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El retorno a clases presenciales y la penosa condición de la educación pública en México

Por: Silvia Ruiz Maruri Y José Manuel Ubalde Arroyo Hernández

La vida y la salud deben estar por encima de todo, y es obligación del Estado garantizar ambas, sin embargo, este regreso a clases es una imposición irresponsable…

Entre el discurso y la realidad en México, existen las más amplias, profundas e inimaginables fosas abisales, porque después de más de 35 años de neoliberalismo y reformas “educativas” a modo. Hoy estamos viviendo una de las peores crisis en torno a la educación, la cual está recrudecida por el contexto de emergencia sanitaria provocada por el SARS-CoV-2 (Covid-19).

Estamos atravesando una tercera ola epidémica por la variante delta, que se caracteriza por ser altamente contagiosa, que afecta también a niñas, niños, adolescentes y jóvenes, porque es un momento álgido para la curva epidemiológica, ya que no es homogénea en todo el país. Y pese a esto, la arbitraria decisión de comenzar el ciclo escolar 2021-2022 en forma presencial se impuso a sabiendas que la movilidad aumentaría inevitablemente y con ello, los contagios.

A pesar de que nos repiten hasta el cansancio que el porcentaje de letalidad es mínimo (0.004%) durante la infancia y adolescencia, -para quienes tenemos hijos e hijas, el riesgo, por mínimo que parezca es motivo de preocupación y no es posible omitir o dejar de lado-, porque no son números ni puntos porcentuales sino personas que tienen familia.

Sin embargo, las autoridades sanitarias hacen un manejo discursivo que minimiza la amenaza de mortalidad, así como los efectos o consecuencias que puede llegar a causar el virus en el organismo de cada persona, según la condición de salud y edad que se tenga.

Las madres, padres y tutores, con fundadas razones tienen temor, aunque en forma categórica y con un ad verecundiam1es decir con un argumento falaz de autoridad, el presidente de la República Andrés Manuel López Obrador enunció: “¡Llueva, truene o relampaguee iniciarán las clases presenciales!”. Porque de pronto, según él, era necesario por las afectaciones a la salud mental y emocional de la infancia, adolescencia y juventud, así como por la violencia “doméstica”. Llama la atención que repentinamente se haya preocupado por esto, cuando desde que comenzó su mandato ignoró las voces de millones de mujeres que viven violencia de forma sistémica y sistemática en un país que continúa con una cultura que legitima la violencia con sus múltiples formas y matices.

Efectivamente estamos de acuerdo, en que las clases presenciales son insustituibles y muy importantes, pero no en el contexto de una tercera crisis epidemiológica, y con un porcentaje de vacunación de esquema completo, que aún no ha sido cubierto en su totalidad a la población, y cuando la cuarta ola ya está anunciada, así como próxima para el otoño-invierno.

No cabe duda que la forma imperativa tiene un trasfondo, que no se alcanza a divisar, porque esconde intereses del sector empresarial que se empeñan en activar la economía que se genera con la práctica educativa presencial, sin importarles la vida y salud de millones de estudiantes en edad escolar. Claro, porque sus hijos no asisten a escuelas públicas, pero los hijos del pueblo si, luego entonces, esas vidas para esas élites no representan nada, mientras que sus intereses mercantiles les representan todo. Y el Estado debe salvaguardarlos, por ello, la cuarta transformación está evidenciando su esencia neoliberal.

De las contradicciones del discurso político en el contexto de la pandemia

El arribo del virus del SARS-CoV-2 a México en febrero de 2020, forzosamente obligó al gobierno federal a llevar acciones de prevención y un manejo epidemiológico como en el resto de los países del mundo, de ahí que se tomó la decisión de cerrar las escuelas para disminuir la movilidad, ya que las actividades escolares implican una enorme dinámica social, económica y cultural. En ese momento era menester tomar todas las medidas de prevención para evitar un aumento desproporcionado de contagios que posiblemente provocaría un colapso al sistema sanitario del país.

El confinamiento era inaplazable como una medida que desde los tiempos más remotos, siempre se ha tomado ante eventos de naturaleza epidémica.

Hubo que seguir acciones y vigilar el curso de la pandemia, de ahí que en el mes de mayo del 2020 se implementó el sistema de semáforo epidemiológico, para sustituir al programa centinela. El semáforo se estableció en territorios y regiones del país, con la finalidad de poder analizar y determinar qué medidas se tomarían para reactivar la movilidad social y económica.

Así el ciclo escolar 2019- 2020 concluyó a distancia en el último periodo, ya que en más del 60% había sido cursado en forma presencial, mientras no hubo casos de covid-19 en México. Y el ciclo escolar 2020-2021 se impartió a distancia en medio de gigantescas dificultades.

Es importante mencionar, que las vacilaciones discursivas sobre el retorno a clases presenciales estuvo permeada por la incertidumbre, la desigualdad socioeconómica y la trágica situación de la infraestructura de las escuelas públicas, cuyo abandono sumado a la corrupción de la estructura vertical de la SEP, en que los pocos recursos destinados a las escuelas, en múltiples ocasiones se quedaron en los bolsillos de quienes se encontraron en el camino.

Así se enunció que las escuelas estarían cerradas mientras se estuviera en semáforo rojo y que sólo se volverían abrir cuando el semáforo estuviera en verde. Sin embargo, las reglas del juego se han modificado a placer de las exigencias de las élites y del sector privado-empresarial para privilegiar la economía por encima de la salud y la vida, con un discurso que no sólo es falaz y oportunista sino criminal y ofensivo.

Curiosamente el semáforo es mágico, porque cambia según los intereses de los gobiernos estatales y federal. Porque el discurso ahora deja de importar, ya que se pide y exige en la vía de los hechos, que las niñas, niños y adolescentes regresen a clases aún estando en SEMÁFORO ROJO, incluso se decreta que la educación es una actividad esencial, en medio de la crítica etapa de la tercera ola, – y a pesar del incremento de muertes y contagios, así como de los casos reportados en menores de edad- la autoridad federal se contradice con el discurso inicial, porque modifica los criterios para el regreso a clases presenciales sin una fundamentación científica ni pedagógica. Porque el sofisma de que es por la salud emocional, efectos de confinamiento y el rezago no son argumentos fuertes y sólidos, debido a que no son novedad y a la fecha se habían ignorado.

La 4ta transformación sin un proyecto educativo nacional.

La nueva escuela mexicana es sólo un discurso vacío, porque a la fecha el gobierno federal no tiene un sólido proyecto educativo nacional, tan sólo se ha dedicado a retomar los programas y modelos educativos de los gobiernos anteriores. Nada de lo que prometió en materia educativa ha sido cumplido. El carácter punitivo de la reforma del gobierno que le antecedió, se quitó del escenario, pero permaneció trás bambalinas, y ello puede leerse en las leyes secundarias, en las modificaciones a la ley general de educación, así como el estado de excepción en el que mantienen al magisterio. Y como ejemplo de dicho estado, podemos ver el famoso ACUERDO 23-08-2021, que viola derechos humanos y laborales que están establecidos en nuestra Carta Magna.

En el citado acuerdo plantearon de manera unilateral las secretarías de salud y educación, las disposiciones generales para reanudar actividades de manera presencial en el ciclo escolar 2021-2022. Nuevamente los principales actores de la educación fueron excluidos y silenciados.

El curso de la pandemia ha tenido múltiples aristas, -unas demasiado punzo cortantes- que vale la pena sacar de la fosa abisal y ponerlas a la luz del sol. Por ejemplo: El famoso programa Aprende en Casa con sus ediciones,   se manejó con lucro político para que se “mantuviera el derecho a la educación a distancia”, bajo el contexto de la epidemia en México, pero en la realidad, esos recursos públicos beneficiaron a las grandes televisoras mexicanas, además de salvarlas de la quiebra.

Porque mientras nuestros recursos del erario público se destinaron para mantener a esas televisoras privadas de pie, las y los docentes tuvieron que estar en la primera línea, atendiendo a muchos estudiantes a distancia, con recursos propios y en búsqueda de las formas de superar los problemas de conectividad. Asimismo, se crearon materiales didácticos que facilitarán los aprendizajes de los estudiantes, tales como cuadernillos, guías y fichas de trabajo, así como el empleo de diversas plataformas y un seguimiento a quienes que no podían tener acceso a un dispositivo que les facilitara la educación a distancia. El acompañamiento que el magisterio dio a sus estudiantes, ahora, lo pretenden obstaculizar con el objetivo de ejercer presión a las familias para que manden a sus niños, niñas y adolescentes. De esa forma coaccionan, chantajean y condicionan para que la población ceda a ir a las clases presenciales.

Sobra decir que el programa Aprende en casa es un fraude, no benefició a ningún estudiante ni aportó nada a la educación, ya que promovió lo que Freire, denomina educación bancaria.

La escuela en México ha sufrido el desmantelamiento gradual y sistemático, pero ante la emergencia sanitaria, toda la educación a escala global debe repensarse, reinventarse y reelaborarse, porque no va a poder ser igual a como era antes de la pandemia. Y sin embargo, la 4t no ha dado ni el menor atisbo de saber cómo crear un nuevo modelo educativo que dé un giro positivo a la educación. Mas no es de sorprenderse que persista esta lamentable ausencia de proyecto y modelo.

Basta leer sus guías para los CTE y las del taller intensivo,-que más se asemejan a remiendos variopintos sobre una tela vieja- para percibir que poco o nada les interesa la educación de la población, porque no hay un diseño educativo que realmente le apueste a la construcción de un cambio favorable para la educación pública, sino al contrario, cada vez está más pobre y vacía.

Se lee de un eufemismo a otro: De aprendizajes irrenunciables a aprendizajes clave, y de éstos a aprendizajes esperados. De aprendizajes esperados a aprendizajes fundamentales… ¿Y cuales son realmente los aprendizajes fundamentales?

Los aprendizajes fundamentales deben ser la valoración de la vida y todo lo que tenga que ver con la misma. Lastimosamente la práctica es opuesta a la realidad, porque un regreso a clases precipitado, sin una planeación gradual y responsable, sólo sirvió para el paripé mediático de la mañanera del 30 de agosto de este año, lejos de poner la vida y la salud al centro, se está atentando contra ella, porque todo el poder mediático de la 4T se rompe las vestiduras para obligar a los padres y madres de familia a que manden a sus hijos a las escuelas, desde la exigencia de los directores, hasta las Secretarías de Educación Pública estatales y la nacional, así como los medios masivos de comunicación que se unen a la gran campaña del regreso a clases sin importarles la vida y salud de la población infantil y adolescente del país.

La trampa verbal de la voluntariedad para estudiantes y docentes

El ultra citado párrafo que reza: “Nada por la fuerza todo por la razón… por el convencimiento”. “El regreso a clases será voluntario para estudiantes y maestros…” Sin embargo, el discurso tiene un mensaje oculto, porque mientras se hace creer que se respeta la voluntad de las madres, padres de familia y tutores, así como del magisterio, por otro lado, se creó un ambiente de condicionamiento y ejercicio de la coacción -estilo porril- para intentar obligar a la mayoría de las familias para que manden a sus hijos e hijas a la escuela presencial.

Mientras el gobierno federal, se erige triunfante y declara a la educación como actividad esencial para asegurar “el derecho a la educación” y salir de rositas, mientras que a las comunidades escolares les deja una bomba de tiempo a punto de estallar.

De manera simultánea, al interior de la Secretaría de Educación Pública, se actúa con el fuete sobre las espaldas de los docentes, porque mientras se les hizo creer -falsamente que se respetaría su voluntad de volver a las aulas, por causa del momento y contexto de la pandemia en el punto álgido de la tercera ola en México-. Al interior de las escuelas, la vieja estructura vertical y opresora, hace su labor, con amenazas, coacciones de todo tipo, chantajes, promesas y componendas con la finalidad de obligar de forma “sutil” al magisterio a volver a las aulas, que lamentablemente no cuentan con las condiciones adecuadas para tener un ambiente seguro en medio de la presente pandemia, cuya magnitud ha sido muy complicada de controlar y superar, no sólo en México sino en el mundo.

Ahondemos un poco más en el análisis, ya que el momento tan complicado lo amerita. El pasado 20 de agosto del presente año se publicó el famosísimo Acuerdo 23-08-2021, cuyo carácter expresa:

[…] por el que se establecen diversas disposiciones para el desarrollo del ciclo escolar 2021-2022 y reanudar las actividades del servicio público educativo de forma presencial, responsable y ordenada, y dar cumplimiento a los planes y programas de estudio de educación básica (preescolar, primaria y secundaria), normal y demás para la formación de maestros de educación básica aplicables a toda la República, al igual que aquellos planes y programas de estudio de los tipos medio superior y superior que la Secretaría de Educación Pública haya emitido, así como aquellos particulares con autorización o reconocimiento de validez oficial de estudios, en beneficio de las y los educandos. (Diario Oficial 20, agosto 2021).

Como se lee en el encabezado, es un acuerdo entre secretarías de Estado que se tomó de forma unilateral, es decir, por los representantes de ambas secretarías, y se excluyó a la ciudadanía y a los principales actores educativos: estudiantes y docentes. Sobra decir que el citado acuerdo tiene varias contradicciones, pero lo peor de ese acuerdo, es que viola derechos humanos que están garantizados en la Carta Magna.

Asimismo dicho instrumento sirvió como un documento amedrentador que “obligó” a la docencia a presentarse en sus centros de trabajo, -algunos en peores condiciones en que se quedaron al inicio de la epidemia en México-, sin que el Estado se responsabilice de sus vidas y salud, ante la crisis sanitaria que aún está vigente.

De esa forma, aparentó que la vuelta del magisterio para llevar a cabo los Consejos técnicos escolares, había sido por voluntad propia y no porque dicho acuerdo hizo el papel del condicionante coercitivo y amenazante, con el objetivo de meter a las comunidades escolares al redil.

Les funcionó muy bien, en algunos casos, pero no fue homogéneo el triunfo, porque existe un magisterio combativo que muy bien se percató de las perversas intenciones del estado y les está dando batalla. No obstante, la lucha como siempre ni es pareja ni es limpia.

El discurso presidencial, de que el regreso a la escuela es “voluntario” y sin condiciones, esconde que en los hechos están obligando con amenazas, chantajes, condicionamientos, presiones, entre otros finos métodos, muy característicos y propios de las mafias, que la estructura con sus mandos verticales -como cancerberos defensores de los intereses de su amo- se encargan de presionar a las comunidades escolares para que se cumpla el mandato del «ser supremo». Y están incurriendo en atropellos y acciones propias de organizaciones delictivas. Porque algunos directores de escuelas de educación básica, están negando la posibilidad de las clases virtuales a los estudiantes, bajo el débil argumento de que «cumplen con órdenes superiores».

Sí la docencia soñó alguna vez con la autonomía en los CTE, ya despertó del letargo, para darse cuenta que es ficción, porque el Estado pretende que la autonomía se aplique para compromisos económicos, pero no para la toma de decisiones. Ya que la pretensión es que como soldaditos, se obedezcan los dictados del jefe del estado.   El supuesto de que los CTE representan la máxima autoridad de la escuela, es tan sólo una quimera, porque no se respeta la voluntad de los docentes ni estudiantes de regresar cuando en términos reales haya las condiciones que disminuyan en gran medida el riesgo sanitario y aumente la seguridad.

En muchas escuelas los CTE habían decidido continuar con trabajo de forma virtual, pero a la vieja usanza de los antiguos gobiernos priístas, los supervisores, atp y directivos llegaron a imponer otras condiciones que provocaron la ruptura de acuerdos previos e impedir que cada comunidad escolar, ejecutara la organización que consideraba pertinente, con base en sus condiciones, circunstancias y contextos propios. Así violentaron a los CTE al grado de lesionar la dignidad, moral y aliento del magisterio, que de por sí, ya trabaja bajo alta tensión a causa de la pandemia.

De tal manera que el Estado abusa de la condición anímica de la población, que está vulnerada por los meses de confinamiento, duelos y la difícil circunstancia de vivir en medio de una pandemia inédita en la historia humana.

E insisten en condicionar de varias maneras a las madres, padres de familia y tutores para que manden a sus hijos e hijas. Un ejemplo: es la entrega de libros de texto, ya que la están condicionando para que sean los estudiantes quienes los reciban en sus manos. Otro ejemplo es que si las familias deciden permanecer en la distancia, tan sólo será con el programa Aprende en Casa, y les niegan asesorías y comunicación con sus docentes, y les dicen que se les hará una evaluación para que sean aprobados. Sin embargo, el Estado no se responsabiliza por la vida y salud ni de estudiantes ni de docentes, porque pretende bajo coerción, aparentar que quienes están asistiendo a la escuela -docentes y estudiantes- fueron por voluntad, y con ello, el Estado vuelve a salir de rositas e incólume, pues se deslinda de la obligación constitucional del cuidado de la salud y la vida de la población, bajo su trampa verbal de “todo por la razón nada por la fuerza”, pues no confiesa abiertamente el ambiente de condicionamiento -al estilo de los primeros conductistas en sus laboratorios-, que encierra su discurso y las maneras en que se las gasta para obligar a la población a que ceda a la voluntad del Estado.

Si somos más agudos en nuestra visión podemos ver que la política que está permeando en el país se resume en: ¡Sálvase quien pueda! al estilo del viejo oeste americano. Porque no hay nada que garantice legalmente la salud y la vida de las comunidades escolares, ni instrumento jurídico que los ampare, cuando han sucumbido ante las presiones de la “voluntariedad”.

Así que en caso de que algún integrante de la comunidad se contagié tendrá que asumir los gastos con recursos propios. Detrás de todo este circo mediático se esconde el interés supremo de la economía, el frío egoísmo de los potentados de la nación, de los ricos que han visto crecer sus ganancias sin decoro y a costa del sufrimiento de las mayorías y del dolor del pueblo mexicano causado por la pandemia. El sistema Estado ejerce todo el poder de la violencia al poner a la población ante el dilema de recibir educación a costa de su salud y su vida, o que se inscriban en una escuela privada que si les preste el servicio y acompañamiento de la educación híbrida, aula invertida o solamente virtual.

¿Y cuál hubiera sido el mejor momento y manera adecuada para el retorno a clases presenciales?

El pasado 30 de agosto se anunció con bombo y platillo el regreso a clases presenciales. Los gobernadores y otras autoridades hicieron acto de presencia, vía remota en la conferencia mañanera para dar “Fe” de que el inicio del ciclo escolar 2021-2022 había sido un gran éxito. Y llama la atención que algunos de estos gráciles personajes, no mantenían los protocolos sanitarios, ya que algunos ni cubrebocas portaban ni la distancia era mayor al metro. Así se inauguró el ciclo con escuelas sin agua, con muchas limitaciones y en condiciones que dan pena,- en la mayoría de los casos-. En algunos casos, el magisterio de los CTE puso de su bolsillo para que se arreglaran e hicieran limpieza en sus centros de trabajo, pero eso le toca al Estado.

El magisterio mexicano está consciente de la importancia que tienen las clases presenciales para el óptimo desarrollo de la infancia y adolescencia, sin embargo, también están conscientes de que la mayoría de las escuelas públicas del país no cumplen con las condiciones mínimas para un retorno “seguro” bajo el contexto de esta penosa y desolada pandemia.

El Estado mexicano tuvo casi año y medio para crear las condiciones adecuadas para un retorno más higiénico y seguro en cada plantel educativo. Pero tristemente, no ha sido así, ya que gradualmente delega su responsabilidad en los famosos comités participativos de salud escolar, en los CTE y en las organizaciones de madres, padres y tutores.

Un regreso a clases seguro debe ser cuando el semáforo epidemiológico realmente esté en verde, porque eso significa que los contagios y muertes en México están disminuyendo. Asimismo, cuando todas las escuelas cuenten con las condiciones óptimas de ventilación y agua potable. Las decisiones tienen que ser tomadas por los integrantes de las comunidades escolares y con base en la vigilancia epidemiológica de la zona en que se encuentren ubicadas las escuelas.

El retorno tenía que ser gradual y responsable, con una planeación y buena organización escalonada que evite el hacinamiento al interior de las aulas. Y que los adolescentes de entre 12 a 17 años cuenten con un esquema de vacunación completo.

En cuanto a los menores de 12 años, es decir, estudiantes de preescolar y primarias, debe ser con un máximo de 10 estudiantes por aula.

Las escuelas deben contar con servicio de internet para que en todas las aulas llegue la señal y atender con modalidad de aula invertida a quienes están vía remota, en forma simultánea. Los insumos y materiales deben ser proporcionados por el Estado, porque no es justo que las familias y docentes tengan que estar solventando esos gastos, so pretexto de una autonomía a modo y conveniencia del Estado.

La vida y la salud deben estar por encima de todo, y es obligación del Estado garantizar ambas, sin embargo, este regreso a clases es una imposición irresponsable que no asume compromisos ni vela por la infancia, adolescencia y juventud de México. Así las cosas en el país del revés.

1 Argumento falso de autoridad.

Fuentes de consulta:

DOF. Diario Oficial de la Federación (2021, 20 de agosto). Acuerdo número 23-08-2021 por el que se establecen diversas disposiciones para el desarrollo del ciclo escolar 2021-2022 […]

Redacción.(2021) Niñas y niños tienen riesgo ‘casi nulo’ de morir por COVID: López-Gatell.El Financiero, agosto 24, 2021.

https://www.elfinanciero.com.mx/salud/2021/08/24/ninas-y-ninos-tienen-riesgo-casi-n ulo-de-morir-por-covid-lopez-gatell/

Rivas-Ruiz, R; Roy-García, A; Ureña-Wong, K; Aguilar-Ituarte, F; Vázquez-De Anda, F; Gutiérrez-Castrellón, P; Mancilla-Ramírez, J; Moreno-Espinosa, S. (2020). Factores asociados a muerte en niños con COVID-19 en México. GACETA MÉDICA DE MÉXICO, : https://doi.org/10.24875/gmm.20000478

Fuente de la información:  https://profelandia.com

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Ciencia y Educación Ciudadana

Por: Abel Rubén Hernández Ulloa

El papel de los papás y las mamás en la educación: ¡Vamos a leer un cuento!

(Primera parte)

 

¿Cuál es la mejor estrategia que pueden implementar los papás y las mamás para ayudar en la formación educativa de sus hijas e hijos, particularmente en estos tiempos de crisis mundial por el COVID-19?

Aunque esto pueda sonar a “puro cuento” por parecer demasiado sencillo, y tan al alcance de la mano, la respuesta a esta pregunta es: ¡Vamos a leer un cuento!

Leer cuentos, contar anécdotas e incluso narrar historias inventadas por nosotros mismos, permite abrir espacios para que la imaginación de nuestras hijas e hijos pueda volar y, tras su imaginación, también podrán volar sus habilidades reflexivas, críticas y creativas. Diversos tipos de cuentos y narraciones nos llevan a incursionar en otros mundos posibles, en las experiencias vitales de personajes de ficción que parecen reales, o narraciones reales de eventos que parecen extraordinarios.

Y es que necesitamos tanto comunicarnos, es tan vital expresarnos y escucharnos también, que tras el cuento de la hora de dormir a veces nuestras hijas e hijos nos narran “cuentos” que nos suenan a sus experiencias, a sus anhelos, a sus miedos o a sus fantasías y esperanzas. Se entretejen entonces las historias y las ficciones que nos dan materiales importantes para soñar, y yo creo que los sueños de las niñas y niños, y también de las mamás y los papás que al concluir el día han podido compartir una breve lectura o una anécdota, son sueños en los que al final siempre prevalece el bien, porque se ha abierto paso a la esperanza que se construye en el diálogo, se ha afirmado el amor que nos une en la palabra.

Narramos nuestras historias vitales y así construimos nuestras identidades individuales y colectivas. Hemos sabido de tantas tribus que, al anochecer, bajo el firmamento estrellado, se juntaban alrededor de una fogata para escuchar las historias de sus ancianos. Hoy necesitamos recuperar y más bien crear nuevas identidades que se nutran y abriguen alrededor del fuego que brota de la palabra, hoy necesitamos ampliar nuestros horizontes personales y culturales con la diversidad de historias que forman parte del legado de nuestra literatura universal.

Concluiré esta primera parte citando el fragmento de una carta dirigida al grupo radical ETA por el Sub-comandante Marcos, en los tiempos en los que justamente buscaba un diálogo entre ETA y el gobierno español:

Primero.- Les aclaro que los niños y niñas del EZLN no entienden todo sin palabras, como ustedes suponen erróneamente en su carta.

Nosotros los tratamos de por sí como niños. Es el poderoso con su guerra el que los trata como adultos. Nosotros les hablamos. Les enseñamos que la palabra, junto con el amor y la dignidad, es lo que nos hace seres humanos.

No les enseñamos a pelear. O sí, pero a pelear con la palabra. Ellos aprenden. Saben que si nosotros estamos en esto es para que ellos no tengan que hacer lo mismo. Y hablan y también escuchan.

Contra lo que ustedes dicen, nosotros les enseñamos que las palabras no matan, pero que sí se puede matar a las palabras y, con ellas, al ser humano.

Les enseñamos que hay tantas palabras como colores, y que hay tantos pensamientos porque de por sí el mundo es para que en él nazcan palabras. Que hay pensamientos diferentes y que debemos respetarlos.

Que hay quien pretende que su pensamiento debe ser el único y que persigue, encarcela y mata (siempre escondido detrás de razones de Estado, de leyes ilegítimas o «causas justas») a los pensamientos que son diferentes.

Y les enseñamos a hablar con la verdad, es decir, con el corazón. Porque la mentira es otra forma de matar la palabra.

En la lengua de los hombres murciélagos, los que hablando se van orientando en su caminar, los tzotziles, hablar con la verdad se dice «YALEL TA MELEI».

Les enseñamos a hablar y también a escuchar. Porque aquel que sólo habla y no escucha, termina por creer que lo que dice es lo único que vale.

En la lengua de los tzotziles, los que escuchando se van orientando en su caminar, escuchar con el corazón se dice «YATEL TAJLOK ‘EL COONTIC».

Hablando y escuchando palabras es como sabemos quiénes somos, de dónde venimos, y a dónde va nuestro paso. También es como sabemos del otro, de su paso y de su mundo. Hablando y escuchando palabras es como escuchamos la vida.

Fuente de la información: https://www.educacionfutura.org

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UNICEF: Seis graves violaciones contra los niños en tiempos de guerra

Seis graves violaciones contra los niños en tiempos de guerra

Cómo los niños se han convertido en objetivos de primera línea en los conflictos armados.

Desde asesinatos generalizados, mutilaciones, secuestros y violencia sexual hasta el reclutamiento en grupos armados y huelgas en escuelas y hospitales, así como en instalaciones de agua esenciales, los niños que viven en zonas de conflicto en todo el mundo continúan siendo objeto de ataques a una escala espantosa. 

Para monitorear, prevenir y poner fin a estos ataques, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha  identificado y condenado seis violaciones graves contra los niños en tiempos de guerra : Matanza y mutilación de niños; reclutamiento o uso de niños en fuerzas armadas y grupos armados; ataques a escuelas u hospitales; violación u otra violencia sexual grave; secuestro de niños; y negación del acceso humanitario a los niños. 

Para conmemorar el 25 aniversario del informe de Graça Machel sobre el impacto de los conflictos armados en los niños, UNICEF emitió un comunicado con el Representante Especial del Secretario General para los Niños y los Conflictos Armados pidiendo acciones urgentes para proteger a los niños en la guerra.

El derecho internacional humanitario exige que las fuerzas armadas y los grupos armados tomen medidas para proteger a los civiles, incluidos los niños, que son particularmente vulnerables en tiempos de guerra.

Mali.  Una niña desplazada se apoya en una muleta fuera de una tienda.

1. Asesinato y mutilación de niños

El asesinato y la mutilación de niños pueden ser el resultado de acciones directas o indirectas, incluida la tortura. Los asesinatos y mutilaciones pueden ocurrir a través de fuego cruzado, minas terrestres, municiones en racimo, artefactos explosivos improvisados ​​u otros artefactos explosivos indiscriminados o incluso en el contexto de operaciones militares, demoliciones de viviendas, campañas de búsqueda y arresto o ataques suicidas.  

Por ejemplo, el uso de armas explosivas, particularmente en áreas pobladas, continúa teniendo un impacto devastador en los niños. Solo en 2020, las armas explosivas y los restos explosivos de guerra fueron responsables de al menos el 47% de todas las víctimas infantiles. Entre 2005 y 2020, más de 104,100 niños fueron verificados como muertos o mutilados en situaciones de conflicto armado, y más de dos tercios de estos fueron verificados desde 2014.

El 17 de abril de 2018 en Yambio, Sudán del Sur, [NOMBRES CAMBIADOS] (derecha-izquierda) Ganiko, de 12 años, y Jackson, de 13 años, se paran durante una ceremonia para liberar a los niños de las filas de los grupos armados y comenzar un proceso de reintegración.  Jackson y Ganiko eran mejores amigos cuando servían junto con el grupo armado.

2. Reclutamiento o utilización de niños en fuerzas armadas y grupos armados

El reclutamiento o la utilización de niños en las fuerzas armadas y grupos armados se refiere al reclutamiento o alistamiento obligatorio, forzado o voluntario de niños en cualquier tipo de fuerza armada o grupo armado. Los niños siguen siendo reclutados y utilizados por las partes en conflicto a un ritmo alarmante. El uso de niños y niñas por las fuerzas armadas o grupos armados puede ser en cualquier capacidad, incluso como combatientes, cocineros, porteadores, mensajeros y espías, o cuando son sometidos a explotación sexual. 

Entre 2005 y 2020, se verificó que más de 93.000 niños fueron reclutados y utilizados por las partes en conflicto, aunque se cree que el número real de casos es mucho mayor. Los equipos de trabajo de las Naciones Unidas sobre seguimiento y presentación de informes en los países, o su equivalente, verificaron el reclutamiento y la utilización de al menos 1.000 niños en al menos 15 países diferentes durante este período. 

Ucrania.  Una niña estudia en un aula en el este de Ucrania.

3. Ataques a escuelas u hospitales

Los ataques a escuelas u hospitales incluyen el ataque a escuelas o instalaciones médicas que causan la destrucción total o parcial de dichas instalaciones. Las escuelas y los hospitales deben ser espacios protegidos, donde los niños estén seguros incluso en tiempos de conflicto; sin embargo, los continuos ataques a tales instalaciones han subrayado el impacto catastrófico del conflicto armado en los derechos de los niños, incluidos los derechos a la educación y la salud.  

Entre 2005 y 2020, las Naciones Unidas verificaron más de 13.900 incidentes de ataques, incluidos ataques directos o ataques en los que no ha habido una distinción adecuada entre objetivos civiles y militares, en instalaciones educativas y médicas y personas protegidas, incluidos alumnos y niños hospitalizados, y personal sanitario y escolar. 

Estos ataques no solo ponen en riesgo la vida de los niños, sino que también interrumpen su aprendizaje y limitan su acceso a la asistencia médica, lo que puede tener un impacto de por vida en su educación, oportunidades económicas y salud en general. 

Nigeria.  Una niña sostiene su mano contra la malla de una puerta.

4. Violación u otra violencia sexual grave

La violación u otra violencia sexual grave incluye actos de violación, otra violencia sexual, esclavitud sexual y / o tráfico, prostitución forzada, matrimonio o embarazo forzado, esterilización forzada o explotación sexual y / o abuso de niños. En algunos casos, la violencia sexual se utiliza para humillar intencionalmente a una población o para obligar a las personas a abandonar sus hogares. 

Entre 2005 y 2020, las partes en conflicto violaron, se casaron a la fuerza, explotaron sexualmente y cometieron otras formas graves de violencia sexual contra al menos 14.200 niños. Sin embargo, el estigma generalizado en torno a la violación y la violencia sexual significa que se trata de un problema que no se denuncia en particular y que afecta a los niños en situaciones de conflicto. La violencia sexual afecta de manera desproporcionada a las niñas, que fueron víctimas en el 97% de los casos entre 2016 y 2020.  

Sudán del Sur.  Un niño secuestrado por un grupo armado mira por una ventana después de ser liberado.

5. Secuestro de niños

La sustracción de niños se refiere a la sustracción, incautación, captura, aprehensión o desaparición forzada ilegal de un niño, ya sea de forma temporal o permanente. Ya sea un acto intencional de violencia o represalia, para infundir miedo entre la población o para reclutar a la fuerza y ​​/ o abusar sexualmente de niños, el secuestro es una de las violaciones más generalizadas cometidas contra los niños en situaciones de conflicto armado.  

Entre 2005 y 2020, se verificó que al menos 25.700 niños fueron secuestrados por partes en conflicto. Los niños representan las tres cuartas partes de los casos verificados de niños secuestrados. Sin embargo, las niñas corren el riesgo de ser secuestradas, incluso con fines de violencia sexual y explotación. En muchos casos, los niños secuestrados también son víctimas de otras violaciones graves, como asesinatos, mutilaciones, violencia sexual o reclutamiento en grupos armados. También pueden ser rehenes o detenidos arbitrariamente. 

Ucrania.  Las municiones sin detonar se muestran en Donetsk, en el este de Ucrania.

6. Denegación del acceso humanitario a los niños

La denegación del acceso humanitario a los niños incluye la privación intencional o el impedimento de la asistencia humanitaria esencial para la supervivencia de los niños por parte de las partes en el conflicto, incluido el impedimento intencional de la capacidad de los actores humanitarios u otros actores relevantes para acceder y ayudar a los niños afectados en situaciones de conflicto armado. 

Las Naciones Unidas verificaron al menos 14.900 incidentes de denegación del acceso humanitario para niños entre 2005 y 2020, y el ochenta por ciento de esos casos verificados tuvieron lugar entre 2016 y 2020, lo que subraya los esfuerzos mejorados para documentar y verificar estos incidentes. Las partes beligerantes a menudo niegan a los agentes humanitarios el acceso a quienes la necesitan o impiden que la asistencia llegue a la población civil. A los civiles también se les niega la ayuda cuando los trabajadores humanitarios son atacados y tratados como amenazas. 


Entre 2005 y 2020, se verificaron más de 266.000 violaciones graves contra niños, cometidas por partes en conflicto en más de 30 situaciones de conflicto en África, Asia, Oriente Medio y América Latina. El número real es indudablemente mucho mayor, ya que las limitaciones de acceso y seguridad, así como la vergüenza, el dolor y el miedo que sufren los sobrevivientes a menudo obstaculizan la denuncia, documentación y verificación de estas violaciones. 

Que esta haciendo UNICEF 

Líbano.  Un refugiado sirio sostiene una caja de suministros.

UNICEF y sus aliados continúan brindando atención y protección a los niños que viven en la guerra, abogando en su nombre y colaborando con todas las partes en conflicto para garantizar que se respeten sus derechos. Además de brindar asistencia de emergencia y a más largo plazo a los niños, UNICEF y sus aliados también han capacitado a funcionarios gubernamentales y partes en conflicto sobre la protección infantil, y han sensibilizado a los gobiernos, las comunidades y las familias sobre los riesgos que enfrentan los niños en los conflictos armados. 

Sin embargo, necesitamos una presión política y pública sostenida para garantizar que los niños ya no sean objetivos de la guerra. Es por eso que UNICEF ha hecho un llamado a la acción para proteger a los niños en la guerra. Lea la agenda de cambio de UNICEF para proteger a los niños en los conflictos armados .

Fuente de la Información: https://www.unicef.org/stories/children-under-attack-six-grave-violations-against-children-times-war

 

 

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Argentina: Las dos orillas (una nota chovinista)

Las dos orillas (una nota chovinista)

Por Aram Aharonian

 

Buenos Aires comenzó a crecer de espaldas al río de la Plata, mientras Montevideo se expandía de cara al estuario.

La culpa la tienen los gallegos, los conquistadores. El solar en el que está emplazada la Casa Rosada fue, durante toda la historia de Buenos Aires, la sede de las distintas y sucesivas autoridades políticas que gobernaron el país desde que en  1580 Juan de Garay se le dio por fundarla. O sea, la diferencia viene de la época de la colonia. Santa María del Buen Ayre comenzó viviendo del contrabando y del tráfico de esclavos.

O sea, los esclavistas y los contrabandistas eran, en aquellas épocas del miriñaque, las personas más distinguidas de la aldea, apellidos “ilustres”, algunos de los cuales llegan hasta estos pandémicos días, tras beneficiarse de todos los gobiernos oligárquicos, civiles o militares. Los del puerto impusieron su supremacía, su superioridad, gracias al puerto, claro.

Pero, dicen los historiadores, que el puerto ni siquiera tenía muelle. Cuenta Santiago Varela (no por haberlo presenciado) que era un puerto al que había que llegar en carro tirado por mulas o caballos. “Incluso Güemes en 1806 se dio el lujo de abordar una goleta inglesa, no desde otro barco, ¡sino con una carga de caballería!. Fue la primera vez que un caballo escuchó gritar ¡Al abordaje´”.

Fue Güemes, o mejor dicho el salteño Martín Miguel Juan de Mata Güemes Montero de Goyechea y la Corte, héroe de la independencia,  que con muy escasos recursos libró una constante guerra de guerrilla, la Guerra Gaucha, deteniendo seis invasiones del ejército español. Decía, era Güemes, no Sandokán.

Los descendientes de los contrabandistas y esclavistas viajaban a Francia y se traían arquitectos capaces de reproducir en Buenos Aires las mansiones, con materiales, platería y mantelería europeas (además de alguna cocotte, claro). Quería ser la París del Sur, tanto que algunos años después a las alienadas autoridades de la ciudad se les dio por tirar abajo las alas del Cabildo para poder abrir avenidas y diagonales.

Palacios y petit hoteles son parte de la tradicional Buenos Aires aún hoy. La culpa de que se haya desarrollado así la tienen los orientales, los de la Banda Oriental, que se les dio por reconquistar en 1806 la ciudad del Buen Ayre, que había caído en manos de los soldados ingleses (los comerciantes y las empresas no se fueran nunca del puerto).

Y Buenos Aires comenzó a crecer de espaldas al río de la Plata, mientras Montevideo se expandía de cara al estuario: su vida siempre fue -y es- de cara a las ramblas. Ni el puerto respetó la seudo piqueta del progreso en Buenos Aires, los barcos fueron desapareciendo del puerto y aparecieron edificios de 30, 40 pisos, cuya tarea principal es tapar el río para el resto de la ciudad. Para poder mirar la costa uruguaya en una mañana despejada, hay que tener mucha plata, habitaran en uno de esos monstruos que imitan a grandes edificios de ciudades que nada tienen que ver con nuestra idiosincracia.

¿O sí? El porteño promedio jamás ve el río, el montevideano convive con él, con sus playas, con sus ramblas. Es más, en 1973 llegué a conocer una playa en la Costanera Norte llamada Saint Tropez (siempre queriendo imitar a los franceses), una verdadera olla de agua sucia frente al monumento de Lola Mora, allí donde ahora aparece el Parque Ecológico. Hoy, el gobierno neoliberal de la ciudad quiere construir edificios en los terrenos públicos al lado del río, para que sus inmobiliarias hagan sus negocios, a cinco mil dólares el metro cuadrado.

Por ahora, la gente se lo ha impedido. Algunos, en defensa de los espacios públicos, otros porque temen que algún avión no le emboque al Aeroparque Metropolitano. Pero seguramente habrá quien proponga desde los medios hegemónicos trasladar el aeropuerto a alguna localidad lejana, para que no moleste a los nuevos ricos porteños.

Pero la piqueta del progreso, que nos dejó sin el Conventillo del Medio en Montevideo, en manos del gobierno neoliberal de la ciudad de Buenos Aires acaba de asesinar al último potrero porteño, en el Parque Centenario, de cara al Hospital naval, donde a cualquier hora del día había gente jugando al fútbol y ahora amenazan con torres de apartamentos con amenities.

Lo cierto es que siempre, los que vivían al este de los ríos Uruguay y de la Plata, fueron orientales: primero cuando vivían en la Banda Oriental del virreinato del Río de la Plata y luego, cuando en 1825 los ingleses deciden que se debía declarar la independencia de ese estado tapón que habían creado, y le ponen el nombre de República Oriental del Uruguay. Orientales en la vida, y en la muerte también.

Cuenta la leyenda que en la noche del 18 de abril de 1825, Juan Antonio Lavalleja, y sus 32 hombres (conocidos luego como los 33 Orientales) embarcaron y avanzaron cuidadosamente por las islas del delta del río Paraná, evitando la vigilancia de la flota brasileña, cruzaron el río Uruguay en dos lanchas y desembarcaron en la Playa de la Agraciada, donde desplegaron la bandera de tres franjas horizontales roja, azul y blanca, colores tradicionalmente usados desde los tiempos del Pepe Artigas, con la inscripción Libertad o Muerte.

Hacía meses que los orientales preparaban el cruce para comenzar la liberación de la Banda Oriental del dominio brasileño, pero –cuenta la leyenda negra- a Lavalleja y sus hombres les gustaban las pulperías, las payadas –Juan Antonio era uno de los guitarreros que no dejaban dormir a los españoles en el Sitio de Montevideo- , las vidalas, el vino, y la invasión no fue tan planificada sino que fue apurada por el ultimátum que le dieron los hacendados argentinos que financiaban la expedición y la compra de caballos, del otro lado del río, a los hermanos Ruiz.

La broma de los uruguayos es que los 33 orientales eran 34, con el que sacó la foto (el óleo de Juan Manuel Blanes que no falta en ninguna escuela).

Pucha. Uno va a Wikipedia y se entera que Montevideo está catalogada como una ciudad global de categoría «beta». Se posiciona como la séptima urbe de Latinoamérica y la 73 del mundo. Fue la octava ciudad más visitada de América Latina por extranjeros en 2013. Ha sido calificada como la ciudad con mejor calidad de vida de dicha región en 2018, puesto que ha mantenido cada año desde 2006 (hasta la llegada de Cuquito Lacalle y su banda neoliberal al gobierno).

Y uno sabe que el Uruguay no es un río, sino un cielo azul que viaja, pintor de nubes, caminos, con sabor a mieles ruanas… como diría Aníbal Zampayo.

Montevideo pasó de mano continuamente. Cuenta la historia que el 22 de noviembre de 1723, el portugués Manuel de Freytas Fonseca fundó el fuerte de Montevideo. El 22 de enero de 1724 los españoles de Buenos Aires, organizada por el gobernador español en esa ciudad, Bruno Mauricio de Zabala, desplazaron a los portugueses y comenzaron a poblar la zona con seis familias provenientes del otro lado del charco.

Obviamente, su importancia como principal puerto del virreinato le granjeó en varias oportunidades enfrentamientos con la capital, Buenos Aires.  Una rivalidad que comenzó hace apenas 245 años. Pero siempre los españoles fueron los que metieron la pata. El 3 de febrero de 1807 las tropas inglesas al mando del general Samuel Aychamuty ocuparon la ciudad, que fue reconquistada por las tropas enviadas por Montevido, que pasó a ser “la muy fiel y reconquistadora”. Lo que no me quedó en claro es si los señoritos porteños realmente querían librarse de los ingleses.

A Montevideo lo descubrieron los portugueses, dicen:  Monte vide eu, gritó el marino, dicen unos, Monte VI de este a oeste, alegan otros.  Montevideo qué lindo te veo, con tu Cerro y la fortaleza, cantaban en los carnavales de los años 50. El Cerro tiene 132 metros de altitud y es un granito que se destaca en la lisa orografía de un país cuya altura mayor es  la del Cerro de las Ánimas, oficialmente de 501 metros de altura (así puede figurar en los mapas), pero que en realidad no llega a esa altitud.

Puerto de inmigrantes que venían a América y caían en Montevideo, del que nunca habían oído hablar, a trabajar en sus frigoríficos cargando medias reses. Pero, de todas formas, una ciudad hecha de cara al mar (bueno, al río), aprovechando las playas que bordean la amplia bahía y siguen hasta que el río se convierten en Océano Atlántico, 125 kilómetros al este, justo ahí donde los porteños con plata van a veranear, Punta del Este.

Montevideo del delantal o túnica y moño para que todos los niños fueran iguales en la escuela, la de silencio-hospital, diría Mario Benedetti. No es nada raro que uno vea a un señor salir de su oficina con un portafolios o bolso, caminar unas cuadras, quitarse la ropa, quedarse en traje de baño. Ni que del bolso o portafolios aparezca un termo y un mate.

O que en cualquier estación los muchachos, los viejos, los niños, aprovechen las anchas veredas de la rambla para sentarse a tomar unos mates, alguna cerveza, comer algunos bizcochos o sándwiches de salame y queso, reunirse con amigos, con la familia, con los compañeros; mirar las gaviotas y el atardecer, mientras hablan de fútbol, de política, de los hijos, de la novia o el novio, de lo de todos los días. Alguna vez también hablaron de librarse de la dictadura.

En ese mismo puerto de Montevideo, el 25 de febrero de 1833 fueron embarcados María Micaela Guyunusa, embarazada de dos meses,  Laureano Tacuabé Martínez, el cacique Vaimaca Pirú y el chamán Senacua Senaqué, indígenas charrúas, para ser exhibidos y estudiados en un zoológico humano de París, y evaluados por los miembros de la Academia de Ciencias de Francia, por orden del primer presidente uruguayo, Fructuoso Rivera, quien ya había encabezado la matanza de indios en la batalla de Salsipuedes, vendiendo como esclavos a los sobrevivientes.

El grupo es conocido en Uruguay como “los últimos charrúas”. En el envío se incluían también un par de ñandúes, considerados  tan exóticos como los indígenas y todos fueron introducidos en Francia sin siquiera cumplir con los requisitos legales de la época. La historia de su desgracia, convertida en leyenda, marcó toda la historia del nuevo país-tapón, que un lustro antes habían “inventado” los ingleses. Hoy sólo se los recuerda en un monumento, en las riberas del arroyo Miguelete, de espaldas al Rosedal.

La revancha llegó en los primeros Juego Olímpicos de la modernidad, precisamente en París, en 1924. La primera práctica de los “salvajes” uruguayos (según la prensa parisina), fue una humorada: los jugadores, con el inolvidable José Nazazzi a la cabeza, salieron a  la cancha con plumas en la cabeza, y reventaban la pelota lo más lejos que podían. Moraleja: vencieron 7-0 a Yugoslavia, 3-0 a Estados Unidos, 5-1 a Francia, 2-1 a Holanda y 3-0 a Suiza en la final: los descendientes de Guyunusa, Tacuabé, Vaimaca y Senacua,  fueron los primeros campeones olímpicos de fútbol…

Después de casi tres siglos, uno aprende que uruguayo que triunfe en Buenos Aires pasa a ser rioplatense. Perdemos todo aquello de anarquistas-conservadores, que no nos guste que nadie nos mande…y tampoco nos gusta cambiar. En realidad los uruguayos vivimos en una continua contradicción con lo que fue el país o lo que fuimos como pueblo. Porque no fuimos uruguayos sino orientales, de la República Oriental del Uruguay (Rodelú, para los amigos).

Pero cambia, todo cambia: estamos orgullosos del puerto de Montevideo, pero héte aquí que está en manos de una trasnacional belga hasta las carnestolendas griegas, al igual que toda la ribera de los ríos entregada a las forestales-papeleras nórdicas, para que nos dejen sin agua ni vegetación. Decía Galeano que tenemos cierta tendencia a creer que nuestro país existe, pero que el mundo no se entera. Yo le contestaba que el Uruguay es sólo un estado de ánimo.

Pero, en Buenos Aires, para ver un poco de río hay que pasar por perímetros portuarios de dudosa seguridad, atravesar zonas industriales y evitar que un tren de carga o un camión de doble tracción te pise. Pero es cierto que van sacando los barcos del puerto, pero no por higiene, sino para poder construir edificios de 30 pisos que cumplan su cometido de taparle el río al resto de los ciudadanos.

Me consta que hay muchos, muchos porteños que nunca vieron el río. ¡Pobres!

*Periodista y comunicólogo uruguayo. Magíster en Integración. Creador y fundador de Telesur. Preside la Fundación para la Integración Latinoamericana (FILA) y dirige el Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)

https://estrategia.la/2021/08/28/las-dos-orillas-una-nota-chovinista/

Fuente de la Información: https://rebelion.org/las-dos-orillas-una-nota-chovinista/

 

 

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México: Desprecio por la enseñanza de las artes en Morelos

Desprecio por la enseñanza de las artes en Morelos

Miguel Casillas

Pareciera que el desprecio por las artes, por su enseñanza y su difusión, apareciera de modo periódico, como esas epidemias cíclicas, desmoronando a las frágiles instituciones que se construyen lentamente con la acumulación del trabajo de decenas de profesores. En la historia del estado de Morelos esto ha ocurrido de modo recurrente; lo que es una vergüenza es que siga sucediendo.

El Centro Morelense de las Artes desde su creación ha tenido un gran impacto en el estado y la región, como un proyecto educativo en el campo de las artes donde artistas con trayectorias importantes en México y en el extranjero han formado muchas generaciones de jóvenes que enriquecen con su quehacer la cultura en el estado, en la región y en el país.

La continuidad de dicho proyecto educativo está en riesgo desde que el gobierno lo transfirió a la Secretaría de Cultura del estado de Morelos en 2012, ahora reconvertida en Secretaría de Turismo y Cultura, como si la formación artística no correspondiera al ámbito de la Educación Pública y sus instituciones no formaran parte del sistema educativo estatal. Desprovistos de los valores que consideran a la educación artística un baluarte fundamental para la formación integral de las personas, desde Turismo se piensa en la enseñanza de las artes como un negocio redituable a través del cobro de cuotas y el recorte de las becas; como en las épocas del peor neoliberalismo que privatizó y mercantilizó la educación y la cultura.

Bajo esta perspectiva propia del capitalismo académico, la base para que este negocio sea redituable es una alta tasa de explotación del trabajo, objetivable en bajos salarios y condiciones laborales precarias. En efecto, de por sí las condiciones laborales en el Centro Morelense de las Artes son bastante inciertas, cuando ahora se ensañan contra un amplio grupo de docentes a los que les han quitado sus cursos y recortado las condiciones de seguir ejerciendo su trabajo. Muchos de ellos, aunque sean profesores que se distinguen por estar altamente calificados dados sus estudios y su experiencia, tienen que renovar sus contratos semestralmente y no siempre cuentan con las prestaciones laborales establecidas por las leyes.

Además de la arbitrariedad en la asignación de los cursos y de la firma semestral de los contratos, desde 2020 el CMA dejó de pagar a los profesores, como lo hacía al menos desde 2010, las semanas que ocurren en los periodos intersemestrales, como si los docentes no trabajaran, no tuvieran familia que mantener y no comieran durante ese periodo. Es una aberración y un criterio absurdo, pues los profesores utilizan este tiempo para preparar clases, realizar exámenes extraordinarios, audiciones de alumnos de nuevo ingreso, juntas escolares, preparar exposiciones y presentaciones fuera de horarios de clase y demás actividades académicas propias de un trabajo formal, comprometido con la institución y su objeto que además de la enseñanza y la formación artística pretende “difundir el arte hacia la comunidad, para enriquecer la visión de los habitantes de la región sobre los desafíos de la cultura contemporánea y de las soluciones que el conocimiento del área les brinda, para construir un mundo más solidario y una vida personal más plena” (Artículo 2 de la Ley de Creación).

Sin seguridad laboral ni el ejercicio de derechos básicos, muchos maestros han seguido trabajando. Sin embargo, dadas estas circunstancias, un grupo de 11 docentes decidieron demandar el reconocimiento de su antigüedad, la cual oscila entre 12 y 25 años; sin embargo, como represalia les cancelaron sus contratos y los dejan desempleados por exigir lo mínimo legal que es un contrato de base; más grave cuando han demostrado lealtad a la institución contribuyendo con muchos años de trabajo. Los afectados son académicos y artistas especialistas en las materias que imparten, muchos cuentan con trayectorias internacionales y posgrados en importantes instituciones del país y del extranjero.

Mucho tiene que hacer la Secretaría del Trabajo y la Secretaría de Educación del gobierno de la 4T para verificar las condiciones de precariedad laboral que priman en muchas instituciones de educación y de la cultura, pues lo que sucede en Morelos no es más que una expresión burda de la arbitrariedad, la violación de los derechos laborales mínimos y la explotación del trabajo que se extiende por todo el país con miles de docentes en condiciones precarias.

El clamor contra las condiciones precarias del trabajo académico se está denunciando por todas partes, se han realizado investigaciones científicas que lo demuestran y apenas a nivel de las autoridades federales se está reconociendo el problema. Se avecinan tiempos de tormenta, pues las universidades y otras instituciones educativas que sostienen sus ofertas educativas sobre la base de miles de profesores de asignatura con contratos temporales habrán de enfrentar la exigencia de basificación y brindar prestaciones de ley a esos profesores.

En particular, el Centro Morelense de las Artes vive una profunda crisis pues está sujeto a los criterios mercantiles con que se mide la industria cultural y el turismo, lejos de la educación pública y sus valores fundamentales. Sometido al poder gubernamental, es una institución frágil que requiere consolidarse y sólo lo hará sobre la base del respeto a las leyes laborales, los derechos humanos y buscando la profesionalización de su personal académico.

Fuente de la Información: http://www.educacionfutura.org/desprecio-por-la-ensenanza-de-las-artes-en-morelos/

 

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ONU emite ‘alerta roja’ por aceleración del cambio climático

ONU emite ‘alerta roja’ por aceleración del cambio climático

El cambio climático se está acelerando y acercándose a un punto de inflexión con eventos climáticos catastróficos y otros efectos ambientales dañinos que se volverán irreversibles en los próximos años, advirtió el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático en su último informe .

De hecho, las perspectivas de nuestro planeta en el futuro cercano son tan nefastas que el equipo de expertos afiliado a las Naciones Unidas detrás del informe ha sonado como una “alerta roja para la humanidad”.

“Muchos de los cambios observados en el clima no tienen precedentes en miles, si no en cientos de miles de años, y algunos de los cambios que ya se han puesto en marcha, como el aumento continuo del nivel del mar, son irreversibles durante cientos o miles de años”, IPCC destacó en un comunicado .

Nuestras posibilidades de cruzar el umbral de calentamiento global de 1,5 ° C en las próximas décadas son mucho más altas de lo que generalmente se supone y la única forma de evitar la eventualidad de un calentamiento climático más allá de los niveles manejables es lograr reducciones rápidas y a gran escala de las emisiones de gases de efecto invernadero escriben los expertos.

“El cambio climático ya está afectando a todas las regiones de la Tierra, de múltiples formas. Los cambios que experimentamos aumentarán con un calentamiento adicional”, señaló Panmao Zhai, copresidente del Grupo de Trabajo I del IPCC, que publicó el informe.

Desde 1850-1900, cuando la industrialización se aceleró, las emisiones de gases de efecto invernadero de las actividades humanas ya han provocado un calentamiento de alrededor de 1,1 ° C. Las temperaturas en todo el mundo continúan aumentando y, en promedio, durante los próximos 20 años, es probable que alcancen o superen el objetivo de 1,5 ° C, dice el IPCC.

“Las campanas de alarma son ensordecedoras”, comentó António Guterres, secretario general de la ONU. “Este informe debe sonar como una sentencia de muerte para el carbón y los combustibles fósiles, antes de que destruyan nuestro planeta”.

El Cambio climático y sus efectos devastadores

Entre los efectos adversos más inmediatos del cambio climático se encuentran sequías prolongadas en algunas áreas, lluvias excesivas en otras, así como olas de calor frecuentes y duraderas que pueden devastar cultivos, reducir la biodiversidad y causar una crisis de salud en países que no están preparados para el calor excesivo.

Un clima cambiante también desencadenará devastadores incendios forestales del tipo que Grecia está experimentando actualmente. Mientras el país mediterráneo está sufriendo las peores olas de calor en décadas, casi 600 incendios forestales se desataron el 9 de agosto en todo el país.

Con el tiempo, un planeta más cálido también verá cómo las capas de hielo polar se derriten y el nivel del mar aumenta, inundando numerosas islas pequeñas y áreas costeras bajas en todo el mundo. Al mismo tiempo, un mayor calentamiento acelerará el deshielo del permafrost y provocará la pérdida de la capa de nieve estacional en regiones enteras.

“Los cambios en el océano, incluido el calentamiento, las olas de calor marinas más frecuentes, la acidificación del océano y la reducción de los niveles de oxígeno se han relacionado claramente con la influencia humana. Estos cambios afectan tanto a los ecosistemas oceánicos como a las personas que dependen de ellos, y continuarán durante al menos el resto de este siglo”, dice el IPCC.

Sin embargo, todavía hay tiempo para que mitiguemos los peores efectos del cambio climático mediante reducciones drásticas en las emisiones de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero en los próximos años.

Los beneficios más inmediatos de reducir las emisiones de CO2 de manera significativa y sostenida serán una calidad del aire más limpia, mientras que se necesitarán de dos a tres décadas para que se estabilicen las temperaturas globales.

“La estabilización del clima requerirá reducciones fuertes, rápidas y sostenidas de las emisiones de gases de efecto invernadero, y llegar a cero emisiones netas de CO2”, dijo Zhai. “Limitar otros gases de efecto invernadero y contaminantes del aire, especialmente el metano, podría tener beneficios tanto para la salud como para el clima”.

Por Daniel T. Cross. Artículo en inglés

 

Fuente de la Información: https://www.ecoportal.net/paises/onu-emitio-una-alerta-roja/

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Brasil sobrevivirá a Bolsonaro

Por: Emir Sader
Traducido del portugués para Rebelión por Alfredo Iglesias Diéguez

En este artículo el autor manifiesta su convicción sobre un futuro posBolsonaro para Brasil.


Vino a destruir. Así, dicho con todas las letras. Como si todo lo que estaba construido, especialmente durante el gobierno del PT, hubiese sido negativo y tuviese que ser destruido.

Esa es la versión popular de la tesis del Estado mínimo del neoliberalismo, según la cual se trata de reducir todo lo que tenga que ver con el Estado a su mínima expresión, para colocar en el centro al mercado.

La idea del neoliberalismo sostiene que la acción del Estado falsea las condiciones de la libertad del mercado y favorece a los sectores menos competitivos, siendo fuente de incompetencia y de corrupción.

Un proceso puesto en marcha por Fernando Collor y por FHC en los años 1990 que provocó que la economía no volviese a crecer y a generar empleo hasta que esa estrategia neoliberal fue cuestionada y superada por los gobiernos del PT.

Efectivamente, cuando volvió a crecer de nuevo la economía fue gracias a la reanudación de las inversiones estatales, al incremento de los salarios -siempre por encima de la inflación-, a la generación de millones de empleos con contrato laboral. Fue un papel virtuoso, que no se reflejó en los debates públicos, que siguieron criminalizando el papel del Estado, siguiendo los argumentos reiterados por los analistas de los medios de comunicación, apologistas de la economía de mercado.

El golpe de 2016 permitió a la derecha retomar la destrucción, con el gobierno Temer y, ahora, con el gobierno Bolsonaro. Esa destrucción se manifiesta a través de la privatización de patrimonio público, con procesos de privatización que sacan a empresas del ámbito estatal para ponerlas en manos de grandes monopolios internacionales, muchas veces estatales.

Se manifiesta, también, en el recorte austericida de recursos para políticas publicas, especialmente de salud y educación. Igualmente, se manifiesta en la promoción de todo tipo de trabajos precarios; en el abandono de cualquier forma de regulación del mercado por parte del Estado.

Se manifiesta en el fortalecimiento de la centralidad del mercado, típica del neoliberalismo; en la aceleración del proceso de mercantilización de las relaciones sociales, transformando en mercancía lo que era derecho. Según la concepción neoliberal de que todo tiene precio, todo se vende, todo se compra, en que el consumidor es el sujeto central.

Con Bolsonaro, Brasil, no solo el Estado brasileño, pasó por un proceso de mercantilización, de degradación de los derechos de las personas, de precarización de la vida de la mayoría de las personas.

Bolsonaro vino a destruir, no construyó nada. La retirada del Estado permite el máximo deterioro de las condiciones de vida de la gran mayoría de las personas. El país vive la situación de mayor vulnerabilidad y miseria de toda su historia. El Estado dejó abandonada a la mayoría de la población, que lucha para sobrevivir en las condiciones más penosas.

Bolsonaro abandonará la presidencia dejando un Brasil miserable y hambriento. Un país dónde los derechos de las personas están destruidos.

Pero Brasil sobrevivirá a Bolsonaro. Hay fuerzas democráticas suficientes para derrotarlo y empezar la reconstrucción del país.

Existe la plena conciencia de que el país no puede continuar así. Existe una gran mayoría insatisfecha, que rechaza a Bolsonaro y a su gobierno.

La posibilidad de que Lula ganen las próximas elecciones presidenciales, incluso en la primera vuelta, manifiesta plenamente ese deseo popular de reconstrucción del país, de reanudación de la democracia, del crecimiento económico y de la generación de empleo.

Me acuerdo de haber ido a Brasilia para ver a João Figueiredo cuando tuvo que dejar el gobierno al terminar el ciclo de la dictadura militar. Espero volver a Brasilia para, de ver a Bolsonaro abandonar el palacio gubernamental en helicóptero, como hizo Donald Trump, por lo menos ver a un presidente electo por la gran mayoría de los brasileños volver a la presidencia para dirigir la reconstrucción del Estado brasileño y de Brasil como país, como nación y como democracia.

*El presente artículo puede reproducirse libremente siempre que se respete su integridad y se nombre a su autor, a su traductor y a Rebelión como fuente del mismo.

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