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¿Por qué los castigos a niños no sirven para nada?

España/Julio de 2016/Familia

Entrevista con Olga Carmona

Hace 50 años se castigaba mirando contra la pared, con orejas de burro o incluso sosteniendo libros en cada brazo. De un tiempo a esta parte la moda es obligar al niño a sentarse a pensar. ¿Ha cambiado mucho el cuento?

En la filosofía de base no, en la forma afortunadamente sí. Nuestra sociedad evoluciona hacia leyes más civilizadas, democráticas y respetuosas con los derechos humanos y hoy por hoy, muchas formas de castigo que se usaban antes serían constitutivas de delito. Sin embargo, las sociedades cambian antes sus leyes que sus mentalidades. Hacen falta varias generaciones para erradicar una forma de pensamiento. Hoy se utilizan formas de castigo menos aversivas pero cuya base de que el castigo es educativo, que el adulto es superior, que el castigo transmite autoridad, que la disciplina sólo puede conseguirse a través de éste y que si no sometemos convenientemente a los niños, serán sujetos desadaptados y peligrosos. Creencias que dibujan el perfil de una sociedad profundamente adultocentrista, que lleva siglos instalada en el paradigma del premio y el castigo como únicos vehículos de aprendizaje y cambio.

 ¿Qué le parece la silla o el rincón de pensar?

Es una técnica punitiva, se trata de una expulsión o aislamiento del niño sin dotarle de ningún tipo de herramienta para que aprenda a gestionar el conflicto. Un niño no sabe pensar si no es guiado y acompañado con un adulto y desde luego, nadie puede pensar inundado de ira o de frustración. Es un castigo maquillado que no aporta absolutamente nada. Aislar e ignorar física y afectivamente a un niño no educa. Por el contrario, contenerle, ayudarle a calmarse (respiración, frasco de la calma, un cojín preferido, un abrazo si se deja, un cuantas carreras…), para después guiarle hacia una reflexión sobre lo ocurrido y tratar conjuntamente de encontrar una mejor manera de hacer las cosas, sí educa. Porque no se trata sólo de decirle lo que no es correcto, sino de mostrarle caminos alternativos al mal comportamiento. Incluso pueden utilizarse recursos como teatralizar la situación con las nuevas estrategias para que “ensaye” su puesta en marcha, o darle al botón imaginario del retroceso para tener la oportunidad de esta vez, hacerlo bien. Ellos necesitan saber cómo y es nuestra responsabilidad ayudarles. No expulsarles.

Hacerlo como usted indica, ¿qué aporta en ese niño?

Conseguir personas empáticas, respetuosas y capaces de gestionar los conflictos, a no ser personas sumisas y resentidas incapaces de conectarse con sus propias emociones y mucho menos con las de los otros. Uno no puede dar lo que no tiene y no puede ofrecer lo que no sabe.

Deme argumentos para no castigar a un niño de infantil y/o primaria

El primero y más esencial de todos es por razones éticas universales: cuando castigamos a un niño pequeño atentamos contra su dignidad como persona. Los castigos, sean de la índole que sean, tienen un componente de sometimiento y humillación. Se impone por la fuerza la voluntad de un ser humano sobre otro, que es, además, más débil.

Pero es que, además está suficientemente demostrado que el castigo no modifica la conducta a largo plazo, no educa, deteriora el vínculo entre el niño y el adulto, genera resentimiento, conductas evitativas, y violencia. Fragiliza una autoestima en construcción, genera ansiedad y miedo, y perpetúa el modelo anacrónico, simplista e ineficaz de educación que ya no defenderían ni los conductistas más radicales. Se trata de un modelo aprendizaje que corresponde al siglo pasado y experimentado inicialmente con animales, para generalizarlo después al comportamiento humano.

Muchos lo defienden porque así el niño deja de hacer aquello por lo que se le castiga…

Pero no porque realmente haya interiorizado las razones por las cuales no debe hacerlo, sino por miedo y por evitar el castigo. Luego el castigo no produce un aprendizaje de los valores que pretendemos inculcar. Es una enorme paradoja, porque cuando se les pregunta a los padres qué quieren para sus hijos, la mayoría responde que sean buenas personas y que sean felices.

Y castigando, ¿no se consigue?

Queremos educar personas con criterio, con valores, empáticas y respetuosas, capaces de defender su espacio sin invadir el de los otros. Esto sólo se consigue cuando la motivación es intrínseca, es decir, cuando hacemos las cosas porque creemos que deben ser hechas, no porque temamos las consecuencias externas. Se trata de construir cimientos sólidos desde dentro, no convertir a nuestros hijos en marionetas manejadas por la aprobación o desaprobación del entorno.

Un niño de 3 años no quiere dormir la siesta en el colegio y por ello molesta a los demás. ¿Sugiere castigo ejemplar o llevárselo a otra parte?

Sugiero revisar la competencia académica y profesional de una profesora que castiga a un niño de 3 años, haga lo que haga. Si no encuentra más alternativas que el castigo, entonces probablemente no merece ocupar semejante responsabilidad. Sugiero respetar la decisión del niño de no dormir y ofrecerle opciones de acuerdo a su edad que equilibren el descanso de los otros y su no necesidad de hacerlo. Lo que desde luego no es admisible es que el niño se convierta en el chivo expiatorio de la incompetencia de algunos profesores y de un sistema que premia el comportamiento de la mayoría y castiga a los que no quieren o no pueden engrosar la media estadística. Estamos educando, no adiestrando.

¿Sirve de algo castigar? ¿Aunque ese algo sea negativo?

Para deteriorar la relación entre el adulto y el niño, para aprender a someterse a alguien con más poder, para introyectar que el error es malo, para conectarles con el resentimiento, para no gestionar las verdaderas razones por las que se han comportado mal y para empezar a normalizar la violencia y las relaciones de poder como la manera natural de relacionarse.

Persiste el pensamiento colectivo que asegura que si no hay disciplina estamos convirtiendo a los niños en unos tiranos. ¿Es eso cierto?

El camino más rápido para convertir a un niño en tirano es sometiéndole y humillándole. La historia es contundente ilustrándonos con montones de ejemplos de niños que fueron educados de forma rígida y punitiva. Hitler es uno de ellos.

No castigar a un niño no significa no educarlo. Hablamos de educar desde una óptica que respeta su dignidad, pero que pone límites. Autoritarismo no es lo mismo que autoridad. El autoritarismo es abuso de poder mientras que la autoridad se gana, desde la integridad y la coherencia.

Ahora bien, si convenimos en que disciplina es que un niño obedezca a lo que se le ordena, que haga todo aquello que esperamos de él, que no cometa errores, que nunca se comporte mal, que cumpla en definitiva con las expectativas que los adultos le hemos puesto en la espalda y en el alma, entonces hablamos de sumisión y de despersonalización, no de adaptación.

¿Por qué los niños de infantil siempre tienen ganas de aprender y según van cumpliendo años hasta llegar a secundaria se van cayendo en el interés llegando al fracaso escolar?

El niño es un ser inteligente y curioso con una tendencia innata a experimentar y a tratar de comprender lo que le rodea, gracias a eso hemos sobrevivido como especie. La escuela actual es un producto decimonónico, escasamente revisado, anclado en un pensamiento encorsetado y fijo que prioriza el resultado antes que el proceso, que penaliza la creatividad y el error y que no respeta la individualidad y modo de aprendizaje de cada niño.

La escuela de hoy (con escasas y benditas excepciones) consiste en una repetición absurda de datos, la mayoría de poca o ninguna utilidad práctica que encorseta a todos los niños como si fueran iguales, que penaliza el error y que castra o ignora la creatividad vivenciándola como molesta o excéntrica. Cuando los niños, especialmente los más inteligentes, lo perciben, se desmotivan. Y lo que es peor, pierden el interés por aprender, lo que a mi modo de ver y entender la infancia, es una castración en toda regla.

¿Alguna sugerencia para sobrellevar al niño díscolo de la clase?

La única manera es a través del vínculo, ofreciéndole formar parte de los acuerdos, dándole responsabilidad y dejándole que experimente las consecuencias de un mal comportamiento, que no es lo mismo que un castigo.

¿El conductismo es el rey? ¿Por qué?

Porque es efectista, es decir, produce resultados inmediatos y eso nos tranquiliza mucho. Pero se queda en la superficie puesto que es un modelo que procede el aprendizaje animal y no contempla elementos cognitivos ni emocionales que son, en definitiva, lo que somos.

¿Cómo es el aula de infantil perfecta?

Sería el hogar de cada niño con un adulto de referencia con atención exclusiva. Como eso es difícil, lo mejor sería una que tuviera pocos o muy pocos niños, lo menos directiva posible, que permitiera la experimentación y la creatividad sin juicios, que tuviera al frente a los profesionales más y mejor preparados con conciencia plena de tener en sus manos la etapa más crítica del desarrollo de un ser humano, que favoreciera la educación emocional y la autoestima en lugar de los contenidos académicos, que utilizara el juego y solo el juego para transmitir el gusto por aprender, que incorporase el error como parte esencial de cualquier aprendizaje, que respetase los ritmos evolutivos de cada niño sin forzar etapas, y desde luego, sin sillas de pensar, sino con rincones de la tranquilidad y espacios para la negociación y el acuerdo. Y esto que acabo de describir existe, no es utopía. Se trata de querer y de entender la educación cambiando el paradigma hacia otro donde el niño es el protagonista pleno en derechos y dignidad, y el material humano más delicado y precioso con el que cuenta una sociedad. Cualquier posibilidad de cambio hacia sociedades menos violentas y más empáticas pasan por un cambio en la manera de educar. Nos jugamos todo en la infancia.

Fuente: http://www.abc.es/familia/padres-hijos/abci-castigos-ninos-no-sirven-para-nada-201606091359_noticia.html

 

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«La neurociencia aporta herramientas puntuales y pragmáticas para enseñar»

España/ Julio de 2016/El Litoral

Entrevista con: Hugo Valderrama

Que el docente conozca y entienda cómo aprende el cerebro, cómo procesa la información, cómo controla las emociones o cómo se modifica frente a determinados estímulos, fue la propuesta del neurólogo local Hugo Valderrama (h) en sus charlas sobre “Neuro-herramientas para el docente” que dictó recientemente en Casa España, invitado por la Regional IV de Educación, ante una audiencia de supervisores, equipos directivos y educadores.

 Valderrama, master en Neurociencias y doctorado en Ciencias de la Salud, sostuvo que “la neuroeducación se está transformando en una necesidad”. Mencionó que Finlandia y el binomio China-África están dedicándose a hacer investigación con una base en neurociencia, pedagogía y psicología. “En esos países, la neurología está llegando a ser un requisito indispensable para la innovación pedagógica y la transformación de los sistemas educativos”, defendió.

 —Usted sostiene que los docentes deberían conocer muy bien el funcionamiento del cerebro ¿Por qué lo afirma?

 —El cerebro se transforma día a día, en esta charla, en estos minutos, no paramos de conectar neuronas, y esto no es abstracto, es bien concreto. Se conectan en forma directa de 5 mil a 15 mil neuronas promedio con un estímulo básico en el día. Tenemos 100 mil millones de neuronas y es impresionante la velocidad de conexión de un solo estímulo. Considero que si entendemos la base del funcionamiento del cerebro, nos será más fácil educar.

 —¿Cuáles son las principales “neuro-herramientas” para el docente?

 —Son varias pero podemos simplificar algunas de ellas. Por ejemplo, si yo despierto en los alumnos la curiosidad sobre qué voy a decir a continuación, ese simple hecho recluta neuronas de la memoria en forma directa. Uno memoriza mejor si lo previo le despierta curiosidad. Entonces, si tenía dos neuronas preparadas para memorizar sin curiosidad, eso se potencia nueve veces al despertar el interés por conocer algo.

 —En términos prácticos ¿hay herramientas mejores que otras para que un docente despierte la curiosidad en los alumnos?

 —De partida, tenemos que conocer qué fuente vamos a transformar; es decir, hay que entender el interés del chico para ver qué le despierta curiosidad y cómo unimos ese interés a la currícula. Si les digo a mis alumnos: hoy les voy a enseñar qué es un ángulo agudo, obtuso y recto, y los pongo a dibujar en el pizarrón, los chicos verán un conocimiento nuevo, pero quizá no les despierte curiosidad. Ahora, si les digo: vamos a ver cómo hace Messi para gambetear y meter un gol, y les explico que siempre hace la misma jugada (traza ángulos agudos, después obtusos y mete un recto en el ángulo), seguro voy a despertar la curiosidad en muchos chicos. Y si hago una pregunta y ellos se equivocan, mejor todavía. Siempre aconsejo hacer “pisar el palito” a los alumnos porque, si se equivocan de entrada, memorizarán mejor ese conocimiento.

 —También se habla del beneficio del efecto “sorpresa” antes de dar un contenido nuevo. ¿Está en la misma línea de lo que usted plantea con la curiosidad?

 —Es la única forma: si no se transmite el conocimiento a través de las emociones a un chico o adolescente, quiere decir que está faltando conocer cómo funciona el cerebro. Un chico de primaria y un adolescente de secundaria, es pura emoción porque el cerebro frontal que la regula, todavía no está desarrollado. La neurociencia dirá que el adolescente tiene demasiadas neuronas que se disparan para cualquier lado e interfieren en el control de las emociones y en sus tomas de decisiones, porque tienen muchos caminos y no saben cuál elegir. Propongo que aprovechemos eso para enseñar. Porque cuando el cerebro va madurando, el gráfico muestra cómo se van cortando esos caminos y opciones, y éste empieza a controlar las emociones; es lo que se llama “poda sináptica”. Cuando uno madura ya no se guía por las emociones para aprender algo nuevo.

 Trabajo en equipo

 —Hay una parte de la “biblioteca” docente muy crítica sobre el desembarco de las neurociencias en la educación y defiende la pedagogía como método de enseñanza ¿Qué responde a esa resistencia?

 —En lo personal, me encanta hablar con pedagogos y psicólogos. Creo que es justamente en ese intercambio que se forma la ciencia. Necesitamos diferentes puntos de vista para tratar de ser pragmáticos y, más allá de la teoría, ver cómo aplicamos mejoras en el aula. Una ciencia potencia a la otra, no se contraponen, se ayudan, porque el objetivo es el mismo. Si se utiliza un resonador para comprobar determinadas cuestiones del cerebro que quizá la pedagogía ya sabía por otras vías, y resulta que -por ahí- ese científico descubre algo, se lo cuenta al pedagogo y se genera un intercambio, se estará ante la mejor forma de trabajo en cualquier ciencia: en grupo.

 Trabajar en equipo es la base porque así se potencia el resultado. Una idea lleva a la otra y necesitás -sí o sí- de ideas contrapuestas para lograr una nueva. ¿Qué pasa si todos opinamos lo mismo y resulta que estamos todos equivocados? Hay que tener ideas contrapuestas, para generar alternativas y opciones. Por eso, creo que el problema no está solamente en quién se opone a la neurociencia en educación, si no en el hecho de oponerse a cualquier tipo de modificación o cambio. Sí entiendo que por ahí los docentes se sientan desprotegidos, que entiendan los conceptos de la neurociencia pero no sepan cómo implementarlos. Por eso, se requiere de un apoyo estatal, un programa armado, de seguimiento y ayuda. Los docentes tienen grupos de WhatsApp donde van intercambiando saberes. Eso es básico: tenemos que estar conectados entre todos y elaborar los conceptos en grupo.

 Multitarea y atención

 —¿Que dice la neurociencia sobre el “multitasking”? Es un tema discutido a partir de que los chicos de hoy hacen varias tareas a la vez: ven televisión, mientras están en la computadora haciendo los deberes y de paso chatean con el celular.

 —Hay un error conceptual entre los que creen que la “multitarea” es algo bueno. No lo es. La atención va rotando, de un punto A a uno B, lo que quiere decir que en un momento no presté más atención al A. Lo que pasa es que lo hace tan rápido que la sensación es que estás prestando atención a todo junto. Como toda función mental, la atención se entrena y se estimula para donde uno quiere. Si uno al chico le pone muchas tareas al mismo tiempo, la atención selectiva no para de rotar y esa función se va entrenando. Significa que cada vez le será más fácil tener rotación, y cada vez más difícil centrar la atención es un solo objeto. Estaremos transformando el cerebro del chico hacia una función híper-estimulada en la rotación atencional. Y la cuestión de los múltiples estímulos, no es una capacidad necesaria, a excepción de que sirva para algún trabajo.

 – Para un chico entrenado en la multitarea después ir a sentarse a un banco de escuela, estático y escuchando, le resulta aburrido y no sostiene la atención…

 – Es simple, cuando una tarea requiere mayor nivel cognitivo porque es compleja, no podés atender a otras cosas sin fallar. La atención es el punto inicial para cualquier otra función cognitiva. No se puede memorizar si no prestaste atención; no hay un paso para saltearla. Entonces: “mutitasking” hay en todos lados, viene sola con las actividades diarias de los adolescentes; ahora hay que estimular lo selectivo, cómo hacemos para que en casa y en el aula el chico vaya a un solo punto.

 El otro tema es sobreestimular una capacidad porque veo que mi hijo es capaz para algo; entonces lo exploto en esa área: puede ser un deporte, matemática, lo que sea. Tenemos que darle la oportunidad si queremos que triunfe como Djokovic en tenis, pero también debemos tener en cuenta que si a un chico solamente lo entreno para una cosa, y el resto de las funciones cognitivas las dejo de estimular, lo pondré en un pasillo cada vez más estrecho. Entonces: sí hay que aprovechar las capacidades pero también hay que dejar tiempo suficiente para estimular otras áreas.

Fuente: http://www.ellitoral.com/index.php/id_um/133481-la-neurociencia-aporta-herramientas-puntuales-y-pragmaticas-para-ensenar-el-dr-hugo-valderrama-dicto-charlas-a-docentes

 Fuente de la Imagen: https://www.google.co.ve/search?q=neurociencia&biw=1024&bih=529&tbm=isch&source=lnms&sa=X&ved=0ahUKEwiD0avxg4vOAhWF1R4KHXmHD2kQ_AUIBigB&dpr=1#imgrc=Kmm-rWHUmTptKM%3A

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Pavel Luksha: «Si no cambiamos la educación, nuestra civilización puede colapsar»

24 Julio 2016/Fuente:Lanacion Autor:Marilina Esquivel

La civilización actual corre el riesgo de seguir el destino de la romana, la sumaria y la egipcia, y desaparecer bajo el peso de su propia complejidad social. El experto ruso en educación Pavel Luksha dice que la adaptación a los desafíos del siglo XXI depende de un cambio en la educación, y que si no logramos adecuarnos está en riesgo la existencia.

«Vivimos en un mundo cada vez más complejo y que cambiará cada vez más rápido. Para sobrevivir se necesitará de la colaboración masiva. Todo lo que tenemos -comida, edificios, dispositivos electrónicos- requiere de la colaboración de todo el mundo. Si esa conexión colapsa no podremos mantenerlos», dice Luksha, profesor de Skolkovo School of Management en Moscú, fundador y director de Global Education Futures (GEF), una plataforma colaborativa internacional que ayuda a desarrollar innovaciones educativas en todo el mundo, que fue lanzada en 2014 y que impulsó iniciativas en Rusia, la Unión Europea y Estados Unidos. El experto fue invitado semanas atrás a Buenos Aires por el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA).

Las consecuencias de no poder adaptarnos y trabajar colectivamente están calculadas. Si volviésemos a la cultura y tecnología de hace 100 años, el mundo no podrá mantener a la población actual de 7000 millones de personas, sino sólo a 1500 o 2000 millones. Si volviésemos a la Edad de Piedra, el máximo número de gente que podría soportar el planeta sería 300 millones. «Tenemos que cambiar la educación para afrontar los desafíos del siglo XXI, porque el principal riesgo es que nuestra civilización colapse. O generamos un avance que permita una forma de vida colectiva o colapsamos como civilización. No va a pasar mañana, sino que puede pasar en 30 o 50 años, pero el siglo XXI sin dudas es el decisivo para nosotros», explica el experto en educación.

Alumnos de 100 años

«Todo lo que los jóvenes aprenderán será obsoleto en 10 años»

«Todo lo que los jóvenes conocen o aprenderán será obsoleto en 10 a 15 años. El Foro Económico Mundial dijo que los puestos de trabajos más prominentes en 2015 no existían en 2005. La educación debería abordar todo el ciclo de vida de las personas. Y no es la vida hasta los 60 años. Ahora las personas viven activamente hasta los 80 o 90 y en los próximos años será hasta 110 y 120. Hasta los 100 van a estar muy activos y la educación no está preparado para eso», dice Luksha.

Para el experto ruso, los ciclos de educación deberán ser más cortos y contener «nuevas habilidades y una nueva alfabetización». «Ya no hay tareas estandarizadas, sino que todas son creativas. Tampoco se pueden desarrollar en solitario, sino en colaboración. No se trabaja sólo con máquinas, sino con seres humanos y eso demanda sensibilidad emocional. Todo esto demanda un cambio completo de la currícula en la escuela y la universidad, y una educación continua toda la vida», explica.

Mentes bajo presión

«Hay que saber lidiar con información tóxica»

Hacer higiene informativa será una habilidad requerida en el futuro próximo para descomprimir la presión que genera en nuestra mente estar online todo el tiempo. «Todos tenemos el riesgo de tener el síndrome de hiperactividad y déficit de atención, el senior management también. Cada vez habrá más pantallas con las que interactuar y hay que saber cómo manejar la información, cómo lidiar con la que es tóxica y cómo filtrarla. Necesitamos de mindfulness (traducible como atención consciente o conciencia plena) no como algo esotérico, sino para manejar la presión del trabajo y la vida. Esto no se enseña en las escuelas, pero será necesario», dice Luksha.

Educar empleos que aún no existen

«En la educación dual los estudiantes pasan la mitad de la semana aprendiendo y la otra en el lugar de trabajo»

Preparar a los jóvenes para empleos que aún no se conocen es imposible, pero sí se los puede formar en habilidades de pensamiento que los ayudarán a ocuparlos. «Podemos formarlos para ser más resilientes, responder a diferentes desafíos, ser más adaptables y flexibles, y aprender y olvidar cosas que no son útiles. Más allá de cuál sea el trabajo del que se trate la persona podrá ejercerlo», explica Luksha.

En cuanto a la formación técnica, el cambio no radica en dejar de formar jóvenes para que luego busquen un empleo, sino en crear currículas mixtas. «En la educación dual los estudiantes pasan la mitad de la semana aprendiendo y la otra en el lugar de trabajo, y lo que aprenden lo aplican. La otra manera es tomar problemas del mundo real y llevarlos a la universidad. Y volver con una solución a la compañía. Esto ya sea hace», agrega.

2035 en la mira

«El juego permite desarrollar competencias»

Un estudio realizada por GEF indica que para 2035, los formatos más usados en la educación y la interacción social serán el juego y el trabajo en equipo. «Más allá de que es motivante, el juego permite ejercer diferentes roles y desarrollar competencias que no tenemos en nuestras vidas normales. Eso ya sucede. Para tener éxito es necesario interactuar con distintas personas y para eso hay que entenderlas», dice Luksha.

Pavel Luksha

Dedicado al estudio de los sistemas educativos Origen: Rusia.  Director de la plataforma Global Education Futures. Es profesor de Skolkovo School of Management, de Moscú.  Miembro del Expert Council de la Agencia de Iniciativas Estratégicas. Creador de Neuroweb, un consejo interdisciplinario que ha reunido a investigadores y a empresas de tecnología

Fuente de la entrevista: http://www.lanacion.com.ar/1921206-pavel-luksha-si-no-cambiamos-la-educacion-nuestra-civilizacion-puede-colapsar

Fuente de la imagen: http://bucket3.glanacion.com/anexos/fotos/08/educacion-2240408w620.jpg

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Jürgen Habermas: “Jamás pensé que el populismo pudiera derrotar al capitalismo en su país de origen”

24 Julio 2016/Fuente: laizquierdadiario/Autora: Analía Micheloud

El pasado 12 de julio, el periodista Thomas Assheuer publicó en el diario alemán Die Zeit una entrevista realizada al sociólogo y filósofo alemán Jürgen Habermas.

A sus 87 años, Jürgen Habermas, analiza las razones y los posibles escenarios que se abren en Europa a 8 años del comienzo de la crisis económica internacional y luego del Brexit, cuyo triunfo lo lleva a preguntarse cómo es posible que cuestiones identitarias primaran sobre los intereses financieros de la City londinense.

El Brexit y la cuestión nacional

En sus respuestas al periodista Thomas Aussheuer, el filósofo alemán, considera que la histórica victoria del Brexit, además de ser un síntoma de la crisis más general que atraviesa la UE, tiene razones nacionales. A su vez, que los británicos tienen una historia diferente a la del resto del continente, que poseen la conciencia política de una gran potencia, dos veces victoriosa en el siglo XX, pero hoy marcada por un contexto de declinación más general, en el que vacila adaptarse a la nueva situación cambiante. Según Habermas, Gran Bretaña cayó en una situación “incómoda” luego de unirse a la UE en 1973 por razones estrictamente económicas.

En la entrevista, sostiene que las elites políticas “desde Thatcher hasta Blair y Cameron nunca pensaron en abandonar su visión distante del corazón europeo”, y que esa ya era la visión de Churchill cuando en su famoso discurso de Zurich de 1946 veía el rol de imperio benevolente que apadrina la unidad europea, pero no es parte de ella. De hecho, Gran Bretaña, miembro del bloque europeo, nunca aceptó formar parte de la zona euro, manteniendo un grado de independencia monetaria que, otras potencias como Francia o Alemania, perdieron al unirse a la moneda común.

Esa actitud instrumental de la elite política de Gran Bretaña con la Unión Europea se expresó claramente en la campaña por el “Remain”, observa Habermas, quién señala que los defensores de mantenerse en la UE sólo esgrimían argumentos económicos. Entonces se pregunta, ¿Cómo iba a ganar una actitud pro-europea sobre la mayoría de la población si los líderes políticos creyeron durante décadas que la búsqueda de intereses nacionales bastaba para mantenerse en una comunidad supranacional de estados? Según él, la visión liberal de Gran Bretaña sobre la UE como aérea de libre comercio en expansión, pero sin una profundización de la cooperación con el bloque, es parte de la explicación del Brexit.

¿Un Brexit alemán?

Para Habermas, no sería posible. Al contrario del resultado en Gran Bretaña, considera que si se hiciera un referendum en Alemania el resultado sería distinto, porque “la integración europea todavía está en función de los intereses alemanes”. Habermas explica que “en las primeras décadas de la posguerra, sólo actuando como ‘buenos europeos’, Alemania pudo restaurar paso a paso su reputación nacional. Y contó con el apoyo de Europa para la reunificación. Retrospectivamente, Alemania fue la gran beneficiaria de la unión monetaria europea, y eso cuenta también durante la crisis del euro”.

La crisis de la UE y los populismos europeos

En los últimos años estamos presenciando, por un lado, el avance de sectores euroescépticos y populistas de ultraderecha en Europa, tanto UKIP en Gran Bretaña como el Partido Liberal en Austria, Alternativa para Alemania o Amanecer Dorado en Grecia, entre otros, y, por otro lado, una crisis de los partidos políticos tradicionales.

Al respecto Habermas plantea que “El referéndum expresa algo del estado general de crisis en la UE y sus estados miembro. El análisis apunta al mismo patrón que vimos en la elección presidencial de Austria [que deberá repetir la elección, con altas posibilidades para el ultranacionalismo, NDR] y en las recientes elecciones parlamentarias de Alemania. La participación relativamente alta sugiere que el campo populista tiene más éxito en movilizar sectores que antes se abstenían. Eso va junto con otro descubrimiento de que los más pobres y menos educados votaron más por el “leave”. La percepción del aumento de la desigualdad social y el sentimiento de impotencia, de que sus intereses ya no están representados por la política, está en el trasfondo de la movilización contra los extranjeros, por dejar Europa, el odio a Bruselas. En una vida cotidiana inestable, el sentido de pertenencia nacional es un elemento estabilizador”.

“Postdemocracia”, la palabra clave

Habermas también se refiere a un sentimiento que cada vez, según él, está más presente en las sociedades modernas, el de la pérdida de control de un núcleo real, y es el síntoma de una época que llama “postdemocrática”, que se evidenció con el referéndum británico. Existe un “vaciamiento de las democracias nacionales que le habían dado el derecho a los ciudadanos de co-determinar importantes condiciones de su existencia social”.

Por ejemplo, la juventud es un sector que, de acuerdo a su análisis, pareciera considerar “anacrónico” al régimen democrático. Habermas considera que el hecho de que los jóvenes entre 18 y 24 años no fueron a votar masivamente, es un indicador de que la democracia es considerada “anticuada”, por el simple hecho de que las decisiones económicas básicas de la UE no se toman democráticamente. Además, sostiene que en un contexto en el que el poder de la Unión se basa en que los intereses de cada Estado nación se bloquean mutuamente, la respuesta correcta sería la transnacionalización de la democracia. Pero, afirma, ya nadie cree en eso.

“No más visiones grandilocuentes sino soluciones prácticas”

El filósofo alemán, señala que el problema del creciente euroescepticismo y la posibilidad de nuevos referéndum en otros países de la UE, como Francia, están relacionados con problemas irresueltos, no ideológicos, sino concretos y urgentes. Dice Habermas: “los problemas urgentes no son los tratados sino la crisis del euro, la crisis de los refugiados y los problemas de seguridad. Pero incluso en estos hechos no hay acuerdo entre los 27 miembros. La crisis del euro ata a esos países por varios años, aunque de una forma asimétrica”.

Considera como un primer paso en este sentido “que Alemania abandone su resistencia a una mayor cooperación fiscal, económica y social, y que Francia esté dispuesta a renunciar a su soberanía sobre estas cuestiones”. Sin embargo, este hecho, hasta ahora sin mayores posibilidades, difícilmente ocurra de ganar las elecciones de 2017 el Frente Nacional, que ya agita un referéndum francés.

Habermas analiza críticamente el rol “hegemónico” de Alemania dentro del bloque europeo, destacando que es un líder “a regañadientes”. “Desde 2010 podemos ver como el gobierno alemán trata su mayor rol de liderazgo no querido en Europa, menos en interés general, y más en su interés nacional. Alemania es un hegemón renegado y a la vez insensible e incapaz, que, a la vez, usa e ignora la relación de fuerzas alterada en Europa. Esto provoca resentimientos, especialmente en otros países de la eurozona. Cómo se siente un español, un griego o un portugués si perdió su trabajo por los recortes decididos por el Consejo Europeo? No puede sacar al gobierno alemán con su voto”.

Es así que, para el filósofo alemán, en la medida que continúe esta estructura antidemocrática no pueden sorprender las campañas antieuropeas ni el avance de los partidos euroescépticos en todo el bloque.

¿Qué salida tiene la UE?

La UE, según Jürgen Habermas, debe recuperar la confianza y profundizar su democratización y, así, los partidos de la extrema derecha perderán peso. El Estado de bienestar y la democracia tienen un nexo interno que no puede ser garantizado en la mera unión monetaria actual por los Estados nacionales.

De esta forma concluye su reflexión sobre el estado actual de la “Unión” quién supo ser hasta hace unos pocos años, uno de los más optimistas pensadores de la reforma de la Europa del capital.

La confesión, para quién es reconocido como una de los beneméritos pensadores de la “identidad europea”, de que jamás hubiera pensado “que el populismo pudiera derrotar al capitalismo en su país de origen”, es todo un síntoma, de lo poco que queda de aquel optimismo fácil a 8 años del inicio de la crisis capitalista. Años en que el proyecto de la UE mostró más crudamente su carácter reaccionario. Una Europa que actualmente signada por la crisis de refugiados, por la acción reaccionaria de Estado Islámico y el guerrerismo imperialista en Medio Oriente, por una creciente polarización, con las variantes xenófobas de derecha, con los “neo-reformismos”, y con nuevos fenómenos de la lucha de clases como el que desarrolló en Francia contra la reforma laboral.

 

Fuente de la entrevista: http://laizquierdadiario.com/Jurgen-Habermas-Jamas-pense-que-el-populismo-pudiera-derrotar-al-capitalismo-en-su-pais-de-origen

Fuente de la imagen: http://laizquierdadiario.com/local/cache-vignettes/L653xH398/arton45756-10147.jpg?1469077782

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Entrevista a La Tribu Escuelita, proyecto colectivo de acompañamiento respetuoso

Fuente y Autor: todoporhacer

Qué es La Tribu?¿De dónde surge?

La Tribu somos un grupo de personas que deseamos construir un espacio en el que se respete el desarrollo natural de la niñez, en criaturas entre los dieciocho meses y los tres años (y con el tiempo centrarnos en el período de tres a seis años), que abrirá sus puertas el próximo septiembre en Villaverde Alto.

Un espacio en el que las personas adultas nos relacionemos con las peques intentando reducir al máximo cualquier tipo de Poder o Autoridad que pudiéramos ejercer (lo que no implica que abandonemos nuestra res­ponsabilidad de atender necesidades básicas, de supervivencia, como la integridad física), sin premiar ni castigar, sin que “aprendan a obedecer”, sin comparar ni generar expec­tativas, sin robar descubrimientos ni repri­miendo la creatividad ni la multiplicidad de lenguajes que en la niñez son usados para comprenderse y comprender el mundo. Buscando generar un espacio en el que exis­tan relaciones horizontales entre las peques, en el que no se generen roles marcados por el sexo, la fuerza física o las capacidades de cualquier tipo.

Hace aproximadamente cuatro años, un grupo de personas creamos en Madrid un Grupo de Aprendizaje Colectivo de Pedago­gía Antiautoritaria en el que debatíamos so­bre las bases de esta pedagogía y que durante dos años creamos una “Zona infantil” en el Encuentro del libro anarquista de Madrid. Varias de las personas de este grupo deciden hace dos años juntarse para intentar llevar a la práctica las ideas sobre las que tanto habíamos debatido, intentando crear un es­pacio de aprendizaje basado en algunos de los proyectos que son nuestras referencias: el Pesta de Mauricio y Rebeca Wild, el Insti­tuto Loczy y Paideia (Mérida); así como en las ideas, valores y formas de hacer presentes en el anarquismo y los feminismos.

Os definís como un proyecto de peda­gogía libertaria, ¿por qué libertaria? ¿Qué implica este adjetivo? ¿En qué se diferencia La Tribu de cualquier escuela “tradicional”?

Nos definimos como un proyecto de pe­dagogía libertaria porque las ideas anarquis­tas son hacia las que sentimos mayor afinidad. Y consideramos que tienen una traslación espontánea en el ámbito del aprendizaje y la niñez: por ejemplo, la acción directa (la no delegación, la autoorganización), tiene su representación, por ejemplo, en que las pe­ques deciden a qué, cómo, cuánto tiempo y con quién desean jugar; los estudios de Félix López sobre conducta prosocial y altruista evidencian manifestaciones espontáneas de apoyo mutuo antes de los seis años y la hori­zontalidad, se manifiesta en la búsqueda de la disminución o eliminación de conductas sexistas, por ejemplo.

Un proyecto de este tipo pocas similitu­des tiene con las escuelas “tradicionales”, más allá de que unas peques de edades similares comparten un espacio de forma diaria en una parecida franja horaria. Podríamos ha­cer dos bloques en relación a las diferencias entre proyectos como La Tribu y las escuelas estatales (preferimos denominarlas estatales y no públicas, puesto que pocas o ninguna posibilidad de decidir sobre qué aprender, por escribir un único ejemplo, tienen alum­nado, profesorado o familia, en esta escuela). En primer lugar, una diferencia clara con la mayoría de escuelas estatales (incluyendo las escuelas concertadas o privadas, nosotras nos consideramos un proyecto autogestio­nado) podría hacer referencia a las formas, a la actitud con la que nos relacionamos con las peques. Y en segundo lugar, también nos diferenciamos de proyectos que se encuen­tran dentro de la escuela estatal haciendo un trabajo muy interesante huyendo de exá­menes, deberes… nos diferenciamos porque estos proyectos tienen que asumir, por ley, la obligatoriedad del currículo, las calificacio­nes, las programaciones, las ratios…

Cuando hacemos referencia al desarrollo natural de la niñez comprobamos una cla­ra interferencia en el desarrollo en los cen­tros educativos. Un claro freno al respeto, la valoración y la atención de necesidades, elecciones, ritmos y estilos de aprendizaje. Algunos ejemplos que consideramos lo evi­dencian pudieran ser: la imposición de que las peques lleguen al segundo ciclo de infan­til sin pañales (forzando un proceso madu­rativo, neurológico, emocional… forzando a la propia naturaleza a realizar algo para lo puede que físicamente no se está prepara­da) Obligando a comer cuando no se desea, provocando que las peques desconecten de sus propias sensaciones, originando relacio­nes nefastas con el momento de la comida, cuando éste ha de ser placentero. El no acompañamiento, la no atención del ámbito emocional, buscando la homogeneización del sentir para poder así atender a grupos de veinticinco peques de tres años, por ejem­plo…

¿Cuánta gente forma parte del proyecto en la actualidad (peques, acompañan­tes, familias…)? ¿Cómo se mantiene económicamente el proyecto?

En la actualidad, entre acompañan­tes, familiares, peques y personas cercanas al proyecto somos alrededor de dieciocho personas. Nuestra necesidad en este primer curso es la participación de ocho peques, pero ahora mismo hay tres. Hace un par de semanas pudimos saber cuál será nues­tra ubicación definitiva (Villaverde Alto) y esperamos que pronto podamos mostrar el espacio totalmente preparado para que más familias puedan conocer este proyecto. Por­que hasta ahora, es cierto, que la no dispo­nibilidad de un espacio físico, de “algo que mostrar”, ha dificultado el acercamiento al proyecto.

En cuanto a la financiación, vamos a op­tar por las cuotas libres y responsables para las mensualidades que han de aportar las fa­milias. Es decir, cada familia aporta lo que puede, considerándose unos mínimos gastos de mantenimiento del espacio y una parte de los sueldos de las acompañantes. Y por ello, las familias han de implicarse en la búsqueda de financiación. Y esta implicación es obli­gatoria para todas independientemente de lo que pueda aportar cada familia. No quere­mos “fomentar” clases sociales promoviendo que las familias que puedan pagar más no se impliquen en la búsqueda de financiación y se desentiendan del proyecto porque pueden pagar cuotas más altas.

Cada vez es más frecuente encontrar pá­ginas webs de colegios privados (algunos absolutamente elitistas) en las que alar­dean de aplicar metodologías educativas “activas”, como trabajar por proyectos, número reducido de alumnos/as, apren­dizaje colaborativo o “democrático”, etc. ¿A qué responde esta nueva moda? ¿Es realmente similar la pedagogía de este tipo de centros a la de los proyectos de pedagogía antiautoritaria?

En primer lugar, el capitalismo actual­mente precisa que parte de la clase traba­jadora adquiera unas habilidades que hace unos años eran incluso reprimidas en las escuelas: oratoria, capacidad para trabajar en grupo, para resolver conflictos, creati­vidad… capacidades que se requieren en “nuevos” puestos de trabajo relacionados con las nuevas tecnologías y las redes sociales, la formación, trabajos con mucha exposición pública…

Por otra parte, la escuela necesita legi­timarse como poseedora del conocimiento cuando vivimos una etapa en la que apre­tamos un botón y tenemos toda la informa­ción, todos los contenidos curriculares en el teléfono o el ordenador sin necesidad de acudir a los centros educativos. De ahí la ne­cesidad de “aprender jugando”, de motivar, para que no surja un rechazo a la institución que siempre ha sido la detentora del Saber (del saber burgués)

Otro factor a señalar, pudiera ser la bús­queda de la eficiencia. Un ejemplo de ello, podemos apreciarlo en lo que se ha dado en llamar “Aprendizaje emocional”. Puesto que puede establecerse como un medio y no como un fin. Un medio que busque una “asepsia emocional”, considerar la existencia de emociones negativas atribuidas a la ira o al miedo. Cuando sabemos científicamen­te que todas las emociones son necesarias, son adaptativas. Todo ello, para hacer más eficiente, más productivas las escuelas. Para que las horas pagadas al profesorado provo­quen aprendizajes y no tener que dedicarlo a “mandar callar” o castigar.

Y por último por motivos económicos, puesto que es muy vendible para muchas familias que quieren otras formas de edu­car.

Pero hay que resaltar que aprender por proyectos o de forma colaborativa, aunque totalmente necesario, lo consideramos insu­ficiente; puesto que únicamente atiende a la metodología. En nada altera la escuela como institución, en nada hace tambalear sus pi­lares básicos obligatorios: currículum, califi­caciones, evaluaciones externas, distribución por edades…

Muchas gracias por dedicarnos tiempo a responder a esta entrevista, y mucho ánimo con el proyecto. Si hay alguna cosa que queráis añadir o comentar, ade­lante…

Gracias a vosotras por interesaros por este proyecto. Únicamente añadir nuestros datos de contacto: latribuleganes@gmail.com; latribuescuelitawordpresscom.wordpress.com.

 

Fuente de la entrevista: http://www.todoporhacer.org/entrevista-la-tribu-escuelita

Fuente de la imagen: http://www.todoporhacer.org/wp-content/uploads/2016/07/Stanley_Kubrick_-_girl_in_classroom_cph.3d02345-1024×683.jpg

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Entrevista a Javier Berché: «En España ni se forma a los educadores ni se beca a los alumnos superdotados»

Fuente: CronicaGlobal/Autor:Carlos Quílez

El doctor Javier Berché presenta un libro de ayuda a las familias y alerta de que el 80% de los menores no identificados fracasarán social y académicamente 

“El 80% de los niños superdotados entre los seis y los 12 años y que no sean tratados adecuadamente, fracasarán tanto desde el punto de vista social como académico”.

De esta forma se ha manifestado en declaraciones a Crónica Global el doctor Javier Berché, un experto internacional en el tratamiento de niños de altas capacidades que acaba de publicar un libro titulado Guía para padres de niños con altas capacidades (de supervivencia) –ed Ventall-.

40 años de experiencia

El doctor Berché, presidente de la fundación Privada Javier Berché, después de analizar a más de 3.500 niños superdotados (menores que tienen un coeficiente intelectual que se sitúa alrededor de los 130 puntos), considera indispensable la formación de los educadores para abordar la problemática de estos pequeños con capacidades y talentos especiales”.

“La conducta social o antisocial de un niño superdotado solo se desarrollará si hay o no comprensión del adulto”, afirma el doctor. Es por ello que “se ha de invertir de una vez en formación a los educadores, porque resulta indispensable y actualmente no inexiste”.

No es una enfermedad, pero la confunden

Berché recuerda que, aproximadamente, 2 de cada 100 menores de edad tienen “altas capacidades” y su conducta, a veces esquiva, poco social y, a menudo, ausente, se confunde con el síndrome de TDAH. “Se estima que los casos de TDAH –Déficit de atención e hiperactividad- suponen un 3%. Sin embargo, se diagnostica un 33%. “A veces, me llegan a la consulta niños que no sufren ese trastorno, sino que simplemente son superdotados y que llevan años medicándose por un insuficiente diagnóstico y una pésima evaluación”.

El libro que acaba de publicar es una guía para padres de hijos superdotados, a menudo víctimas colaterales de una situación que “lo único que precisa es información, paciencia y mucho, mucho diálogo y comprensión”, afirma el facultativo.

Amor, dedicación y profesionalidad

El doctor Berché se queja, además, del hecho de que el Gobierno adolece de becas para los jóvenes superdotados: “Muchos de ellos son becados por universidades norteamericanas que buscan talento y que se aprovechan de esta situación”.

“Los niños superdotados necesitan mucho amor y comprensión para desarrollar todas sus cualidades y sentirse plenos y felices”, según el profesor Berché. “Si su hijo realiza cualquier garabato –afirma el médico-, y no dice que se trata de un cerdo con alas, nuestra respuesta  deber de ser: “Hermoso cerdo con alas, hijo mío, y ¿qué está haciendo?”. La respuesta no puede ser nunca : “Pero hijo, ¿no ves que no existen los cerdos con alas?”.

La mejor medicina, la creatividad

El libro Guía para padres de niños con altas capacidades concluye con un capítulo en el que el profesor Berché arenga a los padres de niños superdotados para que azucen e incentiven su creatividad. Nosotros tenemos que tensar el arco y darle la dirección adecuada a la flecha, que representa nuestros hijos. Aquella flecha la hemos creado nosotros y ha de ser magnífica. No la pueden crear los demás. Nosotros les hemos de dar la dirección adecuada, pero hemos de creer en ellos porque ellos necesitan tal seguridad”.

 

Fuente de la entrevista: http://www.cronicaglobal.com/es/notices/2016/07/espana-ni-forma-educadores-ni-beca-superdotados-43113.php

Fuente de la imagen: http://www.cronicaglobal.com/es/img2/2016/07/javier-berche-fundacion-70226.jpg

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Entrevista a Vandana Shiva: «Tenemos que reparar este sistema roto»

Fuente: desinformemonos /Autora:Claudia Korol

Vandana Shiva, física, filósofa, activista ecofeminista, nació en el valle de Doon, en el Himalaya. Sus padres eran parte del movimiento independentista de la India. A pesar de las dificultades por el hecho de ser mujer, estudió Física y luego Filosofía. En los años 70 se sumó al movimiento Chipko, constituido por mujeres que se abrazaron a los árboles del bosque para evitar que fueran talados. A fines de los 80 creó el movimiento Navdanya, para defender las semillas nativas frente a los transgénicos. Desde ahí creó comunidades de semillas para cuidar la vida y evitar su depredación. Formó la Universidad de la Tierra, que promueve la ciencia digna, la soberanía alimentaria, y alerta contra el impacto de las políticas de las corporaciones en el cambio climático.

Tuve la oportunidad de entrevistarla, cuando vino a la Argentina invitada a participar del Festival Internacional de Cine Ambiental (FINCA). El diálogo comenzó a circular a partir del recuerdo de nuestra hermana Bertha Cáceres, líder del COPINH asesinada por cuidar del Río Gualcarque, junto a la comunidad lenca de Río Blanco.

Quiero rendir un homenaje a mi hermana Bertha, una luchadora por la tierra, quien hizo un sacrificio dando su vida. Pero su vida no fue dada voluntariamente, fue arrancada mediante la violencia. La tierra, toda la comunidad ecológica, y Bertha, se merecen justicia. Debe haber una Comisión Investigadora que sea independiente, no sólo limitada a los crímenes cometidos contra los activistas ambientalistas en Honduras, sino por toda la violencia perpetrada por las corporaciones, tomando a los gobiernos y convirtiéndolos en maquinarias de guerra contra sus propios ciudadanos. La vida de Bertha es un llamado a despertarnos. Debemos despertarnos, y exigir justica para el planeta, y justicia para Bertha.

El asesinato de Bertha ha sido un crimen contra una guardiana de la vida, y es parte de la criminalización de las mujeres defensoras de la vida. ¿Cómo analiza esta política?

El sistema político y económico, que tiene más de doscientos años de historia, el capitalismo patriarcal, se basa en la guerra contra la tierra, guerra contra las mujeres, guerra contra la vida. Por eso cuando mujeres como Bertha se levantan en defensa de la vida, en defensa de la tierra, en defensa de los derechos de la gente, el sistema las criminaliza, porque es un sistema criminal. Criminaliza a quienes luchan en defensa de la vida. Vemos cómo se incrementa la violencia hacia las mujeres, porque el capitalismo patriarcal es la convergencia de codicia, de acumulación y de extractivismo, pero también es el miedo a todo lo que está vivo y libre. Y Bertha estaba de pie, por la libertad y la vida. Por eso generó miedo en aquellos que destruyen la tierra y destruyen a nuestras sociedades, a cualquier costo.

En estos años ha crecido la conciencia mundial sobre el cuidado de las semillas, de la tierra, de la vida, y por eso crece la lucha de los pueblos, de las mujeres, de las comunidades, pero también crece la militarización como respuesta a esas luchas. ¿Cómo piensa que debe ser la respuesta desde las comunidades, desde las mujeres, a la estrategia de militarización?

Creo que la primera respuesta frente a la militarización, debe ser entender sus raíces. El sistema se basa en la mentalidad de guerra patriarcal capitalista. Es un orden de guerra contra la tierra, contra el cuerpo de las mujeres, contra las economías locales y contra la democracia. Tenemos que entender las conexiones de estas formas de violencia. Tuvimos estados nacionales, que algunos se convirtieron en dictaduras, otros en democracias, pero que no eran extensiones del mundo global de las corporaciones. La globalización convirtió a los gobiernos en extensiones de su actividad corporativa, y por eso se volvieron estados corporativos. Es bastante evidente que cuando esos estados corporativos toman la vida de las personas, produciendo cáncer y malformaciones congénitas a los niños y niñas, minando nuestras tierras ancestrales, destruyendo nuestros territorios, convirtiendo a las personas en refugiados, la gente se va a levantar, la gente va a protestar, la gente va a hacer bloqueos.

Hoy estamos mirando como testigos el último paso de las corporaciones, convirtiendo a los estados nacionales primero en estados corporativos, y ahora en estados militarizados corporativos, cuando la violencia militarizada es el único camino que les queda para hacer frente a las personas que están tratando de defender la tierra y sus vidas, de una manera no violenta. Primero tenemos que exponer esta continuidad de poder y violencia.

¿Cómo respondemos a eso? Respondemos a través de la paz y de la no violencia, del modo más profundo. La primera parte es, realmente, en nuestras mentes y en nuestras conciencias, y en nuestras vidas, vivir en paz con la tierra. Ésa es nuestra mayor fuerza. La segunda es resistir la regla del miedo. El modo más efectivo de resistir el miedo es no tener miedo. Y continuar teniendo coraje, como tuvo Bertha. En este cultivo del no miedo, cultivar nuestra fuerza común, nuestras solidaridades, para estar juntos. Y finalmente reconocer que el sistema económico se ha convertido en un sistema de guerra. En lugar de cuidar y promover la vida, está eliminando la vida, y entonces está extinguiendo la vida de aquellos que están de pie por la vida. Tenemos que construir el más impresionante movimiento por la paz de nuestros tiempos, planetario, por la tierra, donde converjan el movimiento ecologista, el movimiento contra la militarización, el movimiento feminista, el movimiento por la justicia. Todos tienen que convertirse en uno.

Además del sistema de muerte que significa el capitalismo patriarcal, la mercantilización está generando vida sintética. ¿Qué piensa de estas formas de manipulación de la vida, aplicando conocimientos científicos?

La llamada manipulación de la vida por medio de la genética, yo la llamaría manipulación de la vida por medio de la guerra. Cualquiera que haga una biología realmente independiente, te dirá que tomar un gen de un organismo e implantarlo dentro de otro, tiene serias consecuencias. Conocer esas consecuencias es parte de hacer ciencia. Estas empresas, que no son científicas, tienen tres niveles. El primero, es que no entienden la vida. Porque la vida es una complejidad autoorganizada, y lo están tratando como un juego de ladrillitos. El segundo, es que están tramando supuestos que no reflejan cómo funciona realmente la vida. Está basado en un reduccionismo genético que funciona como un determinismo genético, que asume como si hubiera una molécula maestra, que da órdenes a todas las demás, y que todo lo que tenés que hacer es cambiar esa molécula de lugar. Pero no hay una molécula maestra en un sistema vivo. El tercer tema, es que no asumen la responsabilidad de las consecuencias. Los primeros científicos que crearon las técnicas de recombinación de ADN, pusieron fin a esto en 1972, asumiendo en una declaración que no podían saber las consecuencias, y que los científicos tienen la responsabilidad de entender las consecuencias antes de realizar acciones. Cualquier entidad individual o corporativa que cambie la fabricación de la vida, sin entender las consecuencias y sin tomar las responsabilidades de eso, está actuando de manera no científica. Lo que llamamos ciencia, es un proyecto patriarcal, para un momento corto de la historia. Es una ciencia reduccionista, basada en la dominación de la naturaleza. Es el conocimiento generado para la explotación.

Las feministas comunitarias, indígenas, campesinas, populares, en este continente, pensamos que la defensa de los territorios, es parte de nuestro proyecto de vida, y que el cuerpo es nuestro primer territorio a cuidar. En esta perspectiva, propuestas como la soberanía alimentaria, se integran en la lógica de lucha contra el capitalismo patriarcal.

Estoy de acuerdo. Todas las estructuras artificiales de conocimiento, se han basado en lo que he llamado el “apartheid ecológico,” separándonos de la tierra en nuestras mentes, ya que no podemos separarnos realmente de la tierra en nuestras vidas, porque estaríamos muertos. De esta idea de separación, viene la idea de que se puede sustituir los procesos de vida con materiales químicos y tóxicos. Entonces nuestro cuerpo no está vivo, no es de la tierra, es sólo una máquina, de la cual podés remover las partes y agregar moléculas sin que eso haga nada a nuestra salud. Puedes producir soja transgénica e imaginar que no hace nada a la vida, aunque mate a todas las bacterias en nuestro interior. Podés pretender que sustituís el azúcar natural por jarabe de alta fructosa, pero tu hígado se va a rebelar.

La soberanía alimentaria se basa en superar el apartheid ecológico, sabiendo que somos parte de la tierra. Somos el suelo, somos el aire, somos la semilla, somos el agua. Y la comida que cultivamos en la tierra, se convierte en nuestro cuerpo, nuestra sangre, nuestras células. La comida es la fuerza de la vida, es la red de la vida, y es la continuidad de la vida, de la tierra y de nosotros mismos. Es por eso que el territorio y el cuerpo se hacen cargo cuando producimos comida de la manera correcta y comemos la comida adecuada. Pero cuando no lo hacemos y dejamos de pensar concientemente en la comida, nos volvemos parte de este sistema de guerra. Aunque seamos un pequeño eslabón de la cadena, estamos ayudando a que permanezca. Es necesario ser conciente de esto. Si controlás el mercado de armas, controlás las guerras. Si controlás la comida, controlás la sociedad. Y si controlás las semillas, controlas la vida en la tierra.

La mayoría de las mujeres fuimos separadas de la tierra. Éste es un obstáculo para realizar esta cadena de vida.

Las mujeres y las comunidades indígenas fueron separadas de la tierra violentamente. Es la crisis más grande que estamos enfrentando. Porque estar en la tierra quiere decir ser guardianes y guardianas de la tierra. Nuestro desafío es, paso a paso, campo por campo, granja por granja, semilla por semilla, volver a la tierra. Eso está sucediendo en todas las partes del mundo donde la gente produce su propia comida. Es lo que yo estoy haciendo en la India con el Movimiento Navdany, porque aunque la tendencia sea remover a los campesinos y a las campesinas de su tierra, nosotras trabajamos para mantenerlas en su tierra, creando economías a través de las cuales puedan quedarse en la tierra.

Esas economías proponen estimular la biodiversidad

Claro. Esto es muy necesario, y en espacial en Argentina que vive en una esclavitud de la soja, donde los ciudadanos se encierran en sí mismos igual que los campesinos. El monocultivo daña la mente. Parte del problema que tenemos, es que hay demasiadas “soluciones individuales y globalizadas”. Tenemos que permitir que crezcan múltiples soluciones. Para poder salir de la esclavitud y producir la biodiversidad que necesita la tierra y necesitan las personas, es necesario crear asociaciones entre habitantes del campo y de las ciudades. ¿Por qué los productores se relacionan con Monsanto, y no con los habitantes de las ciudades? Porque el sistema está trabajando para aquellos que han creado este sistema totalitario, pero no está trabajando para las personas que trabajan la tierra. Este sistema ha roto los procesos ecológicos de la tierra, pero también las relaciones entre los pueblos. Tenemos que reparar este sistema roto. Cada persona creativa, puede trabajar por respetar los derechos de la Madre Tierra, y los derechos de la humanidad.

Fuente de la entrevista: https://desinformemonos.org/tenemos-que-reparar-este-sistema-roto-vandana-shiva/

Fuente de la imagen: https://desinformemonos.org/wp-content/uploads/2016/07/con-vandana-shiva-2.jpg

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