultura política más social y democrática, que explica la permanencia -debilitada- de un espacio sociopolítico y electoral más crítico y exigente que el Partido Socialista y diferenciado del nacionalismo. Por otra parte, además de evitar las insuficiencias y limitaciones de la dirigencia de los grupos alternativos, en particular de Sumar y Podemos, es necesaria la revitalización y la cooperación de ese espacio.

 

No obstante, esa aproximación unitaria va a venir (si viene a corto o medio plazo), fundamentalmente, en la medida que haya una reactivación cívica de distintos movimientos sociales y su mayor o menor convergencia e impacto sociopolítico y cultural; por otro lado, según la capacidad socialdemócrata para neutralizarlo o reorientarlo. Ello permitiría condicionar a las estructuras partidarias alternativas con un proceso democrático de cambio de progreso, más unitario, constructivo, plural y reformador, en el marco de su actual recomposición.

 

O sea, la solución, de venir, vendrá de abajo y, en parte, de fuera de las élites partidistas actuales, y su liderazgo se renovará y fortalecerá en la medida que se impulse, regule y coordine esta combinación de la activación cívica, el arraigo social y la acción democrática y plural de todo el conglomerado alternativo con su gestión institucional. Y ello supondría, en tensión con la dinámica de debilitamiento y división de esta izquierda transformadora, con sus pugnas corporativas y sus implicaciones para la gobernabilidad de progreso, una renovación y recomposición de las estructuras partidarias, en un nuevo proceso de refundación, camino de un amplio frente cívico, unitario, democrático y popular.

 

Antonio Antón. Sociólogo y politólogo.

 

Fuente: https://rebelion.org/ensenanzas-y-perspectivas/

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Opinión | Hermanos y condiscípulos: piezas clave en la educación global

Por: Andrés García Barrios

En esta nueva entrega de la serie “Testimonio de un autodidacta”, Andrés García Barrios da a conocer cuatro principios básicos para redirigir el mundo.

Testimonio de un autodidacta

De las muchas formas de autodidactismo que existen, mi visión se limita por el momento a una sola: la que yo mismo he practicado siempre. Es una visión radical que, de plantearse en términos teóricos, partiría más o menos de la siguiente afirmación:  La ausencia de vínculos sólidos con una madre amorosa, desde el nacimiento, deja a quien la sufre en una especie de intemperie, en la cual aprender a sobrevivir a toda costa de forma autónoma desplaza en buena medida al aprendizaje social estructurado (incluyendo en éste a la educación que se da en casa).

Aclaremos un par de términos: llamo amor materno al tipo de afecto que establece con el bebé una relación de “mío”, “mi bebé”, por lo que también puede provenir del padre, así que habría que llamarle mejor amor materno/paterno. Por otra parte, con “sobrevivir a toda costa” me refiero a ese tipo de situación que nos narra la fábula del ratón que cae en la cubeta de leche y, sin resignarse a hundirse, patalea hasta que convierte la leche en espesa crema y apoyado en ésta logra saltar fuera.

Queda claro que el ratón ─o sea, el lector de la fábula─ ha aprendido algo en esta experiencia: a saber, que no resignarse trae buenos resultados. Sin embargo, si continúa su vida por el camino autodidacta, pronto tendrá también que aprender en carne propia que patalear fue una solución dentro de una cubeta de leche, pero que no lo es en otras circunstancias. Entrará entonces en un proceso de prueba y error, engaño y desengaño, que le llevará mucho tiempo recorrer, pues para colmo se trata de un camino lleno de falsos éxitos que a la larga resultan muy desafortunados (estoy pensando en la niñita que, al no conseguir que le cumplan un capricho, patea lo que cree que es un muro, y como en realidad se trata de una mampara, hace tambalear ésta: convencida entonces de su enorme fuerza y de que puede tirar el edificio entero, amenaza con hacerlo si no se le consiente: le llevará años darse cuenta de que no es tan fuerte).

Seguramente ese largo recorrido se acortaría si el pequeño ratón fuera a la escuela y un maestro roedor le explicara el valor de no resignarse y algunas formas de hacerlo con éxito, de tal manera que al enfrentar un peligro el animalito pudiera poner en práctica lo aprendido sin necesidad de constatarlo antes por sí mismo.

Desafortunadamente, un autodidactismo tan radical como el que describo no es opcional: quien se ve sometido a él, tendrá que recorrerlo, mientras que quien tenga la fortuna de recibir amor materno/paterno “de leche y miel” (como dice Erich Fromm, quien distingue el amor maternal que solo alimenta ─leche─ por el que también brinda dulzura ─miel─) seguramente se librará de muchas lecciones basadas en el sufrimiento, y eso por el simple hecho de que ese amor nos equipa de confianza en nosotros mismos y en lo que podemos aprender, así como en los demás y en lo que pueden enseñarnos.

La fábula, y en general las fábulas ─género didáctico por excelencia─ nos muestran que la vida nos impone retos, para enfrentarlos necesitamos aprender algo; si aumentan los retos, aumenta la necesidad de aprendizaje. Por eso, en nuestra hiperdesafiante sociedad contemporánea, se ofrecen miles de cursos, tutoriales, conferencias, seminarios, diplomados, carreras… A la vez, millones de personas insisten en la necesidad de educar con amor y criar hijos y estudiantes que confíen en sí mismos y en los demás, lo cual es un requisito sine qua non para que la sociedad se convierta en un lugar floreciente, lleno de retos y de personas preparadas y contentas para hacerles frente.

El problema es que en los hechos, los retos aumentan enormemente mientras que el amor se reduce, con la fatal consecuencia de que la sociedad se marchita (cosa que empieza a dejar de ser una metáfora y se ha vuelto real, dadas las grandes crisis del agua, que obviamente no son sólo un reto natural sino también un desafío a la inteligencia emocional para afrontarlas).

En algunos aspectos, el mundo ha alcanzado condiciones de supervivencia en la que los retos inéditos imponen la necesidad de improvisar y asumir un radical proceso autodidacta. Es en este momento (que también podemos llamar “bomberazo mundial”) cuando las personas que por alguna circunstancia se la han pasado sobreviviendo, tienen mucho que aportar. Un ejemplo son nuestros jóvenes, quienes a toda prisa ─como el ratón del cuento─ han puesto manos a la obra, recurriendo a un autoaprendizaje de ritmo alocado con la esperanza de sacar al mundo adelante. No se les puede reprochar que lo hagan con los recursos que tienen a su alcance. Creo, de hecho, que todos debemos unirnos a su cruzada y aportar todo lo sepamos sobre cómo sobrevivir a la propia ignorancia, cosa en la que muchos somos expertos, aún sin saberlo: quizás no sea tan difícil hacerlo y sólo baste con una introspección sincera y con dar a los demás nuestro testimonio personal (tal como nos invita a hacerlo el pedagogo y psicoanalista Massimo Recalcati).

Yo por mi parte he empezado esta serie de escritos sobre autodidactismo para poner mi experiencia personal al servicio de mis lectores, de tal suerte que si hay en ella algún valor para el autoaprendizaje, puedan aprovecharlo. Por eso hablé ya en artículos pasados de la relación con mi madre enferma, frágil y presente/ausente; con mi padre, cuya ansia de cariño unida a su inseguridad personal lo hizo darme un amor titubeante; y con mi nana, que logró rellenar ambas lagunas con notable eficacia. Toca el turno a mis hermanos, cinco inocentes ratones que antes que yo ya habían caído en la cubeta de leche, y con los cuales aprendí muchas de mis técnicas de supervivencia.

*

La relación con los hermanos es única. Mientras que los padres tienen algo de objeto sagrado, de intocables, lo que nos une con nuestras hermanas y hermanos es por completo distinto. Se trata de una relación entre pares y por lo tanto, para empezar, es el inicio de toda ética: ellos son los primeros sujetos en nuestro entorno, las primeras personas que reconocemos como afines a nosotros, las primeras a las que no podemos tratar como objetos (¡inténtalo y verás!). Con nuestros hermanos aprendemos la inmensa lección de que sólo podemos tomar a los demás como medios para nuestros fines si violentamos el principio social/familiar de la igualdad, es decir si traicionamos también algo dentro de nosotros (esta experiencia se repetirá con los primos ─hermanos de distintos papás, como dice mi amado primo Gerardo─, con los amigos del vecindario y por supuesto con nuestros compañeros de escuela, compensando así a quien no tiene hermanos).

*

Con los hermanos ─y con los amigos y condiscípulos─ uno aprende los tres movimientos clave de la relación entre pares: defenderse, ser solidario y colaborar. En cuanto a defenderse, nuestro cuerpo viene equipado biológicamente para reaccionar ante una agresión. Sin embargo, a este “arco reflejo” se suman formas más sofisticadas a través de las cuales aprendemos a “negociar” con los oponentes nuestras respuestas. Un medio para aprender a hacerlo es el juego, que establece normas para la agresión y la defensa; por eso el juego tiene que ser entre pares, es decir, entre hermanos, amigos, condiscípulos, seres que acaten todos las mismas reglas (el gran gozo de jugar con los padres, con los maestros o con cualquier autoridad es justamente ver cómo éstos se convierten en nuestros pares por un rato).

Por su parte, la solidaridad también tiene un componente instintivo: surge como empatía inmediata, como un súbito ponerse en los zapatos del otro y comprender casi de forma inconsciente que no puede hacer algo él solo. Está presente en muchos animales y en los homo sapiens adquiere también una dimensión cultural de grandes proporciones. Se da entre todo tipo de personas pero un ejemplo que deja claro su alcance es lo que nos ocurre cuando brindamos ayuda a una autoridad (autoridad que para nuestra mente infantil es, por definición, infalible). Auxiliarla en su debilidad, representa para nosotros el movimiento contrario al del juego: es decir, en vez de vivirlo como un descenso de lo sagrado/infalible hacia nosotros se da como un ascenso nuestro hacia ese ámbito, haciéndonos experimentar sensaciones sublimes (¡yo ayudé a mi papá… al jefe… al policía!) y preparándonos para ocupar un día ese puesto.

Pues bien: con los hermanos, esa verticalidad desaparece y tiende a convertirse en lo que he llamado el tercer movimiento de la relación entre pares: la colaboración. Colaborar es crear soluciones juntos. Como movimiento instintivo es el más evolucionado, y en el terreno cultural humano alcanza su sofisticación más alta. Empieza, como digo, como un acto instintivo en que me veo en el otro y lo ayudo a superar un obstáculo; al mismo tiempo, al espejearme en él, testifico y asumo mi propia debilidad y cuento ahora con su ayuda futura. Se forma así un bucle de colaboración (“hoy por ti, mañana por mi”) que permite no sólo apoyarse uno a otro en momentos distintos sino también participar juntos, de forma simultánea, en el desarrollo de dispositivos de bienestar mutuo.

Algunos creemos que el nivel más alto de este fenómeno se da en lo que el filósofo alemán Karl Jaspers llama “comunicación existencial”, y que yo de forma muy libre resumo en la siguiente frase: “Si me ayudas a entender lo que quiero decirte, me será más fácil explicártelo”. La idea, que parece un trabalenguas, es en realidad ─al menos para mi─ una especie de mágico abracadabra para abrirnos a la existencia de los otros. Su verdad no es tan inusual como parece: se cumple todos los días, por ejemplo, cuando en una plática “leemos la mente del otro” y le adelantamos la palabra o la idea que está buscando. Esto ─y todos los movimientos humanos que se le parecen─ son desde mi punto de vista magia pura capaz de despertar los resortes más sutiles de la realidad.

*

¿Qué ocurre cuando la autoridad es titubeante e insuficiente? Como dije arriba, una de las características del amor de los padres es que establecen una plena igualdad entre los hijos: es decir, como objetos sagrados que son, difunden esa sacralidad hacia la relación entre los hermanos, ubicándolos como iguales. Por eso, sin la presencia de una autoridad amorosa, la igualdad sagrada (es decir, la que no se cuestiona) se pierde y las relaciones humanas tienen entonces que fundarse en principios “profanos” ─culturales y personales─ cuya característica principal es justamente ser cuestionables: rige así una moralidad pragmática que se adapta de forma medio improvisada a las distintas situaciones, o por el contrario, que se impone por la violencia y es por completo inflexible. Otra forma de describir lo anterior es la diferencia que hace cierta ciencia psicológica entre familias disfuncionales estables y disfuncionales inestables, donde estas últimas tienen ventaja sobre las primeras, cuya inflexibilidad puede tener afectos atroces.

Mi familia era una extraña combinación de ambas.

Mi padre ─médico rigurosamente científico y de formación militar─ turnaba su rigidez con un carácter humanitario y artístico, mezcla de amor/veneración a la ética, y por otra parte a la literatura, la pintura y la música (él mismo pasaba las tardes tocando en el piano a los grandes clásicos). Además, poseía una intuición espiritual que en lo amoroso era profunda, pero muy titubeante en cuanto a los dogmas de su religión.

Me da la impresión de que, en presencia de un amor materno sólido, estas características que describo habrían hecho de nuestro hogar un sitio estable, ciertamente superpoblado (¡éramos seis hermanos!) pero con una buena combinación de cariño, disciplina, conocimiento y arte, no carente de la testarudez necesaria para enfrentar al mundo. Sin embargo, la frágil presencia de mi madre (descrita en mi primer artículo de esta serie) y el traslado de buena parte de su amor hacia el corazón de mi nana, colocó a la familia entera en un lugar distinto.

Era un hogar movedizo e imponente, rígido y titubeante. Unas de sus reglas eran inflexibles, otras, provisionales. Cuatro o cinco rutas quedaban claras y las demás prescribían pronto. La razón y la lógica creaban por momentos una atmósfera de tranquilidad, prontamente violentada por necesidades psíquicas e incluso materiales más urgentes. Por todas partes, una espiritualidad viva pero atemorizada huía de los dogmas religiosos, y se agazapaba aquí y allá, resurgiendo en forma de espanto en cualquier rincón. La ciencia intentaba poner orden. Se daba al conocimiento y a la disciplina una confianza casi desesperada y se hacía del arte un refugio a tanto dolor. La esperanza pataleaba, entre dudosa y enloquecida… Había violencia y amor.

Y sin embargo, con todo eso, el hogar no apagaba su fuego, gracias justamente a que estaba superpoblado y a que todos, exactamente todos, poníamos de nuestra parte sin resignarnos nunca.

*

Mi familia ─y con esto termino─ era muy parecida al mundo de hoy.

No creo exagerar al decir que en la época actual ─momento de improvisación y en muchos sentidos autodidacta─ la experiencia de familias como la mía puede sernos útil. Ciertamente, muchos ponderamos el valor de la ciencia, de la educación, del arte y de tantas otras herramientas simples y complejas, tratando de erigirlas como bastones de mando para la gobernabilidad del desastre. Sin embargo, quisiera recordar aquí cuatro principios básicos que por propia experiencia considero ─igual que mucha más gente, académica o no─ anteriores a cualquier intento de redirigir el mundo:

  1. Cuidemos a la naturaleza como a una madre enferma.
  2. Honremos a la tecnología como a una nana que cubre las carencias de la madre de forma amorosa y prudente, sin querer sustituirla.
  3. Ejerzamos la autoridad sin miedo, es decir, no para demostrar poder sino para dar confianza.
  4. Veneremos la igualdad entre los seres humanos.

Fuente e Imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/opinion-piezas-clave-en-la-educacion-global/

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Siete ideas para llevar la creatividad a las aulas universitarias

Por: Educación 3.0

Emplear la metáfora, el storytelling o huir de la clase magistral son algunas de las estrategias que permiten llevar la creatividad a las aulas de la universidad y mejorar la experiencia de aprendizaje del alumnado. Nos cuenta cómo desarrollarlas la docente universitaria Lola Costa Gálvez.

Hablar de creatividad en la docencia es tratar una cuestión recurrente, pero ¿qué es exactamente? Puede ser parte de la identidad docente, servir de modelo y referente para el alumnado, pero, sobre todo, es útil para llamar la atención de los estudiantes y convertir su experiencia de aprendizaje en algo memorable, significativo e impactante. Según el psicólogo estadounidense Guildford, se expresa de cuatro maneras: mediante la fluidez, la flexibilidad, la originalidad y el análisis. Y es que aunque cualquier persona puede ser creativa no todo el mundo se considera creativo. Su desarrollo, junto con la innovación, ha sido señalado por voces expertas como una de las claves de la universidad del futuro.

A continuación, expongo siete estrategias para que el personal docente universitario emplee la creatividad en sus clases.

Índice de contenidos

Utilizar la metáfora como hilo conductor 

Podemos imaginarnos y hacer imaginar al alumnado que nuestra asignatura es una cocina, un viaje, un club deportivo o un videojuego. Además de hacer la materia más atractiva, conseguimos una planificación docente consistente y comprensible a lo largo del tiempo.

Usar el storytelling

Creatividad Aulas Universitarias

Muchos docentes comienzan su lección con una historia o introducen una en algún momento de la sesión. Hacer un uso consciente de la narrativa potencia el impacto que tienen en el alumnado estas historias; lo ideal es inventar las nuestras o cocrearlas en el aula.

Aleatorizar la participación de manera llamativa

Creatividad Aulas Universitarias

La creatividad nos permite aleatorizar la participación en clase de manera que llame la atención del alumnado. Algunas ideas para fomentarla son emplear ruletas, cartas o papeles ‘secretos’ con los nombres de los estudiantes.

Utilizar técnicas de creatividad para generar ideas

Metodologías docentes como el learning by doing promulgan la práctica deliberada. Podemos usar las técnicas creativas para que el alumnado genere ideas y así eliminar a los ‘enemigos’ de la creatividad, concentrarse en el trabajo y sacar el mejor rendimiento. Algunas de las más populares son: las relaciones forzadas, el SCAMPER (Sustituir, Combinar, Adaptar, Modificar, Propósito, Eliminar y Reorganizar o Revertir) y los seis sombreros para pensar.

Dar un feedback amable

La retroalimentación debe ser edificante ya que es la base de la evaluación formativa. Usar estrategias que nos permitan dar una retroalimentación original puede motivar a los estudiantes, por ejemplo a través de sellos con comentarios recurrentes, códigos de colores o insignias para marcar los niveles de desempeño.

Jugar con los ambientes de aula

Aunque es una tendencia más propia de otras etapas educativas a muchos docentes universitarios les gusta ambientar su aula. En este sentido, es evidente que la creatividad aporta: ya sea para crear aulas temáticas o para dar pequeños toques que introduzcan al alumnado en la actividad o en la lección.

‘Romper’ la clase magistral

Mucho se ha escrito sobre la fatiga que produce escuchar a una persona más de 20 minutos y, sin embargo, la mayoría de clases magistrales supera ese tiempo. Buscar estrategias creativas para ‘romper’ la dinámica es primordial para captar la atención de los estudiantes. Además del uso de metodologías activas como la clase inversa, el seminario participativo o la tecnología pueden ayudarnos a crear recursos gamificados que interpelen al alumnado durante el transcurso de la lección.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/opinion/ideas-creatividad-universidad/

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Libertad vs seguridad: ¿Un falso dilema?

A medida que los medios de comunicación tradicionales y las redes sociales se ven inundadas por noticias, comentarios y opiniones sobre la delincuencia, crece el temor de la ciudadanía y el modelo del presidente de El Salvador, Nayib Bukele comienza a ser añorado como posible solución a los problemas de seguridad que vive Chile. Antes de avanzar en esa línea es necesario preguntarse si la única solución a los problemas de seguridad es la limitación de las libertades y derechos, o si este es un falso dilema.

La percepción de seguridad no sólo depende del número de delitos, sino que mayormente depende de otros factores tales como la cobertura en los medios de comunicación y redes sociales, la violencia de estos y otros factores subjetivos.

Según el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve y corroborado como verdadero por https://factchecking.cl/ de la Universidad Católica, «Las cifras muestran que, si uno toma los delitos de mayor connotación social, efectivamente vienen con una tendencia persistente a la baja. Pero los robos con intimidación, los robos con violencia, y los homicidios hace 10 años que tienen una tendencia persistente al alza. Cada día que pasa, Chile ha sido un país que tiene más delitos violentos».

En la percepción de inseguridad, el Índice Paz Ciudadana 2023 informa que la proporción de personas con temor alto al delito alcanzó 30,5%, la cifra más alta desde que se inició el registro hace 23 años. En la medida que el miedo siga aumentando habrá cada vez más personas que apoyen las limitaciones a las libertades señalando que “quien nada hace, nada teme”.

El gran problema radica, no en la condena al delincuente, sino que, sin la vigencia de un Estado de derecho, no hay contrapeso a las arbitrariedades y abusos que llevan a inocentes a vivir las consecuencias de una política represiva. Además, y quizás lo más grave, como la historia lo demuestra, el poder sin contrapeso es fuente de abuso y corrupción.

La delincuencia y la percepción de inseguridad también tiene una dimensión política. Nos encontramos en un punto de inflexión. Por un lado, nuestra sociedad y nuestro sistema político, está enfrascado en rencillas de poca monta y no ha sido capaz de lograr aprendizajes que vayan por delante de la nueva realidad delincuencial que enfrentamos. Y por el otro, la población ve que los presidentes Bukele en El Salvador y Noboa en Ecuador están logrando resultados en reducir la violencia en sus respectivos países con severas restricciones a las libertades y derechos.

Si la democracia y el Estado de derecho no muestran resultados en el combate a la delincuencia, nos enfrentaremos al dilema político de seguridad vs libertades porque, mientras más miedo tenga la población, más inclinada va a estar para apoyar un líder autoritario que limite sus derechos y libertades como canje por mayor seguridad.

Fuente de la información e imagen:  https://www.pressenza.com

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Mantenme vivo

Por: Rodrigo Ayarza

La venganza profetiza más muertes. La humillación y el sufrimiento imploran dejarnos reducidos a polvo.”

Palabras que sobrevivieron.

Un puñado de minutos son suficientes para que conozcas mi historia.

El hombre que viaja a mi lado no deja de emitir sonidos desagradables; mueve su lengua con angustia y el frio intenso hace que su voz tiemble con aspereza ruda. Algunos dirán que está de-lirando, pero no creo que así sea (ustedes podrán juzgarlo). Por un instante olvido que lleva los tobillos y brazos atados, y olvido que aún no conozco su rostro. Sin embargo, no puedo evitar imaginar, con crueldad, cómo se retuercen sus míseros músculos por su cara, mientras su co-rrompida mirada irradia terror.
Intento apartar todo esto y concentrarme únicamente en lo que dice. Su sentencia me ate-rra: “Le disparé a un niño.” Llora y clama arrepentido a su dios por perdón. Traga saliva y re-tuerce con dolor su garganta; me lastima tener que oírlo: “Maté a un niño.” Además, cuenta ho-rrorizado que en sus pesadillas ve el rostro desesperado de esa abuela sosteniendo entre sus bra-zos a ese niño que imploraba que lo mantuviera con vida.
—Si hubieras estado en mi lugar, ¿habrías disparado? —me pregunta el hombre.
Sigo en silencio y no respondo. Pero no se rinde: “No podés esconderte en el silencio. Sa-bés bien que cumplía órdenes… Obedecí esas órdenes”. La presión aumenta e insiste:
— ¿Habrías matado a ese niño? …
No tuve necesidad de responder, el hombre cerró sus despreciables párpados y en ese instante dejó de respirar.
Quiero huir lo más lejos posible de este infierno pero va a ser imposible.
Son las seis de la mañana, y algo anda mal. Me prometieron que me sacarían de este territo-rio, pero parece que han cambiado de opinión. El camión en el que viajo apenas puede moverse entre la densa vegetación. Oigo voces, alguien da una orden y, para aliviar la carga, deciden tirar parte del cargamento, y por supuesto abandonarme. Intento torcer su decisión, pero estos tipos no se andan con vueltas: me advierten que no llegaré con vida a la frontera. Mi única oportuni-dad de sobrevivir es buscar medicinas en el poblado que acabamos de pasar. Forcejeamos, y fi-nalmente me arrojan del camión.
Apenas me puedo mover, unos vendajes cubren mis piernas heridas. En el horizonte surgen diminutos puntos estridentes de luces chocando entre sí y apenas percibo el sucio sonido de lo que está pasando a lo lejos.
A las 6:20 de la gélida mañana, me adentro en ese poblado cuando escucho el indescifrable sonido de una radio, un fffshhiiggg que se escapa entre las ondas. Observo cómo la mano de una mujer agita el dial, buscando sintonizar alguna transmisión, pero le es imposible hacerlo. Avanzo y me cruzo con ella y con otra más joven en la puerta de un hospitalillo improvisado, ambas se sorprenden al ver mi aspecto.
La tensión en el aire se puede respirar. Las voces de las mujeres se entrecruzan: “acá no hay medicinas, tampoco hay agua”.
En ese preciso momento, el cielo se quiebra. Un duro estruendo retumba, un sonido ensorde-cedor golpea en forma punzante mis oídos. Lo sé: el latigazo de un nuevo misil.
—¿Vienen por nosotros? ¿O van hacia las otras aldeas? —me pregunta la mujer con ansie-dad. Busca en mi mirada una respuesta que no puedo dar. —Vamos, ¿qué sabés? —insiste en forma desesperada. Algo aprisiona mi garganta, no sé cómo describirlo, pero sé que no puedo hablar.
—Si venís huyendo de las otras aldeas, al menos podrás decirnos si algunos sobrevivieron al ataque, seguro que lo sabés —insiste, su voz se quiebra. Las palabras se clavan en mi pe-cho. Pero no puedo responder. El agudo dolor que sube por mis piernas hiela mi lengua, y sigo en silencio.
La otra mujer, la más veterana, señala la radio con desprecio. “Este trasto viejo ya no sirve para enterarnos de nada. ¿Qué esperás para decirnos algo? Toda esta gente podrá salir de la al-dea o quedarse, según lo que nos digas”. Su mirada me perfora, exigiendo respuestas. Pero adopto un aspecto glacial, extremadamente rudo. No respondo. No puedo.
El mundo se desmorona a nuestro alrededor. Un misil impacta en el otro extremo del po-blado, y el suelo tiembla bajo nuestros pies.
La ansiedad, la desesperación, la búsqueda frenética de respuestas: todo se mezcla. Las pala-bras se quedan atrapadas en mi garganta, como los gritos de los que ya no están. Y mientras el mundo agoniza a nuestro alrededor, yo permanezco cargando con este silencio inservible, sin poder responder.
Comenzamos a movernos y vemos como la zona que dejamos atrás agoniza bajo las llamas.
—Si hubieras conocido a quienes lucharon por detener la guerra, quizás cambiarías tu silen-cio por una respuesta que nos devuelva la esperanza —dice la mujer, con voz pausada pero car-gada de urgencia.
—Estaban convencidos de que existía alguna oportunidad de cambio. Desarmaron a los pue-blos rivales. Lograron que sus jefes dialogaran. Negociaron con astucia e inteligencia. Y, a pesar de todo, quieren hacernos creer que fracasaron, que se vendieron —dice con rabia.
Hace lo que puede por respirar, está exhausta, pero igual así finaliza su idea: “Porque para muchos, obedecer, disparar y matar, es más fácil que lograr que los enemigos se entiendan. ¿No lo crees?”
Tengo la oportunidad de responder, pero elijo no hacerlo.
—Queremos saber qué les ocurrió, si siguen con vida o no —insiste. Su mirada es inque-brantable, como si pudiera leer mis pensamientos. ¿Viven o no? La pregunta resuena por todas partes, mi corazón late con fuerza, pero sigo eligiendo el silencio.
—Dejalo de una vez mujer, perdés el tiempo. No querrá estar envuelto en estos asuntos —comenta la otra.
—No han regresado, al menos no aún —agrega dolorida, con profunda nostalgia, justo cuando un nuevo estruendo asfixia el cielo. Nos tapamos los oídos, como si el sonido pudiera arrancarnos la cordura. Las llamas devoran lo poco que queda del poblado y nosotros, atrapados entre el pasado y el futuro, buscamos respuestas en un silencio que amenaza con consumirnos.
La condensación de vapores flota por todas partes invadiendo el territorio. Miramos el cielo con desconfianza. Al adentrarnos en un camino que promete liberarnos de este infierno, nos chocamos con un hombre semimuerto que yace inerte en el suelo. Las pupilas de la mujer se di-latan y contraen con energía al descubrir su uniforme. Es uno de los que atacaron nuestras al-deas. Con una vara larga, la mujer intenta moverlo. Cuando percibe que aún respira, comienza a interrogarlo.
—¿Qué aldea van a volar, cuál es la que sigue? —pregunta con urgencia.
El hombre intenta mover su mandíbula: “No tienen hacia donde huir.” Balbucea.
—No te creo nada. Hablá. ¿Qué sabés? —insiste la mujer, mientras aprieta desesperada con la vara las heridas que yacen en el brazo descubierto del hombre.
—Ya te lo dije, ninguna se salvará —el hombre escupe sangre al hablar.
—Vas a morir pedazo de mierda —escucho que le dice la mujer, cuando vemos que algu-nos sobrevivientes de lo que fue mi aldea se acercan por este camino. Me abrazo a este puñado de niños.
El tipo agonizante ignora a la mujer, esquiva su mirada y señala a los niños. “Estos vendrán por nosotros, son los que van a venir a matarnos en el futuro”, dice el hombre sin ocultar su odio.
La mujer se desploma. Sabe que sus líderes les han inculcado esta idea. Yo también lo sé, to-dos lo sabemos.
—¿Es esta la forma que eligen para vengarse? —pregunta aterrada la mujer, mientras con-templa el enorme charco de sangre que surge debajo del hombre—. Vienen por nuestros niños, Vienen por nuestro sufrimiento. Esta es la forma que eligen para humillarnos: ¡quieren dejarnos reducidos a polvo!
—¿Crees que estamos hechos para soportar esta violencia? —me pregunta la mujer.
Nunca vi un mundo sin violencia, solo este, tal como es. Pero, como ya saben, me trago estas palabras y no le respondo. Cuando escuchamos una detonación extrema, un golpe seco en la tie-rra, sabemos que viene al fin, de una vez por todas por nosotros. Viene a cazarnos, y sin pregun-tar si tenemos algo que ver en todo esto: nos da caza.

Fuente de la información e imagen:  https://lnkd.in/dKr4NmhF

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Ayotzinapa, la noche en que desaparecieron 43 estudiantes

Por: Luis Hernández Navarro

Frente a cámara, en el poblado nahua de Alpuyecancingo, Guerrero, doña Cristina Bautista, madre de Benjamín Ascencio Bautista, uno de los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos, declara sobre la verdad histórica: “Con nosotros se equivocó. A pesar de que somos campesinos, amamos a nuestros hijos. No vamos a aceptar lo que dice el gobierno”.

Ella es una de las voces que se escuchan en el recientemente estrenado documental de la BBC titulado Ayotzinapa: la noche en que desaparecieron 43 estudiantes en México.Dividido en cuatro capítulos, hasta ahora han sido divulgados en las redes sociales dos (https:// rb.gy/3w1lrx y https://rb.gy/9fu5gy).

No es único, pero sí el más reciente. La tragedia de Ayotzinapa ha inspirado gran cantidad de reportajes televisivos y documentales que narran cómo fue posible que desaparecieran impunemente 43 jóvenes de la normal rural Raúl Isidro Burgos. El material de la BBC es parte de una amplia producción de este tema. Entre otras crónicas fílmicas destacan: Ayotzinapa, crónica de un crimen de Estado, del notable realizador Xavier Robles; Vivos, del artista chino Ai Weiwei; Ayotzinapa, el paso de la tortuga, de Enrique García; Los días de Ayotzinapa, de Netflix; Un día en Ayotzinapa 43, una noche sin amanecer, de Rafael Rangel; Mirar morir. El Ejército en la noche de Iguala; The Missing 43: Mexico’s Disappeared Students, de Vice News, y 24 horas en Ayotzinapa (de principios de noviembre de 2014), de TeleSur, hackeado en su versión en español y pirateado en el comercio informal de cedés (https:// rb.gy/pzabej).

Ante la BBC, doña Cristina recuerda cómo celebra el cumpleaños de su hijo Benjamín. Ella es una luchadora incansable. Cuando él y sus dos hermanas eran pequeñas, los dejó encargados con su suegro y migró a Estados Unidos a buscar el sustento. Regresó a los dos años sólo para volver a partir a conseguir el dinero para salir adelante. Cuatro años más tarde volvió.

En el trabajo televisivo da también su versión de los hechos el hoy maestro democrático Ulises Martínez, ex alumno de Ayotzinapa, sobreviviente de la masacre. En Ayotzinapa –advierte– “nos enseñan a pensar y a despertar la conciencia”. Allí refrenda lo que ha testificado en otras conversaciones (https:// rb.gy/aufdrg).

Además de doña Cristina, en las dos primeras entregas de Ayotzinapa: la noche en que desaparecieron 43 estudiantes en México se entrevista al escritor John Gibler, gran conocedor del México de abajo, autor de uno de los mejores libros sobre el tema, Una historia oral de la infamia: Los ataques contra los normalistas de Ayotzinapa, y de una entrevista fundamental y polémica con el ex fiscal del caso Omar Gómez Trejo: “Cómo el gobierno dinamitó la investigación del caso Ayotzinapa” (https://rb.gy/bhfwjw).

También habla el ex director de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), prófugo y refugiado en Israel, Tomás Zerón de Lucio. A pesar de las evidencias en su contra, alega a la televisora pública británica: “Yo era jefe de la AIC, no tenía necesidad de torturar a nadie”. Según él: “Me volví muy importante para ser culpable. Pero no tan importante como para que alguien saliera en mi defensa”. Sin embargo, las pruebas de su participación en la tortura de presuntos culpables son irrefutables.

Figura clave en desmontar la verdad histórica del caso es Mercedes Doretti. Fundadora del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), narra para la BBC las múltiples inconsistencias y contradicciones de la fiscalía mexicana en el basurero de Cocula. Su relato es demoledor y aterrador.

El periodista José Manuel Jiménez explica, cómo el 28 de octubre de 2014, grabó un video en las inmediaciones del río San Juan, que pone al descubierto la irregular presencia de Zerón, sin la participación del Ministerio Público, al lado del criminal Agustín García Reyes y de varios hombres armados. Allí resulta evidente que, sin tener facultades constitucionales para esas diligencias, el funcionario de inteligencia tuvo bajo su control la escena y el montaje.

En las dos primeras partes del documental toma la palabra Omar Gómez Trejo. También, Carlos Beristain y Ángela Buitrago, ex integrantes del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI). El grupo surgió como parte de la medida cautelar 409/2014, a petición de los padres de los desaparecidos. Formalizó el acuerdo entre la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), los representantes de las víctimas y el Estado mexicano, del 18 de noviembre de 2014, para proporcionar asistencia técnica para la búsqueda de los 43; investigaciones y acciones que se adopten para sancionar a los responsables y brindar asistencia a los familiares.

En septiembre de 2018, el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, se comprometió con familiares de los 43 normalistas a llegar al fondo sobre la desaparición de los estudiantes. Prometió una comisión especial, emitir un decreto presidencial y traer a México expertos de la ONU y de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). En 2019, el gobierno solicitó a la CIDH nuevamente la asistencia del GIEI. El 7 de mayo de 2020, el Estado mexicano y la CIDH firmaron un acuerdo para que regresara al país a brindar asistencia técnica.

Además del documental de la BBC, el canal HBO prepara otro sobre este tema para el décimo aniversario de la desaparición de los jóvenes. Mientras, este lunes, los familiares comenzaron otro ciclo de movilizaciones.

Filmes, documentales televisivos, libros, reportajes y movilizaciones, nacionales e internacionales, dan cuenta de la profunda trama social tejida para esclarecer la verdad del caso Ayotzinapa. Aunque el Ejército pretenda bloquear y/o sabotear las investigaciones, éstas no se detendrán. Como recuerda doña Cristina Bautista, los padres de los desaparecidos, verdaderos héroes cívicos de nuestra última década, no lo permitirán.

X: @lhan55

https://www.jornada.com.mx/noticia/2024/02/27/opinion/ayotzinapa-la-noche-en-que-desaparecieron-43-estudiantes-6082

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Agricultura, naturaleza y saberes campesinos en un libro ilustrado

Por: Eduardo Belelli

El libro «Tres obviedades ocultadas y algunas preguntas» reúne textos de uno de los promotores de la agricultura orgánica en la región, Jairo Restrepo, con dibujos del ilustrador Carlos Julio Sánchez. Es la segunda entrega de la serie «Agricultura orgánica en píldoras», una apuesta del movimiento campesino para difundir saberes necesarios para otra forma de producir.

El maestro colombiano, Jairo Restrepo, y el dibujante e integrante del Movimiento Campesino de Córdoba, Carlos Julio Sánchez, nos traen «Tres obviedades ocultadas y algunas preguntas», para reflexionar sobre cómo funciona la naturaleza que nos da los alimentos que comemos cada día. Funcionamiento que, al parecer, no es tan obvio. Es la segunda parte de la Agricultura Orgánica en Píldoras, que reúne las enseñanzas de Restrepo sobra la agricultura orgánica con las bellísimas ilustraciones de Sánchez. Este libro nos ayuda, con preguntas y síntesis gráfica, a pensar nuestro sistema agroalimentario, tan amenazado en estos días. Es un hermoso y necesario material para espacios de formación política, talleres y escuelas.

Todo está presente y visible. A veces no lo podemos ver, otras tantas estamos distraídos y pasando la vida entretenidos tras pantallas cada vez más sofisticadas de teléfonos, computadoras o televisores que nos han “nublado la vista”. O simplemente tenemos un punto de vista tal que, por más que veamos lo que la naturaleza nos muestra, no conseguimos “atar cabos”. Esta realidad está tan a mano, tan desnuda y expuesta que es finalmente una obviedad.

Sin duda han mediado intereses para esta distorsión. Ante nuestras narices están la forma en que se producen los alimentos en la actualidad, la vida de las plantas y animales que podrían formar comunidades y poblaciones si se les permitiese y la manera natural del crecimiento de un ser vivo, que en armonía se desarrolla lejos de plagas y enfermedades. Pero no siempre las comprendemos. Son verdades ocultadas.

¿Cuántas preguntas tenemos que hacernos para actuar diferente y elegir, de una vez y para siempre, un sistema de alimentación que nos cuide y desarrolle? Que nos aporte los nutrientes, que sea saludable y esté en armonía con el ambiente y las personas que producen. Que sean estos valores intrínsecos los que armen nuevamente los tejidos sociales y los órganos vivos que nos nutran la esperanza de un mundo mejor. Una realidad por elegir, dejando los miedos y juicios previos.

Algunas píldoras para pensar la agricultura

  • La ecología ha sido nombrada de formas muy diversas. “El término ecología (Oikos: del griego casa y Logos: del griego tratado) es el estudio de la bio casa, en la cual se origina, y al mismo tiempo alberga todo primordio de vida. La naturaleza no tiene un orden definido, siempre todo está en constante movimiento. En las cadenas todos los eslabones son abiertos, por ese motivo se pueden sumar y así de forma infinita formar redes, las cuales se transforman en infinitas espirales”, enseña Jairo en sus escritos.
  • La fotosíntesis es la magia que estalla ante nuestros ojos todos los días en forma de hojas verdes y que es capaz de generar el alimento en este planeta a partir de los rayos del sol. Ese sol que sale para todos por igual. Para todos.
  • La trofobiosis que no es más que una clave para entender cómo funciona un vegetal y todo lo que ocasiona la agricultura industrial cuando introduce la fertilización química para luego ofrecer paliativos en forma de agrotóxicos, en una secuencia perversa y dependiente del mercado. “Una planta bien nutrida es una sopa de piedras para los insectos”, nos afirma Jairo.

Vayan estas tres píldoras en la forma más moderna y efectiva de comunicación existente en estos tiempos: con un dibujo y pocas palabras. Así las ofrece el libro. Para que lo obvio empiece a ser parte de nuestro cotidiano. Para la nutrición del cuerpo y de la sociedad toda.

Vayan estas preguntas para que usted pueda armar un mundo de posibilidades, en su realidad y la de su propia comunidad, la de su cotidiana y maravillosa vida que es parte fundamental en nuestra casa común: el planeta Tierra.

Vaya una potente píldora de doble efecto, en palabras de Jairo: “En la naturaleza todo tiene brillo propio, donde la vida protege lo eterno, no hay sometimiento, sólo hay congregación y cooperación, donde cada uno aporta lo suyo, donde el presente como la vida no tienen vigencia”.

Y también vayan las preguntas, que siempre abren a las infinitas posibilidades. Para que cada una de las personas que tengan en la mano este libro se las haga y busque las respuestas en su comunidad, su barrio, su club, su familia y vecindario. No vaya a ser que las respuestas sean obvias y que siempre hayan estado a mano, ocultas, esperando una píldora de la conciencia dibujadas por el gran Carlos Julio Sánchez, a partir de los cursos, clases y experiencias compartidas por el mundo por Jairo Restrepo Rivera.

En un trabajo colaborativo, estas píldoras fueron editadas por Marina Sánchez, e impresas en Córdoba, en Gráfica 29 de mayo. Para que, siendo obviedades, no estén más ocultadas.

*Ejemplares a la venta en AMBA. Consultar a patricia.liza77@gmail.com o IG @patolizarraga

Fuente de la información e imagen:  Agencia Tierra Viva

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