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La aprobación de Leyes vs. Ideas pedagógicas

Por: Miguel Ángel Pérez

En estos momentos vivimos un debate inédito en educación, en donde se han soltado todos los fantasmas, todas las fuerzas políticas e ideológicas han dejado salir sus demonios para dar lugar a la generación de proyectos, propuestas, a partir de la visión de su realidad educativa.

La reciente aprobación de las leyes secundarias que norman y regulan el artículo tercero en cuestiones de la carrera de maestras y maestros, la ley General de educación y la ley de mejora continua de la educación, en la Cámara de Diputados primero y en la de Senadores mas adelante, termina por enterrar las anteriores leyes de la reforma de 2013 impulsadas por Enrique Peña Nieto.

Para algunos la reciente aprobación de las leyes referidas, es un avance para otros es un regreso al pasado, lo que sí es posible afirmar, es que el debate escinde el tratamiento de los asuntos legales (la generación de leyes) por un lado y por el otro coloca de manera muy distante la generación de propuestas en el terreno propiamente educativo. ¿A quién le interesa separar ambos asuntos? También es posible reconocer que en el centro de las discusiones, el debate no está hecho para buscar coincidencias y generar al final del mismo un amplio proyecto que sirva como marco general de una mejor educación para los niños, niñas y jóvenes mexicanos.

Los actores y los agentes se mueven desde posiciones que van del centro a la izquierda y de la derecha al centro, tanto el SNTE como la CNTE quiere sacar provecho de esta disputa (y lo están haciendo), por el otro lado Mexicanos primero encabeza con su característico oportunismo las posiciones pro empresariales y de derecha que también insisten en hacer avanzar sus posiciones. Al centro del debate se encuentra el Estado, con personajes de gobierno tibios, timoratos y malos mediadores; el problema también es de método porque se trata de derrotar a unos para sacar a otros como supuestamente vencedores.

En el terreno de las ideas se trataría más bien de buscar consensos o de diseñar un proyecto amplio con beneficio nacional, por encima de los intereses partidistas de grupo, de corriente o de tribu. ¿Eso es posible?

Las cosas están muy tironeadas en este momento, en el Congreso se han polarizado las posiciones, a partir del reconocimiento de una fuera que se sabe mayoría sobre las demás, pero considero que no se trata de eso, tampoco de convencer a toda costa, ¿alguien podría derrotar el dogmatismo de Mexicanos primero en este momento de un debate polarizado? Me parece que no se trata de insistir en lo que no nos ha dado resultado, se trata de abrir el debate pedagógico de colocar en el centro las mejores ideas, los mejores proyectos, los nuevos fundamentos para una realidad que cada vez se hace más compleja y demandante. ¿Esto le interesa a MORENA? Y porque no lo intenta.

Nos encontramos ante un punto cero de la política en Pedagogía, estos debates de lodo en nada se parecen a los debates de los Congreso pedagógicos de finales del siglo XIX e inicios del XX. Me parece que entre los legisladores hace falta más pedagogía y menos pasión por la política y porque en dicho debate los asuntos de fondo aún no se tocan:

¿Cómo se organizarán los contenidos de estudio en planes y programas para formar a los nuevos mexicanos y mexicanos en una sociedad global cada vez más demandante? ¿Con las nuevas leyes se garantiza que los docentes que se forman y se incorporen al servicio estarán a la altura, de lo que la nación necesita en este momento? ¿Las recientes leyes aprobadas tendrán una tradición que realmente muestre evidencias de mejoras sustantivas en el corto plazo o pronto estaremos debatiendo las nuevas versiones que las sustituyan muy pronto?

Yo no estoy de acuerdo como afirma Carlos Ornelas que es un regreso al pasado, el Estado deberá estar a la altura de garantizar la rectoría educativa como un servicio publico y gratuito inalienable, pero no basta eso, hay que tener mejores maestros y maestras con ideas pedagógicas frescas, que garanticen un horizonte formativo para los niños y las niñas a su cargo y que la asistencia a las escuelas públicas sirva en garantizar un conjunto de experiencias formativas, lúdicas y placenteras como esta realidad reclama. Desafortunadamente no se les puede pedir tanto a las leyes, se requieren ideas pedagógicas de vanguardia, frescas innovadores y pertinentes para las exigencias del presente que son muchas. Y en ello los agentes y los sujetos deben renunciar a gran parte de sus intereses voraces para contribuir a sumar al lado de los demás.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-aprobacion-de-leyes-vs-ideas-pedagogicas/

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La igualdad allá, en el horizonte

Por: Elena Simón

No es de recibo que la igualdad siga sin aprenderse en la escuela y que, por el contrario, la desigualdad siga patente (en el currículo formal) o latente (en el currículo oculto).

De los tres principios que rigen las democracias modernas –y vigentes aún, en cierto modo– es el de la Libertad el que se enarbola continuamente, para justificar que en las democracias la suerte que corremos cada persona (con derechos y deberes) es producto de la voluntad, habilidad y empeño personales, así es que lo que te vaya bien a ti te lo achacaremos en exclusiva y lo que te vaya mal, también.

Da la impresión de que la falta de recursos y oportunidades nos la hemos buscado. Ello nos convierte en mayorías desempoderadas, mientras las minorías poderosas fomentan el acopio de ganancias, tanto materiales como simbólicas, empobreciendo así a las mayorías. El principio de Igualdad no interesa lo más mínimo a quienes disfrutan del poder, aunque éste sea nimio. En la actualidad tenemos un retrato fehaciente de esta última frase: cuando se vota debemos creer que nuestro voto irá a parar a quien marcamos en la papeleta para que gobierne en nuestro nombre y nos represente con arreglo a lo que votamos. Pero ya sabemos que no es así: que todo depende de los juegos de tronos a donde vayan a parar nuestros votos. Y, puede ser que nuestro propio voto no nos represente a la hora de la verdad.

Pero aquí hablamos de escuela, de sistema educativo universal y obligatorio, de un deber derivado del derecho a la igualdad, que debía ser equitativo, crítico e imparcial, para que el derecho pudiera beneficiar al conjunto y a cada persona en particular.

Pero esto, en realidad, es un relato de igualdad formal: acceso y permanencia en el sistema educativo. Cuando profundizamos un poco y ampliamos la mirada, enseguida podemos ver los vacíos, las contradicciones, los déficits, los obstáculos. No todo el alumnado con derecho a la educación recibe una educación con derechos, equidad y solidaridad. Algunos sectores minoritarios se llevan la parte del león y las mayorías: migajas. Normalmente estos grupos con privilegios provienen de clases sociales acaparadoras de los bienes comunes. Lo que observamos es que el gran pedazo de tarta va desapareciendo engullido por quienes se creen con mayor derecho.

La escuela pública y sostenida con fondos públicos no se pensó para acrisolar desigualdades sino justamente para lo contrario: para neutralizarlas, paliarlas y poder ir superándolas y anulándolas. Durante un corto tiempo fue así: la escuela era lo único que podía igualar a nuestra gente joven, a través de los aprendizajes y la interacción entre personas de distintas procedencias y situaciones personales.

Así es que lo que más está fallando es la igualdad, arrinconada incluso como algo no deseable y que puede esperar, sin consecuencias. La igualdad hay que construirla, porque no venimos de ella y, frecuentemente, hay que construirla con acciones compensatorias que traten diferente a lo desigual, poniendo más esfuerzo en las personas o los grupos que han sido tratados de forma discriminatoria.

Aunque no parezca a simple vista, las niñas y las jóvenes son tratadas de forma desigual a la baja, por aplicación de los principios androcéntricos de igualitarismo: olvidemos la desigualdad y partamos de un punto (inexistente) común y así podemos creer que la carrera empieza en una misma línea de salida, sin rémoras.

Las acciones compensatorias no sólo deben aplicarse a los colectivos o personas con necesidades educativas especiales, ni a quienes proceden de otros lugares del mundo, con lenguas o religiones distintas. Todavía son minorías y constituyen particularismos, merecedores de los mismos derechos educativos.

El caso de las niñas, de las jóvenes y de las mujeres es bien distinto: constituimos la mitad de la población mundial y en todos los lugares del mundo. ¿Será por esto que las políticas de igualdad entre mujeres y hombres están costando tanto en implantarse y generalizarse a nivel formal y real? Este tipo de igualdad le afecta a toda la población –la escolarizada también– y quizás sea esta una de las razones más potentes que nos expliquen su retraso y hechos reaccionarios, que muestran su resistencia por doquier.

La escuela es para todas y todos y debe rediseñarse para que sirva a todas y a todos, sin desigualdad de trato ni de condiciones. Porque hasta ahora los currícula no contemplan la obra humana de las mujeres ni está normalizado un lenguaje de buen trato y justicia, que acabe con el simbólico de que los hombres poseen mayor capital de representación, autoría y presencia hacedora y que, por tanto, son superiores.

Como no es así hasta la fecha, las niñas están derivando cada vez más hacia sectores típicamente “femeninos”, relacionados con la imagen, la estética, la moda, los cuidados, las tareas auxiliares. Donde se ven triunfando gracias a las redes sociales. Se presentan y venden modelos juveniles femeninos supersexualizados y aliñados con raciones de “maldad” y de rivalidad, así como de violencia. Y que nunca falte la exaltación de la maternidad y de la ayuda. Todo esto se vende bien gracias a sofisticadas técnicas de marketing, que crean deseos y expectativas alcanzables o inalcanzables, pero presentados como si fueran una meta coincidente.

Por lo menos en la escuela habrían de tener modelos múltiples de mujeres, presentadas en sus diversos contextos y realizando múltiples tareas, para que puedan mirarse en espejos que las reflejen en positivo.

La coeducación es la fórmula: descubrir el sexismo y el androcentrismo, neutralizarlos, nombrar el mundo de manera justa para así compensar las desigualdades de representación y de reconocimiento. No es de recibo que la igualdad siga sin aprenderse en la escuela y que, por el contrario, la desigualdad siga patente (en el currículo formal) o latente (en el currículo oculto) pero, en cualquier caso, normalizada.

Acerquemos la Igualdad que está esperando en el horizonte como objetivo, seamos agentes activistas de la misma. La mejor herencia educativa que podemos dejar en el presente y para futuras generaciones.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/10/09/la-igualdad-alla-en-el-horizonte/

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La educación pública a debate, la hora de las propuestas alternativas

Por: Jaume Carbonell

El pasado sábado se presentó el Congreso de Educación Pública en Cataluña en el Teatro Nacional de Cataluña, con la asistencia de unos 450 maestros de los 250 centros educativos que participan, representantes de entidades y personas a título individual.

Menudean y cansan los encuentros educativas donde la nota dominante son las quejas y la retahíla de lamentaciones; la publicación de libros y artículos donde no se hace otra cosa que mostrar la degradación de la escuela actual, añorando la de otros tiempos que se califica de idílicos -una fake news, como se dice ahora-; o los debates educativos donde se acusa al neoliberalismo de ser el causante de todos los males de la enseñanza -otra mentira-. Es evidente que hay quejas y, sobre todo, críticas muy bien fundamentadas, y que hay que estar muy atentos a todas las incursiones y efectos de las políticas neoliberales, pero lo que es frustrante es que en estos espacios casi nunca salen propuestas alternativas en el horizonte de una transformación educativa y social que recoja lo más valioso de nuestro patrimonio pedagógico, mejore el presente y proyecte el futuro, con un ojo atento a la realidad y el otro soñando con la utopía.

Este congreso es de carácter muy diferente, y se sitúa en esta última vía constructiva y propositiva, pues trata de definir los principios y líneas de actuación de la educación pública, así como de recoger las experiencias y todo el activo pedagógico, con fin de renovarla, enriquecerla y dignificarla. Cuenta con el apoyo de la Federación de Movimientos de Renovación Pedagógica (FRMP), pero se organiza de manera descentralizada a partir de los centros de cada territorio. A diferencia de otras jornadas y congresos, se parte de unos ejes temáticos de debate, pero sin ponencias previas ni conferencias de expertos: el protagonismo recae en la voz del profesorado. Una segunda característica es su duración: se inicia este mes de octubre de manera descentralizada y concluye en mayo de 2020 con un encuentro final en Barcelona, ​​del que saldrán las conclusiones. Y la tercera característica es que abarca todos los niveles educativos no universitarios. Ahora bien, habrá que hacer un gran esfuerzo, para que el debate llegue con más fuerza a la secundaria o la formación de personas adultas porque, a estas alturas, la participación se centra mayoritariamente en infantil y primaria.

En el acto inaugural, con un tono festivo, rostros optimistas y unas gotas de humor, intervinieron maestros de diferentes territorios, se leyó el manifiesto fundacional y todo el mundo pudo responder, con unas etiquetas adhesivas, la pregunta «¿Cómo te imaginas la educación pública del futuro?», una manera de visualizar el inicio del proceso participativo. Tras una lectura rápida de estas opiniones, podemos extraer estas 50 palabras en forma de deseos: acogedora, alianza de todos los agentes educativos, administraciones públicas comprometidas, menos burocracia, autocrítica, cambio, cohesión social, compartir, comunidad, conciliación laboral y familiar, conversación, crítica, equipo docente, diversidad, derechos humanos, educación emancipadora, equidad, escuela abierta al mundo, escuela verde y ecológica, escuela libre, escuela viva, escuchar, experiencia humana, felicidad, feminismo, financiación pública, formación de maestros de calidad, igualdad de oportunidades, ilusión, innovadora, inclusiva, intereses de los alumnos, justicia, libertad de expresión, optimismo, oportunidades, participación, pensamiento crítico, personalización del aprendizaje, plural, proyecto educativo de zona, reconocimiento de la diferencia, recursos, renovación pedagógica, sin represión, respetuosa, tolerante, tranquila, trabajo en equipo, trabajo en red.

Conceptos que invitan a un debate exigente, amplio y comprometido, donde habrá que encender las luces cortas para ver qué pasa en las aulas y en las escuelas y qué puede hacerse para mejorarlas; y habrá también encender las luces largas para ir más allá y poder leer, comprender e intervenir en el entorno. En resumen: no hay transformación educativa sin transformación social y al revés. Porque es bien sabido que la equidad y la inclusión educativa se resuelven tanto en la escuela como en el territorio. Es la hora, por tanto, de tejer redes y alianzas entre maestros, otros profesionales de la educación, familias, ayuntamientos y otros actores sociales para que, tal como se expresaba en uno de los deseos, la educación pública se convierta con la mejor escuela del mundo.

Este congreso tendrá una réplica en Extramadura el próximo curso, bajo el patrocinio y organización a cargo de la Funfación Juan Uría para la Educación y el desarrollo de Extremadura.

Fuente e imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/pedagogiasxxi/2019/10/08/la-educacion-publica-a-debate-la-hora-de-las-propuestas-alternativas/

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La igualdad de género en la Agenda 2030 escolar

Por: Carmelo Marcén

Ante una situación de desigualdad de género en algo tan básico como la educación, las escuelas deberían revisar sus proyectos educativos para conocer de qué forma se aborda este asunto.

Cada vez se demuestra con más hechos que la progresiva y contundente igualdad de género -mal que nos pese todavía no consolidada- es un requisito indispensable para alcanzar la Agenda 2030; no solo es así porque lo formule el ODS 5 -en el sentido de su trascendencia para reconocer un derecho universal, para empoderar a todas las personas e instituciones, escuelas incluidas-, sino porque en un contexto de crisis se necesitan todas las energías posibles, y las mujeres han dado muestras de sus grandes capacidades en múltiples casos.

En muchos escenarios sociales se sostiene que el camino más adecuado para generalizar la igualdad de género en el disfrute de los derechos universales lo marca la educación recibida y atesorada a lo largo de la vida. Se adquiere/construye tanto en un sistema reglado como en una sociedad culturalmente proactiva, que lo escenifica a menudo en la educación formal y en la informal, por medio de mensajes y comportamientos. Seguro que esta práctica la compartirían miles de millones de personas bien intencionadas, deseosas de conseguir ese derecho para todas las mujeres cuanto antes. Sin duda, muchas estarán alarmadas por lo que sucede en países de todos conocidos; también ante posiciones contradictorias escuchadas en el contexto de opiniones políticas emergentes en partidos de ultraderecha europeos, así como por los despistes proactivos de las administraciones.

Veamos lo que dice el reciente informe GEM 2019 de la UNESCO, cuyo sugerente subtítulo aboga por construir puentes para la igualdad de género. Resalta que, en el conjunto de la población mundial, «más de la mitad de la ayuda a la educación del G7 se destina a la consecución de la igualdad de género«, con países especialmente involucrados como Canadá.  Pero, a la vez, avisa de que esto no deja de ser una cifra, contrapuesta a las deficiencias de muchas escuelas diseminadas por todo el mundo.

Desde hace unos años la UNESCO se empeña en demostrar que una educación continuada y de calidad constituye la mejor estrategia para enfrentarse a los complejos desafíos del futuro mundial, que cada día llega con más precipitación. La educación para la igualdad de género, utilicen otra expresión identificativa de género más amplia si lo desean, tiene una doble intención: por un lado, la completa educación de niñas, jóvenes y mujeres como derecho humano universal, todavía no logrado. Por otro, es un requisito indispensable para cualquier país que quiera un desarrollo sosteniblemente ético y que aspire a que este se consolide en un espacio de paz.

Es tiempo de que nuestra escuela se ponga delante del espejo mundial y se imagine, como recoge el informe, que se encuentra, soporta, alguna de estas situaciones:

  • Es parte de la alta tasa de abandono escolar, y de graduación, que sufren niñas y jóvenes en enseñanza obligatoria de muchos países.
  • Conoce, o sufre, la violencia sexista que le inutiliza el acceso a la educación, como a las niñas en más del 25% de países.
  • Las chicas ven deteriorada su educación por la necesidad de atender a tareas domésticas familiares, cosa que no hacen los chicos.
  • La escuela no dispone de instalaciones adecuadas para resolver la higiene menstrual de las jóvenes; otras ni siquiera están equipadas con baños para el lavado de manos con agua y jabón.

El profesorado y el alumnado han de ser conscientes de la realidad de estas situaciones; saber que la paridad educativa en primaria todavía está lejos en más de un tercio de países, en más de la mitad en secundaria, especialmente en el segundo ciclo de esta. No estaría de más preguntarse en reuniones de equipos didácticos, en grupos de trabajo del centro, también con el alumnado, si en el entorno próximo se pueden dar situaciones de menoscabo de niñas y jóvenes en su derecho universal de disfrutar de las mismas condiciones educativas que los chicos.

Inviten al alumnado a que elabore un friso familiar de niñas, madres y abuelas sobre la titulación alcanzada, que pregunten a las protagonistas si la educación les ha servido para su desarrollo personal o profesional; cuándo, cómo y por qué. Animen al alumnado a que exponga en clase los resultados de sus indagaciones y a que elaboren algunas conclusiones. Pregúntenle sobre la titulación académica que espera alcanzar en el año 2030 y las razones que le encaminan hacia ella.

Ante una situación de desigualdad de género en algo tan básico como la educación, las escuelas deberían revisar sus proyectos educativos para conocer de qué forma se aborda este asunto. A la vez, habrían de insistir ante las autoridades para conseguir que la igualdad de género, en todas sus dimensiones y ámbitos, sea más visible en la reforma curricular y quede recogida en los libros de texto; por ejemplo, para que haga hincapié en la participación de las niñas en los programas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, como aconseja la UNESCO.

Por ahora, la igualdad de género es un horizonte difuso en la Agenda 2030 global. Por cierto, sería interesante que en sucesivas sesiones los claustros y equipos educativos conociesen y comentasen algunos aspectos de los informes GEM de la UNESCO de los años precedentes.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/ecoescuela-abierta/2019/10/04/la-igualdad-de-genero-en-la-agenda-2030-escolar/

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Pacto educativo por una escuela pública, laica e inclusiva

Por: Enrique Díez

Seamos claros. Necesitamos un giro de 180 grados en la política educativa de este país, si queremos una educación para el bien común.

Un cambio de rumbo radical en tres aspectos clave: supresión de conciertos educativos, laicidad en la escuela y blindaje de la financiación de la educación pública por encima del 6% del PIB. A esto se pueden añadir muchos aspectos de mejora pedagógica, metodologías más innovadoras, estabilización de las plantillas del profesorado, formación inicial y permanente mejor y más práctica, medidas efectivas de inclusión educativa y social, de coeducación y feminismo en las aulas y los centros, de ecología y educación para el decrecimiento, potenciar una FP más diversa y dotada, desarrollar el valor de la escuela rural y de la educación de personas adultas, y muchas más propuestas e iniciativas que tenemos en mente y puedan ayudar a construir y asentar una educación más justa, solidaria y mejor en el siglo XXI.

Pero sin las tres primeras, de nada o prácticamente de muy poco servirán. Porque estos tres elementos son la “clave de bóveda” de un sistema público, laico e inclusivo. De poco valen las medidas para remozar o renovar un sistema, si venden, privatizan, deterioran y destruyen el sistema. Porque es a través de estos tres “agujeros negros” por donde se desangra a raudales el actual sistema educativo público. Agujeros negros que se evita abordar de una forma decidida y clara en las propuestas electorales y en las reformas educativas, heredando modelos obsoletos sin cuestionarlos. Agujeros negros que marcan el eje fundamental de una disyuntiva básica: una educación pensada al servicio de todos y para el bien común o centrada en la selección, la segregación y el negocio para una élite.

Porque la educación o es pública, o es segregación por clase social, sexo o ideología. La educación o es laica, o es adoctrinamiento religioso en creencias particulares. La educación o está financiada, o se produce un progresivo deterioro e imposibilidad de una inclusión real con recursos. Es una ecuación bien fácil de entender y de constatar.

Por eso, en una educación pensada para el bien común es necesario y urgente parar y revertir la segregación que supone el sistema de conciertos educativos, una “anomalía española” en el panorama europeo, que sangra las arcas públicas para financiar empresas y opciones privadas. Este modelo de conciertos alienta y naturaliza la selección y la competencia entre la comunidad educativa. Ya no se trata de garantizar el derecho a la mejor educación de todos los niños y niñas, sean propios o ajenos. Ya no se trata de que la comunidad educativa luche conjuntamente para que todos los niños y niñas tengan el mejor colegio público al lado de su casa. Lo que se pretende es normalizar un sistema de consumo competitivo y de mercado, donde cada familia se vea como un “avispado inversor” que ha de seleccionar la mejor “inversión educativa” para el futuro de sus hijos e hijas frente a los demás. Ya no se trata de involucrarse en la asociación de madres y padres del colegio al lado de tu casa, para mejorarlo, pensando en el bien común de todos los niños y niñas del centro, sino en ser un “consumidor inteligente” y adelantarte, buscando la oportunidad, para conseguir colocar a tu hijo o hija, aunque sea al otro lado de la ciudad –si tienes recursos y medios para desplazarte diariamente-, en aquel centro privado en el que te han asegurado que estará con los que son de su clase social o, al menos, que no se mezclará con los que no lo son. Recordemos que los centros privados-concertados solo escolarizan a menos del 20% de la población migrante, de minorías o con necesidades educativas.

El otro gran agujero negro de la educación es la imposición de la religión en los centros escolares y en las facultades de Educación de todo el Estado, herencia nacionalcatólica aún de la dictadura fascista. Esta segunda anomalía histórica, que todavía sujeta con mano de hierro la influencia inexplicable de la jerarquía católica en España, impide respetar la libertad de conciencia de los niños y las niñas, educar sin dogmas y eliminar toda forma de adoctrinamiento en el currículo escolar y en la escuela. Además, impide igualmente garantizar una convivencia plural en la que todas las personas sean acogidas en igualdad de condiciones, sin privilegios ni discriminaciones en función de sus particulares convicciones ideológicas, posibilitando la convivencia entre quienes no tienen las mismas convicciones.

El tercer agujero negro es la financiación de la educación pública. Elemento clave para sentar las bases y los medios para dotar de recursos una educación inclusiva que atienda realmente la diversidad en las aulas y los centros, que permita reducir el número de alumnado por aula en función de las recomendaciones de la UNESCO, que elimine la precariedad del profesorado interino y estabilice plantillas docentes para desarrollar proyectos educativos que necesitan tiempo y persistencia, que impida que 50.000 escolares empiecen el curso en barracones, que se pueda implementar una formación inicial y permanente más práctica, que se potencie una Formación Profesional con recursos y medios, etc., etc.

Si proclamamos que la educación es el futuro de un país, si mantenemos que una sociedad educada es base de la democracia y el desarrollo social y comunitario de la humanidad, si aseguramos incluso que el desarrollo tecnológico y productivo sostenible y respetuoso con el entorno se asegura con más y mejor educación, invirtamos en ella. No hay excusa. No puede haber dilación. En vez de rescatar a bancos, y destinar 60.000 millones de nuestros impuestos a los responsables en buena parte de la crisis, o rescatar autopistas de las grandes empresas y los empresarios de siempre o el Castor…, o tantas barbaridades, destinemos el dinero público a la educación pública. Ha sido voluntad política rescatar a los bancos. Se sacó dinero para ello. Que no nos digan que no se puede blindar la financiación de la educación pública para que, como mínim,o se invierta el 6% del Producto Interior Bruto que producimos anualmente. Y que se blinde constitucionalmente para que ningún gobierno lo pueda modificar. Es cuestión de voluntad política, porque dinero, como se dice tradicionalmente, “haberlo haylo” (si lo hay para rescates o para armamento, no va a haberlo para educación).

Dejemos por tanto de marear la perdiz. Es hora de abordar el futuro educativo en España. Y afrontar de forma clara y decidida el modelo de educación que queremos: pública, laica e inclusiva al servicio del bien común y considerada como un derecho para todos y todas; o concertada y privada, confesional y segregadora al servicio del interés privado y el negocio educativo, al servicio de la selección.

Tras el trabajo de varios años, amplios sectores del mundo de la educación (asociaciones, colectivos y movimientos de renovación pedagógica, sindicatos, organizaciones estudiantiles, confederaciones de asociaciones de familias y partidos políticos), han conseguido consensuar un Acuerdo Social y Político, surgido de la propia comunidad educativa, plasmando en el Documento de bases para una nueva Ley de Educación una alternativa que sirva de base para un Pacto por una Educación Pública, Laica e Inclusiva que dé estabilidad, calidad y equidad al sistema educativo por generaciones. Nunca antes se había logrado un consenso tan amplio en torno al modelo educativo que necesitamos para el siglo XXI.

Solo es necesaria voluntad política para que se lleve a la práctica en torno a la educación como un bien común, un derecho básico universal que solo se puede garantizar para todos y todas en y por la educación pública, laica e inclusiva.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/10/08/pacto-educativo-por-una-escuela-publica-laica-e-inclusiva/

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.Ecuador, Guatemala, Perú…, ¿Estados de excepción o conejillos de indias?

Ecuador, Guatemala, Perú…, ¿Estados de excepción o conejillos de indias?
Ollantay Itzamná
Rebelión

 

Los estados de Ecuador, Guatemala y Perú, simultáneamente se encuentra en una incertidumbre política. Ecuador y Guatemala con los derechos y garantías constitucionales restringidos, sea por Estado de Excepción o Estado de Sitio. En el caso de Perú, con un Congreso de la República disuelto que ya casi es una tradición política.

Los tres gobiernos neoliberales aplican dichas medidas extremas con la finalidad de desactivar, frenar o intimidar los procesos de “revueltas sociales” y preservar el “orden” para la vigencia o afianzamiento del sistema neoliberal. Todo en obediencia o con el beneplácito de la OEA-EEUU.

Ecuador dictó Estado de Excepción para intentar frenar las protestas sociales frente al “paquetazo” neoliberal impuesto por el Fondo Monetario Internacional (FMI) que obligó al Estado a elevar los precios de los combustibles casi en un 100%.

En Perú, el neoliberalismo corrompió la administración pública al grado que la oligarquía y sus partidos políticos corruptos se enfrascaron en una batalla política campal sin salida, y uno de los bandos, desde el Ejecutivo, terminó “derrotando” al otro bando con el cierre del Congreso. Pero ningún bando corrupto está aún vencido. En 1992, Fujimori con un “cierre del Congreso” instauró el sistema neoliberal. En 2019, Vizcarra cierra el congreso para dirimir la trifulca neoliberal y posibilitar su continuidad.

En Guatemala, al igual que en el Perú, Ecuador, Colombia…, el sistema neoliberal desordenado corrompió y enemistó a los clanes dentro de la oligarquía nacional. Dicho enfrentamiento de clanes, después del cierre del show de la “lucha contra la corrupción” made in USA (2019), terminó favoreciendo al bando dedicado al narcoextractivismo. Y, para intentar frenar/intimidar los procesos de resistencias comunitarias anti neoliberales, el gobierno (con múltiples denuncias por sus nexos con el narcotráfico) dictó Estado de Sitio en varios municipios y departamentos del país, disque para capturar a los narcos. Quizás porque esta industria no admite competencia.

Estos tres estados predadores de derechos son miembros impulsores del llamado Grupo de Lima y del espacio PROSUR. Con gobiernos serviles a los intereses geopolíticos norteamericanos. Gobiernos abiertamente contrarios a los procesos de integración y emancipación latinoamericana.

En los últimos años, Guatemala fue utilizado por el gobierno norteamericano como “conejillo de indias” para instalar en el imaginario colectivo latinoamericano la idea de la “lucha contra la corrupción” como una política sublime proveniente del Norte. Pero, la finalidad de dicho teatro gringo no era más que para “desprestigiar y perseguir” a los gobernantes y ex gobernantes progresistas (anti neoliberales) del Sur que en años recientes lograron sacar más de 70 millones de latinoamericanos de la situación de pobreza.

Conseguido sus objetivos, los gringos cerraron su teatro anti corrupción en Guatemala, y no les importa si hay o no Estado de Sitio en el “Tercer País Seguro”. Mucho menos si los ex funcionarios corruptos preventivamente encarcelados, ahora, salen libres para seguir disputando el banquete neoliberal en un país despojado.

Ecuador también es utilizado como “conejillo de indias”, para experimentar el óptimo “retorno democrático” de todo un país a las garras del sistema neoliberal, y mostrar de cómo se “castiga con cárcel” a los ex gobernantes anti neoliberales.

Perú es un experimento para demostrar a los peruanos, y convencer a toda Latinoamérica de que los bicentenarios estados neoliberales sí funcionan, y no son necesarios los procesos de cambios estructurales como exige más de alguna voz.

El cierre del Congreso fue para distraer las luchas territoriales contra el sistema hegemónico, y fijar en el imaginario peruano el mensaje de: “Nuestro Estado y sistema neoliberal sí funcionan. No nos aventuremos en “rebeliones” tipo bolivianazos o caracazos”.

En estos tres países neoliberales, intervenidos por el gobierno norteamericano, nada está concluido aún. Existen diferentes procesos de resistencias populares activadas/abonadas por los impactos negativos del neoliberalismo.

Al parecer, el próximo campo de acción para la auto redención de estos países serán las calles y las urnas. Ojalá con propuestas de cambios estructurales y profundos que expresen la visión plurinacional de estos pueblos.

Autor:

Ollantay Itzamná
Rebelión
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Argentina: Pobreza en aumento en la Argentina y como superarla

Pobreza en aumento en la Argentina y como superarla
Julio C. Gambina
La información a fines de junio 2019 indica que en la Argentina existen 16 millones de pobres para una población de menos de 45 millones de habitantes; entre ellos, unos 3,4 millones de indigentes. Dice el INDEC que el 35,4% de las personas son pobres y los indigentes llegan al 7,7% de las personas. Son datos alarmantes y en ascenso, ya que luego de estas mediciones se produjo la devaluación monetaria en agosto, la que llevó la moneda de 45 a 60 pesos por dólar. Con ello podemos afirmar que el año 2019 terminará con un guarismo mucho más elevado.Entre los menores de 14 años la pobreza alcanza al 52,6%, hipotecando el futuro de esa parte de la población y afectando el desarrollo posible del conjunto de la sociedad. En el ámbito geográfico también se observa el desigual impacto de la pobreza, ya que en el noreste del país (Corrientes, Formosa, Gran Resistencia y Posadas), aparece como territorio de mayor empobrecimiento de todo el país. Según la Encuesta Permanente de Hogares, esa zona tiene un registro del 42,4% de pobreza, y dentro de ello, el Gran Resistencia alcanza al 46,9%.

Vale mencionar que el máximo registro histórico corresponde al 2002 con el 57% de la población bajo la pobreza, reducido al 29% en el 2015, según la propia estadística oficial. La pobreza por ingreso se ha transformado en un fenómeno estructural y se acarrea como tal desde los profundos cambios operados desde la dictadura genocida en 1976, desde donde se vienen afectando las relaciones sociales con algunos periodos de intento de freno al proceso de regresión generalizada que involucra a la expansión de la indigencia y la pobreza.

El objetivo de “pobreza cero” solo fue una consigna electoral para acceder al gobierno en 2015, y las políticas aplicadas contribuyeron al empobrecimiento de la mayoría de la sociedad, retomando los procesos de la dictadura y la década del 90 del siglo pasado. La contracara es la concentración del ingreso y la riqueza en una parte menor de la población, aquellos que están asociados a la lógica dominante de la acumulación de ganancias, capitales y poder. Entre estos, grandes productores y exportadores del agro negocio, la mega minería, los hidrocarburos, la gran industria asociada al mercado mundial y la especulación, la banca, seguros y otros sectores vinculados a la circulación de capitales, incluido la cuantiosa fuga.

Son datos relativos a la pobreza por ingresos, que consolida el fenómeno de la pobreza en términos de necesidades básicas insatisfechas (NBI), medidas oportunamente en las consultas censales.

Disputa por el excedente

Muchos observadores externos se sorprenden sobre los alcances de la pobreza en un país que se presume ser rico en potencialidad, sin asumir la realidad de una desigual estructura económica y social que arrastra una antigua disputa del poder por la apropiación del excedente económico.

En efecto, las disputas remiten al fin de la dominación del bloque en el poder construido en tiempos de la inserción internacional subordinada entre 1870/80 y 1930. Con el golpe de Estado de 1930 se intentó continuar el poder oligárquico asociado al capital externo, principalmente de origen británico, que había surgido en la constitución de la Argentina según la conocemos en la actualidad: integración territorial y capitalización de la Ciudad de Buenos Aires hacia 1880. El Golpe del 30 fue un movimiento preventivo que se sostuvo reiterada y continuamente con golpes protagonizados por las Fuerzas Armadas, siempre con apoyo y trastienda civil, entre ese momento fundacional y el golpe de 1976. La realidad es que no pudieron lograr su objetivo, que apuntaba a una lógica política de dominación coincidente con el poder económico asociado de la burguesía con origen en el monopolio de la propiedad territorial y el capital externo.

¿Cuál fue el problema? La emergencia de una burguesía local, con asiento en la producción industrial por sustitución de importaciones, la que disputó su propio lugar en el bloque en el poder, al tiempo que favoreció un proceso de distribución del ingreso y acceso a diversos derechos económicos sociales de la clase trabajadora. Hubo desarrollo del mercado interno y habilitó el objetivo por un “capitalismo nacional” nunca efectivizado por la ausencia e imposibilidad histórica del sujeto burgués nacional en condiciones de liderar un proyecto de liberación del capital hegemónico, como señalamos, asentado en el poder territorial y el capital externo. Quien sostuvo el proyecto de disputa del excedente fue el “Estado Nacional”. Hay que recordar en ese sentido el papel del Estado capitalista en la Argentina con el Instituto Argentino de Promoción del Intercambio, IAPI, un mecanismo de trasferencia vía política de Estado, para transferir renta agraria para la construcción de la política industrial en la década entre 1946 y 1955. Pero también la construcción del Banco Central en 1935 y luego las nacionalizaciones de los depósitos en los años 1946 y 1973, mecanismos de orientación del crédito vía redescuentos estatales para una estrategia de desarrollo. Aludimos al Estado como espacio de disputa del poder, por ende, del excedente económico.

Un dato socio político remite a la expansión de la clase trabajadora, su lucha y su organización en ese tiempo, poniendo límites al bloque de clases en el poder, incluso animando procesos de lucha más allá del capitalismo. Se destaca en ese sentido la fuerte acumulación de poder popular, anticapitalista y antiimperialista entre 1969 y 1975, lo que motiva la reacción de 1975/6 con terrorismo para militar y para-policial, y luego el golpe genocida en 1976.

Por eso, los golpes de Estado intentaron ser mecanismos de restauración del orden tradicional previamente existente a la emergencia de la burguesía local surgida a principios del Siglo XX.

Desde un enfoque estructural, con el gobierno Macri (2015-2019) se intentó recuperar un proceso de dominación de ese bloque en el poder de viejo cuño, antes de los cambios políticos que supuso el ascenso al gobierno del radicalismo (1916) y más aún, luego del peronismo (1945). El Partido Militar tuvo como función histórica restaurar el tradicional “orden normal”, y por eso con Macri se generalizó que el problema de la Argentina remite a los últimos 70 años, es decir, el tiempo que media entre el primer peronismo (1945) y el acceso al gobierno del PRO-Cambiemos (2015). Por primera vez se restauraba el orden con consenso social electoral. Vale mencionar que la resistencia popular en estos años generó las condiciones de la acumulación política para el masivo voto de rechazo el 11/08/2019 en las PASO al gobierno macrista.

El experimento de restauración del orden liberal histórico por vía electoral fracasó, pero deja un saldo lamentable en las condiciones socio económicas de la mayoría de la población. La inflación y la recesión empujan a más personas a la pobreza, al desempleo y a peores condiciones de vida. Si se quiere buscar el objetivo buscado, la respuesta está en la pretensión de subordinar y disciplinar al movimiento obrero y popular. Se trata de un objetivo que buscaron los golpes de Estado y que ahora pretendieron por vía electoral, como en los años 90 del siglo pasado. La organización y lucha del pueblo argentino, aun con debilidades y fragmentaciones resulta un escollo infranqueable para las clases dominantes en el poder. Lo que se sostiene es la disputa del excedente y renovadas búsquedas políticas de entronización en el gobierno del poder económico, un proceso que habilita una nueva etapa desde diciembre próximo.

El problema es el capitalismo

Se trata de un problema irresoluble en el marco del capitalismo. Mientras el objetivo siga siendo la búsqueda del imposible aliento al “capitalismo nacional”, la disputa por el excedente tendrá por un lado a los restauradores del “orden tradicional”, que ya no acuden a los tradicionales golpes, sino a mecanismos de manipulación de la conciencia social, medios de comunicación y redes sociales como instrumentos privilegiados, pero sobre todo a una cultura neoliberal sustentada en el individualismo y el consumismo. Lo que existe es una disputa en el poder, entre quienes disputan la dominación del bloque en el poder, tarea mediatizada en la política por los instrumentos que otorguen estabilidad al régimen económico y político. En estos tiempos, sin viabilidad del Partido Militar, lo que se disputa es cual partido se transforma en el instrumento adecuado del orden capitalista, que coloque en coincidencia al poder económico con el político y por eso, recrean el discurso del ajuste y las reformas estructurales contenidas en el acuerdo con el FMI.

Resulta imprescindible para el bloque socio político popular disputar el orden del capital y transitar con otra perspectiva, como señalan en Bolivia: “un tránsito desde el capitalismo a la sociedad del vivir bien”, o como intentan en Cuba hacia el socialismo, incluso con sus formulaciones especificas desde Venezuela por el “socialismo del Siglo XXI” y que la dominación capitalista desde Washington intenta ahogar con bloqueos muy agresivos y genocidas contra ambos procesos.

La pobreza argentina solo podrá ser superada si el rumbo económico, social, político y cultural trasciende la crítica al neoliberalismo explícito del macrismo y sus acuerdos con el FMI y se propone ir más allá y en contra del capitalismo. De lo contrario asistiremos a políticas compensatorias, tal como viene ocurriendo desde el Plan Jefes y Jefas de Hogar desde 2002, siempre en expansión, sin resolver la cuestión de fondo, al tiempo que intentan contener la conflictividad.

El gobierno no logra la reelección porque las protestas sociales generaron la masa social suficiente para la derrota electoral, lograda sobre la base de una recomposición de la hegemonía lograda desde la unidad del peronismo en una alianza más amplia, que ahora intenta trasladarse a unidades orgánicas del movimiento de trabajadores, entre quienes protagonizaron la unidad de acción contra las políticas de ajuste y el sindicalismo tradicional. No resulta mecánico que la unidad política para vencer electoralmente a Macri resulte ejemplo de unidad sindical o social detrás de la CGT, que fue desafiada desde los comienzos de los 90 por la experiencia de la CTA, que más allá de sus divisiones en el presente, sus postulados por un nuevo sindicalismo siguen en pie. Se sustenta la propuesta junto a una dinámica política de pacto social, luego de años de retroceso relativo entre los ingresos de las trabajadoras y los trabajadores con relación a los ingresos del capital concentrado. El punto de partida consolida las diferencias acumuladas en este periodo de transferencias regresivas desde la mayoría de la población a una minoría altamente concentrada y extranjerizada.

Sin afectar intereses de la dominación estructural del funcionamiento del capitalismo en la Argentina no hay solución en la coyuntura al tema de la pobreza, ni se resuelven las contradicciones históricamente acumuladas en el capitalismo local y que se manifiestan en la disputa del excedente. La inflación, además de otros fenómenos, como el monetario, es una manifestación de la disputa del poder económico entre los pocos en capacidad de establecer precios, mediados por el Estado y su política, claro está; y entre ellos y el conjunto de la sociedad. Las soluciones no ocurrirán mientras el límite sea la gobernabilidad del orden del capital y resulta imprescindible apuntar a una unidad popular que pueda disputar el excedente y el poder, en contra y más allá del capitalismo.

Autor: Julio C. Gambina

 

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