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Informe EPT 2015 Panamá

Revisión nacional 2015 de la Educación para Todos Panama.

Ministerio de Educación. Comisión Nacional Panameña de Cooperación con la UNESCO. Dirección  General de Educación. Dirección Nacional de Planeamiento Educativo

Este informe ha sido preparado por las autoridades nacionales competentes en vistas del Foro Mundial sobre la Educación (Incheon, República de Corea, del 19 al 22 mayo de 2015). Se presenta en respuesta a la invitación realizada por la UNESCO a sus Estados Miembros para evaluar los progresos realizados desde el año 2000 en el logro de alcanzar la Educación para Todos (EPT)

Fuente:
www.acaoeducativa.org.br/desenvolvimento/wp-content/uploads/2014/11/Informe_Panama.pdf

Editor :Lermit Rosell Puche

otras-voces-Panama.doc

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La Educación de la Memoria: El Caso del Currículo Greco-Chipriota

Chipre/Universidad de Chipre y Universidad Europea de Chipre, 2010. Edición: Enero, 2016 /Autores: Miranda Christou y Stavroula Philippou/ Traducción: José María Pérez Agote.

La Memoria Colectiva Educada y el “Yo No Olvido” Chipriota

Educando la Memoria Colectiva

El material curricular que corresponde con el objetivo del lema “Yo no olvido” se usa en el contexto de muchas materias escolares y no se adscribe a ningún curso en particular. Los educadores aprovechan cualquier oportunidad para sacar a colación el problema de la ocupación, bien a través del tema de /Arbor Week /–en referencia a los recursos naturales de la parte ocupada–, bien a través de /Easter Week /(Semana de Pascua) –la ocupación de Chipre comparada con la pasión y crucifixión de Cristo–. El lema “yo no olvido” aparece como objetivo primordial al comienzo de cada curso académico y permea todos los aspectos del curriculum al actuar como un asunto cultural actual que afecta la vida de todos los greco-chipriotas en lugar de hacerlo como un lejano suceso histórico. Todas las circulares del Ministerio de Educación y Cultura que se leen habitualmente a los escolares hacen alusión directa al año 1974. Por ejemplo, en el discurso inaugural del curso en septiembre de 2006 el ministro se dirigía a estudiantes y docentes en estos términos: “En las difíciles condiciones del mundo en este siglo XXI, nuestra tierra libra su propia batalla para lograr, de forma pacífica, la liberación de las tierras ocupadas que, durante más de 32 años, han estado bajo la dominación del Atila turco (el ejército turco)”. También en 2008 el ministro hacía alusiones semejantes: “Desafortunadamente, el comienzo de este nuevo curso encuentra a Chipre aun dividida por la ocupación. Esperemos éste sea el último”.

Finalmente, tanto los concursos de redacción como las exposiciones de arte convocan regularmente a los estudiantes a narrar e ilustrar los padecimientos de 1974: los escolares escriben sobre la belleza de los pueblos ocupados y el dolor de los refugiados; dibujan paisajes pintorescos de zonas que nunca han visitado y retratan el sufrimiento de las madres de desaparecidos. De estos datos surgen dos temas en relación a la cuestión inicial sobre la memoria colectiva y sus contenidos. El primero es el tema de la memoria colectiva como exploración geográfica de áreas ocupadas. El material del “Yo no olvido” se presenta frecuentemente como topografía, centrándose en las zonas de ocupación como paisaje inexplorado. El material del libro se organiza por áreas geográficas, resaltando el carácter único de cada uno de los pueblos y ciudades ocupadas. También es interesante resaltar cómo las fotografías que se incluyen sobre la zona ocupada datan de comienzos de los 70 y generalmente presentan paisajes pintorescos sin presencia humana. Esta identificación de la memoria colectiva con la geografía de la zona ocupada también tiene su reflejo en trabajos escolares diseñados en el contexto de este objetivo curricular: por ejemplo, una redacción sobre la belleza de Kyrenia o las tradiciones de Lysi (ambas áreas ocupadas). El énfasis puesto en la dimensión geográfica de las áreas ocupadas refleja la idea de que un ciudadano de Chipre lo es de toda la isla, especialmente aquellos ciudadanos que comparten una afinidad por estos territorios. A los estudiantes se les educa para “recordar” estas zonas tal y cómo miles de refugiados las dejaron atrás en 1974 y se les motiva para que las asocien con el deseo del retorno. Por ejemplo, muchas redacciones y poemas incluyen conversaciones en las que un niño pregunta a qué se debe la tristeza del abuelo y comienza un diálogo sobre el dolor de la pérdida de las personas queridas y de la vida lejos del hogar.

Las zonas ocupadas se representan como las áreas más bellas de la isla, y los refugiados relatan sus vidas anteriores a 1974 como idealizaciones en su sencillo y bello paraíso (Véanse Zetter, 1994, 1999; Dikomitis 2004; Loizos, 1981). En la introducción del libro (D5-6 “Yo no olvido y lucho”) el director de la Educación Primaria escribía: “Nuestros hijos, que (…) no pueden visitar nuestra tierra esclavizada porque los ocupadores han levantado alambradas y dividido nuestra patria, pueden sin embargo, a través de estas redacciones y poesías, viajar mentalmente por los idílicos paisajes y la belleza de nuestra tierra.”

El segundo tema que surge del material “Yo no olvido” es el acento en las tradiciones de Chipre a través de la memoria de las zonas ocupadas. Muchas de las redacciones presentadas en el libro “Yo no olvido” incluyen información sobre tradiciones en los pueblos y aldeas que ya no se practican hoy en día. Por ejemplo, el libro de educación secundaria (D7-9) incluye rimas populares cantadas por agricultores cuando los campos de trigo tenían que ser recolectados a mano, juegos a los que los niños solían jugar y técnicas de tejer artesanales. Todas estas historias no se presentan solo como tradiciones, sino como tradiciones que tienen su raíz en las zonas ocupadas y que, por tanto, han de ser preservadas junto con la memoria de la tierra perdida. Además, y más allá de la información proporcionada sobre los pueblos ocupados y las tradiciones del pasado, el curriculum “Yo no olvido” tiene una dimensión marcadamente emocional, al centrarse en el sufrimiento provocado por la invasión turca de 1974. Por ejemplo, los retratos presentados en el libro “Yo entiendo, lucho y no olvido” (D1-2), escrito para niños de entre 6 y 7 años, presentan a adultos a menudo llorando o muy tristes y sólo los presentan alegres cuando aparecen habitando aquellos pueblos que ahora están ocupados; y de esta misma manera también representan a niños que en su tristeza conectan con el sufrimiento adulto.

El lema “Yo no olvido” no es solamente, por tanto, una llamada al recuerdo de las zonas ocupadas sino también a identificarse con aquellos que han perdido seres queridos o han tenido que abandonar su hogar. Ser un buen Ciudadano equivale a comprometerse en la lucha por el recuerdo del desastre de 1974 y a mantener vivo el deseo de retorno a la tierra ocupada. En este sentido, el objetivo curricular del “Yo no olvido”  es una forma de educación afectiva para la ciudadanía en la que el trauma de 1974 define al “buen chipriota” como el ciudadano que no olvida y que cree que un día “nosotros” podremos regresar a esta parte de la isla.

Comentario del editor: El siguiente aparte “Educando la Memoria”, es un fragmento del artículo “La Educación de la Memoria en la Formación del Ciudadano: El Caso del Curriculum Greco-Chipriota”, escrito por Miranda Christou y Stavroula Philippou en el 2010 y traducido al español por José Pérez Agote. Artículo que en esencia recoge un programa educativo desarrollado en Chipre, vigorizando el rescate de la memoria histórica como soporte para la formación de la ciudadanía chipriota, partiendo de No Olvidar lo que fue la invasión turca. Programa intitulado “YO NO OLVIDO” basado en una serie de libros, al estilo de lo que en Venezuela se ha denominado la “Colección Bicentenario”. Los libros “Yo No Olvido” son utilizados en diferentes niveles de la educación en Chipre. Estos libros de Miranda y Stravroula, ambos personal docente de la universidad de Chipre, los explican y analizan. Para mayor información pueden leer el artículo completo en el link al final anotado y pueden contactar a Miranda y Stravroula a través de: (miranda.christou@ucy.ac.cy), (s.philippou@ucy.ac.cy). Nos conduce a preguntarnos, en el resto del continente europeo y en el mundo, ¿dónde están los Yo no Olvido en el currículo que administramos?, ¿cómo rescatar la memoria histórica en los contenidos / procesos educativos y su adecuación en los distintos niveles?

Fuentes: Revista: Política y Sociedad, 2010, Vol. 47 Núm. 2: 121-132

https://revistas.ucm.es/index.php/POSO/article/download/…/21620

Editor: Alí Marcano. Coord. CNIE-Estado Sucre (Venezuela). Zapatero y Campesino devenido en Profesor de Historia (Jubilado MPPE). TSU en RR.II, Especialista en Andragogía, MSc. en Geohistoria, Doctorante en Cs. de la Educación (en desarrollo de tesis). Docente contratado nivel Postgrado UPEL-IPMALA.

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La poetisa que escribía los discursos al maestro de Steve Jobs

Jayne Benjulian se dedica a escribir poesía, pero durante muchos años fue la mano detrás de los discursos de multitud de directivos de Apple y figuras de la empresa como Bill Campbell, el mentor de Jobs. Directora de un equipo de escritores que ella misma fundó, sus textos le explicaron a cientos de personas los entresijos, las novedades y los sueños de una compañía que terminaría por hacerse mundialmente famosa.

De pequeña, Jayne Benjulian escribía cartas y las escondía debajo del colchón para leerlas cuando pasara el tiempo y ver cómo había cambiado. Para ella, las palabras y las historias que encerraban ya eran un sustrato importante, que acabaría convirtiéndose en la base de su carrera cuando empezó a prestarlas y a jugar con ellas para darle voz a otros.

Después de graduarse, esta poetisa se trasladó a Nueva York para dedicarse a escribir anuncios. Trabajando allí, vio una oferta de Apple en Adweek y, después de varias entrevistas, acabó mudándose a California para unirse a la compañía de la manzana mordida. “Llegué a Apple en octubre de 1984. En Halloween, de hecho”, recuerda para  HojaDeRouter.com. Pasaría allí seis años.

En un principio, fue contratada para formar parte del equipo creativo. “Los jefes creativos de Apple querían que mostrara que escritores y diseñadores podían trabajar juntos en el desarrollo de un concepto, en vez de avanzar cada uno por su lado y poner las ideas en común”, explica Benjulian. Sin embargo, esos solo serían sus primeros pasos en la compañía, ya que pronto empezaría a encargarse de escribir discursos.

Jayne Benjulian, escritora de discursos de Apple

Jayne Benjulian llegó a Apple en 1894

Aunque nunca antes se había dedicado a ello, tampoco había diseñado y escrito anuncios hasta que la contrataron por primera vez en otra empresa, así que pensó que si había aprendido a escribir publicidad también podría aprender a redactar discursos. Solo tenía que encontrar la forma de emplear correctamente las palabras con las que llevaba jugando desde niña. “Acordé con un ejecutivo que él se quedaría con sus escritores ‘freelance’ hasta que estuviera segura de que podía encargarme de ello. Solo hizo falta un discurso para probarlo”.

Desde ese momento comenzó a escribir multitud de textos mientras seguía trabajando en el material de los puntos de venta y en las guías creativas de la empresa. Tenía dos trabajos a tiempo completo dentro de la propia Apple, así que pidió quedarse solo con uno. Eligió escribir discursos.

“Apple era un lugar fantástico para destacar en lo que mejor se te daba», nos cuenta. «La gente que trabajaba allí cuando era joven te dirá que era una experiencia de vida trascendental. Los ejecutivos sabían que probablemente te acabarías quemando —era algo que seguramente sucedería—, pero, como me dijo alguien de recursos humanos, querían que te quemaras brillando durante tanto tiempo como fuera posible”.

Y ella brilló. Tanto que poco después de empezar ya estaba contratando a periodistas y enseñándoles a escribir para las voces de Apple, en lo que se convirtió en el primer departamento de discursos de la compañía. Cuando ella se marchó, dejó atrás a dos personas que escribían a tiempo completo y a dos investigadores que preparaban la información para los textos.

“El núcleo de mi trabajo era articular información técnica, legal y normas de uso para audiencias muy variadas. Y en la mayor parte de los casos tenía que persuadir, en otras palabras, crear propaganda«, recuerda. «Si te gustaban los productos de Apple y trabajar en la compañía, no era demasiado difícil”.

La voz de Campbell, mentor de Jobs

Al frente del equipo, y además de preparar las presentaciones para los lanzamientos, Jayne se encargó de elaborar guiones para distintos directivos de la compañía. “Trabajé con Bill Campbell, jefe de ventas y de ‘marketing’ que después se marcharía a Intuit. Tengo por alguna parte un discurso que le escribí llamado ‘La oficina del futuro’, con una anotación suya sobre el título en la que dice ‘discurso excepcionalmente brillante’. En honor a la verdad, lo que fue brillante fue mi orquestación de sus ideas”, puntualiza.

La escritora escuchaba a Campbell mentor de figuras como Steve Jobs y Larry Page (cofundador de Google) y una de las personas que más creyeron en Apple en sus comienzos, cuando solo unos pocos apostaban por la compañía —, apuntaba lo que decía y daba forma al lenguaje para que el discurso sonara como la mejor versión de él, y no de ella. “Escribí muchas veces sobre el impacto de Apple en la educación y sobre las clases del futuro. De hecho, muchos de esos discursos sobre la visión de futuro de la compañía son realidad el ahora: ordenadores en las aulas, autoedición, navegación intuitiva en una pantalla, trabajo compartido… Todas esas cosas que ahora damos por hecho”.

A pesar de ser la mano detrás de las palabras de Campbell, conocido como el ‘coach’ de Silicon Valley, Benjulian explica que al que nunca llegó a darle voz fue a Steve Jobs. “ Steve se fue de la compañía el verano después de que yo llegara. Nos conocimos y hablamos, pero no tuve la oportunidad de trabajar con él en sus discursos. Sí que escribí para Debi Coleman, jefa de fabricación y la única mujer que formaba parte de la cúpula ejecutiva en los años ochenta; para Del Yocam, director de operaciones; y para un montón de jefes de ventas, de ‘marketing’, de tecnología y del departamento legal”.

Jayne había estudiado literatura, adoraba leer y sentía una curiosidad profunda por las personas. Quería saber por qué las cosas eran cómo eran y por qué la gente se convertía en lo que se convertía. Durante la universidad pasó un verano trabajando en un periódico del grupo Gannett —empresa editora de USA Today, donde escribía obituarios. Llamar a las familias y hacer preguntas sobre los seres queridos que acababan de fallecer fue «terriblemente difícil», pero le enseñó a escuchar. A la hora de escribir discursos para Apple utilizó y desarrolló aún más esas habilidades: prestar atención a lo que otros decían y hacer las preguntas correctas.

“También soy un mimo: como muchos escritores, escucho conversaciones a escondidas e imito el lenguaje. Lo he hecho desde que soy una niña”, concreta. Pero un día Jayne se cansó de imitar y de que sus palabras tuvieran la cadencia de la voz de otras personas. Así que se marchó.

“Cuando el deseo de trabajar en algo con mi propia voz se volvió demasiado fuerte como para que lo ignorara, dejé Apple. Me costó tomar la decisión. Además, quería hacer algo que no fuera puramente egoísta y autocomplaciente, así que me fui a Seattle durante unos años y trabajé como investigadora para el turno de oficio del Condado de King, en Washington”.

La escritora también trabajó para otras compañía en Silicon Valley, como consultora de redacción de discursos, e incluso le dio nombre a distintos productos y ‘startups’ . En Apple ya había bautizado el AppleCare, el plan de asistencia técnica de la compañía.

Apple IIGS, uno de los modelos lanzados mientras Jayne estaba en la compañía

Apple IIGS, uno de los modelos lanzados mientras Jayne estaba en la compañía

Sin embargo, su creatividad terminó imponiéndose a todo lo demás y Jayne recaló en el mundo artístico, concretamente en el teatro y la poesía. “Ya había publicado poemas antes, pero fue algo que dejé totalmente aparcado mientras tuve una carrera corporativa. Comencé de nuevo mientras trabajaba en el teatro, y después de volver a la universidad, donde obtuve otro título en 2010, comencé la colección de poemas ‘Five Sextillion Atoms’, que se acaba de publicar”.

“Escribir para publicar tiene riesgos y una exposición muy grande. Todas las habilidades que practiqué en Apple las sigo utilizando: tolerancia por el riesgo, entrenamiento oral, curiosidad lingüística, investigación, sintetización de información y un incesante planteamiento de preguntas. Sin embargo, ahora interrogo a la historia, a la imaginación y a mí misma”, concluye. Y ahora, de nuevo, las palabras y las historias que un día prestó a la compañía de la manzana mordida vuelven a ser solo suyas. Como cuando era una niña que escondía cartas debajo del colchón.

Fuente: http://www.eldiario.es/hojaderouter/tecnologia/Jayne_Benjulian-Apple-discursos-keynotes-Bill_Campbell_0_531947199.html

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