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UNICEF: En Brasil, trabajadores sanitarios laboran sin descanso para llevar vacunas a niños y niñas

En Brasil, trabajadores sanitarios laboran sin descanso para llevar vacunas a niños y niñas

Cruzan ríos y ciudades para llegar a los que más los necesitan

Cada vez que Dynnhyfer de Souza contribuye a proteger la salud de un niño o niña, se emociona profundamente. “Me parece muy conmovedor ver a la gente haciendo cola para que la vacune”, explica esta técnica en enfermería residente en la ciudad brasileña de Baturité, en el estado de Ceará. “Dicen que vacuno con delicadeza, y eso es muy gratificante».

En estos momentos, los esfuerzos que realizan los trabajadores sanitarios como Dynnhyfer de Souza son especialmente importantes. En Brasil, la cobertura de inmunización de los niños y niñas menores de cinco años lleva descendiendo desde 2015, lo que aumenta enormemente el riesgo de que los niños contraigan enfermedades que se pueden evitar con las vacunas, como la poliomielitis y el sarampión. La situación empeoró durante la pandemia de COVID-19, puesto que a las familias les resultaba aún más difícil acceder a los servicios de salud pública. Además, se produjo un aumento de la reticencia a la vacunación que también ha influido en ese retroceso.

Sin embargo, en el país se observan algunas señales alentadoras. Por ejemplo, en el caso de la vacuna contra el sarampión, la cobertura nacional ha pasado de un 73% en 2021 a un 81% en 2022. Aún falta para alcanzar la tasa de cobertura del 91% lograda en 2019, antes de la pandemia de COVID-19.

Si se considera la media de las diferentes vacunas sistemáticas, Brasil está mejorando y se recupera

La situación de Brasil refleja alguna de las tendencias observadas a escala mundial en materia de protección de la infancia contra enfermedades que pueden ser mortales gracias a las vacunas sistemáticas que los niños necesitan para disfrutar de una vida saludable.

Según los datos recientemente publicados por UNICEF y la OMS, tras el mayor descenso continuo de la vacunación sistemática en una generación (en gran medida por causa de la pandemia de COVID-19), hay señales de recuperación. Sin embargo, esa recuperación es desigual. Las tasas de vacunación están aumentando en unos pocos países, pero en la gran mayoría, sobre todo en los países de ingresos bajos y medios, las tasas de cobertura se han estancado o, lo que es aún peor, siguen cayendo.

Los nuevos datos indican que las regiones de Asia Sudoriental y el Mediterráneo Oriental experimentan una sólida recuperación. No obstante, en algunas zonas de las Américas que llevaban mucho tiempo sufriendo descensos de la cobertura en la vacunación antes de la pandemia, esa tendencia se ha mantenido.

Para seguir impulsando las tasas de vacunación, es absolutamente necesario invertir de forma continua en campañas de inmunización. En el pequeño municipio brasileño de Baturité, UNICEF y sus aliados están desarrollando un programa piloto que está llevando las labores de vacunación más allá de los hospitales.

Dynnhyfer de Souza, una enfermera que lleva 12 años trabajando en la atención médica infantil, sale del Servicio de Salud para dirigirse al Centro de Educación Infantil Rocilda Germano Arruda de Baturité, en el estado brasileño de Ceará, donde va a vacunar a niños y niñas menores de cinco años.

Dynnhyfer de Souza participa en el desarrollo de una de esas campañas de extensión en el Centro de Educación Infantil. En un solo día, suministró 27 vacunas a 21 niños y niñas. “Cuando quieren vacunarse conmigo, me están demostrando que les gusta cómo trabajo y eso hace que me esfuerce aún más para darles el mejor servicio”.

La enfermera Dynnhyfer de Souza suministra la vacuna oral contra el rotavirus a Ângelo, el bebé de dos meses de Taviana de Lima. Cuando nació, Ângelo no recibió las primeras vacunas porque no estaban disponibles en el hospital. Al regresar a casa, Tatiana se sintió desbordada y le resultó imposible acudir a un centro de salud para las vacunas.

A Samuel le faltaban tres vacunas. El niño de cuatro años sonríe tras recibir una vacuna contra la fiebre amarilla que le ha suministrado la enfermera Dynnhyfer de Souza en el Centro de Educación Infantil Rocilda Germano Arruda de Baturité, en el estado brasileño de Ceará.

La labor de Dynnhyfer de Souza y la campaña de mayor alcance en la que está participando han logrado importantes resultados. Al término de la campaña de Baturité, que tuvo lugar de mayo a noviembre de 2022, se había vacunado a más del 95% de los niños y niñas de la ciudad (durante la campaña o antes) contra la poliomielitis y otras enfermedades prevenibles.

Llegar a la infancia de Manaos, la puerta de entrada a la selva amazónica

Los últimos datos mundiales muestran que, en el año 2022, se registraron algunas tendencias positivas. Por ejemplo, en todo el mundo, hay 2,5 millones menos de niños y niñas cero dosis, que son los niños que no han recibido ninguna dosis de vacuna contra la difteria, el tétanos y la tos ferina. Sin embargo, la realidad es que alrededor de uno de cada cinco niños y niñas nunca ha sido vacunado o no ha recibido todas las vacunas que necesita, lo que significa que no se ha beneficiado de la inmunización sistemática total o parcial. Esos niveles no se habían visto desde 2008.

Para llegar a esos niños y niñas, es necesario desarrollar campañas y estrategias de vacunación adaptadas a la situación de cada comunidad. Así ocurre en la ciudad de Manaos, situada a orillas del río Negro, en el noroeste de Brasil. La ciudad es la capital del Amazonas, un vasto estado que abarca parte de la selva amazónica. La propia ciudad cuenta con una población de más de dos millones de habitantes, pero está rodeada de zonas extremadamente remotas, por lo que es necesario aplicar distintos métodos y utilizar medios de transporte ingeniosos para llevar las vacunas que necesitan los niños y niñas.

Es muy habitual ver a Lindalva de Freitas, trabajadora sanitaria comunitaria en Manaos, recorriendo las calles de la ciudad, subiendo y bajando cuestas, haciendo equilibrios en puentes de madera improvisados y, cuando es necesario, cruzando el río en canoa. Todo para llevar servicios de salud a niños y niñas hasta sus propias casas.

 

Bruna de Souza Costa y Paulo Henrique, su hijo de seis años, residentes en el lago de Puraquequara, reciben la visita de la agente de salud comunitaria Lindalva de Freitas, que comprueba la tarjeta de vacunación del niño y les da instrucciones para las consultas pediátricas.

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Esclavitud Moderna

Por: Jorge Majfud

No es que el sagrado mercado no pueda pagar mejor a los trabajadores, sino que no conviene. Una persona en estado de necesidad (atado a deudas o a su pobreza) es un esclavo moderno, dócil, manipulable, funcional. Exactamente como los países endeudados―los endeudados pobres, no los endeudados ricos.

¿Por qué los campesinos en Colombia, responsables de la producción de casi el 80 por ciento del mercado mundial de cocaína, ganan mil dólares por año y solo un kilo de cocaína se vende a 150.000 dólares en Estados Unidos? La respuesta dogmática es una de las mayores estafas del mundo capitalista que se repite en otros rubros, desde el agropecuario, el industrial hasta el profesional: los salarios responden a «la Ley de la oferta y la demanda».

Si los salarios en cualquier cadena productiva estuviesen dictados únicamente por esta ley, los trabajos más duros en la base de la pirámide (donde la oferta laboral es menor que en niveles más altos) o los especialistas en las elites académicas o científicas serían, por lejos, los puestos mejor remunerados. La razón radica en la misma pirámide de poder, justificada por una plétora de excusas propagandísticas que emanan de la micro clase en el poder y se reproducen en sus eslabones funcionales, desde gerentes, subgerentes, expertos en relaciones públicas, comunicadores, propagandistas, políticos, mercenarios, mayordomos, jornaleros hasta mendicantes. Todo fosilizado en instituciones (gobiernos, congresos, medios de comunicación, escuelas, universidades, iglesias, clubes, ejércitos, policías) que garantizan la sacralidad de la propiedad privada como si la existencia de un palacio y una chabola fuesen la demostración de la universalidad de este derecho.

Aparte de la razón capitalista que presiona siempre por una reducción de costos abajo y la maximización de las ganancias arriba, existe una necesidad de mantener a los grupos marginales en estado de perpetua producción a través de la necesidad, como el endeudamiento o la misma pobreza. Este estado perpetuo de necesidad deshumaniza hasta el grado de aleccionar al esclavo para convertirse en esclavista como premio a su propio sacrificio, algo que con suerte el uno por ciento logra y luego es destacado en las tapas de revistas y en las lecciones de los padres a sus pequeños hijos―no porque todos los padres se creen esta ficción histórica, sino porque deben preparar a sus hijos para sobrevivir en un mundo deshumanizado.

Si esos trabajadores semi esclavos de Colombia tuviesen remuneraciones más altas y mejores condiciones de vida, probablemente se educarían y migrarían a otros sectores de producción y servicios―la misma ilegalidad que hace que el producto sea caro, también hace que los productores sean baratos.

Lo mismo ocurre (sólo por poner un ejemplo más) con el trabajo esclavo en diferentes regiones de Asia, África y en América Latina. En muchos casos, los esclavos sin salario del siglo XIX estaban mejor alimentados y menos envenenados que los actuales trabajadores africanos, desde las minas de cobalto del Congo a las montañas de desechos electrónicos de Gana y Tanzania, o a los madereros nativos de Mozambique, con los cuales conviví en los años 90s. Sin duda, en el siglo XIX la diferencia social entre los esclavos y sus amos, aunque obscena, no era tan grande como la que existe hoy entre los productores (llamados hombres y mujeres libres) y los amos de las corporaciones transnacionales.

Como lo expuso el profesor británico Siddharth Kara en su reciente libro Cobalt Red (2023), actualmente cientos de miles de congoleños y decenas de miles de niños son sometidos a las peores formas de esclavitud conocidas para que extraigan cobalto con una pala o con sus manos desnudas. Por un salario de siete dólares diarios cuando tienen suerte (y de dos dólares cuando es un día normal) estos hombres, mujeres y niños desarrollan diferentes enfermedades debido a que el cobalto es toxico al solo contacto con la piel. Sin considerar que esos siete dólares apenas le permite a una familia alimentarse de una forma insuficiente, al tiempo que el largo y doloroso trabajo les impide a sus niños ir a la escuela o tener una infancia digna.

El cobalto es esencial para las baterías recargables de teléfonos, computadoras y automóviles en todo el mundo y el 75 por ciento se extrae del Congo, país que no sólo posee uno de los peores récords de matanzas imperialistas sino de dictaduras brutales seguidas al asesinato del gran Patrice Lumumba por parte de los belgas en complicidad de la CIA, como no podía ser de otra forma. Todo en nombre de la noble defensa del capital, la propiedad privada (de los ricos) y el progreso de los países desarrollados.

Actualmente, los primeros beneficiados de esta nueva violación del Congo son las corporaciones como Apple, Tesla, Samsung y los inversores chinos que se dieron cuenta del gran negocio hace más de una década. Luego siguen los consumidores globales, que en su mayoría ignoran o prefieren ignorar la existencia de esclavos modernos. Los primeros perjudicados son los cientos de miles de congoleños esclavos y el ecosistema global, ya que para que esta actividad minera ocurra se han eliminado y se continúa eliminando grandes áreas de bosques naturales―las clásicas externalidades que nunca entran en la ecuación de ningún negocio exitoso.

El solo hecho de que la minería artesanal sea ilegal, como lo es la producción de cocaína, es irrelevante. A los efectos de este análisis, debemos volver a hacernos la misma pregunta del comienzo: si los esclavos congoleños son esenciales en la cadena de comercialización del cobalto y son esenciales en el funcionamiento de nuestro mundo digital, ¿por qué sus salarios están por debajo de las condiciones mínimas de sobrevivencia y sus derechos por debajo de los derechos de los esclavos de siglos pasados?

Porque la deshumanización es un negocio redondo: deshumanización de los productores y deshumanización de los consumidores. ¿Y después se asustan de que la Inteligencia Artificial llegue un día a apoderarse del mundo? ¿No es un pánico del Primer Mundo, como lo es la idea de que dejarán de ser imperios parasitarios? ¿Cuál es la diferencia para un esclavo moderno, incluso para la clase media global, entre ser dominada por los robots o continuar siendo dominadas y explotadas por las elites humanas de siempre?

Habrá que volver a la misma explicación: mantener una masa de población en estado de necesidad es esencial para mantener el poder en la cima de la pirámide. Cada tanto esta brutalidad se encuentra con algún límite legal, producto de años de activismo social, pero estos límites no son parte de la lógica que gobierna el mundo sino la razón por la cual no todos se han olvidado de que existe algo llamado dignidad humana que, no por mera casualidad, siempre tiene que luchar contra los inconmensurables poderes (económicos, políticos y mediáticos) de los de arriba―y con la complicidad, la indiferencia o la amnesia de unos cuantos de los de abajo.

rebelion.org

Fuente de la información e imagen:  https://elortiba.org

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La Batalla De Los Libros De Texto Gratuito

Por: Roberto González Villarreal, Lucía Rivera Ferreiro, Marcelino Guerra Mendoza

Los Libros de Texto Gratuitos (LTG) para el ciclo escolar 2023-2024 han empezado a llegar a las escuelas. Justo después de un año interminable, con les, los y las maestras exhaustas tras semanas de haber entregado calificaciones, soportando temperaturas altísimas, trabajando con estudiantes igualmente agotados y para rematar, asistiendo a un Taller Intensivo de actualización confuso y aburrido.[1]

Por si fuera poco, justo antes de salir a un “receso” (se llamaban vacaciones hace algunos años) de tan solo diez días, inició la fase más agresiva de la batalla de los Libros de Texto. Insistimos: la fase más agresiva, por el tono, por la enjundia, por la multiplicidad de acciones, agentes, iniciativas, tácticas y técnicas utilizadas. Cuando todos regresen a clases, nos encontraremos en La Madre de Todas las Batallas educativas.

¿Por qué decimos esto? Desde el año pasado lo estamos viendo. No reconocerlo es una insensatez. Suponer que el campo educativo, el curricular, los libros de texto, los programas de estudio, las escuelas, son arenas exentas de conflictos, de política, de diferencias, es una tontería.

¡Ninguna educación es ajena a la política! Por algo muy, pero muy simple: en la escuela hay relaciones, se forman sujetos que van a vivir en sociedad; que están integrados y se integrarán, de diferente modo, a la vida en común: a la polis.

La organización escolar, los contenidos, los métodos, los instrumentos, las instalaciones, el financiamiento, todo, todo eso se reglamenta, se define, se vigila, se organiza políticamente. Lo sabemos de toda la vida, lo vemos todos los días, pero he ahí que la hipocresía disciplinar intenta imponer una visión aséptica de la educación.

Si, lo decimos claramente: los primeros que reclaman la autonomía pedagógica, la tecnología educativa, quienes insisten en que la didáctica es una ciencia alejada de la política, la ética, la moral, las opresiones y los conflictos, son los que reclaman poseer la verdad; es decir, los que se comportan como poseedores del conocimiento pedagógico, ¡hacen política, pura y dura, pero reclaman que lo suyo solo es expertease!

Claro: para reclamar el terreno, quedarse solos y solas, operando abiertamente sobre el sistema educativo, algo a lo que estaban muy acostumbrados. Como monopolistas, pero en nombre de la verdad, que es solo el subterfugio del poder.

Tuvieron éxito durante mucho tiempo. De repente, el BM, La UNESCO y la OCDE, académicos del CIDE, la FLACSO, incluso de la Ibero y del DIE, fueron dueños y señoras del saber y la tecnología pedagógica. En eso se formaron les, las y los maestros, así se diseñaron las escuelas y todas las reformas educativas de los últimos 30 años.

Hoy, cuando se ha elaborado una crítica a la pedagogía hegemónica, a sus planes y saberes, a sus epistemologías y efectos ( y ya hemos dedicado muchas páginas a reconocer, pero también a criticar eso), los expertos y las expertas que se codearon con y sirvieron las autoridades educativas de Zedillo a Peña Nieto, con Esteban Moctezuma como hilo continuador, lamentablemente abrazado por la IVT; los que elaboraron las narrativas del fracaso escolar y la alternativa de la calidad como la única salida posible, como si fuera un adjetivo, y no un operador de gestión; los que diseñaron la Alianza por la Calidad de la Educación y luego la reforma del Pacto por México e incluso hegemonizaron la reforma constitucional de la IV T; todos ellos y ellas están escandalizadas, reclaman los contenidos pedagógicos, el respeto a la ley (los cínicos que aprobaron la reforma constitucional de 2012 en 10 días y menos de 24 horas en el Senado) y, en el colmo: la ausencia de ideología en la educación básica.

Pero no reclaman solamente, al modo de críticas y reflexiones. Para nada, están inmersos en los combates cotidianos. Disputan las percepciones en las redes sociales y en eventos mediáticos; emprenden campañas de rechazo digital; descalifican a las autoridades educativas; incitan negativas; se coluden con las oposiciones; circulan, apoyan y justifican las acciones judiciales: en pocas palabras, entraron al combate.

Esto es lo primero que hay que entender: lo que sucede alrededor de los LTG no es una discusión académica, es una arena de combate, no didáctico ni pedagógico exclusivamente, sino político. Porque no se trata de modificar algunos aspectos técnicos o editoriales; algunas expresiones inadecuadas; algunas secuencias incoherentes; tampoco de reponer procedimientos y consultar a algunas autoridades y sectores. No se trata de eso. Lo han dicho claramente, en los juzgados, en los medios y en las redes sociales: se trata de rechazar los LTG, la fase actual de la negativa al Marco Curricular y Planes de Estudio de Educación Básica 2022.

Lo dijeron desde un principio, cuando interpusieron el amparo contra la prueba piloto, en octubre del año pasado; lo dicen ahora con los nuevos amparos a la impresión, la distribución y el uso de  los libros de texto; lo reiteran en el rechazo que circula en las redes socio-digitales.

Así que hay que reconocerlo abiertamente, sin tapujos y sin eufemismos: nos encontramos en una batalla; la batalla de los libros de texto, en medio de una guerra educativa, la guerra por las mentes y los corazones de los  niños, niñas y adolescentes (NNA) en tiempos de la IV Transformación Nacional.

De eso se trata: de educar para la vida en común, con los conocimientos, habilidades, destrezas, técnicas, formas de hacer, de relacionarse, de convivir, de concebirse a uno mismo, a los grupos, a la naturaleza, a los animales: ¡a la vida en común!

¿Cómo decir semejante cosa, cómo decir que es una guerra? ¡Es Pedagogía, es Educación!, dirán muchos, y muchas, poniendo la cara y haciendo los gestos de la señora que reclamaba en Los Simpson¡Pero es que nadie va a pensar en los niños![2] Fuera hipocresías: descalifican, lanzan anatemas, interponen mil y un amparos, emprenden rechazos, ¿con qué cara podrían decir que no es una batalla?

Ahora bien, ¿qué tipo de guerra es ésta? ¿Quiénes participan en ella? ¿Cómo, con qué y para qué?

Quien todavía se muestre escéptico a concebir así el dilema actual de los LTG, solo hay que recordarle la reforma educativa de Peña Nieto, violenta como no ha habido otra. Una reforma que no solo fueron cambios constitucionales, legislativos, administrativos y presupuestales, sino sobre todo, un conjunto de intervenciones violentas sobre la cognición social, sobre los cuerpos y mentes de les, las y los profesores, sobre las comunidades y los pueblos (¿Acaso se ha olvidado Nochixtlán o a la policía rodeando las sedes de evaluación?).

La imposición de la Reforma Educativa de Peña Nieto estuvo precedida por una guerra cognitiva. No recordaremos aquí las concepciones de Desportes sobre las guerras posmodernas, basadas en las percepciones y las cogniciones;[3] pero de que se recurrió a todo para descalificar al magisterio con premeditación, alevosía y ventaja, no hay duda. Solo hay que recordar el documental de Loret de Mola y Juan Carlos Rulfo: De panzazo.

Y luego no quedó ahí, las manifestaciones de rechazo fueron reprimidas, se encarcelaron a dirigentes, asesinaron maestros, arrasaron pueblos. Esa fue una guerra en toda la línea, usando triquiñuelas legislativas y judiciales, utilizando al ejército y la policía, al poder judicial, desde jueces locales hasta la Suprema Corte, a los medios de comunicación, todo esto y más.

Fue una guerra que los neo-liberales ganaron pronto y perdieron después, aunque no del todo, a juzgar por lo que ocurrió con la reforma constitucional de AMLO, calcada de la iniciativa Mantiene, Mejora e Innova, defendida por la bancada del PRIANRD más MC, del brazo de Romero Hicks.

Por ahora, la guerra por la educación de las nuevas generaciones todavía no se expresa en movilizaciones, mucho menos en violencia física; se desenvuelve en el campo de las percepciones, del activismo socio-digital y, sobre todo, judicial. No hay, como con Peña Nieto, violencias físicas, ni el ejército saca a los profesores de los hoteles para llevarlos a las evaluaciones, ni despedidos, ni muertes, ni heridos, ni encarcelados, ni comunidades arrasadas. ¡Nada de eso! Solo descalificaciones, rechazos en las redes, campañas y amparos. Muchos amparos. Una y otra vez.

Los y las contrincantes

Los participantes de hoy siguen siendo aquellos y aquellas expertas de antes y de ahora, Marx Arriaga y algunas funcionarias de la SEP, algunas juezas y magistradas, la Unión Nacional de Padres de Familia y otros grupos de ultraderecha, partidos políticos y representantes populares, además de maestros y maestras.

Los teatros de la guerra

Por lo pronto, la batalla de los LTG se desenvuelve en el campo de la cognición social y, sobre todo, judicial. Faltará ver si aparecen otras batallas para configurar un escenario de guerra más amplia, como lo fue la reforma de Peña Nieto.

Las razones del conflicto

Ahora bien, ¿cuáles son las críticas de quienes se oponen a los LTG de la IV T?  Hay varias, y es necesario identificarlas para comprender la dinámica de la conflagración.

Se pueden identificar, por lo pronto, ocho propósitos, no necesariamente contradictorios. A veces aparecen juntos, otras veces son específicos.

  1. Las que se detienen en las incoherencias, inconsecuencias y fallas didácticas y disciplinares. Es el caso de quienes han puesto la atención en los problemas en la enseñanza de las matemáticas y los idiomas.
  2. Las que llaman la atención sobre los contenidos, como la diversidad familiar en los libros de primer año; las menciones a las guerrillas de los años setenta; entre otras.
  3. Quienes cuestionan la pertinencia de los contenidos por la edad de los estudiante.
  4. Las que critican los procesos de toma de decisiones, la legitimidad procesal y participación de padres de familia y autoridades educativas.
  5. Los que llaman la atención sobre los contenidos ideológicos y “no científicos”.
  6. Los que lamentan la poca importancia al lenguaje y las matemáticas.
  7. Los que insisten en la ilegalidad de unos libros de texto sin que se presenten los programas de estudio.
  8. Quienes impugnan la falta de “metodologías pedagógicas”.

Hay críticas que son concretas, como la de las secuencias disciplinarias; críticas que se pueden atender y seguramente tienen sentido y son importantes. Sin embargo, las más significativas, las que han recibido más atención no solo en la prensa o en las redes, sino sobre todo en los juzgados, son las críticas compuestas, las que se entremezclan unas con otras y tienen propósitos claros: rechazar los libros, impedir que se impriman y bloquear su utilización.

Los objetivos finales

Este es el fondo del asunto. Lo demás son naderías. La clave es el bloqueo, el rechazo y la negativa. Y no solo a los libros, ese es el momento actual; también al temido momento de que circulen y el PE 22 empiece a aplicarse en las escuelas del país. Esa es la cuestión de fondo; lo demás son tácticas, técnicas, instrumentos, armas de esta guerra por la educación en el país.

La UNPF lo ha dicho sin cortapisas, como suele hacerlo: esta reforma ¡No!, porque  el contenido es ideológico y no científico; porque no son pertinentes para la edad de los NNA; porque el Estado no se debe de meter en cuestiones de moralidad y de creencias; porque son los padres los que deciden qué se enseña, cómo, cuándo y por quién.

Todo está aquí. Los argumentos de los expertos y las expertas, que no por casualidad son los desplazados de las reformas neo-liberales, son el material adyacente al argumentario central de la UNPF: una educación que ponga en el centro las relaciones de dominación y las sustituya por formas de inclusión e igualdad, de diversidad y reconocimiento de las diferencias, NO es científica, es ideológica.

¿Qué significa? Simple: la escuela debe reproducir todas las desigualdades convertidas en sentido común, desde el lenguaje, hasta los géneros, las etnias, las clases y las corporalidades. Todo radica en eso: mantener la licencia para oprimir, para discriminar, para convertir a los estudiantes en lo que han venido aprendiendo durante décadas: sujetos neo-liberales.
El discurso pedagógico y las reformas educativas neoliberales han sido funcionales a la derecha, pues eluden y fomentan la realidad de la opresión y la convierten en responsabilidad de uno mismo. Por eso, entre expertos y expertas pedagógicas y los fachos de la UNPF hay vasos comunicantes, por eso actúan juntos pero por separado, para que no se confundan, aunque estratégicamente se enlacen.

La SEP en su laberinto explotador

Todo eso es lo que no hay que perder de vista en la batalla de los LTG, tan solo un momento de la guerra por la educación nacional. Por eso sorprende, y choca, que la SEP en lugar de enfrentar esto como se debe, en el campo adecuado, que es el de los maestros y las comunidades, haya obligado al personal docente a seguir un calendario interminable, forzado a ir en un fin de semana insensato, mantenerlo en un Taller infame, en lugar de reconocer la situación actual de los maestros, sus ideas y sus valores, para que acompañen un plan que presuntamente se propone dar un giro radical a la enseñanza nacional.

Este es un tema insoslayable, porque de nada servirán los planes y los programas si no son sentidos, reconocidos como justos y necesarios por un magisterio que los desconoce o no los quiere usar, o peor: los rechaza. Ya empezamos a ver la profundidad que ha alcanzado la narrativa facha y neoliberal de “La escuela instruye, el hogar educa”.

Eso es totalmente falso; la escuela educa porque en ella se dan relaciones, y cuando estas son inequitativas, lo que promueven es la discriminación y la violencia; cuando se enseña, por ejemplo, con saberes y valores patriarcales, en cualquier momento, en cualquier ejercicio, en cualquier tarea, solo se está reproduciendo la opresión. Así que no vengan con tonterías como que eso no se enseña en la escuela, ¡es la escuela la que lo reproduce!

Por eso preocupa que no se enfrenten directamente todos esos discursos vanos, pero profundamente interesados, “de la ciencia sí y no la ideología en la escuela”; que sea una jueza, ¡sí una jueza!, la que va a determinar si hay contenidos ideológicos y no científicos en el PE 22.  Es un absurdo, sería como decir que la educación democrática, la que lucha contra los fanatismos y las ignorancias, no es científica.

Pues sí: es ideológica, porque la democracia no resulta de una ciencia, sino de una voluntad y un ethos, es un trabajo y una utopía que los oligarcas y los tiranos nunca aceptarán.

Por eso también hay pedagogías autoritarias y hasta esclavistas, porque digámoslo claro, la educación está orientada, tiene finalidades, y son esas las que hoy están a prueba después de 30 años de educación neoliberal.

El asunto quedaría ahí, en un eterno combate entre dos bloques, conservas contra progres dirían por ahí, si no fuera porque la impericia política, la inconsecuencia pedagógica y la falta de profundidad teórica-política del Plan de Estudios 2022, no le estuvieran haciendo la cosa fácil a los fachos.

Esa es la otra dificultad del momento actual. En lugar de convocar a una reforma radical, que inevitablemente generará tensiones, para lo cual se debe contar y convencer  a  les, los y las maestras, la SEP las oprime, agota y empobrece. Sí: a las mismas que deberán luchar contra las opresiones y convocar a nuevas formas de vida y relación.

Tamaña incoherencia puede llevar al traste lo que apenas se perfilaba como interesante en los LTG y todo el PE 22.

Sobre esto volveremos.


[1] Sí, con todos los pronombres, aunque se enojen. Pero ¿por qué se enojan?, es solo reconocer lo diverso. Lo diverso, lo que existe, algo tan simple como la autonomía personal.

[2] https://www.youtube.com/watch?v=JOv50lXO14g

[3] Desportes, V. (2007). La guerre probable. París, Francia: Económica.

Fuente de la información: https://insurgenciamagisterial.com

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Desapego familiar en el aprendizaje

Por: Manuel Alberto Navarro Weckmann

Es esencial que los padres demuestren un interés genuino por la educación de sus hijos…

En la actualidad, nos encontramos inmersos en un modelo económico que ha traído consigo importantes cambios sociales y una modernidad líquida, que describió Bauman, donde todo parece ir demasiado rápido. Los avances tecnológicos, como los teléfonos y las computadoras, han invadido nuestro espacio personal e incluso el familiar, generando una colectividad individualizada. En este contexto, es evidente que el enfoque, la participación y la actividad de los padres en el proceso de enseñanza-aprendizaje de sus hijos ha sufrido transformaciones significativas.

Resulta cada vez más común observar dificultades en los estudiantes para apropiarse de los conocimientos, principalmente debido a la falta de apoyo por parte de sus familias para enfrentar los desafíos educativos. Esta situación tiene consecuencias visibles en la realidad social, donde se percibe una falta de intervención por parte de las familias en el fortalecimiento del proceso escolar.

Es fundamental comprender que el compromiso de los padres y el apoyo familiar desempeñan un papel crucial en el aprendizaje de los hijos. El hogar debe convertirse en un espacio propicio para fomentar la curiosidad, el interés por el conocimiento y el desarrollo de habilidades académicas. Para lograrlo, es necesario establecer una mejor relación y una comunicación efectiva entre padres e hijos.

Es esencial que los padres demuestren un interés genuino por la educación de sus hijos y se involucren activamente en su proceso de aprendizaje. Esto implica dedicar tiempo de calidad para escuchar y comprender las inquietudes, necesidades y logros de sus hijos. Además, es importante establecer una rutina de estudio en casa, donde se brinde un ambiente tranquilo y propicio para el aprendizaje.

Asimismo, es fundamental que los padres establezcan expectativas claras y realistas para sus hijos, alentándoles a esforzarse y alcanzar sus metas académicas. El reconocimiento y el refuerzo positivo por los logros obtenidos son elementos clave para motivar y fortalecer la autoestima de los estudiantes.

La colaboración entre la escuela y la familia también juega un papel fundamental en el proceso educativo. Los padres deben mantener una comunicación constante con los docentes, participar en reuniones escolares y estar al tanto del progreso académico de sus hijos. Esta colaboración permitirá identificar posibles dificultades y brindar el apoyo necesario de manera oportuna.

Así, es importante destacar que el aprendizaje no se limita al ámbito académico. Los padres deben fomentar el desarrollo integral de sus hijos, promoviendo actividades extracurriculares, lectura, exploración de intereses personales y la adquisición de habilidades socioemocionales. Estos aspectos son fundamentales para formar individuos completos y preparados para enfrentar los retos de la vida.

En este contexto de cambios acelerados y colectividad individualizada, es crucial que los padres asuman un compromiso activo en la educación de sus hijos. El fortalecimiento de la relación y el apoyo familiar son elementos clave para fomentar un mejor proceso de aprendizaje. La participación activa de los padres, la comunicación efectiva, el establecimiento de expectativas realistas y el reconocimiento de los logros son estrategias fundamentales para promover el éxito educativo y el desarrollo integral de los hijos, porque la Educación es el camino…

Fuente de la información e imagen:  https://profelandia.com

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Ludopedagogía. Una episte-metodología para alargar los horizontes

Por: Ariel Castelo Scelza, Seminario UCSC

Tres ejes de la exposición:

  1. – En transversal: mi práctica se llama Ludopedagogía
  2. – En esta coyuntura: mi experiencia fue la de alcanzar a

Alicia …

  1. – En prospectiva: mi sueño es alargar los horizontes

1 – En transversal: mi práctica se llama Ludopedagogía

Cada juego es una maquinita mágica en que está encerrada la vida, un pequeño mecanismo, un microcosmos. O mejor una microvida, una maqueta viva, un paradigma. (…) Y también en su condición de refugio (…) El otro lado del juego es la zona conjurada, relativamente segura del orden del mundo. 1

El juego auténtico siempre tiene un costado ciego. Una zona desconocida y de incertidumbre respecto de sus resultados. Es una de sus más grandes virtudes. 2

En transversal, me refiero a un extenso trayecto de vida que trasciende la circunstancia especial de esta pandemia de la Covid 19 por la que está atravesando el mundo entero.

Son aprendizajes de largo aliento, en los que nada es improvisado para el momento, sino que, por el contrario, todo ha sido experimentado en la acción práctica de jugar con la intencionalidad tanto profesional como política, tanto individual como colectiva, durante más de cuatro décadas.

El término seminario, con el que se nombra esta instancia de intercambio, ajusta a la perfección con mi intencionalidad última al compartir estas ideas y experiencias profesionales que no es otra que la de “seminar” o sembrar la seme -palabra que proviene del latín y significa semilla- del “deseo de jugar”.

Aun cuando imagino que lo más probable es que este deseo está germinando, acaso floreciendo o tal vez dando ya frutos desde tiempo atrás, dentro de cada una y cada uno.

Confieso que siempre tuve un particular placer en inventar palabras, un juego que seguramente tantas y tantos de uds. también hayan jugado.

Un juego que puede llevar un nombre tan sofisticado técnicamente como el de neologismos.

Para encuadrar esta breve exposición voy a explicitar el sentido que le doy a estos dos neologismos que aparecen en el título de la misma, Ludopedagogía y Episte-metodología.

Ludopedagogía: 3

Desde el año 2005 y con el objetivo de nombrar de manera diferencial el tipo de propuesta que veníamos investigando sobre el juego desde hacía más de quince años en Uruguay, conecté estas dos dimensiones específicas del saber y el hacer humano.

En primer término, la Lúdica, una zona, un territorio, una parte del fenómeno humano de ser, sentir y hacer, donde es posible construir entre la realidad y la no-realidad. Un espacio-tiempo donde hay lugar para que lo imposible se haga posible. Ciertamente una zona de transición desde la que poder mirar y re-inventar la realidad dándole otros sentidos y significados. Un terreno de juego.

En segundo lugar, la Pedagogía, como el campo de saber que tiene como objeto principal el conocimiento, su práctica y su enseñanza. En esta propuesta la intencionalidad es la de conocer las condiciones objetivas y subjetivas de la realidad, considerando como actor clave al sujeto que conoce, tanto al sujeto individual como al sujeto colectivo, en el inter-juego de aprehender para transformar.

Episte-metodología:

También la Epistemología se refiere al campo del conocimiento, pero entiendo que en un sentido más profundo respecto de comprender cuál es el modo en el que se produce el fenómeno del conocimiento.

Desde el año 2014, en oportunidad de haber participado como invitado en el Congreso llamado “Epistemologías del Sur” organizado por el Centro de Estudios Sociales de la Universidad de Coimbra en Portugal, dirigido por el sociólogo Boaventura de Sousa Santos, tomé la decisión de conceptualizar la Ludopedagogía como una “epistemetodología” queriendo expresar con ello un modo, una manera particular, un trayecto, claramente definidos por la secuenciación y los recursos didácticos elegidos para recorrerlo y, por proponer un qué y un cómo conocer.

Conocer para transformar, jugar para conocer. 4

La proposición es la de conocer la realidad a fondo y desde todos los ángulos que nos sea posible, comprenderla para así poder transformarla.

La Ludopedagogía es un proyecto político en tanto se propone incidir y transformar las condiciones de existencia de las personas, con la intención de mejorar su calidad de vida y conectar con el profundo sentido que posee la expresión originaria del buen vivir.

Jugar, es la manera de conocer esa realidad que propone la Ludopedagogía.

A continuación, y para ampliar estos conceptos comparto la transcripción de un fragmento de la LudoConferencia: El juego de los espejos presentada en el Coloquio Internacional Epistemologías del Sur, en Portugal el año 2014

… Proponemos una epistemetodología. De este modo quiero llamar a la aventura de alcanzar el conocimiento, y me refiero al conocimiento de la realidad, a través de una ruta peculiar y conmovedora con la que llegar a un puerto todavía desconocido. Es una manera de hacer el viaje que nos cambia el viaje, y por ello nos modifica también el destino, el lugar de arribo. Proponemos el juego como una metáfora del conocimiento de la realidad y osadamente, además, como una forma de intervenir en esa realidad para transformarla emancipatoriamente…

La Ludopedagogía es el modo que hemos creado y desarrollado para conocer la realidad de forma más íntegra, porque las acciones que ella provoca nos invitan a movernos del lugar común, cómodo y fácil de seguridad en el que usualmente elegimos pararnos

… La Ludopedagogía es el modo que hemos creado y desarrollado para conocer la realidad de forma más íntegra, porque las acciones que ella provoca nos invitan a movernos del lugar común, cómodo y fácil de seguridad en el que usualmente elegimos pararnos; desde otro ángulo tenemos otra perspectiva, vemos cosas que hasta ese preciso instante no habíamos detectado, no estaban en nuestro campo de percepción, y sin embargo ahora completan la imagen con fragmentos nuevos que componen un todo distinto. Re-descubrimos y reinventamos el conocimiento de la realidad.

RE-DESCUBRIMOS Y REINVENTAMOS EL CONOCIMIENTO DE LA REALIDAD

El juego es una actividad libremente elegida, que otorga el permiso de transgredir normas de vida internas y externas; es un satisfactor sinérgico de necesidades humanas, que abarca la dimensión individual y colectiva y tiene incidencia en el ámbito social, cultural y político. (Memorias de la Parca – Libro/memoria del Ir Bienal Internacional del juego 1994 – Centro La Mancha)

La maravillosa virtud de este fenómeno es que nos permite vivenciar esta transgresión con placer, con alegría, con disfrute, con risa y con humor, con la afectividad a flor de piel y la piel dispuesta, con la cabeza abierta a la imaginación y la fantasía; con el cuerpo abierto a la comunicación y la expresión; con la razón atenta pero serena dejándole paso a la emoción y a la intuición.

Nos permite conocer a través, de y con, todas estas capacidades puestas al servicio de un sentido emancipatorio y humanizador de uno mismo, del otro y de lo otro.

Este modo de conocimiento se parece mucho más a la sabiduría. Conocemos con la razón, sabemos con el corazón.

CONOCEMOS CON LA RAZÓN, SABEMOS CON EL CORAZÓN

La acción de jugar puede ser una práctica para emanciparnos, ¿del poder que ostenta el modelo de cultura asentado en una estructura de la razón y que nos aleja de la aventura de la incertidumbre? ¿De un sistema educativo que parcela los saberes y que privilegia lo viso-auditivo como forma de conocer por encima de otros sentidos y otros saberes que nuestro cerebro percibe al margen de aquellos? ¿Del formato social que simplifica y reduce la comunicación humana al lenguaje hablado y la lecto-escritura y no explora ni potencia “otras lenguas” y otras sensibilidades y poéticas? ¿De la cultura del silencio y la dominación a través del lenguaje? ¿De las formas del conocimiento reguladoras y al servicio del paradigma dominante que asesinan otras formas alternativas de conocer? (Una epistemología del SUR – Boaventura de Sousa Santos)

Del juego lo que más nos interesa verdaderamente no es lo que hay que hacer para jugar sino lo que la acción de jugar hace suceder; son esos aconteceres los que provocan los sentires y los movimientos en las y los jugantes; son esas las cosas que se constituyen en valor, valor de lo acontecido, valor de vida puesta en juego.

Hablamos de otra forma del conocimiento de la realidad y en la cual concomitantemente, mientras alguien conoce de esta manera y con este vehículo peculiar que es el juego, se transforma a sí mismo y transforma su realidad circundante…

Me gusta hablar en “verbos”, me remiten al hacer, a la acción, a las prácticas. Por ello quiero cerrar cada uno de estos tres ejes elegidos para compartir estas ideas con un verbo que resume y sintetiza la esencialidad en cada uno de ellos. Para el primero, planteado como transversal, elijo el verbo jugar.

Existe un modo de jugar que puede ser funcional a diversidad de disciplinas y existe otra forma de jugar que siempre es esencial a la existencia humana.

2 – En esta coyuntura: mi experiencia fue la de alcanzar a Alicia…

De modo que ella sentada con los ojos cerrados, casi creía en el País de las Maravillas. aunque sabía que solo tenía que abrirlos para que todo se transformara en obtusa realidad.5

Uno de los principales conocimientos logrados a través de mi práctica ludopedagógica en esta particular situación por la que estamos atravesando: la pandemia, la emergencia sanitaria, el colapso económico, las crisis políticas, ha sido sobre el acto de “comprender”

En el mundo del describir y el explicar, -qué es el mundo del conocimiento

(tecnociencia)- estamos acostumbrados a detectar problemas y diseñar soluciones. Es legítimo en el ámbito del conocimiento. Pero no funciona en el ámbito del comprender. Allí no hay problemas, hay transformaciones de las cuales somos parte. 6

A diferencia que en el acto de “entender y explicar” en el acto de “comprender” me siento parte de la circunstancia. Para el caso, la situación de emergencia sanitaria universal y, busco provocar su transformación vinculando para ello, el hacer lúdico y el jugar, mi práctica de siempre, con el aislamiento y la distancia, es decir con la obligación generada por la circunstancia.

La sensación que tengo es la de haber atravesado el espejo, como Alicia lo hizo en su “País de maravillas” para descubrir un universo de posibilidades nuevas, distintas a las conocidas, inimaginadas, al menos por mí.

En este punto quiero compartir con uds. uno de los hallazgos alcanzado en mi práctica lúdica bajo este contexto singular y aggiornada a la contingencia sanitaria que me propuso incursionar en el formato de lo que me gusta llamar “presencialidad a distancia” a diferencia de “virtualidad”.

Creo de valor rescatar que sin lugar a duda es diversa pero igualmente no deja de ser un modo de estar y de ser “presentes”, no es una ficción, es un tiempo compartido sin compartir el espacio físico, no deja de ser tan real, es un tiempo de vida que no tiene “devolución”, es parte de nuestro devenir en caso de tomar la decisión de atravesarlo.

Pude comprender en mi intento obstinado y resiliente de sostener el juego bajo estas circunstancias que también es posible emocionar, tocar la sensibilidad y afectar la piel, humanizarnos a través de una pantalla, jugando.

No hablo de algo que pretende sustituir lo insustituible.

El beso, el abrazo, la caricia y todo lo que solamente existe cuando se encuentran los cuerpos, afortunadamente no tiene otro modo de existir que el de la excitación epidérmica.

Sin embargo, creo que es posible y deseable bajo estos imperativos proponer una estrategia de aproximación, de sostén del deseo, de búsqueda en lo distante que aproxima.

El obstáculo principal no lo ubico en la técnica o la tecnología que se debe utilizar, con sus beneficios y sus adversidades intrínsecas sino en la incapacidad de trascenderla para encontrar el modo de sostener la intencionalidad, el interés y el deseo de lo que verdaderamente importa, de lo que tiene valor y sentido para correr los riesgos según el sentir y el comprender de cada una/o de nosotras/os.

Dar este paso hace poco más de un año atrás, fue un acto de transgresión y subversión que me impuse a mí mismo y a buena parte de mi elegida indoctrinación, de mi comodidad aseguradora y de mis miedos oscuros.

Estas son las razones por las que, para este segundo eje, propuesto como un modo de ubicarse en la situación y el contexto de actualidad, elijo el verbo exorcizarAtravesar el espejo, romper el límite, liberar la oscuridad, arriesgar para cambiar.

3 – En prospectiva: mi sueño es alargar los horizontes

Tengo el propósito de trascender, de aprender y de aprovechar social y políticamente la circunstancia por la que nos hemos visto obligados a atravesar.

A modo de ejemplo mencionaré uno de sus impactos que percibo en clave de valor positivo. El mismo lo refiero a mi práctica específica, pero entiendo que puede tener el mismo sentido para otras tantas prácticas profesionales y humanas libertarias.

Hoy y bajo este formato de “presencialidad virtual y/o a distancia” se abre la posibilidad de llegar, en mi caso con la propuesta de la Ludopedagogía, a personas que pueden estar en sitios alejados y en lugares que físicamente quizá nunca hubiese logrado alcanzar.

No es poca cosa, políticamente hablando, poder “alargar los horizontes”.

Es la oportunidad de ampliar y amplificar los impactos de nuestras ideas, pensamientos y propuestas con la intención de contribuir a humanizar y mejorar el mundo que habitamos. Es el momento de apasionarnos con una transformación en paz y con rebeldía. Es un tiempo también para enamorarnos con alegría, por existir.

Para el último de los tres ejes expuestos mi elección es por el verbo erotizar7

Movilizar la pasión para que nos empuje con caricias hacia la utopía.

Profundamente agradecido a la Universidad Católica de la Santísima Concepción – UCSC de Chile y en particular a la estimada colega Sonia Stevens por esta invitación y, a todas y todos uds. por la escucha.

17.05.2021 en Ciudad de la Costa, Uruguay

Seminario UCSC, Chile – Prof. Ariel Castelo Scelza, Uruguay
eiludopedagogía@gmail.com(link sends e-mail)

IMÁGENES

Gente jugando. Diferentes juegos

1 Graciela Scheines – Juegos inocentes, juegos terribles

2 Ariel Castelo Scelza – Intervención en Video – Construcción de EPyCA, Argentina – 2020

3 Ariel Castelo – Formación en Ludopedagogía. Inscripción de obra en Biblioteca Nacional – 2009

4 Ariel Castelo – Parafraseando a Carlos Nuñez Hurtado, Educar para transformar, transformar para educar, México 1986

5 Lewis Caroll – Alicia en el País de las Maravillas

6 Manfred Max Neef – El acto creativo, Chile 1991

7 Massimo Recalcati – La hora de clase. Por una erotización de la enseñanza 2016

Fuente de la información e imagen:  https://www.topia.com.ar

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La zona gris de la democracia: hacia una política de la impureza

Por: Amador Fernández-Savater / Ernesto García López

La vida-mercado produce un malestar que la ola reaccionaria canaliza para seguir afianzando el mercado. A la sombra de este, la decepción emerge a través de tres tendencias: la derechización, la desafección y la deserción

 Has cerrado la puerta de nuevo

para huir de la oscuridad

pero en tu armario espera la noche.

Gloria Anzaldúa

El hecho fundamental para entender nuestra época, del que tenemos que partir necesariamente para pensar políticamente cualquier cosa, es la coincidencia entre vida y mercado. ¿Qué significa esto?

Muy sencillo: la vida, tal y como se presenta espontáneamente, tal y como se vive cotidianamente, tal y como se percibe y se desea inmediatamente, se experimenta como mercado.

El mercado, en su alianza (o mejor dicho aleación) con la tecnología, aparece hoy como la principal fuerza de configuración de experiencia. Nos movemos en Uber, viajamos con Airbnb, ligamos en Tinder, nos proveemos de alimentos en Mercadona, nos informamos gracias a Google, buscamos entretenimiento en Netflix.

Y cada uno de nosotros reproduce el mercado simplemente viviendo, tomándose a sí mismo como un capital que gestionar: capital humano, capital-imagen, capital-salud, capital-afectos, capital-capacidades, capital erótico, capital-proyectos, capital-contactos.

¿Qué significa políticamente esta adecuación vida-mercado? Que la ideología está en las cosas, está en el aire. Es inherente a la vida misma, al hecho mismo de vivir. La noción de “lucha ideológica” debe redefinirse entonces completamente.

La ideología está en las cosas, está en el aire. Es inherente a la vida misma, al hecho mismo de vivir

No se trata de ideas: la gente de izquierdas se diferencia de la gente de derechas en sus construcciones mentales, pero su vida está bañada en la misma realidad de mercado. Las vidas, como dijo alguien, son hoy todas de derechas.

No se trata de crítica: mientras que la realidad material se ha vuelto mercado, la crítica se ha vuelto puramente ideal. Una opinión sobre el mundo, una preferencia, una valoración subjetiva. Fácilmente descartables por los realistas de mercado como “utopías” o “quimeras” separadas de la realidad.

No se trata de comunicación: la vida-mercado es el medio de comunicación más poderoso. Emite constantemente, desde cualquier lado y a partir de cualquiera de nuestros gestos más nimios. Lo sabe perfectamente la presidenta Ayuso: mientras los demás candidatos bombardeaban nuestros buzones de correos con cartas y programas, ella se limitaba a imprimir la palabra “libertad” sobre su foto en chándal. La realidad misma (cada bar y terraza) era su mejor publicidad.

Las vidas, como dijo alguien, son hoy todas de derechas

Puede argumentarse que la libertad de la vida-mercado es cada vez más cara y no está al alcance de cualquiera. Ciertamente, pero sale gratis desearla y domina hoy el imaginario de las expectativas de vida. Es la promesa de felicidad más fuerte, más pregnante.

Zona gris y políticas de contención 

Esta vida-mercado produce una sombra, un reverso hecho de malestares tanto “objetivos” (precarización y desigualdad) como “subjetivos” (sufrimiento psíquico).

Durante los últimos quince años se ha venido gestando un aumento de las desigualdades y las brechas sociales. Cuerpos y territorios vulnerables mantenidos en el tiempo, rodeados de una creciente incertidumbre: la Gran Recesión, la pandemia, la crisis de precios como resultado de la guerra en Ucrania, las amenazas climáticas…

Los datos son reveladores. España es una fábrica de desigualdad en momentos de dificultad económica, y luego, paradójicamente, durante los periodos de bonanza se muestra incapaz de revertir esa tendencia con la misma intensidad. A ello se une que el fantasmático ascensor social (el denominado por algunos “dique de la meritocracia”), tan típico de los estados del bienestar europeo, hace tiempo que mostró síntomas evidentes de flaqueza.

España es una fábrica de desigualdad en momentos de dificultad económica, y durante los periodos de bonanza se muestra incapaz de revertir esa tendencia

Son muchas las razones que explican en España esta sombra, pero si tuviéramos que sintetizarlo de un modo un tanto grosero, diríamos que la propia estructura productiva del país, un mercado de trabajo poblado de precariedades y bajos salarios, un sistema fiscal poco progresivo y agujereado en términos de tributación de la riqueza, un sistema de protección social anacrónico, un endémico conflicto por la vivienda que asfixia a buena parte de la población arrendataria e hipotecada, así como un recorte generalizado en la educación y la sanidad públicas, han ido cristalizando en ciertos segmentos sociales un sentimiento de eterna vida en crisis. Una “somateca” (que diría Paul B. Preciado) caracterizada por el ahogo existencial continuo. Y como toda experiencia objetiva, tiene su correlato subjetivo en un aumento de los malestares psíquicos. Basta conocer los datos de salud mental para darnos cuenta de la magnitud del problema.

A esta sombra de la vida-mercado podríamos denominarla la zona gris. Una experiencia de mundo repleta de miedo, desconfianza y desasosiego, que va más allá del relato, más allá del efecto hipnótico atribuible a los aparatos ideológicos de los medios de comunicación.

A esta sombra de la vida-mercado podríamos denominarla la zona gris. Una experiencia de mundo repleta de miedo, desconfianza y desasosiego

¿Qué puede la izquierda? En el mejor de los casos, cuando no se limita a gestionar la vida-mercado, la izquierda que trabaja en las instituciones, el gobierno, en la siempre difícil gestión de lo público, busca poner coto a los excesos neoliberales, redistribuir la riqueza y “contener” las infinitas y dolorosas heridas que se abren en el cuerpo social. Contener, es decir, ralentizar los impactos y externalidades más agresivas de la agenda neoliberal mediante el despliegue de políticas públicas de corte neokeynesiano (“bienes pequeños”, lo llama Santiago Alba Rico).

En el entorno de los últimos años esta “contención” ha cobrado forma mediante el denominado “Escudo Social”. Ahí están los ERTEs, el Ingreso Mínimo Vital (IMV), la subida del SMI, la revalorización de las pensiones, el tope al gas, la lucha contra la pobreza energética, el control de precios de los alquileres, las medidas temporales de carácter fiscal en materia de tributación de la riqueza (como los impuestos a los beneficios extraordinarios de las empresas energéticas, la banca y las grandes fortunas), la extensión de ayudas en el consumo y la producción, la defensa de derechos de las mujeres y las personas LGTBQ+, etc.

No es poca cosa, desde luego. A nadie se le escapa que el Estado, en tanto dispositivo de gestión, es una herramienta de primer orden y, precisamente por ello, las derechas se lo pelean con ahínco. Hemos asistido a la movilización del mayor paquete de gasto social desde la consolidación de la democracia. Una “contención” que ha permitido, entre otros méritos, no hacer despeñar por el abismo (como sí ocurriera en 2010-2014) a buena parte de la población española.

A nadie se le escapa que el Estado es una herramienta de primer orden y, por ello las derechas se lo pelean con ahínco

Ni que decir tiene que ante las elecciones del próximo 23J, salvar este “poder de contención” es una obligación ética y cívica, y los que suscriben este artículo no dudarán en apoyar las candidaturas progresistas que así lo hagan.

Pero hay vida más allá del 23J. Necesitamos ampliar la mirada porque el dilema es mucho más profundo. Radica en que la contención no termina de contener, no termina de modificar las estructuras latentes de la desigualdad. No termina de revertir la insatisfacción subjetiva de amplios sectores de la población, sus malestares psíquicos, la extensión del recelo, la guerra del penúltimo contra el último, la sensación de una permanente “vida en precario”.

La contención no termina de reconectar con la política, la democracia y las instituciones, a esas geografías sociales más golpeadas por las crisis (basta echar un vistazo a los datos de participación electoral en los barrios con mayor pobreza para darse cuenta). La contención no es capaz, por sí sola, de retomar la iniciativa en la producción de mundo, hoy en manos de la vida-mercado.

Derechización, desafección y deserción

La izquierda, en tanto que se plantea como mero dique de contención, está por tanto condenada a la decepción, a decepcionar. Es hoy, fundamentalmente, una experiencia de impotencia. Decepciona Tsipras, decepciona Boric, decepciona la Nueva Política en España… La moderación, como gestión del marco autorizado de lo posible, desilusiona y suele caer derrotada electoralmente.

La izquierda, en tanto que se plantea como mero dique de contención, está por tanto condenada a la decepción, a decepcionar

La decepción es la característica principal de la zona gris. Decepción ante la democracia, la política y la izquierda. Decepción ante las retóricas y gesticulaciones que no se traducen en hechos y políticas efectivas. Decepción ante la superioridad moral (frente al sexismo, al racismo o al clasismo) que se revela finalmente como hipocresía de clase media. Decepción ante la falta de audacia o valentía política.

Podemos discernir al menos tres tendencias en esta zona gris de decepción: la derechización, la desafección y la deserción.

la derechización es la decepción elaborada como resentimiento victimista. Es el malestar que busca culpables en la lógica del chivo expiatorio: los trans, los menas, los ecologistas, las feministas, los migrantes, etc.

La promesa de paraíso en la tierra vía consumo de la vida-mercado se agrieta considerablemente desde 2008: crisis económica, pandemia, guerra, emergencia climática. La decepción ante la promesa rota (sostenida tanto por gobiernos de izquierda como de derecha) se convierte en resentimiento y agresividad redirigido contra los “enemigos internos” a los que se culpabiliza de la situación. El malestar se delega en poderes fuertes que prometen la restauración de las ilusiones rotas, la vuelta a la normalidad.

La promesa de paraíso en la tierra vía consumo de la vida-mercado se agrieta considerablemente desde 2008

–la desafección es la decepción elaborada como abstención pasiva. La desafección es el gesto de quien no llega a hacer algo creativo con su malestar, pero tampoco lo entrega a los poderes fuertes que prometen la restauración del orden. Y que simplemente toma distancia: se retira, se ausenta, se desafilia.

Son, por ejemplo, las millones de personas que, elección tras elección, ante todas las llamadas a la participación y la responsabilidad, no votan y muestran así su desimplicación radical de un sistema político-electoral en el que no sienten que se juegue ninguna diferencia significativa para sus vidas. Un verdadero agujero negro en el ideal ciudadano de la democracia del que no se habla casi nunca, más que para denigrarlo.

la deserción es la decepción elaborada como gesto activo. Son todas las formas de habitar creativamente o de politizar los malestares, de convertir la interrupción de la vida-mercado en un grado de mayor autonomía.

El fenómeno de la Gran Dimisión, los movimientos decrecentistas, los nuevos comunalismos, el desenganche (más o menos colectivo, más o menos político) de los deseos y las expectativas que nos mantienen clavados a un sistema que genera ansiedad y precariedad, etc.

La zona gris, en cualquiera de sus tres expresiones, es un objeto volante no identificado para los radares de la izquierda

La zona gris, en cualquiera de sus tres expresiones, es un objeto volante no identificado para los radares de la izquierda. La derechización se juzga moralmente, sin atender a que se trata de un fenómeno de los cuerpos; la desafección se considera como déficit de participación, de responsabilidad o de implicación; y la deserción no se puede leer ni entender en la rejilla de la movilización clásica.

Una política de la impureza

La vida coincide con el mercado. La izquierda se repliega en políticas de contención desde arriba que apenas contienen los efectos más devastadores: precariedad y sufrimiento psíquico. Una zona gris se abre, un reverso de la política, un espacio ambivalente de decepción con respecto a las promesas de la democracia. En ese magma palpitan pulsiones de derechización, de desafección y de deserción.

Se puede juzgar la zona gris simplemente como una amenaza a la democracia, o interpretar que en ella hay indicaciones útiles sobre lo que no funciona, sobre sus límites, sobre sus techos de cristal. A esta segunda opción le llamamos “política de la impureza” y pasa por meter las manos en el barro de la zona gris buscando ahí pistas y fuerzas para la transformación social. Disputar el malestar social.

Una política de la impureza pasaría por el desafío de inventar orientaciones y estrategias más allá de los circuitos cerrados de la contención y la comunicación.

La contención se limita a parchear sin plantear otra lógica, otro hacer, otro horizonte

La contención se limita a parchear sin plantear otra lógica, otro hacer, otro horizonte. Pero la vida-mercado atraviesa finalmente todos los topes y los límites, haciendo saltar todos los parches. La política de la contención ni siquiera es reformista, porque el reformismo en un sentido fuerte es el proyecto de sustituir a lo largo de un tiempo de proceso un sistema por otro, un modelo por otro.

La comunicación se limita a hablar la lengua de la vida-mercado, la seducción y el marketing. La división entre un emisor que propone y un receptor que se “identifica” o “adhiere”, entre los sujetos de la enunciación y los objetos del enunciado. La comunicación no es el campo neutro de batalla, sino el lenguaje mismo del enemigo.

¿Se pueden experimentar otras políticas y otros lenguajes, otros haceres y otros decires? Sin duda no sin meter las manos en el barro impuro de la zona gris, allí donde habita la decepción con respecto a la democracia y la política, en medio de las vidas rotas por la precariedad y el sufrimiento psíquico. No tanto “dirigirse a”, “seducir” o “convencer”, como “impregnarse de”, “dialogar con”, “pensar junto a”, en pie de igualdad.

Estamos metidos en este círculo endemoniado: la vida-mercado produce un malestar que la ola reaccionaria canaliza… ¡para afianzar la misma vida-mercado! Sólo interrogando la zona gris de la democracia podemos hallar pistas para escapar de esta trampa. La salida del infierno está allí donde las llamas son más altas.

Fuente de la información e imagen:  https://insurgenciamagisterial.com

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Ambiente: El tiempo se acaba en el Reloj Climático

El tiempo se acaba en el Reloj Climático

El reloj climático indica que queda menos de seis años para que el mundo logre objetivos clave en la lucha contra el cambio climático. Estos objetivos son fundamentales para frenar el calentamiento global y proteger nuestro planeta.

En Union Square, en la ciudad de Nueva York, se encuentra un imponente reloj de 62 pies de altura que está a punto de marcar un hito preocupante. Conocido como el Reloj Climático, su función es mostrar visualmente cuánto tiempo le queda al mundo para tomar acciones y evitar que el cambio climático empeore de manera exponencial.

La situación del clima actual es preocupante, como bien sabemos quienes hemos experimentado sus efectos recientemente. A principios de mes, se registró la semana más calurosa en el mundo, según datos preliminares. Además, estamos presenciando olas de calor récord en diversas partes del hemisferio norte. El cambio climático está generando nuevos fenómenos extremos y peligrosos, y esto es solo una de las formas en que se manifiesta.

En la actualidad, el planeta se encuentra 1,1 grados centígrados más cálido que antes de la Revolución Industrial debido a las emisiones de dióxido de carbono generadas por la quema de combustibles fósiles. Este fenómeno está causando un aumento en la intensidad de las olas de calor, los incendios forestales, las tormentas y el nivel del mar. Los líderes mundiales acordaron en el histórico acuerdo de París la importancia de limitar el calentamiento global y evitar que el planeta se caliente aún más. Cada incremento, aunque sea pequeño, conlleva consecuencias cada vez más graves para nuestro entorno.

¿Qué es el Reloj Climático?

El Reloj Climático es una herramienta que nos informa sobre el tiempo que nos queda antes de alcanzar al menos 1,5 grados de calentamiento global debido a las continuas emisiones de CO2. Este umbral es crucial para los objetivos climáticos globales establecidos en el acuerdo de París. Actualmente, el tiempo que nos queda para abordar el cambio climático se está agotando rápidamente. Si las emisiones de CO2 continúan al mismo ritmo durante los próximos cinco años, nos resultará extremadamente difícil limitar el calentamiento global a solo 1,5 grados centígrados.

Los fundadores del Reloj Climático están llevando a cabo eventos en los cinco continentes hoy para generar conciencia sobre el tiempo cada vez más limitado que nos queda. Llaman a este día “Día de la Emergencia Climática”. Desde el año 2020, una de las atracciones en Union Square es una vigilia que se lleva a cabo debajo de un reloj digital gigante.

“El mejor día para haber tomado acción fue ayer. Pero estamos usando datos [climáticos] para crear una línea de tiempo que empodera a los gobiernos y activistas para exigir un cambio”, dice Becca Richie, gerente de la comunidad global de la organización Climate Clock que creció después de que se instalara el reloj insignia en la ciudad de Nueva York. “Es posible promulgar las soluciones que necesitamos en ese período de tiempo y permanecer por debajo de 1,5 grados”.

El reloj se originó como una expresión artística de activismo, diseñado para simbolizar la proximidad de la humanidad a su propia autodestrucción. Este reloj, conocido como el Reloj del Juicio Final, es una metáfora poderosa que busca generar conciencia sobre esta problemática. El Reloj Climático en Union Square originalmente estaba destinado a ser exhibido durante la Semana del Clima de Nueva York en 2020, pero ha sido reemplazado de forma permanente. Este nuevo reloj sustituyó al antiguo reloj de 24 horas que formaba parte de una instalación artística llamada Metronome en 1999.

La cuenta regresiva

El reloj muestra información basada en datos del Instituto de Investigación Mercator sobre Bienes Comunes Globales y Cambio Climático (MCC) en Berlín. Aunque no indica una cuenta regresiva precisa, nos alerta sobre la posibilidad de que las temperaturas promedio globales superen los 1,5 grados centígrados. Por otro lado, se están realizando estimaciones para determinar cuánto tiempo falta antes de que los seres humanos generen suficiente contaminación de dióxido de carbono como para desencadenar al menos 1,5 grados Celsius de calentamiento.

Bajo la suposición de que las emisiones globales se mantengan en niveles similares a los registrados en 2019, antes de la pandemia de COVID-19, es importante destacar que se produjo una disminución temporal en la contaminación debido a la desaceleración económica. Lamentablemente, los niveles de contaminación han vuelto a ser los mismos que antes de la pandemia. Incluso el año pasado fue un récord en cuanto a las emisiones de CO2 relacionadas con la energía. Es preocupante ver cómo la crisis sanitaria no ha logrado reducir permanentemente nuestros impactos negativos en el medio ambiente.

El Reloj Climático pone de manifiesto la importancia de cada minuto en la lucha contra el cambio climático. La exhibición en Union Square destaca puntos clave para lograr los objetivos necesarios y limitar el calentamiento global a 1,5 grados. Una solución efectiva para abordar este desafío es la transición hacia fuentes de energía renovable. El reloj mencionado muestra regularmente el porcentaje de consumo global de energía proveniente de fuentes como la energía eólica y solar, que actualmente representa un poco menos del 14%.

“Se necesita acción ahora. La infraestructura energética y el cambio estructural no es algo que se haga en un par de meses. Es algo que lleva años”, dice Sabine Fuss, quien lidera el grupo de trabajo sobre gestión sostenible de recursos y cambio global en MCC. “Incluso si tiene un poco más de tiempo, todavía significa que debe actuar de inmediato”.

Con información de theverge.com

Fuente de la Información: https://www.ecoportal.net/paises/el-tiempo-se-acaba-en-el-reloj-climatico/

 

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