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Pegar para educar

Por: fundación amigos de Rimkieta

Estoy de vuelta en Rimkieta después de unas semanas en Barcelona. Vengo renovada, con mucha energía y con el convencimiento de que, después de los acontecimientos que, durante estos dos últimos años han golpeado el país (amenaza de ébola, sublevación popular con dimisión del Presidente, un año con un Gobierno de transición, intento de golpe de Estado, un ataque terrorista, un asalto a un depósito de armas, incendios…), ahora más que nunca, tenemos que seguir en Rimkieta, fieles a nuestra máxima de perseverar más que abarcar. 

Y es que nuestro papel aquí es el de “facilitar” el desarrollo, a largo plazo. No tenemos prisa. Y para ello hay que estar y estar muchos años, intentado hacer lo que hacemos con la perfección posible.

No se trata “sólo” de proporcionar cosas materiales (comida, cuidados médicos, becas escolares, bicicletas, árboles, etc.). También intentamos generar cambio en esta sociedad respetando siempre las tradiciones y la cultura.

Acontecimientos diarios me recuerdan lo que debió de ser la sociedad de la España de los años 30 y todo lo que esta sociedad tiene todavía por andar.

Uno de ellos, es el caso de K. Sadia, una de las niñas del proyecto de “Formación de niñas sin escolarizar”. Es una de esas niñas que no tienen fecha de nacimiento. Saben el año, 2006, pero no el día ni el mes… A Sadia la abandonó su madre a los 4 años y el padre se fue a vivir a Costa de Marfil, quedando a cargo de su abuela, viuda. Al ser una niña de “acogida”, aunque sea en casa de un familiar, Sadia desde pequeña se tuvo que encargar de todas las tareas del hogar, hasta que entró en el proyecto de la FAR. Igual de importante es escolarizar a las niñas del proyecto como llevar a cabo la sensibilización con las familias de acogida para que las liberen de sus obligaciones en casa de modo que puedan estudiar y jugar como corresponde a las niñas de esas edades.

Un día Sadia vino a clase con un corte en la mejilla. Le preguntamos cómo se lo había hecho. Su abuela le había golpeado con el cable del cargador de un móvil… Convocamos a la abuela para que nos diera su versión de los hechos y nos confirmó que efectivamente, así había sido. La causa: Sadia había pedido permiso para ir a jugar con sus amigas, pero la abuela no le había dejado, pues debía quedarse a limpiar la ropa. Se enzarzaron en una discusión y la abuela acabó golpeándola con el cargador. La abuela nos mostró su arrepentimiento y prometió no volver a hacerlo. Pero pegar a los niños, y cuando digo pegar no me refiero a un “cachetillo” si no a pegar de verdad, a humillar, está a la orden del día aquí. No sólo en casa, si no también, y en mayor medida, en los colegios. Cada año tenemos casos de niños y niñas de los proyectos que han querido abandonar el colegio por constantes palizas de los profesores, o que han abandonado sus casas, sobre todo los chicos, por el mismo motivo. La violencia sólo genera miedo en un niño y no puede ser un método de disciplina pues no le ayuda a reflexionar y a saber qué es lo que no ha hecho bien.

Pegar a los niños es tan corriente aquí que una de las profesoras que tuvimos en los inicios del proyecto de niñas sin escolarizar, el primer día de clase trajo entre su material una “chicotte” de caucho (https://fr.wikipedia.org/wiki/Chicotte), a la vista, sin esconderla, con toda la naturalidad, entre los bolis, los libros de texto y las libretas… No sé muy bien por qué… pero aquí la tengo, en un cajón del despacho. Quizás porque cada vez que lo abro, me sirve de recordatorio de la gran distancia que tenemos todavía que recorrer y lo importante que es “permanecer más que abarcar”, porque para enseñarles a pescar no sólo basta con darles la caña, si no que hay que pescar juntos muchos años. Y en ello estamos, gracias a todos los que nos soportáis con vuestra ayuda económica vuestro apoyo espiritual y vuestras muestras de cariño.

*Articulo tomado de: http://www.amigosderimkieta.org/es/blog/pegar-para-educar.html

 

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El terrorismo, la tolerancia, y la enseñanza

Por: Fred van Leeuwen

Los ataques terroristas en Estambul, Beirut, París, Túnez, Burkina Faso y otros muchos países son la continuación de un proceso destructivo que se ha prolongado durante muchos años. Los ataques son perjudiciales, no sólo para las víctimas y sus familias, sino para nuestras sociedades.

El daño también toma la forma de reacciones equivocadas al terrorismo, incluyendo la política del miedo; emocionales, irresponsables, ataques de motivación política sobre los migrantes y refugiados; muchos de los cuales ya han sido víctimas del terrorismo y la guerra. Nuestras respuestas deben ser coherentes con los mismos valores que pretendemos proteger.

En el mundo de la educación, el terrorismo no es abstracta. Se derriba los maestros y otro personal educativo y nuestros estudiantes, de Afganistán, a Pakistán, a Nigeria, a Siria, a Francia.

Recuerdo vívidamente la situación de los dos jóvenes; uno, un estadounidense de 26 años de edad, desde el estado de Indiana [Abdul-Rahman (Peter Kassig)], un trabajador de ayuda humanitaria en Siria, cuyo padre es un miembro activo de una filial de la educación internacional, la Asociación Nacional de Educación (NEA) y que fue decapitado en la cámara en noviembre de 2014 por otro joven; un ciudadano francés, de 22 años de edad, desde Normandía [Maxime Hauchard], que se unió al Estado islámico. «Un muchacho católico corriente,» oí un vecino de su explicará en la televisión francesa. ‘Solía ayudar en el jardín. «

Piense en estos dos hombres: uno, una víctima inocente; la otra, un verdugo cruel;ambos nacidos cristianos; ambos convertidos al Islam; ambos jóvenes ordinarios; y tanto, no hace mucho tiempo, que todavía asisten a nuestras clases en los EE.UU. y en Francia.

Hay muchos factores que pueden haber contribuido a esta dramática confrontación. ¿Por qué son tantos miles de hombres y mujeres jóvenes para dejar de fumar países occidentales a unirse ISIS.

¿Existe una relación entre este fenómeno y la deficiente capacidad, limitaciones y cursos caprichosos de muchos de nuestros sistemas escolares?

El exceso de «reforma» se ha centrado en la aplicación de mercado «valores» inapropiadas y destructivas enfoques y sistemas de medición a la educación. El contexto para que la deriva es la influencia real e ideológico de un mercado que promueve la individualización, la atomización, y el consumismo. La sociedad misma y sus valores unificadores (el pegamento que mantiene unida a la sociedad) parecen haberse convertido en frágil y quebradizo bajo esa presión.

Será sin vida, la educación basado en pruebas «, tocada por la mano del hombre», fomentar el entendimiento, la tolerancia, la escucha, la libre discusión y el debate, la reflexión independiente y todos los otros valores necesarios para las sociedades coherentes y funcionamiento de las democracias. Va a ayudar a contrarrestar y erosionar todas las formas de extremismo y el oscurantismo? Por supuesto no.

Lo que se necesita, en cambio, son maestros profesionales con la capacidad de escuchar y analizar y ser creativos. Y, a que dará lugar la sana colaboración entre los maestros y otro personal escolar. Sólo los profesores; valorado y calificado, motivado y autónoma puede responder a este entorno social cambiado radicalmente.
La misión de la educación no es para batir a cabo productos para la economía. Se trata, más bien, para educar a los seres humanos.

William Butler Yeats dijo: «La educación no es llenar un balde, sino encender un fuego».Cien años después, ¿qué encendemos el fuego? ¿Cómo podemos ser catalizadores para que la pasión, mientras que, al mismo tiempo, la restauración de un sentido de comunidad y un intercambio de valores, sobre todo para aquellos que se han quedado, por la vida, en el lado de la carretera?

*Articulo tomado de: http://www.educationincrisis.net/blog/item/1290-terrorism-tolerance-and-teaching

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Reformas educativas en AL: Ecuador

Por: Observatorio del Derecho a la Educación y la Justicia

Reformas educativas en Latinoamérica
El caso de Ecuador: La política educativa durante la presidencia de Rafael Correa

Mateo Guayasamin

Universidad Iberoamericana

El Observatorio del Derecho a la Educación y la Justicia (ODEJ) es una plataforma para el pronunciamiento público, impulsado por el campo estratégico en modelos y políticas educativas del Sistema Universitario Jesuita (SUJ). Su propósito consiste en la construcción de un espacio de análisis informado y de posicionamiento crítico de las políticas y las reformas educativas en México y América Latina, arraigado en la realidad social acerca de las injusticas del sistema educativo, y recupera temas coyunturales y estructurales con relación a la agenda educativa vigente.

Rafael Correa llegó a la presidencia en el año del 2007 con un apoyo del 56,67% del electorado. Desde sus primeros años de mandato, Correa enfocó su política de gobierno en un modelo denominado como “socialismo del siglo XXI”, que se relaciona con el abandono de políticas neoliberales, la recuperación del Estado en su papel de rector de la economía y el incremento del gasto social (De la Torre, 2010).

En cuanto al ámbito educativo, desde el inicio de gobierno, se establecieron normativas y metas que apuntaban a mejorar no solamente el acceso, sino también la calidad de la educación. El Plan Decenal de Educación (2006) la Constitución de la República (2008) la Ley de Educación Intercultural (2011) y el Plan Nacional del Buen Vivir (2013) son algunos de ellos.

El Plan Decenal de Educación 2006-2015 (PDE) fue aprobado mediante consulta popular el 26 de noviembre de 2006 por casi el 66% y ratificado por el presidente Correa durante su primer año de mandato. Son ocho los ejes que posee este Plan:

  1. Universalización de la Educación Inicial de 0 a 5 años
  2. Universalización de la Educación General Básica de primero a décimo.
  3. Incremento de la población estudiantil del Bachillerato hasta alcanzar al menos el 75% de los jóvenes en edad correspondiente.
  4. Erradicación del analfabetismo y fortalecimiento de la educación de adultos.
  5. Mejoramiento de la infraestructura y el equipamiento de las instituciones educativas.
  6. Mejoramiento de la calidad y equidad de la educación e implementación de un sistema nacional de evaluación y rendición social de cuentas del sistema educativo.
  7. Revalorización de la profesión docente y mejoramiento de la formación inicial, capacitación permanente, condiciones de trabajo y calidad de vida.
  8. Aumento del 0,5 % anual en la participación del sector educativo en el PIB hasta el año 2012, o hasta alcanzar al menos el 6% del PIB.

El punto crítico del PDE se encuentra en el financiamiento. La consulta popular realizada el 26 de noviembre del 2006 no explicaba a la población cómo se iban a obtener los recursos para realizar el anunciado incremento en educación.

En lo que se refiere a la Ley Orgánica de Educación Intercultural (LOEI), llevada al Registro Oficial en el año 2011, plantea la visión educativa del país. Recoge algunos fundamentos como la igualdad de género, la participación ciudadana, la gratuidad desde el nivel inicial hasta el bachillerato, el acceso y la permanencia. Con esta ley se procura un modelo de educación que fortalezca el conocimiento de los pueblos y nacionalidades del Ecuador.

Por su parte, el Buen Vivir y la cosmovisión del Sumak Kawsay, otra medida implementada durante este periodo, apelarían a una transformación cualitativa de la educación. Se destacan temáticas como la interculturalidad, la formación de una ciudadanía democrática, el fomento de actividades recreativas y deportivas, el cuidado al medio ambiente y la prevención de la salud sexual. El objetivo central consiste en fortalecer las capacidades y las potencialidades de la ciudadanía tomando en cuenta una buena nutrición, un clima de convivencia pacífica y el disfrute de la cultura y el deporte.

Sin embargo, sabemos que es en la implementación donde suele evidenciarse la capacidad de cumplimiento o incumplimiento de la política educativa, dado que la mayoría de las veces existe una distancia entre aquello que se explicita en el papel y lo que sucede en la realidad cotidiana de las escuelas. En este marco, resulta preciso observar cómo han sido puestos en práctica dichos programas.

Como parte del objetivo de la Universalización de la Educación (Plan Decenal, meta 1) para el año 2007 se eliminaron la matrícula (25 dólares) y el cobro por uniformes y útiles escolares que anteriormente los establecimientos solicitaban para sostener los costos de funcionamiento. El Ministerio de Educación, además de prohibir esta práctica, hoy entrega a cada escuela los materiales y recursos según una planificación y el presupuesto presentados por los directivos de cada institución (aunque siempre existen demoras y complicaciones burocráticas).

Los estudiantes reciben alimentación escolar y textos gratuitos. En el año 2007, en la región Costa se entregaron 4.266.343 textos para 1.197.905 alumnos de básica. En la Sierra se distribuyeron 3.767.274 a 1’063.781 estudiantes. En el sistema intercultural bilingüe se repartieron 365.351 textos para 86.741 alumnos (Luna, 2014). Aunque al parecer estos datos resultan favorables, falta por establecer la utilidad y calidad de los textos.

Estas cifras, de alguna manera, nos permiten considerar que la política educativa de los diez últimos años ha estado enfocada especialmente en la cobertura y en ampliar el número de la población escolarizada, lo cual es un paso importante. En cuanto a la calidad el aprendizaje también se han dado pasos importantes. Uno de ellos es la creación del Instituto de Evaluación Educativa (Ineval), encargado de medir estándares de calidad educativos.

Una de sus funciones fue la implementación de la prueba Ser Bachiller a los estudiantes de 3er año de bachillerato para medir las habilidades y el aprendizaje en las áreas de Matemática, Lengua y Literatura, Ciencias Naturales y Ciencias Sociales. Las autoridades señalaron que el 57% de los 106.147 estudiantes evaluados en el 2014 lograron un nivel satisfactorio en la mencionada prueba. En ese camino por mejorar la calidad educativa, también se han inaugurado 209 instituciones educativas con Bachillerato Internacional.

Datos cuantitativos que demuestran que la inversión educativa ha sido destacable con respecto a otros períodos de gobierno, casi 4,3 veces más que otros gobiernos, alcanzando una cifra de casi 20.000 millones de dólares.

Sin embargo, si indagamos en las críticas y los desafíos pendientes (Luna, 2014; Terán, 2015; Torres, 2016) encontraremos ciertos puntos como el excesivo trabajo administrativo para los docentes, evaluaciones que no satisfacen a los maestros, enfrentamientos con los estudiantes, aplicación de políticas punitivas, un diseño curricular poco efectivo y un sistema pensado en meritocracia y no en la igualdad de condiciones.

Un problema fundamental que merece una mayor concentración de política educativa es la deserción del sistema educativo. Según el Ministerio de Educación, para el año 2015, solamente el 68,9% de alumnos completaba el bachillerato. Antes, en el año 2006 esta cifra estaba en el 50,3 %, pero todavía es preocupante saber que 3 de cada 10 estudiantes no cumplen con los 10 años de escolaridad.

A esto se añade que todavía falta por cumplir que los docentes tengan grupos con menos estudiantes, implementar un sistema de clases extracurriculares (como deporte, arte y cultura) y aumentar la infraestructura educativa con la construcción de 900 Escuelas del Milenio. También, este panorama ha evidenciado que no existen fuertes estrategias para enfrentar el rezago educativo y principalmente, no existe un modelo que pretenda mejorar la calidad del aprendizaje con nuevos paradigmas pedagógicos.

Con esto, quedan algunas interrogantes que esperamos puedan ser resueltas en el futuro próximo y orientar la política educativa en Ecuador: ¿Qué podemos hacer como sociedad para continuar con la construcción de políticas a favor de la educación? ¿Cómo se enfrentará el rezago educativo que sigue siendo un problema visible en el país? ¿Se puede llegar a una coherencia entre el diseño y la acción de las políticas educativas?  ¿Con el bajo precio del petróleo, cómo se verá afectado el recorte presupuestal en la educación? ¿Qué estrategias debemos tomar en las escuelas luego del terremoto del 16 de abril pasado?

Referencias:
Terán, R (2015) Educación, cambio institucional y equidad, Quito, UASB
Paladines, C (2015) Perspectivas de cambio en la Educación Básica y Bachillerato. Ecuador 2007-2013, Argentina, UNLPam
Luna, M (2014) Las políticas educativas en el Ecuador, 1950 – 2010. Las acciones del Estado y las iniciativas de la sociedad (Tesis doctoral). España, UNED
Torres (2016) La Educación en el gobierno de Rafael Correa (compilación), Blog disponible en http://otra-educacion.blogspot.mx/2014/09/la-educacion-en-el-gobierno-de-rafael.html
Ministerio de Educación del Ecuador (2014) Rendición de cuentas 2014, Quito, Dirección Nacional de Seguimiento y Evaluación.

ONU  (2005).  Cap.III.  La  educación  como  eje  del  desarrollo  humano. En Objetivos del Desarrollo del Milenio. Una mirada desde América Latina y el Caribe, Santiago de Chile: ONU.
Plan decenal de Educación 2006-2015
Constitución de la República del Ecuador 2008
Plan Nacional del Buen Vivir 2013, Objetivo No.4
Ley Orgánica de Educación Intercultural LOEI 2011

*fuente de la imagen:  http://www.infolatam.com/2013/09/11/maestros-generan-caos-en-mexico-contra-reforma-educativa/

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La Educación Ambiental como Política de Estado

Por: Ana Scoones

En la actualidad, ya casi nadie niega la importancia de la cuestión ambiental y que su presencia en las discusiones políticas y económicas del mundo es cada vez más fuerte. La problemática ambiental hoy alcanza casi todos los sectores de la vida de un país.

1- Introduccion: Educación Ambiental: ¿para qué?

En la actualidad, ya casi nadie niega la importancia de la cuestión ambiental y que su presencia en las discusiones políticas y económicas del mundo es cada vez más fuerte. La problemática ambiental hoy alcanza casi todos los sectores de la vida de un país. En América Latina el ambientalismo ha avanzado desde las posturas más verdes, propias de los movimientos iniciados en los países europeos, hacia perspectivas más amplias que proponen “la vinculación de los problemas sociales con los ambientales” [1]. En este sentido, ha surgido lo que puede llamarse una perspectiva ambiental, como la llama Eduardo Gudynas – especialista uruguayo -, quien la define como una manera, una actitud de enfocar los problemas, desde la cual se relacionan la escala local y la global, el tiempo actual y el de las generaciones futuras, se comprende que la naturaleza posee límites. [2]

“Lo ambiental es, al mismo tiempo, un espacio donde confluyen lo social y lo natural y por lo tanto, un espacio en donde conviven las distintas disciplinas del conocimiento para comprender las determinaciones biunívocas entre lo natural y lo social”. [3] En este contexto, la educación proporciona las herramientas necesarias para realizar una análisis crítico de las condiciones ambientales, permitiendo identificar los principales problemas y aumentar la participación en la solución de los mismos.

Este documento se propone hacer un análisis de la Educación ambiental en la provincia de Mendoza, los planes que se han implementado en las últimas gestiones de gobierno, los antecedentes a nivel nacional y qué perspectivas tiene para el futuro. Además se espera que este trabajo sirva para clarificar las distintas concepciones que implícitamente han prevalecido en muchos docentes y en el sistema educativo en general con respecto a la temática del ambiente.

Numerosos autores presentan a la educación ambiental, en todos los niveles y sectores de la sociedad, como la principal solución a los problemas ambientales. No es la única, ya que debe ser acompañada por otras medidas de corte económico, político, tecnológico, etc. [4]. Sin embargo, la aplicación de planes y programas de educación ambiental en países avanzados no ha logrado modificar el ritmo de deterioro delambiente ni la degradación de los recursos naturales a nivel global. Otros especialistas reconocen que la educación es una estrategia fundamental para el cambio de actitudes y comportamientos de la sociedad. Frecuentemente, en estas propuestas, se piensa que el cambio mediante la educación será posible de la mano de las nuevas generaciones. Estas perspectivas permiten englobar algunas tendencias comunes en la evolución de la educación ambiental, pero existen tantas prácticas como concepciones acerca del ambiente.

¿Cuál es el papel de la educación en la formación de una conciencia ambiental en el marco de “un estilo de desarrollo donde la distribución de beneficios sea efectivamente igualitaria como lo es hoy la distribución de los costos?” [5].Tomando los conceptos de Sergio Soto, quien analiza las relaciones entre educación, ambiente y desarrollo, sostiene que el papel de la educación es fundamental en la construcción de un mundo con un sentido ético distinto del desarrollo; la escuela puede, como institución, ayudar a armonizar la relación entre la cultura, el trabajo, los recursos naturales, el conocimiento científico y las formas de organización social.

La educación con un enfoque ambiental, permitirá abrir nuevas perspectivas de trabajo en ámbitos como la protección del patrimonio, crear una conciencia social sobre los problemas del deterioro del ambiente, tanto en bienes culturales como naturales, así como la generación de nuevos conocimientos, nuevas técnicas y nuevas orientaciones en la formación profesional. La formación ambiental “deberá darse en ámbitos formales (currícula de educación básica y media) tanto como en los informales (incorporación de “lo ambiental” en “lo cotidiano”) como política de Estado, haciendo hincapié en los procesos globales y los asuntos locales, generando enfoques innovadores de los problemas y conflictos ambientales que condicionan nuestro estilo de vida y promoviendo una nueva forma de pensar el ambiente” [6].

2- Los aportes de los documentos de los Organismos Internacionales

El desarrollo del término educación ambiental surge en la década de los 60, a instancias de los organismos internacionales –especialmente la ONU- y los gobiernos de los países europeos, orientada sobre todo hacia la conservación de la naturaleza. Desde los inicios, las experiencias de educación ambiental se multiplican en Francia, Suiza, Suecia y Estados Unidos. En la década del 70 se crea el programa MAB (Hombre y Biosfera) en el seno de la UNESCO, pero es en 1972, en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, realizada en Estocolmo, donde se recomienda explícitamente la educación ambiental. También aparece el PNUMA (Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente). En los documentos emitidos por estas entidades se declara la necesidad de implementar una “educación en cuestiones ambientales, dirigida tanto a las generaciones jóvenes como a los adultos y que preste la debida atención al sector de la población menos privilegiado, para ensanchar las bases de una opinión pública bien informada” (principio 19 de la Declaración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, 1972).

Otro antecedente fundamental lo constituye la I Conferencia Intergubernamental sobre Educación Ambiental, celebrada en Tbilisi en 1977, a partir de la cual se desarrolla un programa internacional sobre educación ambiental [7]. Hasta ese momento, la orientación de los documentos y las experiencias de educación ambiental estaban vinculadas a la idea de preservación de la naturaleza y los aspectos ecológicos estrictamente, descartando los aspectos económicos, políticos y sociales relacionados con el ambiente. La Conferencia de Tbilisi cambió el rumbo de las discusiones, incluyendo en los análisis de los problemas ambientales las relaciones con la economía y señalando el carácter histórico de los mismos.

Según González Gaudiano el texto de la Agenda 21 (Documento aprobado en la Cumbre Mundial de Medio Ambiente y Desarrollo de Río de Janeiro, 1992), reconoce la importancia de la Educación para transitar la sustentabilidad. Este camino incluye profundos cambios en los “estilos de vida, en los estilos de desarrollo y en los estilos de pensamiento” [8]. La Educación ambiental postula la promoción de la concientización pública, la participación ciudadana y la capacidad de tomar decisiones.

El apoyo manifestado en estas declaraciones no aparecieron, sin embargo, en la realidad. En el congreso de la UICN en 1996 se denuncia que la educación era la prioridad olvidada de Río. Diez años después esta Conferencia, en la Cumbre de Johannesburgo, volvió a surgir la idea de la educación como prioridad en los discursos y los documentos, pero poco presupuesto destinado para concretarla. Se le ha dado un papel limitado en la gestión pública, un espacio marginal en el espectro educativo, al lado de propuestas de educación para los derechos humanos, las problemáticas de género o de niñez.

 3- Antecedentes en Argentina y América Latina

La Educación ambiental se dió tardíamente en América Latina, con respecto a los países europeos. Los proyectos se asociaron, en la mayoría de los casos, a las iniciativas de los organismos promovidos por las Naciones Unidas. La mayor parte de las dependencias de América Latina en relación al ambiente aparecieron asociadas a los Ministerios de salud o agricultura a mediados de los 70 por recomendación de los organismos internacionales. [9] Según Edgar González Gaudiano, especialista mexicano, este surgimiento tardío en nuestra región puede ser una ventaja porque permite analizar más críticamente el proceso vivido en otros países. Afirma que la educación ambiental “ocupa una posición subordinada dentro de la política en América Latina” [10], y que a pesar de que aparece como una prioridad de todos los gobiernos, hasta el momento está poco institucionalizada. Los países que en este sentido están más avanzados son Brasil, México y Colombia.

Algunos de los problemas más frecuentes que impiden una práctica concreta en esta región son: falta de formación de los maestros; escasa capacitación de otros profesionales; no hay iniciativa de los Municipios ni del sector privado; no se atiende a los problemas de los indígenas ni de sectores marginados; poca comunicación con la comunidad científica y tecnológica. En general, los programas de educación ambiental se formulan para ser aplicados en zonas muy diferentes entre sí, por lo cual no se pueden adaptar a todas las comunidades. En muchos países, a partir de las reformas educativas de los años 90, se comienza a considerar muy lentamente la educación ambiental. Este esfuerzo ha estado orientado al ámbito escolar, y no como un proceso social. Son limitados los procesos por falta de financiamiento, planes educativos rígidos, autoritarios, sometidos a la presión de alcanzar determinados rendimientos en la educación general. Todos estos factores han imposibilitado la continuidad. [11]

Los antecedentes en Argentina datan de la década del 70, en que la gestión pública se interesa por la temática ambiental, movilizada por las recomendaciones de la Conferencia de Estocolmo. Hasta el momento la gestión ambiental tenía una perspectiva parcial, sin atender a la causalidades y efectos extrasectoriales de los problemas. [12]

Desde 1973 se crean distintos organismos dedicados a la gestión y la educación ambiental, constituyéndose desde ese momento en un asunto de Estado. La primera instancia fue en 1973 con la creación de la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente Humano, en el seno del Ministerio de Economía. En 1991 se crea la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente Humano, dependiente de la Presidencia de la Nación. En 1996 se modifica su estructura y pasa a denominarse Secretaría de Recursos Naturales y Desarrollo Sustentable (SRNyDS), formalizado en el decreto Nº 146/98.

Esta Secretaría y el BID (Banco Interamericano de Desarrollo) acordaron en 1997 la creación del Programa de Desarrollo Institucional Ambiental, PRODIA; en el marco del cual se impulsaron actividades de Educación Ambiental, con el objetivo de promover el diseño de la Estrategia Nacional de Educación Ambiental. Esta estrategia fijó prioridades, estableció un plan de acción nacional y creó el marco legal. A partir de un diagnóstico elaborado mediante la realización de encuentros con Entidades Nacionales y regionales, se dió apoyo al desarrollo de la dimensión ambiental en la currícula (Ley Federal). El objetivo de esta estrategia a nivel nacional era promover “la protección del medio ambiente, modificando la actitud mental de los integrantes de la sociedad, revalorizando conceptos, y fomentando la adquisición de destrezas para manejar mejor los recursos naturales y con ello, lograr el desarrollo sustentable” [13] Según los documentos emergentes de este proyecto, la metodología aplicada para generar acciones de educación ambiental, fue amplia y democrática, garantizando la participación a los diferentes actores sociales. Como resultado de este proceso, se identificaron prioridades, base sustancial de la estrategia nacional y el plan de acción.

Estos documentos constituyen uno de los pocos antecedentes en planes oficiales con la intención de apoyar el desarrollo de la educación ambiental. La continuidad de estas actividades fue interrumpida con la finalización del PRODIA en nuestro país y a pesar de que la Secretaría de Recursos Naturales y Desarrollo Sustentable de la Nación tiene entre sus objetivos la educación, son escasas las acciones concretas en todo el territorio nacional que se puedan demostrar en los últimos años. Esta estrategia elaborada con aportes de todas las provincias no ha tenido las repercusiones anunciadas, y se ha limitado a programas o actividades aisladas por parte de algún organismo cuyos objetivos se relacionen con algún elemento o recurso natural.

Recientemente, el anuncio de Secretaría de Recursos Naturales y Desarrollo Sustentable de elaborar la Agenda Ambiental Nacional comenzó con un proceso similar de talleres y consultas regionales para fijar los objetivos y prioridades de la estrategia en educación ambiental.

La educación en la legislación en Argentina y en Mendoza

La presencia de la educación ambiental como obligación del Estado aparece con la incorporación de los llamados “derechos de tercera generación” (artículo 41) en la Constitución Nacional, con la reforma del año 94. Asimismo la Ley Federal de Educación en el artículo 5º, inc. M., establece entre los principios que debe guiar la política educativa, la conservación del medio ambiente.

A nivel nacional la Ley General del Ambiente Nº 25675 determina con respecto a la Educación ambiental en el “ artículo 14 . — La educación ambiental constituye el instrumento básico para generar en los ciudadanos, valores, comportamientos y actitudes que sean acordes con un ambiente equilibrado, propendan a la preservación de los recursos naturales y su utilización sostenible, y mejoren la calidad de vida de la población.

Artículo 15.— La educación ambiental constituirá un proceso continuo y permanente, sometido a constante actualización que, como resultado de la orientación y articulación de las diversas disciplinas y experiencias educativas, deberá facilitar la percepción integral del ambiente y el desarrollo de una conciencia ambiental. Las autoridades competentes deberán coordinar con los consejos federales de Medio Ambiente (COFEMA) y de Cultura y Educación, la implementación de planes y programas en los sistemas de educación, formal y no formal. Las jurisdicciones, en función de los contenidos básicos determinados, instrumentarán los respectivos programas o currículos a través de las normas pertinentes”.

Por otro lado, con respecto a la Información Ambiental, el Artículo 16 dice : “ Las personas físicas y jurídicas, públicas o privadas, deberán proporcionar la información que esté relacionada con la calidad ambiental y referida a las actividades que desarrollan. Todo habitante podrá obtener de las autoridades la información ambiental que administren y que no se encuentre contemplada legalmente como reservada”. Otro aspecto que tiene mucho que ver con lo anterior, es la disponibilidad de un sistema nacional integrado de información ambiental, contemplado en el artículo 17 de la citada Ley. Además determina que las autoridades son las responsables de informar sobre la situación ambiental del país y elaborar un informe anual.

En materia de Participación ciudadana, esta Ley reconoce en los artículos 19, 20 y 21 el derecho que toda persona tiene a ser consultada y a opinar en procedimientos administrativos que se relacionen con la preservación y protección del ambiente, la obligatoriedad de institucionalizar procedimientos de consultas o audiencias públicas sobretodo en proyectos que tengan un impacto en el ambiente.

A partir de la década del 90, surge el cuerpo de leyes ambientales en la provincia deMendoza. La Ley Provincial del Ambiente Nº 5961, sancionada en 1992, llamada dePreservación, conservación, defensa y mejoramiento del ambiente, establece que “el poder Ejecutivo, a través de los organismos gubernamentales competentes, incluirá la educación ambiental y los planes y programas de estudio de todos los niveles de la educación obligatoria y sistemática de la Provincia de Mendoza”(Ley 5961, Título VI, Cap. I, art. 43). En el artículo 44 se detallan los fines de la educación ambiental, entre ellos la formación de ciudadanos concientes e integrados al medio ambiente total y sus problemas asociados, mediante la enseñanza y aplicación de los conocimientos adquiridos; lograr en el educando una clara percepción de lo que es el medio ambiente, considerado globalmente, y de la estrecha y permanente interdependencia entre sus dos conjuntos básicos: el medio natural y el medio cultural; la asunción de las responsabilidades relativas a la conservación, defensa y mejoramiento del medio ambiente”(…). También incorpora la capacitación de los educadores de todos los niveles. Se establece como obligatoriedad del Poder Ejecutivo el financiamiento a través de las partidas necesarias para la educación formal y las que garanticen la difusión de las medidas y normas ambientales.

Por otra parte, el gobierno de la provincia en 1996 –a cargo del Dr. A. Lafalla- dictó el llamado “Decreto verde”, el Decreto Prov. 1939/96 que establece la implementación de Programas Ambientales, en el art. 24 expresa que el Ministerio de Ambiente y Obras Públicas formulará un «Programa de Comunicación al Ciudadano para la Cultura Ambiental» que tendrá por fin el asesoramiento, fomento y capacitación en materia ambiental para la comunidad y que deberá coordinarse con el Programa de Información al Ciudadano. En este Decreto se garantizaba el funcionamiento de un sistema de información al ciudadano acompañado de programas educativos elaborados con la Dirección General de Escuelas, de los cuales no existen constancia de su cumplimiento. También establece la necesidad de articular la cooperación entre distintos sectores de la sociedad, partes interesadas en los problemas ambientales. Estas intenciones, como muchas del Decreto verde, quedaron en los papeles y no se concretaron las acciones ni se destinó el presupuesto necesario para su ejecución.

Si bien en sí mismo, ninguno de estos documentos manifiesta una posición ni un plan sobre educación ambiental, el instrumento legal es fundamental para propiciar una jerarquización del tema en la sociedad y comenzar a gestionar los espacios de intercambio para optimizar la difusión, la información y la formación en temas ambientales. Pero la norma legal, sin la estructura organizacional ni los recursos para su desarrollo, tampoco alcanza para asegurar su cumplimiento.

4- La gestión pública ambiental en relación a la educación en Mendoza

Indagar sobre los planes de educación ambiental implementados en la provincia desde 1995 a la fecha no es tarea fácil, debido a la inexistencia de archivos, documentos, materiales o testimonios que permitieran armar la historia de esta disciplina, en el seno del organismo competente, en este caso el Ministerio de Ambiente y Obras Públicas.

Esta ausencia de información indica que las pocas experiencias respecto de la educación ambiental en Mendoza no han sido continuas ni sistematizadas, que los funcionarios responsables no registraron ni archivaron documentación alguna que posibilitara reconstruir las propuestas, continuarlas o mejorarlas. La educación no ha sido un elemento presente en la gestión pública del ambiente, no se ha formado un equipo de especialistas en este campo ni se ha priorizado la capacitación y la formación encaminada hacia una propuesta integral.

El primer actor social responsable de la educación ambiental es el gobierno provincial. Es suficiente recorrer las oficinas de estos organismos gubernamentales para encontrar la “ausencia” de un área de educación. Los responsables de la gestión provincial afirman que se implementará un programa, mientras que por parte de la Dirección General de Escuelas, no se ocupa de lo ambiental.

En segundo lugar, los Municipios, que en su mayoría cuentan con un área de gestión ambiental, argumentan que no cuentan con presupuesto ni personal capacitado para desarrollar actividades educativas. Sólo algunos departamentos realizan charlas para estudiantes, difunden información o tienen proyectado cursos para docentes.

En tercer lugar, otros actores comprometidos en la educación ambiental, son las organizaciones de la sociedad civil (OSC) que desarrollan actividades vinculadas a la defensa del ambiente. En general sus actividades se enmarcan en el ámbito no formal, y la falta de presupuesto y de difusión son los obstáculos que se oponen a un mejor impulso y resultados.

Desde la administración pública las experiencias relacionadas con educación ambiental han estado limitadas a las visitas guiadas a las áreas naturales protegidas –en especial a la reserva de Divisadero Largo, por su proximidad con la capital-, la forestación con especies autóctonas, como el algarrobo en Lavalle y algunas actividades aisladas, como cursos, conferencias o charlas ofrecidas a las escuelas, más en primaria (hoy EGB) que en media (hoy Polimodal).

Muchas de estas actividades esporádicas han sido iniciativas de las propias escuelas en el marco de proyectos institucionales.

El análisis de las últimas gestiones gubernamentales dan cuenta de la falta de una dedicación al tema educativo, y que las pocas acciones realizadas han sido seminarios o charlas dedicadas a los temáticas ambientales. No hay registros en la Subsecretaría de Medio Ambiente de la existencia de un espacio ni planes para educación.

En el ámbito de la capacitación docente podría decirse que la cuestión ambiental prácticamente no figura. Las acciones y proyectos que se pueden considerar dentro de la educación ambiental son experiencias aisladas, iniciativa de algunos establecimientos educativos y a veces promovidas por la gestión municipal. Las actividades relacionadas con la basura (reciclaje, limpieza, tratamiento) y el mejoramiento de las condiciones sanitarias son las más frecuentes. En general estas acciones apuntan a temáticas relacionadas con lo ecológico, como un ciclo de charlas sobre aire, residuos, suelo, contaminación, cambio climático, agua, etc. Los Municipios han sido los protagonistas de algunas experiencias, sobretodo en el ámbito escolar, ligadas a ferias de ciencias o concursos de afiches o mensajes relativos al cuidado del medio ambiente.

Todos estos proyectos, si bien han significado un esfuerzo de la gestión municipal, no han tenido continuidad y sistematización, no se han multiplicado en otros ámbitos, como puede ser la educación comunitaria. Las campañas sobre basura o consumo de agua no son suficientes para hablar de un proyecto educativo. En muchos casos no se manifiesta una claridad en el mensaje, o la actividad queda solamente en el mensaje, sin profundizar la reflexión sobre las causas que concurren en un problema y las distintas interpretaciones, por cruce de intereses, que este problema puede generar.

En cuanto a la gestión actual, en febrero de 2005, se ha iniciado un Programa Provincial de Educación Ambiental (PPEA) en el ámbito de la Subsecretaría de Medio Ambiente, del Ministerio de Ambiente y Obras Públicas.

Este vacío en la gestión pública con respecto a la educación ambiental pone de relieve las debilidades que han sido señaladas en otros análisis referidos a la gestión ambiental en general. El Estado no cumple con las funciones que se le asignan en la Ley Provincial del Ambiente, tampoco articula con otros actores sociales –como DGE, instituciones educativas de distintos niveles, organismos de investigación, universidades, organizaciones de la sociedad civil- para elaborar planes, ejecutarlos y buscar co financiamiento en aquellas tareas que no cuentan con presupuesto. Desde el ámbito de la Dirección General de Escuelas, el otro organismo responsable de la educación ambiental, tampoco se ha demostrado preocupación. Los argumentos son simplistas y resaltan la excesiva carga temática del currículo escolar y la falta de recursos para iniciar una capacitación hacia tal fin. El papel de la DGE se limita a evaluar proyectos de capacitación docente para otorgar puntaje, entre ellos las propuestas que, a instancias de instituciones de capacitación, tengan que ver con el ambiente.

5- Distintas miradas y concepciones en Educación Ambiental

Muchos planes, programas y estrategias se han ensayado en los países del Norte, sobretodo en Europa, apuntando a la sensibilización por la naturaleza y el predominio de lo verde. A partir de las últimas décadas, la diversidad de posturas en el “ambientalismo” también afectó a las propuestas de educación ambiental, promoviendo el activismo de los alumnos sin demasiadas reflexiones acerca de las vinculaciones de lo ambiental con el sistema socio-económico y político en el que se inserta. Más contenidos y más actividades dentro del curriculo escolar ha sido la tendencia más fuerte en el desarrollo de la Educación ambiental en las primeras décadas de su institucionalización. Posteriormente surge la idea de transversalidad y de integración del tema en distintos proyectos interactivos.

La adopción de ejes transversales promovidos por la reforma de España en los 90 [14]llevó a adoptar estos principios en la educación latinoamericana. Los contenidos transversales se incluyen como proyectos, con una propuesta de temáticas actuales, como los grandes problemas ambientales globales vinculados a las experiencias cotidianas del alumno. Sus objetivos son convergentes y apuntan a una educación integral basada en los valores.

La interdisciplina ha sido la perspectiva predominante en la mayoría de los países. Uno de los temas más discutidos ha sido el de los criterios para seleccionar contenidos en educación ambiental, siendo la ecología el campo científico más fuerte en la definición de temas. Conceptos como ecosistema, biodiversidad, equilibrio ecológico, los recursos como agua, suelo y aire, han conformado el núcleo de los planes de educación ambiental. Estos contenidos, en realidad, han estado presentes en los planes de estudio, en el campo de las ciencias naturales, con distinta organización y jerarquización. Entonces, un curso de educación ambiental incluía desde los recursos naturales y la energía hasta el suelo, el agua y el aire, haciendo referencia a las sustancias que los contaminan, en unidades separadas. No existía una integración y una relación entre sí con vistas a explicar los procesos que causaban su deterioro. No había un cuestionamiento sobre las bases socio-económicas, políticas y culturales, y las condiciones históricas que provocaron la situación actual.

Aún así, y “a pesar de las intenciones que guiaban estas experiencias, las mismas no logran constituir un proyecto sistemático de EA que alcance entidad y relevancia dentro de la oferta educativa publica” [15]. Estas conclusiones que correspondena un trabajo realizado en la provincia de Buenos Aires demuestra que en todo el país la situación ha sido similar. Los documentos oficiales producidos a partir de la Ley Federal de Educación no reflejan un tratamiento específico del enfoque ambiental, a pesar de quedar manifestado en los objetivos y principios de esta Ley. González Gaudiano muestra cómo, desde que surge la preocupación hace ya treinta años a la actualidad, el contenido pasó de ser una cuestión meramente conservacionista, donde la ecología constituía el contenido exclusivo, a relacionarse con el modelo de desarrollo, con las diferencias socioeconómicas y políticas entre los países, y con las dimensiones culturales. Todo ello está obligando a integrar, en el contenido de la educación ambiental, a los actores sociales que están por detrás de la contaminación, de la depredación, etc., con lo cual las ciencias naturales deben, forzosamente, dar espacio a las ciencias sociales. La educación ambiental pasaría de ser una rama de la ecología a ser una disciplina necesariamente inter, multi o transdisciplinaria.

La educación ambiental no es un contenido más, implica un cambio de enfoque pedagógico, es una perspectiva compleja.

Siempre se ha invocado a las “actitudes y valores que motivan a las decisiones humanas como la base del sistema económico que lleve al mundo a una crisis ambiental” [16] Sin embargo, no parece haber una relación entre actitudes y comportamientos, entre niveles de conocimiento y comportamiento. Se puede disponer de mucha información sobre actitudes favorables al medio ambiente, y al momento de actuar, hacerlo de manera contraria. Estos principios que dominaron la producción en Educación ambiental muchos años está siendo discutida hoy, ya que el énfasis puesto en las actitudes y valores individuales contribuyó en cierta forma, a despegar la temática ambiental de los problemas socioeconómicos globales.

Según el análisis realizado de la gestión pública en Mendoza, la mayoría de las propuestas enunciadas como educación ambiental están impregnadas de conocimientos sobre “ecología”, se denomina en forma indistinta lo ecológico y lo ambiental. El cuidado del ambiente queda circunscripto a la adopción de medidas individuales, cambio de valores y comportamientos en una sociedad consumista que debe parar el deterioro del planeta. No reconocer las verdaderas causas de la degradación y distribuir responsabilidades por igual, a través de un discurso destinado a supuestos cambios de valores sin cuestionar el orden mundial existente. Los planes y proyectos están vacíos de contenidos, saturados de activismo, convertidos en una formación ética hacia un cambio global. El amor por la naturaleza bastará para sanar el planeta, es la mirada que subyace en la mayoría de los proyectos de educación ambiental que ofrecen los organismos gubernamentales, que promueven la salida al terreno y el conocimiento sobre los elementos de la naturaleza. Otro grupo de experiencias, muy aisladas y dispersas en las escuelas, a voluntad e iniciativa de los docentes o directivos, a veces en comunicación con otras entidades y vecinos, son los trabajos realizados por los escolares en el marco de proyectos institucionales o transversales, dedicados a difundir hábitos y actitudes sobre el cuidado del ambiente, alguna campaña en el barrio y acciones a favor de solucionar un problema local. La escasa bibliografía sobre el tema con que cuenta el docente, lleva a que se utilice material de revistas y diarios, donde la temática ambiental tiene el mismo tratamiento tradicional, limitado a temas de reciclado de basura, conservación, la huerta orgánica, etc.

6- ¿Por qué hablar de educación ambiental para el desarrollo sustentable?

Precisamente, porque se espera superar ese papel limitado que a la educación ambiental se le concedió tradicionalmente en muchos de los países que atendieron las recomendaciones de los organismos internacionales, entre ellos muchos latinoamericanos. Es decir, un papel en el que el ambiente se reducía a la naturaleza y la educación ambiental a la escolarización básica. Un papel que aceptó incorporar la dimensión ambiental en los libros de texto de Ciencias Naturales, pero no en los de Ciencias Sociales. Un papel que asignaba un lugar sectorizado a lo ambiental, lo que lo hacía ajeno a los otros sectores. [17]

En los últimos años, la apertura del debate sobre el papel de la educación en la crisis ambiental global ha llegado a los países latinoamericanos, si bien nuestro país está atrasado con respecto a los movimientos que se encuentran en Brasil, Ecuador o México. En Mendoza, particularmente, la importancia de lo ambiental ha ido en incremento, frente a la ausencia que tiene en el ámbito educativo. Los modelos que vienen de otros países deben ser estudiados, analizados y adaptados a las condiciones particulares de cada comunidad, desde el lenguaje, la cultura y los intereses de cada grupo social. En general, se ha querido adoptar estas propuestas, llamadas “verdes” en los distintos contextos de la provincia, sin que exista una producción local de conocimiento escolar.

Las discusiones alrededor del concepto de desarrollo sustentable para América Latina, han coincidido en reconocer el rol estratégico de la educación en el logro de un cambio real en los modelos imperantes. La incorporación de la perspectiva histórica, que permite analizar críticamente el papel de los distintos actores sociales en la valoración de los recursos ambientales, ha facilitado la explicación de los procesos, que son sociales, económicos, políticos y culturales. El nuevo enfoque de la educación ambiental para el desarrollo sustentable está recién difundiéndose, no hay formación de recursos humanos en esta perspectiva en el ámbito provincial. Por otro lado, se están oyendo voces detractoras de este concepto, argumentando que es un nuevo discurso de la globalización para afianzarse en los modelos vigentes en nuestros países. La discusión queda abierta y las posibilidades de que surjan nuevas posiciones, enraizadas en nuestra historia y cultura.

7- Escenarios futuros: la educación ambiental como política vinculada a la gestión pública

La gestión ambiental en la provincia ha estado marcada por avances y retrocesos. Ligada a esto, la educación ambiental ha tenido un desarrollo dispar, más fuerte en la práctica escolar puntual que en la producción teórica y metodológica.

En la bibliografía especializada son escasos los análisis desde el punto de vista de las políticas del Estado en cuanto a gestión ambiental. ¿Se incorpora la Educación Ambiental como una estrategia básica para la gestión?. ¿Es un componente presente en las políticas?. En los análisis que abordan otros autores en este libro se mencionan los desafíos que enfrenta hoy la institucionalidad pública y los futuros gobiernos de la provincia. Entre estos desafíos aparecen distintos actores, distintos componentes, sin los cuales no se puede articular una verdadera gestión del ambiente. La educación abarca transversalmente estos componentes, en diferentes ámbitos, tanto formal como no formal.

Uno de los tópicos a discutir es ¿Cuál es la vinculación de la educación ambiental con las políticas públicas en materia de gestión ambiental?. La educación forma parte de las políticas públicas y debe plantearse como una estrategia más encaminada hacia la prevención, identificación y solución de los conflictos ambientales. Si la política ambiental se convierte en una política reactiva, también la educación se convertirá en una actividad puntual necesaria para acompañar la solución de un problema específico, tendrá una duración limitada en el tiempo y sólo alcanzará a una población determinada. En general, este tipo de proyectos ejecutados por iniciativa del gobierno, se han debilitado y finalmente, han concluído, con el cambio de la gestión gubernamental. No se han instalado como práctica permanente, a pesar de la obligatoriedad que establece la ley.

Se espera que en un contexto de sociedad con un avanzado estado de concientización, el proceso de instalación de la EA debería producirse en forma espontánea como resultado de preocupaciones sociales y ciudadanas. Pero hay que reconocer que esa secuencia «lógica» de legitimación de temáticas de reflexión y espacios experienciales, resulta muy lenta respecto al acelerado proceso de deterioro planetario y local” [18]. Dadas estas circunstancias, la implementación de la educación para la comprensión de los procesos que afectan al ambiente debería producirse en dos planos, desde las autoridades gubernamentales, como decisión política, y desde las bases, con amplia participación de los actores involucrados, docentes, organizaciones barriales, comunidad educativa, instituciones, etc.

¿Qué educación ambiental necesita Mendoza?

Una de las primeras tareas pendientes en esta materia, es la discusión y reflexión sobre qué educación ambiental debe asumir la provincia, qué perspectiva, qué estrategias, hacia dónde y con qué objetivos. Este debate es necesario para fundar propuestas claras y no seguir repitiendo experiencias que no dieron resultado.

Profundizar las discusiones teóricas para esclarecer posiciones educativas y hacia el ambiente permitirá detectar “tradiciones” vigentes en la práctica, concepciones subyacentes y definir los contenidos concretos de un programa provincial. Como se ha expresado anteriormente el enfoque de la educación ambiental que ha dominado este campo, ha cambiado desde posiciones muy naturalistas a las posturas más globalizantes, en que no se separan las cuestiones históricas, sociales, culturales y políticas del ambiente natural.

En los últimos años, se ha abierto un nuevo campo de investigación acerca de las representaciones sociales de los docentes sobre los problemas ambientales, y el modo en que influyen sobre las actitudes y prácticas pedagógicas. Los expertos consideran que el “primer paso para la realización de la educación ambiental consiste en la identificación de las representaciones que tienen las personas involucradas en el proceso educativo” [19]. Según Ferreira Da Silva –quien ha estudiado este tema en Brasil- las representaciones sociales por lo general definen las prácticas en el aula sobre el ambiente.

Coincidiendo con González Gaudiano: “ no basta la existencia del elemento objetivo (degradación), es necesario que la sociedad humana relacione dicha situación con determinadas causas antrópicas y, además, que considere tal estado como crítico. Eso también es un producto histórico” [20]. Debe respetar la idiosincrasia y las pautas culturales de cada comunidad, los problemas propios. Las propuestas homogeneizadoras han fracasado. Es necesario la consulta y el contacto con los líderes y representantes de cada comunidad, barrio, distrito, para acotar las propuestas al contexto.

Una propuesta para Mendoza de Educación Ambiental debería formularse sobre los siguientes ejes:

– Una educación para la participación ciudadana: ¿Puede la escuela incidir en las políticas públicas?. La participación pública ha sido, generalmente, una de las fuerzas motoras para introducir los temas ambientales en la agenda pública, tanto a nivel nacional como internacional. El enfoque educativo orientado hacia la participación ciudadana en problemas ambientales permite preparar en la capacidad de tomar decisiones, resolver problemas y tomar iniciativas en cuanto a las problemáticas que preocupan a la comunidad. La educación ambiental puede convertirse en espacio fundamental para la construcción de una ciudadanía comprometida con la calidad ambiental.

– Una educación para ejercer los derechos ambientales: es importante reconocer la dimensión política de la educación ambiental, como práctica pedagógica que contribuye a formar el espíritu crítico. La reforma constitucional de 1994 reconoció la existencia de“derechos de incidencia colectiva” y expresamente, el derecho de protección al ambiente, la igualdad ante la ley, al usuario y al consumidor, incorporando como garantía para la protección de estos derechos, al recurso de amparo. [21] Estos derechos colectivos se caracterizan por abarcar una variedad de intereses difusos, que no están en la cabeza de un sujeto particular, sino esparcidos, difundidos entre todos los miembros de una comunidad. El derecho a la información pública ambiental y a gozar de un ambiente sano pueden incluirse en la enseñanza de contenidos curriculares tradicionales como “formación ética y ciudadana”.

– Una educación para el desarrollo sustentable que comprenda la visión histórica, local/global, interdisciplinaria del ambiente. El desafío de un modelo de desarrollo sustentable, que pretenda integrar lo económico, lo social y lo ambiental requiere de estructuras educativas aptas para abordar tal complejidad, a la vez que una flexibilidad conceptual y metodológica. En este sentido, la formación en todos los planos, desde los niveles básicos hasta la educación universitaria es fundamental para integrar la comprensión del ambiente en el sistema educativo.

Aun cuando el campo teórico se ha fortalecido, muchos aspectos continúan sin resolverse. Algunos de los actuales cuestionamientos responden a indefiniciones en distintas cuestiones:

– ¿Cómo formar valores y qué valores transmitir?

– ¿Es mejor estudiar el ambiente sectorizado en el curriculum escolar?

– ¿Cómo transversalizar en el currículo los valores ambientales?

– ¿Cómo integrar la educación formal y la no formal?

– ¿Cómo relacionar lo económico con lo ecológico en proyectos ambientales?

Estos y otros cuestionamientos se nos presentan en este campo, que por esa razón es dinámico, vivo y en construcción.

¿Cómo implementar una educación ambiental?

En general, los argumentos para justificar la no práctica de la educación ambiental gira en torno a distintos obstáculos que se presentan en la realidad provincial y que atentarían contra la implementación. Algunos de ellos son cuestiones que dependen de una decisión política, como la falta de presupuesto, otros están implícitos en el sistema y son más difíciles de superar. Mencionaremos algunas de estas dificultades:

· No hay documentación de experiencias anteriores. El registro de estos programas y acciones implementadas constituiría el marco referencial y un gran apoyo en el proceso de construcción de nuevas propuestas.

· La formación docente en el campo de lo ambiental es débil. Si nos referimos a los docentes de EGB, la inclusión de conceptos relacionados con el ambiente se reduce a las ciencias naturales. No hay ofertas de especialización o cursos de capacitación regulares que estén al alcance de los docentes para sistematizar una formación en este campo.

· Escasa bibliografía, sobretodo con enfoque didáctico y metodológico. Escasas experiencias de abordaje interdisciplinario.

· El conocimiento ambiental es sobretodo global, existe poca circulación de información sobre los problemas locales

· Desarticulación entre los principales actores responsables de la gestión pública en materia ambiental y educativa.

· Escasa relación provincia-municipio para emprender acciones en común sobre ambiente.

Las posibilidades de una implementación

A modo de sugerencias, algunas acciones que se pueden articular para superar los obstáculos son:

· Reconocer y conocer nuestros problemas

Para integrar un plan de educación a la gestión ambiental, se debe contar con buena información para conocer nuestra realidad. Para ello, en Mendoza existen centros de producción científica y tecnológica como las Universidades públicas y privadas, el Centro Regional de Investigaciones, donde se genera el conocimiento y hay almacenada mucha información valiosa sobre nuestros problemas, información que los gobernantes luego “contratan” con expertos o consultores. Hay investigaciones científicas serias, actualizadas y de origen local. Pero esta información debe ser mediada, debe ser transferida al ámbito educativo formal y no formal con lenguaje adecuado y accesible. Se debe evitar la disociación entre escuela y científicos. Esto requerirá de nuevos enfoques pedagógicos.

· Articular las distintas jurisdicciones

Establecer vínculos a nivel nacional, pero fundamentalmente mirar la propia realidad y generar propuestas que respondan a las demandas de las distintas jurisdicciones y que concentren los esfuerzos hacia la solución de los problemas ambientales de todos los departamentos. En esto, las autoridades locales son las que mejor conocen la raíz y el estado de situación de tales problemas, las potencialidades de su comunidad y las posibilidades de un proyecto exitoso. El Municipio es un ámbito ideal para aplicar programas de educación ambiental, sobretodo no formal, articulando con otros sectores de la gestión.

· Articular acciones con la Dirección General de Escuelas

Trabajar en conjunto con la Dirección General de Escuelas es una premisa fundamental, pues es el organismo que conoce y maneja el sistema educativo, las instituciones y los docentes. Si se pretende introducir el enfoque ambiental en la curricula, se deberá negociar y llegar a un lenguaje común, respetar los tiempos de las transformaciones y evitar las imposiciones. Este proceso se vincula con el punto siguiente de la formación de docentes.

Preparar a los futuros docentes en el análisis de los problemas socio-ambientales, que pueda generar desde las aulas un cambio paulatino que se reproduzca en sus comunidades. Por lo tanto, la formación inicial de los docentes sería un primer paso a tratar de abordar en una implementación de la educación ambiental integral. En esto la Universidad tiene un papel relevante en la promoción de la investigación y la extensión comprometida con la sustentabilidad ambiental.

Por otro lado, planificar la capacitación a los docentes implica tener en cuenta algunos aspectos para asegurar la permanencia en el tiempo. La escuela ha sido objeto de numerosos cambios curriculares en los últimos años. Sin embargo, el intento de implementar innovaciones ha tenido una cierta resistencia de las instituciones y de los docentes.

· Trabajar con el tercer sector, sobretodo con organizaciones no gubernamentales que se dedican a la defensa del ambiente.

Muchos expertos analizan estos procesos y coinciden en apuntar algunos factores que han hecho fracasar o retrasar la renovación. Por un lado, los cambios han sido impuestos desde las autoridades del gobierno escolar, con casi nula participación de sus protagonistas, los docentes. Se debe considerar a los profesores desde los fundamentos de las propuestas, ver sus posibilidades reales, tener consultas permanentes con todos los sectores docentes. Se rechaza la capacitación tradicional del “especialista” en el tema, hacia el “ejecutor”, el maestro de aula. Estas experiencias de trabajo han provocado resistencia por parte del ámbito docente, impidiendo una verdadera transferencia. Se debe propiciar la amplia participación de todos los integrantes de la comunidad educativa, para lograr que todos se apropien del proyecto. El sentido de pertenecer a la ciudadanía y ser protagonista en la defensa de los derechos es fundamental para influir en la conciencia social sobre los problemas ambientales. Es recomendable generar procesos en red, mediante la formación de capacitadores que multipliquen sus experiencias en equipos docentes en los propios establecimientos, en un trabajo cooperativo donde no se establezcan jerarquías.

Tareas pendientes

Después del análisis realizado, aparecen muchos temas pendientes, en especial desde la Administración Pública. Hay una tarea que se debe emprender ahora, pero que no puede abarcar solamente una gestión gubernamental: la educación para la comprensión y valoración del ambiente. Debe ser una política de Estado y superar las diferencias y las posiciones de cada signo político que asuma el gobierno de la provincia. Es una tarea planificada, con metas alcanzables a corto, mediano y largo plazo, para lo cual es necesario plantear estrategias vinculadas a las características específicas de cada comunidad específica. Además, algunas tareas que se pueden encarar son: elaborar una gama de indicadores para evaluar proyectos y estrategias de Educación ambiental, estimular la producción local de bibliografía que apoye al docente en su tarea, aumentar las publicaciones y su difusión en este campo e incidir en la políticas ambientales a mediano y largo plazo. -EcoPortal.net

BIBLIOGRAFIA

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* Docente de la Universidad Nacional de Cuyo. Vice-presidente de Oikos red ambiental (Mendoza).

[1] Gudynas, E. 1992. Los múltiples verdes del ambientalismo latinoamericano, en Revista Nueva Sociedad Nº 122, Noviembre-diciembre 1992. Venezuela. P. 105.

[2] Idem, p. 107.

[3] Meza Aguilar, L. Educación ambiental. ¿Para qué?. En: Revista Nueva Sociedad Nº 122, Noviembre-diciembre 1992. Venezuela p. 176-185.

[4] Guzmán Ramos, Aldo. 2003. Educación ambiental y problemática medioambiental global. Publicado en Eco-portal- revista electrónica: www.eco-portal.net. Sección Artículos. Agosto 2003.

[5] Mininni Medina, Naná. Relaciones históricas entre sociedad, ambiente y educación. En: Ciencia, cultura y sociedad. Nª 2. Escuela de Formación Pedagógica y sindical “Marina Viste”. Fundación Charles p.9.

[6] Sosa, Eduardo.2003. ¿Crisis de gobernabilidad en la gestión ambiental?. Perspectivas y desafíos futuros para la institucionalidad pública ambiental provincial. En: Gobernabilidad para el desarrollo sustentable. Premio de monografía Adriana Schiffrin-2003. fundación ambiente y recursos naturales. Buenos Aires. P.47.

[7] Meza Aguilar, L. op.cit. p.181.

[8] González Gaudiano, Edgar. 2000. Complejidad en educación ambiental, en Revista Tópicos en educación ambiental, Vol 2, Núm.4, Universidad de Guadalajara. pp 22.

[9] Meza Aguilar, Leonardo. Educación ambiental ¿para qué?, en Revista Nueva Sociedad Nº 122, Nov-Diciembre 1992. p.181.

[10] González Gaudiano, E. Conferencia dictada en 1º Congreso Nacional de Educación Ambiental para el Desarrollo Sustentable, Río Tercero, Córdoba, 6/5/04.

[11] Idem

[12] Documento Base de la Estrategia Nacional de Educación Ambiental para la Rca. Argentina. Programa Desarrollo Institucional Ambiental. Ministerio de Desarrollo Social y Medio Ambiente. Secretaría de Desarrollo Sustentable y Política Ambiental. P.8.

[13] Idem, p.20.

[14] González Gaudiano, E. En pos de la historia de educación ambiental. En: Revista Tópicos en Educación Ambiental, Universidad de Guadalajara, México. Nº8, p. 29.

[15] Sessano, Pablo. Op.cit.

[16] Houston, Helena. 1994.

[17] González Gaudiano, E. 2003. Hacia un decenio de la Educación para el Desarrollo Sustentable. En: revista “Agua y Desarrollo sustentable”, México, Gobierno del Estado de México, Julio, vil I, nº 5, p. 16-19.

[18] Sessano, Pablo. Educación ambiental en el sistema educativo de Buenos Aires. En : Eco-portal, revista electrónica, 11 abril 2004.

[19] Ferreira Da Silva, Rosana. 2002. Representaciones sociales de medio ambiente y educación ambiental de docentes universitarios(as). en: Revista Tópicos en Educación Ambiental nº 4, Universidad de Guadalajara, México. p. 24.

[20] González Gaudiano, E. 2003. En pos de la Historia en educación ambiental, en : Revista Tópicos de Educación Ambiental Nº 8, p.39.

[21] Artículos 41, 42 y fundamentalmente 43 de la CN. Vale señalar que el derecho público provincial, habia mostrado una evolución más temprana en este tema; ya durante la década del 80’ diversas provincias habían comenzado a reconocer diferentes modalidades de tutela de los intereses colectivos o difusos (por ejemplo, la constitución de la Pcia. de Córdoba -art. 53- reformada en 1987, la ley 10.000 de Santa Fe del año 1986, entre otros casos).

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Trascendencia de la tecnología y cultura digital

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Es fácil sentirse abrumado por los cambios que se han producido en los últimas generaciones. Sin duda, una evolución tan rápida y profunda, que afecta a nuestra vida cotidiana, debe tener consecuencias en los procesos y contenidos educativos.

En los últimos 25 años, las escuelas y las familias de todo el mundo han gastado una cantidad considerable de dinero en ordenadores, conexiones a Internet, y software para uso educativo. Pero, no basta hacer esa primera inversión tecnológica sino que también es importante capacitar a los jóvenes para convertirse en personas con pleno derecho en el espacio público digital de hoy, equipándolos con los códigos y herramientas de su mundo rico en tecnología, y animarles a utilizar los recursos de aprendizaje en línea – al mismo tiempo que exploran el uso de las tecnologías digitales para mejorar los procesos de enseñanza existentes, tales como la evaluación o administración de la escuela – son objetivos que justifican la introducción de la tecnología informática en las aulas.

Las herramientas digitales a menudo son complementarias a las habilidades, básica y avanzada. Los cambios tecnológicos en la sociedad plantean cuestiones fundamentales sobre el papel de la educación y las escuelas. ¿Qué deben saber y ser capaces de hacer? ¿Cuál es el valor del conocimiento que se ha adquirido tradicionalmente en la escuela, cuando tanto la información está disponible en línea? 

La mayoría de las escuelas y los maestros no influyen directamente en la velocidad a la que se introdujeron en los lugares de trabajo los ordenadores; ni tampoco deciden como las comunicaciones personales pasaran a través de Internet, en lugar de las reuniones cara a cara o el uso del teléfono. Sin embargo, las habilidades que normalmente se aprenden en la escuela juegan un papel crucial en la determinación de si un estudiante adopta la tecnología digital y puede beneficiarse de ella.

Cuando todos los niños tengan acceso a Internet, los padres y los maestros pueden utilizar los recursos educativos que están disponibles en línea para fomentar el aprendizaje. Sin embargo, el acceso ilimitado a Internet también puede tener consecuencias negativas para el desarrollo de los niños. Los responsables de la educación de los alumnos “conectados” de hoy en día se enfrentan a una serie de nuevos temas, desde la “sobrecarga de información” al plagio, de proteger a los niños de los riesgos en línea (fraude, violaciones de privacidad, acoso en línea) a establecer un tratamiento de medios adecuados y apropiados para ellos. (OCDE, 2012a; OCDE, 2014).

Por ello, las escuelas deben educar a los estudiantes como consumidores críticos de servicios de Internet y medios electrónicos, lo que ayuda a tomar decisiones informadas y evitar conductas perjudiciales. También pueden sensibilizar a las familias sobre los riesgos que enfrentan los niños en línea y cómo evitarlos (OCDE, 2012). Además de proteger a los niños contra las amenazas en línea, los padres deben ayudar a equilibrar el uso del tiempo de ocio en las TIC con el tiempo para otras actividades recreativas que no implican pantallas, tales como deportes y, de igual importancia, el sueño.

OECD (2015). Students, Computers and Learning. Making the Connection. Paris: OECD. Retrieved September 19, 2015 fromhttp://dx.doi.org/10.1787/9789264239555-en.

Fuente: http://revistaeducacionvirtual.com/archives/2015

Imagen: http://revistaeducacionvirtual.com/wp-content/uploads/2016/05/articulo-5.jpg

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Qué paradoja: Ellos dicen tener filosofía, nosotros únicamente cosmovisión.

Por: Ollantay Itzamná

En la retórica de la intelectualidad se asume que los pueblos indígenas u originarios de Abya Yala, y del resto del mundo, tenemos únicamente cosmovisiones y Occidente tiene filosofía.

Es muy común oír a indígenas (profesionales o no) repetir con aires de orgullo sobre la cosmovisión de sus pueblos, como la máxima construcción intelectual y espiritual de sus ancestros. Pero, ¿sabrán para qué y quiénes acuñaron el concepto de cosmovisión? ¿Sabrán que al asumir/apropiarse de tal constructo “naturalizan” el racismo integral que tanto nos daña?

Según Dilthey, Schelling, Heidegger, Kierkegaard, Hegel, entre otros, la cosmovisión es la forma primaria (preteórica) de ordenar y explicar el mundo, hecho por un grupo cultural, sin mayor abstracción teórica. La filosofía, en cambio, es la explicación profunda y amplia de la realidad total. Es la abstracción teórica y metafísica para responder a las preguntas trascendentales que inquieta a la humanidad.

Por eso Heidegeer, a inicios del siglo XX, dirá: “La cosmovisión expone fenómenos ajenos a la filosofía”. Y en el mejor de los casos, la cosmovisión formaría parte del quehacer filosófico primario al intentar responder, de manera elemental/limitada, a las inquietudes humanas.

Está claro que la cosmovisión (según sus acuñadores) no tiene categoría de filosofía por ser un “esfuerzo” elemental. Es decir, los pueblos atrasados o inferiores tienen cosmovisión (visión casi mágica de su realidad). Los pueblos avanzados o superiores construyen filosofía (cuentan con la razón y la voluntad para teorizar y abstraer la realidad).

¿Por qué los alemanes acuñaron esta idea a finales del siglo XIX? En el fondo fue con la finalidad de justificar lo que Hegel y otros ya habían afirmado antes: “La supuesta superioridad mental, espiritual y cultural de ellos sobre el resto de los pueblos”. De allí se asume que ellos, por estar habitados por un espíritu humano superior, tienen filosofía, y el resto (pueblos inferiores/atrasados) tenemos únicamente cosmovisiones.

En las facultades de filosofía occidental se enseña que la sociogénesis de la filosofía se encuentra en los pueblos griegos del siglo IV aC. Estos pueblos de navegantes, rodeados de aguas marinas, registraron sus preguntas y respuestas a sus inquietudes existenciales (condicionados por su época, geografía y demás circunstancias), y los europeos los asumieron como la base de su civilización.

Desde entonces, la academia occidental, y cuantos se esfuerzan por ser reconocidos como académicos, divulgan las preguntas y respuestas de los griegos del siglo IV aC. como la única verdad filosófica universal, capaz de explicar y organizar la realidad.

Es importante indicar que en los escritos griegos, phylosophia (amor a la sabiduría) construida por comunidades, bajo la guía de sabios/as, tenía una perspectiva integral/holística sobre la realidad. Poesía, mitología, teogonía, matemática, astronomía, ética, política, metafísica, etc., constituían dicha filosofía.

Fue en el transcurso del tiempo que Europa seleccionó únicamente las “teorías abstractas” griegas como filosofía, y censuró el resto de los documentos como simple “literatura”. Allí nació la racionalidad lineal y fragmentaria, que luego dará origen a la “razón lineal” occidental. Es decir, a la filosofía como conocemos actualmente. Los griegos de aquel entonces jamás imaginaron en la universalización de su pensamiento.

Los pueblos indígenas tenemos filosofías, no cosmovisiones

Mayas, aztecas, chipchas, quechuas, aymaras, guaraníes, mapuches, etc., tenemos nuestras propias filosofías con las que comprendemos y explicamos nuestras realidades. Y, existen tantas filosofías como pueblos o civilización coexistimos en el planeta.

Quien asuma que existe una única filosofía (la occidental) y cosmovisiones, no hace más que externalizar el racismo mental y espiritual que lo habita. Y si algún aborigen o indomestizo asume el pensamiento/espiritualidad/ritualidad de sus ancestros comocosmovisión, por ignorancia o por mal formación, padece y reproduce la colonialidad del saber y del poder occidental.

Occidente intentó imponer su pensamiento como la filosofía universal. Y ese pensamiento moderno “superior”, en cuestión de tres siglos devastó y devasta la vida, sus ciclos, e incluso la capacidad regenerativa y autoclimatización de nuestra Madre Tierra.

Mientras esto ocurre, nosotros y los otros seguimos despreciando lo nuestro: Asumiendo que ellos tienen filosofía, nosotros sólo cosmovisión. Que ellos tienen arte, nosotros únicamente artesanía. Que ellos, religión, nosotros solamente creencias. Que ellos hablan idiomas, nosotros apenas lenguas. Que ellos, cultura, nosotros sólo tradiciones. Y así sigue y suman los desprecios semánticos “naturalizados”.

*Articulo tomado de: http://www.ecoportal.net/Temas-Especiales/Pueblos-Indigenas/Que-paradoja-Ellos-dicen-tener-filosofia-nosotros-unicamente-cosmovision

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Buenas prácticas docentes en la perspectiva de la pedagogía de la virtualidad (Parte I).

 Margarita Victoria Gómez

En el contexto del Módulo Internacional Uruguay 2014, se realizó el Seminario Políticas, acciones e investigación para la emancipación digital en el Observatorio de Tecnologías de Información y Comunicación (ObservaTIC – Facultad de Ciencias Sociales – UdelaR). Fue una oportunidad para retomar trabajos anteriores que abrieron cuestiones para un momento de reflexión. Especialmente, fue retomada la conferencia ofrecida en el Encuentro de buenas prácticas docentes CONECTACTICA 2014, en Guadalajara, México.

Fue una satisfacción haber participado en Guadalajara de la sexta edición de Conectáctica y de la celebración de los 20 años de la red universitaria de la Universidad de Guadalajara (UDG), una de las más importantes universidades pú- blicas mexicanas, autónoma y con vocación internacional, que asumió el compromiso social de educar con base en la investigación científica y tecnológica que son necesarias para las buenas prácticas educativas.

Como ahí, Montevideo fue también una oportunidad de reencontrar amigos(as) y conocer otros(as). Para mi fue una honra reinventar en Montevideo aquella experiencia, en el Seminario de ObservaTIC, con profesionales que piensan, reflexionan, se identifican y se sienten desafiados por la realidad que les toca vivir, por las ideas en que creen y defienden sin temor de exponerlas. En Conectáctica, a partir de las conversaciones -por teléfono y por e-mail- con los organizadores, pude constatar que la propuesta de formación docente estaba tomando consistencia en una red de prácticas, que relacionan un proceso personal e institucional. Por eso la invitación fue para involucrarnos en una conversación, de la que ya hacíamos parte acerca de las buenas prácticas docentes para el siglo XXI. En realidad es un tema que abre más preguntas que respuestas: ¿Cuáles son esas buenas prácticas? ¿Y las otras, que son? ¿Para qué y para quién? ¿Con quién?

La propuesta fue buscar elementos en la pedagogía de la virtualidad, sustentada en la Pedagogía de Paulo Freire, el concepto de rizoma (Guilles Deleuze y Félix Guattari) y en el sujeto de la praxis, que nos ayuden a repensar las prácticas docentes y (re)establecer un diálogo con nuestra experiencia para saber si teníamos ‘las buenas’ y las otras para tejer consideraciones que no provinieran de saberes superiores o inferiores, y sí de nuestros saberes diferenciados. En este sentido, destaqué algunos puntos que me parecían de interés y que podrían encontrar resonancia con el tema general del encuentro que busca brechas educacionales más allá de paradigmas tecnicistas y pragmáticos.

Buenas prácticas: condiciones

El preguntarnos cuál es la noción que tenemos de buenas prácticas nos remite a las propias y a tomar alguna distancia de ellas para repensarlas en pro de la formación universitaria que deseamos; pensar los relacionamientos y aprendizajes realizados, los fracasos y los aciertos para el futuro. Creo firmemente que reflexionar sobre la práctica es constitutivo de nuestro ser docente. Esta cuestión también exige considerar nuestra situación en la sociedad de la información y del conocimiento, estimar el acceso a internet, el acceso a la universidad, presentar los datos sobre porcentaje y condiciones de conexión y de acceso a la educación superior. O sea, pensar las prácticas en la educación actual implica relacionar estas con la realidad en que son realizadas. Por ejemplo, Universia de España pública (02/06/2014) la siguiente noticia: “Sólo un 9,3% de los profesores [universitarios] españoles utiliza Wikipedia en sus clases”. ¿Eso es malo? ¿Es bueno? ¿Por qué?

Esta situación atraviesa nuestra vida, nuestras prácticas y crea otras realidades tan intangibles como transformadoras produciendo una cultura académica en su entorno. O sea, si preguntamos también por nuestra situación en la red, cuanto al uso y dominio de los dispositivos tecnológicos, tendremos que pensar la exclusión social que va más allá de la tecnología, pensar si lo que queremos es solamente buenas prácticas con tecnologías para adaptarnos o para generar buenos pensamientos, buenos sentimientos, buenas conversaciones, para producir(nos) y apropiarnos del universo cultural de la época.

Hoy, en ese mundo interconectado que nos atrapa en una red que tiende más a pulverizarnos que a libertarnos afirmamos que la tecnología y la red son elementos propios de la liberación antes que de la opresión -ya que el fin último de la red es la solidaridad y la liberación-, y por eso los encuentros se tornan necesarios para discutir leer, escribir y aprender nuevos operadores de lectura y escritura que constituyen también los espacios digitales/virtuales universitarios. Considerar internet y sus dispositivos como parte de nuestra cultura educativa implica en reconocer que también somos contemporáneos de la mercantilización y financiación de la educación y, por lo tanto, no podemos ser indiferentes a estas corrientes de época. Como educadores somos continuamente desafiados por las ideas que defendemos y/o combatimos (cf. FREIRE, 1995).

Retomando la cuestión referida anteriormente, Paulo Freire compartió en 1995, cuando participó del encuentro Una mirada sobre la cultura, el ciudadano y la empresa en Río de Janeiro, una charla sobre La tragedia de ser o no ser contemporáneos, donde él se colocó como muy respetador de las cosas que nos constituyen como gente reconociendo el cruzamiento que sufrimos en nuestras prácticas por el neoliberalismo. Al mismo tiempo en que discutían la posmodernidad, millones de personas estaban muriendo de hambre, colocándolos en una posición difícil como intelectuales, la de vivir la tragedia de ser contemporáneo de esa situación y tan lejos de ser contemporáneo de las ideas que defendían.

Universidad y formación

Es indudable que la universidad es parte de estas cuestiones, y en busca de acompañar los cambios traídos por la cibercultura, comenzó a virtualizar ciertos procesos académicos, administrativos, algunos servicios técnicos, las bibliotecas, hasta llegar a crearse la universidad totalmente virtual. El desarrollo de internet y la desterritorialización de procesos administrativos y académicos para el mundo digital genera comunidades virtuales con conexiones que exigen organizaciones otras; se puede decir que la internet es uno de los mayores acontecimientos sociológicos de los últimos tiempos, que está produciendo una nueva manera de pensar, conocer, organizar, practicar y de hacer sociedad, política y educación.

Las consecuencias del avance tecnológico (Marx, 1980) se hicieron sentir, y parafraseando a Marx, todo lo que era sólido se desvaneció en lo digital/virtual. Se han realizado experiencias prácticas y discursivas que, a su vez nos interpelan y son interpeladas por acontecimientos como la emergencia de las megauniversidades con más de cien mil estudiantes, el mobile learning ubicuo que reúne miles de personas en entornos virtuales de aprendizaje, constituyendo comunidades universitarias virtuales, la internacionalización y transnacionalización de la educación superior.

Buenas prácticas: procedencia

Hace algún tiempo, cuando apareció en la ‘agenda’ educativa el concepto de ‘buenas prácticas’, constatamos que ese concepto proveniente de la gestión de la organización (privada), y utilizado en la farmacología, se incorpora en los códigos de buenas prácticas de diversas áreas de conocimiento: educación, construcción civil, transparencia fiscal, enfermería, medicina y política pública, entre otros ámbitos. En el campo de la educación el uso de conceptos provenientes del área de la administración no es nuevo, en las últimas décadas del siglo anterior, los hallamos en las orientaciones del Banco Mundial y de la Organización Mundial del Comercio. Organizaciones que consideran que los alumnos son clientes, los profesores recursos humanos, el conocimiento es la materia prima, y que cada uno puede tener su ‘banquito’ para comprar y vender contenidos. O sea, en esa perspectiva, buenas prácticas y transparencia nos remitían a rendición de cuentas en el sentido mercantil y financiero.

Mejores prácticas o prácticas inteligentes, contextualizadas, han sido tema de estudio y de discusión mantenida por investigadores que creen que es raro que ocurra la mejor práctica, pero que se podrán encontrar algunas inteligentes que ofrezcan solución para cierta situación. El desafío es pensar que no hay una práctica recomendable, que sea la mejor en todos los casos. La práctica contextualizada considera que lo ‘mejor’ variará según el contexto. La dimensión contextual de la ‘mejor práctica’ encuentra subsidios ya por los años 1950 y 1960 en la teoría de la contingencia (MORGAN, 1996; CHIAVENATO, 2002) o en la teoría fundamentada (STRAUSS; GLASER, 1967).

En la presente década, existen nuevas teorías o relecturas de las mismas. Hoy, al mismo tiempo que pensamos las buenas prácticas somos provocados casi inmediatamente a pensar las prácticas corruptas o corruptibles. El Catálogo de prácticas corruptas de Ruth Sautu presenta una investigación sobre la corrupción entendida como un hecho que ha afectado nuestras sociedades generando una cultura de desconfianza e indignidad entre las personas. Para los entrevistados por Sautu, la corrupción ocurre cuando se obtienen beneficios particulares en detrimento del mantenimiento del orden social que establece las reglas de convivencia social. Y de cierta manera, en una sociedad con ese tipo de prácticas emerge el imperativo de prácticas transparentes y confiables, de buenas prácticas.

A las universidades y empresas del estado se les solicita transparencia y ética para luego rematarlas o terciarizarlas a favor del sector privado. Venimos de una trayectoria marcada por el neoliberalismo económico y el mercado financiero en educación, por las orientaciones del banco mundial, de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y de la UNESCO, entre otras, que nos lleva a desconfiar, de querer saber quien está facturando con la educación, de las empresas que están financiando los proyectos, de saber si las buenas prácticas con tecnología son para conseguir mejor posicionamiento en el ranking o si también están preocupadas con las mejorías en la condición laboral de los docentes, el aprendizaje de los estudiantes y en la ciudadanía. Tratar de entender entonces que prácticas son esas, son buenas ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Para quién? ¿Con qué? ¿En qué situación?

Modos de ser con la tecnología

La cultura que se va generando en torno a estas temáticas y las maneras de ver y ser con la tecnología, todavía implica concordar con el filósofo Carl Mitchan (1989):1. Toda tecnología es sospechosa, peligrosa; 2. Que la tecnología es promotora de progreso y conocimiento y, 3. La tecnología promueve una actitud ambigua pues parece que le quitara la humanidad a las relaciones. El escepticismo, el optimismo o el desasosiego con relación a la tecnología todavía carga el estigma de dudosa calidad, confiabilidad, credibilidad y acreditación educativa. Por otro lado, está la supervaloración de la tecnología por parte de los que buscan resolver cuestiones políticas emergenciales o establecer un negocio.

Se puede decir que sectores de la comunidad todavía se manifiestan idolatrando, antropomorfizando o endemoniándola haciendo necesario repensar críticamente sus promesas y nuestras expectativas con las prácticas docentes. En este sentido, concordamos con el filósofo y educador brasilero Álvaro Vieira Pinto (2008) cuando afirma que la técnica tiene un potencial libertador y recusamos la concepción que sostiene que es un peligro. Acreditamos como él que es una acción creadora del hombre siempre presente en la humanidad. El problema es que hay grupos quienes se apoderan de la tecnología en un proceso de dominación sin generar otros vínculos sociales. Hay que entender que es la lógica del capitalismo que subyace excluyendo, para luego incluir por medio de espectaculares programas gubernamentales, observando las orientaciones internacionales.

El imperativo ‘conéctate y realiza buenas prácticas docentes’, es cuestionado por algunos y abrazado por otros remitiéndonos a revisar diferentes sustentaciones teóricas y modelos pedagógicos de formación universitarias. En este sentido de revisar las propias prácticas, se encuentra alguna resonancia en la pedagogía de la virtualidad que entiende que las buenas prácticas son realizadas más allá del modelo tradicional, cartesiano, positivista, vertical, elitista, colonialista y autoritario de educación. Que es necesario reinventar la universidad popular, cultural para trabajar por una educación donde la diversidad cultural no genere una competición desmedida por un empleo, por el mejor lugar, por el reconocimiento, status o posición que afecte el diálogo, la confianza, la amistad perdiéndose el respecto por la diversidad y la posibilidad de construir una identidad democrática, humana y terrena.

Buenas prácticas: comprensión y posicionamiento

Y con estas cuestiones, buscar una comprensión de las prácticas a partir de un posicionamiento pedagógico crítico y como sujetos sociales e históricos, entendemos que por ser parte de un sistema educacional de una sociedad capitalista, donde la universidad se sustenta en su legitimidad académica, institucional y hegemónica debemos reconocer con Boaventura de Souza Santos que esta institución está en crisis.

En este ámbito, las innovaciones tecnológicas y las prácticas correspondientes vienen acompañadas de los cambios culturales y humanos que se manifiestan en la docencia universitaria y en la investigación al punto de ser interpelados y comenzar a responder, a los desafíos que la ciencia como una iniciativa abierta nos impone.

La Royal Society da Inglaterra publicó, en 2012, el informe Science as an open enterprise: open data for open Science que muestra los hechos ocurridos que llevaron a repensar el modelo de ciencia encerrada en los laboratorios, los procesos poco transparentes y en las publicaciones inaccesibles. Soares (2012), a partir de una traducción libre [ya que estaba inaccesible en portugués o español], destaca que la publicación abierta de las diferentes teorías científicas – y de los datos experimentales y observacionales en que se basan – permite que los demás investigadores puedan identificar sus posibles errores, para apoyar, rechazar o refinar teorías y reutilizar datos para el mejor entendimiento y conocimiento.

Es una posibilidad de la ciencia para su autocorrección, así como para su desarrollo, quedando la investigación como un trabajo en equipo de investigadores nacionales e internacionales que objetivan su contribución social. Uno de los desafíos se sitúa en que la centralidad histórica de los textos impresos en los medios de comunicación ha disminuido con la llegada de las tecnologías digitales.

El desarrollo de prácticas educacionales y de investigación en la cibercultura con todas las oportunidades tecnológicas, implica en enseñar nuevas maneras de:

  1. Reunir, organizar, almacenar, transmitir y compartir datos e informaciones científicas.
  2. Abrir la ciencia y el libre acceso a los artículos científicos y a sus datos, lo que puede ser una utopía considerando los intereses y tensiones generadas entre lo público-privadomercantil, la inversión, el pequeño número de publicaciones calificadas en nuestros países en el área de la educación y la reducida población haciendo investigación en la universidad. Además de eso, la permanencia de los estudiantes en la investigación y el mantenimiento de esos datos y metadatos necesita de ciertas políticas públicas y también de profesionales que otorguen confianza al proceso.

La cuestión es que si se abre la producción científica en la red sólo para llenar el currículo (hoja de vida), para la práctica de la publicación salami, o sea, fragmentada, parcial, en diferentes artículos, y/o para mantener el poder concentrado en las empresas de tecnología, esto no es interesante. Los datos deben estar disponibles en la Internet, de manera accesible, inteligible, relevante y reutilizable para democratizar la cultura y la educación.

Este movimiento de ciencia abierta implica consideraciones éticas, educativas y económicas, para mantener una política que pueda cuidar, también, la utilización de software libre, del creative commons y del BOI (Budapest Open Access Initiative), la cultura libre y el código abierto. Hacer ciencia abierta implica en nuevas maneras de revisión por pares – Peerage of Science, o arXiv e a PLoS- organismos de financiación, editores de revistas científicas y buena distribución de las mismas, entre otras cuestiones.

En Brasil y otros países de América Latina la abertura está ocurriendo con inversiones específicas y cambios educativos. Brasil, por ejemplo, es uno de los países de América Latina, con más acceso abierto, ejemplo de ello es la Plataforma Lattes, SCIELO, Inep, IBGE, Bireme, entre otros. (GOMEZ, 2012) La ciencia y la tecnología se abren también a las necesidades populares de personas que utilizan las bases de datos, los entornos de aprendizaje virtual (VLE) y de Recursos Educativos Abiertos (REA / REA), que son una expresión de los cambios más allá del aspecto instrumental, ya que son culturales y educativos. Pero todavía creemos que estamos en el comienzo de una era en la que estos dispositivos serán ampliamente utilizados para la educación, conforme el modelo de universidad (pública, privada, popular) por la cual trabajemos.

Fuente del artículo: http://www.flordeceibo.edu.uy/sites/default/files/documentos/Emancipacion%20digital.pdf

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