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Entrevista a Cynthia Duk: «La escuela inclusiva debiera ser una escuela no sexista, no racista, no discapacitante y no clasista»

Por: Meritxell Freixas Martorell

Cynthia Duk, directora del Centro de Desarrollo e Innovación en Educación Inclusiva de Chile:

«La escuela inclusiva debiera ser una escuela no sexista, no racista, no discapacitante y no clasista»

La inclusión, ya sea en Chile, en América Latina o en España, ha de suponer un cambio de mirada sobre el alumnado. «Responde al desafío de conseguir que todos los alumnos se desarrollen plenamente, aprendan y participen en la vida en sociedad».

Lleva más de 30 años dedicada a la educación inclusiva y no se cansa de seguir apostando por ello. Cynthia Duk es directora del Centro de Desarrollo e Innovación en Educación Inclusiva de la Facultad de Educación de la Universidad Central de Chile. También dirige el Máster de Educación Inclusiva de la misma universidad. Profesora de educación especial de profesión, su pasión es la formación de profesores en las escuelas y territorios: “Mi proyecto profesional que se ha transformado en mi proyecto de vida”, dice.

Duk participó en las primeras experiencias de integración con niños y niñas con discapacidad en Chile. De ellas aprendió a “ampliar el foco” y entendió que “la inclusión no era un tema de discapacidad, sino un tema vinculado a la educación en general”. Aunque es optimista con los avances en materia de integración, sobretodo en el acceso, reconoce que “la calidad desigual” en los sistemas educativos sigue siendo una asignatura pendiente en América Latina.

¿De qué hablamos cuando nos referimos «educación inclusiva» en América Latina?

Desde la mirada latinoamericana, tiene que ver con el sistema educativo en su conjunto. La educación inclusiva no se reduce a la inclusión a las personas con discapacidad, que tienen necesidades educativas especiales. Los incluye, pero va más allá de este colectivo. Tiene que ver con todo. Es la educación que desde las estructuras comunes busca dar cuenta de las especificidades, –identidades, características y necesidades– que definen a los seres humanos. Por eso, es tan compleja y tiene tantas dimensiones; no hay límites en dónde comienza y dónde termina. Responde al desafío de conseguir que todos los alumnos se desarrollen plenamente, aprendan y participen en la vida en sociedad. En sistemas y sociedades muy desiguales –como la chilena– la educación inclusiva adquiere mucha más relevancia.

¿Qué diagnóstico hace del estado de salud en América Latina, considerando los principios establecidos por la UNESCO en las distintas conferencias internacionales (Jomtien en 1990, Salamanca en 1994 y Dakar 2000)?

Hay distintas aristas. En términos de cobertura y acceso, la región ha hecho grandes avances. Todavía hay países que no tienen todos los niveles de cobertura deseados, por ejemplo, Nicaragua o El Salvador. Las deudas en cobertura recaen en la población indígena, los sectores rurales y las personas con discapacidad. El mayor problema es la desigual calidad de la educación. La mayor calidad llega a los sectores de más recursos, y la de peor es la que reciben los sectores más desfavorecidos. No podemos equiparar resultados educativos entre los estudiantes más desventajados con los más aventajados si ni siquiera les ofrecemos igual calidad de la educación.

¿Cómo se puede construir una escuela inclusiva en ciudades segregadas y distribuidas de formas desiguales, como es común en América Latina?

Hay uno de los autores de referencia sobre inclusión, Mel Ainscow, que señala que el mensaje de la inclusión es entendible y cargado de principios éticos y valores. ¿Quién podría oponerse a ella? Sin embargo, su puesta en práctica, es altamente compleja. Cuando hablamos de inclusión lo hacemos poniendo un foco en la complejidad, no se puede observar desde una sola perspectiva porque tiene muchas aristas y dimensiones. Uno de los aspectos importantes para avanzar en esta dirección es desarrollar el ojo y la mirada de hacia dónde están las barreras para la inclusión.

¿Cuáles son?

Tenemos muchas presiones contrapuestas a estos valores y, por esto, se hace tan difícil. Eso se traduce en altos niveles de segregación a nivel escolar. Además, la población está distribuida según nivel socioeconómico de ciertos barrios y se produce una tendencia de crear guetos. Como consecuencia, no se produce mixtura y no hay encuentro entre clases sociales. También se da segregación escolar por rendimiento académico, capacidades, etc. Eso es una de las cosas que en Chile hemos intentado combatir a través de la Ley de Inclusión. La segregación por rendimiento académico por la vía de la selección de los estudiantes es un fenómeno propiamente chileno. En países con fuerte educación pública y sistema educativo valorado por la sociedad, el fenómeno de la segregación académica se da menos. Me temo que terminemos con un sistema educativo altamente segregado según nacionalidades, también. Porque el fenómeno de la migración se ha exacerbado en los últimos cuatro años.

Este es un fenómeno que se vive en España. Hay escuelas públicas con alta población de alumnado migrante, mientras que en centro privados o de barrios más enriquecidos el porcentaje de alumnos extranjeros es muy bajo.

Aquí estamos iniciando este camino y observo que se está reproduciendo esa tendencia a la segregación por migración. Esto hace pensar ¿por qué no aprendemos de otras experiencias para evitar que se profundice la segregación?

En sociedades racistas, ¿cómo se trabaja desde la escuela para superar para eso?

La escuela inclusiva debiera ser una escuela no sexista, no racista, no discapacitante y no clasista. Por eso es una aspiración, es un ideal, un proceso largo. Son visiones que se ponen de moda. Son conceptos que están tan cargados de valores que empiezan a aparecer en todos los discursos.

En una de sus editoriales en la Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva habla precisamente de esto y dice que el concepto se utiliza tanto que se le ha vaciado de significado.

Exacto. Los hemos usado tanto que está gastado y pierde sentido. Creemos que una escuela que recibe a migrantes ya es inclusiva. Y eso no necesariamente es así, habría que ver la pluralidad, la política de convivencia y sus reglamentos, etc.

En América Latina existe todavía debate en torno a las escuelas especiales para los niños que conviven con alguna discapacidad. Se las defiende con argumentos como que ofrecen más atención a sus alumnos, por ejemplo. Sin embargo, autores como el australiano Roger Slee dicen que los niños que van en escuelas segregadas tendrán más dificultades a la hora de ingresar al instituto o encontrar un trabajo.

Tengo la convicción de eso, coincido plenamente con Slee. Sin embargo, hay un debate fuerte sobre los jóvenes que tienen una discapacidad muy severa. ¿Qué hacer si en el sistema común no tienen las mejores condiciones para tener la atención no sólo educativa, sino también vinculada a la salud? En esos casos, sí creo que es mejor que estén en escuelas especiales. Pero es una población muy específica y minoritaria. Los estudiantes que han hecho todo su proceso educativo en escuelas especiales tienen muchos menos recursos personales y habilidades para insertarse en la vida cotidiana e interactuar en la sociedad. Si no se interactúa con el otro, no se le conoce, no hay contacto, entonces no se produce el cambio cultural hacia la integración.

¿Qué desafíos enfrentan hoy los profesionales que trabajan en escuelas inclusivas?

Los mayores desafíos tienen que ver con los valores y las actitudes de los adultos. La inclusión implica un cambio actitudinal de los profesores que tiene que ver con cómo interpretan su rol y cómo se disponen a entender al grupo. Eso no es nada fácil. El cambio de actitud tiene que ver con la atención, el tiempo, la dedicación que los profesores otorgan a conocer a sus estudiantes. Dar respuesta a la multiplicidad de necesidades y demandas es muy complejo. Tienen que tratar de mirar a todos los estudiantes, pero en su individualidad. Implica deconstruirse, por eso es tan difícil. Los profesores pueden hacer los mejores esfuerzos y tener su intención, pero les juegan en contra las concepciones previas (las presiones internas) y las presiones externas (conseguir mejores resultados, evaluaciones de su trabajo, etc.). Siempre miramos la mayoría y los extremos.

¿Qué buenas prácticas hay en la región?

Los mayores avances están en los cambios en las legislaciones que la mayoría de los países en sus leyes de educación están empujando. Hay mucha más consciencia y compromiso que se traducen en legislaciones y políticas orientadas a mejorar la calidad, sobretodo en las últimas dos o tres décadas. Estamos hablando de países pobres, que les faltan recursos, pero a pesar de esto las políticas se orientan en una dirección correcta. Hay muchas experiencias notables en todos los países, incluso en regiones concretas de estos, donde se ven avances más sostenidos. El concepto y la visión de educación inclusiva ha ido permeando los sistemas en América Latina, donde los países tienen claro que la inclusión es una vía para combatir las desigualdades.

¿Nos hemos hechos cargo de los beneficios que la inclusión tiene para el conjunto, más allá de los beneficiarios directos?

Ahí nos falta mucho, pero ese es el gran desafío. Siempre se considera un beneficio para las minorías. Pasa lo mismo, por ejemplo, con el movimiento feminista: la equidad de género se ve como un beneficio para las mujeres, no para toda la sociedad. La mayoría de los hombres no le ven las ventajas que tiene para ellos como individuos de la sociedad. Nos cuesta ver el beneficio que como sociedad podemos obtener. También nos pasa lo mismo con la migración. Nos preocupamos de ver los efectos en los que viven en la desventaja, pero para los otros también las hay. Una línea de investigación nueva debiera abordar las consecuencias o efectos de la segregación para quienes detentan el poder.

“Hay quienes piensan que la justicia tiene que ver con el mérito”

Poniendo atención en el contexto de chileno, la ministra de Educación, Marcela Cubillos, quiere sustituir la Ley de Inclusión por un proyecto que bautizó como “Admisión Justa”, que devuelve a los colegios la opción de seleccionar su alumnado. Su propuesta se rechazó en el Congreso, por ahora. ¿Qué opina?

Desde 2009 con la Ley General de Educación se prohibió selección hasta 6º básico [11 años], pero estaba tan establecida como mecanismo propio y tan instalada en la cultura que a pesar de que la Ley lo prohibía, las escuelas seguían seleccionando. Además, estaba permitida en la enseñanza media para el acceso a la escuela. Eso contribuía a generar desigualdad y segregación, que se traducía en exclusión por los antecedentes socioeconómicos y culturales de familia, el rendimiento académico, las pruebas que se aplicaban a estudiantes para saber su nivel de competencias, las observaciones de interacciones con otros niños para conocer conductas, comportamientos… Eran mecanismos instalados en muchos colegios de Chile, no sólo en el sistema privado.

¿La Ley de Inclusión, que entró en vigor en 2016, lo corrigió?

Sí, corrige ese mecanismo perverso. La educación inclusiva también se concreta en un acceso igualitario para todas las personas a la educación y a la libertad de las familias de elegir el colegio y la educación que quieren para sus hijos. Lo que ocurría en Chile era que la escuela elegía a los estudiantes y no las familias. Eso se prohibió y se acabó la selección como recurso para la discriminación arbitraria. Por ejemplo, discriminar en algunos centros a hijos de padres separados, o a niños no bautizados. Eso se prohibió con la esperanza de que, si se eliminaba la selección, se produjera más mixtura de forma natural. Se sustituyó la selección por un sistema aleatorio y centralizado en el que las familias pueden elegir a través de un sistema online de postulación y que distribuye a los estudiantes según sus preferencias, sin mirar ningún antecedente previo. Pero con la llegada de un gobierno de orientación ideológica neoliberal y de derecha ahora se pretende reponer la selección bajo el fundamento de la meritocracia.

Así lo explicita el nombre del proyecto “Admisión Justa”.

Hay un sector que realmente piensa que la justicia tiene que ver con el mérito. Creen que aquellos, que tienen más talento o más capacidades, tienen que ir a los mejores colegios. Ahora, la pregunta de vuelta es: ¿Estos colegios obtienen mejores resultados porque son de alta calidad o porque seleccionan, descreman y educan a los mejores? Sin embargo, la propuesta de la ministra fue votada en contra y creo que el Parlamento estuvo a la altura en eso. Fue una señal de que algo está cambiando en Chile y no es tan fácil echar pie atrás a ciertos avances que han sido conquistados y que han sido reivindicaciones del movimiento estudiantil.

¿Qué otros países tienen o han tenido mecanismos selectivos de ese tipo?

Los hay en la mayoría de los países. Segregación escolar por las condiciones económicas hay en todos los países latinoamericanos en niveles altos, y ha ido aumentando con la desigualdad. Pero si lo miramos desde el punto de vista de la discapacidad, se han hecho esfuerzos muy importantes en todos los países de la región. Se han hecho planes y políticas, y se han desincentivado y han disminuido las escuelas especiales. Hay un alto porcentaje de escuelas regulares que abren las puertas a la discapacidad, pero los estudios muestran que esa proporción de estudiantes que ingresan a las escuelas regulares, luego encuentran la segregación dentro de las propias escuelas.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/05/27/la-escuela-inclusiva-debiera-ser-una-escuela-no-sexista-no-racista-no-discapacitante-y-no-clasista/

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Entrevista a Henry Giroux. Autor y conferenciante.

Por: Víctor Saura

«Los maestros son una amenaza porque enseñan a hacer preguntas»

Los maestros son una amenaza para el Estado neoliberal porque enseñan a pensar. El poder financiero intenta controlar la escuela y la universidad con múltiples estrategias. Y a medida que aumentan las especialidades lo hace el analfabetismo en la comprensión del mundo. El neoliberalismo, la inequidad y la corrupción están ganando la partida, dice Henry Giroux, pero todavía queda alguna esperanza.

Henry Giroux (1943) es considerado como uno de los pensadores más influyentes del mundo en el ámbito de la educación. En su web hay una foto donde se le puede ver de joven con Paulo Freire, de quien fue amigo, colaborador y traductor, y es ahora uno de los grandes albaceas de su legado, como máximo exponente de lo que se conoce como pedagogía crítica. Autor o coautor de más de 60 libros, Giroux pasó por varias universidades de EE.UU. hasta que en 2004 recaló en la Universidad de McMaster, en Canadá, el país de sus padres. Esta semana ha estado en Barcelona, ​​para abrir la 1ª Conferencia Internacional de Investigación en Educación, una iniciativa promovida desde la Red Española de Institutos de Investigación en Educación y que ha organizado el Instituto de Investigación en Educación de la Universidad de Barcelona ( IRE-UB). Conversamos con Giroux justo después del acto inaugural en el Paraninfo de la UB.

Al final de la conferencia se ha referido al profesorado como una amenaza. ¿Una amenaza para quién?

Los maestros son a menudo una amenaza para el Estado, porque tienen el potencial de educar a la gente joven para que sepa hacer preguntas impertinentes. Para las sociedades autoritarias, la alfabetización es un peligro. Y los maestros son un peligro también para las sociedades que creen que la mejor manera de ser un buen patriota es no hacer preguntas. Cuando educas a los estudiantes para hacer preguntas te estás arriesgando, especialmente en aquellas sociedades que hacen todo lo que pueden para transformar la educación en una especie de entrenamiento.

Cuando habla de sociedades autoritarias, ¿en qué tipo de sociedades está pensando?

Los hay de muchos tipos, pero creo que hoy en día lo que vemos son dos cosas. La primera es el colapso de las democracias liberales, por haber pasado a ser sociedades gobernadas por el neoliberalismo. Las políticas de austeridad, autoridad e inequidad masiva, de la riqueza y del poder, de la descapitalización de los bienes públicos, todas estas fuerzas empujan a la sociedad a ser mucho más represiva, más preocupada en el control de la población que en la resolución de problemas. Y, en segundo lugar, estamos viendo el surgimiento de sociedades que básicamente cambian seguridad por libertad. Os daremos seguridad pero no podrá haber libertad. Hablo de la aparición de lo que llamamos democracias en Hungría, Turquía, India, Polonia… En estos países vemos el surgimiento de movimientos sociales de derechas que usan un lenguaje de pureza racial porque básicamente son neonazis disfrazados. Y, cómo no decirlo, en Estados Unidos tenemos un presidente que odia la educación. De hecho, llegó a decir que quería a los ignorantes (uneducated).

¿Esto dijo?

Sí, esto es una cita textual. Y eso se traduce en políticas que vacían de fondos públicos aquellas instituciones que podrían hacer llegar la educación a toda esta gente. A este tipo de cosas me refiero cuando digo que los maestros pueden ser un peligro.

Usted subraya la importancia del lenguaje para entender el mundo, pero ¿no cree que es un abuso del lenguaje hablar de fascismo? Por ejemplo, en el caso de Trump, que está pasando por un impeachment y en caso de que lo supere deberá pasar por unas urnas para ser reelegido, ¿no le parece una exageración?

No creo que sea una exageración, creo que el fascismo llega de muchas maneras. La gente que habla de exageración tiende a pensar que el único fascismo que ha existido fue el de los años 30 y 40 en Europa y de los años 70 en Latinoamérica, y que no se transmuta en otras formas en diferentes sociedades. El fascismo no ha muerto nunca, sino que se esconde entre las sombras. Si crees que el fascismo está muerto en realidad te pasan dos cosas: que te conviertes en su cómplice, y que no puedes aprender de la Historia, has dejado de tener una relación crítica con la Historia. Y eso sí es un peligro.

La gente que vota Trump creció con los sistemas educativos del pasado, mientras que parece que usted nos esté diciendo que en el pasado el mundo era mucho mejor.

Yo no intento absolver el pasado, lo que digo es que estamos enterrando los frutos del pasado, es muy diferente. Trump no es una causa, es un síntoma. Es el síntoma de una sociedad neoliberal en Estados Unidos que tiene un largo recorrido en esclavitud, un largo recorrido en racismo y un largo recorrido en inequidades masivas en la distribución de la riqueza y el poder. En el pasado el neoliberalismo se ocultaba en la sombra, en medio de un lenguaje que reclamaba justicia e igualdad, pero esto ya no le hace falta. El presidente de EEUU ya no reclama la justicia, sino que reivindica la desregulación y la ignorancia. Él es un ignorante.

¿Era tan pesimista hace unos años, cuando Estados Unidos tenía el primer presidente negro de su historia?

Que Obama fuera negro no me hacía sentir optimista, yo era pesimista porque él era un neoliberal. Lo que no supe anticipar es que gente como Obama o Clinton crearon, junto con los extremistas republicanos, las condiciones óptimas para la irrupción de una persona como Trump. Me sorprendió que Trump fuera capaz de usar el lenguaje del populismo teniendo en cuenta lo que representa. Quiero decir, el hombre es un billonario, y en cambio puede hablar de atacar el capitalismo global, y llega al poder y recorta de forma masiva los impuestos a los ricos. Y desregula todas las leyes que ponen límites a lo que pueden hacer las grandes corporaciones. Lo que me impresionó fue hasta qué punto había caído el sistema educativo, y cómo de poderosas eran determinadas formas de educación fuera de las escuelas. En EEUU el aula educativa más popular es Fox News. Rupert Murdoch. ¿Sabe de qué le hablo?

Aquí tenemos otras cosas, pero la conocemos.

Es la emisora ​​con más audiencia. Y el 95% de las emisoras de radio en Estados Unidos son de derechas, propiedad de corporaciones muy poderosas. Los medios de derechas van locos por publicar historias que son totalmente demenciales, teorías de la conspiración y cosas así. Y esto hace que los medios del mainstream parece que sean de izquierdas. De repente, parece que el New York Times sea un oasis donde encontrar verdades, y eso que hablamos de un medio que apoyó la guerra de Irak y que siempre ha estado en la órbita del poder financiero. Los medios alternativos están cogiendo mucha importancia en los últimos 2000 años, y ahora, con Trump, son más importantes que nunca.

Pero, entonces, ¿usted no ve mucha diferencia entre Trump y Obama?

Sí que la veo. Trump es peor. Lo que se debe entender de alguien como Obama, o incluso Hillary Clinton, es que, a pesar de estar sometidos a Goldman Sachs y los intereses financieros, creen en un mínimo Estado del Bienestar. Un mínimo. Creen que no puedes tirar todos los leones, mientras que Trump dice «tire todos los leones». Esta es la diferencia. Los niños pobres con Trump no tienen comida gratis debido a los recortes en el Estado del Bienestar, con él los ataques sobre los bienes públicos son abrumadores. Yo habría votado Hillary Clinton, no porque apoye sus políticas, sino que cualquier persona habría sido mejor que Trump. Lo siento, pero Trump es un fascista, un supremacista y nacionalista blanco. Clinton habría sido el mal menor. Por lo menos, con ella millones de personas que están cayendo en la pobreza habrían tenido un seguro médico. Pero, al mismo tiempo, no creo que ésta sea la única respuesta, no renuncio a una reestructuración radical a cambio de una reforma. La reforma es un tema temporal. Una reestructuración radical es una estrategia a largo plazo. No es lo mismo.

Usted defiende que el gran capital intenta controlar la escuela y la educación superior, una idea que aquí comparte un sector de la comunidad educativa. ¿Me puede decir a través de qué instrumentos se hace esta operación?

Hay muchos. Primero, la privatización. Hay intentos de privatizar la educación pública. En segundo lugar, vacían de recursos la educación pública, y como lo hacen dicen: «¿Ves cómo no funciona?, la única solución es privatizarla». En tercer lugar, imponen grandes restricciones a lo que es el aprendizaje hasta convertir a los maestros en técnicos, con esquemas contables que son enormemente represivos, por decirlo suavemente. En cuarto lugar, crean escuelas charter, y con ello se desvía dinero público a organizaciones privadas. En quinto lugar, se refieren a estas escuelas como «escuelas gubernamentales», con lo que ello implica, ya que cualquier cosa relacionada con el gobierno básicamente se considera malvada. O sea que tienen un montón de métodos para hacerlo. Y aún pueden ir más lejos.

¿Cómo?

Hay que mirar al tema de las clases sociales, que es realmente la categoría que falta en torno a la educación. No es sólo que la gente tenga menos acceso, es que los estudiantes pobres, negros y blancos, están sufriendo en estas escuelas que los hacen formar parte de lo que se conoce como the school-to-prison pipeline (el oleoducto de la escuela a la prisión). Las escuelas se han militarizado. Hay más policía, más medidas de seguridad y se podría ir aún más lejos con la excusa de la violencia que hemos visto en las escuelas en los últimos diez años, desde Colombine. En las escuelas se ha dejado de lado el aprendizaje crítico porque lo importante son las medidas de seguridad. Hay un boom del sector de la seguridad, las escuelas están generando un negocio de millones de dólares para las empresas que fabrican detectores de metales e instalan circuitos internos de televisión. Mientras los directores invierten miles de dólares en cámaras recortan los salarios de los maestros y atacan a los sindicatos de docentes. Todo ello, en el nombre de la seguridad. Por eso las escuelas terminan siendo moldeadas a imagen de las cárceles. Es lo que yo llamo el castigo de la prisión (prison punishment creep), estamos haciendo la mudanza de la prisión en la escuela.

¿Y en la educación superior?

Allí pasan otras cosas. Por ejemplo, ves que se están contratando más burócratas para administrar que profesores para enseñar, en especial en Estados Unidos. El sistema de gobernanza se está modelando según la cultura de los negocios, no según la cultura de la democracia. Cada vez vemos emerger una burocracia más interminable y sin sentido, por lo menos a la educación superior de Estados Unidos y del Reino Unido, donde los profesores ya no tienen tiempo para escribir, y donde cada vez tienen más contratos temporales. Como he dicho en la charla, el 70% del profesorado universitario de EEUU tiene un contrato temporal. Los sistemas de gobernanza son reaccionarios, el profesorado cada vez pinta menos, y el dinero cada vez está menos en las disciplinas de humanidades y más en las relacionadas con el negocio y el capital. Por lo tanto, la universidad está siendo reimaginada como una agente de las corporaciones. En el pasado un ethos democrático guiaba estas universidades, con todos sus problemas, al menos, había un ethos donde había un bien público, pero ahora este lenguaje está tan muerto como el mito de la virgen María.

Giroux, durante la parte de coloquio de la conferencia inaugural

Ha mencionado también, como un aspecto negativo, que el profesor universitario es cada vez más un especialista. ¿A qué se refiere?

Nos están haciendo personas menos cosmopolitas, menos atentas a todo este abanico de realidades que necesitamos aprender para ser capaces de adquirir un lenguaje para la comprensión de la sociedad.

O sea ¿que tenemos más graduados universitarios que nunca pero están poco capacitados para entender la realidad?

Tienen un conocimiento menos exhaustivo sobre el mundo en el que viven. Están atrapados en su especialidad. Y las especialidades en algunos aspectos pueden ser estranguladoras, porque no equipan a los estudiantes para entender el contexto en el que operan estas especialidades. ¿Qué significa ser un doctor y no tener ética? ¿Qué quiere decir que seas un ingeniero armamentístico y no tengas ninguna conciencia sobre el dolor que causan las armas que fabricas? ¿De qué sirve ser un especialista en tantas profesiones y no tener que pensar más sobre desigualdades, pobreza o sobre los desastres ecológicos que están teniendo lugar para acabar con el planeta en 10 años? Todo esto es una forma de analfabetismo. Seguro que es gente muy lista en su disciplina, pero es estúpida en cuanto a entender el mundo en términos globales, mientras se crean las condiciones para que ellos prosperen en su especialidad. ¿De qué te sirve haber sido formado como cirujano ocular si vives en Florida y en diez años ya no lo podrás hacer porque el océano la engullirá?

¿Será esto lo que explica por qué personas con estudios superiores pueden acabar votando Trump?

Esto sería una explicación. Pero creo que hay otra, y es que Trump impulsa unas políticas que benefician a los intereses egoístas de esta gente, como el hecho de pagar menos impuestos. Cuando te defines como un contribuyente y no como un ciudadano, como resultado de la especialización en la que te encuentras, y rechazas considerarte ciudadano, es aquí donde acabas yendo. Te acabas definiendo sólo por tus intereses y dejas de ser un ciudadano para convertirte en un enemigo de la democracia.

¿No cree que en el mundo occidental hay mucha gente que protesta y que, por tanto, se considera muy crítica con el sistema, pero que al mismo tiempo no tiene la más mínima conciencia de que vive en la parte del mundo privilegiada?

La crítica puede servir para la mejora de la humanidad o para tus intereses particulares; claro que se puede ser crítico con algunas cosas y al mismo tiempo muy reaccionario. Porque no eres o no quieres ser consciente de que tus privilegios están basados ​​en la explotación de otra gente. Esto ocurre cuando no puedes entender hasta qué punto está mal repartida la riqueza en este mundo. ¡Hay tres personas que poseen la misma riqueza que la mitad de la población mundial! Este tipo de problemas atraviesan las fronteras nacionales. Aquí hay tres temas: primero, que la gente tiende a pensar en ella misma ante todo; en segundo lugar, que no se da cuenta que el Estado ya no les protegerá más, porque los virus no entienden de fronteras, como tampoco lo haría una guerra nuclear; y en tercer lugar, su crítica contribuye al problema porque lleva a la gente a creer en una justicia propia, basada en una especie de pureza política que en realidad es sólo reaccionaria.

Estaría bien acabar la entrevista con algún signo de esperanza…

Yo tengo mucha esperanza en la gente joven, a raíz de lo que veo que está pasando en Hong Kong o en Chile. También en Ecuador, o en Brasil, o en Estados Unidos o quizás aquí mismo. Estamos al final de un siglo de explotación y contradicciones que la gente no puede soportar más. Mucha gente ya no piensa en mejorar el mundo, sino en sobrevivir. Estamos en la lógica de la supervivencia, y esto empuja a la gente hacia un lenguaje que es muy diferente del que tenía hace años. Creo que los jóvenes, en todo el mundo, empiezan a darse cuenta de que les están robando la democracia. Cada vez hay más gente manifestándose en el mundo contra un sistema económico que es absolutamente explotador, y que está ligado a la corrupción, a las diversas formas de represión policial y gente que pasa hambre porque simplemente no está siendo pagada adecuadamente. Este sistema que pone en peligro el Estado del Bienestar y promueve el auge del Estado del Castigo. Ver toda esta lucha me da esperanza.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/11/08/los-maestros-son-una-amenaza-porque-ensenan-a-hacer-preguntas/

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Pedro Mañas: “Si queremos fomentar la lectura, los libros no pueden ser un castigo”

Para que los estudiantes sientan que leer es una actividad atractiva, es necesario fomentar la lectura en casa y que vean que sus familias también disfrutan leyendo. Así opina Pedro Mañas, escritor de Literatura Infantil y Juvenil.

El escritor Pedro Mañas (Madrid, 1981) se ha hecho un hueco entre los autores más representativos de la Literatura Infantil y Juvenil de nuestro país. El público lo conoció en el año 2008 gracias a su obra ‘Klaus Nowak, limpiador de alcantarillas’, y desde entonces su trayectoria profesional ha sido reconocida con diferentes galardones por parte de la crítica; entre ellos se encuentra el XV Premio Anaya por su trabajo ‘Apestoso tío Muffin’.

Entrevista a Pedro Mañas

Reconoce que ya desde pequeño cogía lápiz y papel para dejar volar a la imaginación, pero que la idea de convertirse en escritor llegaría más tarde. “Según dicen mis padres, quería ser taxista o jardinero. Luego, hasta mi juventud, fantaseé con un buen número de profesiones como actor o actor de doblaje, periodista, profesor, médico… “, afirma. De hecho, realizó el primer curso de la carrera de Medicina hasta que se dio cuenta que aquello no era lo suyo. “Supongo que lo importante es que, aunque nunca me lo planteé como una profesión, durante todos esos años no dejé de inventar ni de escribir historias”, añade.

En su opinión, ¿cuál es el estado de la literatura infantil en nuestro país?

Hay magníficos autores e ilustradores en España que trabajan duramente para intentar vivir de esta profesión. También creo, por otro lado, que se publica tanto y a tal velocidad que habrá que esperar bastante para que el tiempo vaya poniendo cada cosa en su sitio. Lamentablemente, muchas de nuestras obras se olvidarán pronto, pero lo que importa es que la calidad sobreviva y permanezca para nuevas generaciones como ocurre con la literatura para adultos.

¿Cree que se fomentan lo suficiente los planes de lectura en los colegios?

Mi relación con la escuela es esporádica y en esas visitas ocasionales para charlar con los lectores me encuentro con panoramas muy diversos. En general, tengo la sensación de que hay buenas intenciones, pero para que un plan lector funcione debe haber un compromiso de todos los sectores implicados, desde la dirección del colegio a las editoriales, pasando por la familia y los profesores. A menudo falla la coordinación o el grado de implicación entre estas partes.

” Para diseñar un plan lector, reduciría la presión o el número de libros que los niños deben leer e intentaría despertar su interés por otros medios “

¿Cómo diseñaría un plan lector? ¿Qué actividades y ejercicios sugeriría?

Sería pretencioso por mi parte intentar siquiera esbozar algo parecido a un plan lector, pues no tengo ni la formación ni la experiencia para ello. Cualquier cosa que dijera ya la habrían dicho antes y mejor muchos pedagogos. Como autor sí que puedo decir que seguiría fomentando los encuentros con escritores e ilustradores en el colegio, que son tremendamente productivos para ambas partes. Tal vez también reduciría la presión o el número de libros que los niños deben leer, e intentaría despertar su interés por otros medios.

He intentado responder muchas veces a esta pregunta y también a la cuestión de ‘¿qué se puede hacer para que un niño no lector se aficione a la lectura?’. Todas las respuestas que he dado han demostrado no ser válidas para todos los casos. Supongo que, de entrada y desde muy pequeños, nuestras aficiones se diversifican. Hay niños a los que, sencillamente, nunca les ha seducido leer, tal vez porque se les ha obligado a ello; porque conviven con un entorno en el que la lectura está desprestigiada; o porque tienen otras formas de ocio más inmediatas a su alcance. Lo importante es no rendirse y seguir intentándolo sin convertir nunca el fomento de la lectura en una guerra ni los libros en un castigo.

Pedro Mañas

¿Cómo fomentaría ese interés para que les resulte una actividad atractiva?

Ante todo, y hablo desde la experiencia con mis sobrinos (que son los únicos niños sobre los que me veo capaz de ejercer una influencia continuada), creo que todo comienza por ensalzar la lectura en casa. Para eso, deben vernos leer y disfrutar con los libros, que para eso somos sus principales referentes. Aunque en última instancia la lectura es solitaria, da pie a muchas actividades compartidas que podemos explorar: visitar juntos la biblioteca, hablar de lo que hemos leído cada uno, escuchar sus gustos, jugar a transformar las historias… Por último, debemos hacerles entender que la lectura es un premio y no un castigo. Por ejemplo, celebrando un día de fiesta acudiendo juntos a la librería.

Es difícil recordarlo, porque fui un lector bastante precoz y de algunas de las obras no tengo en mi memoria ni el título, solo algunas imágenes y esa sensación de haberse quedado prendado de la historia. Aunque hubo libros anteriores que me encantaron, por elegir alguno mencionaré ‘La leyenda de Boni Martín’ de José Luis Olaizola. Cuenta la aventura de un niño rico y caprichoso cuyos padres, fingiendo que se han arruinado, se mudan a un pueblo miserable en el que Boni tendrá que aprender a apañárselas sin dinero.

¿Dónde busca la inspiración al escribir?

” La inspiración funciona mejor cuando se recibe y no se busca “

Bueno, aunque se puede forzar un poco la inspiración, creo que en general funciona mejor cuando se recibe y no cuando se busca. Uno lee a otros autores, ve películas, ojea noticias, escucha historias o camina por la calle sin ninguna intención especial. Luego, de un modo casi mágico, la imaginación junta y revuelve para presentar una historia completamente nueva pero que bebe de todo aquello que ha conocido.

Por último, un pequeño test. ¿Qué le sugieren las siguientes palabras?

  • Literatura: Viaje.
  • Escritor: Regalo.
  • Imaginación: Juguete.
  • Libro: Puerta.

Fuente: https://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/pedro-manas-fomentar-lectura/93767.html

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Bernice McCarthy: “Ser profesor exige adaptar la enseñanza a los cuatro tipos de alumnos que existen en un aula”

Así era…

Bernice McCarthy

Profesora de inglés, consultora, creadora de la metodología 4MAT.

Con apenas 6 años ya enseñaba a sus vecinos más pequeños a leer en una pequeña aula que montó por su propia cuenta en el sótano de su casa. Cuando mira hacia atrás, recuerda lo divertido que fue y lo orgullosa que se sentía de ella misma cuando los niños y niñas entendían el significado de un símbolo o aprendían a leer una palabra entera. Ese amor por aprender y por enseñar no le ha cesado nunca.

El modelo 4MAT define cuatro estilos de aprendizaje y los relaciona según el hemisferio cerebral al que pertenecen. El modelo es una réplica del ciclo de aprendizaje natural en el que intervienen cuatro cuadrantes; los parámetros de sentir y pensar y los de reflejar y actuar. Lo hemos desarrollado desde una perspectiva holística y está basado en diferencias humanas esenciales que tienen relación con cómo percibimos, procesamos, entendemos y transmitimos información.

¿Qué metodologías se pueden utilizar en cada uno de los cuatro estilos de aprendizaje propuestos?
Los estudiantes del primer cuadrante destacan en sentir y reflexionar, tienen muchas discusiones, intercambian conversaciones y comparan distintas percepciones. El segundo tipo de alumnos destacan en pensar y reflexionar, por lo que realizan tareas de lectura dirigidas por el maestro. Los del tercer cuadrante sobresalen en pensar y actuar, es por ello que su aprendizaje debe ser práctico y es necesario que realicen tareas experimentales. Por último, el sentir es una cualidad que resalta en el cuarto tipo de estudiantes, por lo que deben crear proyectos que sean beneficiosos para la comunidad.

¿Puede un estudiante pertenecer a más de un estilo?  
Durante el aprendizaje continuamente surgen situaciones que requieren tener habilidades en los cuatro cuadrantes. En general, todos los estudiantes que aprenden con 4MAT recorren de principio a fin todo el ciclo, desde sentir y experimentar hasta reflexionar, pensar, actuar y adaptar el aprendizaje a sus propias vidas. 

¿Qué similitudes tiene este modelo con las inteligencias múltiples que propone Gardner o la evaluación de competencias que se desarrolla en países como España?
El trabajo de Gardner se basa principalmente en las diferencias sensoriales y en las nueve inteligencias. 4MAT trata solamente el acto de aprendizaje y las posibles combinaciones de los cuatro estilos. No estoy familiarizada con la evaluación de competencias en España, pero comparto lo que defiende el movimiento “Common Core” americano, el cual promueve que las competencias se conviertan en el enfoque de toda escolarización.

¿Cuál ha sido el motor para realizar todas sus investigaciones?
El objetivo de nuestras investigaciones ha sido siempre avanzar y mejorar mediante el análisis de datos recopilados por nuestro propio equipo, que está compuesto por graduados en capacitación avanzada y por especialistas que ponen a prueba 4MAT dentro de sus organizaciones.

Hablando de alumnos… ¿Sufren discriminación por parte del sistema escolar actual?
Definitivamente sí. La mayoría de las aulas tienen cuatro tipos de alumnos, y existen investigaciones que confirman que algunos maestros tienden a enseñar el estilo que a ellos les parece más adecuado, olvidándose de cuál es el más conveniente para cada estudiante. Tal y como apuntaba Einstein, si juzgas a un pez por su capacidad de trepar árboles, pensaremos siempre que es un inútil…. Por desgracia, este juicio ocurre a menudo en la escolarización actual. Ser profesor exige adaptar la enseñanza a los cuatro tipos de alumnos que existen en un aula.

Su modelo no habla de calificaciones. ¿Qué método debería utilizarse para medir el aprendizaje y la inteligencia de un alumno?
Hay que medir el aprendizaje de los alumnos para que ellos mismos puedan ser conscientes de su progreso y para que los maestros puedan implementar las modificaciones oportunas para cada estudiante. Además, evaluar a un alumno implica también hacerlo con el maestro. Por otro lado, hay que olvidarse de cualquier método que mida la inteligencia del alumno, a menos que todos hayan tenido acceso a la misma buena educación. Hasta que esto no suceda, tales medidas son clasistas, racistas y sexistas.

¿Los docentes tienen las herramientas suficientes para responder a la diversidad de alumnos en el aula?
Los docentes no responden a la diversidad de los alumnos de su aula. A muchos ni siquiera se les ha enseñado cómo funciona realmente el aprendizaje de un alumno, así como la esencia de las disciplinas que se les pide que enseñen. Si no somos capaces de responder a estas necesidades, estamos contribuyendo al fracaso escolar, del cual somos culpables todos nosotros.

Si los actuales alumnos se siguen formando en un tipo  de educación totalmente “anticuado”, ¿qué aportaran a la educación de las futuras generaciones?
Los actuales estudiantes y futuros profesores tienen la obligación de saber cómo funciona el aprendizaje, para mejorarlo y potenciar a sus alumnos, y hacerles sentir cómodos en cualquiera de los cuatro estilos de nuestro modelo en el que se esté trabajando.

… ¿Y cómo pueden ayudar los padres?
Los padres son quienes mejor conocen a sus hijos y cuentan con un instinto natural.  Es conveniente que profundicen en conocer cómo funciona el aprendizaje, lo que les ayudará a desarrollar la mente, el corazón y las aptitudes de sus hijos.

¿Qué repercusiones puede tener para un adulto que se ha sentido inferior a otro durante toda su escolarización?
Dependerá de cómo se ayude a estas personas en el futuro. Lo más probable es que no sea suficiente para reparar los fallos de la etapa escolar. Además, tenemos que tener en cuenta  que el estado no tiene capacidad para rectificar los errores cometidos durante esta etapa.

Fuente: http://blog.tiching.com/bernice-mccarthy/

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Entrevista a Silvia Álava y Ruth Castillo: «Si a los niños se les enseñan habilidades para gestionar correctamente sus emociones se pueden evitar problemas físicos y mentales de por vida»

Entrevista/07 Noviembre 2019/El diario la educación

Las emociones tienen un papel fundamental en nuestras vidas, pero muchas veces se lo negamos o lo ignoramos. Entrevistamos a Silvia Álava y Ruth Castillo sobre el papel que tienen y cómo familias y docentes pueden aprender de ellas para mejorar la inteligencia emocional de niñas y niños.

Hablamos con Silvia Álava, doctora en Psicología Clínica, y Ruth Castillo, doctora en Psicología de la Educación, sobre la importancia de las emociones en la vida de niñas y niños, de adultos también. Qué podemos aprender de ellas, cómo gestionarlas y mejorar nuestra relación con los demás. Ambas han colaborado con el proyecto Aprendemos juntos del BBVA en su reto ‘Hechos de emociones‘ que quiere dar herramientas y conocimiento a familias y profesorado sobre inteligencia emocional para que puedan desarrollarla junto a niñas y niños.

¿Vivimos en un mundo que prima lo racional, que castiga la vertiente emocional de las personas?

Silvia Álava: Vivimos en mundo en el que la formación ha ido dirigida a la parte racional, a generar contenidos y a memorizar datos. Desde pequeños en las escuelas a los niños se les enseña a leer y a escribir, pero las emociones tradicionalmente han quedado fuera de las aulas. Cuando llegamos al mundo adulto, tratamos a los trabajadores como si fueran máquinas, sin pararnos a valorar su parte emocional, sin percatarnos de que esta nos acompaña en cada día de nuestra vida, y que la mayor parte de los conflictos laborales suelen ocurrir por temas emocionales. Si no aprendemos a relacionarnos de forma sana con nuestras emociones, podemos enfermar e, incluso, perder el equilibrio físico y emocional. Por eso es importante que cada vez la educación emocional esté más presente en todas las esferas de la sociedad.

Ruth Castillo Gualda: Más que castigar el ámbito emocional, yo diría más bien que los adultos tenemos todavía muy arraigada la idea de que las emociones nos hacen vulnerables. ¿Cuántas veces nos han aconsejado que deben esconderse determinadas emociones para no mostrar debilidad? Esa mentalidad está compuesta por las pautas educativas, las ideas que nos han inculcado, nuestro autodiálogo a la hora de tomar decisiones, la sociedad o la cultura en la que hemos vivido. Todas estas ideas las llevamos grabadas a fuego muchos de los adultos (papás o maestros) que somos responsables actualmente de la educación emocional de los niños. Por eso, la educación emocional invita a romper esa creencia, a transformar la opinión que tenemos acerca de que las emociones como aspectos que pueden entorpecer o hacernos más vulnerables. En cambio, debemos verlas como mensajes, como una información más a la que debemos atender cuando queremos dar una respuesta efectiva. La inteligencia emocional nos ayuda a entender que mostrar las emociones puede ser un símbolo de valentía y de coraje y que escuchar las de los demás nos hace más efectivos y más empáticos.

Hoy día la neurociencia nos da algunas claves sobre la importancia de las emociones a la hora de, por ejemplo, guiar nuestro aprendizaje, cómo se fija el conocimiento que adquirimos…

Silvia Álava: Así es. Las emociones forman parte de nuestra vida, podemos utilizarlas a nuestro favor para facilitar el aprendizaje o ignorarlas y entorpecer los procesos de aprendizaje. Hoy en día tenemos ya superado el refrán “la letra con sangre entra”, de hecho, sabemos que cuando los alumnos sienten emociones desagradables como el miedo, su aprendizaje se ve afectado. El miedo no va a favorecer procesos claves del aprendizaje como son la atención a los que dice el profesor, el razonamiento lógico, la capacidad de memorización… Más bien todo lo contrario, nos bloquea y no nos deja pensar con claridad. Otro ejemplo con el que seguro que casi todos nos hemos visto reflejados es la ansiedad. Cuando los alumnos están muy estresados merma su capacidad de aprendizaje y fallan en los exámenes. Sin embargo, emociones como la curiosidad, favorecen el aprendizaje porque incitan a que al niño le apetezca aprender. Las emociones mantienen la curiosidad y favorecen el interés por descubrir lo nuevo.

Nadie nunca recibió demasiada información sobre cómo funcionan las emociones. Familias y docentes tampoco. Esto complica mucho romper con la sensación de que hay cosas que es mejor no sentir, ¿no?

Silvia Álava: Es importante que tanto las familias como los docentes estén formados en inteligencia emocional. Lo primero, porque ellos serán el modelo que sus hijos y alumnos seguirán. Si no regulan bien sus emociones será complicado que pidan a los menores que lo hagan. Tenemos que perder el miedo a sentir, a sentir todas las emociones, tanto las agradables como las desagradables. Porque las emociones son información y nos dicen lo que nos está pasando. Cuando no escuchamos nuestras emociones no tomamos bien las decisiones. Y cuando las negamos, estas vuelven con más fuerza e, incluso, si lo hacemos durante un periodo largo de tiempo, puede desembocar en enfermedades somáticas. Es decir, el dolor es el mismo, pero la causa no es orgánica sino emocional. Por ejemplo, molestias gástricas que no están causadas por una intoxicación o un virus, sino por los nervios; al igual que los dolores de cabeza, las erupciones en la piel…

Ruth Castillo Gualda: El problema de esta idea es que nos encontramos con gente adulta que tiende a reprimir o negar sus emociones. Las emociones que se bloquean pueden conllevar a importantes problemas de salud mental, como la ansiedad o la depresión. Es precisamente esa discrepancia entre lo que se siente y lo que se muestra, la principal fuente de estrés y consumo de recursos en una persona. Además, esto no atañe solo a la población adulta. Según informes recientes realizados por la OMS, los trastornos emocionales como la depresión, están siendo la principal causa de discapacidad entre niños de 10 a 19 años. Por ello, la educación emocional se convierte en una herramientas preventiva en la que el centro educativo, los iguales y los adultos con los que se relaciona el niño, representan un elemento clave. Si a los niños, desde pequeños, se les enseñan habilidades para gestionar correctamente sus emociones se pueden evitar problemas físicos y mentales de por vida, y en psicología, como en otras disciplinas, prevenir siempre es más efectivo que solucionar.

Siempre se dice que hay emociones buenas y malas. ¿Cómo lo veis desde vuestro conocimiento?

Silvia Álava: No existen emociones buenas ni malas. Todas las emociones son buenas porque nos dan información. Sin embargo, hay emociones que llamamos agradables o positivas que a todos nos gusta experimentar, como puede ser la alegría, la calma, la tranquilidad… Y otras son emociones desagradables o negativas porque no nos gusta sentirlas, como puede ser el miedo, el enfado, el asco, la frustración… pero que son igualmente necesarias porque nos dan información sobre lo que nos ha pasado y podemos utilizarlas para resolver la situación. Por ejemplo, si me he enfadado por la conducta que un compañero de trabajo ha tenido conmigo, puedo utilizar la energía de la emoción del enfado para decirle de forma asertiva, que cuando hizo algo en concreto yo me sentí decepcionada, o enfadada porque no me ha gustado y me gustaría que para otra vez me pidiese o hiciese lo que en ese momento me hubiese gustado recibir.

Ruth Castillo Gualda: Una persona con inteligencia emocional no es aquella que vive en un mundo happy, entusiasmado o relajado todo el tiempo. Eso es una idea irreal y poco acertada desde de mi punto de vista. La paternidad no es lo que nos contaron, en la que todo sale como esperamos, en la que nos sentimos pacientes todo el tiempo. Tampoco los alumnos en clase están siempre dispuestos a aprender y motivados con las tareas. Pero en ambos casos, como educadores, sí podemos contagiar emociones, es más, las emociones son muy contagiosas y tanto en casa como en clase, estamos continuamenteo co-regulando emociones con los demás. Lo que yo haga y cómo lo haga va a influir en el comportamiento y las emociones del otro, y viceversa. Por ello, nuestra labor es fundamentalmente emocional. Y desde lo emocional podemos activar y despertar muchos procesos cognitivos complejos. Es decir, la educación emocional promueve las habilidades para gestionar o generar las emociones más útiles con el objetivo de dar una respuesta adecuada a la tarea que estamos realizando o al objetivo que perseguimos. Por eso, implica reconocer la utilidad de todas las emociones. La frustración, la decepción o la preocupación pueden ser experiencias muy acertadas en determinadas ocasiones.

¿Por qué las emociones negativas, las que nos resultan desagradables, son más fáciles de recordar?

Silvia Álava: Cuando sentimos una emoción se activa una parte del cerebro que se llama el sistema límbico o cerebro emocional, y los acontecimientos se fijan más en la memoria cuando esa parte está activada. Por eso decimos que el aprendizaje asociado a las emociones es más difícil de olvidar, sobre todo cuando se activa el hipocampo, que es donde se registra la memoria de lo percibido y aprendido. Tradicionalmente, por la forma en la que nos han educado y por nuestras vivencias, ponemos mucho más el foco en lo que nos pasa negativo que en lo positivo. Algunas investigaciones sugieren la activación o el choque de una emoción desagradable, la cual puede igualar o superar el de tres de emociones agradables. Por ello, sería conveniente esforzarnos en tener el triple de experiencias positivas que negativas, y lo ideal sería que las quintuplicasen.

¿Cómo pueden las familias y el profesorado atender a las emociones de niñas y niños?

Ruth Castillo Gualda: ¿Cuántas veces pedimos a nuestros hijos que manejen o controlen su rabia o sus celos, cuando ni siquiera saben que se sienten así, cuáles son sus pensamientos o qué detonantes han provocado esa emoción? Les pedimos “empezar la casa por el tejado”. Actualmente, existe mucha conciencia de la importancia de la educación emocional pero poca estructura sobre cómo trabajarlo. A través del reto ‘Hechos de emociones’ del programa educativo ‘Aprendemos juntos’ de BBVA, se proporciona organización sobre cómo abordar y trabajar cada una de las habilidades relacionadas con la inteligencia emocional. En primer lugar, proponemos y diseñamos ejercicios para trabajar la percepción e identificación de las emociones, posteriormente la comprensión y el vocabulario para describir las emociones, y por último, la regulación efectiva de las mismas. Todo esto tanto a nivel personal como a nivel social. Por tanto, con este reto ofrecemos pautas prácticas y estructuradas para trabajar con los niños de manera progresiva y/o adaptada a su nivel de desarrollo madurativo, desde la etapa de primaria hasta la adolescencia, y en dos ámbitos sumamente relevantes, como son eleducativo y el familiar.

¿Por qué es importante que chicas y chicos conozcan sus emociones, sepan identificarlas y gestionarlas?

Ruth Castillo Gualda: Mi carrera investigadora ha estado fundamentalmente centrada en demostrar la efectividad de la educación emocional. Cuando aplicamos programas de educación emocional estructurados y correctamente implementados, las resultados muestran que los alumnos tienen mayor salud mental, es decir, reportan menos problemas de estrés, ansiedad, somatizaciones o depresión. La calidad de las relaciones entre los alumnos mejora, la respuestas agresivas disminuyen y tienen más conductas empáticas, en comparación con clases que no reciben educación emocional. Además, el impacto de la educación emocional no se limita únicamente al alumnado, los adultos pueden beneficiarse de muchas maneras. Los profesores, tienen mayor capacidad para responder a las demandas del alumnado, saben cómo conectar con sus emociones, validarlas y atenderlas, siendo un buen modelo de gestión emocional. Los profesores que integran herramientas de educación emocional en su pedagogía para enseñar poseen mayores niveles de motivación, manejan mejor el estrés, así como mayor satisfacción y compromiso en su labor docente. En definitiva, la manera en que los educadores gestionen sus propias emociones, así como la forma en la que se relacionen con las emociones de los niños, será el elemento clave y diferenciador para promover en ellos un desarrollo óptimo y saludable.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/extraeducacion/2019/11/07/si-a-los-ninos-se-les-ensenan-habilidades-para-gestionar-correctamente-sus-emociones-se-pueden-evitar-problemas-fisicos-y-mentales-de-por-vida/

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Mazotti: «La problemática de violencia de género, sexual y maltrato infantil es alarmante»

Por: Entrevista 930 en radio Monte Carlo.

La directora de Inmujeres Mariela Mazotti dijo que en Uruguay «nos tenemos que preocupar muchísimo» por los temas de violencia de género y sexual porque la problemática «es alarmante y no se mitiga comparándolo con otros países de América Latina».

«En Uruguay la problemática de violencia de género, doméstica, sexual y maltrato infantil es alarmante y no se mitiga comparándolo con otros países de América Latina. Nos tenemos que preocupar muchísimo, por eso queremos impulsar un plan de emergencia nacional. El mundo está pasando por un momento de extrema violencia social, que también es violencia de género, porque el uso del poder tiene connotaciones de autoritarismo que se asocia a la cultura patriarcal, y en la vida privada de las personas se expresa en la violencia contra niñas, niños, adolescentes, mujeres y personas mayores», dijo Mazotti.

Para la directora de Inmujeres «aumentar las penas, definir al femicidio como un homicidio especialmente agravado coloca e identifica el problema» y considera que no se puede renunciar al objetivo del «femicidio cero» aunque «sea una utopía».

Habló de llevar adelante una política integral que empiece por la prevención, que tiene que ver con la educación de mujeres y hombres, aunque consideró que la campaña educativa en estos temas «es un debe» a pesar de que se han hecho cosas, «pero todavía insuficientes».

«El fenómeno de la violencia sexual en niñas, niños y adolescentes es un secreto, una realidad oculta, porque justamente ocurre en el ámbito familiar, en personas muy cercanas a las víctimas. Hay situaciones de riesgo en la calle para las que también tenemos que prepararnos y actuar, pero el porcentaje altísimo de violencia, abuso y maltrato a la infancia y adolescencia está en vínculos cercanos, personas de confianza», dijo en Entrevista 930.

Mariela Mazotti comentó que «la sumatoria de femicidios que se dan en departamentos del interior y pequeñas localidades es un fenómeno que empieza a ser observado hace dos o tres años» y que tiene que ver con la no realización de denuncias y porque «en los lugares más alejados a las mujeres les da vergüenza, la violencia de género muchas veces genera culpa».

Fuente de la entrevista: https://www.radiomontecarlo.com.uy/2019/09/07/entrevista-930/mazotti-la-problematica-de-violencia-de-genero-sexual-y-maltrato-infantil-es-alarmante/

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Mirjana Pović: “Quiero motivar a las niñas para que hagan ciencia en África”

Por: Enrique Sacristán.

Tras completar su formación en España, la astrofísica serbia Mirjana Pović se marchó al continente en el que siempre quiso trabajar: África. Desde el Instituto Etíope de Ciencia y Tecnología Espaciales compagina sus investigaciones sobre galaxias con la lucha para incorporar a la mujer a la ciencia, una labor reconocida con el premio Nature Research Award en la categoría de ‘ciencia inspiradora’.

l 30 de octubre se entregaron en Londres los galardones Nature Research Awards, promovidos por el grupo Naturey la compañía The Estée Lauder para apoyar la igualdad de género y mostrar el trabajo de las científicas.

En la nueva categoría de ‘ciencia inspiradora’, que premia los logros de jóvenes investigadoras y sus esfuerzos para que otras mujeres accedan al ámbito científico, especialmente en países empobrecidos, la primera ganadora ha sido Mirjana Pović (Pancevo-Serbia, 1981).

Esta luchadora conoció de niña la guerra en su país natal, pero logró salir adelante y graduarse en astrofísica. Después acabó de formarse en España y hoy es profesora del Instituto Etíope de Ciencia y Tecnología Espaciales, además de doctora vinculada al Instituto de Astrofísica de Andalucía.

¿Por qué se marcha una científica europea a Etiopía?

África siempre ha sido una de mis pasiones. Me fascina su diversidad y belleza, y me indigna que siga siendo un continente explotado. Siempre quise trabajar para promover la educación y la ciencia en este continente, como una forma de luchar contra la pobreza junto a mis compañeros africanos. Después de años de cooperar en distintos proyectos y países, en 2015 acepté la invitación para ayudar a crear el Instituto Etíope de Ciencia y Tecnología Espaciales (ESSTI, por sus siglas en inglés), el primero de este tipo en todo el este y centro de África.

“Siempre quise promover la educación y la ciencia para luchar contra la pobreza junto a mis compañeros africanos”

¿Cuál es objetivo de este instituto?

Lo fundó en 2016 el Ministerio Etíope de Innovación y Tecnología. Con los datos de los satélites y el desarrollo de la investigación y tecnología en este campo, el país espera mejorar muchos de sus retos actuales, como la educación y salud pública en zonas remotas y rurales, el acceso al agua y los recursos energéticos, la producción agrícola, el aumento de infraestructuras, etc. En cuanto a instalaciones astronómicas, de momento contamos con el pequeño observatorio Entoto, que dispone de dos telescopios de un metro, aunque está previsto disponer de otro de cuatro metros en el futuro.

¿Y cuáles son tus funciones?

Soy jefa del departamento de Astronomía y Astrofísica, investigadora y profesora en el ESSTI. Contribuyo al desarrollo institucional, científico y la formación del profesorado en universidades públicas de Etiopía y otros países de África. Llevo trabajando los últimos 13 años para mejorar la educación y el desarrollo científico en este continente.

¿Puedes comentar alguno de tus proyectos?

He dado clases en orfanatos y enseñado a niños de la calle en Tanzania, Sudáfrica y Ruanda. He formado a las primeras generaciones de estudiantes de máster y doctorado en astronomía en Etiopía, Tanzania, Ruanda y Uganda, colaborando en el desarrollo de la astronomía extragaláctica. Dentro del proyecto NASE (Network for Astronomy School Education) he preparado a maestros de escuelas secundarias en Kenia, Ghana y Etiopía; y en colaboración con la Sociedad de Mujeres Etíopes en Ciencia y Tecnología, he emprendido actividades con niñas de Secundaria para animarlas a trabajar en ciencia.

Entoto-Etiopia

Observatorio Entoto durante el curso de NASE organizado para los maestros de las escuelas secundarias. / ESSTI

¿Toda esta labor es la que te ha premiado el Nature Research Awardsciencia inspiradora’?

Este reconocimiento valora particularmente el trabajo que se hace en países empobrecidos, especialmente con niñas y mujeres. En mi caso, creo que ayudará a visibilizar los esfuerzos que se están haciendo en Etiopía y otros países africanos por el desarrollo científico. Este premio pertenece a todos mis compañeros que trabajan día a día para mejorar la educación y la ciencia, y a los que impulsan la astronomía y ciencias espaciales en África. También espero que sirva para motivar a los compañeros de países desarrollados a compartir su conocimiento y experiencia, así como a los niños –en particular a las niñas– para hacer ciencia en África.

¿A qué vas a destinar los 10.000 dólares del premio?

A dos proyectos: la creación de una red africana de mujeres dedicadas a la astronomía y las ciencias espaciales (African Network of Women in Astronomy and Space Science) para visibilizar, unir y empoderar a las mujeres en este campo; y a apoyar al mayor número de niñas posible en zonas rurales y remotas de Etiopía.

La imagen que se suele tener de Etiopía es la de un país conflictivo y con hambrunas. ¿Es esa la realidad?

Este país se enfrenta a muchos retos nada fáciles de solucionar, pero al mismo tiempo hay muchísima esperanza y motivación entre la gente, que confía en que la situación va a mejorar en el futuro. El programa del ESSTI es uno entre varios, dentro de una visión general para garantizar las mejoras a largo plazo.

¿Has tenido algún problema por ser una mujer blanca que viene a enseñar a África?

En este continente he vivido muchas cosas y no siempre ha sido fácil. A lo largo de mi vida he aprendido a valorar las situaciones difíciles, que también sirven para aprender en la vida. Al enseñar en África nunca he recibido una crítica directa, posiblemente por estar siempre vinculada a proyectos iniciados por compañeros africanos. Siempre he tratado de apoyar a instituciones y asociaciones locales. Creo profundamente que los proyectos a largo plazo, para que sean eficaces, tienen que venir de dentro. Desde fuera lo que podemos hacer es colaborar con nuestro conocimiento y experiencia.

“Sin acceso a una educación pública y gratuita jamás podría haber llegado a donde estoy hoy”

¿Cómo fue tu formación en Europa?

Me pude graduar en Astrofísica porque el acceso a la universidad en Serbia es gratuito, y doctorar gracias a una beca del Instituto de Astrofísica de Canarias. Sin acceso a una educación pública y gratuita jamás podría haber llegado a donde estoy hoy. Además, durante todo ese tiempo ha sido fundamental el apoyo de mi familia y de la gente de mi alrededor. Antes de llegar al ESSTI, trabajé durante seis años en el Instituto de Astrofísica de Andalucía, institución a la que sigo vinculada como doctora, manteniendo colaboraciones científicas con el grupo de actividad nuclear en galaxias.

¿Es esa tu línea de investigación?

Sí, principalmente las galaxias activas: estudiar la importancia de la actividad nuclear en la formación y evolución de galaxias. Recientemente, utilizando datos en el infrarrojo lejano, hemos encontrado una población de galaxias activas con tasas de formación estelar más altas de lo esperado. Ahora hemos conseguido tiempo de observación en el telescopio SALT de 11 metros, en Sudáfrica, actualmente el mayor telescopio óptico de la Tierra, y esperamos que sus datos espectroscópicos nos ayuden a entender mejor la física que está detrás de estos objetos.

¿Cómo se pueden romper las barreras del acceso de la mujer a la ciencia en África?

La pobreza es uno de los principales factores que limita la vida de la gente, afectando sobre todo a las mujeres y las niñas. Para resolver esto, la lucha tiene que ser a largo plazo, y estoy convencida que el desarrollo en educación y ciencia es la mejor herramienta. Además es fundamental ofrecer modelos de referencia a las niñas, las jóvenes y las mujeres, conectándolas con mujeres científicas.

En países como Etiopía, ¿no convendría invertir en aspectos como la sanidad y la educación antes que en ciencia o astronomía?

Es importante invertir en todo. Por supuesto en cosas de primera necesidad, como la alimentación, la salud, el acceso al agua potable o la luz eléctrica, la seguridad civil, la prevención de desastres naturales y las crisis humanitarias… Eso es obvio, pero también hay que invertir en el desarrollo educativo, científico, tecnológico e industrial. Esta segunda parte es necesaria para luchar contra la pobreza a largo plazo. Si no, el continente africano jamás saldrá de esa situación y de la explotación constante de sus recursos naturales y humanos, como lleva sucedido desde hace siglos y desgraciadamente continúa pasando hoy en día.

Lecturing_Rwanda2011

Desde hace más de una década Mirjana Pović trabaja para mejorar la educación y el desarrollo científico en África. / Pheneas Nkundabakura / Nature

Zona geográfica: Internacional
Fuente de la entrevista: https://www.agenciasinc.es/Entrevistas/Quiero-motivar-a-las-ninas-para-que-hagan-ciencia-en-Africa
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